Tomo l. Num.1. Bogotá, l.' de abril de 1849. ~~--~-~----- -------~ A:NUESTROS LECTORES. Un periódico mas! .. Bravo! viva la libertad de imprenta! vivan los proO'resos tipúrrráficos que diariamen· te ¡:;cemos ! fado el mundo es escri. tor, porque todo el mundo tiene clere. cho para serlo, aun cuando no posea las cualidades que se requieren para erijir:;e en tribuno .... Pero en mala hora ve la luz este nuevo periódico, i en malhadado instante concibieron sus Editores el descabellado proyecto de publicarlo ; no son tan grandes i premiosas las necesidades periodísti. cas de esta capital i aun de la Repú. Llica entera, que no estén mas que satisfechas con las multiplicadas pro· ducciones que vomitan nuestras pren. sas; en Bogotá no mas tenemos L a Gacela, El Constitucional, El D ia, El Aviso, El Neogmnadino, La América, L a VOl del P ueblo, El R epublicU1W, La P rensa, El P"ogreso, L a Crónica del Colejio del Espíritlt ."'anto, i varios otros periodiquillos de menor cuantía, sin contar con los que de ultramar nos vienen, que tambien nos cuestan la plata i nos gastan el tiempo, como El Correo de Ultramar, TJa Crónica, El Correo de los E sta· dos Unidos , El Correo de la E uropa ~'('. cJ'"C· t{·c.; ¡sin poner en la balanza a. Chile, Perú, Venezuela i Ecuador, que cada semana nos regalan con una buena provision. E n Cartajena tene. mos ademas EL S~:MANAnlo i El. FA· NA 1" con algunos otros de circunstancias: en Santamarla L a Gaceta lllerW11líl i el Samario: en Antioquia la E strella de Occidente i El. CENSOR. En R iohacha El R ioltac/¡e7'o : i en las demas provincias <llgunas otros que, o no conocemos, o no recorda mos ¿ Podrá esperarse, pues, que EL M US EO que hoi se nos ofrece tenga suscritores, pero ni aun lectores siqu iera, siendo tan reducido el número de las personas que leen? Dificil, mui dificil es que el tal M USEO, que acaso será alguna pamplina, pueda sostenerse, ni costearse. 1 aun si fuera algun peri6dico polí. tico, que se ocupase en ventilar las cuestiones mas importantes relacionadas con el porvenir de la Patria, un periódico de aquellos cuya mision es arreglar el mundo i fal~ar sobre su suerte futura, hablando el lenguaje republicano, sosteniendo el dogma de· mocrá tico i Jos sac rosantos principios de libertad , abogando por la causa de las marorías, i en fin, sustentando todo aquello que han proclamado los pue. blos del hemisferio de Colon, i que forma el progra ma del verdadero par. licio liberal de todos los paises, en ha. rabuena! E sto sería darnos un a mer. canda que consmnimos i apetecemos, seria contribuir patriótica mente a la educacion política del pueblo, a. la instruccion de las masas. P ero un 2; ::a:;::x.,.. :NIk-.:..7t!!!1i1:.;::-=-e "tu5t5t.5t.9.5t5tA5t Ri.5t9ll.5t.!l5t Rll.5t U 9llJ1.lIlUI iS!..2 9.9Jl.9 i.2llllIl.II..lI1tU2.l!.l1l1.2U9 .2j!.u.~ iUUllllllll5t o/ • l)eriódico literarÍo ¡ en estas alturas! •••• en la época mas crítica! cuando todavia está fresca, palpitante la crísis eleccionaria ¡c.uando apénas estamos sudando la calentura del 7 de marzo! •.•. Un peri6dico literario donde no hai literatos ni literatura! en un pais eminentemente político, dado a las cuestiones graves; donde el templo de la Gloria no tiene mas que dos puertas, la política i las armas l .. . E s inconcebible; fuerza es que sus calaveras Editores estén ciegos para no ver sus verdaderos intereses i los de su Patria. T odas estas i mucha s mas reflexiones juiciosas harán algunos de los que quieran tomarse la molestia de leer estas páj in as. Razon ti enen i les sobra; pero el cargo de ceguedad no lo admitimos: con conocllniento de causa obramos; por eso nos reconocen1os i confesamos calaveras hasta cierto punto. Si laesperieneia es la maestra en todos los negocios hum anos, debemos augurar mui mal éxito para nues· tra humilde, o mas bien, osada em pre· sao Nosotros volvemos 1<1. vista para examinar cuál ha sido la suerte de aquell as pocas publicaciones que a· band onandoel escabrosocnmpo de la política han pretendido segui r un sendero mas ameno i flori do, i que han querido trocar Ins adulaciones o sa rC"lsmos, las mentiras o dicterios, los delirios o las cuestiones personales por las dulces inspiraciones del jenio i el apac ible trato con I:::ts l\Iu ~:'Is: que han dejado la trompeta del heraldo i la ban· dera del tribuno por la sonora. lira i la verde corona de laurel .... Bien lo sabemos: bien esperimentado tenemos por desgracia que los esfuerzos que mas de una. vez se han hecho en esta. capital para fllndar i soste ner periódi. cos consagrados esclusi\'amente a la literatura. en sus diferentes ramos, 16jos de ser fructuosos, no han tenido otro result ado que la aparicion mo· mentanea de meteoros literarios que, apenas ensayaban ilumin ar nuestro horizonte, se apagaban en las tiniebla s de la ignorancia o de la indiferencia, sin quedar vestij io alguno ele su pálida luz. Desgracia lamentable por muo ehos estilos, i sobre todo por lo que respectaal buen nombre i crédito de nuestro pais, célebre en los fas tos amerlca. nos por sus hechos de armas j por sus grandes hombres públicos, ¡oscuro i desconocido en literatura i en artes. Pero .... ello ha de ser!! tarde o temprano habrá de forma rse el gusto por esta clase de lectura; tarde o temprano han de jeneralizarse estas producciones, vistas hoi con est61ida indi len:ncia en nuestra propia tieITa. iH as este gusto se fo rm ará por sí solo. ¿ E stas producciones han de salir de la nada, al soplo de Dios? No! fuerza es que algunos aficionados demos el ejemplo poniendo la primera piedra de ese futuro alcázar de las letras que muchos j6\'enes div isan entre la bruIn o. del incierto por ven ir como una vision fantústica que les forja su ardi ente imajinacion. Ello ha de ser! repetimos. No he· mos de ser los granadinos los que nos quedemos atras en la carrera de civi. lizacion en que marchan a pasos de jignnte nuest ros hermanos de Sur· Am érica. Pero esta voz de adelante! qu ien la ha de dnr ? Alguno Ira de ser el primero: no el mas osado, sino el mas entusiasta: no el ma s patriota sino el mas di lijente, el ménos perezoso. lIenos, pues, aqu í a. nosotros repi. tiendo el eco de esa voz que ya han dado en otras épocas, ;lunque en vano, algunos jóvenes, a quienes desde lue· go cedemos gustosos la palma de la primacín. ll enos aqu i dispuestos a Rrrostrnr todos los obstác ul os, a hncer ji'enle a tod os los escollos que divisa mos desde la proa. de nuestro débil batel ; henos dispuesto a sufrir con resignacion las dolorosas picaduras de la crítica sana i de la apnsionada, a trabnjar como una gota de agua so· bre hl dura piedra del egoismo, de la. indiferencia i de la pereza. Como no nos falten los recursos intelectuales, las fuerzas de la vol unt ad i del ánimo no fallarán. Favorézcanos la juventud con su induljencia i ayuda , i nuestro M USEO, pobre ¡exiguo hoi, podrá os tentar con el tiempo raras precio. sidades, i ser la admiracion i la gloria. de la América. :lIIE:~ :tIIHICW.:..T~~.aa. 3 ~~~~~i~~RR'Q9RRO,Ooo~~R~r~~i'R'~RRRRQRRR~RR~R~~RR" No blasonamos nosotros de litera. tos, ni pretendemos recojer aplausos, ni ménos obtener ganancias p~cuniarías (decimos francamente como la zorra:" no están maduras ") únicamentequeremo:;, para valernos de un a fiO'ura muí conocida i trillada ayudar ao abrir el camino,. contribuir por nuestra parte al abono i preparacion del terreno donde ha de co~ec.harse mas adelante una abundosa mies. Es una gran. verdad reconocid.a ya por nuestros Jó\-enes que los palses nuevos de Am~rica deben dirijir su atencion i esfuerzos a la creacion i formacion de una literatura suya propia, de una literatura enteralllerite nacional; i y:l que conocemos que esta es nuestra misio n, fuerza es que cuanto antes procuremo!O pasar de la teoría a la pr:'tclic3_ Ya es tiempo desatisfacer esta necesidad continentaL Q;.té! siempre hemos de estar cantando insulsos amores en monótonas endechas? no saldr('mos jamas del círculo sempiterno de la pocsía erótica. i de la pintura de las escenas comunes de la vida europea? No! pasemos mas ade\:ante! en vez de imitar, creemos! Nuestros padres los espai'ioles nos dejaron tbdo, relijion, idioma, costumbres; todo, ménos ciencia e ilustracion; lo poquísimo que de esto tenemos nos lo d ~ bemos a nosotros mismos, a nuestros propios e instinti\'os esfuerzos; pero desgraciadamente eso poco es un amalgama monst~uoso, un todo estrayagante, que no tiene colorido, ni luz, ni diseilo ni forma alguna. Debámonos, pues, tam· ~ie~ una literatura propia ¿ Kos falta J.élllo P?ra crear? no! ¿ Nos falta protunda 1 despejada. intelijencia para compr~nder i percibir lo bello, para se~tlr I con?Ce~_ l a ~atllraleza? no! ¿ Nos falta lma]lIlaClon risuena i 110rida. para adornar, para cautivar por mediO de las formas? no! Qué nos f?lta pues? nos falta constancia, espír~tu el~)prendedor, un poco de auda~Ia; mléntras que nos s?bra modestia I pereza, ~esconfianza I neglijencia. La América con toda su magnífica grandeza, con su pureza virjinal, es un campo vastÚlimo que se estiende ante los ojos del que naci6 poe~a. e~ decir, dueño de un corazon sensIble, 1 de un alma noble, ardorosa ¡sublime. El imponente espectáculo de esa naturaleza rica i jigantesca, suministra abundante materia para la poesía descriptiva: la gloriosa historia de e~­ taparte del nuevo mundo, sus tradlciones indíjenas, su fábula misma se prestan. admirablemente para el ro· manee I para el drama¡ desterremos, pu~~, ese il~je.~to. raqt.títi.co ~n que., d.c plaJIO en plaJIO I de ImltaClon en 1In1tacion, llegamos solo aal canzar frutos desmedrados i fuera de sazon, como los quc producen las plantas trasplan. tadas en terreno que no les conviene. Si! La. América, i se ilal adamente la Nueva Granada., es un inmenso venero para el espíritu, como lo es para el cuerpo: una mina tan rica i abun. dante para el literato como las de los metales i piedras preciosas que oculta en sus entrailas. Si lajuventud quiere esp!otar e~a mina con teson ¡constan. cia, este bello pais será algun dia rico de gloria Iheraria.. Tengamos fe en ese pon'ellir, tengamos confianza. en nuestras propias fuerzas i todo lo alcal1Za~emos. No nos acostumbremos a mirar como imposible aquello en que aun no hemos ensayado todos nues. tros recursos. i Manos, pues, a la obra, brillante juven tud! De vos lo espera todo la. Patria; de vos lo esperamos todo nosotros! Ayudadnos, desterrad de vues. tro noble pecho el egoismo i la tibieza, harto comun por desgracia ! El dia que colocados en el alto templo de la. gloria contempleis bajo vuestros pies la obra de vuestros jenerosos esfuer. zos, ese dia entonareis himnos de ala. banza i agradecimiento a los que os estimularon con su ejemplo, i alenta. ron vues tra desidia! ..•• Pero se alarga demasiado esta in. troduccion. Bien hubieramos querido ahorrarnos el trabajo, i a nuestros lectores el fastidio, de esta especie de pr610go o prefacio, temerosos de co. meter. el pecado de repeticion de lo que dicen todos los periodistas en sus prospectos, i de tener que recurrir al uso de aqueUas frases que los france. I I I , ses llaman banales, tan comunes i manoseadas, tan Ilen.as de protestas i promesas, que nadie atiende i que nadie cree; pero siempre hemos pensado que esta es una lei de cortesía que no puede desatendersc sin cometer una falta para con el público. La presentacion de un individuo en una sociedad exije c iertas fórmulas, i con mayor razon la del escritor que va a entrar en relaciones con ese público i a ejercer para con él un ministerio augusto, si bien prostituido i de(Tradado en oca. o Slones. Coneluiremos con una advertencia. Ni nuestras ocupaciones, ni nuestro escaso caudal de conocimientos nos permiten consagrarnos a redactar un periódico estenso ni enteramente orijinal: el que espere hallar en ell\IusEo ambas cosas irá muí descam inado. Por altora nos contentaremos con publi car ](i pájinas del tamal10 de las presentes, una o dos vezes al mes. En ellas se verán aquellas producciones nacionales, cn prosa o verso, que podamos haber a las manos; de resto in sertaremos algunas traducciones, i artículos tomados de periódicos es· tranjeros. Ya se deja yer, pues, que sel"illl recibidas con placer i gratitud, i colocadas de preferencia. en nuestro l\IU~E O, las producciones que quieran enviarnos nuestros compatriotas, sobre materias que son objeto de esta publicacion. Si asi fuere, nuestro reconocimiento se rá eterno, i nuestro periódico alcanzará el mérito que hoi no tiene. LL. EE. LLANTO 1MELANCOLIA. A fe que el cncabeza miento que lleva este artículo no deja de ser romántico i del todo acomodado a Ia.s ideas dominantes en esta nuestra sociedad tan llena de ailomalias mas o ménos ridículas. De buena gana me lanzara yo en el laberinto de un oscuro prefacio, como suelen hacerlo los escritores que, teniendo poco que decir . no por eso dejan de hablar mucho, i <trrastraría al pobre lector, si n dejarle tiempo ni aun para respi- 1"ar; pero, hombre positivo, tiro siempre al blanco, voi al grano; de esta manera aunque no logre inslruir o deleitar al leyente, por lo ménos no lo engailo ni fatigo, haciéndole presajiar por enfáticos clausulones de molestos preámbulos un escrito niagnífico como tal vez lo deseara yo; pero tal cual seguramente nunca podría producirlo mi estéril \"ena. Quizá alguno se habrá asustado al ver la. materia en que parece me vOL a ocupar; pero pierda. cuidado, que no quiero ensordecer su oido con el bronco quejido de mi pena ni con las destempladas melancolías de mi alma. No es del llanto que brota del ojo de un infeliz, ni de la tristeza que carcome el corazon de un cuidado de lo que voi a habbr. Son el inagotable lIanto,laconstante melancolía de séres alegres i ri suellos, que tienen un alma de fuego, nlil esperanzas i un corazon todo repleto de amor las mas vezes, los que en este bien o malaventurado dia me ponen la plmna en la mano. Cosa estraña! ¿El llanto) la melancolía son tambien hu éspedes importunos que llaman al umbral sagrado de séres como esos, mas bien. lelizes que desgraciados, o tal vez mas indiferentes que sensibles? Sí sefior. i no sei'ior. J aunque a primera vista esto parezca padoja. o enigma. con mas eXi~men se verá que es verdad no ménos clara que el a~ua de una. fuente límpida i tranquila ¿ Conoce U. entre nosotros a ciertos indi\'iduos que forman la s delicias de nuestras reuniones por su trato ameno i jovial, sus chistes agudos, sus re!':puestas vivas i oportunas i dema s dotes ineherentes a un buen juicio lleno por la sabiduría i adornado por la educacion? E sos que Jlam.amos poetas? Bien ~ No los ha visto U. sentados en el festin de los placeres sociales i domésticos, gozando de las ventajas de lacivilizacion i deleitando su alma en la sa tisfaccioll de sus necesidades morales·e intelectuales? Luego ellos son en lo jeneral lllas dichosos que desafortunados, i como todos, beben la miel i el acíbar, mezcla fatal en el vasO de la vida. Sinembargo ¿quién -=:=--. ~f!I!8:E::-=- . !) ~~~~gQQOOROOOOOOOOgOROQQRg~2~~~~~Q~~~2~S~R~gg~ no ha oido Jos ecos quejumbrosos, las arrancarle sones como los que ha dolio!-13s endechas de algunos de Hues- oiclo allende lo", mares, ant iguos como tros lJoetas? ; Qui"én ni) ha visto a el océano, comunes como la luz. 1 qué? PO(quo en vez d~ ce- esto~ cisnes éantores, agobiados de esto por peso imaiinario, arra<;frarse en el lebrar la sublimidad, la belleza I las baJO C:'l.mpo Je la imitacion, en vez de O'racias naturales, quiere frenético lanzar su yuclo majestuoso i libre por ~onmo..-er las selvas cuya riqueza dcUH ese horizonfe inñnito, tendido siempre delante del \crdadero jenio, brindándale estension ancha para ensei'iorearse en la pompa de la orijinalidad? Desde los primeros acentos que elevael I1UeYO cantor, las primeras notas que arranca del harpa, se oyen los tristísimos ayes que le cuesta un dolor profundo j desconocido, que le habr:.1 de acompaiiar durante su vida, habní. de amargar la voz en su garganta, habrá de vestir de luto sus dias i ceiiir sus ~ienes de adelfa venenosa. Esto es ciertamente lo que le acontece a nuestro pais con algunos de sus poetas; i aunque lo vemos i senti mos, no podemos remediarlo. Notamos unj6ven que sobresale entre los otros por su talento despejado i su amor a las bellas letras; no tarda en ofrecernos cuadros lánguidos ¡torturadores pintando una amargura letal queemponzoila su alma juvenil i cuando esperáhamos que, colocado en medio de bs escenas robustas i brillantes de nuestro suelo, herido por todos lad os con la presencia de mil fenómenos admirabies i sorprendentes, rodeado de una naturaleza grandiosa ¡habitando una tierra nueva cubierta de maravillas i sembrada. de caras memorias, bajo un cielo si n rival entre los cieloíl, en campos fértiles con entrañas de oro i de esmeraldas, regados por maosos arroyos i espumosos torrentes, duefio, en fin de un segundo paraiso, reino de la Libertad ; cuando esperáb~tllos que pudiendo beber la inspirac~on en cada uno de los objetos que le Circundan, alzara su voz cadente i soherbia para cantar nues tro mundo i su') bellezas, nuestra tierra i sus pnmores; cuando esperábamos que se levan tara con todo el poder del jenio, con toda la esplendidez de la novedad ; lo Yemo~ remedar las viejas armonías de otros cantores i volver a. rasgar hs cuerdas de su lira para bía ~antar con ('1 grito n~onizallte?c1 monbundQ: porque en vez de recoJer los colores que matizan nuestro cielo i bordan nuestros campos, quiere eubri!" todo su mundo con el luto de su corazon, luto fantástico i cargado de de hond a amargura. Por esto bebe en una fí.iente agotada ya, por esto sigue una senda pobre i sin flores, por esto abatiendo su vuelo, sus alas cansadas i faltas de impulso i de vigor, no le permiten elevarse a las altas rejiones de la gloria; i así, exhausto i sin entusiasmo vuelve a caer al fango de la muchedumbre del cual . no .se había separado sino en apanenclU. No se crea que estas son meras fantasías; son co~as reales, son hechos verdaderos i funestos. El deseo, la manía de imitar han puesto freno a. nuestros injenios, han ap,,~ado las chispas del talento, han matado en embrion las capa7.idades superiores, los espíritus escepcionales que debieran haber creado entre nosotros una. literatura verdaderamente nacional. En consecuencia nada tenemos, porquenuestroshombresde injenioen vez de imitar los cuadros sublimes de nuestra naturaleza, se han limitado a copiar cuadros pálidos de esas escenas lánguidas que se obsen'an en~e1 opuesto hemisfer io. Xo vemos entre nosotros sino poesías fujitivas en las que se reproducen sobre temas ya gastados las teorías i los oscuros matizes de otros que primero escribieron. 1 miéntras tanto duermen en olvido los rasgos característicos de nuest ra historia ; nuestra tierra, que pudiera llamarse de las tradiciones, parece no pre~entar ¡nteres al cantor que pasa. mdlferentes sus ojos al traves de ella, para ir amendigaraestranjero teatro asuntos faltos de interes para nosot~os, i exibírnoslos, como la dama que vlste su espalda con ajeno i desgar~a.~ 6 ~JIL.o ~tI!I!ii'::JE:: c:.. ~.Q.R.Q..Q. la o .tU UU9..tlU.U 9.,.Q.g llR.ll.Q.UJI.R.R...Q..U.Ru.Q. R Ulltl.Q..Q..Q. 9 9 OR OR 11 ~tlllUUP.ll.911" do manto, abandonando su rico chal que agregara a sus contornos el mati z del pudor sin borrar el brillo de una Queremos dar-una. muestra. de 10 lijera. i picante vol uptuos idad. que hace catorce años se escribía en ¿ Cuáles son entre nosotros los es- uno de los periódicos literarios que fuerzos que se hacen, no diré para re- porpl'imcra vezse publicaban en esta. s,:,citar, si no 'para c rear un gusto pro- Capital. }Jresci ndiendo del mérito inpiO nuestro, 1 un fondo de liter¡¡lura trínseco de este pequeño artículo, tambien peculiar a nuestro pais? creemos que será visto con interes, ¿ Qué nos llega si no las pésimas tm- por cuanto las escelentes ideas en él duccion~sde novelas francesas? ¿Q u6 contenidas son todavía aplicables, con leemos SinO las amarguras o las tris- corta diferencia , a nuestra sociedad tezas de l alma de algun vate americtl.- actua l, cuyo gusto particularmente no a quien le ba dado por lIoriquear:l en las señoras, se ha. v iciad o con la. todas horas como ni ílo empaJngoso? lectura de malas novelas. Quizá 10] ¿ c uál de nuestros jóvenes entusitl.s- gremos con esta insercion convertir tas ha sacudido el polvo de nuestras aunque sea. un nlrnn desca rriada i diviejas memorias para desenterrar he- rijirla por el vcrdadero cnmino: con chos gloriosos? ¿ Cuál ha cantado lo cual algo habremos g:l.Iludo. Nos nuestros héroes, cuál nucstra. odiosa hemos tomado la li bertad de agregar servidumbre, nuestra inde pendencin , al artículo algunas líneas de nuestra nuestras luchas, nuestra redencion propia cosec ha por creerlns oportunas política? ¿Cuál ha celebrado la his- e indispensables en la presente época. toria de este mundo grande i celebé- e n que han aparecido en la escena. rrimo en vez de componer odas a la nuevos novelistas. luna, que ya estad cansada de oir " Si se esceptúan las Viacrucis, tantas deprecnciones i tantos ll orones Ordinario de la misa j demas libros nocturnos? Contados son en ,·erdnd . de <Ie\'ocion, las novelas son la lectuTodos lloran su tristísima suerte, to- ra de una gran parte de las se lloritas dos piden la mucrte con gritos des;} - gl'<lnadinas; las afamadas por sus forados; i cad:t uno con sus Ires o lam.:es Jemasiado librcs, o por ser de c ua tro o cin co Dulcineas les canta autorcs I/<'Imados a boca lIenn impíos, desde la plnnta del pié hn¡;:ta ItI. grasn herejes, son las únicas que, a no ser a del cabello, haciendo un a rigurosa hUl'ta ~ lilla ¡;:, dejan de ser leidas; la. análisis de los obje tos intermedios .. . lfllcva Elu/su , las Aventuras de Otros, los m6nos, ~e hunde n de tal FaulJ/as , i todas las de Pigault Lemodo en las profundidade~ i nh¡;:trac- brun, se qucdan p;lra que los hombres ciones metafís ic a~ que es preciso de. a la mod erna' se sahoréen con su lecjarl os irse solos para no distraerlos ni tura ¿ Será puc¡.;to en r:17.0n, pregunto perturbar sus cavilaciones sobre e l ahora , el que las mujeres lean tantas infinito o la eternidad, poco mas o illsul sezes. ~olo porque no tienen fama. de mab s? que adq uieran ideas exaje ménos. Observamos tambien que la cos- rada s sobro lodo, i un gusto deprava_ tumbre de llora", por todo se estiende do? No! no es puesto en razon: i por hasta. las conversaciones familiares, esto tratarnos de Inanilestar nuestra lo mismo que la de invocar la muerte opinioll sobre algunos de eslos libros ; i aborrecer el mundo i la vida; pero pues, agradando nuest ro modo de yo sí creo que ámbos se harán de fijo pensar, aunque sean le idos, se hará mni mas odiosos el dia, no mui leja no poco caso de ellos i no serv irán ya <le se~ul1 van las cosas, en que todos llo- fIlodeloHli para. pensa r ni para. obrur. Lns novelas de l\Iarl ama Couin, remos i nos desesperemos, porque ent611ces ahogándonos en este valle de entre ellas la lllalilde (J las Cruzadas, lágrimas maldeciremos el llanto i In son de las que mas corrompen el gusmelancolía. de la. mayor parte de nues- to a la juventud: personaje¡ que a 80la6 hacen lo mismo que si estQvie. tros aRijidos poeta&tros. LAS NOVELAS. :.nx.... ~~:JE::~ . 7 "RR~RRRR~~R~R~RR~R~R~~~~RR~~~~RQQQRRQQROR~~~Rap~R~ • Tao rodeados de cuarenta o cincuenta, no son sacados de la naturaleza; amantes siempre at1ijidos: .mujeres amadas de todo el mundo, que no piensan en sus trajes, que no murmuran: estilo hinchado i 1I0ron: ninguna escena que no sea grave ¡patética, son cosas, a la verdad, que-agradan a muchos. Así es que una carta de cinco pliegos de laamadaal aman te, llena de clausulones en que, ni por pienso, se acuerda de darle cuenta de lo sucedido en la casa, es el 710n pllts ultra de las cartas amatorias. Estos son los gr'undes modelos que tratan de imitar nuestros j6venes; i hemos visto mas de dos imitaciones que harían llorar de risa a cualquiera que tuviese los cascos bien sentados. Lacondesa de Gcnlis es otra madamaCottin. Va/more i ¡)Iall!k Adde/, Clara i llIatilde se asemejan a una persona que se, ha puesto en zancos i se ba borrajeado la cara. Ana RadclifTe ha seguido otra senda, pero no creemos por esto que sea la mas bella. La Abadía en la selva, La campana de media noche, El castillo de los Pirineos, Los misterios de Udolfo i el Ilalia¿w, son novelas que no pueden leerse mas que una vez, pues consistiendo su mérito en la trama, sabida esta, no hai que admirar en ellos ni caracteres, ni estilo, ni sentimientos. Ladrones, asesinos víctimas, castillos arruinados, coche~ volcados, máscaras misteriosas, cuevas, montes i selvas medrosas, es lo que mueve nuestra curiosidad' i aunque hai escenas i conversacio;les naturales i verosímiles, los amantes son siempre frios, i desagrada ver "a un hombre de bien como aislado en la sociedad, porque donde quiera enc.uentra trampas i desalmados. El mérito que pudieran tenerdichas'ño\'elas IQ pierden leyendo lrur JIil i una noches, pues consistiendo este en el enredo, no hai duda en que las AI il i una noches las aventajan en e!Cto de sobra. Ata/a, R ené, P ablo i Virjinia i Werllter son nove las mui bien escri. tas; la. Nuec(t Eloisa tambien lo es i una de dos: si aquellas (esceptuan\~s a Pablo i Virjinia) son leidas por ~lU jeres, tambien debe serlo la. E~oua; o al contrario: si la lYueva Eloua no es leida, tampoco deben serlo Ata/a, R ené i l-Verlher; porque todas eSI.as composiciones pueden causar los mis· mos males, o los mismos bienes. Si la Nueva Elois(l nos hace amable un amor criminal (. no lo hace tambieu René i Wertlter? Viendo estas obras con los ojos de un literato encontraremos mucho que alabaren ellas i Que poco se parecen V¡rjinia, Carlota i Atala a las hero i. nas de casi todas las escritoras fi·an· cesas! Carlota pertenece a la sociedad: las otras dos están aisladas; pero Virjinia escribe sus cartas como mujer i Atala siente como tal. Ape. sar del diferente estilo de estas tres composiciones, pues que a bAta/a podemos llamarla poema porque las musas dictaron la mayor parte, todas llevan impreso el carácte r de la. verdad, sobre todo lVertlter, i todas son poéticas . El ricario de Wakefield merece tambíen todas estas al .. banzas, i como Pablo i Vújinia, contiene una. sana moral. Sir "raller Seott es autor de un jénero de no\·elas totalmente diferen. tes de las que hasta ahora hemos mentado. La mayor parte de los céle bres novelistas franceses de nuest ro ticm. po siguen a Scott; sus argumentos, como los de este, son históricos: la risa, el llanto, lo patético i lo ridículo van unidos, como lo yan en las socie· dades humanas. No hai duda que estaclase de novelases instructiva. U na señora que haya leido el Talisman es. tará mas enterada. de lo acaecido en la prim.era cruza~a, que la que solo haraleldo la ftlalzlde : aquella conocerá los verdaderos caracteres de Ri cardo corazon de leon, de Felipe, del ~rzobispo d~ Ti ro j de los T empla_ nos; los usos I costumbres árabes j los de los cruzados; la que ha\'a leido la llIatilde no conocerá sino' fan tasma$ salidas de la cabeza de una buena se. 'DOra. francesa. L as novelas de W alter Scott, a nuestro modo de ver, son las que mas ti =-=:::I:IL. 19I:.-.:..J'"~:JE:J-=-. ~~2~~i~~ii~~~~~2~~2222222gROOOOOgRROOQOog9gRoggOQ~~R~ , • bien deben ser leidas por las señoritas; las historias, a. mas de no conteo ner todos los pormenores que encie. rran aquellas obras, no son de ningun modo de una lectura. amena; así es que a dura s penas pueden leerlas las mujeres, i \\~ alter í:)cott les ha albna. do el camino. lcanhoe, El Talisman, Qllintin nunca/, Dalgelty, lrel.,'erley i los Puritanos de Escocia son obras que no se componen así no mas; no se componen coj iendo un pl iego de papel i va mos a del irar : se necesita muc ha erurli cion i muc ho gusto. Las novelas de Coope r son de este mismo jtSncro, pero para gustar de la mayor parte de ellas es preciso haber viajado mucho por mar. .i \Iadnma Stnel i e~ Vizconde d' Ar. lincourl han escrito novelas célebres, pero nos abstendremos de dar nuestro parecer: ellas tienen mérito, mas no creemos que sean las mas conve· nientes para nuestras jóvenes. Richardson es célebre por su Pa. mela i Cúrlos Grandison,' pinta mui bien a las mujeres, pero escritores fl\as modernos i de mas nombre han hecho de él un autor mediano. No nos detendremos a hablar de las obras de l\Iadarna Dudevant ( J orje Sane!) Federico Soulié, i otros novelistas francescs, nlemancs i españoles, porque sería preciso este ndernos de· masiado. ·En cuanto a estos últimos, los antiguos se llcvan la pa lma: Don Quijote i Jil.Blas valen litera ria i mon:¡]mente mas que lodo lo que en Es· paña se ha escrito desplIcs, i mas que todas las novelas de las señoras francesas. Mucho habría que decir acerca de la moderna escuela a cuya cabeza están Eujenio Sue, Víctor llugo, Ale jandro Dumas, i otros, cuyas obras 'han hecho una completa revolucion en este jénero. Sus novelas en e.stremo interesantes son una especie de grandes melodramas que llama~ la atencion del literato, del fil ósofo I del ciudaJ ano; preciso es estudiar todas sus fnzes, pues Ins tienen tambien social i humanitaria. S u lectura eS ,de moda actualmente, mas diremos, es un furor que ha hecho olvidar todas las demas novelas ¿ Será conveniente su lectura? Esta es una cucstion mui vaga, comprendida en esta otra jeneral ¿ Conviene leer novelas? ... NOo hai duda que las novelas distraen i pulen el gusto i las costumbres; perOo siempre diremos nosotros que en jeneral su leclura disipa el ánimo. esU'aga la sensibiliqad, escita las pasiones, i ejerce malas influencias sobre las personas mu i impresionables, en especial sobre las mujeres. " MEDITACION, i Qué (!Talo es ('1 yilencio de la lIocho'! i Cuánto hiere de asomuro el aln,l.a mia Ver resbalar por la colina umuría De luz dud06a elturuio reslllandor! 1 escuchar en lus breñal! i el\ 108 prados De 'fez en cuando el IIOn do 106 tOtnmteil, 1 'fer doblar sus encumbradus freulea A los arboles altos del peiLOII ! I medroso es oir en la montafia, Cuando despierta el huracan bravío, Frotar las ramal! i en rumor sombrío Altar IIU grito horrible tcml)Cstad. Los üboles ajita n !)ti melena, Cual 'ferdes alas mecen su follaje, 1 del desierto en la quietud s3lvuje Rasga 01 truello Sil accuto do \·olcan. L a selva, el prado, el monte, la colina Sacudell e ncontrados sus cimientos: Llevan la voz de tcmlJestad los \'icnlos, I-el águila se ajita en su tSlupor. En ol ncgro'crujir de la lormenta Q ue cstalla en Ins ulturas de los monte" Cruta ...·Iot entrámlm horitoulC8 Euccudido r~ l ámpago d(l horror. ............................................... Ya todo 80 calmó ...... j;\li Dios! tu mano Esl(!IIdida del UIIO al otro !'Olo, Aplsca el horitollte, el ocüano Se ha adormido en su Iccho de coral. Por la frcllle del cielo \'a crutando SU!! rayos hcrmosís¡mOll InJuna, . , Deslíuse su lall1l'o cn la Ing:uIIIL Entre olaJI do IÍllIIJido cristal. . Cuanto eII, oh Di06, In inmenllO poderío! lI ~r:t CflCucho tu "Iácido. sonrisa Murmurando en los labiOl de la brisa Placer, i calma, in8J1iracion i k ..... 1 al rebramar el hUTnean bravío Que arranco de rai'lcs el¡mlmtro, Cual torrc nlO en fala l deSI>c,itlllero, T ambiell ¡ mi DiOl! no ha mucho la c8cuché ! P or CEO en relijioso ar robamiento, 1'0 contemplo, Seiior, i en cada estrella Veo de t u IJoder la etenln huella, Ea cada trOIlCO, nianaulial o flor. ~~ ma'IJ"I!!!!iiI~". 9 '{.;:u It UUJl Jllt It It Jl RRItUUJlItItllItlt It.SIllllJ!1t 2JlIt.It.llS!.9.~1t ItItItlt 1t9; 29; It.ll..RIt 1tltltltU ltIt UItItllu.'Y Donde quiera con vívidas señales Miro tu lIombre ccle;tial e~crito, Ora "n el bo.oque e:.léril i marchito, Ora ell el cielo ell pompa i e~plendor! 1 en dulce ¡ardentísimo embelello La mano le tclluió ...... j Cmiuto placer! I le ("$pr~sÓ tal) soto COIl UII beso . Su iumeusoamofel Homb:'C a la " luJer. E~a luz de purí~imoe: dcstelloe: Que cobija el tiOrlllr de loe: \"ivielltcs, Ila bebido sus rayo,:. en las fuentes De la luz illmorlal dG-lu do.¡el. I nlla flor i otra flor sembrando ella Pilltó el camino de \·erdor fdi!; 1 una estrella tamblen tras otra !'strella Dió a su cielo por l)(lmpa i por lIlatiz. &;a IUlla, h \,írjt'u moribunda Con su Ilálido ¡¡Ibor i su tristeza ..... A njel 1301 v('z de amor i de bt:llez¡¡, ~iempre a 10l:! sin venlura, siempre fiel. 1 el llombresepootrt\, i a I)ius su rue&'O Alzó lleno de amor, de adrniracion ; 1 ella fué I'ntt\lLce~ quien tan salito fuego I rCl.i"tó dclllombre al tiemo corazou, El! la noche, mi Dios, alzo mi canto Al ru IlIor de las hojas i del viento, 1 escucho prolongarse de mi acento La postrera, apagada vibraciou. I luego del mortal cutre los ojos Una lágrima turbia vaciló, Mas del pl'sar los ásperos ab rojos La mujer con sus florea ocultó. Tal vez entre las ramas de la !!Clva H abita el jl"iuio de la noch!i umbría, Que arrastra en infeliz melancolía, H asta tí mi humildísima oraC;Oll. 1 clllanto le enjugó, beSó' su freute, D cvolvió a su alllla la I>crdida fo ; J con su abrazo cándido e inocente F elize el Hombre i venturoso ful!. Jóven era el mortal i ella amorosa J óven tambien: amábanse los dos, Como se liman eSI)(lSO con eSI)Olla, Como se ama n los ánjcle6 de I)ios. 1'~ lo sabes, Dios mio! solo quiero L,. 1'31. del corazon, la paz del alma, Alollqlle haya de re¡rar la seca palma De m; exibtcllcia COII mi sangre )'0. i Que al hUlldin¡e mi estrella eu d ocaso Sin \'ida, sill de¡¡telJ08, sin colores, Esa Luna de paz, áujel de amo~, No olvide al iufda que le cautó, Pero; ai! qne de la cullla el duro diente Destroza aqní la lira del cantor. LA ESPERANZA, EVA, Agotó su bondad la Providencia 1 mil mundos criió, con 5U poder; 1 agotltndo tambien su omipGtencia Hizo un ~lti lll o lIluudo-la mujer, Ultimo muudo o ciclo, así lo qui~o, 1 le dió llor estrelJ:t$ el amor; Le p¡¡reció mili tri~te el Paraiso, 1 le adornó COII tan henllllSa flor, ....• J el hombre despertó, porque en la freute Silllió el ala de ese á njel tUlelar; 1 dobló la rodilla, i reverente Qui80al ánjd espléndido adora r. Pero ella 8Onrió; i entonce el hombre Relámpa.go de amor cruzarse vió. 1 al P'''gulltar de su \'ibioll el nOmbre: Solla mujer, la dlOllli, collte8tó, • • Junloa ella era el Hombre oUlUipotente ¿ Qui6n el reino turbara del Amor? ....• 1 al hombre torpe la iuspirada dijo: "Para tí yo he de ser felilidad. J le de ve¡¡tirde dicha i regocijo De la tlcrra I el mar la inmensidad.,' " Ire de llevarte por la mano asido PatIO tras Vaso al pié de lIUelltro DiOll. 'fu tendero bllcer plácido i fI'lrido, 1 darte Gloria, i regalarte Amor." "He de hacer tu el.istellcia,tu sendero GralO8 i riC08 de eSI>c ranza ¡ bieu; Tu deatillo feliz i placentero, ] en rrú guud81tc un encantado Eden." • Quién eres Ui la que inocente lIilio Miré meciendo con umor mi cll lla, Cuando entre flores de ámbar COII cari ño Mi faz baüaba compasiva luna! 'fú la risueña vírjen seductora Q ue arrullas nuestros sueiíO!l de la infauda, ] que al rayar en e l confin la aurora Das a las flores hálito i fraga ncia ! T ú, la que alllábJ.; i a la llar amiga Prestas al labio vibracioll i ace nto, Tú , cuya luz la oscuridad mitiga ] cambia en risa el funeral lamento! '1'\1, en co)'o casio seuto 6e adormeco El coraZOIl qoe llora 6U amargurfl , T ú, quedas al doliente que padece D III",!;: solaz i suavidad segura! T ~ . la vestal cuyo radiante manto Es el ala que cubre nuestras sienes, Cuando J1oramoe el I>crdido encanto, La paz perdida, los IlCrdid08 bielles! Tú, cuyo aliento sana i re\·erdece La rubia fior que d,'shojara el viento, ] que al pecho infdiz que languidece D as lIue\'o amor i celestial o.:Olltento' ! i Cuánto te adoro yo, c uánto te adoro Sueño felite, vírjell esperanza ! Tu que 1l0!l dejas \·er un mundo de oro 'fras la \·ida de duelo i malaudanza ! T ú, que cOlIsuelns al qlle llora tri~te Porque al !raves de sus nublados di;¡s Tu sabia mano de esplendor le visle Otros llenos de paz i de alegría!!, Tú , que rasg:asle el fúnebre sudario Que echó !labre mi frente la dC!!lgracia 1 trocastc mi Illundo w!il l\rio Por un mundo dc a morn i de gracia! T ú, (]lle uua gota duke, una de alm~.1r Escolldi~te ell mi ealiz de hicl lIeuo 1 al 3pu rrar las heteli dd acíbar L a miel bebí doude busqué el venello! 'l'ó ,que allláufnlg'o erra nte por loe mares A'totado iuf!:liz por la tormeuta I~e recuerdas el DiOll de S:l~ aliares 1 fuenas le das tú si desalienta! 'l'ú, que 1011 aiiOll tiern O!! de la \'ida Subes ves tir tic flor i venturanza, CuúlI lo tc adoro )'0, vírjc n Ilucrida, C uá nto te udorv yo, bella ('SPCra1l7.a! En la lI ifLc1., ('1\,.la niliu trall'luila D e oro i de nácu r vistel! el camino, 1 de la tiernl< i tíll1ida IIlIIJilu Elll auto enjugas con tu blanco lino. Prestas ni labio ri!l,as de dulzura, Das a lO!! ojO!!lumble de cOnsuelo, Contigo es belhl, dcliciosa i pura La cstéril senda delllllllldalJo suelo. 1 e n el d('Sierto ye rmo de la " ida, Donde nrd6 en sed i e n amargor el alma, Tú haces brotar la fueute apetecida Q ue vueh'e nI cora1.on la dulce ca lma. Amable c ual la imáje n deliciosa De Ulla vírjen radiante de belleza, T I\ e res del hombre lá mpara lumbrosa Que ilumina su ruta de maleza. Entre t09 pliegues sueltoe de la cuna 'l'c columpias j Clltil, graciosa i bella, Cual se ColumlJia aliado de la luna Entre las nubes luminosa estrella. I I'.n la galana juventud luziente C utlndo el Iris de timar tieude SUl! alas, Tó huces el mundo plácido i riente, Das a la vida resplandor i galas. 1 en la vej ez, e n la vejez marchita C ualldo ell du hiclo el cora'toll del hombre Aun tllsúlll'l, a de6C:m $a r ('scita El dulce hechizo de tu solo nombre. I el ojo turbio al derr:unar medroso Una !áj!'rim" ni borde del B('pulcro, Aun a tu claro r('~ plliJl(lo r hermOflO D l'6C ubre un mundo celestial i pulcro. E spetnuz&. inmortal! I1nica estrella Que no apaga la noche de la muerte, Que euul un sol reverberalitu , bella Logra el morta l tras do la tumba ve rte! N nnen me dejCfJ triete i solitario ]'or el /;C ndero de dolor que pi80; CambIO mi mundo negro i fUllerorio I)or un bello i fI'Idiaut e paraiso. D('ja que al mén08 con tu luz pereibo Un porvenir de gloril1 i de hemlOlura, ])ura quo el yermo COTll'ZOIl revh'a I se eulme el dolor que lu torturo. Deja qne el bardo jóven cu)'o eanlo Meció tu fiar undh'(Ig-a i luziente Rompa la lira del te lluz (luebranto I recli ne en I)az la dolorida fJcute. Sí, vírjen CllpeTanza quc yo adoro! Dama olru.s eucrdWl, Uu.lIJe ottOtl cantares; D a me si quieres, que e n tu plectro dc oro No en~ayaro la voz de mis pesares...... No, sueño, del mortal yo m:da quiero: Nada me qU!·da~qIl6 u~rt'arda r del mUlldo, Cansado de e~]lera r , )'a liada Cl.'ptlro, Sino es ell1hi lllosoiiar profundo..... . Pero e u mis sienes compasiva vierte, O h "Irjen esperonza ! t u beleiio, Cuando en 8 U" alas la h."U1PTrlII:). muerte Me abrigue dichOllO e n mi I1ltiruo suelio ! • A LA LUNA. L UU6 feliz: ¡ Quié n pudiera Robre 111 disco de ¡¡hita, E scribir los I)ensarnic utos l,!\l C c u 811 sello tiene d 1Llma ! Los recllerdos dcl a mig-o, Las memorias de la a mada., Los pe"are8, los dCSC08, Las llenas, las espcraIlZ!lS! i C uá ntos ojos amorosos Por el firmallleuto vllga!> Tras la luz de las estr{"llas Que brillan en dlllce calma! 1 en la soll r;sa del ciclo ill.1$Cl6 agnarda n T al H allar cutre las cstrd las La estrellu de la cOllstanci~ ! ¡ Oh ! Si ]ludiera mi mallo Sobre tu disco de plata Escribir los pensa mientO!! Que en su seno ticllc mi alma, Yo dibujara dichOllO Sobre tu fa:t, 80Iitaria . Todo el a mor que en mi pecho Nunca lO!! tliios allagan. Eu tu ~ alas cifraría El signo de la coustallcin¡ ]\lis recuerdos a mi Ilmigo, Mi corn'Zoll n mi amada. "ez • UNA LAG RIMA. Si secos ya 110 estoi8, si 08 ha quedado En la fu cu le infc1iz de la amar~u ra Una lágrima triste, ,'írjen , pura, OjOll, ~bre este féretro 1I0rlld ...... Es UII lemplo t.lc@icr1o elite sepulcro, En nll al tar 5in luz,@in a miOlIl!\; P('ro I!qnesta cenizll. yerma i fria Es rc1iquin de amor ...... OjO!!, llorad! Vibró el doble ell la f,'nebre enmpaua Como eco de su fl1nebre lamento ...... 