Estrategia de un holding eléctrico. SOFINA en Buenos Aires (y Lisboa)1 Diego Bussola2 CIES-ISCTE (Lisboa) La principal empresa productora/distribuidora de electricidad de la ciudad de Buenos Aires fue administrada, en la primera mitad del siglo XX, por capitales privados cuyo control estaba en manos del holding SOFINA. Sufrió cambios de nominación, de control de su administración y supuestamente de “nacionalidad”, pasando de manos alemanas (CATE, [1896]1908-1919), a españolas (CHADE, 1920-1936) y a argentinas (CADE, [1909]1936-1958). A pesar de estos cambios las estrategias siempre fueron diagramadas por Dannie Heineman y sus colegas, ya que el holding mantenía el control de esta y otras empresas. El objetivo del presente trabajo es señalar las estrategias del holding SOFINA en sus empresas de electricidad de Buenos Aires. En la primera parte mostraremos en qué consistió la estrategia de desarrollo de la empresa de electricidad de la ciudad de Buenos Aires en su fase expansiva, durante el primer tercio del siglo XX. Basando el desarrollo en la ideas de “Grow and Build” de Insull, la CATE y posteriormente la CHADE crecieron a partir de incorporar otras empresas y de ampliar las áreas de concesión. Este crecimiento fue realizado gracias al tendido de redes de transporte y distribución y al constante aumento de la potencia instalada. Hacia 1930 las empresas del holding producían, transportaban y distribuían electricidad en un radio de la Ciudad de Buenos Aires superior a 50 km. En la segunda parte se busca presentar los condicionantes y las ideas que reorientaron el desarrollo de la empresa a partir de mediados de los años ‘30. La resistencia por parte de gobiernos y consumidores a los holdings, que exigían tarifas cada vez más baratas, condicionaron la estrategia expansiva del período anterior. La crisis de 1929 llevará a un viraje en la orientación del crecimiento, haciendo que el holding cambie de estrategia y le preste mayor atención al desarrollo del consumo doméstico. Es por eso que las 1 Parte de la investigación para este trabajo fue realizada en el ámbito del proyecto POCTI/HAR/60698/2004, Networked cities: Urban Infrastructures in Portugal (1850-1950). 2 Becario de la Fundação para a Ciência e a Tecnologia. Investigador del CIES-ISCTE (Lisboa). E-mail: [email protected] 1 discusiones sobre la mejor forma de aumentar el consumo familiar están presentes en los Congresos de UNIPEDE. Estrategias como la venta de electrodomésticos a crédito por parte de las empresas de electricidad, la relación con los instaladores, el tipo de estructura tarifaria aplicar, etc. comienzan a ser discutidas en estos congresos, donde participan ingenieros de SOFINA. La aplicación de determinadas políticas en Buenos Aires y Lisboa muestra que lo que podía parecer una singularidad es en definitiva una orientación estratégica del holding. La estructura tarifaria que se usa en Buenos Aires y Lisboa a partir de 1937 es un ejemplo de ello. Finalmente, mostraremos que los principios que orientan la racionalización de las explotaciones – aumento del consumo por consumidor (expansión en profundidad) y mejoramiento del diagrama de carga –, a partir de los años ‘30, son en algún punto contradictorios. Frente al dilema de si fomentar el consumo de electricidad o mejorar el diagrama de carga se opta por el primero. Al elegir la estructura tarifaria que mejor se adecue a los objetivos del holding se escogen las tarifas por bloques regresivos que fomentan el consumo sin discriminar el horario en que se realizan. De este modo no orientan al consumidor a consumir en las horas de vacío. 1. La estrategia desarrollada por SOFINA (1900-1935): “Grow and Build” Estrategia expansiva de la CATE (1900-1914) En el primer tercio del siglo XX, la expansión de las empresas de electricidad bajo la órbita de la Société Financière de Transports et D’Entreprises Industrielles (SOFINA) estuvo basada fundamentalmente en dos componentes. Por un lado, en la adquisición de pequeñas centrales, centralizando la producción; por otro lado, en la expansión de las áreas concesionadas a partir del establecimiento de nuevas concesiones y de la adquisición de empresas con zonas ya concesionadas. En Buenos Aires, el primer período, desde 1900 hasta la Primera Guerra, se caracteriza por la incorporación de pequeñas centrales, la firma de un contrato de concesión, la incorporación de nueva tecnología y la inauguración de una gran central. El segundo período, desde el comienzo de la guerra hasta 1922, es de estagnación sin alteraciones significativas en la capacidad instalada. En el tercer período, desde 1923 hasta 1934, se verifica una nueva fase expansiva caracterizada por la significativa extensión de las 2 áreas concesionadas, la creación de supercentrales y la desactivación de la vieja tecnología. La Compañía Alemana Transatlántica de Electricidad (CATE) reúne, entre 1900 y 1903, una serie de fábricas que le permiten obtener rápidamente una capacidad productiva considerable. En 1900, construye su primera central en la calle Paraguay, la llamada “Central Paraguay”. Paralelamente, en 1901, compra la central de la Compagnie Générale d’Électricité de la Ville de Buenos Aires (Central Paseo de Julio); en 1903, adquiere las centrales de la River Plate Electricity Cº y de la Primitiva Gas & Electric Light Cº (“Central Primitiva” de Calle Cuyo)3. En 1904, compra la Central Boca de la “Compañía de Tranvías Anglo Argentina” y a cambio entrega la compañía de tranvías “El Metropolitano”. De este modo, la CATE se dedica exclusivamente a la producción y distribución de electricidad, mientras que la otra empresa de SOFINA – la Anglo – se dedica sólo a la explotación de tranvías4. En este proceso de concentración, SOFINA busca que cada una de sus filiales sea monopólica en un servicio: la Anglo en los tranvías5 y la CATE en la electricidad. Con las cinco centrales, anteriormente mencionadas, la CATE desarrolla la explotación de electricidad en Buenos Aires. Inicialmente estas centrales cuentan con máquinas a vapor de baja capacidad, pero a medida que crece la demanda aumentan su capacidad productiva. Así, la potencia instalada pasa de 4.800 kW, en 1900, a 11.900 kW en 1902 y 21.000 kW en 19056. En 1906, el crecimiento de la potencia instalada incluye una nueva tecnología: las turbinas a vapor. Ese mismo año, la central de la Boca es la única que utiliza la nueva tecnología, con una potencia instalada de 15.750 kW, dividida en 4000 kW de las máquinas a vapor y 11.750 de las turbinas a vapor. A partir de ese momento, la instalación de turbinas a vapor permitirá un crecimiento significativo de la potencia. Si en 1909 la Central de la Boca es la única con esta tecnología, en 1910 entra en funcionamiento la Central Dock Sud con una capacidad de 30.000 kW, basada en cuatro turbinas a vapor de 7.500 kW cada una. Ese año quedan fuera de servicio sólo dos grupos de la Central Paraguay, de 2.200 kW y 500 kW, porque se consideran “viejos”7. Como se puede verificar en el gráfico, las turbinas a vapor ya dominarán la producción en la época del centenario. A pesar del peso relativo cada vez menor de las 3 Memoria CHADE (1920), p.8. Genta (2006), p.32-33. 