DERECHO INTERNACIONAL DEL MEDIO AMBIENTE Trinidad Lázaro Calvo CONSEJO EDITORIAL MARÍA TERESA DE GISPERT PASTOR JOAN EGEA FERNÁNDEZ JOSÉ IGNACIO GARCÍA NINET FRANCISCO R AMOS MÉNDEZ SIXTO SÁNCHEZ LORENZO JESÚS-MARÍA SILVA SÁNCHEZ JOAN MANEL TRAYTER JIMÉNEZ BELÉN NOGUERA DE LA MUELA RICARDO ROBLES PLANAS JUAN JOSÉ TRIGÁS RODRÍGUEZ Director de Publicaciones DERECHO INTERNACIONAL DEL MEDIO AMBIENTE Trinidad Lázaro Calvo Doctora en Derecho Profesora de Derecho intenacional público y relaciones internacionales de la Universidad de Jaen Colección: Atelier Internacional Director: Sixto Sánchez Lorenzo (Catedrático de Derecho internacional privado de la Universidad de Granada) Esta obra es el fruto del trabajo de investigación que sirvió de base para la elaboración de la tesis doctoral presentada por la autora en la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas de la Universidad de Jaén bajo el título Evolución normativa en la protección internacional del medio ambiente, leída y defendida el 28 de julio de 2003, obteniendo un calificación de sobresaliente cum laude por unanimidad. Reservados todos los derechos. De conformidad con lo dispuesto en los arts. 270, 271 y 272 del Código Penal vigente, podrá ser castigado con pena de multa y privación de libertad quien reprodujere, plagiare, distribuyere o comunicare públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, fijada en cualquier tipo de soporte, sin la autorización de los titulares de los correspondientes derechos de propiedad intelectual o de sus cesionarios. © 2005 Trinidad Lázaro Calvo © 2005 Atelier Vía Laietana, 12. 08003 Barcelona e-mail: [email protected] www.atelierlibros.es Tel. 93 295 45 60 I.S.B.N.: 84-96354-43-1 Depósito legal: B. 23947-2005 Diseño y fotocomposición: Addenda, Pau Claris, 92. 08010 Barcelona www.addenda.es Impresión: Winihard Gràfics ÍNDICE PRÓLOGO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11 INTRODUCCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15 CAPÍTULO I. ORÍGENES DE 21 LA PROTECCIÓN INTERNACIONAL AMBIENTAL . . . . . . . . . . . . . . . Pimera Parte. Primeras convenciones internacionales que regulan problemas originados en algunas esferas del medio ambiente . . . Segunda Parte. Inicio de un Derecho consuetudinario del medio ambiente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1. Análisis de la costumbre internacional . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.1. El artículo 38.1 del estatuto del Tribunal Internacional de Justicia y el concepto de norma consuetudinaria . . . . . 1.2. Elemento material de la costumbre internacional . . . . . . . 1.3. Elemento espiritual de la costumbre internacional . . . . . . 1.4. La cristalización de la costumbre internacional . . . . . . . . . 1.5. Elementos de influencia en la formación de la costumbre . 1.6. Efectos jurídicos de la norma internacional consuetudinaria 2. Nacimiento de las normas consuetudinarias en la protección internacional del medio ambiente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2.1. Deber de no causar daños medioambientales transfronterizos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2.2. Deber de intercambio de información . . . . . . . . . . . . . . . Tercera Parte. Principios generales del derecho del medio ambiente . 1. Principio de buena fe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2. Principio de buena vecindad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3. Principio general de cooperación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4. Principio de equidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21 . . . . 41 42 . . . . . . . . . . . . 42 48 61 66 68 90 . . 94 . . . . . . . . . . . . . . 94 102 106 114 117 121 127 EN EL PROCESO DE FORMACIÓN DEL DERECHO INTERNACIONAL DEL MEDIO AMBIENTE: DESDE LA CONFERENCIA DE ESTOCOLMO SOBRE EL MEDIO HUMANO HASTA LA CONFERENCIA DE RÍO SOBRE EL MEDIO AMBIENTE . . . 137 CAPÍTULO II. SEGUNDA ETAPA 7 Trinidad Lázaro Calvo Pimera Parte. Evolución experimentada en la protección internacional del medio ambiente a raíz de la Conferencia de Estocolmo sobre el medio humano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Segunda Parte. Desarrollo convencional en torno a la protección internacional del medio ambiente en la era posterior a la Conferencia de Estocolmo sobre el medio humano . . . . . . . . . . . 