Educación ético

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Educación
ético-cívica
Apuntes de Ética de Santiago Sánchez-Migallón Jiménez
1º TRIMESTRE
Curso 2015 / 16
Departamento de Filosofía del IES Ojos del Guadiana
E-mail: [email protected]
Blog: ojosdelguadianafilosofia.blogspot.com.es
Educación Ético-Cívica
Índice
1. Introducción: ¿Qué es la ética? Conceptos fundamentales.- .................................. 3
2. Teorías éticas a lo largo de la historia.- .................................................................... 4
2.1. La ética en la antigua Grecia.-............................................................................ 5
2.1.1. Los sofistas.- .................................................................................................. 5
2.1.2. Sócrates.- ....................................................................................................... 6
2.1.3. Platón.- ........................................................................................................... 8
2.1.4. Aristóteles.-.................................................................................................... 9
2.1.5. Las escuelas helenísticas.- .......................................................................... 10
2.1.5.1. Los cínicos.- .............................................................................................. 10
2.1.5.2. El estoicismo.- .......................................................................................... 11
2.1.5.3. El epicureismo.- ....................................................................................... 12
2.2. La ética en la Edad Media.- .............................................................................. 13
2.2.1. La ética de Santo Tomás de Aquino.- ....................................................... 14
2.3. La ética en la modernidad.- .............................................................................. 15
2.3.1. Hume.- ......................................................................................................... 15
2.3.2. Kant.- ........................................................................................................... 16
2.3.2.1. Crítica a la ética kantiana.-..................................................................... 18
2.3.3. El utilitarismo.- ........................................................................................... 19
2.4. La Edad Contemporánea.- ............................................................................... 20
2.4.1. Nietzsche.-.................................................................................................... 20
2.4.2. El existencialismo.- ..................................................................................... 21
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BLOQUE I: LAS DIFERENTES CONCEPCIONES DE LA ÉTICA.-
1. Introducción: ¿Qué es la ética? Conceptos
fundamentales.La ética es la rama de la filosofía (Al igual que las matemáticas se dividen en
aritmética, geometría, álgebra, etc. la filosofía se divide en múltiples ramas) que se
encarga del estudio de la moral.
La moral es el conjunto de valores y costumbres que tiene un individuo o grupo
humano determinado. Este conjunto de valores y costumbres conforman una serie de
normas o reglas que son sancionables dentro del grupo (los demás miembros del grupo
te dirán que “está mal” lo que haces si la incumples). Cada grupo o sociedad tiene una
idea sobre lo que está bien o es bueno y sobre lo que está mal y es malo. En base a ello
se elaboran una serie de normas o reglas que los individuos deben cumplir.
Ejemplo: en nuestra sociedad existe una determinada moral que se
transmite de generación en generación a través de los padres, la escuela, los
libros, etc. Ejemplos de normas morales derivada de una moral determinada
sería la que dice que “está mal engañar a un amigo”, que “está bien dar
limosna a un pobre” o que “está mal ser maleducado con un anciano”.
Cuando las normas morales que se dan en un conjunto de individuos o sociedad
pasan a estar sancionadas por la ley, ya no hablaremos de normas morales, sino de
derecho vigente o de leyes. Las leyes serían algo parecido a las normas morales con la
diferencia que si incumples una norma moral no tienes sanciones penales (que te
pongan una multa o que te encarcelen) mientras que si incumples la ley sí.
Ejemplo: si no ayudas a una anciana a cruzar la calle no vas a la cárcel;
un policía no podrá decirte nada si no lo haces. Simplemente, si alguien ve que
no lo haces, te mirará con mala cara desaprobando tu conducta mientras que si
robas el bolso a la anciana, estarás incumpliendo la ley y la policía te impondrá
sanciones legales.
También sería importante distinguir entre los siguientes conceptos:
- Costumbre: es una actividad que una persona realiza habitualmente o con
asiduidad. Existen costumbres que se convierten en normas morales y otras no.
- Norma moral: es una regla cuyo cumplimiento es bien visto por el grupo y
cuyo incumplimiento es mal visto. Normalmente, si un grupo tiene una serie de
costumbres, el hecho de que un miembro del grupo deje de realizarlas suele estar mal
visto.
- Ley: es una norma o regla cuyo incumplimiento provoca sanción por parte de
la autoridad competente (en nuestro caso, la policía y los jueces).
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Ejemplos: “Ir a misa todos los domingos” es una costumbre habitual
entre los cristianos que también suele ser una norma moral ya que un padre
cristiano suele regañar a su hijo si este no va a misa un domingo, mientras que
“jugar al fútbol todos los viernes” es una costumbre que no pasa a ser una
norma moral ya que nadie sanciona o critica el hecho de que se haga o no se
haga. “La prohibición de fumar en un bar en el que está prohibido” es una ley
ya que pueden denunciarte a la policía por hacerlo.
Como en la moral los conceptos de bien y mal son fundamentales ya que
cumplir las normas morales es considerado como “lo bueno” e incumplirlas como “lo
malo” y hemos definido la ética como la rama de la filosofía que estudia la moral, la
ética se encargará fundamentalmente de estudiar los conceptos de bien (o bueno) y de
valor.
El valor es la medida de lo bueno. Cuando consideramos que algo tiene valor o
que es bueno estamos diciendo también que es bueno para nosotros. Cuanto más valor
tenga algo para nosotros, tanto más bueno nos parecerá, así que mediante el concepto de
valor medimos “lo bueno”.
Ejemplo: Cuando decimos que “la amistad tiene mucho valor para
nosotros” estamos diciendo también que el hecho de “tener amigos” es muy
bueno mientras que el no tenerlos será muy malo.
2. Teorías éticas a lo largo de la historia.La ética como estudio de la moral ha sido una actividad a la que se han dedicado
gran cantidad de pensadores a lo largo de la historia. Cada filósofo, corriente filosófica
(conjunto de filósofos que defienden unas ideas comunes) o escuela ha intentado definir
qué es la moral y qué es el bien, y, en base a ello, proponer una serie de normas o
códigos éticos que nos lleven a lo que ellos consideran como una vida buena.
Entenderemos por código ético a un conjunto de normas que no han sido
impuestas por la tradición o la costumbre (es decir, por el mero hecho de que siempre se
habían hecho así las cosas hasta ahora) ni por la fuerza, sino que han sido
fundamentadas racionalmente.
Y entenderemos por vida buena al estilo o forma de vida que lleva un individuo
que sigue un código ético determinado.
Así, los diversos filósofos que vamos a estudiar nos propondrán una serie de
modelos de códigos éticos (intentarán fundamentar racionalmente las normas que
proponen), una cierta idea de lo que es el bien y de lo que sería una vida buena.
