Diego Bussola - Universidad de San Andrés

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Estrategia de un holding eléctrico. SOFINA en Buenos Aires (y
Lisboa)1
Diego Bussola2
CIES-ISCTE (Lisboa)
La principal empresa productora/distribuidora de electricidad de la ciudad de Buenos
Aires fue administrada, en la primera mitad del siglo XX, por capitales privados cuyo
control estaba en manos del holding SOFINA. Sufrió cambios de nominación, de
control de su administración y supuestamente de “nacionalidad”, pasando de manos
alemanas (CATE, [1896]1908-1919), a españolas (CHADE, 1920-1936) y a argentinas
(CADE, [1909]1936-1958). A pesar de estos cambios las estrategias siempre fueron
diagramadas por Dannie Heineman y sus colegas, ya que el holding mantenía el control
de esta y otras empresas.
El objetivo del presente trabajo es señalar las estrategias del holding SOFINA en sus
empresas de electricidad de Buenos Aires. En la primera parte mostraremos en qué
consistió la estrategia de desarrollo de la empresa de electricidad de la ciudad de Buenos
Aires en su fase expansiva, durante el primer tercio del siglo XX. Basando el desarrollo
en la ideas de “Grow and Build” de Insull, la CATE y posteriormente la CHADE
crecieron a partir de incorporar otras empresas y de ampliar las áreas de concesión. Este
crecimiento fue realizado gracias al tendido de redes de transporte y distribución y al
constante aumento de la potencia instalada. Hacia 1930 las empresas del holding
producían, transportaban y distribuían electricidad en un radio de la Ciudad de Buenos
Aires superior a 50 km.
En la segunda parte se busca presentar los condicionantes y las ideas que reorientaron el
desarrollo de la empresa a partir de mediados de los años ‘30. La resistencia por parte
de gobiernos y consumidores a los holdings, que exigían tarifas cada vez más baratas,
condicionaron la estrategia expansiva del período anterior. La crisis de 1929 llevará a un
viraje en la orientación del crecimiento, haciendo que el holding cambie de estrategia y
le preste mayor atención al desarrollo del consumo doméstico. Es por eso que las
1
Parte de la investigación para este trabajo fue realizada en el ámbito del proyecto
POCTI/HAR/60698/2004, Networked cities: Urban Infrastructures in Portugal (1850-1950).
2
Becario de la Fundação para a Ciência e a Tecnologia. Investigador del CIES-ISCTE (Lisboa). E-mail:
[email protected]
1
discusiones sobre la mejor forma de aumentar el consumo familiar están presentes en
los Congresos de UNIPEDE. Estrategias como la venta de electrodomésticos a crédito
por parte de las empresas de electricidad, la relación con los instaladores, el tipo de
estructura tarifaria aplicar, etc. comienzan a ser discutidas en estos congresos, donde
participan ingenieros de SOFINA. La aplicación de determinadas políticas en Buenos
Aires y Lisboa muestra que lo que podía parecer una singularidad es en definitiva una
orientación estratégica del holding. La estructura tarifaria que se usa en Buenos Aires y
Lisboa a partir de 1937 es un ejemplo de ello.
Finalmente, mostraremos que los principios que orientan la racionalización de las
explotaciones – aumento del consumo por consumidor (expansión en profundidad) y
mejoramiento del diagrama de carga –, a partir de los años ‘30, son en algún punto
contradictorios. Frente al dilema de si fomentar el consumo de electricidad o mejorar el
diagrama de carga se opta por el primero. Al elegir la estructura tarifaria que mejor se
adecue a los objetivos del holding se escogen las tarifas por bloques regresivos que
fomentan el consumo sin discriminar el horario en que se realizan. De este modo no
orientan al consumidor a consumir en las horas de vacío.
1. La estrategia desarrollada por SOFINA (1900-1935): “Grow and
Build”
Estrategia expansiva de la CATE (1900-1914)
En el primer tercio del siglo XX, la expansión de las empresas de electricidad bajo la
órbita de la Société Financière de Transports et D’Entreprises Industrielles (SOFINA)
estuvo basada fundamentalmente en dos componentes. Por un lado, en la adquisición de
pequeñas centrales, centralizando la producción; por otro lado, en la expansión de las
áreas concesionadas a partir del establecimiento de nuevas concesiones y de la
adquisición de empresas con zonas ya concesionadas.
En Buenos Aires, el primer período, desde 1900 hasta la Primera Guerra, se caracteriza
por la incorporación de pequeñas centrales, la firma de un contrato de concesión, la
incorporación de nueva tecnología y la inauguración de una gran central. El segundo
período, desde el comienzo de la guerra hasta 1922, es de estagnación sin alteraciones
significativas en la capacidad instalada. En el tercer período, desde 1923 hasta 1934, se
verifica una nueva fase expansiva caracterizada por la significativa extensión de las
2
áreas concesionadas, la creación de supercentrales y la desactivación de la vieja
tecnología.
La Compañía Alemana Transatlántica de Electricidad (CATE) reúne, entre 1900 y
1903, una serie de fábricas que le permiten obtener rápidamente una capacidad
productiva considerable. En 1900, construye su primera central en la calle Paraguay, la
llamada “Central Paraguay”. Paralelamente, en 1901, compra la central de la
Compagnie Générale d’Électricité de la Ville de Buenos Aires (Central Paseo de Julio);
en 1903, adquiere las centrales de la River Plate Electricity Cº y de la Primitiva Gas &
Electric Light Cº (“Central Primitiva” de Calle Cuyo)3. En 1904, compra la Central
Boca de la “Compañía de Tranvías Anglo Argentina” y a cambio entrega la compañía
de tranvías “El Metropolitano”. De este modo, la CATE se dedica exclusivamente a la
producción y distribución de electricidad, mientras que la otra empresa de SOFINA – la
Anglo – se dedica sólo a la explotación de tranvías4. En este proceso de concentración,
SOFINA busca que cada una de sus filiales sea monopólica en un servicio: la Anglo en
los tranvías5 y la CATE en la electricidad.
Con las cinco centrales, anteriormente mencionadas, la CATE desarrolla la explotación
de electricidad en Buenos Aires. Inicialmente estas centrales cuentan con máquinas a
vapor de baja capacidad, pero a medida que crece la demanda aumentan su capacidad
productiva. Así, la potencia instalada pasa de 4.800 kW, en 1900, a 11.900 kW en 1902
y 21.000 kW en 19056. En 1906, el crecimiento de la potencia instalada incluye una
nueva tecnología: las turbinas a vapor. Ese mismo año, la central de la Boca es la
única que utiliza la nueva tecnología, con una potencia instalada de 15.750 kW, dividida
en 4000 kW de las máquinas a vapor y 11.750 de las turbinas a vapor. A partir de ese
momento, la instalación de turbinas a vapor permitirá un crecimiento significativo de la
potencia. Si en 1909 la Central de la Boca es la única con esta tecnología, en 1910 entra
en funcionamiento la Central Dock Sud con una capacidad de 30.000 kW, basada en
cuatro turbinas a vapor de 7.500 kW cada una. Ese año quedan fuera de servicio sólo
dos grupos de la Central Paraguay, de 2.200 kW y 500 kW, porque se consideran
“viejos”7. Como se puede verificar en el gráfico, las turbinas a vapor ya dominarán la
producción en la época del centenario. A pesar del peso relativo cada vez menor de las
3
Memoria CHADE (1920), p.8.