1. Estructura de los instrumentos convencionales internacionales en torno a la protección del medio ambiente . . . . . . . . . . . . . 2. Participación en los tratados medioambientales . . . . . . . . . . . . 3. Cláusulas de interpretación en los tratados medioambientales . . 4. Las reservas y otras declaraciones unilaterales en los tratados medioambientales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5. Procedimiento de enmienda a los tratados medioambientales . . . 6. Institucionalización de los tratados medioambientales . . . . . . . . 7. Evolución de las obligaciones convencionales en torno a la protección del medio ambiente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8. La solución de controversias en los tratados medioambientales . Tercera Parte. Desarrollos en el nacimiento de las normas consuetudinarias en la protección internacional del medio ambiente a raíz de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el medio humano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1. Deber de no causar daño medioambiental transfronterizo . . . . . 2. Deber de intercambiar información para la protección del medio ambiente y prevención de los daños ambientales . . . . . . . . . . . 3. Deber de consultas sobre las medidas preventivas . . . . . . . . . . 4. Deber de valoración del impacto medioambiental en un contexto transfronterizo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Cuarta Parte. Principios generales del Derecho internacional del medio ambiente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1. Principio de prevención . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2. Principio de precaución . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3. Principio de cooperación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4. Principio de equidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137 . 155 . . . 155 165 175 . . . 177 190 198 . . 205 217 . . 222 222 . . 234 241 . 246 . . . . . 254 254 262 267 273 CAPÍTULO III. EL DERECHO INTERNACIONAL CONTEMPORÁNEO DEL MEDIO AMBIENTE: DESDE LA CONFERENCIA DE RÍO A LA ACTUALIDAD . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Primera Parte. Aportación de la conferencia de Naciones Unidas sobre medio ambiente y desarrollo con respecto a la protección internacional del medio ambiente anterior a la celebración de la II Cumbre Mundial sobre el medio ambiente . . . . . . . . . . Segunda Parte. Evolución experimentada en la protección internacional convencional del medio ambiente con posterioridad a la conferencia de Naciones Unidas sobre medio ambiente y desarrollo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1. Estructura de los instrumentos convencionales internacionales en torno a la protección del medio ambiente . . . . . . . . . . . . 2. Participación en los tratados medioambientales . . . . . . . . . . . 3. Cláusulas de interpretación en los tratados medioambientales . 8 279 279 . . 300 . . . . . . 300 311 316 Derecho internacional del medio ambiente 4. Las reservas y otras declaraciones unilaterales en los tratados medioambientales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5. Procedimientos de enmienda a los tratados medioambientales . . 6. Institucionalización de los tratados medioambientales . . . . . . . . 7. Evolución de las obligaciones convencionales en torno a la protección del medio ambiente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8. La solución de controversias en los tratados medioambientales . Tercera Parte. Desarrollo de las normas consuetudinarias internacionales en torno a la protección del medio ambiente . . . . 1. Deber de no causar daño medioambiental transfronterizo . . . . . 2. Deber de intercambiar información para la protección del medio ambiente y la prevención de sus daños . . . . . . . . . . . . . 3. Deber de notificación a otros Estados del riesgo de sufrir daños 4. Deber de entablar consulta sobre las medidas preventivas . . . . . 5. Deber de valoración del impacto medioambiental . . . . . . . . . . Cuarta Parte. Principios generales del derecho internacional del medio ambiente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1. Principio de precaución . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2. Principio de equidad y de la responsabilidad común pero diferenciada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3. Principio de quien contamina paga . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 317 323 331 . . 338 350 . . 353 354 . . . . 359 365 370 373 . . 379 380 . . 392 412 CONCLUSIONES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 417 BIBLIOGRAFÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 423 9 PRÓLOGO El interés que las cuestiones medioambientales suscitan en la sociedad actual, especialmente en la de los Estados desarrollados, no ha cesado de aumentar desde el momento en que, hacia finales de los años sesenta del pasado siglo, las voces de alarma que la comunidad científica venía lanzando sobre la degradación de los equilibrios del medio natural, provocados por la actividad humana, calaron en la opinión pública y en los planteamientos gubernamentales. Sin temor a equivocarnos podemos afirmar que estas cuestiones constituyen hoy uno de los temas fundamentales en torno a los cuales se desarrolla la investigación científica, se decantan los planteamientos éticos y políticos y acapara la atención de los medios de comunicación de masas. Durante siglos las relaciones del Hombre con la Naturaleza, de la que es parte, se enfocaron, especialmente en la cultura occidental determinante del desarrollo científico y tecnológico, desde el ángulo del señorío del primero sobre la segunda a la que había de domeñar hasta convertirla en un instrumento dócil a su voluntad para la satisfacción de sus espectativas; ese enfoque comienza a cambiar en la misma medida en que se toma conciencia de que la alteración de los equilibrios de la biosfera originados por la actividad humana pone en peligro el desarrollo y la pervivencia misma de la Humanidad sobre el Planeta y ello determina una nueva concepción de la posición que el ser humano ocupa en la Naturaleza y de su relación con ella. No obstante, no podemos olvidar que es desde el Hombre y para el Hombre como el concepto evoluciona y por tal razón los nuevos planteamientos no le niegan un papel protagonista —si hacemos abstracción de posiciones radicales hoy por hoy absolutamente marginales— pero tratan de determinar y establecer límites a su actuación para hacer compatibles las espectativas y derechos de las generaciones humanas presentes con las espectativas y derechos de las futuras. Sin perjuicio de la incidencia que esta nueva concepción tiene en el mundo científico y filosófico, la que alcanza en el ámbito jurídico es enorme puesto que, en ultima instancia, se trata de limitar actuaciones humanas para compatibilizar derechos y es en función de este objetivo como las aportaciones hechas 11 Trinidad Lázaro Calvo desde los otros campos cobran su significado práctico. Por tal razón, la evolución de la opinión pública, determinada por tales aportaciones, ha originado y desarrollado la regulación jurídica de cuestiones medioambientales tanto en el plano del Derecho interno de los Estados como en el del Derecho internacional, siendo de especial significado la llevada a cabo por este último dada la globalidad con la que dichas cuestiones se plantean y dentro de ella, y por la misma razón, la efectuada en ámbitos que, como las Naciones Unidas, abarcan a la comunidad internacional en su conjunto y supone, por tanto, la respuesta, suficiente o precaria, que hoy por hoy la Humanidad ha sido capaz de dar a problemas que son por su propia naturaleza mundiales. El interés por dar respuestas a los problemas crecientes y cambiantes que plantea la preservación del medio ambiente ha motivado en el plano internacional una multiplicidad de foros interestales donde estos problemas se abordan y debaten, originando, como consecuencia, un magma de preceptos cuya calificación jurídica esta lejos de ser evidente. Despejar la incógnita de su juridicidad es la cuestión esencial para determinar en qué medida el Derecho internacional, que debido a la naturaleza de los problemas es el orden jurídico idóneo para afrontarlos, proporciona una protección del medio ambiente. Despejar tal incógnita exige introducir ese magma de preceptos en el crisol de las fuentes formales del Derecho internacional para, una vez terminado el experimento, ver que nos queda en él como