Crisis mundiales, infancia

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POR UNA RECUPERACIÓN
CON ROSTRO HUMANO
La infancia y las familias vulnerables, en el epicentro de la CRISIS GLOBAL
“Del Norte de África a Nueva York, de Atenas a Abidjan… la gente de todo el mundo está demandando
un cambio. Piden dignidad. Demandan justicia… unas condiciones mejores y más justas. Quieren
empleo, oportunidades y mercados globales que beneficien a todos, y no únicamente a las élites”
© UNICEF/NYHQ2011-2399/Pirozzi
Intervención del Secretario General de Naciones Unidas en el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, el 27 de enero de 2012
únete por la infancia
NO ES LA PRIMERA VEZ QUE OCURRE
A lo largo de las tres últimas décadas, UNICEF ha desempeñado una labor pionera y de liderazgo en el análisis de
situación y formulación de políticas públicas alternativas con “rostro humano” en el contexto de las crisis internacionales previas de los 80 y 90. Fueron años de creciente deuda pública, profunda recesión económica y rígidos
programas de ajuste estructural que tuvieron efectos devastadores en numerosos países de América Latina, África
y Asia y graves repercusiones en las posibilidades y condiciones de vida de la infancia. Los principales mecanismos
de transmisión de esta crisis a los hogares fueron el descenso del ingreso familiar y los recortes en cantidad y calidad de los servicios sociales básicos.
Precisamente desde esta experiencia acumulada, UNICEF ha realizado un análisis de la actual crisis económica global, alentando a buscar soluciones que tengan en cuenta los aprendizajes del pasado. Para ello, se ha basado en
un examen de las tendencias de empleo y salarios, precio de los alimentos y medidas de austeridad en países de
todo el mundo, desarrollados y en desarrollo, deteniéndose de una forma especial en los efectos que estos factores tienen sobre la infancia y hogares más vulnerables.
© UNICEF/NYHQ2012-2035/Friedman-Rudovsky
Crisis mundiales, infancia y el papel de UNICEF
Desde los años 80, UNICEF comenzó a analizar la situación de los países afectados por las crisis con el fin de identificar los impactos en la infancia y familias
vulnerables. Al informe Efectos de la recesión Mundial sobre la Infancia (1984),
siguió Ajuste con Rostro Humano (1987) donde UNICEF continuaba acumulando
evidencias, analizando los indicadores clave del bienestar de la infancia (mortalidad y morbilidad infantil, nutrición, rendimiento escolar…) en todo el mundo y refinando propuestas de políticas públicas alternativas que llegaron incluso a influir
en importantes organismos internacionales como el Banco Mundial. En los años
siguientes, UNICEF amplió la perspectiva de su enfoque a través del concepto
“desarrollo con rostro humano” que planteaba una vía de avance a medio-largo
plazo y no solo para paliar los impactos negativos del ajuste estructural. La aprobación de la Convención sobre los Derechos del Niño (1989) supuso una auténtica
revolución, al considerar a los niños y niñas sujetos de derecho y al generar una
nueva concepción de las políticas públicas sobre la infancia, basadas en el reconocimiento de estos derechos y en la correlativa obligación jurídica de los Estados de garantizarlos. Le siguió la Cumbre Mundial de la Infancia (1990) donde se
reiteró el principio “Primera prioridad para la infancia” que confirmó también la
agenda de los ODM en el año 2000, al relacionar 6 de los 8 objetivos directamente con la infancia. Los últimos aportes de UNICEF son el resultado de un reciente debate internacional con más de un centenar de expertos y
complementado con estudios de campo de los equipos técnicos de UNICEF en
todo el mundo y compilados en un estudio global articulado en torno a la senda
de la “recuperación con rostro humano” (A Recovery for All. Rethinking SocioEconomic Policies for Children and Poor Households, 2012).
NO ESTÁ PASANDO SÓLO EN EUROPA
Aunque la nueva recesión internacional se inició en los países desarrollados, la crisis se ha convertido en global y azota con
fuerza también en muchos países en desarrollo. La caída de la actividad económica global ha resultado en una abrupta reducción del comercio internacional y de los flujos de crédito – a pesar de un multimillonario rescate a los sistemas financieros a escala
mundial – lo que ha conducido finalmente a una severa contracción de la demanda agregada global. El muchos lugares del mundo,
además, el aumento de la inseguridad alimentaria – por el alza espectacular del precio de los alimentos básicos – y el desempleo
masivo están multiplicado exponencialmente unos efectos que de por sí eran ya demoledores.