Genta (2006), p.32-33.
5
Sobre el proceso de concentración de los tranvías en manos de la Anglo: García Heras (1994), p.13-48.
6
Genta (2006), p.33.
7
Memoria CATE (1906-1910).
4
3
máquinas a vapor, la “vieja tecnología” instalada en las antiguas centrales se desactiva
recién entre 1929 y 1932, en el momento de la entrada en actividad de la Central Puerto
Nuevo. Por lo tanto, el ciclo de vida de este equipamiento es de aproximadamente 30
años.
Gráfico Nº1
Potencia Instalada
60.000
50.000
Kw
40.000
30.000
20.000
10.000
0
1906
Máquinas a vapor
1909
Turbinas a vapor
1911
Baterias
[Fuente: Memoria CATE, 1906, 1909, 1911]
Sin embargo, la estrategia parece orientarse hacia la “reconversión” de los grupos de
menor capacidad. En algunos casos, las máquinas que quedan fuera de servicio, para
permitir la entrada de un grupo con mayor potencia, van para las centrales que se
encuentran en la periferia de la red. Esto ocurre sobretodo en las grandes centrales,
siendo que el peso de las máquinas a vapor es cada vez menor 8 . Así, en 1929 se
desactiva de la Central Boca una turbina a vapor de 6.000 kW que se instala en la
Central Berisso, en la ciudad de La Plata, perteneciente a la Compañía Argentina de
8
El peso de las máquinas a vapor (MV) cae mientras el de las turbina a vapor (TV) sube en el total de la
potencia instalada. Los valores para los años del gráfico son: 1906, 56% (MV), 32% (TV); 1909, 42%
(MV), 41% (TV); 1911, 23% (MV), 66% (TV). Elaboración propia en base a: Memorias CATE, 1906,
1909, 1911.
4
Electricidad (CAE-CADE) 9 . Este hecho muestra, por un lado, que el equipamiento
tiene una vida útil superior a la aprovechada por las grandes centrales, siendo
reutilizadas en las pequeñas centrales de la periferia; y, por otro lado, la existencia de
una coordinación entre las empresas incluidas en el sub-holding Compañía Hispano
Americana de Electricidad (CHADE), ya que los grupos pasan de la CHADE a la CAE
como si se tratara de la misma empresa. Esto demuestra que, a pesar de la introducción
de nuevas tecnologías, el equipamiento se “vende” o se pone fuera de servicio sólo
cuando su vida útil llega a su fin.
Con la instalación de las turbinas a vapor en las Centrales Boca y Dock Sud, la potencia
instalada alcanza 74.760 kW, en 1911, y crece hasta 125.000 kW, en 1914. Durante la
guerra se observa una estagnación que se prolonga hasta 1921. En 1920, en la Memoria
del Consejo de Administración de la CHADE, se menciona la necesidad de implementar
un plan de obras de renovación y expansión para los años siguientes. En 1922 se
verifica una leve caída en la potencia instalada, que se debe al equipamiento desactivado
para poder instalar grupos más potentes. A partir de este momento se verifica una nueva
fase expansiva después del estancamiento producido por la guerra.
Estrategia expansiva de la CHADE-CADE (1922-1934)
Desde 1922 hasta mediados de los años ’30 hubo un aumento significativo de la
potencia instalada. La política expansiva de la CHADE se basa en el aumento de la
potencia instalada, crecimiento de las redes y ampliación de las áreas concesionadas. En
1920, las zonas da influencia de la CHADE abarcaban 1.762 km2, donde residía una
población de 1.946.000 habitantes. La ampliación de las zonas de influencia a partir de
la compra de empresas que quedaban bajo la órbita de CHADE/SOFINA dio como
resultado que en 1930 la zona de influencia pasara a 12.682 km2, donde había 3.470.000
habitantes.
Este crecimiento está basado en la adquisición de empresas ya concesionadas o en la
participación en el capital de esas empresas. Cuando estas empresas tienen concesiones
en localidades no contiguas a la ciudad de Buenos Aires, producen energía a partir de
pequeñas centrales. Sin embargo, en las localidades con más población que se
9
En 1936, después del conflicto por las tarifas, la CHADE pasa a llamarse CADE. Lo que sucede es que
se fusionan ambas empresas tomando el nombre de Compañía Argentina de Electricidad (CADE). Lo
único que cambia del nombre es que la “Compañía Argentina de Electricidad” antes de 1936 usa como
siglas CAE y después de 1936 usa CADE (después de fusionada con la CHADE). En el trabajo
respetaremos esos usos: CAE (1910-1935), CADE (1936-1962).
5
encuentran en el área metropolitana de Buenos Aires estas empresas reciben la energía
eléctrica de las centrales de la CHADE. La estrategia de SOFINA en estos años se basa
en el armado de una red abastecida a partir de grandes centrales. Por lo tanto, la
expansión de la potencia instalada de la CHADE tiene por objetivo abastecer de energía
eléctrica no sólo a la ciudad de Buenos Aires, sino también a las localidades, de
importante crecimiento demográfico, que se encuentran a su alrededor.
La estrategia de SOFINA se desarrolla a partir de ampliar la distribución de electricidad
a las localidades que se encuentran en la periferia de la ciudad de Buenos Aires. En
1910, la CATE tiene la mayor parte de las acciones de la CAE, que se dedica
fundamentalmente a la distribución de electricidad en las localidades del norte del área
urbana que queda fuera de la ciudad de Buenos Aires. Con la creación de la CHADE en
1920 este control pasa a la “nueva” empresa. Por su parte, la Compañía de Electricidad
de la Provincia de Buenos Aires (CEP), que se dedica a la distribución de electricidad –
producida por la CHADE – en varias localidades de la Provincia de Buenos Aires, es
comprada por la CHADE en 1929. De este modo, la CHADE actúa como un holding
que controla otras empresas como son la CAE y la CEP. En esta nueva fase lo que se
busca es desarrollar la explotación en un área que supera ampliamente la ciudad y el
área metropolitana contigua. El proyecto es establecer una red que alcance a las nuevas
industrias que están desarrollándose y las urbes en un área que supera los 50 km de
radio. Para esto, el Consejo de Administración vende la explotación de la provincia de
Mendoza para focalizar sus negocios en las áreas anteriormente mencionadas. En la
memoria de 1929 queda claramente explicitada a estrategia:
La creciente importancia de la Provincia de Buenos Aires como
centro de consumo de electricidad, en relación con la
industrialización del país y con el crecimiento de los suburbios de
Buenos Aires, nos ha aconsejado, según hicimos público ya,
concentrar nuestras actividades en la citada zona.
