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241
SEMANARIO
t)E A G R I C U L T U R A Y A R T E S
D I R I G I D O Á LOS P Á R R O C O S , /
Del Jueves 17 de Octubre de
I
11 I i , i i j i i | i : i
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AGRICULTURA.
phservaciones sobre los nabazos í?e la Ciudüd dé
S, Lucar de Barramda i^or D, Juan Sánchez
Cismros, Individuo de aquella sociedad ,•'
•
económica.
ÍV.
li!^1
^a esta cmásd íhinaxt tuéazús i unossarenales áridos iamediatos á las playas del océano, qué cultivan sus vecinos
<X)a acierto y utilidad, transformándolos en hermosas huertas que surten de berzas y legumbres á la ciudad de Cádiz
•y. pueblos-de su partido.
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El que no esté acostuoá^mdo á v^t jt observar semejante
<daSendé.cultÍTO:«nia«éijaf pufcf f.» téadrái .por ilusión y sueño
jquanto se Je diga acerca de su conVeÉsion en terreno pingüe
iy: abundante por medio del abono y laboriosidad de aquella
xiase de labradores; pero siendo una verdad tan púbKca,
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. , 1 , .AnalíWda aquella aíena ^o^el aator de estas obsfirraciones, la
Kalfó ser quatzosa con tres partes, sDbfe ciento, dé piedra.caliía'debida á la descomposición de los orgánicos marinos que arrojan las
-aguas.'
(i'aTOMO VI.
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otnitiremos las pruebas,"que de ninguna otra cosa servirían sino de hacer molesta'esta exposición , y pasaremos á
manifestar el modo con que.Jc^ran hacerlos-fructificar abundantemente. (;../ i , .. c/iif _ i: > :. J ;
;
En las inmediaciones del mar , donde sus playas ofrecen llanuras de arena de alguna extensión á mayor altura
que et nivel de lus aguas "de aqael-ett-sct fkxo y refluxtf,
trazan la posesión y ,1a cercan de, un vallado de céspedes y
escombrósQioti^'qíle'le- dan sdlrdéz'é^ftñpícíerí íá^ratrada de
gentes y animales. Concluida esta operación preparatoria
principkii'taldeí.desMontátVicáyar ,'ó: rebajar el cercado hasta aquel punto que tienen por suficiente, y las de delinearlo
y dividirla en iBuclias-SHeftes^ ó tablas-de diferentes figuras
y dimensiones con arreglo á la que presenta la posesión. Por
los lados de ca^lá ^ná, dé las tábl^ Tabfeii zanjas ó acequias
de tres á quatro pies de profundidad, y otros tantos de anchura ,- que les- sirven para recoger el agua que se filtra-de
la aréhá, y con^ducirla á un deposito, caxá ó déságüádet'ó
^EÍÉitípal^ üóú el qual tfó^ea- t<)dás -cdniunícacioa^ y. qus
por üna^ cañería. debacroiAdispaésfá at inte^
la extrae
en la baxa mar á la ptaya que dexa descubierta. Está operación les produce dos Tentajás ; nina , deshacerse de aquel
líquido perjudicial al nabazo que por su abundancia impide
4a vegetación f y. lowa^ ^ue en ios tiempos abundantes de
diuviasr, aen iqué qtiedatp cubiertos ide prodigic^a cantidádc de
«guai,: abren el dicho'depósito ó cauce: general, y en el in&>tante toda: la M-hs- suertes cae á las zanjas inmediatas, y
son conducidas á aquel, quedando desaguadas y-desembaf.
razadas como sino hubiese llovido.
Dispuesto y rebaxádo el plano,' lo estercolan abundaip^
t e n i e n t e ) y d a n {>rincipio á su^ plantaciones; peco ¿con la
{lartícularidad de soo aguardar en dos anos á que se alce ua
fruto para 3embrai;oti;o:; pues quando conocen que es opoc^
tuno, lo executan con inmediación á la planta que va á
fenecer, consiguiendo con este método que quando acaba
tina quedé otra" fructificando sücesiyarnenre siit padecer obstáculo alguno.
Quando practican el allanamiento ó igualación de la aresna.
^43
. n a , guardan inviolablemente la condición de dexár el agUa
que tiene retenida, á la altura de vara y quarta de su superficie , coa el objeto de que no falte el xugo suficiente
para criar y alimentar la planta en medio de los rigores del
iTerano en que se evapora mayor cantidad > penetrando el
(Calórico un terreno que por su naturaleza es tan poco compacto. De este método se deduce clara y evidentemente que
semejantes campos nunca se riegan de pie ó artificialmente
pues carecen de aguas de esta clase, y que de consiguiente
- sus producciones se alimentan coa sola la que conservan ios
intersticios y les facilita la inmediación del mar. :
También debe.notarse que siendo así, y por ío mismo
su calidad salobre, nunca se encuentra con esta circunstancia la de las zanjas que recogen la de los quadros, y aun en
la de éstos he verificado igual propiedad haciendo en ellos
pequeñas excavaciones sin poder lograr que me indicasen el
'tnas pequeño cristal de muríate de sosa •( sal común) ni de
.los otros principios que se hallan disúeltos en la del mar:
circunstancia bien particular si se reflexiona que aun quando
al parecer sucede lo mismo en otros parages , la análisis de-muestra siempre que el agua conserva uno u otro princi^
-pió queose> manifiesta; por medio de los :reactiyos.