1 ~ n CIlIJíritu alz~ !!Obre el viento En el ala fng-nz del Quenlbin. Como I"8lrella perdida e n el vlldo, Como suspiro uhagado dentro el pecho, Ella desparec ió ...... i angosto lecho Le dió el M undo a la flor de 1It1 jllrdin ! Palma virjen que el linjcl del con.uclo Hizo brotar e n el seudero mio, Que 110 tuvo mas riego ni rocio Que mi lágrima pura, ,'irjinal .....• I~a tronchó el hurac:m de lui infortunio, El rayo de mi elltrellola ba f'J"omQdo, • :IE:l..... ~ • "tR1I9.llo.!tU!!.9...Q.lUl.tlltUSl Sl.1I.o.o.USlUllll.UJ<1l II Seca eetá BU u.il., t'!Itá quebrado Su tronco para siemprOl .....Oj08, llorad! I~a l"OIia del abrí' sobre sus labios, E l reflejo del 1101 80bre 8U frente, En 6U8 ojOlllll lumbrei dulcemente La.!! florcsdd nmor sobre Sil faz, Era bella, mi Di08, COIIIO fut:i bella La prilllcra caricia de María, Cuando n la luz (le anl:mec icllle dia Le dió a Je8us el óSc ulo de 1"'1.. l tú que lacNias te, DiO!! Eterno, Con la risa de un IÍnje1 en slIs labios I I'or qué lrocastc eu humo ¡ "I~ ~gravi(llj El bicI! q Ul' me legastce lla al VI \'lr 7 :;:'i m'iurrago infeliz Tilllgué las uuras Con la \'O't destcm plada de l torment o, Por qué no hiciste que esa voz el vieuto AhoJtara en BU frenétiCO mujir 1 Bu vez que del relámpa go en las alas Me d~jnsle mirar ce rcanO IlIIe~o, 1 1'11 lail tineblas 11010. cu el dc¡¡,erto Me " oh'ió a 6umerjit la tem~tad, Al! si la 80Ja luz de mi horilont e &- ap~A'a en su lenit, la noche \'ielle, ~i fin lIinl!UIIO m i dcl!d;cha tiene, En la uoche i el dia, OjOO1. llorad ! AdiOlO. hcrmaua , adios ! sobre tu huesa lI e vertido mi lá~rima po6lre ra, Ultim~ hoja m"rchit u en mi palmera , Del tierlJoJCOralon honda rllil. lJ eregado de flores lO !;CllHlero, De t'f!'". flores qu~ nacen en el pecho. .... :;:'i oYl'rta duenn<'8 en inmundo lecho y 10 no ere. liada tú-i yo infeJi:r;! FRAGUENTOS S~BRE lA. HISTORIA. DE LAS BELLAS ARTES. Al estudiar concie nciosa mente la historia de las bellas artes (i sobre todo de la pintur a) que son el patrimonio de aquellos hombres que por un privilejio de la natura leza nacieron con un alma. sublime, hallamos diferentes caract eres, correspondientes a. las diferentes épocas. T omemos como punto de partid a para este bosquejo la del 1'ellacimienlo en Italia, Lo primero que vemos_es que el arte estanc ado en manos de los relijiosos pasa a la de los le.gos; no son ya los artista s monjes contemplativos i retirados que ouscan la inspiracion en la lectur a de los libros santos o en las místicas intuiCiones: son hombres del pueblo, i aun de clases mas ele. vadas, que viven como seJiores entregándose a los gozes terrenales. Conocido es el lujo i boato de Rafael , cercado liempre de pajes i de queri- __ ::IIi:l.... JI R.U..Ulo.lU.~UU!!9.ft9.~2_II_U.2.itl5l..u..RRY das" conocidas son tambie n las in· cOIn'parables aventura~ de Cel~ini el Floren tino, como tam ble~l ~a v I?a reI T e ano 1 A re galo na que se da b a~ e 1 1 tino. Ni cumo podna espe rarse hallar en el siO'lo X VI el c!:ipiritualismo puro de la edad media cuand o los P apas d mismo s repres entant es de la gran e unida d' formada por Grego rio VII, no eran )'a verdad erame nte cat6lic,os! E sta rwreciacion del arte de I slg Io XVI parece rá quizá una ,blasfeml~, porqu e es una preocupaclOn arral· I gada entre noso trú s~ que os 1·e,stau.radores italianos bebier on sus lllSplraciones en el cristianismo ; se cita a. 'd Leona rdo de Vinci recibien do pla 0samen te la Eucar i stía ántes de morir ; se habl a con entusi asmo i se est-osía al '1 d I contem plar Ia pureza ce Iest la e as vírjenes del Correg io i del .Sanzio. Pero comparemos a las creaCiones de d i ' ' 1 l e' t la época e renacn n,len o os n s ~s i las Vírjenes esculpidas de las an1louas catedr ales, o bien las Vírjen es °de Cimab ué que fueron llevad as en procesion por el pueblo; o para seguir mejor aun la degrad acion d~l se ntimient o relijioso como espreslon del catoli cismo , las obras de los alema nes que reflejaron por mucho tiempo la severa de Ja.edad media . En el Lounfe e existe n dos cuadros de Ju an de Bruges, muert o en 1441 , la ViI'jen C01"O nada p01" un /lnje/, i Las bodas de Canaan, la s cua les llevan el sello de un recojim iento profundo i de una piedad admira ble; la di vinidad de Cristo irradi a de su frente i de toda su persona ; se- conoc e que el artista c reía firmemente en el Verbo !tecit o cm' ne. Rafael, que tomab a de sus queridas el modelo para sus Vírjencs no ha podi. do j amas reprod ucir esta majest ad, este aire sobren atural i místico, a los cuales se elevó la época emine ntemente espiritualista que precedió al renac imiento. El renacimiento en Italia es, hablando con propiedad, e1 protes tantism o del arte: es el pensam iento cristia no unido al elemento repres entado en otro tiempo por el pagan ismo: es la combi nacion del elemento físico con el espírit u, que, bajo la influe ncia ca- • -=::..... l~ ~1!iiiir:E:: . . . ~ 11 R.Q.ll.U.llU.ItQ..Q.llSLR.9JUl R11 'il9.lIl1l1l1.9. • tólica, se había desarrollado a espengas de la materia. En efecto, es de Botarse que la ItaJiu :se apasionó i adquirió una afie ion in saciable por las antigüedades griegas i romanas: retrocedió veinte siglos, interrogó los de ~ pojos de la cjvilizacion pagana, penetró aun en las entraClas de la. tierra , examinó i estudió los antiguos monumentos, i Hafael presidió cn pers.ona a estas investigaciones. Entónces los artistas se alimentaron con estudio/> de lo antiguo: Miguel Anjel consiguió sobre todo una imitacion tan completa i cabal de la estatuaria griega, que engai'i6 a los mejores conocedores. Despues de haber hecho secretamente un Cupido de mánnol, le rompió un brazo i enterró la estatua lnuulada en un lugar donde no tard6 en ser descubierta. lmpo nderable fu é el gozo de los anticuarios que creyeron haber hallado la obra maestra de algun Praxíteles, cuando ménos. Pero lueO'o que probaron i demostraron hasta la evidencia. con el Cupido manco la superioridad de los antiguos sobre los modernos, Miguel Anjel trajo el brazo i lo adapt6 exactamente al tronco, ni mas ni ménos como el talon de un vale dc deuda pública (1). Despues de esta época los modernos tambien han cont inuado con esta predileccion por Homa. i la Grecia; ellos han estudiado con atencion las 300,000 estatuas antiguas que se conservan en Europa; pero es una falta imperdonable el que hayamos visto con tanto descuido la ci\'ilizacion de donde procedemos directamente; como si fuera mas importante i mas fác il comentar i estudiar los s{mbolos mitol6jicos de los paganos que las creaciones de nuestros padres. 000:'"" El arte espai'iol del siglo XVI no ofrece al eX::lIninarlo los mismos caracteres que el arte de Jl alia.; pero (1) l\farictlo refuta esta anécdota, ref<'rida IJOr D epiles i Wullis; Uoi;.sard I)r(;lcnde que cs el Baco do la gnleríu de l\Ií!dicis, al cual agr.cgó una !llallO l\1itruel Al1jc1. Vusa rí rdicr~ las (.h~e rclltcs versioucs de cata unécdoln, perol:lUl deCIdIrse por ninguna do ella•. ~lIllU.R UItQ.USlSl2U RR.ItQ..'il9.Sl1!llSlJl51UY • las diferencias radicales que se notan. se csplican por la historia política i relijiosa. de este )1lH'blo enérjico (IUe conservó su tipo orijinal en med io de las invasiones estranjer.ls, i que logr6 al fin constituir su unidad nacional, no obstante sus di senciones illlestinas i la impericia de SIl S gobernantes. Durante la edad media, ocupada esclusivamentc cn una lucha incesante contra. los moros que se habían hecho dueHos de la ti erra, Espai'ia no tuvo casi relaciones con el resto de Europa, sino fué con Roma, con motivo de los as untos relijiosos ; ¡aun estos fueron dominados por su posicion escepcional de reaccion contra. el l slamismo; toda s sus instiJuciones se resentían de aquel estado de cosas i tenían el carácter de locale s: todos sus Concilios fueron especiales i apropiados a sus necesidades transitorias. Acia el fin del siglo XV, chando Fernando el Católico reunió las coronas de Castilla i Aragon i dejó libre el reino de la. invasion africana , la Espai'ia sinti6 una. inmensa necesidad de reposo i de concentraeion. Cádos V vino por un momento a gah'anir.ar la Europa con sus tentat ivas de monarquía universa l; pero el pensamiento poderoso del Emperador no ruvo por resultado sino una. liga. fa cticia i superfic ial entre los dilerentes pueblos sujetos a su dominacion. España no quiso aeeptar la influencia. ale man a, así COlllO no había. querido aceptar la innucncia morisca, i miró siempre como e~tranjeros i esplotadores a los nobles alemanes que Cilrlos V lIevnba. consigo, i a quienes quería nnturalizar en la Península. Por otra parte, la reforma , ese grande hecho ci\'ilizador; cuya importancia social conocía Cárlos i al cual se manifest6 com;tnntemente opuesto en su calidad de Monarca, nq penetró jamas en Espnlia. l...a doctrina disol. vente del protestantismo, las ideas revolucionarias, no debían encontrar crédito en una. nacion que comen· zaba apénas su educacion cat61ica i que trabajaba por su unidad. En e l siglo XV), cuando los otros pueblos de la Europa. sacudían ya el • vestido usado del catolicismo, i abriéndose paso por sendas desconocidas, aspi raban a nuevos destinos, España permanecía aun profundamente cristiana. Los artistas habían COI1servado allí ulla devocion sincera; Yi cente loanes i L uis de Yárgas, ántes de pintar las imájenes sagradas de Jesucristo o de los santos se preparaban confesando i comulgando, en lo cual no hacían sino imitar a los pintores italianos del siglo XIV. En las biog rafías de fines del XV I1, aeja el ailo de IGSO, hallamos una anécdota que prueba la piedad del insigne pintor l\Iuritlo: vivía este cerca de la parroquia de Santa Cruz, a donde frecuentemente iba a orar delante del famoso cuadro del Descendimiento, pintado 1Jor P edro Campmia (1). Una tarde, el sacristan que deseaba cerrar las puertas ántes de la hora acostumbrada, pregunt6 al artista estasiado por qué permanecía tanto tiempo en la capilla; Murillo respondi6: "estoi aguardando a que estos santos varones acaben de bajar al Sei'ior de la cruz. " Podría aplicarse admirablemente a la pintura espai'i:ola esta palabra de Lúcas Jordan, cuando dijo, hablando de un cuadro de Yelásquez: "Es la teolojía de la pintura." Es mui curioso, en efecto, estudiar en los autores de aque r tiempo las teorías metafísicas que dominaban en las bellas artes, i la importancia social que estas habían adquirido. L a pintura gozaba de una eliencion inmemorial de impuestos, i en 1600 un nuevo decreto la declar6 "arte libre i exenta de toda carga i COlllribucion." L a obra mi~tica de Francisco Pac heco abuelo de I?iego Yelázquez, present~ la es. preSlOn mas elevada i mas completa de laflosofía del arte, conforme se la c)ornprcndia e~ aquella época. Segun 1 acheco, la pmtura, esa escritura si. 1~1iciosa del idiQma universal, desCiende de oríjen di\'ino i procede de la Santísima T rinidad, así como las (1) F..ste artisla pasó cerca de veinle años en Roma etitudi~n¡)o, i (.Otros tantOll cn Sevilla, i cn IU VtJtl volvLó a Bruselllll, su patria donde munó tn 1580. ' • ciencias i todas las ~speculaciones de l pensamiento. Despues de asentar esta i otras f6rm ula s teol6j icas, Pacheco busca las primeras huell as de las ar~ tes en tre los antiguos; así como Mariana com ienza la hi storia de Espai'ia desde T ubal, hijo de J aphet, él se remonta hasta la época antedi luviana, hasta Enos, hijo de Seth, que cri6 imá~ je71es para escilar al pueblo a adorar a D ios: despues va siguiendo el desalTollo de l arte entre los hebreos, los caldeos, los ej ipejos, los griegos, los romallos i las naciones cristianas, mostrando siempre el poder artístico como la simbolizacion de las ideas reliijosas i la cspallsion de los sentim iclItos de la humanidad. En fin, elite libro, lleno todo de pensamientos injenuos i piadosos que recuerdan a los padres de la Iglesia i a nuestros metafísicos de la edad media, concluye por estas palabras: "Soli Deo decus et gloria!" Así es como un ar ti sta del siglo XV I ha esplicado sencillamente la direccion de la pintura espai'i:ola, que frecuentemente ha sido apreciada de una manera frívola, i calificada como un arte puramente material. =-::..:=-: . Antes de hablar de los dos grandes SIglos de Espaiia ec hemos una mirada retrospectiva para poner en claro el oríjen del artc i para indicar su progresi vo desarrollo. E n los ticmpos primitivos del cristianismo, las huellas de las artes plásticas son difíciles de hallar en Occidente, porque la relijion nueva haciendo una reacc ion contra las for mas no debía favorecerlas. Si se esceptúan las min iaturas (3) ilumina _ d,as en algunos libros. de los siglos X i X Jl ,la pru~)era menClOn que puede hacerse de pmtura espai10la toca al siglo XIII. Un manuscrito de la Biblioteca. ~ea~ de Madrid contiene la partida SigUiente, entre otras cuentas del Reí (3) La obra mas .antigua de este jénero que se e<luser\·a cu la ..Blblioteca Real es uu monumento de mallo de VIJlla. Ilintor en miuiat ura o ¡lumiulI_ d~~ .añ.o ~e !Ii6. C?lItiene 1I1gunosdecrctos de ConcIIlOll, L dlvcrsas jlLUtu rll.S fi lie son retratos de l Rei D. ~ a ncho, de,D. Rllmiro de Nava rra, de la R ein a Dona Urraca Lotr08 . ::';::lr..- ...-.:7_::.;:: ..... 1-1 ~!l..ll1 Itllu.!l. 1(9. Q9.!ll..Q.l!ll Ult u.l!JI.lUUU!~Il.11 ~l!Htl.R..U.22.!!.W.Il.Il.l! ~ U UllS!.9.ll11 !! R.o.~ Don Sancho IV, en los afios 12tH i 1203: "A Rodrigo Estévan, pintor deL Rei. cien maravedís." Lo que prueba que en aquel tiempo había ya pintores del nei. tilo se parece al del Perujino) Iljigo de Comontes, Diego López. Alvar l)érez de V ¡Holdo, Alonso Sánchez i Luis de Medina que ejecutaron el paraninfo, O teatro escolástico de la Acia e l fin del siglo XVI habían Universidad de Alcalá; ¡muchos venido muchos artistas de paises es· otros a los cuales debieron. gran tranjeros: Jeraldo Harnína,el Floren. parte de sus bellos adornos las cate· tino, discípulo de Antonio Veneoiano, drnles de Castilla i de Aragon ; i por fu e llamado a la .Cortede Juan 1, j un último Juan de Borgoila en Toledo. Hincon era natural de Guadalajara, poco despues Del!o de Florencia i Hojel de Flándes ala Corte de Juan donde naci6 en 141ú; se cree que es11. Por el mismo tiempo ]!lan Alfon tudi6 en Italia con Andres del Castapint6 el altar mayor de la Catedral de tlO, o quizá bajo la direccion de Do. Toledo. ménico Ghirlandajo. rero sea como A mediados del siglo XV, Juan quiera, él rué uno de los primeros Sánchez de Castro fund6 en Sevilla espailoles que abandonaron el estilo esa escuela de pintura. que debía bri. g6tico para adoptar otros principios llar con un resplandor tan vivo, i que mas conformes a la naturaleza; se se propa R6 sin interrupcion hasta el si· nota en sus composiciones relijiosas glo XVI J!. Estepintorejecut6 di ver- mucha espresion i cankter, ropas li· sos cuadros relijiosos para el monas· jeras i bien hechas, i un dibujo bastcrio de San Isidro del Campo, entre tante correcto. l\Iuri6 en 1500. olrosuna Anunciacionquc Francisco Juan de Borgoiia trabaj6 constan})acheco ha criticado agriamente en temen te desde 1495 hasta 1530; su su 'Tratado de la pinllu"fJ, porque San nombre está unido a todas las granGabriel está representado allí con des obras del arte en su tiempo, cocapa pluvial. Con este motivo Pache- mo son la Catedral de Toledo, el co indica el modo de pintar ortodoja- paraninfo de Alcalá, el famoso tabermente todos los asuntos sagrados i náculo ejecutado por el platero Hentodos los habitantes del cielo, aun la riquede Arfc, orijinario de Alemania: misma Trinidad: el Padre Eterno de Borgoña i el maestro Copin de lIotal manera, el Ye1'bo de tal otra, el landa habían dado los di seilos de este Espíritu Santo en figura de paloma; Santuario que estaba adornado con los ánjeles, desde la edad de diez ailos 200 estatuas );equei'lns i bnjos relieha sta veinte con bellos rostros, gran - ves de un trabajo riquísimo. 'J'ambien des alas de varios colores, cabellos hizo Borgoila muchos retratos al fresrubios castaños; no conviene, dice, co, como los de los Arzobispos de Toponerles baruas ; los demonios en figu- ledo i el del Cardenal Cisneros, i al ra de animales ¡bestias ferozes o in- 61eo los de los Cardenales Cruz i Fon· mundas, como serpientes, dragones, seca. Todas estas obras le produjehasi liscos,m ilanos, leones, cabras &c., ron sumas considerables para aquetodo apoyado convenientemente en Ila época. l\Iiéntras que en el siglo XJI, segun rezan los antiguos perrazones teol6j icas. Dcspues de Jorje Ingles, que pintó gaminos, hubo Reí de Espai'ia que con mucha habilidad el altar mayol· recompensó a un escultor con una del hospital de Buitrago i muchos re- renta de cien maravedis; i miénlras tratos dcll\Iarques de Santillana i de que a fines del XIV, en 1:J80, otro su familia, aparecieron algunos gran - Reí, Juan J, había pagado por la tumdes artistas que COnClll)~erOn con el ba de su padre lIenrique 11, 4,~~0 siglo este período del arte espailol : maraved is, en 1511 Borgoiia reCibió Antonio del Rincon, pintor de los 165,000 maravedis en pago de quinReyes Cat6licos; Pedro Berruguete, ce cuadros O pasajes de las S~ntas pintor de Felipe el Hermoso j padre Escrituras, i 100,000 por las pmtudel célebre Alonso Berruguete{su es- ras' al fresco de una biblioteca. tasa- ° • das por Como ntes i Villoldo ; porque entónc es los artista s fijaban recíproc ament e el precio de su trnbajo. Se conser van todavía algunos eua. drosde los primer os allos del siglo X V, en los cuales se echa de ménos la de gradac ion de la perspectiva i la armonía de los grupos ; las facciones no tienen espresion alguna, i a fin de manifesta r los sentim ientos o las pasiones que ajitaba n a los personajes, el artista les hacía sal ir de la boca una leyenda o letrero en forma de una cinta o papel desenrollado, a la maner a de ciertas carica turas inglesas. Pero al fin de este siglo los progre sos se hacen sentir notabl ement a: i si bien las fi'j""_ ras conser van todad a la rudeza de as colum nas 0'6t icas, bien se deja ya conocer en eil:J.s el estudio de la anatomía; los contor nos son mas suaves, i las posiciones m:lS natura les. (Continu:uá.) UNA VISITA A LA TUMBA DE BEETHDVEN. H ace algunos afios estaba )'o en Viena . Duran te mi mansion en aquella ciudad tomé un maestr o de música que, siendo un o de los que too caban en el teatro de la Corte, había conoc ido alguna s delas ilustra ciones musicales de Alemania. Era mui conversad or i sabia una multilud de anécdo tas i porme nores curiosos. Un dia me habló de Bee thoven. L o veía con mucha frecuencia, me dijo; era el hombre mas estrm' agante que se pueda pensar, i tan di straido que ha venido a hacerse célebr e por esta circun stan cia: Kotzebue tomó la idea de algunas de las anécd otas que con este motivo se c uentan para escrib ir su comed ia titulad aEl Dis- traido. Sería cosa de nunca acaba r si quisiese referiros todos los raseTos de orijinalidad que se le atribu)'e~, con razon o sin ella. Era capri choso como una mujer. En una tertuli a que dió • el príncip e Liken owsk i, a la cual solo habías ido invita do por su talento mú· sico (pues por lo regula r era difí?i1 arranc arle cuatro palabra.s) se resIstió tan obstin adame nte a tocar, que ni las súplicas ni la s mas "ivas instancia s de las se i'ioras respet ables,q ue casi se le hincar on de rodillas, fueron p~rte a conseg uir que se acerca se al plano. Un aconte ci miento sobre todo despert6 la alenci on públic a sobre el rival de lJaydn i de l\Iozurt, i fué la notici a de su muert e. Los q ue nada habían hecho por él duran te su vida, le prodig aron e lojios, profun do sen timien to i aun lágrim as, c uand o ya él no necesi taba de nada. Hubo reuniones : se abrió una. suscri cion pa.ra erijirle un monum ento i subve nir a los gastos de sus fune rales, porqu e no habían encon trado todavía. un paque tito de tres mil flo ri nes que el pobre hombre había dejado olvida do en 'una gaveta . Yo recibí, comoo lros muchos, una esquel a de conv ite para asistir a las exequ ias i acomp añami ento del cuerpo haSl:l su última. morad a. Poco ma s o ménos estaba conce bida en estos té rmino s: " E l mundo musical ha perdid o al célebr e compo sitor L uis Von-B eethov en el 26 de marzo de 1829, a las se is de la tarde. lI a muerto por consecuencia. de un a hidropesía. a. la. edad de 56 aiios. Reci bió los sacram entos i demas ausilios espirituales. El 20 del mi smo a. las tres de la tarde el acomp uilami ento fúnebr e saldrá de la habita cion del difunto, sita. en la l\Iai son- Rouge númer o 200. El punto de reunion es la esplan ada, frente a la puerta de los E scoces es." Acudí al punto indicado. El acamp ailamie nto era numer oso i digno de Beethoven. El c uerpo rué condu cido ~ la iglesia de la Santísima Tri nidad, I de allí al cemen terio de 'Vahr ing, peque :ia aldea distan te alguna s leeTuas de Viena . o -1 seréis hombr e de venir conmi go a aquel lugar? pregun té al músico. -Sí, respondió. -Cua ndo? - C uando gustéis . lG ::.;::=-: ... :lW....-.: J"II!iiiI: :.;:: . . . . . gQ~QQQ~Q~QQg~Q~ ~gg2222~~2~Qg~~QQ~~g~Q2Q~g~~~g~gQQQ2 tan de -l\Iai iana, pues, os aguardo en la los campos, lo que lo ha hecho ente. ser n quiere todos hoi que puerta de 10$ E scoceses a las diez en moda, rrados alli. punto ; allí me encon traréis . En efecto, al dia siguiente me puse Entram os en la casa del consel je i cita, la de lugar el para no cami en le suplic amos que nos indica ra, poco dopde encon tré ya a mi maestro de mas o ménos, el lugar en que se en· músic a que me había ganad o de ma- cuent ra el sepulcro de Beet hoven. no, ¡nos dirijimos juntos al traves de -Ah ! mui bien! nos dijo; queréis la esplanuda. del músico. Mirad, tomad esa -Mir ad, me dijo, ya estamos preci- hablarde árboles, i mirando siempre a cc!le samen te en el lugar en que se reuniela izq uierda , la encon traréis infalibleron los acomp añante s. Todo es te mente. E s cosa singular, ailadi 6: tevasto espaci o de terreno estaba ocunemos aquí una multitud de nobles en pado por mas de diez mil personas. magníficos mausoléos, i nadi e pregunEn presen cia del jénio cesó toda di s· ta por ellos, ni viene a visitarlos, miéntincio n; nobles i plebeyos, ricos i po- tras' que todo el mundo quiere ver el bres, todos march aron mezclados i de Beethoven que, despues de lodo, confundidos, a pié i co n la ca beza des- no era mas que un músico. cubier ta. Pero lo Illas hermoso de Despues de haber caminado duran esta escen a fu éel si lencio imponente que rein6 entre la mu lti tud cuand o te un rato llegamos cerca del monuaparec i6 el féretro. E sas diez mil per- mento que buscábamos. Nada encon senera pero so, sonas no tenían mas que un COl'azon, tramos en él de fastuo · ni las anima ba ma s que un solo senti- cillo, elegante i modesto:. una peque hase, su mient o en este instante. En esa casa fí a pirámide trunca da en i una maque veis enfren te de nosotros, un poco si n mas adorn o que una lira del d I'. acia la izquierda, contig ua a esa igle- riposa colocadas en el centro mordiénsia vieja que ahora sirve de almac en culo que forma una serpiente la de Bect hode efectos militares, en esa casa vivió dose la cola. E sta lir::tes psiquis alma, el es sa maripo la ven; Beeth oven, en ella brotaron sus últila ines nte serpie la os; antigu los de mas inspiraciones.- Ved las ventan as, los de so gracio lo símbo lidad, morta en el tercer piso j Cuánt as miradas de tomaha n relijio a nuestr que s, reconveneion no echar ía desde ellas griego toda inscripsobre esta ciudad que lo dejaba mori r do del paO'anismo. Por una sola léo mauso este a llevab si n darle una sola muest ra de simpatía! cion en. eel/¡ov B bra: Ahora, se ilor, si queréis, iremos a ver pala En este lugar i cerca de Schllhert, el lugar en que reposan sus cenizas. famoso , bajo esa Proseguimos nuestr o camin o i lle- que rué otrO art ista uno de los je· reposa ta modes gamos a la barrer.,!''l de 'Vahr ing; i tumba nuestr a época. de es grand poco desplles a la aldea del mismo nios mas a, pero lleno todaví erno ti nombre. Seguimos la calle principal Un níspero, nacido por había , dn vi en toda su lonjitud , admirando sus de sav ia i de ento, i ya monum al lindas casas blanqueadas, que lodos casual id nd juniO erlo con la som bra a protej los nflos se pintan de lluevo al acerca r- comenzaba Yo cojí con respeto un . follaje su de de pasos se la primavera. A cien del níspero de Beethoramo io pequei o teri distan cia descubrimos el cemen con el corazon lleno que, aunque pequeflo, es bellísimo por ven, i me alejé i relijio sa emociono da su encan tadora posicion en medio d e de una profun • • "¡ QULLO YIH. ,~ .~ PUl' .lo~(: T. An¡)r.:ull' I PI \XH T .> ~ • '" UU,)(Uh)g , ,~I.f I T If. /i~ (;\1 11 , , '.l1t.:>1" .:.: ... :¡ • ~f,u.. pu, &f,( '''U\(il.t" \101 I O!~ ... , 't:'t: 4-4 ., 4-4 't:~ I "l , ~-~' ~f!.,.~~~f~~,.. ru-yil l~J-Tr~-~ if g. I3,)~0tá Lltde Martínez,H~ml' TOMO l . Bogotá, 15 de abril de 1849. EL~ruSEO. NUM .2. glo, i es preciso mante nerlos abiertos. Repetimos esto que ya tantas veEl fa\'or que muchas person as han zes se ha dicho, porque creem os que dispensado a nuestro primer número, nunca se hará demas iado para inculnos mue\"e a dirijirnos otra vez a car en la jenera cion que se levant a nuestros lectores para decirles dos pa- la idea de esta necesidnd urjent e-Ios labras mas. buenos estudios literarios. Desde luego no vemos en este faEn cuanto a la parte puram ente vor, acaso inmerecido, un motivo pa- materi al 'tambien habrán observ ado ra envan ecerno s, sino uno mui pode- nuestr os lectores que no hemos ahoroso para alegrarnos i para fundar rrado costo ni esfuerzo para presen halagüeilas esperanzas, pues en tan tarnos al público (siemp re digno de bené"o la acojida hemos creido hallar respet o) con el decoro ¡dece ncia únicam ente el deseo ¡buen a disposi - esteriores, que tanto previe nen en facion que hai en el público, ¡sobre todo vor de los escrito s como de las perentre los jóvenes, para fomentar i son as. Siemp re hemos pensado que pro tejer esta clase de empre sas; sin una produccion cualqu iera impre sa averig uar quiénes son sus autore s, co- con poco aseo i correc cion comet e la. mo de ordinario se hace, para juzgar misma falta que un ·homb re que se a posleriori del poco o mucho mérito presen ta en publico sin afeita rse, o de sus producciones. con los vestidos desaliñados ¡poco Ya habrán visto nuestros lectores limpios. Pero sobre el partic ular no que las r~:et ensiones personales de creem os necesa rio hacer un paneji rilos Editor es de El Jluseo son ningu- ca inutil: nuestros dos primer os núnas: que ellos solo tratan de funda r meros hablan elecue nteme nte. Basta un periódico que pueda llegar a ser decir que EL MUSEO se public a en el algo con el tiempo. Sus columnas no establ ecimie nto de nuestr o compa son mas que un campo que se abre triot a Ancízar, que es, sin disputa, a los injenios que quierá n ejercit arse uno de los mejores que en él : un palenque donde los jó\-enes Améri ca, i que honran existen en altame nte a pueden ensay ar sus fuerzas, i tambien nuestr o pais. les talentos maduros i esperimt!ntaConse cuente s con lo que ofrecimos dos que quiera n iluminarlo con sus en nuestr o númer o anterio r, hoi acom· luzes. Estos son, como ya dijo un li- paila mas al presen teuna cancio n para terato compa triota nuestro, los úni. el piano, música .. compu esta por el cos juegos florales po.sibles en este si- Sr. J oaquin Guarin , que creem os ::Ki:::~ 18 ntJCW:..J'"@iiir:a=:: . . . '(' llHi UJI JI. Jl!l.JI. ~ ~!I Jl!l. lI.9.R.i.llll SI IllUUULR!t.ll.!l UU .9.!t.!L!t9.SUUL9JUl..9..tlU. SlltQ. U.2 RRRU. R!l SI. JI. Jlll.tlllY 3~radará a los aficionados por su belleza i sencillez. En el próximo número daremos un gravado sobre costumbres i trajes nacionales . • DE ALGUNAS PALABRAS. PRIMER .utTícULO.. Los idiomas con el curso de los tiempos van presentaqdo diferentes fnzcs i aspectos como el cielo. Un gran núme ro de pnlabras, semeja ntes a lo~ astros, sigue n su len to curso par a perderse insensiblen1ente en el hor izonte del tiempo: muchas para reaparecer : algunas para .no vol.ver jamas; miéntras otras brillan sie mpre fijns i si"ucn solo el movi mi ento universal, ~omplejo i armó nico de las diversas épocas; pero presiden i r~ina.n siempre como elementos constltutl vos, como partes integrantes de ese todo inva riable. Conforme pasan los siglos se van prpser ibicndo cicrtas , 'ozes i son sost ituid as por otras, ya formadas de raizes de la mi sma lengua, ya tomada s de uila estra~jera , o ya de aquellas q.ue pcrtene~lendo al idioma no han SIdo usadas p mas, a lo ménos en cierta acepcion. La causa de este hecho debemos atri lJuirla a la creacion, o si se (juiere, a la vrlriacion, modificacion i llueva combinncio n de las ideas que trae consicro el de:-a rrollo ~ i empre crecien. te de tia. intelijencia. IUlln!lna .í el pero feccionamiento de las ciencias; desarroBo que produce un a consigu~enle alteracion en las formas; es deCi r, en las palabras, o lenguaje, i en la. fraseolojía, o jiros de las con~lrUCClOl1eS , que es 10 que se llama estdo. De es tas palabras de nuevo uso, o de nueva moJa, unas vienen a hacerse sinóni mas de las ya usadas anteri ormente, i otras In s sustituyen p~r enterO· en lino i otro caso la transl: cioo i' admision son mui delicadas,. I el menor descu ido puede introdUCir un abuso dcspues incorrej ible. . Entre muchos eje mpl os .que pudleTrlmOS citar de estos cambIOs . qu.c los escritores, i sobretodo los periodistas, , han querido efectuar entre nosotros, solo haremos mencioo de algunos mui recientes, i que por esta circunstancia todavía pueden correjirse. Sea la palabra ARTI STA, la cual d~ algunos ailos a esta parte, han tCOIdo al• gunas persona s la incierta tende!lc~a, o de hacerla sinóni ma o de sustItuIrla a la palabra ARTES ANO. Ambas son derivadas del sustantivo ARTE; pero no sa bemos en qu é se fun den para creer que la idea espresada por la. primera sea mas lata. de lo que re~l­ mente es, o que equivalga a la espresada. por la segunda. Ni por sus .respectivas terminaciones, que indican cada cual el uso que de ellas debe haccrse, ni por las defini ciones que da el Diccio nario de la len gua, pueden confund irse estas dos vozes. ARTESANO, dice el D iccionario, cuya autoridad debemos respetar por lo jeneral sino queremos anarquía.. es el que ejercita al"unartemec{tnlCo: ARTISTA /¡ que eSl:dia el curso de arles-Liberalium clrl;mn soda lis alumnus. L a diferencia es clara: el artesano ejerce un oficio puramente '!lecánio, una industria en que no tIene que ejercitar el entendi mi ento, sino sujelarse a las reglas prácticas ayud~do de CiP.ltos rudim en tos que ha debIdo adquirir, serrun In. naturaleza. de su ocupacíon. ~I art 7sano no, ~lace entrar cnj uego elj énlO,el esptrltucreador : el espí'ritu en él puede ~acer dormido, cl alma í el co razon nmguna lcbcion tienen con las obras que salen de sus manos: las pasiones callan delun te de la rutina. i de la. eterna monotonía. El artista por el contrario es creador : su fi,~ es ~ran~ioso, su mision sublime: la JnsplraclOn, el jénió, la pasion presiden a tod.as. sus obras. Artesano puede ser un IdlOta, un imbécil; pero el artista,iene que sal ir de la esfera vulgar i elevarse ~o­ bre el comun de las jentes: necesl1a un alma gran de, capaz de compre~­ del' la naturaleza i apreciar sus subilmes bellezas pnra. imi~a:las;. en él todo es poesía, todo esplrltuahsmo: en el otro todo es prosa: su humilde 06cjo está mui léjos de exijirle otra cosa. No debemos, pues, calificar de ar- • :.:;:::-=...., ~ .... :.:;:::....... 1\1 ~~~~~~~~~~~~~Q~~O~RR~~~~~~~~~~~~~~~~~R~~R~~~~~~" tisia a un zapatero, a un herrero, a obras maestras del arte; que ignoran un ebrll1i))ta, a un s()mln'erero, a un las nociones mas obvins de perspec- sastre, a un talabartero: mui honrados i dignos de universal aprecio son estos oficios como que ellos son ejercidos jeneralmente por una numerosa i estimable clase de la sociedad, quizá. la mas titil, la mas próbida i mas digna de la consideracion de los Gobiernos i de la sociedad entera; pero estas ocupaciones no pasan del rango de simples oficios mecánicos, que no tiene.n por objeto la imitacion de la Naturaleza, i por medio el estudio filosófico de la misma Naturaleza. Pero sí llamaremos A. RTIST A al pintor propiamente dicho, al músico, al escultor, al grabador, al arquitecto; porque estos ejercen, no ya oficios mecánicos, sino las artes que se 110.man bellas, liberales i nobles. Sus obras son hijas de la inspiracion i del jenio, i bajo este respecto se elevan a una esfera superior. Es evidente que hai ciertos puntos de contacto entre estas artes pri\'ilejiadas, hijas de la civilizacion i reformadoras del mundo, i algunos de los oficios que se ejercen mecánicamen mente por lajeneralidad de la s clase!; bajas de la sociedad; pudiera así confundirse, i se confunde en efecto por los ignorantes, el verdadero arte de la pintura con el oficio del mismo nombre, que consiste en dar colores a las casas, maderas &c.; pero en realidad la distancia que media entre el arte de pintar frisos i el arte divino de Rafael es inconmensurable: entre un pintor de brocha gorda i un Hubens, un Morales, un Van-Dick, un y ázquez, o un Muril10 hai la misma diferC'llcia que entre las obras de :gios i las obras de los hombres. No están mui lejos de hallarse en el mismo predicamento aquellos pintores cuyo talento consiste en copiar servilmente malos cuadros de santos: estos hombres sin jenio, que no po• seen mas conocimientos en el arte que el modo de moler los colores i de lavar los pinceles; que no han abierto un libro que trate de la materia; que no han estudiado la Naturaleza; que uo han observado detenidamente las • tiva, de colorido, de claro-oscuro i aun de anatomía, estos hombres no pueden llamarse pintores sino por una triste irrision. Casi otro tanto pudiera decirse del músico : el rascador de violin que gana su "ida en los bailes e iglesias, al lado de lIaydn, Mehul, Beethoven o Rossini es la luciérnaga comparada con el sol. El indio quiteño que fabrica por docenas los pastores de un nacimiento o peseb1'e, i que lleva el pomposo títuJo de escullar. está tan lejos de Migue l Anjel o de Canova como Jo es tamos nosotros de las estrellas. Puede sí haber-... en él esa simiente del jenio que aun no ha brotado, esa ch ispa oculta que aun no ha prendido; pero le faltan los elementos necesarios i los medios para desarrollarse; porque los grandes injenios son hijos de las granrles civilizaciones, i en el desarrollo de los pueblos las cienc ias. las artes, la literatura, la política i todos los conocimientos hum anos marchan siempre a la par, con poca diferencia, i siguen un movimiento armónico i compasado. El albaiiil que coloca Jos sillares i ladrillos, que hace la mezcla i tira la plomada, no es ciertam~nte el arquitecto que traza el plano del edificio, que combina los órdenes, que concibe los grupos de columnas, las cúpulas, los capiteles i arquitra,res. Existe, pue.s, u~a gr~n ~iferencia entre la creaCiOn I la llnttaClon: el jenio que inventa no es la habi lid ad rutinera, no es la destreza del autómata que juega el ajed rez con una perfeccion pasmosa. 1 esta es la diferencia esencial que existe entre el m'lista i el artesano, por lo cua l conviene no confundir estas dos vozes, ni usar de ellas ind istintamen te. V ~amos otro ejemplo del mal uso de cIertas palabras. l\Iui cOlll un es entre nosotros, por la naturaleza de nuestras instituciones políticas, habl ar a cada pa so del cánon constitucional que hace de nuestro Gobierno un Gobierno alternativo. Los escritores 2'0 _.:.:::JI:- 19--':-.:.. 1" ~.:-=:: -=-• 2.!Ut.S!2lUUUU!. ~.lU!.!UtJUt2.9..!l!IJtll!l: lUUUU!.~2.9Y '{'.Q.2 22.S!.S.2~.2.2 2Ull!Ut2 2.S!.S.9. ~ SI..!l9.JUtJUt 9..2.ti2 !2.!2.!2.Jl..Q. ptlblicos que tienen que tocar este punto, los repres entant es del pueblo en sus discursos, los curiales en sus ::llega tos, escritos, autos o senten cias, i aun los partic ulares en sus con versaciones prin\d as, usan de la ,·oz impropia altel1wbilidod para hablar de la necesidad, del derechu, o del acto de altern ar los majisll'ados i funcionadas en los destinos publicos, En rigor no diremos que aquí haya mal uso de una palabra, pues la IJalabr a allenw bilida d, no hallúndose cn el Diccio nario de la lengua, pudiera mas reputa da justam ente como intrus a; mas pudiendo racion almen te formal'se de altern ar como deriva do vcrbal, i habiendo ~utol'izacion para hacerlo, como sucede con otras muchas, bien podemos darle el pase. Pero es el ca· so que, aun adoptando este nuevo hijo, que ninguna falta hace en la fami. lia caste!tana, todaví a no es él el que espl'esa exac ta i puntualmcnte Id idea en cuestiono La razon grama tical es esta: que todas las yozes o dicciones que termin an por las sílabas ilidad es presa n la capazidad, dispocision, pl'open sion, facultad o aptitud para una cosa: así esterilidad es la pl'Opcnsion o disposicion de una cosa a ser estéril : "la calid-ad que C:lr::tctc' riza las cosas iltl!cundas," corno la define él Diccio nario ; mas no el acto de hacers e estéril, o la accion por la cual se vuelve estéril, pues a esta la llam aríamos eslel'ilizacion. En nues· tro humilde COIl( epto, pues, i salvo el parece r de personas mas inlelijenles en la mater ia, la voz que COH propie. dad depe usarse para espresar la idea de que los funcionarios, o empleados altern<ln o deben altern ar, es aftc1'nacion i no allern abilid ad; siendo los deriva d os verbales tenninndos en ion los que con mas exac titud indican el act(j de ejecut arse una accion : así suced e en vOlacion, sustanciacion co· l'reccion &c. Ya hemos visto. aunque rara vez, hecha csta reforma por algun escrito r cuyo ejemplo deJO:gra. ciadam ente no ha tcn'ido imitadores. Otro ejemp lo.-Las vozes deriva . dad del latin se han usado siemp re i deben usarse sin esc rúpulo, pues sien. do esta la herenc ia que aquella lengua sabia dejó a su hija lejítima la castellana, su oríjen es puro, i por con siguiente son preferibles tales vozes a las que plIdieramos formar capricho_ samen le para sustituirhls. En este CrlSO se halla el adjetiv o inalitmable (lo que no se puede enajen ar) derinIdo del latin allúmus, el cual hemos visto postergado mas de una ,'ez, i no como quiera por hombres adocenados, sino por escritores de nota, i por hablis tas cultos, para sustituirle otro tan antojadizo ¡tan búrbaro como inenojenable; ni mas ni méoos como sucede con algunos destinos públicos de donde se quita un hombre inteHjcnte i honrado para suplantarle un ignorante o logrero. No solamente es mas puro i castizo el J)limero de esto!'