El Museo. - Actividad Cultural del Banco de la República

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Tomo l.
Num.1.
Bogotá, l.' de abril de 1849.
~~--~-~----- -------~
A:NUESTROS LECTORES.
Un periódico mas! .. Bravo! viva
la libertad de imprenta! vivan los
proO'resos tipúrrráficos que diariamen·
te ¡:;cemos ! fado el mundo es escri.
tor, porque todo el mundo tiene clere.
cho para serlo, aun cuando no posea
las cualidades que se requieren para
erijir:;e en tribuno .... Pero en mala
hora ve la luz este nuevo periódico, i
en malhadado instante concibieron
sus Editores el descabellado proyecto
de publicarlo ; no son tan grandes i
premiosas las necesidades periodísti.
cas de esta capital i aun de la Repú.
Llica entera, que no estén mas que
satisfechas con las multiplicadas pro·
ducciones que vomitan nuestras pren.
sas; en Bogotá no mas tenemos L a
Gacela, El Constitucional, El D ia,
El Aviso, El Neogmnadino, La
América, L a VOl del P ueblo, El R epublicU1W, La P rensa, El P"ogreso,
L a Crónica del Colejio del Espíritlt
."'anto, i varios otros periodiquillos de
menor cuantía, sin contar con los que
de ultramar nos vienen, que tambien
nos cuestan la plata i nos gastan el
tiempo, como El Correo de Ultramar,
TJa Crónica, El Correo de los E sta·
dos Unidos , El Correo de la E uropa
~'('. cJ'"C· t{·c.; ¡sin poner en la balanza
a. Chile, Perú, Venezuela i Ecuador,
que cada semana nos regalan con una
buena provision. E n Cartajena tene.
mos ademas EL S~:MANAnlo i El. FA·
NA 1" con algunos otros de circunstancias: en Santamarla L a Gaceta lllerW11líl i el Samario: en Antioquia la
E strella de Occidente i El. CENSOR.
En R iohacha El R ioltac/¡e7'o : i en las
demas provincias <llgunas otros que, o
no conocemos, o no recorda mos ¿ Podrá esperarse, pues, que EL M US EO
que hoi se nos ofrece tenga suscritores, pero ni aun lectores siqu iera,
siendo tan reducido el número de las
personas que leen? Dificil, mui dificil
es que el tal M USEO, que acaso será
alguna pamplina, pueda sostenerse, ni
costearse.
1 aun si fuera algun peri6dico polí.
tico, que se ocupase en ventilar las
cuestiones mas importantes relacionadas con el porvenir de la Patria, un
periódico de aquellos cuya mision es
arreglar el mundo i fal~ar sobre su
suerte futura, hablando el lenguaje
republicano, sosteniendo el dogma de·
mocrá tico i Jos sac rosantos principios
de libertad , abogando por la causa de
las marorías, i en fin, sustentando todo
aquello que han proclamado los pue.
blos del hemisferio de Colon, i que
forma el progra ma del verdadero par.
licio liberal de todos los paises, en ha.
rabuena! E sto sería darnos un a mer.
canda que consmnimos i apetecemos,
seria contribuir patriótica mente a la
educacion política del pueblo, a. la
instruccion de las masas. P ero un
2;
::a:;::x.,..
:NIk-.:..7t!!!1i1:.;::-=-e
"tu5t5t.5t.9.5t5tA5t Ri.5t9ll.5t.!l5t Rll.5t U 9llJ1.lIlUI iS!..2 9.9Jl.9 i.2llllIl.II..lI1tU2.l!.l1l1.2U9 .2j!.u.~ iUUllllllll5t o/
•
l)eriódico literarÍo ¡ en estas alturas!
•••• en la época mas crítica! cuando
todavia está fresca, palpitante la crísis
eleccionaria ¡c.uando apénas estamos
sudando la calentura del 7 de marzo!
•.•. Un peri6dico literario donde no
hai literatos ni literatura! en un pais
eminentemente político, dado a las
cuestiones graves; donde el templo de
la Gloria no tiene mas que dos puertas, la política i las armas l .. . E s inconcebible; fuerza es que sus calaveras Editores estén ciegos para no ver
sus verdaderos intereses i los de su
Patria.
T odas estas i mucha s mas reflexiones juiciosas harán algunos de los que
quieran tomarse la molestia de leer estas páj in as. Razon ti enen i les sobra;
pero el cargo de ceguedad no lo admitimos: con conocllniento de causa
obramos; por eso nos reconocen1os i
confesamos calaveras hasta cierto
punto. Si laesperieneia es la maestra
en todos los negocios hum anos, debemos augurar mui mal éxito para nues·
tra humilde, o mas bien, osada em pre·
sao Nosotros volvemos 1<1. vista para
examinar cuál ha sido la suerte de
aquell as pocas publicaciones que a·
band onandoel escabrosocnmpo de la
política han pretendido segui r un sendero mas ameno i flori do, i que han
querido trocar Ins adulaciones o sa rC"lsmos, las mentiras o dicterios, los
delirios o las cuestiones personales por
las dulces inspiraciones del jenio i el
apac ible trato con I:::ts l\Iu ~:'Is: que han
dejado la trompeta del heraldo i la ban·
dera del tribuno por la sonora. lira i
la verde corona de laurel .... Bien lo
sabemos: bien esperimentado tenemos
por desgracia que los esfuerzos que
mas de una. vez se han hecho en esta.
capital para fllndar i soste ner periódi.
cos consagrados esclusi\'amente a la
literatura. en sus diferentes ramos, 16jos de ser fructuosos, no han tenido
otro result ado que la aparicion mo·
mentanea de meteoros literarios que,
apenas ensayaban ilumin ar nuestro
horizonte, se apagaban en las tiniebla s
de la ignorancia o de la indiferencia,
sin quedar vestij io alguno ele su pálida luz. Desgracia lamentable por muo
ehos estilos, i sobre todo por lo que respectaal buen nombre i crédito de nuestro pais, célebre en los fas tos amerlca.
nos por sus hechos de armas j por sus
grandes hombres públicos, ¡oscuro i
desconocido en literatura i en artes.
Pero .... ello ha de ser!! tarde o
temprano habrá de forma rse el gusto
por esta clase de lectura; tarde o
temprano han de jeneralizarse estas
producciones, vistas hoi con est61ida
indi len:ncia en nuestra propia tieITa.
iH as este gusto se fo rm ará por sí solo.
¿ E stas producciones han de salir de
la nada, al soplo de Dios? No! fuerza es que algunos aficionados demos
el ejemplo poniendo la primera piedra
de ese futuro alcázar de las letras que
muchos j6\'enes div isan entre la bruIn o. del incierto por ven ir como una
vision fantústica que les forja su ardi ente imajinacion.
Ello ha de ser! repetimos. No he·
mos de ser los granadinos los que nos
quedemos atras en la carrera de civi.
lizacion en que marchan a pasos de
jignnte nuest ros hermanos de Sur·
Am érica. Pero esta voz de adelante!
qu ien la ha de dnr ? Alguno Ira de ser
el primero: no el mas osado, sino el
mas entusiasta: no el ma s patriota sino el mas di lijente, el ménos perezoso.
lIenos, pues, aqu í a. nosotros repi.
tiendo el eco de esa voz que ya han
dado en otras épocas, ;lunque en vano,
algunos jóvenes, a quienes desde lue·
go cedemos gustosos la palma de la
primacín. ll enos aqu i dispuestos a
Rrrostrnr todos los obstác ul os, a hncer
ji'enle a tod os los escollos que divisa mos desde la proa. de nuestro débil
batel ; henos dispuesto a sufrir con
resignacion las dolorosas picaduras
de la crítica sana i de la apnsionada,
a trabnjar como una gota de agua so·
bre hl dura piedra del egoismo, de la.
indiferencia i de la pereza. Como no
nos falten los recursos intelectuales,
las fuerzas de la vol unt ad i del ánimo
no fallarán. Favorézcanos la juventud con su induljencia i ayuda , i nuestro M USEO, pobre ¡exiguo hoi, podrá
os tentar con el tiempo raras precio.
sidades, i ser la admiracion i la gloria.
de la América.
:lIIE:~
:tIIHICW.:..T~~.aa.
3
~~~~~i~~RR'Q9RRO,Ooo~~R~r~~i'R'~RRRRQRRR~RR~R~~RR"
No blasonamos nosotros de litera.
tos, ni pretendemos recojer aplausos,
ni ménos obtener ganancias p~cuniarías (decimos francamente como la
zorra:" no están maduras ") únicamentequeremo:;, para valernos de un a
fiO'ura muí conocida i trillada ayudar
ao abrir el camino,. contribuir por
nuestra parte al abono i preparacion
del terreno donde ha de co~ec.harse
mas adelante una abundosa mies.
Es una gran. verdad reconocid.a
ya por nuestros Jó\-enes que los palses nuevos de Am~rica deben dirijir
su atencion i esfuerzos a la creacion
i formacion de una literatura suya
propia, de una literatura enteralllerite
nacional; i y:l que conocemos que
esta es nuestra misio n, fuerza es que
cuanto antes procuremo!O pasar de la
teoría a la pr:'tclic3_ Ya es tiempo
desatisfacer esta necesidad continentaL Q;.té! siempre hemos de estar
cantando insulsos amores en monótonas endechas? no saldr('mos jamas
del círculo sempiterno de la pocsía
erótica. i de la pintura de las escenas
comunes de la vida europea? No! pasemos mas ade\:ante! en vez de imitar, creemos! Nuestros padres los
espai'ioles nos dejaron tbdo, relijion,
idioma, costumbres; todo, ménos ciencia e ilustracion; lo poquísimo que de
esto tenemos nos lo d ~ bemos a nosotros mismos, a nuestros propios e instinti\'os esfuerzos; pero desgraciadamente eso poco es un amalgama monst~uoso, un todo estrayagante, que no
tiene colorido, ni luz, ni diseilo ni
forma alguna. Debámonos, pues, tam·
~ie~ una literatura propia ¿ Kos falta
J.élllo P?ra crear? no! ¿ Nos falta protunda 1 despejada. intelijencia para
compr~nder i percibir lo bello, para
se~tlr I con?Ce~_ l a ~atllraleza? no!
¿ Nos falta lma]lIlaClon risuena i 110rida. para adornar, para cautivar por
mediO de las formas? no! Qué nos
f?lta pues? nos falta constancia, espír~tu el~)prendedor, un poco de auda~Ia; mléntras que nos s?bra modestia
I pereza, ~esconfianza I neglijencia.
La América con toda su magnífica
grandeza, con su pureza virjinal, es
un campo vastÚlimo que se estiende
ante los ojos del que naci6 poe~a. e~
decir, dueño de un corazon sensIble, 1
de un alma noble, ardorosa ¡sublime.
El imponente espectáculo de esa naturaleza rica i jigantesca, suministra
abundante materia para la poesía
descriptiva: la gloriosa historia de e~­
taparte del nuevo mundo, sus tradlciones indíjenas, su fábula misma se
prestan. admirablemente para el ro·
manee I para el drama¡ desterremos,
pu~~, ese il~je.~to. raqt.títi.co ~n que., d.c
plaJIO en plaJIO I de ImltaClon en 1In1tacion, llegamos solo aal canzar frutos
desmedrados i fuera de sazon, como
los quc producen las plantas trasplan.
tadas en terreno que no les conviene.
Si! La. América, i se ilal adamente
la Nueva Granada., es un inmenso venero para el espíritu, como lo es para
el cuerpo: una mina tan rica i abun.
dante para el literato como las de los
metales i piedras preciosas que oculta
en sus entrailas. Si lajuventud quiere
esp!otar e~a mina con teson ¡constan.
cia, este bello pais será algun dia rico
de gloria Iheraria.. Tengamos fe en
ese pon'ellir, tengamos confianza. en
nuestras propias fuerzas i todo lo alcal1Za~emos. No nos acostumbremos
a mirar como imposible aquello en que
aun no hemos ensayado todos nues.
tros recursos.
i Manos, pues, a la obra, brillante
juven tud! De vos lo espera todo la.
Patria; de vos lo esperamos todo nosotros! Ayudadnos, desterrad de vues.
tro noble pecho el egoismo i la tibieza,
harto comun por desgracia ! El dia
que colocados en el alto templo de la.
gloria contempleis bajo vuestros pies
la obra de vuestros jenerosos esfuer.
zos, ese dia entonareis himnos de ala.
banza i agradecimiento a los que os
estimularon con su ejemplo, i alenta.
ron vues tra desidia! ..••
Pero se alarga demasiado esta in.
troduccion. Bien hubieramos querido
ahorrarnos el trabajo, i a nuestros lectores el fastidio, de esta especie de
pr610go o prefacio, temerosos de co.
meter. el pecado de repeticion de lo
que dicen todos los periodistas en sus
prospectos, i de tener que recurrir al
uso de aqueUas frases que los france.
I
I
I
,
ses llaman banales, tan comunes i manoseadas, tan Ilen.as de protestas i promesas, que nadie atiende i que nadie
cree; pero siempre hemos pensado que
esta es una lei de cortesía que no puede desatendersc sin cometer una falta
para con el público. La presentacion
de un individuo en una sociedad exije c iertas fórmulas, i con mayor razon
la del escritor que va a entrar en relaciones con ese público i a ejercer
para con él un ministerio augusto, si
bien
prostituido i de(Tradado
en oca.
o
Slones.
Coneluiremos con una advertencia.
Ni nuestras ocupaciones, ni nuestro
escaso caudal de conocimientos nos
permiten consagrarnos a redactar un
periódico estenso ni enteramente orijinal: el que espere hallar en ell\IusEo
ambas cosas irá muí descam inado.
Por altora nos contentaremos con
publi car ](i pájinas del tamal10 de las
presentes, una o dos vezes al mes.
En ellas se verán aquellas producciones nacionales, cn prosa o verso, que
podamos haber a las manos; de resto
in sertaremos algunas traducciones, i
artículos tomados de periódicos es·
tranjeros. Ya se deja yer, pues, que
sel"illl recibidas con placer i gratitud,
i colocadas de preferencia. en nuestro
l\IU~E O, las producciones que quieran
enviarnos nuestros compatriotas, sobre materias que son objeto de esta
publicacion. Si asi fuere, nuestro reconocimiento se rá eterno, i nuestro
periódico alcanzará el mérito que hoi
no tiene. LL. EE.
LLANTO 1MELANCOLIA.
A fe que el cncabeza miento que
lleva este artículo no deja de ser romántico i del todo acomodado a Ia.s
ideas dominantes en esta nuestra sociedad tan llena de ailomalias mas o
ménos ridículas. De buena gana me
lanzara yo en el laberinto de un oscuro prefacio, como suelen hacerlo los
escritores que, teniendo poco que
decir . no por eso dejan de hablar
mucho, i <trrastraría al pobre lector,
si n dejarle tiempo ni aun para respi-
1"ar; pero, hombre positivo, tiro siempre al blanco, voi al grano; de esta
manera aunque no logre inslruir o
deleitar al leyente, por lo ménos no
lo engailo ni fatigo, haciéndole presajiar por enfáticos clausulones de
molestos preámbulos un escrito niagnífico como tal vez lo deseara yo;
pero tal cual seguramente nunca podría producirlo mi estéril \"ena.
Quizá alguno se habrá asustado al
ver la. materia en que parece me vOL
a ocupar; pero pierda. cuidado, que
no quiero ensordecer su oido con el
bronco quejido de mi pena ni con las
destempladas melancolías de mi alma.
No es del llanto que brota del ojo de
un infeliz, ni de la tristeza que carcome el corazon de un cuidado de lo
que voi a habbr. Son el inagotable
lIanto,laconstante melancolía de séres alegres i ri suellos, que tienen un
alma de fuego, nlil esperanzas i un
corazon todo repleto de amor las mas
vezes, los que en este bien o malaventurado dia me ponen la plmna en la
mano. Cosa estraña! ¿El llanto) la
melancolía son tambien hu éspedes importunos que llaman al umbral sagrado de séres como esos, mas bien.
lelizes que desgraciados, o tal vez mas
indiferentes que sensibles? Sí sefior.
i no sei'ior. J aunque a primera vista
esto parezca padoja. o enigma. con
mas eXi~men se verá que es verdad
no ménos clara que el a~ua de una.
fuente límpida i tranquila ¿ Conoce
U. entre nosotros a ciertos indi\'iduos
que forman la s delicias de nuestras
reuniones por su trato ameno i jovial,
sus chistes agudos, sus re!':puestas vivas i oportunas i dema s dotes ineherentes a un buen juicio lleno por la
sabiduría i adornado por la educacion? E sos que Jlam.amos poetas?
Bien ~ No los ha visto U. sentados
en el festin de los placeres sociales i
domésticos, gozando de las ventajas
de lacivilizacion i deleitando su alma
en la sa tisfaccioll de sus necesidades
morales·e intelectuales? Luego ellos
son en lo jeneral lllas dichosos que
desafortunados, i como todos, beben la
miel i el acíbar, mezcla fatal en el
vasO de la vida. Sinembargo ¿quién
-=:=--.
~f!I!8:E::-=- .
!)
~~~~gQQOOROOOOOOOOgOROQQRg~2~~~~~Q~~~2~S~R~gg~
no ha oido Jos ecos quejumbrosos, las arrancarle sones como los que ha
dolio!-13s endechas de algunos de Hues- oiclo allende lo", mares, ant iguos como
tros lJoetas? ; Qui"én ni) ha visto a el océano, comunes como la luz. 1
qué? PO(quo en vez d~ ce-
esto~ cisnes éantores, agobiados de esto por
peso imaiinario, arra<;frarse en el lebrar la sublimidad, la belleza I las
baJO C:'l.mpo Je la imitacion, en vez de O'racias naturales, quiere frenético
lanzar su yuclo majestuoso i libre por ~onmo..-er las selvas cuya riqueza dcUH
ese horizonfe inñnito, tendido siempre
delante del \crdadero jenio, brindándale estension ancha para ensei'iorearse en la pompa de la orijinalidad?
Desde los primeros acentos que elevael I1UeYO cantor, las primeras notas
que arranca del harpa, se oyen los
tristísimos ayes que le cuesta un dolor
profundo j desconocido, que le habr:.1
de acompaiiar durante su vida, habní.
de amargar la voz en su garganta,
habrá de vestir de luto sus dias i ceiiir
sus ~ienes de adelfa venenosa. Esto
es ciertamente lo que le acontece a
nuestro pais con algunos de sus poetas; i aunque lo vemos i senti mos, no
podemos remediarlo. Notamos unj6ven que sobresale entre los otros por
su talento despejado i su amor a las
bellas letras; no tarda en ofrecernos
cuadros lánguidos ¡torturadores pintando una amargura letal queemponzoila su alma juvenil i cuando esperáhamos que, colocado en medio de bs
escenas robustas i brillantes de nuestro suelo, herido por todos lad os con
la presencia de mil fenómenos admirabies i sorprendentes, rodeado de
una naturaleza grandiosa ¡habitando
una tierra nueva cubierta de maravillas i sembrada. de caras memorias,
bajo un cielo si n rival entre los cieloíl,
en campos fértiles con entrañas de
oro i de esmeraldas, regados por maosos arroyos i espumosos torrentes,
duefio, en fin de un segundo paraiso,
reino de la Libertad ; cuando esperáb~tllos que pudiendo beber la inspirac~on en cada uno de los objetos que le
Circundan, alzara su voz cadente i
soherbia para cantar nues tro mundo i
su') bellezas, nuestra tierra i sus pnmores; cuando esperábamos que se
levan tara con todo el poder del jenio,
con toda la esplendidez de la novedad ; lo Yemo~ remedar las viejas
armonías de otros cantores i volver a.
rasgar hs cuerdas de su lira para
bía ~antar con ('1 grito n~onizallte?c1
monbundQ: porque en vez de recoJer
los colores que matizan nuestro cielo
i bordan nuestros campos, quiere eubri!" todo su mundo con el luto de su
corazon, luto fantástico i cargado de
de hond a amargura.
Por esto bebe en una fí.iente agotada ya, por esto sigue una senda pobre
i sin flores, por esto abatiendo su vuelo, sus alas cansadas i faltas de impulso i de vigor, no le permiten elevarse
a las altas rejiones de la gloria; i así,
exhausto i sin entusiasmo vuelve a
caer al fango de la muchedumbre del
cual . no .se había separado sino en
apanenclU.
No se crea que estas son meras
fantasías; son co~as reales, son hechos
verdaderos i funestos. El deseo, la
manía de imitar han puesto freno a.
nuestros injenios, han ap,,~ado las
chispas del talento, han matado en
embrion las capa7.idades superiores,
los espíritus escepcionales que debieran haber creado entre nosotros una.
literatura verdaderamente nacional.
En consecuencia nada tenemos, porquenuestroshombresde injenioen vez
de imitar los cuadros sublimes de
nuestra naturaleza, se han limitado a
copiar cuadros pálidos de esas escenas lánguidas que se obsen'an en~e1
opuesto hemisfer io. Xo vemos entre
nosotros sino poesías fujitivas en las
que se reproducen sobre temas ya
gastados las teorías i los oscuros matizes de otros que primero escribieron.
1 miéntras tanto duermen en olvido
los rasgos característicos de nuest ra
historia ; nuestra tierra, que pudiera
llamarse de las tradiciones, parece no
pre~entar ¡nteres al cantor que pasa.
mdlferentes sus ojos al traves de ella,
para ir amendigaraestranjero teatro
asuntos faltos de interes para nosot~os, i exibírnoslos, como la dama que
vlste su espalda con ajeno i desgar~a.~
6
~JIL.o
~tI!I!ii'::JE:: c:..
~.Q.R.Q..Q. la o .tU UU9..tlU.U 9.,.Q.g llR.ll.Q.UJI.R.R...Q..U.Ru.Q. R Ulltl.Q..Q..Q. 9 9 OR OR 11 ~tlllUUP.ll.911"
do manto, abandonando su rico chal
que agregara a sus contornos el mati z
del pudor sin borrar el brillo de una
Queremos dar-una. muestra. de 10
lijera. i picante vol uptuos idad.
que hace catorce años se escribía en
¿ Cuáles son entre nosotros los es- uno de los periódicos literarios que
fuerzos que se hacen, no diré para re- porpl'imcra vezse publicaban en esta.
s,:,citar, si no 'para c rear un gusto pro- Capital. }Jresci ndiendo del mérito inpiO nuestro, 1 un fondo de liter¡¡lura trínseco de este pequeño artículo,
tambien peculiar a nuestro pais? creemos que será visto con interes,
¿ Qué nos llega si no las pésimas tm- por cuanto las escelentes ideas en él
duccion~sde novelas francesas? ¿Q u6 contenidas son todavía aplicables, con
leemos SinO las amarguras o las tris- corta diferencia , a nuestra sociedad
tezas de l alma de algun vate americtl.- actua l, cuyo gusto particularmente
no a quien le ba dado por lIoriquear:l en las señoras, se ha. v iciad o con la.
todas horas como ni ílo empaJngoso? lectura de malas novelas. Quizá 10] ¿ c uál de nuestros jóvenes entusitl.s- gremos con esta insercion convertir
tas ha sacudido el polvo de nuestras aunque sea. un nlrnn desca rriada i diviejas memorias para desenterrar he- rijirla por el vcrdadero cnmino: con
chos gloriosos? ¿ Cuál ha cantado lo cual algo habremos g:l.Iludo. Nos
nuestros héroes, cuál nucstra. odiosa hemos tomado la li bertad de agregar
servidumbre, nuestra inde pendencin , al artículo algunas líneas de nuestra
nuestras luchas, nuestra redencion propia cosec ha por creerlns oportunas
política? ¿Cuál ha celebrado la his- e indispensables en la presente época.
toria de este mundo grande i celebé- e n que han aparecido en la escena.
rrimo en vez de componer odas a la nuevos novelistas.
luna, que ya estad cansada de oir
" Si se esceptúan las Viacrucis,
tantas deprecnciones i tantos ll orones Ordinario de la misa j demas libros
nocturnos? Contados son en ,·erdnd . de <Ie\'ocion, las novelas son la lectuTodos lloran su tristísima suerte, to- ra de una gran parte de las se lloritas
dos piden la mucrte con gritos des;} - gl'<lnadinas; las afamadas por sus
forados; i cad:t uno con sus Ires o lam.:es Jemasiado librcs, o por ser de
c ua tro o cin co Dulcineas les canta autorcs I/<'Imados a boca lIenn impíos,
desde la plnnta del pié hn¡;:ta ItI. grasn herejes, son las únicas que, a no ser a
del cabello, haciendo un a rigurosa hUl'ta ~ lilla ¡;:, dejan de ser leidas; la.
análisis de los obje tos intermedios .. . lfllcva Elu/su , las Aventuras de
Otros, los m6nos, ~e hunde n de tal FaulJ/as , i todas las de Pigault Lemodo en las profundidade~ i nh¡;:trac- brun, se qucdan p;lra que los hombres
ciones metafís ic a~ que es preciso de. a la mod erna' se sahoréen con su lecjarl os irse solos para no distraerlos ni tura ¿ Será puc¡.;to en r:17.0n, pregunto
perturbar sus cavilaciones sobre e l ahora , el que las mujeres lean tantas
infinito o la eternidad, poco mas o illsul sezes. ~olo porque no tienen fama.
de mab s? que adq uieran ideas exaje ménos.
Observamos tambien que la cos- rada s sobro lodo, i un gusto deprava_
tumbre de llora", por todo se estiende do? No! no es puesto en razon: i por
hasta. las conversaciones familiares, esto tratarnos de Inanilestar nuestra
lo mismo que la de invocar la muerte opinioll sobre algunos de eslos libros ;
i aborrecer el mundo i la vida; pero pues, agradando nuest ro modo de
yo sí creo que ámbos se harán de fijo pensar, aunque sean le idos, se hará
mni mas odiosos el dia, no mui leja no poco caso de ellos i no serv irán ya <le
se~ul1 van las cosas, en que todos llo- fIlodeloHli para. pensa r ni para. obrur.
Lns novelas de l\Iarl ama Couin,
remos i nos desesperemos, porque ent611ces ahogándonos en este valle de entre ellas la lllalilde (J las Cruzadas,
lágrimas maldeciremos el llanto i In son de las que mas corrompen el gusmelancolía. de la. mayor parte de nues- to a la juventud: personaje¡ que a
80la6 hacen lo mismo que si estQvie.
tros aRijidos poeta&tros.
LAS NOVELAS.
:.nx....
~~:JE::~ .
7
"RR~RRRR~~R~R~RR~R~R~~~~RR~~~~RQQQRRQQROR~~~Rap~R~
•
Tao rodeados de cuarenta o cincuenta, no son sacados de la naturaleza;
amantes siempre at1ijidos: .mujeres
amadas de todo el mundo, que no
piensan en sus trajes, que no murmuran: estilo hinchado i 1I0ron: ninguna escena que no sea grave ¡patética, son cosas, a la verdad, que-agradan a muchos. Así es que una carta
de cinco pliegos de laamadaal aman te, llena de clausulones en que, ni por
pienso, se acuerda de darle cuenta
de lo sucedido en la casa, es el 710n
pllts ultra de las cartas amatorias.
Estos son los gr'undes modelos que
tratan de imitar nuestros j6venes; i
hemos visto mas de dos imitaciones
que harían llorar de risa a cualquiera
que tuviese los cascos bien sentados.
Lacondesa de Gcnlis es otra madamaCottin. Va/more i ¡)Iall!k Adde/,
Clara i llIatilde se asemejan a una
persona que se, ha puesto en zancos
i se ba borrajeado la cara.
Ana RadclifTe ha seguido otra senda, pero no creemos por esto que sea
la mas bella. La Abadía en la selva,
La campana de media noche, El castillo de los Pirineos, Los misterios de
Udolfo i el Ilalia¿w, son novelas que
no pueden leerse mas que una vez,
pues consistiendo su mérito en la trama, sabida esta, no hai que admirar
en ellos ni caracteres, ni estilo, ni
sentimientos. Ladrones, asesinos
víctimas, castillos arruinados, coche~
volcados, máscaras misteriosas, cuevas, montes i selvas medrosas, es lo
que mueve nuestra curiosidad' i
aunque hai escenas i conversacio;les
naturales i verosímiles, los amantes
son siempre frios, i desagrada ver "a
un hombre de bien como aislado en
la sociedad, porque donde quiera enc.uentra trampas i desalmados. El mérito que pudieran tenerdichas'ño\'elas
IQ pierden leyendo lrur JIil i una noches, pues consistiendo este en el enredo, no hai duda en que las AI il i
una noches las aventajan en e!Cto de
sobra.
Ata/a, R ené, P ablo i Virjinia i
Werllter son nove las mui bien escri.
tas; la. Nuec(t Eloisa tambien lo es i
una de dos: si aquellas (esceptuan\~s
a Pablo i Virjinia) son leidas por ~lU
jeres, tambien debe serlo la. E~oua;
o al contrario: si la lYueva Eloua no
es leida, tampoco deben serlo Ata/a,
R ené i l-Verlher; porque todas eSI.as
composiciones pueden causar los mis·
mos males, o los mismos bienes. Si la
Nueva Elois(l nos hace amable un
amor criminal (. no lo hace tambieu
René i Wertlter?
Viendo estas obras con los ojos de
un literato encontraremos mucho que
alabaren ellas i Que poco se parecen
V¡rjinia, Carlota i Atala a las hero i.
nas de casi todas las escritoras fi·an·
cesas! Carlota pertenece a la sociedad: las otras dos están aisladas;
pero Virjinia escribe sus cartas como
mujer i Atala siente como tal. Ape.
sar del diferente estilo de estas tres
composiciones, pues que a bAta/a
podemos llamarla poema porque las
musas dictaron la mayor parte, todas
llevan impreso el carácte r de la.
verdad, sobre todo lVertlter, i todas
son poéticas .
El ricario de Wakefield merece
tambíen todas estas al .. banzas, i como
Pablo i Vújinia, contiene una. sana
moral.
Sir "raller Seott es autor de un
jénero de no\·elas totalmente diferen.
tes de las que hasta ahora hemos mentado. La mayor parte de los céle bres
novelistas franceses de nuest ro ticm.
po siguen a Scott; sus argumentos,
como los de este, son históricos: la
risa, el llanto, lo patético i lo ridículo
van unidos, como lo yan en las socie·
dades humanas. No hai duda que estaclase de novelases instructiva. U na
señora que haya leido el Talisman es.
tará mas enterada. de lo acaecido en
la prim.era cruza~a, que la que solo
haraleldo la ftlalzlde : aquella conocerá los verdaderos caracteres de Ri cardo corazon de leon, de Felipe, del
~rzobispo d~ Ti ro j de los T empla_
nos; los usos I costumbres árabes j los
de los cruzados; la que ha\'a leido la
llIatilde no conocerá sino' fan tasma$
salidas de la cabeza de una buena se.
'DOra. francesa.
L as novelas de W alter Scott, a
nuestro modo de ver, son las que mas
ti
=-=:::I:IL.
19I:.-.:..J'"~:JE:J-=-.
~~2~~i~~ii~~~~~2~~2222222gROOOOOgRROOQOog9gRoggOQ~~R~
,
•
bien deben ser leidas por las señoritas; las historias, a. mas de no conteo
ner todos los pormenores que encie.
rran aquellas obras, no son de ningun
modo de una lectura. amena; así es
que a dura s penas pueden leerlas las
mujeres, i \\~ alter í:)cott les ha albna.
do el camino. lcanhoe, El Talisman,
Qllintin nunca/, Dalgelty, lrel.,'erley i los Puritanos de Escocia son
obras que no se componen así no mas;
no se componen coj iendo un pl iego
de papel i va mos a del irar : se necesita muc ha erurli cion i muc ho gusto.
Las novelas de Coope r son de este
mismo jtSncro, pero para gustar de la
mayor parte de ellas es preciso haber
viajado mucho por mar.
.i \Iadnma Stnel i e~ Vizconde d' Ar.
lincourl han escrito novelas célebres,
pero nos abstendremos de dar nuestro parecer: ellas tienen mérito, mas
no creemos que sean las mas conve·
nientes para nuestras jóvenes.
Richardson es célebre por su Pa.
mela i Cúrlos Grandison,' pinta mui
bien a las mujeres, pero escritores fl\as
modernos i de mas nombre han hecho
de él un autor mediano.