Como consecuencia de esta política hemos enajenado nuestra
participación en la S.A Empresa de Luz y Fuerza de Mendoza y nos
hemos interesado, en la forma que luego explicaremos, en
importantes negocios radicados en la Capital Federal y en la
Provincia de Buenos Aires.
La CAE, de la que, como sabéis, tenemos el control absoluto, ha
colaborado en esta política, adquiriendo también varios nuevos
negocios.10
10
Memoria CHADE (1929), p.15.
6
En la década del 20, la CHADE, la CAE y la CEP firman contratos de concesión con los
diferentes partidos que les permiten vender electricidad en un radio de 50 km. Los
objetivos de crecimiento de cada una de las empresas culminarán a finales de esa década
en la constitución de un monopolio que superará ampliamente los límites de la ciudad
de Buenos Aires. Veamos en detalle el proceso de cristalización de los contratos de
producción, distribución y consumo en las localidades de la Provincia de Buenos Aires
que circundan la Capital Federal.
En 1922, la CAE adquiere los negocios que la Compañía Anglo-Argentina de
Electricidad estaba desarrollando en los partidos de Morón, General Sarmiento,
Moreno, San Martín y La Matanza. En 1923, la CAE firma contratos de concesión por
20 años con los partidos de Morón y Moreno para la producción y distribución de
electricidad.
A finales de 1923, la CEP firma un contrato de concesión con el partido de Lomas de
Zamora para a prestación del servicio de iluminación pública y particular. Un contrato
similar firma al año siguiente con el partido de Florencio Varela. Como dijimos, en ese
momento la empresa todavía no estaba bajo el dominio del holding. El 22 de septiembre
de 1925 se aprueba una nueva concesión entre la CHADE y la Municipalidad de
Avellaneda para producción y distribución de electricidad por un período de 20 años,
que en 1926 es ampliada a 50 años por el Legislativo Provincial. Este contrato es de
vital importancia porque la Central Dock Sud se encuentra instalada en ese municipio.
A partir del 1º de enero de 1925 la CHADE adquiere las instalaciones para producción y
distribución de energía eléctrica que la “Compañía de Electricidad del Río de la Plata
[River Plate Electricity Co.]” tiene en La Plata. En julio de 1925, la CHADE firma un
contrato de concesión con la Municipalidad de La Plata por 20 años, prorrogable por 50
años11. En octubre de 1926 la concesión es prorrogada por el gobierno de la Provincia
de Buenos Aires a 50 años (Ley Provincial nº 3.884, 3-11-1926). El 8 de julio de 1925
se firma un contrato similar al anterior entre la CAE y la Municipalidad de La Plata, por
un período de 20 años. También en este caso, a finales de 1926, es ampliado a 50 años
por el poder legislativo provincial (Ley Provincial nº 3.888, 3-11-1926). El 8 de
septiembre de 1928, la CAE adquiere, en el partido de Magdalena (al sur de La Plata),
el negocio de producción y venta de electricidad. Dos años después se escritura el
contrato de concesión ante escribano público.
11
Memoria CHADE (1925), p.12-13.
7
La estrategia desarrollada por el holding incluye no sólo distribuir electricidad en las
diferentes localidades, sino también realizar la producción y el transporte de esa energía.
Para esto es necesario conectar las grandes centrales a las diferentes redes existentes y
dependientes de pequeñas centrales. En 1926, la CAE firma un contrato fundamental
para el progreso de este plan de expansión. La Provincia de Buenos Aires le otorga la
concesión por 25 años (prorrogable por otros 25) del uso de caminos públicos de su
jurisdicción para colocación de líneas subterráneas y aéreas destinadas al transporte de
energía eléctrica (Ley Provincial nº3872, 25-10-1926). Según lo establecido en este
contrato, para la distribución de esa energía en las diferentes localidades, la empresa
debe firmar contratos de concesión con las diferentes municipalidades. Como vimos,
esto sucede durante la década del ‘20.
Una de las obras de transporte más importante realizada, esta vez, por la CHADE es la
conexión de las ciudades de La Plata y Buenos Aires por cable subterráneo. Se inician
los estudios para realizar la conexión entre estas ciudades en 1927. El Consejo de
Administración aprueba el proyecto en 1930 y en la segunda mitad de 1931 se inicia su
construcción que consta de la instalación de un cable subterráneo de 43,5 KVA en los
50 km que separan la Central Dock Sud y la Central Berisso (La Plata). Finalmente,
después de varios ensayos entra en funcionamiento en noviembre de 193212.
Estas obras infraestructurales de transporte de electricidad fueron acompañadas por el
desarrollo de grandes centrales. Como vimos, las tres empresas se dedican a ampliar las
áreas de distribución de electricidad. Sin embargo, la CHADE es la única que amplía
considerablemente la producción a partir de la ampliación de la Central Dock Sud y de
la creación de la Central Puerto Nuevo. La conexión de la CHADE, de la CAE y de la
CEP permitirá el desarrollo de una red que abarca la ciudad de Buenos Aires y su área
metropolitana (Ver mapa).
12
Memoria CHADE (1932), p.12.
8
[Fuente: Memoria CHADE, 1930, p.35]
En síntesis, esta expansión de las áreas en que SOFINA/CHADE distribuye electricidad
a partir de la incorporación de diferentes empresas y del establecimiento de nuevos
contratos de concesión tenía como contrapartida el aumento de la capacidad de
producción. Entre 1920 y 1935 el aumento de la potencia instalada (ver gráfico) forma
parte de las estrategias desarrolladas por SOFINA para sus filiales de electricidad. En
este caso, el aumento de la capacidad instalada tiene por objetivo abastecer de
9
electricidad a la propia CHADE (para la distribución en la ciudad de Buenos Aires) y a
las empresas que de una u otra manera forman parte del holding.
Gráfico Nº2
Potencia Instalada
1.000.000
2.400.000
900.000
800.000
1.900.000
700.000
1.400.000
500.000
400.000
900.000
MWh
Kw
600.000
300.000
200.000
400.000
100.000
1948
1945
1942
1939
1936
1933
1930
1927
1924
1921
1918
1915
1912
1909
-100.000
1906
0
Potencia Instalada
Consumo
[Fuente: Memoria CATE (1906-1919); Memoria CHADE (1920-1934); Memoria CADE (1936-1948)]
Esta estrategia tiene como principio la idea, atribuida a Insull13, de que una estación
central de gran potencia ligada a la red es más eficiente que pequeñas centrales con
abastecimiento local. La fundamentación de Insull para este esquema se basa en dos
ideas: (1) Diferentes demandas tienen períodos de pico diferentes. Esto significa que si
una central está destinada fundamentalmente al abastecimiento de los tranvías y, otra,
constituyendo una red diferente, se destina al abastecimiento de la iluminación, los
picos se registrarán en momentos diferentes. De este modo, una central que abastezca
energía a las dos redes obtendrá un diagrama de carga más eficiente que cada una de las
centrales por separado. (2) Las grandes centrales son más eficientes. El desarrollo
tecnológico permite que a medida que crece el tamaño de la central desciende el costo
13
Insull indica que algunas ideas relativas a la dimensión de la superficie que puede ser abastecida por
una central fueron originalmente de Emil Rathenau (Insull, 1915, p.136-137). En 1906, este y su hijo,
Walter Rathenau, formaban parte del Consejo de Administración de la CATE; Ver Memoria CATE
(1906), p.3.