Derecho, como pautas de comportamiento juridicamente obligatorias para sus destinatarios a las que han de adecuar sus conductas y por cuyos incumplimientos puede exigirseles responsabilidad. Curiosamente, en la doctrina iusinternacionalista, aunque son muchos y valiosos los trabajos que tratan de la exposición y contenido de los preceptos medioambientales generados en el ámbito internacional, no abundan los que aborden de forma general la cuestión previa de su juridicidad, constituyendo por ello la obra que prologo una aportación significativa al estudio del Derecho internacional del medio ambiente dado que es esta la cuestión que con ella se trata de dilucidar. El trabajo de la Dra. Lázaro Calvo, que se corresponde esencialmente con la investigación realizada en su tesis doctoral, versa sobre la evolución experimentada por las normas que en el Derecho internacional protegen el medio ambiente, desde los primeros convenios que ya en el siglo XIX protegen determinados ámbitos de la biosfera hasta la actualidad. El análisis de esa evolución se efectua en tres etapas delimitadas por los dos grandes hitos que han marcado la protección del medio ambiente en el plano internacional: la Conferencia de Estocolmo sobre el Medio Humano en 1972 y la Conferencia de Río sobre Medio Ambiente y Desarrollo en 1992. La utilización de un contexto histórico para realizar análisis jurídicos está plenamente aceptada pero es inexcusable cuando se trata de investigar la evolución sufrida por un orden jurídico al regular un tema concreto y resulta imprescindible si ese orden jurídico es el internacional, en el cual la consolidación de una pauta de comportamiento como norma consuetudinaria o como principio general exigen el transcurso de un lapso de tiempo, por indeterminado y breve que este sea. 12 Derecho internacional del medio ambiente La materia objeto de análisis está constituida por el conjunto de preceptos que sobre el medio ambiente se han generado en el ámbito de las Naciones Unidas o en foros auspiciados por ellas, abstracción hecha de los supuestos que se producen antes de la creación de la ONU y que se estudian a título de antecedentes. El acotar esta materia como objeto de análisis es especialmente adecuado por dos razones básicas: una de ellas, ya señalada supra, es el carácter global que tienen las cuestiones medioambientales que exige una respuesta igualmente global a las mismas, respuesta que solo puede proporcionar el Derecho internacional general a través de la actuación de la comunidad internacional en su conjunto y, en nuestros dias, las Naciones Unidas constituyen la estructura en la que esa comunidad se organiza y refleja. La otra razón viene determinada por el hecho de que la protección del medio ambiente llevada a cabo en otros ámbitos, concretamente la efectuada en el ámbito de la Unión Europea, no plantea problemas sobre su juridicidad debido al específico sitema de fuentes del Derecho comunitario. La situación es totalmente distinta en el ámbito investigado en el que ni siquiera la determinación del sistema de fuentes del Derecho internacional está exenta de polémica en la doctrina. El método utilizado para analizar la juridicidad de las múltiples pautas de comportamiento que en torno a la protección del medio ambiente se han generado en el antedicho ámbito consiste, como no podía ser de otra manera, en contrastarlas con los rasgos que, en función de la fuente formal de la que emanen, caracterizan a las normas jurídicas internacionales. Tal cosa exige determinar el modelo de ánalisis previamente a la aplicación del mismo, es decir: precisar cual es el catálogo de fuentes del Derecho internacional que se utiliza como patrón. En esta cuestión la Dra. Lazaro se decanta por utilizar el contenido en el artículo 38, 1. del Estatuto de la Corte Internacional de Justicia en lugar de seguir una postura ecláctica entre las distintas opciones doctrinales, que le facilitaría una aceptación generalizada a costa de la nitidez del modelo analítico utilizado y del resultado obtenido con él. La opción está plenamente justificada pues aunque la finalidad de este artículo sea fijar las reglas a las que la C.I.J. debe ajustar el ejercicio de su competencia y no la de precisar el sistema de fuentes del Derecho internacional, como sostiene aquel