5 Sobre el proceso de concentración de los tranvías en manos de la Anglo: García Heras (1994), p.13-48. 6 Genta (2006), p.33. 7 Memoria CATE (1906-1910). 4 3 máquinas a vapor, la “vieja tecnología” instalada en las antiguas centrales se desactiva recién entre 1929 y 1932, en el momento de la entrada en actividad de la Central Puerto Nuevo. Por lo tanto, el ciclo de vida de este equipamiento es de aproximadamente 30 años. Gráfico Nº1 Potencia Instalada 60.000 50.000 Kw 40.000 30.000 20.000 10.000 0 1906 Máquinas a vapor 1909 Turbinas a vapor 1911 Baterias [Fuente: Memoria CATE, 1906, 1909, 1911] Sin embargo, la estrategia parece orientarse hacia la “reconversión” de los grupos de menor capacidad. En algunos casos, las máquinas que quedan fuera de servicio, para permitir la entrada de un grupo con mayor potencia, van para las centrales que se encuentran en la periferia de la red. Esto ocurre sobretodo en las grandes centrales, siendo que el peso de las máquinas a vapor es cada vez menor 8 . Así, en 1929 se desactiva de la Central Boca una turbina a vapor de 6.000 kW que se instala en la Central Berisso, en la ciudad de La Plata, perteneciente a la Compañía Argentina de 8 El peso de las máquinas a vapor (MV) cae mientras el de las turbina a vapor (TV) sube en el total de la potencia instalada. Los valores para los años del gráfico son: 1906, 56% (MV), 32% (TV); 1909, 42% (MV), 41% (TV); 1911, 23% (MV), 66% (TV). Elaboración propia en base a: Memorias CATE, 1906, 1909, 1911. 4 Electricidad (CAE-CADE) 9 . Este hecho muestra, por un lado, que el equipamiento tiene una vida útil superior a la aprovechada por las grandes centrales, siendo reutilizadas en las pequeñas centrales de la periferia; y, por otro lado, la existencia de una coordinación entre las empresas incluidas en el sub-holding Compañía Hispano Americana de Electricidad (CHADE), ya que los grupos pasan de la CHADE a la CAE como si se tratara de la misma empresa. Esto demuestra que, a pesar de la introducción de nuevas tecnologías, el equipamiento se “vende” o se pone fuera de servicio sólo cuando su vida útil llega a su fin. Con la instalación de las turbinas a vapor en las Centrales Boca y Dock Sud, la potencia instalada alcanza 74.760 kW, en 1911, y crece hasta 125.000 kW, en 1914. Durante la guerra se observa una estagnación que se prolonga hasta 1921. En 1920, en la Memoria del Consejo de Administración de la CHADE, se menciona la necesidad de implementar un plan de obras de renovación y expansión para los años siguientes. En 1922 se verifica una leve caída en la potencia instalada, que se debe al equipamiento desactivado para poder instalar grupos más potentes. A partir de este momento se verifica una nueva fase expansiva después del estancamiento producido por la guerra. Estrategia expansiva de la CHADE-CADE (1922-1934) Desde 1922 hasta mediados de los años ’30 hubo un aumento significativo de la potencia instalada. La política expansiva de la CHADE se basa en el aumento de la potencia instalada, crecimiento de las redes y ampliación de las áreas concesionadas. En 1920, las zonas da influencia de la CHADE abarcaban 1.762 km2, donde residía una población de 1.946.000 habitantes. La ampliación de las zonas de influencia a partir de la compra de empresas que quedaban bajo la órbita de CHADE/SOFINA dio como resultado que en 1930 la zona de influencia pasara a 12.682 km2, donde había 3.470.000 habitantes. Este crecimiento está basado en la adquisición de empresas ya concesionadas o en la participación en el capital de esas empresas. Cuando estas empresas tienen concesiones en localidades no contiguas a la ciudad de Buenos Aires, producen energía a partir de pequeñas centrales. Sin embargo, en las localidades con más población que se 9 En 1936, después del conflicto por las tarifas, la CHADE pasa a llamarse CADE. Lo que sucede es que se fusionan ambas empresas tomando el nombre de Compañía Argentina de Electricidad (CADE). Lo único que cambia del nombre es que la “Compañía Argentina de Electricidad” antes de 1936 usa como siglas CAE y después de 1936 usa CADE (después de fusionada con la CHADE). En el trabajo respetaremos esos usos: CAE (1910-1935), CADE (1936-1962). 5 encuentran en el área metropolitana de Buenos Aires estas empresas reciben la energía eléctrica de las centrales de la CHADE. La estrategia de SOFINA en estos años se basa en el armado de una red abastecida a partir de grandes centrales. Por lo tanto, la expansión de la potencia instalada de la CHADE tiene por objetivo abastecer de energía eléctrica no sólo a la ciudad de Buenos Aires, sino también a las localidades, de importante crecimiento demográfico, que se encuentran a su alrededor. La estrategia de SOFINA se desarrolla a partir de ampliar la distribución de electricidad a las localidades que se encuentran en la periferia de la ciudad de Buenos Aires. En 1910, la CATE tiene la mayor parte de las acciones de la CAE, que se dedica fundamentalmente a la distribución de electricidad en las localidades del norte del área urbana que queda fuera de la ciudad de Buenos Aires. Con la creación de la CHADE en 1920 este control pasa a la “nueva” empresa. Por su parte, la Compañía de Electricidad de la Provincia de Buenos Aires (CEP), que se dedica a la distribución de electricidad – producida por la CHADE – en varias localidades de la Provincia de Buenos Aires, es comprada por la CHADE en 1929. De este modo, la CHADE actúa como un holding que controla otras empresas como son la CAE y la CEP. En esta nueva fase lo que se busca es desarrollar la explotación en un área que supera ampliamente la ciudad y el área metropolitana contigua. El proyecto es establecer una red que alcance a las nuevas industrias que están desarrollándose y las urbes en un área que supera los 50 km de radio. Para esto, el Consejo de Administración vende la explotación de la provincia de Mendoza para focalizar sus negocios en las áreas anteriormente mencionadas. En la memoria de 1929 queda claramente explicitada a estrategia: La creciente importancia de la Provincia de Buenos Aires como centro de consumo de electricidad, en relación con la industrialización del país y con el crecimiento de los suburbios de Buenos Aires, nos ha aconsejado, según hicimos público ya, concentrar nuestras actividades en la citada zona. Como consecuencia de esta política hemos enajenado nuestra participación en la S.A Empresa de Luz y Fuerza de Mendoza y nos hemos interesado, en la forma que luego explicaremos, en importantes negocios radicados en la Capital Federal y en la Provincia de Buenos Aires. La CAE, de la que, como sabéis, tenemos el control absoluto, ha colaborado en esta política, adquiriendo también varios nuevos negocios.10 10 Memoria CHADE (1929), p.15. 