24 E L M U N D O, D O M I N G O 1 D E J U N I O D E 2 0 0 8 E S PA Ñ A PEDRO SIMÓN «Haz lo que quieras con mi vida» MADRID.– «Aquí tienes mi vida. Haz lo que quieras con ella». Si al preso hache le pusieran delante de su víctima, si le dejaran sentarse con ella y ésta le concediera una migaja de instante, tan sólo un minuto para charlar aunque fuera sin ser mirado a la cara, lo primero que le diría el preso hache es lo que hay sobre estas líneas, esa frase que suena a epitafio de vivo. Esa frase que suena a epitafio de vivo muerto. «Aquí tienes mi vida. Haz lo que quieras con ella». La proposición está escrita con letra de parvulario, pero tiene la templanza del que cruzó la raya y regresó cambiado. «¿Qué sentimientos tienes respecto de la víctima?». «¿Cómo te sentirías reparado si fueses tú el damnificado?». «¿Qué le dirías a tu víctima si la tuvieras delante ahora mismo?». El sueño se lo sirvieron en bandeja de cuestionario a 5.000 internos de todo el Estado. Unos pocos escupieron en ella («ja, ja», «se lo tenía merecido», contestó algún preso), pero la mayo- Un interno, paseando por un pasillo del centro penitenciario de Villanubla, en Valladolid. / CARLOS ESPESO ría le sacó un lustre vivífico y liberador. Entre los más de 1.700 que respondieron, predomina una sed sahariana de perdón y destellos de pena asomando bajo la puerta como JULIÁN RÍOS una faja de luz. Cerca del 50% siente arrepentimiento por lo sucedido. «Sé que tengo que canbiar cueste lo que del sentido común y de la normalidad acaban agre¿Sufren los acusados?, ¿tienen algo que expresar?, ¿se cueste. Perdón, no lo e podido ebitar diendo a la víctima y embotando al infractor. Así, la arrepienten?... Con la publicación de sus respuestas por la droga. Lla no lo boiaser más, condición de perfectible que acompaña a todo ser hutratamos de traspasar la imagen mediática del rostro por lo meno eso quiero». mano se angosta y con ella la posibilidad de responsacubierto por una chaqueta o las manos agarrotadas El trabajo que adelantamos hoy bilizarse de las consecuencias de los propios actos. con las esposas mientras son conducidos al furgón. escarba intramuros y le pone sentiSólo una justicia restaurativa que apele a lo mejor La mayoría de las personas que han delinquido esmientos de nobleza a las iniciales de de las partes procesales, apueste por el diálogo, la restán dispuestas a disculparse y a reparar el daño. No las páginas de sucesos. Los autores, ponsabilización, la reparación del daño y la reconciliason pocos los que cumpliendo condena se encuentran los profesores de la Universidad ción interpersonal y social es auténticamente sanante. emocional y moralmente con el auto-reproche. Sin Pontificia Comillas Julián Ríos y PeLas víctimas, por su simple cualidad de tales, ya están embargo, el sistema penal y penitenciario no tiene dro Cabrera, el catedrático Manuel dignificadas. Falta que, acogiendo los sentimientos de cauces para la elaboración personal de esta emoción y Gallego y el criminólogo José Luis los infractores, demos a éstos posibilidades de hacer lo no facilita la petición de perdón y la reconciliación. La Segovia, consideran que leer lo que propio. El estudio revela que sólo hace falta un sistema parafernalia del aparato penal y su formalismo despiensan los que están entre rejas hulegal que sirva de cauce. Todos saldríamos ganando. personalizador, la hipertrofia del interrogatorio en demaniza a los estigmatizados, que trimento del diálogo, el nulo espacio para la expresión también hay dolor en el culpable. de sentimientos, la concepción burocrática del proceJulián Ríos es coautor de la investigación, profesor de DerePorque hay inconsolables penas de so, la escasa presencia del principio de humanidad, cho Penal y abogado. muerte ahí dentro. «El desconocimiento social acerca de la realidad de las prisiones es impresionante. pués de dar el