10
del kWh por carbón usado14 . Así, tiene sentido conectar las diferentes redes locales
preexistentes, que se encuentran ligadas a diferentes centrales, quedando estas pequeñas
centrales para usos excepcionales.
Esta estrategia desarrollada por Samuel Insull en los EEUU, que posteriormente
adquirirá el nombre de “grow-and-build strategy”, es la base de los principios aplicados
por la mayoría de las empresas de electricidad. Está basada en principios cuya
aplicación se orienta hacia el aumento del consumo y hacia la caída en los costos de
producción. Al aumentar los consumos en las horas no pico, se contribuye a la caída del
costo por dos factores. Por un lado, porque mejora el diagrama de carga. Por otro lado,
para satisfacer el creciente consumo, se obliga a instalar nuevas centrales que son más
eficientes que las que se encuentran en funcionamiento15. En los años ’20 la estrategia
desarrollada por Samuel Insull surgía como la única forma lógica de administrar las
empresas de electricidad16. Según Hirsh, la ventaja de esta estrategia es que permitía
juntar los intereses de las partes, ya que se obtenían lucros crecientes con tarifas
decrecientes:
“The beauty of the grow-and-build strategy (…) is that the approach
meshed the interests of utility companies, its investors, and equipment
manufacturers with those of consumers. He demonstrated that the
promotion and load growth should be viewed as good because all
participants in the electric power matrix benefited with increased
business and lower costs.”17.
Un factor importante en esta estrategia es que la instalación de las infraestructuras
(potencia y redes) anticipen los consumos futuros. En los casos de las filiales de
SOFINA la estrategia expansiva funcionó hasta mediados de los años 30. En esa altura
se modifica, y la fuerte expansión verificada en el período de entreguerras se paraliza en
la fase siguiente. El último incremento considerable en la potencia instalada se hace aun
bajo administración de la CHADE; el 11 de mayo de 1934 entra en funcionamiento el
cuarto grupo turbo-alternador de 52.500 kW, llegando la Central de Puerto Nuevo a una
potencia de 210.000 kW.
Entre 1934 y 1939 las alteraciones hechas en las centrales se limitaron al reemplazo de
equipos de algunas “máquinas antiguas” por otras más eficientes
18
. Bajo la
14
Insull (1915), p.136-137; 152-154.
Hirsh (1999), p.46.
16
Hirsh (1989), p.21.
17
Ibidem.
18
Memoria CADE (1938), p.8.
15
11
administración de la CADE, la caída de la potencia instalada, en 1938, es causada por
haber quedado fuera de servicio el equipamiento antiguo, dando como resultado una
caída de la capacidad instalada en 23.728 kW (ver gráfico)19. Al año siguiente, aumenta
la capacidad instalada en 33.175kW debido a la conexión de un nuevo grupo turboalternador de 33.000 kW en la Central de Dock Sud, y al aumento en la capacidad de
pequeñas centrales provinciales en 175 kW. En síntesis, la potencia instalada se
mantiene constante en esos años, siendo que las variaciones, verificadas en el gráfico, se
deben a reemplazos por equipos más eficientes.
En 1939 se proyecta la ampliación de la Central Puerto Nuevo a partir de la instalación
de dos grupos turbo-alternadores de 52.500 kW. A pesar de la guerra, para la primera
fase de la ampliación se adquieren en los EEUU un grupo turbo-alternador y dos
calderas de 130T/h, mientras avanzan las obras de construcción civil. Paralelamente, se
instalan en Dock Sud dos calderas de 75 T/h. En 1941, se inician las negociaciones y se
encomienda un segundo grupo (nº6) con las respectivas calderas (nº13 y nº14) para la
Central Puerto Nuevo. En 1942 se conecta un grupo turbo-alternador (nº5) y las
respectivas calderas (nº11 y 12), fundamentalmente para hacer frente al pico del
invierno de ese año. Este será el último incremento de alguna relevancia en la potencia
instalada. Como se puede verificar en el gráfico, la tendencia de fuerte crecimiento de la
fase anterior se torna crecimiento leve o nulo si se compara con las necesidades del
sistema. En 1948 por primera vez la empresa va a necesitar establecer restricciones al
consumo por falta de potencia instalada para hacer frente a la carga máxima del
sistema20.
En síntesis, el crecimiento de la potencia instalada tiene como principio fundamental la
incorporación de turbo-grupos de mayor potencia y más eficientes. Por un lado, con el
desarrollo de las grandes centrales, las pequeñas centrales con máquinas a vapor quedan
como reserva del sistema y son completamente desactivadas a comienzos de los años
‘30. Por otro lado, en las grandes centrales con turbinas a vapor (Dock Sud y Puerto
Nuevo), los grupos iniciales son reemplazados por grupos mayores. Lo que se busca es
aumentar la eficiencia y la capacidad de determinada central. Los grupos desactivados
19
Nótese que el período de máxima demanda era el inverno. Por lo tanto, los meses de verano
(diciembre-febrero) eran usados para mantenimiento del equipamiento y salida de funcionamiento del
equipamiento que debía ser reemplazado. Como la memoria presenta los datos del 31 de diciembre,
muchas veces la potencia instalada es inferior a la verdaderamente disponible en los meses de invierno, en
que se produce la máxima demanda.
20
Esta cuestión ha sido desarrollada en Bussola (2007).
12
con pocos años de vida van para otras centrales más pequeñas. Así, las pequeñas
centrales ineficientes son desactivadas muy tardíamente porque en ese espacio es
imposible introducir grupos más potentes con las correspondientes calderas. En este
esquema de aumento de la potencia y de la eficiencia, los grupos menos eficientes no
son completamente desactivados hasta llegar al final de su vida útil; se reutilizan en las
centrales de la periferia o se dejan como reserva del sistema.
En las próximas páginas intentaremos mostrar cuáles son las ideas y las fuerzas que
provocaron la modificación de la estrategia de las filiales de SOFINA, a partir de
mediados de los años 30. Buscaremos comprender algunas de las razones para el
estancamiento de la potencia instalada que a mediano plazo hizo entrar en crisis al
sistema en 1948. A partir de mostrar (1) la crítica de gobiernos y consumidores a los
holdings de los años 30, (2) el desarrollo de ideas de los ingenieros/empresarios de las
compañías de electricidad en los Congresos de la Union Internationale des Producteurs
et Distributeurs d’Énergie Électrique (UNIPEDE) de la primera mitad de esa década y
(3) las nuevas estrategias expansivas desarrolladas por SOFINA, buscaremos
comprender el nuevo rumbo que tuvo la explotación de electricidad.
