derechos - Fundació Catalunya

Anuncio
Los
derechos
de mi
mañana
Manual de los derechos
y deberes de las
personas mayores
COMISIÓN DE OBRAS SOCIALES DE CAIXA CATALUNYA
PRESIDENTE
Narcís Serra i Serra
VOCALES
Joan Echániz Sans
Estanis Felip i Monsonís
Genís Garriga i Bacardí
Joan Güell i Juan
Josep Isern i Saun
Carme Llobera i Carbonell
Gemma López i Canosa
Maties Vives i March
SECRETARIO Y DIRECTOR GENERAL
Adolf Todó i Rovira
SECRETARIO DE ACTAS
Ramon M. Llevadot i Roig
OBRA SOCIAL DE CAIXA CATALUNYA
DIRECTOR DE LA OBRA SOCIAL
Miquel Perdiguer i Andrés
ÁREA DE ATENCIÓN SOCIAL
Josep Solans i Domínguez
Redacción: Carme Escales
Fotografía: Ángel Sahún. Retratería
Asesoramiento: Jordi Muñoz y Elena Fernàndez
© de los textos: sus autores, 2009
© de esta edición: Obra Social de Caixa Catalunya, 2009
Depósito legal: B. 3.608-2009
No está permitida la reproducción total o parcial de esta obra sin la autorización
de los titulares del copyright. Todos los derechos reservados.
Índice
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
11
La previsión. Cuando aún podemos decidir por
nosotros mismos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
17
El sistema público de pensiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
21
Pensión de jubilación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
21
Pensión de viudedad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
23
Pensión de invalidez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
23
Pensión no contributiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
24
El SOVI . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
25
Pensión parcial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
25
Pensión flexible . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
25
Los derechos de mi mañana
Otras prestaciones económicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
27
Pensión de alimentos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
27
Planes de pensiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
28
La hipoteca inversa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
29
El contracto vitalicio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
30
Otras figuras preventivas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
31
El testamento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
31
La legítima . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
32
Cuando no se deja testamento . . . . . . . . . . . . . . . . . .
33
La donación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
33
El testamento vital . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
33
El poder preventivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
36
La autotutela . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
36
Supresión de barreras arquitectónicas . . . . . . . . . . . . .
38
La protección. Convivir con la dependencia . . . . . . . . . . . .
41
Las dificultades de convivir con la dependencia:
8
la demencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
45
Medidas sociales de protección . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
49
La incapacitación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
50
La tutela . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
52
La acogida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
55
La residencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
56
Otros servicios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
59
Atención social domiciliaria . . . . . . . . . . . . . . . . . .
60
Centros de día . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
60
61
Teleasistencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
61
Programa Vive y Convive . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
62
Los abusos contra las personas mayores . . . . . . . . . . . . .
63
Malos tratos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
63
El mobbing inmobiliario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
65
Los derechos naturales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
67
Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
69
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
73
Índice
Programas de respiro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
9
Introducción
Introducció
Introducción
uando se empieza a divisar el umbral de la edad
más madura, estar informados sobre lo que nos
puede pasar, ser conscientes de ello, nos puede ayudar
mucho a prepararnos mejor para los momentos más difíciles de esta última etapa de la vida.
C
Vivir muchos años es una aspiración humana innegable.
Sin embargo, lo que a todos nos da miedo es que la
enfermedad o una incapacidad física o mental nos haga
dependientes, nos convierta en personas con necesidad
de ayuda y cuidado por parte de otra persona. Sabemos
que en nuestra sociedad aún no estamos suficientemente preparados para convivir con dependencias.
En España, el 17 % de la población tiene más de 65 años.
Tras esta cifra se esconden dos realidades. Por una par13
Los derechos de mi mañana
te, la del colectivo de personas mayores dinámico, que
participa del mundo asociativo, con categorías socioprofesionales medias y altas y, por lo tanto, con un potencial
muy importante de participación ciudadana y de implicación cívica. La otra realidad es la de las personas mayores jubiladas con unos ingresos por debajo de los niveles
de pobreza relativa, personas en situación de dependencia, sea económica, social o biológica.
Esta realidad va más allá de las fronteras de nuestro país.
La misión de los poderes públicos es garantizar los derechos de las personas, especialmente los derechos de las
personas mayores y de los niños, porque son estos derechos los que caracterizan la calidad humana de una sociedad.
Un envejecimiento responsable es aquél en que las personas que se hacen mayores son las que deciden, en la
medida en que sea posible, cómo quieren vivir su vejez.
Más responsable aún es decidirlo antes de que determinadas circunstancias de salud puedan impedirnos hacerlo y lo tengan que hacer nuestros descendientes o nuestro cónyuge en nuestro lugar.
Porque, aparte de los derechos de las personas mayores,
existen también los deberes de toda persona. Preparar
un camino más autónomo en la última etapa de la vida es
uno de estos deberes, y esto comporta informarse y asesorarse a través de los profesionales que trabajan en las
entidades y las instituciones privadas y públicas.
14
Introducción
Las páginas que vienen a continuación, cuyo contenido
parte de las jornadas celebradas en Barcelona en los
años 2003 y 2004 sobre los derechos de las personas
mayores, tratan de todo aquello que está a nuestro alcance para caminar juntos hacia una vejez mejor, antes y
en el momento en que puedan llegar las circunstancias
fisicomédicas más adversas.
A partir del conocimiento de nuestros derechos, podremos construir aquel proceso de envejecimiento que todos
queremos.
15
La previsión.
Cuando aún
podemos decidir
por nosotros
mismos
La previsión.
Cuando aún podemos
decidir por nosotros mismos
no de los deberes de las personas mayores hacia la
sociedad y hacia su propia condición de persona capaz
de valerse por sí misma es la previsión y la prevención.
Comenzando por saber de antemano con qué dinero contaremos
para subsistir cuando dejemos de trabajar, las personas tenemos que prepararnos para la edad madura, así como conocer
las posibles ayudas por si en esta edad avanzada una enfermedad o una carencia de cualquier tipo nos hace dependientes.
U
El concepto de vejez, con los años, ha ido variando. En la
actualidad, si la salud acompaña, alguien de 80 años se
puede considerar una persona activa, a quien nuestro sistema social ofrece muchas opciones para continuar desarrollando este dinamismo. Las personas tienen que poder
realizar y realizarse. Es preciso, por lo tanto, prepararse en
todos los sentidos para el mañana, procurándonos no sólo
dinero, sino también información sobre nuestros derechos.
19
El sistema público
de pensiones
Pensión de jubilación
Sobrevivir con dignidad es uno de los derechos que, aunque teórico y abstracto, hacen que este hecho sea posible
gracias a unos puntales. La tranquilidad económica, cuando llega la jubilación, es uno de estos puntales.
Es aconsejable, antes de llegar a los 65 años, informarse
sobre lo que nos corresponde cobrar cuando nos jubilemos.
