PDF - Congreso de los Diputados

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CORTES GENERALES
Congreso
24 de agosto de 2005.—Núm. 107
DIARIO DE SESIONES DEL
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
PLENO Y DIPUTACIÓN PERMANENTE
Año 2005
VIII Legislatura
Núm. 107
PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. MANUEL MARÍN GONZÁLEZ
Sesión de la Diputación Permanente núm. 8
celebrada el miércoles, 24 de agosto de 2005
Página
ORDEN DEL DÍA:
Petición, formulada por un número suficiente de Diputados miembros de la Diputación Permanente, pertenecientes al Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, de que se acuerde la celebración de una sesión extraordinaria del Pleno de la Cámara (número de expediente 062/000020),
con el siguiente orden del día:
— Comparecencia del Presidente del Gobierno, para explicar las circunstancias en las que se
ha producido el trágico suceso en el que fallecieron 17 militares españoles en Afganistán,
relatar la misión que estaban realizando, y si la misión que realizaban estaba contemplada
en el mandato que se solicitó al Parlamento para el despliegue de tal fuerza, y así mismo
manifestar el apoyo a nuestras Fuerzas Armadas y a las misiones que ejemplarmente realizan en el exterior y a las familias de los fallecidos, y respaldar y consolidar los compromisos
exteriores de España en materia de seguridad y en defensa de la democracia . . . . . . . . . . . .
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SUMARIO
suceso en el que fallecieron 17 militares españoles
en Afganistán, y si la misión que realizaban estaba
contemplada en el mandato que se solicitó al Parlamento para el despliegue de tal fuerza, es rechazada
por 16 votos a favor, 23 en contra y una abstención.
Se abre la sesión a las cuatro y treinta minutos de la
tarde.
Página
Se levanta la sesión a las seis de la tarde.
Petición, formulada por un número suficiente de diputados miembros de la Diputación Permanente, pertenecientes al Grupo
Parlamentario Popular en el Congreso, de
que se acuerde la celebración de una sesión
extraordinaria del Pleno de la Cámara con
el siguiente orden del día:
Se abre la sesión a las cuatro y treinta minutos de
la tarde.
Comparecencia del presidente del Gobierno, para explicar las circunstancias en
las que se ha producido el trágico suceso
en el que fallecieron 17 militares españoles en Afganistán, relatar la misión
que estaban realizando, y si la misión
que realizaban estaba contemplada en
el mandato que se solicitó al Parlamento
para el despliegue de tal fuerza, y asimismo manifestar el apoyo a nuestras
Fuerzas Armadas y a las misiones que
ejemplarmente realizan en el exterior y a
las familias de los fallecidos, y respaldar
y consolidar los compromisos exteriores
de España en materia de seguridad y en
defensa de la democracia. . . . . . . . . . . . . 5388
PETICIÓN, FORMULADA POR UN NÚMERO SUFICIENTE DE DIPUTADOS MIEMBROS DE LA
DIPUTACIÓN PERMANENTE, PERTENECIENTES AL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR
EN EL CONGRESO, DE QUE SE ACUERDE LA
CELEBRACIÓN DE UNA SESIÓN EXTRAORDINARIA DEL PLENO DE LA CÁMARA, CON EL
SIGUIENTE ORDEN DEL DÍA:
En defensa de la petición formulada interviene el señor
Zaplana Hernández-Soro, en nombre del Grupo
Parlamentario Popular en el Congreso.
En turno de fijación de posiciones intervienen los señores Rodríguez Sánchez, del Grupo Parlamentario
Mixto; Mardones Sevilla, del Grupo Parlamentario de Coalición Canaria; Llamazares Trigo, del
Grupo Parlamentario de Izquierda Verde-Izquierda
Unida-Iniciativa per Catalunya Verds; Erkoreka
Gervasio, del Grupo Parlamentario Vasco (EAJPNV); Puig Cordón, del Grupo Parlamentario de
Esquerra Republicana (ERC); Maldonado i Gili,
del Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i
Unió), y Cuadrado Bausela, del Grupo Parlamentario Socialista del Congreso.
En turno de réplica intervienen los señores Zaplana
Hernández-Soro y Cuadrado Bausela.
Sometida a votación la petición formulada por el
Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, de
que se acuerde la celebración de una sesión extraordinaria del Pleno de la Cámara, con la comparecencia del presidente del Gobierno, para explicar las
circunstancias en las que se ha producido el trágico
— COMPARECENCIA DEL PRESIDENTE
DEL GOBIERNO, PARA EXPLICAR LAS
CIRCUNSTANCIAS EN LAS QUE SE HA
PRODUCIDO EL TRÁGICO SUCESO EN
EL QUE FALLECIERON 17 MILITARES ESPAÑOLES EN AFGANISTÁN, RELATAR LA
MISIÓN QUE ESTABAN REALIZANDO, Y
SI LA MISIÓN QUE REALIZABAN ESTABA
CONTEMPLADA EN EL MANDATO QUE
SE SOLICITÓ AL PARLAMENTO PARA EL
DESPLIEGUE DE TAL FUERZA, Y ASIMISMO
MANIFESTAR EL APOYO A NUESTRAS
FUERZAS ARMADAS Y A LAS MISIONES
QUE EJEMPLARMENTE REALIZAN EN EL
EXTERIOR Y A LAS FAMILIAS DE LOS FALLECIDOS, Y RESPALDAR Y CONSOLIDAR
LOS COMPROMISOS EXTERIORES DE ESPAÑA EN MATERIA DE SEGURIDAD Y EN
DEFENSA DE LA DEMOCRACIA. (Número de
expediente 062/000020.)
El señor PRESIDENTE: Buenas tardes, señorías.
Comenzamos esta sesión de la Diputación Permanente,
cuyo único punto del orden del día trata de la petición
formulada por el Grupo Parlamentario Popular en el
Congreso para que se acuerde la celebración de una
sesión extraordinaria del Pleno de la Cámara, con el
siguiente orden del día: Comparecencia del presidente
del Gobierno, para explicar las circunstancias en las que
se ha producido el trágico suceso en el que fallecieron 17
militares españoles en Afganistán, relatar la misión que
estaban realizando y si la misión que realizaban estaba
contemplada en el mandato que se solicitó al Parlamento
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para el despliegue de tal fuerza, y asimismo manifestar
el apoyo a nuestras Fuerzas Armadas y a las misiones
que ejemplarmente realizan en el exterior y a las familias
de los fallecidos, y respaldar y consolidar los compromisos exteriores de España en materia de seguridad y en
defensa de la democracia. Este es pues el punto del orden
del día. Si les parece bien, el procedimiento será similar
al de la anterior Diputación Permanente, es decir, en
primer lugar la presentación de la petición formulada por
siete minutos, fijación de posiciones de los grupos parlamentarios por cinco minutos y, a continuación, turno
de réplica por otros cinco minutos.
El grupo proponente tiene la palabra si así lo desea.
El señor ZAPLANA HERNÁNDEZ-SORO: Señor
presidente, ¿he entendido bien cuando ha hecho referencia a siete minutos para la primera intervención?
(Asentimiento.)
Gracias, señor presidente. Deseo expresar al inicio de
esta sesión una vez más mi más sentido homenaje a
los 17 soldados españoles fallecidos hace nueve días en
Afganistán, que murieron, como hemos dicho esta
mañana en la Comisión de Defensa, en cumplimiento de
los compromisos internacionales de España, y trasladar
mi más sincera condolencia a sus familias.
Acaba de concluir, como SS.SS. saben, la comparecencia del ministro de Defensa en Comisión para
informar sobre las circunstancias de la tragedia, pero
afirmar que esa comparencia no ha sido suficiente sería
quedarnos cortos. No ha existido ninguna conclusión,
todas las hipótesis sobre las causas de lo sucedido continúan abiertas en estos momentos, y en lo que afecta a
esta reunión de la Diputación Permanente dos cosas
tenemos claras o son ciertas: que tiene que comparecer
el presidente del Gobierno, desde nuestro punto de vista
—por eso lo hemos solicitado—, y que el presidente del
Gobierno no quiere comparecer. Por tanto, quiero protestar, con todo respeto, señor presidente, lógicamente
reconociendo que la decisión es de quien es y, por tanto,
entiéndase mi formulación de crítica en estos momentos
simplemente desde el punto de vista político, por que se
haga coincidir el mismo día la presencia del ministro en
Comisión con la celebración de la Diputación Permanente. Es sin duda una astucia parlamentaria en la organización para que pase desapercibida una cuestión de
relieve político como es la solicitud de comparecencia
del presidente, y a las pruebas me remito: hemos tenido
que retrasar el inicio de esta Diputación Permanente, y
el presidente de la Comisión de Defensa también lo ha
puesto como excusa en varias ocasiones como argumento
para no conceder réplica, que habitualmente se da en la
Comisión de Defensa. Luego si teníamos la certeza, pues
ahora ya es más evidente si cabe. La ventaja de estos
trucos parlamentarios es que ponen más en evidencia a
quienes los utilizan. En cualquier caso, intentaré argumentar de forma breve el motivo de la solicitud de esta
Diputación Permanente y aprovecharé porque, como se
ha impedido la réplica en la Comisión de Defensa, han
quedado algunas cosas que tienen mucho que ver —si
no, no las plantearía aquí, en esta sesión— con lo que
aquí estamos tratando y que podrían confundir a quien
esté siguiendo ambos debates.