No nos detendremos a hablar de las
obras de l\Iadarna Dudevant ( J orje
Sane!) Federico Soulié, i otros novelistas francescs, nlemancs i españoles,
porque sería preciso este ndernos de·
masiado. ·En cuanto a estos últimos,
los antiguos se llcvan la pa lma: Don
Quijote i Jil.Blas valen litera ria i mon:¡]mente mas que lodo lo que en Es·
paña se ha escrito desplIcs, i mas que
todas las novelas de las señoras francesas.
Mucho habría que decir acerca de
la moderna escuela a cuya cabeza están Eujenio Sue, Víctor llugo, Ale
jandro Dumas, i otros, cuyas obras
'han hecho una completa revolucion
en este jénero. Sus novelas en e.stremo interesantes son una especie de
grandes melodramas que llama~ la
atencion del literato, del fil ósofo I del
ciudaJ ano; preciso es estudiar todas
sus fnzes, pues Ins tienen tambien social i humanitaria. S u lectura eS ,de
moda actualmente, mas diremos, es
un furor que ha hecho olvidar todas
las demas novelas ¿ Será conveniente
su lectura? Esta es una cucstion mui
vaga, comprendida en esta otra jeneral ¿ Conviene leer novelas? ... NOo
hai duda que las novelas distraen i pulen el gusto i las costumbres; perOo
siempre diremos nosotros que en jeneral su leclura disipa el ánimo. esU'aga la sensibiliqad, escita las pasiones,
i ejerce malas influencias sobre las
personas mu i impresionables, en especial sobre las mujeres. "
MEDITACION,
i Qué (!Talo es ('1 yilencio de la lIocho'!
i Cuánto hiere de asomuro el aln,l.a mia
Ver resbalar por la colina umuría
De luz dud06a elturuio reslllandor!
1 escuchar en lus breñal! i el\ 108 prados
De 'fez en cuando el IIOn do 106 tOtnmteil,
1 'fer doblar sus encumbradus freulea
A los arboles altos del peiLOII !
I medroso es oir en la montafia,
Cuando despierta el huracan bravío,
Frotar las ramal! i en rumor sombrío
Altar IIU grito horrible tcml)Cstad.
Los üboles ajita n !)ti melena,
Cual 'ferdes alas mecen su follaje,
1 del desierto en la quietud s3lvuje
Rasga 01 truello Sil accuto do \·olcan.
L a selva, el prado, el monte, la colina
Sacudell e ncontrados sus cimientos:
Llevan la voz de tcmlJestad los \'icnlos,
I-el águila se ajita en su tSlupor.
En ol ncgro'crujir de la lormenta
Q ue cstalla en Ins ulturas de los monte"
Cruta ...·Iot entrámlm horitoulC8
Euccudido r~ l ámpago d(l horror.
...............................................
Ya todo 80 calmó ...... j;\li Dios! tu mano
Esl(!IIdida del UIIO al otro !'Olo,
Aplsca el horitollte, el ocüano
Se ha adormido en su Iccho de coral.
Por la frcllle del cielo \'a crutando
SU!! rayos hcrmosís¡mOll InJuna,
. ,
Deslíuse su lall1l'o cn la Ing:uIIIL
Entre olaJI do IÍllIIJido cristal.
. Cuanto eII, oh Di06, In inmenllO poderío!
lI ~r:t CflCucho tu "Iácido. sonrisa
Murmurando en los labiOl de la brisa
Placer, i calma, in8J1iracion i k .....
1 al rebramar el hUTnean bravío
Que arranco de rai'lcs el¡mlmtro,
Cual torrc nlO en fala l deSI>c,itlllero,
T ambiell ¡ mi DiOl! no ha mucho la c8cuché !
P or
CEO
en relijioso ar robamiento,
1'0 contemplo, Seiior, i en cada estrella
Veo de t u IJoder la etenln huella,
Ea cada trOIlCO, nianaulial o flor.
~~
ma'IJ"I!!!!iiI~".
9
'{.;:u It UUJl Jllt It It Jl RRItUUJlItItllItlt It.SIllllJ!1t 2JlIt.It.llS!.9.~1t ItItItlt 1t9; 29; It.ll..RIt 1tltltltU ltIt UItItllu.'Y
Donde quiera con vívidas señales
Miro tu lIombre ccle;tial e~crito,
Ora "n el bo.oque e:.léril i marchito,
Ora ell el cielo ell pompa i e~plendor!
1 en dulce ¡ardentísimo embelello
La mano le tclluió ...... j Cmiuto placer!
I le ("$pr~sÓ tal) soto COIl UII beso
.
Su iumeusoamofel Homb:'C a la " luJer.
E~a luz de purí~imoe: dcstelloe:
Que cobija el tiOrlllr de loe: \"ivielltcs,
Ila bebido sus rayo,:. en las fuentes
De la luz illmorlal dG-lu do.¡el.
I nlla flor i otra flor sembrando ella
Pilltó el camino de \·erdor fdi!;
1 una estrella tamblen tras otra !'strella
Dió a su cielo por l)(lmpa i por lIlatiz.
&;a IUlla, h \,írjt'u moribunda
Con su Ilálido ¡¡Ibor i su tristeza .....
A njel 1301 v('z de amor i de bt:llez¡¡,
~iempre a 10l:! sin venlura, siempre fiel.
1 el llombresepootrt\, i a I)ius su rue&'O
Alzó lleno de amor, de adrniracion ;
1 ella fué I'ntt\lLce~ quien tan salito fuego
I rCl.i"tó dclllombre al tiemo corazou,
El! la noche, mi Dios, alzo mi canto
Al ru IlIor de las hojas i del viento,
1 escucho prolongarse de mi acento
La postrera, apagada vibraciou.
I luego del mortal cutre los ojos
Una lágrima turbia vaciló,
Mas del pl'sar los ásperos ab rojos
La mujer con sus florea ocultó.
Tal vez entre las ramas de la !!Clva
H abita el jl"iuio de la noch!i umbría,
Que arrastra en infeliz melancolía,
H asta tí mi humildísima oraC;Oll.
1 clllanto le enjugó, beSó' su freute,
D cvolvió a su alllla la I>crdida fo ;
J con su abrazo cándido e inocente
F elize el Hombre i venturoso ful!.
Jóven era el mortal i ella amorosa
J óven tambien: amábanse los dos,
Como se liman eSI)(lSO con eSI)Olla,
Como se ama n los ánjcle6 de I)ios.
1'~ lo sabes, Dios mio! solo quiero
L,. 1'31. del corazon, la paz del alma,
Alollqlle haya de re¡rar la seca palma
De m; exibtcllcia COII mi sangre )'0.
i Que al hUlldin¡e mi estrella eu d ocaso
Sin \'ida, sill de¡¡telJ08, sin colores,
Esa Luna de paz, áujel de amo~,
No olvide al iufda que le cautó,
Pero; ai! qne de la cullla el duro diente
Destroza aqní la lira del cantor.
LA ESPERANZA,
EVA,
Agotó su bondad la Providencia
1 mil mundos criió, con 5U poder;
1 agotltndo tambien su omipGtencia
Hizo un ~lti lll o lIluudo-la mujer,
Ultimo muudo o ciclo, así lo qui~o,
1 le dió llor estrelJ:t$ el amor;
Le p¡¡reció mili tri~te el Paraiso,
1 le adornó COII tan henllllSa flor, ....•
J el hombre despertó, porque en la freute
Silllió el ala de ese á njel tUlelar;
1 dobló la rodilla, i reverente
Qui80al ánjd espléndido adora r.
Pero ella 8Onrió; i entonce el hombre
Relámpa.go de amor cruzarse vió.
1 al P'''gulltar de su \'ibioll el nOmbre:
Solla mujer, la dlOllli, collte8tó, •
•
Junloa ella era el Hombre oUlUipotente
¿ Qui6n el reino turbara del Amor? ....•
1 al hombre torpe la iuspirada dijo:
"Para tí yo he de ser felilidad.
J le de ve¡¡tirde dicha i regocijo
De la tlcrra I el mar la inmensidad.,'
" Ire de llevarte por la mano asido
PatIO tras Vaso al pié de lIUelltro DiOll.
'fu tendero bllcer plácido i fI'lrido,
1 darte Gloria, i regalarte Amor."
"He de hacer tu el.istellcia,tu sendero
GralO8 i riC08 de eSI>c ranza ¡ bieu;
Tu deatillo feliz i placentero,
] en rrú guud81tc un encantado Eden."
•
Quién eres Ui la que inocente lIilio
Miré meciendo con umor mi cll lla,
Cuando entre flores de ámbar COII cari ño
Mi faz baüaba compasiva luna!
'fú la risueña vírjen seductora
Q ue arrullas nuestros sueiíO!l de la infauda,
] que al rayar en e l confin la aurora
Das a las flores hálito i fraga ncia !
T ú, la que alllábJ.; i a la llar amiga
Prestas al labio vibracioll i ace nto,
Tú , cuya luz la oscuridad mitiga
] cambia en risa el funeral lamento!
'1'\1, en co)'o casio seuto 6e adormeco
El coraZOIl qoe llora 6U amargurfl ,
T ú, quedas al doliente que padece
D III",!;: solaz i suavidad segura!
T ~ . la vestal cuyo radiante manto
Es el ala que cubre nuestras sienes,
Cuando J1oramoe el I>crdido encanto,
La paz perdida, los IlCrdid08 bielles!
Tú, cuyo aliento sana i re\·erdece
La rubia fior que d,'shojara el viento,
] que al pecho infdiz que languidece
D as lIue\'o amor i celestial o.:Olltento' !
i Cuánto te adoro yo, c uánto te adoro
Sueño felite, vírjell esperanza !
Tu que 1l0!l dejas \·er un mundo de oro
'fras la \·ida de duelo i malaudanza !
T ú, que cOlIsuelns al qlle llora tri~te
Porque al !raves de sus nublados di;¡s
Tu sabia mano de esplendor le visle
Otros llenos de paz i de alegría!!,
Tú , que rasg:asle el fúnebre sudario
Que echó !labre mi frente la dC!!lgracia
1 trocastc mi Illundo w!il l\rio
Por un mundo dc a morn i de gracia!
T ú, (]lle uua gota duke, una de alm~.1r
Escolldi~te ell mi ealiz de hicl lIeuo
1 al 3pu rrar las heteli dd acíbar
L a miel bebí doude busqué el venello!
'l'ó ,que allláufnlg'o erra nte por loe mares
A'totado iuf!:liz por la tormeuta
I~e recuerdas el DiOll de S:l~ aliares
1 fuenas le das tú si desalienta!
'l'ú, que 1011 aiiOll tiern O!! de la \'ida
Subes ves tir tic flor i venturanza,
CuúlI lo tc adoro )'0, vírjc n Ilucrida,
C uá nto te udorv yo, bella ('SPCra1l7.a!
En la lI ifLc1., ('1\,.la niliu trall'luila
D e oro i de nácu r vistel! el camino,
1 de la tiernl< i tíll1ida IIlIIJilu
Elll auto enjugas con tu blanco lino.
Prestas ni labio ri!l,as de dulzura,
Das a lO!! ojO!!lumble de cOnsuelo,
Contigo es belhl, dcliciosa i pura
La cstéril senda delllllllldalJo suelo.
1 e n el d('Sierto ye rmo de la " ida,
Donde nrd6 en sed i e n amargor el alma,
Tú haces brotar la fueute apetecida
Q ue vueh'e nI cora1.on la dulce ca lma.
Amable c ual la imáje n deliciosa
De Ulla vírjen radiante de belleza,
T I\ e res del hombre lá mpara lumbrosa
Que ilumina su ruta de maleza.
Entre t09 pliegues sueltoe de la cuna
'l'c columpias j Clltil, graciosa i bella,
Cual se ColumlJia aliado de la luna
Entre las nubes luminosa estrella.
I I'.n la galana juventud luziente
C utlndo el Iris de timar tieude SUl! alas,
Tó huces el mundo plácido i riente,
Das a la vida resplandor i galas.
1 en la vej ez, e n la vejez marchita
C ualldo ell du hiclo el cora'toll del hombre
Aun tllsúlll'l, a de6C:m $a r ('scita
El dulce hechizo de tu solo nombre.
I el ojo turbio al derr:unar medroso
Una !áj!'rim" ni borde del B('pulcro,
Aun a tu claro r('~ plliJl(lo r hermOflO
D l'6C ubre un mundo celestial i pulcro.
E spetnuz&. inmortal! I1nica estrella
Que no apaga la noche de la muerte,
Que euul un sol reverberalitu , bella
Logra el morta l tras do la tumba ve rte!
N nnen me dejCfJ triete i solitario
]'or el /;C ndero de dolor que pi80;
CambIO mi mundo negro i fUllerorio
I)or un bello i fI'Idiaut e paraiso.
D('ja que al mén08 con tu luz pereibo
Un porvenir de gloril1 i de hemlOlura,
])ura quo el yermo COTll'ZOIl revh'a
I se eulme el dolor que lu torturo.
Deja qne el bardo jóven cu)'o eanlo
Meció tu fiar undh'(Ig-a i luziente
Rompa la lira del te lluz (luebranto
I recli ne en I)az la dolorida fJcute.
Sí, vírjen CllpeTanza quc yo adoro!
Dama olru.s eucrdWl, Uu.lIJe ottOtl cantares;
D a me si quieres, que e n tu plectro dc oro
No en~ayaro la voz de mis pesares......
No, sueño, del mortal yo m:da quiero:
Nada me qU!·da~qIl6 u~rt'arda r del mUlldo,
Cansado de e~]lera r , )'a liada Cl.'ptlro,
Sino es ell1hi lllosoiiar profundo..... .
Pero e u mis sienes compasiva vierte,
O h "Irjen esperonza ! t u beleiio,
Cuando en 8 U" alas la h."U1PTrlII:). muerte
Me abrigue dichOllO e n mi I1ltiruo suelio !
•
A LA LUNA.
L UU6 feliz: ¡ Quié n pudiera
Robre 111 disco de ¡¡hita,
E scribir los I)ensarnic utos
l,!\l C c u 811 sello tiene d 1Llma !
Los recllerdos dcl a mig-o,
Las memorias de la a mada.,
Los pe"are8, los dCSC08,
Las llenas, las espcraIlZ!lS!
i C uá ntos ojos amorosos
Por el firmallleuto vllga!>
Tras la luz de las estr{"llas
Que brillan en dlllce calma!
1 en la soll r;sa del ciclo
ill.1$Cl6 agnarda n
T al
H allar cutre las cstrd las
La estrellu de la cOllstanci~ !
¡ Oh ! Si ]ludiera mi mallo
Sobre tu disco de plata
Escribir los pensa mientO!!
Que en su seno ticllc mi alma,
Yo dibujara dichOllO
Sobre tu fa:t, 80Iitaria
. Todo el a mor que en mi pecho
Nunca lO!! tliios allagan.
Eu tu ~ alas cifraría
El signo de la coustallcin¡
]\lis recuerdos a mi Ilmigo,
Mi corn'Zoll n mi amada.
"ez
•
UNA LAG RIMA.
Si secos ya 110 estoi8, si 08 ha quedado
En la fu cu le infc1iz de la amar~u ra
Una lágrima triste, ,'írjen , pura,
OjOll, ~bre este féretro 1I0rlld ......
Es UII lemplo t.lc@icr1o elite sepulcro,
En nll al tar 5in luz,@in a miOlIl!\;
P('ro I!qnesta cenizll. yerma i fria
Es rc1iquin de amor ...... OjO!!, llorad!
Vibró el doble ell la f,'nebre enmpaua
Como eco de su fl1nebre lamento ......
1 ~ n CIlIJíritu alz~ !!Obre el viento
En el ala fng-nz del Quenlbin.
Como I"8lrella perdida e n el vlldo,
Como suspiro uhagado dentro el pecho,
Ella desparec ió ...... i angosto lecho
Le dió el M undo a la flor de 1It1 jllrdin !
Palma virjen que el linjcl del con.uclo
Hizo brotar e n el seudero mio,
Que 110 tuvo mas riego ni rocio
Que mi lágrima pura, ,'irjinal .....•
I~a tronchó el hurac:m de lui infortunio,
El rayo de mi elltrellola ba f'J"omQdo,
•
:IE:l.....
~
• "tR1I9.llo.!tU!!.9...Q.lUl.tlltUSl Sl.1I.o.o.USlUllll.UJ<1l
II
Seca eetá BU u.il., t'!Itá quebrado
Su tronco para siemprOl .....Oj08, llorad!
I~a l"OIia del abrí' sobre sus labios,
E l reflejo del 1101 80bre 8U frente,
En 6U8 ojOlllll lumbrei dulcemente
La.!! florcsdd nmor sobre Sil faz,
Era bella, mi Di08, COIIIO fut:i bella
La prilllcra caricia de María,
Cuando n la luz (le anl:mec icllle dia
Le dió a Je8us el óSc ulo de 1"'1..
l tú que lacNias te, DiO!! Eterno,
Con la risa de un IÍnje1 en slIs labios
I I'or qué lrocastc eu humo ¡ "I~ ~gravi(llj
El bicI! q Ul' me legastce lla al VI \'lr 7
:;:'i m'iurrago infeliz Tilllgué las uuras
Con la \'O't destcm plada de l torment o,
Por qué no hiciste que esa voz el vieuto
AhoJtara en BU frenétiCO mujir 1
Bu vez que del relámpa go en las alas
Me d~jnsle mirar ce rcanO IlIIe~o,
1 1'11 lail tineblas 11010. cu el dc¡¡,erto
Me " oh'ió a 6umerjit la tem~tad,
Al! si la 80Ja luz de mi horilont e
&- ap~A'a en su lenit, la noche \'ielle,
~i fin lIinl!UIIO m i dcl!d;cha tiene,
En la uoche i el dia, OjOO1. llorad !
AdiOlO. hcrmaua , adios ! sobre tu huesa
lI e vertido mi lá~rima po6lre ra,
Ultim~ hoja m"rchit u en mi palmera ,
Del tierlJoJCOralon honda rllil.
lJ eregado de flores lO !;CllHlero,
De t'f!'". flores qu~ nacen en el pecho. ....
:;:'i oYl'rta duenn<'8 en inmundo lecho
y 10 no ere. liada tú-i yo infeJi:r;!
FRAGUENTOS
S~BRE lA. HISTORIA. DE LAS BELLAS ARTES.
Al estudiar concie nciosa mente la
historia de las bellas artes (i sobre
todo de la pintur a) que son el patrimonio de aquellos hombres que por
un privilejio de la natura leza nacieron con un alma. sublime, hallamos
diferentes caract eres, correspondientes a. las diferentes épocas. T omemos
como punto de partid a para este bosquejo la del 1'ellacimienlo en Italia,
Lo primero que vemos_es que el arte
estanc ado en manos de los relijiosos
pasa a la de los le.gos; no son ya los
artista s monjes contemplativos i retirados que ouscan la inspiracion en
la lectur a de los libros santos o en las
místicas intuiCiones: son hombres
del pueblo, i aun de clases mas ele.
vadas, que viven como seJiores entregándose a los gozes terrenales. Conocido es el lujo i boato de Rafael ,
cercado liempre de pajes i de queri-
__ ::IIi:l....
JI
R.U..Ulo.lU.~UU!!9.ft9.~2_II_U.2.itl5l..u..RRY
das" conocidas son tambie n las in·
cOIn'parables aventura~ de Cel~ini el
Floren tino, como tam ble~l ~a v I?a reI T e ano 1 A re
galo na que se da b
a~ e
1 1
tino. Ni cumo podna espe rarse hallar
en el siO'lo X VI el c!:ipiritualismo puro
de la edad media cuand o los P apas
d
mismo s repres entant es de la gran e
unida d' formada por Grego rio VII,
no eran )'a verdad erame nte cat6lic,os!
E sta rwreciacion del arte de I slg Io
XVI parece rá quizá una ,blasfeml~,
porqu e es una preocupaclOn arral·
I
gada entre noso trú s~ que os 1·e,stau.radores italianos bebier on sus lllSplraciones en el cristianismo ; se cita a.
'd
Leona rdo de Vinci recibien do pla
0samen te la Eucar i stía ántes de morir ;
se habl a con entusi asmo i se est-osía al
'1 d I
contem plar Ia pureza ce Iest la
e as
vírjenes del Correg io i del .Sanzio.
Pero comparemos a las creaCiones de
d i ' ' 1 l e' t
la época e renacn
n,len o os n s ~s
i las Vírjenes esculpidas de las an1louas catedr ales, o bien las Vírjen es
°de Cimab ué que fueron llevad as en
procesion por el pueblo; o para seguir
mejor aun la degrad acion d~l se ntimient o relijioso como espreslon del
catoli cismo , las obras de los alema nes
que reflejaron por mucho tiempo la
severa de Ja.edad media . En el Lounfe
e
existe n dos cuadros de Ju an de Bruges, muert o en 1441 , la ViI'jen C01"O nada p01" un /lnje/, i Las bodas de Canaan, la s cua les llevan el sello de un
recojim iento profundo i de una piedad
admira ble; la di vinidad de Cristo
irradi a de su frente i de toda su persona ; se- conoc e que el artista c reía
firmemente en el Verbo !tecit o cm' ne.
Rafael, que tomab a de sus queridas el
modelo para sus Vírjencs no ha podi.
do j amas reprod ucir esta majest ad,
este aire sobren atural i místico, a los
cuales se elevó la época emine ntemente espiritualista que precedió al
renac imiento.
El renacimiento en Italia es, hablando con propiedad, e1 protes tantism o
del arte: es el pensam iento cristia no
unido al elemento repres entado en
otro tiempo por el pagan ismo: es la
combi nacion del elemento físico con
el espírit u, que, bajo la influe ncia ca-
•
-=::.....
l~
~1!iiiir:E:: . . .
~ 11 R.Q.ll.U.llU.ItQ..Q.llSLR.9JUl R11 'il9.lIl1l1l1.9.
•
tólica, se había desarrollado a espengas de la materia.
En efecto, es de Botarse que la ItaJiu :se apasionó i adquirió una afie ion
in saciable por las antigüedades griegas i romanas: retrocedió veinte siglos, interrogó los de ~ pojos de la cjvilizacion pagana, penetró aun en las
entraClas de la. tierra , examinó i estudió los antiguos monumentos, i Hafael presidió cn pers.ona a estas investigaciones. Entónces los artistas se
alimentaron con estudio/> de lo antiguo: Miguel Anjel consiguió sobre todo una imitacion tan completa i cabal
de la estatuaria griega, que engai'i6
a los mejores conocedores. Despues
de haber hecho secretamente un Cupido de mánnol, le rompió un brazo i
enterró la estatua lnuulada en un lugar donde no tard6 en ser descubierta. lmpo nderable fu é el gozo de los
anticuarios que creyeron haber hallado la obra maestra de algun Praxíteles, cuando ménos. Pero lueO'o que
probaron i demostraron hasta la evidencia. con el Cupido manco la superioridad de los antiguos sobre los modernos, Miguel Anjel trajo el brazo i
lo adapt6 exactamente al tronco, ni
mas ni ménos como el talon de un vale dc deuda pública (1).
Despues de esta época los modernos tambien han cont inuado con esta
predileccion por Homa. i la Grecia;
ellos han estudiado con atencion las
300,000 estatuas antiguas que se conservan en Europa; pero es una falta
imperdonable el que hayamos visto
con tanto descuido la ci\'ilizacion de
donde procedemos directamente; como si fuera mas importante i mas fác il comentar i estudiar los s{mbolos
mitol6jicos de los paganos que las
creaciones de nuestros padres.
000:'""
El arte espai'iol del siglo XVI no
ofrece al eX::lIninarlo los mismos caracteres que el arte de Jl alia.; pero
(1) l\farictlo refuta esta anécdota, ref<'rida IJOr
D epiles i Wullis; Uoi;.sard I)r(;lcnde que cs el Baco do la gnleríu de l\Ií!dicis, al cual agr.cgó una
!llallO l\1itruel Al1jc1. Vusa rí rdicr~ las (.h~e rclltcs
versioucs de cata unécdoln, perol:lUl deCIdIrse por
ninguna
do
ella•.
~lIllU.R UItQ.USlSl2U RR.ItQ..'il9.Sl1!llSlJl51UY •
las diferencias radicales que se notan.
se csplican por la historia política i relijiosa. de este )1lH'blo enérjico (IUe conservó su tipo orijinal en med io de las
invasiones estranjer.ls, i que logr6 al
fin constituir su unidad nacional, no
obstante sus di senciones illlestinas i
la impericia de SIl S gobernantes.
Durante la edad media, ocupada
esclusivamentc cn una lucha incesante contra. los moros que se habían
hecho dueHos de la ti erra, Espai'ia
no tuvo casi relaciones con el resto
de Europa, sino fué con Roma, con
motivo de los as untos relijiosos ; ¡aun
estos fueron dominados por su posicion escepcional de reaccion contra.
el l slamismo; toda s sus instiJuciones
se resentían de aquel estado de cosas
i tenían el carácter de locale s: todos
sus Concilios fueron especiales i apropiados a sus necesidades transitorias.
Acia el fin del siglo XV, chando
Fernando el Católico reunió las coronas de Castilla i Aragon i dejó libre el
reino de la. invasion africana , la Espai'ia sinti6 una. inmensa necesidad de
reposo i de concentraeion.
Cádos V vino por un momento a
gah'anir.ar la Europa con sus tentat ivas de monarquía universa l; pero el
pensamiento poderoso del Emperador
no ruvo por resultado sino una. liga.
fa cticia i superfic ial entre los dilerentes pueblos sujetos a su dominacion.
España no quiso aeeptar la influencia. ale man a, así COlllO no había.
querido aceptar la innucncia morisca,
i miró siempre como e~tranjeros i esplotadores a los nobles alemanes que
Cilrlos V lIevnba. consigo, i a quienes
quería nnturalizar en la Península.
Por otra parte, la reforma , ese grande
hecho ci\'ilizador; cuya importancia
social conocía Cárlos i al cual se manifest6 com;tnntemente opuesto en su
calidad de Monarca, nq penetró jamas en Espnlia. l...a doctrina disol.
vente del protestantismo, las ideas revolucionarias, no debían encontrar
crédito en una. nacion que comen·
zaba apénas su educacion cat61ica i
que trabajaba por su unidad.
En e l siglo XV), cuando los otros
pueblos de la Europa. sacudían ya el
•
vestido usado del catolicismo, i abriéndose paso por sendas desconocidas,
aspi raban a nuevos destinos, España permanecía aun profundamente
cristiana. Los artistas habían COI1servado allí ulla devocion sincera; Yi cente loanes i L uis de Yárgas, ántes
de pintar las imájenes sagradas de Jesucristo o de los santos se preparaban
confesando i comulgando, en lo cual
no hacían sino imitar a los pintores
italianos del siglo XIV. En las biog rafías de fines del XV I1, aeja el ailo
de IGSO, hallamos una anécdota que
prueba la piedad del insigne pintor
l\Iuritlo: vivía este cerca de la parroquia de Santa Cruz, a donde frecuentemente iba a orar delante del famoso
cuadro del Descendimiento, pintado
1Jor P edro Campmia (1). Una tarde,
el sacristan que deseaba cerrar las
puertas ántes de la hora acostumbrada, pregunt6 al artista estasiado por
qué permanecía tanto tiempo en la
capilla; Murillo respondi6: "estoi
aguardando a que estos santos varones acaben de bajar al Sei'ior de la
cruz. "
Podría aplicarse admirablemente a
la pintura espai'i:ola esta palabra de
Lúcas Jordan, cuando dijo, hablando
de un cuadro de Yelásquez: "Es la
teolojía de la pintura."
Es mui curioso, en efecto, estudiar
en los autores de aque r tiempo las teorías metafísicas que dominaban en las
bellas artes, i la importancia social
que estas habían adquirido. L a pintura gozaba de una eliencion inmemorial de impuestos, i en 1600 un nuevo
decreto la declar6 "arte libre i exenta
de toda carga i COlllribucion." L a obra
mi~tica de Francisco Pac heco abuelo
de I?iego Yelázquez, present~ la es.
preSlOn mas elevada i mas completa
de laflosofía del arte, conforme se la
c)ornprcndia e~ aquella época. Segun
1 acheco, la pmtura, esa escritura si.
1~1iciosa del idiQma universal, desCiende de oríjen di\'ino i procede de
la Santísima T rinidad, así como las
(1) F..ste artisla pasó cerca de veinle años en
Roma etitudi~n¡)o, i (.Otros tantOll cn Sevilla, i cn
IU VtJtl volvLó a Bruselllll, su patria donde munó tn 1580.
'
•
ciencias i todas las ~speculaciones de l
pensamiento. Despues de asentar esta
i otras f6rm ula s teol6j icas, Pacheco
busca las primeras huell as de las ar~
tes en tre los antiguos; así como Mariana com ienza la hi storia de Espai'ia
desde T ubal, hijo de J aphet, él se remonta hasta la época antedi luviana,
hasta Enos, hijo de Seth, que cri6 imá~
je71es para escilar al pueblo a adorar
a D ios: despues va siguiendo el desalTollo de l arte entre los hebreos, los
caldeos, los ej ipejos, los griegos, los romallos i las naciones cristianas, mostrando siempre el poder artístico como la simbolizacion de las ideas reliijosas i la cspallsion de los sentim iclItos de la humanidad. En fin, elite libro, lleno todo de pensamientos injenuos i piadosos que recuerdan a los
padres de la Iglesia i a nuestros metafísicos de la edad media, concluye por
estas palabras:
"Soli Deo decus et gloria!"
Así es como un ar ti sta del siglo
XV I ha esplicado sencillamente la
direccion de la pintura espai'i:ola, que
frecuentemente ha sido apreciada de
una manera frívola, i calificada como
un arte puramente material.
=-::..:=-:
. Antes de hablar de los dos grandes
SIglos de Espaiia ec hemos una mirada retrospectiva para poner en claro el oríjen del artc i para indicar su
progresi vo desarrollo.
E n los ticmpos primitivos del cristianismo, las huellas de las artes plásticas son difíciles de hallar en Occidente, porque la relijion nueva haciendo una reacc ion contra las for mas no debía favorecerlas. Si se
esceptúan las min iaturas (3) ilumina _
d,as en algunos libros. de los siglos X i
X Jl ,la pru~)era menClOn que puede hacerse de pmtura espai10la toca al siglo
XIII. Un manuscrito de la Biblioteca.
~ea~ de Madrid contiene la partida
SigUiente, entre otras cuentas del Reí
(3) La obra mas .antigua de este jénero que se
e<luser\·a cu la ..Blblioteca Real es uu monumento
de mallo de VIJlla. Ilintor en miuiat ura o ¡lumiulI_
d~~ .añ.o ~e !Ii6. C?lItiene 1I1gunosdecrctos de ConcIIlOll, L dlvcrsas jlLUtu rll.S fi lie son retratos de l Rei
D. ~ a ncho, de,D. Rllmiro de Nava rra, de la R ein a
Dona Urraca Lotr08 .
::';::lr..- ...-.:7_::.;:: .....
1-1
~!l..ll1 Itllu.!l. 1(9. Q9.!ll..Q.l!ll Ult u.l!JI.lUUU!~Il.11 ~l!Htl.R..U.22.!!.W.Il.Il.l! ~ U UllS!.9.ll11 !! R.o.~
Don Sancho IV, en los afios 12tH i
1203: "A Rodrigo Estévan, pintor
deL Rei. cien maravedís." Lo que
prueba que en aquel tiempo había ya
pintores del nei.
tilo se parece al del Perujino) Iljigo
de Comontes, Diego López. Alvar
l)érez de V ¡Holdo, Alonso Sánchez
i Luis de Medina que ejecutaron el
paraninfo, O teatro escolástico de la
Acia e l fin del siglo XVI habían Universidad
de Alcalá; ¡muchos
venido muchos artistas de paises es· otros a los cuales debieron. gran
tranjeros: Jeraldo Harnína,el Floren. parte de sus bellos adornos las cate·
tino, discípulo de Antonio Veneoiano, drnles de Castilla i de Aragon ; i por
fu e llamado a la .Cortede Juan 1, j un último Juan de Borgoila en Toledo.
Hincon era natural de Guadalajara,
poco despues Del!o de Florencia i
Hojel de Flándes ala Corte de Juan donde naci6 en 141ú; se cree que es11. Por el mismo tiempo ]!lan Alfon tudi6 en Italia con Andres del Castapint6 el altar mayor de la Catedral de tlO, o quizá bajo la direccion de Do.