> adjetivos, sino tambien mas dulce, sonoro i de fácil pl'onunciacion, miéntl'as que el segundo es áspero i duro. -En efecto útenajenablc es uoa palabra cerril i desabrida para pronunciarla, i que en ningun período puede colocarse sin que perjudique a h hermosura i rotundidad de la. frase i a la elegancia del estilo, ¿ Pero qué mucho que el cornun de los escritores granadinos incurr a con frecue ncia en esta falta garrafal cuando hall amos estampada dicha pa labra con todas sus letras en la COTlst itucion política de la República (artículo IúG) obra <lue poI' su naturaleza debía dar el ejemp lo de una esmerada l'cdaccion, de un Icnguaje puro, correc to, claro i sencillo? ("') (.) Arlículo 166. "Es prohibida la fundacion de mayoraxgos i loda clage de \'inculacioue6, i 1\0 h abrá en la Nuc\'a Granad a bicllll8 rai:¡;e6 inellOjel/ah/ts." N3 es ménos curiosa la redaccion de l artículo 165 (Iue dice; "La casa de lIinguII granadin o ser:!. allanada &.c." l'roposicion afirmat i"a; "ni su corrcspondencin o papeles interceptados &c." Propoesicion negal;\·a. Este artículo es un solo di~IJarate desde el pti"illio hasta el fin. Non es dc sesudos homes ni de il1r~l.Il'l:ones de pro desacred itar dc esta manera nuutro Código sagrado j pcro qu6 tiene 61 ya quc perder? Desacreditado como C/ltd. bajo el aS I)Ccto IlOlítico, bien puede sin mucho dolor \'el'$e dt:811creditado por cllado literario. Ademas , cste ataque tan frauco como inocente i dcsintcresado,creCIll08 que no !Jetá perdido para 108 l('jisl!ldor~~ que pronto hon de ocuparse en darnos una vcr(!odera COllstitllcioll df,'ffiocrática bien rcdo.etadll. • , En nuestro próximo número traeremos otros ejemplos de frases o paJabras que se usan impropiamente, no solo en la conversacion familiar i en la correspondencia epistolnr, sino tambien en escritos que se dan a la pren sa para que anden en manos de todos. En este último caso el uso de tales frases tiene un doble incoll\'cniente, i es que los intelijentes 10 motejan icen. suran, miéntl'us que los ignorantes lo toman por norma i regla de buen hablar, yiéndolo autorizado quizá con un nombre respetnble, ¡sancionado i santificado con el sellode la prensa. Entiéndase, sinembargo, que estas son nuestras meras opiniones privadas en la materia, i que si estu vieren'l05 eq ui vacados agradeceremos cualquiera réplica u observacion que se nos haga. Nosotros, léjos de que rer fallar majistralmenle, buscamos i apetecemos siempre la discusion, porque la consideramos como la copela de donde sale pura la verdad. AMOR DE ALADRE. En una noche tranfJuila i hermoseada por la brillante nparienciade los cielos, me acuerdo que reclinado en elsenode I~i madre contemplábamos jun . tos la nca escena que se desplegaba a nuestro alrededor. El suelo que pisábamos seostentaba vestido de un verde vivo, sembrado aquí i allí de rubias florecillas, como luzidas lentejuelas de oro; la atmósfera cargad~ de perfumes los mas deliciosos, ultimo tributo de las plantas al padre de la luz, que hacía poco había hundido su frente detras del ocaso; i el vacío· con su pomposa colgadura azul bordada de diamanl~s i suspendida como el pa. bellon de DIOS, en la estension del espacio. Nuestras almas sencillas i reverentes sentían entónces simultáneamente las. mismas impresiones; i yo, que ~un Ignoraba hasta el lenguaje de mis padres, me colgaba con fe cán~ida del labio materno que me ensenaba a no ver en todos i en cada uno de. tantos fenómenos sino la faz de DIOS que se ha reproducido en sus " obras. Me preguntaba si n poderme responder ¿ quién llena esa estension vacía que sirve como eslabol1 a todas esas masas luminosas que voltean e n perpetuo remolino? ¿ Para que están ahí esos globos de fuego 1 Son acasO las huellas que dejó estampadas Dios al atrayesar el espacio, o son las piedras de su diadema, los adornos de su palio, las columnas de su templo? Pe ro mi madre apagó esa chispa que acababa de saltar a mi cerebro para incendiarlo, sufocó los primeros movimientos de mi alma que en vez de adorar a su Criador intentaba com· Pl'enderlo: ella me hizo doblar humilde la rodilla ante ese grande altar iluminado por mil estrellas, i enseílándome las santas oraciones de la piedad cristiana, dió a probar a mi labio el néctar del consuelo. Como un vapor lc\'c se levantó mi espíritu en aJas de la contemplacion, i Dios "ió mi cor<lzon i recojió mi plegaria, porque mi alma se sintió fe liz, i por mi pecho corrióentónces todo un torrente de amor, todo un mar de alabanza i de ventura. El recuerdo de esa noche se ha unido en mi memoria como una imá. jen a la imájen de mi madre, i cuantas \'ezes vueh'o mis ojos turbios arecorrer los alegres p<lisajes oc mi adolescencia, Iropiezo con ese episodio de mis primeros aflos; entónces es cuando en tropel se apiih.n al corazon las mas tiernas afecciones i a la fantasía las mas grata s i cariílosas ideas. j Feliz aquel que adora a Dios i le ofrece el limpio homenaje de un corazon no manchado; i mas feliz aquel que lo adora en compa ilÍa del mas benévolo de los ánjeles,la mas querida. de las mujeres, la mas fiel de las amigas, la mas amorosa madre! ¿Qu ién no ha sen tido resbalar blandamente en sus mejillas la mano maternal que lo acaricia? ¿Quién no ha sen tido los latidos de un corazon que. palpita aco.rde con el suyo '{ ¿ Qlen no ha VISto ela \-ados en sus ojos otros ojos que derr:'lInan amor i embriagan de dulzura? ¿ Cuá.ntas vezes no ha faltado la fe del amigo; 22 ~:.::.... :mI&."WL:T@iiii:-=:=-=-_ ~ R9.ll RII RR itRR.R Q RRRe e o RRR It!tRU. Uu. cuántas no nos ha olvidado la ingrata amante a quien hizinlOs la promesa de un eterno amor cuando ella nos hizo la de un amor sin fin? ¿Cuántas vezes no ha ,"oleado el monumento de nuestro cari"lio el soplo de la ausencia 1 ¿ Cuántas no nos ha robado el corl1zon que era nuestro una corta distancia, una breve separacion1 Pero ¿ cuándo dejó la madre de ser madre? j, Cuándo olvido ella su amor i sus cuidados; cuándo cnyó sobre nuestra frente su mirada de indiferencia, cuándo encontramos su corazon tornado en hielo o su alma en ponzoña? J amas. l\1irnd su ademan melancólico i dulce cuando la hemos ofendido; mirad la alegria chispear en sus l:.lbios cuando ve que correspondemos a su amor; miradla orgullosa i satisfecha cuando nos ve dignos de ella i de nosotros mismos; mil'adla, como la anlante que contesta a su querido, oficiosa j dilijente consolándonos de nueslro mal. MiradIó. provocar las sonrisas del placer cuando nos \'C fclizes, i enjugando lns lúgrim as del tormento cuando somos desafortunados. Pero ell:.\! i Con qué esmero no oculla sus penas pJra no perturbar nuestra dicha! i C OIllO be· be su llanto i "iste (le risa sus labios para no manchar nuestro lIoZO ni destemplar nuestra alegría! l'Had re ca· rísima, tú eres nuestro único, primero i último amor, nuestro sincero i fiel amigo, nuestro Diosen la ticl'I'J, nuestra mayor riqueza! 1 nosotros ol\'idamos su amor i la olvidamos a ella; dCjJlllOS la. fuente de un c3l'iilO verdadero i leal para lanzarnos a un abi!mlO en busca de ·un amor mentido i traidor. Cuando gastados por los pesare::, quebrada la sien de pesadumbres, repleto el corazon de angustia, VOIYCIllOS, desp~les de la lormenta, al puerto cuyo abngo abandonamos por desp recio. cuando volvemos donde la madre que nos quiso i cuyo afecto olvid[lI11oS por el de la f.'ll~a amante, ella nos consuela, nos presellta su amahle i suave regazo en donde quil'.uS dormimos felizcs el sueüo de! olvido de nuestras pasarlas amul'gurn s. ~R9. Rll9..H9.R.llRR9.Jl..R.!tR~Rll.9.Y i Pobre del huérfano cuyo primer ensuefio no voló en alas de la caricia maternal, cUyl1S lágrinlas no fueron enjugadas en el paiJo del consuelo por e! ánjel mismo que le dió la "ida! Su cUila no tuvo flores, no eran sino pálidas las noches de su niiJez, lristí. simo i lúnguido su reposo, como pújaro errante cuyo nido se mece en el úrbol de un bosque lejano, sin arrullo sin ilusiones; arroyo que perdió su cnuce i la arena le secó: flor ajada sobre el tallo i carcomida en el corazon! Nadie como la madre siembra dichas en el camino de la vida i recoje frutos dulzes i sabro~os para nuestra felizidad. Somos dichosos en la infancia porque prendidos de su mano atravesamos los campos de esmeraldas, trepamos por el pendiente soto, nos reclinamos cn la ancha i vieja piedra que corona su cima, O en deli. cioso cansancio i ngradable fatil'a acercarnos el labio ardiente i tostado a las espumas del tendido arroyuelo pJra Jp<lgar la sed! 1 cU<lndo la huesosa i violenta mano de la enfermedad nos troncha sobre el lecho del moribulldo, clltónces que el sol palideze parn nuestros o.io~, que pierde el mundo su belleza, la hermosura sus atractivos; cuando la falsa amistad nos abandona, cuando la ciencia se cansa de nosotros. cuando no llega a nuestra cama de tortura sino de vez en cuando el ojo curioso o el eco de la ris'l infernal del indiferente; en· tónccs ¿ quién \'e!a a nuestro lado, quién acaricia nuestras sienes, quién enjuua el sudor de nuestra faz, quién rerrc~cn la garganta del agonizante co n el [laua de la caridad! Quién, o ' sino- Ilu estra madre, que como eI un· jel custodio, vijila en nuestro cu id a. do, ncompaña nuestras horas amargas i enllltezidas, i a lo ITlénos une su llanto a nue stro llanto, su arrullo i sus pleO'arias a Buestrosjemidos i a nuestra o desespcracion? Cuando somos polvo i cenizas, cuando la muerte ha vuelto el barro al barro i el alma a Dio~, qué otro santuario guarda ~~ ­ cendido aun la antorcha del caflno para el que ya no es r En qué .olel:'o. ria viviJ·{l nuestra memona, I qUIén ;II;;:::IL" ~1!§J:E::c:.. " ~RRRR29RRRRRRRRUllRRUl!.ll~RRRRllR ~~RllllR .1U.UUlU.9.R. llU.ll9.Ul!.2& , dejará en su mente un lugar al recuerdo del que pasó 1 La madre que nos vió sa lir de su seno, que nos 3compailó en la vida i que, aun ~esP.lles de terminada nuestra fugaz J ·lnste peregrinncion va a humedecer "con sus lúO'rimas nues tra yertas cenizas, i a row.r por nuestra eterna felizidad a la orilla del sepulcro helado! YARILPA, Este nombre indio dado por Vargas Tejada a una de sus creaciones, es el seudónimo que ha adop tado una Señorita paisana i amiga nuestra para ponerlo al pié de sus escritos, la mayor parte de los cuales son poesías fujitiv3s inéditas, o granos de arena, como ella las llama graciosamente, haciendo alusion a. la picante crítica de El curioso parlante en su introduccion a los Recuerdos de viaje. Si las poesías de YARILPA no son una g~an d e adquisicion para nuestro MUSEO (dispensenos esta franque za nuestra jóven amiga) no son tampoco indignas de \'er la luz pública en cualquier pe riódico ac reditado ; ántes por el contrario, si se at iende a sus ci rcunstancias, a la necesidad de al entar el tale nto oculto, i al deber de aplaudir ¡recom pensa r las producci ones de la juventud j señaladamente del sexo delicado, ellas deben considerarse como un adorno de no poco precio en nuestro periódico. No queremos anticipar un juic io crítico, ni nos corresponde a nosotros esta tarea. que nos reservamos para hacer privadamente a y ARI LP A, segun nos 10 ha exijido elJa mis ma; pero sí imploraremos en nombre de esta la induljencia de los intelijen tes por las faltas que inevitablemente deben afear sus versos. En efecto, querer que el jenio naciente haya alcanzado prematuramente la perfeccion que solo es obra del tiempo i del estudio dilatado: querer que carezcan de defectos los primeros ensayos de un talento en flor j sería prete nder demasiado: sería ex ijir de una jóven de 20 ailos lo que no se exije del h0':Ibre mas favorecido por la natural~za I por la s uerte. Porque ¿ donde esta el poela que . pueda gloriarse de esa perreccian soiiada desde Homero para abajo? . . L os productos de las juvemles IIlS piraciones de Y A1ULPA deben, pues, adolecer de imperfeciones; pero para medir su mérito debemos tener presente que é l está en este caso en ra~ zon inversa de la edad i de los e le~ mentos de quc ha podido di sponer nues tra jóven poétisa para dar vuelo a su inj enio. Sus versos comparados con los de nquello~ que han teni.do tiempo i ocasion de meditar ¡estudiar los buenos modelos para fo rmar su oausto , son como las flores que nacen e espontáneamente e n un te rreno ¡eraz, comparadas con las que ~I h ombr~ cultiva i riega con su propm .mano, 1 que despues se ostentan en pr rones de porcelana i en suntuosos gabinetes. No pocos esfuerzos hemos tenido que hacer par:¡ vencer la. repugna!1 ~ cia de YARILPA a que sus humddes ensayos "iesen la. luz púb~ica. Cosa mui natural! ~u modestm estrcma unida a la descon fi anza característ'ica de los hijos dc esta capita l en todo ague·do gue mira al méri to de sus propi as obras,debían producir tan o~s­ tinada resistencia. Pe ro al fin venc ieron nuestras súplicas, bajo la espresa condicion de guarda r un profundo secreto en cuanto al nOlllbre verdadero; i hoi tenemos el gusto de presentar a nuestros lectores algunas muestras de las que hemos obten id o, advirtiendo que las pu blicamos tales como h ~n sal ido de las manos de su autor, sm pr:evia correccion ni censura. A lilMI:'IO. Vivo si u tí tau triste i solitaria Como la tierna aloudra en la eS¡H:sura D el bosque dOlldeexí¡la 8t1plegaria, H Il t:'irfaua i sula, pobre i sin veutura. Con Sil amor se acabó su dulze canto, Que en lúgubres jemid09 torua ahora; Las notas que preludia sou de llanto 1 crece Sil dolor hora tras hora. El nido cutre las ramas fabricado De leves plumas i hojarasca ¡ tierra, D eja ya I)ara siempre aba udonndo 1 dd árbol querido le destierra. • El "erde soto (IIlO alegró su vista, El arroyuelo ocutto ell la mlllezu, Todo la aflije ahorll i la coultista, 1 enojos dale el ca.m¡:.o i su belleza. No ya cual ánte el fruto regalado Sllhaudo busca de \lila en otra rama Para llevarle alegre 0.1 nido amado Donde el tierno ¡:.olluelo le reelllma. Así tamblen yo jimo ab:.ndonada De aquel que fuera mi sincero amigo, 1 en In edad de los sueños nacarada A mi lado feliz jugó conmigo. Pobre hermano! sin tí "ivir no quiero Sin t{ mis ilusiones so ac:.bnron ! Ni dicha, ni placeres, nada espero, Quo para mi los gozes ya pasaron! P obro Emilio, del mundo rele"ado! Cubieno COII la losa del olvido! .. Entre la tumba estrccha ya cncerrado, 1 ell blanquezinos huesos con\'ertido! .... Oh ! quién en los ensueñ09 deliciosos De mi risueña infunda me dijera Que en pos de aquellos añ09 tall dichosos 'l'an amarga de~gracia se siguicra! ... Oh! cuántas \'ezes sola i aflijida A ver vol\'í los sitios encantados Do los primcros a¡¡os de mi "ida Vi ¡lasar brevemente arreb:l.lados! Confusa mo interné eula selva umbrosa Que do mi \'oz los ecos repetía, Cualldo oculta en los árboles g:ozosa_ " lllíSCIUllO! ya! Emilio!" te deda. Allí busqué tu itnájen apnzible, El ruido do tns pié.. en la maleza, Eu mirar ta n duh.e i tan sensible Mezclado do terllllTU i de tristeza. AlU finjí tu cándida sonrisa, T e recordé tendido en la hojarasca, Flotnlllrs tu~ c"h"[los con la brisa, O mojados quizá I,or la borrascn. T odo 10 mismo !... Sombras i vMdura! .. Asperos troncos, hojas, musgo, yedra! Siloucio i pa1.! .. .'l'nmbion la ~epultura Brinda la paz debajo de su piedra ..... . Aquel Edcn nh.'gre i dt:lieioso Con SU8 nftidu fm'ntes cristalinas Con su ambiente balsámico, oloroso, SUB 60109, vegas, montes i colinas ; Aquellas flores bellas i fragl\ ntes Que ostentaban sus pétalos de raso; Las aves cou sus Ilotas concertantes D iciendo ndiog altwl .. 11 el ocaso; 'fndo tribte lo hallé: lodo sin vida: Sordo al reclamO tic m¡ voz doliente Que resonó eH lu selva i r':l)Ctidll, Loe ecos de\olvieron tn.slernentc. i MaSI}()rqué pobr~ "trmono te al,eUido Ni ¡Xlr qué de tu suerte lile conduelo, !ji I(.joe do 1.'8t.' IIl1l mlo abonecillo Jl abltl18 ¡l:.lrn siempre ya en d cielo 1 ¡ P obre do mí,quo "ttgo CII el desierto Cual hoj o. quo arrancó la lem¡lestad, Sin uestino, sin luz, sin rumbo cierto, Errallte ¡:.or la inmensa 60Iedad ! ... Yo lloro mi horrandad, mas no quisie ra Verte do mlO\f() humana criatura: Conti~o, dulce hermano, me reuniera, :Pero diciendo hof8olla allá. cn la 1I1tllra! ... LA VIDA LITERARIA. T.4<ciate o~n; Ipe'lInu. oh ...." q.u e"lrat.. ~- DA:"TI:. Qu iero diseñar hoi, aunque débil e imperfectamente, Ins fazes distin tas de esta. existencia afanosa i triste que se llama. la. vida. literaria. Q uiero, levantando una punta de l esplendente manto que la cubre, manifestar sus miserias, hacer adivinar sus dolores, publicar sus angustias, cómicas a. las vezes, a. las vezes trájieas. Así, cuando ante los <iljos del vulgo aparezca uno de esos hombres a quienes aquel supone tan ricos de felizidad i de alegría, habrá para ellos algo mas que admiracion i aplauso j habrá un ¡I,teres afectuoso, una simpatía sincera, un aprecio justo i lejítimo. No es esta ya, se dice, la época de Cervántes j el poeta ha conquistado la posicion que le era debida; el talento ha obtenido sus preeminencias; el saber sus fueros; el jen io su poder j la intelijencia su predominio. Cie rtamen te; ese nombre que ántes era poco ménos qt<e de oprobio; ese nombre que era casi una esclusion, es ahora un título. Pero ¿ basta eso por ventura'! ¿ Bastan esta. rcparacion ¡ esta justicia tardías? ¿ N o hai nada. que apetecer ya, nada que pedir, nada que reclamar? ¿Es la vida del literato tan próspera. i tan holgada, que np recuerde sus pasaclos infortunios, sus antiguas humillaciones, sus recientes desastes! Si Id preguntamos al vulgo, di rá que sí; si nos lo pregun tamos a nosotros n1ismos, diremos que no.Entre estas dos opiniones opuestas hai un medio para. descubr ir la verdad i para hacerla sen tir a todos i a cada uno: la pintura. in""\parcial i exactaq ue me propongo hacer. BI vulgo no es el pueblo unica mente: el vvlgo es la jeneralidad ; se compone de las clases altas, de las medias, de las ínfimas j ni solo los ignorantes j los eSlupiJos pertenecen. a él; con • frecuencia lo forman personas algo in. telijentes i al~o illlstradas.-El \"lllgo es, pues, el conjunto de los que aceptan opiniones ¡ommIadas ya i difundidas; de los que repiten lo que otro!o; propalan sin discutir su posibilidad ni su verosimilitud; de los que acojen todas las paradojas rid1culas, todos los axiomas triviales, todas las calumnias absurdas, que ora se dirijen contra un individuo, ora contra una categoría social. Examinemos de qué suerte califi. can al poeta cada una de las distintas fracciones del ,"ulgo" Para el pueblo, el poeta es el hombre que hace coplas. Para el COIllUIl de las jentes, es el hombre que hace versos. Para la mujer, es el hombre que sabe decú· cosas bonitas. Para nadie, es el mortal inspirado por la divinidad. • Así, despues de hablar tanto de su mision, no se le otorga ya ninguna j despuesde haber llamado a la facultad poética arte sublime, se la llama ofi. cio mecánico; en fin, despues de premiarle con laureles, se le premia ya con empleos! L arguísimo es el catálogo de las tribulaciones i contra riedades a que está condenado el pocta solo por serlo. Si jura i protesta su amor a alguna mujer, se le responde con una sonrisa de incredulidad: - "Poela! t:sto es j loco! 1 en las diversas materias, i en los asuntos diversos, i en las tésis diferentes suje tas a la discusion jeneral, o. se desconoce su competencia, o se mega ,su razono En suma, a los poetas ~e"les Impone la poesía a perpetuidad, 1 Juzgase que todo lo contemplan al traves ?el ,engaiioso i dorado pr isma de la ¡Juslon, cuando precisamente eUos son las víctimas de esto erróneo sistema óptico. Hefiere UIlO de los biógrafos de V 0 1taire cierta curiosa anécdota, de la q~e no es difícil hallar ejemplos todavla.-Hallábase el célebre filósofo en su residencia de Feroey ; pero hacía una vida s~lInamente retirada i oscura ; de suerte que no eran pocos aquellos de sus \'ecinos que ardían en deseus de eonocerle.-Entre ~odos distinguíase una señora, grande admi radora del pacta, i que le imajinaba, como es costumbre entre el yulgo. joven, pálido, blondo, sentimental i tristc. Tanto trabajó la buena proyinciana por ver al héroe de ~us suelios, que logró seducir a la criada de Voltaire para que la escondiese un dia en el jardin, o la dejara desde al1í contemplarle a su sabor miéntras se paseaba. llízose así en erecto; i ¡cuál fué la sorpresa, el disgu sto de la dama al encontrar un hombre ya maduro, i no bello ni elegante!-Poco de spues vino su cómplice a conducirla :l un rabe llon, al tra\'es de cuyas cortinas podía yer al autor de La Jl em"iada, que acababa de sentarse a la mesa i se servía un enorme plato de sopn . Entónces llegó al estremo el asombro de la admiradora, quien esclamó con un acen.to soberano de indignacion i desprecIO : -j I come! jI come! i 1 come!!! En seO'uida, no queriendo aguardar mas, echó a correr completalnente desilusionada. Algo mui semejante sucede en el dia: a la multitud le cuesta trabajo comprender que ti poeta es un hom bre como todos, con sus mismas pasiones, con sus mismas necesidades, con sus propias aspiraciones; i el que le llama coplero, como el que le llama poeta, sin reco nocerte superioridad le atribuye otros hábitos, otros instintos, otra naturaleza mas grosera i ménos de licada.-Que en esto solo se diferencian los contemporaneos de Voltaire ¡nuestros contempóraneos; aquellos sublimaban al jenio: estos Jo materializan i rebajan. lIemos conswerado una faz sola de la \'ida literaria; las restantes no están esenlas, sino por el contrario mas llenas aun de sinsabores i pesares. lI ablemos del autor dramático.¿Quién no conoce la existencia azarosa de ese hombre, tan pronto en altezido por la multitud como castigado , 2ó :JE:::JIIL.o ~1!§a:IE:~. ~~~22l~~~~20R~lR~~22R R~~2R~R22R22222222~2~222~2~ por ella. misma; tan pronto coronado como escarnecido; juguete hoi de una cába la, víctima mailun a del mal humor del público? Aseméjase su suerte a. la s olas del proceloso mar, que ya pa recen tocar e n la celeste bóycdu. ya hundirse en lo mas profundo de hon~o­ rosos abismos. Afanes eternos, interminables luc has; hé aquí re~Ulnida en brcycs palabras la vi da cntera del autor drnmático L a ignoranc.ia i la malo\'olencia suele n amarle para combatirle; la c rítIca mOl'd<ll, i desapasionada desa hogar co n é l las malas pnsiones de que se nutre; i la impotencia envidiosa i maligna suscita rl e casi inve ncibles obstáculos. Así se gasta su fuerz a, i su cnerjía descae, i su jénio se abate, i su fe sucumbe j i e n vez de volar como el ág uila impávida i orgullosa poi el espaciO inmenso, marc ha "acilante, presa de mortal desaliento. i 1 cómo crecen, c uál se multiplican, cuánto se agravan estos percances, si el escritor se propone atacar de frente las vicios i ridíc ulos de la época i pintar sus costumbres en toda su verdad! Entónces principia n las aplicac iones, los ejemplos, las perso ~ nalidades.-A los caracteres nobles I elevados nadie les encuentra tipo; en las caricalllras risibles o grotescas todo el mundo cree dcscubr ir los ori jinal es. A ehnq ue es ya antiguo este, como que l\lolicre i BeauH1<lrc hais de él se quejaban a ltmnente. si n que fueran capazes de remediarlo; mas nada ha perd ido de su índole por la fecha: la mali cia que, en vezde amenguarse, todos los dias .se a Ul~en ta, sigue buscand? m ez q~lIno orIJen a aquello que lo tie ne mL1l grande ; porque tanto como es mi serable int e~ to e l de modifi ca r i esca rnecer a un 111dividuo detenninndo, eS' digno de alta loa el c¡uerrer conejir i mejorar a la hum anidad entera. Si fuése mos a traer ejemplos, infinitos podríamos citar aqu í : nunca faltan algunas de esas almas p'iadosa~, cuya f!'ll1ci on mas dulce es mfundl r la sospec ha i llevar la ('nlumnia a lo s corazones ménos desconfiados. Ellos harú'n creer a la mujer a quien tal vez ama el autor, que la escojió por modelo al bosquejar una despreciable coqueta j ellos dirán al Ministro del cual acaso depende el poeta, que le retrató aquel al pintar un gobernante torpe o inmoral. con la sana intencion de que en cnstigo Je destituya; ellos, por último, i.nventarán nlguna deshonrosa mentira, que, semejante a esas bolas de nieve desprendidas de las montaJias, recojerán i se engros~lrán a su paso con todas las mi l pequei'ias invenciones de los tontos i de los desocupados. ¿No basta este cuad ro, verdadero i fiel por desgracia, para da r un a idea de lo que es esa existencia , tan brillan te i tan feliz, se~un algul1os?-Si descendiésemos a lOS pormenores, si como e n globo la hemos considerado la describiésemos en sus episodios i en sus in cidentes, aun se comprendería mejor la oportunidad de la sentencia que escribimos al frente de este artículo. • No olvidemos al crí ti co. otro de los ind ividuos de la fnmi li a literaria, cuyo destino no es tampoco Illlli próspero ni en vidiable. Lajencralidad se lo represe.nta ce illldo i feo; de ~spera voz i nltivos ademanes; de mIrada torva i sonrisa siniestra; en fin, copia i trasunto de los domines de aldea.-De modo que ni siqu iera tiene la ventaja, como el poeta, de que le jmajine nadie de aO'radable ni de simpático nspecto, i pOI':' esto mismo se abriga acia él una prevencion 3d versa. Si el crítico es seve ro, se le llama pedante; si es blando, se le llama in· capaz. Si censurn, se busca el secreto de su durezn j si aplaude, se ntribuye a pnndillaje o a ami stad.-Ninguno de los dos sa ti sface ni contenta nunca : aquel porque no elojia; este porque no elojia bastante. 1 despues, las interpretaciones, i Ins omi siones,.i las reticencias, i el mas i el mé nos, I las antipatíní!, i la s preferencias i 1 de todo esto los re ncores, i de aquí las \'engnnzas! i Infeliz del cTÍtico si es ademas autor dramático! j El uno ptlgará en su dia la s cul pns que h ~ ya cometido el otro ! E s, pues, la Vida literaria como esos lagos límpidos i , • ~~ ~-.:..;r~=-z:.... 27 "t'i R!ti ItU.5I. U9. U!tQ.!t ~U!t5!JI.U.U.!!.i2 2i 2i R.Ull.RU.2ll..ll5l2R..9..Ull!t!l.9.S!Jl.llll!t!l o51. 9:.S!i9 SI in O.U.!l'Y serenos, cuyas aguas azubdas rene- las iglesias, han salido de allí, para jan el espléndido sol, Iris rielan tes cs- qué? para verse colgados a la tabezetrellas, o los verdes árboles i Qué di. ra de la cama de algun rústico que .no ferencia , sinembargo, entre su super. conoce su mérito, o cuando mejor ficie i su fondo!- Profundízese un suerte hayan corrido, para verse repoco en él, i toda su belleza desapare- ¡ legadOs a"la testera de alguna antecerá, i el líquido espejo, rcy uelto ¡ sala; i despues de tanto uempo que ajitado, no reproducirá tampoco ~)in- hace que están. en Paris, todaví~ no gunade las maravillas de la creaClon! hall logrado el lavor de ser cxammaRA,'II ON DE NAYARr,1:TE. dos. Sinembargo, aunque debe respetarse la propiedad individual en materia de creaciones supeliores del jenio es dir.eil reconocer esa propic- - - - - - -- - - - - - - - dad sin restriccion. Las obras maestras del arte son del dom inio público: FRAmlENTOS ellas pertenecen a la humanidad. SOBRE LA HISTORIA OE LAS BEllAS ARTES. 1\L SOul1 posee obras de tres gran(Continuadon.) des maestros del siglo XVI , a saber, de i\Ioráles, de Vicente Joanes i de Acia el siglo XVI la luz comienza Na\·alTete, llamado el Jludo. Luis de ::\Ioráles, apellidado v.ula nacer en el arte espailol, como lo garmente el Divi1io, ya sea a causa justifica la coleccion completa depinturas espaJiolas de los sig!os X VI i del mérito de su pincel, ya porque no pintó mas que asuntos sagrados, XVII que existe en Paris. .l\Iiéntras que el imperio frances nació en Badajoz al principio de aquel paseaba sus victorias por Euro~a , uno siglo. E s probable que hiciese sus pride los jefes que ocuparon a EspaJia meros estudios en Valladolid o en Toimajin6 esplotar por su propia cuenta ledo, donde había muchos· i buenos el derecho de la guerra imponiendo maes tros; segun dice Palomino, fué contribuciones de cuadros preciosos. discípulo de Pedro Campana; pero El Emperador permitía gustoso a sus cuando este artista fué a E spafia acia tenientes nprovecharse de la conquis- el aiío de 1548, l\Ioráles hab ía hecho ta: los unos despojaban las iglesi as de ya varias ~inturas en Badajoz en la los vasos sagrados i adornos valiosos; iglesia de la Concepciol1, como lo pruelos otros le vantaban impuestos en di- ba la firma puesta en ellas, cuya IcC'ha nero; los ejércitos franceses, en fin, es de 1516. Lo cierto es que él se haejercieron en toda la Europa un pilla- bía inspirado con el estilo severo de je organizado. El Jeneral que manda- la escuela alemana: la espresion proba en Andaluzía se apropió todo lo fundamente sen timental .de los rosque le cOlwino en las iglesias i los tros, la graveqad melancólica de sus conventos de Sevilla; pero tuvo buen composiciones, los pliegues duros i cuidado de revestir esta confiscacion cortados de sus ropas, lo acabado de con cierta apariencia de leCTalidad, todos sus detalles, tienen gran l·elaobligando a los frailes a firmaro ventas cion con el estilo de Van-Eyck, de simuladas, I se asegura que sus títulos Hemmeling, de Lúcas de Leyde, i de propiedad están lo que se llama en de Alberto Durer. El cuadro de 1\1. regla. Soult represen ta una Dolorosa de meE sta posesion cuya lejitimidad es a dio cuerpo sosteniendo en los brazos lo ménos disputable, no ha traido con- a J esus muerto. E ste mismo cuadro secuencias provechosas para el arte lo ha pintado muchas vezes l\1oráles, en Francia, si bien parece tener su orí- pues se encuentra uno en la i(Jlesia jen en el amor i aficion a ese mismo de Carmelitas Descalzos de Avila, arte. Sevilla perdió sus obras maes- otro en Santa Catarina de Zafra en tras: los cuadros relijiosos que escita- Granada, otro en la Catedral de Ba. ban la devocion de los cristianos en dajoz, i otro, que se cree ser el de M. BELLAS ARTES. Soult, en la igl esiade San Agustin de la misma ciudad. La muerte estú maravjllo~amente representada en las facciones glaciales del Selior, pero el rostro divino ha conservado una calma inalterable que re,-eJa la resurrec cion; el dolor de la Santa Madre es tan solemne i tan íntimo, que es imposible dejar de detenerse a contemplar este gran drama de sufrimiento i de amor. En cuanto a la ejecucion, esta pintura no ofi'ece una analojía bien marcada con el Ecce homo del Louvre atribuido al mismo artista, pues es m6nos mórbIda en el colorido, descubre ménos conocimientos anatómicos, ménos correccion en el dibujo; i sinembargo no se puede elejir entre las dos: en ámbas hai el mismo sentimiento, la misma sencillez relijiosa, la misma delicadeza en los toques i en los detnlles. Con todo, al considerar el dibujo del E cce !tomo de] L oun-e cualquiera diría que es de un pintor ini ciadoen JaescueJa florentina i posterior a Morilles, que jamas ha salido de Espai'ia. l\'Ion'iles tuvo una vejez larga i miserable: había casí perdido la vista j no tenía ya fuerzas para pintar, cuando F elipe JI pasando_por Badajoz, a su vuelta de Lisbo\ e.n 158 1, vino a visitarlo. "Ya estals bien viejo," le dijo el Rei movido de compasion."Sí, Sellor, respondió el arti sta, i bien pobre." Con este motivo Felipe 11 le sefialó una pension de 300 ducados. Cinco años despues murió, en 1586. Tuvo un hijo i muchos discípulos que trataron de imitar su estilo, i cuyas obras se le atribuyen fi'ccuentemente al maestro. Entre estos, .T uan Labrador sobresalió en pintar {lores i frutas. 1''1. Soult tiene algunas pequefi.as obras de este último artis.ta. Vicente J oanes, fundador de la escuela de Valencia, tiene alguna semejanza con l\Ioráles su contemporaneo, pues tampoco pintaba mas que asuntos sagrados, en los cuales se nota siempre cierto aire de tristeza contemplativa i de mística relijiosidad; po~ía el mismo cuidado que l\Ioráles en pmtar con una escrupulosiJad minuciosa los menores detalles, sobre todo los cabellos i la barba, en términos de poderse contar los pelos uno por uno; pero su estilo era m:lS tímido i mas irresoluto, i el colorido se parece un poco al de la escuela romana. Puede darse por cierto que estudió en Italia bajo la direccion de algun gran maestro. Palomino ascgura que fué discípulo de Rafael ; pero habiendo muerto el pintor de Urbino en 1520, Joanes que murió en 1579 a la edad de 56 afios, segun dicen, no podía estar en Italia en el tiempo que se supone. El Ecce !tomo de l\I. Sonlt era de la capilla de San Francisco de llOlja en la Catedral de Valencia; es notable esta pintura por la estremada dulzurade la. fisonomm, por la delicadeza de los cabellos, de las espinas i de otros acce· sorios. El dibujo es bastante correcto, pero carece de eneljía; el colorido es frío ¡monótono. Los críticos esp~t110Ies, que tan se,'eros se han mostrado con l\IorMes. en términos de que Francisco Pache. co le echa. en cara que no sabía dibujar, han colocado a. .J oanes a la cabeza de los pintores del siglo XVI, i Palomino, entre otros elojios exajerados, no tiene rebozo cn decir que igualó a Hafael en algunas cosas i le sobrepasó en otras. Joanes tuvo dos hijas. Dorotea i Margarita, que practicaron tambien la pintura con talento, i un hijo llamado J uall Vicente, al cual se atri. buye un San Juan en el desierto, en pié, i mayor del tamaiio natural. Esta firTura es bella i sentimental, i respE'lndece con una exaltacion i una fe sobrehuma nas; no puede neg3rse que es el precursor profeta que se estremeció en el vientre de su madre al acercarse la Viljen María. Pero el di. bujo es flojo, i no indica un conocimiento mui esacto de la anatomía. Pero, a nuestro modo de yer, el artista que ha contribuido mas que los precedentes al desarrollo del arte espailol, particularmente en lo que con· cierne a la ejecucion, es Juan F'ernán. clez Navarrete. Este pintor eminente nació en LOrTroi"io <lci:L el afio de 1526. Por consecu~ncia de una enfermedad quedó completamente sordo cuando :.E:~ 19..--..:T~Ii!-=-· ~~~~~2R~~~~OQOOOOOORRRQRORQOOQRQOgR~~~Q~g~QQR~Q~Q9 R~Qgg~O~~QQ~ apénas ten ía tres años, de tal ~uerte que no pudo aprender a habl~r , I qu~­ dó tambien mudo. Desde la mfancla manife stó su vocacion por la pintur a dibujando con carbo.n todo lo ql~e veía. Su padre lo envió al monas teno de la. E strella , del órden de San J erónimo, donde el l·elijioso Franc isco Vicen te le dióa lgunas lecciones. Ap~­ nas había lIeO"ado a la adolescenCia Navar rete pa~ó a Ital ia, visitó a R oma, Florencia, l\Iilan , N ápoles i \'enecia, i trabajó muchos ailos en el obrador del Tici ano i con algunos otros grande s artistas de la época. ~u .reputacion llegó a ser tal que Fehpe II le llamó a Españ a cuand o pensó comenzar los trabajos del E scoria l; fué en efecto a Madrid, i allí recibió el nombramien to de pintor del Rei por céd ul a de 6 de marzo de 1568, i el encargo de hacer varias pinturas. Ejecu tó para el E scoria l ocho cua· dros, tres de los cuales perecieron en un incendio; uno de los cinco restantes es el famoso N acimiento de J esucristo iluminado con una. habilidad estrao rdinar ia por tres luzes diferentes, la que baja del cielo, la que rodea al niño, i la de una antorcha que tiene San José. Los pastores, sob re todo, son notabl es por su. perfeccion ¡belle za: Jibaldi de S olonia esclamaba si n cesar adm irándolos: Oh ! gli belli paslor i! oh! gli belli pastor i! En 1576 el Rei hizo pagar a Na· varret e 500 ducados por el cuadro de Abraham i los tres úlljeles que estaba en el monasterio del E scorial , i e') el mismoquehoi posee el i.\lariscal Soult. Las figuras son del tamai\o natura l i dibujadas con valentía j la composicion es gra\·e i májica, el colorido os· curo i firme. 'roda la escena está domi nada por un caráct er deliberado i grave, i, como dicen los espailoles, por una bra\·ul"ade estilo felizísima, la cual ha imitado mui bien Adolfo Brune en su cuadro del exorcismo de Cado s 11. Pero el mérito principal del Abraham es un conocimiento profundo del claro-oscuro, i la injeniosa distribucíon de la luz, cualidades eminentes que Navar rete había adquirido entre los venec ianos, que trasformaron no· tablem ente el estilo de los pintores compa triotas suyos, i que le yalieron el sobrenombre de El Ticiano espa· 1101. Tamb ien tiene l\I. Soult un retrato singular de N avan:e te hecho}?or él mi smo. E sta figura llene una vida. estrao rdinar ia, i una especie de poder maO"nélico j parece que el mudo trata de 1wbla r; se ve allí una natura leza primit iva i ruda, que no es P?sible In.iral" largo tiempo de frente I que, sm exajeracion, lo obliga a uno a bajar los ojos. (Continua rá. ) VARIEDADES. POESlA CRISTIANA. li ase creido por no pocas personas que la R elijion de J esus no suministra fuentes abund antes de belleza, de sublimidad, de ri cas imájenes a la. poesía. Por mucho tiempo los injenios mas fecundos se conten taron con sacar de la ya esplotada mina de. la i\litolo.iía. de los Paganos los maten ales para sus ca ntos; mi éntras que los tesoros preciosísimos de la Doc trina del Cruzifi cado, se miraban como es tériles, o indignos de ser celebr ad os. Por esto hemos visto, si no con mellO"ua de la R elij ión a lo ménos sí con desdoro de los poetas cristianos, reproducidas las ridículas farsas de la Yé nu sdesab rida de los antiguos, con hechi7.os solo materiales. 1 aun en cstos ultimos tiempos no faltan suj etos que nos hablen de Júpite r tonante, de su Apolo i de su Musa: bien que ahora ya sirven estas ideas aflejas para conoc er a los torpes i rutin eros poe·tastros. No sabemos cómo en la Poes ía donde todo es orijinalid ad, esto es en la verdad era Poesía, todo ima. jinacion, pero imajinacion con fe, to· do se ntimie nto, noblez a i naturalidad en las ideas; no sabemos cómo ~ a n podido mante nerse en boga las rancia s fábulas de los Di oses del Olimpo que, si alguna vez pudieron inte resar, sería en la infancia o en la edad corrompida riel mundo, cuand o aun era digno de atenci on el estrav agante sueilo de un Cielo habitado por entes dominados por pasiones viles, presididos por un Rei desnaturalizado que había arrancado el cetro de la mano paterna, suje tos a divi sion perpetua &c. i mil vezes etcétera, por que es infinito el número de delirios i chocantes fábulas que inventaron la torpeza, la perversidad i los sucios vicios.de los antiguos. Aun -en los poemas épicos de la edad moderna nos hallnmos con Sátiros i Circes, con l\ledéas i con Ulíses. Bien sab ido es por todos que si bien en tales obras es dispensable lo que se llama JlIúquina, no obstante repugna, porque su objeto tiende a destruir la verosimililud. Ahora ¿ cuánto mas intolerable no será cuando se nos presentan fantasmas i ensueiíos de cerebros enfennizos que en nada pertenecen ni a lo bello ni a lo sublime, i que a mas se han hecho odio::3as, a vezes por su inmoralidad i a vezes por los recuerdos que Jespiertan en la mellll)ria, los recuerdos de funestos desvaríos que han atrnsado la carrera de la humanidad i le }WI1 dejndo unn triste herencia de baldon i de vergüenza? Sabemos que aun en este pais se encuentran persona:: quc ll aman Yénus a la que quieren i que son insrir3d~s por alados Apolos. Esta es su~a TIdiculcz. El Cupido. de los antIguos era una creacion imperfecta; no representaba el amor cúndido i cordinl de una alma scnsible i ¡¡·anca, sino el impúdico deseo de un a ras ion .bru: tal los jénnenes de la COn"UpClOn 1 los' m3S torpes pensamientos de ulla alma. delirante i dcgradadn. Esa Yérlus seductora no era la. "ida del corazon sino su vencno; eUa no llenaba. el " :lcío de una alma sed ientn de aruor, sino mataba la r:.lzon, cntorpezía los sentidos, i esterilizando el ánimo enervaba el cuerpo, brindando a los incautos un vaso de ponzofl<). endulzada con miel. 1\Iui bien ha dicho un literato moderno: l\IAltÍJ\ es la fuente de amor i de in spi racion. Si quere'mos mirar los mallzes de la. belleza, si anhelam~s contemplar el amor en toda su subil¡lile enerjia, si queremos ~o la:arnos en la pureza mas santa, acompauar el do- lor en sus mas hondas ¡amargas anSi3S, en fin, si indagamos lo que es grande, 10 que es céli(!o, 10 que es inmortal, lo que es de Dios, lo que es P oético; ahí tenemos los cristianos a l\Iarb, con su oríjen purísimo, con· su mision suprema, con su amor inmenso i con sus inmensa angustia, sus muchas lágrimas i su profunda. santidad. La Relijion Cristian3 es el Amor, i el Amor es la Poesía. Ella enlaza. en los hombres el pasado con el presente; el presente con el porvenir; ella une el 'Tiempo a la Eternidad: el círculo que se abre ante la mente de un cristiano cs infinito, porque en ese círculo está Dios; Dios es infinito por escncia. El Poeta Cristiano no \·c en las obras sino al Autor, no canta, pues, sobre temas terrenos, sino a Dios mismo. La obra de Homero se mira por la posteridad desde una inmel1M distancia, al traves de los tiempos.oscurísimos de la idolatría i de la barbarie. Es como una. alta torre que di sminuye con la distancia, i cuyas dimensiones i estructura no pueden eX[lmi narse i ser conocidas pa· ra que se admiren i se celebren sino trasponiendo obstáculos i ll egando a contemplarlas bajo su propia sombra. La 1liada pnra comprenderse, para que nos urranque un tri~utodeentu­ siasmo por su autor, necesita que prescin damos de 10(13 verdad, de toda verosimilitud, de toda ciencia, porque solo aSI nos i/"rualamos a Homero que, en la sl)mb~ía noche de los tiempos, nació como un relámpago entre las tinieblas, a reflejar su luz súbita ~n toda la inmensidad de la s jeneraclones. Pero Millon, no. Para comprender su obra se necesita nive13rse tambien con él, es cierto; pero él se halla mui alto: Ins miradas de la medinnía se pierden ¡se est ravían en la :Hmosfcm de ese astrO brillante cuya luz se pintará en la. frente de ~odas las naciones, dorando ereporvenlr entero de la humanidad. Si hubiéramos de entender por Poesía la loca i exajerada. espresion de afectos mentidos; si consistiera el ser Poeta, como sobra quienes crean, • =-==_. . . . • 31 lW_"I..7~:.E:::-=-. ~:4u::4U9..ust~ItU.Q.9..iOllUU·!tlU!