sector de la doctrina que le niega validez a este efecto, al consistir el objetivo de la competencia conferida a la Corte la función que el párrafo1 del artículo 38 le asigna de «decidir conforme al derecho internacional las controversias que le sean sometidas», cuando, a continuación, le fija las normas que ha de aplicar para cumplir dicha función en el ejercicio de su competencia se está pronunciando, indirectamente, sobre el catálogo de fuentes del Derecho internacional. No obstante, aun compartiendo el anterior razonamiento, muchos autores niegan la validez general de este catálogo de fuentes y la restringen al ámbito de la jurisdicciónde la C.I.J., postura de la que discrepamos porque, por una parte, dicho catálogo no es privativo de su Estatuto, ni constituyó una novedad su inclusión en él, sino que recoge el que figuraba en el Estatuto de su antecesora, la Corte Permanente de Justicia Internacional, que, a su vez, lo tomó del que figuraba en el artículo 7 del Convenio XII de La Haya que fijaba las 13 Trinidad Lázaro Calvo normas que el Tribunal Internacional de Presas debería aplicar al ejercer su jurisdicción y, por otra parte, el hecho de que el Estatuto de la C.I.J. forme parte integrante de la Carta de las Naciones Unidas y sean Partes en él todos los Estados Miembros de las mismas —además de otros— implica que el catálogo de fuentes contenido en el referenciado artículo 38 constituya el único que, de forma unánime y reiterada, ha sido reconocido por los Estados como aquel del que emanan las normas de las que se derivan sus obligaciones jurídicas, reconocimiento que explica que sea el designado cuando preveen la posibilidad de que su cumplimiento pueda serles exigido ante y por una instancia jurisdiccional internacional. Por lo demás, en lo que respecta a las posiciones de la doctrina iusinternacionalista, no es tanto su validez como su suficiencia lo que se discute, propugnando muchos autores la inclusión en él de otras fuentes pero, al margen de la consideración que tan respetables opiniones puedan merecer, parece evidente que cuando se trata, como en el presente caso, de deslindar el ámbito claramente jurídico en la protección internacional del medio ambiente de aquel en que su protección pueda ser jurídicamente dudosa, se opte por utilizar como criterio de análisis el catalogo de fuentes del Derecho internacional que constituye el comun denominador en la doctrina y, sobre todo, que ha sido reconocido expresamente como tal por los Estados. Para fijar los rasgos caracteristicos de las normas emanadas de las antedichas fuentes la autora, sin desdeñar las aportaciones doctrinales, utiliza, sobre todo, las efectuadas por la jurisprudencia internacional, contrastando con ellos la práctica analizada para determinar la evolución operada en el Derecho internacional del medio ambiente, evolución que, si como resultado de la investigación, se muestra lejos de ser satisfactoria para cubrir el objetivo de protección que con ella se persigue, es imprescindible conocer para no confundir los deseos con las realidades y para poder avanzar en la construcción de una situación mas conforme con las necesidades y espectativas de la Humanidad en este ámbito de la que existe en el presente. Por todo lo antedicho, la obra que prologo viene a cubrir un importante hueco en la investigación de la protección internacional del medio ambiente y, tanto por la materia sobre la que versa, como por la óptica desde la que se estudia y las cuestiones que se abordan en ella, constituye un trabajo de la máxima actualidad e interés. Angustias MORENO LÓPEZ Profesora titular de Derecho internacional público y relaciones internacionales 27 de abril de 2005 14 INTRODUCCIÓN El hombre no está solo en el planeta sino que tiene que cohabitar con otros seres vivos, y tanto uno como los otros viven en un entorno que les es común, el cual es necesario para su supervivencia extrayendo de él los recursos necesarios para sobrevivir. Ahora bien, solo al hombre se le pueden achacar los problemas que sufre el medio ambiente que le rodea, pues con su afán de desarrollo ha puesto en una situación crítica la capacidad natural del entorno para su recuperación y ha llegado a comprometer seriamente el equilibrio ecológico del Planeta. Al empezar a florecer los primeros