Diagnóstico diferencial de la talalgia crónica: Utilidad clínica de los hallazgos radiológicos. Poster no.: S-0423 Congreso: SERAM 2012 Tipo del póster: Presentación Electrónica Educativa Autores: R. Mut Pons, E. Miralles Aznar, J. Carreres Polo, C. F. Muñoz Nuñez, N. Bernal Garnés; Torrevieja (Alicante)/ES Palabras clave: Ultrasonidos, TC, RM, Sistema músculo esquelético, Músculo esquelético tejidos blandos, Músculo esquelético hueso DOI: 10.1594/seram2012/S-0423 Cualquier información contenida en este archivo PDF se genera automáticamente a partir del material digital presentado a EPOS por parte de terceros en forma de presentaciones científicas. Referencias a nombres, marcas, productos o servicios de terceros o enlaces de hipertexto a sitios de terceros o información se proveen solo como una conveniencia a usted y no constituye o implica respaldo por parte de SERAM, patrocinio o recomendación del tercero, la información, el producto o servicio. SERAM no se hace responsable por el contenido de estas páginas y no hace ninguna representación con respecto al contenido o exactitud del material en este archivo. De acuerdo con las regulaciones de derechos de autor, cualquier uso no autorizado del material o partes del mismo, así como la reproducción o la distribución múltiple con cualquier método de reproducción/publicación tradicional o electrónico es estrictamente prohibido. Usted acepta defender, indemnizar y mantener indemne SERAM de y contra cualquier y todo reclamo, daños, costos y gastos, incluyendo honorarios de abogados, que surja de o es relacionada con su uso de estas páginas. Tenga en cuenta: Los enlaces a películas, presentaciones ppt y cualquier otros archivos multimedia no están disponibles en la versión en PDF de las presentaciones. Página 1 de 46 Objetivo docente La talalgia crónica se produce en una pequeña área del retropié, siendo en ocasiones muy difícil la realización de un diagnóstico clínico preciso. Pretendemos determinar la utilidad de las diferentes pruebas de imagen, con énfasis en la resonancia magnética (RM), en la evaluación de las diferentes entidades patológicas responsables del dolor crónico de talón así como su repercusión clínica posterior. Revisión del tema Mostramos ejemplos de tumoraciones óseas (quistes óseos, lipomas intraóseos, condroblastomas, metástasis), tumoraciones de partes blandas (hemangiomas, hemangio-linfangiomas, nódulos reumatoideos, sarcomas sinoviales), lesiones tendinosas (entesitis aquíleas, tendinosis aquíleas, roturas aquíleas, xantomas aquíleos y tenosinovitis del tendón flexor largo del primer dedo), lesiones óseas (fracturas de estrés, osteomielitis, infartos óseos, edemas transitorios de médula ósea, algodistrofias simpático-reflejas, coaliciones tarsianas y enfermedad de Sever), desórdenes bursales y de la fascia plantar (bursitis retroaquíleas, fascitis plantar, fibromatosis plantar, rotura de la fascia plantar, atrofia de la almohadilla grasa plantar), síndromes de impingement posterior del tobillo, así como síndromes del túnel del tarso. 1. Tumoraciones óseas: Son poco frecuentes, aproximadamente sólo el 3% de los tumores óseos afectarán al tobillo y pie. Dentro de las tumoraciones óseas benignas destacamos el TCG óseo, el condroblastoma, el lipoma intraóseo y el quiste óseo solitario, mientras que dentro de las tumoraciones óseas malignas destacamos el condrosarcoma, el osteosarcoma, el sarcoma de Ewing y la afectación metastásica. 1.1. El quiste óseo solitario se presenta en el calcáneo como una lesión lítica central y bien definida, localizada característicamente en su 1/3 antero-inferior donde adquiere su apariencia típica triangular (Figura 1). Es infrecuente encontrarla en pacientes < 30 años. 1.2. El lipoma intraóseo es una tumoración ósea benigna asintomática, que se caracteriza por mostrarse isointensa con la médula ósea en todas las secuencias de pulso (Figura 2). Página 2 de 46 1.3. Los condroblastomas son tumoraciones óseas benignas de localización epifisaria, que característicamente se presentan en individuos < 30 años (el calcáneo se comporta como un equivalente epifisario, por tanto es frecuente encontrarnos con tumoraciones de localización típica epifisaria como los condroblastomas o los TCG). El condroblastoma en RM se comporta como una lesión lítica bien definida, con halo escleroso periférico y áreas puntiformes hipointensas en secuencias T2* y STIR que revelan su naturaleza cartilaginosa. El edema óseo perilesional es característico de éste tipo de tumor (Figura 3). 