2. El nuevo rumbo de las explotaciones de SOFINA: 1935-1950
A finales del siglo XIX y comienzos del XX las grandes corporaciones se consolidan y
cuentan con el apoyo de la población. Después de la “golden age” de aceptación popular
de los años ‘20, la crisis altera el orden de las cosas. Las grandes corporaciones son
cuestionadas y el público se encuentra preparado para una fuerte intervención estatal21.
La década del ’30 es un período en que los holdings – como parte de las grandes
corporaciones – comienzan a ser cuestionados a nivel mundial. En el caso de los EEUU,
un analista de la época, Norman Buchanan, planteaba la cuestión:
“Until 1928 there was relatively little criticism of the holding
company system or the utility industry. The National Electric Light
Association had carried on a most effective program of public
relations which succeeded in submerging the few critics who
ventured to express themselves. Perhaps the first critic to receive a
respectful hearing was Professor Ripley with his MAIN STREET
21
Marchand (1997), p.81.
13
AND WALL STREET. Shortly thereafter the Senate ordered the
Federal Trade Commission to consider the whole problem. The early
disclosures of this study were so startling that several states undertook
independent investigations of the holding company and its relation to
public utility regulation; the more important of these were New York
in 1930 and 1935, Massachusetts in 1930, and Pennsylvania in
1931.”22
Por lo tanto, en los EEUU, a comienzos de los años ’30, el cuestionamiento
generalizado del desempeño de los holdings lleva a que varios estados hagan
investigaciones intentando establecer la mejor forma de regular las empresas de
electricidad. En su trabajo de 1937, Buchanan concluye: “In recent years the public
utility holding company has been widely criticized.”23.
Después de la crisis de 1929, las empresas holdings (y las grandes empresas privadas de
servicios públicos) enfrentan un gran problema: la creciente desconfianza por parte de
gobiernos y ciudadanos. Se plantea la cuestión de los lucros “excesivos” de estas
empresas y se proponen diferentes “soluciones” para limitar tales lucros. La regulación,
que hasta ese momento estaba en manos de los poderes locales, parece insuficiente para
el desarrollo de los servicios públicos. Los gobiernos nacionales implementan, de modo
creciente,
controles
a
partir
de
instituciones
nacionales
creadas
ad
hoc.
Municipalización de los servicios, tarifas reducidas, control de los balances de las
empresas, son las estrategias gubernamentales que buscan limitar los lucros de estas
empresas. De este modo, el período que se inicia con la crisis de los años ‘30 es
considerado por Marchand la segunda fase en la cuestión de las corporaciones,
caracterizada por la búsqueda de una legitimación moral y social de las corporaciones
ante la sociedad24.
Frente a este cambio en la política estatal, las empresas de servicios públicos buscan
mantener sus lucros de modo tal que sean distribuidos dividendos a los portadores de
títulos. El argumento fundamental es que el capital invertido debe otorgar una
retribución justa a los accionistas. Tanto los gobiernos municipales como los gobiernos
nacionales ejercen presión para que las tarifas sean cada vez más baratas. Estas
presiones de determinados gobiernos son en parte consecuencia de las presiones de los
consumidores. Entre diciembre de 1929 y enero de 1931, en Lisboa, los comerciantes
hacen la llamada “huelga de los consumidores” después de un incremento en las tarifas
22
Buchanan (1937), p.517.
Ibidem.
24
Marchand (1997), p.81.
23
14
de electricidad producido por la aplicación del nuevo contrato de 1928. La caída en el
consumo producida por esta huelga fue de tal magnitud que se demoró seis años para
restablecer la situación 25 . En Buenos Aires, entre 1932 los comerciantes inician
reclamos para que bajen las “tarifas convencionales”. El enfrentamiento entre los
consumidores y la empresa se extiende hasta 1936, cuando se bajan las tarifas a partir de
un nuevo contrato. El llamado affaire CHADE – que incluye la “nacionalización” de la
empresa, la prolongación de la concesión, etc. – es el saldo de este conflicto26. Estos dos
casos muestran que en los años ‘30 la sensibilidad de la población con respecto a los
cambios de tarifas de electricidad era alta y que la presión ejercida por los consumidores
en relación al precio del servicio será una condición para las estrategias empresariales
en el futuro.
Las estrategias desarrolladas por SOFINA en esos años están vinculadas a este
problema. En términos generales una de las salidas encontradas es la racionalización de
la administración de las empresas. Esta racionalización estará vinculada a evaluar las
inversiones en infraestructura y hacerlas más eficientes. Aunque el crecimiento del
consumo de electricidad exija ampliaciones constantes, lo que se pretende es que en
cada momento el capital invertido sea utilizado lo más posible. Una de las soluciones
encontradas es mejorar la distribución del diagrama de carga. Esto significa buscar que
el consumo aumente no en cualquier momento, sino en las horas de vacío. La
consecuencia esperada es una mejor utilización de la capacidad instalada. Esta cuestión
es importante porque permitiría bajar las tarifas.
Hasta los años ’30 no era fundamental la cuestión de la carga. Como veremos, en las
memorias de las empresas de SOFINA no hay ninguna referencia a la carga máxima del
sistema. Se puede suponer que los niveles de las tarifas permitían el crecimiento del
sistema sin necesidad de esa racionalización; en otras palabras, los consumidores
pagaban la capacidad instalada ociosa. Las presiones para bajar el precio de las tarifas
exigen (para mantener los lucros) hacer más eficientes las explotaciones. En el fondo, la
exigencia por parte de los consumidores de “electricidad barata” obliga al holding a
pensar en formas de volver más eficiente la explotación; mejorar la distribución de
carga surge como la primera estrategia.
25
26
Bussola (2004), p.37.
Para un análisis político del affaire CHADE ver: De Privitellio (1994) y De Privitellio (2003), cap.4.
15
SOFINA y la racionalización de las explotaciones: los consumidores domésticos
como objetivo
La crisis de 1929 afecta principalmente a las economías desarrolladas y, entre ellas, al
sector industrial. En el caso de los países en que la producción industrial no es
importante, como en Argentina o Portugal, la crisis fue menos pronunciada y se sintió
sólo en los primeros años de la década del ’30. Según Schroter, la inversión directa en el
exterior (FDI) en este período cayó en todo el mundo; sin embargo, esa caída no fue tan
pronunciada en el sector eléctrico27. Esto se debió a que la caída del consumo provocada
por la crisis de 1929 fue menos pronunciada en el consumo de electricidad que en el de
otros productos28. De este modo, en Argentina y Portugal, el consumo de electricidad
entre 1929 y 1936 fue siempre creciente, no sufriendo fuertes caídas como ocurrió en
Alemania o Estados Unidos (ver cuadro 1).
