BOLETINES N° 3213-07 Y N° 3292-07 21 de noviembre de 2003 ISSN 0787-0415 I. DESCRIPCIÓN REFERENCIA : Modifican el código penal y la ley 18.045 agravando las penas de los delitos económicos cometidos por funcionarios públicos y delitos cometidos por privados contra el patrimonio del Estado y/o el sistema financiero INICIATIVA : a) Boletín N° 3213-07 : Moción de los diputados Sra. Soto y Sres. Accorsi, Leal y Ceroni b) Boletín N° 3292-07 : Moción de los diputados Sres. Burgos, Silva, Saffirio y Walker ORIGEN : Cámara de Diputados INGRESO : a) b) CALIFICACIÓN : Sin urgencia ARTICULADO : a) Boletín N° 3213-07: dos artículos, el primero que modifica disposiciones del Código Penal y el segundo de la ley de Mercado de Valores b) Boletín N° 3292-07: dos artículos, el primero modifica la ley de Mercado de Valores y el segundo el Código Penal. Boletín N° 3213-07 : 03 de abril de 2003 ; Boletín N° 3292-07 : 17 de julio de 2003 OBJETO, SEGÚN LA INICIATIVA a) Boletín N° 3213-07: Agravar las penas asignadas a los delitos de cohecho y de malversación de caudales públicos así como las contempladas en los artículos 59 y 60 de la Ley de Mercado de Valores; b) Boletín N° 3292-07: Agravar las penas contempladas en el artículo 60 de la Ley de Mercado de Valores e introducir un nuevo artículo al Código Penal que sancione al particular que induzca al empleado público a revelar secretos -3- 21 de noviembre de 2003 ISSN 0787-0415 a su cargo. CONTENIDO ESPECÍFICO 1.- a) Boletín 3213-07: ”Introdúzcanse modificaciones al Código Penal: 1.- las siguientes Reemplazase el artículo 248 del Código Penal por el siguiente: Art. 248. El empleado público que solicitare o aceptare recibir mayores derechos de los que le están señalados por razón de su cargo, o un beneficio económico para sí o un tercero para ejecutar o por haber ejecutado un acto propio de su cargo en razón del cual no le están señalados derechos, será sancionado con la pena de inhabilitación especial o absoluta para cargos públicos temporales en su grado medio y multa del tanto al duplo de los derechos o del beneficio solicitado o aceptado. 2.- Reemplázase el artículo 248 bis del Código Penal por el siguiente Art. 248 bis. El empleado público que solicitare o aceptare recibir un beneficio económico para sí o un tercero para omitir o por haber omitido un acto debido propio de su cargo, o para ejecutar o por haber ejecutado un acto con infracción los deberes de su cargo, será sancionado con la pena de reclusión menor en sus grados medio, y además, con la pena de inhabilitación especial o absoluta para cargos u oficios públicos temporales en cualquiera de sus grados y multa del tanto al duplo del beneficio solicitado o aceptado. Si la infracción al deber del cargo consistiere en ejercer influencia en otro empleado público con el fin de obtener de éste una decisión que pueda generar un provecho para un tercero interesado, se impondrá la pena de inhabilitación especial o absoluta para cargo u oficio público perpetuas, además de las penas de reclusión y multa establecidas en el inciso precedente. 3.- Reemplázase el artículo 249 del Código Penal por el siguiente: Art. 249. El empleado público que solicitare o aceptare recibir un beneficio económico para sí o para un tercero para cometer alguno de los crímenes o simples delitos expresados en este Título, o en el párrafo 4 del Título III, será sancionado con la pena de inhabilitación especial o absoluta para cargo u oficio público perpetuas, y multa del tanto al triple del provecho solicitado o aceptado. Lo establecido en el inciso anterior se entiende sin perjuicio de la pena aplicable al delito cometido por el empleado público, la que no será inferior, en todo caso, a la de reclusión menor en su grado máximo. 4.- Reemplázase el artículo 250 del Código Penal por el siguiente: Artículo 250.