$UUUl!L9R.Sl.29.P...UUtIUl.St9.StSt.9.ll!tlU!tl.Q.9.St!tlU!St.U.U~~ ,. en teiíir todo lo que existe en el mundo moral i en el fí~ico con el tinte scéptico i melancólico del pesar o de la indiferencia; en fin, si no hubiera mas Poesía en el universo que la llamada erótica, ridícula sumamente en el presente, tiempo en buen hora que en las fuentes del cristianismo no se pudieran eocontrar los manantiales donde el J enio bebe la inspiracion : i esto por la misma naturaleza del asunto, porque siendo los Evanjelios sublimes en su esencia no pued~n jamas suministrar materiales para lo bajo i lo deforme: siendo ellos la verdad i la luz, no pueden prestar sombras ni fábulas a la estólida declamacion de los poetastros llorones o amadores, sin seso ¡sin jenuino númeo. Pero si entendemos por Poe~ía lo que sí debe entenderse, la verdadera manifestae ion de las emociones percibidas por una alma grande i sensible, entón~es s~ verá que solo la Relijion de Jesus en Sil pureza anjé lica, i libre de los asque rosos harapos con que se ha ,-isto disfraz.ada en tiempos de dolida memoria, solo ella con sus célieos hec hiz.os, con su baiío de melancolía rlulee i sentida, con las nobles i santas ideas que sabe inspira r, con su .luz purísima i sus verd aderas i eternas máximas i doctrinas,_sola ella, repetimos, puede prestar alas al jenio i voz al sentim iento; sola ella puede guiar a las enc umbradas rejiones donde domina el estro, donde la contemplacion i el entusiasmo, el ardor celestial hacen que el alma visl um bre ese paraiso de amor; do'nde el espíritu recoje esas bellezas que hayan de adornar el mismo cielo; porque es allí en donde, como ha dicho una célebre escritora, el injenio bebf> en la Eternidad para enriquezer el Tiempo. L a base de una buena Poesía es la ,:erdad. Nunca será poeta el que no SIenta profundamente i con sublimidad , i no esprese lo que sienta con belleza, con verdad i sinceramente. Por aquí puede verse la causa del olvido i el menosprecio que ha cabido en suerte a tanto libro que ha usurpado descaradamente un nombre que no mereció jamas. De nada vale que, con falsos oropeles i postizos adonms deslumbren por algun tiempo i arranquen un nplauso i roben un tributo de admiracion. La ilusion i la ceguedad pasan en bren, i sujetos una vez los supuestos poetas al análi sis se\'ero en sus obras, caen, i caen para no levantarse abrumados bajo el peso de la ignorancia i de la burla. l\1iénlras que lo falso ve así su abandono i su destrucciol1, sucede quizas que una obra de mérito verdadero que parece olvidada, no tarda en se r vuelta para lasdelicias del mundo: vivirá la vida de este mismo, porque la humanidad es orgullosa i no dejará que los siglos le roben lo que eree un producto de su ciencia, un título de honra i de renombre de ella para con ella misma i para con la Eternidad. ( Continuará). CRONICA.-TEA TRO. L a ejecucion de Rica1'do Darling_ 1011 la noche del domingo 8, fué escelente en cuanto lo permiten los escasos recursos de nuestro T eatro; i na_ da habría dejado que desear, si la duplicacion de algunos pa peles no hubiese hecho perder algun tanto la ilusion. La concurrencia estraordinnria i brillante de aquella noche llenó de satisfaccion a los verdaderos amaotes del Teatro. La orquesta con todos los elementos necesarios para un buen éxito, a saber, un personal numeroso, buenos profeso res, i esce lentes p[lpe l e~, no estuvo sinemb~rgo .,nui leli¡.: en el fina.1 de la gran Smlonla de Beethoven, m en las piezas siguientes. ll allamos de particular aq uella noche una decoracion nueva de casa comun, costeada por la comparlía dramática. La repeticion de Lucrecia Borjia e~ lúnes,9, rué, c~mos iempre, superior. ~ o pod la ser menos: era la Señora Belavalla que desem peñaba el terrible papel de Lucrecia, i su esposo el de Jenaro. Concurrencia numerosa. La orquesta no estuvo tampoco mui feliz en la ejecucion del Belisario de CarafElI1i, i de los valses de Bosicio, que tanto agradan jeneralmente. Au. dazia inaudita seria que insectos ca- • -=-. 3Z :.:;:: ~ J.W..IIC'I..J" @i¡' ~ 'e~~~22~~~~2~~~22~~R~~R~~~R~R~RRR~RRR2R2RQ~R~2RR~~ mo nosotros pretendiésemos hallar lunares en las obras del jenio inmor tal de Victor lIugo, pero a los ojos de cualquiera. salta la inverosimilitud que siempre hemos hallado nosotros en Lucrecia, cuando sabiendo ella el odio que Jenaro, sin conocerla, la prosa, i los términos destemplados en que este se ha cspresado allí mismo debajo de sus balcones i a la puerta de su pa lacio, pide desacordadamente al Duque de Ferrara la muerte de quienquiera que sea el audaz que ha roto el escudo de sus armas. No es posible concebir cómo Lu crec ia se cegara hasta el punto de no suponer que quizá J enaro mismo pudo ser el autor de este delito, puesto que tanto la aborrecía. U na mujer como Lucrecia, una madre tan amante cuanto era feroz i ap3sionada, un c.arácter tan vivo i tan astuto comoél suyo, no pudieron dcj3r pasar desapercibida aCJuella circunstancia n.i okidar aquella posibilidad . La Rosnllwda de Jil i Záratc representada el mártes JO, fué recibida con desabrimiento ¡tibieza: no sabríamos decir a punto fijo si a causa de la pieza misma, o de la mala distribucion de los paplIes. Por lo que hace a. nosotros, una i otra cosa contribuyó a fastidiarnos mas de lo que hubiera mas querido. La Rosmunda por sus versos fluidos, sonoros, armon iosos, dulces como la miel hibléa, puede justamen te colocarse en el raníTO de una de IJS mej~'es composicio~es. Sus escenas de amor i de tierllOS afectos son inimitables; pero como obra dramática es mui inferior a cualquier mecliano drama moderno. Ni su plan es bien imajinado, ni sus caracteres bien sostenidos, ni su moyimiento en jenernl presta interes, ni sus peripecias son oportunas o bien traidas. Esta no cs opinion nuestra solamente : lo es de personas cuyo voto en la Inntcria es respetable. I ::t fe que lo scnlilllos en mitad de nuestra nlma, pues la veneracion, el rcspela, i ;HlIl podcm~s d?eir el cari ilo ~ si mpa tIa r¡ue nos HlSplnl el nOIl~hre I las obras dc li no de Jos mas ellHllent('s litoratos dc la lI1iJdcrna E spa i' <l, nos ha rí an gustosos correr un velo so- bre cualquiera falta que él hubiera podido cometer. El papel de Enrique no le conviene de nin~una manera al Seli or Villalba: él dene conocerlo; i si así fuere, no comprendemos semejante capricho de su par:te.-La orquesta estuvo algo mas feliz en la ejecueion de la obertura de la Gazza Ladra. Ya que hablamos de Teatro repetiremos lo que tantas vezes se ha dicho. Si las personas de comodidades i de gusto no se interesan en levan tar nuestro lánguido T eatro de la postracion e n que, por un TaTO conjunto de circunstancias, se hall a hace muc ho tiempo, él se acabará por consuncion. Las compailÍas dramáticas que vienen a nuestro pais no pueden ni deben hacer gastos que no les corresponden i que no han de serIes reembolsados. Si los actuales ducHos del Teatro no pueden, o no quieren o no les con viene, hacerse empresarios para darle impulso, es preciso que los que queremos Teatro lo sostengamos no solo con nuestra as istencia i la de nuestras familias, sino tambien con algun ausilio estraordinario. Sabemos que la actual compaHía, estendiéndope mas allá de lo que en conciencia puede hacer, está dispues ta a dar una funcion a beneficio del Teatro. El producto de esta funcion, que no sería pequefio aten¡Jido su objeto, unido a lo qne voluntariamente quisiernn agrega .' sus favorecedo res, sería suficiente para adquirir siquiera dos decoraciones decentes, o para hacer cualquiera otra mejora de las mui urjcntes que exije el Teatro. Escitamos, pues, a los aficionados pudientes a 'lue tomen en consideracion estas obsen'aciones, teniendo presente la verdad de aquel dicho vu lgar: el bien no se aprecia !tasia que se pierde. • ESCUELA DE DIBUJO. El O del corriente se abrio la escuela de dibujo anex(t nI Instituto de cif'Jlcias naturales. b:1jo la di reccion dd S r. Simon .J . Cún lcnas, an tiguo P residente i li no de los fundadores de la Academia de dibujo. , • • aL TOIIIO l. Bogotá, l.' de mayo de 1849. EL MUSEO. Habiéndose enfermado el individuo que estaba hecho cargo de la ejecucion del grabado que acompaña al presente número, hemos tenido que demorar hasta hoi su publicacioD, deseosos de cumplir la promesa que en el anteri or hizimos a nuestros suscri. tores. Dicho grabado corresponde al artículo de costumbres titulado El Tiple que tambien hallarán nuestros lectores en este número. Si uno i otro tuvieren aceptacion, continuaremos publicando algunos de la misma naturaleza. • MAL USO " E .u.GUN A.S PALA. BRAS. (u:onDO AUI CD LO). En nuestro artículo anteri or pre. sentam osalgu noseje mplos depala bras que se usan impropiamente, ya por tomarlas en una acepcion que no les conviene, ya por su mala formacion, ya finalmente porque son arbitra rias o caprichosas i se han inventado sin urjtonte nece:;idad, que es el caso en que puede disculparse la introduccion de vozes espúrias. En el presente artícuJo, que no es mas que una con tibuacion de aquel,preaentaremos otros ejemplos de 108 muchos que a cada NUIII.3. no solo por el comun de las jentes que ignoran su idioma, como ya dijimos, SinO tambie n por nuestr os escrito res públicos, orador es &c. Al entrar en estas lijeras observ aciones no citarem os aquellas palabras, que por incuria, por hábito, o quizá por no parecer afectadas, pronuncian mal mucha s personas, a quienes no debe su ponérselas ignora ntes: tales como paragua en vez de parag uas; resquituerlo en vez de rostrituerto; culeca por clueca l' andá, veni, tomá, por ánda, ven, t6ma, i otras muchas, pues esto seria interm inable ; i adernas no han faltado en ocasiones escl'itores intelijentes i celosos como Juanc ho Blanc o i el antigu o Duende. que nos hayan precedido en esta tarea. Sea hoi nuestro primer ejemplo la palabra radiacion, nacida en el seno de las Cáma ras Lejislativas para es~ presar f'1 acto por el cual se borra a un individuo de la lista militar. No atinamos cuál sea la relacion que exisla entre esta voz i la idea que con ella se ha querido espresar, porque radiadon, segun el Diccionario de la lengua, es: la accion i efecto de despedir o arrojar rayo! de Tu: un cuerpo luminoso, como que es un sustantivo derivado del veroo radiar, que significa despedir o arrojar rayos de luz; i mal puede radiar o despedir rayos de luz un milita r a quien se irroga la afrent a I puo ocurren ¡que BOn swninislrados, de borrar su Dombre i qlÚlarle su gra- 31 ::E::=-:"'" nta ~_:.s:: ~ll.U~!!!lUl1.lll!l1.!l.RU.~S!!tll:!U!.9.!!.!!.!!!!.9.R do; arroja rá rayos de cólera, pero no de luz, i su rostro radia rá encendido por la indignac~on O la venganza, pero no por fn. aleg raa, que es la que en un sentido figurado se asimila a la luz. Si aun fuera rayacion la palabr a inycntad a, desde luego habría tenido alg unos visos de racional id ad, entendi endose por tal el acto de pasar o echar un a ?'aya sobre alguna cosa; pero ni aun así ladiccion sería corrie n. te, pues tal voz es arbitra ria i caprichosa como que el Diccionario no la 1rae ¿ Pero si no ex iste en el idioma, dirán los 1'adiadores, una voz propia que esprese con esactitud la idea en cucstion, de qué maner a :::e ha de es· presar esta? Como se cspresan, con· testaremos, todas las ideas complejas para las cuales no hai palabm determinada: por med io de una perífrasis o circunl oq uio, si n necesi dad de in ven· tar palabras nuevas. Si cada cua l se creyese con este derech o los idi oma s vendr ían a dejen erar en una algara bía ininte lijible, i la confusion mas es pantosa, nos conduci ría a los tiempos de la T orre de Babel. Nos detendremos un poco sobre este punto porque nos parece impor~ante. No hui lengua, por ri ca que sea, que pueda llamar se compl eta. Puede n fi. jarse invari ablem ente las reglas de su gramá tica, pero no determ inar el nú· mero de las palabras que debe con tener su diccionario. El espiritu humano, que march a si n cesa r ncia 3delante, i que todos los dias hace nuevos descu brimientos i plante a nueva s insti tuciones, necesita de continuo la creaci on d~ nueva s palabras. E s ta es la necesi dad comprobada e imperio. sa de que hemos hablado arriba . Así, del descubrimi enio de Montgolfier, de donde ha nac ido una especie de nueva n3vcgacion, ha nac.ido tambie,n ~na nomenclat ura especJ31. L a maqui na complicada por medio de la cual se vi aja por el aire, se llamó globo, pero esta denomin acion era incompleta e insuficiente, i rué preciso inven tar la palabra aerostático, i despue s la palabra. aeronauUt para desig nar el piloto oue la gobierna. El descubrimiento del Doctor Jen- ... U9.!lll.URRU!!~'JUl..!I.!!u..utllu.llSI.!l..l.i1Y ner, de fecha no muí remota, i que forma una época notable en los anales de las ciencias, trajo consigo la creacíon de la palabra vacun a ¡sus derivad os, porque la de inocuZacion no era bastan te para distinguirla de la inoculacion ordinaria. E sta s denominaciones, sacadas de las lenguas anlig uas, han sido adoptadas irrevocablemente en las modernas, cuyo espín. tu uni versal de progreso i mejor a es acojer sin dificultad todas aquellas vozes reclamadas por una necestdad urjente i manifi esta, siempre que estén formad as segun los principios del arte, i que definan con exactitud el objeto que designan. T al es el méri to de la nomen clatur a quími ca inventada por Lavoi sier i por F ourcroy, i el de la que anteriormente había aplicado Linne o a su injenio so sistem a de botánica. Tal es la necesi dad que nos ha hecho adoptar las vozes co· quela, corsé. i otras entera mente francesas. De estas última s hai muchas en castellano prestadas a las otras lenguas vivas o modernas, por exijirlo así las necesidades de aquella, no obstante ser un a de las mas ricas i abun. dantes que se conocen. E stas palabras están ya pro.hijadas i deben pero manec er para sIempre como vozes castellanas, aunque tengan un oríjen ménos clásico que las demas . El sis tem a representativo ha introd ucido en los cuerpos lejisladores, tanto en E sparla como en América, muchas palabras de acepcion estrajia, las cuales han salido de allí para jeneTalizarse i aplicarse en el s:ntid o que se les ha querido dar: tales son las palabras mocion, debate, situadon i otras; así como los franceses han tomado de sus vecinos los ingleses las vozes parlamentarias budget, 1'equéte, disapp ointem ent, i los ingle. ses el ve1·dict dellat in (vcre i dictum.) La razon no puede, pues, rehusa r su sa ne ion a estos préstamos m(¡tuos justificados por la necesidad ¿ pero podrá presta rla a otros muchos, i sobre todo a aquellas invenciones estravagan tes que ningun ¡nteres conocido puede disculpar, i que no prueban sino una pretension pedantesca de par· • ::.;::¡.... J.WW:~ _:.;::-=-_ '4!t. Q~ iURU i e Q Q Q RR!! ~ Q.9.V 1l.2..U.R.1! Q Ro o o o Q 11 U!l: RR..R.U.U9.ll.~~ ~\U.. '" R.1Usuut~'Y • te de sus autores, i un espíritu vano i la que prescribe el caráct er de nuessuperficial? No! Las. noveda~es ra- tro idioma ." cional es que hayan de IntroduCirse en No se trata, pues, de que se dese· una lengua cualquiera deben ser ini- che n totalm ente aquellas palabras que ciadas i apadrinadas por personas res- pueda n ser en realidad útiles i oporpetables por su saber i esperi~ncia, ! tunas para es(wcsar perfectame!lte su necesidad debe ser examm ada 1 una idea, que de otro modo necesitadiscutida maduramente para evitar ría un largo rodeo; pero sí debemos los inconvenientes de una innovacion pronu nciarn os patrió ticame nte con· fes tinada e in consulta. Estas son ver· tra toda invasion o ausilio estran jedades que rayan en triviales, i en las ro no solicitado por el uso, que es el cuales han conven ido, convie nen i árbitr o i lejislado1", ijustificado por la conve ndrán siempre todos los escri- necesidad. Debemos desechar los al'· tores antiguos i modernos, de todas caismos afectados, pero tambien delas naciones i de todos los tiempos, i bemos proscribir el culter anism o esque recono cen i confiesan todos aque- travag ante. llos que han saludade siquiera por el En vista de estos fundamentos i forro la buena literat ura i las reglas considerandos i quién no pronu ncia. de bien hablar. Veamos cómo formu. rá senten cia de muerte, o por lo méla esta misma verdad uno de los mas nos de destierro perpétuo (para seguir eminentes literatos módernos, el Se- el espírit u de las ideas domin antes) iior Gil i Zárat e_ contra esa malhadada, intrus a i bár.. Se entiende por pureza," dice este bara pa labra ,·adiacion, usada aun en autor," la conformidad de una voz escritos oficiales, i que, si mal no recon el uso, árbitro i lejisJadtil' del cordamos, hemos visto campe ar por lenguaje. Pero este uso ha de ser le- sus respetos en alguna lei dada por jitimado por un largo trascurso de el Congr eso? .... tiempo, i ha de apoyarse, si puede sf'r, Pasem os a ·otra cosa. Con el preen la autoridad de escritores de nota; testo dicho de que hai cierta s pues en el lenguaje comun, i aun en bras estran jeras que encier ran palamuchos escritos modernos, se em- solas ideas enteras, i que llenan ellas por plean vo"'es tomadas de idiomas es· tanto los vacíos que respec t ivame nte traiíos sin haber recibido todavía car- se hallan en el idioma patrio, se han ta de naturaleza. Solo se deben usar importado i natura lizado sin dicern ipalabras realmente castizas, i aun es- miento algunas que todaví a no han tas tornadas en el semido que tienen obtenido la ven ia de los buenos escrien cnstell ano, de ningun modo en el tores i hablistas espafloles o ameri caque les da otra lengua. Esta regla es nos: tales son las vozes confor table, tanto mas necesaria. ahora, cuanto faliltionable, nmarc able, i otras, que que la lectura de libros estanjeros, que no bajan de diez, ni suben de vein principalmente franceses, hace faltar ticinco i 1 qué olorcillo a jltdio tie a ella con lastimosa frecuencia Es nen las tales! ¡ J las hemos tomado cierto que los progresos de la civiliza- como moneda corrie nte de bue na lei! cion suelen exijir la adm~io n de vozes Ya se ve! nosotros que todo lo tomanuevas que no tienen corresponden- mos i recibimos, sea bueno o malo: cia castel lana; mas esto no es siem- nosotros que adopta mos como última pre tan necesario corno muchos creen, moda la que ya no es ni penúltima en i ántes de hacerlo conviene exami nar Europ a; nosotros que en lo crudo de si existe alguna palabra que se pue- nuestro inviern o nos plantamos los da emplea r con oportunidad i sin me- veslidos que por allá se usan en el rinoscabo de la lengua. Las vozes nue- gor de la canícu la: nosot ros que usa. vas no han de admitirse sino cuand o mas P?tilla, guach araca, chiv.era, pe_ lo exija im periosa mente la necesidad, ra o bIgote solo porque la trajo algun es decir, cuand o no haya otro medio quídam a quien se le antojó decir que de espresar la idea, i en tal caso se era la dernie re; qué dificultad había· debe cllidar de que su terminacioD sea mos de tener en admiti r vozes nueva s . . ....,._~-=-. llllR.llllR.R.illg,... "(!Ut211llR.llR.lIU.!i!~Slllllll..llkR.R.illR.llllu.u.R.R.itlllJt!!j!RJ.USlu.u.l 3ó • ~:.:... Las palabras fashionable i dandy, 9ue nos seduc en, que no.s suena n bien, inglesas, no I sobr~ !odo q~e son sleml?rc usadas que son dos hermanas anterio. por alla 1 que tIenen en su favor el 50- han cundido tanto como las darnos para fi~ma que ya hemos apuntado! . ..•. res, aunque sí lo bastan te os que la pensam o cuand sentir, qué no vazes? No son, confortables estas n para son fasiO~tables? no s6n ,"cmarcables? última . ha sido causa i ocasio re de siemp para iban proscr se que tomaj pue~ que hacemos que .no las las pamas I las echam os a. Iuzlf a cada pa- nuestro rico i hermoso idioma de peas castiz i s propia c~ltas, so en la, conversac.l?l1! en la carta, I~bras taco. CU1Tu t e llmet1' en el artIculo de perJodlco! .. .. Así es como un estraiio muchas L o mas remal'cable es que este úlja a timo a?jetivo, loul-á -faitji 'anfai s, se vezes sin mérito alguno, desalo Es casa. propia su en vi\'e que ha qUItado ya la múscara i se ha aquel n de echad o a recorr er todas las escalas verdad que petimetre es tambie espero ailre) etil.m (p s de la sociedad, desde los puestos mas oríjen france era ya como case~linentes hasta los talleres mas hu. ta palabra se consid toriz ada i sancioau estar mddes. El orador en la Cáma ra dice te llana, por que la s con la frescura del mundo i con el nada por los mejore escritores rso trascu el por usado i majisterio de un doctor de la Sorbo - han admitido ente· siglos de quizá na, que es remw'cable tal incoO\'e- de muchos aiios, stannientc de tal artícu lo: el zapate ro ros, Ademas, esta misma circunno deque para mas que nos trae la remon ta nos dice que cia es una razon estran es remal'cable la figura de la horma , ban ad mitirse otras palabras nsemeja o mismo i el pespunte de seda amarilla i la ca, jeras que tengan el lidad del cuero: la mujer que nos ha- te significado. Hili otra palabra cuyo uso vamos ce las camisas nos asegura que es "ede la gramm'cable la distribucion de los plie, a exami nar segun las reglas o, o adjetiv gues i lo fino de las costur as; el co- mática, Tal puede ser bajo i m&rciante que nos yende el pailO in- puede ser adverbio de modo,usos sesiste sobre lo l'emal'cable de su cuer- estos dos 3 1pectqs tiene dos po i consistencia. Si alguno de ellos mejantes. Como adjetivo es declinable j si· fuera a decir notable, no habría Cl'jslas inflex iones del sustantivo, gue tiano que le entendiese. por lo que respec ta al jénero, no si pero No tan 1'emarcable corno esta, para sí tan ladina i zalamera, es la palabra pues su terminacion es la mismaino, sí femen el para que lino mascu el cola inglesa con(01·table .- la casa, ar es mida, el ve'st ido, los muebles, todo para el número, puese n el singul tales, es plural el en j tal digno, lo que un anglomano encue ntra Como ad\'erbio es indeclinable i de elojio es confo¡·table para él; con~o, núfortab le es la cualidad por exelencia i por lo ,?ismo ~arece de)éne ou. m(lexl otr~ ~era cual~u 1 meros un propietario la da. a su casa, un snsComo adJetlvo se Junta con los tre a su vestido, un borracho a su boes sustantivos para calificarlos, nombr tella, -Esun hombre verdaderamente dice: de tal hombre o de un se i así, confm'table, decía una sef¡ora hablan no puede espe1'arse nada tal, e hombr do de cierto caballero aquie n estima cosas se t;en en estos tales : bueno ba mucho, i el cual probablemente dipasman: tal amo tal que s, tiempo ría otro tanto de ella, Así como aquel . monit" afrancesarlo nos ensart a a ca- criado Como adverbio se junta con los da minuto la nonchalance, i nos habla para modificar su accion ; i verbos de los cachetes por las cubier tas de las tal te ve1'ás que no te codice: se así ('1 cartas i nos ofrece sus alumelas lal baila Te1'e~a? qué qut .' s nocerá cerilla~ de fósforo para alumb rar qué tallo Itlze en el Julia? canta tal nuestro cigarro, así aquel bárbaro que ' , se hace elmgles por comer mantequi- exá71!en? an cambI que lOS que pues, es, ls10 V Ha i por no salud ar a nadie, halla tovoz esta de tivo respec cado el signifi das sus cosas confortables. • ;E:I ..... :l9I~~:':;:::~. ~ 9. '119.tl9..9. 'llllil.'ll.U .9.!I.!I. R.ll.'ll !U!'llil!l.!I. 9.iI!l.iI.'l lll.'llil..tl en los dos cS:so~ hablan mal, cometen un error, ¡O'noran las reglas mas sencillas de laogramática. I nada es mas comun que esto, pues a cada paso oimos decir, aun a personas cultas e instruidas: qué tales estuvieron los toros? que tales están ustedes? en vez de, qué tal estuvieron los toros? qué tal están ustede s? Debe decirse del segundo modo porque en este casolal es ad'verbio que va modificando al verbo estar, i no puede ponerse en el plural. Lo mismo sucede en qué tal baila, qué tal canta, qué tallo lIixe; mas no en tales cosas verás, ni en talltombre, la 1amo <S·c. pues en este caso es adjetivo que va modificando al sustantivo. Pudiera considerarse tambien como adjetivo en el caso de, qué lales estuvieron los t01'OS? porque puede hacerse conco rdar a tales con toros, como si se dijera : qué tales loros hubo en la plaza? i en este caso estaría Lien dicho. ;r¡ ll 'll'll 'll'll'lll l!l. U.9.\Ull 9. 'll !l.R.ll.!I.!I. mente en el partic ular; pero si alguno, poco instruido en estos asuntos, me preguntase con formalidad si nuestro padre Adan cantab a la Atala o el Corsa rio, le diría redondamente que 110, sin temor de equivo carme , pues tengo moti,'os para saberlo. Si alguno otro, algo mas iniciado en los misterios musicales me preguntase si la voz de Adan sería de bajo. de tenor o de baritono, le respondería francamente que ignoraba el contenido de la pregu nta; i que por lo mismo tampoco podría decir si la voz de Eva era de tiple o de contralto, si resonaba en las selvas encan tadas del paraiso como el canto del jilguero, o como los ahullidos del mono'; pero que sería mas dulce que Jade su amante, eso no admite duda; i que los dos cantar ían a dilo casi, casi se pudiera asegurar. Mas para un simple artículo de periódico hemos tomado el asunto de mui alras; ni mas ni ménos como si para cantar la guerra de Troya nos hu• bieramos remontado al nacim\ento de Elena , cesa que no le habtía gustad o EL Tll'LE. mucho a nuestro traido ll oracio. La mUSlca, tomada en su sentido Pero una gasa hai cierta, i es, que mas lato, es casi coetan ea con la crea- desde la mas remot a antigüedad la cion del mundo; a lo ménos así debe- música existe : desde los tiempos fa. mos suponerlo. DOlado el hombre por bulosos hallamos este elemento de la su Creador de ese órgano que despues vida espiritual: desde Orfeo, desde han llamado larinje (porqu e algun Tracia , desde Mercurio, desde Tobal , nombre habían de darle) órgano que, desde Cadmo . 1 si salimos de la hisaunque de una soJa flauta, había de toria i del mundo visible para remonservirle para espresar todos sus pen- tarnos metafísica i teolójicamen samientos i todos los afectos de su mundo de los espíritus celesti te al ales, ánimo, nuestro primer padre por una hallaremos desde que Dios habita la en inc\inacion instintiva debió haeer al- el cielo (que no dejará de hacer su gun uso de él. Cuál fuera este uso es fecha) porque los ánjeles i serafin es cosa que nadie podrá decir; a lo mé- no habían de haber llevado de acá nos nosotros no podremos asegurar a abajo esos violines, violas punto fijo si los primeros cantos de fagotes que les pintan, ni violones i esas harpas, Adan serían dulces modulaciones, o que de fe debemos creer son como esgraznidos desapacibles como los del tán en los cuadros. cuervo. De seguro no eran arias, ni Volviendo a nuestro asunto direcavatinas, porque entónces no había mos que todos los pueblo s, aun -los Lucías de Lammermoor, ni Julietas, mas bárbaros e inculto s, han tenido ni Norma s, ni mucho ménos Barbe- su canto ,i sus instru mentospeculíares ros: quizá esos cantos primitivos se que han l,!ventado desde los primeros parecían algo mas a los modernos re- ttempos, 1 la mayor parte de los cuacitados de nuestras óperas, que, como les han quedado sin perfeccionarse a todo el mundo sabe, son cantos ad li- pesar del trascurso de los siO'los. L os bitum, sin medida ni ajuste. Nada, israelitas, para no ir tan léJos conopues, se puede asegurar afirmativa- cieron la lira o harpa, menci o~ada en • • 3S ~S!.2.2 lL9.!l: !<.!!5!.!l.R!lQ.q 9. ~II. R9. R.9.9.U. !UUl.!t~1Ul. Q,UJI U.J!.SU!S!.S!~9. 9: R!ttS!SlUSl: II.llSIJt9.2. H 51:2 Jtu.~ el capitule:> 5. 0 del Génesis con el númbre de KwrlOr: el hagub, o flauta de Pan (vulgo capador) . Los ejipc ios c~:moCJeron la flauta sen<:I~~. , el ph~tm.c o flauta cu:ba. Los f.f1Jlos ellngone, o arpa tnangular, 1 el psalte,"ium para las ~eremonias del culto. Los g negos tuvlel:on ademas de alguo nos de estos, el clslro. Los romanos el heplaconle, la buccina O boc in a, i ]~ cít~ra de que tanto han hablado ~os Jl1 stonadorcs. En el Ind ostan se Inventó el vi na. L os mejicanos usa· ban el hueJmell, el lepona'ZLli i el ajacaztli. Los cafres ellicltaka. En fin, para no cansar COI1 antiguallas, los espafioles han tenido la vihuela o guitana; i entre los gallegos la. gaita. Los escoseses nna especie de gaita tambien, cuyo nombre particular no recorda· mos ahora. Los chinos tienen el bisen, el Kin , el gong i el chingo Los turco~ el Keman, el ajaldi.Keman, el sineK eman. eI1'ebab', el gltir{f ¡otros varios. Todos ~stos instrumentos nac io· nales, aun mas que el ca rúe ter i el dia·Iccto de los pueblos, han pasado intactosde jeneracion enjeneracion i 01 tmves de las vicisitudes de los tiempos. En América, i particularmente en la Nueva Granada, tenemos el tiple o band ola, que es una dijeneracion de la "ihuela espailOla, impo rtada en es· tas rejioncs por sus primeros pobladores, entre los cuales no dejaría de habe r algunos harberos, contrabandislas ¡damas jen te del bronce, de aqueIl a que en las calles de Málagn, Cádiz o Sevilla se soloza con su bandurria, sus castañuelas, ¡panderos. Ai ! qui é n ,' icra esas manolas resaladas! l)reciso serí a tener un alma de platina pa1'a •. __ vaya ! Como íbamos diciendo, el tiple o bandola (que tambien se conoce en la })en ínsula, aunque poco se usa) es una dejeneracion grosera de la espa~ola guirttrra, lo mi smo que nu estros bailes. 1->ora nosotros es evidente, es fuera de toda duela que nuestros bailes populares no son sino unn parodiasalvajede los bailes nnciona.l cs espaiJoles. Comparemos nu estro bambuco, nuestro lorbeltino, nuestra caña, con el/andango, las bolems i otros, j hallaremos muchos puntos de semejanza entre ellos j • elegantes i poéticos estos, groseros j prosáicos aquellos; pero hermanos le~ jítimos i descendientes de un comun tronco ¿ Qué es, en electo, el bolero espailol sino el baile de una o dos parejas, que al son de una ronca cruitarra i al compas de un pandero,m~e\'en el cuerpo con elegancia ¡gracia i ejecutan pasos verdaderamente airosos i pintorescos? ] qué le faltna nuestro bambuco o lorbellin.0 para imitar grotescamente este badel Una o dos pa.rejas sa len a. bailar en medio de un corro de candidatos terpsicorianos; Ull alecrre tiple suple la guitarra: un pander~ sue le acompalhrle: el canto afinado i compasado de los mismos mú sicos tiene todos los caracteres de las alegres seguidillas i de las picantes rnalagueiias; i en fin, para que nada falte a la semejanza de esta caricatura, el a?fandoque o clluclUls con su ruido áspero i seco,hace las vezes de las castailllelas, que en vano intentarían ma nejar nuestras .ninfas vestidas de frisa, bayeta o fula, para las cuales el arte de la la crotalojia ti ene mueho intríngulis. Ni en conciencia podrían ellas atender al redoble i l'cpiqueteo de las castaflllelas, siéndoles forzoso emplear ámbas manos en reman gar las largas enaguas; in con ve!liente que no tiene el cor to zaga lejo de las manolas i bailarinas de teatro. H asta el zapateado que hacen con las quimbas nuestros calentanos, tiene no se qué olorcillo njola aragonesa, o al zapale:adoespañol. Ladiferencia,pues. que hai entre unos i otros bailes está en el modo i no en la cosa: las formas lo hacen todo. Los majos del bolero visten rica i elegantemente: el raso,la seda, el oro i la plata campean protusa mente en sus lindos vestidos: sus ?)ovimien~os son .suaves i vol.uptuo~os, I no respiran. silla amor 1 del~lte. Nuestra~ pareps campe~tres, vesudas grosera ~ toscamente, dejan a l ~n lado ra mochila, la coyab1'a o los platanos. i aremangándose la ruana al,h.ombro emprenden al campas de la mllSlCa sus estú pidas vueltas ¡ sus estrfl\'agantes contorsiones, con las cua.le~. mas parecc q~e van a darse de mOJ icones que a ?allar. En nada s~ parece un.a canuseta a la chaquetilla de terCiopelo • :E:::::':::"" 1.W"~1!!II!iiiI':E::::". 39 ~~~ i.O. ~~!I!I.tu SI P.llSl o.!I~IUS!.!UUI..2.Il!lR.~Ull!lR.tl.RJt!t. O~R.Rti R.é ll.9.tlU$lU.R.R.U. !t.~tlll.9.i~ !t.R'Y con alamares de plata de un mdjo; en nada se parece una camisa calentana de tira. bordada, al jubon ajustado que cilie el talle flexible i esbelto de una manola; en nadase parecen unas ella· guas defula azul 0011 tripas de pollo I arandelas, al picaresco zagalejo que, bajando dos pulgadas de la liga, deja ver una pantorrilla torneada i cubierta por una fina media de seda; en nada se parece, finalmente, el aliento aguardientoso, o el tufo oe la chicha,a los perfumes con que se peinan i acicalan los majos del bolero. Para anudar el roto hilo de nuestras ideas, volvamos al tema que hemos enunciado: nuestro tiple es una dejeneracion informe de la vihuela: un vestijio de las antiguas costumbres peninsulares mal aClimatadas en nuestro suelo, vestidas casi siempre con el traje indíjena, i caracterizadas con el sello agreste de nuestra América; vestijios que están connaturalizados con la índole i jenio de nuestros pueblos, como ha sucedido con el dialecto o habla corrompida del vulgo, i con mil otras cosas. El tiple es un instrumento pequeño ¡sencillo: tan peguelio como dulze i agradable al oido. En vano intentaríamos definir las sensacionos que esperimenta el sencillo habitante del interior de la República al oir el rasgueado de una mano diestra en las cuatro cuer· das de un templado tiple. Placer intenso, alegría, escitacion nerviosa, recuerdos indescifrables de épocas pasadas i de lugares lejanos, melancolía, ternura, recojimiento, contemplacion, pasiones inocentes, propension al baile i al bullicio, todo esto; pero no se sabe a punto fijo qué, despierta el ale· gre son de un tiple. En la ciudad recuerda el campo i sus placeres: en el campo recuc.rda la algazara de las po· blaClones. Oldo de léjos en un a noche despejada i tranquila, cuando el vien· to ~u erme o solo nos trae sus gratos sOllldos una aura timida, nos da la idea perfectade la grandeza de la soledad, nos trasporta, como el canto de la rana, a rejiones estrañas i solitarias, nos hace saborear algo tan apacible i tan dulze como un amor puro. Cuando se halla uno en fiestas en algun pueblo de tierra caliente, i al acercarse ya la au· rora se retira a descansar, si alcanza a oir a lo léjos el canto triste i espre· sivo de un bambuco femenil acompañado de un par de tiples, cree u,:o ve~ elllreabiertas las puertas del Cielo, 1 oir en medío del silencio j de la calma de la. naturale;r,a los preludios de algun coro de serafines. Estraño poder el del tiple! Oculta mó.jia la de este canto declamatorio i sentido! No sin razon se priva al pobre soldado que sale a cO\mpaña, llevar i acariciar este fiel compafiero de sus penas i fatigas,pues se ha observado casi constantemente que el sonido de un tiple ocasiona alguna desercion en nuestras tropas. j R ecuerdos de la tierra, inevitables i poderosos! .•.• Pe esto está demasiado poético para un asunto de suyo tan prosáico i vulgar. El tiple, hecho toscamente de madera de pino, sin pulimento ni barniz, no escede en su mayor lonjitud de dos tercios de vara; los mas pequei10s tienen poco mas de una. El más· tilo cuello ocupa, por lo regular, mas de la mitad de esta estension, i en él se hallan incrustados los trastes de metal o hueso, cuyo número varía lUucho; pero no siendo útiles sino los dos o tres mas cercanos a la cejuela, en los de mas poco se curan los fabricantes de colocarlos a distancias convenientes i segun las reglas de la guitarra. Por lo regular llevan cuatro cuerdas de tripa, blancas, coloradas, verdes o negras, de las que se fabrican en el pnis ; algu. nos suelen tener encordado doble, pero es mas comun el senc illo. Estas cuatro cuerdas, tan altas o agudas co· mo lo permite la. estension del instrumento, están templadas como las c uatro primeras de la guitarra: mi, si, sol, re; pero siendo demasiado grave esta última para que puedadistinguirse con claridad su sonido, se requinta ordina· ri amente, bien subi éndola una octava, hasta re agudo, o bien agregándole otra cuerda en dicho re, i por consiguiente unísona con su compañera. Suele templarse de alguna otra manera, pero esta es la mas comun i usada. El torbellino, mas comunmente conocido en las provincias del interior de la Nueva Granada, tanto en los pai- 40 'fRRR~RRAR~2RR~~2R2~~2~~QRRR99QQR009ROR92~~9999R999~99~R9~ ~S frios como en los c~lidos. es un aire en tres movimientos rápidos, de suerte que es tanto o mas allegro que los valses alemanes; i puede mui bie n valsarse con él. Cada uno de Jos tres tiemp~s consta de dos notas de igual valor, I cada una de ellas es el acorde c?mpleto de una oela va, ya en la tó. mea, ya en la c uarta alternando con la quinta, Los tonos mas comunes del torbellino, que siempre es en el modo mayor, son do,,'e,sol,la, haciendo en algunos de ellos aq uellas posturas de la mano izquierda, que se llaman vulga rmente patilla i cruzado. El juego de la mano derecha consiste en rasgar 31teroativamente con c uatro dedos pam abajo, i con el pulgar para arriba. Pero hasta aquí solo hemos hablado del torbellino comun, que no es otra cosa que un verdadero acompaiiamiento del alegre canto de este nombre. 19l1al cosa sucede con el bambuco que se rasguea en· el tiple, el cual, con el mismo aire i la misma construccion i compas, se toca siempre por tono menor; siendo los mas com.unes mí, re i {a, con un a n otra salida a la clfm'la. En el ca nto tiene rcgul armenle una parte en mayor, siempre en el relativo, la cual contrastando con la parte menor lo hace mas triste i melancólico de lo que en sí es. L a impresion que causa en el ánimo la música del bambuco está ya perrectamente definida: es una alegría triste; o tambien pudiera decirse, una tristeza alerrre, ¡la cuestion sería de colocacio~ de las palabras. El torbellino,por el contmrio, es todo alegría, todo. aoimacion, todo vida: es un a espeCie de tarantela que incita a bailar i canta r con un poder májico irresis tible , Si e n tiempo de H omero hub ieran existiJ o el tiple i el torbellino, el poe ta griego sin duda habría representado ~ sus dioses en bullicioso corro riendo I cantando e l red edor de dos tiples bie n rasgueados. Es mui com un que se junten una bandola i un tiple: la primera puntea, O lleva el canto obligado, miéntrasque e l tiple la acompaña de la manera que hemos dicho. Si a esto se agregan dos bue nas vozes de hombre i mujer bien entonadas, poco tiene que pedirle este rústico concierto a las mejores sona· las, variaciones i otras piezas que se ejecutan en nuestras tertulias civilizadas. La bandola es un tiple algo mas ilustrado: la diferencia consiste en que aquella tiene el buque o parte posterior de la caja formada de la concha de un armadillo o galápago, i en que las cuerdas, en vez de toca rse con los dedos, se tocan con un pedazo de caiion de pluma u otra sustancia semejan te, a manera de uña larga .. L os tiples mas acreditados son los que se fabrican en Chiquinquirá i en Guáduas, de donde suelen sacarl os por costales, como las papas, para espenderlos e n los pueblos principales. Suelen hacer algunos con mas esmero i lujo que los comunes, de madera de granadillo u otra mas fina, con embutidos i otros adornos. Aun se ven en algunas casas antiguas de Bogotá lipIes de estos que llam aremos decentes, i que en ti empos maS felizes han sido punteados por blancas i delicadas manos. Para ciertos hombres del campo que llevan un a vida errante de pueblo en pueblo, el tiple es un compaf1ero inseparable ; en los caminos, en las poblaciones i aun en las calles misma.s de la capital se les encuentra departiendo alegremente con la mochila a la espalda i el tiple por delante. Estos rusticos Jiletlantis primero se proveen de cue rdas quc ~ e ninguna otra cosa. En las venias i posadas se buscan i se j untan para templar acordes sus tiples i dando la vuella a la totuma colorada de Timaná, entonan con sus ,'ozes broncas aquell o de H lli oj08que d:lll cnojO!l, H ai ojos que congrnccatl, H ui ojO!l que con mira r Cou.sigueu lo quodesenn, En todos los pueblos de alguna coosideracion, i particularmente en los de tierra caliente, es mui comun hallar los dominrros por la nocbe grupos de personas de árnbos sexos, que sos tenidos por el guarapo i alentados por los humos del anisado, se disputan la palma, como los pastores de Virjilio i de Teócrito, apostando a cual dice mas coplas; aunque sin juezes como PalemOIl, que les digan: non nostrum inter vos tantas componere lites, ni disciernan como premio del vencedor en el certámcn un cayado o una copa de encina tallada. EstOS' alegres corros se forman por lo regular en cierta ca· lle que hai en casi todos los pueblos de tierra caliente, a la cual por un instinto popular se llama en todas partes la calle caliente: nombre elocuente que dice mas de lo que nosutros pudiéramos esp]icar. Esta es la calle de la s orjías dominicales, i laque primero se ha de quemar el dia que llueva fuego del cielo, como llovió sobre Sodoma i Gomorra. La única monotonía agradable que conocemos es la de estos cantos; i tanto que el oyente o espectador,como sea un poco aficionado a la música, se le pasan las horas insensiblemente, i tambien las noches, deleitado con los encantos del tiple i de las vozes arjentinas de nuestras calenlanitas. l\f uchus vezes el diu sorprende a estos cantores infatigables, que a la luz de la aurora se dispersan i retiran a sus estancias o casas, des pues de haberse dicho i contestado innumerables copias, acordes en su sentido i felizísimas en sus conceptos: muchas de ellas son improvisadas, pues no es raro hallar entre estos músicos aarestes destellos de un jenio verdader~ment~ Jl?