1.4. La afectación metastásica del tobillo y pie es poco frecuente. Clínicamente las metástasis a éste nivel dan síntomas (dolor e hinchazón) antes que en otras localizaciones (Figura 4). Los cánceres de pulmón, mama, riñón y colon, son los que más frecuentemente van a metastatizar a ésta región. 2. Tumoraciones de partes blandas: Dentro de las lesiones benignas destacamos los lipomas, los tumores de vaina nerviosa y los hemangiomas, mientras que dentro de las tumoraciones malignas destacamos el sarcoma sinovial en individuos < 45 años y el histiocitoma fibroso maligno en individuos > 45 años. 2.1. Los hemangiolinfangiomas son malformaciones congénitas infrecuentes que se dan fundamentalmente en la infancia, y que consisten en una proliferación anómala de vasos sanguíneos y linfáticos. En RM tienen un aspecto similar a los hemangiomas, en forma de lesión multitabicada de morfología serpinginosa que realza en fases tardías dado la existencia de canales vasculares de bajo flujo (Figura 5). 2.2. Los hemangiomas venosos son las lesiones benignas de origen vascular más frecuentes, presentando una amplia variedad de patrones clínicos e histológicos. Contienen una cantidad variable de grasa, músculo liso, tejido fibroso o hemosiderina. La mayoría de las lesiones son asintomáticas, aunque en ocasiones debutan con hinchazón, dolor o masa palpable. Pese a ser lesiones benignas, frecuentemente presentan unos márgenes infiltrativos, identificándose flebolitos hasta en un 50% de los pacientes. Típicamente los hemangiomas se comportan isointensos con el músculo en secuencias con potenciación T1, donde puede apreciarse una cantidad variable de grasa, mientras que en secuencias con potenciación T2 típicamente muestran una alta intensidad de señal y una configuración sepinginosa o septada por la presencia de múltiples canales vasculares de bajo flujo separados por grasa o septos fibrosos. Suelen realzar tras la administración de contraste (Figura 6). Página 3 de 46 2.3. Los nódulos reumatoideos se presentan en el tejido celular subcutáneo hasta en un 20% de los pacientes con artritis reumatoide, siendo menos frecuentes en pacientes con L.E.S. o espondilitis anquilopoyética. Éstos nódulos pueden coexistir con la enfermedad articular o incluso preceder en años a la aparición de los cambios articulares. Suelen presentarse como un nódulo subcutáneo bien definido, de tamaño variable y de intensidad de señal relativamente homogénea tanto en secuencias con potenciación T1 como T2, presentando un realce periférico tras la administración de contraste (Figura 7). 2.4. El sarcoma sinovial es un tumor maligno de origen mesenquimal y lento crecimiento, que afecta a los tejidos blandos yuxta-articulares de las extremidades. Se trata del sarcoma de partes blandas más frecuente del tobillo-pie. Clínicamente se presenta como una masa palpable de lento crecimiento, firmemente adherida a estructuras profundas y que progresivamente se hará dolorosa, pudiendo coexistir con disfunciones sensitivo/motoras. La TC mostrará una masa de partes blandas en proximidad de una articulación, con calcificaciones amorfas (30%), que en ocasiones invade la cortical ósea (10-20%). En RM es característico la visualización de una masa lobulada que puede ser bien definida o tener unos márgenes infiltrativos, con erosión o destrucción de la cortical y que característicamente presentará una señal heterogénea en secuencias con potenciación T2 por la mezcla de elementos sólido-quísticos con hemorragia y tejido fibroso, siendo marcado el realce tras la administración de contraste (Figura 8). 