Cuadro 1
Producción de energía eléctrica (millones de kWh)29
1927
1928
1929
1930
1931
1932
1933
1934
1935
1936
Alemania
25135 27871 30660 28914 25788 23459 25622 30535 35692 41326
Argentina
1045
1130
1292
1420
1473
1590
1694
1827
1916
2054
Bélgica
3245
3622
4034
4131
4418
4136
4261
4305
4710
5142
Canadá
14549 16338 17963 18094 16331 16052 17339 21160 23405
España
2433
Estados Unidos
91421 89952 86312 77868 79983 85970 93656 106566
Francia
2609
2681
2804
2897
3027
11388 12976 14352 15339 14232 13592 14906 15172 15818 16659
Gran Bretaña
17563 17533 17874 18709 20303 22946 25876 29094
Holanda
1604
Italia
10800 11000 10800 10652 11768 12640
Méjico
1817
1979
2040
2082
2158
2207
1786
1491
1425
1529
1833
2064
Polonia
3048
2906
2598
2257
2396
2622
2820
Portugal
240
260
268
287
302
325
356
Suiza
5300
5200
5049
4790
4934
5348
5692
370
Fuente: Memoria SOFINA, (1931), (1935), (1936), (1937).
27
Schroter (2006), p.102-104.
Según Millward, “Whereas in Western Europe industrial production in the 1920s and 1930s was
tipically growing at no more than 2% per annum, electricity was expanding at 6%-7%”. Millward (2005),
p.112.
29
En la mayoría de los casos se trata de datos de distribuidores y autoproductores. Sin embargo, hay
casos en que los números representan sólo los distribuidores y otros distribuidores y ferrocarriles
eléctricos.
28
16
Preocupada en atenuar las consecuencias de la crisis para el sector eléctrico y con el
objetivo de generar una demanda estable de electricidad, SOFINA analiza lo sucedido
en los diferentes países para sacar conclusiones que le permitan un mejor desarrollo de
sus filiales después de la crisis. De este modo, incluye en las memorias del Consejo de
Administración de los años posteriores a la crisis tablas con la producción de
electricidad en los diferentes países. Según el holding, en EEUU la crisis fue atenuada
en el sector eléctrico debido a que el aumento del consumo doméstico (iluminación y
electrodomésticos) compensó, en parte, las perdidas del consumo industrial 30 . Si en
1935 el consumo de electricidad en EEUU supera por primera vez los valores de 1929,
se debe, fundamentalmente, al crecimiento del consumo doméstico, ya que los valores
de consumo industrial de ese año siguen siendo inferiores a los de 1929 31 . Según
SOFINA, en EEUU la crisis no fue más pronunciada en el sector eléctrico debido al
aumento del consumo doméstico que compensó, en parte, las pérdidas del consumo
industrial:
“During the recent years of depression the continuous increase in the
demand for electricity for lighting and household appliances has
gradually counterbalanced the decline in industrial consumption. In
1934 this decline was arrested in some countries. And the
improvement became general in 1935.”32
Inclusive, el holding considera que hasta la recuperación total de la industria será el
sector doméstico el que permitirá el aumento de la demanda: “But until a more definite
and pronounced business recovery sets in it, is more particularly the demand for electric
lighting and household appliances that is bringing about a rise in the consumption of
electricity.” 33 . En parte basada en la experiencia americana, la nueva política de
SOFINA para sus filiales es de desarrollo del consumo doméstico.
Hay otra preocupación de SOFINA que se ve reflejada en los datos de las memorias de
sus filiales. El diagrama de carga comienza a ser un problema y esto se ve reflejado en
la inclusión de datos que permiten evaluar la evolución de esa variable. En las
estadísticas de la CHADE y de su sucesora CADE son presentados valores de la
potencia instalada en las Memorias Anuales del Consejo de Administración. En 1937, la
CADE introduce otro indicador que se relaciona con aquel: la carga máxima del
30
Memoria SOFINA (1935), p.37.
Ibidem.
32
Ibidem.
33
Ibidem.
31
17
sistema34. En el caso de la filial en Lisboa, las menciones a los diagramas de carga
surgen recién en 1937 en las Memorias del Consejo de Administración. Por primera
vez, ese año se presenta un gráfico que muestra como mejoró el diagrama de carga entre
1927 y 193735. En 1938, en lugar de un gráfico hacen una maqueta en tres dimensiones
que llaman “Montaña de cargas – Central Tejo” en donde se puede ver la carga diaria de
la central a lo largo todo el año36. Estos esquemas muestran una creciente preocupación
por el diagrama de carga da la Central. Esto indica que la evolución del diagrama de
carga deja de ser un dato técnico para ser un tema que merece la atención de los
accionistas de las filiales de SOFINA.
La cuestión de la venta de electrodomésticos en los Congresos de UNIPEDE
Las ideas presentadas por Heineman en las memorias de SOFINA tienen por objetivo
argumentar frente a los accionistas las políticas desarrolladas por el holding. Las ideas
relacionadas con el desarrollo del consumo doméstico no son exclusivas de SOFINA y
algunas de ellas están presentes en los Congresos internacionales como los realizados
por la UNIPEDE en 1932, 1934 y 1936. La evolución de los temas y cuestiones tratadas
en esos tres Congresos permite comprender el surgimiento de determinadas estrategias
por parte de SOFINA.
En los primeros congresos de la UNIPEDE las cuestiones sobre los electrodomésticos
ocupan un lugar marginal. En el IV Congreso de la UNIPEDE, en 1932, por primera
vez se crea un comité destinado a tratar las cuestiones de las aplicaciones (aparatos
eléctricos) y de su propaganda: “Applications et propagande”. A pesar del título del
comité, las cuestiones sobre la propaganda no son tratadas y los trabajos están
orientados a mostrar los resultados de los cambios en el consumo de electricidad,
causados por el uso de determinados aparatos domésticos.
Hay dos cuestiones relacionadas con la crisis que son destacadas en el informe realizado
por Casimir Straszeswski, presidente del mencionado comité. En primer lugar, la
potencialidad de crecimiento del consumo doméstico con respecto a la caída del
consumo industrial ocasionada por la crisis. En segundo lugar, los posibles problemas
con los consumidores, ya que se destaca que cualquier aumento o restricción en el
34
Aunque la llamada “carga máxima del sistema” es introducida en las Memorias de 1937, pero contiene
los valores de 1936 y 1937. Ver: Memoria CADE (1937).
35
Memoria CRGE, 1937, p.17.
36
Memoria CRGE, 1938, p.17.