ético. Así es co.mo,sin saberlo apre_ clar,hallamos realizado entre nosotros aquello de los improvisadores napolitanos. Como este artículo es escrito especialmente para nuestros lectores de las provincias lejanas, i quizá del es. tranjero, que no conocen bien las coso tumbres del interior,les damos a continuacion algunas muestras (no de las mejores) de esta poesía verdaderamente nacional: bella por su senci. lIez, por sus conceptos finos a vezes i por el sentimiento que encierran m~_ chas de estas cuartetas. En estas inspiraciones fujitivas, hijas de la natu · raleza i de dificil imitacion para las personas civilizadas, i aun para los que se llaman poetas. es donde debemos buscar nuestra verdadera poesía nacional. . Los habitantes de los llanos de San Martin i Casan are son admirables en el jénero jocoso,i por rarezaseencuentra nada sentimental en sus coplas ijá-caras. Cuando estemos mas despacio reuniremos una coleccion escojida de todas estas cantinelas, para tener el gusto de darlas a luz. He aquí algu. nas de las que recordamos. Ojos eu cuya hennosura descifrado mi amor \'eo, negros como mi ventura, gra ndes como mi deseo! Desde que te ví le amé, i todo fué de improviso: yo uo sé qué fué [Irimero, si amarte o haberte visto. Qué alta que va la luna un IUlero la aeompai.a ; qué triste se pone un hombre cuando una mujer [o cngaña. j Tus ojos son d06 IUlel'08, tus labios IIOn de coral, tus die nlt'!l IIOn perlas finl18 sacadas dcJ hondo mar. ]'It e quisiste, me ..,lvidaste me \'oh'isle a querer j i me hallaste tan constante como la primera velo j Esta ealle está mojada, como que hubiera Jlo\·jdo, de lágrimas de un amante que anda por aquí perdido. Ayer pasé por tu puerta i me tiraste un limon j el agrio me dió e n los ojos, i el golpe cn el coralon. El árbol de mis amores era coposo i 10lano: la indiferencia lo heló, los lelos lo de;.hojaron. Mi mujer i mi mutita se me murieron a un tiempo; ¡ Qué mujer, ni qué demouios! mi mulita es lo que siento. El amor que te tenía era poco i se acabó: lo puse en uua lomita i el aire se lo llevó. El perder una bonita es perder ninguna joya! ca lo mismo que perder de la jáquima la argolla. 110 Ded, que no me qutré, panlue soi UII probe mala: yo 80i como el espinalo. pelado, pero sabroso , .4'1 ~::a:... 19'K~~~-=-. ~ii.2.lli ~ i Itllll. U. UU.i rtu.llRll9JUUtS! i ItHU9.ll.~ U.ltRR.lt.lt.lt.ltR..ltU.9.9 9..iU.lt.lt!I...It.PY Huye tú de la turba. miseroble Que hierve en la ciudad, donde a montones lhllamos a lO!! críticO!! doquiera, . M i6ntra9e1 sabio tímido se escoude. t Ilasta dónde te lleva tu demcncia, ll ljo menguado de pasiones torpes, 1 en oculto retiro lee i mcdita, Quc barbaro preteudcs en toda obra Que mucho 'icneque aprende r el hombre, Ncgur 10 hucllo i encontrar errores? 1 ¡ cuán corta es la vida! j cuán contauOll Sabios encierra la e5tension del orbe! t Dflnda alcanzaste erudicion tan vasta Para jU'lgur de cuanto encierra el orbe, ')\" que de un ocio en otro \·i5te huirse Los meses i los ailos quc conoces 1 A LUCIO. VARlEDADES. T ú, a quien jamas con devocion i esmero, Al crepúsculo turbio de la noche, '1'0 sorprendió la lUl de las auroras D el cstudio abismadoell lO!! primores ¡ T ú, que i~ 11 0ras la Icngua de tus padres; Que ni concibeslu igualdad ni el órdell D e los astrO!! del cielo; que no snbes D e tí mismo, orgulloso, sino el nombre; Que de Patria, de Dios, de Independencia Nccio rcpites lus sagrndll8 \·O'les; E ignurns tú lo qne sus nombres dicen, 110 diccs tun solo porque lo oyes; T ú, que olvidns\.e los principiossalltos Do Rclijioll, mi61lt ras prcsumes torpe, D cspreocupado ser, cualldo ignorallte Eres i " ada mas, soberbio j óven, LQui6n te cuseñóquc los misteriosallos Que e u In meute no caben de los homhres, A tu mente sin rcglns,corrompida, C laros dcbieran ser, 1'01110 son 1I0bles 1.,. Tú , quc 110 sabes goberuarle, e ignoras Cómo el hourndo \'o!uce I1I1S IIa.sioues, Lndibrio tu de tus rastreros vicios, 1 que Virtud ¡Ciencia descouoces! LCómo, cII1I1 solo sabio, solo ilustre, Con VUl altiva todo lo disl)()l\es ; 1 malo encuentras cuallto todos hacen, Aunque de ello no cnticndas ni palote? R idlculo holga'l.an, pasquin i mengull De tu uacion, de tu familia i Ilombre, Que COI\ cuatro palabras mal habladas Que oistc del frances , ya juzgas torpes A los quo (rancosi modestos nunca Mintieron ra11\$ i cscojidas dotes, Ni parece r quisieron. sieudo poco, J igantes ui eruditos Cicerones. D eja tú 01 sabio Senador sesudo Que desde In curul al I>ueb!o informe, Leye8 le dicte, i su \'Ciltnra lubre, l>rudcntc ¡justo, bien hcchor i noble. Deja al CflCclso, 81 escritor palriota Que de Inll masos por el bien abogue, Que cspur'la de las cicncias los destellos, 1 de la i mprenta el sacerdocio adome. 1 avergOll'lado tú de tu ignorancia No mili CII los cnms, con V01. de bronce, Di~ lll1rnICIl, i mucrdas me utecato LcyC8, decretos, vemos i fOllCOlles. POESIA CRISTIANA. (Continuacioll.) Nuestro intento al espresarnos de esta man era nunca ha sid o el de reba~ jar en un úpice la rcputacion uni versal i, puede decirse, eterna a que están destinadas las obras del viejo ('.antor de Aquíles. Pero nadie nos nega rá el ridículo anacronismo qu e cometen los que en época como la presente, en que el cristianismo con su torrente de civilizacion va inundando el mundo entero, se esfuerzan por poetizar a la manera de H omero o buscan los escritos de él como la pauta que debe servir para modelar los suyos. Si el poeta debe ser el representante fiel de su siglo i de su Imis, no comprendemOs es'e an helo manifestado por algunos en parecer poetas, cuando ni conocen ni son capazes de comprender i de revelar con exactitud las cos~ tumbres, el jénio i los rasgos peculiares que caracteri zan su l1 acion. Muchos jóvenes aturdidos qu e han recibido una ed ucacion ma s monástica que republicana, i a quienes se ha persuadido de que no hai que sabel· en el mundo sino la doctrina i el latio pa~ ra medio en tender los poetas del La~ cio, sostienen, i lo hacen con torpeza aunque de buena fe, que nadie ha sido poeta sino Virjil io i despues de él Horacio, Ovidio, -M arcia l i los otros dueños de esas como pesadillas con que torturan la intelijenciada la juventud . Pero bien se ve que la latitud dada a esa proposicion es la prueba mejor de su falta de fundamento. Solo en cerebros fan áticos i en los que no ha penetrado aun la jenuina. civilizacion, pueden caber id eas tan bárbaras. lIo~ mero fué buen poe ta allá en los tiempos en que nadie sabía nada, en que la humanidad estaba tan atrasada que ~2~2~222~2Q929R09RRR~2~~2~RR22R~2~2~22~2 222~~2222~22R222~ consid eraba como héroes i como D io- norand o sus atribu los i faculta des; sin ces a los que en el dia serían mirados conoc er ni el globo donde e~tampa con desprecio como a los que nada sus pisadas, ni saber el órdcn I la armas poseían que su fuerza brutal i su monía con que revoletean sin tropemayor o ménor habilidad en recoje r zar jamas las centel las de la gloria las vQzes mas bajam ente injuriosas del SeJior errant es en el vacío. Pero con que apellidar a sus rivales. Uno miént ras la human idad march e velozde nuestros bogas es el tipo mas fiel mente a su perfeccion, como ahora ; de los héroes de Home ro. La senci· miént ras sea su patrim onio las cienHez i la torpe ignora ncia de este a cias; miént ras el cri stianismo puro i causa del tiempo en que nació, pega- la liberta d, hijos de Dios, no la aban ron mui bien entre sus contem poní- donen i sigan condu c iéndol a al punto neos, bárbaros, desnaturalizados, sin culmi nante de su grande za, el poeta otra relijion que el mas estúpido paga- que quiera que las naciones recoja n. nismo, i que elevab an sobre el altar a los ecos de sus cantar es debe celelos déspotas que desde su trono de brar su relijion, dar fuerza mayor al sombras habían arranc ado un tributo empuj e de las sanas ideas i ser el apara saciar su sed. Los poetas moder- pÓS10! de la llueva era. de nos in spirados, como el Taso, por el cia i fraternidad que empiedemoc raza ya a ánjel del cristianismo i lleno::; con el dorar el horizo nte del mundo entero . saber de los siglos, las verdad es de la Esta cuestion se toca con otra en historia i la luz de la revelacion, no _quizá nos ocupa remos en alguna que tendrí an \·alor ninguno para los coe- sion, a saber, la necesidad tan ocadccan táneos de Homero. Pero en todo hai tada de aprend er el latino Tal vez fanatismo, i acostu mbrad os a oi r pro- nos engañ aremo s en nuestr o juicio, digar alabanzas e inciensos al ciego pero sí creemos que dentro de Grecia, muchos lo hacen ip;ual- nos afios la lengua latina i de algulos escrimente aunqu e en su "ida no hayan tos hechos en ella tendrá n solo lugar visto una sola de las pájinas que e$- en los estant es de los que no leen, o cribiera. No obstante, dejemos a los en las cabezas de personas que puede n que renunc ian a su siglo i a su patria consid erarse como vetust as ruinas i van a buscar para deleite de sus al- vivien tes de los aflos que pasaron . mas la Jun o con sus dos ojos redondos Much o adelan ta el mundo en el code buei, i a Aquíles arrast rando el ca- nocim ientod el mundo mismo : los prodáver indefenso de su rival atado a gresos de las cienci as indica n que falla s ruedas de su carro i estos son es- la mas, mucho · mas que conoc er : la pectáculos mui lindos para el si- humanidad que crece necesi ta nueglo XIX! Nuest ro objeto no es la vas cosas: los pueblos casi todosc ivilicomparacion de los poetas antigu os zados estrec han sus relacio nes: el coi los moder nos: hemos enunc iado al- mercio, la indust ria progre san donde gunas ideas sobre el particu lar, por- quiera ; en una palabra, el círcul que a imitacion de las aberra ciones que se ajita actual mente el espírit o en u políticas, tan comun es en algunos pai- hombre, i en que seguir á ajitadá del ses, se quiere comet er en literat ura se una vez que ha recono cido ndosu entre nosotros una no ménos funesta. sion, es tan es tenso, tan infinito mi, por Dejemos ya las Eglogas para cuan- decirlo así, que las rancia s fábula s, do el hombre, retrog radand o cien si- las estólidas teorías, las belleza s deforglos,olvide su civi lizacion i se vuelva a mes i los oscuro s sones de la antigü elos .bosques a apace ntar carner os; a- dad, están prontos a sepult arse en el bando nando el puesto que Dios le seña- olvido, o a ser recordados únicam en~ara e.n la creaci on, para nacer, vivir te cuand o el ojo del filósofo lanze 1 mOrir como sus rebaño s; sin leer en una mirad a al traves de las jenera el libro de la naturaleza, abierto don- ciones para indaga r entre la espesa de quiera ante su vista, sin estudi ar neblin a del pasado lo que fué la hulos beneficios que le debe a la Provi- manid ad en sus princi pios; i de ahí dencia ; sin saber si tiene alma o ig- la arranq ue entre el asombro i la ver· 4' :.;:::.:...... ~_:.:c-=-. "e Il.ItUUU9.Il.U ~ SUl9.9.9.9.U ~ 9.9.Il.USUI fl9.1l.1tU 9.U 9.U9.9.9.!Uti.tl9.9.9.9.9...lt g 119.9.Il.1l. ti g ti 9. 9. g g g g Qg9.Il..Il..Ó" gü enz~ para fijarla entusiasmado en dia en que debía dar la mano de espo- el zeI:llt de su carrera que tt:azó para sa a su querido Ricardo: ella esperalos tl.empos la mente de DIOS en la ba que ese enlaze sería el nudo de su etenlldad. felizidad; porque el verdadero amor nacid o de una alma pura. i llena de • candidez, es incauto i en es tremo LA DONCELLA DE LA POSADA. crédulo i Fúc ilmente soliamos un porvenir de flores cuando no pisamos las espi nas ; i bien cabe en el corazon Allí está la pobre loca, cuyos ojos mas de una gota de almíbar cuando túrbios i casi inmóviles revelan un no está rebosando de hiel i de veneno! COI'azo n abrumado por el in fort unio. Ricardo era indigno de tanta dicha: Su faz pálida no se ve humedezidacon la ociosidad i el abandono habían lá grimas; ni una sola vez se han en- enervado su cuerpo i embotado su estreabierto sus labios para murmurar píri tu. Bien conocido era su mal una queja j 5010 profundos suspiros proceder por todos los vecinos, quieinterrumpen frecuentemen te su con- nes se condolían de la suerte de 1\latinuo silencio, silencio que pone de rí a cuando llegase a caer en las mamanifiesto el ama ño a la desdicha i nos de su indigno prometido. al sufrimiento. La desgraci<,da no insta a nadíe por socorro ni se in clina por compasion ; las mas fuertes Era una noche oscura i tormentonecesid ades naturales no despiertan sa. E l huracan golpeaba con ímpetu su cuidado, i los frias vientos del in- las puertas i las ventana s, miént ras vierno sacud en sobre su seno los rotos la llu via descendía a torrentes, i el harapos que lo cubren, sin que ella miedo parecía aj i!arse sobre las sombusque mejor abrigo, sin que la mas bras. Sentados gozosamente al lado lijenl emocion anime su descolorido de la chimenea, en suave conversarostro en que la muerte ha derrama- cion divertid os i fumando ricos cigarros, dos hués pedes hacían la viji do sus sombras. Sinembargo, no se halla mu i di s- lia, i apénas eran di straidos de vez en tante en la cadena de los dias aque l cuando por el ronco zu:nbar del vienen que ella se "ió alegre i feliz, aquel to que azotaba con recias alas los árcuyas horas se sucedían velozmente, boles i los bastidores de la posada. - "Me agrada," dij o el uno, lanzancontado cada instante por una esperanza i cada hora por un place r. No do una bocanada de humo que a la luz rec uerdan los viajeros que frecuenta- que titi laba en el fuego se "ió ascenban esos sitios otra criatura mas en- der en tortuosa espiral ncia el techo, cantadora, otra. vírjen mas amable i " me agrada oir desde adentro el ru hechizera que jllada la doncella de mor del huracan que brama afuera"; -"Preciosa noche para la Abadía." la posada. i Con qué dulce cortesía, con qu é maneras tan jov iales les da- contestó el otro: "de lijo que demosba la bienvenida. i les ofrecía la fran- traría grande valor el hombre que ca hospitalidad, pareciéndose al jenio se atreviese a visitar las ruina s que se hallan a su rededor. Confieso que consolador del peregrino! Cuántas vezes no dió materia a las yo temblaría como un nilio al sentir conversaciones de sus ~ai s anos su c~: la yedra estremecerse sobre mi caberÍlcter despreocupado. Nunca. diO za; e imajinaría, persuadido por el teabrigo en el corazan a pueriles temo- rror, ver aparecerse la sombra erqnres de rídículos espantos i aparicio- te de algun viejo Abad; pues, a fe nes : jllaría se paseaba libre de miedo que este viento es capaz de despertar aun en la alta noche por la Abadía, i hasta a los muertos." _ u Apostaría una comida," diescuchaba sin intimidarse el silbo de jo el otro, ,¡ a que :l\Iaría sí sale airosa las brisas entre las oscuras naves. S u corazon era. el nido del amor; de la empresa que os parece imposuspiraba por la llegada del deseado sible." --" Apostád i perdereis," le repli có sardónicamente su camarada. "Al ver un ternero juzgaría la pobre haber tropezado con una fantasma, i huiría despavorida." _ " i T al injurIa sobre el valor de 1\11" " ' " 1e Tep1"ICO lUana. ..... N o amIgo; sonriendo, "yo sé que al apostar ganaría porque sí es ella mui capaz de ir. Bien! i Vamos una gorra para ella, por traer esta misma noche un a hoja del Aliso que crece en la nave 1" - "Aceptado." Con intrépido buen humor admit ió la propuesta la hermosa María, e in. mediatamente se puso en camino para traer con la hoja del árbol la cantestacion a los dichos del incrédulo hués ped. Su caminar era apresurado a pesar de la oscuridad: mas de una vez resbaló vacilante su' pulido pié, i todo su cuerpo se estremecía de frio, porque la noche era helada, i helados los vientos que con hueco rumor zumbaban barriendo el Cielo. Pero ella ganaba mas i mas terreno, siguiendo una vereda que conocía mui bien. La Abadía se dibujaba en las espesas sombras. Penetró por fin por la puerta del atrio i ningun temor la asaltó, aunque las ruin as estaban desiertas, i su sombra parecía ahondar la oscuridad de la noche melancólica. Todo era silencio, cortado solo por el estampido del rudo viento que bramaba desmayado a vezes, i a vezes esl repitoso al rededor de las columnas altas i macizas. Pisando fragmentos carcomidos por el tiempo i vestidos de yedras, fijo el pensamiento en el solo objeto de su estraiia escnrsion, llegó al fin a lo mas interior de las ruinas en donde se mecía a impulsos del huracan, en la desierta nave, el viejo Aliso. Ll ena de contento arrancó con segura mano una de sus hojas, esto con suma rapidez: la guardó; e iba a descaminar la misma ruta, cuando le pareció escuchar como el sordo rumor de un sonido. Comprimido el aliento, inmóvil i toda hecha oido, púsose a recojer hasta el menor ruido, miéntras que el corazon le.golpe~~a en el inte;ior con ajitac~on SlDleslra. Entonces sopló el Viento, i el árbol sacudió reciamente las hojas sobre su cabeza: fijó el oido, i nada mas pudo percibir. Cesó el rujido del viento, i su corazon se hund ió trémulo en lo mas hondo del pecho, porque ella oia, escuchaba, entre las ruinas, muí di sti ntamente los pasos de alguien que se aproximaba acía ese sit io. Arrimóse a una ancha col umna, sin respirar de temor, i ájil trepóse para ocultarse. L a Luna levantó su frente ('n aq uel momento i derramó su dudosa lu z, rasgando las tinieblas de la noche: entónces cl aramente alcanza a ver por entre la. maleza a dos ' ladrones qu~ cargaban un cadáver. No fué san- · O"re la que discurrió por las venas de la pobre María: sintió helarse sus entraiias, i como en nieve estaba nadando su corazon. Otra vez aj itó la dura brisa las hojas del Aliso, i tan impetuosa siguió soprando que arrancó de la cabeza de uno de los bandidos el sombrero que, rodando g ran trecho a impulsos del huracan, fué a pararse al mismo pié de la asustada doncella. Ella cayó exúnime, moribunda. " Maldi cion!" gritó el due ño del sombrero.; i su camarada, haciéndole eco le responde; "ven; primero sepultemos el cadúver, que luego lo recojerás." A los propios ojos de Marí a pasaron los malhechores, i cuando algo se hubieron alejado, olla tomó el sombrero, i recibiendo resolucion de su propio miedo se escapó rápida como la gazela al travez de las ruinas. Corrió con celeridad salvaje, atropelló la. puerta; miró siniestramente a su alrededor. Exhaustos sus miembros por el sobresalto i la fa tiga, rodó al suelo sin aliento, incapaz de emitir un sonido. Antes de que sus labios convulsos se abrieran para referir su aventura, dirijió maquinnlmente sus ojos al sombrero que había traido. Quitólos asustada i velozmente, como si hubiese visto un prodijio de horror i Cuánta sería su angust ia, cuál el dolor de su corazoll, cuando leyó en el fatal sombrero claras j netas las Cifras del nombre de su amado del hipócrita Ricard o! ' =-=-=- En el mi smo camino de la Abadía, al lado de la posada, se ve ahora la. :.r.:x..... ..-.:.:r_=-:;:::c:.. 46 \fR~RRR~~~2R2~R~~R~~R~R~~R2R2~R~2~~R22~RR~RR~ horca en que pereció el asesino. Allí No quiso el cielo que habts80 se halla atrayendo con sombrío resPorque coa mi entendimiento I . d d i' Diese mayor sClltilOicuto peto as mira as e viajero que conA las cosas qua pilll1lge. t empla la seiial de escarmiento, ¡que ] tanta vida les dí recuerda con un suspiro la desd ichada suerte de la pobre Alada, la don- celia de la p osada. . COIl el Ilillcelsingul::ar, Que como no pude hablar Hice que hablasen por mí. ( Truduceio n libre del ingMs.) BELLAS ARTES. FRAGMENTOS SOBRE LA HISTORIA OE LAS BEllAS ARTES. (Colltiuuaciou.) Se c uenta de una discusion violenta ocurr id a entre Navarrete ¡Felipe 11, con motivo de la C ena del 'ri. ciano. 'fratábase de colocar este cuadro en el fondo del refectorio del Escorial, poro siendo un poco mas ano cho que el lugar que debiera ocupar, el Rei mand 6 que lo recortasen ha sta donde fuese necesario; con este mo· tiyO el mudo propuso que haría en seis meses un a copia exacta i en las proporciones necesarias, comprometiéndose a dejarse cortar la cabeza si no cumplía su promesa, i acampanando estas prntí'stas con signos i jestos eslraordinarios. Pero nada consigUIÓ, pues el Reí sin querer atenrlerlo hizo recortar el lie nzo con gran dolor de Navarrete. Este capricho de Felipe 11 recuerda el vandalismo del gran R ei Luis X IV, el cual queriendo colocar en un lugar estrecho del Palacio de Versalles el C"isto en casa del fariseo, famosa. pintura de Paul Veronese, hizo doblar el lienzo en las cuatro puntas, sacrificando así lastimosame nte una parte del cuadro. Despues de haber pintado el AbraJuan i los á11jeles, Fernández Navan ete celebró un contrato con el monasterio de San Laurencio para pintar treinta i dos cuad ros de g randes dimensiones; pero su muerte prematura (¡57!}) no le permitió hacer mas que oc ho; Alonso Sánchez Coello i J...ui s Carvajal, se encargaron de pino ta r los 01 ros. Lope de Vega Carpio compuso en c1ojio de Navarrete el mudo, los versos siguientes : • Ya hemos yisto la combinacion de la orijinalidad espaiiola con el jenio aleman en el estilo de l\loráles, con el sen ti miento romano o ?'a{aelesco en el de J oa nes, i con la práctica veneciana en el de Navarrete; esto un ido l\ otras mucha s in(Juencias que :'le habían introducido, preparaban una época completa para las be· lI as artes. El grande Alonso Berru. guete, .discípulo de l\Iirruel Anjel Buo. o narotu, I que, como su maestro, era escu ltor, arquitecto i pintor a un mismo tiempo, había introducido en E spana un estilo atrevido i elevado. En los oc henta i un afias de su laraa i gloriosa vida había dejado obras s~­ yas en todas las ci udades del reino, en Toledo, en Granada, en Vallado. lid, en Madrid &c. Caspar Becerra, que tambien estudi6 en Ital ia con Vasari, i quizá con Miguel Aojel, había formado una multit.ud de buenos pintores i buenos e~c u ltores. Así fué que todas las ciudades, por poco importantes que fuesen, tu vieron su escuela establecida ¡especial; pero en tre todas se distingui6 la escuela de Sevilla que mui pronto eclips6 a todas las demas, i al entrar el siglo XVII vino a ser el ce ntro de las bellas artes. Lu is Várgas fué el primero que reformó en Sevilla el estilo gÓtico que hasta ent6nces había reinado en Andaluzía. Naci6 en 1502, j estuvo en Roma, donde se cree que fué discfpulo de }:lerino de Vaga, sin duda por hallarse cierta semejanza entre las obras de tino i otro. Segun dice Pacheco,este pintorpermaneci6 veintiocho ailos estud iando en Italia. Várgas lIev6 una vida enteramen· te cristiana. CU:'Uldo murió le encon ~ t1'a1'OI1 varios inslrumenlOs de pe. nitencia i mazeracion de que hacía uso col1' frecuencia; sus numerosas composiciones al oleo i al fresco es· tán en armonía con su carácter i costumbres místic<l!l. Las figuras de sus cuadros cstl.~n llenas de sentimiento i gracia; sus posiciones son nobles ¡graves; pero jamas comprendió la perspectiva ni la degradacion de la luz i de la sombra. Murió en 1568, segun Pacheco i Morgado. Acia el año de 1580, Luis Fernández gozaba de una gran reputacion en Sevilla. De su taller salió una jeneracion entera de maestros. F rancisco Pacheco, Herrera el anciano, J uan i Agustin del Castillo, que sirven como de transicion entre el siglo XVI i el XVlJ, i los cuales formaron a Murillo, Velázquez, Alonso Cano, i casi todos los pintores famosos de la bella época española. Pacheco, cuyos escritos tenemos que citar a cada paso, ejerció una inmensa influencia por sus trabajos científicos, por la habilidad i escelente método de su en se fianza i por su práctic..'\ per~onal: él mejoró los procedimientos técnicos de la pintura, sobre todo de la que se llama a/lempie o aguada, i perfeccionó el arte de dar color a las estatuas i bajos relieves (porque en todotiempose haacoslumbrado en Espafia dar color a la::; obras de escultura) Entre otrOs cuadros dejó un hermoso retrato de Miguel de Cervántes. La vida de Pacheco se halla fnt imamente ligada a todas las cuestiones del arte español, no ménos que la de otro sabio artista, su contemporaneo j amigo, Pablo Céspedes, pintor, escultor, arquitecto i poeta, polígloto i anticuario, filósofo i literato, el cual dejó escritos muc hos libros en prosa i \'er"o. L as obras de estos dos grandes escritores i artistas merecen ser estudiadas ¡examinadas detenidamen te. . N o ménos eminente que los anted,~hos en~ l~err~ra el -viejo Olamado aSI para dlSllOgUlrlO de Herrera eljóven) que vivió por el mismo tiempo, i cuya obra mas notable es el milagroso cuadro de San Basilio escribiendo bajo la inspiracion del E spÍ1·itu San. too Herrera era. de un natural escéntrico i ardiente, que da a sus obras un carácter orijinal i sin segundo: en la • práctica de su arte deja ver una exal· tncion frenética j un furor increible, como dice un biógrafo espailol : dibujaba con C3i1as i pintaba con brochas extremadamente gruesas i lar~3s. Es tradicion mui conocida en Sevil la que cuando la dureza de su trato había hec ho que todos sus discípulos se le separasen, encargaba a su criada que bosquejase los cuadros; esta pintorreaba groseramente el lienzo, i ántes que se hubiesen secado los colores el maestro trazaba las lineas i las figuras. (Continunr6..) • CRONICA. Colej io tlel Espíritu San lo.-Sc ha COIl_ cluido la Sala de Anatomía, donde el pr ofesor Dr. Pardo da lecciones diadas de la ciencia. Este salon se ha constru ido esprcsamcllte COIl las dimensiones necesa_ rias, i la luz cOIl \·c nicnte, obsen' ándose las reglas prescritas cn otros paiscs, i se halla pro\·¡sto de una gran mesa cubiuta de zink para las disccciones, i de otros ulc lIsilios.- Sc está concluycndo tambie n el Salon de aseo, i pronto se comenzará a planta r un pequeilo jardin botánico. E l infatigable Director de este cstablecimj('llto modelo no escusa hacer inje ll l~s gastos pam sostener i aumenta r cada dia su brillo. Colejio de la COll cordia.-Se ha trnsla_ dado este establec imiento de cducacion a la gran casa que fué cn otro ticmpo Fá. b .-i ca de cri stales, a la ent mda de la Ala_ meda vieja. Este edificio ha sido conclui_ do pOr su dueño i acomodado espresa _ mente para el dcstino que acaba de dársele. Re('¡ne las ventajas de mucha capa. zidad i bucna distribucioll, i ademas la de hallarse situado fuera del cent ro de la poblacion. Sotiedad Fi la rmónita.- DC5pucs que las Jlu\' ias de abri l se había n dcsalado sobre esta pobre ciudad con un teson i constanc ia de que hai pocos ejem plos, por uno de aquellos camhios ta n comunes en nuestra atmósfera, el cielo se despcjó rc. penti namente i nos ofreció un dia claro i Ulla noche serena, precisa mente aqucl que estaba destinado para el conc ierto del mes de abril. L uego que vimos que era n las sicte de la noche i que no había amago de mal tiempo, tratamos de poncr cn ejer_ ~91B!.!I:!!!l.o.!I!!RRRRQRU•.!I:!!~SUUUUI..!I:~2.!!!I!!!lS!!l91!I!R5!P99Q5Ul!l.u.u.~u.!l.US!~lI.lUI.!!tlo/ cicio el allchagllantes i de asentar las na ,'ajas, ¡una "ez empaq,~el(ldQs, nos diriji . mos a la casa filal'm6mca . No podremos c:;presar la desagradablo impresion que nos caus6 la vi sta del salon provisional. i Qué estrechez! i qué c iclo tan bajo! j qué aspecto tan mezquino, comparado con el antiguo salan! Bs verdad que es. te tiene casi las ~i s mas dimensiones que el otro; pero lo cierto es que una pequefia difere ncia hace que la jente esté sin comodidad, que la. mú sica no se oiga como debiera, que las luzes di sminuyan su resplandor •••.• Nuestro primer impulso fué echar una maldicion a cierto ex. Presidente on quicn Plidieron mas pa sione i_ Has mezqu inas, que el deseo tle aparecer CO Il el título de protector de la s altes; i que ced ió a selltimi entos tan ruines para desa lojar In. Sociedad de un local que le costaba a olla su dinero. S illombargo. nada de osto obstó para que el concierto estuviese luzido i honrado pOI' una inmen_ sa. concurrencia. La Oberlllra triullfal. compuesta por el Sr. Price, agradó jelleralmento, lo mismo que ~a Violela de Caraffa, ruidosa ¡magnífica obel1ura. La Se ñorita. T eresa Trimiñ o fué mui aplaudida en sus dos canciones. El Sr. Bennet lo filé igualmente en la que ejecutó. La sinfonía de Bcelhove n a ocho nU\I10S, el duo de Pi xis ejecutado en los pianos por los SS. Price i Guarill, i la s cuadrill as a ocho manos en que tu\'irron una palie principal las Señoritas Tdnidad Plata i Flm-!",,,t in a. Zapata, filCl'O Il mui bien recib idos. • ·Tcntro.-El1'rovlldof, que se ejecu tó la noche del 22, produjo C II la gmll concurrencia que fué a vcrlo el efecto que s iempre ha producido e n nuest ro Tca rro: el cntusiasmo i los aplausos fueron es . traOl'dinari os. T odos los actores se esme. !'aran a porfJa ell ejecutar bi en sus pape . les. La Se ñora Aderli se di stinguió aqueo lla noc he i i a. la Señora Belu\'al pocas vezes la hemos visto trabajar lan bien ni poscerse tanto de su situac ion j Qué con· tmste el de aquel drama tan bien puesto e n escena , CO II tanto esmero i propiedad , i el indece nte proscenio cubi orto do trapos mugrosos ! Qué contl'1lsto el de aque o Ilos trajes con a(llIellas deco l'aciones ! ..• Qui sieramos recordar a algun os de los SS. que nsisten al Tcatro, que aunque por cuatro reales se compra el dorecho de aprobar o desaprobar, no se compra ciertamente el de molestar a los demas con risas, cuchicheos, comentarios en alta voz remedos de los actores i otras cosas que' rayan en mala edllcacio~ ; porque jamas podrá comprarse el derecho de ser grosero, i ménos delante de un público tan respetable oomo el que concurre al T eatro. ta noche del 29 tuvimos el placer de ver la repeticion de la bell ís ima comedia de Zorrilla Cada cual can su Tazan; pero tambien tuvimos el sc ntimiento de ver el teatro desierto. 1futns publieaeiones.- Ya. otros perió· dicos se han ocupado en hablar del exe· lente Tratlldo de economía domt8tica que acaba de publ icar la Señora J osef.'\ Acevedo de Gómez: n ~otros no haremos mas que corroborar lo que ya se ha dicho en su elojio, añadiendo que el mérito de esta obrita se aumenta al considerar que la Señora Ace"cdo, adc mas de ser una madre de fum ilia inslru ida, predica sus máximas con el ejemplo aun mas que con la pluma; i que ha adqu irido un gran caudal de osperiencia d sitando el pai s modelo en esta materia, l:~ I nglaterra. -TamblCn se ha ocupado ya la pre n· sa de esta capital en hablar del cuaderno que con cl título de Principios de moral polilica, ha publicado e l Sr. J. Aroseme· na, por lo que solo ngrega remos quc tiene en su abono el info rm(' de la Junta de Admini stracion, Inspeccion i Gobicrno de la Uni\'ers idad del primer distrito, i que a pel icion suya ha sido adoptado, segun crcemos, como testo para que se enseñe esta materia en las escu ela~ de la Repú. Llica. Desde que leimos la exelente obra do nuestro compatriota cl Sr. Pinzon, P rill cipios sobre admillistracioll pública, nos ocuni óla. idea de que cada uno de sus capítulos prestaba abundante materia pa· ra formar un lluevo libro esplanando i desl iendo, por decirlo así, los pensam ien_ tos en él con tenidos. E l Sr. Aroscmena. ha realizado una p1l l·te de nuestra idea, por lo cual lo felizila lilas sincehunentc. - Se ha comr nzado a publicar un nue\'0 peri ód ico se manal, con cl titulo de El Siglo. S iendo el carácter de csta publicacion puramente politico no nos corres· ponde entrar en su análisis: solo diremos que en los cuattQ nllmeros que de él hemos ,·islo hemos hallado bueuvs artIcu_ las, dejá ndose conocer desde luego quo esto periódico es redactado por jÓ"cnes (lo pr0t:reso i de ilustracioll. • TOIIIO l. Bogotá, 1.' de junio de 1849. MAL USO OE ALGUNAS PALABRAS. (TSIICICII. u,TicuLO ). Considerando que la base funda. mental de la bella literat ura en todas las lenguas antiguas j modernas es el conocimiento de la gramá tica: que faltando esta falta la piedra angula r de los huenos estudios literarios: que sin esta llave impor tante entrar emos a hurtadillas i andare mos ciegos ¡sin guia segura en el estenso laberinto de esos estudios: que ignorando .Ia gramática no podremos beber en las fuentes de lo bello i de lo grande, o que en vez de su agua pura i cristalina solo hallare mos el lodo de turbio s i rc\-ueltos pantan os; consid erando todo esto, decimos, nos hemos propuesto consa grar nuestros principales artículos, que llamaremos de fondo, a la di scusio n de alguna cuestioo {Tra_ matical. Nada mas propio que ~sta cristia na resolucion en un peri6dico especialmente consagrado a la bella literatura, i tambien a las ciencias i a las bellas artes. Ya nuestros lectores habrán adivinado que nos proponemos abrir siempre nuestras sesiones quincenales con un artículo de esta natura leza; i si no lo han adivinado, hacemos la advert encia para que no les enoje el encon trar en cada ~no de nuestror; números algunas pájlllas ,?onsagradas a t,!n impor tante materia, sobre la cual nunca se re- NUM . •• calcar á demasiado. Esta serie de aftículos puede decirse que forman uno solo; pero los damos como separados para no cansa r con un eterno contin uará que hubier a de repeti rse en cada número. E sto supuesto, i con la venia correspondiente, seguimos hoi en nuestr a tarea, presen tando algunos ejemplos mas de impropias locuciones i del mal uso (Iue hacemos de muchas palabras. Como ya hemos dicho, nuestro objeto noes dar reglas, no esense ilal", no es fallar ex-cátedra, sino tan solo provocar la discusion: deriva r por medio de un re\'ulsivo, como diría un médico, la 3tencion fija hoi esclusiva i tenazme nte en lo que llaman política, para traerla a mejor terren o i Felizes nosotros si haJlamos un hOlllbre que levant ando la cabez a al reclam o de nuestr a hqmilde voz, acepta el reto i nos sale al encuentro! ¡Mil vezes felizes si hallamos quien con\ba ta nuestr as tímidas opiniones en el tono i lenguaje conve niente s; si en la lu· cha lueremos vencidos siempre habremos obtenido un triunfo, i en todo caso nos considerarémos vencedores al conce der la palma a nuestro contrario, ¿ Qué diferencia hai entre culpable i culpado? -Muc ha, dirá el mas lego en materia (le lengua castellana. Culpable, como lo indica su misma • terminacion en able, es aquel a quien ble, no deberemos concluir que la gt;a· puede imputarse la culpa; o como lo mática es buena para todo, pero és. define el Diccionario: "aquel a quien pecialmen te para hacer leyes? .•• j Cuán de sentirse es que el ilustrado se echa o puede echarse la culpa. " Culpado, es aquel a quien de se- granadino a quien se confió la grave guro, con evidencia calificamos de i delicada tarea de recopilar nuestras tal: "el que ha cometido alguna culo leyes, i a quien no puede negarse conocimiento del idioma, no hubiese espa, " dice el Diccionario. Ladiferencia, pues, consiste en que tado investido de la facultad de casdel uno nada podemos afirmar aser- tigar i correjir todas aquellas faltas de tivamente, sino por presunciones. por buen lenguaje que, en su concepto, datos, por conjeturas, por sospechas; implicasen oscuridad, amfibolojía o miéntras que sobre el otro fecae irre- ambigüedad en el sentido! misiblemente un fallo espreso i terUna de las dificultades mayores minante fundado en la conviccion j que presentan todas las lenguas, i soen la evidencia de los hechos. Eljuez bretodo el castellano, a causa de su puede i debe pronunciar su sentencia misma riqueza, es la conjugacion de sin escrúpulo sobre el culpado, por- los verbos. Este es el escono en que que este ya se supone convicto i con- frecuentemente tropezamos, no solo feso desu culpa; perosobre el culpa- los principiantes i aprendizes de escri. ble solo puede proceder para poner tor, sino aun muchos de los que, con en claro la verdad; i para llegar al razon o sin ella, se precian de conocer término de condenacion necesita pri- su lengua i son tenidos como automero declararlo culpado. El culpable ridad en la materia. llor eso vemos es tambien acreedor a cierta pena, que son tan raros en América los que segun el grado de culpabilidad; pero usan de los tiempos propios de cada nunca será esta la misma que se im- verbo, ya sea este activo, ya no lo ponga al culpado. Aplíquese este mis- sea, ya sea unipersonal, ya defectivo. mo raciocinio a cualesquiera adjeti- 1 este mal uso de los tiempos, es en vos verbales terminados en able o ible, parte una consecuencia inmediata de i sus correspondientes participios pa- la ignorancia de la clasificacion que sivos (o sean adjetivos lJasivos, como la gramática hace de los mismos verdicen los gramáticos modernos), i se bos. Uñ ejemplo de esto es el defecverá que es exacta nuestra observa- to, bastante comun en muchas persocion. Imputable e impulado : vitupe- nas, de usar el indefinido terminado rable i vitupe1'ado : p7'~re7'ible i prefe- en ase o ese, en lugar de los condi7'ido: repartible i 7'epartido, se hallan cionales en ara, al:!!, ere, era. Que respectivamente en el mismo caso no deben confundirse unos con otros~ segun las reglas de buen lenguaje es que culpable i culpado, Sinembargo, rara es la re:rson~, cosa llana, atendiendo a que los pri. quizá ninguna, que haga ladelnda dI- meros tienen esencialmente el carácferencia entre estos dos vocablos, ya ter de adve¡'sativos, i como tales desea en la tribuna, ya en el foro, ya en ben usarse solamen te acompañados el púlpito, ya por la in1prenta, ya en de partículas adversativas: así debe la correspondencia privada, o ya en decirse, aunque yo hubiese esc1·ito la el uso comun. Nuestras reyes mismas, carta; puesto que él la amase (aunpor un descuido imperdonable del que él la amase); miéntras que los lejislador, confunden estas dos vozes, segundos solo deben emplearse como Nuestro Código penal, sobretodo, usa esencialmente condicionales, unidos indistintamente de las dos, i con mas con las partículas que les corresponfrecuencia toma el adjetivo por el par- den: diremos pues, si viniere mi },erticipio, llamando culpables. a l,os cut mano i si escampara p01" un momenpables i a los culpad?s .. SI ejemplos lo. !\fui mal hablan, lós que dicen: semejantes se multiplican en nue~­ si yo ilUDIESE sabido esto no IlUBIERA tras códigos, como es mas que pOSl· ido j en vez de si yo IIl1BIERA sabido ::E:... .. ~"K.J ~g2~2~g~2~i2~~QR2k~RR~RRR • __ :.:;::-=-. 