De hecho, en las zonas más vulnerables del planeta, la crisis actual se ha sumado a otra crisis de mayores dimensiones que ya
existía: pobreza extrema y hambre, pocas oportunidades de trabajo digno, acceso muy limitado de los niños a la salud y a la educación, al agua potable y a instalaciones de saneamiento básico…
© UNICEF/NYHQ2010-0380/Noorani
El abandono a su suerte de millones de niños y familias pobres había comenzado mucho antes de que los países industrializados empezasen a hablar de crisis y se ha agravado desde el momento en que comienzan a tomarse las fuertes medidas de austeridad
fiscal y de contracción del gasto público, que entre otras cosas, han provocado la caída de los indicadores económicos, comerciales y laborales, menor inversión en servicios sociales básicos y un desplome de la Ayuda Oficial al Desarrollo que reciben estos países.
A principios de
2012 las familias estaban pagando un
80% más por los alimentos básicos
en comparación con la situación anterior a la crisis de 2007-2008
SE HA DESENCADENADO UN
AUTÉNTICO “TSUNAMI SOCIAL”
El análisis de UNICEF de esta nueva crisis vuelve a evidenciar
una alarmante realidad: La crisis económica global que estamos viviendo ha desencadenado un “tsunami social” de consecuencias devastadoras, y los niños y las familias más
vulnerables están en su epicentro. Desde su inicio, los grupos de población más vulnerables, entre los que se encuentran los niños, han recibido importantes y sucesivos
impactos.
Una de sus peores caras está siendo la subida del precio
de los alimentos básicos. Millones de niños y familias en
todo el mundo cada vez comen menos y peor. Otra, el desempleo. Las políticas de austeridad han sumido a millones de
trabajadores – sobre todo jóvenes – y a sus familias en la des-
esperación del desempleo o en una espiral de trabajos inestables y mal pagados.
En todo el mundo, esta crisis global está aumentando la brecha
entre pobres y ricos y teniendo un impacto muy alto en el ámbito local. Cientos de millones de personas se han visto empujadas a la pobreza como consecuencia de una crisis que ni
comprenden ni de la que son responsables. Aunque su origen
se debe en gran parte a las prácticas especulativas de alto
riesgo de bancos y empresas en los mercados de los países
más desarrollados, los costes más altos se están cargando
sobre la gente común de países desarrollados y en desarrollo,
especialmente los grupos de población más indefensos que se
han convertido en los perdedores reales de la crisis.
La crisis está aumentando las asimetrías globales
TASA DE DESEMPLEO JUVENIL (2010)
0%
Población mundial
Ingreso total mundial
20%
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más rica
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más pobre
GLOBAL INEQUALITY: BEYOND THE BOTTOM BILLION
10%
20%
30%
40%
España
Eslovaquia
Estonia
Grecia
Croacia
Macedonia
Italia
Irlanda
Hungría
Suecia
Polonia
Mauricio
Bulgaria
Francia
Bélgica
Portugal
Rumanía
Turquía
Finlandia
Reino Unido
Chile
Estados Unidos
República Checa
Fed. Rusa
Nueva Zelanda
Chipre
Islandia
Lituania
FUENTE: OIT LABOURSTA (2012)
Población mundial
Ingreso total mundial
POBREZA INFANTIL
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€ (2007-2011)
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FUENTE: EUROSTAT EU-SILC
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¿CÓMO UNA CRISIS GLOBAL TERMINA
SIENDO UNA CRISIS DE ECONOMÍA FAMILIAR?
Los datos muestran que la crisis ha llamado a la puerta
de muchos hogares del mundo, ocasionando graves privaciones en las familias y, en general, forzándolas a adoptar una serie de cambios de comportamiento con
consecuencias irreversibles, especialmente para los
niños. Las privaciones en la infancia son particularmente perniciosas. No alimentarse, no crecer o no desarrollarse intelectual y emocionalmente en los primeros años de vida provoca
un déficit de tal calibre que mina de por vida las oportunidades de desarrollo de las personas en su infancia y en su vida
adulta, e incluso de las comunidades y países en los que
estas personas viven.