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2.1. La ética en la antigua Grecia.2.1.1. Los sofistas.En el Siglo V a. C. aparecen en Atenas una serie de filósofos a los que se
denominará como sofistas (sofista significa en griego sabio). En esa época en Atenas
existía un régimen democrático en el que todos los ciudadanos libres de la polis (de la
ciudad) se reunían para tomar todas las decisiones. Antes de tomar cada decisión
concerniente al futuro de la polis, cada ciudadano que quisiera tenía la oportunidad de
hablar y defender una u otra decisión. Para ello era necesario tener un buen uso de la
palabra, saber expresar bien lo que uno quería decir y saber persuadir a los demás de lo
que decimos, es decir, era necesario ser un buen orador. Así, los sofistas fueron los
primeros profesionales de la filosofía al ser los primeros profesores de filosofía (que
cobraban por su trabajo) y enseñaban a sus alumnos principalmente el arte de la
retórica.
La retórica consiste en la habilidad de la persuasión, es decir, de saber qué es lo
que tenemos que hacer para convencer a los demás para que piensen igual que nosotros.
De este modo, en el ágora ateniense (lugar donde se reunían los ciudadanos de Atenas
para decidir sus asuntos) si somos unos buenos retóricos podremos hacer que la mayoría
de los ciudadanos voten por lo que nosotros defendemos (ya que estamos en un régimen
democrático).
Respecto a la ética, los sofistas defenderán una postura relativista (Sobre todo
Protágoras (490-410 a. C.)). El relativismo ético o moral defiende que no hay unos
valores o normas morales universales (para todo el mundo), que cada persona, sociedad
o cultura tiene una moral propia que no es ni mejor ni peor que todas las demás. Cada
individuo o sociedad tiene una determinada idea de lo que es bueno, tiene sus
determinadas normas morales y costumbres y un determinado ideal de lo que es una
vida buena y nosotros, “desde fuera” (desde otro tipo de moral) no podemos juzgarlo,
ya que nuestra moral no es mejor ni peor que la de otros.
Ejemplo negativo: Hoy en día en Arabia Saudi las mujeres no pueden
conducir, no pueden pasear solas por las calle ni por motivo médico ni trabajar
sin el permiso de su marido. En Nigeria el marido puede maltratar a su mujer
sin castigo alguno y el adulterio femenino (engañar al marido con otro hombre)
está penado con la lapidación (castigado con la muerte). En Guatemala un
violador no sufre pena si se casa con su víctima. En Pakistán, en un juicio, el
testimonio de una mujer vale la mitad que el de un hombre”. Pues bien, según el
relativismo moral, aunque estas cosas nos parezcan sumamente injustas, no
podemos decir que son ni buenas ni malas, no podemos juzgarlas ni, por lo
tanto, castigarlas.
Ejemplo positivo: Los conquistadores españoles de América (Hernán
Cortés, Pizarro, Trujillo, etc.) llegaron allí y se encontraron con los pueblos
precolombinos (aztecas, mayas, incas, etc.). En sus expediciones llevaban frailes
cuya misión era evangelizar aquellos pueblos (transmitirles y enseñarles las
costumbres cristianas). Pero los pueblos precolombinos tenían ya unas
religiones y costumbres previas y no estaban dispuestos a cambiar sus creencias
tan fácilmente. Entonces, los conquistadores españoles impusieron la religión
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con la espada (o aceptas mis creencias o te mato). Si los frailes españoles
hubieran sido relativistas, hubieran respetado la religión y costumbres de
aquellos pueblos, ya que hubieran considerado que no eran ni mejores ni peores
que las suyas.
Los sofistas también defendieron el escepticismo (sobre todo Gorgias (485-389
a. C.). El escepticismo moral dice que no puede llegarse a una idea verdadera de lo que
es el bien o de lo que es bueno, por lo que no hay forma alguna de fundamentar
racionalmente las normas morales. De este modo el escepticismo y el relativismo están
muy relacionados: si no hay forma de saber qué es lo bueno y, en consecuencia, no
podemos defender ningún conjunto de normas morales, razón de más para no poder
juzgar las normas morales de los demás. Así, habitualmente, el escepticismo y el
relativismo irán juntos (una persona se declarará escéptica y relativista a la vez).
2.1.2. Sócrates.Sócrates (470-399 a. C.) va a criticar
tanto el relativismo como el escepticismo de
los sofistas. Según él, es posible llegar a una
definición universal de lo que es bueno y
llegar a constituir una serie de normas
morales válidas para todo el mundo. Pero,
¿cómo llegar a saber qué es lo bueno?
Mediante un método, lo que se ha
denominado método socrático.
El método socráctico se caracteriza
por tres elementos: el diálogo, la ironía y la
contradicción.
a) El diálogo: según Sócrates,
dialogar (discutir con otras personas) era la
mejor manera de llegar a la verdad. El otro
puede aportarte puntos de vista o ideas en las
que tú no habías caído y entre los dos llegar
mejor a la verdad que si pensáramos en
solitario. Sócrates afirmaba que, mediante el diálogo, conseguía “dar a luz” la verdad, es
decir, ayudaba a que su interlocutor encontrara la verdad por sí mismo (a esto se lo
denomina mayéutica que en griego significa “dar a luz”).
b) La ironía: el Oráculo de Delfos (una especie de grupo de adivinos que vivían
en la ciudad griega de Delfos a los que acudían los griegos para preguntarles cuestiones
sobre el futuro) decía que Sócrates era el hombre más sabio que existía. Al oír esto,
Sócrates fue buscando a hombres que se tenían considerados como sabios y se puso a
dialogar con ellos. Al término de sus conversaciones, Sócrates llegó a una conclusión
que se ha hecho célebre en la historia de la filosofía: “Sólo sé que no se nada”. Sócrates
era el único hombre que sabía que era un ignorante. Los sabios con los que habló en
realidad eran tan ignorantes que ni si quiera sabían lo ignorantes que eran. Así, él era en
hombre más sabio ya que sabía algo más que todos los demás. El Oráculo había
acertado en su afirmación.
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c) La contradicción: Siguiendo este modo de actuar, Sócrates ironizaba con
todo aquel que estaba seguro de lo que sabía. Con aire ingenuo e inocente preguntaba
simulando o fingiendo que no sabía nada. Con gran habilidad iba haciendo poco a poco
que su interlocutor acabara por caer en contradicciones lógicas (hacía que se
contradijera a sí mismo), por lo que toda su supuesta “sabiduría” acababa por
derrumbarse. Ahora bien, actuando de esta manera, Sócrates se iba ganando muchos
enemigos. Estos sabios interrogados y ridiculizados en público no tardaron en acusarlo
y denunciarlo. Así, en el año 399 a. C. un tribunal democrático le hizo elegir entre el
destierro (Irse de Atenas y no volver jamás) o que se suicidara bebiendo cicuta “por no
creer en los dioses de la polis y por corromper a la juventud”. Sócrates, que sabía que
había sido acusado injustamente, eligió beber cicuta, siendo fiel a sus principios.
