MATERIALES BÁSICOS 8 teoría

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ESCUELA DE MAYORES
COMPARTE LO QUE SABES
APRENDE LO QUE NECESITAS
TRANSFORMA LO QUE VIVES
LA EDUCACIÓN DE ADULTOS VISTA DESDE UNA EXPERIENCIA DE
INVESTIGACIÓN-ACCIÓN
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ESCUELA DE MAYORES
LA EDUCACIÓN DE ADULTOS VISTA DESDE UNA EXPERIENCIA DE
INVESTIGACIÓN-ACCIÓN
REFLEXIÓN INICIAL
La teoría es una forma científica de comprender el mundo y al ser humano
que lo habita.
La ciencia se basa y se construye a través de un pensar sistemático,
integrado por un sistema de conceptos, juicios y razonamientos.
Recordemos que el pensar es el que produce pensamiento; cuando pensamos
sistemáticamente creamos ciencia.
En este año y medio, hemos construido un pensar científico, ex perimentando
y aprendiendo de la realidad que pretendemos transformar.
Es tiempo que nos detengamos a revisar lo construido, porque esto será lo
que nos faculte a seguir transformando la realidad educativa y la vida de los
adultos mayores.
La generalización de nuestros conceptos y de nuestras conclusiones serán
nuestras herramientas para extender los beneficios de una teorí a que resulte
favorable para la transformación de la cultura del envejecimiento.
COMPARTE LO QUE SABES
Uno de los aspectos más presentes en relación con “el discurso” de la vejez, es
el deterioro de las capacidades cerebrales. Se entiende que el adulto mayor
padecerá de alguna enfermedad “mental” dado el deterioro de su cerebro .
Para comprender de mejor manera la forma en que hemos venido
construyendo la teoría de la que hablamos, debemos primero atender a la
forma en que nos hemos planteado el asunto de la vejez.
Recordando que lo hemos asumido como una etapa normal en la vida de los
seres humanos, que debe ser transformada en relación con la cultura del
envejecimiento que hasta ahora hemos construido como sociedad.
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Es decir, nos planteamos a la vejez como un concepto, que debemos
transformar, no sólo en la percepción social, sino en la forma de percibirla y
vivirla de los propios viejos.
Partimos de la idea de que a través de las escuelas de mayores podríamos
construir las condiciones adecuadas para que los adultos mayores cambiarán
su rutina de vida y se asumieran como agentes protagónicos en la
construcción de su futuro.
El cerebro humano es, sin lugar a dudas, la más poderosa herramienta
desarrollada en este planeta.
El pensamiento es un proceso que se da en el cerebro y que se concretiza en
diferentes formas, una de éstas es el lenguaje, que es lo que hac e “claramente
humana la conducta humana”
Nuestro trabajo se ha basado en la necesidad de establecer una serie de
actividades que mantengan activo al adulto mayor y que se traduzcan en
alternativas válidas y aceptadas por éste.
En este sentido, el planeamiento inicial de fomentar el diálogo, incentivando
la acción de compartir lo que sabemos, está orientado al desarrollo de las
capacidades del lenguaje, pero sobre todo al necesario contacto social, que al
mantener activo al adulto mayor, logra que su rendimi ento intelectual
disminuya de manera más lenta.
Los grupos de adultos mayores, han contribuido a ejercer una de las
actividades que más garantizan el desarrollo de sus capacidades; que es el
mantenerse en contacto con otros, ya que está probado que el aisl amiento
(motivado por cualquier razón) produce un rápido deterioro, pues impide
que “el cerebro social” se desarrolle al dejar de hacer cosas y al no equilibrar
sus sentires y sus deseos con los de los demás.
Según los especialistas, el cerebro en la vejez , empieza a procesar la
información de manera más global y menos focalizada, en este tenor, se
comprende la pertinencia de fomentar, como se hace en las escuelas de
mayores, la poesía y la filosofía de la vida, a través de los diálogos de saberes
y de la revisión crítica del sentido de la vida.
Los adultos mayores, han sido estimulados para acercarse a las diferentes
manifestaciones artísticas y, dada la característica cerebral que hemos
mencionado, son más propensos a disfrutar y a incorporar vitalmente lo s
placeres que estas bellas artes producen.
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La actividad estética, junto con otro tipo de actividades, es la clave de una
posible reducción de los factores que desencadenan el envejecimiento que
llamaremos “paralizante”. Las escuelas de mayores deben ser verdaderos
centros de fomento del arte, ya sea acercando a ellas a lo mejor de la vida
artística local, como en la producción de actividades de parte de los propios
adultos mayores.
Recordemos que en las más recientes investigaciones se ha demostrado que el
cerebro trabaja en red, es decir, que nuestros cerebros están conectados a
otros cerebros, a través del lenguaje, la vista, las reacciones emocionales, el
contagio emocional y la imitación.
En este sentido, las escuelas de mayores aportan un espacio adec uado para
que esta red se potencialice mediante el fomento de la interacción constante
de los integrantes del grupo.
Una más de las acciones que podemos ubicar dentro de este enfoque de
trabajo, es la constante actividad relacionada con la forma en que se ha
logrado que en las escuelas de mayores se manifieste la camaradería, la
convivencia y el cuidado de otros, aspectos que también son considerados
como necesarios para conservar una actividad generadora de desarrollo y de
rendimiento intelectual.
APRENDE LO QUE NECESITAS
Por otra parte, las escuelas de mayores están muy interesadas en los
aprendizajes necesarios para la vida de los ancianos. De esta manera, la
práctica de las educadoras se centra en l ograr que los adultos mayores
aprendan lo necesario para vivir mejor y reinsertarse socialmente a la vida
de sus comunidades, dada la lamentable tendencia de “hacer a un lado”, a
quien desde el punto de vista de una parte de la sociedad ha dejado de ser
productivo.