Toledo.
ménico Ghirlandajo. rero sea como
A mediados del siglo XV, Juan quiera, él rué uno de los primeros
Sánchez de Castro fund6 en Sevilla espailoles que abandonaron el estilo
esa escuela de pintura. que debía bri. g6tico para adoptar otros principios
llar con un resplandor tan vivo, i que mas conformes a la naturaleza; se
se propa R6 sin interrupcion hasta el si· nota en sus composiciones relijiosas
glo XVI J!. Estepintorejecut6 di ver- mucha espresion i cankter, ropas li·
sos cuadros relijiosos para el monas· jeras i bien hechas, i un dibujo bastcrio de San Isidro del Campo, entre tante correcto. l\Iuri6 en 1500.
olrosuna Anunciacionquc Francisco
Juan de Borgoiia trabaj6 constan})acheco ha criticado agriamente en temen te desde 1495 hasta 1530; su
su 'Tratado de la pinllu"fJ, porque San nombre está unido a todas las granGabriel está representado allí con des obras del arte en su tiempo, cocapa pluvial. Con este motivo Pache- mo son la Catedral de Toledo, el
co indica el modo de pintar ortodoja- paraninfo de Alcalá, el famoso tabermente todos los asuntos sagrados i náculo ejecutado por el platero Hentodos los habitantes del cielo, aun la riquede Arfc, orijinario de Alemania:
misma Trinidad: el Padre Eterno de Borgoña i el maestro Copin de lIotal manera, el Ye1'bo de tal otra, el landa habían dado los di seilos de este
Espíritu Santo en figura de paloma; Santuario que estaba adornado con
los ánjeles, desde la edad de diez ailos 200 estatuas );equei'lns i bnjos relieha sta veinte con bellos rostros, gran - ves de un trabajo riquísimo. 'J'ambien
des alas de varios colores, cabellos hizo Borgoila muchos retratos al fresrubios castaños; no conviene, dice, co, como los de los Arzobispos de Toponerles baruas ; los demonios en figu- ledo i el del Cardenal Cisneros, i al
ra de animales ¡bestias ferozes o in- 61eo los de los Cardenales Cruz i Fon·
mundas, como serpientes, dragones, seca. Todas estas obras le produjehasi liscos,m ilanos, leones, cabras &c., ron sumas considerables para aquetodo apoyado convenientemente en Ila época. l\Iiéntras que en el siglo
XJI, segun rezan los antiguos perrazones teol6j icas.
Dcspues de Jorje Ingles, que pintó gaminos, hubo Reí de Espai'ia que
con mucha habilidad el altar mayol· recompensó a un escultor con una
del hospital de Buitrago i muchos re- renta de cien maravedis; i miénlras
tratos dcll\Iarques de Santillana i de que a fines del XIV, en 1:J80, otro
su familia, aparecieron algunos gran - Reí, Juan J, había pagado por la tumdes artistas que COnClll)~erOn con el ba de su padre lIenrique 11, 4,~~0
siglo este período del arte espailol : maraved is, en 1511 Borgoiia reCibió
Antonio del Rincon, pintor de los 165,000 maravedis en pago de quinReyes Cat6licos; Pedro Berruguete, ce cuadros O pasajes de las S~ntas
pintor de Felipe el Hermoso j padre Escrituras, i 100,000 por las pmtudel célebre Alonso Berruguete{su es- ras' al fresco de una biblioteca. tasa-
°
•
das por Como ntes i Villoldo ; porque entónc es los artista s fijaban recíproc ament e el precio de su trnbajo.
Se conser van todavía algunos eua.
drosde los primer os allos del siglo X V,
en los cuales se echa de ménos la de gradac ion de la perspectiva i la armonía de los grupos ; las facciones no
tienen espresion alguna, i a fin de manifesta r los sentim ientos o las pasiones
que ajitaba n a los personajes, el artista les hacía sal ir de la boca una leyenda o letrero en forma de una cinta o
papel desenrollado, a la maner a de
ciertas carica turas inglesas. Pero al
fin de este siglo los progre sos se hacen
sentir notabl ement a: i si bien las fi'j""_
ras conser van todad a la rudeza de as
colum nas 0'6t icas, bien se deja ya conocer en eil:J.s el estudio de la anatomía; los contor nos son mas suaves, i
las posiciones m:lS natura les.
(Continu:uá.)
UNA VISITA
A LA TUMBA DE BEETHDVEN.
H ace algunos afios estaba )'o en
Viena . Duran te mi mansion en aquella ciudad tomé un maestr o de música que, siendo un o de los que too
caban en el teatro de la Corte, había
conoc ido alguna s delas ilustra ciones
musicales de Alemania. Era mui conversad or i sabia una multilud de
anécdo tas i porme nores curiosos. Un
dia me habló de Bee thoven.
L o veía con mucha frecuencia, me
dijo; era el hombre mas estrm' agante
que se pueda pensar, i tan di straido
que ha venido a hacerse célebr e por
esta circun stan cia: Kotzebue tomó
la idea de algunas de las anécd otas
que con este motivo se c uentan para
escrib ir su comed ia titulad aEl Dis-
traido.
Sería cosa de nunca acaba r si
quisiese referiros todos los raseTos de
orijinalidad que se le atribu)'e~, con
razon o sin ella. Era capri choso como
una mujer. En una tertuli a que dió
•
el príncip e Liken owsk i, a la cual solo
habías ido invita do por su talento mú·
sico (pues por lo regula r era difí?i1
arranc arle cuatro palabra.s) se resIstió tan obstin adame nte a tocar, que
ni las súplicas ni la s mas "ivas instancia s de las se i'ioras respet ables,q ue
casi se le hincar on de rodillas, fueron
p~rte a conseg uir que se acerca se al
plano.
Un aconte ci miento sobre todo despert6 la alenci on públic a sobre el
rival de lJaydn i de l\Iozurt, i fué la
notici a de su muert e. Los q ue nada
habían hecho por él duran te su vida,
le prodig aron e lojios, profun do sen timien to i aun lágrim as, c uand o ya
él no necesi taba de nada. Hubo reuniones : se abrió una. suscri cion pa.ra
erijirle un monum ento i subve nir a
los gastos de sus fune rales, porqu e no
habían encon trado todavía. un paque tito de tres mil flo ri nes que el pobre
hombre había dejado olvida do en 'una
gaveta .
Yo recibí, comoo lros muchos, una
esquel a de conv ite para asistir a las
exequ ias i acomp añami ento del cuerpo haSl:l su última. morad a. Poco ma s
o ménos estaba conce bida en estos
té rmino s: " E l mundo musical ha
perdid o al célebr e compo sitor L uis
Von-B eethov en el 26 de marzo de
1829, a las se is de la tarde. lI a muerto por consecuencia. de un a hidropesía. a. la. edad de 56 aiios. Reci bió los
sacram entos i demas ausilios espirituales. El 20 del mi smo a. las tres de
la tarde el acomp uilami ento fúnebr e
saldrá de la habita cion del difunto,
sita. en la l\Iai son- Rouge númer o 200.
El punto de reunion es la esplan ada,
frente a la puerta de los E scoces es."
Acudí al punto indicado. El acamp ailamie nto era numer oso i digno de
Beethoven. El c uerpo rué condu cido
~ la iglesia de la Santísima Tri nidad,
I de allí al cemen terio de 'Vahr ing,
peque :ia aldea distan te alguna s leeTuas
de Viena .
o
-1 seréis hombr e de venir conmi go
a aquel lugar? pregun té al músico.
-Sí, respondió.
-Cua ndo?
- C uando gustéis .
lG
::.;::=-: ...
:lW....-.: J"II!iiiI: :.;:: . . . . .
gQ~QQQ~Q~QQg~Q~
~gg2222~~2~Qg~~QQ~~g~Q2Q~g~~~g~gQQQ2
tan de
-l\Iai iana, pues, os aguardo en la los campos, lo que lo ha hecho ente.
ser
n
quiere
todos
hoi
que
puerta de 10$ E scoceses a las diez en moda,
rrados alli.
punto ; allí me encon traréis .
En efecto, al dia siguiente me puse
Entram os en la casa del consel je i
cita,
la
de
lugar
el
para
no
cami
en
le suplic amos que nos indica ra, poco
dopde encon tré ya a mi maestro de mas o ménos, el lugar en que se en·
músic a que me había ganad o de ma- cuent ra el sepulcro de Beet hoven.
no, ¡nos dirijimos juntos al traves de
-Ah ! mui bien! nos dijo; queréis
la esplanuda.
del músico. Mirad, tomad esa
-Mir ad, me dijo, ya estamos preci- hablarde árboles, i mirando siempre a
cc!le
samen te en el lugar en que se reuniela izq uierda , la encon traréis infalibleron los acomp añante s. Todo es te mente. E s cosa singular, ailadi 6: tevasto espaci o de terreno estaba ocunemos aquí una multitud de nobles en
pado por mas de diez mil personas. magníficos mausoléos, i nadi e pregunEn presen cia del jénio cesó toda di s· ta por ellos, ni viene a visitarlos, miéntincio n; nobles i plebeyos, ricos i po- tras' que todo el mundo quiere ver el
bres, todos march aron mezclados i de Beethoven que, despues de lodo,
confundidos, a pié i co n la ca beza des- no era mas que un músico.
cubier ta. Pero lo Illas hermoso de
Despues de haber caminado duran esta escen a fu éel si lencio imponente
que rein6 entre la mu lti tud cuand o te un rato llegamos cerca del monuaparec i6 el féretro. E sas diez mil per- mento que buscábamos. Nada encon
senera
pero
so,
sonas no tenían mas que un COl'azon, tramos en él de fastuo
·
ni las anima ba ma s que un solo senti- cillo, elegante i modesto:. una peque
hase,
su
mient o en este instante. En esa casa fí a pirámide trunca da en
i una maque veis enfren te de nosotros, un poco si n mas adorn o que una lira
del d I'.
acia la izquierda, contig ua a esa igle- riposa colocadas en el centro
mordiénsia vieja que ahora sirve de almac en culo que forma una serpiente
la de Bect hode efectos militares, en esa casa vivió dose la cola. E sta lir::tes
psiquis
alma,
el
es
sa
maripo
la
ven;
Beeth oven, en ella brotaron sus últila ines
nte
serpie
la
os;
antigu
los
de
mas inspiraciones.- Ved las ventan as,
los
de
so
gracio
lo
símbo
lidad,
morta
en el tercer piso j Cuánt as miradas de
tomaha
n
relijio
a
nuestr
que
s,
reconveneion no echar ía desde ellas griego
toda inscripsobre esta ciudad que lo dejaba mori r do del paO'anismo. Por
una sola
léo
mauso
este
a
llevab
si n darle una sola muest ra de simpatía! cion
en.
eel/¡ov
B
bra:
Ahora, se ilor, si queréis, iremos a ver pala
En este lugar i cerca de Schllhert,
el lugar en que reposan sus cenizas.
famoso , bajo esa
Proseguimos nuestr o camin o i lle- que rué otrO art ista
uno de los je·
reposa
ta
modes
gamos a la barrer.,!''l de 'Vahr ing; i tumba
nuestr a época.
de
es
grand
poco desplles a la aldea del mismo nios mas
a, pero lleno
todaví
erno
ti
nombre. Seguimos la calle principal Un níspero,
nacido por
había
,
dn
vi
en toda su lonjitud , admirando sus de sav ia i de
ento, i ya
monum
al
lindas casas blanqueadas, que lodos casual id nd juniO erlo con la som bra
a protej
los nflos se pintan de lluevo al acerca r- comenzaba Yo cojí con respeto un
.
follaje
su
de
de
pasos
se la primavera. A cien
del níspero de Beethoramo
io
pequei
o
teri
distan cia descubrimos el cemen
con el corazon lleno
que, aunque pequeflo, es bellísimo por ven, i me alejé i relijio sa emociono
da
su encan tadora posicion en medio d e de una profun
•
•
"¡ QULLO
YIH. ,~ .~
PUl' .lo~(:
T. An¡)r.:ull'
I
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4-4 ., 4-4
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,
~-~' ~f!.,.~~~f~~,.. ru-yil l~J-Tr~-~
if g.
I3,)~0tá
Lltde
Martínez,H~ml'
TOMO l .
Bogotá, 15 de abril de 1849.
EL~ruSEO.
NUM .2.
glo, i es preciso mante nerlos abiertos.
Repetimos esto que ya tantas veEl fa\'or que muchas person as han zes se ha dicho, porque creem os que
dispensado a nuestro primer número, nunca se hará demas iado para inculnos mue\"e a dirijirnos otra vez a car en la jenera cion que se levant a
nuestros lectores para decirles dos pa- la idea de esta necesidnd urjent e-Ios
labras mas.
buenos estudios literarios.
Desde luego no vemos en este faEn cuanto a la parte puram ente
vor, acaso inmerecido, un motivo pa- materi al 'tambien habrán observ ado
ra envan ecerno s, sino uno mui pode- nuestr os lectores que no hemos ahoroso para alegrarnos i para fundar rrado costo ni esfuerzo para presen
halagüeilas esperanzas, pues en tan tarnos al público (siemp re
digno de
bené"o la acojida hemos creido hallar respet o) con el decoro ¡dece
ncia
únicam ente el deseo ¡buen a disposi - esteriores, que tanto previe nen
en
facion que hai en el público, ¡sobre todo vor de los escrito s como
de las perentre los jóvenes, para fomentar i son as. Siemp re hemos
pensado que
pro tejer esta clase de empre sas; sin una produccion cualqu
iera impre sa
averig uar quiénes son sus autore s, co- con poco aseo i correc cion
comet e la.
mo de ordinario se hace, para juzgar misma falta que un ·homb
re que se
a posleriori del poco o mucho mérito presen ta en publico sin
afeita rse, o
de sus producciones.
con los vestidos desaliñados ¡poco
Ya habrán visto nuestros lectores limpios. Pero sobre el partic ular
no
que las r~:et ensiones personales de creem os necesa rio hacer un
paneji
rilos Editor es de El Jluseo son ningu- ca inutil: nuestros dos primer
os núnas: que ellos solo tratan de funda r meros hablan elecue nteme nte.
Basta
un periódico que pueda llegar a ser decir que EL MUSEO se public
a
en el
algo con el tiempo. Sus columnas no establ ecimie nto de nuestr
o compa son mas que un campo que se abre triot a Ancízar, que es,
sin disputa,
a los injenios que quierá n ejercit arse uno de los mejores que
en él : un palenque donde los jó\-enes Améri ca, i que honran existen en
altame nte a
pueden ensay ar sus fuerzas, i tambien nuestr o pais.
les talentos maduros i esperimt!ntaConse cuente s con lo que ofrecimos
dos que quiera n iluminarlo con sus en nuestr o númer
o anterio r, hoi acom·
luzes. Estos son, como ya dijo un li- paila mas al presen
teuna cancio n para
terato compa triota nuestro, los úni. el piano, música
.. compu esta por el
cos juegos florales po.sibles en este si- Sr. J oaquin Guarin
, que creem os
::Ki:::~
18
ntJCW:..J'"@iiir:a=:: . . .
'(' llHi UJI JI. Jl!l.JI. ~ ~!I Jl!l. lI.9.R.i.llll SI IllUUULR!t.ll.!l UU .9.!t.!L!t9.SUUL9JUl..9..tlU. SlltQ. U.2 RRRU. R!l SI. JI. Jlll.tlllY
3~radará
a los aficionados por su belleza i sencillez. En el próximo número daremos un gravado sobre costumbres i trajes nacionales .
•
DE ALGUNAS PALABRAS.
PRIMER .utTícULO..
Los idiomas con el curso de los
tiempos van presentaqdo diferentes
fnzcs i aspectos como el cielo. Un
gran núme ro de pnlabras, semeja ntes
a lo~ astros, sigue n su len to curso par a perderse insensiblen1ente en el hor izonte del tiempo: muchas para reaparecer : algunas para .no vol.ver jamas; miéntras otras brillan sie mpre
fijns i si"ucn solo el movi mi ento universal, ~omplejo i armó nico de las diversas épocas; pero presiden i r~ina.n
siempre como elementos constltutl vos, como partes integrantes de ese
todo inva riable. Conforme pasan los
siglos se van prpser ibicndo cicrtas
, 'ozes i son sost ituid as por otras, ya
formadas de raizes de la mi sma lengua, ya tomada s de uila estra~jera ,
o ya de aquellas q.ue pcrtene~lendo
al idioma no han SIdo usadas p mas,
a lo ménos en cierta acepcion. La
causa de este hecho debemos atri lJuirla a la creacion, o si se (juiere, a
la vrlriacion, modificacion i llueva
combinncio n de las ideas que trae
consicro el de:-a rrollo ~ i empre crecien.
te de tia. intelijencia. IUlln!lna .í el pero
feccionamiento de las ciencias; desarroBo que produce un a consigu~enle
alteracion en las formas; es deCi r, en
las palabras, o lenguaje, i en la. fraseolojía, o jiros de las con~lrUCClOl1eS ,
que es 10 que se llama estdo.
De es tas palabras de nuevo uso, o
de nueva moJa, unas vienen a hacerse sinóni mas de las ya usadas anteri ormente, i otras In s sustituyen p~r
enterO· en lino i otro caso la transl:
cioo i' admision son mui delicadas,. I
el menor descu ido puede introdUCir
un abuso dcspues incorrej ible.
.
Entre muchos eje mpl os .que pudleTrlmOS citar de estos cambIOs . qu.c los
escritores, i sobretodo los periodistas,
,
han querido efectuar entre nosotros,
solo haremos mencioo de algunos
mui recientes, i que por esta circunstancia todavía pueden correjirse. Sea
la palabra ARTI STA, la cual d~ algunos ailos a esta parte, han tCOIdo al•
gunas persona s la incierta tende!lc~a,
o de hacerla sinóni ma o de sustItuIrla a la palabra ARTES ANO. Ambas
son derivadas del sustantivo ARTE;
pero no sa bemos en qu é se fun den
para creer que la idea espresada por
la. primera sea mas lata. de lo que re~l­
mente es, o que equivalga a la espresada. por la segunda. Ni por sus .respectivas terminaciones, que indican
cada cual el uso que de ellas debe haccrse, ni por las defini ciones que da
el Diccio nario de la len gua, pueden
confund irse estas dos vozes. ARTESANO, dice el D iccionario, cuya autoridad debemos respetar por lo jeneral
sino queremos anarquía.. es el que
ejercita al"unartemec{tnlCo: ARTISTA
/¡ que eSl:dia el curso de arles-Liberalium clrl;mn soda lis alumnus.
L a diferencia es clara: el artesano
ejerce un oficio puramente '!lecánio,
una industria en que no tIene que
ejercitar el entendi mi ento, sino sujelarse a las reglas prácticas ayud~do
de CiP.ltos rudim en tos que ha debIdo
adquirir, serrun In. naturaleza. de su
ocupacíon. ~I art 7sano no, ~lace entrar cnj uego elj énlO,el esptrltucreador : el espí'ritu en él puede ~acer
dormido, cl alma í el co razon nmguna lcbcion tienen con las obras que
salen de sus manos: las pasiones callan delun te de la rutina. i de la. eterna monotonía. El artista por el contrario es creador : su fi,~ es ~ran~ioso,
su mision sublime: la JnsplraclOn, el
jénió, la pasion presiden a tod.as. sus
obras. Artesano puede ser un IdlOta,
un imbécil; pero el artista,iene que
sal ir de la esfera vulgar i elevarse ~o­
bre el comun de las jentes: necesl1a
un alma gran de, capaz de compre~­
del' la naturaleza i apreciar sus subilmes bellezas pnra. imi~a:las;. en él todo es poesía, todo esplrltuahsmo: en
el otro todo es prosa: su humilde 06cjo está mui léjos de exijirle otra cosa.
No debemos, pues, calificar de ar-
•
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1\1
~~~~~~~~~~~~~Q~~O~RR~~~~~~~~~~~~~~~~~R~~R~~~~~~"
tisia a un zapatero, a un herrero, a obras maestras del arte; que ignoran
un ebrll1i))ta, a un s()mln'erero, a un las nociones mas obvins de perspec-
sastre, a un talabartero: mui honrados
i dignos de universal aprecio son estos oficios como que ellos son ejercidos
jeneralmente por una numerosa i estimable clase de la sociedad, quizá. la
mas titil, la mas próbida i mas digna
de la consideracion de los Gobiernos
i de la sociedad entera; pero estas
ocupaciones no pasan del rango de
simples oficios mecánicos, que no tiene.n por objeto la imitacion de la Naturaleza, i por medio el estudio filosófico de la misma Naturaleza.
Pero sí llamaremos A. RTIST A al pintor propiamente dicho, al músico, al
escultor, al grabador, al arquitecto;
porque estos ejercen, no ya oficios
mecánicos, sino las artes que se 110.man bellas, liberales i nobles. Sus
obras son hijas de la inspiracion i del
jenio, i bajo este respecto se elevan
a una esfera superior.
Es evidente que hai ciertos puntos
de contacto entre estas artes pri\'ilejiadas, hijas de la civilizacion i reformadoras del mundo, i algunos de los
oficios que se ejercen mecánicamen mente por lajeneralidad de la s clase!;
bajas de la sociedad; pudiera así confundirse, i se confunde en efecto por
los ignorantes, el verdadero arte de
la pintura con el oficio del mismo
nombre, que consiste en dar colores
a las casas, maderas &c.; pero en
realidad la distancia que media entre
el arte de pintar frisos i el arte divino de Rafael es inconmensurable:
entre un pintor de brocha gorda i un
Hubens, un Morales, un Van-Dick,
un y ázquez, o un Muril10 hai la misma
diferC'llcia que entre las obras de :gios
i las obras de los hombres.
No están mui lejos de hallarse en
el mismo predicamento aquellos pintores cuyo talento consiste en copiar
servilmente malos cuadros de santos:
estos hombres sin jenio, que no po• seen mas conocimientos en el arte
que el modo de moler los colores i de
lavar los pinceles; que no han abierto
un libro que trate de la materia; que
no han estudiado la Naturaleza; que
uo han observado detenidamente las
•
tiva, de colorido, de claro-oscuro i
aun de anatomía, estos hombres no
pueden llamarse pintores sino por
una triste irrision.
Casi otro tanto pudiera decirse del
músico : el rascador de violin que gana su "ida en los bailes e iglesias, al
lado de lIaydn, Mehul, Beethoven o
Rossini es la luciérnaga comparada
con el sol.
El indio quiteño que fabrica por
docenas los pastores de un nacimiento o peseb1'e, i que lleva el pomposo títuJo de escullar. está tan lejos de Migue l Anjel o de Canova como Jo es tamos nosotros de las estrellas. Puede sí haber-... en él esa simiente del
jenio que aun no ha brotado, esa ch ispa oculta que aun no ha prendido;
pero le faltan los elementos necesarios i los medios para desarrollarse;
porque los grandes injenios son hijos
de las granrles civilizaciones, i en el
desarrollo de los pueblos las cienc ias.
las artes, la literatura, la política i todos los conocimientos hum anos marchan siempre a la par, con poca diferencia, i siguen un movimiento armónico i compasado.
El albaiiil que coloca Jos sillares i
ladrillos, que hace la mezcla i tira la
plomada, no es ciertam~nte el arquitecto que traza el plano del edificio,
que combina los órdenes, que concibe
los grupos de columnas, las cúpulas,
los capiteles i arquitra,res.
Existe, pue.s, u~a gr~n ~iferencia
entre la creaCiOn I la llnttaClon: el jenio que inventa no es la habi lid ad rutinera, no es la destreza del autómata
que juega el ajed rez con una perfeccion pasmosa. 1 esta es la diferencia
esencial que existe entre el m'lista i
el artesano, por lo cua l conviene no
confundir estas dos vozes, ni usar de
ellas ind istintamen te.
V ~amos otro ejemplo del mal uso
de cIertas palabras. l\Iui cOlll un es
entre nosotros, por la naturaleza de
nuestras instituciones políticas, habl ar
a cada pa so del cánon constitucional
que hace de nuestro Gobierno un
Gobierno alternativo. Los escritores
2'0
_.:.:::JI:-
19--':-.:.. 1" ~.:-=::
-=-•
2.!Ut.S!2lUUUU!. ~.lU!.!UtJUt2.9..!l!IJtll!l: lUUUU!.~2.9Y
'{'.Q.2 22.S!.S.2~.2.2 2Ull!Ut2 2.S!.S.9. ~ SI..!l9.JUtJUt 9..2.ti2 !2.!2.!2.Jl..Q.
ptlblicos que tienen que tocar este
punto, los repres entant es del pueblo
en sus discursos, los curiales en sus
::llega tos, escritos, autos o senten cias,
i aun los partic ulares en sus con versaciones prin\d as, usan de la ,·oz impropia altel1wbilidod para hablar de
la necesidad, del derechu, o del acto
de altern ar los majisll'ados i funcionadas en los destinos publicos, En
rigor no diremos que aquí haya mal
uso de una palabra, pues la IJalabr a
allenw bilida d, no hallúndose cn el
Diccio nario de la lengua, pudiera mas
reputa da justam ente como intrus a;
mas pudiendo racion almen te formal'se de altern ar como deriva do vcrbal,
i habiendo ~utol'izacion para hacerlo,
como sucede con otras muchas, bien
podemos darle el pase. Pero es el ca·
so que, aun adoptando este nuevo hijo, que ninguna falta hace en la fami.
lia caste!tana, todaví a no es él el que
espl'esa exac ta i puntualmcnte Id idea
en cuestiono La razon grama tical es
esta: que todas las yozes o dicciones
que termin an por las sílabas ilidad
es presa n la capazidad, dispocision,
pl'open sion, facultad o aptitud para
una cosa: así esterilidad es la pl'Opcnsion o disposicion de una cosa a
ser estéril : "la calid-ad que C:lr::tctc' riza las cosas iltl!cundas," corno la
define él Diccio nario ; mas no el acto
de hacers e estéril, o la accion por la
cual se vuelve estéril, pues a esta la
llam aríamos eslel'ilizacion. En nues·
tro humilde COIl( epto, pues, i salvo el
parece r de personas mas inlelijenles
en la mater ia, la voz que COH propie.
dad depe usarse para espresar la idea
de que los funcionarios, o empleados
altern<ln o deben altern ar, es aftc1'nacion i no allern abilid ad; siendo los
deriva d os verbales tenninndos en ion
los que con mas exac titud indican el
act(j de ejecut arse una accion : así
suced e en vOlacion, sustanciacion co·
l'reccion &c. Ya hemos visto. aunque rara vez, hecha csta reforma por
algun escrito r cuyo ejemplo deJO:gra.
ciadam ente no ha tcn'ido imitadores.
Otro ejemp lo.-Las vozes deriva .
dad del latin se han usado siemp re i
deben usarse sin esc rúpulo, pues sien.
do esta la herenc ia que aquella lengua
sabia dejó a su hija lejítima la castellana, su oríjen es puro, i por con siguiente son preferibles tales vozes a
las que plIdieramos formar capricho_
samen le para sustituirhls. En este
CrlSO se halla el adjetiv o inalitmable
(lo que no se puede enajen ar) derinIdo del latin allúmus, el cual hemos
visto postergado mas de una ,'ez, i no
como quiera por hombres adocenados, sino por escritores de nota, i por
hablis tas cultos, para sustituirle otro
tan antojadizo ¡tan búrbaro como
inenojenable; ni mas ni méoos como
sucede con algunos destinos públicos
de donde se quita un hombre inteHjcnte i honrado para suplantarle un
ignorante o logrero. No solamente
es mas puro i castizo el J)limero de
esto!'> adjetivos, sino tambien mas dulce, sonoro i de fácil pl'onunciacion,
miéntl'as que el segundo es áspero i
duro. -En efecto útenajenablc es uoa
palabra cerril i desabrida para pronunciarla, i que en ningun período
puede colocarse sin que perjudique a
h hermosura i rotundidad de la. frase
i a la elegancia del estilo,
¿ Pero qué mucho que el cornun de
los escritores granadinos incurr a con
frecue ncia en esta falta garrafal cuando hall amos estampada dicha pa labra
con todas sus letras en la COTlst itucion política de la República (artículo IúG) obra <lue poI' su naturaleza debía dar el ejemp lo de una esmerada l'cdaccion, de un Icnguaje puro,
correc to, claro i sencillo? ("')
(.) Arlículo 166. "Es prohibida la fundacion
de mayoraxgos i loda clage de \'inculacioue6, i
1\0 h abrá en la Nuc\'a Granad a bicllll8 rai:¡;e6 inellOjel/ah/ts."
N3 es ménos curiosa la redaccion de l artículo
165 (Iue dice; "La casa de lIinguII granadin o
ser:!. allanada &.c." l'roposicion afirmat i"a; "ni
su corrcspondencin o papeles interceptados &c."
Propoesicion negal;\·a. Este artículo es un solo
di~IJarate desde el pti"illio hasta el fin.
Non es dc sesudos homes ni de il1r~l.Il'l:ones de
pro desacred itar dc esta manera nuutro Código
sagrado j pcro qu6 tiene 61 ya quc perder? Desacreditado como C/ltd. bajo el aS I)Ccto IlOlítico, bien
puede sin mucho dolor \'el'$e dt:811creditado por
cllado literario. Ademas , cste ataque tan frauco
como inocente i dcsintcresado,creCIll08 que no !Jetá
perdido para 108 l('jisl!ldor~~ que pronto hon de
ocuparse en darnos una vcr(!odera COllstitllcioll
df,'ffiocrática bien rcdo.etadll.
•
,
En nuestro próximo número traeremos otros ejemplos de frases o paJabras que se usan impropiamente, no
solo en la conversacion familiar i en
la correspondencia epistolnr, sino tambien en escritos que se dan a la pren sa para que anden en manos de todos.
En este último caso el uso de tales
frases tiene un doble incoll\'cniente, i
es que los intelijentes 10 motejan icen.
suran, miéntl'us que los ignorantes lo
toman por norma i regla de buen hablar, yiéndolo autorizado quizá con
un nombre respetnble, ¡sancionado i
santificado con el sellode la prensa.
Entiéndase, sinembargo, que estas
son nuestras meras opiniones privadas en la materia, i que si estu vieren'l05 eq ui vacados agradeceremos cualquiera réplica u observacion que se
nos haga. Nosotros, léjos de que rer
fallar majistralmenle, buscamos i apetecemos siempre la discusion, porque
la consideramos como la copela de
donde sale pura la verdad.
AMOR DE ALADRE.
En una noche tranfJuila i hermoseada por la brillante nparienciade los cielos, me acuerdo que reclinado en elsenode I~i madre contemplábamos jun .
tos la nca escena que se desplegaba a
nuestro alrededor. El suelo que pisábamos seostentaba vestido de un verde vivo, sembrado aquí i allí de rubias florecillas, como luzidas lentejuelas de oro; la atmósfera cargad~ de
perfumes los mas deliciosos, ultimo
tributo de las plantas al padre de la
luz, que hacía poco había hundido su
frente detras del ocaso; i el vacío· con
su pomposa colgadura azul bordada
de diamanl~s i suspendida como el pa.
bellon de DIOS, en la estension del espacio. Nuestras almas sencillas i reverentes sentían entónces simultáneamente las. mismas impresiones; i yo,
que ~un Ignoraba hasta el lenguaje
de mis padres, me colgaba con fe cán~ida del labio materno que me ensenaba a no ver en todos i en cada uno
de. tantos fenómenos sino la faz de
DIOS que se ha reproducido en sus
"
obras. Me preguntaba si n poderme
responder ¿ quién llena esa estension
vacía que sirve como eslabol1 a todas
esas masas luminosas que voltean e n
perpetuo remolino? ¿ Para que están
ahí esos globos de fuego 1 Son acasO
las huellas que dejó estampadas Dios
al atrayesar el espacio, o son las piedras de su diadema, los adornos de su
palio, las columnas de su templo?
Pe ro mi madre apagó esa chispa que
acababa de saltar a mi cerebro para
incendiarlo, sufocó los primeros movimientos de mi alma que en vez de
adorar a su Criador intentaba com·
Pl'enderlo: ella me hizo doblar humilde la rodilla ante ese grande altar iluminado por mil estrellas, i enseílándome las santas oraciones de la piedad cristiana, dió a probar a mi labio
el néctar del consuelo. Como un vapor lc\'c se levantó mi espíritu en aJas de la contemplacion, i Dios "ió
mi cor<lzon i recojió mi plegaria, porque mi alma se sintió fe liz, i por mi
pecho corrióentónces todo un torrente de amor, todo un mar de alabanza
i de ventura.