Estos inquietantes cambios de pautas de comportamiento
están ocurriendo principalmente en las zonas más desfavorecidas del planeta, aunque comienzan cada vez más a darse
también en las familias de las economías más ricas del
mundo, con distintos niveles de intensidad.
Estas dinámicas de supervivencia y la puesta en práctica de
estos mecanismos de adaptación al difícil contexto que les
rodea unidas a un apoyo externo cada vez más mermado,
está disminuyendo progresivamente la capacidad de resistencia a la crisis de los hogares más vulnerables en
todo el mundo.
LOS IMPACTOS DE LA CRISIS
El viaje de la crisis hasta llegar a las familias
En la
economía
nacional
• Disminuyen los
flujos de capital
• Se dificulta el acceso
a bienes básicos
(alimentos, medicinas,
energía…)
• Reduciendo el número de raciones de
comida al día y las cantidades y calidad
de las mismas, incluso la destinada a
los niños más pequeños
• Aumento de la pobreza
y la vulnerabilidad
• Hay menos
puestos de trabajo
• Gastando menos en salud: menos
visitas al médicos, menos medicinas,
más auto-tratamiento
• Enfermedades físicas
y mentales
• Se reduce el
comercio de bienes
y servicios
• Sube el precio de
los productos básicos
• Impagos, desahucios,
insolvencias bancarias
• El acceso al
crédito es menor
• Cae la
ayuda externa
• Se recorta el gasto
público en servicios
básicos
• Disminuye los
envíos de migrantes
a sus países de origen
¿Cómo
responden las
familias?
EFECTOS
ADVERSOS EN LA
VIDA DE LOS NIÑOS
Y SUS FAMILIAS
En la
economía
mundial
• Hambre y desnutrición
• Violencia doméstica
• Incrementando la jornada laboral y
dejando a los niños solos.
• Involucrando a los niños en trabajos
domésticos o fuera del hogar. Menos
niños van a la escuela.
• Endeudándose más y vendiendo
vivienda y posesiones. Los ahorros se
agotan progresivamente.
• Menor rendimiento
escolar
• Trabajo infantil
• Tensiones y
malestar social
• Niños sin supervisión
y abandonados
• Muchas madres y hermanas mayores deciden ser las últimas en comer.
• Hay madres indonesias que tras un año en paro se han visto obligadas a añadir más agua a la leche de sus hijos para que cunda más.
• Los datos evidencian graves carencias en cantidad y calidad de los alimentos en países tan distintos como India, Kenia, Perú o Turquía.
• El desayuno y la merienda empiezan a desaparecer de algunos hogares europeos.
• Hay casos de niños nigerianos que han empezado sólo con 5 años a trabajar en huertos y mercados.
• En países como India, hay familias que han pedido préstamos para poder comer o pagar la electricidad y la escuela y que han llegado a vender
hasta los utensilios de cocina.
NO PODEMOS COMETER LOS MISMOS ERRORES
NI SALIR DE LA CRISIS A CUALQUIER PRECIO
La experiencia anterior adquirida en otras crisis nos ha enseñado cuatro cosas fundamentales:
1. La verdadera recuperación de una crisis no es la que se centra en mejorar algunos indicadores económicos con vistas a retornar al status quo, sino la que busca el bienestar de las personas, en especial de los más afectados: niños y familias pobres.
2. En momentos de crisis, las políticas de ajuste y austeridad generan desigualdad y exacerban los impactos negativos en las
condiciones de vida de los grupos más vulnerables, en particular de la infancia, por eso hay que prever su protección de manera explícita y prioritaria.
3. El recorte permanente del gasto público termina arrasando con los escasos márgenes de maniobra con los que cuentan las
familias. Por ello, en tiempos de crisis, la inversión pública es más necesaria que nunca.
4. Estos impactos negativos en la vida de las personas y el crecimiento de la desigualdad NO son productos inevitables de la
fatalidad económica. El problema no radica en la falta de posibilidades presupuestarias, sino en las prioridades que los países
establecen y el destino que deciden darle a los recursos disponibles.