Por este motivo, es preciso que nos dirijamos a cualquier
oficina de la Seguridad Social y solicitemos un extracto de
nuestras cotizaciones y que se nos informe de lo que nos
corresponde cobrar.
Antes de jubilarnos tendríamos que revisar estas cotizaciones y también las de nuestra pareja. Tenemos que hacerlo
con la suficiente antelación, para prepararnos y buscar al21
Los derechos de mi mañana
ternativas a la pensión que tendremos, en el supuesto de
que no nos llegue para alcanzar el nivel de tranquilidad
económica que nosotros consideremos correcto.
Es importante informarse con la
suficiente antelación de las prestaciones
económicas que recibiremos por parte
del sistema público de pensiones
cuando alcancemos la jubilación.
Actualmente, para tener derecho a la pensión de vejez, se
requiere que los trabajadores:
Hayan cumplido los 65 años de edad. Esta edad mínima
se puede rebajar en caso de grupos o actividades profesionales cuyos trabajos sean de naturaleza excepcionalmente penosa, tóxica, peligrosa o insalubre y causen
elevados índices de mortalidad, siempre y cuando los trabajadores afectados acrediten un mínimo de actividad
que se establezca en la respectiva profesión o trabajo.
Hayan cotizado un periodo mínimo de 15 años, de los
que al menos dos tienen que estar comprendidos dentro
de los 15 años inmediatamente anteriores al momento
de solicitar la pensión de jubilación.
Para poder cobrar el 100 % de la pensión de jubilación,
es preciso, además de haber cumplido los 65 años,
haber cotizado 35 años.
22
Pensión de viudedad
Es la prestación económica que recibe el cónyuge, o pareja
de hecho inscrita oficialmente, de una persona que muere,
si esta última estaba trabajando o se había jubilado y había
cotizado 500 días en los 5 años anteriores a su muerte. Para
saber lo que le corresponde cobrar a una persona viuda, es
preciso dirigirse a una oficina de la Seguridad Social y solicitar la cifra, que equivale a un porcentaje de lo que cobraba la persona difunta.
La previsión. Cuando aún podemos decidir por nosotros mismos
Hay que tener en cuenta que la pensión de jubilación es incompatible con cualquier trabajo que pueda hacer el
pensionista por cuenta propia o ajena y que implique continuar en la Seguridad Social. Pero sí que es compatible con
la pensión de viudedad.
Si el/la cónyuge viudo/viuda vuelve a contraer matrimonio, la
pensión de viudedad le será retirada. Los separados y divorciados que no se hayan vuelto a casar recibirán la pensión
proporcional al tiempo vivido en matrimonio con el difunto.
Pensión de invalidez
La que se recibe cuando una enfermedad o un accidente
hace que el trabajador, después de haber sido sometido al
tratamiento prescrito y de haber sido dado de alta médicamente, presente reducciones anatómicas o funcionales graves y previsiblemente definitivas que disminuyan o anulen
su capacidad laboral, y por lo tanto sea declarado inválido o
23
Los derechos de mi mañana
incapaz permanente. Cualquier invalidez temporal, superados
los 6 años sin mejora, también será considerada definitiva.
Es preciso distinguir entre la incapacidad total, que inhabilita al trabajador para su profesión habitual, pero puede dedicarse a otra diferente, de la absoluta, que lo inhabilita
para cualquier profesión u oficio.
Pensión no contributiva
Esta pensión es un ingreso económico mensual que el Estado garantiza a aquellas personas que no tienen recursos
suficientes para su subsistencia y no pueden acogerse, por
falta de cotización a la Seguridad Social, a las pensiones
contributivas.
La pueden solicitar las personas que ya tengan 65 años y las
personas con disminución, de 18 a 64 años. Todas ellas tienen derecho a recibir asistencia medicofarmacéutica gratuita y servicios sociales. Las pensiones no contributivas son
gestionadas por las comunidades autónomas, que aprueban
o deniegan la solicitud.
La pensión no contributiva
garantiza unos ingresos a aquéllos
que no tienen recursos suficientes
para su subsistencia y no tienen
derecho a otras prestaciones.
24
Se trata del Seguro Obligatorio de Vejez e Invalidez. Se establece para personas que reúnan ciertos requisitos y no
tengan derecho a ninguna pensión de la Seguridad Social, a
excepción de la pensión de viudedad, la única compatible.
Para percibir este subsidio también es preciso haber cumplido los 65 años y haber cotizado 1.800 días antes del 1 de
enero de 1967. También pueden disfrutar de esta pensión
por jubilación aquellas personas de 60 años o más que padezcan una incapacidad declarada. En este caso, la incapacidad no puede derivar de un accidente de trabajo o de una
enfermedad profesional indemnizable, y también es necesario que hayan cubierto los 1.800 días de cotización antes
del 1 de enero de 1967.
La previsión. Cuando aún podemos decidir por nosotros mismos
El SOVI
Pensión parcial
Esta retribución se realiza en aquellos casos en que la
persona no tiene aún los 65 años, pero ya ha cumplido los
60. Se percibe a la vez que se continúa trabajando con un
contrato a tiempo parcial. La jornada laboral y el salario
quedan reducidos entre un mínimo del 25 % y un máximo
del 85 % de lo que sería la dedicación completa.
Pensión flexible
Se dirige a personas que, a pesar de haber cumplido los 65
años, optan por continuar trabajando durante unas horas
25
Los derechos de mi mañana
determinadas. En este caso, se establece la pensión según
un baremo proporcional a las horas que la persona continúa
cotizando, con su trabajo, a la Seguridad Social. O sea, se
hace compatible la pensión de jubilación con un contrato a
tiempo parcial por voluntad propia del trabajador que quiere continuar siéndolo. Los límites de la jornada laboral, en
este caso, al igual que en el de la pensión parcial, oscilan
entre el 25 y el 85 % de una jornada completa, con la consecuente reducción económica.
Es aconsejable dirigirse a cualquier
oficina de la Seguridad Social para
informarse de todos los requisitos
y cantidades de cada una de las
pensiones y para cada caso particular.
26
Otras prestaciones
económicas
Pensión de alimentos
Es un derecho reconocido desde hace mucho tiempo, pero
que se reclama muy poco por la vía judicial. Estamos acostumbrados a escuchar que cuando una persona se separa
debe pasar una pensión de alimentos a los hijos. Tenemos
que saber que también existe una pensión de alimentos
para los padres, si éstos no tienen recursos. Por pensión de
alimentos no sólo se entiende la alimentación en sentido
estricto, sino que también comprende el vestido, la asistencia médica y la habitación.
Las personas obligadas a proporcionarse alimentos recíprocamente son los cónyuges, los ascendientes y los descendientes.