El recuerdo de esa noche se ha
unido en mi memoria como una imá.
jen a la imájen de mi madre, i cuantas \'ezes vueh'o mis ojos turbios arecorrer los alegres p<lisajes oc mi adolescencia, Iropiezo con ese episodio de mis primeros aflos; entónces
es cuando en tropel se apiih.n al corazon las mas tiernas afecciones i a
la fantasía las mas grata s i cariílosas
ideas.
j Feliz aquel que adora a Dios i le
ofrece el limpio homenaje de un corazon no manchado; i mas feliz aquel
que lo adora en compa ilÍa del mas benévolo de los ánjeles,la mas querida.
de las mujeres, la mas fiel de las amigas, la mas amorosa madre!
¿Qu ién no ha sen tido resbalar blandamente en sus mejillas la mano maternal que lo acaricia? ¿Quién no
ha sen tido los latidos de un corazon
que. palpita aco.rde con el suyo '{
¿ Qlen no ha VISto ela \-ados en sus
ojos otros ojos que derr:'lInan amor i
embriagan de dulzura? ¿ Cuá.ntas vezes no ha faltado la fe del amigo;
22
~:.::....
:mI&."WL:T@iiii:-=:=-=-_
~ R9.ll RII RR itRR.R Q RRRe e o RRR It!tRU. Uu.
cuántas no nos ha olvidado la ingrata amante a quien hizinlOs la promesa de un eterno amor cuando ella nos
hizo la de un amor sin fin? ¿Cuántas vezes no ha ,"oleado el monumento de nuestro cari"lio el soplo de la
ausencia 1 ¿ Cuántas no nos ha robado el corl1zon que era nuestro una
corta distancia, una breve separacion1
Pero ¿ cuándo dejó la madre de ser
madre? j, Cuándo olvido ella su amor
i sus cuidados; cuándo cnyó sobre
nuestra frente su mirada de indiferencia, cuándo encontramos su corazon
tornado en hielo o su alma en ponzoña? J amas. l\1irnd su ademan melancólico i dulce cuando la hemos
ofendido; mirad la alegria chispear
en sus l:.lbios cuando ve que correspondemos a su amor; miradla orgullosa i satisfecha cuando nos ve dignos de ella i de nosotros mismos;
mil'adla, como la anlante que contesta a su querido, oficiosa j dilijente
consolándonos de nueslro mal. MiradIó. provocar las sonrisas del placer
cuando nos \'C fclizes, i enjugando lns
lúgrim as del tormento cuando somos
desafortunados. Pero ell:.\! i Con qué
esmero no oculla sus penas pJra no
perturbar nuestra dicha! i C OIllO be·
be su llanto i "iste (le risa sus labios
para no manchar nuestro lIoZO ni destemplar nuestra alegría! l'Had re ca·
rísima, tú eres nuestro único, primero
i último amor, nuestro sincero i fiel
amigo, nuestro Diosen la ticl'I'J, nuestra mayor riqueza!
1 nosotros ol\'idamos su amor i la
olvidamos a ella; dCjJlllOS la. fuente
de un c3l'iilO verdadero i leal para
lanzarnos a un abi!mlO en busca de
·un amor mentido i traidor. Cuando
gastados por los pesare::, quebrada la
sien de pesadumbres, repleto el corazon de angustia, VOIYCIllOS, desp~les
de la lormenta, al puerto cuyo abngo
abandonamos por desp recio. cuando
volvemos donde la madre que nos
quiso i cuyo afecto olvid[lI11oS por el
de la f.'ll~a amante, ella nos consuela,
nos presellta su amahle i suave regazo en donde quil'.uS dormimos felizcs
el sueüo de! olvido de nuestras pasarlas amul'gurn s.
~R9. Rll9..H9.R.llRR9.Jl..R.!tR~Rll.9.Y
i Pobre del huérfano cuyo primer
ensuefio no voló en alas de la caricia
maternal, cUyl1S lágrinlas no fueron
enjugadas en el paiJo del consuelo
por e! ánjel mismo que le dió la "ida!
Su cUila no tuvo flores, no eran sino
pálidas las noches de su niiJez, lristí.
simo i lúnguido su reposo, como pújaro errante cuyo nido se mece en el
úrbol de un bosque lejano, sin arrullo
sin ilusiones; arroyo que perdió su
cnuce i la arena le secó: flor ajada
sobre el tallo i carcomida en el corazon! Nadie como la madre siembra
dichas en el camino de la vida i recoje frutos dulzes i sabro~os para nuestra felizidad. Somos dichosos en la
infancia porque prendidos de su mano atravesamos los campos de esmeraldas, trepamos por el pendiente soto, nos reclinamos cn la ancha i vieja
piedra que corona su cima, O en deli.
cioso cansancio i ngradable fatil'a
acercarnos el labio ardiente i tostado
a las espumas del tendido arroyuelo
pJra Jp<lgar la sed! 1 cU<lndo la huesosa i violenta mano de la enfermedad nos troncha sobre el lecho del moribulldo, clltónces que el sol palideze
parn nuestros o.io~, que pierde el mundo su belleza, la hermosura sus atractivos; cuando la falsa amistad nos
abandona, cuando la ciencia se cansa de nosotros. cuando no llega a
nuestra cama de tortura sino de vez
en cuando el ojo curioso o el eco de
la ris'l infernal del indiferente; en·
tónccs ¿ quién \'e!a a nuestro lado,
quién acaricia nuestras sienes, quién
enjuua el sudor de nuestra faz, quién
rerrc~cn la garganta del agonizante
co n el [laua de la caridad! Quién,
o
'
sino- Ilu estra
madre, que como eI un·
jel custodio, vijila en nuestro cu id a.
do, ncompaña nuestras horas amargas
i enllltezidas, i a lo ITlénos une su llanto a nue stro llanto, su arrullo i sus
pleO'arias a Buestrosjemidos i a nuestra o desespcracion? Cuando somos
polvo i cenizas, cuando la muerte ha
vuelto el barro al barro i el alma a
Dio~, qué otro santuario guarda ~~ ­
cendido aun la antorcha del caflno
para el que ya no es r En qué .olel:'o.
ria viviJ·{l nuestra memona, I qUIén
;II;;:::IL"
~1!§J:E::c:..
"
~RRRR29RRRRRRRRUllRRUl!.ll~RRRRllR
~~RllllR .1U.UUlU.9.R. llU.ll9.Ul!.2&
,
dejará en su mente un lugar al recuerdo del que pasó 1 La madre que
nos vió sa lir de su seno, que nos 3compailó en la vida i que, aun ~esP.lles
de terminada nuestra fugaz J ·lnste
peregrinncion va a humedecer "con
sus lúO'rimas nues tra yertas cenizas,
i a row.r por nuestra eterna felizidad
a la orilla del sepulcro helado!
YARILPA,
Este nombre indio dado por Vargas Tejada a una de sus creaciones,
es el seudónimo que ha adop tado
una Señorita paisana i amiga nuestra para ponerlo al pié de sus escritos, la mayor parte de los cuales son
poesías fujitiv3s inéditas, o granos de
arena, como ella las llama graciosamente, haciendo alusion a. la picante
crítica de El curioso parlante en su
introduccion a los Recuerdos de viaje.
Si las poesías de YARILPA no
son una g~an d e adquisicion para
nuestro MUSEO (dispensenos esta
franque za nuestra jóven amiga) no
son tampoco indignas de \'er la luz
pública en cualquier pe riódico ac reditado ; ántes por el contrario, si se
at iende a sus ci rcunstancias, a la necesidad de al entar el tale nto oculto,
i al deber de aplaudir ¡recom pensa r
las producci ones de la juventud j señaladamente del sexo delicado, ellas
deben considerarse como un adorno
de no poco precio en nuestro periódico.
No queremos anticipar un juic io
crítico, ni nos corresponde a nosotros
esta tarea. que nos reservamos para
hacer privadamente a y ARI LP A,
segun nos 10 ha exijido elJa mis ma;
pero sí imploraremos en nombre de
esta la induljencia de los intelijen tes
por las faltas que inevitablemente deben afear sus versos. En efecto, querer que el jenio naciente haya alcanzado prematuramente la perfeccion
que solo es obra del tiempo i del estudio dilatado: querer que carezcan
de defectos los primeros ensayos de
un talento en flor j sería prete nder demasiado: sería ex ijir de una jóven de
20 ailos lo que no se exije del h0':Ibre
mas favorecido por la natural~za I por
la s uerte. Porque ¿ donde esta el poela que . pueda gloriarse de esa perreccian soiiada desde Homero para
abajo?
.
.
L os productos de las juvemles IIlS piraciones de Y A1ULPA deben, pues,
adolecer de imperfeciones; pero para
medir su mérito debemos tener presente que é l está en este caso en ra~
zon inversa de la edad i de los e le~
mentos de quc ha podido di sponer
nues tra jóven poétisa para dar vuelo
a su inj enio. Sus versos comparados
con los de nquello~ que han teni.do
tiempo i ocasion de meditar ¡estudiar
los buenos modelos para fo rmar su
oausto , son como las flores que nacen
e
espontáneamente e n un te rreno ¡eraz,
comparadas con las que ~I h ombr~
cultiva i riega con su propm .mano, 1
que despues se ostentan en pr rones
de porcelana i en suntuosos gabinetes.
No pocos esfuerzos hemos tenido
que hacer par:¡ vencer la. repugna!1 ~
cia de YARILPA a que sus humddes ensayos "iesen la. luz púb~ica. Cosa mui natural! ~u modestm estrcma unida a la descon fi anza característ'ica de los hijos dc esta capita l en
todo ague·do gue mira al méri to de sus
propi as obras,debían producir tan o~s­
tinada resistencia. Pe ro al fin venc ieron nuestras súplicas, bajo la espresa
condicion de guarda r un profundo secreto en cuanto al nOlllbre verdadero;
i hoi tenemos el gusto de presentar a
nuestros lectores algunas muestras de
las que hemos obten id o, advirtiendo
que las pu blicamos tales como h ~n
sal ido de las manos de su autor, sm
pr:evia correccion ni censura.
A lilMI:'IO.
Vivo si u tí tau triste i solitaria
Como la tierna aloudra en la eS¡H:sura
D el bosque dOlldeexí¡la 8t1plegaria,
H Il t:'irfaua i sula, pobre i sin veutura.
Con Sil amor se acabó su dulze canto,
Que en lúgubres jemid09 torua ahora;
Las notas que preludia sou de llanto
1 crece Sil dolor hora tras hora.
El nido cutre las ramas fabricado
De leves plumas i hojarasca ¡ tierra,
D eja ya I)ara siempre aba udonndo
1 dd árbol querido le destierra.
•
El "erde soto (IIlO alegró su vista,
El arroyuelo ocutto ell la mlllezu,
Todo la aflije ahorll i la coultista,
1 enojos dale el ca.m¡:.o i su belleza.
No ya cual ánte el fruto regalado
Sllhaudo busca de \lila en otra rama
Para llevarle alegre 0.1 nido amado
Donde el tierno ¡:.olluelo le reelllma.
Así tamblen yo jimo ab:.ndonada
De aquel que fuera mi sincero amigo,
1 en In edad de los sueños nacarada
A mi lado feliz jugó conmigo.
Pobre hermano! sin tí "ivir no quiero
Sin t{ mis ilusiones so ac:.bnron !
Ni dicha, ni placeres, nada espero,
Quo para mi los gozes ya pasaron!
P obro Emilio, del mundo rele"ado!
Cubieno COII la losa del olvido! ..
Entre la tumba estrccha ya cncerrado,
1 ell blanquezinos huesos con\'ertido! ....
Oh ! quién en los ensueñ09 deliciosos
De mi risueña infunda me dijera
Que en pos de aquellos añ09 tall dichosos
'l'an amarga de~gracia se siguicra! ...
Oh! cuántas \'ezes sola i aflijida
A ver vol\'í los sitios encantados
Do los primcros a¡¡os de mi "ida
Vi ¡lasar brevemente arreb:l.lados!
Confusa mo interné eula selva umbrosa
Que do mi \'oz los ecos repetía,
Cualldo oculta en los árboles g:ozosa_ " lllíSCIUllO! ya! Emilio!" te deda.
Allí busqué tu itnájen apnzible,
El ruido do tns pié.. en la maleza,
Eu mirar ta n duh.e i tan sensible
Mezclado do terllllTU i de tristeza.
AlU finjí tu cándida sonrisa,
T e recordé tendido en la hojarasca,
Flotnlllrs tu~ c"h"[los con la brisa,
O mojados quizá I,or la borrascn.
T odo 10 mismo !... Sombras i vMdura! ..
Asperos troncos, hojas, musgo, yedra!
Siloucio i pa1.! .. .'l'nmbion la ~epultura
Brinda la paz debajo de su piedra ..... .
Aquel Edcn nh.'gre i dt:lieioso
Con SU8 nftidu fm'ntes cristalinas
Con su ambiente balsámico, oloroso,
SUB 60109, vegas, montes i colinas ;
Aquellas flores bellas i fragl\ ntes
Que ostentaban sus pétalos de raso;
Las aves cou sus Ilotas concertantes
D iciendo ndiog altwl .. 11 el ocaso;
'fndo tribte lo hallé: lodo sin vida:
Sordo al reclamO tic m¡ voz doliente
Que resonó eH lu selva i r':l)Ctidll,
Loe ecos de\olvieron tn.slernentc.
i MaSI}()rqué pobr~ "trmono te al,eUido
Ni ¡Xlr qué de tu suerte lile conduelo,
!ji I(.joe do 1.'8t.' IIl1l mlo abonecillo
Jl abltl18 ¡l:.lrn siempre ya en d cielo 1
¡ P obre do mí,quo "ttgo CII el desierto
Cual hoj o. quo arrancó la lem¡lestad,
Sin uestino, sin luz, sin rumbo cierto,
Errallte ¡:.or la inmensa 60Iedad ! ...
Yo lloro mi horrandad, mas no quisie ra
Verte do mlO\f() humana criatura:
Conti~o, dulce hermano, me reuniera,
:Pero diciendo hof8olla allá. cn la 1I1tllra! ...
LA VIDA LITERARIA.
T.4<ciate o~n; Ipe'lInu.
oh ...." q.u e"lrat.. ~- DA:"TI:.
Qu iero diseñar hoi, aunque débil e
imperfectamente, Ins fazes distin tas
de esta. existencia afanosa i triste que
se llama. la. vida. literaria. Q uiero,
levantando una punta de l esplendente
manto que la cubre, manifestar sus
miserias, hacer adivinar sus dolores,
publicar sus angustias, cómicas a. las
vezes, a. las vezes trájieas.
Así, cuando ante los <iljos del vulgo
aparezca uno de esos hombres a quienes aquel supone tan ricos de felizidad i de alegría, habrá para ellos algo
mas que admiracion i aplauso j habrá
un ¡I,teres afectuoso, una simpatía
sincera, un aprecio justo i lejítimo.
No es esta ya, se dice, la época de
Cervántes j el poeta ha conquistado
la posicion que le era debida; el talento ha obtenido sus preeminencias;
el saber sus fueros; el jen io su poder j
la intelijencia su predominio. Cie rtamen te; ese nombre que ántes era poco ménos qt<e de oprobio; ese nombre que era casi una esclusion, es ahora un título. Pero ¿ basta eso por ventura'! ¿ Bastan esta. rcparacion ¡ esta
justicia tardías? ¿ N o hai nada. que
apetecer ya, nada que pedir, nada que
reclamar? ¿Es la vida del literato tan
próspera. i tan holgada, que np recuerde sus pasaclos infortunios, sus antiguas humillaciones, sus recientes desastes! Si Id preguntamos al vulgo,
di rá que sí; si nos lo pregun tamos a
nosotros n1ismos, diremos que no.Entre estas dos opiniones opuestas
hai un medio para. descubr ir la verdad i para hacerla sen tir a todos i a
cada uno: la pintura. in""\parcial i exactaq ue me propongo hacer.
BI vulgo no es el pueblo unica mente: el vvlgo es la jeneralidad ; se compone de las clases altas, de las medias,
de las ínfimas j ni solo los ignorantes
j los eSlupiJos pertenecen. a él; con
• frecuencia lo forman personas algo in.
telijentes i al~o illlstradas.-El \"lllgo
es, pues, el conjunto de los que aceptan opiniones ¡ommIadas ya i difundidas; de los que repiten lo que otro!o;
propalan sin discutir su posibilidad ni
su verosimilitud; de los que acojen
todas las paradojas rid1culas, todos los
axiomas triviales, todas las calumnias
absurdas, que ora se dirijen contra un
individuo, ora contra una categoría
social.
Examinemos de qué suerte califi.
can al poeta cada una de las distintas
fracciones del ,"ulgo"
Para el pueblo, el poeta es el hombre que hace coplas.
Para el COIllUIl de las jentes, es el
hombre que hace versos.
Para la mujer, es el hombre que sabe decú· cosas bonitas.
Para nadie, es el mortal inspirado
por la divinidad.
•
Así, despues de hablar tanto de su
mision, no se le otorga ya ninguna j
despuesde haber llamado a la facultad
poética arte sublime, se la llama ofi.
cio mecánico; en fin, despues de premiarle con laureles, se le premia ya
con empleos!
L arguísimo es el catálogo de las
tribulaciones i contra riedades a que
está condenado el pocta solo por serlo.
Si jura i protesta su amor a alguna
mujer, se le responde con una sonrisa
de incredulidad:
- "Poela!
t:sto es j loco!
1 en las diversas materias, i en los
asuntos diversos, i en las tésis diferentes suje tas a la discusion jeneral,
o. se desconoce su competencia, o se
mega ,su razono En suma, a los poetas
~e"les Impone la poesía a perpetuidad,
1 Juzgase que todo lo contemplan al
traves ?el ,engaiioso i dorado pr isma
de la ¡Juslon, cuando precisamente
eUos son las víctimas de esto erróneo
sistema óptico.
Hefiere UIlO de los biógrafos de V 0 1taire cierta curiosa anécdota, de la
q~e no es difícil hallar ejemplos todavla.-Hallábase el célebre filósofo en
su residencia de Feroey ; pero hacía
una vida s~lInamente retirada i oscura ; de suerte que no eran pocos aquellos de sus \'ecinos que ardían en deseus de eonocerle.-Entre ~odos distinguíase una señora, grande admi radora del pacta, i que le imajinaba, como
es costumbre entre el yulgo. joven,
pálido, blondo, sentimental i tristc.
Tanto trabajó la buena proyinciana
por ver al héroe de ~us suelios, que
logró seducir a la criada de Voltaire
para que la escondiese un dia en el
jardin, o la dejara desde al1í contemplarle a su sabor miéntras se paseaba.
llízose así en erecto; i ¡cuál fué la
sorpresa, el disgu sto de la dama al
encontrar un hombre ya maduro, i no
bello ni elegante!-Poco de spues vino
su cómplice a conducirla :l un rabe llon, al tra\'es de cuyas cortinas podía
yer al autor de La Jl em"iada, que
acababa de sentarse a la mesa i se
servía un enorme plato de sopn . Entónces llegó al estremo el asombro de
la admiradora, quien esclamó con un
acen.to soberano de indignacion i desprecIO :
-j I come! jI come! i 1 come!!!
En seO'uida, no queriendo aguardar
mas, echó a correr completalnente
desilusionada.
Algo mui semejante sucede en el
dia: a la multitud le cuesta trabajo
comprender que ti poeta es un hom bre como todos, con sus mismas pasiones, con sus mismas necesidades,
con sus propias aspiraciones; i el que
le llama coplero, como el que le llama
poeta, sin reco nocerte superioridad
le atribuye otros hábitos, otros instintos, otra naturaleza mas grosera i
ménos de licada.-Que en esto solo se
diferencian los contemporaneos de
Voltaire ¡nuestros contempóraneos;
aquellos sublimaban al jenio: estos Jo
materializan i rebajan.
lIemos conswerado una faz sola de
la \'ida literaria; las restantes no están
esenlas, sino por el contrario mas
llenas aun de sinsabores i pesares.
lI ablemos del autor dramático.¿Quién no conoce la existencia azarosa de ese hombre, tan pronto en altezido por la multitud como castigado
,
2ó
:JE:::JIIL.o
~1!§a:IE:~.
~~~22l~~~~20R~lR~~22R
R~~2R~R22R22222222~2~222~2~
por ella. misma; tan pronto coronado
como escarnecido; juguete hoi de una
cába la, víctima mailun a del mal humor del público? Aseméjase su suerte
a. la s olas del proceloso mar, que ya
pa recen tocar e n la celeste bóycdu. ya
hundirse en lo mas profundo de hon~o­
rosos abismos.
Afanes eternos, interminables luc has; hé aquí re~Ulnida en brcycs
palabras la vi da cntera del autor drnmático L a ignoranc.ia i la malo\'olencia suele n amarle para combatirle;
la c rítIca mOl'd<ll, i desapasionada desa hogar co n é l las malas pnsiones de
que se nutre; i la impotencia envidiosa i maligna suscita rl e casi inve ncibles obstáculos. Así se gasta su
fuerz a, i su cnerjía descae, i su jénio
se abate, i su fe sucumbe j i e n vez de
volar como el ág uila impávida i orgullosa poi el espaciO inmenso, marc ha
"acilante, presa de mortal desaliento.
i 1 cómo crecen, c uál se multiplican,
cuánto se agravan estos percances,
si el escritor se propone atacar de
frente las vicios i ridíc ulos de la época i pintar sus costumbres en toda
su verdad! Entónces principia n las
aplicac iones, los ejemplos, las perso ~
nalidades.-A los caracteres nobles I
elevados nadie les encuentra tipo; en
las caricalllras risibles o grotescas todo el mundo cree dcscubr ir los ori jinal es. A ehnq ue es ya antiguo este,
como que l\lolicre i BeauH1<lrc hais
de él se quejaban a ltmnente. si n que
fueran capazes de remediarlo; mas
nada ha perd ido de su índole por la fecha: la mali cia que, en vezde amenguarse, todos los dias .se a Ul~en ta,
sigue buscand? m ez q~lIno orIJen a
aquello que lo tie ne mL1l grande ; porque tanto como es mi serable int e~ to
e l de modifi ca r i esca rnecer a un 111dividuo detenninndo, eS' digno de alta loa el c¡uerrer conejir i mejorar a
la hum anidad entera.
Si fuése mos a traer ejemplos, infinitos podríamos citar aqu í : nunca
faltan algunas de esas almas p'iadosa~,
cuya f!'ll1ci on mas dulce es mfundl r
la sospec ha i llevar la ('nlumnia a lo s
corazones ménos desconfiados. Ellos
harú'n creer a la mujer a quien tal vez
ama el autor, que la escojió por modelo al bosquejar una despreciable coqueta j ellos dirán al Ministro del cual
acaso depende el poeta, que le retrató
aquel al pintar un gobernante torpe o
inmoral. con la sana intencion de que
en cnstigo Je destituya; ellos, por último, i.nventarán nlguna deshonrosa
mentira, que, semejante a esas bolas
de nieve desprendidas de las montaJias, recojerán i se engros~lrán a su
paso con todas las mi l pequei'ias invenciones de los tontos i de los desocupados.
¿No basta este cuad ro, verdadero
i fiel por desgracia, para da r un a idea
de lo que es esa existencia , tan brillan te i tan feliz, se~un algul1os?-Si
descendiésemos a lOS pormenores, si
como e n globo la hemos considerado
la describiésemos en sus episodios i en
sus in cidentes, aun se comprendería
mejor la oportunidad de la sentencia
que escribimos al frente de este artículo.
•
No olvidemos al crí ti co. otro de los
ind ividuos de la fnmi li a literaria, cuyo
destino no es tampoco Illlli próspero
ni en vidiable. Lajencralidad se lo represe.nta ce illldo i feo; de ~spera voz
i nltivos ademanes; de mIrada torva
i sonrisa siniestra; en fin, copia i trasunto de los domines de aldea.-De
modo que ni siqu iera tiene la ventaja,
como el poeta, de que le jmajine nadie
de aO'radable ni de simpático nspecto,
i pOI':' esto mismo se abriga acia él una
prevencion 3d versa.
Si el crítico es seve ro, se le llama
pedante; si es blando, se le llama in·
capaz. Si censurn, se busca el secreto
de su durezn j si aplaude, se ntribuye
a pnndillaje o a ami stad.-Ninguno
de los dos sa ti sface ni contenta nunca : aquel porque no elojia; este porque no elojia bastante. 1 despues, las
interpretaciones, i Ins omi siones,.i las
reticencias, i el mas i el mé nos, I las
antipatíní!, i la s preferencias i 1 de
todo esto los re ncores, i de aquí las
\'engnnzas! i Infeliz del cTÍtico si es
ademas autor dramático! j El uno
ptlgará en su dia la s cul pns que h ~ ya
cometido el otro ! E s, pues, la Vida
literaria como esos lagos límpidos i
,
•
~~
~-.:..;r~=-z:....
27
"t'i R!ti ItU.5I. U9. U!tQ.!t ~U!t5!JI.U.U.!!.i2 2i 2i R.Ull.RU.2ll..ll5l2R..9..Ull!t!l.9.S!Jl.llll!t!l o51. 9:.S!i9 SI in O.U.!l'Y
serenos, cuyas aguas azubdas rene- las iglesias, han salido de allí, para
jan el espléndido sol, Iris rielan tes cs- qué? para verse colgados a la tabezetrellas, o los verdes árboles i Qué di. ra de la cama de algun rústico que .no
ferencia , sinembargo, entre su super. conoce su mérito, o cuando mejor
ficie i su fondo!- Profundízese un suerte hayan corrido, para verse repoco en él, i toda su belleza desapare- ¡ legadOs a"la testera de alguna antecerá, i el líquido espejo, rcy uelto ¡ sala; i despues de tanto uempo que
ajitado, no reproducirá tampoco ~)in- hace que están. en Paris, todaví~ no
gunade las maravillas de la creaClon! hall logrado el lavor de ser cxammaRA,'II ON DE NAYARr,1:TE. dos. Sinembargo, aunque debe respetarse la propiedad individual en
materia de creaciones supeliores del
jenio es dir.eil reconocer esa propic- - - - - - -- - - - - - - - dad sin restriccion. Las obras maestras del arte son del dom inio público:
FRAmlENTOS
ellas pertenecen a la humanidad.
SOBRE LA HISTORIA OE LAS BEllAS ARTES.
1\L SOul1 posee obras de tres gran(Continuadon.)
des maestros del siglo XVI , a saber,
de i\Ioráles, de Vicente Joanes i de
Acia el siglo XVI la luz comienza Na\·alTete, llamado el Jludo.
Luis de ::\Ioráles, apellidado v.ula nacer en el arte espailol, como lo
garmente
el Divi1io, ya sea a causa
justifica la coleccion completa depinturas espaJiolas de los sig!os X VI i del mérito de su pincel, ya porque
no pintó mas que asuntos sagrados,
XVII que existe en Paris.
.l\Iiéntras que el imperio frances nació en Badajoz al principio de aquel
paseaba sus victorias por Euro~a , uno siglo. E s probable que hiciese sus pride los jefes que ocuparon a EspaJia meros estudios en Valladolid o en Toimajin6 esplotar por su propia cuenta ledo, donde había muchos· i buenos
el derecho de la guerra imponiendo maes tros; segun dice Palomino, fué
contribuciones de cuadros preciosos. discípulo de Pedro Campana; pero
El Emperador permitía gustoso a sus cuando este artista fué a E spafia acia
tenientes nprovecharse de la conquis- el aiío de 1548, l\Ioráles hab ía hecho
ta: los unos despojaban las iglesi as de ya varias ~inturas en Badajoz en la
los vasos sagrados i adornos valiosos; iglesia de la Concepciol1, como lo pruelos otros le vantaban impuestos en di- ba la firma puesta en ellas, cuya IcC'ha
nero; los ejércitos franceses, en fin, es de 1516. Lo cierto es que él se haejercieron en toda la Europa un pilla- bía inspirado con el estilo severo de
je organizado. El Jeneral que manda- la escuela alemana: la espresion proba en Andaluzía se apropió todo lo fundamente sen timental .de los rosque le cOlwino en las iglesias i los tros, la graveqad melancólica de sus
conventos de Sevilla; pero tuvo buen composiciones, los pliegues duros i
cuidado de revestir esta confiscacion cortados de sus ropas, lo acabado de
con cierta apariencia de leCTalidad, todos sus detalles, tienen gran l·elaobligando a los frailes a firmaro ventas cion con el estilo de Van-Eyck, de
simuladas, I se asegura que sus títulos Hemmeling, de Lúcas de Leyde, i
de propiedad están lo que se llama en de Alberto Durer. El cuadro de 1\1.
regla.
Soult represen ta una Dolorosa de meE sta posesion cuya lejitimidad es a dio cuerpo sosteniendo en los brazos
lo ménos disputable, no ha traido con- a J esus muerto. E ste mismo cuadro
secuencias provechosas para el arte lo ha pintado muchas vezes l\1oráles,
en Francia, si bien parece tener su orí- pues se encuentra uno en la i(Jlesia
jen en el amor i aficion a ese mismo de Carmelitas Descalzos de Avila,
arte. Sevilla perdió sus obras maes- otro en Santa Catarina de Zafra en
tras: los cuadros relijiosos que escita- Granada, otro en la Catedral de Ba.
ban la devocion de los cristianos en dajoz, i otro, que se cree ser el de M.
BELLAS ARTES.
Soult, en la igl esiade San Agustin de
la misma ciudad. La muerte estú
maravjllo~amente representada en las
facciones glaciales del Selior, pero el
rostro divino ha conservado una calma inalterable que re,-eJa la resurrec cion; el dolor de la Santa Madre es
tan solemne i tan íntimo, que es imposible dejar de detenerse a contemplar este gran drama de sufrimiento
i de amor. En cuanto a la ejecucion,
esta pintura no ofi'ece una analojía
bien marcada con el Ecce homo del
Louvre atribuido al mismo artista,
pues es m6nos mórbIda en el colorido, descubre ménos conocimientos
anatómicos, ménos correccion en el
dibujo; i sinembargo no se puede elejir entre las dos: en ámbas hai el mismo sentimiento, la misma sencillez
relijiosa, la misma delicadeza en los
toques i en los detnlles. Con todo, al
considerar el dibujo del E cce !tomo de]
L oun-e cualquiera diría que es de un
pintor ini ciadoen JaescueJa florentina
i posterior a Morilles, que jamas ha salido de Espai'ia.
l\'Ion'iles tuvo una vejez larga i miserable: había casí perdido la vista
j no tenía ya fuerzas para pintar, cuando F elipe JI pasando_por Badajoz, a
su vuelta de Lisbo\ e.n 158 1, vino a
visitarlo. "Ya estals bien viejo," le
dijo el Rei movido de compasion."Sí, Sellor, respondió el arti sta, i bien
pobre." Con este motivo Felipe 11 le
sefialó una pension de 300 ducados.
Cinco años despues murió, en 1586.
Tuvo un hijo i muchos discípulos que
trataron de imitar su estilo, i cuyas
obras se le atribuyen fi'ccuentemente
al maestro. Entre estos, .T uan Labrador sobresalió en pintar {lores i frutas.
1''1. Soult tiene algunas pequefi.as obras
de este último artis.ta.
Vicente J oanes, fundador de la escuela de Valencia, tiene alguna semejanza con l\Ioráles su contemporaneo, pues tampoco pintaba mas que
asuntos sagrados, en los cuales se nota
siempre cierto aire de tristeza contemplativa i de mística relijiosidad; po~ía
el mismo cuidado que l\Ioráles en pmtar con una escrupulosiJad minuciosa
los menores detalles, sobre todo los
cabellos i la barba, en términos de poderse contar los pelos uno por uno;
pero su estilo era m:lS tímido i mas
irresoluto, i el colorido se parece un
poco al de la escuela romana. Puede
darse por cierto que estudió en Italia
bajo la direccion de algun gran maestro. Palomino ascgura que fué discípulo de Rafael ; pero habiendo muerto
el pintor de Urbino en 1520, Joanes
que murió en 1579 a la edad de 56
afios, segun dicen, no podía estar en
Italia en el tiempo que se supone. El
Ecce !tomo de l\I. Sonlt era de la capilla de San Francisco de llOlja en la
Catedral de Valencia; es notable esta
pintura por la estremada dulzurade la.
fisonomm, por la delicadeza de los cabellos, de las espinas i de otros acce·
sorios. El dibujo es bastante correcto,
pero carece de eneljía; el colorido es
frío ¡monótono.