51 ~~~22~~2~~~~2g9~29~g~22~ esto no HUBIER A ido. No hablar án nar, acaeceJ', convenir, (por ser COIlménos mal los que digan, si yo hu- venien te) impor tar (por ser imporbiera sabido esto no UUIHE SE ido, por- tante) i otros varios ; si bien alguno s que cuand o el antece dente o deter- de estos suelen usarse tambie n en las minan te es el condicional en era, el tercer as personas del plural. En con· consiguiente o determ inado debe ser clusion, puede ave nturar se la propo· el futuro condicional en ia, bien sean sicion de que el único verbo verdalos tiempos simples o compu estos: dadera mente unip ersonal, aquel que ejemp lo: si yo comie1'a de esto me lo es por exelencia, tanto en castemorir ía .. si yo lo dijera o lo hubieJ'a llano como en france s, es el dido, lo sostendría, o la habría sos- haber en el sentido de existir verbo o celetenido. Pero sea dicho en obse9uio brarse alrruna cosa. Otrota nto sucede de la.. verdad que los granadinos, 1 es- en la lengua inglesa, si bien esta no pecialmente los habitantes del inte- conoc e un verbo cuyo rior de la República, rara vez hacen corres ponda a haber, i en significado este uso impropio de las terminacio- usa del verbo ser (lo be). su defecto nes de los tiempo s del subjuntivo, i T odos los gramá ticos están de que tales ejemplos nos los suministran acuerd o en esta regla fijae invari able algunos pueblos aledaños del Norte , del idioma , como puede verse en los cuales sin duda toman este uso de Salvá , l\fartí nez L 6pez Arauj o &c. nuestros vecinos de allende el Táchi - -¿ Quién podrá negar, aunqu e no ra, entre los cuales es mui frecuente. haya hecho un estudio mui profundo l\fasje neral es entre nosotros el mal i qilatad o el_e su propio idioma, que uso del verbo habe?' como unipersohai verbos que por su natura leza no nal, i de su suplen te hacer. Los que puede n jam~s conve rtirse en activos, han tenido un a gramá tica en sus mao l1'(l1lSitivos, ni 1'ecíp1-oCOS o reflexillOS saben que este verbo, como unip ersonal, solo se usa en la tercera vos? Sinem bargo vemos con frepersona del singul m' .. así se dice, /lA cuenc ia que la accion de tal verbo tres dias que vino j IIA CE tres mios neutro, se hace recaer sobre un objeque le sirvo .. pero de ningun a ma· to cualquiera, convirtiéndolo de esta nera podrá decirse, hacen tres dias, maner a en activo : que tal otro verbo ni hacen dos años. 1 la prueba de cuya accion jamas podrá recaer soque esta frase es esencialmente del bre el mi smo que la ejecut a, se ve singular, es que para ponerla en el forzado a acomp ailarse con un afijo plural es preciso echar mano del ver- con quien jamas podrá estar en buebo hacer en lugar del verbo haber, na amistad i armon ía. T al suced e, porque este no tiene tercer a person a por ejemplo, con entrar : este verbo del plural, ni puede decirse /tan tres esencialmente úHransitivo, se usa aldias, han dos años. No puede, pU'3S, gunas vezes para decir bárbar ament e énl'l'ese la mesa, entren el armario, decirse en ningun caso, entre usted acá el caballo, habiendo hacen tres dias tantas otras palabras que pudier an hacían dos años usarse en su lugar. Solam ente en esta hicieron nueve meses frase, ent1'ar la ciudad a saco, se usa hubieron fiestas como transiti vo. habrán msenciones El uso ha introducido con bastanaunque hayan abrazos te jenera lidad que el verbo amanecer aunque hagan mil años, (intra nsitivo i unipersonal) se conni ningun a otra frase semejante en vierta en activo dicien do: me amaneque entre alguno de estos dos verbos, ció en Funza , vino a amanece7·le en la sea en el tiempo que fuere; porque, repetimos, son unipersonales, es de- calle. Otro tanto sucede con llove1', anoche cir, que solo se pueden usar en una ce: ce?', i otros varios, i así se dinos persona, i esta es la tercer a del sin- cJleció llovió en el monle j nos anoen la visita .. pero este uso jagular, como sucede con llover, lro- mas será racional, i tan impropias 10- 52 .:i:I...... ~~:.E:-=-. ~9. 9.UR.9.9.U9.9. 9.UJtR..R.2.i.2.R.9. Q !!S!.9.S!. 9..i.2.!! SI 9.Sl.2..R.U..o 9.llQ.S!s!'~ !!.!!USU!.9. 25!S!.Sl.Sl.!!S!.5tll.!!UllQ.S! !!Sl.!!ll5-' cuciones no podrán ser justificadas tiene tal significado, a lo ménos en la de ninguna manera. prosa, pues su acepcion es la estar sin Veamos otro ejemplQ.del mal uso dormir, obserVa?" o cuidar alguna de los tiempos. En aquellas frases en cosa 4·c. Solamente a los poetas es que al parecer hai dos supuestos o permitido tomarlo en la acepcion de personas ajen tes, se cambian por 10 cubrir; i sinembargo aun en los esregular los frenos i se hace concordar critos mas humildes, aun en los tra· el verbo precisamente con aquella pa- tados mas prosaicos i graves vemos labra con quien no debe concordar; prodigada esta palabra malamente. así se dice: yofui el que vine; tu fuisEl verbo prestar es otro de los que te el que lo dijiste j en lugar de yo se fuerzan dándole una significacion fuí el que VINO: tu fuiste el que lo violcnta que no tiene ni tendrá jamas DIJ O. Porque si, siguiendo el consejo en castellano. P¡·estar,d iceel Dicciode Martínez Lopez; invertimos el nario, dar o entregar a otro alguna órden de la cOllstruccion, tendremos alhaja, dine1"o u ot1"a cosa para que que decir: el que VIN O f?tí yo j el P01" algun tiempo tenga el uso de hombre que lo OIJO fuiste tú. El su- ella, con la obligacion de restituirla jeto de vino es él i no yo: el sujeto i volverla a su due7io. Tiene tamde dijo es él i no tu. Yo es sujeto de bien otras acepciones en sentido fifuí: lú es sujeto defuisle. gurado, pero jamas aquella en que Pero se presenta una cuestion que jeneralmente se toma entre nosotros, no han tocado ni resuelven los que a saber, la depedir aotro alguna cosa hasta ahora han escrito sobre gramá- por cierto tiempo para devolverla. tica, a saber, si estas ñ'ases puestas en Este vicio es tan comun que puede el plural siguen la misma regla: el decirse que entre mil personas no hai uso dice que no, i nosotros estamos una que aplique la palabra prestar en de acuerdo con él, pues no creemos su \"erdadero i jenuino significado. que pueda decirse nosotros fuimos los El hombre mas culto, el jóven mas que 'vinieron,' t'osolros fuisteis los que instruido dicen iodos los dias, me lo dijeron; sino que, faltando a la regla prestó cien pesos, i no pude escusal'me dada, debe decirse :lIosot1'OS fuimos de dárselos j le JJ7'esté el libro,- le los que vinimos, vosotros fuisteis los presté el caballo ,- en vez de me pidió prestados cien pesos,lepedí prestado el que lo dijisteis. Los verbos activos o t1"ansitivos libro, le pedí p,·estado el caballo. Aun en el modo vulgar de hablar casi siem- cuando no fucra mas que por evitar pre se convicrten en njlexivos, con- la confusion i anfibolojia que resulta tra todas las reglas de buen lenguaje: del uso de una misma palabra para así oimos decir todos los dias i a cada espresar dos ideas diametralmente paso: póngase esta cm·la en el co- opuestas,dcbeda hacerse la distincion 1Teo j búsquese el dinero; tóquese la entre p1'('star j pedir prestado. Al conlradanza. Estos verbos podrían decir Juan : P edro me prestó mil llevar el afijo SE para decir póngase pesos ¿ cómo sabemos si es que Peel sombrero j búsquese la pulga; tó- dro se los dió a Juan o que este se quese la lengua; mas no en los ca- los di6 a Pedro? sos espresados en que se comete una -Uno de los modismos mas caracfalta garrafal e imperdonable en una terísticos de nuestra tierra, es aquel que oimos en boca de chicos i granpersona bien educada. Yaque hablamos de los verbos, no des, sab ios e i ~norantes, ricos I podejaremos pasar por alto el uso im- bres, hombres I mujeres: -la pasó, la propio que se hace ~e algunos d~ ellos está pasando, no la pase c:J-c. el"! el dándoles una acepClon que no tIenen; significado de avergonzarse o sonroi para no cansar citaremos solo unos jarse. Bien comprendemos que el pocos, tales son: el verbo velar to- sentido de esta frase es elíptico, i que mado en el significado de ocultar o debe sobreentenderse, pasó una vercubrir COIl \111 velo. Este verbo no güenza, está pasando un bochorno etc; pero tal cosa no está autorizada ni por la Academia espai'ioJa, ni por al. gun autor clásico, o escritor purista. Creemos que esta es una frese puramente provincial, o si se quiere nacional, así como la. de se peló i se fregó, tan bárbaros, incultas i groseras, i las cuales censur6 ¡ridiculizó Juo1tcho. Blanco con tanta razon como gracia. Entre la infinidad de acepciones que tiene el verbo pasar, con las cuales llena dos columnas el Diccionario, no se encuentra una sola que siquiera se asemeje a la que acabamos de notar, i solamente hallamos pasarlo, hablando del estado de la salud (¿ cómo lo pasa U?) O de los medios de vivir ( lo pasa medianamente) mas nunca pasm·la. Por tanto condenamos esta frase como ¡hnecesaria, inútil, arbitraria, i por con· siguiente intrusa; i la colocamos en la lista de las que deben ser proscri. tas, no solo de la sociedad culta, sino de toda conversacion o escrito, por· que a todo el mundo le obliga saber i estudiar su lengua, sin distincion de clases, edades ni condiciones. MIS RECUE RDO S DE TlB ACUI. (f.e,¡:DlentQI de na diario) l. LA FI ESTA DE CÓRPUS. A mediados del año de 36 me ha. lIaba yo en las inmediaciones de la parroquia de T ibacuL en el canton de Fusagasugá, i recibí una atenta ¡es· presiva invitacion del Cura, el Alcal· de i los principales vecinos, para que concurriese a la fiesta de Córpus que se celebraba el domingo inmediato. J amas he gustado de fiestas ni de reu. niones bulliciosas por lo cual pensé ~scusarme; mas al recordar la ~que . nez de aquella parroquia i la pobreza del vecindario comprendi que no sería aquella fiesta de la clase de las que 8i.e~pr~ he evitado, porque producen dlslpaclOn en el espíritu j dejan vacío en el corazon. Fuí pues, a T ibacuÍ i llegué a las 7 de la mañana. Compónese aquella poblaejon de una o dos docenas de casas pajizas su- mamente estrechas i pobres, esparci. das aquí i acullá pOI' la pendiente que ~orma la falda pr?longa~a de una alta I espesa montana. Ha¡ en el lugar mas ll ano una pequefia iglesia de teja, pobre i aseada, a cuya izquierda se ve la casa del Cura, tambien de paja ca· mo las demas del pueblo, pero ménos pequeña que las otras habitaciones. Entre estas hai algunas que no pu· dieron cubrirse con paja a causa de la pobreza de sus dueilos i solo les sir. ven de techado algunas anchas ¡verdes hojas de fique. La plaza no es si· no la continuacion de una colina cubierta de verde yerba, cuyo cuadro lo forman cuatro ermitas de tierra, i en sus costados solamente se ven la cárcel i cinco o seis chozas mi serables. ¡ A la derecha de la iglesia i paralela a un costado de la plaza hai una hon· don3da verde i lIenade árboles silves· tres, por la cual corre en invierno un hermoso torrente, pero que en verano está seca i cubierta de mullida grama. Esta hondonada se prolonga como 300 varas hasta el pié de la plaza, i los naturales la llaman la calle de la amar{Jura por ser aquel el camino por donde suelen llevar las procesiones de Semana Santa. Estas pocas chozas som· breadas por verdes platanares, eleva. dos aguacates i aromáticos chirimoyos, i rodeadas por algunas gallinas, patos, perros, cerdos i otros animales domésticos, presentan un aspecto pintoresco e interesante para quien no busca allí el lujo i las comodidades de la vida. El vecindario se compone de dos razas perfectamente marcadas: algunos blancos en quienes se descu· bre desde luego el oríjen europeo, j el resto indios puros descendientes de los antiguos poseedores de la Améri· ca. Todos son labradores; todos pobres, i, casi puedo decir, todos honra. dos j sencillos, hospitalarios i amables. Allí no ha penetrado todavía la civi. Iizacion del siglo XIX. Cuando yo llegué me rodeó la ma. yor parte del vecindario. U DOS que. rían que fuese a alojarme a su casi ta otros que admitiese su almuerzo, otro~ que les permitiese cuidar de mi caballo. P rocuré man ifesta r mi agradeci- • ,. "'eltUst.5t!!sutU.u.~!Ulu.st.5t!!1I9.U.U.ll.2R..RJti~'f'CW",!i1:lI:iWUUU.flU.U.!l..Uilllli!!5tllUgy miento a todos i fuí a desmontarme en la casa del Cura, digno pastor de aquella inocente grei. Luego que con· versamos un rato salí a tomar choco¡ate en casarlel Alcalde i adar un paseo por la plaza. Jamas olvidaré ni la obsequiosa bondad con que se me di6 un decente i abundante dasayuno, ni la grata impresion que recibí al dar aquel paseo matutino. Con palmas i árboles floridos cortados en la montaun vecina se había formado una doble calle de verdura por los cuatro lados de la plaza. Esta calle estaba cortada en var ios puntos por vistosos arcos cubiertos de flores i de todas las frutas que brinda la tierra caliente en aquella estacion (erael mes de junio). Aquí se veía un hermoso racimo de mararayes; allí dos o tres de amari1I0s i sazonados plátanos; mas allá un g rupo de aromáticas chirimoyas; despues una multitud de lustrosos aguacates de una magnitud poco comun; acá un estrailo tejido de guamas de diversas especies i figuras. En otra parte yucas estraordinarias i gran variedad de raizes, legumbres i hortalizas. Otros arcos ostentaban los productos de la caza; conejos, comadrejas, zorros, ulamaes, armadillos i otros animales silvestres. l\Ias allá se veían pendientes doradas roscas de pan de maiz, sartas de huevos de diversos co: lores cojidos por aquellos montes, 1 muchos pajarillos vivos i muertos cuya vistosa variedad ~traía i encantab!\ la vista. Sería díficil decir detalla«amente la multitud de objetos naturales que se habían reuni~o rara ~?ornar aquellos arcos de tnunfo enJldos en obsequio del Santísi~o Sacral~entoo Una inmensa profusJOn de ammales, frutas i flores formaba la ofrenda campestre que ofrecía aquel puñado de cristianos sencillos al Dios cuya misericordia se celebra en esta fiesta solemne, misteriosa i sagrada j Cuánto mas bellos i dignos del Criador son estos rústicos i hermosos adOl'uos que aquellas inmensas fuentes de plata, aquella multitud de espejos, cintas, fluecos i retazos de seda i gaza que se ostentan en esta fiesta en la capital de la República! Yo gozaba con • , delicia de este espectáculo, i las risas, cantos i alegría de este pueblo inocente alejaban de mí las tristes impresiones que casi siempre dejan en mi alma las reuniones de numerosas concurrencias. 1\1ezcleme con los hijos de Tibacuí i tuve el placer de ayudarles a componer sus ermitas, altares i arcos, procurando que los ménos pobres no dañasen con adornos heterojéneos el gusto sencillo i campestre que allí reinaba. L as campanas repicaban sin cesar i todo el mundo se manifestaba alegre, activo i oficioso. De repente oi el ruido de un tamboril i un pito. Ent6nces vino a bailar delante de mí la danzadel pueblo. Componíase esta de 12 jóvenes indíjenas de 15 a lB años, sin mas vestido que unas enaguascortas i unós gorros hechos de pinta~as i vistosas plumas. Llevaban tamblen plumas en las muñecas ¡las gargantas de los pies, i un carcax lleno de ftechas sobre la espalda. El resto de sus cuerpos desnudos estaba caprichosamente pintado de varios colores. Presidía a estos muchachos un anciano de mas de 70 años, vestido como lo están siempre aquellos infelizes indios, es decir, sin camisa, con unos calzoncilios éortos de lienzo del pais, mui ordinario, i una ruanita de lana que les cubre un poco mas abajo de la cintura. Este viejo estaba sin sombrero i llevaba colgando del cuello el tamboril al cual daba golpes acompasados con la mano izquierda, miéntras con la derecha sostenía i tocaba el pito. Con esta estraña música bailaban los j6venes una danza graciosa llena de figuras i variaciones, arrojando i recojiendo sus flech3:s con asombrosa ajilidad. Yo los miré UD rato con ternura i complacencia, les dí algunas monedas i me retiré, Salió bien pronto la procesion. El pueblo se prostern6 respetuosamente I ya no se oía sino el canto sagyado, el alegre tañido de las campanas l. el ta~· bonl i el pito de la danza que Iba ballandodelante del Santo Sacramento. Ent6nces empez6 a arder un castillo de pólvora preparado para la prim~.ra estaciono Los indios de ladanzafinJle- ~.i~~2.i~~1l299~9QR~i2ll.0~RR09RiRRR O!! o o o o o o oAA U.IlR.IlRU 2U.00 2ll.IUl021l2 !!.R.io/ Despues del dia de la fiesta Guz· ron terror, estrecharon sus arcos contra el pecho i se dejaron caer con los ruan i Mariana su esposa. venían fre· rostros contra la tierra. Al cesar el cuentemente a mi casa. Yo les daba ruido de la pólvora volvieron a levan. algunos socorros, les compraJ:>a sus tarse i continuaron ájiles i alegres su chirimoyas, i con mas frecuencIa ad· incansable danza. Pero, cuantas ve- mitia el obsequio que de ellas me ha· zes se quemaron castillos o ruedas, cían. Jamas tuve ocupacion bas. ellos repitieron aquella espresiva pan- tante grave que me impidiese recibir tomima. Confieso que no pude ya re- a. aquellos honrados ancianos. Me sistir la impresion que me causó aque- contaban sus miserias i sus prosperi. lla escena. Mis lágrimas corrieron al dades, me referían las tradiciones de ver la inocente i cándida alegría con la aldea, los acontecimientos notables que los descendientes de los antiguos que habían presenciado en su larga duei'ios del sucio americano renuevan vida; solicitaban mi aprobacion O en una pantomima tradicional la imá- mis consejos sobre los pequeiios ne· jen de su destruccion, el recuerdo gocios de sus parientes i amigos, i ja. ominoso i amargo del tiempo en que mas salían de casa sin haber comido sus abuelos fueron casi esterminados i sin llevar pan para dos nietos que i vilmente esclavizados por aquellos los acompailaban. Ya hacía mas de hombres terribles que en su concepto catorce meses que yo veía semanal. manejaban el rayo. En el trascu rso mente aquella virtuosa pareja i jade mas de tres siglos estos hijos deje. mas la oí quejarse de su suerte, pedirIlerados de una raza valiente i nume· me cosa alguna, ni murmurar de su rosa, ignorantes de su oríjen, de sus prójimo. derechos i de su propia miseria, celeUna mañana vino Mariana a debran una fiesta. cristiana contraha. cirme que Miguel estaba enfermo i ciendo momentaneamente los usos de que ella pensaba sería dc debilidad, sus mayores, i se rien representando porque hacía muchos dias que no coel terrOl· de sus padres en aquellos mía carne. Hice que la dieran dos gadias aciagos en que sus opresores los llinas i algunos otros víveres, i la enaniquilaban para formu colonias eu- cargué que si la enfermedad de su ropeas s.9bre los despojos de una gran- esposo se prolongaba viniese a avi. de i poderosa nacion. sarme. El dia 16 de octubre de 37 llegó un indio llamado Chavistá i me Il. dijo: "Esta madrugada muri6 Mi. EL AMOR CONYUGAL. guel Guzman i su viuda me encarg6 Miguel Guzman se llamaba el res. que viniera a decírselo a su merced." petable indio que conducía la danza No pude rehusar algunas lágrimas a de Tibacuí el dia de la fiesta del Sa. la memoria del anciano: envié un socramento que acabo de pintar. Era corro a la viuda i la mandé decir que este anciano de mediana estatura; cuando pudiera viniese a verme. ten(a el color i las facciones de un A los cinco dias estuvo en casa indio sin mezcla de sangre europea. Mariana. Esta mujer distaba mucho Sus pequeños i negros ojos estaban de tener la fisonomía franca, risuelia siempre animados de una espresion i espresiva de Guzman. Su cara era de benevolencia. Su amable sonrisa larga, sus ojos empañados i hundidos, hacía un notable contraste con las su tez negra i acartonada. Era tam. hondas ¡prolongadas arruO'as que bien mui vieja, pero su cabello no essurcaban su frente i sus mejillas. Sus taba enteramente cano. En fin, ella cabellos j escasa barba eran blancos no inspiraba simpatías en su favor como la nieve i la edad había destrui. apesar de sus modales bondadosos i do la mayor parte de sus dientes, ape- del cariño que su esposo la tenía. Yo sal' de que casi todos los indios con. la h~ce sentar i la dije: ya supongo, servan blanca i sana su dentadura Manana, que U. habrá estado mui aunque vivan un siglo. triste. Sí, su merced, me contestó, • 'f222!!.22!!2R9911!!Q2!!.222!!.~!!!!!!~92!!ll2 51 51 51 51 51 51 51 !!SI !!.lt.5Ut.9JI:!!!!llll2!t!! $12 RU!! U uU:~ pero mi Dios es el que lo ha dispues. to así.-Esa es la verdad, dije, debemos conformarnos.-Sí! yo estoi conforme i vengo a darle a su merced las gracias por todo el bien que nos ha hecho. Al decir esto su voz era firme, su aspecto perfectamente impasible i ninguna marca de dolor se pino taba en aquella cara negra i arrugada que me recordaba 1St- idea que en mi infancia me daban de las brujas. Sinembargo, recordé que era la viuda de Guzman, que tenía reputacion de ser una buena mujer i ladije.-M ire U. Mariana. aquí tengo un cuarto donde U. puede vivir; véngase a casa i no tendrá que pensar mas en el pan de cada di a; si se enferma, aquí la cuidaremos, i si tiene frio yo le da· r é con que abrigarse. Guardó ella un instante de silencio i despues me dijo: No, su merced, jamas-¿ 1 por qué no? Entónces esc lamó-¡ Qué! ¿ Yo comería buenos alimentos de que no podría guardarle a él un bocadito? ¿ yo dormiría en cuarto i cama abrigado cuando él está debajo de la tierra ? i Que Dios me libre de eso! Mire su merced, mas de 45 años hemos vivido los dos en ese pobre rancho. Cuando él iba a la ciudad a vender el hilo que yo hilaba i las ch irimoyas, yo Jo esperaba junto al fogon i ya te· nía algo que darle. Llegaba, me abrazaba siempre, me entl'egaba el real o la sal que traía ijuntos nos tomábamos el calentillo (agua miel) la arera o la yuca asada que yo le tenía. Si era yo la que iba a lavar ~l .rio, él ,,?e es· peraba junto al fogon, 1 SI no tenia qu~ darme, siquiera atizaba la lumbre I me decía : esta noche no hai que cenar, pero tengo basta nte leila i nos calentaremos juntos. No; jamas de· jaré ese ranchito! i Ya nadie se sienta en él junto al fogon! ya no estará allí ese ánjel! Pero su alma no esta· rá léjos i se aflijiria si):'o abandon~ra nuestra casita. Al deCir esto Manana cruzó sus manos sobre el pecho con un dolor convulsivo. Dos torrentes de lágr imas corrieron sobre sus acn. rtonadas mejillas i por mas de mcdia hora esc uch ó su silencioso llanto i sus sollozos ahogados i Cuán mal había yo juzgado a Mariana por su fisonomía! ¡Ah! ¡Jamas había yo visto un dolor mas elocuente i subli. me, jamas había comprendido tanto amor en un discurso tan corlo i sen· cilio! ¡Pobre anciana! Yo lloré con ella i no traté de consolarla. Cuando su llanto se calmó la 'dije: Mariana, mi ofrecimiento subsiste aunque conozco que U. tiene ralOn en no aeep· tarlo por ahora. Pero algun dia cuan· do U. pueda, recuerde que esta es su casa i venga aquí a vivir mas tran· quila-No, su merced, me dijo, eso no será jamas porque yo sé que él no se amañará sin mí en el cielo. Diciendo esto dió un prorundo suspiro i al pro· pio tiempo se sonrió con cierto aire de calma e indirerencia. Apénas le dí un corto socorro temiendo que uno mas abundante la hiciese sentir con mas amargura su viudedad. Al des· pedirse besó dos vezes mi mano e hi. lO tiernas caricias a mi pequei'ia fa· milia. La insté que volviese i no me respondió. ¡Seis di as despues, Mariana des· cansaba en el cimenterio de la aldea aliado del venerable Miguel! J . A. OE G. DOCUMENTOS PARA LA HISTORIA. Hace muchos años que nuestro apreciable amigo i compatriota el Co· ronel Anselmo }>ineda, tan laborioso i constante como es notorio, se ocupa con afanoso anhelo en reunir todos los escritos, ya sueltos, ya periódicos, que han visto la luz en nuestro pais, no solo en las eras colombiana i granadina, sino desde una época mui anterior a nuestra. I;?loriosa. emancipa.-cion política: desde el tiempo en que llegaron a estas remotas comarcas los primeros tipos i se plante6 en ellas la primera prensa. Tan grande ha sido la pasion del Sr. Pineda, i tan tenazes i perseverantes los esfuerzos que ha hecho por dar cima a esta importante tarea, que puede decirse que para él no ha habido en muchos ai'ios mas pasatiempo, ni mas placer qu~ la rea..: lizacion de su gran pens3lmento; 1 que a este subordinaba todos los de~ , • :JE:.... IW:.:.~I!!iI::JE:". ~iii9~ii~Ri2000000QRQO~~~2 57 ~~2RiR~RR~~Ri~RRR~~RiRRRRR~ mas, mirando como secundaria toda sobre el importante servicio otra ocupacion, si se escepúa el es· Sr. Pineda. ha hecho a su pais, que el ni tricto cumplimiento de sus deberes. el mérito de un trabajo que sobre tan inHoi tiene el placer de ver coronados jentes gastos j tanta dilijencia estos esfuerzos i de presentarse a sus costado. Si el Coronel Pined le ha a hubieconciudadanos diciendo: Ved aquí el ra planteado un establecimie nto de fruto de mi trabajo j de mis vijilias; educa cion: si hubiese fundad o he sido útil a mi pais, i esta es la pri- sociedad filantrópica o de fomen una mera i la mas dulce recompensa para hubiese escrito una memoria to: si sobre mí. caminos, sobre agricu ltura &c. creeLos que no han visto la preciosa mos, i lo decim9s como lo sen coleccion del Sr. Pined a no pueden que no habría hecho un servic timos, io maformarse una idea esacta del inmenso yor al pais, que el que le hace al pTecúmulo de documentos que la com- sentar le una biblioteca semej ponen, ni de la solicitud i prolijo es- bien que no quiera desprenderseante, de mero con que ellos han sido reunidos, su propiedad sino mediante una jusclasificados i di stribu idos. Es preciso ta l'etribucion de su trabajo. El Cotener en las manos los numerosos vo- ronel Pined a tuvo el tino i el raro Júmenes de que se compotí.e, hojearlos, talento de emprender una obra rejistrarlos con atencion para admi - en su jénero i de resultados de única mucha rar las raras curiosidades que se ven trascendenc ia para la Nacio n entera . en aquel museo tipográfico. Mensajes, El Poder Ejecu tivo conociendo memo rias, procla mas, alocuciones, un Gobierno ilustrado i que mira que por inform es, esposiciones, periódicos, fo- los intereses de los pueblos i por su lIetos, hojas suelta s; en fin, toda clase propia glori a debe adquirir, si de impresos, oficiales i particulares, posible, un archiv o tan compl le es eto, nacionales i estranjeros, i aun muchos nombrado una comision compu ha manuscritos inéditos forman un con- de dos sujetos idoneos para que esta exajunto de 170 volúmenes. Fuera de minen dicha coleccion i den el inforesto el Coronel Pined a tiene una mul- me del caso, i si, en vista de él, lo titud de otros documentos que aun yere oportuno, compr arla para creno están arreglados ni encuadernados, venga a formar parte de la Biblio que teca de maner a que bien puede calcularse nacional. que cuando la coleccion esté comDesde luego confesamos el deber pleta consta rá quizá de 200 volúme- en que está el Gobierno de adquir nes, i dos de ellos por lo menos forma- la coleccion dicha ; pero ántes ir de rán el índice. apoya r su laudable pensamiento queSobre la utilidad i gran precio de este importante archivo nadie podrá remos tocar esta cuestion ¿ deberá disput ar: esta será algun dia la r ica compr ar esta coleccion el Gobierno, mina que ha de esplotarse para es- o alguno de los particulares que puecribir una cabal historia política de dan hacer de ella el uso a que está nuestro pais; ella ha de suministrar llamad a? Cualq uiera opinar á lo pridatos de gran valor.i noticias las mas mero: nosotros opinamos lo segundo. Tres son principalmente los sujetos intere santes. La historia de la Nueva que pueden hacers e de esta coleccion Grana da, ya como seccion integr ante para escribir o contin uar la histori a de Colombia, ya como nacion indede la Nueva Grana da: el Sr. Dr. pendiente, será sin duda la mas esacta José Manue l Restrepo, el Coronel J oai la mas rica de todas las de los pue9uin Acost a i el Dr. Antonio Plaza; blos Sur americanos, pues casi puede J estos tres señores, no lo dudamos, asegurarse sin exajeracion, que ninguna de las Repúblicas de este con- se hallan en aptitud de hacer la erotinente (salvo yerro) posee un tesoro gacion que sea necesaria. Paréce nos, pues, justo, atendidos los graves de esta naturaleza. embarazos i urjencias del erario, que Nadie , pues, disputará tampoco uno de estos tres sujetos que separa . damente han emprendido la tarea de rejistrar archivos i sacudir pergaminos para escribir la historia granadina, se resuelva a hacer este gasto que ha de redundar en provecho propio i de la Nacion; i luego que haya llenado su mision i esplotado la mina hasta donde lo necesite, pase este depósito sagrado al Gobierno, ya sea en venta o ya cedido jenerosamente, si así se lo dictare su patriotismo; o bien puede conservar su tesoro si no quisiere deshacerse de él, que nadie le pondría una daga en los pechos. Para ent6nces el Gobierno, ya ménos urjido por la penuria en que dejó el erario la funesta administracion anterior, i quizá poseedor de algunos sobrantes, podría con mas desahogo hacerse de la coleccion, dando a ganar a su dueño una suma no despreciable. No han faltado estranjeros ilustrados que, prendados del merito de esta coleccion, hagan algunas indicaciones acerca de su deseo de adquirirla; pero su dueilo conoce mui bien que esta enajenacion sería culpable i poco digna del deseo patriótico que ha presidido a su fOl'macion ; que esta 00Ieee ion en manos de un estranjero se desvirtuaría enteramente i perdería su mérito, su esencia misma, queconstituye el elemento, la base colosal de nuestra historia, el trozo de mármol de donde ha de salir la estátua de la Nueva Granada. Sucedería entónces lo que sucedió, segun se nos ha informado, con varias memorias inéditas del ilus(re CALDAS (1) que despues de su muerte fueron vendidas a un estranjero, perdiéndose así para la Nacion este bien inestimable, "que quizá le hubiera. dado fama i gloria algun dia, como se las darán los demas escritos de este sabio granadino. Sea como quiera, lo que nos importa hoi i lo que nos hemos propuesto en este lij ero artículo es felizitar como amigos al Seilor Coronel Pineda porque lo vemos tocando ya al fin de sus tareas; i como escritores públicos cumplir con el grato deber de darle las gracias por sus patrióticos esfuer(1) Entro olllUl un escolellte Irntado sobre 1M quinu de la Nueva Grallndn. ZQs. Somos granadinos i ardemos en deseos de ver al fin nuestros gloriosos fastos consignados en un libro que se halle al alcanze de todos nuestros compatriotas: en un libro donde nuestros hijos puedan estudiar i aprender las virtudes de sus abuelos, sus grandes hechos, sus hidalgos sentimientos, la nobleza de su corazon, su heróica resignacion i sus enormes sacrificios. Quizá no está léjos el dia en que ese libro vea la luz pública acompailado de una hermosa carta jeográfica que nos haga conocer i apreciar en el estranjero, donde jeneralmente se nos tiene en tan poco; en esa vieja Europa, donde la decantada ilustracion de sus habitantes no ha sido bastante para darles una nocion algo esacta de nuestra posicion jeográfica, riquezas, carácter, razas i costumbres; i finalmente donde hai notabilidades que, apesar de toda su ciencia, ignoran que existimos en el mundo; cuando acá sobre los Andes no hai persona de mediana instruccion que no conozca hasta en sus pormenores los archipiélagos de la Australasia, el Indostan, la Siberia O la Tartaria. • ESPERANZAS, Si las rancias i oscuras ideas, herencia lastimosa de tiempos desafortunados, que hoi se encierran en no pocas de las clases de nuestra sociedad estorbandoel paso libre ala verdadera civilizacion, hubieran de poseer siempre el mismo vigor que han ostentado en las épocas de nuestro duelo i que parece que todavía conservan, mui tristes i ajadas deberían ser las esperanzas de los granadinos de corazon, mui tempestuoso i aterrador el porvenir de nuestra Patria. Pero si, como es natural que. se juzgue, tantas creenc ias absurdas, tantos añejos despropósitos han de desaparecer en breve con todas las preocupaciones i falsos juicios que no tienen mas abrigo que las rotas calaveras de uno que otrO fanático uno que otro retrógado neto i alg~nos centenares de hombres sin conciencia ¡sin corazon que, por el " i" "f¡!!. U: RiU U R!ltllll. tl iRURU.Q.Ltli.!Ul.Ullsut!l R (1 9.RUiUtl.ll5Ut ~U:R 11119. 5Ut!Ul.1I1.!lU: iR R ansia de medrar, sacrifican cuanto de todavía no tenemos, porque el colonia· mas caro existe sobre la tierra, brillan. je peninsular solo nos dejó una herente i rica de interes aparece la perspcc- cia de errores para. que nos destruyetiva de nuestro pais alojo que la ob- Tan, sepulcros i seilales de ca~alsos ~n serva con el cuidado i la atencion que que espiraron nuestros mártires, tlCse merece. rras hechas fértiles con la sangre de A la sombra de nuestras institu- mil valientes, estension inculta, mares ciones democráticas crecen i se desiertos, i fanatismo, ¡pereza i un desarrollan principios vitales que son torrente de vicios ¡perniciosas costumel apoyo, no solo de pueblos na- bres que aumentaba el océano de cien tes que empiezan a andar el largo nuestro infortunio i de nuestras nececamino de su prosperidad, sino tam- sidades_ Nuestra historia se halla esbien de aquellos que se encuentran ya crita con sangre por la mano de los a una altura considerable de civiliza- españoles, bárbaros en el siglo XV cion i de poder. La Nueva Granada cuando vinieron, empujados por el mantiene en su seno un jérmen de hambre, donde los indíjenas a vendergrandeza, una fuente de dulces i hala- les la cruz trayendo el cielo en los lagüeñas esperanzas. La juventud que bias i el infierno en el COl·azon; bárbase levanta es la falanje omnipotente ros en las tres centurias de su domique va a reconquistar los santos de- nacion durante las cuales nos negaron rechos de una nacion que, como la los derechos de semejantes suyos i nuestra, habrá de ocupar un puesto quisieron arrebatarnos hasta el prividistinguido en el mundo; porque lejio del pens:amiento concedido por Dios la señaló como la tierra de pro- Dios a nosotros en tanta abundancia i mision, i por esto derramó en elJa las con mejores resultados que a ellos; i facciones de un jigante i dejó estam- bárbaros mas que nunca en el siglo padas en sus montes i en sus valles, XIX cuando creyeron que las bayoneen sus selvas i campiñas, en sus rios itas podían remachar cadenas que el en sus mares las insignias de \.tna reí- Cruzificado bajó a romper. De esta na vírjen sobre la cual tendió ese velo manera en nuestra historia solo se enazul salpicado de estrellas, terso i diá- cuentran estas palabras, crímen, escla_ fano como el cristal. Los sentimientos vitud, sang1·e en millones de pájinas, jenuinos de la juventud ilustrada i Libertad en una sola, pero en una páamante de la gloria son grandes, por- jina eterna. Nada, pues, tenemos, sino en donque en las almas nobles, en los pechos jenerosos no caben jamas las ideas de tenerlo todo. Unase la juven. rastreras de un espíritu degradado. ventud como muchas fuerzas que han Adoradoresdela Libertad,comohom- de producir un mismo efecto. Pero bres no corrompidos i como America- solo llenarán los jóvenes sus destinos nos que no saben ser esclavos, ni po- abandonando las rastreras cuestiones drán aprender a serlo nunca, los jóve- personales tan comunes en nuestro nes de nuestra Patria buscan la Sabi- pais; desentendiéndose de las materias duria i cultivan las virtudes, porque de baja política que nos embrollan saben que esa~ dos lámparas nodansi- hoi; dedicándose al estudio de lo que no unasolaluzque, como la eterna que positivamente interesa j acallando las arde en el santuario de Dios, es la uni- viles pasiones que embotan el alma i ca que puede guiar sus pasos entre los emponzot1an el corazon; dejando de escombros delo que pasó i las espesas ver un enemigo en cada hermano i sombras de lo porvenir. un rival odioso en cada émulo; destruPero si poderosa se presenta esta yendo la fatal idea de los partidos, partedeljénero humano, terrible i difí- porque enla Nueva Granada realmencil tal vez se ostenta la escelsa mision te no hai mas partido que merezca que le está reservada. Ella debe con- atencion que el de la Libertad, en cuquistar para su patria un nombre ¡lus- yas filas se encuentran todos los ilustre i que encierre en sí solo toda una trados i todos los patriotas j i formanhistoria de grandes hechos,nombreque do todos una ígual i compacta en cuya 60 ~R. R. ~U i RRUR Ri RRR.lt9JU!~~RR g~u.. Rfl.R fortaleza se estrellen las calamidades i los contratiempos inevitables, i cuyo vigor lleve el pais todo acia adelante, aunque con lentitud, pero con regula. ridad. Esto le toca hacer a la juventud, porque la jeneracion caduca está pensando ya, no en vivir mejor, sino en saber c6mo ha vivido, porq ue ve que le llega la hora de rendir cuentas al Todopoderoso . Dios nos ha colocado en un pal"aiso i parece que en su Etcrnidad se ha parado a contemplarnos.. Nada le falta a nuestra Patria para ser grande si los jóvenes comprenden esta verdad i trabajan para conseguirla.. La vetusta Europa ha empezado tal vez mui tarde la obra de su rejeneracion : en su seno hai todavía mucha escoria; no han muerto tortas las semillas de maldicion i de esclavitud que los siglos han ido sepultando en su pecho . A ella no le queda, por decirlo as!, otro porvenir que el de la expiacion; en su frente ajada, debajo de la ceñidura de la corona que siente ya que se le cae, se ven las manchas indelebles del crímen. La América, no! Apoyada por la cresta de sus Andes en el cielo, arrullada por sus océanos infinitos, entre el estl"uendode sus torrentes i el susurro de sus palmares, percibe las májicas en tonaciones del jenio de sus destinos. Su corona es de estrellas, su porvenir la Eternidad, i Dios que la creó hermosa como el sueño de unánjel, la proteje con sus dones i la anima con sus miradas . • EL MAYOR PESAR. Oh ! quién \'eNOS escribiera! i Qlliéu su alma toda ontera, Ardielldo, arrojar pudiera Sobre 01 angosto paj)61! M88 aquel que en otros diM R is88, 1101'08, nlegn88, I O&Cnrll..!l melaneolfM, Pintó con vivo pincel, len linerul do luz i fuego Vació, freuético i ciego, De amor su desllS06iego, UII amor dejUl'cntud! Hoi, cauh'udo, euvcjozido, Su COflllOIl dcsaurido ~~g~RgRRR~RR~RR~RiR~i~ Ni alcanza a dar un latido, Que ya perdió@u virtud ! Sí! mi cornon 110 ama j Por ningun objeto clama. ¡ Solo siellte que lo inflama Su necesidad de amor! 1 una vida que fustidia Llc\a flojo i con desidia, Sin afecto i aiu envidia, Sin placer i SiD dolor! De amor tal vez el halago, Cual obra falaz dc un mago, 1\Iiro eu horizolltf> vago Como en mi primera edad! l\las prollto el Clladro BO cubrc De niebla qllo n mi lo encubre, 1 el ojo al fin no descubro Ni ilusiou ni realidad! En los di88 de mi infaucia, Mecido en dulce ignorancia, Armonía, luz, fragancia, Para mí la vida {uf.'! . ¡ Fué elsuefio de la inocencia! Deepues, en mi adolescencia, De amor penetré In c86ncia ; Nadie me amó, mM yo amé! Amé con amor violento, Con amor siempre en aumento; De mi propio sentimiento, De amor tan 8010 viv!: 1 en altó, Mjos del suelo, Lanzado en iumen80 vnelo Un nuevo nnivef80, UII cielo, Se reveló dentro en mí! 1 en sus profund88 rejioncs Corrí ébrio de pasionel 1 de estralias sensaciones Hebetó mi coraton! Ah ¡.tírdida irreparable! Mi COfflzon miserable, Que illfiuito, inagotable, Yo areL ........ ; me hitO tmicioll! 1 hoi ............ lloro, s(, lloro en vano. Ah ! no es mi cabello cano, Ni mis arrugas de anciano Lo qno lloro si ll cesar: Es el fuego de la. vida! Es la llama ya estinguida! Es mi facultad perdida, Mi gran {acuitad de alllar! JOSE E. CAlO . =-c ...... ~ 1!!!!!ii' ~ C» . ""!"'''"'' \(ll.llURS! ~ ~stR. tl9."•••••• 1IO ••"."."."•••••• 0 •• o "."."."". . LA BU ENA VIEJA. (Tradaccioa Ilura! de Bernger). Al fin viejn serás, amnda mia ¡ 1 yo no aliviaré tu soledad, Que el raudo tiempo a mí por cada dia Me cuellta dos de mi pasada edad. Sobrevíveme, pUI!S j maa invencible Nuncs al olvido mis canciones des; 1, tomaado al hogar fuego apacible, Mis canciones repite eu tu vejez. Cualldo la vista por tu fnz rugosa Busque In hermosa faz que me insllir6, La juventud preguntará curiosa: " LQuién, pues, fué aquel que amaste i que te amó1" De mi amor pinta eutóncea, si es posible, El ardor, 188 sospechas, la embriaguez ¡ 1, tomando al hogar fuego apacible, !'Itia caneiones repite en tu vejez. 61 stR.!!!! !!lU.!UtJl.!! tlll!!!! 1I tll! I! 2ll!!~ I! 20/ Mi corazon ! eu él cual siempre reinas, Eterao eo él aun vive el mismo amor, Aquel amor que \0. U(lcer hiziste, Que solo morirá muriendo yo! No! ni aun entónees morirá, Delina! Mi amor, mi bien, mi orgullo, mi blasan, Mi alma inmortal lo llevará consigo Al pié mismo del troliO del Señor! Prooto quizá ... la muerte cerca tengo ..