El Código Civil establece la obligación de los familiares directos de contribuir al sustento de las personas que tienen
27
Los derechos de mi mañana
insuficiencia de recursos. O sea, que si la pensión de aquella persona no es suficiente, la familia tiene obligaciones,
no sólo morales sino también legales, de contribuir a esta
subsistencia. Existe un delito previsto en el Código Penal
que sanciona a aquellos familiares que abandonen sus deberes básicos respecto a sus ascendientes en situación de
necesidad. A pesar de ser un delito, es una de las figuras
que menos se utilizan en los tribunales de Justicia. Para los
padres o abuelos ya es suficiente el daño moral que sufren
si ven que sus hijos o nietos no los ayudan a su sustento en
caso de necesidad, y no acostumbran a plantearse llevarlos
a los tribunales.
Los familiares directos tienen la
obligación de contribuir al sustento
de sus ascendientes o pareja con
recursos económicos insuficientes.
Planes de pensiones
Para afrontar una vejez más cómoda en el aspecto
económico, es preciso tener en cuenta la posibilidad de
conseguir ingresos complementarios a la pensión que nos
corresponda. Haber contratado planes de pensiones con
suficiente antelación aporta un grado más en la calidad de
vida de las personas mayores.
28
La hipoteca inversa
Una hipoteca normal es aquella en que se adquiere una
propiedad y se va pagando cada mes a través de un crédito. Una hipoteca inversa funciona a la inversa. Al propietario de un inmueble, cada mes, y hasta su fallecimiento, se
le entrega dinero a título de préstamo. La vivienda es la garantía y el propietario continúa viviendo en la misma.
La hipoteca se puede liquidar cuando se quiera. Los
herederos también pueden devolver el préstamo y así liberar la casa de la hipoteca inversa, que les habrá permitido
durante un tiempo no tener que aportar dinero para las necesidades de la persona que firma la hipoteca.
29
Los derechos de mi mañana
30
El contrato vitalicio
Este contrato estipula que una persona vende su casa con
un contrato de compraventa, pero se le permite continuar
viviendo en la misma hasta que muera. Se le paga una cantidad inicial y otra cantidad mensualmente. En el momento
en que aquella persona muere, la casa pasa a quien ha firmado el contrato vitalicio. Esta alternativa también puede
ser útil, pero es preciso tener en cuenta con quién se realiza. Conviene buscar cláusulas que garanticen el pago puntual y respetar rigurosamente todos los puntos del contrato
que se firme.
Otras figuras preventivas
El testamento
Hacer testamento es la única manera que tenemos de
disponer libremente de nuestros bienes, y nos permite
agradecer a la gente de nuestro entorno el apoyo que nos
han prestado, o la estimación que sentimos por ellos.
Para hacer testamento, sólo es preciso dirigirse a un notario, que se encargará de dejar constancia pública de las últimas voluntades de su cliente para que, cuando éste muera, sus herederos puedan acceder al documento y, en
consecuencia, optar a la adjudicación de los bienes del difunto, si es que éste los ha designado como sucesores.
La validez del testamento no tiene efecto hasta la defunción
del testador; por lo tanto, éste puede otorgar tantos testamentos como crea conveniente a lo largo de su vida, sien31
Los derechos de mi mañana
do el último de éstos el único válido. Este documento constará en el registro general de actos de última voluntad.
Para solicitar el certificado que permite saber cuál es el último testamento, se tiene que cumplimentar un impreso
que se puede adquirir en los estancos y acompañarlo de un
certificado literal de defunción. Así sabemos si nuestro pariente ha dejado testamento o no, y a qué notario nos tenemos que dirigir para acceder al documento.
El testamento nos permite disponer
libremente de nuestros bienes.
El notario se encargará de dejar
constancia pública de nuestras
últimas voluntades.
La legítima
En la herencia testada, el testador no puede disponer
libremente de toda la herencia, sino que tiene que reconocer los derechos que la legislación atribuye a ciertos parientes, denominados legitimarios o herederos forzosos.
Constituyen la legítima las dos terceras partes del haber
hereditario; sin embargo, el testador puede disponer de
una parte de las dos que forman la legítima, para aplicarla
con mejora a sus hijos o descendientes. En algunas comunidades autónomas la legítima es diferente; por ejemplo, en
Cataluña equivale a una cuarta parte de la herencia. La legítima debe repartirse entre todos los legitimarios.
32
La sucesión intestada es aquélla en que una persona muere sin dejar testamento. A falta de herederos testamentarios, la ley difiere la herencia a los parientes del difunto, al
viudo o viuda y al Estado o comunidad autónoma, si procede. El Código Civil establece el orden de sucesores; primero, en línea descendente, hacia los hijos y nietos, y, en segundo lugar, en la línea ascendente, hacia los padres y
abuelos. A falta de los anteriores heredará el cónyuge, y en
defecto de éste los parientes colaterales.
La donación
Ésta es otra figura jurídica válida que comporta la transmisión de los bienes antes de morir. La donación no puede
comprender bienes futuros, y el donante tiene que reservarse en plena propiedad o en usufructo aquello que le sea
necesario para vivir en un estado correspondiente a sus circunstancias.
La previsión. Cuando aún podemos decidir por nosotros mismos
Cuando no se deja testamento
Para proteger los derechos de los legitimarios, nadie puede
entregar en donación más de lo que pueda dar en testamento.
El testamento vital
El testamento vital se conoce también como documento de
voluntades anticipadas. En este documento se dan instrucciones al médico o al equipo médico para que actúe en el
33
Los derechos de mi mañana
ámbito sanitario, y sólo en éste, y en el supuesto de que llegue un momento en que la persona que lo otorga no pueda expresar su voluntad. Esto no quiere decir ser incapaz,
sino que podemos estar hablando de un estado de coma
durante un periodo de tiempo determinado, durante el cual
la persona no podrá dar un consentimiento ni podrá decidir qué tratamientos terapéuticos prefiere que se le apliquen, y qué medidas es preciso tener en cuenta para el tratamiento de su enfermedad.
La ley prevé la posibilidad de que en este documento también se pueda designar a un representante, que será el interlocutor válido de la persona enferma con el médico y con
el equipo médico.
El mismo documento también puede recoger la voluntad del
firmante sobre la donación de órganos, así como el trato
espiritual que se quiere recibir. No se tendrá en cuenta, si
consta en el documento, cualquier previsión contraria a la
ley. Por lo tanto, si en nuestro país la eutanasia no está aceptada legalmente, en el documento de voluntades anticipadas
no se puede hacer constar que, llegado el momento, se su-
El testamento vital, o documento de
voluntades anticipadas, deja
constancia de cómo queremos que
nos traten en el ámbito sanitario en
caso de no poder expresar nuestra
voluntad.