'Gonstañtemente tengo observado en las plantas que por
tsu naturaleza debieran abundar en mucíiagos, críádas en se, mejante especie de huertas, ser poco abundantes de ellos. Lo
anismo digo de las aromáticas, que rinden escasísima cantidad
-de acéytes volátiles, particularmente aquellas en que se exitrae de su r a í z ; y por el contrario las que por su clase les
-corresponde j! soa abundantes ton excese de extractos xa''rboiiosos.
. • Los abonos son en todo conformes á los que acostum-braá-dar bs;labradores á las demás tierras, exceptuando
el que no emplean arados, sino azadas para las labores ; y
como á los nabazos no les falten las que son de tabla , jamás
dexan de producir sin necesidad de otro descanso que el
preciso para los estercolas. Llevan muy bien estas arenas toda clase de legumbres y hortalizas que son de un gusto muy
bueno y saludables, aunque mas leves que las criadas en
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tier-
• 844
tierras francas'y ^compactas.'Lar raices' turthosa^ y las semillas de las gramíneas criadas en estos sitios contienen poquísimaf fécula ,>y^tin quando se dan con sumo verdor y lozanía regularmente son ivíctimais :de las infinitas enfermedades'qae suelen ácoineterlas.'Los árboles amatas ¡y arbustos
-se dáa muy Inal ^ y- los poces<que prevalecen j rinden por lo
general frutos poco aiweciablesiülturiamente una primavera húmeda sin exceso^ estío
y otoño ^moderados con un invierno abundante de lluvias
.son tos^'énicoítpqtásitas qae desean los dedicados á esta clase de agrioaituratiparáiógrar'una abundancia que tecon».
iperise s:d5t^aQtet£tent« sus tareas; pero: aunque falten aquellos, siempre la legran suficiente.
.
Noto., i Sobre lo&< óabazoj de-Si Lucar ncs ha ofrecido
una notisíai áias- completa i Don íLucas Marín Cubillos^ T¿<
ciño de aquella ¿dudad, y la ^esperamos con ansia para dar
á conocer con;Ja mayor individualidad los medios de cultirvar los secos y eístérites arenales que se hallen: en la misma
disposición en otras partes deEspáfia; y ijuetet aprovechamiento de aquellos áridos espacios, y la riqueza que de
-eiios'iresultay no se ha debido^á ninguno, de los que pa«
san su vida leyfindo libros y mas libros sin que; sa di»-genio: ni Sus manos ^ean jamás de provecho á sus > ^majantes, ni á los'que en las ciudadesv^en las juntas y en
Jais. Universidades vocean ^ ¡ disei^tan y; í:eÉipónen discursos,
siJEiO:á un albañilii^4 desivi^'^isui: trabajo,4iaido »i se
dedicó ^áDcavas^tul raqoeUa ac¿!aa(t^«sta«'-£ñc6iitracvlai£laW
medad suficiente paca' la nnericioáo ^ ; algunas plati^s:^' Su
iK)mbFe, que ignoratnos todavía, debe ser inas recomen'^
dable á la presente y á las futuras generaciones que el de -tantos centenales de ociosos coáio se. mantienen . del ¡ traJbajo^.ageno:>sin'>qa&^ 1» soeiedad ^qiseode^éUb» iktilidad!isA»
guna. '' '• f: maq ír,bí:s::.z ona.í f <'J'K\Í. nj;£i:qn:"3 orí -ivu
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LIBRO.
Oh'servítciones sobre el cultivo del arroz en el
íteyno de Valencia ^ y su influencia en la salud
pública-) por D. Antonio Joseph CabaniUes,'
EXTRACTO.
Varéese que los árabes introduxeron en Valencia este cultivo,
que se proscribió en 1342 y 1403 como perjudicial á la salud jde ios naturales',.y:desde.eatóojce$.hasta nuestros días se
hanailterñado las Ucencias y las prohibiciones sin que jamás
bayan falfado avaros que prefieran sus intereses particulares
i la sanidad y bien estar de los pueblos, y la codiciade unos
pocos ha prevalecido dolorosamente contra las leyes mas
Mbias gimiendo la humanidad. ba;íO Jos regliUnentos.de. la
avaricia. Mas de qüarenta pueblos se; ocupan en el dia en
hacer esta cosecha, cuya riqueza y seguridad, por lolmismo
que es tan importante,/pide-que se examine::- i.? si es ne^
cesarla la proscripción de esta planta: 2.*^ si la proscripción
jdebe.ser generala 3." si la ihumanidad se interesa en que se
deoitdá; pronto iac^qüestioa t 4.?>::si:la.suma';de riquezas que
boy produce el-arcoz disminuicádprohibiendo isu cultivo, ó
«i "sff i^odrá reemplazar con otros frutos.