3. Lesiones tendinosas: El tendón de Aquiles se forma por la unión de los tendones de la musculatura sóleogemelar, insertándose distalmente en la tuberosidad posterior del calcáneo. Es el tendón más largo, más grueso y más potente del organismo, pero a diferencia del resto de tendones no tiene vaina sinovial y se encuentra rodeado por un tejido conectivo laxo denominado peritendón, que es el encargado de la nutrición tendinosa. En su inserción se encuentra rodeado de dos bursas, la retrocalcánea y la retroaquílea, siendo normal encontrar una pequeña cantidad de líquido en la bursa retrocalcánea. Bursas cuya función es la de proteger al tendón de la fricción. La patología del tendón de Aquiles hay que entenderla como un proceso evolutivo que ocurre frecuentemente en pacientes deportistas, bien en deportistas de alta competición que someten al tendón a un sobreesfuerzo ya sea por un incremento de la actividad habitual, por lesiones musculares o por correr sobre superficies irregulares, o bien en deportistas intermitentes que al llevar a cabo sobreesfuerzos ocasionales sin un calentamiento adecuado condicionan un estrés tendinoso. Como consecuencia de éste sobreesfuerzo, se produce una inflamación del tejido conjuntivo peritendinoso dando lugar a cuadros de peritendinosis. Posteriormente se producirá una degeneración progresiva del tendón con escaso componente inflamatorio tal y como lo han demostrado los estudios Página 4 de 46 anatomopatológicos, y finalmente se densencadenará la rotura. Existen procesos patológicos que favorecen la degeneración tendinosa y por tanto predisponen a la rotura como son la artritis reumatoide, la gota, la insuficiencia renal crónica, el hiperparatiroidismo y la diabetes. 3.1. Peritendinosis. Es la inflamación del peritendón o tejido conectivo laxo encargado de la nutrición tendinosa como consecuencia de un sobreuso. Es el paso previo a la tendinosis. En RM identificaremos una hiperintensidad circunferencial en secuencias con potenciación T2 alrededor del tendón, con respeto del propio tendón (Figura 9). 3.2. Tendinosis o degeneración tendinosa. Existen varios tipos de degeneración tendinosa: 3.2.1. La degeneración fibromatosa es la más frecuente y en ella se produce un engrosamiento progresivo del tendón en ausencia de alteración de su intensidad de señal, dando origen a cuadros reiterados de aquileodinia y finalmente su rotura (Figura 10). 3.2.2. La degeneración mucoide o hipóxica es asintomática y suele debutar ya con la rotura parcial del tendón. Afecta frecuentemente a su 1/3 medio y se caracteriza por un engrosamiento tendinoso y la presencia de áreas parcheadas de acúmulo de material mucoide, que se manifiestan por una alteración de la señal tendinosa en forma de focos puntiformes y bandas lineales de alta intensidad de señal en secuencias con potenciación T2 (Figura 9). 3.2.3. La degeneración grasa o tenolipomatosis es una degeneración tendinosa asociada a la edad, donde se producen áreas de depósito graso entre los tenocitos. No se alteran las propiedades estructurales del tendón y por tanto es asintomática al igual que la mucoide, pero a diferencia de ella ésta degeneración tendinosa no se asocia a rotura. 3.2.4. La tendinosis calcificante se caracteriza por la presencia de zonas de depósito cálcico y/o hidroxiapatita en el interior del tendón causando inflamación crónica (Figura 10). Habitualmente hay un antecedente traumático que requiere inmovilización prolongada. La hipoxia resultante produce áreas de fibrocartílago con presencia de condrocitos que pueden dar lugar al desarrollo de calcificaciones. 3.3. Rotura tendinosa. 3.3.1. Rotura parcial. Se identificará un tendón engrosado y heterogéneo, con una solución de continuidad parcial. La RM confirmará la rotura parcial y la diferenciará tanto de la tendinopatía crónica con degeneración mucoide, como de la rotura completa que si precisará tratamiento quirúrgico (Figura 11). Es importante en el diagnóstico de la rotura Página 5 de 46 parcial, tener un cuadro clínico compatible, la asociación con áreas de peritendinosis, la alta señal en secuencias con potenciación T2 y demostrar que la hiperintensidad llega a la superficie. 