- El que ofreciere o consintiere en dar a un empleado público un -4- 21 de noviembre de 2003 ISSN 0787-0415 beneficio económico, en provecho de éste o de un tercero, para que realice las acciones o incurra en las omisiones señaladas en los artículos 248, 248 bis y 249, o por haberla realizado o haber incurrido en ellas, será castigado con las mismas penas de multa e inhabilitación establecidas en dichas disposiciones. Tratándose del beneficio consentido u ofrecido en relación con las acciones u omisiones señaladas en el artículo 248 bis, el sobornante será sancionado, además, con pena de reclusión menor en sus grados medio, en el caso del beneficio ofrecido, o de reclusión menor en su grado mínimo, en el caso del beneficio consentido. Tratándose del beneficio consentido u ofrecido en relación con los crímenes o simples delitos señalados en el artículo 249, el sobornante será sancionado, además, con pena de reclusión menor en su grado máximo, en el caso del beneficio ofrecido, o de reclusión menor en su grado medio, en el caso del beneficio consentido. En estos casos, el sobornante no podrá ser sancionado, adicionalmente, por la responsabilidad que le hubiere cabido en el crimen o simple delito cometido por el funcionario. 5.- Reemplázase el artículo 250 bis A del Código Penal por el siguiente: Artículo 250 bis A.- El que ofreciere dar a un funcionario público extranjero un beneficio económico, en provecho de éste o de un tercero, para que realice una acción o incurra en una omisión con miras a la obtención o mantención, para sí u otro, de cualquier negocio o ventaja en el ámbito de transacciones comerciales internacionales, será sancionado con las mismas penas de reclusión, multa e inhabilitación establecidas en el inciso primero del artículo 248 bis. De igual forma será castigado el que ofreciere dar el aludido beneficio a un funcionario público extranjero por haber realizado o haber incurrido en las acciones u omisiones señaladas. El que, en iguales hipótesis a las descritas en el inciso anterior, consintiere en dar el referido beneficio, será sancionado con pena de reclusión menor en su grado medio, además de las mismas penas de multa e inhabilitación señaladas. 6.- Reemplázase el artículo 233 del Código Penal por e,¡ siguiente: Artículo 233.- El empleado público que, teniendo a su cargo caudales o efectos públicos o de particulares en depósito, consignación o secuestro, los substrajere o consintiere que otro los substraiga, será castigado: 1.° Con presidio menor en su grado máximo y multa de cinco unidades tributarias mensuales, si la substracción excediere de una unidad tributaria mensual y no pasare de cuatro unidades tributarias mensuales. 2.° Con presidio mayor en su grado mínimo y multa de seis a diez unidades tributarias mensuales, si excediere de cuatro unidades tributarias mensuales y no pasare de cuarenta unidades tributarias mensuales. -5- 21 de noviembre de 2003 ISSN 0787-0415 3.° Con presidio mayor en su grado medio y multa de once a quince unidades tributarias mensuales, sí excediere de cuarenta unidades tributarias mensuales. En todos los casos, con la pena de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos. Art. 2 Introdúcense las siguientes modificaciones a la ley 18.045.1.- Reemplázase el inciso primero del artículo 59 de la Ley 18.045 por el siguiente: Art. 59. Sufrirán las penas de presidio menor en su grado máximo a presidio mayor en su grado mínimo, además de la inhabilitación perpetua para operar como administrador de Sociedades Anónimas y operador del mercado de valores: 2.- Reemplázase el inciso primero del artículo 60--de la Ley 16.045 por el siguiente: Art. 60. Sufrirán las penas de presidio menor en su grado máximo a presidio mayor en su grado mínimo, además de la inhabilitación perpetua para operar como administrador de Sociedades Anónimas y operador del mercado de valores. 2.- b) Boletín N° 3292-07: Artículo 1°: En el artículo 60 de la ley 18.045, agréguese el siguiente inciso final, nuevo: En los casos de las letras g) y h) la pena será de presidio menor en su grado medio a máximo. Artículo 2°: En el título V, párrafo 8 del libro II del Código Penal, agréguese el siguiente artículo 246 bis, nuevo: Artículo 246 bis :El particular que, por cualquier medio, induzca al empleado público para que revelare secretos a su cargo o entregare indebidamente documentos o comunicaciones que no deban ser publicados, será sancionado con las penas establecidas en el artículo anterior, salvo que de los antecedentes apareciere que debiere imponerse una pena mayor. -6- 21 de noviembre de 2003 ISSN 0787-0415 FUNDAMENTO, SEGÚN LA INICIATIVA 1.