Yo he dicho hace un momento en la Comisión de
Defensa que el presidente del Gobierno debía comparecer en Pleno y he hecho referencia a declaraciones
suyas en las que acusaba al anterior presidente del
Gobierno de tener miedo, de esconderse detrás de su
ministro de Defensa. Quiero recordar ahora, porque no
lo he dicho antes y no he tenido la ocasión ni la oportunidad de contestar a alguna de las afirmaciones de las
que el señor Rubalcaba seguro que se acuerda perfectamente, que, fíjense, señorías, llegaron a recurrir al Tribunal Constitucional exigiendo la presencia del presidente del Gobierno. Ya sé que nosotros no tenemos nunca
razón, que la razón la tiene siempre el Grupo Parlamentario Socialista, pero fíjense en lo que han cambiado
ustedes: de acudir al Tribunal Constitucional a decir que
no tiene ningún sentido. Luego la palabra del presidente
del Gobierno —perdónenme, no es insultarle— no vale;
es que son reiterados sus compromisos cuando estaba en
la oposición que no va a cumplir nunca porque ya nos
lo ha dejado bastante claro. Aquí todo se suscita en torno
a si este Parlamento ha estado siempre presente en los
debates y en la autorización de las misiones exteriores
de nuestro país desde que el Partido Socialista asumió
la responsabilidad de gobierno. Y no es verdad, al menos
en los términos en los que el presidente del Gobierno se
comprometió. Quien diga eso está faltando a la verdad.
El presidente del Gobierno vino al Pleno de fecha 6 de
julio de 2004 —aquí está el «Diario de Sesiones», mucho
más completo de lo que había leído yo y de lo que había
leído el señor Pérez Rubalcaba, lógicamente, porque el
«Diario de Sesiones» no se puede citar íntegro. Sabe el
señor Rubalcaba que ha faltado a la verdad al decir que
nosotros habíamos intentado dar un sesgo a la lectura
que no corresponde a la verdad. Léalo entero, yo lo tengo
aquí delante. En cualquier caso, a lo que vamos, viene
el presidente del Gobierno, pide autorización, y se le
concede la autorización. Y dice: La autorización es para
estas circunstancias y condiciones, y si esas circunstancias y condiciones cambian, yo mismo vendré para
solicitar el cambio. Aquí tengo el «Diario de Sesiones».
(El señor Pérez Rubalcaba hace gestos negativos con
la cabeza.) Como el señor Rubalcaba hace gestos con
la cabeza, voy a leerlo literalmente —ya que somos tan
amigos de leer los «Diarios de Sesiones», ahora nos
pasaremos un rato leyendo el «Diario de Sesiones»—:
Seis de julio de 2004, contestando al señor Herrera, dice:
«El tiempo ya le he dicho, señor Herrera, que es de tres
meses. Desde luego es una circunstancia extraordinaria
que a día de hoy el mandato es claro.» Así lo pone. «Por
supuesto, lo traerían nuevamente al Parlamento como
creo que es coherente con la decisión… Repito: «… lo
traería nuevamente al Parlamento —él, el que está
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hablando— como creo que es coherente con la decisión,
aunque mi voluntad es que, salvo una situación muy
extraordinaria, tres meses es el compromiso.» Como no
puede cumplir lo que dijo —aquí estaba mucho más
reciente su llegada a la responsabilidad de gobierno—,
les ha engañado a todos, sí, sí, a los grupos minoritarios
especialmente. (Risas.) Ha mandado al señor Bono a la
Comisión a decir justo lo contrario de lo que él había
mantenido en el Pleno. Yo les hago una pregunta
—fíjense qué sencillo y que fácil—: ¿Puede hoy el presidente del Gobierno venir a un Pleno de esta Cámara a
mantener lo que dijo en aquella sesión plenaria? No.
(Varios señores diputados: ¡Sí!) Pues que venga.
Ustedes tienen la forma de dejarnos en evidencia. Fíjense
qué fácil. Ahora el señor Rubalcaba dice: Acepto la
solicitud del Grupo Parlamentario Popular, y el señor
presidente de la Cámara fija la sesión plenaria. Eso es
revitalizar el Parlamento, que era el compromiso que
tenía el presidente del Gobierno. Quien cambia las reglas
respecto a nuestras misiones en el exterior es el señor
Rodríguez Zapatero. Ni don Felipe González ni don José
María Aznar pensaron que esa tenía que ser la fórmula
adecuada; pensaron que entre sus responsabilidades al
frente del Gobierno se encontraba la de tomar ese tipo
de decisiones y actuaron en consecuencia. Aun así
venían al Parlamento y debatían en el Parlamento, pero
esos gobiernos de los que usted formó parte, señor Pérez
Rubalcaba, no establecían la obligación y el compromiso
de la autorización del Parlamento. El que establece ese
nuevo listón es el señor Rodríguez Zapatero y el que no
quiere ahora cumplir con el listón que él mismo estableció es el señor Rodríguez Zapatero. Alguno dirá: Es
que estos señores cuando dicen que ha faltado a la verdad
o cuando le dicen que se esconde tras su ministro de
Defensa son mucho más prudentes de lo que él era. Él
insultaba al entonces presidente Aznar y acudió al Tribunal Constitucional incluso en defensa de su posición
política. Yo ya sé que hablar al Grupo Parlamentario
Socialista en esta cuestión es inútil, nunca reconocerán
nada, ni el señor Pérez Rubalcaba ha sido hoy capaz en
su intervención —y eso sí me ha producido una cierta
desazón— de censurar y criticar lo que dijeron en otras
épocas. Cuando yo he recordado lo que nos dijeron, la
justificación del señor Pérez Rubalcaba ha sido: Pero es
que eso era Irak. (El señor Pérez Rubalcaba: No he
dicho eso.) Como era Irak, valía lo de asesinos y todo
lo demás, porque una crítica sí que se podía haber formulado, o al menos un silencio, señor Pérez Rubalcaba,
pero nunca una justificación. ¿Qué tiene que pasar en
este país para que tengamos que seguir aguantando su
sectarismo permanentemente? (Rumores.) ¿Qué tiene
que pasar? ¿Cuál es la ley del embudo que ustedes
quieren traer a la vida política y al debate político
español? Se lo digo con toda sinceridad. ¿No se dan
cuenta de que no puede ser? ¿No se dan cuenta de que
las reglas tienen que ser para todos? ¿No se dan cuenta
de que la incoherencia tiene que pasar factura necesaria-
mente en política cuando es tan descarada como la que
ustedes ejercen?
Como no creo que sea capaz de convencerles, voy a
hacer una apelación, sin mucho entusiasmo en función
del resultado que espero recoger, al resto de formaciones
políticas. Al señor Llamazares y al resto de formaciones
políticas simplemente les voy a pedir que recuerden lo
que decían. Simplemente les pido que sean mínimamente
coherentes con su posición política de tantos años. Simplemente les pido que piensen si una misión en el exterior de esta naturaleza, con la polémica que genera, que
ha sido discutida esta mañana en la Comisión de
Defensa, no merece un debate del presidente del
Gobierno, cuando además se ha producido una tragedia
que ha costado la vida de 17 soldados españoles. Qué
menos que decir: Venga usted. Ya veremos luego cuál es
la posición de cada uno, pero venga y explique no ya lo
que ha pasado sino en qué consiste la misión, el porqué
de la misión, cuál es el papel de nuestra actividad en el
exterior en su conjunto y de las misiones militares en
particular. ¿O es que no quieren conocerlo SS.SS.? ¿O
es que se conforman con una Comisión de Defensa sin
réplica, en la que el ministro nos ha contado los informes
que él dice que están a su disposición y que no nos ha
facilitado? ¿No ven ustedes que la vida parlamentaria
—lo digo a pesar de que sé que va a generar alguna
sonrisa— se ha empobrecido especialmente en los
últimos tiempos? Se ha empobrecido muchísimo, y
ustedes lo saben. Ustedes en su fuero interno lo tienen
que saber porque son personas inteligentes. Ya pueden
tener la coartada de quien quieran. Estamos acabando
con el debate parlamentario, con la vida parlamentaria.
Esto sí que es un verdadero juego de ping-pong, como
se decía esta mañana. Lo que pida el Grupo Parlamentario Popular, por razonable y por sensato que sea, no
vale ni siquiera una meditación, ni siquiera una argumentación razonada. Algunas formaciones políticas
dicen que tienen su compromiso y que ese es el compromiso que vale. Pero el compromiso político es algo más
que apoyar a un Gobierno o a un grupo parlamentario.
El compromiso político también es mantener un mínimo
de coherencia y de sensatez, y estoy absolutamente
convencido de que en esto representamos a la inmensa
mayoría de la sociedad española. ¿Por qué se niega un
debate de esta necesidad, de esta importancia y de esta
trascendencia a la sociedad española? ¿Por qué el presidente del Gobierno sí que sabe leer comunicados, dar
alguna rueda de prensa y tener gestos, pero no quiere
venir a esta Cámara? Reiteradamente se lo estamos
solicitando en temas de gran importancia y relieve.
Señorías, ustedes tienen la mayoría entre todos, ustedes
son también, lógicamente, los responsables. Ustedes, en
estos momentos, les guste o no, son prisioneros de su
actividad, de sus responsabilidades en la oposición y hoy
en el Gobierno o en el apoyo al Gobierno. En la vida
política en democracia, en una sociedad plural como la
nuestra, afortunadamente —voy a decir una obviedad—,
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la verdad no es absoluta, no la tiene nadie, uno se equivoca y acierta, pero les voy a decir que yo me siento
absolutamente responsable de todas las decisiones de los
gobiernos del Partido Popular, las acertadas y las no
acertadas, y de todas las declaraciones. Estoy seguro de
que en el fondo de sus conciencias ustedes no pueden
compartir las de su grupo político.
Muchas gracias. (Aplausos.)
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Zaplana.
A continuación, fijación de posiciones, de menor a
mayor. Grupo Mixto, señor Rodríguez.
El señor RODRÍGUEZ SÁNCHEZ: Gracias, señor
presidente.