6 En la década del 20, la CHADE, la CAE y la CEP firman contratos de concesión con los diferentes partidos que les permiten vender electricidad en un radio de 50 km. Los objetivos de crecimiento de cada una de las empresas culminarán a finales de esa década en la constitución de un monopolio que superará ampliamente los límites de la ciudad de Buenos Aires. Veamos en detalle el proceso de cristalización de los contratos de producción, distribución y consumo en las localidades de la Provincia de Buenos Aires que circundan la Capital Federal. En 1922, la CAE adquiere los negocios que la Compañía Anglo-Argentina de Electricidad estaba desarrollando en los partidos de Morón, General Sarmiento, Moreno, San Martín y La Matanza. En 1923, la CAE firma contratos de concesión por 20 años con los partidos de Morón y Moreno para la producción y distribución de electricidad. A finales de 1923, la CEP firma un contrato de concesión con el partido de Lomas de Zamora para a prestación del servicio de iluminación pública y particular. Un contrato similar firma al año siguiente con el partido de Florencio Varela. Como dijimos, en ese momento la empresa todavía no estaba bajo el dominio del holding. El 22 de septiembre de 1925 se aprueba una nueva concesión entre la CHADE y la Municipalidad de Avellaneda para producción y distribución de electricidad por un período de 20 años, que en 1926 es ampliada a 50 años por el Legislativo Provincial. Este contrato es de vital importancia porque la Central Dock Sud se encuentra instalada en ese municipio. A partir del 1º de enero de 1925 la CHADE adquiere las instalaciones para producción y distribución de energía eléctrica que la “Compañía de Electricidad del Río de la Plata [River Plate Electricity Co.]” tiene en La Plata. En julio de 1925, la CHADE firma un contrato de concesión con la Municipalidad de La Plata por 20 años, prorrogable por 50 años11. En octubre de 1926 la concesión es prorrogada por el gobierno de la Provincia de Buenos Aires a 50 años (Ley Provincial nº 3.884, 3-11-1926). El 8 de julio de 1925 se firma un contrato similar al anterior entre la CAE y la Municipalidad de La Plata, por un período de 20 años. También en este caso, a finales de 1926, es ampliado a 50 años por el poder legislativo provincial (Ley Provincial nº 3.888, 3-11-1926). El 8 de septiembre de 1928, la CAE adquiere, en el partido de Magdalena (al sur de La Plata), el negocio de producción y venta de electricidad. Dos años después se escritura el contrato de concesión ante escribano público. 11 Memoria CHADE (1925), p.12-13. 7 La estrategia desarrollada por el holding incluye no sólo distribuir electricidad en las diferentes localidades, sino también realizar la producción y el transporte de esa energía. Para esto es necesario conectar las grandes centrales a las diferentes redes existentes y dependientes de pequeñas centrales. En 1926, la CAE firma un contrato fundamental para el progreso de este plan de expansión. La Provincia de Buenos Aires le otorga la concesión por 25 años (prorrogable por otros 25) del uso de caminos públicos de su jurisdicción para colocación de líneas subterráneas y aéreas destinadas al transporte de energía eléctrica (Ley Provincial nº3872, 25-10-1926). Según lo establecido en este contrato, para la distribución de esa energía en las diferentes localidades, la empresa debe firmar contratos de concesión con las diferentes municipalidades. Como vimos, esto sucede durante la década del ‘20. Una de las obras de transporte más importante realizada, esta vez, por la CHADE es la conexión de las ciudades de La Plata y Buenos Aires por cable subterráneo. Se inician los estudios para realizar la conexión entre estas ciudades en 1927. El Consejo de Administración aprueba el proyecto en 1930 y en la segunda mitad de 1931 se inicia su construcción que consta de la instalación de un cable subterráneo de 43,5 KVA en los 50 km que separan la Central Dock Sud y la Central Berisso (La Plata). Finalmente, después de varios ensayos entra en funcionamiento en noviembre de 193212. Estas obras infraestructurales de transporte de electricidad fueron acompañadas por el desarrollo de grandes centrales. Como vimos, las tres empresas se dedican a ampliar las áreas de distribución de electricidad. Sin embargo, la CHADE es la única que amplía considerablemente la producción a partir de la ampliación de la Central Dock Sud y de la creación de la Central Puerto Nuevo. La conexión de la CHADE, de la CAE y de la CEP permitirá el desarrollo de una red que abarca la ciudad de Buenos Aires y su área metropolitana (Ver mapa). 12 Memoria CHADE (1932), p.12. 8 [Fuente: Memoria CHADE, 1930, p.35] En síntesis, esta expansión de las áreas en que SOFINA/CHADE distribuye electricidad a partir de la incorporación de diferentes empresas y del establecimiento de nuevos contratos de concesión tenía como contrapartida el aumento de la capacidad de producción. Entre 1920 y 1935 el aumento de la potencia instalada (ver gráfico) forma parte de las estrategias desarrolladas por SOFINA para sus filiales de electricidad. En este caso, el aumento de la capacidad instalada tiene por objetivo abastecer de 9 electricidad a la propia CHADE (para la distribución en la ciudad de Buenos Aires) y a las empresas que de una u otra manera forman parte del holding. Gráfico Nº2 Potencia Instalada 1.000.000 2.400.000 900.000 800.000 1.900.000 700.000 1.400.000 500.000 400.000 900.000 MWh Kw 600.000 300.000 200.000 400.000 100.000 1948 1945 1942 1939 1936 1933 1930 1927 1924 1921 1918 1915 1912 1909 -100.000 1906 0 Potencia Instalada Consumo [Fuente: Memoria CATE (1906-1919); Memoria CHADE (1920-1934); Memoria CADE (1936-1948)] Esta estrategia tiene como principio la idea, atribuida a Insull13, de que una estación central de gran potencia ligada a la red es más eficiente que pequeñas centrales con abastecimiento local. La fundamentación de Insull para este esquema se basa en dos ideas: (1) Diferentes demandas tienen períodos de pico diferentes. Esto significa que si una central está destinada fundamentalmente al abastecimiento de los tranvías y, otra, constituyendo una red diferente, se destina al abastecimiento de la iluminación, los picos se registrarán en momentos diferentes. De este modo, una central que abastezca energía a las dos redes obtendrá un diagrama de carga más eficiente que cada una de las centrales por separado. (2) Las grandes centrales son más eficientes. El desarrollo tecnológico permite que a medida que crece el tamaño de la central desciende el costo 13 Insull indica que algunas ideas relativas a la dimensión de la superficie que puede ser abastecida por una central fueron originalmente de Emil Rathenau (Insull, 1915, p.136-137). En 1906, este y su hijo, Walter Rathenau, formaban parte del Consejo de Administración de la CATE; Ver Memoria CATE (1906), p.3. 