Los críticos esp~t110Ies, que tan se,'eros se han mostrado con l\IorMes.
en términos de que Francisco Pache.
co le echa. en cara que no sabía dibujar, han colocado a. .J oanes a la cabeza de los pintores del siglo XVI, i
Palomino, entre otros elojios exajerados, no tiene rebozo cn decir que igualó a Hafael en algunas cosas i le sobrepasó en otras.
Joanes tuvo dos hijas. Dorotea i
Margarita, que practicaron tambien
la pintura con talento, i un hijo llamado J uall Vicente, al cual se atri.
buye un San Juan en el desierto, en
pié, i mayor del tamaiio natural. Esta
firTura es bella i sentimental, i respE'lndece con una exaltacion i una fe
sobrehuma nas; no puede neg3rse que
es el precursor profeta que se estremeció en el vientre de su madre al
acercarse la Viljen María. Pero el di.
bujo es flojo, i no indica un conocimiento mui esacto de la anatomía.
Pero, a nuestro modo de yer, el artista que ha contribuido mas que los
precedentes al desarrollo del arte espailol, particularmente en lo que con·
cierne a la ejecucion, es Juan F'ernán.
clez Navarrete. Este pintor eminente
nació en LOrTroi"io <lci:L el afio de 1526.
Por consecu~ncia de una enfermedad
quedó completamente sordo cuando
:.E:~
19..--..:T~Ii!-=-·
~~~~~2R~~~~OQOOOOOORRRQRORQOOQRQOgR~~~Q~g~QQR~Q~Q9
R~Qgg~O~~QQ~
apénas ten ía tres años, de tal ~uerte
que no pudo aprender a habl~r , I qu~­
dó tambien mudo. Desde la mfancla
manife stó su vocacion por la pintur a
dibujando con carbo.n todo lo ql~e
veía. Su padre lo envió al monas teno
de la. E strella , del órden de San J erónimo, donde el l·elijioso Franc isco
Vicen te le dióa lgunas lecciones. Ap~­
nas había lIeO"ado a la adolescenCia
Navar rete pa~ó a Ital ia, visitó a R oma, Florencia, l\Iilan , N ápoles i \'enecia, i trabajó muchos ailos en el
obrador del Tici ano i con algunos
otros grande s artistas de la época. ~u
.reputacion llegó a ser tal que Fehpe
II le llamó a Españ a cuand o pensó
comenzar los trabajos del E scoria l;
fué en efecto a Madrid, i allí recibió
el nombramien to de pintor del Rei
por céd ul a de 6 de marzo de 1568, i
el encargo de hacer varias pinturas.
Ejecu tó para el E scoria l ocho cua·
dros, tres de los cuales perecieron
en un incendio; uno de los cinco restantes es el famoso N acimiento de
J esucristo iluminado con una. habilidad estrao rdinar ia por tres luzes diferentes, la que baja del cielo, la
que rodea al niño, i la de una antorcha que tiene San José. Los pastores, sob re todo, son notabl es por su.
perfeccion ¡belle za: Jibaldi de S olonia esclamaba si n cesar adm irándolos: Oh ! gli belli paslor i! oh! gli
belli pastor i!
En 1576 el Rei hizo pagar a Na·
varret e 500 ducados por el cuadro de
Abraham i los tres úlljeles que estaba
en el monasterio del E scorial , i e') el
mismoquehoi posee el i.\lariscal Soult.
Las figuras son del tamai\o natura l i
dibujadas con valentía j la composicion es gra\·e i májica, el colorido os·
curo i firme. 'roda la escena está domi
nada por un caráct er deliberado i grave, i, como dicen los espailoles, por
una bra\·ul"ade estilo felizísima, la cual
ha imitado mui bien Adolfo Brune
en su cuadro del exorcismo de Cado s
11. Pero el mérito principal del Abraham es un conocimiento profundo del
claro-oscuro, i la injeniosa distribucíon de la luz, cualidades eminentes
que Navar rete había adquirido entre
los venec ianos, que trasformaron no·
tablem ente el estilo de los pintores
compa triotas suyos, i que le yalieron
el sobrenombre de El Ticiano espa·
1101. Tamb ien tiene l\I. Soult un retrato singular de N avan:e te hecho}?or
él mi smo. E sta figura llene una vida.
estrao rdinar ia, i una especie de poder
maO"nélico j parece que el mudo trata
de 1wbla r; se ve allí una natura leza
primit iva i ruda, que no es P?sible In.iral" largo tiempo de frente I que, sm
exajeracion, lo obliga a uno a bajar
los ojos.
(Continua rá. )
VARIEDADES.
POESlA CRISTIANA.
li ase creido por no pocas personas
que la R elijion de J esus no suministra fuentes abund antes de belleza, de
sublimidad, de ri cas imájenes a la.
poesía. Por mucho tiempo los injenios mas fecundos se conten taron con
sacar de la ya esplotada mina de. la
i\litolo.iía. de los Paganos los maten ales para sus ca ntos; mi éntras que los
tesoros preciosísimos de la Doc trina
del Cruzifi cado, se miraban como es tériles, o indignos de ser celebr ad os.
Por esto hemos visto, si no con mellO"ua de la R elij ión a lo ménos sí con
desdoro de los poetas cristianos, reproducidas las ridículas farsas de la
Yé nu sdesab rida de los antiguos, con
hechi7.os solo materiales. 1 aun en cstos ultimos tiempos no faltan suj etos
que nos hablen de Júpite r tonante,
de su Apolo i de su Musa: bien que
ahora ya sirven estas ideas aflejas
para conoc er a los torpes i rutin eros
poe·tastros. No sabemos cómo en la
Poes ía donde todo es orijinalid ad, esto
es en la verdad era Poesía, todo ima.
jinacion, pero imajinacion con fe, to·
do se ntimie nto, noblez a i naturalidad en las ideas; no sabemos cómo
~ a n podido mante nerse en boga las
rancia s fábulas de los Di oses del
Olimpo que, si alguna vez pudieron
inte resar, sería en la infancia o en la
edad corrompida riel mundo, cuand o
aun era digno de atenci on el estrav agante sueilo de un Cielo habitado por
entes dominados por pasiones viles,
presididos por un Rei desnaturalizado
que había arrancado el cetro de la
mano paterna, suje tos a divi sion perpetua &c. i mil vezes etcétera, por que es infinito el número de delirios
i chocantes fábulas que inventaron la
torpeza, la perversidad i los sucios vicios.de los antiguos. Aun -en los poemas épicos de la edad moderna nos
hallnmos con Sátiros i Circes, con
l\ledéas i con Ulíses. Bien sab ido es
por todos que si bien en tales obras
es dispensable lo que se llama JlIúquina, no obstante repugna, porque su
objeto tiende a destruir la verosimililud. Ahora ¿ cuánto mas intolerable no será cuando se nos presentan
fantasmas i ensueiíos de cerebros enfennizos que en nada pertenecen ni
a lo bello ni a lo sublime, i que a mas
se han hecho odio::3as, a vezes por su
inmoralidad i a vezes por los recuerdos que Jespiertan en la mellll)ria, los
recuerdos de funestos desvaríos que
han atrnsado la carrera de la humanidad i le }WI1 dejndo unn triste herencia de baldon i de vergüenza? Sabemos que aun en este pais se encuentran persona:: quc ll aman Yénus
a la que quieren i que son insrir3d~s
por alados Apolos. Esta es su~a TIdiculcz. El Cupido. de los antIguos
era una creacion imperfecta; no representaba el amor cúndido i cordinl
de una alma scnsible i ¡¡·anca, sino
el impúdico deseo de un a ras ion .bru:
tal los jénnenes de la COn"UpClOn 1
los' m3S torpes pensamientos de ulla
alma. delirante i dcgradadn. Esa Yérlus seductora no era la. "ida del corazon sino su vencno; eUa no llenaba. el
" :lcío de una alma sed ientn de aruor,
sino mataba la r:.lzon, cntorpezía los
sentidos, i esterilizando el ánimo
enervaba el cuerpo, brindando a los
incautos un vaso de ponzofl<). endulzada con miel.
1\Iui bien ha dicho un literato moderno: l\IAltÍJ\ es la fuente de amor i
de in spi racion. Si quere'mos mirar los
mallzes de la. belleza, si anhelam~s
contemplar el amor en toda su subil¡lile enerjia, si queremos ~o la:arnos en
la pureza mas santa, acompauar el do-
lor en sus mas hondas ¡amargas anSi3S, en fin, si indagamos lo que es
grande, 10 que es céli(!o, 10 que es
inmortal, lo que es de Dios, lo que es
P oético; ahí tenemos los cristianos a
l\Iarb, con su oríjen purísimo, con·
su mision suprema, con su amor inmenso i con sus inmensa angustia,
sus muchas lágrimas i su profunda.
santidad.
La Relijion Cristian3 es el Amor, i el
Amor es la Poesía. Ella enlaza. en los
hombres el pasado con el presente;
el presente con el porvenir; ella une
el 'Tiempo a la Eternidad: el círculo que se abre ante la mente de un
cristiano cs infinito, porque en ese
círculo está Dios; Dios es infinito
por escncia. El Poeta Cristiano no
\·c en las obras sino al Autor, no canta, pues, sobre temas terrenos, sino
a Dios mismo. La obra de Homero
se mira por la posteridad desde una
inmel1M distancia, al traves de los
tiempos.oscurísimos de la idolatría i
de la barbarie. Es como una. alta
torre que di sminuye con la distancia,
i cuyas dimensiones i estructura no
pueden eX[lmi narse i ser conocidas pa·
ra que se admiren i se celebren sino
trasponiendo obstáculos i ll egando a
contemplarlas bajo su propia sombra.
La 1liada pnra comprenderse, para
que nos urranque un tri~utodeentu­
siasmo por su autor, necesita que prescin damos de 10(13 verdad, de toda verosimilitud, de toda ciencia, porque
solo aSI nos i/"rualamos a Homero que,
en la sl)mb~ía noche de los tiempos,
nació como un relámpago entre las
tinieblas, a reflejar su luz súbita ~n
toda la inmensidad de la s jeneraclones. Pero Millon, no. Para comprender su obra se necesita nive13rse
tambien con él, es cierto; pero él se
halla mui alto: Ins miradas de la medinnía se pierden ¡se est ravían en la
:Hmosfcm de ese astrO brillante cuya
luz se pintará en la. frente de ~odas
las naciones, dorando ereporvenlr entero de la humanidad.
Si hubiéramos de entender por
Poesía la loca i exajerada. espresion
de afectos mentidos; si consistiera el
ser Poeta, como sobra quienes crean,
•
=-==_. . . .
•
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en teiíir todo lo que existe en el mundo moral i en el fí~ico con el tinte
scéptico i melancólico del pesar o
de la indiferencia; en fin, si no hubiera mas Poesía en el universo que la
llamada erótica, ridícula sumamente
en el presente, tiempo en buen hora
que en las fuentes del cristianismo no
se pudieran eocontrar los manantiales donde el J enio bebe la inspiracion :
i esto por la misma naturaleza del
asunto, porque siendo los Evanjelios
sublimes en su esencia no pued~n jamas suministrar materiales para lo
bajo i lo deforme: siendo ellos la verdad i la luz, no pueden prestar sombras ni fábulas a la estólida declamacion de los poetastros llorones o amadores, sin seso ¡sin jenuino númeo.
Pero si entendemos por Poe~ía lo que
sí debe entenderse, la verdadera manifestae ion de las emociones percibidas por una alma grande i sensible,
entón~es s~ verá que solo la Relijion
de Jesus en Sil pureza anjé lica, i libre
de los asque rosos harapos con que se
ha ,-isto disfraz.ada en tiempos de
dolida memoria, solo ella con sus célieos hec hiz.os, con su baiío de melancolía rlulee i sentida, con las nobles
i santas ideas que sabe inspira r, con
su .luz purísima i sus verd aderas i eternas máximas i doctrinas,_sola ella, repetimos, puede prestar alas al jenio i
voz al sentim iento; sola ella puede
guiar a las enc umbradas rejiones donde domina el estro, donde la contemplacion i el entusiasmo, el ardor celestial hacen que el alma visl um bre
ese paraiso de amor; do'nde el espíritu recoje esas bellezas que hayan de
adornar el mismo cielo; porque es allí
en donde, como ha dicho una célebre
escritora, el injenio bebf> en la Eternidad para enriquezer el Tiempo.
L a base de una buena Poesía es la
,:erdad. Nunca será poeta el que no
SIenta profundamente i con sublimidad , i no esprese lo que sienta con
belleza, con verdad i sinceramente.
Por aquí puede verse la causa del olvido i el menosprecio que ha cabido
en suerte a tanto libro que ha usurpado descaradamente un nombre
que no mereció jamas. De nada vale
que, con falsos oropeles i postizos
adonms deslumbren por algun tiempo i arranquen un nplauso i roben un
tributo de admiracion. La ilusion i
la ceguedad pasan en bren, i sujetos
una vez los supuestos poetas al análi sis se\'ero en sus obras, caen, i caen
para no levantarse abrumados bajo
el peso de la ignorancia i de la burla.
l\1iénlras que lo falso ve así su abandono i su destrucciol1, sucede quizas
que una obra de mérito verdadero que
parece olvidada, no tarda en se r vuelta para lasdelicias del mundo: vivirá la
vida de este mismo, porque la humanidad es orgullosa i no dejará que los
siglos le roben lo que eree un producto de su ciencia, un título de honra i
de renombre de ella para con ella misma i para con la Eternidad.
( Continuará).
CRONICA.-TEA TRO.
L a ejecucion de Rica1'do Darling_
1011 la noche del domingo 8, fué escelente en cuanto lo permiten los escasos recursos de nuestro T eatro; i na_
da habría dejado que desear, si la
duplicacion de algunos pa peles no
hubiese hecho perder algun tanto la
ilusion. La concurrencia estraordinnria i brillante de aquella noche llenó de satisfaccion a los verdaderos
amaotes del Teatro. La orquesta
con todos los elementos necesarios
para un buen éxito, a saber, un personal numeroso, buenos profeso res, i
esce lentes p[lpe l e~, no estuvo sinemb~rgo .,nui leli¡.: en el fina.1 de la gran
Smlonla de Beethoven, m en las piezas siguientes. ll allamos de particular aq uella noche una decoracion nueva de casa comun, costeada por la
comparlía dramática.
La repeticion de Lucrecia Borjia
e~ lúnes,9, rué, c~mos iempre, superior.
~ o pod la ser menos: era la Señora
Belavalla que desem peñaba el terrible papel de Lucrecia, i su esposo el
de Jenaro. Concurrencia numerosa.
La orquesta no estuvo tampoco mui
feliz en la ejecucion del Belisario de
CarafElI1i, i de los valses de Bosicio,
que tanto agradan jeneralmente. Au.
dazia inaudita seria que insectos ca-
•
-=-.
3Z
:.:;:: ~ J.W..IIC'I..J" @i¡' ~
'e~~~22~~~~2~~~22~~R~~R~~~R~R~RRR~RRR2R2RQ~R~2RR~~
mo nosotros pretendiésemos hallar
lunares en las obras del jenio inmor tal de Victor lIugo, pero a los ojos de
cualquiera. salta la inverosimilitud
que siempre hemos hallado nosotros
en Lucrecia, cuando sabiendo ella el
odio que Jenaro, sin conocerla, la prosa, i los términos destemplados en
que este se ha cspresado allí mismo
debajo de sus balcones i a la puerta
de su pa lacio, pide desacordadamente
al Duque de Ferrara la muerte de
quienquiera que sea el audaz que ha
roto el escudo de sus armas. No es
posible concebir cómo Lu crec ia se
cegara hasta el punto de no suponer
que quizá J enaro mismo pudo ser el
autor de este delito, puesto que tanto
la aborrecía. U na mujer como Lucrecia, una madre tan amante cuanto era feroz i ap3sionada, un c.arácter
tan vivo i tan astuto comoél suyo, no
pudieron dcj3r pasar desapercibida
aCJuella circunstancia n.i okidar aquella posibilidad .
La Rosnllwda de Jil i Záratc representada el mártes JO, fué recibida
con desabrimiento ¡tibieza: no sabríamos decir a punto fijo si a causa
de la pieza misma, o de la mala distribucion de los paplIes. Por lo que
hace a. nosotros, una i otra cosa contribuyó a fastidiarnos mas de lo que
hubiera mas querido. La Rosmunda
por sus versos fluidos, sonoros, armon iosos, dulces como la miel hibléa,
puede justamen te colocarse en el raníTO de una de IJS mej~'es composicio~es. Sus escenas de amor i de tierllOS afectos son inimitables; pero como obra dramática es mui inferior a
cualquier mecliano drama moderno.
Ni su plan es bien imajinado, ni sus
caracteres bien sostenidos, ni su moyimiento en jenernl presta interes, ni
sus peripecias son oportunas o bien
traidas. Esta no cs opinion nuestra
solamente : lo es de personas cuyo
voto en la Inntcria es respetable. I ::t
fe que lo scnlilllos en mitad de nuestra nlma, pues la veneracion, el rcspela, i ;HlIl podcm~s d?eir el cari ilo ~
si mpa tIa r¡ue nos HlSplnl el nOIl~hre I
las obras dc li no de Jos mas ellHllent('s litoratos dc la lI1iJdcrna E spa i' <l,
nos ha rí an gustosos correr un velo so-
bre cualquiera falta que él hubiera podido cometer. El papel de Enrique
no le conviene de nin~una manera al
Seli or Villalba: él dene conocerlo; i
si así fuere, no comprendemos semejante capricho de su par:te.-La orquesta estuvo algo mas feliz en la ejecueion de la obertura de la Gazza
Ladra.
Ya que hablamos de Teatro repetiremos lo que tantas vezes se ha dicho. Si las personas de comodidades
i de gusto no se interesan en levan tar nuestro lánguido T eatro de la
postracion e n que, por un TaTO conjunto de circunstancias, se hall a hace
muc ho tiempo, él se acabará por
consuncion. Las compailÍas dramáticas que vienen a nuestro pais no
pueden ni deben hacer gastos que no
les corresponden i que no han de serIes reembolsados. Si los actuales ducHos del Teatro no pueden, o no quieren o no les con viene, hacerse empresarios para darle impulso, es preciso
que los que queremos Teatro lo sostengamos no solo con nuestra as istencia i la de nuestras familias, sino
tambien con algun ausilio estraordinario. Sabemos que la actual compaHía, estendiéndope mas allá de lo
que en conciencia puede hacer, está
dispues ta a dar una funcion a beneficio del Teatro. El producto de esta
funcion, que no sería pequefio aten¡Jido su objeto, unido a lo qne voluntariamente quisiernn agrega .' sus favorecedo res, sería suficiente para adquirir siquiera dos decoraciones decentes, o para hacer cualquiera otra mejora de las mui urjcntes que exije el
Teatro.
Escitamos, pues, a los aficionados
pudientes a 'lue tomen en consideracion estas obsen'aciones, teniendo
presente la verdad de aquel dicho vu lgar: el bien no se aprecia !tasia que
se pierde.
•
ESCUELA DE DIBUJO.
El O del corriente se abrio la escuela de dibujo anex(t nI Instituto de
cif'Jlcias naturales. b:1jo la di reccion
dd S r. Simon .J . Cún lcnas, an tiguo
P residente i li no de los fundadores de
la Academia de dibujo.
,
•
•
aL
TOIIIO l.
Bogotá, l.' de mayo de 1849.
EL MUSEO.
Habiéndose enfermado el individuo que estaba hecho cargo de la ejecucion del grabado que acompaña al
presente número, hemos tenido que
demorar hasta hoi su publicacioD, deseosos de cumplir la promesa que en
el anteri or hizimos a nuestros suscri.
tores. Dicho grabado corresponde al
artículo de costumbres titulado El
Tiple que tambien hallarán nuestros
lectores en este número. Si uno i otro
tuvieren aceptacion, continuaremos
publicando algunos de la misma naturaleza.
•
MAL USO
" E .u.GUN A.S PALA. BRAS.
(u:onDO AUI CD LO).
En nuestro artículo anteri or pre.
sentam osalgu noseje mplos depala bras
que se usan impropiamente, ya por
tomarlas en una acepcion que no les
conviene, ya por su mala formacion,
ya finalmente porque son arbitra rias
o caprichosas i se han inventado sin
urjtonte nece:;idad, que es el caso en
que puede disculparse la introduccion
de vozes espúrias. En el presente artícuJo, que no es mas que una con tibuacion de aquel,preaentaremos otros
ejemplos de 108 muchos que a cada
NUIII.3.
no solo por el comun de las jentes que
ignoran su idioma, como ya dijimos,
SinO tambie n por nuestr os escrito res
públicos, orador es &c.
Al entrar en estas lijeras observ aciones no citarem os aquellas palabras,
que por incuria, por hábito, o quizá
por no parecer afectadas, pronuncian
mal mucha s personas, a quienes no
debe su ponérselas ignora ntes: tales
como paragua en vez de parag uas;
resquituerlo en vez de rostrituerto;
culeca por clueca l' andá, veni, tomá,
por ánda, ven, t6ma, i otras muchas,
pues esto seria interm inable ; i adernas
no han faltado en ocasiones escl'itores
intelijentes i celosos como Juanc ho
Blanc o i el antigu o Duende. que nos
hayan precedido en esta tarea.
Sea hoi nuestro primer ejemplo la
palabra radiacion, nacida en el seno
de las Cáma ras Lejislativas para es~
presar f'1 acto por el cual se borra a
un individuo de la lista militar. No
atinamos cuál sea la relacion que exisla entre esta voz i la idea que con ella
se ha querido espresar, porque radiadon, segun el Diccionario de la lengua,
es: la accion i efecto de despedir o
arrojar rayo! de Tu: un cuerpo luminoso, como que es un sustantivo derivado del veroo radiar, que significa
despedir o arrojar rayos de luz; i mal
puede radiar o despedir rayos de luz
un milita r a quien se irroga la afrent a
I
puo ocurren ¡que BOn swninislrados, de borrar su Dombre i qlÚlarle su gra-
31
::E::=-:"'"
nta ~_:.s::
~ll.U~!!!lUl1.lll!l1.!l.RU.~S!!tll:!U!.9.!!.!!.!!!!.9.R
do; arroja rá rayos de cólera, pero no
de luz, i su rostro radia rá encendido
por la indignac~on O la venganza, pero
no por fn. aleg raa, que es la que en un
sentido figurado se asimila a la luz.
Si aun fuera rayacion la palabr a inycntad a, desde luego habría tenido alg unos visos de racional id ad, entendi endose por tal el acto de pasar o
echar un a ?'aya sobre alguna cosa;
pero ni aun así ladiccion sería corrie n.
te, pues tal voz es arbitra ria i caprichosa como que el Diccionario no la
1rae ¿ Pero si no ex iste en el idioma,
dirán los 1'adiadores, una voz propia
que esprese con esactitud la idea en
cucstion, de qué maner a :::e ha de es·
presar esta? Como se cspresan, con·
testaremos, todas las ideas complejas
para las cuales no hai palabm determinada: por med io de una perífrasis o
circunl oq uio, si n necesi dad de in ven·
tar palabras nuevas. Si cada cua l se
creyese con este derech o los idi oma s
vendr ían a dejen erar en una algara bía
ininte lijible, i la confusion mas es pantosa, nos conduci ría a los tiempos de
la T orre de Babel.
Nos detendremos un poco sobre este punto porque nos parece impor~ante.
No hui lengua, por ri ca que sea, que
pueda llamar se compl eta. Puede n fi.
jarse invari ablem ente las reglas de su
gramá tica, pero no determ inar el nú·
mero de las palabras que debe con tener su diccionario. El espiritu humano, que march a si n cesa r ncia 3delante, i que todos los dias hace nuevos
descu brimientos i plante a nueva s
insti tuciones, necesita de continuo la
creaci on d~ nueva s palabras. E s ta
es la necesi dad comprobada e imperio.
sa de que hemos hablado arriba . Así,
del descubrimi enio de Montgolfier, de
donde ha nac ido una especie de nueva
n3vcgacion, ha nac.ido tambie,n ~na
nomenclat ura especJ31. L a maqui na
complicada por medio de la cual se
vi aja por el aire, se llamó globo, pero
esta denomin acion era incompleta e
insuficiente, i rué preciso inven tar la
palabra aerostático, i despue s la palabra. aeronauUt para desig nar el piloto oue la gobierna.
El descubrimiento del Doctor Jen-
...
U9.!lll.URRU!!~'JUl..!I.!!u..utllu.llSI.!l..l.i1Y
ner, de fecha no muí remota, i que
forma una época notable en los anales de las ciencias, trajo consigo la
creacíon de la palabra vacun a ¡sus
derivad os, porque la de inocuZacion
no era bastan te para distinguirla de la
inoculacion ordinaria. E sta s denominaciones, sacadas de las lenguas anlig uas, han sido adoptadas irrevocablemente en las modernas, cuyo espín.
tu uni versal de progreso i mejor a es
acojer sin dificultad todas aquellas
vozes reclamadas por una necestdad
urjente i manifi esta, siempre que estén formad as segun los principios del
arte, i que definan con exactitud el
objeto que designan. T al es el méri to de la nomen clatur a quími ca inventada por Lavoi sier i por F ourcroy, i
el de la que anteriormente había aplicado Linne o a su injenio so sistem a
de botánica. Tal es la necesi dad que
nos ha hecho adoptar las vozes co·
quela, corsé. i otras entera mente francesas.
De estas última s hai muchas en
castellano prestadas a las otras lenguas vivas o modernas, por exijirlo
así las necesidades de aquella, no obstante ser un a de las mas ricas i abun.
dantes que se conocen. E stas palabras están ya pro.hijadas i deben pero
manec er para sIempre como vozes
castellanas, aunque tengan un oríjen
ménos clásico que las demas .
El sis tem a representativo ha introd ucido en los cuerpos lejisladores,
tanto en E sparla como en América,
muchas palabras de acepcion estrajia, las cuales han salido de allí para
jeneTalizarse i aplicarse en el s:ntid o
que se les ha querido dar: tales son
las palabras mocion, debate, situadon i otras; así como los franceses
han tomado de sus vecinos los ingleses las vozes parlamentarias budget,
1'equéte, disapp ointem ent, i los ingle.
ses el ve1·dict dellat in (vcre i dictum.)
La razon no puede, pues, rehusa r
su sa ne ion a estos préstamos m(¡tuos
justificados por la necesidad ¿ pero
podrá presta rla a otros muchos, i sobre todo a aquellas invenciones estravagan tes que ningun ¡nteres conocido
puede disculpar, i que no prueban sino una pretension pedantesca de par·
•
::.;::¡....
J.WW:~
_:.;::-=-_
'4!t. Q~ iURU i e Q Q Q RR!! ~ Q.9.V 1l.2..U.R.1! Q Ro o o o Q 11 U!l: RR..R.U.U9.ll.~~ ~\U..
'"
R.1Usuut~'Y
•
te de sus autores, i un espíritu vano i la que prescribe el caráct er de nuessuperficial? No! Las. noveda~es ra- tro idioma ."
cional es que hayan de IntroduCirse en
No se trata, pues, de que se dese·
una lengua cualquiera deben ser ini- che n totalm ente aquellas palabras que
ciadas i apadrinadas por personas res- pueda n ser en realidad útiles i oporpetables por su saber i esperi~ncia, ! tunas para es(wcsar perfectame!lte
su necesidad debe ser examm ada 1 una idea, que de otro modo necesitadiscutida maduramente para evitar ría un largo rodeo; pero sí debemos
los inconvenientes de una innovacion pronu nciarn os patrió ticame nte con·
fes tinada e in consulta. Estas son ver· tra toda invasion o ausilio estran jedades que rayan en triviales, i en las ro no solicitado por el uso, que es el
cuales han conven ido, convie nen i árbitr o i lejislado1", ijustificado por la
conve ndrán siempre todos los escri- necesidad. Debemos desechar los al'·
tores antiguos i modernos, de todas caismos afectados, pero tambien delas naciones i de todos los tiempos, i bemos proscribir el culter anism o esque recono cen i confiesan todos aque- travag ante.
llos que han saludade siquiera por el
En vista de estos fundamentos i
forro la buena literat ura i las reglas considerandos i quién no pronu ncia.
de bien hablar. Veamos cómo formu. rá senten cia de muerte, o por lo
méla esta misma verdad uno de los mas nos de destierro perpétuo (para seguir
eminentes literatos módernos, el Se- el espírit u de las ideas domin antes)
iior Gil i Zárat e_
contra esa malhadada, intrus a i bár.. Se entiende por pureza," dice este bara pa labra ,·adiacion, usada aun en
autor," la conformidad de una voz escritos oficiales, i que, si mal no
recon el uso, árbitro i lejisJadtil' del cordamos, hemos visto campe
ar por
lenguaje. Pero este uso ha de ser le- sus respetos en alguna lei dada
por
jitimado por un largo trascurso de el Congr eso? ....
tiempo, i ha de apoyarse, si puede sf'r,
Pasem os a ·otra cosa. Con el preen la autoridad de escritores de nota; testo dicho de que hai cierta
s
pues en el lenguaje comun, i aun en bras estran jeras que encier ran palamuchos escritos modernos, se em- solas ideas enteras, i que llenan ellas
por
plean vo"'es tomadas de idiomas es· tanto los vacíos que respec
t
ivame
nte
traiíos sin haber recibido todavía car- se hallan en el idioma
patrio, se han
ta de naturaleza. Solo se deben usar importado i natura
lizado sin dicern ipalabras realmente castizas, i aun es- miento algunas que todaví
a no han
tas tornadas en el semido que tienen obtenido la ven ia de los
buenos escrien cnstell ano, de ningun modo en el tores i hablistas espafloles
o ameri caque les da otra lengua. Esta regla es nos: tales son las vozes
confor
table,
tanto mas necesaria. ahora, cuanto faliltionable, nmarc able,
i otras, que
que la lectura de libros estanjeros, que no bajan de diez, ni suben
de vein principalmente franceses, hace faltar ticinco i 1 qué olorcillo
a jltdio tie a ella con lastimosa frecuencia Es nen las tales! ¡ J las hemos
tomado
cierto que los progresos de la civiliza- como moneda corrie nte
de bue na lei!
cion suelen exijir la adm~io n de vozes Ya se ve! nosotros que
todo lo tomanuevas que no tienen corresponden- mos i recibimos,
sea bueno o malo:
cia castel lana; mas esto no es siem- nosotros que adopta
mos como última
pre tan necesario corno muchos creen, moda la que ya no
es
ni penúltima en
i ántes de hacerlo conviene exami nar Europ a;
nosotros que en lo crudo de
si existe alguna palabra que se pue- nuestro inviern
o nos plantamos los
da emplea r con oportunidad i sin me- veslidos que
por allá se usan en el rinoscabo de la lengua. Las vozes nue- gor de la canícu
la: nosot ros que usa.
vas no han de admitirse sino cuand o mas P?tilla,
guach
araca, chiv.era, pe_
lo exija im periosa mente la necesidad, ra o bIgote
solo
porque
la trajo algun
es decir, cuand o no haya otro medio quídam a quien
se
le
antojó
decir que
de espresar la idea, i en tal caso se era la dernie
re; qué dificultad había·
debe cllidar de que su terminacioD sea mos de tener
en admiti r vozes nueva s
. . ....,._~-=-.
llllR.llllR.R.illg,...
"(!Ut211llR.llR.lIU.!i!~Slllllll..llkR.R.illR.llllu.u.R.R.itlllJt!!j!RJ.USlu.u.l
3ó
•
~:.:...
Las palabras fashionable i dandy,
9ue nos seduc en, que no.s suena n bien,
inglesas, no
I sobr~ !odo q~e son sleml?rc usadas que son dos hermanas
anterio.
por alla 1 que tIenen en su favor el 50- han cundido tanto como las darnos
para
fi~ma que ya hemos apuntado! . ..•. res, aunque sí lo bastan te
os que la
pensam
o
cuand
sentir,
qué
no
vazes?
No son, confortables estas
n para
son fasiO~tables? no s6n ,"cmarcables? última . ha sido causa i ocasio re de
siemp
para
iban
proscr
se
que
tomaj pue~ que hacemos que .no las
las pamas I las echam os a. Iuzlf a cada pa- nuestro rico i hermoso idioma
de peas
castiz
i
s
propia
c~ltas,
so en la, conversac.l?l1! en la carta, I~bras
taco.
CU1Tu
t
e
llmet1'
en el artIculo de perJodlco! .. ..