18
consumo produce un disgusto en los usuarios, debido al descenso de los ingresos (sobre
todo de la clase media). Por eso, se registran, en varios lugares, campañas contra los
precios de la electricidad. El informe de la comisión presenta discusiones sobre estas
dos cuestiones37. Con respecto a la primera cuestión, hay trabajos que intentan mostrar
las ventajas del uso de determinados “appareils électro-domestiques”. Frédréric
Hartmann, ingeniero de la compañía Electricité de Strasbourg, en un estudio realizado
en base 343 usuarios que incorporan la radio, muestra que hubo un aumento promedio
de 30% en el consumo de electricidad, alcanzando en algunos casos el 45% 38 . El
ingeniero Civita, de la Società Ligure Toscana de Eletticità, a partir de una encuesta
realizada en un pueblo italiano, muestra que el incremento del consumo verificado por
el uso de las radios fue en promedio del 24% 39 . Según Casimir Straszeswski,
considerando que en los dos casos los análisis fueron hechos en un contexto de caída
general del consumo causado por la crisis, sostiene que el aumento en el consumo de
electricidad originado por el uso de estos aparatos puede ser más significativo de lo que
reflejan estos números40. Al cerrar el informe concluye que las aplicaciones domésticas
serán las salvadoras del sector eléctrico:
« En terminant, nous voudrions encore une fois insister sur la
nécessité, pour les secteurs, de diriger toute leur attention sur les
applications domestiques qui, plus que les autres, peuvent, pendant la
crise mondiale, maintenir la consommation à son niveau actuel et qui,
après la crise, contribueront à amener un accroissement considérable
de la consommation totale. »41
A pesar de los buenos resultados mostrados en el uso de las radios, se plantea la
cuestión de que la venta de este aparato fue realizada sin campañas de fomento. Según
Hartmann, ese es el caso en Francia:
« En présence des augmentations de consommation et autres
avantages signalés, on est étonné que les sociétés de distribution
n’aient pas cherché â favoriser l’emploi des appareils de T.S.F. En
général, aucune campagne systématique n’a été entreprise par elles, à
part quelques cas isolés. Particulièrement chez nous, en France, la
question a presque entièrement été négligée. »42.
37
Congreso UNIPEDE (1932), vol II, p.622.
Congreso UNIPEDE (1932), vol II, p.645-650.
39
Congreso UNIPEDE (1932), vol II, p.768-771.
40
Congreso UNIPEDE (1932), vol.II, p.620.
41
Congreso UNIPEDE (1932), vol.II, p.624.
42
Congreso UNIPEDE (1932), vol.II, p.649.
38
19
Es de este modo que una de las ideas expresadas en el informe es que los aparatos
eléctricos, incluso los pequeños, contribuyen de manera significativa al aumento del
consumo. Sin embargo, el fomento de la venta de estos aparatos todavía no es una tarea
que las empresas de electricidad consideren propia. La excepción, según Hartmann, es
la Electricité de Strasbourg, que estimuló la venta de radios mediante el plan “ElectricCrédit” financiando cerca de 1800 aparatos43.
En el V Congreso de la UNIPEDE, en 1934, participan ingenieros de la MotorColumbus y de SOFINA en el comité de aparatos y propaganda. La presencia de estos
ingenieros indica que las ideas discutidas en estos congresos circulan, no sólo en las
empresas sino también en los holdings. SOFINA aportaba a las subsidiarias, además del
capital necesario para la expansión, “servicios” de consultoría. Para estos servicios
SOFINA contaba con personal propio que recogía la información de las diferentes
empresas y proyectaba las orientaciones que las subsidiarias debían tomar. Una de estas
personas es Deutsch, jefe del “Service de Propagande” de SOFINA, quien participa de
este congreso de la UNIPEDE. En esta oportunidad no presenta comunicación, pero
participa de las discusiones de la Comisión V (“Application et Propagande”) acerca de
la venta de los aparatos en cuotas. Hartmann en su comunicación, “Rapport sur la vente
a crédit des appareils electrodomestiques”, plantea la cuestión de la existencia de una
determinada resistencia a la venta en cuotas. Según él, esta resistencia se debe al hecho
de que muchos analistas consideran que una de las causas de la crisis de 1929 fue la
venta en cuotas a personas incapaces de cumplir con las cuotas 44. Las personas que
intervienen en la discusión coinciden en las ventajas de la venta en cuotas, pero plantean
algunas cuestiones. Deutsch indica seis problemas señalados por los distribuidores con
relación a la venta en cuotas. En los dos últimos problemas se discute qué tipo de
electrodomésticos se debe vender en cuotas. En el quinto punto, argumenta que la
distribuidora no puede vender (o financiar) cualquier electrodoméstico, sino que está
obligada a hacer una selección de marca, calidad y precio:
« Un cinquième point qui doit donner à réfléchir aux exploitants, c’est
la question de savoir si une société d’électricité doit vendre n’importe
quels appareils électro-domestiques, (...)
Je crois que les sociétés d’électricité sont actuellement assez
expérimentées pour pouvoir étudier et sélectionner elles-mêmes les
appareils électro-domestiques les meilleurs, afin de déterminer quels
sont les types d’appareils préférés à juste titre par le client et dont il
43
44
Congreso UNIPEDE (1932), vol.II, p.649.
Hartmann (1934), p.1.
20
faut, dans l’intérêt commun, pousser la vente, et quels sont ceux qui
sont préférés à tort, et qu’il ne faut pas favoriser. »45.
Esta cuestión está relacionada con determinada responsabilidad social de las
distribuidoras de energía. Al proveer un servicio público son también responsables de
garantizar a los consumidores electrodomésticos de calidad. Deutsch considera que esta
es una función que las empresas deben cumplir a favor del “interés común”.
En el último punto, se encuentra la afirmación de que la venta en cuotas no siempre
respeta el principio de fomentar el uso de aquellos aparatos que contribuyen a mejorar el
diagrama de carga:
« Enfin la sixième et plus importante des appréhensions résulte du fait
que la vente à crédit n’a pas toujours été faite dans l’esprit qui lui était
assigné, à savoir « vendre des appareils favorables au diagramme de
charge de l’entreprise en facilitant leur acquisition aux clients ».
Souvent les distributeurs ont négligé de sélectionner les appareils
vendus selon leurs caractéristiques de consommation et l’influence de
celles-ci sur le diagramme de charge ; trop souvent on a vendu à
crédit des appareils coûteux, consommant peu d’énergie et tombant
en pointe ; ainsi, c’est à tort que certains réseaux vendent des grandes
quantités d’armoires frigorifiques très chères, des postes de TSF
coûteux, qui se démodent vite et qui consomment peu ; et cela à mon
avis est un point qui a été également un peu négligé. »46.
Aquí, el interés defendido es el de la propia empresa. Según Deutsch, la selección de los
electrodomésticos financiados por las distribuidoras de energía debería estar orientada a
mejorar el diagrama de carga. Por lo tanto, con respecto a la cuestión de cuáles
electrodomésticos vender (o financiar), se defiende que las distribuidoras de energía
deben seleccionarlos en base a tres criterios. En primer lugar, se debe hacer una
selección de los electrodomésticos basada en una buena relación calidad/precio. En
segundo lugar, la relación precio/consumo de energía de los electrodomésticos debe ser
elevada (i.e. no deben venderse electrodomésticos caros que usen poca energía).
Finalmente, deben ser electrodomésticos que contribuyan a mejorar el diagrama de
carga.
En 1936, en el VI Congreso de la UNIPEDE, Deutsch presenta una idea innovadora con
respecto a la política sobre los electrodomésticos. Mientras muchos de los trabajos se
orientaban a fomentar la venta de grandes electrodomésticos (e.g. calefón, cocina,
heladera), él señala las ventajas de fomentar la venta de los pequeños electrodomésticos.
Argumenta que la difusión de estos aparatos (e.g. radio) además de producir un aumento
45
46
Congreso UNIPEDE (1934), vol.I, p.337.