10 del kWh por carbón usado14 . Así, tiene sentido conectar las diferentes redes locales preexistentes, que se encuentran ligadas a diferentes centrales, quedando estas pequeñas centrales para usos excepcionales. Esta estrategia desarrollada por Samuel Insull en los EEUU, que posteriormente adquirirá el nombre de “grow-and-build strategy”, es la base de los principios aplicados por la mayoría de las empresas de electricidad. Está basada en principios cuya aplicación se orienta hacia el aumento del consumo y hacia la caída en los costos de producción. Al aumentar los consumos en las horas no pico, se contribuye a la caída del costo por dos factores. Por un lado, porque mejora el diagrama de carga. Por otro lado, para satisfacer el creciente consumo, se obliga a instalar nuevas centrales que son más eficientes que las que se encuentran en funcionamiento15. En los años ’20 la estrategia desarrollada por Samuel Insull surgía como la única forma lógica de administrar las empresas de electricidad16. Según Hirsh, la ventaja de esta estrategia es que permitía juntar los intereses de las partes, ya que se obtenían lucros crecientes con tarifas decrecientes: “The beauty of the grow-and-build strategy (…) is that the approach meshed the interests of utility companies, its investors, and equipment manufacturers with those of consumers. He demonstrated that the promotion and load growth should be viewed as good because all participants in the electric power matrix benefited with increased business and lower costs.”17. Un factor importante en esta estrategia es que la instalación de las infraestructuras (potencia y redes) anticipen los consumos futuros. En los casos de las filiales de SOFINA la estrategia expansiva funcionó hasta mediados de los años 30. En esa altura se modifica, y la fuerte expansión verificada en el período de entreguerras se paraliza en la fase siguiente. El último incremento considerable en la potencia instalada se hace aun bajo administración de la CHADE; el 11 de mayo de 1934 entra en funcionamiento el cuarto grupo turbo-alternador de 52.500 kW, llegando la Central de Puerto Nuevo a una potencia de 210.000 kW. Entre 1934 y 1939 las alteraciones hechas en las centrales se limitaron al reemplazo de equipos de algunas “máquinas antiguas” por otras más eficientes 18 . Bajo la 14 Insull (1915), p.136-137; 152-154. Hirsh (1999), p.46. 16 Hirsh (1989), p.21. 17 Ibidem. 18 Memoria CADE (1938), p.8. 15 11 administración de la CADE, la caída de la potencia instalada, en 1938, es causada por haber quedado fuera de servicio el equipamiento antiguo, dando como resultado una caída de la capacidad instalada en 23.728 kW (ver gráfico)19. Al año siguiente, aumenta la capacidad instalada en 33.175kW debido a la conexión de un nuevo grupo turboalternador de 33.000 kW en la Central de Dock Sud, y al aumento en la capacidad de pequeñas centrales provinciales en 175 kW. En síntesis, la potencia instalada se mantiene constante en esos años, siendo que las variaciones, verificadas en el gráfico, se deben a reemplazos por equipos más eficientes. En 1939 se proyecta la ampliación de la Central Puerto Nuevo a partir de la instalación de dos grupos turbo-alternadores de 52.500 kW. A pesar de la guerra, para la primera fase de la ampliación se adquieren en los EEUU un grupo turbo-alternador y dos calderas de 130T/h, mientras avanzan las obras de construcción civil. Paralelamente, se instalan en Dock Sud dos calderas de 75 T/h. En 1941, se inician las negociaciones y se encomienda un segundo grupo (nº6) con las respectivas calderas (nº13 y nº14) para la Central Puerto Nuevo. En 1942 se conecta un grupo turbo-alternador (nº5) y las respectivas calderas (nº11 y 12), fundamentalmente para hacer frente al pico del invierno de ese año. Este será el último incremento de alguna relevancia en la potencia instalada. Como se puede verificar en el gráfico, la tendencia de fuerte crecimiento de la fase anterior se torna crecimiento leve o nulo si se compara con las necesidades del sistema. En 1948 por primera vez la empresa va a necesitar establecer restricciones al consumo por falta de potencia instalada para hacer frente a la carga máxima del sistema20. En síntesis, el crecimiento de la potencia instalada tiene como principio fundamental la incorporación de turbo-grupos de mayor potencia y más eficientes. Por un lado, con el desarrollo de las grandes centrales, las pequeñas centrales con máquinas a vapor quedan como reserva del sistema y son completamente desactivadas a comienzos de los años ‘30. Por otro lado, en las grandes centrales con turbinas a vapor (Dock Sud y Puerto Nuevo), los grupos iniciales son reemplazados por grupos mayores. Lo que se busca es aumentar la eficiencia y la capacidad de determinada central. Los grupos desactivados 19 Nótese que el período de máxima demanda era el inverno. Por lo tanto, los meses de verano (diciembre-febrero) eran usados para mantenimiento del equipamiento y salida de funcionamiento del equipamiento que debía ser reemplazado. Como la memoria presenta los datos del 31 de diciembre, muchas veces la potencia instalada es inferior a la verdaderamente disponible en los meses de invierno, en que se produce la máxima demanda. 20 Esta cuestión ha sido desarrollada en Bussola (2007). 12 con pocos años de vida van para otras centrales más pequeñas. Así, las pequeñas centrales ineficientes son desactivadas muy tardíamente porque en ese espacio es imposible introducir grupos más potentes con las correspondientes calderas. En este esquema de aumento de la potencia y de la eficiencia, los grupos menos eficientes no son completamente desactivados hasta llegar al final de su vida útil; se reutilizan en las centrales de la periferia o se dejan como reserva del sistema. En las próximas páginas intentaremos mostrar cuáles son las ideas y las fuerzas que provocaron la modificación de la estrategia de las filiales de SOFINA, a partir de mediados de los años 30. Buscaremos comprender algunas de las razones para el estancamiento de la potencia instalada que a mediano plazo hizo entrar en crisis al sistema en 1948. A partir de mostrar (1) la crítica de gobiernos y consumidores a los holdings de los años 30, (2) el desarrollo de ideas de los ingenieros/empresarios de las compañías de electricidad en los Congresos de la Union Internationale des Producteurs et Distributeurs d’Énergie Électrique (UNIPEDE) de la primera mitad de esa década y (3) las nuevas estrategias expansivas desarrolladas por SOFINA, buscaremos comprender el nuevo rumbo que tuvo la explotación de electricidad. 2. El nuevo rumbo de las explotaciones de SOFINA: 1935-1950 A finales del siglo XIX y comienzos del XX las grandes corporaciones se consolidan y cuentan con el apoyo de la población. Después de la “golden age” de aceptación popular de los años ‘20, la crisis altera el orden de las cosas. Las grandes corporaciones son cuestionadas y el público se encuentra preparado para una fuerte intervención estatal21. La década del ’30 es un período en que los holdings – como parte de las grandes corporaciones – comienzan a ser cuestionados a nivel mundial. En el caso de los EEUU, un analista de la época, Norman Buchanan, planteaba la cuestión: “Until 1928 there was relatively little criticism of the holding company system or the utility industry. The National Electric Light Association had carried on a most effective program of public relations which succeeded in submerging the few critics who ventured to express themselves. Perhaps the first critic to receive a respectful hearing was Professor Ripley with his MAIN STREET 21 Marchand (1997), p.81. 