Tédavia no se ha examinado como corresponde la natu"
raleza del terreno; pocos han.hecho una pintura fiel de las
pérdidas que padece nuestra especie ea Jas tiernas de arroz,
y aun jsoii. meims>kts><pechaÉtiCQmp.«radqJas:^entajas con los
4aáos cauisádOiS<fM»cll»;licencia!Ó tftrobibición de este cultivo;
y estO:«tlo que'mbviÜ el celo yolaboriosidad de tan benemérito naturalista á tratar de un shunto de tanta importancia
al estado y á la humanidad, con ocasión de recorrer el rey00. de Valencia de «rden superior para examinar los vegetales, que en él cceceo. Describe prjmenamente ei terrena^ ha*
•bkidel cultivo del arroz,¡y,de los intereses que produce.; de
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^ z ' Memorias de la Academia médica de Madrid, publicadas
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las enfermedades, muertes y despQBlacion que causa; compara los pueblos en que hoy se cultiva con otros en c[ue se
fcultiy^ hasta-el año^de ^7619 ;.^ac^ v«r que las ijiXíchaS:aguas
que consume ef arroz privan al réyno ,de frutos, riquezas y
población en peijuicio de la agricultura, y deduce las coní»»
seqüenciásqiíe resultan.
Los campos, dice, destinados al cultivo del arroz están al
mediodía del Reyno .de Valencia,y Sfejextienden ocho leguas
de norte á sur entre Catarroja y S. Felipe : los baña al orieatf
el mar, hasta cuja brilla vá baxandb el terreno. Los moni
tes son calizos , y el suelo es de marga arcillosa ,"cuyo color
roxeaíj cerca del mar domina la arena, y en la Albufera uo
cieno oscuro que descansa sobre greda: las aguas del rió
JCucar-, que en^su'curso encuentra varias presas.qiie* eieyaá
el cauce, yl^as de.ies montes Teckios sé íiltrati y eistienden
por todo aquel terreno hasta que hallan salida en las inmediacioties del mar ó de la Albufera. Esta laguna ocupa
tres legáas deint^teá sur entre ValeQcia>y Culléra, y uaa
de anchó 'ooti.borm'diferencia/:: está separada'¡del:mar^pox
uffa lengua de arena,'y se comunica.dott él ppr un canal aop'
gosto que se abre 6 cierra con facilidad: su suelo es mas pro*»
ñindo que el de la próxima orilla del mar, y así conserva
siempre ana enormeí cantidad de aguas, que crece al paso
que>lasnllums<JS6tt:mas abundantes'^ y«s menor la eyapo-í
ración, de suerte quie se iounidíciuna extrasíon coásiderable
de' tierra ,''qae al^tetírarse Jas' aguas,' jqueda' cubierta de sustancias vegetales iy animales, que se pudren.é-infectan la
atmósfera. £ a las inmediaciones de la Albufera hay muchos
campos en <]ue basta'cavar un pie para encontraíT agua j y ea
yarids lagares 'h/^biradós $e hallan igualmeinte' las^aguas á
muy i corta: prófatídidad; • lo rqual es fácil > de oomprehendeic
en sitios;baxos, peco no en,:terrenos que antes fueron de se*
cano, y que á mi ver se han hecho pantanosos por haber sa>
eado las aguas de SU curso sin preparar de antemano «anales
sólidos que puedan contenerlas. De esta suertei se ba ^Iterado en las ribefas^el ^tfcar la na[tucateza iprimiti^ del «ué^
lo i, bien que todavía se pueden distinguir los terrenos naturalmentte pantanosos de los que lo son,por el, a,rte. En Jos que
lo son por naturaleza, y de consiguiente inútiles pac:a todo
•fruto, cenagosos y llenos de ciertos vegetales é insectos, se
pueden permitir por ahora los arrozales, porque quando el
;arte no alcanza á secar las lagunas, es laudable la industria
que las aprovecha , y que contribuye á disminuir la masa de
: infección. Poner en movimiento las, aguas, .embalsadas, arrancar las plantas espontaneas, que muertas y podridas despiden un hedor insoportable, é impedir la multiplicación de
-los insectos son medios poderosos para lograr el beneficio que
.puede resultar del cultivo del arroz que exige aguas en movimiento y un suelo libre de otros vegetales. Sia el valor
•de los intrépidos operarios ,.que pisando cietio, y trabajando
•^siempre-dentro del agua, sacan este precioso fruto de aquel
i«uelo que parecía destinado á una esterilidad perpetua, seria sin duda mas infecta la atmósfera; y asi tales hombres
(Son acreedores á un general reconocimiento ; pero al contrario los que convierten en lagunas los. sitios útiles y fértiles;
ríos que introducen enfermedades desconocidas, y mortales; los
quer preocupan la integridad de los Ministros del Rey , ocultándoles las verdaderas causas del m a l ; los que exponen
-necesidades que no existen > y ganancias aparentes, disminuyendo el daño que causan a l a humanidad, merecen la i n .d^oadoa pública como enemigos d&( la sociedad. De este
.número son los que promueven el cultivo del arroz introduciénidolo en campos que fueron secanos , ó huertas en otro
tiempo. La gobernación de San Felipe, y de otros pueblos
desde Antella, hasta Alcira, deberían abandonar una planta tan perniciosa, aun quando en su término se hallase alrgun otro sitio baxo, que convide á cultivar un fruto cuya cosecha es casi segura, y el trahaja.de pocos dias., aunque pe>
'sado y costoso, pues hallándose cerca de los pueblos respirarían un ayre infecto y perjudicial. Sean en buenhora de
. menor valor otras cosechas; queden algunos campos sin cultivo; pero la salud y la vida de los hombres importa mas
jjue la utilidad que puede resultar del arroz.