3.3.2. Rotura completa. Se trata de la discontinuidad completa del tendón. En la fase aguda se acompaña de hemorragia y edema, mientras que en la fase crónica se evidencia tejido cicatricial (Figura 11). Cuando se plantea tratamiento quirúrgico,la RM o los US son útiles para valorar el grado de retracción tendinosa y determinar si es posible realizar una reparación término-terminal o si por el contrario se precisa de colocación de un injerto tendinoso en el caso de que la retracción sea mayor. 3.4. La entesitis insercional consiste en una tendinopatía focal a nivel de su inserción ósea (Figura 12). Suele estar asociada a la deformidad de Haglund del calcáneo, siendo la enfermedad de Haglund aquella que incluye la tríada de deformidad de Haglund del calcáneo, una tendinopatía insercional frecuentemente del tipo calcificante y la bursitis retrocalcánea y retroaquílea (Figura 13). 3.5. El sóleo accesorio es el músculo accesorio más frecuentemente identificado en el tobillo. Ésta variante anatómica, es la principal causa de masa de partes blandas que ocupa la grasa de Kager. La importancia del conocimiento de ésta variante anatómica, radica en que puede ser sintomática durante la actividad física al comprimir el nervio tibial posterior o dar una sensación de masa en la región posterior del tobillo (Figura 14). 3.6. La xantomatosis aquílea consiste en una alteración tendinosa que aparece en pacientes con hipercolesterolemia familiar heterocigótica, donde se produce el acúmulo de colágeno y macrófagos cargados de colesterol en el interior del tendón. Característicamente se presenta de forma bilateral englobando a la totalidad de tendón. El grosor del xantoma se correlaciona directamente con el grado de hipercolesterolemia (Figura 14). 3.7. La tenosinovitis del tendón flexor largo del primer dedo consiste en el acúmulo de una gran cantidad de líquido en la vaina sinovial del tendón, de forma que rodea a la totalidad del tendón flexor pudiendo ser causa de dolor en el retropié (Figura 15). 4. Lesiones óseas: 4.1. Las contusiones óseas son consecuencia de un traumatismo habitualmente directo, y consisten en microfracturas del hueso trabecular y edema dentro de la médula ósea. Se resuelven habitualmente en 8-12 semanas, siendo las radiografías negativas. La importancia estriba en que si continúa el factor estresante puede desarrollarse la fractura (Figura 16). Página 6 de 46 4.2. Las fracturas de estrés se dividen en fracturas por fatiga o aquellas que se producen en un hueso normal por una sobrecarga repetida y por tanto ocurren principalmente en la práctica deportiva, y en fracturas por insuficiencia o aquellas que se producen en un hueso patológico con una actividad física normal, siendo en este caso la etiología muy variada (fármacos, artritis reumatoide…). En RM será característico ver una fina banda hipointensa rodeada por un área mal definida hipointensa en secuencias con potenciación T1 e hiperintensa en secuencias con potenciación T2/STIR, que representará el edema óseo alrededor del trazo del fractura. Fractura que encontraremos habitualmente en el calcáneo (Figura 17). 4.3. Los infartos óseos como origen de una calcaneodínea son infrecuentes. Éstos tienen la misma etiología y las mismas características de imagen que los infartos óseos de cualquier otra localización. La RM mostrará áreas de intensidad de señal heterogénea rodeadas por dos bandas de señal, una primera banda hipointensa y una segunda banda más periférica de alta intensidad de señal en secuencias con potenciación T2, dando lugar al típico signo de la "doble línea" que separará el hueso normal del isquémico (Figura 18). 