Haz lo que quieras con mi vida

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E L M U N D O, D O M I N G O 1 D E J U N I O D E 2 0 0 8
E S PA Ñ A
PEDRO SIMÓN
«Haz lo que quieras con mi vida»
MADRID.– «Aquí tienes mi vida.
Haz lo que quieras con ella».
Si al preso hache le pusieran delante de su víctima, si le dejaran sentarse con ella y ésta le concediera
una migaja de instante, tan sólo un
minuto para charlar aunque fuera
sin ser mirado a la cara, lo
primero que le diría el preso
hache es lo que hay sobre
estas líneas, esa frase que
suena a epitafio de vivo. Esa
frase que suena a epitafio
de vivo muerto. «Aquí tienes mi vida. Haz lo que
quieras con ella».
La proposición está escrita con letra de parvulario,
pero tiene la templanza del
que cruzó la raya y regresó
cambiado. «¿Qué sentimientos tienes respecto de la víctima?». «¿Cómo te sentirías
reparado si fueses tú el
damnificado?». «¿Qué le dirías a tu víctima si la tuvieras delante ahora mismo?».
El sueño se lo sirvieron
en bandeja de cuestionario
a 5.000 internos de todo el
Estado. Unos pocos escupieron en ella («ja, ja», «se lo
tenía merecido», contestó
algún preso), pero la mayo- Un interno, paseando por un pasillo del centro penitenciario de Villanubla, en Valladolid. / CARLOS ESPESO
ría le sacó un lustre vivífico y
liberador. Entre los más de 1.700 que
respondieron, predomina una sed
sahariana de perdón y destellos de
pena asomando bajo la puerta como
JULIÁN RÍOS
una faja de luz. Cerca del 50% siente
arrepentimiento por lo sucedido. «Sé
que tengo que canbiar cueste lo que
del sentido común y de la normalidad acaban agre¿Sufren los acusados?, ¿tienen algo que expresar?, ¿se
cueste. Perdón, no lo e podido ebitar
diendo a la víctima y embotando al infractor. Así, la
arrepienten?... Con la publicación de sus respuestas
por la droga. Lla no lo boiaser más,
condición de perfectible que acompaña a todo ser hutratamos de traspasar la imagen mediática del rostro
por lo meno eso quiero».
mano se angosta y con ella la posibilidad de responsacubierto por una chaqueta o las manos agarrotadas
El trabajo que adelantamos hoy
bilizarse de las consecuencias de los propios actos.
con las esposas mientras son conducidos al furgón.
escarba intramuros y le pone sentiSólo una justicia restaurativa que apele a lo mejor
La mayoría de las personas que han delinquido esmientos de nobleza a las iniciales de
de las partes procesales, apueste por el diálogo, la restán dispuestas a disculparse y a reparar el daño. No
las páginas de sucesos. Los autores,
ponsabilización, la reparación del daño y la reconciliason pocos los que cumpliendo condena se encuentran
los profesores de la Universidad
ción interpersonal y social es auténticamente sanante.
emocional y moralmente con el auto-reproche. Sin
Pontificia Comillas Julián Ríos y PeLas víctimas, por su simple cualidad de tales, ya están
embargo, el sistema penal y penitenciario no tiene
dro Cabrera, el catedrático Manuel
dignificadas. Falta que, acogiendo los sentimientos de
cauces para la elaboración personal de esta emoción y
Gallego y el criminólogo José Luis
los infractores, demos a éstos posibilidades de hacer lo
no facilita la petición de perdón y la reconciliación. La
Segovia, consideran que leer lo que
propio. El estudio revela que sólo hace falta un sistema
parafernalia del aparato penal y su formalismo despiensan los que están entre rejas hulegal que sirva de cauce. Todos saldríamos ganando.
personalizador, la hipertrofia del interrogatorio en demaniza a los estigmatizados, que
trimento del diálogo, el nulo espacio para la expresión
también hay dolor en el culpable.
de sentimientos, la concepción burocrática del proceJulián Ríos es coautor de la investigación, profesor de DerePorque hay inconsolables penas de
so, la escasa presencia del principio de humanidad,
cho Penal y abogado.
muerte ahí dentro. «El desconocimiento social acerca de la realidad
de las prisiones es impresionante.
pués de dar el palo, una especie de
«No hay palabras para expresar
brera como Ríos acometieron el esAún más en torno a las personas priobligado bumerán de vuelta. El trala vergüenza que siento, espero que
tudio Mil voces presas (1996-1999) y
vadas de libertad, su eticidad y sus
bajo completo se publicará en nolos años que he pasado en prisión
Mirando al abismo (2000-2003).
sentimientos», dice Segovia. «Laviembre. ¿Qué siente un preso, ponalivien su pesar».