síntomas alarmantes del estado en que se encontraba el medio ambiente comienza a plantearse por parte de la Comunidad internacional la necesidad de poner límites a la actuación del hombre en su búsqueda por el desarrollo. Todo orden jurídico surge ante las exigencias demandadas por la sociedad para solucionar o arbitrar determinados problemas que le afectan. La conciencia de la opinión pública en la existencia de un conflicto desemboca en un intento de regular el mismo, demandando a sus legisladores la adopción de la normativa necesaria para ello. De esta forma la opinión pública, alertada por la comunidad científica de la progresiva y a la vez alarmante degradación del Planeta, presionó a la comunidad política para la adopción de medidas a fin de parar la situación existente, generándose de esta forma un conjunto de normas dirigidas a la protección y preservación del medio ambiente. El objeto de esta obra es realizar un estudio jurídico de dichas normas para poder determinar las fuentes formales existentes en el ordenamiento jurídico particular que se ha generado en torno al medio ambiente: el derecho internacional del medio ambiente. Como hemos dicho en torno a la conservación y protección del medio ambiente se ha generado un magma de preceptos, cuya calificación jurídica en muchos casos es dudosa. Nos planteamos pues como objetivo extraer de dicho magma, introduciéndolo en el crisol de las fuentes del derecho internacional, aquellos preceptos que tiene la consideración de normas jurídicas o, lo que es lo mismo, determinar la juridicidad de dichos preceptos. 15 Trinidad Lázaro Calvo Este estudio podemos considerarlo novedoso en cuanto que, si bien existen numerosos estudios doctrinales muy valiosos en torno al contenido determinados principios o de concretos convenios internacionales ambientales, sin embargo no se ha realizado un estudio global de la juridicidad de los preceptos surgidos en torno al medio ambiente. No ha sido una tarea fácil, pues incluso las normas convencionales, que entrarían dentro del modelo que configura el Convenio de Viena sobre el derecho de los tratados, de 23 de mayo de 1969, presentan una serie de particularidades que las hacen distintas del resto de los tratados internacionales, constituyendo un entramado jurídico que exige un estudio particularizado y profundo. Ahora bien, a pesar de estas características específicas de las normas convencionales en torno al medio ambiente, como hemos dicho, sabemos que entran dentro de la categoría de tratados internacionales, sin embargo existen otra serie de preceptos que no son convencionales en torno al medio ambiente cuya calificación jurídica no es tan clara. De esta forma si en torno a las normas convencionales ambientales se exige un estudio particularizado del resto de los tratados internacionales, cuanto más será necesario realizarlo con respecto al resto de los preceptos ambientales cuya calificación jurídica es más dudosa, con el fin de poder determinar si es posible incluirlos en la categoría de costumbres y principios generales del derecho. Por tanto, el objetivo pretendido es establecer la estructura normativa de esta rama del derecho internacional. Dicho estudio es esencial para poder emprender cualquier otra investigación jurídica en torno a un aspecto concreto enmarcado en torno a la protección jurídica del medio ambiente, pues si no sabemos cuales son los principios y pautas obligatorias establecidas a nivel internacional no podremos entender la dimensión jurídica del cualquier otro estudio efectuado, tanto a nivel internacional como a nivel nacional, pues los Estados han de adaptar su orden jurídico a los compromisos internacionales asumidos así como al resto del orden jurídico internacional existente; pero además el determinar el tipo de fuente formal en la que se encuadran las distintas normas internacionales del medio ambiente existentes es esencial a la hora de poder exigir responsabilidad internacional al autor de un atentado contra el medio ambiente de otro Estado. Partiendo de la idea de que el entramado de normas objeto de análisis en esta obra conforman una rama particular del derecho internacional, únicamente nuestro estudio se ha centrado en las normas adoptadas en el marco de Naciones Unidas. Son dos las razones de analizar