34
El documento de voluntades anticipadas se puede realizar
ante notario o también a través de un documento privado. Se
puede redactar personalmente todo aquello que se desee,
con ordenador o a mano, y firmarlo. Para dar validez al documento privado, es preciso que haya tres testigos en el momento de firmar, y dos de ellos no pueden tener ningún tipo
de parentesco con la persona que firma el documento de
voluntades anticipadas hasta segundo grado, que equivale a
un hermano. O sea, hermano, padre o hijo no podrían ser
testigos de un documento de voluntades anticipadas, y sí
podrían serlo familiares más lejanos al vínculo de hermano.
Con el documento firmado, se debe acudir al registro y seguir los trámites que se nos indiquen. El hecho de que se
deposite el documento de voluntades anticipadas en el re-
La previsión. Cuando aún podemos decidir por nosotros mismos
priman todas las respiraciones asistidas o se desconecte
todo cuanto mantenga a la persona en vida vegetativa.
35
Los derechos de mi mañana
gistro no impide que, si la persona tiene una copia, en el
supuesto de que entre en el ámbito sanitario o médico, o
que tenga que entrar, pueda entregar esta copia al equipo
médico. La ley prevé, incluso, que esta copia se adjunte al
historial del paciente.
El poder preventivo
El poder preventivo es otro documento de previsión pensado para que las personas, en pleno uso de sus facultades,
puedan dejar constancia por escrito de cómo quieren que
se gestionen sus bienes si en un futuro alguna enfermedad
les impidiese decidir por ellos mismos sobre estos bienes.
La autotutela
Si el hecho de prever nos ayuda a decidir de antemano lo
que haremos en un futuro, merece una especial atención la
expresión de nuestros deseos antes de llegar a un posible
momento en que ya no podamos decidir.
Preparar nuestras voluntades es la manera de gobernarnos
respetando el derecho a ser libres, incluso cuando nos toque vivir la inconsciencia por motivos de salud mental. Si el
testamento vital o documento de voluntades anticipadas
nos sirve para decidir cómo queremos que nos traten a nivel sanitario, la autotutela regula, bajo nuestra propia voluntad y cuando somos conscientes, quién queremos que
nos cuide si llega esta necesidad e, igualmente, quién no
queremos que lo haga bajo ninguna circunstancia.
36
Ésta es la manera de ser protagonistas de nuestro futuro,
desde el pasado, eligiendo un tutor y excluyendo a quien
no queremos que lo sea.
Para firmar un documento de autotutela es preciso dirigirse,
también, al despacho de un notario y hacer constar por escrito quién queremos que sea la persona que, en el supuesto de que en un futuro nos declarasen incapaces, se convierta en nuestro tutor, o la persona que vele directamente
por que nuestros derechos continúen garantizados.
La previsión. Cuando aún podemos decidir por nosotros mismos
La autotutela nos permite elegir un
tutor que vele por nuestros derechos
e intereses una vez no podamos
decidir por nosotros mismos.
Se trata de una escritura ante notario donde, según la ley, se
pueden hacer constar los tutores que elegimos y los sustitutos de éstos en el supuesto de que estos primeros no lo puedan hacer cuando sea necesario, y también se pueden dar
indicaciones sobre cómo queremos que se lleve a cabo esta
tutela. Consiste en dejar constancia de nuestra voluntad sobre nuestra vida y acompañamiento, de forma legal.
Después de firmar el documento ante el notario, éste
entregará una copia al interesado. Por su parte, el notario
dirigirá el original al registro de nombramientos tutelares
no testamentarios, instancia a la que el juez se dirigirá
cuando llegue el momento de declarar la persona incapaz.
37
Los derechos de mi mañana
Supresión de barreras arquitectónicas
Lo primero que hay que saber sobre las barreras arquitectónicas, y la posibilidad de suprimirlas para que las
personas con movilidad reducida las puedan superar, es
que no es preciso sufrir una minusvalía para solicitar la eliminación de uno de estos obstáculos, en la escalera comunitaria, por ejemplo. El único requisito que es imprescindible para poder solicitarlo es haber cumplido los 70 años.
En relación con los mayores de 60 años, cualquier persona
en estas condiciones, aunque no presente movilidad reducida, puede solicitar a la comunidad de vecinos la instalación de una rampa, un ascensor o un sistema de asiento
con caída eléctrica, como previsión de una necesidad en un
futuro próximo o lejano. Si la mayoría de vecinos no está de
38
Podría iniciar también un proceso administrativo por el que
comunicase a la Administración su petición y el rechazo comunitario. Esta acción no comporta que dicha administración obligue a la comunidad de propietarios a aprobar la
instalación de lo que se establezca y a afrontar el coste a
partes iguales.
Es importante reflexionar sobre la
posibilidad de agotar todas las
opciones legales mencionadas hasta
aquí, con la única finalidad de que,
si algún día no podemos luchar por
nuestros derechos, haya alguien que
realmente lo pueda hacer, y lo haga
siguiendo nuestros mismos
parámetros, puesto que dejamos
constancia legal y pública de
nuestra propia voluntad.
La previsión. Cuando aún podemos decidir por nosotros mismos
acuerdo con esta instalación, el vecino que lo ha solicitado
está en su derecho de hacer instalar igualmente la medida
para suprimir la barrera, haciéndose cargo él mismo del
gasto que esto conlleve.
39
La protección.
Convivir con la
dependencia
42
Los derechos de mi mañana
La protección.
Convivir con la dependencia
ceptar el deterioro que la edad comporta, pese a que
pueda llegar paulatinamente, siempre va colisionando con aquellos días más difíciles, de más conciencia que
otros, en que la persona puede verse a sí misma, repentinamente, más vulnerable, más indefensa, y, en definitiva,
menos capaz.
A
Una caída en la calle, olvidarse de apagar el fuego o dejarse el teléfono descolgado todo el día son signos que asustan a los ancianos y que pueden oscurecer mucho su horizonte, porque, tal vez, signifiquen haber puesto el primer
pie en el difícil camino de aceptar la discapacidad. Un camino que comparte la misma persona que sufre la discapacidad con las personas de su entorno más próximo.
El miedo a perder la conciencia, llegada la vejez, debido a
una enfermedad o accidente, es una realidad muy frecuen43
Los derechos de mi mañana
te hoy en día, tanto para la persona que teme sufrir la demencia o que sospecha que está llegando, como para las
personas que le acompañan en este desenlace.
Cuando las dificultades empiezan a hacerse presentes,
compartir sentimientos, dudas y angustias con personas
que se encuentran en la misma situación resulta de una
gran ayuda. Y conocer y aprovechar todos los recursos que
nuestra sociedad nos ofrece para llevar mejor una vejez con
dependencia es tanto un derecho como un deber de todos.
Cuando hablamos de dependencia nos referimos a la que
se puede derivar de problemas físicos o psíquicos. Para
cualquiera de estas dependencias se recomienda dirigirse a
los servicios sociales municipales y al Departamento de
Bienestar Social de la comunidad autónoma, para conocer
todos los recursos de que se dispone en estas situaciones.