4.4. La osteomielitis en el calcáneo puede llegar por dos vías. Bien por una diseminación hematógena en pacientes pediátricos o bien por contigüidad a través de una úlcera cutánea o traumatismo penetrante en pacientes diabéticos e inmunodeprimidos. En la edad pediátrica, la osteomielitis es consecuencia generalmente de una diseminación hematógena y la localización más frecuente es la región adyacente al cartílago epifisario (Figura 19), mientras que en el adulto suele ser secundaria a una diseminación desde un foco séptico de partes blandas contiguo, siendo típico en pacientes diabéticos que se afecten las zonas de presión como la base del calcáneo y las cabezas de los metatarsianos (Figura 19). La RM permite mostrar con precisión la extensión de la afectación ósea y de las partes blandas, facilitando el planteamiento terapéutico más adecuado. En RM la osteomielitis se manifiesta como áreas mal definidas de hiposeñal en T1 e hiperseñal en T2 y STIR. Las secuencias T2 con supresión grasa y STIR son muy sensibles, pero con frecuencia sobreestiman la extensión real de la infección. Las secuencias T1 con supresión grasa tras la administración de contraste delimitan mejor la extensión del proceso. En la osteomielitis secundaria a extensión por contigüidad, se observará una perdida de la hiposeñal de la cortical ósea normal y cambios edematosos en la superficie perióstica (Figura 20). El diagnóstico diferencial entre neuroartropatía diabética y osteomielitis es un problema diagnóstico frecuente en RM. La identificación de rotura de la cortical y hallazgos en partes blandas (abscesos, tractos sinusales, celulitis) puede ayudar a hacer más Página 7 de 46 específico el diagnóstico de osteomielitis. Sin embargo, en ocasiones los hallazgos son inespecíficos o coexisten, debiendo ser valorados adecuadamente en el contexto clínico. 4.5. La osteodistrofia simpático refleja consiste en una respuesta exagerada habitualmente a un traumatismo, de forma que se desencadena un aumento del estímulo simpático con el correspondiente aumento local de flujo. Clínicamente se produce un dolor intenso de la extremidad afecta, con trastornos vasomotores, cambios tróficos cutáneos y recuperación funcional tardía. Suele ser un diagnóstico de exclusión, en el que la liberación de histamina y prostaglandinas aumentan el fenómeno vasomotor provocando vasodilatación capilar, edema y pérdida del control térmico. Suele manifestarse en RX en forma de osteopenia difusa. En RM la osteodistrofia se identifica mejor en secuencias STIR o T2 con supresión grasa, donde apreciaremos áreas parcheadas hiperintensas de predominio subarticular o bien de forma difusa afectando a la totalidad de huesos del retropié, existiendo asociados cambios tróficos en las partes blandas (Figura 21). 4.6. Las coaliciones tarsianas son una forma congénita o adquirida de fusión de los huesos del tarso. Pueden ser óseas, fibrosas o cartilaginosas, siendo la calcáneoescafoidea y la calcáneo-astragalina el 90% de las mismas. Es la causa más frecuente de pie plano espástico doloroso, cursando con dolor y deformidad rígida en valgo del retropié. En las coaliciones óseas identificaremos una continuidad de la médula ósea de dos huesos contiguos, mientras que en las coaliciones no óseas (fibrosas vs cartilaginosas) se apreciará un espacio interóseo estrecho, de bordes festoneados, con esclerosis ósea subcondral y con leve edema óseo en ambas superficies articulares (Figura 22). 4.7. La enfermedad de Sever es una apofisitis de tracción del tendón de Aquiles sobre el centro de osificación secundario del calcáneo en niños. Afecta a niños muy activos o que realizan una actividad deportiva intensa. Dicha apofisitis provoca la inflamación del cartílago de crecimiento y la aparición de dolor en el talón, visualizándose en RM un edema óseo a ambos lados del cartílago de crecimiento (Figura 23). La RX mostrará una fragmentación con o sin aumento de densidad de dicho centro de osificación. 5. Desórdenes bursales y de la fascia plantar: 5.1. Las bursitis retroaquíleas también pueden ser causa de calcaneodinea. Así como se acepta que existe una discreta cantidad de líquido de forma fisiológica en la bursa retrocalcánea, no ocurre así con la retroaquílea que cuando la identificamos es porque suele ser dolorosa. Característicamente se observará distendida en la ecografía, mientras que en RM mostrará una alta señal en secuencias con potenciación T2 (Figura 24). Página 8 de 46 5.2. La fascitis plantar consiste en una inflamación de bajo grado de la fascia plantar y de las estructuras perifasciales por obesidad, práctica deportiva, atrofia de la almohadilla grasa plantar y/o artritis reumatoide o artropatías seronegativas. Suele estar relacionada con traumatismos repetitivos y estrés mecánico. La RM y los US ayudarán a distinguir la fascitis plantar de otras causas de dolor punzante. Apreciaremos un engrosamiento fascial, con alteración de señal intrasustancia, edema perifascial y edema óseo o cambios óseos reactivos a nivel insercional (Figura 25). 