exclusivamente estas normas: por un lado, debido a la propia globalidad de los problemas ambientales, que exige determinar las normas generales que regulan esta materia, por lo que siendo Naciones Unidas la única Organización internacional en la que están representadas todas las regiones, sistemas políticos, culturales, económicos, ideológicos de la Comunidad internacional y siendo el objeto de estudio de esta obra determinar las normas encuadradas en las distintas fuentes del derecho internacional del medio ambiente, es necesario analizar aquellas normas que recojan el sentir de toda la Comunidad internacional y no de ámbitos regionales concretos. Por otra parte, las normas adoptadas en otros ámbitos, como la Co16 Derecho internacional del medio ambiente munidad Europea, no plantean los problemas de juridicidad que nos planteamos en esta obra, precisamente por el propio sistema de fuentes normativas de la propia Comunidad. Para realizar dicho estudio he considerado que lo más apropiado es utilizar un criterio histórico, pues téngase en cuenta que las normas consuetudinarias y los principios generales del derecho no surgen de forma espontánea sino que para su formación es necesario que transcurra un periodo de tiempo, sea cual sea su amplitud. Igualmente, ha sido preciso efectuar un estudio general de las fuentes formales del derecho internacional, pues si consideramos que estamos en presencia de una rama particular del derecho internacional, esta participa de las mismas fuentes que el ordenamiento internacional, siendo, por tanto, de aplicación para su formación los mismos criterios y requisitos que se han exigido para el surgimiento de cualquier otra fuente del derecho internacional en el que se enmarca. Una vez centrado el criterio de análisis de nuestro trabajo, el punto de partida en el nacimiento del derecho internacional del medio ambiente creímos poder ubicarlo en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Humano, pues fue la primera Cumbre mundial ambiental, con una participación amplísima, tanto desde el punto de vista numérico como desde el punto de vista de los ámbitos sociales representados, de esta forma se plasmó en sus textos la opinión general de la Comunidad internacional. No obstante, fue necesario remontarnos a épocas anteriores a esta Cumbre, pues, aunque de forma sectorial y esencialmente con ámbito bilateral, se adoptaron algunos tratados internacionales que regulaban aspectos muy concretos de algunas áreas del medio ambiente y sobre todo fue a finales de la década de los sesenta cuando surgió la chispa en la concienciación de la Comunidad internacional en torno al conflicto ambiental, celebrándose conferencias, aunque no a nivel de representantes gubernamentales, en torno a los límites de los recursos naturales y demandado la necesidad urgente de una respuesta global concertada. Ello nos ha llevado a recopilar toda la normativa internacional relativa al medio ambiente, lo cual no ha sido fácil, a pesar de la juventud de este ordenamiento jurídico, pues téngase en cuenta que investigamos toda la normativa surgida en el marco de Naciones Unidas, con lo cual abarcamos también la procedente de los distintos órganos y organismos existentes en dicho ámbito. Esencialmente, la base de nuestra investigación ha sido la documentación jurídica, tanto convencional como no convencional, así como la jurisprudencia internacional, y si bien me he auxiliado de la doctrina, sin embargo su utilización ha sido menor, debido, como hemos dicho, a la escasez de estudios en torno a las distintas fuentes formales de esta rama, siendo numerosas, en cambio, en torno a concretos convenios internacionales o estudios detallados del contenido de determinados principios, aunque sin establecer en ellos si tienen la consideración de principios generales del derecho internacional del medio ambiente o de normas consuetudinarias. Teniendo en cuenta estos factores, hemos estructurado nuestro estudio en tres grandes capítulos, que marcan hitos importantes en la evolución normati17 Trinidad Lázaro Calvo va de la protección internacional del medio ambiente, dividiéndose cada uno de ellos en tres grandes partes en las que se analizan cada una de las fuentes formales del derecho internacional: normas convencionales, normas