Cultivo del arroz f é intereses que produce.
;, Aunque las riberas altas del Xucar sean diferentes de Us
Cercanías de la Albufera, asi por su naturaleza > cotno pQ,r
í 4
SI
su estado actual', con todo la preocupación y el'oomblnálr
mal los intereses de la sociedad con los propios han hecho destilar ambos suelos al Cultivo del arroz. El ser unos
naturalmente pantanosos, y otros por el arte obliga á los
propietarios á^^ariar las operaciones segau el-tiempo en que
los campos pueden recibirlas. No en todos puede entrar el
arado y el trabajador en Enero para empezar á dar las quatro rejas que les corresponden^ Muchos en las inmediaciones de la Albufera están aun cubiertos de agua por Abril,
quando: en la ribera alta sostienen trigos á punto de espigar.
iPor esto^ cada propietario prepara sus campos < según el estado en que i se'hallan ; y aunque en diferentes tienrpos, y
variando las labores , todos I las "dirigen y combinan al.fin
•de lograr abundantes cosechas de una planta que allí se
siembra, y se .cria siempre en agua , hasta qué su fruto
;adquiere el áltimo grado de perfección.'
;
... Se distingue! >cinco variedades-de arroces por tener.ó
carecer de aristas, por la magnitud y figura mas ó menps
ancha de- la semilla^, y últimamente por él cultivó qué pueden recibir. De estas variedades las tres no pueden subsistir
sin tener cubiertas dé agua sus raices y parte de la caña ; las
dos restantes se siembran en seco en la Chula, Madágascáí*,
.
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,
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I Pertenece el arroz á la familia de las agramas : y Linnéb en kk
sistema sexual lo colocó en la sexta clase -, llamándolo oryz'a ^ como 16
hicieron Toainefon.y. Michellí. El.cáliz sei compone de una^ gluma 4e
dos ventallas pegucfiasj agudas ,,caú ieuales , quecontieit^n una floi
sola. La corola'es i^uslpienté'de áós ventallas mayores que'las' del
cáliz i tienen la forma'de un 'barco , y en la exterior se notan ciüco
estrias , terminándose las mas veces por una arista. El gefmen es
aovado, y tiene á cada lado de su base una hojita muy pequefia. De
la punta superior del germen salen dos estiletes como cabellos, tertiiinados por estigmas mas gruesos y plutnosos. Los seis estambres son
tan largos como la cí^f>-j y cada íono'sdStieüé una ántérSi largiiilla eá.colada e& la bass.cA^xMB) seisi^ue el fruto, qlie e^. iid gr^^oo MiutcQ,
aovado-oblóngo,, mas ancho,que grueso , en el qual se coQsérvap los
surcos de la corola, cubierto por'ésta,de modo, qué es menester Fuer->
za para separarlo. La raiz es fibrosa y parecida á la del trigo, de la
qual se levantan cañas de tres y quatro pies, terminadas por una
larga panoja de flores: la panoja tiene sus ramitos flexúosos y poco
desparramados, de los qnijles,nacen otros. Las flores son solitarias,
las hojas altetaa; , bigas , puntiagudas, y envaynán las cañas como
•a la* «tn» gfftfloas.
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¡Bengala y otras paittes, ó atiteí dé las copiosas lluvias quando el suelo ha dado ya algunas cosechas, ó después de los
aguaceros y temporales en los campos nuevos. La grande
humedad que allí reyna, y el excesivo calor que se sigue,
'hacen que el arroz nazca y fructifique en solos quarenta dias,
quando en Europa se mantiene seis meses en la tierra pata
producir el mismo efecto^ Jamás se logrará en Europa cultivar en seco él arroz, po'"4"'^ ni las lluvias son tan abundantes , ni tan intensos los calores. La experiencia ha hecho
ver en el Reyno de. Valencia que es ya inútil repetir, las pruebas para tener cosechas de esta planta sin .riego, continuo; Las
semillas'de ak}«ella parte del\Asia-;degeneraa en Eucopa, ya
adquiriendo aristas con el. tiempo las que no las tenían, ya
tomando una forma mas ancha y menos prolongada.