Hasta ahora hemos visto el método que Sócrates utilizaba para llegar a la verdad:
mediante la ironía y la contradicción conseguía “derribar” las idas de sus interlocutores,
pero por otro lado, mediante el diálogo, llegaba a la verdad. ¿A qué verdad llegó
Sócrates con este método?
Una persona no es buena según el reconocimiento social que tenga (la
admiración que despierte entre la gente) ni por los bienes materiales que posea (sus
riquezas), el hombre es bueno según su propia conciencia. La razón no es sólo el
instrumento que nos permite llegar a la verdad. La razón es también fuente y
fundamento de la ética. Para Sócrates, solo quien razona puede ser bueno. Es necesario
conocer los conceptos fundamentales de la moral (el bien, el valor) para ser bueno. Si
quiero ser justo, he de saber primero lo qué es la justicia. Sólo el que conoce el bien
podrá entonces ser bueno. ¿Cómo conseguimos saber lo que es el bien? Utilizando la
razón para, mediante el diálogo, la ironía y la contradicción llegar al conocimiento
verdadero. A esta postura se la conoce en ética como intelectualismo moral.
El intelectualismo moral es la teoría ética que dice que para realizar una acción
buena o mala, primero tenemos que conocer qué es el bien o lo bueno. Esta teoría
tendría una gran confianza en la razón (por lo que le dará gran importancia) a la hora de
llegar a conocer lo bueno (Date cuenta que los sofistas defendían precisamente todo lo
contrario: era imposible llegar a una idea de lo bueno por lo que se quedaban en
posturas escépticas o relativistas).
Ejemplo positivo: Hace algunos años no se sabía las nefastas consecuencias del
tabaco para la salud. Las personas que fumaban no sabían lo malo que era
fumar para su organismo. Ahora, con los avances de la medicina, sabemos lo
malo que es fumar, por lo que podemos decir que conocemos que fumar es malo.
Ejemplo negativo: yo no sé que la ley antitabaco prohíbe fumar en un autobús.
Como no lo sé, un día me subo al autobús y enciendo un cigarro. ¿Deja de estar
mal mi acción porque yo no sepa que está mal? Un policía te multaría igual
sepas o no sepas que tu acción es mala.
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2.1.3. Platón.Platón fue un discípulo aventajado de
Sócrates. Muy apenado por la injusta condena a
muerte de su maestro, Platón escribirá todas sus
obras filosóficas en forma de diálogo entre varios
personajes, teniendo siempre la figura de Sócrates
por protagonista, pues Platón también creía que el
diálogo era una buena forma de llegar a la verdad.
Del mismo modo, Platón también va a
criticar el relativismo y el escepticismo al que
habían llegado los sofistas. Para él era posible llegar
a la verdad (y, por lo tanto, saber lo qué es el bien y
llevar una vida acorde a ello). Para su filosofía, la
ética y la política (cómo organizar y gobernar la
ciudad o polis de Atenas) van a estar muy
relacionadas. Así, en su principal obra titulada La
República va a exponer su proyecto político junto
con su concepción de la ética.
Una polis o ciudad estará bien organizada y sus ciudadanos serán felices si en
ella reina la justicia ¿Qué es la justicia para Platón? La justicia es que cada uno haga lo
que le corresponde hacer y no cualquier otra cosa. Pero, ¿qué es lo que a cada uno le
corresponde hacer? Platón se centrará entonces en estudiar el alma humana para así,
viendo primero cómo es el hombre, saber después qué es lo que le corresponde hacer a
cada tipo de individuo. En ese estudio Platón encuentra que cada persona tiene el alma
dividida en tres partes y, dependiendo de la parte del alma que domine a las dos
restantes, cada persona tendrá una función dentro de la ciudad:
Las partes del alma para Platón serán:
1. El alma racional: es la parte más noble e importante del alma, mediante la
cual obtenemos el conocimiento más elevado y, si seguimos sus mandatos,
llevaremos una vida buena y justa.
2. El alma irascible: en ella se encuentran el valor y la voluntad. Una persona
en la que domine esta parte del alma será valiente, orgullosa y obstinada.
3. El alma concupiscible: en ella se encuentra el deseo, el ansia de riquezas, de
placer, etc.
Como decíamos, dependiendo de qué parte del alma domine en cada individuo,
éste tendrá una función determinada dentro de la polis. Así, las funciones de cada
ciudadano serán estas:
1. Gobernantes: serán aquellas personas en las que domina el alma racional.
Mediante la razón, los gobernantes sabrás lo que es el bien y la justicia y
gobernarán Atenas siguiendo estos principios.
2. Guardianes: serán aquellos en los que domina el alma irascible. Serán los
guerreros y los defensores de la polis.
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3. Productores: serán los que están dominados por el alma concupsicible, por
los deseos de riqueza o placer. En la polis su función será la del
mantenimiento material de todos los demás. Serán, por tanto, los
campesinos, carpinteros, albañiles, etc.
De este modo Platón entiende que en una ciudad reinará la justicia si cada
ciudadano cumple bien la función que le toca hacer en virtud de su tipo de alma. En una
ciudad en la que gobernaran los más sabios, estuviera defendida por los más valerosos y
sea mantenida por los dominados por el deseo, será entonces una ciudad justa.
Por otro lado, Platón nos ofrece una serie de virtudes que ha de tener cada clase
social (gobernantes, guardianes y productores). La principal virtud será la justicia (ser
una persona justa, es decir, hacer lo que le corresponde hacer), que será la condición
necesaria para que se den las demás virtudes. Las otras son: el valor (virtud muy
necesaria para la clase de los guardianes), la prudencia (ser sensato, tener sentido
común, saber discernir bien lo que es bueno de lo que no) y la templanza o
moderación (no ser extremo en tus actuaciones, guardar un punto medio entre los
extremos; virtud muy necesaria para la clase productora. Ej.: No comer demasiado, no
tener un ansia de riquezas desmesurada, no ser demasiado orgulloso, etc.). Una persona
que tuviera en muy alto grado todas estas cualidades sería para Platón un hombre
virtuoso, un ejemplo de vida buena a seguir por todos.
2.1.4. Aristóteles.Para Aristóteles, discípulo de
Platón, la ética va a tratar de la manera
con la que han de organizar su vida los
seres humanos para poder vivir bien y ser
felices. Los animales están determinados
por un determinado ethos (carácter,
costumbres, manera de ser) mientras que,
por el contrario, los seres humanos
estamos dotados de razón, somos capaces
de reflexionar y de decidir sobre nuestras
acciones (somos libres).
Aristóteles pensaba que toda
acción tiene un fin o finalidad (a esto se le
llama teleologismo), es decir que no hay
ningún ser que no tenga su función dentro
del mundo (Todo ocurre por algo).