13 AND WALL STREET. Shortly thereafter the Senate ordered the Federal Trade Commission to consider the whole problem. The early disclosures of this study were so startling that several states undertook independent investigations of the holding company and its relation to public utility regulation; the more important of these were New York in 1930 and 1935, Massachusetts in 1930, and Pennsylvania in 1931.”22 Por lo tanto, en los EEUU, a comienzos de los años ’30, el cuestionamiento generalizado del desempeño de los holdings lleva a que varios estados hagan investigaciones intentando establecer la mejor forma de regular las empresas de electricidad. En su trabajo de 1937, Buchanan concluye: “In recent years the public utility holding company has been widely criticized.”23. Después de la crisis de 1929, las empresas holdings (y las grandes empresas privadas de servicios públicos) enfrentan un gran problema: la creciente desconfianza por parte de gobiernos y ciudadanos. Se plantea la cuestión de los lucros “excesivos” de estas empresas y se proponen diferentes “soluciones” para limitar tales lucros. La regulación, que hasta ese momento estaba en manos de los poderes locales, parece insuficiente para el desarrollo de los servicios públicos. Los gobiernos nacionales implementan, de modo creciente, controles a partir de instituciones nacionales creadas ad hoc. Municipalización de los servicios, tarifas reducidas, control de los balances de las empresas, son las estrategias gubernamentales que buscan limitar los lucros de estas empresas. De este modo, el período que se inicia con la crisis de los años ‘30 es considerado por Marchand la segunda fase en la cuestión de las corporaciones, caracterizada por la búsqueda de una legitimación moral y social de las corporaciones ante la sociedad24. Frente a este cambio en la política estatal, las empresas de servicios públicos buscan mantener sus lucros de modo tal que sean distribuidos dividendos a los portadores de títulos. El argumento fundamental es que el capital invertido debe otorgar una retribución justa a los accionistas. Tanto los gobiernos municipales como los gobiernos nacionales ejercen presión para que las tarifas sean cada vez más baratas. Estas presiones de determinados gobiernos son en parte consecuencia de las presiones de los consumidores. Entre diciembre de 1929 y enero de 1931, en Lisboa, los comerciantes hacen la llamada “huelga de los consumidores” después de un incremento en las tarifas 22 Buchanan (1937), p.517. Ibidem. 24 Marchand (1997), p.81. 23 14 de electricidad producido por la aplicación del nuevo contrato de 1928. La caída en el consumo producida por esta huelga fue de tal magnitud que se demoró seis años para restablecer la situación 25 . En Buenos Aires, entre 1932 los comerciantes inician reclamos para que bajen las “tarifas convencionales”. El enfrentamiento entre los consumidores y la empresa se extiende hasta 1936, cuando se bajan las tarifas a partir de un nuevo contrato. El llamado affaire CHADE – que incluye la “nacionalización” de la empresa, la prolongación de la concesión, etc. – es el saldo de este conflicto26. Estos dos casos muestran que en los años ‘30 la sensibilidad de la población con respecto a los cambios de tarifas de electricidad era alta y que la presión ejercida por los consumidores en relación al precio del servicio será una condición para las estrategias empresariales en el futuro. Las estrategias desarrolladas por SOFINA en esos años están vinculadas a este problema. En términos generales una de las salidas encontradas es la racionalización de la administración de las empresas. Esta racionalización estará vinculada a evaluar las inversiones en infraestructura y hacerlas más eficientes. Aunque el crecimiento del consumo de electricidad exija ampliaciones constantes, lo que se pretende es que en cada momento el capital invertido sea utilizado lo más posible. Una de las soluciones encontradas es mejorar la distribución del diagrama de carga. Esto significa buscar que el consumo aumente no en cualquier momento, sino en las horas de vacío. La consecuencia esperada es una mejor utilización de la capacidad instalada. Esta cuestión es importante porque permitiría bajar las tarifas. Hasta los años ’30 no era fundamental la cuestión de la carga. Como veremos, en las memorias de las empresas de SOFINA no hay ninguna referencia a la carga máxima del sistema. Se puede suponer que los niveles de las tarifas permitían el crecimiento del sistema sin necesidad de esa racionalización; en otras palabras, los consumidores pagaban la capacidad instalada ociosa. Las presiones para bajar el precio de las tarifas exigen (para mantener los lucros) hacer más eficientes las explotaciones. En el fondo, la exigencia por parte de los consumidores de “electricidad barata” obliga al holding a pensar en formas de volver más eficiente la explotación; mejorar la distribución de carga surge como la primera estrategia. 25 26 Bussola (2004), p.37. Para un análisis político del affaire CHADE ver: De Privitellio (1994) y De Privitellio (2003), cap.4. 15 SOFINA y la racionalización de las explotaciones: los consumidores domésticos como objetivo La crisis de 1929 afecta principalmente a las economías desarrolladas y, entre ellas, al sector industrial. En el caso de los países en que la producción industrial no es importante, como en Argentina o Portugal, la crisis fue menos pronunciada y se sintió sólo en los primeros años de la década del ’30. Según Schroter, la inversión directa en el exterior (FDI) en este período cayó en todo el mundo; sin embargo, esa caída no fue tan pronunciada en el sector eléctrico27. Esto se debió a que la caída del consumo provocada por la crisis de 1929 fue menos pronunciada en el consumo de electricidad que en el de otros productos28. De este modo, en Argentina y Portugal, el consumo de electricidad entre 1929 y 1936 fue siempre creciente, no sufriendo fuertes caídas como ocurrió en Alemania o Estados Unidos (ver cuadro 1). Cuadro 1 Producción de energía eléctrica (millones de kWh)29 1927 1928 1929 1930 1931 1932 1933 1934 1935 1936 Alemania 25135 27871 30660 28914 25788 23459 25622 30535 35692 41326 Argentina 1045 1130 1292 1420 1473 1590 1694 1827 1916 2054 Bélgica 3245 3622 4034 4131 4418 4136 4261 4305 4710 5142 Canadá 14549 16338 17963 18094 16331 16052 17339 21160 23405 España 2433 Estados Unidos 91421 89952 86312 77868 79983 85970 93656 106566 Francia 2609 2681 2804 2897 3027 11388 12976 14352 15339 14232 13592 14906 15172 15818 16659 Gran Bretaña 17563 17533 17874 18709 20303 22946 25876 29094 Holanda 1604 Italia 10800 11000 10800 10652 11768 12640 Méjico 1817 1979 2040 2082 2158 2207 1786 1491 1425 1529 1833 2064 Polonia 3048 2906 2598 2257 2396 2622 2820 Portugal 240 260 268 287 302 325 356 Suiza 5300 5200 5049 4790 4934 5348 5692 370 Fuente: Memoria SOFINA, (1931), (1935), (1936), (1937). 