5.3. La rotura de la fascia plantar se manifestará en imagen como una solución de continuidad de la fascia (Figura 26). Ésta suele ocurrir en pacientes deportistas o tras tratamiento de fascitis plantar mediante infiltración local de corticoides. La fascia plantar es una importante estructura implicada en la estabilización dinámica del arco longitudinal del pie. La rotura o fasciotomía plantar producirá una alteración biodinámica que puede complicarse con el colapso del arco longitudinal del pie, provocando una inestabilidad lateral "síndrome de la columna lateral" por sobrecarga. El dolor se localizará típicamente en la región del cuboides y en la 3era, 4ta y 5ta articulaciones tarso-metatarsianas. 5.4. La fibromatosis plantar o enfermedad de Ledderhose consiste en una proliferación focal de fibroblastos en la fascia plantar que suele ir asociada a otras fibromatosis superficiales. Suele ser bilateral y frecuentemente es asintomática. En imagen se manifiesta como un engrosamiento de la fascia plantar de intensidad de señal intermedia en secuencias con potenciación T1 y de baja señal en secuencias con potenciación T2 (contenido fibroso), siendo el realce variable (Figuras 26 y 27). No suele presentar edema inflamatorio y cuando muestra signos de agresividad (alta intensidad de señal en T2) se suele optar por un tratamiento quirúrgico. 5.5. La atrofia de la almohadilla grasa plantar consiste en una atrofia de la almohadilla grasa del talón, y suele deberse bien a problemas de sobrecarga (obesidad o carrera prolongada) o bien como complicación de una inyección corticoesteroidea para el tratamiento de una fascitis plantar. El dolor a diferencia de la fascitis plantar tiene una localización más central y superficial, visualizándose en imagen una franca alteración de señal de la grasa plantar, con normalidad del grosor y señal de la fascia plantar (Figura 28). 6. Síndromes de atrapamiento: Son varios los síndromes de impingement del tobillo, aunque sólo el impingement posterior es responsable de una calcaneodinia. Las estructuras anatómicas implicadas en los síndromes de atrapamiento son variadas, aunque tienen como nexo común el compromiso de espacio y la compresión de estructuras, que serán nerviosas en los Página 9 de 46 síndromes del túnel del tarso, y óseas/partes blandas en los síndromes de impingement posterior del tobillo. 6.1. Impingement posterior del tobillo. Son un grupo de entidades consecuencia de una flexión plantar forzada o repetitiva, de forma que se produce una compresión del astrágalo y de los tejidos blandos posteriores entre la vertiente posterior de la tibia y el calcáneo. Clínicamente da un dolor crónico en la región posterolateral del tobillo que puede tener un origen óseo o en los tejidos blandos (Figura 29). Un tipo de impingement óseo es el síndrome del "os trigonum", en el que se produce una lesión de la sincondrosis con irregularidad e inestabilidad a éste nivel, que va a condicionar edema óseo tanto en el os trigonum como en la vertiente posterolateral del astrágalo (Figura 30), distendiéndose los recesos capsulares posteriores tibioastragalino y subastragalino. Se asocia frecuentemente con una tenosinovitis del tendón flexor largo del primer dedo. Un tipo de impingement de partes blandas se produce como consecuencia de una lesión del ligamento peroneo-astragalino posterior o del ligamento intermaleolar posterior tras la realización de maniobras de flexión plantar forzada o repetitiva, produciéndose una pequeña cantidad de tejido cicatricial o ganglión que dependen de éstas estructuras y que tienen la correspondiente traducción de señal en las imágenes de RM (Figura 31). 