Ejemplo: llueve para que
crezcan las plantas, las plantas
existen para que coman los herbívoros (Ej.: los conejos), los herbívoros existen
para que se los coman los carnívoros, y así con todas las cosas que existen,
incluido cada ser humano. Todos tenemos una finalidad en el universo. Hoy en
día la ciencia contemporánea no piensa así: no llueve para que crezcan las
plantas, sino que gracias a que llueve las plantas crecen. No existen conejos
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para que se los coman los lobos, sino que por el hecho de que existen conejos
hay lobos que se los comen. ¿Entiendes la diferencia?
De entre todas las finalidades u objetivos que existen en el ser humano, hay uno
que es el más importante de todos: la búsqueda de la felicidad. Existen personas que
se mueven por el ansia de riquezas, otras por buscar la fama, etc. pero todas estas cosas
que buscan lo hacen en virtud de creer que con ello van a encontrar la felicidad. Ej.: el
que busca la riqueza cree que al ser rico va a ser feliz.
Por lo tanto, la felicidad será el bien supremo deseable por si mismo. Nadie
puede decirte con sentido que no desea ser feliz. La felicidad parece ser algo que todos
buscamos en nuestras vidas. Así, aunque cada uno quiera ser feliz a su manera, todos
queremos ser felices.
No obstante, a pesar de que cada uno busca la felicidad a su modo, Aristóteles
nos va a dar una serie de pautas que él considera como mejores para llegar a la felicidad.
El ser humano es feliz cuando actúa y vive de acuerdo con lo que le es propio por el
hecho de ser humano. Como lo más propio del hombre es la razón (ya que eso lo
diferencia de los demás animales), un hombre será feliz si actúa de modo que sus deseos
y costumbres se enmarquen dentro de lo racional ¿Qué es para Aristóteles actuar dentro
de lo racional o conforme a la razón? Buscar siempre el término medio.
En la vida nos encontramos con multitud de circunstancias en las que tenemos
que tomar decisiones ¿Qué regla seguiría Aristóteles para tomar cada decisión de modo
que al final consiguiéramos ser felices? Evitar siempre tanto el exceso como el defecto,
tanto pasarnos como quedarnos cortos.
Ejemplo: una persona será valiente si su comportamiento es un término
medio entre la cobardía y la temeridad (falta de medida de los peligros a los que
nos arriesgamos al realizar cualquier acción). O, un hombre que está siempre
de juerga no sería un hombre virtuoso o feliz, pero tampoco será feliz aquel que
no se permite nunca ningún placer. El hombre feliz será aquel que, sin
excederse, se permite una juerga de vez en cuando.
En consecuencia de todo esto se ve con claridad que las virtudes a las que
Aristóteles concederá más importancia serán la templanza (ser capaz de dominarse a
uno mismo) y la moderación (precisamente, buscar siempre un punto medio y no irse a
los extremos).
2.1.5. Las escuelas helenísticas.2.1.5.1. Los cínicos.Corriente filosófica fundada por Antístenes (450-365 a. C.) que defendía la
vuelta a la naturaleza. Los cínicos despreciaban las leyes de las ciudades, todas sus
normas y convenciones sociales, por lo que se marchaban de la polis y vivían “como los
animales” entre la naturaleza.
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Diógenes de Sinope, discípulo de
Antístenes, llevaba un estilo de vida pobre y
austero, vestía como un vagabundo y, según se
cuenta, sin más casa que un tonel que llevaba
siempre consigo. De esta manera vivía
conforme a la naturaleza. Sin embargo, para
llevar este tipo de vida hacía falta un gran
esfuerzo: es necesario endurecer el cuerpo
(padecer frío, hambre, dolor, etc.) y endurecer el
carácter (aguantar insultos, no ambicionar
nada). Para ello era menester tener un gran
dominio de uno mismo y no dejarse llevar por la
tentadora comodidad de la vida de la polis.
Por así decirlo, la escuela cínica
represento una especie de “contracultura
griega”, es decir, de gente que está en contra de
las normas sociales de su momento y se rebela
contra ellas proponiendo modelos de vida
alternativos a lo “normal”.
Ejemplo: Quizá los hippies de los años 60 serían un ejemplo de cínico en
el mundo actual.
2.1.5.2. El estoicismo.Es una escuela filosófica fundada por
Zenón de Zitio en el 300 a. C. Entre los miembros
de esta escuela destacaron Catón, Séneca, Epícteto
y el emperador romano Marco Aurelio. Fue la
filosofía más influyente en el imperio romano
hasta el ascenso del cristianismo.
Mantenían que vivir de acuerdo con las
leyes de la naturaleza o de la razón (que para ellos
eran las mismas) era vivir conforme al orden
divino del universo. Así, van a desarrollar el
concepto de ley natural. Al observar la naturaleza
vemos que existen una serie de regularidades, de
sucesos que suceden constantemente siguiendo un
determinado orden (Ej: si lanzamos una piedra al
aire esta siempre tiende a caer de nuevo al suelo
debido a que es afectada por la ley de la gravedad.
Esto sucede siempre que hagamos lo mismo por lo
que ley de la gravedad puede considerarse una ley natural). Los estoicos pensaban que
al igual que hay unas leyes naturales que rigen la naturaleza, también existirán otras que
rijan la vida de los hombres. De este modo, lo que debemos hacer es seguir las leyes
naturales que intervienen en nuestras vidas.
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- Ley natural: aquella ley que comprobamos que se cumple regularmente al
observar la naturaleza. Los estoicos pensaban que existían también leyes naturales para
la vida de las personas y, precisamente, se expresaban a través del buen uso de la razón.
Para un estoico, si obras siguiendo a tu razón, estarás siguiendo una ley natural.
Ejemplo: “Si no comes ni bebes agua te mueres” sería una ley natural referida
a la vida humana.
Los estoicos creían en la existencia de un Espíritu Universal que se expresaba a
través de las leyes naturales y de la razón de los hombres. Por lo tanto, repetimos, si
obras conforme a la razón, estarás obrando según los designios de ese Espíritu y, en
consecuencia, obrarás bien. Todas las personas son manifestaciones de este Espíritu
Universal y, según los estoicos, deben vivir en armonía y fraternidad. Para el Espíritu
todos somos iguales, por lo que no hay diferencias de raza, cultura, religión etc. Por lo
tanto, los estoicos seguían un ideal cosmopolita, es decir, un ideal de paz y fraternidad
entre todos los pueblos del mundo.