Para este cuestionario, se han dimentablemente, el sistema penal en
gamos, de la persona a la que mató?
seccionado las memorias anuales de
vez de ayudar a sacar lo mejor de caNo, no esperen a Hannibal Lecter.
la Dirección General de Institucio៑ «Por mi culpa». «La víctima fue
da cual parece empeñarse en anesnes Penitenciarias desde 2000 hasta
mi bebé y mi dolor es muy grande
tesiar a cuantos se aproximan, for៑ «Me siento mal». «Me siento
hoy, se ha entrevistado a directores
porque me culpan de ello».
zosa o voluntariamente, a él».
de prisiones y jueces, y, por supues«He destrozado su vida, como he
mal. No he matado nunca ni he apuEsta entrega será la tercera de
to, se ha interpelado a los internos.
hecho con su familia, con la mía,
ñalado, pero no hubo salida. Nadie
una serie de entrevistas que fondean
Éstas son sólo algunas respuestas
conmigo. Demasiadas personas
me educó, yo con ocho años me fui
en un mismo caladero virgen: el codel capítulo en que los internos hamarcadas, arrolladas, condicionade casa de mi madre adoptiva y prirazón de los reclusos. Pues tanto Cablan de lo que les quedó dentro desdas, arruinadas... por mi culpa».
maba la supervivencia».
Una encuesta entre 5.000 presos revela que la mitad
de los internos siente arrepentimiento hacia su víctima
Bajo la chaqueta
«Siento decepción, arrepentimiento y soledad. Nunca he hecho
daño físico, me gustaría explicarles
a mis víctimas que en esos momentos la droga era la causante de que
yo necesitara dinero rápido».
«Le quité la vida y, a pesar de escribirle a su familia pidiéndoles perdón y haciéndome cargo de
la indemnización, no hay
día que los remordimientos
no me invadan».
៑ «Perdóname». «Cometí un delito irreparable, tan
sólo espero que me perdone, pues es vecino».
«Antes vivía equivocado
con las mujeres, creía que
todas eran iguales y ése fue
mi error. Hoy por hoy me
gustaría pedir perdón a mi
ex mujer, ya que nadie más
que yo fue el culpable de todo lo que pasó».
«Perdóname, lo siento.
No merecías la muerte, pero tampoco jugar conmigo.
He hablado con tus padres,
que me han perdonado.
Perdóname tú, por ti rezo».
«Cuando se trafica, las
víctimas son muchos, empezando por uno. La forma de
repararlo es no volver a lo
mismo y, en la medida de lo
posible, transmitir la experiencia a
otras personas para que no caigan
en los mismos errores».
៑ «No robo a personas». «A un
banco no le haces ningún daño por
cuatro millones de pesetas o por
cien. Yo no robo a personas físicas,
yo robo a sociedades anónimas muy
lucrativas y a mí en mi barrio todos
me invitan a copas porque los ladrones de bancos caemos simpáticos a
los ciudadanos de a pie».
«La mayoría de mis víctimas han
sido empresas y la mayoría han sido
estafadas con muy poco daño, seguramente la milésima parte de lo que
ellas defraudan a los demás».
e «El arma, la palabra». «Los delitos se cometen por muchos motivos,
la víctima suele odiar a quien lo comete. El arma más poderosa del
hombre es la palabra, con una conversación quizás la víctima pudiese
sentirse reparada y en paz».
«Antes de entrar en prisión creía
que todo lo malo que se hace se debía pagar con la cárcel, ahora creo
que no resuelve nada. Excepto para
los que han cometido delitos de sangre y violación, al resto le vendría
mejor pagar mediante el trabajo para la comunidad. Da más beneficios
mantener a la gente ocupada ayudando a los demás, que mantenerla
desocupada encerrada entre cuatro
paredes de ladrillo».
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