LA RESPUESTA DE LOS GOBIERNOS
La contención del gasto público es generalizada en todo el
mundo, aunque más acusada en los países en desarrollo. De
un total de 179 países de todo el mundo analizados por UNICEF, una alta proporción de ellos (133) esperaban reducir el
gasto público en 2012 hasta llegar al 2% del PIB. Estas políticas están teniendo un alto coste humano y están exacerbando los problemas sociales, en lugar de paliarlos: están
agravando la desigualdad, la pobreza infantil y el deterioro de
las condiciones de salud y educación.
l
l
138 países adoptaron medidas de ajuste (2010-2012)
y solo 57 adoptaron políticas alternativas
l Recortes
o topes salariales: 69 países
salariales: 24 países
l Incrementos
l Reducción
o eliminación de subsidios: 73 países
o introducción de subsidios: 10 países
l Incremento
l Recortes
en los sistemas de protección social: 55 países
sistemas de protección social: 22 países
l Ampliación
l Reforma
de las pensiones: 52 países
o incremento de las pensiones: 20 países
l Introducción
l Aumento
impuestos al consumo: 71 países
de los impuestos al consumo: 10 países
l Disminución
Además, la severa austeridad presupuestaria ha provocado
que en 2012 siga cayendo en un 4% el monto total destinado
por los países de la OCDE a la Ayuda Oficial al Desarrollo. Los
mayores recortes se han acometido en España (-49,7%), Italia (-34,7%), Grecia (-17 %), Portugal (13,1%) y Bélgica (-13%).
AYUDA OFICIAL AL DESARROLLO (AOD)
DE LOS PAÍSES DEL CAD DE LA OCDE
Luxemburgo
Suecia
Noruega
Dinamarca
Holanda
Reino Unido
Finlandia
Irlanda
Bélgica
Suiza
Francia
Alemania
Australia
Canadá
Austria
Nueva Zelanda
Portugal
Islandia
Estados Unidos
Japón
España
Corea
Grecia
Italia
0,0
Fuente: UNICEF, A Recovery for All. Rethinking Socio-Economic Policies for Children and Poor Households, 2012.
FUENTE: CAD-OCDE, 2012
1,00 9,8%
0,99 -3,4%
0,93 0,4%
0,84
0,71
0,56 -2,2%
0,53 -0,4%
0,48 -5,8%
0,47 -13%
0,45 4,5%
0,45 -1,6%
0,38 -0,7%
0,36 9,1%
0,32 4,1%
0,28 6,1%
0,28 3,0%
0,27 -13,1%
0,22 5,7%
0,19 -2,8%
0,17 -2,1%
0,15 -49,7%
0,14 17,6%
0,13 -17%
0,13 -34,7%)
0,2
0,4
0,6
-1,8%
-6,6%
VARIACIÓN (%)
20011-2012
0,7: Objetivo de la ONU
A pesar de la necesidad de inversión pública, la respuesta
de los gobiernos sigue muy centrada en contraer el gasto
social y los fondos destinados a la cooperación al desarrollo.
0,8
1,0
POR UNA RECUPERACIÓN CON ROSTRO HUMANO
Ante este escenario de crisis económica global, UNICEF, dentro de la Iniciativa conjunta de las Naciones Unidas, hace un llamamiento urgente a la acción coordinada nacional e internacional para hacer frente a las consecuencias de esta crisis global que
está poniendo en peligro la aplicación universal de la Convención de los Derechos del Niño, otros Tratados de Derechos Humanos y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, si no se adoptan con urgencia políticas públicas que contrarresten los impactos de la crisis y promuevan una recuperación equitativa y sostenible. La máxima prioridad nacional e
internacional debe ser impedir que este proceso conduzca a una nueva “década perdida”, especialmente para los niños.
l Los países deben situar la búsqueda del bienestar de los seres humanos, y en
particular de la infancia, en el CENTRO de las políticas y decisiones presupuestarias.
l Deben garantizar que las necesidades de los niños y niñas ocupan el primer lugar a
la hora de decidir la asignación de los recursos disponibles, un principio aceptado
por la gran mayoría de las familias en la crianza de sus propios hijos y escasamente
reconocido en las políticas económicas nacionales.