Las preguntas constantes son: ¿Qué debe aprend er el adulto mayor? ¿Cómo lo
debe aprender? ¿Para qué le servirá lo que aprenda? ¿En qué sentido lo que
actualmente quiere aprender está ligado a la cultura del envejecimiento que
él mismo ha asumido como propia? ¿De qué manera los nuevos aprendizajes
cambiarán su vida y la de los que lo rodean? ¿Qué tanto el punto de partida
de sus saberes actuales facilitan o entorpecen los aprendizajes que los
pueden ayudar a dignificar su vida? ¿Qué aportes puede y debe hacer a las
nuevas generaciones y de qué manera debe aprender a transmitirlos o a
fomentarlos?
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Las escuelas de mayores han centrado su acción a este respecto en la frase
“Aprende lo que necesitas”: Si bien es una frase sencilla ha implicado la
generación de múltiples prácticas de parte de las educador as.
Por una parte se trata de garantizar que sea el adulto mayor el que se
concientice de sus necesidades de formación, es decir, que la propuesta de
formación y de interacción grupal sea definida en una de sus vertientes
principales por la demanda de los adultos mayores.
De esta manera las educadoras han puesto en práctica la consigna de
preguntar y diagnosticar junto con los adultos mayores acerca de las
demandas iniciales del grupo y de sus integrantes.
Esto se ha hecho de múltiples formas, aunque la más socorrida ha consistido
en el establecimiento de un diálogo constante entre los mi embros del grupo y
la educadora; que ha permitido ir diseñando actividades acordes, tanto a la
demanda de los ancianos, como a las demandas sociales, expresadas a través
de la intervención de la educadora (demandas institucionales) y en general
del medio en el que se inserta la escuela.
Los estudios acerca del aprendizaje han demostrado la importancia de que
sean los talentos individuales los que guíen la acción educativa, y a que de
esta manera se garantiza que el que a prende adquiera confianza en sí
mismo, en sus potencialidades y en la forma en que puede enfrentar
exitosamente una actividad.
Por ello en las escuelas de mayores ha resultado tan relevante el que las
acciones educativas se centren el lo que el anciano sabe hacer y en los
saberes que posee. Es por esa razón que las actividades manuales han sido un
acompañante permanente de las acciones formativas, ya que el adulto mayor
se siente seguro haciendo algo para lo cual se sabe capaz.
No obstante desde la perspectiva de desarrollo de las escuelas de mayores ha
resultado importante, considerar si la excesiva tendencia hacia las
actividades llamadas “manualidades” no representa una muestra de la
tendencia dominante de la oferta que por mucho tiempo se les brindó a los
ancianos en los clubes o cursos de entretenimiento.
En todo caso, las educadoras fueron capaces de desarrollar actividades
alternativas a las mencionadas manualidades y, aunque siguen siendo parte
del trabajo, se les ha incorporado como un elemento motivador de la
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autoestima, en el sentido, de manifestar el talento del anciano para
elaborarlas.
Asimismo, han sido en algunos casos un medio para producir artículos que
los mismos ancianos comercializan entre el los o entre sus familiares.
Por lo tanto, en este aspecto podemos afirmar que es necesario buscar, junto
con el adulto mayor, en qué es bueno, en qué se siente seguro, cuáles son los
talentos desarrollados a lo largo de su vida y partir de ahí para que la
confianza y el placer que genere el hacer lo que le gusta, se traduzcan en su
desempeño en otras actividades dentro de la escuela de mayores.
Así es que partir del conocimiento del adulto mayor y promover el
autoconocimiento del mismo es una de las accione s que mayormente pueden
garantizar la construcción de una propuesta educativa acorde con las
necesidades y expectativas de los ancianos, y, de esta manera, se puede
garantizar su permanencia en un proceso educativo, así como resultados
verificables y significativos para su vida, la de su familia y de su comunidad.
Por último, en relación con esto, es necesario agregar que según los
especialistas, un ambiente enriquecido, como el que fomentan las escuelas de
mayores, reduce el riesgo de enfermedades degener ativas.
TRANSFORMA LO QUE VIVES
La transformación social es un hecho incontrovertible. Todo cambia y el
cambio es una constante. Los investigadores de la educación, reconocen que
la interacción social es la que incentiva el desarrollo del cerebro, ya que esta
es la forma en que se explica el desarrollo evolutivo del ser humano.
También se ha demostrado que los cambios son un verdadero alimento para
el desarrollo cerebral, ya que generan las sinapsis neuronales y retardan de
manera comprobable el envejecimiento neuronal. La actividad y el contacto
social son vitales para la conservación del “fuego emocional interior”.
En este sentido las escuelas de mayores, al promover acciones sociales de
parte de los adultos mayores que las integran están construyendo una
alternativa de acción que incrementa la complejidad de las interacciones
sociales y, por lo tanto, la necesidad de desarrollar habilidades y facultades
de forma creciente.
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La consigna “transforma lo que vives” se ha traducido en las escuelas, en
proyectos diversos que han fomentado la acción social y comprometida de
parte de los adultos mayores.
Estos proyectos tienen el común denominador de ser actividades grupales
que “salen” hacia las comunidades locales como una propuesta de
intervención social o que simplemente se traducen en salidas o paseos a
través de los cuales los adultos mayores demuestran su capacidad
organizativa y sus estrategias de aprendizaje colectivo.
En todo caso, en las escuelas de mayores demostraremos progresivamente
que el desafío intelectual, la interacción social y una actitud positiva ante la
vida pueden mejorar significativamente la vida de los adultos mayores, así
como la percepción y hasta los prejuicios sociales que acompañan,
lamentablemente a los ancianos en nuestro país.
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