Es cuestión de hablar con claridad en relación con la
petición del Grupo Parlamentario Popular de comparecencia del presidente del Gobierno, y lo haremos desde
un grupo político como el Bloque Nacionalista Galego,
que no nos sentimos socios del Gobierno en absoluto y
además pensamos que la vida parlamentaria debe tener
una agilidad y una participación lo más plural posible y
en tiempo real. Decimos esto porque venimos de una
sesión en la que, a excepción del final, en que sin duda
por un problema operativo, que puede ser más o menos
un pretexto, no hubo tiempo para clarificar algunas
cuestiones que por lo menos merecían una réplica, y no
solamente por parte del Partido Popular sino también en
concreto por quien está hablando en este momento,
pensamos que el siniestro que se produjo en Afganistán
con la muerte de 17 españoles y 7 heridos ha sido básicamente aclarado en lo que se puede aclarar hasta ahora.
Por lo tanto, en relación con ese suceso, y tal y como
discurrieron las cosas políticamente, nosotros podemos
tener posiciones críticas sobre el comportamiento del
Gobierno sobre todo en relación con actos de carácter
parafernálico o confesional que no consideramos que
sean lógicos en un Estado que se dice aconfesional, pero
no tenemos nada que decir en relación con el comportamiento del Gobierno respecto a las víctimas, los muertos,
sus familias y respecto a la aplicación de la legalidad
vigente. Eso lo dejamos muy claro esta mañana. Igual
que dejamos muy clara la discrepancia de fondo sobre
la política internacional del Gobierno. Aquí es donde nos
gustaría aclararle alguna cuestión al Partido Popular.
La petición que hace el Grupo Popular para que comparezca el presidente del Gobierno nos parece honestamente que está muy condicionada por querer aludir a la
cúpula gubernativa en relación con dos temas que desde
el punto del nacionalismo gallego son especialmente
preocupantes. El primero es el intento de hacer una cierta
vinculación de esta catástrofe al que sería máximo responsable del Gobierno, con una especie de vinculación
muerte-víctimas y, por tanto, responsabilidad del
Gobierno, y el segundo es algo que nos parece muchísimo más preocupante y que el Partido Popular no oculta,
con lo cual nos obliga a nosotros a reaccionar de esta
manera, y es una tendencia continua a colocar como
pecado original del Gobierno unas alianzas parlamentarias que a nosotros no solamente nos parecen legítimas
sino también normales en el contexto democrático
español y conforme a la Constitución española, que es
la legalidad vigente, que es el pluralismo político como
máxima expresión de la sociedad española, tal y como
lo llamarían ustedes, y que por lo tanto hay mayorías
parlamentarias que se hacen conforme al criterio de
alianzas parlamentarias también, incluida la elección del
presidente del Gobierno. Hay una confusión en la
sociedad al pensar que el presidente del Gobierno lo
eligen directamente los ciudadanos. No, el presidente
del Gobierno lo elegimos en el Congreso de los Diputados, por tanto, por mayorías parlamentarias. Y una de
dos, o se descalifica al pluralismo político constitucional
del Estado español o si se acepta, como es la legalidad,
cualquier resultado, repito, es legítimo y no provoca
ningún pecado original. Si esto además se vincula nada
menos que a decir que el Partido Socialista retira las
tropas de Irak para hacer concesiones a sus socios, creo
que es mezclar la política internacional con la política
del Estado hasta unos extremos que me parece que tienen
como intencionalidad precisamente descalificar al resto
de las fuerzas políticas, como si fuéramos casi sospechosas de incurrir en pecado original y no estar dentro
de la órbita de lo que se considera la españolidad estricta.
Esta mañana lo hemos escuchado 50.000 veces, por
cierto, no solamente del Partido Popular de forma hegemónica sino también en algunas frases del ministro de
Defensa. Se hace una identificación de España con el
Ejército, una continua identificación de misión patriótica
de luchar contra el terrorismo y a favor de la libertad,
pero el problema es que se incluyen como terrorismo
cantidad de cosas que no lo son. Tenemos una experiencia muy amarga de ocho años con el Partido Popular
y en concreto de los cuatro últimos años con el señor
Aznar, que fueron terribles en ese sentido. Por ejemplo,
el BNG se vio implícitamente acusado de ser una fuerza
terrorista, porque se decía que solamente se recibía a las
fuerzas democráticas y no pro terroristas. Pues a mí
nunca me recibieron ni en La Moncloa ni en ningún sitio,
con lo cual se estaba diciendo que era una fuerza terrorista. Presenté mis quejas al señor Piqué cuando se inició
el problema, y me dijo: No, ustedes son una fuerza
democrática, pero el señor presidente del Gobierno no
quiere reunirse con ustedes. Entonces están diciendo
ustedes a la opinión pública que somos terroristas. Con
estos antecedentes es normal que el Bloque Nacionalista
Galego no avale la petición de comparecencia del presidente del Gobierno. Sin embargo, tenemos muy claro
que al margen de esta actuación y de este suceso concreto, que, repito, hasta ahora está aclarado, si se produjesen nuevas informaciones por las que hiciera falta la
comparecencia del presidente del Gobierno, sin duda
estaríamos dispuestos a apoyarla. Sobre todo, en el
periodo de sesiones ordinario pediremos una compare-
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cencia del presidente para que aclare mejor la evolución
del Gobierno español en su política internacional, lo que
en todo caso es interesante, pero al margen de este
suceso, porque pensamos que merece la pena tener ese
debate ya que desgraciadamente la evolución del mundo
no va a ser para mejor a corto plazo, y pienso que hay
conductas que sin duda pueden resultar contradictorias.
Aunque hay algo que no es contradictorio, y es el atlantismo del Gobierno, en lo que coincide con el Partido
Popular, ni tampoco es contradictoria la política de
amistad con Estados Unidos, en lo que coincide con el
Partido Popular, y nosotros celebramos que eso no nos
lleve a que en la política doméstica haya que tener unas
confesionalidades que serían contrarias a la Constitución
española. Esto tengo que dejarlo hoy aquí muy claramente explicitado, porque la Constitución española no
obliga a ninguna fuerza política del Estado español a ser
atlantista, no obliga a ninguna fuerza política del Estado
español a tener una concepción determinada de la lucha
contra el terrorismo, ni obliga mucho menos a ninguna
fuerza política del Estado español a ser confesionalmente
pro americana, sino a tener buenas relaciones diplomáticas con Estados Unidos, que es un problema totalmente
distinto y a lo que nadie en su sano juicio, en esta situación internacional, se negaría, más que nada por conveniencia propia y por muchos otros problemas que
sabemos valorar.
Acabo, señor presidente, diciendo que no vamos a
avalar la petición de esta comparecencia, pero que en
absoluto lo hacemos desde una posición, repito, de
socios del Gobierno, que no lo somos, y mucho menos
de apoyatura o muleta del mismo, sino desde una posición autónoma que tiene sobrados argumentos detrás por
una experiencia de años.
Nada más. Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias a usted, señor
Rodríguez.
Señor Mardones.
El señor MARDONES SEVILLA: Gracias, señor
presidente.
Voy a intervenir con brevedad. Desde mi grupo parlamentario hemos seguido a lo largo de los años en las
reuniones de la Diputación Permanente del Congreso de
los Diputados en que se han pedido comparecencias de
ministros o de presidentes del Gobierno un criterio de
darle siempre tiempo al tiempo. No pedimos que estos
debates no existan en la agenda del trabajo del Congreso
de los Diputados. No lo eludimos y lo consideramos muy
activador de la vida parlamentaria y significativo, pero
dentro del reglamentario periodo ordinario de sesiones.
Por lo tanto, vamos a darle tiempo al tiempo y procurar
que las comparecencias, y más al máximo nivel del
presidente del Gobierno, sean en periodo ordinario de
sesiones. ¿Por qué decimos esto? Porque esta mañana
hemos asistido a una amplia sesión de la Comisión de
Defensa con carácter extraordinario en la que ha comparecido el ministro de Defensa, como saben SS.SS.,
para hablar del trágico suceso que ha costado la vida a 17
soldados españoles. Allí se ha dicho que el personal
militar enterado en la cuestión está elaborando un
informe técnico y que faltan todavía semanas para que
se pueda disponer del mismo. Parece ser que también se
ha inducido la actuación de un juzgado togado militar
en los aspectos jurisdiccionales de la seguridad jurídica
en la que tienen que intervenir los distintos órdenes
jurisdiccionales, civiles o militares. Por lo tanto, desde
el punto de vista de la prudencia y del sentido común,
vamos a darle tiempo al tiempo, y esperamos que cuando
este dictamen de la comisión técnica del accidente tenga
terminadas sus conclusiones pueda ser presentado ante
la Cámara. Porque incluso, más allá de la propia responsabilidad del accidente en sí mismo, se está cuestionando
la política exterior española en cuanto al instrumento de
las Fuerzas Armadas en misiones en el exterior bajo la
legalidad internacional de Naciones Unidas, operando
con estructuras OTAN o bien con fuerzas propias de la
Unión Europea, por lo que hay que dar a esto el reposo,
el sosiego y la información parlamentaria necesarios y
evitar un debate en caliente que pocas oportunidades nos
daría de encontrarle soluciones, si las tuviera, o de clarificar con los acontecimientos la posición del Gobierno
y de cada uno de los grupos parlamentarios de la oposición o de apoyo con esta política exterior y el fundamento de la misma en el envío de expediciones militares
en las que participan Fuerzas Armadas en el foro internacional. Nosotros creemos que el Parlamento merece
este respeto y damos aquí también un margen de información para que el presidente del Gobierno —y no de
hoy para mañana— viniera a decir las mismas cosas que
todavía el soporte de información técnica que tienen las
Fuerzas Armadas y los técnicos y especialistas que están
actuando en esta materia le ofrezcan, y para clarificar el
posicionamiento que tengamos en estos aspectos exteriores. Por lo tanto, en esta línea de razonabilidad, a
nuestro juicio, y consecuente en todas las legislaturas,
no podemos votar a favor de esta petición del Grupo
Parlamentario Popular, que hemos escuchado con todos
los respetos y que comprendemos dentro del juego parlamentario, del que mi experiencia tiene bastante casos
similares y parecidos con diferentes gobiernos. Queremos dejar un tiempo de reflexión, de sentido común,
de prudencia y de margen de confianza a quien tiene en
este momento la responsabilidad de ser presidente del
Gobierno español. Nosotros jamás negaremos a ningún
presidente del Gobierno español el tiempo necesario para
que disponga de los instrumentos de información para
comparecer en la Cámara, y para que no tenga que comparecer por comparecer o por otras exigencias políticas.