27 Schroter (2006), p.102-104. Según Millward, “Whereas in Western Europe industrial production in the 1920s and 1930s was tipically growing at no more than 2% per annum, electricity was expanding at 6%-7%”. Millward (2005), p.112. 29 En la mayoría de los casos se trata de datos de distribuidores y autoproductores. Sin embargo, hay casos en que los números representan sólo los distribuidores y otros distribuidores y ferrocarriles eléctricos. 28 16 Preocupada en atenuar las consecuencias de la crisis para el sector eléctrico y con el objetivo de generar una demanda estable de electricidad, SOFINA analiza lo sucedido en los diferentes países para sacar conclusiones que le permitan un mejor desarrollo de sus filiales después de la crisis. De este modo, incluye en las memorias del Consejo de Administración de los años posteriores a la crisis tablas con la producción de electricidad en los diferentes países. Según el holding, en EEUU la crisis fue atenuada en el sector eléctrico debido a que el aumento del consumo doméstico (iluminación y electrodomésticos) compensó, en parte, las perdidas del consumo industrial 30 . Si en 1935 el consumo de electricidad en EEUU supera por primera vez los valores de 1929, se debe, fundamentalmente, al crecimiento del consumo doméstico, ya que los valores de consumo industrial de ese año siguen siendo inferiores a los de 1929 31 . Según SOFINA, en EEUU la crisis no fue más pronunciada en el sector eléctrico debido al aumento del consumo doméstico que compensó, en parte, las pérdidas del consumo industrial: “During the recent years of depression the continuous increase in the demand for electricity for lighting and household appliances has gradually counterbalanced the decline in industrial consumption. In 1934 this decline was arrested in some countries. And the improvement became general in 1935.”32 Inclusive, el holding considera que hasta la recuperación total de la industria será el sector doméstico el que permitirá el aumento de la demanda: “But until a more definite and pronounced business recovery sets in it, is more particularly the demand for electric lighting and household appliances that is bringing about a rise in the consumption of electricity.” 33 . En parte basada en la experiencia americana, la nueva política de SOFINA para sus filiales es de desarrollo del consumo doméstico. Hay otra preocupación de SOFINA que se ve reflejada en los datos de las memorias de sus filiales. El diagrama de carga comienza a ser un problema y esto se ve reflejado en la inclusión de datos que permiten evaluar la evolución de esa variable. En las estadísticas de la CHADE y de su sucesora CADE son presentados valores de la potencia instalada en las Memorias Anuales del Consejo de Administración. En 1937, la CADE introduce otro indicador que se relaciona con aquel: la carga máxima del 30 Memoria SOFINA (1935), p.37. Ibidem. 32 Ibidem. 33 Ibidem. 31 17 sistema34. En el caso de la filial en Lisboa, las menciones a los diagramas de carga surgen recién en 1937 en las Memorias del Consejo de Administración. Por primera vez, ese año se presenta un gráfico que muestra como mejoró el diagrama de carga entre 1927 y 193735. En 1938, en lugar de un gráfico hacen una maqueta en tres dimensiones que llaman “Montaña de cargas – Central Tejo” en donde se puede ver la carga diaria de la central a lo largo todo el año36. Estos esquemas muestran una creciente preocupación por el diagrama de carga da la Central. Esto indica que la evolución del diagrama de carga deja de ser un dato técnico para ser un tema que merece la atención de los accionistas de las filiales de SOFINA. La cuestión de la venta de electrodomésticos en los Congresos de UNIPEDE Las ideas presentadas por Heineman en las memorias de SOFINA tienen por objetivo argumentar frente a los accionistas las políticas desarrolladas por el holding. Las ideas relacionadas con el desarrollo del consumo doméstico no son exclusivas de SOFINA y algunas de ellas están presentes en los Congresos internacionales como los realizados por la UNIPEDE en 1932, 1934 y 1936. La evolución de los temas y cuestiones tratadas en esos tres Congresos permite comprender el surgimiento de determinadas estrategias por parte de SOFINA. En los primeros congresos de la UNIPEDE las cuestiones sobre los electrodomésticos ocupan un lugar marginal. En el IV Congreso de la UNIPEDE, en 1932, por primera vez se crea un comité destinado a tratar las cuestiones de las aplicaciones (aparatos eléctricos) y de su propaganda: “Applications et propagande”. A pesar del título del comité, las cuestiones sobre la propaganda no son tratadas y los trabajos están orientados a mostrar los resultados de los cambios en el consumo de electricidad, causados por el uso de determinados aparatos domésticos. Hay dos cuestiones relacionadas con la crisis que son destacadas en el informe realizado por Casimir Straszeswski, presidente del mencionado comité. En primer lugar, la potencialidad de crecimiento del consumo doméstico con respecto a la caída del consumo industrial ocasionada por la crisis. En segundo lugar, los posibles problemas con los consumidores, ya que se destaca que cualquier aumento o restricción en el 34 Aunque la llamada “carga máxima del sistema” es introducida en las Memorias de 1937, pero contiene los valores de 1936 y 1937. Ver: Memoria CADE (1937). 35 Memoria CRGE, 1937, p.17. 36 Memoria CRGE, 1938, p.17. 18 consumo produce un disgusto en los usuarios, debido al descenso de los ingresos (sobre todo de la clase media). Por eso, se registran, en varios lugares, campañas contra los precios de la electricidad. El informe de la comisión presenta discusiones sobre estas dos cuestiones37. Con respecto a la primera cuestión, hay trabajos que intentan mostrar las ventajas del uso de determinados “appareils électro-domestiques”. Frédréric Hartmann, ingeniero de la compañía Electricité de Strasbourg, en un estudio realizado en base 343 usuarios que incorporan la radio, muestra que hubo un aumento promedio de 30% en el consumo de electricidad, alcanzando en algunos casos el 45% 38 . El ingeniero Civita, de la Società Ligure Toscana de Eletticità, a partir de una encuesta realizada en un pueblo italiano, muestra que el incremento del consumo verificado por el uso de las radios fue en promedio del 24% 39 . Según Casimir Straszeswski, considerando que en los dos casos los análisis fueron hechos en un contexto de caída general del consumo causado por la crisis, sostiene que el aumento en el consumo de electricidad originado por el uso de estos aparatos puede ser más significativo de lo que reflejan estos números40. Al cerrar el informe concluye que las aplicaciones domésticas serán las salvadoras del sector eléctrico: « En terminant, nous voudrions encore une fois insister sur la nécessité, pour les secteurs, de diriger toute leur attention sur les applications domestiques qui, plus que les autres, peuvent, pendant la crise mondiale, maintenir la consommation à son niveau actuel et qui, après la crise, contribueront à amener un accroissement considérable de la consommation totale. »41 A pesar de los buenos resultados mostrados en el uso de las radios, se plantea la cuestión de que la venta de este aparato fue realizada sin campañas de fomento. Según Hartmann, ese es el caso en Francia: « En présence des augmentations de consommation et autres avantages signalés, on est étonné que les sociétés de distribution n’aient pas cherché â favoriser l’emploi des appareils de T.S.F. En général, aucune campagne systématique n’a été entreprise par elles, à part quelques cas isolés. Particulièrement chez nous, en France, la question a presque entièrement été négligée. »42. 