Colocar a la persona en el centro significa:
>> Dar prioridad a indicadores sociales pertinentes para evaluar el
impacto de la crisis en las personas y familias y no centrarse exclusivamente en producir datos económicos y financieros.
>>Tomar medidas concretas a nivel nacional para atender las necesidades en materia de salud, nutrición, empleo y vivienda dignos de los
grupos más vulnerables, entre los que se encuentran los niños.
>>También significa no dar la espalda a la realidad que viven los
niños y hogares más marginados del mundo y comenzar cuanto antes
a revertir la estrepitosa caída que ha sufrido la Ayuda Oficial al
Desarrollo de muchos de los países más ricos del mundo.
Hay alternativas, porque hay margen de maniobra fiscal, tanto por el
lado de los ingresos como de los gastos: reasignando el gasto público
y aumentando los ingresos mediante, por ejemplo, la subida de los
tipos impositivos de las rentas más altas, la introducción de tasas especiales a las transacciones financieras, una mayor eficiencia recaudatoria o la lucha contra el fraude y la evasión fiscal. Otras medidas
incluyen la reestructuración de la deuda o el examen de alternativas
más flexibles de reducción del techo de déficit fiscal.
Las políticas públicas alternativas pueden promover una recuperación económica socialmente responsable que no genere
más desigualdad, que de respuesta a las amenazas más inmediatas, como la inseguridad alimentaria y el desempleo juvenil y
que garantice una protección adecuada de la infancia y de los hogares más vulnerables tanto a nivel nacional, como internacional a
través de la ayuda al desarrollo.
Las políticas de ajuste y austeridad no sólo tienen que considerar si consiguen sus objetivos económicos sino también cómo lo consiguen y a quiénes se dejan en el camino.
En tiempos de crisis, los derechos humanos no son prescindibles.
Cada país tendrá que encontrar su propia “fórmula” que
tenga en cuenta el contexto, sea capaz de generar los recursos necesarios y apoye a sus grupos de población vulnerables. Pero esta
“fórmula” específica no debe ser adoptada aisladamente por los
gobiernos, sino que debe emanar de un amplio diálogo social
y político nacional que todos los países deben ocuparse de
promover.
El modelo tiene que cambiar
El objetivo no debe ser tratar de volver sin más a las condiciones previas a la crisis, pues en 2008, el mundo en su conjunto ya padecía una grave
crisis humanitaria, caracterizada por la extensa pobreza y el hambre, escasas oportunidades de empleo digno y centenares de millones de personas, en especial mujeres y niños, privados de sus derechos humanos más elementales.
Es necesario repensar los modelos y las estrategias de desarrollo para transformar el círculo vicioso de la pobreza y la desigualdad en un círculo virtuoso que ligue
definitivamente el crecimiento económico sostenible y el desarrollo humano. No podemos dejar pasar esta oportunidad porque los niños no pueden esperar.
© UNICEF/NYHQ2012-2113/LeMoyne
© UNICEF/INDA2012-00015/Fabian
© UNICEF España/ 2012/Ajay Hirani
© UNICEF/NYHQ2011-2465/Asselin
© UNICEF/NYHQ2012-1754/Sokol
© UNICEF/NYHQ2004-0681/Pirozzi
UNICEF
trabaja con equipos estables y profesionales en más de 190 países y territorios para tratar de garantizar a los niños y las niñas
el derecho a sobrevivir y a desarrollarse desde la primera infancia hasta la adolescencia. UNICEF, que es el mayor proveedor de
vacunas para los países en desarrollo, trabaja para mejorar la salud y la nutrición de la infancia; el abastecimiento de agua y
saneamiento de calidad; la educación básica de calidad para todos los niños y niñas y la protección de los niños y las niñas contra la
violencia, la explotación y el VIH/SIDA. La acción de UNICEF es global y abarca también la promoción de avances legislativos, así como
la puesta en marcha y fortalecimiento de políticas, sistemas y servicios que garanticen los derechos de la infancia. UNICEF está
financiado en su totalidad por las contribuciones voluntarias de individuos, empresas, fundaciones y gobiernos.
UNICEF Comité Español
Sede Central: C/ Mauricio Legendre, 36 - Madrid . Tlf.: 91 378 95 55. www.unicef.es
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