Así es como un estraiio muchas
L o mas remal'cable es que este úlja a
timo a?jetivo, loul-á -faitji 'anfai s, se vezes sin mérito alguno, desalo Es
casa.
propia
su
en
vi\'e
que
ha qUItado ya la múscara i se ha aquel
n de
echad o a recorr er todas las escalas verdad que petimetre es tambie espero
ailre)
etil.m
(p
s
de la sociedad, desde los puestos mas oríjen france
era ya como case~linentes hasta los talleres mas hu. ta palabra se consid
toriz ada i sancioau
estar
mddes. El orador en la Cáma ra dice te llana, por
que la
s
con la frescura del mundo i con el nada por los mejore escritores
rso
trascu
el
por
usado
i
majisterio de un doctor de la Sorbo - han admitido
ente·
siglos
de
quizá
na, que es remw'cable tal incoO\'e- de muchos aiios,
stannientc de tal artícu lo: el zapate ro ros, Ademas, esta misma circunno deque
para
mas
que nos trae la remon ta nos dice que cia es una razon
estran es remal'cable la figura de la horma , ban ad mitirse otras palabras
nsemeja
o
mismo
i el pespunte de seda amarilla i la ca, jeras que tengan el
lidad del cuero: la mujer que nos ha- te significado.
Hili otra palabra cuyo uso vamos
ce las camisas nos asegura que es "ede la gramm'cable la distribucion de los plie, a exami nar segun las reglas
o, o
adjetiv
gues i lo fino de las costur as; el co- mática, Tal puede ser
bajo
i
m&rciante que nos yende el pailO in- puede ser adverbio de modo,usos sesiste sobre lo l'emal'cable de su cuer- estos dos 3 1pectqs tiene dos
po i consistencia. Si alguno de ellos mejantes.
Como adjetivo es declinable j si·
fuera a decir notable, no habría Cl'jslas inflex iones del sustantivo,
gue
tiano que le entendiese.
por lo que respec ta al jénero,
no
si
pero
No tan 1'emarcable corno esta,
para
sí tan ladina i zalamera, es la palabra pues su terminacion es la mismaino, sí
femen
el
para
que
lino
mascu
el
cola
inglesa con(01·table .- la casa,
ar es
mida, el ve'st ido, los muebles, todo para el número, puese n el singul
tales,
es
plural
el
en
j
tal
digno,
lo que un anglomano encue ntra
Como ad\'erbio es indeclinable i
de elojio es confo¡·table para él; con~o, núfortab le es la cualidad por exelencia i por lo ,?ismo ~arece de)éne ou.
m(lexl
otr~
~era
cual~u
1
meros
un propietario la da. a su casa, un snsComo adJetlvo se Junta con los
tre a su vestido, un borracho a su boes sustantivos para calificarlos,
nombr
tella, -Esun hombre verdaderamente
dice: de tal hombre o de un
se
i
así,
confm'table, decía una sef¡ora hablan
no puede espe1'arse nada
tal,
e
hombr
do de cierto caballero aquie n estima
cosas se t;en en estos
tales
:
bueno
ba mucho, i el cual probablemente dipasman: tal amo tal
que
s,
tiempo
ría otro tanto de ella, Así como aquel
.
monit" afrancesarlo nos ensart a a ca- criado
Como adverbio se junta con los
da minuto la nonchalance, i nos habla
para modificar su accion ; i
verbos
de los cachetes por las cubier tas de las
tal te ve1'ás que no te codice:
se
así
('1
cartas i nos ofrece sus alumelas
lal baila Te1'e~a? qué
qut
.'
s
nocerá
cerilla~ de fósforo para alumb rar
qué tallo Itlze en el
Julia?
canta
tal
nuestro cigarro, así aquel bárbaro que
'
,
se hace elmgles por comer mantequi- exá71!en?
an
cambI
que
lOS
que
pues,
es,
ls10
V
Ha i por no salud ar a nadie, halla tovoz
esta
de
tivo
respec
cado
el signifi
das sus cosas confortables.
•
;E:I .....
:l9I~~:':;:::~.
~ 9. '119.tl9..9. 'llllil.'ll.U .9.!I.!I. R.ll.'ll !U!'llil!l.!I. 9.iI!l.iI.'l lll.'llil..tl
en los dos cS:so~ hablan mal, cometen
un error, ¡O'noran las reglas mas sencillas de laogramática. I nada es mas
comun que esto, pues a cada paso
oimos decir, aun a personas cultas e
instruidas: qué tales estuvieron los
toros? que tales están ustedes? en
vez de, qué tal estuvieron los toros?
qué tal están ustede s? Debe decirse
del segundo modo porque en este casolal es ad'verbio que va modificando
al verbo estar, i no puede ponerse en
el plural. Lo mismo sucede en qué
tal baila, qué tal canta, qué tallo lIixe; mas no en tales cosas verás, ni
en talltombre, la 1amo <S·c. pues en este caso es adjetivo que va modificando al sustantivo. Pudiera considerarse tambien como adjetivo en el caso
de, qué lales estuvieron los t01'OS?
porque puede hacerse conco rdar a tales con toros, como si se dijera : qué
tales loros hubo en la plaza? i en este caso estaría Lien dicho.
;r¡
ll 'll'll 'll'll'lll l!l. U.9.\Ull 9. 'll !l.R.ll.!I.!I.
mente en el partic ular; pero si alguno,
poco instruido en estos asuntos, me
preguntase con formalidad si nuestro
padre Adan cantab a la Atala o el
Corsa rio, le diría redondamente que
110, sin temor de equivo carme , pues
tengo moti,'os para saberlo. Si alguno otro, algo mas iniciado en los misterios musicales me preguntase si la
voz de Adan sería de bajo. de tenor o
de baritono, le respondería francamente que ignoraba el contenido de
la pregu nta; i que por lo mismo tampoco podría decir si la voz de Eva era
de tiple o de contralto, si resonaba en
las selvas encan tadas del paraiso como el canto del jilguero, o como los
ahullidos del mono'; pero que sería
mas dulce que Jade su amante, eso no
admite duda; i que los dos cantar ían
a dilo casi, casi se pudiera asegurar.
Mas para un simple artículo de periódico hemos tomado el asunto de
mui alras; ni mas ni ménos como si para cantar la guerra de Troya nos hu•
bieramos remontado al nacim\ento de
Elena , cesa que no le habtía gustad o
EL Tll'LE.
mucho a nuestro traido ll oracio.
La mUSlca, tomada en su sentido
Pero una gasa hai cierta, i es, que
mas lato, es casi coetan ea con la crea- desde la mas remot a antigüedad
la
cion del mundo; a lo ménos así debe- música existe : desde los tiempos
fa.
mos suponerlo. DOlado el hombre por bulosos hallamos este elemento de
la
su Creador de ese órgano que despues vida espiritual: desde Orfeo, desde
han llamado larinje (porqu e algun Tracia , desde Mercurio, desde
Tobal ,
nombre habían de darle) órgano que, desde Cadmo . 1 si salimos de
la hisaunque de una soJa flauta, había de toria i del mundo visible para
remonservirle para espresar todos sus pen- tarnos metafísica i teolójicamen
samientos i todos los afectos de su mundo de los espíritus celesti te al
ales,
ánimo, nuestro primer padre por una hallaremos desde que Dios habita la
en
inc\inacion instintiva debió haeer al- el cielo (que no dejará
de hacer su
gun uso de él. Cuál fuera este uso es fecha) porque los ánjeles i serafin
es
cosa que nadie podrá decir; a lo mé- no habían de haber llevado
de acá
nos nosotros no podremos asegurar a abajo esos violines, violas
punto fijo si los primeros cantos de fagotes que les pintan, ni violones i
esas harpas,
Adan serían dulces modulaciones, o que de fe debemos creer
son como esgraznidos desapacibles como los del tán en los cuadros.
cuervo. De seguro no eran arias, ni
Volviendo a nuestro asunto direcavatinas, porque entónces no había mos que todos los pueblo
s, aun -los
Lucías de Lammermoor, ni Julietas, mas bárbaros e inculto
s,
han
tenido
ni Norma s, ni mucho ménos Barbe- su canto ,i sus instru
mentospeculíares
ros: quizá esos cantos primitivos se que han l,!ventado
desde los primeros
parecían algo mas a los modernos re- ttempos, 1 la mayor
parte de los cuacitados de nuestras óperas, que, como les han quedado
sin perfeccionarse a
todo el mundo sabe, son cantos ad li- pesar del trascurso de los
siO'los. L os
bitum, sin medida ni ajuste. Nada, israelitas, para no
ir tan léJos conopues, se puede asegurar afirmativa- cieron la lira o harpa, menci
o~ada en
•
•
3S
~S!.2.2 lL9.!l: !<.!!5!.!l.R!lQ.q 9. ~II. R9. R.9.9.U. !UUl.!t~1Ul. Q,UJI U.J!.SU!S!.S!~9. 9: R!ttS!SlUSl: II.llSIJt9.2. H 51:2 Jtu.~
el capitule:> 5. 0 del Génesis con el númbre de KwrlOr: el hagub, o flauta de
Pan (vulgo capador) . Los ejipc ios
c~:moCJeron la flauta sen<:I~~. , el ph~tm.c o flauta cu:ba. Los f.f1Jlos ellngone, o arpa tnangular, 1 el psalte,"ium para las ~eremonias del culto.
Los g negos tuvlel:on ademas de alguo
nos de estos, el clslro. Los romanos
el heplaconle, la buccina O boc in a, i
]~ cít~ra de que tanto han hablado ~os
Jl1 stonadorcs. En el Ind ostan se Inventó el vi na. L os mejicanos usa·
ban el hueJmell, el lepona'ZLli i el ajacaztli. Los cafres ellicltaka. En fin,
para no cansar COI1 antiguallas, los espafioles han tenido la vihuela o guitana; i entre los gallegos la. gaita. Los
escoseses nna especie de gaita tambien,
cuyo nombre particular no recorda·
mos ahora. Los chinos tienen el bisen,
el Kin , el gong i el chingo Los turco~
el Keman, el ajaldi.Keman, el sineK eman. eI1'ebab', el gltir{f ¡otros varios. Todos ~stos instrumentos nac io·
nales, aun mas que el ca rúe ter i el dia·Iccto de los pueblos, han pasado intactosde jeneracion enjeneracion i 01 tmves de las vicisitudes de los tiempos.
En América, i particularmente en
la Nueva Granada, tenemos el tiple o
band ola, que es una dijeneracion de
la "ihuela espailOla, impo rtada en es·
tas rejioncs por sus primeros pobladores, entre los cuales no dejaría de
habe r algunos harberos, contrabandislas ¡damas jen te del bronce, de aqueIl a que en las calles de Málagn, Cádiz
o Sevilla se soloza con su bandurria,
sus castañuelas, ¡panderos. Ai ! qui é n
,' icra esas manolas resaladas! l)reciso serí a tener un alma de platina pa1'a •. __ vaya !
Como íbamos diciendo, el tiple o
bandola (que tambien se conoce en la
})en ínsula, aunque poco se usa) es una
dejeneracion grosera de la espa~ola
guirttrra, lo mi smo que nu estros bailes.
1->ora nosotros es evidente, es fuera de
toda duela que nuestros bailes populares no son sino unn parodiasalvajede
los bailes nnciona.l cs espaiJoles. Comparemos nu estro bambuco, nuestro lorbeltino, nuestra caña, con el/andango, las bolems i otros, j hallaremos muchos puntos de semejanza entre ellos j
•
elegantes i poéticos estos, groseros j
prosáicos aquellos; pero hermanos le~
jítimos i descendientes de un comun
tronco ¿ Qué es, en electo, el bolero
espailol sino el baile de una o dos parejas, que al son de una ronca cruitarra i al compas de un pandero,m~e\'en
el cuerpo con elegancia ¡gracia i ejecutan pasos verdaderamente airosos
i pintorescos? ] qué le faltna nuestro
bambuco o lorbellin.0 para imitar grotescamente este badel Una o dos pa.rejas sa len a. bailar en medio de un
corro de candidatos terpsicorianos;
Ull alecrre tiple suple la guitarra: un
pander~ sue le acompalhrle: el canto
afinado i compasado de los mismos
mú sicos tiene todos los caracteres de
las alegres seguidillas i de las picantes rnalagueiias; i en fin, para que nada falte a la semejanza de esta caricatura, el a?fandoque o clluclUls con su
ruido áspero i seco,hace las vezes de
las castailllelas, que en vano intentarían ma nejar nuestras .ninfas vestidas
de frisa, bayeta o fula, para las cuales el arte de la la crotalojia ti ene mueho intríngulis. Ni en conciencia podrían ellas atender al redoble i l'cpiqueteo de las castaflllelas, siéndoles
forzoso emplear ámbas manos en reman gar las largas enaguas; in con ve!liente que no tiene el cor to zaga lejo
de las manolas i bailarinas de teatro.
H asta el zapateado que hacen con las
quimbas nuestros calentanos, tiene no
se qué olorcillo njola aragonesa, o al
zapale:adoespañol. Ladiferencia,pues.
que hai entre unos i otros bailes está
en el modo i no en la cosa: las formas
lo hacen todo. Los majos del bolero
visten rica i elegantemente: el raso,la
seda, el oro i la plata campean protusa mente en sus lindos vestidos: sus
?)ovimien~os son .suaves i vol.uptuo~os,
I no respiran. silla amor 1 del~lte.
Nuestra~ pareps campe~tres, vesudas
grosera ~ toscamente, dejan a l ~n lado
ra mochila, la coyab1'a o los platanos.
i aremangándose la ruana al,h.ombro
emprenden al campas de la mllSlCa sus
estú pidas vueltas ¡ sus estrfl\'agantes
contorsiones, con las cua.le~. mas parecc q~e van a darse de mOJ icones que
a ?allar. En nada s~ parece un.a canuseta a la chaquetilla de terCiopelo
•
:E:::::':::"" 1.W"~1!!II!iiiI':E::::".
39
~~~ i.O. ~~!I!I.tu SI P.llSl o.!I~IUS!.!UUI..2.Il!lR.~Ull!lR.tl.RJt!t. O~R.Rti R.é ll.9.tlU$lU.R.R.U. !t.~tlll.9.i~ !t.R'Y
con alamares de plata de un mdjo; en
nada se parece una camisa calentana
de tira. bordada, al jubon ajustado que
cilie el talle flexible i esbelto de una
manola; en nadase parecen unas ella·
guas defula azul 0011 tripas de pollo
I arandelas, al picaresco zagalejo que,
bajando dos pulgadas de la liga, deja
ver una pantorrilla torneada i cubierta por una fina media de seda; en nada se parece, finalmente, el aliento
aguardientoso, o el tufo oe la chicha,a
los perfumes con que se peinan i acicalan los majos del bolero.
Para anudar el roto hilo de nuestras
ideas, volvamos al tema que hemos
enunciado: nuestro tiple es una dejeneracion informe de la vihuela: un
vestijio de las antiguas costumbres
peninsulares mal aClimatadas en nuestro suelo, vestidas casi siempre con el
traje indíjena, i caracterizadas con el
sello agreste de nuestra América; vestijios que están connaturalizados con
la índole i jenio de nuestros pueblos,
como ha sucedido con el dialecto o
habla corrompida del vulgo, i con mil
otras cosas.
El tiple es un instrumento pequeño
¡sencillo: tan peguelio como dulze i
agradable al oido. En vano intentaríamos definir las sensacionos que esperimenta el sencillo habitante del interior
de la República al oir el rasgueado de
una mano diestra en las cuatro cuer·
das de un templado tiple. Placer intenso, alegría, escitacion nerviosa, recuerdos indescifrables de épocas pasadas i de lugares lejanos, melancolía,
ternura, recojimiento, contemplacion,
pasiones inocentes, propension al baile i al bullicio, todo esto; pero no se
sabe a punto fijo qué, despierta el ale·
gre son de un tiple. En la ciudad recuerda el campo i sus placeres: en el
campo recuc.rda la algazara de las po·
blaClones. Oldo de léjos en un a noche
despejada i tranquila, cuando el vien·
to ~u erme o solo nos trae sus gratos
sOllldos una aura timida, nos da la idea
perfectade la grandeza de la soledad,
nos trasporta, como el canto de la rana, a rejiones estrañas i solitarias, nos
hace saborear algo tan apacible i tan
dulze como un amor puro. Cuando se
halla uno en fiestas en algun pueblo de
tierra caliente, i al acercarse ya la au·
rora se retira a descansar, si alcanza
a oir a lo léjos el canto triste i espre·
sivo de un bambuco femenil acompañado de un par de tiples, cree u,:o ve~
elllreabiertas las puertas del Cielo, 1
oir en medío del silencio j de la calma
de la. naturale;r,a los preludios de algun
coro de serafines. Estraño poder el del
tiple! Oculta mó.jia la de este canto
declamatorio i sentido! No sin razon
se priva al pobre soldado que sale a
cO\mpaña, llevar i acariciar este fiel
compafiero de sus penas i fatigas,pues
se ha observado casi constantemente
que el sonido de un tiple ocasiona alguna desercion en nuestras tropas.
j R ecuerdos de la tierra, inevitables i
poderosos! .•.•
Pe esto está demasiado poético para un asunto de suyo tan prosáico i
vulgar. El tiple, hecho toscamente de
madera de pino, sin pulimento ni barniz, no escede en su mayor lonjitud
de dos tercios de vara; los mas pequei10s tienen poco mas de una. El más·
tilo cuello ocupa, por lo regular, mas
de la mitad de esta estension, i en él se
hallan incrustados los trastes de metal
o hueso, cuyo número varía lUucho;
pero no siendo útiles sino los dos o
tres mas cercanos a la cejuela, en los
de mas poco se curan los fabricantes de
colocarlos a distancias convenientes i
segun las reglas de la guitarra. Por lo
regular llevan cuatro cuerdas de tripa, blancas, coloradas, verdes o negras,
de las que se fabrican en el pnis ; algu.
nos suelen tener encordado doble, pero es mas comun el senc illo. Estas
cuatro cuerdas, tan altas o agudas co·
mo lo permite la. estension del instrumento, están templadas como las c uatro primeras de la guitarra: mi, si, sol,
re; pero siendo demasiado grave esta
última para que puedadistinguirse con
claridad su sonido, se requinta ordina·
ri amente, bien subi éndola una octava,
hasta re agudo, o bien agregándole
otra cuerda en dicho re, i por consiguiente unísona con su compañera.
Suele templarse de alguna otra manera, pero esta es la mas comun i usada.
El torbellino, mas comunmente conocido en las provincias del interior
de la Nueva Granada, tanto en los pai-
40
'fRRR~RRAR~2RR~~2R2~~2~~QRRR99QQR009ROR92~~9999R999~99~R9~
~S frios como en los c~lidos. es un
aire en tres movimientos rápidos, de
suerte que es tanto o mas allegro que
los valses alemanes; i puede mui bie n
valsarse con él. Cada uno de Jos tres
tiemp~s consta de dos notas de igual
valor, I cada una de ellas es el acorde
c?mpleto de una oela va, ya en la tó.
mea, ya en la c uarta alternando con
la quinta, Los tonos mas comunes del
torbellino, que siempre es en el modo
mayor, son do,,'e,sol,la, haciendo en algunos de ellos aq uellas posturas de la
mano izquierda, que se llaman vulga rmente patilla i cruzado. El juego de
la mano derecha consiste en rasgar
31teroativamente con c uatro dedos pam abajo, i con el pulgar para arriba.
Pero hasta aquí solo hemos hablado
del torbellino comun, que no es otra
cosa que un verdadero acompaiiamiento del alegre canto de este nombre. 19l1al cosa sucede con el bambuco que se rasguea en· el tiple, el cual,
con el mismo aire i la misma construccion i compas, se toca siempre por tono menor; siendo los mas com.unes
mí, re i {a, con un a n otra salida a la
clfm'la. En el ca nto tiene rcgul armenle una parte en mayor, siempre en el
relativo, la cual contrastando con la
parte menor lo hace mas triste i melancólico de lo que en sí es. L a impresion que causa en el ánimo la música del bambuco está ya perrectamente definida: es una alegría triste; o
tambien pudiera decirse, una tristeza
alerrre, ¡la cuestion sería de colocacio~ de las palabras. El torbellino,por
el contmrio, es todo alegría, todo. aoimacion, todo vida: es un a espeCie de
tarantela que incita a bailar i canta r
con un poder májico irresis tible , Si
e n tiempo de H omero hub ieran existiJ o el tiple i el torbellino, el poe ta
griego sin duda habría representado ~
sus dioses en bullicioso corro riendo I
cantando e l red edor de dos tiples bie n
rasgueados.
Es mui com un que se junten una
bandola i un tiple: la primera puntea,
O lleva el canto obligado, miéntrasque
e l tiple la acompaña de la manera que
hemos dicho. Si a esto se agregan dos
bue nas vozes de hombre i mujer bien
entonadas, poco tiene que pedirle este
rústico concierto a las mejores sona·
las, variaciones i otras piezas que se
ejecutan en nuestras tertulias civilizadas. La bandola es un tiple algo mas
ilustrado: la diferencia consiste en
que aquella tiene el buque o parte posterior de la caja formada de la concha
de un armadillo o galápago, i en que
las cuerdas, en vez de toca rse con los
dedos, se tocan con un pedazo de caiion de pluma u otra sustancia semejan te, a manera de uña larga ..
L os tiples mas acreditados son los
que se fabrican en Chiquinquirá i en
Guáduas, de donde suelen sacarl os por
costales, como las papas, para espenderlos e n los pueblos principales. Suelen hacer algunos con mas esmero i
lujo que los comunes, de madera de
granadillo u otra mas fina, con embutidos i otros adornos. Aun se ven en
algunas casas antiguas de Bogotá lipIes de estos que llam aremos decentes,
i que en ti empos maS felizes han sido
punteados por blancas i delicadas manos.
Para ciertos hombres del campo
que llevan un a vida errante de pueblo
en pueblo, el tiple es un compaf1ero
inseparable ; en los caminos, en las
poblaciones i aun en las calles misma.s
de la capital se les encuentra departiendo alegremente con la mochila a
la espalda i el tiple por delante. Estos
rusticos Jiletlantis primero se proveen
de cue rdas quc ~ e ninguna otra cosa.
En las venias i posadas se buscan i se
j untan para templar acordes sus tiples
i dando la vuella a la totuma colorada
de Timaná, entonan con sus ,'ozes
broncas aquell o de
H lli oj08que d:lll cnojO!l,
H ai ojos que congrnccatl,
H ui ojO!l que con mira r
Cou.sigueu lo quodesenn,
En todos los pueblos de alguna coosideracion, i particularmente en los de
tierra caliente, es mui comun hallar
los dominrros por la nocbe grupos de
personas de árnbos sexos, que sos tenidos por el guarapo i alentados por los
humos del anisado, se disputan la palma, como los pastores de Virjilio i de
Teócrito, apostando a cual dice mas
coplas; aunque sin juezes como PalemOIl, que les digan: non nostrum inter
vos tantas componere lites, ni disciernan como premio del vencedor en el
certámcn un cayado o una copa de
encina tallada. EstOS' alegres corros
se forman por lo regular en cierta ca·
lle que hai en casi todos los pueblos de
tierra caliente, a la cual por un instinto popular se llama en todas partes la
calle caliente: nombre elocuente que
dice mas de lo que nosutros pudiéramos esp]icar. Esta es la calle de la s
orjías dominicales, i laque primero se
ha de quemar el dia que llueva fuego
del cielo, como llovió sobre Sodoma i
Gomorra.
La única monotonía agradable que
conocemos es la de estos cantos; i
tanto que el oyente o espectador,como
sea un poco aficionado a la música,
se le pasan las horas insensiblemente,
i tambien las noches, deleitado con los
encantos del tiple i de las vozes arjentinas de nuestras calenlanitas. l\f uchus vezes el diu sorprende a estos
cantores infatigables, que a la luz de
la aurora se dispersan i retiran a sus
estancias o casas, des pues de haberse
dicho i contestado innumerables copias, acordes en su sentido i felizísimas en sus conceptos: muchas de
ellas son improvisadas, pues no es raro
hallar entre estos músicos aarestes
destellos de un jenio verdader~ment~
Jl?ético. Así es co.mo,sin saberlo apre_
clar,hallamos realizado entre nosotros
aquello de los improvisadores napolitanos.
Como este artículo es escrito especialmente para nuestros lectores de
las provincias lejanas, i quizá del es.
tranjero, que no conocen bien las coso
tumbres del interior,les damos a continuacion algunas muestras (no de las
mejores) de esta poesía verdaderamente nacional: bella por su senci.
lIez, por sus conceptos finos a vezes i
por el sentimiento que encierran m~_
chas de estas cuartetas. En estas inspiraciones fujitivas, hijas de la natu ·
raleza i de dificil imitacion para las
personas civilizadas, i aun para los que
se llaman poetas. es donde debemos
buscar nuestra verdadera poesía nacional.
.
Los habitantes de los llanos de San
Martin i Casan are son admirables en
el jénero jocoso,i por rarezaseencuentra nada sentimental en sus coplas ijá-caras. Cuando estemos mas despacio
reuniremos una coleccion escojida de
todas estas cantinelas, para tener el
gusto de darlas a luz. He aquí algu.
nas de las que recordamos.
Ojos eu cuya hennosura
descifrado mi amor \'eo,
negros como mi ventura,
gra ndes como mi deseo!
Desde que te ví le amé,
i todo fué de improviso:
yo uo sé qué fué [Irimero,
si amarte o haberte visto.
Qué alta que va la luna
un IUlero la aeompai.a ;
qué triste se pone un hombre
cuando una mujer [o cngaña.
j
Tus ojos son d06 IUlel'08,
tus labios IIOn de coral,
tus die nlt'!l IIOn perlas finl18
sacadas dcJ hondo mar.
]'It e quisiste, me ..,lvidaste
me \'oh'isle a querer j
i me hallaste tan constante
como la primera velo
j
Esta ealle está mojada,
como que hubiera Jlo\·jdo,
de lágrimas de un amante
que anda por aquí perdido.
Ayer pasé por tu puerta
i me tiraste un limon j
el agrio me dió e n los ojos,
i el golpe cn el coralon.
El árbol de mis amores
era coposo i 10lano:
la indiferencia lo heló,
los lelos lo de;.hojaron.
Mi mujer i mi mutita
se me murieron a un tiempo;
¡ Qué mujer, ni qué demouios!
mi mulita es lo que siento.
El amor que te tenía
era poco i se acabó:
lo puse en uua lomita
i el aire se lo llevó.
El perder una bonita
es perder ninguna joya!
ca lo mismo que perder
de la jáquima la argolla.
110
Ded, que no me qutré,
panlue soi UII probe mala:
yo 80i como el espinalo.
pelado, pero sabroso
,
.4'1
~::a:...
19'K~~~-=-.
~ii.2.lli ~ i Itllll. U. UU.i rtu.llRll9JUUtS! i ItHU9.ll.~ U.ltRR.lt.lt.lt.ltR..ltU.9.9 9..iU.lt.lt!I...It.PY
Huye tú de la turba. miseroble
Que hierve en la ciudad, donde a montones
lhllamos a lO!! críticO!! doquiera,
.
M i6ntra9e1 sabio tímido se escoude.
t Ilasta dónde te lleva tu demcncia,
ll ljo menguado de pasiones torpes,
1 en oculto retiro lee i mcdita,
Quc barbaro preteudcs en toda obra
Que mucho 'icneque aprende r el hombre,
Ncgur 10 hucllo i encontrar errores?
1 ¡ cuán corta es la vida! j cuán contauOll
Sabios encierra la e5tension del orbe!
t Dflnda alcanzaste erudicion tan vasta
Para jU'lgur de cuanto encierra el orbe,
')\" que de un ocio en otro \·i5te huirse
Los meses i los ailos quc conoces 1
A LUCIO.
VARlEDADES.
T ú, a quien jamas con devocion i esmero,
Al crepúsculo turbio de la noche,
'1'0 sorprendió la lUl de las auroras
D el cstudio abismadoell lO!! primores ¡
T ú, que i~ 11 0ras la Icngua de tus padres;
Que ni concibeslu igualdad ni el órdell
D e los astrO!! del cielo; que no snbes
D e tí mismo, orgulloso, sino el nombre;
Que de Patria, de Dios, de Independencia
Nccio rcpites lus sagrndll8 \·O'les;
E ignurns tú lo qne sus nombres dicen,
110 diccs tun solo porque lo oyes;
T ú, que olvidns\.e los principiossalltos
Do Rclijioll, mi61lt ras prcsumes torpe,
D cspreocupado ser, cualldo ignorallte
Eres i " ada mas, soberbio j óven,
LQui6n te cuseñóquc los misteriosallos
Que e u In meute no caben de los homhres,
A tu mente sin rcglns,corrompida,
C laros dcbieran ser, 1'01110 son 1I0bles 1.,.
Tú , quc 110 sabes goberuarle, e ignoras
Cómo el hourndo \'o!uce I1I1S IIa.sioues,
Lndibrio tu de tus rastreros vicios,
1 que Virtud ¡Ciencia descouoces!
LCómo, cII1I1 solo sabio, solo ilustre,
Con VUl altiva todo lo disl)()l\es ;
1 malo encuentras cuallto todos hacen,
Aunque de ello no cnticndas ni palote?
R idlculo holga'l.an, pasquin i mengull
De tu uacion, de tu familia i Ilombre,
Que COI\ cuatro palabras mal habladas
Que oistc del frances , ya juzgas torpes
A los quo (rancosi modestos nunca
Mintieron ra11\$ i cscojidas dotes,
Ni parece r quisieron. sieudo poco,
J igantes ui eruditos Cicerones.
D eja tú 01 sabio Senador sesudo
Que desde In curul al I>ueb!o informe,
Leye8 le dicte, i su \'Ciltnra lubre,
l>rudcntc ¡justo, bien hcchor i noble.
Deja al CflCclso, 81 escritor palriota
Que de Inll masos por el bien abogue,
Que cspur'la de las cicncias los destellos,
1 de la i mprenta el sacerdocio adome.
1 avergOll'lado tú de tu ignorancia
No mili CII los cnms, con V01. de bronce,
Di~ lll1rnICIl, i mucrdas me utecato
LcyC8, decretos, vemos i fOllCOlles.
POESIA CRISTIANA.
(Continuacioll.)
Nuestro intento al espresarnos de
esta man era nunca ha sid o el de reba~
jar en un úpice la rcputacion uni versal i, puede decirse, eterna a que están
destinadas las obras del viejo ('.antor
de Aquíles. Pero nadie nos nega rá el
ridículo anacronismo qu e cometen los
que en época como la presente, en que
el cristianismo con su torrente de civilizacion va inundando el mundo entero, se esfuerzan por poetizar a la
manera de H omero o buscan los escritos de él como la pauta que debe
servir para modelar los suyos. Si el
poeta debe ser el representante fiel de
su siglo i de su Imis, no comprendemOs es'e an helo manifestado por algunos en parecer poetas, cuando ni conocen ni son capazes de comprender
i de revelar con exactitud las cos~
tumbres, el jénio i los rasgos peculiares que caracteri zan su l1 acion. Muchos jóvenes aturdidos qu e han recibido una ed ucacion ma s monástica
que republicana, i a quienes se ha persuadido de que no hai que sabel· en el
mundo sino la doctrina i el latio pa~
ra medio en tender los poetas del La~
cio, sostienen, i lo hacen con torpeza
aunque de buena fe, que nadie ha sido poeta sino Virjil io i despues de él
Horacio, Ovidio, -M arcia l i los otros
dueños de esas como pesadillas con que
torturan la intelijenciada la juventud .
Pero bien se ve que la latitud dada a
esa proposicion es la prueba mejor de
su falta de fundamento. Solo en cerebros fan áticos i en los que no ha penetrado aun la jenuina. civilizacion,
pueden caber id eas tan bárbaras. lIo~
mero fué buen poe ta allá en los tiempos en que nadie sabía nada, en que
la humanidad estaba tan atrasada que
~2~2~222~2Q929R09RRR~2~~2~RR22R~2~2~22~2
222~~2222~22R222~
consid eraba como héroes i como D io- norand o sus atribu los i faculta
des; sin
ces a los que en el dia serían mirados conoc er ni el globo donde
e~tampa
con desprecio como a los que nada sus pisadas, ni saber el órdcn
I la armas poseían que su fuerza brutal i su monía con que revoletean
sin tropemayor o ménor habilidad en recoje r zar jamas las centel las de
la gloria
las vQzes mas bajam ente injuriosas del SeJior errant es en el vacío.