37 Congreso UNIPEDE (1932), vol II, p.622. Congreso UNIPEDE (1932), vol II, p.645-650. 39 Congreso UNIPEDE (1932), vol II, p.768-771. 40 Congreso UNIPEDE (1932), vol.II, p.620. 41 Congreso UNIPEDE (1932), vol.II, p.624. 42 Congreso UNIPEDE (1932), vol.II, p.649. 38 19 Es de este modo que una de las ideas expresadas en el informe es que los aparatos eléctricos, incluso los pequeños, contribuyen de manera significativa al aumento del consumo. Sin embargo, el fomento de la venta de estos aparatos todavía no es una tarea que las empresas de electricidad consideren propia. La excepción, según Hartmann, es la Electricité de Strasbourg, que estimuló la venta de radios mediante el plan “ElectricCrédit” financiando cerca de 1800 aparatos43. En el V Congreso de la UNIPEDE, en 1934, participan ingenieros de la MotorColumbus y de SOFINA en el comité de aparatos y propaganda. La presencia de estos ingenieros indica que las ideas discutidas en estos congresos circulan, no sólo en las empresas sino también en los holdings. SOFINA aportaba a las subsidiarias, además del capital necesario para la expansión, “servicios” de consultoría. Para estos servicios SOFINA contaba con personal propio que recogía la información de las diferentes empresas y proyectaba las orientaciones que las subsidiarias debían tomar. Una de estas personas es Deutsch, jefe del “Service de Propagande” de SOFINA, quien participa de este congreso de la UNIPEDE. En esta oportunidad no presenta comunicación, pero participa de las discusiones de la Comisión V (“Application et Propagande”) acerca de la venta de los aparatos en cuotas. Hartmann en su comunicación, “Rapport sur la vente a crédit des appareils electrodomestiques”, plantea la cuestión de la existencia de una determinada resistencia a la venta en cuotas. Según él, esta resistencia se debe al hecho de que muchos analistas consideran que una de las causas de la crisis de 1929 fue la venta en cuotas a personas incapaces de cumplir con las cuotas 44. Las personas que intervienen en la discusión coinciden en las ventajas de la venta en cuotas, pero plantean algunas cuestiones. Deutsch indica seis problemas señalados por los distribuidores con relación a la venta en cuotas. En los dos últimos problemas se discute qué tipo de electrodomésticos se debe vender en cuotas. En el quinto punto, argumenta que la distribuidora no puede vender (o financiar) cualquier electrodoméstico, sino que está obligada a hacer una selección de marca, calidad y precio: « Un cinquième point qui doit donner à réfléchir aux exploitants, c’est la question de savoir si une société d’électricité doit vendre n’importe quels appareils électro-domestiques, (...) Je crois que les sociétés d’électricité sont actuellement assez expérimentées pour pouvoir étudier et sélectionner elles-mêmes les appareils électro-domestiques les meilleurs, afin de déterminer quels sont les types d’appareils préférés à juste titre par le client et dont il 43 44 Congreso UNIPEDE (1932), vol.II, p.649. Hartmann (1934), p.1. 20 faut, dans l’intérêt commun, pousser la vente, et quels sont ceux qui sont préférés à tort, et qu’il ne faut pas favoriser. »45. Esta cuestión está relacionada con determinada responsabilidad social de las distribuidoras de energía. Al proveer un servicio público son también responsables de garantizar a los consumidores electrodomésticos de calidad. Deutsch considera que esta es una función que las empresas deben cumplir a favor del “interés común”. En el último punto, se encuentra la afirmación de que la venta en cuotas no siempre respeta el principio de fomentar el uso de aquellos aparatos que contribuyen a mejorar el diagrama de carga: « Enfin la sixième et plus importante des appréhensions résulte du fait que la vente à crédit n’a pas toujours été faite dans l’esprit qui lui était assigné, à savoir « vendre des appareils favorables au diagramme de charge de l’entreprise en facilitant leur acquisition aux clients ». Souvent les distributeurs ont négligé de sélectionner les appareils vendus selon leurs caractéristiques de consommation et l’influence de celles-ci sur le diagramme de charge ; trop souvent on a vendu à crédit des appareils coûteux, consommant peu d’énergie et tombant en pointe ; ainsi, c’est à tort que certains réseaux vendent des grandes quantités d’armoires frigorifiques très chères, des postes de TSF coûteux, qui se démodent vite et qui consomment peu ; et cela à mon avis est un point qui a été également un peu négligé. »46. Aquí, el interés defendido es el de la propia empresa. Según Deutsch, la selección de los electrodomésticos financiados por las distribuidoras de energía debería estar orientada a mejorar el diagrama de carga. Por lo tanto, con respecto a la cuestión de cuáles electrodomésticos vender (o financiar), se defiende que las distribuidoras de energía deben seleccionarlos en base a tres criterios. En primer lugar, se debe hacer una selección de los electrodomésticos basada en una buena relación calidad/precio. En segundo lugar, la relación precio/consumo de energía de los electrodomésticos debe ser elevada (i.e. no deben venderse electrodomésticos caros que usen poca energía). Finalmente, deben ser electrodomésticos que contribuyan a mejorar el diagrama de carga. En 1936, en el VI Congreso de la UNIPEDE, Deutsch presenta una idea innovadora con respecto a la política sobre los electrodomésticos. Mientras muchos de los trabajos se orientaban a fomentar la venta de grandes electrodomésticos (e.g. calefón, cocina, heladera), él señala las ventajas de fomentar la venta de los pequeños electrodomésticos. Argumenta que la difusión de estos aparatos (e.g. radio) además de producir un aumento 45 46 Congreso UNIPEDE (1934), vol.I, p.337. Congreso UNIPEDE (1934), vol.I, p.337. 