Nada más. Muchas gracias, señor presidente.
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El señor PRESIDENTE: A usted, señor Mardones.
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Por el Grupo Parlamentario de Izquierda VerdeIzquierda Unida-Iniciativa per Catalunya Verds, señor
Llamazares.
El señor LLAMAZARES TRIGO: Gracias, señor
presidente.
Con cierta incomodidad debido a la hora y probablemente a la hipoglucemia, pero también debido a que mi
grupo parlamentario, que ha propuesto la comparecencia
del presidente del Gobierno, a falta de otro grupo parlamentario que respaldase nuestra iniciativa, se ve hoy ante
la disyuntiva de tener que votar en un sentido o en otro
una iniciativa de comparecencia del presidente del
Gobierno que nosotros consideramos que es oportuna,
pero con una argumentación de la que nosotros estamos
en las antípodas: la argumentación que ha utilizado el
portavoz del Grupo Parlamentario Popular y, sobre todo,
las conclusiones que ha sacado después del debate de la
Comisión de Defensa.
Señorías, he de decir que en absoluto comparto un
comentario que tiene que ver con el funcionamiento y la
vitalidad de este Parlamento. Cualquiera que haya vivido
el periodo anterior —yo tengo experiencia limitada
respecto a las legislaturas de este Parlamento, pero la
tengo de legislaturas autonómicas— no admitirá comparación alguna entre la pobreza parlamentaria de la
legislatura pasada en la que el grupo parlamentario
mayoritario prácticamente anulaba a las fuerzas políticas
de la oposición y, como se ha dicho aquí, las criminalizaba también en la medida en que no coincidían con él
en determinadas materias importantes: política exterior,
política interior, política de seguridad y un periodo parlamentario como el que estamos viviendo hoy que, al
menos durante este verano, nos ha permitido abordar los
principales problemas que tenían los ciudadanos en tres
comisiones del Congreso de los Diputados. Si hay que
decir la verdad, el Congreso de los Diputados ha estado
abierto en el periodo veraniego, en agosto, cosa que no
ocurría, porque se cerraba a cal y canto, en el periodo
del que yo tengo conocimiento, que es la legislatura
pasada. Por lo tanto, lecciones de parlamentarismo,
ninguna, señor Zaplana, porque da la casualidad de que
si hemos vivido un periodo de pobreza parlamentaria, al
menos desde mi punto de vista, ha sido el que ustedes
han protagonizado en la mayoría parlamentaria y en el
Gobierno. En segundo lugar, y respecto a las relaciones
entre las fuerzas políticas, malas tienen que ser sus experiencias, señor Zaplana, para que considere que esas
relaciones son siempre de dominación y de sumisión.
Da la impresión de que las fuerzas políticas parlamentarias solo pueden llegar a acuerdos, todos ellos, según
usted, inconfesables en clave de que uno domina y otro
se somete. Por suerte eso ya no ocurre en las relaciones
de pareja de nuestro país, de carácter generalizado, y
tampoco ocurre en las relaciones parlamentarias, al
menos no sucede en las nuestras. Como S.S. dice, nuestra
libertad para no estar encarcelados o prisioneros de nadie
en nuestras decisiones parlamentarias y poder decidir en
función de nuestros criterios, de nuestra propia cabeza.
Decía que estaba incómodo porque este debate no
solamente se da en un momento determinado, ya prácticamente en la tarde, sin haber comido, sino porque
estamos asistiendo a una situación que no habíamos
vivido en el pasado y es que un grupo parlamentario que
está de acuerdo con el envío de tropas a Afganistán coge
los argumentos de los grupos que no estamos de acuerdo
no para ponerse del lado de los que no estamos de
acuerdo y cambiar entonces de posición política, no; para
contraponerse al Gobierno y decir que el Gobierno debe
decidirse de la poesía al teatro, por la prosa. Ese es el
planteamiento del Grupo Parlamentario Popular: tiene
que decir que allí estamos en una acción de guerra, vinculados a los Estados Unidos, etcétera; es decir, que el
Gobierno tiene que confesar. Es una especie de auto de
fe ante lo que estamos. Señorías, a mí no me ilusiona
nada formar parte de este auto de fe porque, al contrario
que el Partido Popular, yo no creo que este sea un tema
formal, de si alguien es poeta o teatrero, todos ellos
aspectos muy encomiables, o si le gusta la prosa. La
cuestión es la posición que se tiene respecto al envío de
tropas a Afganistán. Y el Partido Popular pide cuentas
sobre una materia con la que está de acuerdo, es una
posición sui géneris; hace oposición en lo que está de
acuerdo. Nuestro grupo parlamentario hace oposición
en esta materia porque no está de acuerdo, pero no lo
está con el Grupo Parlamentario Socialista y muchísimo
menos con el Grupo Parlamentario Popular, que nos pide
que no solamente estemos allí, sino que lo estemos con
la bayoneta calada. Es lo que nos pide el Grupo Parlamentario Popular. Nosotros decimos que ni con la bayoneta calada ni allí; no hay que estar en Afganistán.
Quiero utilizar un argumento que me parece sólido e
interesante, que ha usado el ministro de Defensa Bono
inteligentemente respondiendo al Grupo Parlamentario
Popular. Ha hablado de la encuesta Elcano, que
demuestra lo dividida que está la sociedad española
sobre nuestra presencia en Afganistán. Dice que en la
sociedad española las valoraciones negativas eran
mayores en el caso de Afganistán: un 45 por ciento se
mostró contrario a nuestra presencia en ese país y el 51
por ciento a favor. Como el señor Bono ha hablado de
mi grupo político, citaré a algunos otros. Me extraña aún
más la posición del Partido Popular. El 62 por ciento de
los votantes del Partido Popular está a favor de la participación en Afganistán, lo cual quiere decir que el 38
por ciento, no; el 56 por ciento del Partido Socialista y
en el caso nuestro, que le asombraba al señor Bono, el 42
por ciento está a favor y el resto en contra. Yo quiero
sacar de aquí un argumento para esta comparecencia. Yo
tendría dos argumentos para la comparecencia del presidente del Gobierno. Creo que es un error que el presidente del Gobierno no comparezca, no culmine la
jugada. El presidente del Gobierno, el Gobierno y el
ministro de Defensa, han gestionado bien la crisis, una
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crisis que se presentaba muy difícil, porque es una crisis
gravísima, muy grave. Pero es que, además, conecta con
el imaginario colectivo en relación con la política de
seguridad y con la presencia de nuestras tropas en el
extranjero. Creo que han gestionado bien la crisis liderando la investigación y el apoyo a las familias. Todo eso
lo han hecho bien. ¿Por qué razón el presidente del
Gobierno no quiere culminar el liderazgo de esta crisis
y no quiere comparecer en el Parlamento? No lo
entiendo. Lo ha hecho en otras ocasiones sorprendiéndonos a todos, por ejemplo en la presentación de la
resolución sobre Afganistán, y no veo en esta ocasión
por qué no quiere comparecer, sobre todo teniendo en
cuenta los sesudos argumentos que ha utilizado el Partido Popular. Con esos argumentos del Partido Popular,
el Grupo Parlamentario Socialista y el Gobierno no
tendrían ningún problema en comparecer. Además de
esa gestión de la crisis, el presidente del Gobierno
debería comparecer, en opinión de mi grupo, porque se
trata de una materia sobre la que todavía no hemos tenido
un debate serio en esta Cámara: qué relación tiene con
la nueva política exterior nuestra presencia internacional
y si esa presencia internacional tiene que revisarse o no.
Nosotros creemos que sí, que al menos en Afganistán
hay contradicción entre la política exterior y esa presencia internacional. Por eso preferiríamos votar nuestra
proposición. Esperamos que el Grupo Parlamentario
Socialista dé alguna salida a esta situación, preferiríamos
que la comparecencia del presidente fuera en periodo
ordinario, que pudiésemos debatir sobre el conjunto de
la presencia española en el exterior, pero si no nos queda
más remedio votaremos a favor de la comparecencia del
presidente habida cuenta de que respecto a la posición
del Partido Popular, no tenemos nada que ver con las
cuestiones que ha planteado hoy el Partido Popular en
esta Cámara y que apuntan a que estemos en Afganistán
con el bayoneta calada.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Llamazares.
Grupo Vasco, señor Erkoreka.
El señor ERKOREKA GERVASIO: Gracias, señor
presidente.
Quisiera comenzar mi intervención sumándome a las
expresiones de condolencia que ha formulado algún
portavoz parlamentario para con los familiares y los
allegados de los militares trágicamente fallecidos en
Afganistán.
Dicho esto, quisiera entrar directamente en el debate.