consuetudinarias y principios generales del derecho, dedicando una parte, en los capítulos segundo y tercero, al estudio de las dos grandes conferencias internacionales en torno al medio ambiente: la Conferencia de Estocolmo sobre el Medio Humano y la Conferencia de Río sobre Medio Ambiente y Desarrollo. El primer capítulo, como ya hemos dicho, está centrado en los antecedentes de la protección internacional del medio ambiente, la cual llega hasta la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Humano. En este capítulo, hemos realizado un estudio previo de la costumbre internacional y los principios generales del derecho internacional, antes de entrar en el estudio de los orígenes de las distintas normas consuetudinarias y principios generales del derecho internacional del medio ambiente, puesto que, a diferencia de lo que ocurre con las normas convencionales, la naturaleza misma de la norma consuetudinaria y de los principios generales no está exenta de polémica en la doctrina. Antes de entrar a analizar las pautas de comportamiento que consideramos normas consuetudinarias y principios generales del derecho internacional del medio ambiente resulta necesario precisar el patrón con el que las contrastamos. Para ello hemos acudido a la jurisprudencia internacional y al acervo doctrinal existente en torno a la materia. Sobre la base de estos conceptos generales hemos procedido a analizar la normativa internacional existente en esta época en torno a la conservación y protección del medio ambiente, que como hemos dicho anteriormente era escasa y sectorial. El segundo capítulo se corresponde con la etapa que transcurre desde la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Humano hasta la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo. Ante los descubrimientos científicos y la presión de la opinión pública en torno a que los recursos naturales no eran infinitos, la diplomacia internacional asumió dicho reconocimiento y convocó la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Humano, en la que por primera vez se reunieron los Estados para discutir la situación del medio ambiente del Planeta. A partir de dicha Conferencia se produjeron logros prodigiosos en cuanto que hubo una proliferación asombrosa de tratados internacionales globales, tanto por la participación como desde el punto de vista de la materia objeto de regulación, y además, debido a la creación a raíz de la Conferencia de Estocolmo del Programa de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente, se estimularon numerosas actuaciones internacionales, proliferando instrumentos internacionales no convencionales, pero que influyeron poderosamente en la formación de este ordenamiento jurídico. El tercer capítulo se enmarca desde la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y Desarrollo hasta la actualidad. Con la Conferencia de Río se produce un giro en la actuación internacional en torno al medio ambiente, al introducirse un elemento que ya se había advertido en la Primera Cumbre mundial, el desarrollo, si bien con Río la relación entre el medio ambiente y el desarrollo se traduce en un nuevo concepto que es el desarrollo sostenible. 18 Derecho internacional del medio ambiente Al margen de esta novedad, la Conferencia de Río confirma la formación de algunas normas internacionales y supone el nacimiento de otras. A raíz de Río, a diferencia de lo que ocurrió con Estocolmo, la actuación internacional en torno al medio ambiente ha decrecido, centrándose en el desarrollo sostenible, y ha vuelto a tener, como en sus orígenes, un alcance sectorial. Para la realización del estudio en esta época no solo hemos acudido a las fuentes documentales sino que además hemos recurrido a la jurisprudencia internacional, que ha confirmado la existencia de algunas normas consuetudinarias del medio ambiente. La investigación realizada permite tener una visión de la estructura normativa actual del derecho internacional del medio ambiente. No obstante, hay que tener en cuenta que se trata de un ordenamiento joven y en evolución, por lo que las conclusiones no pueden ser más que provisionales, pues muchas de las normas se encuentran en fase de formación ante lo cual habrá que esperar a que nuevas contribuciones permitan formar completamente aquellas. 19