21 en el consumo – como vimos se argumentaba en el congreso de 1932 – prepara al consumidor para el uso de los grandes electrodomésticos, ya que lo habitúa a usar electricidad. Esto muestra que la estrategia de SOFINA es el aumento del consumo de electricidad a largo plazo. El objetivo es transformar a la electricidad en un servicio que esté completamente incorporado en la vida cotidiana de las personas. Frente al miedo de electrocución presente en los habitantes de las ciudades, parece una buena idea fomentar el uso de electrodomésticos, aunque de poco consumo para volver un hábito al uso de electricidad. El problema de la estructura tarifaria En otro trabajo afirmamos que la estrategia de Heineman para el desarrollo del consumo doméstico a partir de mediados de los años 30 se basó en el aumento del consumo por consumidor (“en profundidad”) y no por el aumento de los consumidores (“en superficie”). La conclusión de ese trabajo es: “Como vimos, a mediados de los años 30, la estrategia de la CRGE y de la CADE, orientadas por los principios de la Sofina, es la de fomentar el aumento del consumo doméstico. Así, la búsqueda del aumento del consumo “en profundidad” se basa en fomentar la adquisición y uso de electrodomésticos. Para ello las empresas establecieron tres tipos de prácticas: (1) difundir mediante campañas las ventajas del uso de estos aparatos; (2) facilitar la adquisición e instalación de electrodomésticos a partir de la venta en cuotas y de la coordinación con vendedores e instaladores; (3) ofrecer energía barata, a partir del esquema de bloques regresivos, para el uso de estos aparatos. La Segunda Guerra Mundial pone un freno a esta expansión y altera la relación entre gobierno y empresas.” Por otro lado, en el presente trabajo vimos que el holding hace bastante hincapié en el mejoramiento del diagrama de carga como estrategia de crecimiento. Asimismo, a pesar de los argumentos a favor de la introducción de los electrodomésticos baratos de calidad, de alto consumo y que contribuyeran al mejoramiento del diagrama de carga, la venta espontánea de radios se considera muy positiva en los Congresos de la UNIPEDE. De hecho, el aumento en las ventas de las radios es altamente significativo en los años ‘30 y ‘40. En síntesis, el aumento del consumo de cada consumidor y el mejoramiento del diagrama de carga son las dos estrategias que orientan a SOFINA en los años 30. Estos dos principios en un punto son incompatibles. En las empresas de Buenos Aires y Lisboa son aplicadas las mismas estructuras tarifarias a partir de mediados de la década (tarifas regresivas). La cuestión que surge es porque no se utilizó el sistema de tarifa bi- 22 horaria, que fomenta el consumo en las horas de vacío y lo penaliza en las de pico, y si el sistema de tarifas por bloques regresivos, que fomenta el consumo en cualquier horario. En otras palabras, si lo que se pretendía era mejorar el diagrama de carga, porque no se eligió una estructura tarifaria que se orientara a fomentar el consumo en las horas de vacío. Las tarifas regresivas, fomentan el consumo sin diferenciar el momento del día en que es realizado. La respuesta puede venir del director del otro gran holding eléctrico. Según Niesz, director de MOTOR-COLUMBUS, la tarifa bi-horaria no es recomendable y va contra los objetivos de expansión de los consumos domésticos: “C’est un freinage de ces applications, qui va à l’encontre de la propagande.” 47 . Al penalizar las “horas de iluminación” – horas de la noche en que se da el pico de consumo – vuelven prohibitivo el uso de la cocina eléctrica y limita el uso de otros electrodomésticos como la plancha 48 . Por un lado, se apoya la penalización de la electricidad usada para iluminación (culpable del pico), debiendo ser más elevado su precio; por otro lado, consideran que los otros usos como ser la cocina, la plancha, el calefón, etc. deben ser fomentados con precios inferiores. De este modo consideran que las tarifas por bloques regresivos son las que mejor se ajustan a sus objetivos. La CRGE al promocionar las tarifas regresivas en Lisboa, explicita que los precios de cada bloque (o escalón) están destinados a los diferentes usos: “Pelo primeiro escalão (iluminação), (...). O segundo escalão (...) diz respeito à energia que vai além do valor estabelecido para iluminação, e é logicamente reservado ao consumo das pequenas aplicações: ferro de engomar, fervedor de água, aspirador de poeira, etc. (...) O terceiro escalão (...) destina-se a favorecer as aplicações mais importantes e de maior consumo, como, por exemplo, o uso de armários frigoríficos, irradiadores para aquecimento, aquecedores de água por acumulação, (...) máquinas de lavar, etc.”49 Por lo tanto, para SOFINA, las tarifas regresivas son también la mejor solución, ya que a partir de 1937 en Buenos Aires y Lisboa son aplicadas las tarifas regresivas basadas en las divisiones de los hogares. Parece que la palabra prohibida para las estrategias de SOFINA es la de penalizar los consumos. Si la opción es entre una tarifa que penaliza el consumo y mejora el diagrama de carga, y otra que fomenta el consumo sin penalizar el uso en las horas de pico, la elección es por la segunda. 47 Congreso UNIPEDE (1934), vol.I, p.259. Ibidem. 49 O amigo do lar, 31-3-1937, p.14;19 e 22. 48 23 En el fondo, parece que prevalece el aumento del consumo, incluso en las horas pico. El objetivo es aumentar el consumo de electricidad, incluso aumentando la carga del sistema. Esto permite comprender el uso de estructuras tarifarias por escalones regresivos en lugar de las tarifas bi-horarias. Consideraciones finales Las ideas y las estrategias que presentan los integrantes de SOFINA en los diferentes documentos consultados suscitan una serie de cuestiones que quedan en abierto. En primer lugar, la expansión que se verificó hasta mediados de los años ‘30 se transformó en estancamiento en la siguiente fase. Esta ausencia de crecimiento fue de tal magnitud que no llegó a anticipar los consumos y generó la implementación de restricciones al consumo. ¿Cómo explicar este fenómeno? ¿Es sólo en períodos de lucros altos (19071936) que la expansión de la capacidad instalada anticipa los consumos? En segundo lugar, ¿es realmente un problema la tensión entre el mejoramiento del diagrama de carga y el aumento del consumo? ¿Será que se piensa que las tarifas por bloques regresivos pueden eventualmente contribuir a mejorar el diagrama de carga, ya que gran parte del uso de electrodomésticos se produce durante el día? O ¿Las cuestiones del diagrama de carga serán un problema real o sólo un deseo de “racionalizar” la explotación por parte de los ingenieros que no tiene incidencia en las finanzas de la empresa? De ser así, ¿el mejoramiento del diagrama de carga es apenas un argumento para negociar tarifas, más que un problema real de costos de producción? 24 Referencias BRION, René (1994) : “Le rôle de la Sofina”, en TREDE-BOULNER, Monique (ed.) Le financement de l’industrie électrique 1880-1950, Paris, AHEF/PUF, p.217-232. BUCHANAN, Norman (1937) “The Public Utility Holding Company Problem” in California Law Review, Vol. 25, No. 5, (Jul., 1937), pp. 517-551. 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