6.2. El síndrome del túnel del tarso se produce como consecuencia de la compresión del nervio tibial posterior o alguna de sus ramas a nivel del túnel del tarso. Aunque > 50% de los casos son idiopáticos, en muchas ocasiones puede identificarse alguna causa intrínseca o extrínseca como origen del cuadro (Figura 32). Clínicamente da dolor y parestesias en la planta y dedos del pie que se irradia al dorso del talón, con signo de Tinnel positivo a lo largo de la superficie medial y plantar del pie y primer dedo. La visualización de una masa de partes blandas en el túnel del tarso (Figura 33) o la identificación de la atrofia grasa de la musculatura de la planta del pie (Figura 34) son los mejores signos diagnósticos. Images for this section: Página 10 de 46 Fig. 1: Quiste óseo solitario en calcáneo Página 11 de 46 Fig. 2: Lipoma intraóseo en calcáneo Página 12 de 46 Fig. 3: Condroblastoma en calcáneo Página 13 de 46 Fig. 4: Metástasis óseas en paciente con cáncer de mama Página 14 de 46 Fig. 5: Hemangiolinfangioma Página 15 de 46 Fig. 9: Peritendinosis (arriba) y tendinosis mucoide del tendón de Aquiles (abajo) Página 16 de 46 Fig. 10: Tendinosis fibromatosa (arriba) y tendinosis calcificante del tendón de Aquiles (abajo) Página 17 de 46 Fig. 11: Rotura parcial (arriba) y rotura completa del tendón de Aquiles (abajo) Página 18 de 46 Fig. 12: Entesitis insercional del tendón de Aquiles Página 19 de 46 Fig. 8: Sarcoma sinovial en el seno del tarso Página 20 de 46 Fig. 7: Nódulos reumatoideos rodeando al tendón de Aquiles Página 21 de 46 Fig. 6: Hemangioma venoso Página 22 de 46 Fig. 30: Síndrome del "os trigonum" Página 23 de 46 Fig. 29: Etiología del síndrome de impingement posterior del tobillo Página 24 de 46 Fig. 31: Síndrome de impingement posterior del tobillo por lesión del ligamento intermaleolar posterior (arriba) y del ligamento peroneo-astragalino posterior (abajo) Página 25 de 46 Fig. 32: Etiología del síndrome del túnel del tarso Página 26 de 46 Fig. 33: MAV que comprime el nervio tibial posterior en el túnel del tarso Página 27 de 46 Fig. 13: Enfermedad de Haglund Página 28 de 46 Fig. 14: Xantomatosis aquílea (arriba) y sóleo accesorio (abajo). Página 29 de 46 Fig. 28: Atrofia de la almohadilla grasa del talón Página 30 de 46 Fig. 27: Fibromatosis plantar Página 31 de 46 Fig. 26: Rotura de la fascia plantar (arriba) y fibromatosis plantar (abajo) Página 32 de 46 Fig. 25: Fascitis plantar Página 33 de 46 Fig. 24: Bursitis retroaquílea Página 34 de 46 Fig. 23: Enfermedad de Sever Página 35 de 46 Fig. 22: Coaliciones tarsianas Página 36 de 46 Fig. 21: Osteodistrofia simpático-refleja Página 37 de 46 Fig. 20: Osteomielitis en calcáneo Página 38 de 46 Fig. 19: Osteomielitis en calcáneo Página 39 de 46 Fig. 18: Infartos óseos Página 40 de 46 Fig. 17: Fracturas de estrés Página 41 de 46 Fig. 16: Contusión ósea astragalina Página 42 de 46 Fig. 15: Tenosinovitis del tendón flexor largo del primer dedo Página 43 de 46 Fig. 34: Secuelas postraumáticas, con osteofitosis y sinovitis que comprimen la rama plantar lateral del nervio tibial posterior en el túnel del tarso Página 44 de 46 Conclusiones La RM se muestra como la técnica "gold estándart" en la valoración de la talalgia crónica, demostrando anormalidades óseas y de partes blandas antes de que sean evidentes en otras modalidades de imagen, indicando además la extensión y la localización exacta de la lesión. El diagnóstico diferencial de la calcaneodinia se establecerá según se afecte el talón superior vs el inferior (Figura 35). La capacidad multiplanar de la RM, su naturaleza no invasiva y la exquisita resolución de las partes blandas y anormalidades óseas, la hacen especialmente valiosa en la detección de las diferentes entidades patológicas responsables del dolor del retropié; cambiando en muchas ocasiones la decisión terapéutica que previamente se tenía antes de la realización de la prueba. Images for this section: Fig. 35: Diagnóstico diferencial de la calcaneodinia Página 45 de 46 Página 46 de 46