Bajo la cuestión que hoy nos ha reunido la Diputación
Permanente del Congreso subyacen, a mi juicio, dos
cuestiones. Una tiene que ver con la clarificación de las
circunstancias en las que se produjo la muerte de los 17
soldados y las actuaciones posteriores del Gobierno,
circunstancias que aunque en sí mismas son más bien de
naturaleza técnica, pues podrían ser, en algún caso quizás
forzadamente, consideradas como tales, pueden tener, y
de hecho tienen algunas de ellas, un trasfondo claramente político; tienen como trasfondo decisiones políticas que en la medida en que sean incorrectas, fallidas
o inadecuadas pueden conllevar una exigencia de responsabilidad respecto a los miembros del Gobierno o su
presidente. Se trata de puntos muy heterogéneos, muy
diversos, que se han tratado ampliamente esta mañana
en la comparecencia del ministro de Defensa en la Comisión correspondiente; puntos que van desde la concreta
identificación de la causa que provocó el suceso, si fue
un accidente fatal o si por el contrario fue consecuencia
de un ataque premeditado, hostil, consciente y deliberado, hasta la determinación de si una vez ocurridos los
hechos el Gobierno ha actuado con prudencia, con equilibrio, con sobriedad ante el grave suceso acaecido o si
por el contrario, como alguien ha acusado, ha aprovechado la emotiva situación creada para sobreactuar, para
poner en marcha un plan de propaganda orientado a
ganar posiciones en el ámbito de la imagen y de las
expectativas electorales. En todos estos puntos la comparecencia del ministro que acaba de concluir ha resultado razonablemente clarificadora y convincente y, hoy
por hoy —insisto en el hoy por hoy—, puede excusar la
comparecencia del presidente que se solicita, a no ser
que se le quiera traer a la Cámara para exigirle responsabilidades in eligendo, acusándole de haber designado
para dirigir el Ministerio de Defensa a alguien como el
señor Bono, tan dado a la escenificación teatral.
Hay una segunda cuestión de una dimensión más
claramente política, que se ve directamente afectada por
el punto que hoy analizamos en la Diputación Permanente y que tiene que ver con la pertinencia de la presencia de las tropas en Afganistán. También aquí se
pueden distinguir varios puntos, fundamentalmente, dos.
El primero es si la situación en Afganistán, tanto desde
el punto de vista estrictamente militar como desde su
adecuación a la legislación internacional o incluso desde
el respaldo con el que cuenta por parte de esta Cámara,
es una situación semejante o incluso idéntica a la de Irak.
Hay algunos —parece que muchos, a tenor de la presencia que tienen en los medios de comunicación— interesados en establecer paralelismos evidentes entre ambos
casos, entre Afganistán e Irak, pero, a juicio de mi grupo,
las diferencias son tan obvias como evidentes. No voy a
entrar a relacionarlas, porque sería imposible hacerlo en
el marco de esta sesión, con la limitación temporal que
nos hemos marcado para las intervenciones, pero basta
repasar el repertorio de resoluciones del Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas para comprobarlo. Me
parece importante hacer notar, por lo que se refiere a esta
Cámara, que hay una diferencia de trascendental importancia: la operación de Afganistán cuenta con el aval
expreso del Parlamento; correcto o no, acertado o no,
pero cuenta con ese aval, y la operación de Irak no lo
hacía.
La segunda cuestión, seguramente más grave a los
efectos de esta sesión, es la de si se han respetado o no
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los términos fijados en su día por la autorización parlamentaria que se otorgó para el envío de las tropas a
Afganistán. Hay grupos en esta Cámara que aseguran
—hoy mismo lo han hecho con rotundidad— que no se
produce este respeto, que las actuaciones de las fuerzas
destacadas en Afganistán están incumpliendo claramente
los límites fijados en esas resoluciones parlamentarias.
Hay grupos que denuncian abiertamente que, bajo la
falsa bandera de la misión humanitaria, lo que las tropas
destacadas en Afganistán están desarrollando de hecho
es una operación de guerra, operación que incumpliría
radicalmente los acuerdos de las Cortes Generales. Es
una acusación muy grave en términos democrático-parlamentarios, una acusación que preocupa especialmente
a mi grupo, entre otras cosas, porque carece de medios
suficientes para contrastar su veracidad y no quisiera que
el apoyo que en su día prestó a esta misión se viera
defraudado en la práctica por actuaciones de las fuerzas
militares contrarias a lo realmente acordado en esta
Cámara. Por sí mismo, el hecho de que se haya producido el accidente que ha justificado la convocatoria de
esta Diputación Permanente no evidencia una alteración
de esta misión. Algunos lo han pretendido, pero no es
así. En Afganistán, hasta las misiones más inofensivas,
hasta las misiones más rabiosamente pacíficas entrañan
riesgos graves para la integridad física de quienes participan en ellas. En esta Cámara a nadie se le ocultaba este
dato cuando se aprobó la actual misión humanitaria, y
si se le ocultaba es que o no quería ver o sencillamente
actuaba con una ingenuidad digna de mejor causa. A falta
de otras evidencias, mi grupo no tiene por qué pensar
que la información que nos suministra el Gobierno y la
que ha puesto a disposición de los grupos parlamentarios
esta mañana el ministro de Defensa sea falsa. Solo esperamos que el Gobierno sea leal y transparente en este
punto, que no oculte a la Cámara datos relevantes ni
defraude sus resoluciones poniendo en entredicho los
acuerdos del Parlamento. Si lo hiciera, si existieran
indicios racionales de que lo está haciendo o que nos
permitieran sospechar que lo hace, seríamos los primeros
en exigir, o en su caso apoyar, una comparecencia del
máximo responsable del Ejecutivo, pero no creemos que
hoy se den estas circunstancias, por lo que votaremos en
contra de la solicitud de comparecencia del presidente.
Un voto en contra que no significa una posición de principio contraria a la comparecencia. Insisto, pediremos
la comparecencia o, en su caso, la apoyaremos si comprobamos objetivamente que la evolución de los acontecimientos durante las próximas semanas o meses la
justifican. Creo que hoy por hoy no concurren estas
circunstancias, y solo por esto votaremos en contra de
la propuesta de comparecencia.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Erkoreka.
Por el Grupo Parlamentario de Esquerra Republicana
tiene la palabra el señor Puig.
El señor PUIG CORDÓN: Gracias, señor presidente.
En primer lugar, quiero manifestar en nombre de mi
grupo parlamentario el pésame y la condolencia a los
familiares de los 17 militares fallecidos en el accidente
del pasado 16 de agosto.
Entrando en el tema que nos trae a esta Diputación
Permanente, en su intervención el portavoz del Grupo
Popular ha hecho una afirmación tajante: Nos han engañado a todos. Lo que no va a permitir nuestro grupo es
que el señor Zaplana nos engañe a nosotros. Por tanto,
señor Zaplana, no vamos a votar su solicitud de comparecencia, porque no vamos a permitir que usted nos
intente engañar. Por las informaciones que nos ha facilitado en su comparecencia en la Comisión de Defensa
el señor Bono, ministro de Defensa, creemos que no hay
ningún motivo para que comparezca el presidente del
Gobierno. Las explicaciones que se han dado esta
mañana han dejado claro lo que ha sucedido y, por tanto,
al día de hoy no hay motivo alguno para solicitar la
comparecencia del presidente del Gobierno. Nuestro
grupo apoyó en su día el envío de tropas a Afganistán.
Aunque ya se ha dicho esta mañana, hay grandes diferencias entre Afganistán e Irak. El mandato de Naciones
Unidas y el mandato mayoritario de este Parlamento
avalan el envío de tropas y, por coherencia, seguimos
afirmando —lo hemos manifestado en la Comisión de
Defensa— el apoyo a la situación que se ha creado y al
mantenimiento de las tropas en Afganistán. Si los acontecimientos, las informaciones que nos llegan y las
investigaciones que se vayan desarrollando no introducen cambios sustanciales o importantes, no apoyaremos la comparecencia del presidente del Gobierno. Si
en los próximos días el curso de la investigación variase
porque cambiasen sustancialmente las circunstancias o
las informaciones, Esquerra Republicana se replantearía
la situación. La comparecencia del ministro ha sido
suficiente y por ello vamos a mantener el voto negativo
a la solicitud del Grupo Parlamentario Popular.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Puig.
Por el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i
Unió) tiene la palabra el señor Maldonado.
El señor MALDONADO I GILI: Muchas gracias,
señor presidente.
Procuraré ser breve por una sencilla razón, porque
podemos caer en el error de que esta Diputación Permanente se convierta en la segunda parte de la Comisión de
Defensa que ha tenido lugar esta mañana. Hemos debatido el tema largo y tendido —cinco horas y media— y,
al igual que han dicho otros portavoces, creo que se ha
discutido en profundidad. El ministro de Defensa ha
hecho una exposición detallada y ahora sería un error
volver a incidir en él e iniciar un nuevo debate político.
Esta es una Diputación Permanente que tiene un único
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punto del orden del día, que es aprobar o no la petición
de comparecencia del presidente del Gobierno para que
exponga los criterios del Gobierno respecto al accidente
que tuvo lugar en Afganistán. Nuestro grupo considera
que las comparecencias del Gobierno, de los ministros,
del presidente o de quien haga falta son buenas, pero
también cree que tienen que llevarse a cabo cuando
correspondan. El debate del accidente de Afganistán
debe celebrarse en un ámbito determinado, que es la
Comisión de Defensa, y ya ha tenido lugar. ¿Por qué
tiene que ser en la Comisión de Defensa? Por una sencilla razón, porque allí se aprobó, porque allí el ministro
vino a exponer el desarrollo de la presencia de España
en Afganistán, y ese es el foro político en el que tiene
que tener lugar el debate del accidente que tuvo lugar en
ese país. Se ha llevado a cabo y nuestro grupo esta
mañana se ha dado por satisfecho, por lo que no estimamos necesaria la comparecencia del presidente del
Gobierno.
El señor Zaplana ha hecho dos afirmaciones que mi
grupo ha escuchado atentamente: que la petición de un
grupo como la del Partido Popular merece una meditación. Señor Zaplana, en política —y utilizo términos
bélicos— se acostumbra a decir que al enemigo, ni agua.
Esta es una praxis política que está demasiado en boga
y que en esta casa se ve muy a menudo. Cuando ustedes
gobernaban también lo aplicaban y de aquellos vientos
estas tempestades. No lo compartimos ahora, tampoco
nos gustaba en aquel momento, pero nuestro grupo cree
que un grupo mayoritario como el suyo tiene derecho a
pedir la comparecencia del presidente del Gobierno y a
exigir un debate.