El arroz se cria en qualquier tierra capaz de contener
Jas aguas-, y por estp;Soa excelentes los campos de; marga
arcillosa; Comorjelrcalor y el agua som los principales agentes de esta cosecha, se-deben escoger llanura^, y arrancar
de ellas los árboles para que ni el sol ni el viento hallen embarazos. Es preciso dispioner los campos casi paralelos al horizonte , dexándoles ima cuesta muy suave para facilitar el
movimiento de las. agOas, que delien entrar pocr la-parte
mas alta, cubrid el i i:ampoí hasta la altura d« dos ó tres pulgadas , y salir Juego por la parte baxa á medida qucicntran
otras nuevas. Fuera de la natural condición de las tierras,
el modo de beneficiarlas contribuye mucho á la escasez ó
abundancia de las; cosechas. Los beneficios conoddos son el
estiércol, las cenizas de los rastrojos del año anterior, «1
revolver la tierra cott la. azada ó arado , 'matair y arrancar
las plantas espontaneas, hacer en fin mezclas de tierras que
atemperen la acrimonia ó frialdad del respectivo suelo. Quan4 o los campos ¡^ hallan secos por Enero, como se observa en
la ribera alta,; GuUera y otras partes, se empiezan á arar, y
se les dan ordinariamente qaatro rejas v mezclando el estiércol
corres,pondiente , qué se regula á 700 arrobas' juar jornal. E n
.muchas partes siembran habas ó rábanos pot otoño/, y guando están bien crecidas estas plantas se cortan, para que podridas en la tierra sirvaft de estiércol. Eolios:sitios hondos
quales son principalmente las inmediaciones de la Albufera,
que
-que.se mantienen inundadas liasta Marzo, se retardan dichas
operaciones hasti pcincrpios del mismo mes , ó fines del antecedente, y entonces se aran, aunque permanezca aun el
,»gua; pasan después sobre la porción arada tablones con
.puntas de if.ietr(y arrastrados por caballerías, y quitan coh
las] manos la maleza que se arranca coa est^ operación. Mu' chos campos menos fértiles: y más cenagosos sé hallan divididos en dos-porcioneis de las quales la una se destina ai arroz,
(el afio en que la otra descansa. Por Julio y Agosto, disminuidas ya las aguas de la Albufera, y evaporada por el sol
>partei de la humedad,'entran á arar ó cavar la poncion baldía, y la preparan para el ánd próximo: venido Marzo le
dan nuevamente una ominas rejas ¡aunque esté en agua, y en
este estado siembran y crian el arroz. Si en Julio y Agosto se
verifican lluvias, y por ellas ó por qualquiera otra cádsa no
están ensutas las tierras baldías ,^ no por eso se abandonan
al Marzo próxrifflo, antes al contrario se anticipan las labores
para suplic las que no pudieron hacerse en Julio.
La siembra se hace de dos modos ^ ó esparciendo la
semilla en los campos donde ha de fructificar ó bien en planteles ó almácigas. Para planteles se escogen muchas veces
campos cercados de moreras, I9S quales se: siembran en Marzo j habiendo precedido las correspondientes preparaciones
de arado y estiércol ^ y la de introducirles el agua algunos
dias antes de sembrar. A los ocho días tallece la semilla y
crece aüi la planta hasta cerca de un pie. Los campos que
se han de plantar con estas tiernas.planta se baliaa piteparados en Abril í y eii los últimos quince dias del mismo
mes se les introduce el agua para verificar el plantío, el
qual se hace trayendo de las almácigas las plantas con sus
raicea, y colocando tres ó quatro de ellas encada hoyo, que
abren^nvelcteno con.la^misma mano; ^atendiendo á que estén; bien aliwados y dista^ot^» entre; si UQ pie esúaso, como
también i que las tierhas .cañas q¡ueden; perpendiculares á las
. calces sta acedarlas > pues de btro'modoise secan y "perecen
muchas veces; Ahijan mucho estas plantas, y se multiplican
de modo que aun antes de espigar llenan las 'oreas sin dexar
vado notable. Yaque prendieron las plantas, y adquirieron
,bastante fuerza, entran los trabajadores á limpiar los cam. ;
pos,
45*
pos, esto e s , á aírancárck juiicia'^'juncos y 'otras yerbas
de que abuadaa aquéllos sitios. Muy prestó nace h'chara dé
Linneo) llamaidajívulgarmeaíeifljppeWfl ó ¿orró,ryerba de suyo
fétida y pestilencial, mayormente después de muerta, que
despide un fetor insoportable: multiplícase mucho en poco