A continuación nos centraremos en la demencia, aquella
enfermedad en que la persona pierde la capacidad de regirse por ella misma.
44
Las dificultades de convivir
con la dependencia:
la demencia
n los inicios de la enfermedad es difícil detectar los problemas que van surgiendo como consecuencia del proceso de demencia. Lo que se detecta es una aparente incoherencia o desconexión en las actividades de la vida diaria, como
son los problemas de movilidad o de escritura. Es habitual que
en un primer momento estas dificultades se atribuyan al deterioro de los reflejos causado por la edad. Pero cuando poco a
poco las cosas que se hacían con normalidad se complican,
como por ejemplo el hecho de ver que las croquetas se queman y no saber cómo reaccionar, es preciso dirigirse al médico. Como defensa, la persona tal vez tenderá a negar la evidencia, y esta actitud puede ocasionar en los familiares cierto
sentimiento de impotencia, porque son los primeros en darse
cuenta de que la persona afectada no entiende lo que le pasa.
E
Las pruebas neuropsicológicas diagnostican el tipo y el grado de demencia. A partir de aquí, los profesionales ayudan a
45
Los derechos de mi mañana
los familiares y, en la medida en que sea posible, al mismo
enfermo, a conocer los pasos más recomendables para convivir con la enfermedad de la manera más digna y tranquila.
Los grupos de apoyo a las familias, formados por familiares
de afectados y por profesionales, facilitan una ayuda muy
importante en el proceso de aceptación de la demencia y la
asimilación de todas las necesidades de la persona afectada
a partir de aquel momento. Estas experiencias de las otras
familias o cónyuges, son, muchas veces, el referente más
claro que se puede tener para llevarlo tan bien como sea posible, y a la vez sentirse más acompañado en este periodo.
En estos grupos de apoyo se ofrece un espacio para compartir todos aquellos sentimientos, dudas, angustias y otras
emociones de personas que atraviesan una situación similar.
Por su parte, los profesionales, personas externas al hogar,
son los encargados de ofrecer la perspectiva objetiva y libre
de cargas emocionales que pueden tener los familiares respecto a las maneras más recomendables de convivir con la
enfermedad todos los días.
Los grupos de apoyo a las familias
facilitan una ayuda muy importante
en el proceso de aceptación de la
demencia y asimilación de todas las
necesidades de la persona afectada a
partir de aquel momento.
46
Todos estos recursos suponen una gran ayuda para poder
continuar desarrollando las tareas y los roles que se ocupan
dentro de la familia, a la vez que permiten un tiempo de
descanso a la persona que atiende más directamente al enfermo. Esto hasta que el grado de desarrollo de la enfermedad lo permita. Cuando ya no sea posible ofrecer a la persona mayor y afectada por la demencia una atención
adecuada, por las características del hogar o por las necesidades medicosanitarias, se hace indispensable la intervención de profesionales que se encarguen de su cuidado.
La protección. Convivir con la dependencia
Una vez diagnosticada la enfermedad de la persona, y
cuando la familia y el enfermo se han podido recuperar del
primer impacto inicial, es preciso saber con qué recursos
podemos contar para hacer frente a la situación de la mejor
manera posible, y antes de que la enfermedad avance.
En estos momentos, la persona enferma ya no se puede
mover o comer sola, por ejemplo. Entonces, los familiares se
plantean un ingreso residencial, decisión difícil si lo que
querrían es compartir con el familiar afectado esta última
fase de su enfermedad en el propio hogar. Se ven obligados
a tomar decisiones que, a veces, no son aceptadas por los
enfermos, pero debe tenerse en cuenta que son los centros
asistenciales los que ofrecen terapias de rehabilitación que,
a pesar de no poder detener la enfermedad, pueden retardarla y ayudar a llevarla mejor.
Un diagnóstico de demencia condiciona la vida familiar,
porque los enfermos que la sufren necesitan atención las
24 horas. Mejoras como, por ejemplo, la adaptación del hogar, sustituyendo bañeras por duchas y facilitando la acce47
sibilidad de los afectados por la demencia, son también una
de las necesidades que presentan las enfermedades degenerativas.
Según un informe de Comisiones Obreras, el 92 % de las
personas con dependencia están en casa, bajo los cuidados
de la familia. Otros estudios hablan del 75 %. En cualquier
caso, son porcentajes muy elevados.
48
Medidas sociales
de protección
l envejecimiento de la población mundial, en general, y
de España, en particular, es, objetivamente, un motivo
de satisfacción en relación con el aumento de la esperanza de
vida y el aumento de la calidad de las condiciones de vida
sanitarias y sociales respecto a otras generaciones que nos
han precedido. Se calcula que en el año 2025 este colectivo se
acercará al 25 % de población en los países desarrollados, o
sea, una de cada cuatro personas será un anciano. En la actualidad, en España, el 17 % de la población tiene más de 65 años;
esto nos hace poner de relieve situaciones que antes eran invisibles o se escondían, y cada vez más tienen una importancia en el debate social, en relación con las dependencias que
muchos de estos ancianos experimentan, con las demencias,
malos tratos o explotación, y con la soledad y el abandono.
E
El alzheimer, por ejemplo, que afecta a unas 600.000 personas en España, es una de las demencias más temidas por
49
Los derechos de mi mañana
todo lo que comporta. Todas
aquellas personas afectadas
por el alzheimer necesitan
una protección social, pero
también sus familias y las
personas que las cuidan. Su
dependencia comporta indefensión, vulnerabilidad,
perjuicios, discriminación y
riesgo.
La incapacitación
La vejez, o ser mayor, no es una causa de incapacitación, ni
tampoco un motivo. Lo serán, en todo caso, las minusvalías,
las disfunciones o las discapacidades que este anciano pueda
sufrir habitualmente. La incapacidad viene marcada por circunstancias fisiológicas acaecidas por el deterioro progresivo
de las facultades físicas y psíquicas de la persona, las enfermedades o deficiencias persistentes de carácter físico o psíquico que impidan a la persona gobernarse por sí misma. Normalmente es una demencia, de cualquier tipo, la que provoca
realmente estar incapacitado, pero no el hecho de ser mayor.
El momento de plantearse la incapacitación de una persona es un episodio que remueve muchos sentimientos dentro de la familia, porque, pese a que se lleve a cabo por el
bien de la persona enferma, se trata de un proceso que limita la capacidad de decisión de esta persona. El asesoramiento y la orientación de los profesionales son fundamentales en estos momentos.
50
Es el juez quien determina los límites y la extensión de la
incapacitación, así como el régimen de tutela o guarda al que
tiene que quedar sometida la persona declarada incapaz.
La protección. Convivir con la dependencia
La incapacitación es un proceso
legal que limita la capacidad de
decisión de una persona. Siempre es
un juez el que determina el alcance
de la incapacitación.