• La odiosa muerte vaga en mi reedor .. . Es alta noche.,.el enemigo eufrente .. . Tal vez mañana callará mi voz! Si esta es mi hora postrera, tuya sea! Todo el amor de que capaz soi yo, T odo en mi pecho concentrado i junto Yo lo ofrezco, Delina, i te lo doi! Lo aceptarás 1...Qué se oye LEI enemigo! Al arma suena rOllCO el atambor ... Trueoa el bronce ... Mis annas! mi caballo! Ob ! dáme alguoas lágrimas! Adios! Campo de la Cruz, 184I. JOSE Diraute acaso: "supo ser amable 1" .. Yo lo amé!" sin rubor responderás: .. L De algaua iu{amia se mostró culpable 1" Cou orgullo fCl!p6lldeles: jamas! Ah ! dí que fiel, de coeaton sensible Con tenlUTa un laud pulsó tal vet; 1, tomando al hogar fuego apacible, Mis callciones repite en tu \'ejet. T-o, que la patria a amar tengo enseñada, Dí a los hijos entóllCC8 del bonor Que en mi tierra invadida;desgraciada Yo canté la esperallla i el amor! Recuérdales que el Abrego terrible SIlCÓ de lauros nuestra inmensa mies; 1, tomando al hogar fuego apacible, Mis canciones repite en tu vejel, ¡ O amada mia! Cuando el nombre ,'ano Que deje yo consuele tu dolor, I en mi retrato tn temM08a mano Las primaveras l'(lDga alguna flor, Loe ojos alla al cfrculo in"isible Donde hnbremos de uuimos otra vez, 1, tomando al hogar fuego apacible, Mili cauciones repite en lu vejez, JOSE E. CARO. EN VISPERA S DEL COMBA TE. Tristes, mortales, cérrense mis dias; Hoi como ayer, mai'íaua igual a hoi: Campoe, montaliaa, cielos, todo cambia; Pero no cambia, no, mi coralan! E. CARO. CRONICA . SOCIEDAD LÍRICA-Esta Sociedad. que existe ha mas de un año, está organizada sobre bases altamente filantr6picas, pudiendo apellidarse tambien de ausilios mutuos, a semejanza de las que en otros paises se forman con diversos objetos. Con arreglo a sus institutos la Sociedad tiene que socorrer con sus propios fondos a aquellos de sus miembros que se ven en la indijencia, postrados por las enfermedades o inhabilitados para trabajar; costear las exéquias de los que mueren sin dejar con qué hacer este gasto, &c. Compuesta en su mayor parte de los profesores de esta capital, i teniendo por base o núcleo los que asisten al coro de la Catedral, ella ejerze un grande influjo en todos los demas individuos que se dedican al arte, i en el buen éxito de todas las Imstas sagradas que se celebran en esta capital. El primer aniversario de la instalacion de la Sociedad lírica se celebr6 el dia 12 de mayo en la iglesia deSanto Domingo con una solemne funcion relijiosa, precedida de un novenario no ménos solemne, He aquí los datos que hemos obtenido acerca de las piezas que se ejecuta~ • 62 "fll.!UI: ll.ll. tU RUS!.U.l l.ll..U llSl SI (I!t !!.2.5UUU!.2JI.!Ul:ll.."'''f-ltO !l..U .Vii!! !t Q Q o o !t !1.11.IU9.ll!Ul:u. !!i..U.Q.UIU Slll.ff ron en los nueve dias de la novena, i el de la fiesta, para la cual se convid6 con tarjetas lujosamente impresas. , PRIMER OlA. Sinfonía de Beethoven en do menor, a toda orquesta. Introducion del Stabat Mater de Rossini. SECUNDO OlA. Sinfonía de Beethoven en mi bemol. Aria núm. 1.0 del Stabat lJIlater. TERCER DlA. Obertura de la Muda de -Portid de Auber. Coro Virgo Virginum de Haydn. CUARTO DlA. Sinfonía de Beethoven en do menor . Aria coreada del Stabat A-Iate1·. QUINTO OlA. Sinfonía de Ries. Duo núm. 3.° del Slabat. SESTO OlA. Gran sinfonía. de Weber. ' SETUIO DIA. Sinfonía de Beethoven. Duo del Slabal. OCTAVO OlA. Obertura del Solitario de CarafTa. Aria núm. 4. 0 del Stabat. NONO OlA. Sinfonía de Ries. Final del Stabat. DlA DE LA FIESTA . Obertura a toda orquesta de la Italiana en Arjel-Rossini. Id. " "de Lesloqc-Auber. Gran Misa Imperial de Haydn, a cuatro vozes. Final de la 5.· sinfonía de Beethoven i otras piezas. POR LA NOCHE. Salve solemne. Final del Slabal Maler. Overtura de la Norma-Bellini. Asistieron al coro muchos individuos de la orquesta de la Sociedad Filarmónica, inclusos su Presidente j Director, lo que di6 un personal de46 operarios en esta forma: Instrumental-4 violines primeros. 6 segundos--4 violas-3 violoncellos. 2 contrabajos-4 clarinetes-2 oboes. 2 ftautas-l píccolo-4 trompas-l trombon-l oficleide-l clarín-l corneta piston-l par timbales-l trián. gulo. Vozes-2 sopranos-2 altos- 2 tenores-2 bajos. ACADEMIA DE LA UN JON-Tenemos muí buenos informes de este nuevo establecimiento de educacion, sito en la calle de San José. Su Director el señor l)lanes Battlle es, segun tenemos entendido, un sujeto recomendable por su instruccion, consagracion i buenos modales. Los ramos de enseñanza son: lectura, escritura, aritmética, jeografia e idiomas. Con placer vemos que los establecimientosde educacion se multiplican en la capital; i ya era tiempo de que así sucediese, pues la poblacion crece a buen paso, i los niños sobretodo aumentan estraordinariamente. Seis colejios de niños (el Colejio del Espíritu Santo, el Colejio de la Concordia, el Colejio de Santo Tontas, el del seI10r Gutiérrez de Célis, el Colejio militar i el Seminario) i tres de niñas (el Cole· jio de la Merced, el de Santa Jertrúdis i el de la señora Sisla Pon ton) no son bastantes para satisfacer las necesidades de la educacion de la juventud en la capital i provincias adyacentes. Por lo mismo no es de temerse que los establecimientos de menor escala perjudiquen a aquellos; ántes por el contrario estos ultimos están destinados a recibir a cierta clase de niños cuyos pocos recursos no les permiten entrar a las grandes pensiones. Deseamos que el señor Planes sea protejido, j que, con la concurrencia de un crecido número de alumnos, pueda plantear su Academia bajo mas sólidas bases, a fin de que sus conocimientos sean de utilidad a nuestro pals. PIJBLICAclOm:s NUEvAs-Hasalido la 2.- entrega del Parnaso Granadino en seis pliegos de esmerada i escelente edicion, Contiene poesías escojidas de los señores Francisco Javier Caro, José, E. Caro, Sra.. SilveriaEspinosa, J. M.Garcí. de Tejada i Gre- ~__ l.'nI:~~-=== " . ~Ull~..u!!OQQ UU..lllU.!! gorio Gutiérrez González, sobre las . ..lo cuales haremos despues, no unJ~lc crílico porque esto no sería posIble, pero sr'las observaciones que u~~stros escasos conocimientos nos S?Jlcran. En la parte correspondiente ms~rta . mos tres muestras de las que contie ne esta segunda ~ntrega, las. cuales peno sábamos pubhcar hacíadlas, pues,poseemos los orijinales aut6grafos 1 e~ permiso corpespondiente del autor; I aunque los Editor es del Pa1'naso, se nos han anticipado, no hemos quend o renun ciar a nuestro derecho, L~ ~omposicion titulada La, buenq VIeja es unafelizísima traduc clonde Beranger, i es tan fiel i esacta que cualquiera que se tome el trabajo de compa rarla con el orijinal franc~s la, hallará traducida literalment~ 1, casI palabr a por palabra a nuestro IdIOma, Con l~ entrega siguiente se completa el pnme r tomo de la obra, la cual consta rá de dos, No creemos necesario e~citarel patriotismo de nuesl:T0s conclUd&danos para que con~l'Ib~y~n con ~us suscriciones a cubrir siqUiera, los ,IDjentes gastos de esta bella pu?llcaclOn que hace honor a nuestr a hteratul'a, - El señor Joseph \Vatso n Ve~.Va: len, dentista de los Estados-Umdos ,1 residente en Bogotá, acaba de pubhcar un esceJente libro cuyo título es: o,bser:;;aciones s~br~ la estructura,jistolopa, analomla t enfermedades de los ~ientes: ,Su mérito ~s incontestable I su utlhdad tan eVidente, que no dudamos recomendarlo con encare : cimiento a toda clase de person~~, ~ sobretodo a las madres de famd,la I Directores de casas de educaClon. Aunque escrito en parte científicamente, su estilo es tan sencillo, tan claro i ~an ~:~cjso, i su l~nguaje tan llano e mtehJlble, q,ue esta a,l alcanze de todo el mundo; I este ha sido el objetode su apreciable autor par?- hacer fructuoso su trabajo, Los certificados j otros doc~mentos de que va acom· pañado el hbro del doctor Ver-V,alen son altamente honrosos para él, I dejan ver que su libr,o~o es el re~u,ltado d,e la charl~tan~f1a I del em~lfIs:n0, smo de la cI,enCla, de la prácti ca 1 de la observaclon, Recomendamos de itlUiU 63 ~Ujl~UJ.iU!tR.Qll.9..Q.SI'" .. nuevo, principalme1nte a losdJ6vten.edsd~1 á mb~s s exos e em . a : . la ectura b1' conCle nClOsa de esta litl pu ¡CaClO D. TEAT Ro-La tempo rada que con· conclu yó en la seman a antepa sada ha sido abund ante en huena s piezas: casi todas las que se han 'puesto en esCCDa son ~sc?jidas i mUl del g?st? de nuestr o pubilco. Entre, las prll1C1pales se cuenta n Frai LU1S de Le?n, escelent e drama, bien ejecuta~o I poco concurrido, rrofun dasem oclOn esdescubrimos en muchos espectadore~, satisfaccion jeneral, aplausos repetidos; pero tambien risas estempor,áne~s. conversaciones importunas, rUidos mdiscretos de palcos que se abrían a deshoras, de pisadas &c, , Sigui6 el1 3 el famoso 1 nu~ca ~)Ien ponderado Tasso, t~n aplaudido 1 admirado en esta capital cuanta s ,:ezes se ha representado, Much as lágrlma~ corrie ron esa noche en los palcos 1 muchos bravos se oyeron en el patio, Las damas son tan amantes ,de I~ poesía i de los poetas, •• ! La hl~tonadel desgraciado Tasso es tan tl'l~te, tan intere sante • . .. ! C6mo no tflbuta~' a sus infortunados amores un suspiro siquiera . . . . ! Hubo en su representucion escena s felizísimas, pero se oh. serv6 con razon que el papel de n~l . monte no estuvo mui bien ejecut ado, r que el actor no lo sabí,a '!lui ?ien, La señori ta l\fati lde se dlstmgUl6 en el papel de Florela, que ejecut 6 con toda propiedad, El 17 se repiti6 el Trovador, que es otra de las predilectas de Bogot á, La concurrencia, si no tan numer osa como la del "Tasso, fué sinembargo bastan te buena. De la orque sta qué direm os?. ,a ratos escelente, a ratos pasable, a ratos, . .•. ,pero mas bien queremos aplaudir que censu rar, L a señori ta Obdulia se presen ta ya con mas confianza, sin duda porque ha notado que van entran do en razon ciertos cachacos demasiado exijentes, por no decir otra cosa, que dándol,a de optimistas i de un gusto mui deh. cado hallan malo todo lo que es nuestro . . . Esta es la causa porque en nada podemos progre sar: sin estímulos, sin tolerancia, sin indulje ncia mútua i '\ M ~~ ~_-.:J"II§J:';::c». ~u. Q\l 5I:!! 22!ti!! st2211. u..R.1l Q RP.ll..IlIlIl.R.ll!l:.U..U.2!1:!I: 1I..lUl91l!U!.SU!!!.2ll!l:!!. RIUtU IlU.Sl.UtlU.lU!!!. R Ia!!.!!.!!.~ por lo que sea nacional, sin correjirSOCIEDAD FILARMÓNICA El miérconos los def~ctos con blandura i huenas les último tuvo Jugar el 25 concierto. palabras, Jamas podremos adelantar Alguna variacion notamos entre las un p~so: la ~xasperacion i el fastidio piezas anunciadas en el programa i desahe~tan 1 hacen retroceder en las que se ejecutaron; posteriormente cual9U\er carrera. hemos sabido que esto dependió de El 20 se representó por primera accidentes imprevistos, como la enfer· ve~ un bello drama de RUBí, titulado medad de dos de los individuos que Rwera, o la F?1"luna en la prision. debían desempeñar una parte princiLos que para Juzgar del mérito de I pal. La falta, sinembargo, se suplió una obra se guían por el nombre que Ide manera que no se hizo notar. Por esta I~eva, concediéndole o negándole primera vez tuvimos el gusto de oir a sus simpatías. segun que tl}l nombre las señoritas Peiias en un duo de la les agrada o disgusta, suelen engañar- Elisabetta. Aunque su voz no es mui se con frec uencia i llevar chascos, fuerte, tiene la apreciable cual idad de que casi nunca los hacen escarmell- ser mui afinada, dulze i desembarazatal'. Tal sucedió sin duda con el Ri- da, por lo cual fué este duo mui aplauvera, cuyo título prosaico i humilde dido. Esperamos oir a las señoritas previene mui poco en su favor; ijuz- Peñas cantar otra vez en la Sociedad, gamos fué la causa de la poca concu- i desde ahora les asegt!ramos que serrencia de aquella. noche. Esta com- rán oidas con gusto. La concurrenposicion sinembargo, si no es de las cia fué numerosa i luzida. Sabemos mejores de su autor, tiene mucho in- que la Sociedad prepara para el20 de teres por su bella versificacion, por julio un magnífico concierto, para ellalgunas escenas magníficas i por los yo buen éxito se esmerará con todas caracteres principales. Su argumen- sus fuerzas a fin de que sea uno de to es sencillo, casi trivial; pero esto los mejores que se hayan presentado mismo realza el mérito de la obra. La hasta ahora. Si esto fuere así, como ejecucion rué escelente. La. orquesta no lo dudamos, será gran lástima estuvo animada: Beethoven i Lanner que el concierto se dé en el salon que hizieron el gasto. actualmente tiene la Sociedad,endOIlPara el domingo próximo está de nada puede luz ir por mas csfueranunciado el drama titulado Diana zos que se hagan. de ClI.ivrí, traducido del ti·ances. HeEstá recaudándose ya el primer mos leido este drama i nos parece contado de las acciones tomadas para exelente en su jénero, ya por su mo- la construccion del nuevo Salon; i por ralidad , ya por sus interesantes esce- lo que pueda suceder recordamos, que nas. Juzgándole digno de aplauso, no dicho primer contado es dedos quindudamos que sea favorecido con una tas partes del valor de cada accion, buena concurrencia. es decir, de cuatro pesos per accion : No concluiremos esta lijera resel1a que el deposi tario de estos fondos es sin preguntar cuándo será "que el el seilor Raimundo Santamaría: que dueño del Teatro, movi éndose a com- el recaudador es el seiior Juan Oscar pasion i oyendo los clamores del pú- Levy ; i que este seilor est~ el~carga ­ blico, quiera ceder siquiera el procluc- do de entregar a cada aCCionista los to del arrendamiento de una sola no- bonos que le correspondan, firmados che (que son 25 S) para ayuda de una por laCo~lision respectiva. Finalmenmiserable decoracion! E l Teatro ha te advertiremos, que ya se han comenestado ocupado constantemente todo zado los trabaj?s del nuevo salon en el afio anterior i el presente: poco se- el terreno destmado al efecto. ría el perjuicio que resultaría al duefio de esta. lijera concesion. -----Bogot --TOMO --l. á, --1.' de --julio ----------~~ de 1849. EL 11'lllSE<O . • NUM. 5. cion en ámbos mundo s han debido ser, de todo punto diverEn obsequio de aquellos de nuestros SOS, i la memoria de unos ¡otros puelectore5 que hallan el placer en la va· bl05 se ha poblado de recuer dos que riedad, suspendemos por hoj nuestros por la mayor parte no teníar'l. entre sí articulos sobre mal uso de algunas relacio nalgun a. Laim ajinac ion,pu es. palabras para contin uarlos en otro al sacar de la memo ria semej antes reN.O, i en su lugar les damos ulla mues- cuerdo s para crear 5t:5 conce pcione s, t1'a de ta exelcnte obra del Sr. Jil i ha debido produ cir obras de natura leZárate, illanu al de Literatura, tan 1.3 totalm ente distinta; j [a parte varia celebr ada como escasa, a lo ménos en ble del gusto depen diente de estos reesta capital. No hai duda que nuestros cuerdo s;de estos elementos contra rios lectores qanará u con u~ura en el cam- de belleza. ha tenido que dar al gusto bio i que los l!ficionados nos darán las de los pueblos: bajo ámbas civi[iz aciogracia s por el obsequio que les hace- nes, un caráct er especial, con notables mos. diferencias. La cuestion de romanticismo i cla- I El olvido casi absoluto en que ducisismo está siempre al 6rden del dia, rante muchos siglos estlwi eron la mapuese sdeaq uelJas alascu alesno pasa yo1' parte de las obras de la antigiiela moda, i cuya discucion dura siglos dad, arraig ó fuerte mente el nuevo entero s; por lo mislno ella tendrá siem- gust" en Europ a, i cre6 una litera tupre interes i novedad, segun el modo ra. Cuand o aquellas obras se dese.ntede tratarl a. rraron , i esparciendose por todas parD~,.,'rellcias esenciales entre la lile- tes fueron estudi adas i comprendidas, raluro antigu a i la moderna. las bellezas que encerr aban, unidas al Clacis ismo- Roma nlicism o. peso de la autori dad que llevaba cons iCuando atendemos ala enorm e di- go todo cuanto procedía deuna era de f~reucia. que. exis~e. ~ntr~ la ci \'iliza- I ~splendor i glori.a, hu?icron de dar orí· clon antlgua.1 IaclvlhzaclOll mo?erna. ; . Jell a U!la reaCClOn; 1 el entend imiena la re\'oluClon tan porten tosa 1 com- to \'acJiante entre los hechos antirfuos plela que ha tenido lu,gar desde unos i los modernos, dudó en conced ~r tiempos a otros en relijion, gobierno,. victor ia a uno de lo::; dos gustos la. , emuso~ e ideas, podemos asegur ar que los prendi endo una obra larga de compa antiguos i modernos han vivido en raciones j combinaciones nuevas ~ para dos mundos entera mente distintos. fijar definiti,"amellte el tipo de la beLos hechos recojidos por la observa- lIeza". Hubo pueblos e intlivi duos que pol' consig uiente . 66 :.::l:JI:.J ~ -.:..:r ~..-e::~ . ~2~~~~222222~~~~~~~922~2222~~~~iS2~~9~2ii2i29~~~~9QQ~2ii~~9Jj" se decidieron por las formas de la lite· raturaantigua,aunque cediendo siem· pre en algo al inHujo de las modernas Ideas: hubo otros que persistieron en el camino nuevamente abierto, i se lanzaron de un modo resuelto en él para crear con fecundidad portentosa obras que en nada se parecían a las que los primeros admi raban : hubo en fin lucha s entre ámbos sistemas en las cuales alternati\'amente ll evaron uno i otro lo mejor de la batalla; mas por último, reconocidos todos los campos, anal.izadas la s causas i los efectos, el entendimiento ha venido a decidir que ámbos sistemas pueden ser lejítimos; que, producto de diferentes civiliza· ciones, los elementos de belleza que cada una de estas ha suministrado, a unque de diversa naturaleza, son igualmente aceptables, porque los úl. timos, pOI' nuevos, no eran malos; resultando de aquí dos jéneros de belle· za a la par admirables i· que no se escluyen el uno· al otro: así como el que sea una rosa bella no sc opone a que un clavel tamblel1 lo parezca. Para ac larar nuestro pensamiento, necesitamos entrar en algunos porme· nores sobre la civilizacion antigua i moderna. i dar una idea de las causas que establecen entre ellas tan profunda diferencia. Al habl<lr de los anti. guos nos referimos solo a griegos, por· que su literatura es la que mas cono· cemos, fuera de la latina, la cual no es mas que un reflejo de aquella, i por decirlo así, una misma literatura tra· ducida a distinta lengua. L os griegos vivían en medio de una sociedad prim itiva, i eran por c~n si. guien te mui poco varios los elementos de su c ivilizacion: asi es que la senci1Iez fué el caractcr predominante en todas sus obras. Cercanos todavía a la naturaleza,se hallaban identificados con ella i la reproducían con una ver· dad ad mirable. P resen tándose a sus ojos en toda su hermosura si n que los caprichos del hombre la hubiesen desfigurado, tenían la mas perfecta idea de la belleza esterior i de las formas; pero esta idea jamas se separ6 de la de sencillez; ántcs bie n, se consideraban las dos tan in Lima men te unidas, qu.e lo " senc illo era requisito ind ispensable de lo bello. Por lo mi:;;mo que eran los primeros observado res de la natura leza , se pararon solo en las formas esteriOl·es, reproduciendo los fen6menos visibles si n indagar sus causas. En su pintura se proponían únicamente imi. tal' sus alas; i cuando retrataban al hombre. tampoco cuidaban mas que del hombre esterior, sin profundizar en sus afectos interiores. Cierto es tambien que estos se limitaban a los ímpetus naturales del corazon humano, no moderados todavía por una ci. vilizac ion avanzada, i sin mas freno que la fuen;a. En presencia del indio \'iduo. solo el temor los contenía; en pre:;;encia de la soc iedad, solo una lei opresora los hacía enmudecer ; en pre· sencia de la divinidad, solo un destino inflexible determinaba su curso. Fatatifimo en la relijion, abnegacion de :sí 'propio en política, materialismo en las ideas, amor de lo bello, i sencillez en todo; tales fueron los caracteres del pueblo griego i tales los que se reprodujeron en su literatura, parti. cularmente en la d ramática sue es siempre cl reflejo mas fiel de la civili· zacion de un pueblo. Su fata lismo hacía que los dioses intervinieran en la trama i dcsenlaze de los dramas, hasta en las pas iones que animaban a los pesonajes i en el lenguaje con que se producían. Como escfuvos de la socie· d~ld , casi todas I:.l s Irajedias i comedias ten ía n un fin político. Por el materia. lismo que los dominaba, jamas había lucha de afectos, sino laespresion sin rebozo de pasiones vehementes. Su sencillez les hacía huir de toda como plicacion en los argumentos, i su pasíon por lo bello no permitía sino fo ro mas regulares, aunque se pecase por frialdad i monotonía. Todo su sistema literario está, por decirlo así, personificado en la estatua griega. Des· nuda de adornos supérfl uos i ais lada, buscaba solo la sencillez i la regulari. dml en las formas; i así como en un principio no se esculpían grupos, los cuales solo fueron ya conocidos tarde, así puede decirse -que en literatura i en todas las artes no se conocían tamo poco, presen tandosc los objetos, como • :E::~ ~..:J_~~_ 67 ~u.R.2lI. !liuu. 'U)I SI Q 1111 11 R1111 SI U 11 11 11 Q Q 11 St!lR!lJUtR.!tSl!l !l5tU lUI í1Jl9.U U 9.99)1 SI R)1 USI í1j¡ U SlUJIJ2 RSI RII!&' en los bajos relieves, sin combinacj~n, sin complicacion de ninguna especie. De estas condiciones indispensables de aquella civilizacion especial se lIegaron a deducir todas las reglas de su d ~ Jos fen6men?s, las estudia i las esplica; 1 despr~cl(ldor de la belleza corporal, solo estima !a del ah~1a: Con ella. dejó de se.re,l fatalismo la Ulll ca no:ma de las aCCJon~~ humanas ; el hbre sistema literario ; reglas que fueron albedrío permltl6 que ,estas ,fuesen formuladas en los c6digos que al efee- buenas? malas, ,segun .1~lntencJOnque to nos ha dejado la antigiieda~; pero las ocasionaba, l. 3chllludo el fre,no de que por lo mismo no han podido ser la vol untad {'ropla,. hu?o lu?ha I con· todos aplicables aolTOS sistemas naci- traste de alectos, I diversidad en la dos en medio de civilizac iones mui conducta de los hombres. Con ella distintas. e n fin se ennoblez ieron ciertas pasioCon efecto, si de los pueblos anti - nes; i adquirien~o una imp~rtan~ia guos pasamos a los modernos, ad"Ver- que ántes no tenw.~, .cre.an:msHuaclotimos desde luego entre ellos una ~ife- nes, enjendr~ron .VICIOS 1 vlrt.udes que rencia esencialísima, cual es la dlver- no se conoeJan 1 que contribuyeron sidad de elementos que han entrado a a la complicaciol1 asombrosa delnue • come.0ner la sociedad de unos i otros. va estado del hombre. Entre estas p~siones nuevas, aunPocos i uniformes en los primeros, son muchos i contradictorioscnlos segun- que parezca. paradoja el decirlo, fué dos. Por esta razon la sociedad anti- la principal el amor. El amor que gua lIeg6 en breve asu mayor perfec - tanto papel hace' en la literatura mocion i la moderna ha tardado muchos derna se muestra apénas en la griega, siglos en organizarse, no pudiendo ni aun en el teatro donde mas papel decirse aun que haya llegado alresul - ha hecho s~mpre . Solo una traje~ia tado final queprornete la combinacion griega, Fedra, se funda en él; j ~un al lí de aquellos elementos. De quí mayor no se presenta como una paslon na. complicacion en las relaciones socia- tural, propia del hombre, sino como un les, mas variedad en los afectos i castifJ"o impuesto por el cielo. Mas caracteres, n~as oscuridad en los ¿ c6n~0 era posible que el amor se prehechos, mas dificultad en conocerlos sentase en la ltteratura cuando no i esplicarlos. De aquí desterrada la ! existía en la sociedad? Para que haya sencillez primitiva. para dar lugar a la amor en la ~ociedad es preciso que co~fusion intrinc.ada. 1?e aquí la n~- haya objeto en quien recaiga ; i ent6ucesldad de mas tiempo I mas e.spaclO ces, por decirlo así, la mujer no exispara desarrollarse los hechos 1 darse tíae Los griegos pusieron, a la. verdad, a conocer los hOl1lbr~s. Po~as pala- entre sus dioses a Cupido; pero Cubras ba~taban para pl~tar al lmpetuo- pido no es el amor verdadero: es solo so AqUlle!;, a~ sober?lo Agamenon: el deseo, el apetito, única cosa q'le los acaso es preCiso un ilbro entero para antiguos conocían. La mujer no ha revelar los arcanos del. corazon de un exi::.tido para el amor·, sino desde el momento en que ha sido emancipada. Cromwell o de un rehpe 11. El primer elemento que entr6 a Para hacer otra cosa mas que desearcombatir i modificar la sociedad anti- la, para amarla realmente, era preci. gua fué la. sustitucion del cristianismo so ennoblecerla, hacerla igual al a la relijion anteriormente establecÍ - hombre: i la mujer entre los antiguos da; novedad que solo ella debía ser fué siempre un ser mui pr6ximo al escausa de una revolucion asombrosa clavo. No les inspiraba mas afecto en todas las cosas, Í principalmente que el que produce la contemplacion en la literatura. Con la relijion cris- de la belleza: la. amaban como la mas tiana quedó destruido el materialismo '1 bella entre las cosas bellas; pero la que predominaba en todas las obras amaban como amaban una bella esantiguas, reemplazándole aquel espi- tatua, como amaban un hermoso temritualismoque,sincuidarse delasfor- ¡ PlO, como amaban un pensil ameno, mas esteriores, penetra en las causas cu.al un objeto destinado solo a procu- I I • ~~ 1.9_-.:71!11!W1:lE:: «:» • \f22292~22222~292~22~2Q92~9229~22 R2222~~2~~~99~92R~R9RgR9RgRRR~RRl~ T3r deleites. La emancipacion de la mas dentro de sí mismo, le hadan mujer es debida al cristi;lni~rno: de mas grave. mas melahc61ico, mas i11eMJaY3 pa!';6 a ser igual <.11 hombre; des- clinado n sondear su propio corazon, pues por una especie de reaccion su- como quien tiene que dar cuenta alblitnc llegó hasta ser objeto de adora - O'U11 dia de sus acciones, de sus pala,.. ciones; ¡a parde la masardiente deyo- tras, hasta del mas leve pensamiento. cion se \'16 la mas noble galantería i Otro elemento poderoso de re\'olula cortesanía mas refinada. cion en la sociedad, i por lo mismo (ltra emancipacion que vcrificó en la literatura, fué la invasion de el cristianismo fué la de los esclavos. los lmeblos septentrionales que des· ¿ Sobre qué bases estaba fundada es· truyeron el imperio romano. Traje· ta relijioll divina? Sobre la fraterni . ron aquellos pueblos un carácter e· dad de tod os los hombres en la fe de oérjico que contrastaba con la indife J esucrit-ito, i sobre la igualdad de todos rerÍcia i npatía a que habran ll egado los hombres ante Dios. J(~sucristo vi - las caducas r:\Z:lS del ""sto coloso no al mundo para todos los hombres, que se JcslYlm·onaba. por todos lados, se ha dirijido a todos, se ha sacrificado mas bien en fuerza de la disolucion por todos; luego todos tienen igu~l interior que le corroía, que a los golderecho a sus ojos ~ara se r salv:.dos i pes de los conquistadores. ser admitidos en su seno. De aGuí T rajeron ademas nuevos princinació el dogma de la fraternidad i de pios de gobierno. lluevas jérmenes de la igualdad, aun en este mundo, q:1e movimiento i vida a naciones dejelos primeros cristiano::: empezaron a ne radas. Al ponerse en contacto dos poner en práctica. La esclavitud civilizaciones ta.n opucgtag, la una ruquedó poco a poco abolida, i se esta- da, ¡bpera, violenta i sakaje, pero blecieron nuevas relaciones sociales e l~érjica, i llena de vida i porvenir; i nuevos hábitos en el pueblo. culta la otr:1, adelantada. pero mue· En el 6rden moml, contribuyó el l1e en su refinamiento i sin vigor por cristianismo del modo mas eficaz a la su misma vetU:ite1.; al tener,:;e que mejora de las costumbres: procuraba combinar, por la fuerza de los aCOllinspirar a los magnates de la tierra lecimientos, tan opuestos principios, sentimientos mas suaves. mnsiusticia tan encontrados intereses, el es tremeen sus relaciones con I<!; débiles; i en cimiento rué terrible.; i el resultado estos infundió senti mi entos i esperan. de tan tremen do choque rué proporzas superiores a aquellas a que su cionado a ~ u magnitud. _La Europa. destino diario les condenaba. ' cambió de f;\z, de leyes, de eOslulYlEn el 6rdcn intelectual comunicó bres, de organizacion política j social; una actividad asombrosa a los espíri- i en medio de estos trastornos, i por tus, promoviendo cuestiones, sem- el electo del roze continuo de "encebrando docrrina s i preceptos mucho dores i vencidos, el e::.tado intelectual mas sublimes que cuanto la antigüe. i moral de unos i otros padeció neo dad había conocido, i dando al desa- cesariamente profundas ¡notables alrrollo del entendimiento humano una teraciones. Los Germanos perdieron estension, una variedad hasta cnt6n. pnrte de su barbarie; i del modo que ces ignoradas. rué posible, a'loptaron la lengua, l~s Por consiguient e, miéntras el poli. artes, ¡las inslituciones de los venClteismo de los griegos era favorable a dos: los h:1bitantes antiguos se co.nlos vuplos de la imajinacion, la cual tajiaron con la rudeza de los conqUlsse espaciaba con de leite en e l c~mpo ladores; adquirieron suce~iY~mente de la naturaleza, pobl ando la tIerra , parte de su enerjía i fi,er~za, I adop: el ciclo, el mar, e l aire mismo, de mil taran muchos de sus habltos, leyes 1 séres fantásticos que aninlaban el uni. costumbres. Los dos pueblos se fu everso; los ríjidos i severos principios ron de esta manera lentame nte aprodel cr istianismo alejaban al hombr~ xi mando hasta que, borrada la línea de la tierra, le reconcentraban .m as 1 divisoria que los separaua, llegaron a • • :E:~ DUn§ i1!iJ: E::-=- - 69 ~~9RRQx2R9RQ2~g~R9~~R~99~~ ~R~O;i9QgOggg~gg~ggg~~~~g RJéY forma r una soja nacioo , una sola TU- superi ores a todos 10$ embat es i arguza, en cada una de las monarquías mentas de la razon calcul adora. que brotaron cuando la de~truccion La caballería, el honor i el amor del illlperio. he aquí, pues, los objeto s de la poesía El cristia nismo . que siryi6 marav i. que natura lment e brotó entre las nnellosamente para verificar esta fusion, ...·as naciones a principios de la edad adquir ió por lo tanto una influen cia media, derr:.unando por Europ a sus inmen sa, i sus princi pios se desan o. prodt.ccionc¡; con inc,feí ble abU,ndanJlaron con mas vigor por dondequiera. cia. Aquella ~poca tiene tamble n s~ Con la mezcl a del herois mo grose· mitoloj la funda da en las I~yend ~s 1 ro, pero fiel, de los conqu istado res la caball er;a : pero el heroJs mo I lo septen triona les i los sentim ientos del mara\1illoso de ella son de un jénero cristia nismo , naciól a caball ería,aq ue. totalm ente opuest o al herois mo i ma· lIa hermo sa institu cion que tenía por ra\·illoso de la antigu a mitolo jía. Esobjeto encad enar con '-o1Os sagrad os ta, consel"\'undo eterna juven tud i loa unos guerre ros tqdaví a feroze s, ale· zanía, sonrie a la imajin acion i no jando así del espírit u militar el bárba· tiene ri\·al cuand o trata de mater ia · ro abuso de la fuerza a que por des· \izarlo todo: la de los siglos medros, gracia se siente d~masiado propenso. mehm có!ica i funti.i.stica, que todo lo Bajo la salvag uardia de la virtud ca· espirit ualiza . templa algull tanto su ballere sca, el amor, como ya hemos 1101"0'50 sembl ante o la intens idad de dicho, tomó otro cnl"¡\cter mas puro I su pasion con ficciones orient ales. sagrad o j lleg6 a se r un sublim e ha. A quella tiene sus dioses, sus fa~llos, menaj e aeia séres que, cn la natura· sus ninfas, su jardin de la lIespé ndes: leza human a, parecí an destin ados a esta presen ta los mal intenc ionadq s acerca rse mas que ninuun o a la na· jiganfe~, lo~ jenero sos 'Cabal leros, los turale zade 10:-> ~.njelcs. La misma re· le"laO'os ¡-",,"ora bies i advers os, las cue· lijion consag raba, por decirlo así, se· "atencan tadas i los palaci os de Al ci mejan te c ullo, presen tando bajo una na. La relijion ~ensual de los griegos forma ~vina a la venera eion de los no prome tía si no bienes estel'io res morta les lo mas puro i tierno que i tempo rales: la inmor talidad , aun existe en la tierra, que son la inocen- cuand o llegaro n a creer en ella, no se cia de una vírjcn i el amor de una presen taba a sus ojos sino en lontamadre . nanza, corno una sombr a, como un Como el cristia nismo no se conten · sueiio lijero, re{1ejo de la vida ante taba, cual le sucedí a al culto de los cuya luz brillatl1e desap arecía . ~1l fal.ros diose~, con cerem onias '~ana~, mira del cristia no es precis ament e 1Il. sino que se dirijía al COl·aZOll del hom- versa: Já. 'contem placio n de lo infini. bre i a sus mas oculto s alecto s para to ha reyela do la nada de cuanta s coCll~eÚOl·c:\rse de ellos, el sentim iento sas tienen límite s: la vida presen te el1érjico de la liberta d interio r, la no- se sepult a en la noche , i no brilla COQ. ble indepe ndenc ia del alma que se una existe ncia real sino mas allá de ga a doblar lo. rodilla ante el yugo de la tumba . Semej ante relijion despie r. las leyes positiyas~ se rcfujla ron en ta todos Jos pre~entim i c ntos que dorIos domin ios del honor. La moral que mitan en el fondo del alma ¡ los pone ¡:cslllta. del honor, aunqu e munda na, en eviden cia; confir mando aquell a preten de march ar de t¡·ente con la voz secret a que nos dice que aspira mor",l relijiosa, i aun se atreve ~lf!;u- mas a una telizida~ inaseq uible el}. 04" vezes a poners e en coutradlClO1i este mundo , donde 1l1l1gu n objeto pecon ella, sioemb argo, reúnel as un recede ro puede llenar el vacío de rasgo de ~e mejanza mui pronun ciado. nuestr o corJzo n, i donde todo goze no La relijion, lo mimo q4e el honor, es mas que una ilu ~i on fujitiv a. Así jamas calcul a las consec uencia s de 1es como la poseía de los antiO'u os laa ac~io~~s; i ámbas han c~llsagra· la de los gozes, i la Qucs~ra ~s era la del do pnnclp los absolutos hacIéndolos deseo : aquell a se fijaba en lo pr~seu- nie·1 70 ~:.:- lW_"II:..:T_~ «». "tlQ5I.U!!!! Q.Q,lltlUU U9IlOJI U!UUI.U.5I.~!UI .R9.UUU.U~!l9.ltlli5l.9U!U!." te; ]a otra se mece entre los recuer- una doble naturaleza en el hombre, dos de lo pasado, ¡los prescntimien- que hace aquel ideal imposible de tos del porvenir. realizacion. Su literatura aspira sin cesar a conciliar, a unir íntimamente 1 no se crea que la melancolía de los dos mundos entre los cuales nos que está imp.regnada la literatura mo- ~entimos divididos, el de los sentidos derna, se exhala siempre en q,uejas 11el del alma. Se complace igualmente monótonas. Así como la trajedilgrie- en satisfacer las impresiones sensuales ga ha sido con frecuencia enérjica i con la idea del lazo misterioso que terrible, apesar del aspecto sereno ba- las adhiere a sentimientos mas ele\'a· jo el cual aquellos pueblos contem. dos, i en manifestar a los sentidos los pIaban la "ida, así la poesía moderna, I mpvimielltos mas inesplieables de tal cual acabamos de pintarla, puede nuestro corazon. En ulla palabra, da recorrer todos los tonos, desde la tris I una alma a las sensaciones, i un cuerpo teza hast<l; la alegría; pero algo se en· I al pensamiento. cuentra sIempre en ell:l de vago que No debe estrai'iarse, por último, que descubre su oríjen: los afectos son los griegos nos hayan dejado en todos mas íntimos, la imajinacion ménos los jéneros modelos mas acabados. sensual, el pensamiento mas reflexiTendían acia una perfeccion determiy~. Sinembargo, en la realidad ~os Iínaoa, i hallaron la solucion del promUes se confunden algunas ~ezes, i los objetos no se muestran siempre blema que se propusieron: al contraenteramente desprendidos unos de rio los modernos, cuyo pensamiento otros i cual necesitamos verlos para se pierde en las inmensidades de lo formar de ellos una idea clara j d is- infinito, no pueden !1unca quedar satisfechos de sí propios, i a sus obras tinta. • mas sublimes les queda siempre algu. na imperfeccion que las espone a que Este baño de melancolía, esta Yasu mérito real no sea bien c¡;.nocido. guedad indefinible, no se muestra. a fa verdad, en igual grado en todas las Confesamos que en las reflexiones moderna s literaturas europeas. Predomina mas en las naciones del Nor- anteriores hai bastante de abstracto i te donde el hombre es mas inclinado metafísico; pero así era preciso, pora la contemplacion, donde el aspecto que no de otro modo se puede esplicar de la natura leza pred ispone mas a la la diferencia entre dos sistemas, de los melancolía, don'd e en largas horas de cuales el uno es todo material, i el aislamIento, el hombre Lu ~cll. en la otro espiritual en sumo grado. Era meditacion i el estudio los placeres forzoso ademas entrar en estos pormeque le niega la vista de la naturaleza. nores, porque tampoco de otro modo Otras naciones, ya por efecto de f:U se puede resolver la tan debatida cuesclima, ya por influencia de otras lite- tion entre clásicos i románticos; cuesraturas, como la antigua i la oriental, tion que por la importancia que se le ha segun diremos en su rugar, participan dado no podiamos pasar en silencio. de otros caracteres que las distin- Por 10 dicho se conocerá que nosotros entendemos por clásicas la. literatura guen. de 10!l tiempos antiguos i las que tienen Como quiera que sea, i tomados en pretenf:iones de modelarse por ella; i consideracion (tnicamente los cadc- es romántica la que nació en la edad teres jenerales i mas distinti,'os de las media como producto de la nueva eidos literaturas, los antiguos veían lo vilizacion que brotó i se arrail?