tiempo, y es un poderoso enemigo del!arroz. Solamente sirve para ^bministrac pasto agradable'al páxaro lldmado'/ox<},
de. la familia de • los. ánades.. Por "foiítuaaírnai pxíedé>vivie sino
en el agua; así para; matarla qiiitan iel agua de los campos
por San Jíian, y perece inmediatamente que está enxutalá
superficie.-AnltjlmoSí.de Agosto está el arroz en flor i'y el
firuto- niadu^a ár]i!iItiÍQos de Sépmemi>re'¿'{>rinciproS' de OctnbKe, anticipái^dose'qqincefó ntas/dias en'lc» campos.{llat)ta«
dos sobre "afqaelios.que fuefonsembíadós:desdé luego:-anticipación de mucha'importancia, pprque asegura la cosecha,
cuyo mayor enemigo es la inundación y excesivas lluvias
que suelen verifícars&.ájúltimos-de Septieóabrej-Elv píantaí
tiene aun• otra ventaja en la ribera y tierras: pingües j y és
que los cabpos: pueden servir para otras producciones • hasfa
San Juan, y luego destinarse al arroz.' SeTé'Con; freqüenciíí
una transformación que admira, verificándose en el :cort6
espacio de veinte y quatro horas^suceder^elaüroz'de un pie
de altura á las mieses de trigo. Esta metaniorfosis se' hace
á .fuerza de itrabajadocés y rcaballei-íás.> Vá una-quadrilla segando el trigo, ¡ótrajsacá los^haces.á las eras ¿i sigue'la tercera arando los campos; cansecutivameate entra el agua , y
continúan en prepararlos hasta que llegan los plantadores, f
eompletan aquella i obra.-étil-'-y agradable:" » !.i
•;; .>
És'menester obserT8tr<id oerca-las-v^ias opera^idiies que'
peecedeníyiacoinpf^anmi i<xi\two4Íel'(.arroz^,í'pára^i;:álcálai: ti
mérito! dei trabajador. Metidtf siempre en agua' ó cieno tts^
baja las mas veces doblado en arco; porque sostenido so^
bre un suelo cenagoso baxa las n^anos y la cabeza i así pí^ca
arrancar y plantar el arroz , como para limpiarle de la juncia , junco y otras plantas. Si cava ó a r a , la postura no es
tan incótflodá i perer>Iaí^ obtít es^áértamentfl riías 'petóda. Si
siega y reduce la mies á haces , está én un; movimiento 'coii-!
tfnuo y violento. Añádese á es^o j que como, tpd^s Jas opera-?,
clones 4e esta cosecha soavurgeates ^ presidiendo á ellas -el:
pro
propietario :6 sa coasislpnado j lio hay descai^so ni alivio.
Yecdadies que los ijornalél soa crecidos, peco no. correspondía al ;tiesgOi«n qué. íVtJsten' aquellos infelices.' Cercados
de;agua^, envisiltos : en una. atmósfera de vapores corrompidos , agoviados con el calor del sol y del trabajo, precisados á beber.aguas.impuras., contraen -enfermedades, que 6
Us f(^l^k3^n la vtda^ p consuitiea.eabreye Jos ahorros hechos
ésfuecsa. de economía.. Déxarüt: estosi, jornalecós ^,.dignos dé
Biejoc suelte i^ ítodasi Jas utilidades á los qiie regularmente
viven piejos del arroz« á los que desamparan á los lugares
mientras:dura el,riesgo de.enfermar. Estos perciben todo el
fruto -i cuya :e$peculaeioñ é ti\dastria asna digna de alabanza
si pHd|era:)Comb¡iaars£ fconcia^ salad'ippblica;^ ó se ocupara
solameal<üe¿ i)enéfícÍ£ÍE;lo^4Ítios<'-porí na^unilEiz* pantanosos.
No ha! sucedido así-^piir desgracia déUfeyno y de la es'*
pecie humana.. Vemos hoy día destinadas al cultivo del áreos, cnuy. cerca'de- aoQ mil .^^hanegadas>iíe.jeifir£a.. No. toda^
f«ueti^e«ii igaahnente ;< muchas idamalaóo doaxahices de avfOZr.'jOttrásimOKCoa. corta, drferencia^iiyirqued^ir.baldu una
bi^ienaipocciott)éom»^viaíos. En^todos:s¿ cogeú actttaln|ent¿
2oi..^70o cahíces ;'Catitidad .enorme si se compara con el val0r que. resulta ;i .pero despreciable si se cuentan .las víctimas humanas que]sB. sflcriñcap. Ó ...••'U . .
i
:.. E<>-ivacips puebU^s. del:.ELeycio de -iüraleácik que. señala :el
SeéoriGahani^lea-Teoolespr^iohidJe k.cantidad d^iarroz ^qu^;
coge, cada uno. aljaño > subei la cosecha como acabamos de .decir á.a9i:,7QO cabices¡,jque.yakn43,75 5@,reales; pero tod*
esta ganancia es nadiS'eiirCOmpailáGioadetlai&aXu.d qvte ¿e.al-;
tfsra, )deilas'vidaRique, píordeo tantas millares d« hombres,
4» 4a leli»d»d;«{de^l»-pobliteion>idie<U$ i^ueíasiqí^ei se/j^^
Ififmi^fi£xámiaea>os• «slos ;pujati:&>^Un.isiKKsax;lásfánimos
á'.faaroth-de ta.huoaafiidad.cQA'Sra lostehemigos que la!per<!sigwfn;y oprimen :ía^toii;fi¡gloí;hace.
u^.continuará.