La segunda afirmación era la de que se va a negar el
debate. Mi grupo estima que no se tiene que producir la
comparecencia del presidente del Gobierno. ¿Por qué?
Porque la información del Gobierno ha sido correcta en
tiempo y forma, porque la explicación del ministro ha
sido exhaustiva y detallada en el foro y en el ámbito que
corresponde. Pero a nuestro grupo, respetuoso democráticamente, le da la impresión de que el Partido Popular,
partido mayoritario —no el más mayoritario, pero sí el
segundo grupo y, por tanto, un grupo importante con
representación en el Congreso—, tiene derecho a pedir
esta comparecencia. No obstante, nuestro grupo estima
que no ha lugar, por tanto, no la votaremos a favor. Si
mi grupo estuviera en la tesitura de decir si o no, votaría
que no. Es más, si del voto de Convergència i Unió
dependiera la aprobación o no de esta comparecencia,
votaríamos que no. Pero nuestro voto no decide la comparecencia. Dejando claro que el presidente del Gobierno
no tiene que comparecer, nos abstendremos pues estimamos que son suficientes las explicaciones y que, como
han dicho otros grupos, seguimos teniendo el instrumento de pedir la comparecencia posteriormente si lo
que hasta hoy se ha dicho no es cierto o varía. Hasta
ahora la actuación del ministro y del Gobierno ha sido
correcta, por lo que no ha lugar a la comparecencia pero,
repito que en aras a este debate que pide el Partido
Popular, nos abstendremos.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor
Maldonado.
Grupo Socialista, señor Cuadrado.
El señor CUADRADO BAUSELA: Conviene
recordar a esta altura de la marcha de la Diputación
Permanente que estamos aquí reunidos porque el día 16
de agosto 17 militares españoles murieron en Afganistán.
Conviene recordarlo porque, si no, pudiera parecer que
el debate tiene que ver con el pasado, con la etapa en la
que gobernaba el Partido Popular en España, o con los
debates que ya hemos tenido sobre la conveniencia o no
de que nuestros soldados estén en Afganistán y estoy
seguro de que en el futuro habrá más debates sobre esa
cuestión.
El señor Zaplana, portavoz del grupo que solicita la
comparecencia del presidente del Gobierno, ha empezado su intervención diciendo que después de las horas
en las que hemos estado en la otra Comisión con la
información del ministro de Defensa no ha tenido suficiente, es decir, que necesita más información. Yo he
estado atento al desarrollo de su intervención y no sé
muy bien qué quiere exactamente el Grupo Popular. No
sé si quiere más información sobre los detalles del accidente, sobre el helicóptero, sobre todas aquellas cuestiones sobre las que espero que a estas alturas el señor
Zaplana ya tenga suficiente información, sobre cómo se
gestionaron otras crisis en el pasado, o sobre las diferencias que pudiera haber entre nuestra presencia hoy en
Afganistán y en el pasado en Irak. Me dice con la cabeza
que sí, que esa es exactamente la herida, la última que
acabo de señalar. No lo sé, puede que sí. Lo que ningún
ciudadano que siga este debate puede entender a estas
alturas es la relación que existe entre el accidente trágico,
dramático, con 17 compatriotas muertos en Afganistán
y los argumentos que se exponen para que no sea suficiente la comparecencia del ministro y comparezca el
presidente del Gobierno.
Yo he oído durante estos días —y hoy aquí es el único
argumento que he vuelto a oír— que la cuestión tiene
que ver con las palabras pronunciadas por el presidente
del Gobierno el 6 de julio en las que explica cuáles son
las razones para pedirle autorización al Parlamento para
nuestra presencia en Afganistán y en Haití con un batallón electoral. Ese fue el debate, si SS.SS. lo recuerdan.
Nos dice el señor Zaplana, en una confusión memorable
—nos ha leído el «Diario de Sesiones»—, que en aquel
momento el presidente del Gobierno dijo: Mi compromiso es que van por tres meses, era una de las condiciones más importantes de la misión. El límite temporal,
tres meses, y volverán a casa. Si no cumplía este compromiso —nos lo ha leído él textualmente— comparecería otra vez. No ha entendido nada, señor Zaplana.
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Escuche un momento, si puede. No haga caso a sus
asesores que le confunden mucho en esta materia. Aquel
era un batallón electoral que estaba previsto para las
elecciones presidenciales. Las citadas elecciones presidenciales ya se produjeron y han vuelto a casa, hace
mucho tiempo que están aquí y no cumplieron el límite
de los tres meses, estuvieron por debajo. Terminó aquel
compromiso, aquella aprobación y aquella petición de
acuerdo al Parlamento, por cierto, por primera vez en la
historia de nuestra democracia. Usted confunde ese
detalle concreto con otra historia que es diferente y que
empieza el día 22 de junio de este año, no de 2004. Pues
bien, el 22 de junio —le han debido de explicar muy mal
las cosas— le pide el Gobierno, a través de su ministro
de Defensa, autorización para ir a Afganistán con un
batallón electoral para otras elecciones legislativas, las
que están previstas para el 18 de septiembre. Usted confunde un batallón con otro batallón, una autorización con
otra autorización y dice, como conclusión solemne, que
el presidente del Gobierno de España no tiene palabra.
(Rumores.) Me quedo ahí. Dejo esa cuestión exactamente en ese punto, señor Zaplana. La próxima vez lea
el «Diario de Sesiones», elija mejor a los asesores, haga
lo que tenga que hacer, pero entienda que con mala
información se sacan malas conclusiones, y eso es lo que
usted ha hecho aquí. Por cierto, la comparación que usted
haga entre la Diputación Permanente y la sesión de hoy
por la mañana, la hace usted y veo que es por donde
duele. Hoy por la mañana ha habido una excelente, una
extraordinaria atención a la información del señor
ministro de Defensa, lo que afirma nuestra opinión, que
hemos expresado y que reitero hoy aquí, de que quien
tiene que comparecer es el ministro de Defensa como le
han dicho todos los grupos, porque tiene que explicar lo
que ha ocurrido el 16 de agosto y lo que ha gestionado
el Gobierno a partir del 16 de agosto hasta hoy. Lo ha
hecho bien, ha sido receptivo con las familias, ha dado
bien los pasos, ha dado las suficientes explicaciones y
ha habido transparencia. Y usted quiere que el presidente
del Gobierno explique lo que usted quiere que se ponga
encima de la mesa, la comparación con el 16 de agosto
y lo que ocurrió —recuerde— con el Yakolev 42. Es lo
que quiere usted, porque se ha referido al pasado constantemente; no ha dicho que quiere que el presidente del
Gobierno explique que si el helicóptero…, que si los
medios que tenemos…; lo que ha querido que explique
el presidente del Gobierno sobre las misiones se basa en
una enorme, descomunal confusión que usted ha cometido. Usted ha confundido dos batallones electorales, dos
fechas distintas, dos autorizaciones distintas, y hoy
estamos aquí para escucharle el resultado de esa enorme
confusión que usted tiene.
Primera cuestión, por tanto, no sé para qué quiere la
comparecencia del presidente del Gobierno. Por lo que
he oído hasta ahora sigo diciendo en nombre del Grupo
Socialista que no sabemos para qué quiere usted la comparecencia del presidente del Gobierno, salvo que sea
para explicar cómo ustedes hacían las cosas, a la vista
de lo que dice cuando habla de gobernábamos nosotros,
que es lo que le he oído hace un momento. (Rumores.)
Segunda cuestión, señor Martínez-Pujalte (El señor
Martínez-Pujalte López: Ha salido todo en la televisión, una película de ficción.), la televisión, los medios
de comunicación, la prensa escrita, todos los medios han
establecido con absoluta claridad cuáles eran las preguntas, todas las preguntas. ¿Cuáles cree usted que son
las preguntas hoy después de la comparecencia del señor
ministro? (El señor Martínez-Pujalte López pronuncia palabras que no se perciben.) ¿Si es mejor un
helicóptero que otro? ¿Si las identificaciones son
correctas o no? ¿Si la gestión que ha hecho el Gobierno
es correcta o no? Parece que la conclusión es que a fecha
de hoy existe una común y universal opinión sobre que
el Gobierno lo ha hecho correctamente, ha hecho las
cosas correctamente. Hubieran quedado ustedes muy
bien si hubieran esperado a que hubiera algún error, pero
se han precipitado y eso les ha perdido, no tengan ninguna duda. (El señor Martínez-Pujalte López: Que no
se ha caído el helicóptero, lo que yo digo; no se ha
caído.—Rumores y protestas.—La señora Cunillera
i Mestres: Cállate, hombre. Un poco de respeto.—La
señora Pozuelo Meño: No es cuestión de gracia.) Una
cuestión que se ha planteado por más de un grupo y
también por el Grupo Popular es, y sería importante si
hubiera alguna duda sobre ella, tenía razón el portavoz
del PNV: ¿Se están cumpliendo las misiones que fueron
autorizadas en Afganistán para nuestros soldados?
¿Están haciendo lo que se aprobó en su momento?
Aquí estamos algunos diputados que estuvimos allí a
principios de agosto para comprobarlo. (El señor
Atencia Robledo: A nosotros no nos invitaron.) Se les
invitó, y no solo se les invitó —era el 1 de agosto, mala
fecha—, sino que además el senador Molina del Grupo
Popular asistió; otros no quisieron asistir. (El señor
Atencia Robledo: No, no; no es verdad.) Otros no
quisieron asistir, me parece correcto, pero no es cierto
que no se les invitara. Ojalá hubieran ido, como estuvo
el señor Maldonado, o don Luis Mardones, o don Joan
Puig (El señor Martinez-Pujalte López: ¿Llevaban el
carné en la boca?— Rumores.) no me van a dejar por
mentiroso si digo que nuestros soldados en Afganistán
cumplen excelentemente (Rumores.) los objetivos de la
misión. Lo hemos comprobado en las calles de Qala-iNaw, lo hemos comprobado sobrevolando en los helicópteros que ahora se han estrellado entre Qala-i-Naw
y Herat, lo hemos comprobado y además nos lo han
agradecido, porque han podido decirles a los representantes del pueblo español qué necesitaban, cómo iba su
misión, y eso es muy importante, señor Martínez-Pujalte,
porque así uno cuando se pronuncia sobre esas cuestiones lo puede hacer con conocimiento de causa.