La ética estoica hizo mucho hincapié en el dominio de las pasiones mediante de
la razón. Una persona virtuosa debería mantener siempre un estado de ánimo sosegado y
sereno, teniendo un gran autocontrol de sus pasiones (Ej: debería mantenerse tranquilo
aunque estuviera furioso, sereno aunque tuviese mucho miedo, etc.), tanto de las buenas
(alegría, exaltación, etc.) como de las malas (tristeza, ira, miedo, etc.). ¿Por qué? Porque
lo que te pasa en la vida no está, en muchas ocasiones bajo tu control sino que es un
mandato del Espíritu Universal contra el que no puedes hacer nada. Por ello los estoicos
creían mucho en el destino (moira en griego) entendiéndolo como lo inevitable, como lo
que te está esperando y no puedes hacer nada por evitar.
Ejemplo: en la actualidad existen una gran cantidad de adivinos que
pretender leerte el futuro. Al hacerlo presuponen que el futuro está escrito en
algún sitio (ya que de algún lado deben sacar la información que te dan). Ellos
creen en el destino, en que estamos predeterminados para que nos ocurran
ciertas cosas y, al hacerlo, están siguiendo de algún modo las enseñanzas de los
estoicos.
Crítica: Sin embargo, esto contradice el hecho de que seamos libres para elegir
nuestro futuro. Si un adivino nos dice que dentro de un tiempo nos ocurrirá algo malo,
dan a entender que da igual lo que hagamos para evitarlo, ya que el destino es
irrefutable. Si todo el futuro está escrito en algún lado, no somos libres para crearnos
nuestro propio futuro, no somos libres para decidir ya que lo que decidamos ha sido ya
decidido y escrito hace mucho tiempo. ¿Somos libres para decidir lo que nos pase o
estamos sometidos a un destino inevitable?
2.1.5.3. El epicureismo.Escuela filosófica fundada por Epicuro, afirmaba que el placer constituía el bien
supremo y la meta más importante de la vida. A esto se lo denomina hedonismo:
- Hedonismo: doctrina ética o filosófica que afirma que la obtención del placer
(y la evitación del sufrimiento) constituye el objetivo de la vida.
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Epicuro se refería más al placer intelectual que a los placeres sensuales. La
verdadera felicidad consiste en la serenidad que resulta del dominio del miedo a los
dioses, a la muerte y a la vida futura:
a) ¿Cómo dominar el miedo a los
dioses, seres todopoderosos que pueden
mandarnos desgracias a su antojo? Como de los
dioses no sabemos ni si existen ni si no, ni
como intervienen en nuestra vida, es absurdo
tenerles miedo. Es más sensato vivir como si
no existieran y, por lo tanto, no puedan
hacernos nada.
b) ¿Cómo dominar el miedo a la muerte
si todos vamos a morir y la muerte suele ser
triste y dolorosa? Mientras estás vivo la muerte
no debe afectarte porque aún no has muerto
(además de que la muerte es inevitable así que
como no puedes hacer nada contra ella, es
absurdo que te preocupe) y cuando mueras la
muerte ya no te preocupará porque ya estarás
muerto y no tendrás preocupación alguna.
c) ¿Cómo dominar el miedo a lo que nos ocurra en el futuro, si pueden
sucedernos hechos desgraciados? Preocupándose sólo del presente. Cuando el futuro
llegue, ya lo afrontaremos, así que de momento preocúpate sólo de los problemas que
puedes solucionar (los de ahora) que ya habrá tiempo de solucionar los problemas del
futuro.
Epicuro defendía un equilibrio saludable entre el placer y el sufrimiento ya que,
aunque decía que el placer es el sumo bien, hay placeres que en exceso son muy nocivos
para nosotros (Ej: consumir drogas). Así, prefería la amistad al amor ya que la primera
suele ser menos perturbadora para el ánimo que el segundo. El amor, en cierto sentido,
nos enloquece, nos ciega, nos vuelve estúpidos, mientras que la amistad, por ser un
placer más sosegado, nos ennoblece y no nos “intranquiliza” tanto.
Así, al igual que los estoicos, el epicureísmo defendía que mediante el dominio
de uno mismo y de la moderación se puede llegar a un tipo de tranquilidad que
constituye la felicidad verdadera.
2.2. La ética en la Edad Media.En Europa, los veinte siglos que median entre la filosofía griega y la ética
kantiana están ocupados prácticamente por la ética judeo-cristiana. De raíces
profundamente religiosas, ya que su origen se encuentra en la proclamación de los Diez
Mandamientos en el monte Sinaí, esta ética ha constituido la columna vertebral de todo
el pensamiento filosófico moral de la Edad Media.
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Educación Ético-Cívica
2.2.1. La ética de Santo Tomás de Aquino.Tomás de Aquino (1225-1274) nace
en una familia noble en el castillo de
Roccaseca, cerca de Nápoles. Ingresó en la
orden de los dominicos y desarrolló una
notable labor docente en las Universidades
de Colonia, París y Roma.
Su actividad intelectual se va a
centrar en hacer compatible la filosofía de
Aristóteles con el Cristianismo. Siguiendo
entonces a Aristóteles, va a partir del
postulado "Todo ser que actúa lo hace por
un fin" (recuerda que esta era lo que
llamábamos teleologismo en la ética
aristotélica). Los seres irracionales se
mueven hacia su fin empujados por sus
instintos mientras que los seres racionales
(los hombres) tienen que elegir cuál ha de
ser el fin ya que están dotados de libertad. El
animal no puede elegir hacer lo que hace, es
algo que está programado en su naturaleza
(Actúa por así decirlo como un robot), pero nosotros, como somos libres podemos elegir
entre varias opciones.
Y siguiendo de nuevo a Aristóteles, ese fin que persigue toda acción humana va
a ser la felicidad: todo hombre actúa para conseguir la felicidad. Pero esta felicidad,
según Santo Tomás no se consigue con la obtención de ningún bien mundano (poder,
riquezas, éxito, etc.) sino sólo mediante la denominada visión beatífica, es decir,
mediante la contemplación de Dios. Entonces, toda acción que nos lleve a la
contemplación de Dios será buena, mientras que la que nos aleje de ella será mala.
¿Cómo saber que acciones nos llevan a esa contemplación de Dios? Si recuerdas
lo que decían los estoicos, creían en la existencia de unas leyes naturales que eran la
expresión de un Espíritu Universal. En la naturaleza existían leyes que se hacían
evidentes al ver el orden que se da en la naturaleza (las piedras no vuelan solas, sino que
caen al suelo gracias a la ley de la gravedad). Estas leyes también nos afectaban a los
hombres y mediante la razón podíamos conocerlas y cumplirlas. Para los estoicos
conseguías la paz de espíritu si obrabas según estas leyes naturales. Pues Santo Tomás
piensa igual sólo que donde los estoicos dicen Espíritu Universal, Santo Tomás dice
Dios y donde los estoicos hablan de paz de espíritu, Santo Tomás dice felicidad.