palo, una especie de «No hay palabras para expresar brera como Ríos acometieron el esAún más en torno a las personas priobligado bumerán de vuelta. El trala vergüenza que siento, espero que tudio Mil voces presas (1996-1999) y vadas de libertad, su eticidad y sus bajo completo se publicará en nolos años que he pasado en prisión Mirando al abismo (2000-2003). sentimientos», dice Segovia. «Laviembre. ¿Qué siente un preso, ponalivien su pesar». Para este cuestionario, se han dimentablemente, el sistema penal en gamos, de la persona a la que mató? seccionado las memorias anuales de vez de ayudar a sacar lo mejor de caNo, no esperen a Hannibal Lecter. la Dirección General de Institucio៑ «Por mi culpa». «La víctima fue da cual parece empeñarse en anesnes Penitenciarias desde 2000 hasta mi bebé y mi dolor es muy grande tesiar a cuantos se aproximan, for៑ «Me siento mal». «Me siento hoy, se ha entrevistado a directores porque me culpan de ello». zosa o voluntariamente, a él». de prisiones y jueces, y, por supues«He destrozado su vida, como he mal. No he matado nunca ni he apuEsta entrega será la tercera de to, se ha interpelado a los internos. hecho con su familia, con la mía, ñalado, pero no hubo salida. Nadie una serie de entrevistas que fondean Éstas son sólo algunas respuestas conmigo. Demasiadas personas me educó, yo con ocho años me fui en un mismo caladero virgen: el codel capítulo en que los internos hamarcadas, arrolladas, condicionade casa de mi madre adoptiva y prirazón de los reclusos. Pues tanto Cablan de lo que les quedó dentro desdas, arruinadas... por mi culpa». maba la supervivencia». Una encuesta entre 5.000 presos revela que la mitad de los internos siente arrepentimiento hacia su víctima Bajo la chaqueta «Siento decepción, arrepentimiento y soledad. Nunca he hecho daño físico, me gustaría explicarles a mis víctimas que en esos momentos la droga era la causante de que yo necesitara dinero rápido». «Le quité la vida y, a pesar de escribirle a su familia pidiéndoles perdón y haciéndome cargo de la indemnización, no hay día que los remordimientos no me invadan». ៑ «Perdóname». «Cometí un delito irreparable, tan sólo espero que me perdone, pues es vecino». «Antes vivía equivocado con las mujeres, creía que todas eran iguales y ése fue mi error. Hoy por hoy me gustaría pedir perdón a mi ex mujer, ya que nadie más que yo fue el culpable de todo lo que pasó». «Perdóname, lo siento. No merecías la muerte, pero tampoco jugar conmigo. He hablado con tus padres, que me han perdonado. Perdóname tú, por ti rezo». «Cuando se trafica, las víctimas son muchos, empezando por uno. La forma de repararlo es no volver a lo mismo y, en la medida de lo posible, transmitir la experiencia a otras personas para que no caigan en los mismos errores». ៑ «No robo a personas». «A un banco no le haces ningún daño por cuatro millones de pesetas o por cien. Yo no robo a personas físicas, yo robo a sociedades anónimas muy lucrativas y a mí en mi barrio todos me invitan a copas porque los ladrones de bancos caemos simpáticos a los ciudadanos de a pie». «La mayoría de mis víctimas han sido empresas y la mayoría han sido estafadas con muy poco daño, seguramente la milésima parte de lo que ellas defraudan a los demás». e «El arma, la palabra». «Los delitos se cometen por muchos motivos, la víctima suele odiar a quien lo comete. El arma más poderosa del hombre es la palabra, con una conversación quizás la víctima pudiese sentirse reparada y en paz». «Antes de entrar en prisión creía que todo lo malo que se hace se debía pagar con la cárcel, ahora creo que no resuelve nada. Excepto para los que han cometido delitos de sangre y violación, al resto le vendría mejor pagar mediante el trabajo para la comunidad. Da más beneficios mantener a la gente ocupada ayudando a los demás, que mantenerla desocupada encerrada entre cuatro paredes de ladrillo».