Ustedes tienen una obsesión por justificar no sé qué
cosas del pasado (Varios señores diputados: No, no,
no.). En Irak, ya que han establecido una comparación,
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señor Llamazares, hay en este momento 120.000 soldados americanos. En este momento en Afganistán en la
zona ISAF hay 10.000 soldados de 35 países (El señor
Atencia Robledo: El 10 por ciento nuestro.), entre
ellos, efectivamente con una presencia muy importante,
muy útil y reconocida por Naciones Unidas, hay casi mil
soldados españoles. ¿Qué están haciendo allí? Cumplen
los fines de la misión, punto primero, de una manera
literal; repito, señor Llamazares, lo hemos podido comprobar, como pudimos comprobarlo en su momento en
Kabul en octubre; exactamente las misiones para las que
han ido allí mandatados por el Parlamento. Usted recordará, y se ha dicho siempre por el Gobierno, que cuando
se le hace una consulta al Parlamento sobre una misión
concreta siempre se ha expresado el siguiente criterio
del Gobierno: si no hay acuerdo mayoritario de los
grupos no se realizará la misión; siempre, y usted lo sabe,
señor Llamazares. Cada grupo se ha pronunciado, como
lo ha hecho hoy; siempre se ha producido esa circunstancia. Además nosotros no estamos en ninguna operación Libertad Duradera, y conviene que ese matiz se
diferencie bien. Los soldados que murieron el otro día y
los que vimos nosotros en las calles de Qala-i-Naw o en
el campamento de Herat llevan un escudo azul que pone
ISAF y debajo el anagrama de la ONU, de Naciones
Unidas. Eso es lo que hacen allí nuestros soldados, y
conviene que la opinión pública española lo sepa, porque
habrá más debates sobre esta cuestión. No me parece
correcto que se relacione este debate con un accidente
en el que mueren 17 militares españoles el 16 de agosto;
no me parece correcto, pero en cualquier caso se puede
hacer y se hará ese debate. De todas maneras nadie podrá
negar, se cojan las encuestas que se cojan, se conozca de
una manera o de otra la opinión pública, que el Gobierno
Socialista está haciendo allí lo que quiere la opinión
pública que se haga, exactamente eso. Cuando se compara la opinión pública sobre las misiones en el exterior,
sobre las características que deben tener, hay una diferencia abismal, importantísima, entre la opinión pública
española y otras opiniones públicas. Cuando se le pregunta a los ciudadanos españoles si creen que se debe
emplear la fuerza para una misión de interposición de
paz, por ejemplo en Ruanda, en Kosovo, no hay ninguna
opinión pública en el mundo que tenga un porcentaje
más alto que diga que sí que la opinión pública española.
Por cierto, cuando en una encuesta, como la de febrero
de Elcano, se dice que el 51 por ciento apoya tal o cual
misión no quiere decir que el 49 por ciento esté en
contra, como se puede ver en la propia encuesta, evidentemente.
No hay forma de poder explicar hoy aquí cuál es la
razón por la cual exactamente el 24 de agosto el Grupo
Popular quiere que comparezca el presidente del
Gobierno. Podría haber dado razones, pero no ha dado
ni una, salvo la aportación, repito, de una monumental
confusión de su portavoz. No hay forma, por mucho que
se manipulen las palabras… Uno puede decir, por
ejemplo: el presidente del Gobierno de España dijo el
día 6 de julio que el único peligro que tenían las misiones
españolas era que viajaran en aviones como el Yakolev.
Si uno lee el «Diario de Sesiones» verá que el mayor
peligro es ese, y señaló otros, pero un hábil portavoz
como el señor Zaplana cambia, pone único, y ya ha
arreglado la cuestión. Por ejemplo, con respecto a las
declaraciones del señor Caldera, que eran sobre Irak, él
anota, como si esas palabras fueran declaraciones sobre
Afganistán, y ya tenemos preparada la explicación y la
solemne conclusión. Se pueden decir muchas más.
Señorías, hoy algo está claro (El señor MartínezPujalte López: Que se ha caído un helicóptero, clarísimo.): después de la comparecencia del señor ministro
no tiene ningún sentido solicitar hoy, 24 de agosto, la
comparecencia del presidente del Gobierno.
El señor PRESIDENTE: Habiendo concluido el
turno de fijación de posiciones, procede, si algún grupo
parlamentario lo estimara necesario, un turno de réplica.
(Pausa.)
Adelante, señor Zaplana.
El señor ZAPLANA HERNÁNDEZ-SORO: Señor
presidente, señorías, sí ha servido esta sesión de la Diputación Permanente. No siempre sirve, pero esta vez sí
hemos sacado alguna conclusión. Ha quedado claro para
ello está el «Diario de Sesiones», para poder comprobarlo posteriormente— que el compromiso del presidente del Gobierno era por una sola vez, cosa que no
sabíamos, pero que usted ha dejado claro. Vino una vez
y ya no viene más, y todo lo demás son confusiones de
este portavoz o de los demás. El compromiso del presidente del Gobierno, lo que justificó su estrategia política
durante muchos años es venir un día. Vino, dijo que era
para tres meses, no se llegó a tres meses, se retiraron esas
tropas y de todo lo demás que se encargue el ministro de
Defensa. Incluso le admito —y no me enfado, se lo
prometo— que se meta conmigo, eso no me importa,
pero creo que es exagerado que usted tome por tontos al
conjunto de la Cámara y de la opinión pública española;
se lo digo sinceramente. No se ha leído usted lo que dice
el «Diario de Sesiones». Es que dijo que era solamente
para tres meses. ¿El señor Rodríguez Zapatero no es el
presidente del Gobierno? ¿No asumió el compromiso
ante la Cámara de que las misiones exteriores tendrían
el acuerdo parlamentario y que él defendería esa posición? ¿No dijo —y le acabo de leer un «Diario de
Sesiones»— expresamente: si cambian las circunstancias
vendré a pedir una nueva ratificación? ¿Por qué se
empeñan en lo imposible y desde mi punto de vista, y
con todos los respetos, hacen el ridículo. ¿Es que no
sabía usted que era para tres meses? ¿O sea que ya no
viene más? ¿Lo que usted quiere decir es que el presidente del Gobierno desarrolló esa estrategia durante
tantos años para venir un día, liquidó y que no se le
espere más por aquí? La opinión que me merece su
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intervención no es demasiado importante desde el punto
de vista del contenido que ha expresado.
El debate de esta tarde no tiene nada que ver con
cuestiones técnicas que hemos podido abordar en la
Comisión de Defensa. He hecho alguna referencia al
principio de mi intervención, pero he hecho constar que
las hacía porque no había tenido la ocasión de formularlas en la réplica. He hecho alguna referencia y he leído
el «Diario de Sesiones», porque sin duda me parecía que
tenía que ver con el tema que tratamos y era bastante
ilustrativo. Aquí estamos solicitando —permítame que
nosotros seamos capaces al menos de decidir lo que
solicitamos; no lo interprete usted; está en el escrito que
tiene a su disposición— un debate que nos parece tremendamente importante o trascendente, como he dicho
esta mañana y reitero ahora. Se trata de un debate sobre
nuestras misiones en el exterior, que ustedes quieren
liquidar con una comparecencia del ministro de Defensa
en la comisión correspondiente para que venga y diga:
Cambiamos de lugar, cambiamos la misión, cambiamos
el número de efectivos. Han cumplido con el trámite
parlamentario, pero ese no es el compromiso del
Gobierno ni de su presidente ni del Partido Socialista;
ya me puede usted contar los «Diarios de Sesiones» que
quiera. Nosotros solicitamos un debate sobre nuestras
misiones en el exterior, sobre el papel de España en el
mundo, sobre los compromisos que el Gobierno ha asumido y eso es lo que queríamos; esa era nuestra pretensión. Sin duda también, porque es nuestra obligación,
pretendíamos pedir explicaciones sobre los cambios de
posición del Gobierno porque tienen que responder de
algo. ¿O es que S.S., a quien tanto le gusta hoy leer
«Diarios de Sesiones», no recuerda que en su comparecencia el señor presidente del Gobierno dijo que él no
quería dirigir y ponerse al frente de un PRT porque era
muy peligroso y porque no estábamos en condiciones de
hacerlo? Sin embargo —ese ya no era su compromiso—,
al poco tiempo manda al ministro de Defensa y en estos
momentos estamos al frente de un proceso de reconstrucción; justamente lo que había dicho que no iba a
hacer porque era muy peligroso. ¿A quién le pedimos
responsabilidades de eso? El presidente ya no las tiene;
él ya había liquidado. Cómo nos atrevemos nosotros a
decirle al presidente del Gobierno que venga aquí a dar
alguna explicación, nada más y nada menos, sobre las
misiones que España tiene en Afganistán. ¿Pero cómo
se atreven? Él ya vino un día y lo demás se ha de liquidar
con el Ministerio de Defensa. ¿Ve usted lo absurdo de
su argumento? ¿Ve usted a dónde está llevando el debate
político esta tarde? Yo comprendo que se quieran
escapar, que tengan situaciones complicadas y que lógicamente en estos momentos desde la responsabilidad del
Gobierno les sea muy difícil poder mantener un mínimo
de coherencia con lo que dijeron e hicieron, pero no lleve
usted todo al absurdo.