- Probidad Funcionaria. En cuanto la probidad de los funcionarios públicos es un bien jurídico esencial dentro de un estado de derecho, se requiere de una efectiva protección jurídica, campo en el cual juega un importante rol la represión penal de los delitos cometidos en contra de dichos valores. 2.- Por razones de Política Criminal. A la vista de los últimos delitos cometidos por altos ejecutivos de un conglomerado económico, quienes aprovechándose de una supuesta apropiación indebida de efectos públicos de la CORFO, se hace necesario la adopción de una política criminal mucho más severa en cuanto a las penas a asignar a los partícipes de estos delitos, que sean equivalentes a la gravedad de dichas conductas y que, asimismo, sean capaces de disuadir efectivamente a quienes tienen la intención de desarrollarlas. II. COMENTARIOS DE LIBERTAD Y DESARROLLO IMPLICANCIAS CONSTITUCIONALES 1.- Materia de ley. El artículo 19, N° 3, incisos séptimo y octavo consagran el Principio de Reserva Legal en materia Penal, en virtud del cual tanto la conducta a tipificar como la pena asociada a ella deben ser materia de Ley. En los proyectos en cuestión, se agravan ciertas penas contenidas en el Código Penal y en la Ley de Mercado de Valores por lo que necesariamente las referidas mociones son materias de ley. Adicionalmente, el artículo 60, N° 3, indica que son materia de ley aquellas que sean objeto de codificación. En cuanto estos proyectos tienen por objeto materias de codificación penal, son materia de ley. COMENTARIOS DE MÉRITO 2.- Confusión conceptual en torno a la terminología utilizada. Corresponde referirse a la confusión de términos en la que cae el Boletín N° 3213-07 al calificar los delitos de cohecho y de malversación de caudales públicos como “delitos económicos”. Ello es incorrecto. Ambos delitos pertenecen a lo que la doctrina ha comprendido bajo el rótulo de “delitos funcionarios” o también “delitos ministeriales”, es decir, delitos cometidos por funcionarios públicos en contra de la administración, entendiéndose a ésta -7- 21 de noviembre de 2003 ISSN 0787-0415 como el conjunto de poderes estatales. El delito económico, en cambio, tiene una significación y una connotación distinta. Se hablaba en el pasado de delitos económicos como aquellos en que una de las partes obtiene un lucro indebido en una relación comercial, lo que se apoyaba en una determinada concepción ideológica sobre la ilicitud del provecho económico: habría delito económico cuando en una operación se obtuviera una ganancia que se estimara excesiva. Ello nada tiene que ver con los delitos de cohecho y de malversación de caudales públicos, que son delitos cuyo sujeto activo debe ser un funcionario público y que atentan contra el bien jurídico de la probidad administrativa. Por otra parte, puede haber delitos económicos propiamente tales, como los que atentan contra el correcto funcionamiento del mercado. Es por ejemplo, el caso de quien utilice información privilegiada para una operación en el mercado de capitales; o algunas conductas del decreto ley N° 211, de 1973, sobre libre competencia, que sanciona algunas conductas monopólicas (la más reciente tendencia, correcta, por lo demás, es despenalizar estas conductas y sancionarlas solo con medidas económicas). Nada de esto tiene que ver con los delitos funcionarios, que constituye una etapa de extrema gravedad, respecto de las faltas a la probidad administrativa. 3.- Discutible aumento de penas. Detrás de los proyectos presentados por diputados de diversos partidos, se desliza la idea de que una política criminal eficiente respecto de esta clase de delitos sería el aumentar las penas, con el objeto de disuadir a quienes piensan delinquir. Ello no es necesariamente así; ya que en esta clase de delitos, que podríamos calificar como de “cuello y corbata”, sus autores parten de la base de que dada su habilidad y pericia en la comisión del ilícito no serán descubiertos y menos sancionados. En consecuencia, penas más altas no desincentivan, necesariamente, la realización de la conducta delictual. 