Entonces, llegaremos a la contemplación de Dios si obramos conforme a las
leyes naturales que no han sido puestas en el mundo sino por Dios mismo como creador
de todo. Además, Santo Tomás, y el Cristianismo en general, va a insistir en una norma
moral que va a ser prioritaria o estar por encima de todas las demás: el amor al
prójimo. El imperativo va a ser evidente: si quieres obtener la felicidad suprema que
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Educación Ético-Cívica
otorga la contemplación de Dios, obra siempre a partir del amor a los demás. De este
modo los valores propios de la ética cristiana van a ser: la generosidad, la caridad, etc.
2.3. La ética en la modernidad.2.3.1. Hume.David Hume (1711-1776) fue un
filósofo escocés y uno de los primeros
pensadores en reivindicar la importancia de las
emociones y de los sentimientos en el
comportamiento humano (de ahí que su ética se
denomine emotivismo moral). Habitualmente
actuamos en base a un plan de índole racional,
estudiamos y reflexionamos sobre las posibles
opciones a tomar para adoptar una decisión
idónea; pero también es cierto que estos
razonamientos están basados en última
instancia en creencias y las creencias están, en
gran medida, imbuidas de emociones y
sentimientos.
Muchas veces creemos en algo o
hacemos algo porque nos resulta atractivo,
porque nos gusta. Los sentimientos de
atracción o repulsión motivan gran parte de
nuestras acciones. Buscamos lo que nos causa placer (nos atrae, nos gusta) y
rechazamos lo que nos ocasiona dolor (nos causa repulsa, nos disgusta). De este modo
los juicios morales se sustentan en los sentimientos de placer y dolor. El bien va a ser
aquello que nos complace mientras que el mal será lo que nos disgusta. ¿Y qué va a
ser aquello que nos complace y que nos disgusta? Estará marcado por las tendencias
psicológicas propias de nuestra especie.
Ejemplo: a un hámster hembra no le disgusta demasiado devorar a sus crías
porque para su especie animal (los critecinos) eso no causa desagrado. Sin embargo,
para los seres humanos no hay nada más horrible que una madre comiéndose a sus
hijos.
Ahora bien, está búsqueda del placer no ha de entenderse en un sentido egoísta
(yo busco el placer para mí y me dan igual los demás). Para Hume, la simpatía es (la
inclinación o tendencia de los hombres a participar y revivir las emociones de los
demás), algo común a nuestra especie. Este sentimiento además genera en nosotros
actitudes morales ante las desgracias ajenas como la compasión y la generosidad. En
este sentido, la búsqueda de placer puede llevarme a ser generoso, justo, compasivo,
amable, benevolente con los demás, ya que esto también produce agrado en mí. Ver que
todos los demás son felices puede producirme un gran agrado.
Por eso Hume va a criticar la moral típica del ascetismo cristiano. La mortificación, el
ayuno, el voto de silencio o de castidad... la mayoría de las virtudes monacales (de los
frailes en los monasterios), no tienen ninguna función para el bien común (ni para el de
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Educación Ético-Cívica
uno mismo), no hacen ningún bien a nadie, por lo que son rechazables (Huma las
califica incluso como vicios). En cambio, todo lo que hagamos por el bien de los demás
será virtuoso ya que irá encaminado al bien de la sociedad en su conjunto. Y aquí se
unen su ética y su política.
Ejemplo: habrás visto como en las procesiones de Semana Santa, hay personas
que van descalza o, incluso, de rodillas. Lo hacen debido a promesas hechas con Dios.
Para Hume hacer algo así es absurdo: ¿a quién beneficia hacerse daño a uno mismo?
En resumen, para Hume el lenguaje moral expresa básicamente sentimientos
humanos de censura o aprobación, movidos por tendencias psicológicas propias de la
especie y por cálculos de interés social.
2.3.2. Kant.La mayor parte del pensamiento ético de
Kant está contenido en dos de sus obras: La
Crítica de la Razón Práctica y La
Fundamentación de la Metafísica de las
Costumbres. En estos libros se encarga de
estudiar el mundo moral.
En el mundo moral hay normas, leyes que
nos dicen lo que debemos hacer, lo que está bien
(Ej.: evita el dolor y busca el placer, si quieres ser
virtuoso tienes que ser sabio, si quieres ser feliz
busca siempre el punto medio, etc.). Estas normas
o leyes se enuncian a modo de imperativo (como
una orden). Kant distingue dos tipos de
imperativos:
1. Imperativos hipotéticos: se expresan a
modo de condicional y nos indican la
opción que debemos escoger para
llegar al fin que deseamos conseguir: ser felices, recibir amor, tener éxito,
etc. (Ej.: si obras conforme a la naturaleza serás feliz o sólo triunfarás si
trabajas mucho).
2. Imperativos categóricos: no nos dan ninguna opción para escoger, se
imponen sin más. Son imperativos absolutos, sin condiciones. (Ej.: obra
conforme a la naturaleza o esfuérzate).
El objetivo de Kant es que la ética se base en un imperativo categórico, es decir,
que parta de alguna orden incondicional. Decir que “voy a portarme bien para que mis
padres me dejen salir esta noche” es un imperativo hipotético que parte de una
condición, por lo que para Kant no sería válido como fundamento para la ética. Lo que
sí sería correcto sería simplemente decir “voy a portarme bien independientemente de
que mis padres me dejen salir o no”.
Para Kant hay que actuar bien solamente porque es nuestro deber, porque es
nuestra obligación y no porque busquemos recompensa de algún tipo. Así, formula el
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Educación Ético-Cívica
imperativo que sirva de base a toda la ética de la siguiente manera: haz en toda
circunstancia lo que debas hacer. Y esto se puede formular de tres formas distintas:
1.
2.
3.
Como un principio universal: “Obra de tal manera que la máxima de
tu voluntad (que lo que digas) pueda valer de principio de una
legislación universal”. Es decir, que tienes que obrar de tal modo que
todo el mundo, en todas las partes de la tierra y en toda época, debería
actuar igual que tú. Observa como esto está radicalmente en contra de
todo relativismo (que diría que cada uno obra a su manera).
Con respecto a las personas: “Obra de tal manera que trates a los
demás siempre como un fin, jamás como un medio”. A veces,
utilizamos a los demás como medios para conseguir nuestros fines
como, por ejemplo, cuando manipulamos a un amigo para que haga lo
que nosotros queramos. Al hacerlo, lo utilizamos como un medio para
hacer una cosa. Para Kant esto estaría muy mal, a las personas hay que
utilizarlas como el fin de nuestra acción y nunca como un medio.
(Ejemplo: los objetos (un tenedor) tienen una finalidad (trinchar la
comida), es decir, no son fines en sí mismos (un tenedor no tiene valor
si no se usa para trinchar la comida). Pues cuando utilizamos a un
amigo para conseguir nuestros fines, lo estamos usando como si fuera
un objeto más y no como si fuera una persona.