La incapacitación es total cuando la persona no tiene la
capacidad de decidir en relación con ningún tipo de decisión referente a su atención, así como respecto a ningún
tipo de acto y negocio jurídico relativos a la administración
y disposición de sus bienes, derechos e intereses jurídicos
y patrimoniales de cualquier tipo.
El juez también puede declarar la incapacidad para aspectos concretos; en este caso, la incapacitación es parcial.
La declaración de incapacitación la pueden promover tanto el
cónyuge o los descendientes de la persona en cuestión como, si
no los hay, los ascendientes y los hermanos, pero también el Ministerio Fiscal si los anteriores no existen o no lo solicitan. Quienes deben comunicar al Ministerio Fiscal los hechos que puedan
determinar la incapacitación son las autoridades o los funcionarios que, por razón de su cargo, conozcan la posible existencia
de una causa de incapacitación. También lo puede hacer cualquier persona que tenga conocimiento de estas causas.
51
Los derechos de mi mañana
Como paso previo a la incapacitación, existe la posibilidad
de efectuar la guarda de hecho. Esta es una figura que implica la acogida transitoria, por parte de una persona física
o jurídica, de una persona que, por razón de sus circunstancias personales, puede ser declarada incapaz. El guardador
ha de comunicar al juzgado o al Ministerio Fiscal que asume la guarda de hecho.
La tutela
El juez designará a una persona como tutor para que «sustituya» legalmente a la persona declarada incapaz y defienda sus
derechos. Esta persona tendrá que velar por su bienestar psíquico, moral o espiritual, atendiendo a sus preferencias, deseos e ilusiones en todo aquello que sea posible realizar y, en
la medida en que sea posible, incluirla en las actividades.
52
La tarea del tutor comprende tres funciones diferentes:
1. La atención personal del tutelado. El tutor tiene que
procurarle una vida en buenas condiciones, asegurarse
de que tenga un hogar adecuado a sus necesidades, que
esté bien alimentado, que reciba el tratamiento médico
que su enfermedad requiere y que tenga también una
ropa idónea y la posibilidad de disponer de dinero para
sus necesidades personales. La ley prevé también que,
en la medida en que sea posible, se intente la reincorporación a la vida social de esta persona. Con personas con
demencia esto es difícil, porque la demencia ocasiona
una pérdida de la capacidad cognitiva y motora, y la
reintroducción resulta compleja, pero como la tutela se
puede realizar en cualquier enfermedad o deficiencia, en
casos de disminuidos psíquicos o enfermos mentales sí
que se debería tener en cuenta este aspecto de su atención personal.
La protección. Convivir con la dependencia
Puede ser tutor cualquier persona, tanto si se trata de un
familiar del enfermo como si no, así como las entidades tutelares que cuentan con el reconocimiento de la Administración para proteger y atender a las personas declaradas
incapaces. Estas entidades no tienen ánimo de lucro y normalmente cuentan, entre otros, con trabajadores sociales,
psicólogos, educadores sociales y asesores jurídicos.
2. Administración de sus bienes. El tutor tiene que saber y
procurar que lo poco o mucho que la persona tutelada
tenga se tiene que utilizar con la finalidad de que esté
atendida tan bien como sea posible. Si se trata de alguien sin recursos, tendrá que averiguar a qué recursos
53
Los derechos de mi mañana
públicos se tiene derecho, cómo acceder a los mismos, y
procurarlos. Una vez el tutor haya aceptado el cargo, la
primera medida de control es que se haga un inventario
de lo que tiene la persona tutelada y se presente al juzgado que ha acordado su incapacitación. Anualmente se
tendrá que informar al juzgado correspondiente y, cuando finalice la tutela, porque la persona se ha muerto, se
tendrá que presentar una rendición final. Siempre hay
una medida de control judicial rigurosamente aplicada
cuando se deben hacer gestiones, como por ejemplo,
vender alguna propiedad del tutelado. Para ello se necesita la autorización del juez.
3. Representar a la persona tutelada. El tutor ejerce la
representación de la persona en todos los actos que lleve a cabo.
El tutor es aquella persona
designada por el juez para velar por
los intereses y derechos de una
persona declarada incapaz.
El tutor es un referente con quien se toman las decisiones
sobre lo que le conviene al tutelado y lo que no. No necesariamente el tutor se lleva el tutelado a su casa. A veces,
también, se cree que si está el tutor, la persona incapacitada ya no hace nada, y esto no es así. Las cosas que aún
puede hacer la persona incapacitada las debe continuar
haciendo. Por ejemplo, continuará yendo al banco, pero
ahora con la tranquilidad de que alguien a su lado tiene co54
La acogida
Otra posibilidad de protección de un anciano es la acogida.
Es preciso realizar un contrato con el asesoramiento de un
abogado o un notario que complemente, regule y aporte
mucha seguridad a la persona que entra en una vivienda
en situación convivencial o de acogida.
La protección. Convivir con la dependencia
nocimiento y control de lo que hace. Es preciso tener presente que estas personas tienen un pasado y que no se las
puede privar de hacer cosas.
El pacto de acogida establece la vinculación de la persona
que quiere ser acogida con una persona o una pareja, a
cambio de una contraprestación. El pacto no incluye la
administración legal de los bienes ni la representación legal
de las personas acogidas por las acogedoras.
Las personas acogedoras y acogidas conviven en una misma
vivienda, ya sea de las personas acogedoras o de las acogidas, con el objetivo de que los primeros cuiden a los segundos, les den alimento, les presten asistencia, procuren su bienestar general y les atiendan en situaciones de enfermedad.
Las personas acogedoras y las acogidas han de prestarse
ayuda mutua y compartir los gastos de la vivienda y el trabajo doméstico en la forma pactada, según las posibilidades
reales de cada parte.
La contraprestación se puede llevar a cabo mediante la cesión
de bienes muebles, bienes inmuebles o monetariamente.
55
Los derechos de mi mañana
Las personas acogedoras tienen que promover la constitución de la tutela si las personas acogidas son presuntamente incapaces.
La residencia
En el momento del ingreso, es obligatorio presentar un
informe médico efectuado como máximo durante los tres
meses anteriores a la entrada en la residencia. Este informe tiene que incluir los datos personales, las enfermedades activas, las alergias y contraindicaciones, la medicación
prescrita, el régimen dietético, las atenciones sanitarias o
de enfermería que necesita aquella persona que quiere in56
La previa y libre manifestación de la voluntad de la persona que ingresa en una residencia, o bien la de su representante legal, es imprescindible para efectuar el ingreso en
uno de estos centros. Si la persona que tiene que ingresar
no puede manifestar libremente su voluntad y, por ello, su
ingreso lo realiza el cónyuge, descendientes, ascendientes
o hermanos, se debe hacer constar en el expediente asistencial.