Pero
con que apellidar a sus rivales. Uno miént ras la human idad march
e velozde nuestros bogas es el tipo mas fiel mente a su perfeccion, como
ahora ;
de los héroes de Home ro. La senci· miént ras sea su patrim onio
las cienHez i la torpe ignora ncia de este a cias; miént ras el cri stianismo
puro i
causa del tiempo en que nació, pega- la liberta d, hijos de Dios, no
la aban ron mui bien entre sus contem poní- donen i sigan condu c iéndol
a al punto
neos, bárbaros, desnaturalizados, sin culmi nante de su grande za,
el poeta
otra relijion que el mas estúpido paga- que quiera que las naciones
recoja n.
nismo, i que elevab an sobre el altar a los ecos de sus cantar es debe
celelos déspotas que desde su trono de brar su relijion, dar fuerza
mayor al
sombras habían arranc ado un tributo empuj e de las sanas ideas
i ser el apara saciar su sed. Los poetas moder- pÓS10! de la llueva era. de
nos in spirados, como el Taso, por el cia i fraternidad que empiedemoc raza ya a
ánjel del cristianismo i lleno::; con el dorar el horizo nte del mundo
entero .
saber de los siglos, las verdad es de la Esta cuestion se toca con otra
en
historia i la luz de la revelacion, no _quizá nos ocupa remos en alguna que
tendrí an \·alor ninguno para los coe- sion, a saber, la necesidad tan ocadccan táneos de Homero. Pero en todo hai tada de aprend er el latino
Tal vez
fanatismo, i acostu mbrad os a oi r pro- nos engañ aremo s en nuestr
o juicio,
digar alabanzas e inciensos al ciego pero sí creemos que dentro
de Grecia, muchos lo hacen ip;ual- nos afios la lengua latina i de algulos escrimente aunqu e en su "ida no hayan tos hechos en ella tendrá n
solo lugar
visto una sola de las pájinas que e$- en los estant es de los que no
leen, o
cribiera. No obstante, dejemos a los en las cabezas de personas que
puede n
que renunc ian a su siglo i a su patria consid erarse como vetust
as ruinas
i van a buscar para deleite de sus al- vivien tes de los aflos que
pasaron .
mas la Jun o con sus dos ojos redondos Much o adelan ta el mundo
en el code buei, i a Aquíles arrast rando el ca- nocim ientod el mundo mismo
: los prodáver indefenso de su rival atado a gresos de las cienci as indica
n que falla s ruedas de su carro i estos son es- la mas, mucho · mas que conoc
er : la
pectáculos mui lindos para el si- humanidad que crece necesi
ta nueglo XIX! Nuest ro objeto no es la vas cosas: los pueblos casi todosc
ivilicomparacion de los poetas antigu os zados estrec han sus relacio nes:
el
coi los moder nos: hemos enunc iado al- mercio, la indust ria progre san
donde
gunas ideas sobre el particu lar, por- quiera ; en una palabra, el círcul
que a imitacion de las aberra ciones que se ajita actual mente el espírit o en
u
políticas, tan comun es en algunos pai- hombre, i en que seguir á ajitadá del
ses, se quiere comet er en literat ura se una vez que ha recono cido ndosu
entre nosotros una no ménos funesta. sion, es tan es tenso, tan infinito mi, por
Dejemos ya las Eglogas para cuan- decirlo así, que las rancia s fábula
s,
do el hombre, retrog radand o cien si- las estólidas teorías, las belleza
s deforglos,olvide su civi lizacion i se vuelva a mes i los oscuro s sones de la
antigü elos .bosques a apace ntar carner os; a- dad, están prontos a sepult
arse en el
bando nando el puesto que Dios le seña- olvido, o a ser recordados únicam
en~ara e.n la creaci on, para nacer, vivir te cuand o el ojo del
filósofo lanze
1 mOrir como sus rebaño s; sin leer en una
mirad a al traves de las jenera el libro de la naturaleza, abierto don- ciones para indaga r entre
la espesa
de quiera ante su vista, sin estudi ar neblin a del pasado lo que fué
la hulos beneficios que le debe a la Provi- manid ad en sus princi pios;
i de ahí
dencia ; sin saber si tiene alma o ig- la arranq ue entre el asombro
i la ver·
4'
:.;:::.:......
~_:.:c-=-.
"e Il.ItUUU9.Il.U ~ SUl9.9.9.9.U ~ 9.9.Il.USUI fl9.1l.1tU 9.U 9.U9.9.9.!Uti.tl9.9.9.9.9...lt g 119.9.Il.1l. ti g ti 9. 9. g g g g Qg9.Il..Il..Ó"
gü enz~ para fijarla entusiasmado en dia en que debía dar la mano de espo-
el zeI:llt de su carrera que tt:azó para sa a su querido Ricardo: ella esperalos tl.empos la mente de DIOS en la ba que ese enlaze sería el nudo de su
etenlldad.
felizidad; porque el verdadero amor
nacid o de una alma pura. i llena de
•
candidez, es incauto i en es tremo
LA DONCELLA DE LA POSADA. crédulo i Fúc ilmente soliamos un
porvenir de flores cuando no pisamos
las espi nas ; i bien cabe en el corazon
Allí está la pobre loca, cuyos ojos mas de una gota de almíbar cuando
túrbios i casi inmóviles revelan un no está rebosando de hiel i de veneno!
COI'azo n abrumado por el in fort unio.
Ricardo era indigno de tanta dicha:
Su faz pálida no se ve humedezidacon la ociosidad i el abandono habían
lá grimas; ni una sola vez se han en- enervado su cuerpo i embotado su estreabierto sus labios para murmurar píri tu. Bien conocido era su mal
una queja j 5010 profundos suspiros proceder por todos los vecinos, quieinterrumpen frecuentemen te su con- nes se condolían de la suerte de 1\latinuo silencio, silencio que pone de rí a cuando llegase a caer en las mamanifiesto el ama ño a la desdicha i nos de su indigno prometido.
al sufrimiento. La desgraci<,da no
insta a nadíe por socorro ni se in clina por compasion ; las mas fuertes
Era una noche oscura i tormentonecesid ades naturales no despiertan sa. E l huracan golpeaba con ímpetu
su cuidado, i los frias vientos del in- las puertas i las ventana s, miént ras
vierno sacud en sobre su seno los rotos la llu via descendía a torrentes, i el
harapos que lo cubren, sin que ella miedo parecía aj i!arse sobre las sombusque mejor abrigo, sin que la mas bras. Sentados gozosamente al lado
lijenl emocion anime su descolorido de la chimenea, en suave conversarostro en que la muerte ha derrama- cion divertid os i fumando ricos cigarros, dos hués pedes hacían la viji do sus sombras.
Sinembargo, no se halla mu i di s- lia, i apénas eran di straidos de vez en
tante en la cadena de los dias aque l cuando por el ronco zu:nbar del vienen que ella se "ió alegre i feliz, aquel to que azotaba con recias alas los árcuyas horas se sucedían velozmente, boles i los bastidores de la posada.
- "Me agrada," dij o el uno, lanzancontado cada instante por una esperanza i cada hora por un place r. No do una bocanada de humo que a la luz
rec uerdan los viajeros que frecuenta- que titi laba en el fuego se "ió ascenban esos sitios otra criatura mas en- der en tortuosa espiral ncia el techo,
cantadora, otra. vírjen mas amable i " me agrada oir desde adentro el ru hechizera que jllada la doncella de mor del huracan que brama afuera";
-"Preciosa noche para la Abadía."
la posada. i Con qué dulce cortesía,
con qu é maneras tan jov iales les da- contestó el otro: "de lijo que demosba la bienvenida. i les ofrecía la fran- traría grande valor el hombre que
ca hospitalidad, pareciéndose al jenio se atreviese a visitar las ruina s que
se hallan a su rededor. Confieso que
consolador del peregrino!
Cuántas vezes no dió materia a las yo temblaría como un nilio al sentir
conversaciones de sus ~ai s anos su c~: la yedra estremecerse sobre mi caberÍlcter despreocupado. Nunca. diO za; e imajinaría, persuadido por el teabrigo en el corazan a pueriles temo- rror, ver aparecerse la sombra erqnres de rídículos espantos i aparicio- te de algun viejo Abad; pues, a fe
nes : jllaría se paseaba libre de miedo que este viento es capaz de despertar
aun en la alta noche por la Abadía, i hasta a los muertos."
_ u Apostaría
una comida," diescuchaba sin intimidarse el silbo de
jo el otro, ,¡ a que :l\Iaría sí sale airosa
las brisas entre las oscuras naves.
S u corazon era. el nido del amor; de la empresa que os parece imposuspiraba por la llegada del deseado sible."
--" Apostád i perdereis," le repli có sardónicamente su camarada. "Al
ver un ternero juzgaría la pobre haber tropezado con una fantasma, i
huiría despavorida."
_ " i T al injurIa sobre el valor de
1\11"
"
' " 1e Tep1"ICO
lUana.
..... N o amIgo;
sonriendo, "yo sé que al apostar ganaría porque sí es ella mui capaz de
ir. Bien! i Vamos una gorra para
ella, por traer esta misma noche un a
hoja del Aliso que crece en la nave 1"
- "Aceptado."
Con intrépido buen humor admit ió
la propuesta la hermosa María, e in.
mediatamente se puso en camino para traer con la hoja del árbol la cantestacion a los dichos del incrédulo
hués ped. Su caminar era apresurado
a pesar de la oscuridad: mas de una
vez resbaló vacilante su' pulido pié,
i todo su cuerpo se estremecía de frio,
porque la noche era helada, i helados
los vientos que con hueco rumor
zumbaban barriendo el Cielo. Pero
ella ganaba mas i mas terreno, siguiendo una vereda que conocía mui
bien. La Abadía se dibujaba en las
espesas sombras. Penetró por fin por
la puerta del atrio i ningun temor la
asaltó, aunque las ruin as estaban desiertas, i su sombra parecía ahondar
la oscuridad de la noche melancólica.
Todo era silencio, cortado solo por
el estampido del rudo viento que
bramaba desmayado a vezes, i a vezes esl repitoso al rededor de las columnas altas i macizas. Pisando fragmentos carcomidos por el tiempo i
vestidos de yedras, fijo el pensamiento en el solo objeto de su estraiia escnrsion, llegó al fin a lo mas interior
de las ruinas en donde se mecía a
impulsos del huracan, en la desierta
nave, el viejo Aliso. Ll ena de contento arrancó con segura mano una
de sus hojas, esto con suma rapidez:
la guardó; e iba a descaminar la misma ruta, cuando le pareció escuchar
como el sordo rumor de un sonido.
Comprimido el aliento, inmóvil i toda
hecha oido, púsose a recojer hasta el
menor ruido, miéntras que el corazon
le.golpe~~a en el inte;ior con ajitac~on SlDleslra. Entonces sopló el
Viento, i el árbol sacudió reciamente
las hojas sobre su cabeza: fijó el oido,
i nada mas pudo percibir. Cesó el
rujido del viento, i su corazon se
hund ió trémulo en lo mas hondo del
pecho, porque ella oia, escuchaba,
entre las ruinas, muí di sti ntamente
los pasos de alguien que se aproximaba acía ese sit io. Arrimóse a una ancha col umna, sin respirar de temor,
i ájil trepóse para ocultarse. L a Luna levantó su frente ('n aq uel momento i derramó su dudosa lu z, rasgando las tinieblas de la noche: entónces cl aramente alcanza a ver por
entre la. maleza a dos ' ladrones qu~
cargaban un cadáver. No fué san- ·
O"re la que discurrió por las venas
de la pobre María: sintió helarse sus
entraiias, i como en nieve estaba
nadando su corazon. Otra vez aj itó
la dura brisa las hojas del Aliso, i tan
impetuosa siguió soprando que arrancó de la cabeza de uno de los bandidos el sombrero que, rodando g ran
trecho a impulsos del huracan, fué a
pararse al mismo pié de la asustada
doncella. Ella cayó exúnime, moribunda. " Maldi cion!" gritó el due ño
del sombrero.; i su camarada, haciéndole eco le responde; "ven; primero
sepultemos el cadúver, que luego lo
recojerás." A los propios ojos de Marí a pasaron los malhechores, i cuando
algo se hubieron alejado, olla tomó el
sombrero, i recibiendo resolucion de
su propio miedo se escapó rápida como la gazela al travez de las ruinas.
Corrió con celeridad salvaje, atropelló la. puerta; miró siniestramente a su
alrededor. Exhaustos sus miembros
por el sobresalto i la fa tiga, rodó al
suelo sin aliento, incapaz de emitir
un sonido. Antes de que sus labios
convulsos se abrieran para referir su
aventura, dirijió maquinnlmente sus
ojos al sombrero que había traido.
Quitólos asustada i velozmente, como si hubiese visto un prodijio de horror i Cuánta sería su angust ia, cuál
el dolor de su corazoll, cuando leyó
en el fatal sombrero claras j netas
las Cifras del nombre de su amado del
hipócrita Ricard o!
'
=-=-=-
En el mi smo camino de la Abadía,
al lado de la posada, se ve ahora la.
:.r.:x..... ..-.:.:r_=-:;:::c:..
46
\fR~RRR~~~2R2~R~~R~~R~R~~R2R2~R~2~~R22~RR~RR~
horca en que pereció el asesino. Allí
No quiso el cielo que habts80
se halla atrayendo con sombrío resPorque coa mi entendimiento
I
. d d i'
Diese mayor sClltilOicuto
peto as mira as e viajero que conA las cosas qua pilll1lge.
t empla la seiial de escarmiento, ¡que
] tanta vida les dí
recuerda con un suspiro la desd ichada suerte de la pobre Alada, la don-
celia de la p osada.
.
COIl el Ilillcelsingul::ar,
Que como no pude hablar
Hice que hablasen por mí.
( Truduceio n libre del ingMs.)
BELLAS ARTES.
FRAGMENTOS
SOBRE LA HISTORIA OE LAS BEllAS ARTES.
(Colltiuuaciou.)
Se c uenta de una discusion violenta ocurr id a entre Navarrete ¡Felipe
11, con motivo de la C ena del 'ri.
ciano. 'fratábase de colocar este cuadro en el fondo del refectorio del
Escorial, poro siendo un poco mas ano
cho que el lugar que debiera ocupar,
el Rei mand 6 que lo recortasen ha sta
donde fuese necesario; con este mo·
tiyO el mudo propuso que haría en seis
meses un a copia exacta i en las proporciones necesarias, comprometiéndose a dejarse cortar la cabeza si no
cumplía su promesa, i acampanando
estas prntí'stas con signos i jestos eslraordinarios. Pero nada consigUIÓ,
pues el Reí sin querer atenrlerlo hizo
recortar el lie nzo con gran dolor de
Navarrete. Este capricho de Felipe
11 recuerda el vandalismo del gran
R ei Luis X IV, el cual queriendo colocar en un lugar estrecho del Palacio de Versalles el C"isto en casa del
fariseo, famosa. pintura de Paul Veronese, hizo doblar el lienzo en las
cuatro puntas, sacrificando así lastimosame nte una parte del cuadro.
Despues de haber pintado el AbraJuan i los á11jeles, Fernández Navan ete celebró un contrato con el monasterio de San Laurencio para pintar treinta i dos cuad ros de g randes
dimensiones; pero su muerte prematura (¡57!}) no le permitió hacer mas
que oc ho; Alonso Sánchez Coello i
J...ui s Carvajal, se encargaron de pino
ta r los 01 ros.
Lope de Vega Carpio compuso en
c1ojio de Navarrete el mudo, los versos siguientes :
•
Ya hemos yisto la combinacion de
la orijinalidad espaiiola con el jenio
aleman en el estilo de l\loráles, con
el sen ti miento romano o ?'a{aelesco
en el de J oa nes, i con la práctica veneciana en el de Navarrete; esto
un ido l\ otras mucha s in(Juencias
que :'le habían introducido, preparaban una época completa para las be·
lI as artes. El grande Alonso Berru.
guete, .discípulo
de l\Iirruel
Anjel Buo.
o
narotu, I que, como su maestro, era
escu ltor, arquitecto i pintor a un
mismo tiempo, había introducido en
E spana un estilo atrevido i elevado.
En los oc henta i un afias de su laraa
i gloriosa vida había dejado obras s~­
yas en todas las ci udades del reino,
en Toledo, en Granada, en Vallado.
lid, en Madrid &c. Caspar Becerra,
que tambien estudi6 en Ital ia con
Vasari, i quizá con Miguel Aojel,
había formado una multit.ud de buenos pintores i buenos e~c u ltores. Así
fué que todas las ciudades, por poco
importantes que fuesen, tu vieron su
escuela establecida ¡especial; pero
en tre todas se distingui6 la escuela
de Sevilla que mui pronto eclips6 a
todas las demas, i al entrar el siglo
XVII vino a ser el ce ntro de las bellas artes.
Lu is Várgas fué el primero que
reformó en Sevilla el estilo gÓtico
que hasta ent6nces había reinado en
Andaluzía. Naci6 en 1502, j estuvo
en Roma, donde se cree que fué discfpulo de }:lerino de Vaga, sin duda
por hallarse cierta semejanza entre
las obras de tino i otro. Segun dice
Pacheco,este pintorpermaneci6 veintiocho ailos estud iando en Italia.
Várgas lIev6 una vida enteramen·
te cristiana. CU:'Uldo murió le encon ~
t1'a1'OI1 varios inslrumenlOs de pe.
nitencia i mazeracion de que hacía
uso col1' frecuencia; sus numerosas
composiciones al oleo i al fresco es·
tán en armonía con su carácter i
costumbres místic<l!l. Las figuras de
sus cuadros cstl.~n llenas de sentimiento i gracia; sus posiciones son nobles
¡graves; pero jamas comprendió la
perspectiva ni la degradacion de la
luz i de la sombra. Murió en 1568, segun Pacheco i Morgado.
Acia el año de 1580, Luis Fernández gozaba de una gran reputacion
en Sevilla. De su taller salió una jeneracion entera de maestros. F rancisco Pacheco, Herrera el anciano,
J uan i Agustin del Castillo, que sirven como de transicion entre el siglo
XVI i el XVlJ, i los cuales formaron
a Murillo, Velázquez, Alonso Cano,
i casi todos los pintores famosos de
la bella época española.
Pacheco, cuyos escritos tenemos
que citar a cada paso, ejerció una
inmensa influencia por sus trabajos
científicos, por la habilidad i escelente método de su en se fianza i por su
práctic..'\ per~onal: él mejoró los procedimientos técnicos de la pintura,
sobre todo de la que se llama a/lempie o aguada, i perfeccionó el arte de
dar color a las estatuas i bajos relieves (porque en todotiempose haacoslumbrado en Espafia dar color a la::;
obras de escultura) Entre otrOs cuadros dejó un hermoso retrato de Miguel de Cervántes.
La vida de Pacheco se halla fnt imamente ligada a todas las cuestiones del arte español, no ménos que la
de otro sabio artista, su contemporaneo j amigo, Pablo Céspedes, pintor,
escultor, arquitecto i poeta, polígloto
i anticuario, filósofo i literato, el cual
dejó escritos muc hos libros en prosa
i \'er"o. L as obras de estos dos grandes escritores i artistas merecen ser estudiadas ¡examinadas detenidamen te.
. N o ménos eminente que los anted,~hos en~ l~err~ra el -viejo Olamado
aSI para dlSllOgUlrlO de Herrera eljóven) que vivió por el mismo tiempo, i
cuya obra mas notable es el milagroso cuadro de San Basilio escribiendo
bajo la inspiracion del E spÍ1·itu San.
too Herrera era. de un natural escéntrico i ardiente, que da a sus obras un
carácter orijinal i sin segundo: en la
•
práctica de su arte deja ver una exal·
tncion frenética j un furor increible,
como dice un biógrafo espailol : dibujaba con C3i1as i pintaba con brochas
extremadamente gruesas i lar~3s. Es
tradicion mui conocida en Sevil la que
cuando la dureza de su trato había hec ho que todos sus discípulos se le separasen, encargaba a su criada que bosquejase los cuadros; esta pintorreaba
groseramente el lienzo, i ántes que se
hubiesen secado los colores el maestro trazaba las lineas i las figuras.
(Continunr6..)
•
CRONICA.
Colej io tlel Espíritu San lo.-Sc ha COIl_
cluido la Sala de Anatomía, donde el pr ofesor Dr. Pardo da lecciones diadas de la
ciencia. Este salon se ha constru ido esprcsamcllte COIl las dimensiones necesa_
rias, i la luz cOIl \·c nicnte, obsen' ándose
las reglas prescritas cn otros paiscs, i se
halla pro\·¡sto de una gran mesa cubiuta
de zink para las disccciones, i de otros
ulc lIsilios.- Sc está concluycndo tambie n el Salon de aseo, i pronto se comenzará a planta r un pequeilo jardin botánico.
E l infatigable Director de este cstablecimj('llto modelo no escusa hacer inje ll l~s
gastos pam sostener i aumenta r cada dia
su brillo.
Colejio de la COll cordia.-Se ha trnsla_
dado este establec imiento de cducacion a
la gran casa que fué cn otro ticmpo Fá.
b .-i ca de cri stales, a la ent mda de la Ala_
meda vieja. Este edificio ha sido conclui_
do pOr su dueño i acomodado espresa _
mente para el dcstino que acaba de dársele. Re('¡ne las ventajas de mucha capa.
zidad i bucna distribucioll, i ademas la de
hallarse situado fuera del cent ro de la poblacion.
Sotiedad Fi la rmónita.- DC5pucs que
las Jlu\' ias de abri l se había n dcsalado
sobre esta pobre ciudad con un teson i
constanc ia de que hai pocos ejem plos, por
uno de aquellos camhios ta n comunes en
nuestra atmósfera, el cielo se despcjó rc.
penti namente i nos ofreció un dia claro i
Ulla noche serena, precisa mente aqucl que
estaba destinado para el conc ierto del mes
de abril. L uego que vimos que era n las
sicte de la noche i que no había amago
de mal tiempo, tratamos de poncr cn ejer_
~91B!.!I:!!!l.o.!I!!RRRRQRU•.!I:!!~SUUUUI..!I:~2.!!!I!!!lS!!l91!I!R5!P99Q5Ul!l.u.u.~u.!l.US!~lI.lUI.!!tlo/
cicio el allchagllantes i de asentar las na ,'ajas, ¡una "ez empaq,~el(ldQs, nos diriji .
mos a la casa filal'm6mca . No podremos
c:;presar la desagradablo impresion que
nos caus6 la vi sta del salon provisional.
i Qué estrechez! i qué c iclo tan bajo!
j qué aspecto tan mezquino, comparado
con el antiguo salan! Bs verdad que es.
te tiene casi las ~i s mas dimensiones que
el otro; pero lo cierto es que una pequefia difere ncia hace que la jente esté sin
comodidad, que la. mú sica no se oiga como debiera, que las luzes di sminuyan su
resplandor •••.• Nuestro primer impulso
fué echar una maldicion a cierto ex. Presidente on quicn Plidieron mas pa sione i_
Has mezqu inas, que el deseo tle aparecer
CO Il el título de protector de la s altes; i
que ced ió a selltimi entos tan ruines para
desa lojar In. Sociedad de un local que
le costaba a olla su dinero. S illombargo.
nada de osto obstó para que el concierto
estuviese luzido i honrado pOI' una inmen_
sa. concurrencia. La Oberlllra triullfal.
compuesta por el Sr. Price, agradó jelleralmento, lo mismo que ~a Violela de Caraffa, ruidosa ¡magnífica obel1ura. La
Se ñorita. T eresa Trimiñ o fué mui aplaudida en sus dos canciones. El Sr. Bennet lo filé igualmente en la que ejecutó.
La sinfonía de Bcelhove n a ocho nU\I10S,
el duo de Pi xis ejecutado en los pianos
por los SS. Price i Guarill, i la s cuadrill as a ocho manos en que tu\'irron una
palie principal las Señoritas Tdnidad
Plata i Flm-!",,,t in a. Zapata, filCl'O Il mui
bien recib idos.
•
·Tcntro.-El1'rovlldof, que se ejecu tó
la noche del 22, produjo C II la gmll concurrencia que fué a vcrlo el efecto que
s iempre ha producido e n nuest ro Tca rro:
el cntusiasmo i los aplausos fueron es .
traOl'dinari os. T odos los actores se esme.
!'aran a porfJa ell ejecutar bi en sus pape .
les. La Se ñora Aderli se di stinguió aqueo
lla noc he i i a. la Señora Belu\'al pocas
vezes la hemos visto trabajar lan bien ni
poscerse tanto de su situac ion j Qué con·
tmste el de aquel drama tan bien puesto
e n escena , CO II tanto esmero i propiedad ,
i el indece nte proscenio cubi orto do trapos mugrosos ! Qué contl'1lsto el de aque o
Ilos trajes con a(llIellas deco l'aciones ! ..•
Qui sieramos recordar a algun os de los SS.
que nsisten al Tcatro, que aunque por
cuatro reales se compra el dorecho de
aprobar o desaprobar, no se compra ciertamente el de molestar a los demas con
risas, cuchicheos, comentarios en alta
voz remedos de los actores i otras cosas
que' rayan en mala edllcacio~ ; porque jamas podrá comprarse el derecho de ser
grosero, i ménos delante de un público
tan respetable oomo el que concurre al
T eatro.
ta noche del 29 tuvimos el placer de
ver la repeticion de la bell ís ima comedia
de Zorrilla Cada cual can su Tazan; pero
tambien tuvimos el sc ntimiento de ver
el teatro desierto.
1futns publieaeiones.- Ya. otros perió·
dicos se han ocupado en hablar del exe·
lente Tratlldo de economía domt8tica que
acaba de publ icar la Señora J osef.'\ Acevedo de Gómez: n ~otros no haremos
mas que corroborar lo que ya se ha dicho
en su elojio, añadiendo que el mérito de
esta obrita se aumenta al considerar que
la Señora Ace"cdo, adc mas de ser una
madre de fum ilia inslru ida, predica sus
máximas con el ejemplo aun mas que
con la pluma; i que ha adqu irido un gran
caudal de osperiencia d sitando el pai s
modelo en esta materia, l:~ I nglaterra.
-TamblCn se ha ocupado ya la pre n·
sa de esta capital en hablar del cuaderno
que con cl título de Principios de moral
polilica, ha publicado e l Sr. J. Aroseme·
na, por lo que solo ngrega remos quc tiene
en su abono el info rm(' de la Junta de
Admini stracion, Inspeccion i Gobicrno de
la Uni\'ers idad del primer distrito, i que
a pel icion suya ha sido adoptado, segun
crcemos, como testo para que se enseñe
esta materia en las escu ela~ de la Repú.
Llica. Desde que leimos la exelente obra
do nuestro compatriota cl Sr. Pinzon,
P rill cipios sobre admillistracioll pública,
nos ocuni óla. idea de que cada uno de sus
capítulos prestaba abundante materia pa·
ra formar un lluevo libro esplanando i
desl iendo, por decirlo así, los pensam ien_
tos en él con tenidos. E l Sr. Aroscmena.
ha realizado una p1l l·te de nuestra idea,
por lo cual lo felizila lilas sincehunentc.
- Se ha comr nzado a publicar un nue\'0 peri ód ico se manal, con cl titulo de El
Siglo. S iendo el carácter de csta publicacion puramente politico no nos corres·
ponde entrar en su análisis: solo diremos
que en los cuattQ nllmeros que de él hemos ,·islo hemos hallado bueuvs artIcu_
las, dejá ndose conocer desde luego quo
esto periódico es redactado por jÓ"cnes
(lo pr0t:reso i de ilustracioll.
•
TOIIIO l.
Bogotá, 1.' de junio de 1849.
MAL USO OE ALGUNAS PALABRAS.
(TSIICICII. u,TicuLO ).
Considerando que la base funda.
mental de la bella literat ura en todas
las lenguas antiguas j modernas es
el conocimiento de la gramá tica: que
faltando esta falta la piedra angula r
de los huenos estudios literarios: que
sin esta llave impor tante entrar emos
a hurtadillas i andare mos ciegos ¡sin
guia segura en el estenso laberinto de
esos estudios: que ignorando .Ia gramática no podremos beber en las
fuentes de lo bello i de lo grande, o
que en vez de su agua pura i cristalina solo hallare mos el lodo de turbio s
i rc\-ueltos pantan os; consid erando
todo esto, decimos, nos hemos propuesto consa grar nuestros principales
artículos, que llamaremos de fondo,
a la di scusio n de alguna cuestioo {Tra_
matical. Nada mas propio que ~sta
cristia na resolucion en un peri6dico
especialmente consagrado a la bella
literatura, i tambien a las ciencias i
a las bellas artes. Ya nuestros lectores habrán adivinado que nos proponemos abrir siempre nuestras sesiones quincenales con un artículo de
esta natura leza; i si no lo han adivinado, hacemos la advert encia para
que no les enoje el encon trar en cada
~no de nuestror; números algunas pájlllas ,?onsagradas a t,!n impor tante
materia, sobre la cual nunca se re-
NUM . ••
calcar á demasiado. Esta serie de aftículos puede decirse que forman uno
solo; pero los damos como separados para no cansa r con un eterno
contin uará que hubier a de repeti rse
en cada número.
E sto supuesto, i con la venia correspondiente, seguimos hoi en nuestr a
tarea, presen tando algunos ejemplos
mas de impropias locuciones i del mal
uso (Iue hacemos de muchas palabras.
Como ya hemos dicho, nuestro objeto
noes dar reglas, no esense ilal", no es
fallar ex-cátedra, sino tan solo provocar la discusion: deriva r por medio
de un re\'ulsivo, como diría un médico, la 3tencion fija hoi esclusiva i tenazme nte en lo que llaman política,
para traerla a mejor terren o i Felizes
nosotros si haJlamos un hOlllbre que
levant ando la cabez a al reclam o de
nuestr a hqmilde voz, acepta el reto i
nos sale al encuentro! ¡Mil vezes
felizes si hallamos quien con\ba ta
nuestr as tímidas opiniones en el tono
i lenguaje conve niente s; si en la lu·
cha lueremos vencidos siempre habremos obtenido un triunfo, i en todo
caso nos considerarémos vencedores
al conce der la palma a nuestro contrario,
¿ Qué diferencia hai entre culpable
i culpado?
-Muc ha, dirá el mas lego en materia (le lengua castellana.
Culpable, como lo indica su misma
•
terminacion en able, es aquel a quien ble, no deberemos concluir que la gt;a·
puede imputarse la culpa; o como lo mática es buena para todo, pero és.
define el Diccionario: "aquel a quien pecialmen te para hacer leyes? .••
j Cuán de sentirse es que el ilustrado
se echa o puede echarse la culpa. "
Culpado, es aquel a quien de se- granadino a quien se confió la grave
guro, con evidencia calificamos de i delicada tarea de recopilar nuestras
tal: "el que ha cometido alguna culo leyes, i a quien no puede negarse conocimiento del idioma, no hubiese espa, " dice el Diccionario.