ó en ideal de la naturaleza humana en la Europa despues de la caída delunpe. feliz proporcion de sus facultades, i en rio romano: siendo asímismo románsu armónica concordancia: los moder- ticas cuantas se fundan en los mismos n os, al contrario, tienen el se ntimiento princi pios, Conoceráse igualmente profundo de un a desuni on interior, de . :.3:J:':"'" ~_:-=c... 71 ~llllllll21ll~l~l~ll~~l~l~~ lOllll~l~~~~lllgll~~~tlllllll" que no damos la preferencia a ninguno de los dos sistemas, teniéndolos en· tr:lInbos por buenos, siempre que sean espontáneos i naturales. Como tan distintos uno de otro, no pueden suje. larse a las mismas reglas, fuera de aquellas que dicta el buen sentido i la sana razon para todos tiempos i todas naciones; i siendo las regbs que jene. rahnente se han dado para los diferen· tes jénerosdecomposiciones literarias sacadas del análisis de las obras debidos al primer sistema, no pueden aplicarse todas ciegamente a las composioiones del segundo. Estas reglas tienen que sujetarse a un nuevo análisis para ver cuáles son o no aplicables ahora, i hacer la separacion conveniente. Asímismo el análisis de las obras que ha producido el sistema moderno debería sujerir preceptos nue....os, que unidos a los antiguos subsistentes, formarían la nueva teoría literaria adaptable a las naciones modernas. Desde luego, i aplicando a ellas nuestra teoría del gusto, se ve que quetlarían desechadas muchas de las que proceden de los elementos va· riables suministrados por la civilizacion, i sustituirían las que se apoyan en las facultades eternas e inmutables oe nuestra intelijencia. Este trabajo prolijo i difícil no es en una obra de esta clase donde conviene intentarlo: uastanos con estas indicaciones. (Concluirll..) EL ESTUDIANTE. Hasta miedo causa este nombre. lIai no sé que mezcla de romántico i picaresco, de agradable i horroroso en la idea que la palabra estudiante despierta en la imajinacion ¿ Quién no ha conocido i tratado por lo ménos a un estudiante? ¿ Dónde no se ha dado a conocer este miembro de la Sociedad, que f~rma su parte mas alegre, mas entusIasta, mas independiente i ma~ hermosa? Todos sabemos cuáles son. los individuos a quienes cobija pecuharmenl& esta denominacion, que en su senlllo mas lato se estiende a todos loslque ejercen su intelijeocia. El viejo ftvaro encuentra, entre sus pocas ideas de cariño i de afeccion, el recuerdo de alglln loco sobrino que siendo estudiante le comió medio lado, segun su hiperbólico Inodo de espresarse. La beata egoista cuenta en su memorra luenCfas horas, entre las muchísirflas cons~gradas 3 la oracion i a descuerar al prójimo, empleadas en aliñar al querido ahijado i en prepararle sus atayíos ¡recreaciones gastron6micas durante la época cn que rué estudiante. El rústico hacendado no deja nunca perder en su memoria la recordadon de sus viajes a la. ciudad a colocar al hijo mimado para que se formara un letrado escelente, i ménos ol,·idará, aunque le fueransiempn~ inintelijibles, las ostentosas relaciones que le hacía su prenda de sus propios adelantos en las ciencias, ni el duro deseng;tilo que mat6 sus esperanzas cuando por labios mas imparciales, obtuvo el triste conocimiento de las calaveradas i disipaciones ¿el que se había pintado a sí mismo como perfecto modelo, i que en realidad no había hecho sino engallar a sus crédulos padres i dilapidar sus bienes. El estudiante es el mico de la sociedad, pero esta no es para él sino algo mas ridículo i entretenedor que un mono. A la hipócrita severidad i mentido decoro de ella, opone el estudiante el carácter mas franco del mundo, i este carácter manifiesta al individuo mas grande que cualquiera otro, i mas niño quizas que los mismos niños. Si la vida de cada nacion es una escenn del gran drama de la existencia del universo, el· estudiante desempeña uno de los mas jocosos papeles que a vezes llevan el hilo de la pieza entera. Bien que de paso no es malo recordar aquí lo ridículo de los dramas que terminan por una estudianlada. Si ahora se preguntase la definicion de e~tudiante, mui cierto es que no la podnamos dar. U na persona no mui Ilustrada, c?mo las del campo, diría que el estudIante era el mismo ·Diablo o cosa mui parecida: un reverendo diría que el estudian.te era una herejí~ ambulante: un anCiano de tantos que hai retr6gados, diría que el estudiante "el fI.uJ.lI UJ.2llRJ!.U: l.Q USI t l.QU.St.lUI.Ull2.9.iflJ~J!H.l!.!lii. QlJIlLi.l! U!l.USI R.R SI R.R UJI U.!lStUfI ll.lljjlJI.o/ c!'a el aborto de una sociedad COlTom~ la verdad de su opinion, le\"anta su pida: una nilia de las mas remil~ada~ bandera, i en el combate amaga a sus o de las mas coquetas, diría {Iue UD contrarios con el injenio i el ridículo, estudiante era el luismo Dios Cupido :lrma<; que lo hacen im"enciu)c, ¡nvul. con esos sus ojos tan ablandadore:;, nerable, ofensi\·as i defensivas en po_ sus pala.bra,s tan dulzcsitas, sus mOda- 1der del estudiante, que las sabe mancles tan Joviales. su corazon tan . Ian. jar con destreza i valor inimitables. dito i sus ardientes promesas oe amor Como una ola aislada de las otras olas, eterno i de matrimonio: en fin, una el estudiante vive como aislado de las do las viejas muchachas sentimentales demas partes de la sociedad; i esta e idealistas,diría que un estud iante era aunque afecte olvidarseoe esa su fracun "om(mtico cabal. Escoja cada uno cion que ado ra, de la que espera,en la la definicion que mas le agrade. Nos- que¡confía, pero de la que tiembla, la otros diremos fIue el estudiante es el considera como su mas ri ca joya, 00retrato en miniaturacle la humanidad. mo el dato mas poderoso para su porLos estudiantes DO son ,como 1':e pien- venir, como la mas evidente probabisa, irrespetuosos e impíos. Ellos sí lidad de su futuro angrandezim iento. mee n en Dios; pero se han acostum Los que hayan sido estudiantes bracio a no verlo personificado ni en recorda rán esa ~poca de su vid a como el beato mas beato. Ellos sí creen en la la mas dichosa. Ent6noes se vieron yjrtud, sí reconocen el mérito. Ellos esentos de todns esas calamidades que son los adoradores de todo lo que es han sido bnutizadasconel nOITlbrede grande, de todo lo que es celestial. etiqueta, buen tono i atenCiones neceEl mas sincero i mm; rico homenaje sarias. Sus libros, sus Fílis i sus caque ha recibido en todo tiempo la be- maradas, eran las tres únicas partes Ileza, ha sido el de los estudiantes. Los de su mundo, mundo no estenso pero aplausos al Jenio han brotado prime- feliz i hermosamente decorado, por ro de los labios de la juventud entll- que sobre él se tendía en 10 infinito s~a~ta que de la cayilosa ancianidad. del porvenir el c ielo de las esperan1 el estudiante sí que es valiente! zas, el paraiso de los ensuellos. Ahora no Ruquen sus fanfarronadas Si el buen humor encarnara i se pnra probar cobardía, ellas solo de- hiciera hOlnbre, sería toda su vida muestran su carácte r risuelio i la burla estudiante. Si alguno llegare a un lu9ue h~ce de los mentidos guerreros gnr desconocido i notare alegría, reII1trépldos. gozijo, locura, buscando la causa, El estudümte es la criatura mas re- flallaría precisamente a algunos estubelde por la violencia i h mas dócil dianles comunicando movnniento,dipor Jos buenos caminos. El tiene sus version i fiesta. Si lodos los estudiancreencias i tiene sus princip:os c;.ue tes murieran, el buen humor se fastipor nada abandona. Mas Jacjl, por diaría del mundo i se iría al infierno o ejemplo, es convencer a un fanático acualquiera parte. d,e que d fanatismo no es la Relijion, lIemos hablado del estudiante en que convencer a uno de nuestros este- t~rm;nos jenerales; pero como hai diantes que lo que el llama fanatismo tantas especies de él, no todos los cano Jo es. Pero esa obstinacion no es racteres les vienen bien a todos. No un defecto en el estudiante; es una de entraremos ahora en el análisis del sus fllas bellas cualidades. Con suma estudiante, no lo despojaremos de su fe. con atencion filosófica escucha al capa para hacer la de~cripcion de él stÍ.bio, se imbuye en sus doctrinas, in- pieza por pieza. l>ero Illui bien se codaga la verdad i la hace imperar en nocen las diferentes clases que hai de su corazon. estudiantes; intentar fijarlas sería Elcs tudjante es libre por necesi dad , emprender la pintura de un cuadro esto es, porque no puede ser esclavo riquísimo de ¡nteres, pero para ser ni ~úbdito de nadie. Cuando él se perf~cto exijiría tal alJundé\ncia de hafla. profundamente convencido de colorido, tal fiauradel pincel que mlli • q' • • 'tRRIUUUI.\l!U!.UStURll.RU9JUI.RlUtR9~9:AAlI.9JI...R.!!. • • Jéjos estamos de pensar que poseemos. Al decir que el retrato de cualqu iera de las especies de estudiantes sería mui interesante i de suma variedad, hemos asegurado una yerdad. Consísidérese, por ejcll1plo, lo que es el estudiante pobre, del que seüa laremos algW10s rasgos imper fectos para. termillar nuestro pesado e.'Scrito. El estudiante pobre es un ente peculiar, es un márÜr envuelto en su grasosa capa, fija la vista en el libro abierto, apoya.do contra una column~ inmóvil i silencioso, parece la estatu a de la melancolía. Quizás no arruga su frente un cuidado, mi élltras es presa de la indijencia; quiz:.í.s se adormece su pensamiento a fuerza de cavila r; cabizbajo i meditabundo se le tomar a por el jenio de la soled ad sumeljido en amar~as j hond as <íRicciones. Para él no h,u mas mundo que sus lib¡'os i sus cuidados: la necesidad es el se ntimiento mot()r de su allna: no cono· ce la orj ía ni el placer : aunque débil su hombro, carga con todo el peso de su pobreza, con el de la indiferen. cia universa l i i apénas se contra e ir6nicamente con ¡iJora sonrisa su labio al sufrir un desprecio. No ostante, alguna mirad a perspicaz ~ nnzaría a leer en sus ojos la esperanza i la no· blc ambicion, que le hacen esperimen. ta.r entónces ferozes dolores, pero que le han prometido al fin de la carrer a tod o un mundo de amor, de pon'enir i de grandeza. - El MISIONERO. l.a hnrba "'" ",1 pecbo, la eruz en la. mano, La ,.,..Ia en la ¡tnajen del Sumo Ho.cedvr, 11n "Mulo d~hil _1I:n del nneiano 1 fe que lo alienta con uero fer,'or; El Santo E ...an¡eliO pn:dicn critl;nno rer.klll e i Rlhlero rOll fiel contric"':o.ll, ("nltan,Jo lO!< l)O'qu...., 10$ monle~ i c1l1ano Do (!'UJ8. 'u plallta leal de,ooon. En ,ano 1011 hombre., re-ptilf'~ i ficI':U Se opmu-o rru .. ntoo f'(Jn irn feroz, Qt"!' él ~~('"II mard,!!. por monte!, praderas, I nOllllllU1 0ll con 1)/lfO 'eI07.: La fe ~ w.lenta , Dio;¡ mi_lOO lo guia, Su Mmbre proclama, ~u gloria i pw.ion 51111 obro.~, ~u mue rte, 8 11 madre ~rnria: AlandloO lJl"p".lld o IiU fe i relijiOl.l. ¡ Quién interrumpe BU veloz carrera! i F..- el raijir de ho..,enda Ioempi\f'tad! i ü el "iento que áha. en la. ribe"", O .. d.tips craidor, ftItne i audaz ! lI!1S!999$19~lUl2lUl2~S!~!15I.9.9.u1}.. j E~ el estruend o de raudal C3H'8.l!:\ Que en cHeulOll de e~p\lrn3 e l ug-utl. arroja. 1 de uno ell ClfO Ti"co de.~peñ(lda Sulta al ab]-mo do n ~umif'l'e ,'a! i O e~ tl("al'O d Aolpe retumba nte De e.cuadro n ,*lico'o quC' f!'uerrcro Corl't" a la muerle con !<emblant.e fiero Aguijan do nI corcel bra\"oi w' loz 1 . -"7Iio. &. ti btirbaro gritO del Hl.h aje Q ne- en eifrdlo inmen!'() lo dellene P !'C'.... 'mtá, mire. indatra dónde ,-¡ene 1 (,1~'l. 1 en aque-! ~itio ~.su mi ~ ion. Ya ~e p!'('p-"ra el indio 1'('11('01'0._0 A pn."a/' ('{,n Hl fkeha alnobte anciano , J ya tirante el aN'" por HI manO R:'Ipido arroja dardo m,1Ia,lol' : En la die,lm \'a a.lardel mi-ionero Ql1e cmpuíia de 811 Dio:< h imfr.jcn oolla, 1 e! da rdo r:ue en la cruz ~u punta h lrella. Roto i perdidos i n poder ("aró. 1~1l \'ano mi! c~ t1cchM le arrojaron , La r~ 10 ali('IlHl , Dios lo deremha , 1 toda em",ra la cRl~na impia A ru~ phHlta~ ¡JOr fin ~e prOl;ternó' L1. mrtdre con >U~ hijos >t 1111millar:l, La "lrjen irwc;>l1!t', f'l indioanc i:mo, I entó¡']C'e~ in~pirado el fid crhtiallo Con nn¡mo~a \·oz a",¡ e,clamó : " Padre~, hijO>'. htrmnnO'l, niiaos, \iejO!!, Mi , '01; aU'reta lodos e~cuch ad , O. contaré la rli{ ha C]ue O!t e~pcr:l Por la fe que mr in,pirn la ".::r<.l(\d : Oi,l, oid <'On nrl'ndon mis \'oZt'~ I la lei i el ejemplo o~ mO!'Ir:lrÍln Qu,en el aho 8ion i en ti Carmelo E l apó.tol rli\ino fué a tlittar. Vei. erm ... ru..: i la adorll1.la efljie! . . .• Pues C ri~1O e;¡ eSk, ::Ul ue~te nue,IW DiOl!, El que baj": a la tierra a. rtdi mirnos A otorgarno;¡ ~I m ¡~ mo ~u pcrdun; A padt«r mil pena' por 1l0000trOl!. A rredirar \ ir!Ud. didm. ¡amor, E~tn 6$la irnájen IllIra i ~a("l'OSanta De nuestro HUg U.-IO eterno Sal, ador ! ¡ Querfi. ~abe r Sll~ OOr:l$ cu:\le~ fueron ~ .. ~ Do quiera en lOmo con ]1hlcf: r mimd ; ¡\Ji md el sol radiA nw i t.1p! ~ndell1e, 1.:1. blanca. luna, titrra. cido i Ular; Fl ore~ , pnlmer:l-", rlOl', a\<,s, fu ego, T odo lo qlw mi r!iis ti nOR lo da. 1 e-e alittllo que a todO!t no¡; inflama El' un toplro qUOl ntroja ~ u piedad. Cnnntoe>e ~ol nlll1nhm i la mar ciñe T odo el1T&."O en ~ci~ dia.~ 10 <"reó, I p!lrn d:~rrurnr t'ln ah ..... dones P or ~u m'lno e imájcn n(Ji¡ fOrmó: El ~ad 111. mujer de llU.."tro Cuerpo Para anlma.r rarnbien la <"reacion, I pI mIsmo ca.,ti~"'rala enojado Cuando curio:,1\ j r~rroba peci,). j No telllcis que al pecar \'OSOlros mismOEr El ~c ~pre~te ",u~ rn.ros!l Iflnzar, ~j in¡;:4i'Ot profaJ1:l1~ la \11.)1:1l ca_la Si m""" eon otrO!< ~i n pudor pecó.i.>l! _~ii.Joe en la mulicie i la baronric Al ~ot cual ot]'1:) Dio>; re \ crcnciai ",: ..C u~.I!ld,' d ~ol el! un átomo tan ~olo Que inflnm6 en lOs é~pacio.. ~u bondnd. ¡ Qlle.réi& vivir h"yeudo de 1011 \ ieioe ! j Q I:<'¡{l.' \lOr aUllltnto la \irlud! j Qucreis ogtardcl delo Insdclicia~ Cuando 011 priva~ el mundo de 111 luz I j Queréie gozar la. dichas eterw'l1u . Que Dioe nOf!of~ciern ante la crut' l'ueM prof\lf\&d la N!lijioll cristinnl\ .•••• Néctar ¡¡agro.do que llOII <lió le.lila. Venid a nú, la tgle6.i1l. roadre tierna cubre con su manto i so. poder, o. ~~ 74 l'IbI:-.:..J"_~. . . ~iU:U.iH.9.ItUIUt9JI.l!.!!S!.UU.R.IULlt.l!.R..!!J!JUUtIUI. S!.ll!Ut2.RllS!9.9:st!!J!9:s!'II:.Q.Uu.!!.!!S!.Sl:HUS!.U!!ó' de I a Penm , sula, hemos observado, no con buenos oios, que al plantar una palToquia J no se atendía a ninguna de esas cosas i una iglesia i nada mas, a imitacion de nuestra madre. EI]Jerdon S3('!'OfI:tnto08 lhHUOios: De poco tiempo a esta parte todo Venid, Yelud. gozemOlO lit) su~ lazos h b' d I Que C()nlLenen IIllrine pecador, a cam la o: as esctlcln.s se multi. I higuielldogu~ huellas o> n la. tierra plican aun en los. pueblo,s mas mise· Nos guia. f1.laeeráficu mnnsion!" rabies i dan frutos cada dia mas sazo· La turoo. ~ahajesu VOl'. e~cuclUl.ra nados ¡copiosos, dirijidas no por va. Atónita i mutlfl. ('011 IOrpo.l e_tupor, I }:~cu("hfl. i nOt'nticn<le 'Iue fiell(,'~ declara gamUn( OS ignorantes, sino en lo je. El (logum ~llgra,l() ,I¡ctado pur Dios: neral por jóvenes bastante instruidos Se IlO:-trnn sumi><Otil i l\Calllll s us leYeB. ' di' I besan sus pIUIllll.~, la ('ru1. i al Señor, 1 consagra OS: as unprentas, tan es· jfide~ll.mante~,atn..,idelo~ reyo!s , casas ántes, se enc uentran ~en gran TribU1all looro!s con ftl i relijioll, cantidad por toda la República, puEl ~anto bnuci"mo, In mi~:uogrntlo. d'lendo asegurarse que 1as llal' en t od as O!):;cnall dC\'otos ('un f.., i contrlCion, j el F.1n10 profl·lo. ~u ,· i~Ta c~ta-"iadn las capit ales de provincia, i que en DirijéalOi! delu~con ~(.cro fen·or: 1 d 11' , IIn Imeblo ('oll\"¡ertl'.ln~alnl.l'llimoso muc las e e as eXIsten tres, cuatro 1 Al pi~ delper"dudocl ,i('io lo echó, hasta cinco; i a la cabeza de todas 11000 lo ofrece al ~:kr¡)O(I..,roso traza su carrera brillante la del Sr. A u;u~to mOlla rcn que el mundo creó. Ancízar, que está haciendo un ¡nmen. Un súbito relámpugo por el e~pacio brilla, so bien a la nacion, no solo porque 1..!U1 luze~ llt:rrnm(ln de la clernal manli:Íoll, Un rayo cruzn nípidu Inesfem refuljtnte sus hermosos i abundantes tipos, su Lanzadu de...! .. ellrono del inmortal SeilOr; limpieza i esactitud, contribuyen a ]nll.lma !lOr ¡;-u pech" In fe pura i IIIll.gnnnima QIIU al cl.. lo no;. conduoo, i olórgam.1l perdono fomentar en gran manera las publi. 1 aquel cuadro magnifico pre~l' lwin dulze i plácido caciones científicas i literarias, sino .Dt:iK.Ie el alta r cele~te nnet;;tro Supremo Dios! porque ha despertado en toda la Re· ¡ Salud ¡oh Saceroot<l! que el mundo abando(nando pública un deseo vehemente de esta· Pl"f'"di ~ la doctrina del que e~ riró en IR cruz, blecer imprentas, de publicar ¡de cj· 1 ol,idR" 1()!O plfl('cre~. tU " goze~ innl(l!Rndo, vilizar . • DelKlicllM j)ru.lcciendo nO!! difundis la luz! En cuanto a Bancos, no los tene· i Slllud! yo te '(:'Ilero c ua l !!IlotO virtuOl;O, CUül ruu("e que cula lierro. nO!! guin R In. virtud mos, o porq ue no hai medios todavía Pnro (¡ue ~¡¡::U11 IOtI'llI al hombre '·fttllllrooo o porque no convienen; cosa en que Que lJ iOflm i,mot'lijic",-, cunl fUl'ntede ~alud! 8:111111 ! ~uludc ... llllnm que:ll r~probocon\"ie ..lc no nos lIljeriremos, tanto porque no I IlI indiu i "latl·" in'llim n' lijion, hemos estudiado bien la materia, co] sfihnlocll ln orilln < ti la fragol!:' muerte, mo porque no es de nuestro asunto, 1 altelllplo le cUllduce, con @nntallc\'O('io11 ! Cajas de Ahorros en varias provin. ¡ Salud! ~:lhul mil "czc~, mortal f'sclnrecido, Suhre lu huella AACr11, mi~ Inbioll pO>mr~, cias, han ten ido ha sta ahora. brillantes ] en m [lrescll('ja Il.lIgllsm, orandoarrcpcnüdo, resultados: es 10 único que sabemos Venc rfU"é tu nOlllbre, i fI. DiOlladoraré!! !-E. S, sobre el particul ar, La instruccion es el objeto de nues· ARlEDADES, tro artículo i para eso hemos tomado INSTRUCC ION, por punto de partida el establecimienEn los Estados Unidos, la nacion 10 fundado poco ha por un malogrado de los verdaderos i rápidos progresos, jóven; este es el Colejio de la Con· que Cheva lier en sus carlas no se cordia, que mo\'idos por la curiosidad cansa de admirar, i con tanta r~zon, al ver la elegante f«chada del edificio, al fundar una poblacion lo primero con el hermoso nombre del estable· que establecen, ánles de emped rar las cimiento en la portada, fuimos a vi si. calles i aun casi de edi fica r, es un a es· tarlo, i tuvimos luga.r de hacer un cuela, una imprenta i un banco; tres completo exámen de este importante cosas que son la prueba mas peren- plantel de educacion. ., toria de la alta civilizacion de un pue· E l edificio es recien constrUido I blo: aquí' en la Nueva Granada nues· \ con el único objeto de servir para una Ella osdnrla JOIO/!:ozesen la tie rra I IiOmbre8 i henuanO@; todos vivireis; Ellat! cnmin008llbrirn he('hizero Que OIIl1e \-edel elerne. ante los pies. ] 11111 dichOO\O!<Junto allrono augusto POr ~iempreeternllglori3. gozareis. Venid.,-~nidnmi, la iglesia 0lI llama Con !'....Hlla I hond:ulom rellJloo, J ron ht fe, IR enridad cristiana, >'C v t ra pa t' Id ' fla, (escen enela • • • casa de educacion; por consiguiente está adecuadamedte dispuesto, es muí espacioso i mas que todo de mucha comodidad. Vimos los dormitorios, i en esto haremos particular hincapié. porque nos parece cosa de importancia: son muí anchos i los techos su mamente elevados, de modo que allí se aspira i respira un aire libre nada corrompido, i por lo mismo muí saludable: las camas son uniformes i están correspondientemente ordenadas, a cuya cabeza notamos las de los Directores i demas empleados del Colejio, que vijilan noche i dia porla moralidad de los alumnos. Las aulas, que son en gran número son, muí claras, as~adas i con todos los útiles necesarios; como bancas, tableros ¡mesas ; los corredores son mui anchos, abrigados i en su contorno se ven varias cartas jeográñcas para mayor facilidad en su estudio; el bailO está colocado en un corredor del lado de alras, i allí, con muoho aseo i órden, tiene cada niño su platon, paño, espejo i demas útiles necesarios: el comedor es por el mismo estilo de las demas piezas, i la comida segun nos dijeron varios de los alum nos mismos, es en lo jeneral abundandante i regularmente sazonada. Ademas todo el servicio doméstico está en una casa anexa a la del CoJejio; esto es utilísimo,porque están los jóvenes sin contácto alguno con los criados, lo c ual asegura su moralidad. Nos hemos detenido en estos puntos, puramente materiales i no de nuestro objeto, porque del órden i d.isciplina domésticos dependen en sumo grado los progresos de estas importantes casas de educacion. H ai cerca de treinta clases diarias, segun se nos informó, i vimos en el reglamento que están tambien dispuestas las horas para hacer que no embarazen en nada la buena marcha del establecimiento: tres de Caso tellano; i de estas vamos a llamar la atencion acia una que nos sorprendió bastante ; una que lleva el título de "Curso de gramática práctica." Cada alumno tiene su cuaderno, que observarnos bien despacio, i en él les dicta diariamente un buen profesor diversos rasgos históricos cientíñcos o literarios, i luego se les hace un ejercicio de gramática, analizando las diversas oraciones i corrijiendo la ortograr:a, ya de letras, acentos o pausas: este es un exelente método de aprender a escribir, cosa tan descuidada hasta ahora en nuestros Colejios. H ai ademas cinco de frances, obsetvándose una semejante a la de c·astellano qu~ hemos citado: tres de ingles; i aq uí notaremos que nos sorprendi6, el que al haberle dirijido la palabra en este idioma a un jovencito nos hubiera contestado como no lo esperábamos: tres de aritmética; una de jeometría, otra de áljebra i otra de trigonometr:ía; una de jeografía; dos de moral i relijion ; una de ciencias intelectuales; cuatro de latin, i una de italiano, cuyo profesor es el encargado de negocios de su Santidad, Abate Sebastian Buscioni. T odas estas clases están rejentadas por exelentes profesores, jóvenes instruidos, sumamente morales i que enseñan por los métodos convenientes al siglo en que estamos, desechando del todo las torpes rutinas de antaño. No vaci lamos en asegurar que todas harán progresar estraordinaria mente sus alumnos, cojiendo en los exámenes i mas tarde en la sociedad maduros frutos . Tuvimos lugar de ver una provision de libros i demas uten si lios mui abundantes; una factura de instru- • mentos físicos ¡matemáticos, i otras de libros, muestras de dibujo, papel, en valor de mas de S 1500, que están en camino de Santa marta para acá. Se nos anunció de un periódico lite~ario que dentro de poco se publicará, 1 en el que se dará razon de los adelantos de los alumnos. A pesar de no ser estos mu i numerosos, se hacen diversas clases de un mismo ramo porque no siendo muchos los cursantes, aprovechen mas. Creemos positivamente que este establecimiento es uno de los mejores de la República, i nos prometemos mui buenos resultados. Ojalá sus ze- • • 76 ~~ . . ...,.. . . . ::.;::.c::a. ~U.Jtl!.u.:9..lI..ll9..ll.'O'.lUtll.llJtl!.Jtl!. Q1I,lUl.llSUtsI.2 2 22.Jtl!.2. 2.lI.2..lI2.~.o.2..U.U..o.2.l!2.!t!!.2 2.0..0..0. .o. Q o R.o. 2 u.2..UY loso~ Dlrectores no.desmayen ¡cojan mo\-erse por el frio, que solo en ca~ el f~ uto ~le su trabaJo! sos estremos deben esponerse a él; , ~n oh a parte. h~blaremos ~e otros pero aun para estos. que llamaremos v!l1l0~ estaLleclI1l1entos de IDstruc· 0100, l haremos notar palpa~lemente Jos progreso.:; que de poco tiempo a esta parte han .comenzado a hacerse en toda la naClon. • '- FRIOS. BANOS ., Sabido es que el uso de los bailos, aparte de otras ventajas qneel cuerpo hlll)1anO reporta inmediatamente de ello.s. obTa como un. poderoso preservatnTQ de la salud cont'ra muchas enftmncdades, ¡aun contri buje en gran m~mer~~ ~l constante despejo i buena dlspO!:lIclon de nuestras facul. tades illtelectuales. Las personas q ne 1'O'r necesidad o cante ter observan un método oe vida tlCti\TO, están obligada~, nns que otras, a fioecuentes ablu ciones, para que los delicados ?o. ros, de ha piel sacudan las porciones .s6IJd~ con que Jos cubre la continua .trasp·racion, ¡puedan ejerc.31' libre· ment o! sus funciones. No basta pa.ra e.ste objeto humed¡cer diariamente las. prtrtM c,lel cue~'po Illas espuestas a la Jl)fiuenc~a del aire: se necesita una inmersiou jenoral, o bie)) pasar u,na toalla o puüo húm edo por t040 el ~uerpo. a fin de que 01 vigor moral e mtelectu al se promueva por mertiQ de escitucion física, J1q~hos cr~en que el uso diario de • los bai'íos, en climas clJ.ya temperat.u. ra est~ sujeta. a cons~antes variacio· nes, perjudica nuestra consHtucion, i ántes produce constipados, fluxiones i dolores reumáticos, que resultados "fl.1tajosos pa.ra la salud; pero este tempr puede entrar en el número de las preocupílciolleS(te los que no están acostumbrfldos a sCpuiraquel sist.ema, i puede ~seglJ.rnrse. sin mie90 de cacr t}n error. que los baiios~ aun los recome1Jda~o.s por el roétodo hidr6patic~, son convenientes i Ilcqesarios para las personas de constitucion sana i -robusta, siempre quo en ellos se observe un siste ma ¡jrudente. 11 Cierto es que hai algunas natura.-let.! tan sensi bles ¡.fácil"" d.$' con· i • bar6metros vivientes, puede ser útil el uso de los baños templados que han de ir fonincando poco a poco, i quj. zá producir un cambio en el individuo. Por último, no debe ponerse en duda que la costwnbre de bat1arse dia· riamente, sobre ~odo en agua cuya temperatura no dIste mucho de la de la sal1gre, no splo es recomendable .como e"ijencia de la pulcritud ¡del aseo, sino como nece¡5aría al mejor estado de la salud. Vamos ahora a esponer alO'unas ob. o servaCloues acerca de las ventajas qUf~ producen los balios frios, que no dejarán de interesar a nuestros lecto.res. La temperatura del bailo frio vru'Ía desde los 45. 0 hasta los 85,0 Farenheit i considerado bajo el punto de viSl~ facultativo, es t6nico i f+5timulante al mis,mo tiempo no siendo de larga dW'aclon; pero para que produzca t~d? su e~ecto es necesario que el indlnd~iO SIenta un caJor agradable por todo el cuerpo, inmediatamente des· pues de salir del agua. Sj la sensacion de frialdad o estremecimiento conti· núa despues de cst:)rdentro deJ. baüQJ )10 es bueno repet irlo. U na de las circunstancias ma.s i,m. portantes en el uso de IQS bai'iQs frios, es el error en. que está la. opinion vul. .gn.r de que es mas con\'cni~nte entrar en el ag.¡a cuando el cuerpo es· tá enteramente ji'lo, i que los. que estan üjitndof- por hab ~r hecJ1C~ ejercicio i haJ e::n.pezado a traspírar, debeJ,1 esperar hasta quedarse Ji·jos del todo. Contra esta opiuion errónea existe la regla j J,recepto invariable ¡sin escep· _cion, de que un ejerciciq moderado dt;be dempre preceder q.l baño frio ¡ i que tanto un reposo ubsolulo, como un eje,'cicio violento anteriores, son p~rjudiciales en semejantes c:}Sos. Los baños frios que deben preferirse son los que se toman en el mm:. O en un rio de corriente clara, o bien en -un lago Q estanque; pero sí esto no con'eguir fácilmente, so apIi- •• "".dé 311m:lC.-o ~~::.s=". ~9. ~, Ql!.!t9 9...U ~ l5Ul OOl!.l!. 9. l!.9 ~51.1» tlSI~_O Ul!.!!. Ul!..ll. 9-' 9 tlll.9l!.l!.Jl.9 ~ ca, casi con el mi~mo efecto, el baño de tina O la frotucien jenera l con un liCllZO húmedo La hora m8~ a pl'op6sito para tomar el baño es la de la mai'lana. a ménos que n~ sea en rio o lúgo ; pu~s entonces es mejor despues de mediO dia, o dos o tres horas 3.ntes de ponerse el sol. Jcnera lmcnt e unn hora despues de haber tomado nl1 almuerzo lije ro. o dos hóras ántef de co~~!er, o cuatro despucs de haber comICio, se consideran las mejores del dia para este objeto. Las persCluns que gozen de buena salud i de un:! cO:lstitucion fuerte deben bañarse, P lo m~nos. dos vezcs pOl' semana en n!'Yua fri~ i si las abluciones son dial'(;s, tant~ mejor ; pero al entrar ha de tenerse cuidado con que la cabeza sea lo f.>l'imero que toque el aOlla, ya sea el baüode inmer"ion o d~ 3guacero, cubriéndola uno o maR minutos ántes con UD lienzo húmedo; des pues de lo cual se puede entrar Rín riesgo en el baño. Con:o la inmer:::ion se siente mucho ménos cuando es repentil..t'!, i es mui importo.nte que la· pl:r:'ler3. impresion se sienta i~ualmente por todo el cuerpo. se recomienda entr:::r en el agua sin nillgun jénero de temor, pues ha sucedido muchas vezes que, observando un método contrario la sangre ha ido subiendo de abajo a arriba del cuerpo hasta producir una nJ1oplejia. mortal. Por esta rnzon se cree que el be.ño de lluvia o agu~cero es preft:l'ible a lo!' dcmas, pue~ trasmite inmediatamente el agua por todo el cuerpo. La duraeion de un Laño de inmel'sion dehe ~er corta i conforme a la ma~ o mt!no!'; robustez i delicadeza del indil·iduo. En iguales circunstancias debe advertirse que el agua fria obra con maR violencia en las personas de erlad i d6bjle~, que en lasj6venes i COl'pulentas: por esta causa un hombre de setent a años. aun en los dias mas calorosos, apénas puede permanecer en agua fria, sin peligro, mas de diez o quince minutos, al paso que un j6ven rohusto de veinte, sufre su imprefiion por espacio de una hora oou todaeeg uridad . 77 tll!.l!.!l.9 tl.l!.9..U .Uo/ Al instante ?cspues de salir del bai'i.o es necesaJ'Jo secar el cuerpo CO!l U1l lienzo ha~to j no sentarse tranqU llamente,en s.e~uida, sino tomar un poco de eJe.rclciO hasta restablece~' la nat~ral. circul:;¡.cion de la san~re .l la aCClon Jcncl"~l de ~od?s los musculos. _ Las. vcn~aj3$ pn~CJ\)ales d.e los b~­ nos fnos, Sin COI. ta l e aseo 1 salu~ll­ d<l:d, son la. dism:nucion del esceSlVO ca!or. del cuerpo,. o ~I efecto ?e una l"er:cc:on conyeUlcn~e en el slstcmq. Tamb ieu so~ mui reco~cndables I?a. ra ely·ata~mento de vanas dole,Il?Jas ~ernosas, 1 cnfermedades reuma tlcas 1 de ~ot?'; .pf'I:O, como e.sto ~ntra y.a en la JUl :sdlcclOn de la CienCIa médica, tCl1ninamos nquí estns observaciones que cl'ce~n~s útiles e intcliji bIes para la jQnerahdad. - EL ALUM3RADO ELECTRICO, 'Varios esperimentos de este alumbrado se han .ejecutado en L6ndres, en pre:-encia de una comision de cíenlíficosd istingu idos, convidados al prop6. sito. Pna aprobacion tao espon tanea como entusiasta fué el resultado del buen éxito de las demostraciones prácticas. La luz, ademn5 de su briUantez solol", posee n.rias propiedades que se han hecho desear hasta ahora. E s permanente, s~ gradú a por sí, es perlec tamen te pura i barata -llo Se mantiene por combustion, como se demostró con mante ner su esplendor debajo de un globo de cristal tijado sobre una plancha de metal, para escluir entera mente la presen cia del aire. Se mantiene con la misma brillantez debajo del agua, comp deba. jo de un cristal O al aire. La h,lz que se exhibió, aunque no ocupó el espacio de una lámpara ordinallia i 110 pro· dujo mas calor (llle cob aceite, di6 una luz igual a seis o setecielltas velas de esperma. El efecto sobre las lámparas i vclas que tenían encendidas en la sala fué comoc uando se abre un cuarto en donde hai yclas encen didas, a la luz del sol de mediodia. E l gasto de esta luz noexe de de un peni. que por hora. La Batería Gakán ica tenía4 4 planchas i una superficie de zinc de una yarda ¡cuart a cuadra das . • • ~~ 87 DUl."I..:r_::.iJ-=-_ '(llltl1lII10111~~1111~9~111111~~IIIIR~lIIIIIIR9~11~lll1RllliJl" CRONleA. que ver estas señoras con la Independencia, ni con la Libertad. ni con la INDUSTRIA.-Se acerca el 20 DE JULIO Democ racia, ni . ••. nada! Haya toros que es el gran dia de esta capital i aun ~ cohetes ¡carreras ¡porrazos ¡golpes, no sabe,mos qué hayan dispuesto 1 lo demas nada importa. Muera meJas autoridades para que en aquel dia dia docena de hombres en los cuernos i siguientes tengr. lugar la esposicion de los toros, i con esto quedarán satisde los productos de la industria bo. fechos los manes de nuestros padres. gotana i.Ilabrá esposicion o no la Pero, i la Ordenanza de la Cámara habrá? l~OS inclinamos a creer que provincial de 4 de octubre de 1842 no, segun la frialdad i apatía que so- que dispone que en los dms 20, 21 i 22 bre este punto notamos, tanto de parte de julio de cada cuatro atlos, empede la autor idad como de los ciudad a- zando por el de 1849, se hará en la nos.-Perohabrá fiestas nos responde- Capital de la República una fiesta rá algun entusiasta por el aniversario provincial consagrada a honrar las de la Independencia: habrá toros, acciones virtuosas, i con especialidad fue~os artificiales i j uegos al natural, a conceder premios i recompensas a enCIerros, carreras, globos, bailes, los habitantes de la provincia que mateatro, concierto, canciones patri6ti- nifiesten su laboriosidad ¡honradez cas,limosnas a los invúlidos, i todo lo por las obras que presenten como de mas de cajon en aquellos dias. Qué producto de cualquier jénerode indusmas quieren UU ! .•• A estas razones tria a que estén dedicados para. ganar nada tenemos que resronder: si hai su propia subsistencia i la de sus fatodo eso, para qué mas . .. ,.Con toros, milias! . ••• ¿ Pasarémos por encima juegos, p6lvora i globos festejamos i de esa Ordenan za? ¿ la echaremos en celebramos la gloriosa memoria de los olvido? ¿ la miraremos como tantas márti res nuestros padres i padres de otras disposiciones inútiles o impracla Patria que trabajaron ¡murieron ticables que se quedan escri tas? Esa Ordenanza, nos al'güiní alguno, por hacernos felizes e ilustrados; sí! a nosotros, que a ellos nada les había es ciertamente perjudi cial en cuanto de tocar de la empresa, sino el sacri. establece el período de cuatro ailos fICio, la muerte i la persecucion! Pues para que tenga lugar laesposicion de corriente! si esa es suficiente ova- la industri a, i la Cá mara de provincia cion no decimos nada! Todo depende accediendo a los deseos del,Sr. Goberde la. composicion de Jugar que cada nadar Pastor Ospina, que así lo ind ic6, uno se haga: en cada toro que veamos di6 un golpe mortal a esta hermosa salir del toril haremos cuenta que instituclOl1. Con tal argumento sí nos vemos a un pr6cer de los que perecie- confesamos injenuamente vencidos, ron quizá en ese mismo circo meta- pues tal es nuestro modo de pensar. morfoseado en bisulco cuadrúpedo. El pueblo necesita la repcticion freO bien en cada leve globo que al cuente de ciertos actos para crear los impulso del gas veamos elevarse so- hábitos que se desea que adquiera. bre nuestras cabezas, creemos ver el Sin la frecuente reunion de nuestras alma de uno de esos heroes que se re- asambleas lejislativas, municipales i monta al cielo entre cohetes i si lvidas electorales, las diferentes clases de la a recibi r la corona del martirio, i que sociedad no .recibirían la educacion desde los tejados de las casas vec in as política que es necesaria en nuestro nos echa su paterl1<ll bendicion, con sistema. Disp6ngase que nuestro Conun buen asperges de espíritu de tre- groso i domas asambleas pllblicas no mentilla. se reunan si no cada cuatro años, i al No haya, pues, nada en esta sale m- fin acabaremos por olvidar hasta las ne ocasion que hon re la ind ustria i la ma s obvias nociones de la táctica parcivilizacion i las artes: para qué ! en lamentaría, i se verá entibiar el ardor ]0 que ménos pensarían los heroes d el por los negocios púbiicos tan neceS320 DE JULIO sería en eso ' Qué tienen rio en las democracias. No sé quien EsrOSICION DE 1.08 I'RODUCTOS DE LA • • :.;:~ DItK'W:..T -.;¡¡¡ -=oc: ._ j9 ~U.9. o. Ui.1.R.U .UllU.Il U.t ~ o.R.9Jl !tiIl3.lU1 SI i o. !I.!UIU~ llll5I.AA !lll9. !tiQ.,U,2 U ..o.,iJUI9.9.R.9JlUil..U. OJUl.ll9 y • ha dicho que la educacion política es te drama sigui6" ~i no ,estam la accion polític a; i por 3nalojía pu- vocados, el bcllLslmo Jugueteos eq~i. escnto diéramos aplicar el mismo pensamien- orijina lmente en la H~~ana, Una "0to a laeduc acion social, si podemos mánti ca! que fué reCibIdo con estreespres arnos así. pilosa s carcaj adas i aplausos. ,La Se})ero no es esta la cuestion princi. ñora Dolores Alegre caract eriza tan pa): la Ordenanza, buena o mala, bien este papel, que él solo vale toda existe ; i existe otra cosa mejor que la una funcíon de las mejores. Ordenanza, i es la necesidad de que Un novio a pedir de boca, es lo que esta sabia institucion no se piel'da, no se llama una comedia a pedir • se olvide ni abandone. ESlae s una de ca. Aun cuand o su autor de bo· hubiera. las pocas cosas que nos honra n: no querid o oculta r su nombre, cualqu ier tratemos de destruirla. aficionado habría reconocido a tiro Volvemos a nuestra pregun ta: ¿ ha· de ballesta al célebre BretoH de los bJ'á Esposicion o no la habrá ? .. _. El Herre ros en los mil chistes fiuos, en Sr. Gobernador es el que puede res· los conceptos injeniosos, i aun en ponde rnos; los hechos responderán, aquel cierto aire de familia que tie· como decía el otro. Loque es nosotros, nen todas sus comedias ¡I hai quien nada podemos asegurar hasta que no prefiera esos drama s terribles i cruen pase el 20 DE JULIO. tos en que, como decía la Romántica, TtATR O.-. Entre el 10 i el 17 de el uno muere asesinado por su hijo, junio tuvimos cuatro buenas funcio· el otro enven enado por su padre, esnes, a saber, Frai Luis de Leon, ¡lla· te emparedado por su hermano, aquel rino Faliero, Los hijos de Eduan /o tiTado a un rio por su suegro, i i Un norio a pedir de boca. La pri- mente el consu eta despa churra finaldo por mera obtuvo en su repeticion un gran caram bola con alguna mesa o silleta suceso. La concu rrenci a inmensa de arrojada, a tierra en el delirio del fuaquella noche alegró el teatro i animó rol' i del frenesí!. ... 1 pregun ten UU. a los actores. La ilusion del acto so· por qué no les gustan las comed ias de l~mne de la profesion hubier a sido costumbres, sobre todo a nuestr as muo mas completa con un órgano manual jeres (i si son cortad as por el modelo que fácilmente hubieran conseguido de la Romántica con mayor razon) los actores. Porqu e el galan está vestido de frac o J.llarino Fa/ie ro.-Es crito en un levita, chaleco, corbat a, pantalon lar· lenguaje bello i elevado, lleno de pen~ go i sombrero de pelo, ni mas ni mésamientos sublimes, de imájenes felizí- nos como vestimos los galane s de es· simas i de senti mientos patrióticos, no te siglo; porque la dama lleva un es sinembargo de los drama s que mas je cortad o por figurin, i va peinadtraaceptacion tienen en esta época. La mismo que las damas que están a lo en los accion ,auuq uegra veein teresa nte,es palcos, i saca guante s i gorra i somfria ¡monó tona, i esta historia tan brilla. Pónga me U. el galan con to~ conocida es Inejor para leida que para nelele bordado, capa corta, mangas representada, a lo ménos del modo con trusas, chapeo con pluma s, o casque está tratad a en esta pieza. La pro- co, almete i demas prenda s caballepiedad i riqueza de los trajes nada de- rescas, i la dama con traje de cola, re· jaron que desear . lumbrones, tocas, mangas perdidas&. Los !tijos de Eduardo, tambien re- i dirán nuestr as bellas con entusi as~ peticion, nos pareció mejor ejecut ada mo! esto sí es bueno! esto se llama que la prime ra vez. En esta pieza su- una pieza a pedir de boca! ros po desplegar la Seilorita l\Iatilde su no pensamos de la misma Nosot maner a: naciente talento dramá tico. Esta i el entre un drama sentimental i 1I0ron jóven Eujenio, derram ando abund an· j una buena comedia que nos diviertes lágrimas en las tablas, conmovie- ta hallamos la misma diferen c ia, deron fuertemente al espectador que no jando cada cosa en su lugar, que eopudo ménos de acompañarlos. A es- tre una necrolojia o elejía lacrim osa, 80 =-r:: ..... m.:-.:..:r_::.;:=c::.. ~22~RR2~R~~~~R~~~~~RRR2R~R2RQRRR~~RR~R9RRR~gRR99RRR" i un buen artículo de costumb~s; desde luego nos apechugamos est~, dejan: do a ~n lado la otra. Un estranJero mUI apasionado P')~ el teatro nos decía aquella n~che. despues de una bue- na comedIa sal~ ~1l0 mas OOl,11eoto, duerme tranquilo I sosegado, I s~ levanta de bue,~ humor (er~ médico) ~sta observ3C1on tan sCIl«?I1 la es '!las Importante de lo que a pnmera vIsta parece, .sobre todo para los que por • desgraCIa estamos do.tados de un teml~ramento pronuncladamente nerVIOSO: rUllt,IGAC10Nf:::; NUln-,\s.-Ha comenzado a publicarse un peri6dico mensual de educacion i literatura con el título de El Eco del Colejio de la Concordia, que puede considerarse comoel6rgano oficial, si podemos decirio, de aquel establecimiento. La práctica inlroducida por el Señor Lléras i seguida por el Sei'ior González de ¡:lUblicar un periódico consawa~~ a. dar ,cu~nta a los padres de humita 1 al publico en jeneral de los trabiljos, conducta i aprovechamiento de los -nii10s que les hah sido confiados,es enteramente nueva en nuestros paises americanos; i es práctica qllc honra sobremanera a la Nueva Granada pues la consideramos como un gr::m paso de progreso en el sistema de cducaci(¡ll, i en la pren~a peri6dica. 1\lI1to en la Crónica del Col~iio del Esph'itu Santo, corno en el Eco dd Col~jio de la Concordia, los alumnos ejercitan sus talentos i Cns:1.yiln sus fuerzas, ya en la poe~ía, ya en la oratoria, y:\ en otros ramos de literatura ¡Quiera el cielo conservar i fortalezer estos dos monumen(os de nuestra naciente civilizacion! -Ademas de los periódicos de que hemos hablado, algunos alumnos del Colpjio del E. H. redactan en los ratos de ocio o descanso un pequeño periódico titulado El Ensayo literaTio, del cual hemos visto hasta. dos números publicados. J. . o mismo que los otrOs do"" tiene por objeto ensayar Jos conocimientos lilerarios que ad quieren los mi embl'Os de una pequeñá sociedad, que con el título de LiteraJ'ia existe dontro del mismo Co- lejio, émula de la Sociedad instruc. tiva, i de otras varias del mismo jénero que han formado los alumnos. En este p~queño peri6dico se publican los discursos que los individuos de la sociedad tienen deber de pronunciar en la mesa, sus composiciones en verso, i artículos especulativos sobre cualquier punto dado en cuestiones literarias. El eter aplicado a la curacion de • la locllra.-Sabemos que el Dr. Andres 1\1. Pardo está escribiendo una obra sobre esta importante mat~rja. Sus observaciones son fundadas en los esperimentos repetidos que ha hecho en multitud de casos, los cuales han producido resultados felizísimos. Segun informe~ que tenemos de él mismo, entre las numei'osas aplicaciones que ha hecho del é¡er en esta capital, no ha habido un solo paciente cuyo mal se resista al benéfico influjo de este poderoso ajen te sobre el cerebro. La utilidad de esta publicaoion será inmensa, i hará al Dr. Pardo acreedor a la gratitud de sus conciudadanos i de la humanidad entera. i\TOV,,,,II'EN'1'O rON'rINUO.- Parece que ninguna de las personas intelijen~ tes que hasta ahora han examinado las teorías i e l ITlodelo de la maquina construida en esta Capital por nuestro compatriota Señor Vera, nieaa la posibi lidad de un estraordinario fbriliante suceso. Aunque enteramente lérros en la materia, entendemos que solo les falta un dato para quedar plenamente seguro"! de la ev idencia de esta teoría, a saber, si el brazo menor de una palanca podrá levantar cierto peso colocado en el mhyor. El Señor Vera parte para Europa a poner en planta su descubrimiento i reclama el ausilio de sus conciudadanos asegurándoles una crecida utilidad a accionistas en esta empresa. Deseamos que el Seii.or Vera vea coronados sus esfuerzos e intelijencia para honra suy.a i de nuestro pais. - •