La protección. Convivir con la dependencia
gresar y la valoración de su disminución. De esta manera,
y a través de una entrevista personal, desde el centro residencial se tendrán los referentes para saber si se trata
de un presunto incapaz. En el caso de asumir la guarda de
hecho, tendrá que comunicarse al juzgado o al Ministerio
Fiscal.
En el momento del ingreso en una
residencia, es obligatorio presentar
un informe médico, así como la
previa y libre manifestación de la
voluntad de la persona que es
ingresada.
Hay derechos que nacen como consecuencia de la estancia
de la persona en la residencia. Todas las administraciones
públicas tendrán que velar por el respeto de los derechos
de los usuarios de servicios y establecimientos sociales,
especialmente los siguientes:
57
Los derechos de mi mañana
1. El derecho a la información, que debe ejercerse de forma
individualizada. La residencia tiene la obligación de mostrar en un tablón de anuncios la información dirigida a los
usuarios y de transmitirles esta información. Ha de constar la autorización del establecimiento o servicio, los horarios del centro, los precios, su organigrama, la disponibilidad de hojas de reclamación, el calendario con el horario
de actividades, las instrucciones en casos de emergencia
y el horario de atención a los familiares y usuarios.
2. El derecho a la intimidad y a la no divulgación de los datos personales. Sólo pueden tener acceso a estos datos,
que figuran en los expedientes asistenciales, los profesionales de la atención personal de los residentes, el
personal encargado de la gestión y administración del
centro, y el personal de la administración pública que
efectúa las inspecciones correspondientes; quedará el
acceso limitado a aquellas personas que son objeto de la
intervención concreta de cada profesional.
3. El derecho a considerar como domicilio propio el establecimiento residencial y mantener su relación con el entorno familiar y social. El establecimiento residencial es un
centro abierto. Este derecho implica también la libertad
de entrada y salida del centro, la invulnerabilidad de las
dependencias personales y el derecho a tener objetos
personales. La residencia se considera el domicilio de la
persona mayor, pero esto no quiere decir que se pueda
comportar como en su casa. Hay que someterse a un régimen de vida diferente con ciertas limitaciones para garantizar la buena convivencia y para garantizar también
la buena prestación del servicio.
58
La protección. Convivir con la dependencia
4. El derecho a la continuidad de la prestación del servicio y
a la no discriminación, según un contrato, previamente firmado, y según las cláusulas acordadas en el contrato de
asistencia. La persona que ingresa tiene derecho a no ser
discriminada en el tratamiento por razón de nacimiento,
raza, sexo, religión, opinión y cualquier otra condición personal. También tiene derecho a ser tratada con el respeto y
la consideración debida para su dignidad. Asimismo, le corresponde el derecho a no ser sometida a ningún tipo de
inmovilización o restricción física o farmacológica, sin prescripción médica y supervisión, salvo que exista peligro inminente para su seguridad física o la de terceras personas.
En este último caso, las actuaciones realizadas tendrán que
justificarse documentalmente en el expediente asistencial.
5. El derecho a la tutela de las autoridades públicas, para
garantizar el disfrute de los derechos establecidos. Por
este motivo, la Administración competente ha de velar
por el cumplimiento de la normativa vigente, garantizar
los derechos de los usuarios a los servicios sociales, verificar el cumplimiento de las condiciones funcionales y
materiales, supervisar la destinación y la utilización de
los fondos públicos concedidos a la iniciativa privada o a
la pública, asesorar, informar a las entidades, los usuarios y los representantes legales, y colaborar en la planificación territorial de los servicios sociales.
Otros servicios
Para aquellas personas que deseen permanecer en su domicilio y las circunstancias se lo permitan, nuestra sociedad
59
Los derechos de mi mañana
dispone de ayudas y de diferentes servicios para contribuir
a llevar mejor el cuidado de la persona enferma en su propio hogar.
Atención social domiciliaria
Es un servicio a domicilio dirigido a ancianos o con alguna
disminución que tienen dificultades para desarrollar las
actividades de la vida diaria. La atención domiciliaria facilita
personal para realizar las tareas domésticas y ofrecer apoyo
en el cuidado de la higiene personal, la salud y los trámites
burocráticos, así como para cuestiones como la lavandería o
la preparación de las comidas de la persona mayor, al no poder llevarlas a cabo por sí misma. Este servicio es gratuito
para las personas con ingresos económicos reducidos. Para
obtener esta ayuda a domicilio es preciso dirigirse a los servicios sociales que hay en cada ayuntamiento.
Centros de día
Los centros de día son espacios de acogida y asistencia
destinados a las personas mayores dependientes, para que
puedan desarrollar las actividades de la vida diaria en compañía de otras personas, guiados por profesionales especializados a este fin. Pueden acceder a este servicio todas
las personas mayores dependientes que puedan dormir en
su casa. En el centro se ofrece el almuerzo, la atención personalizada, tanto para las actividades como para la higiene
personal del usuario, y fisioterapia, entre otros servicios.
Para solicitar la participación en este servicio, es preciso ir
al centro de servicios sociales del barrio o municipio y presentar la petición al trabajador social.
60
La protección. Convivir con la dependencia
Programas de respiro
Otro apoyo, en este caso dirigido a las personas que se ocupan diariamente de la persona dependiente, son los
programas de respiro. Se trata de una estancia temporal de
la persona dependiente en una residencia, que permite un
descanso a las personas que se encargan de su cuidado. La
información sobre este servicio está disponible en los centros de servicios sociales de cada barrio o municipio.
Teleasistencia
Es un servicio de alarma telefónica mediante el cual la
persona enferma, o con movilidad reducida, tiene en su
casa un aparato conectado por vía telefónica con una central de emergencia para poder pedir ayuda inmediatamente, en caso de encontrarse mal. Para solicitar este servicio y
conocer las condiciones para obtenerlo es preciso ponerse
en contacto con los servicios sociales municipales.
61
Los derechos de mi mañana
Programa Vive y Convive
Asimismo, el programa Vive y Convive, que facilita la convivencia entre un anciano que desea compañía y un estudiante que necesita alojamiento, es una herramienta de
gran valor. Lo gestiona la Obra Social Caixa Catalunya, y actualmente se ha implantado en 27 ciudades de todo el Estado español. Para obtener más información, se puede llamar al 902 400 973.
Aparte de estos servicios que
nuestra sociedad pone al alcance de
las personas mayores dependientes y
con riesgo de marginación social,
existen otras ayudas sobre las que se
puede solicitar información a los
trabajadores sociales que prestan su
servicio en cada barrio o municipio.
62
Los abusos contra
las personas mayores
Malos tratos
Una de las formas más crudas de vulneración de derechos
son los malos tratos a las personas mayores.
Todas las formas de violencia —física, psíquica, sexual, económica...— afectan gravemente a la salud, tal como recoge
el documento Violencia y Salud, del año 2002, de la
Organización Mundial de la Salud. Según este informe, el
maltrato a las personas mayores es una de las formas de
violencia más oculta. Lo es porque se trata de la menos estudiada, la más incomprendida y también la más evidentemente desconocida.