4.- Verdadera forma de evitar la corrupción. Se alude continuamente en ambos proyectos la idea de que para combatir de una forma eficaz la corrupción se requiere, como se dijo, de graves penas que disuadan a los funcionarios públicos o a los privados de caer en conductas tipificadas por la ley. Sin embargo, si bien esas penas pueden ser necesarias en ciertos casos de especial gravedad, no se puede centrar el combate a la corrupción potenciando esa sola medida. Los problemas de fondo que generan corrupción son otros: un aparato estatal excesivamente aumentado o desproporcionado, la intervención permanente de funcionarios públicos en la concretización de negocios privados y actividades económicas, la poca transparencia de los procedimientos, el otorgamiento de atribuciones discrecionales que inciden directamente en el éxito de los negocios privados y la falta de gestión de los propios servicios. Esa es la raíz de la corrupción y si realmente se quiere combatirla, más que alzar las penas, -8- 21 de noviembre de 2003 ISSN 0787-0415 deben diseñarse políticas públicas tendientes a reducir el tamaño económico del Estado y la discrecionalidad de su actuación. Ello sería más eficaz que aumentar las sanciones por corrupción. 5.- Tipo penal innecesario. El Boletín N° 3292-07 propone la creación de un nuevo tipo penal que se agregaría como artículo 246 bis al Código Penal. Dicho tipo sancionaría al particular que induzca al empleado público para que revelare secretos a su cargo o entregare indebidamente documentos o comunicaciones que no deban ser publicados. Sin embargo, el tipo penal del artículo 246, que sanciona la violación de secretos por parte del empleado público, así como el caso en que el empleado anticipare el conocimiento de antecedentes que deberán salir a la publicidad, cubre adecuadamente el bien jurídico que se desea proteger. Quien puede violentar el bien jurídico que es la probidad administrativa, consistente en el mantenimiento de algún secreto, es precisamente el empleado público. Si el particular le ofrece dinero para ello, comete cohecho al tenor de lo dispuesto en el artículo 250 del Código Penal (modificado por la ley N° 19.654 de 11 de diciembre de 1999). Si no le ofrece dinero y se limita a solicitar que le entregue la información secreta a cargo del funcionario, en tal caso se constituye como inductor del delito de violación de secreto, previsto y sancionado en el artículo 246 del Código Penal. Tiene poco sentido la proposición de sancionar en forma autónoma al particular que propone al funcionario violar un secreto, dado que los actos de la administración por principio son públicos, y deberían ser siempre públicos para el particular afectado o interesado en ellos. De manera que establecer un delito para el caso parece desproporcionado. Cosa distinta es que el secreto interese al Estado, caso en el cual podría caer en delito contra la seguridad y soberanía sancionados en el Libro II, Título I del Código Penal, o en alguna de las formas de espionaje contenidas en el Título II del Libro III del Código de Justicia Militar, en los casos en que el delito puede ser cometido por un no militar. 6.- Conclusión. Los presentes proyectos no aparecen ser los más idóneos para cumplir la finalidad que busca el legislador, la cual es el resguardo de los valores propios de la probidad funcionaria, tan necesarios para evitar que el mal de la corrupción ataque al aparato estatal. La mejor forma de evitar la corrupción y proteger el bien jurídico de la probidad es racionalizando el tamaño del Estado, dando transparencia a los procedimientos y mejorando los sistemas de control y gestión de los respectivos servicios públicos. El mero aumento de las penas no soluciona nada en sí mismo, si no va apoyada por la adopción de políticas públicas que apunten en la dirección correcta. -9-