Como principio de autonomía: “Obra de tal manera que tu voluntad
sea autónoma y sea el único principio de las leyes morales y los
deberes”. Kant daba mucha importancia al hecho de ser autónomo, es
decir, al hecho de decidir por uno mismo sin dejarse llevar por los
demás. No debes dejarte llevar por lo que diga la gente ni tus amigos,
sino que tienes que decidir conforme te dicte tu razón, tienes que ser
autónomo, debes auto-imponerte a ti mismo tus propias leyes.
Como vemos la ética kantiana se fundamenta en la idea de obrar conforme al
deber por el deber, sin buscar otro premio. Si la comparas con la ética de Aristóteles
verás que la idea es distinta. Para el griego el fin supremo era la felicidad y cada uno la
buscaba mediante sus propios medios. Para Kant, no existe tal finalidad suprema.
Tienes que obrar como debes sin buscar ningún fin, ni si quiera la felicidad. Es más,
tienes que obrar conforme a tu deber aunque eso te cause mil calamidades, aunque
hacerlo te haga infeliz.
No obstante, esto parece demasiado duro y difícil de cumplir: siempre tenemos
que estar obrando según nuestro deber sin encontrar recompensa o, aún sabiendo, que la
recompensa puede ser más bien un castigo.
Ejemplo: tienes mañana un examen de ética muy difícil y no has estudiado nada.
El profesor de ética es muy despistado y no te descubría si llevaras chuletas. Entonces
tendrías dos opciones:
1. Hacer lo éticamente incorrecto, que sería copiar y aprobar el examen sin
estudiar nada. Aquí, obrar mal te supondría una buena recompensa.
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Educación Ético-Cívica
2. Hacer lo que te dicta el deber: intentar estudiar lo más que puedas aún
sabiendo que ya no te da tiempo y que lo más probable es suspender. Aquí,
obrar como debes ha conllevado el castigo del suspenso.
Como el mismo Kant se daba cuenta de la dureza y dificultad de cumplir su
sistema ético intentó solucionar esto de la siguiente manera: como vimos al explicar su
teoría de conocimiento vimos que la razón pura o teórica (con la que pensamos
normalmente) y la razón práctica o moral (con la que decidimos qué hacer). La razón
pura estaba limitada para obtener conocimiento verdadero por el hecho de si podíamos o
no situar los objetos pensados en el espacio y en el tiempo. La soledad o el amor no eran
auténtico conocimiento porque no podemos situarlos en el espacio y en el tiempo. Así
también va a pasar con las ideas de Dios y de alma: ¿Dónde está Dios? ¿Dónde está el
alma? Kant dirá que aunque no los percibamos ni podamos pensarlos espaciotemporalmente eso no quiere decir que no existan. No podemos saber que existen pero
tampoco podemos negar lo contrario. Y aquí entra la idea de fe: no tenemos certeza de
que Dios exista pero creemos en ello, tenemos fe en Dios.
Entonces, si Dios existe y, como dice la Biblia, Dios es bueno (Kant era
creyente, concretamente era pietista: una facción del protestantismo), Dios no va a
permitir que si llevo toda la vida obrando como se debe y siendo infeliz por ello no
obtenga ningún premio. Dios me premiará con la vida en el Paraíso después de la
muerte. No obstante, no por ello tengo que obrar esperando el premio del Paraíso, sino
que he de obrar porque así debo y punto. Aunque mi fe estuviera equivocada y al final
Dios no existiera y no hubiera Paraíso, aún así debería seguir obrando como me dicta el
deber.
2.3.2.1. Crítica a la ética kantiana.Como hemos dicho antes y, a pesar de que Kant intentó “suavizar” la dureza de
su ética mediante la fe en un Dios bondadoso, se le ha criticado que su ética es, hasta
cierto punto, “inhumana”. Nadie en el mundo tiene la fuerza de voluntad suficiente para
obrar en todo momento según le dicta su deber.
Además, la idea de deber es un tanto ambigua: ¿qué es lo que debo hacer? No
siempre está claro. Hay personas que consideran que su deber es distinto al de otras.
Existen individuos que tienen un sentido del deber más fuerte que el de otras que
consideran simplemente que tienen derecho a casi todo y casi ninguna obligación.
Y por otro lado, la ética kantiana se sustenta en último término en la fe. Para
alguien que no crea en Dios no parece lo mejor actuar siempre conforme al deber
sabiendo que con ello no tiene por qué conseguir la felicidad. Para un no creyente la
ética aristotélica parece más adecuada (por lo menos me dice que si obro con prudencia,
buscando siempre el punto medio, voy a ser feliz, independientemente de que Dios
exista o no).
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Educación Ético-Cívica
2.3.3. El utilitarismo.El utilitarismo va a ser una corriente
filosófica extendida durante el siglo XIX cuyos
máximos representantes serán John Stuart Mill
(1806-1873) y Jeremy Bentham (1748-1832). Los
utilitaristas identificarán lo bueno con lo útil y
eficaz. Igual que Aristóteles, Stuart Mill va a
pensar que la búsqueda de la felicidad va a ser el
fin último de cada hombre. Así, el utilitarismo se
encargará de buscar los medios, las cosas que
tenemos que hacer o las cosas que nos son útiles,
para llegar a ser felices.
Pero además, Stuart Mill tuvo siempre una
gran vocación política, por lo que intentará aplicar
esta búsqueda de los medios útiles para llegar a la
felicidad a la sociedad de su tiempo. Entonces, el
utilitarismo adoptará el principio del mayor
bienestar posible que dice así: hay que buscar los
medios útiles para conseguir que el mayor número
de ciudadanos sean felices.
En consecuencia, el utilitarismo seguirá los siguientes principios:
1. El bien no sólo se debe buscar para uno mismo, sino también para los demás.
2. La moralidad, además del interés individual, incluye la utilidad social o el
interés general.
3. La sabiduría consiste en saber qué medios hemos de procurar para conseguir
el interés general, no sólo el propio, ya que muchas veces el placer o la
felicidad personales dependen de los de la mayoría.
Para John Stuart Mill existen tres lacras o tres grandes calamidades que acechan
a la humanidad: la ignorancia, la enfermedad y la pobreza extrema. Los hombres, para
salir del egoísmo general en el que nos encontramos inmersos debemos procurar
combatir:
1. La ignorancia con políticas educativas adecuadas.
2. La enfermedad con el desarrollo de la medicina y de las ciencias.
3. La pobreza mediante una legislación adecuada que proteja a los que menos
tienen e imparta una correcta justicia social.