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doce b^íchílla!^, y ^e puedle fegular. RU,precio en,^Sjqr.e^)es de vellón,
l í l é t y óclío barchillás'ae'este'atrbe sé'reducen é diez' en el molino
dcfiiiíef'jie gJanquea^'Bnésiíe'éibdó^íá» dies! ba«ÍMHa» fóirman un cahíz
^:V«1K"»3Ó rsi':4h «l~afioáe.'Ji<;'2!8i'ser;«eadi<Silesde 300 á ^ o rs
LI BR a
Curso completo ó diccionario universal de agri^
cultura teórica^ práctica^i economía^ medicina
rural y veterinaria: escrito en francés por uncí
sociedad de agrónomos, y ordenado por el Abate
Rozier: traducido al castellano por D. Juan Al!varez Guerra y individuo en la clase de agricultura
de lá real Sociedad económica de Madrid',
'tomos 2,° 3.** 4.* 5 . ' ^ 6°
Wuando ea el aátñ. 39 del Semanario anunciamos,el priimer tomo de esta traducción procuramos dar alguna idea
del singulair mérito del original, indicando concisamente
los diferentes ramos que abraza y que tan bien desempeñan sus autores: y teniendo por superfluo repetir abofa, lo que allí hemos-dicbo j nos contentaremos con asegurar dé nuevo que &e hallan reunidos en esta obra quantos conocimientos teóricos y prácticos tienen relación in•niediata con: la agricultura ; y que es mas que suficiente
.para hacerla recomendable á nuestros labradores, el que
-para qualquiera género de cultivo que emprendan, encon*
-trarán en ella- muchos experimentos, observaciones, re-f
.¿las y preceptos para llevarlo' al táas alto grado de per^
£1- Qxámen' qtte hemos hecho de ios cinco tomos que
ahora anunciamos nos ha convencido de que el traductor,
•con aáfreglo. á lo que ofreció en el primero j no se ciñe
«olo á traducir fiel y, exactamente los artículos del original^
« n o que continóa adicionando y corrigiendo quahtos necesitaban de alguna reforma , supliendo no pocos que. se echa"
•tan dé menos , y acomodándolos todos á nuestra agricultura. Si á pesar de esto pudiera haber alguno que dudase
^ las conocidas ventajas qu© la traducción lleva al origiaai-^tnos conteatariamos con renaitirleaL artículo cañamiel^
omi-
omitido en éste , y tratado con la mayor extensión en
aquella.
El tomo segundo contiene entre otros los.artículos: agramar , agricultura , agrimensura , agua , aguamiel, aguapiéj
:_aguardiente , ajo , alambique , álamo , albaricoque, albura^
alcachofa y álcali, alcaparro, alelí , alfalfa ^ alfónsigo , algarrobo , algodón , almáciga, álmariacñ. , almendro, alternar , altramuz , alveolo , amaranto,-. amarilis , ánade , fl«anaí y anatomía de las plantas, con once láminas de plantas,
frutas , máquinas , &c.
El tercero se compone-'principalmente de k s palabras':
ané(none , aneurisma , angina •., antera, añil , apio, fipo~
plexía , arado, árbol, arcilla , arena, areómetro , arestín,
argamasa, arriate, arrope', arro¿ , asfixia, asrnp, asno,
atmósfera , arena , ayre y azafrán, con seis láminas de botánica, utensilios de labor, &c.
Los artículos mas notables deLquarto, son: bacera , ba^
diana , haidio i, harhecho.,. haromeiro., batrüla , beneficios
de las tierras, botánica,: botón, ó yema de los árboles y
arbustos , buey, caballeriza , caballo , cabra , cacao , éafé,
cal, calabaza , calor, camino ¡cañamiel ó caña de :áza-rcar, y cáñamo, con seis láminas de frutas, animales^ instrumentos, &c.
En el quinto se hacen notar los artículos:. capas leñosas, carbón de piedra, carhúnco, caries, carpe , cártamo,
casa de campayjeaitaruf de incUasl, tastrmion:y\<Cfítarro, ¡ce<bada,, cedazo i,^ ceniza > i-eeateno^i ceraj^: esnob y; !¿erveza.r j\-«h¿rimoya) ciruelo, clavel, coVj cóliíh¡^icifrtt^i^zi/íeonvolvttht,
cornezuelo, corteza de los árboles, y cotiledón de las plamtas, con doce láminas de plantas, instrumentos ^ &c.