Según estadísticas realizadas en países pioneros en la
detección de estos malos tratos, como Estados Unidos y Canadá, salen a la luz muy pocos casos de maltratos a las per63
Los derechos de mi mañana
sonas mayores. El principal problema es que el maltrato a los
ancianos es muy difícil de detectar, primero por la creencia
de que todo cuanto pasa en la familia es una cuestión privada. Otros motivos del silencio son la vergüenza que sufre la
víctima al tener que manifestar que la maltratan o que se
siente maltratada, el miedo al hecho de que la lleven a una
residencia o el temor a recibir represalias.
El maltrato se puede dar en distintos ámbitos, como el
familiar, el institucional y el social.
En general, la vulneración de los derechos que a una persona le corresponden como tal se puede considerar maltrato. Es necesario que la persona pueda decidir por ella misma cuando todavía tiene capacidad, y no ha de ser tratada
de manera infantil en ninguna situación.
En la década de los años ochenta, los maltratos hacia los niños fueron el foco de atención. A partir de la década de los
años noventa, y en el momento actual, hablamos de violencia de género y/o violencia doméstica. Parece ser que en
este inicio de siglo oiremos hablar más de maltrato hacia las
personas mayores. Entre las causas podemos encontrar los
cambios en la estructura y la función de la familia, así como
el incremento de las demencias progresivas y degenerativas
por el mayor número de personas que llegan a la vejez.
Cuando alguien sospecha que un anciano está siendo maltratado, debe buscarse el asesoramiento de los profesionales que puedan informar sobre lo que se debe hacer. Hay
que dirigirse a cualquier cuerpo de seguridad o a los servicios sociales.
64
Ésta es otra forma de maltrato que se practica demasiado a
menudo con los ancianos. Se trata de un acoso sobre una
persona para conseguir que abandone la vivienda donde
reside en calidad de inquilina con un alquiler bajo y con un
contrato indefinido, con la intención de los propietarios de
obtener un mayor beneficio con otro inquilino o con la venta del inmueble.
En caso de sospecha de estar sufriendo mobbing, es preciso
consultarlo a los servicios sociales municipales o a los servicios de orientación jurídica de los colegios de abogados.
La protección. Convivir con la dependencia
El mobbing inmobiliario
65
Los derechos naturales
parte de los derechos reflejados en las leyes que pueda redactar un país, existen los derechos naturales de
toda persona, y que son esenciales, como el derecho a ser
amado y a amar, el derecho a sentirse útil y válido, y el derecho a decidir. Todos necesitamos tener personas a nuestro alrededor, sea una pareja, un padre, un hijo o un amigo.
A
Por ejemplo, la legislación establece que los abuelos tienen
derecho a relacionarse con sus nietos. Los padres tienen la
patria potestad, pero tienen que fomentar la relación de sus
hijos con los abuelos. Muchas veces, por diferencias familiares, se priva a los abuelos de ver a sus nietos. Cuando
más se acentúa este hecho es en el caso de una separación.
Los abogados tendrían que recordar siempre que, a la hora
de establecer el régimen de visitas, también hay que pedir
un derecho de visita para ver a los abuelos.
67
68
Los derechos de mi mañana
Conclusiones
as personas mayores tienen los mismos derechos que
todo el mundo, por el hecho de ser personas, pero a
veces estos derechos resultan dañados porque las mismas
personas mayores desconocen sus derechos o porque sus
circunstancias de salud mental les impiden reclamar todo
aquello que merecen legalmente. Desde la sociedad, es preciso velar por que esto no pase. Las campañas de divulgación de estos derechos son una herramienta para alcanzar
este propósito. Pero también es necesario, por parte de cada
uno, ser previsores y decidir de antemano lo que queremos
para nuestro futuro, para que, si llegamos a estar incapacitados, se puedan cumplir nuestras voluntades. Nadie tendría
que decidir por nosotros. Es preciso que los mismos médicos
y asistentes nos pregunten cómo queremos ser tratados.
L
Las administraciones, los profesionales, los voluntarios, los
particulares y, en definitiva, todo el tejido social, político y
69
Los derechos de mi mañana
económico, tiene que implicarse en la solución de aquellos
problemas que afectan a los ancianos y que, por ellos mismos, no puedan resolver. Tienen que encontrarse canales
reales de participación de las personas mayores, para que
podamos valorar y sacar provecho humano de sus capacidades, sean cuales sean, hasta su último día. La gente debe
poder realizar y realizarse, pese a sobrepasar la edad de jubilación.
Y el primer deber de las personas mayores hacia la sociedad y hacia su propia condición de personas capaces de
valerse por sí mismas es la previsión. Por este motivo hay
que difundir la autotutela, para que sea más utilizada.
Si la dependencia llega, la figura de la tutela tiene como
principal objetivo la protección de la persona afectada. Es
preciso pasar del asistencialismo al derecho. Tenemos que
asumir los deberes cívicos, y especialmente los económicos, para atender a los ancianos, principalmente cuando
existe un vínculo de tipo familiar.
Enfermedades como el alzheimer u otras demencias originan una serie de problemas y angustias familiares y, por lo
tanto personales, que, si son compartidos con los grupos de
apoyo formados por familiares de otros afectados y de profesionales expertos en estos problemas, se pueden sobrellevar mucho mejor.
En relación con la incapacitación, hay que prevenir activamente, e incapacitar absolutamente sólo en casos de excepcionalidad, si es necesario y en la justa medida en que
haga falta, porque es preciso potenciar la autonomía de la
70
Teresa Pàmies, en su libro La aventura de envejecer, que escribió a los 82 años, pretendía transmitir que se tiene que
envejecer sin pasar por la decrepitud. La escritora presenta
a sus personajes como ejemplo de vivir la vejez de forma
positiva.
Conclusiones
persona con alguna demencia en la medida en que sea posible.
Estas páginas albergan el mismo propósito de promover
para todos un desarrollo personal y positivo, tengamos la
edad que tengamos.
Sensibilizándonos ante la vejez,
empezando por la nuestra,
preparándonos, acercándonos a las
otras ancianidades, construiremos
una vejez con dignidad para todos.
71
Bibliografía
Cómo quedarse en casa cuando se es mayor. Ayuntamiento de
Barcelona y Comunidad de Sant’Egidio. Grup 62.
MUÑOZ, J.; ARGEMÍ, M. Las personas mayores y sus derechos. Ediciones Finder Graphics.
MUÑOZ, J. El ingreso de presuntos incapacitados en centros
gerontológicos. Fundación Mapfre Medicina. Asociación de
Entidades y Profesionales de la Gerontología.
PÀMIES, T. La aventura de envejecer. Biblioteca Universal Empúries.
73
Con la colaboración de
Descargar