Congreso UNIPEDE (1934), vol.I, p.337.
21
en el consumo – como vimos se argumentaba en el congreso de 1932 – prepara al
consumidor para el uso de los grandes electrodomésticos, ya que lo habitúa a usar
electricidad. Esto muestra que la estrategia de SOFINA es el aumento del consumo de
electricidad a largo plazo. El objetivo es transformar a la electricidad en un servicio que
esté completamente incorporado en la vida cotidiana de las personas. Frente al miedo de
electrocución presente en los habitantes de las ciudades, parece una buena idea fomentar
el uso de electrodomésticos, aunque de poco consumo para volver un hábito al uso de
electricidad.
El problema de la estructura tarifaria
En otro trabajo afirmamos que la estrategia de Heineman para el desarrollo del consumo
doméstico a partir de mediados de los años 30 se basó en el aumento del consumo por
consumidor (“en profundidad”) y no por el aumento de los consumidores (“en
superficie”). La conclusión de ese trabajo es:
“Como vimos, a mediados de los años 30, la estrategia de la CRGE y
de la CADE, orientadas por los principios de la Sofina, es la de
fomentar el aumento del consumo doméstico. Así, la búsqueda del
aumento del consumo “en profundidad” se basa en fomentar la
adquisición y uso de electrodomésticos. Para ello las empresas
establecieron tres tipos de prácticas: (1) difundir mediante campañas
las ventajas del uso de estos aparatos; (2) facilitar la adquisición e
instalación de electrodomésticos a partir de la venta en cuotas y de la
coordinación con vendedores e instaladores; (3) ofrecer energía
barata, a partir del esquema de bloques regresivos, para el uso de
estos aparatos. La Segunda Guerra Mundial pone un freno a esta
expansión y altera la relación entre gobierno y empresas.”
Por otro lado, en el presente trabajo vimos que el holding hace bastante hincapié en el
mejoramiento del diagrama de carga como estrategia de crecimiento. Asimismo, a pesar
de los argumentos a favor de la introducción de los electrodomésticos baratos de
calidad, de alto consumo y que contribuyeran al mejoramiento del diagrama de carga, la
venta espontánea de radios se considera muy positiva en los Congresos de la UNIPEDE.
De hecho, el aumento en las ventas de las radios es altamente significativo en los años
‘30 y ‘40.
En síntesis, el aumento del consumo de cada consumidor y el mejoramiento del
diagrama de carga son las dos estrategias que orientan a SOFINA en los años 30. Estos
dos principios en un punto son incompatibles. En las empresas de Buenos Aires y
Lisboa son aplicadas las mismas estructuras tarifarias a partir de mediados de la década
(tarifas regresivas). La cuestión que surge es porque no se utilizó el sistema de tarifa bi-
22
horaria, que fomenta el consumo en las horas de vacío y lo penaliza en las de pico, y si
el sistema de tarifas por bloques regresivos, que fomenta el consumo en cualquier
horario. En otras palabras, si lo que se pretendía era mejorar el diagrama de carga,
porque no se eligió una estructura tarifaria que se orientara a fomentar el consumo en
las horas de vacío. Las tarifas regresivas, fomentan el consumo sin diferenciar el
momento del día en que es realizado.
La respuesta puede venir del director del otro gran holding eléctrico. Según Niesz,
director de MOTOR-COLUMBUS, la tarifa bi-horaria no es recomendable y va contra
los objetivos de expansión de los consumos domésticos: “C’est un freinage de ces
applications, qui va à l’encontre de la propagande.” 47 . Al penalizar las “horas de
iluminación” – horas de la noche en que se da el pico de consumo – vuelven
prohibitivo el uso de la cocina eléctrica y limita el uso de otros electrodomésticos como
la plancha 48 . Por un lado, se apoya la penalización de la electricidad usada para
iluminación (culpable del pico), debiendo ser más elevado su precio; por otro lado,
consideran que los otros usos como ser la cocina, la plancha, el calefón, etc. deben ser
fomentados con precios inferiores. De este modo consideran que las tarifas por bloques
regresivos son las que mejor se ajustan a sus objetivos.
La CRGE al promocionar las tarifas regresivas en Lisboa, explicita que los precios de
cada bloque (o escalón) están destinados a los diferentes usos:
“Pelo primeiro escalão (iluminação), (...). O segundo escalão (...) diz
respeito à energia que vai além do valor estabelecido para iluminação,
e é logicamente reservado ao consumo das pequenas aplicações: ferro
de engomar, fervedor de água, aspirador de poeira, etc. (...) O terceiro
escalão (...) destina-se a favorecer as aplicações mais importantes e de
maior consumo, como, por exemplo, o uso de armários frigoríficos,
irradiadores para aquecimento, aquecedores de água por acumulação,
(...) máquinas de lavar, etc.”49
Por lo tanto, para SOFINA, las tarifas regresivas son también la mejor solución, ya que
a partir de 1937 en Buenos Aires y Lisboa son aplicadas las tarifas regresivas basadas
en las divisiones de los hogares. Parece que la palabra prohibida para las estrategias de
SOFINA es la de penalizar los consumos. Si la opción es entre una tarifa que penaliza el
consumo y mejora el diagrama de carga, y otra que fomenta el consumo sin penalizar el
uso en las horas de pico, la elección es por la segunda.
47
Congreso UNIPEDE (1934), vol.I, p.259.
Ibidem.
49
O amigo do lar, 31-3-1937, p.14;19 e 22.
48
23
En el fondo, parece que prevalece el aumento del consumo, incluso en las horas pico. El
objetivo es aumentar el consumo de electricidad, incluso aumentando la carga del
sistema. Esto permite comprender el uso de estructuras tarifarias por escalones
regresivos en lugar de las tarifas bi-horarias.
Consideraciones finales
Las ideas y las estrategias que presentan los integrantes de SOFINA en los diferentes
documentos consultados suscitan una serie de cuestiones que quedan en abierto. En
primer lugar, la expansión que se verificó hasta mediados de los años ‘30 se transformó
en estancamiento en la siguiente fase. Esta ausencia de crecimiento fue de tal magnitud
que no llegó a anticipar los consumos y generó la implementación de restricciones al
consumo. ¿Cómo explicar este fenómeno? ¿Es sólo en períodos de lucros altos (19071936) que la expansión de la capacidad instalada anticipa los consumos? En segundo
lugar, ¿es realmente un problema la tensión entre el mejoramiento del diagrama de
carga y el aumento del consumo? ¿Será que se piensa que las tarifas por bloques
regresivos pueden eventualmente contribuir a mejorar el diagrama de carga, ya que gran
parte del uso de electrodomésticos se produce durante el día? O ¿Las cuestiones del
diagrama de carga serán un problema real o sólo un deseo de “racionalizar” la
explotación por parte de los ingenieros que no tiene incidencia en las finanzas de la
empresa? De ser así, ¿el mejoramiento del diagrama de carga es apenas un argumento
para negociar tarifas, más que un problema real de costos de producción?
24
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