No son ni dos, ni tres, ni cuatro historias diferentes;
es la misma historia, señores del Grupo Parlamentario
Socialista. Nuestras misiones en el exterior y nuestra
misión en Afganistán es una misión para la que el presidente del Gobierno vino a pedir autorización a la
Cámara, y ella ha cambiado radicalmente en cuanto a
objetivo y número de efectivos, por eso ya no viene el
presidente del Gobierno; no nos engañemos. ¿Por qué
no viene el presidente del Gobierno? Porque tiene que
desdecirse de todo lo que dijo, porque no puede mantener la literalidad del «Diario de Sesiones» de aquella
tarde y lo que le dijo Mariano Rajoy, y mucho menos
—lo comprendo— en estas trágicas y dramáticas circunstancias que nos acompañan ahora. Si fuera fácil
estaría aquí todas las tardes. Por eso no hace como hacen
todos los dirigentes europeos importantes, no lideran a
sus países cuando hay una catástrofe, no se ponen al
frente de esas situaciones desde el punto de vista del
debate político.
Les he dicho esta tarde y lo reitero una vez más que,
como es lógico, se podrán tener todas las opiniones que
se quieran sobre la actuación del Gobierno del Partido
Popular. Murieron agentes del CNI y el presidente del
Gobierno Aznar vino a los tres días a celebrar un debate.
Sobre Irak, de lo que tanto se han quejado ustedes, existieron innumerables comparecencias del presidente del
Gobierno, del ministro de Defensa, de la ministra de
Asuntos Exteriores en las comisiones correspondientes;
hubo preguntas orales y escritas. (Un señor diputado:
Votaciones secretas.—Rumores.) Probablemente nunca
un tema se haya debatido tanto. Es legítimo que ustedes
no mantuvieran una posición como la que mantenía el
Gobierno en ese momento. Lo que no puede ser es que
en estos momentos se quieran seguir escondiendo intentando justificar una incoherencia que no tiene ni pies ni
cabeza. ¿Es mucho pedir que el presidente del Gobierno
diga en la Cámara cuál es el alcance de la misión? Esa
no es una cuestión técnica, esa no es una cuestión que
tenga que ver con que si la cola del helicóptero chocó o
dejó de chocar. ¿No puede venir el presidente del
Gobierno a esta Cámara a decir cuál es el alcance concreto de la misión? Es más, sabe que el Grupo Parlamentario Popular va a estar de acuerdo, como también se ha
dicho; sabe que estaremos a favor. Qué mejor reconocimiento en estos momentos trágicos a las Fuerzas
Armadas y a las familias —también lo decimos en
nuestro escrito de solicitud— que una sesión plenaria
solemne con el presidente a la cabeza y con la garantía
de que la mayoría de la Cámara está a favor de que esas
misiones se sigan realizando y de que va a tener nuestro
apoyo. Si eso es así, señor Llamazares, ¿por qué no viene
el presidente del Gobierno? Porque no puede, porque
vive en una esquizofrenia permanente. (Risas.—
Rumores.) Me refiero a esquizofrenia política y matizo
y pido perdón porque les doy mi palabra de que en estos
momentos no está en mi ánimo emitir ningún juicio
insultante sobre el presidente del Gobierno. Él vive en
una esquizofrenia política (El señor Llamazares Trigo:
Clínica.): por una parte, tiene que cumplir con los com-
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promisos de España en el exterior, pero por otra tiene
que mantener los equilibrios parlamentarios en esta casa,
y le es muy difícil poder decir algunas cosas. ¿Cómo les
va a decir a ustedes en una sesión plenaria lo que dice
un decreto-ley de 5 de noviembre del Gobierno socialista, en el que cuando hace referencia a la operación
Libertad Duradera en Irak estipula: La participación
española amparada en las resoluciones 1441
de 2002, 1483 de 2003, 1511 de 2003 se concretó en el
envío de diferentes tipos de unidades con la misión de
ayuda humanitaria y restablecimiento de la seguridad?
¿Cómo les va a contar esto a ustedes? ¿Cómo les va a
decir que ha puesto su firma en un documento del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en el que se pide
a los países que acudan a Irak? Todo el mundo lo sabe y
ustedes también, aunque miren hacia otra parte; es
verdad, información no nos falta.
Es delicado tener que venir y al mismo tiempo tener
que estar asumiendo las dos posiciones. Dice: Yo he
cumplido mi compromiso; vine una tarde, liquidé y
ahora que vaya el ministro de Defensa y ya les va contando, aunque todo sea radicalmente contrario. Un parlamento como el nuestro se merece un debate de altura
—se lo merece en este momento especialmente con 17
fallecidos—, sobre las misiones exteriores de nuestro
país, sobre el porqué, sobre el para qué, sobre el contenido, sobre nuestros compromisos exteriores, sobre le
papel que quieren que juegue España en el exterior. ¿Es
mucho pedir eso? ¿Es mucho pedir que a quien ha hecho
gala permanente de ese compromiso se le diga que
venga? Pues esa es la realidad. (El señor Llamazares
Trigo: Decid que sí, por favor.) Ya sabemos que no va
a comparecer, ya sabemos que en este caso ni siquiera
ha interrumpido sus vacaciones para estar hoy con todos
nosotros. Podía haber celebrado un Pleno extraordinario
perfectamente en esta Cámara. Por tanto, señores del
Grupo Parlamentario Socialista, por mucho que les
duela, no solamente no cumple su compromiso, que no
era el compromiso de venir una tarde; no solamente no
da la cara en un momento de debate político especialmente intenso en nuestro país, es que por mucho que se
haya dicho esta mañana y que les hayan querido defender
sus portavoces o el miembro del Gobierno ni siquiera la
pérdida de 17 vidas humanas en la misión de Afganistán
es suficiente para que comparezca en el Pleno del Congreso, que era lo único que nosotros pretendíamos en
esta sesión de la Diputación Permanente. (Aplausos.)
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE: Gracias a usted, señor
Zaplana.
¿Algún otro grupo parlamentario desea replicar?
(Pausa.)
Señor Cuadrado.
El señor CUADRADO BAUSELA: Gracias, señor
presidente.
En un debate de altura, señor Zaplana, renuncio a
poder explicar una vez más la diferencia entre el batallón
que se aprueba en el mes de julio del año 2004 (El señor
Ayala Sánchez: El pelotón de los torpes.), el PRT que
se aprueba en febrero del 2005 en el Parlamento y el
batallón electoral, que no tiene nada que ver con el primero desde el punto de vista de las misiones y del objeto
de la misión, que se aprueba en el Parlamento el
pasado 22 de junio del 2005. (El señor Atencia
Robledo: No se aprueba. No se vota.—) A partir de
ahí, señor Zaplana, solo puedo dar una interpretación:
viene usted muy afectado de la comparecencia anterior,
si no, no podría entender que haya reiterado errores tan
contundentes como los que usted ha reiterado sobre esa
cuestión. (Rumores.) En segundo lugar, ya no estamos
aquí sentados —se expresa de una manera clara y
nítida— porque el día 16 de agosto murieron 17 militares
españoles en Afganistán, queremos que comparezca el
presidente —lo ha dicho usted— para que haya un
debate sobre el papel de España en el mundo, sobre el
conjunto de las misiones de España en el mundo. ¿No
estábamos aquí en relación con un accidente y con
dudas? La mejor prueba de que no es necesaria la comparecencia del presidente del Gobierno es su intervención, señor Zaplana. (Rumores.—Un señor diputado:
Sí señor.) No ha argumentado usted nada sobre la necesidad de que después de la comparecencia del ministro
de Defensa deba comparecer el presidente del Gobierno.
Se ha quedado usted sin nada en las manos para poder
justificar la petición de comparecencia del presidente del
Gobierno.
Para terminar, señor Zaplana, debate de altura, de
grandes mandatarios internacionales. Dice usted que
cómo es posible que hoy mismo no está aquí el presidente del Gobierno para dar explicaciones a los españoles sobre el papel de España en el mundo (El señor
Martínez Pujalte López: Está buceando.), y después
hace una comparación con el señor Aznar, que compareció. Quiero decirle dos cosas sobre el señor Aznar y
su comportamiento, sus explicaciones a la opinión
pública española sobre las misiones, sobre los accidentes, etcétera. A fecha de hoy, el señor Aznar aún no
ha estrechado la mano de un solo familiar de una víctima
del Yak. (Varios señores diputados: ¡Pero qué dice!)
Todavía no ha estrechado ninguna mano. No ha recibido
a nadie. (El señor Trillo-Figueroa Martínez-Conde
pronuncia palabras que no se perciben.) Sí, señor
Trillo, y usted sigue ahí, efectivamente. No ha recibido
a nadie, no ha dado explicaciones a nadie. Lo han dicho
los grupos parlamentarios, pero sería bueno que abrieran
bien los oídos a la calle. Ustedes están preguntando aquí
de una manera absolutamente obsesiva por qué con
Afganistán sí y con Irak no, por qué con este accidente
sí y con el otro accidente no. ¿Todavía no lo han entendido? Pues reflexionen un poco. (Un señor diputado:
Claro, porque tú manipulas.—Aplausos.—Varios
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señores diputados pronuncian palabras que no se
perciben.)
El señor PRESIDENTE: Silencio. Vamos a intentar
terminar la Diputación Permanente de la mejor manera
posible.
Procedemos a la votación de la petición formulada
por el Grupo Popular respecto a la conveniencia de la
comparecencia del presidente del Gobierno, para
explicar, en los términos que figuran en el punto del
orden del día, el trágico suceso en el que fallecieron 17
militares españoles.
Comienza la votación. (Pausa.)
Efectuada la votación, dio el siguiente resultado:
votos a favor, 16; en contra, 23; abstenciones, una.
El señor PRESIDENTE: Queda rechazada la petición.
Muchas gracias por su esfuerzo.
Se levanta la sesión.
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Eran las seis de la tarde.
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