Sin embargo, tomar decisiones basándose únicamente en buscar la mayor
felicidad para el mayor número de personas posibles puede llevar a problemas de difícil
solución:
Ejemplo 1: Vemos un tren que avanza descontrolado a toda velocidad sin nadie
al mando. Horrorizados, contemplamos como por la vía por la que circula hay cinco
personas atadas de pies y manos a las que el tren va a atropellar. Nos damos cuenta de
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Educación Ético-Cívica
que es posible salvarlas pulsando una palanca que hace que el tren se desvíe en otra
dirección por una vía diferente, pero en esa vía hay también una persona atada de pies
y manos ¿Qué hacemos? ¿Dejamos que el tren atropelle a cinco personas o pulsamos
la palanca y conseguimos que solo atropelle a una?
Parece que aquí no hay ningún problema. Creo que todos elegiríamos que el tren
atropellara a una persona si con ello salvamos a cinco.
Ejemplo 2: En un hospital tenemos a cinco enfermos muy graves: a uno le falla
el corazón, a otro los pulmones, a otro el hígado, a otro el páncreas y a el último ambos
riñones. Si no les trasplantamos rápidamente esos órganos morirán irremisiblemente.
Desgraciadamente, no hay ningún trasplante disponible ¿Podríamos raptar a una
persona cualquiera, quitarle esos órganos y, con su muerte, salvar a esos cinco
enfermos?
Aquí la cosa cambia bastante. Nos parece inaceptable matar a una persona para quitarle
los órganos y salvar a cinco, aunque, si lo pensamos, el caso es muy parecido al del
ejemplo 1 y allí no dudábamos en atropellar a una persona para salvar a cinco.
Ejemplo 3: Estamos en el año 1942. Somos judíos y estamos huyendo de los
nazis. En nuestra huida nos hemos escondido en un habitáculo debajo del suelo de una
casa. Unos oficiales de la Gestapo están registrando el edifico. Hay que permanecer en
absoluto silencio. Junto a nosotros hay escondidos cuatro adultos más y un bebé.
Cuando el soldado alemán se acerca a nuestro escondite, el bebé se pone a llorar. La
única forma que hay de que pare de hacer ruido es asfixiarlo ¿Estrangularíamos a un
bebé para salvar a cinco personas de la muerte?
Este caso es el más complicado. Matar a un bebé es algo horrible pero si lo pensamos
bien ya está muerto de todas maneras: dejarlo llorar supondrá tanto su muerte como la
de los demás mientras que asfixiarlo supondrá salvarlos.
2.4. La Edad Contemporánea.2.4.1. Nietzsche.Friedrich Nietzsche (1866-1900) es
un filósofo alemán que pretenderá un
cambio radical en la moral de su tiempo
propiciada por una inversión de todos los
valores vigentes (es decir, que casi todo lo
que antes se daba por bueno sea lo malo y
viceversa).
Va a proponer una nueva moral de
señores, cuyo centro gira en torno al poder,
al dominio y cuyo resultado será la
plenitud y la alegría. La nueva moral de
señores contrasta con la que él llama moral
de esclavos.
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Así, según él:
a) La moral de esclavos potencia las cualidades más serviles y pasivas
del hombre: la humildad, la pobreza, la castidad, la mansedumbre.
Sería la moral cristiana en la que vivimos, que en pos de un Paraíso
después de la muerte, nos obliga a una serie de mandatos que nos
asfixian, nos vuelven mansos y débiles.
b) La moral de los señores, daría lugar a un nuevo hombre: el
superhombre, que sería creativo, original, lleno de energía y de vigor.
Nietzsche propone una vuelta a los valores aristocráticos de los
héroes homéricos: la virtud está en la fuerza y en el poder obtenido
con ella.
Nietzsche va a criticar las figuras de Sócrates y de Jesucristo. Va a afirmar que
los valores dados por la ética socrática y por la moral cristiana nos llevan a la moral de
esclavos. Nietzsche, mantendrá posturas muy similares a las de los sofistas: el
relativismo y el escepticismo. Toda esa idea de verdad universal es un truco de los más
débiles para someter a los fuertes cuando parece de sentido común que existen tantas
verdades como personas. Los débiles intentan dominar a los fuertes haciéndoles creer
que deben “ser buenos”, que “deben amar al prójimo” de tal modo que los fuertes no
puedan dominarlos mediante su fuerza. Así, vivimos en una moral que no se adecua
para nada a lo que verdaderamente es el hombre, por lo que hay que cambiarla, hay que
invertir todos los valores. El nuevo hombre o superhombre se caracterizaría por el amor
a sí mismo, la rebeldía y la voluntad de poder o dominio.
2.4.2. El existencialismo.Es una corriente muy influyente a
lo largo del Siglo XX cuyo máximo
exponente es Jean Paul Sartre (19051980).
El existencialismo se centrará en
la idea de libertad, pero no la va a
entender de un modo tan positivo como la
solemos entender hoy en día. Para Sartre,
el hecho de ser libres es una pesada carga
que tenemos que llevar a cada momento.
Al ser libres tenemos que elegir a cada
momento lo que debemos hacer, incluso
si elegimos no hacer nada, eso también lo
elegimos. De este modo hemos de estar
constantemente resolviendo qué hacer con
nuestra libertad, lo cual para Sartre es una
pesada tarea. Es célebre su frase:
“Estamos condenados a ser libres”.
¿Por qué es una condena nuestra libertad? Porque unida a la libertad va siempre
la responsabilidad. Si eres libre eres responsable de lo que haces. Pero además es que la
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filosofía existencialista va a subrayar que somos absolutamente libres, que no hay nada
que determine o influencie de ningún modo nuestras acciones. Entonces, para actuar no
tenemos ninguna excusa que justifique alguna mala acción. Si actúas mal siempre vas a
ser totalmente responsable de lo que hagas, nadie más que tú tendrá la culpa.
Ejemplo: supongamos un soldado que está en la guerra. El piensa de sí mismo que es
un cobarde y hasta ahora, en su vida siempre ha actuado como un cobarde. Llega la
batalla y sale huyendo. Entonces él se dice: “Como soy un cobarde, es normal que
actúe así, no he tenido otra elección”. Sartre te dirá que eso no es así, que el soldado
era libre de decidir cómo actuar, que no existen las personas valientes ni cobardes sino
que, a cada momento, podemos elegir lo que queremos ser, podemos elegir actuar con
valor o cobardía. El soldado se ha engañado a sí mismo y echa la culpa de su
actuación a que cree que al ser un cobarde no tuvo otra opción.
A este modo de actuar, poniendo excusas para no aceptar nuestra
responsabilidad Sartre lo llama mala fe (la entiende de modo distinto a como nosotros
la entendemos. Comúnmente se entiende actuar de mala fe como hacerlo con malas
intenciones, pero para el existencialismo actuar de mala fe consiste en autoengañarse, en
echar la culpa a otros para no aceptar nuestra responsabilidad).
Estos apuntes
están pensados
para hacer
resúmenes
¡trabájalos!
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