^.. JEL tonio sexto comprehende entre otros níuchos; los ab<^
tiájlosfz «f!ef(i%;áKiBt»a ,íeukívoi^:curacií)nj dlenticioit>í^:d£sgrm!>'
fiar, desk(kugdri¡ destilar: i :diámetm,y diaiihrek)^
eleetricidadí^i elixir.y empalizada., empanad»J^-,'empollat[¡, endr
no árbol, encina , enebro y enriar, epidémm:^ e^rAiiSi
epi^
zootia, escorbuto, espaldera, espárában ycoa ^res láminas relativas á ^ll0$."^u; -.V'^. • .::
Í; ,„. v •.;., u;u:,^ .. ,. . .:, ;
• ' ^-Cotejando' la'traducdoni coa el aríginali^Lhemos/vistb
que, i(»/;diez-totnoá : en qiiaxto ;nxayoc;:¿S: que se compone
^
és-
2 55
¿sté, traducidos vaiidráii á.ser diw y Seis iguales á los que
se han publicado, no comprendieado las adiciones ; y no dur
damos que el traductor animado de la buena acogida qu«
sü obra ha Tnerecido al público, de la felicidad con que
ha superado muchas diñculíades que se oponían á la con-r
clusion de una obra de tanta consideración, y de la franqueza con que los profesores mas. acreditados de las faculta-r
des que comprende , se han ofrecido á contribuir á perfeccionarla , continuará con el esmero y eficacia que la ha
principiado. La impresión del tomo séptimo está muy adelantada, y. así se: publicará muy en breve.
V . Se "venden coít! el'primero eri papel en el almacén de
la Imprenta: Real á £9 reales; cada uno, y en casa de
Castillo frente de San Felipe él Real á 30 reales á la rústica y 34 en pasta: en Salamanca en la librería de Alegría i en Sevilla en la de la Imprenta de la Ciudad; en
Cádiz en la de Quintana y Compañía; en Barcelona en
el Despacho principal del Diario, y en Valencia en la librería de Mallen á 31 reales en rústica.
M E D I C I N A DOMÉSTICA.
JCarta Je un párroco del Qhíspado de Osma,
OfÑORES EDITORES: el deseo de contribuir por mi parte
á remediar los males muchos y graves que padece la triste .iiumaaidad eaniaaos -de. 1<» malos facultativos, me
i^liga'á d^rá: VmK'parte dé.»n remedio eficaz para curar todo dolor Teiiinático, que ^tieae la ventaja de ser simple y facilísimo, y sin causar molestia alguna al paciente»
•He hecho la experiencia en mí mismo, y en otros var
ñ o s , y tñ todoi ha surtido este secreto los efectos mas
•«traordinarios.
;
De la planta del tabaco 6.nicociana se toma un» hoja
fresca, y se pone en una redoma de vidrio ó cristal al
sol, bien cubierta para que no pueda entrar agua ni ayré. Está colgada de suerte que no toque la punta de la
hoja al fonío de la vasija coa dos dedos, y así se conser-
256
serva hasta que á fuerza de sol destile toda la humedad
que tiene en sí, que 'es un agua muy clara, y quandoya
esté seca la hoja' se- ¡pone otra ,'y así succesiviamente ^ ;ciú~
dando de no juntar niucba cantidad y y de que la; vasija
sea capaz, porque no siendo así es fácil que rebiente coa
la fuerza del liquido, como á mí me ha sucedido. También se debe cuidar de que no caiga en el .agua ninguna
partícula de la; hoja, y si cayere , se saca inmediatamen-.
t e , porque sino la corrompe.
Í
L . .;::;)
Con esta agua se frota la parte dolorida con la misma
mano, y como.es tan limpia no mancha; cosa alguna. No
sé si aprovecha paiía los dolores reumáticos envegecidós, y
seria de desear - que dguno. hiciese la: experiencia , de la
qual no puede resultarle dáño^ Lo que:he observado és que
á algutios-les han salido en la parte untada unos graniHos
con alguna comezón, que se disipan al cabo de dos ó tres
días sin supuración rigurosa.
- Dios guardé á Vms. muchos años, como desea su seguro servidor y Capellán s=^ J. Si: : - ••_ r; ,.
.•.:
INOCULACIÓN.
xJoa Diego Antonio de Ba$aguren, vecino d£ Ochandíano , pueblo de'-"Vizcaya-, nós' díce^ ,,e^eíré Isf ocasión de
que hubiese viruelas naturales en este pueblo, para que t;io
se me censurase qtie las introducía , y liabiéndose contagiado
por un mendigo en dos ó tret^ níñosi^ mandé iiiocalarinme<^
diátamente á tres hijos imio^-ézemplor; que sigiiieroa inur»
chos del pueblo sin preparación.alguna en Ids que se inoculaban) que efá por medio de^unaijincisión tan insensible»
que ««¡Jií/o mió (k ipiatroañosiJiu& estaba clormidó no se
disperta miaaras ^e ¿efefzo.«ífo:o/wr«e«j».:yanáde» qiie según SUS' observaciones::deben cáñdac: losí mtfcalados ai.ayi^e
libre, y que aun al tiempo de la calentura .y! ferupciondcíbén cubrirse tíon poca ropa.o co .: hl i: i,' j rA ^ Í.
MADRID : m
LA IMPRENTA J3ETXLLALPAND0.
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