Ladiferencia, pues, consiste en que tado investido de la facultad de casdel uno nada podemos afirmar aser- tigar i correjir todas aquellas faltas de
tivamente, sino por presunciones. por buen lenguaje que, en su concepto,
datos, por conjeturas, por sospechas; implicasen oscuridad, amfibolojía o
miéntras que sobre el otro fecae irre- ambigüedad en el sentido!
misiblemente un fallo espreso i terUna de las dificultades mayores
minante fundado en la conviccion j que presentan todas las lenguas, i soen la evidencia de los hechos. Eljuez bretodo el castellano, a causa de su
puede i debe pronunciar su sentencia misma riqueza, es la conjugacion de
sin escrúpulo sobre el culpado, por- los verbos. Este es el escono en que
que este ya se supone convicto i con- frecuentemente tropezamos, no solo
feso desu culpa; perosobre el culpa- los principiantes i aprendizes de escri.
ble solo puede proceder para poner tor, sino aun muchos de los que, con
en claro la verdad; i para llegar al razon o sin ella, se precian de conocer
término de condenacion necesita pri- su lengua i son tenidos como automero declararlo culpado. El culpable ridad en la materia. llor eso vemos
es tambien acreedor a cierta pena, que son tan raros en América los que
segun el grado de culpabilidad; pero usan de los tiempos propios de cada
nunca será esta la misma que se im- verbo, ya sea este activo, ya no lo
ponga al culpado. Aplíquese este mis- sea, ya sea unipersonal, ya defectivo.
mo raciocinio a cualesquiera adjeti- 1 este mal uso de los tiempos, es en
vos verbales terminados en able o ible, parte una consecuencia inmediata de
i sus correspondientes participios pa- la ignorancia de la clasificacion que
sivos (o sean adjetivos lJasivos, como la gramática hace de los mismos verdicen los gramáticos modernos), i se bos. Uñ ejemplo de esto es el defecverá que es exacta nuestra observa- to, bastante comun en muchas persocion. Imputable e impulado : vitupe- nas, de usar el indefinido terminado
rable i vitupe1'ado : p7'~re7'ible i prefe- en ase o ese, en lugar de los condi7'ido: repartible i 7'epartido, se hallan cionales en ara, al:!!, ere, era. Que
respectivamente en el mismo caso no deben confundirse unos con otros~
segun las reglas de buen lenguaje es
que culpable i culpado,
Sinembargo, rara es la re:rson~, cosa llana, atendiendo a que los pri.
quizá ninguna, que haga ladelnda dI- meros tienen esencialmente el carácferencia entre estos dos vocablos, ya ter de adve¡'sativos, i como tales desea en la tribuna, ya en el foro, ya en ben usarse solamen te acompañados
el púlpito, ya por la in1prenta, ya en de partículas adversativas: así debe
la correspondencia privada, o ya en decirse, aunque yo hubiese esc1·ito la
el uso comun. Nuestras reyes mismas, carta; puesto que él la amase (aunpor un descuido imperdonable del que él la amase); miéntras que los
lejislador, confunden estas dos vozes, segundos solo deben emplearse como
Nuestro Código penal, sobretodo, usa esencialmente condicionales, unidos
indistintamente de las dos, i con mas con las partículas que les corresponfrecuencia toma el adjetivo por el par- den: diremos pues, si viniere mi },erticipio, llamando culpables. a l,os cut mano i si escampara p01" un momenpables i a los culpad?s .. SI ejemplos lo. !\fui mal hablan, lós que dicen:
semejantes se multiplican en nue~­ si yo ilUDIESE sabido esto no IlUBIERA
tras códigos, como es mas que pOSl· ido j en vez de si yo IIl1BIERA sabido
::E:... ..
~"K.J
~g2~2~g~2~i2~~QR2k~RR~RRR
•
__
:.:;::-=-.
51
~~~22~~2~~~~2g9~29~g~22~
esto no HUBIER A ido. No hablar án nar, acaeceJ', convenir, (por ser COIlménos mal los que digan, si yo hu- venien te) impor tar (por ser imporbiera sabido esto no UUIHE SE ido, por- tante) i otros varios ; si bien alguno
s
que cuand o el antece dente o deter- de estos suelen usarse tambie
n en las
minan te es el condicional en era, el tercer as personas del plural.
En con·
consiguiente o determ inado debe ser clusion, puede ave nturar
se la propo·
el futuro condicional en ia, bien sean sicion de que el único
verbo verdalos tiempos simples o compu estos: dadera mente unip ersonal, aquel
que
ejemp lo: si yo comie1'a de esto me lo es por exelencia, tanto en
castemorir ía .. si yo lo dijera o lo hubieJ'a llano como en france s, es el
dido, lo sostendría, o la habría sos- haber en el sentido de existir verbo
o celetenido. Pero sea dicho en obse9uio brarse alrruna cosa. Otrota
nto
sucede
de la.. verdad que los granadinos, 1 es- en la lengua inglesa, si
bien esta no
pecialmente los habitantes del inte- conoc e un verbo cuyo
rior de la República, rara vez hacen corres ponda a haber, i en significado
este uso impropio de las terminacio- usa del verbo ser (lo be). su defecto
nes de los tiempo s del subjuntivo, i
T odos los gramá ticos están de
que tales ejemplos nos los suministran acuerd
o en esta regla fijae invari able
algunos pueblos aledaños del Norte , del
idioma
, como puede verse en
los cuales sin duda toman este uso de Salvá
,
l\fartí
nez L 6pez Arauj o &c.
nuestros vecinos de allende el Táchi - -¿
Quién podrá negar, aunqu e no
ra, entre los cuales es mui frecuente. haya
hecho un estudio mui profundo
l\fasje neral es entre nosotros el mal
i
qilatad
o el_e su propio idioma, que
uso del verbo habe?' como unipersohai
verbos
que por su natura leza no
nal, i de su suplen te hacer. Los que
puede
n
jam~s conve rtirse en activos,
han tenido un a gramá tica en sus mao l1'(l1lSitivos, ni 1'ecíp1-oCOS o reflexillOS saben que este verbo, como unip ersonal, solo se usa en la tercera vos? Sinem bargo vemos con frepersona del singul m' .. así se dice, /lA cuenc ia que la accion de tal verbo
tres dias que vino j IIA CE tres mios neutro, se hace recaer sobre un objeque le sirvo .. pero de ningun a ma· to cualquiera, convirtiéndolo de esta
nera podrá decirse, hacen tres dias, maner a en activo : que tal otro verbo
ni hacen dos años. 1 la prueba de cuya accion jamas podrá recaer soque esta frase es esencialmente del bre el mi smo que la ejecut a, se ve
singular, es que para ponerla en el forzado a acomp ailarse con un afijo
plural es preciso echar mano del ver- con quien jamas podrá estar en buebo hacer en lugar del verbo haber, na amistad i armon ía. T al suced e,
porque este no tiene tercer a person a por ejemplo, con entrar : este verbo
del plural, ni puede decirse /tan tres esencialmente úHransitivo, se usa aldias, han dos años. No puede, pU'3S, gunas vezes para decir bárbar ament e
énl'l'ese la mesa, entren el armario,
decirse en ningun caso,
entre usted acá el caballo, habiendo
hacen tres dias
tantas otras palabras que pudier an
hacían dos años
usarse en su lugar. Solam ente en esta
hicieron nueve meses
frase, ent1'ar la ciudad a saco, se usa
hubieron fiestas
como transiti vo.
habrán msenciones
El uso ha introducido con bastanaunque hayan abrazos
te
jenera lidad que el verbo amanecer
aunque hagan mil años,
(intra nsitivo i unipersonal) se conni ningun a otra frase semejante en vierta
en activo dicien do: me amaneque entre alguno de estos dos verbos, ció
en Funza , vino a amanece7·le en la
sea en el tiempo que fuere; porque,
repetimos, son unipersonales, es de- calle. Otro tanto sucede con llove1',
anoche
cir, que solo se pueden usar en una ce: ce?', i otros varios, i así se dinos
persona, i esta es la tercer a del sin- cJleció llovió en el monle j nos anoen la visita .. pero este uso jagular, como sucede con llover, lro- mas
será racional, i tan impropias 10-
52
.:i:I......
~~:.E:-=-.
~9. 9.UR.9.9.U9.9. 9.UJtR..R.2.i.2.R.9. Q !!S!.9.S!. 9..i.2.!! SI 9.Sl.2..R.U..o 9.llQ.S!s!'~ !!.!!USU!.9. 25!S!.Sl.Sl.!!S!.5tll.!!UllQ.S! !!Sl.!!ll5-'
cuciones no podrán ser justificadas tiene tal significado, a lo ménos en la
de ninguna manera.
prosa, pues su acepcion es la estar sin
Veamos otro ejemplQ.del mal uso dormir, obserVa?" o cuidar alguna
de los tiempos. En aquellas frases en cosa 4·c. Solamente a los poetas es
que al parecer hai dos supuestos o permitido tomarlo en la acepcion de
personas ajen tes, se cambian por 10 cubrir; i sinembargo aun en los esregular los frenos i se hace concordar critos mas humildes, aun en los tra·
el verbo precisamente con aquella pa- tados mas prosaicos i graves vemos
labra con quien no debe concordar; prodigada esta palabra malamente.
así se dice: yofui el que vine; tu fuisEl verbo prestar es otro de los que
te el que lo dijiste j en lugar de yo se fuerzan dándole una significacion
fuí el que VINO: tu fuiste el que lo violcnta que no tiene ni tendrá jamas
DIJ O. Porque si, siguiendo el consejo en castellano. P¡·estar,d iceel Dicciode Martínez Lopez; invertimos el nario, dar o entregar a otro alguna
órden de la cOllstruccion, tendremos alhaja, dine1"o u ot1"a cosa para que
que decir: el que VIN O f?tí yo j el P01" algun tiempo tenga el uso de
hombre que lo OIJO fuiste tú. El su- ella, con la obligacion de restituirla
jeto de vino es él i no yo: el sujeto i volverla a su due7io. Tiene tamde dijo es él i no tu. Yo es sujeto de bien otras acepciones en sentido fifuí: lú es sujeto defuisle.
gurado, pero jamas aquella en que
Pero se presenta una cuestion que jeneralmente se toma entre nosotros,
no han tocado ni resuelven los que a saber, la depedir aotro alguna cosa
hasta ahora han escrito sobre gramá- por cierto tiempo para devolverla.
tica, a saber, si estas ñ'ases puestas en Este vicio es tan comun que puede
el plural siguen la misma regla: el decirse que entre mil personas no hai
uso dice que no, i nosotros estamos una que aplique la palabra prestar en
de acuerdo con él, pues no creemos su \"erdadero i jenuino significado.
que pueda decirse nosotros fuimos los El hombre mas culto, el jóven mas
que 'vinieron,' t'osolros fuisteis los que instruido dicen iodos los dias, me
lo dijeron; sino que, faltando a la regla prestó cien pesos, i no pude escusal'me
dada, debe decirse :lIosot1'OS fuimos de dárselos j le JJ7'esté el libro,- le
los que vinimos, vosotros fuisteis los presté el caballo ,- en vez de me pidió
prestados cien pesos,lepedí prestado el
que lo dijisteis.
Los verbos activos o t1"ansitivos libro, le pedí p,·estado el caballo. Aun
en el modo vulgar de hablar casi siem- cuando no fucra mas que por evitar
pre se convicrten en njlexivos, con- la confusion i anfibolojia que resulta
tra todas las reglas de buen lenguaje: del uso de una misma palabra para
así oimos decir todos los dias i a cada espresar dos ideas diametralmente
paso: póngase esta cm·la en el co- opuestas,dcbeda hacerse la distincion
1Teo j búsquese el dinero; tóquese la entre p1'('star j pedir prestado. Al
conlradanza. Estos verbos podrían decir Juan : P edro me prestó mil
llevar el afijo SE para decir póngase pesos ¿ cómo sabemos si es que Peel sombrero j búsquese la pulga; tó- dro se los dió a Juan o que este se
quese la lengua; mas no en los ca- los di6 a Pedro?
sos espresados en que se comete una -Uno de los modismos mas caracfalta garrafal e imperdonable en una terísticos de nuestra tierra, es aquel
que oimos en boca de chicos i granpersona bien educada.
Yaque hablamos de los verbos, no des, sab ios e i ~norantes, ricos I podejaremos pasar por alto el uso im- bres, hombres I mujeres: -la pasó, la
propio que se hace ~e algunos d~ ellos está pasando, no la pase c:J-c. el"! el
dándoles una acepClon que no tIenen; significado de avergonzarse o sonroi para no cansar citaremos solo unos jarse. Bien comprendemos que el
pocos, tales son: el verbo velar to- sentido de esta frase es elíptico, i que
mado en el significado de ocultar o debe sobreentenderse, pasó una vercubrir COIl \111 velo. Este verbo no güenza, está pasando un bochorno
etc;
pero tal cosa no está autorizada ni
por la Academia espai'ioJa, ni por al.
gun autor clásico, o escritor purista.
Creemos que esta es una frese puramente provincial, o si se quiere nacional, así como la. de se peló i se
fregó, tan bárbaros, incultas i groseras, i las cuales censur6 ¡ridiculizó
Juo1tcho. Blanco con tanta razon como gracia. Entre la infinidad de acepciones que tiene el verbo pasar, con
las cuales llena dos columnas el Diccionario, no se encuentra una sola que
siquiera se asemeje a la que acabamos de notar, i solamente hallamos
pasarlo, hablando del estado de la
salud (¿ cómo lo pasa U?) O de los
medios de vivir ( lo pasa medianamente) mas nunca pasm·la. Por
tanto condenamos esta frase como ¡hnecesaria, inútil, arbitraria, i por con·
siguiente intrusa; i la colocamos en
la lista de las que deben ser proscri.
tas, no solo de la sociedad culta, sino
de toda conversacion o escrito, por·
que a todo el mundo le obliga saber i
estudiar su lengua, sin distincion de
clases, edades ni condiciones.
MIS RECUE RDO S DE TlB ACUI.
(f.e,¡:DlentQI de na diario)
l.
LA FI ESTA DE CÓRPUS.
A mediados del año de 36 me ha.
lIaba yo en las inmediaciones de la
parroquia de T ibacuL en el canton de
Fusagasugá, i recibí una atenta ¡es·
presiva invitacion del Cura, el Alcal·
de i los principales vecinos, para que
concurriese a la fiesta de Córpus que
se celebraba el domingo inmediato.
J amas he gustado de fiestas ni de reu.
niones bulliciosas por lo cual pensé
~scusarme; mas al recordar la ~que .
nez de aquella parroquia i la pobreza
del vecindario comprendi que no sería aquella fiesta de la clase de las que
8i.e~pr~ he evitado, porque producen
dlslpaclOn en el espíritu j dejan vacío
en el corazon. Fuí pues, a T ibacuÍ i
llegué a las 7 de la mañana.
Compónese aquella poblaejon de
una o dos docenas de casas pajizas su-
mamente estrechas i pobres, esparci.
das aquí i acullá pOI' la pendiente que
~orma la falda pr?longa~a de una alta
I espesa montana. Ha¡ en el lugar
mas ll ano una pequefia iglesia de teja,
pobre i aseada, a cuya izquierda se ve
la casa del Cura, tambien de paja ca·
mo las demas del pueblo, pero ménos
pequeña que las otras habitaciones.
Entre estas hai algunas que no pu·
dieron cubrirse con paja a causa de
la pobreza de sus dueilos i solo les sir.
ven de techado algunas anchas ¡verdes hojas de fique. La plaza no es si·
no la continuacion de una colina cubierta de verde yerba, cuyo cuadro lo
forman cuatro ermitas de tierra, i en
sus costados solamente se ven la cárcel i cinco o seis chozas mi serables. ¡
A la derecha de la iglesia i paralela a
un costado de la plaza hai una hon·
don3da verde i lIenade árboles silves·
tres, por la cual corre en invierno un
hermoso torrente, pero que en verano
está seca i cubierta de mullida grama.
Esta hondonada se prolonga como
300 varas hasta el pié de la plaza, i los
naturales la llaman la calle de la amar{Jura por ser aquel el camino por donde suelen llevar las procesiones de Semana Santa. Estas pocas chozas som·
breadas por verdes platanares, eleva.
dos aguacates i aromáticos chirimoyos, i rodeadas por algunas gallinas,
patos, perros, cerdos i otros animales
domésticos, presentan un aspecto pintoresco e interesante para quien no
busca allí el lujo i las comodidades de
la vida. El vecindario se compone
de dos razas perfectamente marcadas:
algunos blancos en quienes se descu·
bre desde luego el oríjen europeo, j
el resto indios puros descendientes de
los antiguos poseedores de la Améri·
ca. Todos son labradores; todos pobres, i, casi puedo decir, todos honra.
dos j sencillos, hospitalarios i amables.
Allí no ha penetrado todavía la civi.
Iizacion del siglo XIX.
Cuando yo llegué me rodeó la ma.
yor parte del vecindario. U DOS que.
rían que fuese a alojarme a su casi ta
otros que admitiese su almuerzo, otro~
que les permitiese cuidar de mi caballo. P rocuré man ifesta r mi agradeci-
•
,.
"'eltUst.5t!!sutU.u.~!Ulu.st.5t!!1I9.U.U.ll.2R..RJti~'f'CW",!i1:lI:iWUUU.flU.U.!l..Uilllli!!5tllUgy
miento a todos i fuí a desmontarme
en la casa del Cura, digno pastor de
aquella inocente grei. Luego que con·
versamos un rato salí a tomar choco¡ate en casarlel Alcalde i adar un paseo por la plaza. Jamas olvidaré ni la
obsequiosa bondad con que se me di6
un decente i abundante dasayuno, ni
la grata impresion que recibí al dar
aquel paseo matutino. Con palmas i
árboles floridos cortados en la montaun vecina se había formado una doble
calle de verdura por los cuatro lados
de la plaza. Esta calle estaba cortada en var ios puntos por vistosos arcos
cubiertos de flores i de todas las frutas que brinda la tierra caliente en
aquella estacion (erael mes de junio).
Aquí se veía un hermoso racimo de
mararayes; allí dos o tres de amari1I0s i sazonados plátanos; mas allá un
g rupo de aromáticas chirimoyas; despues una multitud de lustrosos aguacates de una magnitud poco comun;
acá un estrailo tejido de guamas de
diversas especies i figuras. En otra
parte yucas estraordinarias i gran variedad de raizes, legumbres i hortalizas. Otros arcos ostentaban los productos de la caza; conejos, comadrejas, zorros, ulamaes, armadillos i otros
animales silvestres. l\Ias allá se veían
pendientes doradas roscas de pan de
maiz, sartas de huevos de diversos co:
lores cojidos por aquellos montes, 1
muchos pajarillos vivos i muertos cuya vistosa variedad ~traía i encantab!\ la vista. Sería díficil decir detalla«amente la multitud de objetos naturales que se habían reuni~o rara ~?ornar aquellos arcos de tnunfo enJldos
en obsequio del Santísi~o Sacral~entoo Una inmensa profusJOn de ammales, frutas i flores formaba la ofrenda
campestre que ofrecía aquel puñado
de cristianos sencillos al Dios cuya
misericordia se celebra en esta fiesta
solemne, misteriosa i sagrada j Cuánto mas bellos i dignos del Criador son
estos rústicos i hermosos adOl'uos que
aquellas inmensas fuentes de plata,
aquella multitud de espejos, cintas,
fluecos i retazos de seda i gaza que
se ostentan en esta fiesta en la capital de la República! Yo gozaba con
•
,
delicia de este espectáculo, i las risas,
cantos i alegría de este pueblo inocente alejaban de mí las tristes impresiones que casi siempre dejan en mi alma las reuniones de numerosas concurrencias. 1\1ezcleme con los hijos
de Tibacuí i tuve el placer de ayudarles a componer sus ermitas, altares
i arcos, procurando que los ménos pobres no dañasen con adornos heterojéneos el gusto sencillo i campestre
que allí reinaba.
L as campanas repicaban sin cesar
i todo el mundo se manifestaba alegre, activo i oficioso. De repente oi
el ruido de un tamboril i un pito. Ent6nces vino a bailar delante de mí la
danzadel pueblo. Componíase esta de
12 jóvenes indíjenas de 15 a lB años,
sin mas vestido que unas enaguascortas i unós gorros hechos de pinta~as
i vistosas plumas. Llevaban tamblen
plumas en las muñecas ¡las gargantas de los pies, i un carcax lleno de ftechas sobre la espalda. El resto de sus
cuerpos desnudos estaba caprichosamente pintado de varios colores. Presidía a estos muchachos un anciano
de mas de 70 años, vestido como lo
están siempre aquellos infelizes indios,
es decir, sin camisa, con unos calzoncilios éortos de lienzo del pais, mui ordinario, i una ruanita de lana que les
cubre un poco mas abajo de la cintura. Este viejo estaba sin sombrero
i llevaba colgando del cuello el tamboril al cual daba golpes acompasados con la mano izquierda, miéntras
con la derecha sostenía i tocaba el
pito. Con esta estraña música bailaban los j6venes una danza graciosa
llena de figuras i variaciones, arrojando i recojiendo sus flech3:s con
asombrosa ajilidad. Yo los miré UD
rato con ternura i complacencia, les
dí algunas monedas i me retiré,
Salió bien pronto la procesion. El
pueblo se prostern6 respetuosamente I
ya no se oía sino el canto sagyado, el
alegre tañido de las campanas l. el ta~·
bonl i el pito de la danza que Iba ballandodelante del Santo Sacramento.
Ent6nces empez6 a arder un castillo
de pólvora preparado para la prim~.ra
estaciono Los indios de ladanzafinJle-
~.i~~2.i~~1l299~9QR~i2ll.0~RR09RiRRR
O!! o o o o o o oAA U.IlR.IlRU 2U.00 2ll.IUl021l2 !!.R.io/
Despues del dia de la fiesta Guz·
ron terror, estrecharon sus arcos contra el pecho i se dejaron caer con los ruan i Mariana su esposa. venían fre·
rostros contra la tierra. Al cesar el cuentemente a mi casa. Yo les daba
ruido de la pólvora volvieron a levan. algunos socorros, les compraJ:>a sus
tarse i continuaron ájiles i alegres su chirimoyas, i con mas frecuencIa ad·
incansable danza. Pero, cuantas ve- mitia el obsequio que de ellas me ha·
zes se quemaron castillos o ruedas, cían. Jamas tuve ocupacion bas.
ellos repitieron aquella espresiva pan- tante grave que me impidiese recibir
tomima. Confieso que no pude ya re- a. aquellos honrados ancianos. Me
sistir la impresion que me causó aque- contaban sus miserias i sus prosperi.
lla escena. Mis lágrimas corrieron al dades, me referían las tradiciones de
ver la inocente i cándida alegría con la aldea, los acontecimientos notables
que los descendientes de los antiguos que habían presenciado en su larga
duei'ios del sucio americano renuevan vida; solicitaban mi aprobacion O
en una pantomima tradicional la imá- mis consejos sobre los pequeiios ne·
jen de su destruccion, el recuerdo gocios de sus parientes i amigos, i ja.
ominoso i amargo del tiempo en que mas salían de casa sin haber comido
sus abuelos fueron casi esterminados i sin llevar pan para dos nietos que
i vilmente esclavizados por aquellos los acompailaban. Ya hacía mas de
hombres terribles que en su concepto catorce meses que yo veía semanal.
manejaban el rayo. En el trascu rso mente aquella virtuosa pareja i jade mas de tres siglos estos hijos deje. mas la oí quejarse de su suerte, pedirIlerados de una raza valiente i nume· me cosa alguna, ni murmurar de su
rosa, ignorantes de su oríjen, de sus prójimo.
derechos i de su propia miseria, celeUna mañana vino Mariana a debran una fiesta. cristiana contraha. cirme que Miguel estaba enfermo i
ciendo momentaneamente los usos de que ella pensaba sería dc debilidad,
sus mayores, i se rien representando porque hacía muchos dias que no coel terrOl· de sus padres en aquellos mía carne. Hice que la dieran dos gadias aciagos en que sus opresores los llinas i algunos otros víveres, i la enaniquilaban para formu colonias eu- cargué que si la enfermedad de su
ropeas s.9bre los despojos de una gran- esposo se prolongaba viniese a avi.
de i poderosa nacion.
sarme. El dia 16 de octubre de 37
llegó un indio llamado Chavistá i me
Il.
dijo: "Esta madrugada muri6 Mi.
EL AMOR CONYUGAL.
guel Guzman i su viuda me encarg6
Miguel Guzman se llamaba el res. que viniera a decírselo a su merced."
petable indio que conducía la danza No pude rehusar algunas lágrimas a
de Tibacuí el dia de la fiesta del Sa. la memoria del anciano: envié un socramento que acabo de pintar. Era corro a la viuda i la mandé decir que
este anciano de mediana estatura; cuando pudiera viniese a verme.
ten(a el color i las facciones de un
A los cinco dias estuvo en casa
indio sin mezcla de sangre europea. Mariana. Esta mujer distaba mucho
Sus pequeños i negros ojos estaban de tener la fisonomía franca, risuelia
siempre animados de una espresion i espresiva de Guzman. Su cara era
de benevolencia. Su amable sonrisa larga, sus ojos empañados i hundidos,
hacía un notable contraste con las su tez negra i acartonada. Era tam.
hondas ¡prolongadas arruO'as que bien mui vieja, pero su cabello no essurcaban su frente i sus mejillas. Sus taba enteramente cano. En fin, ella
cabellos j escasa barba eran blancos no inspiraba simpatías en su favor
como la nieve i la edad había destrui. apesar de sus modales bondadosos i
do la mayor parte de sus dientes, ape- del cariño que su esposo la tenía. Yo
sal' de que casi todos los indios con. la h~ce sentar i la dije: ya supongo,
servan blanca i sana su dentadura Manana, que U. habrá estado mui
aunque vivan un siglo.
triste. Sí, su merced, me contestó,
•
'f222!!.22!!2R9911!!Q2!!.222!!.~!!!!!!~92!!ll2
51 51 51 51 51 51 51 !!SI !!.lt.5Ut.9JI:!!!!llll2!t!! $12 RU!! U uU:~
pero mi Dios es el que lo ha dispues.
to así.-Esa es la verdad, dije, debemos conformarnos.-Sí! yo estoi conforme i vengo a darle a su merced las
gracias por todo el bien que nos ha
hecho. Al decir esto su voz era firme, su aspecto perfectamente impasible i ninguna marca de dolor se pino
taba en aquella cara negra i arrugada que me recordaba 1St- idea que en
mi infancia me daban de las brujas.
Sinembargo, recordé que era la viuda de Guzman, que tenía reputacion
de ser una buena mujer i ladije.-M ire U. Mariana. aquí tengo un cuarto donde U. puede vivir; véngase a
casa i no tendrá que pensar mas en el
pan de cada di a; si se enferma, aquí
la cuidaremos, i si tiene frio yo le da·
r é con que abrigarse. Guardó ella un
instante de silencio i despues me dijo:
No, su merced, jamas-¿ 1 por qué no?
Entónces esc lamó-¡ Qué! ¿ Yo comería buenos alimentos de que no
podría guardarle a él un bocadito?
¿ yo dormiría en cuarto i cama abrigado cuando él está debajo de la tierra ? i Que Dios me libre de eso! Mire su merced, mas de 45 años hemos
vivido los dos en ese pobre rancho.
Cuando él iba a la ciudad a vender
el hilo que yo hilaba i las ch irimoyas,
yo Jo esperaba junto al fogon i ya te·
nía algo que darle. Llegaba, me abrazaba siempre, me entl'egaba el real o
la sal que traía ijuntos nos tomábamos
el calentillo (agua miel) la arera o la
yuca asada que yo le tenía. Si era
yo la que iba a lavar ~l .rio, él ,,?e es·
peraba junto al fogon, 1 SI no tenia qu~
darme, siquiera atizaba la lumbre I
me decía : esta noche no hai que cenar, pero tengo basta nte leila i nos
calentaremos juntos. No; jamas de·
jaré ese ranchito! i Ya nadie se sienta en él junto al fogon! ya no estará
allí ese ánjel! Pero su alma no esta·
rá léjos i se aflijiria si):'o abandon~ra
nuestra casita. Al deCir esto Manana cruzó sus manos sobre el pecho
con un dolor convulsivo. Dos torrentes de lágr imas corrieron sobre sus
acn. rtonadas mejillas i por mas de mcdia hora esc uch ó su silencioso llanto
i sus sollozos ahogados i Cuán mal
había yo juzgado a Mariana por su
fisonomía! ¡Ah! ¡Jamas había yo
visto un dolor mas elocuente i subli.
me, jamas había comprendido tanto
amor en un discurso tan corlo i sen·
cilio! ¡Pobre anciana! Yo lloré con
ella i no traté de consolarla. Cuando
su llanto se calmó la 'dije: Mariana,
mi ofrecimiento subsiste aunque conozco que U. tiene ralOn en no aeep·
tarlo por ahora. Pero algun dia cuan·
do U. pueda, recuerde que esta es su
casa i venga aquí a vivir mas tran·
quila-No, su merced, me dijo, eso no
será jamas porque yo sé que él no se
amañará sin mí en el cielo. Diciendo
esto dió un prorundo suspiro i al pro·
pio tiempo se sonrió con cierto aire
de calma e indirerencia. Apénas le
dí un corto socorro temiendo que uno
mas abundante la hiciese sentir con
mas amargura su viudedad. Al des·
pedirse besó dos vezes mi mano e hi.
lO tiernas caricias a mi pequei'ia fa·
milia. La insté que volviese i no me
respondió.
¡Seis di as despues, Mariana des·
cansaba en el cimenterio de la aldea
aliado del venerable Miguel!
J . A. OE G.
DOCUMENTOS PARA LA HISTORIA.
Hace muchos años que nuestro
apreciable amigo i compatriota el Co·
ronel Anselmo }>ineda, tan laborioso
i constante como es notorio, se ocupa
con afanoso anhelo en reunir todos
los escritos, ya sueltos, ya periódicos,
que han visto la luz en nuestro pais,
no solo en las eras colombiana i granadina, sino desde una época mui anterior a nuestra. I;?loriosa. emancipa.-cion política: desde el tiempo en que
llegaron a estas remotas comarcas los
primeros tipos i se plante6 en ellas la
primera prensa. Tan grande ha sido
la pasion del Sr. Pineda, i tan tenazes
i perseverantes los esfuerzos que ha
hecho por dar cima a esta importante
tarea, que puede decirse que para él
no ha habido en muchos ai'ios mas
pasatiempo, ni mas placer qu~ la rea..:
lizacion de su gran pens3lmento; 1
que a este subordinaba todos los de~
,
•
:JE:....
IW:.:.~I!!iI::JE:".
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57
~~2RiR~RR~~Ri~RRR~~RiRRRRR~
mas, mirando como secundaria toda sobre el importante servicio
otra ocupacion, si se escepúa el es· Sr. Pineda. ha hecho a su pais, que el
ni
tricto cumplimiento de sus deberes. el mérito de un trabajo que sobre
tan inHoi tiene el placer de ver coronados jentes gastos j tanta dilijencia
estos esfuerzos i de presentarse a sus costado. Si el Coronel Pined le ha
a hubieconciudadanos diciendo: Ved aquí el ra planteado un establecimie
nto de
fruto de mi trabajo j de mis vijilias; educa cion: si hubiese fundad
o
he sido útil a mi pais, i esta es la pri- sociedad filantrópica o de fomen una
mera i la mas dulce recompensa para hubiese escrito una memoria to: si
sobre
mí.
caminos, sobre agricu ltura &c. creeLos que no han visto la preciosa mos, i lo decim9s como lo sen
coleccion del Sr. Pined a no pueden que no habría hecho un servic timos,
io maformarse una idea esacta del inmenso yor al pais, que el que le hace
al pTecúmulo de documentos que la com- sentar le una biblioteca semej
ponen, ni de la solicitud i prolijo es- bien que no quiera desprenderseante,
de
mero con que ellos han sido reunidos, su propiedad sino mediante
una jusclasificados i di stribu idos. Es preciso ta l'etribucion de su trabajo.
El Cotener en las manos los numerosos vo- ronel Pined a tuvo el tino i
el raro
Júmenes de que se compotí.e, hojearlos, talento de emprender una obra
rejistrarlos con atencion para admi - en su jénero i de resultados de única
mucha
rar las raras curiosidades que se ven trascendenc ia para la Nacio n
entera .
en aquel museo tipográfico. Mensajes,
El Poder Ejecu tivo conociendo
memo rias, procla mas, alocuciones, un Gobierno ilustrado i que mira que
por
inform es, esposiciones, periódicos, fo- los intereses de los pueblos
i por su
lIetos, hojas suelta s; en fin, toda clase propia glori a debe adquirir,
si
de impresos, oficiales i particulares, posible, un archiv o tan compl le es
eto,
nacionales i estranjeros, i aun muchos nombrado una comision compu ha
manuscritos inéditos forman un con- de dos sujetos idoneos para que esta
exajunto de 170 volúmenes. Fuera de minen dicha coleccion i den
el inforesto el Coronel Pined a tiene una mul- me del caso, i si, en vista de él,
lo
titud de otros documentos que aun yere oportuno, compr arla para creno están arreglados ni encuadernados, venga a formar parte de la Biblio que
teca
de maner a que bien puede calcularse nacional.
que cuando la coleccion esté comDesde luego confesamos el deber
pleta consta rá quizá de 200 volúme- en que está el Gobierno de
adquir
nes, i dos de ellos por lo menos forma- la coleccion dicha ; pero ántes ir
de
rán el índice.
apoya r su laudable pensamiento queSobre la utilidad i gran precio de
este importante archivo nadie podrá remos tocar esta cuestion ¿ deberá
disput ar: esta será algun dia la r ica compr ar esta coleccion el Gobierno,
mina que ha de esplotarse para es- o alguno de los particulares que puecribir una cabal historia política de dan hacer de ella el uso a que está
nuestro pais; ella ha de suministrar llamad a? Cualq uiera opinar á lo pridatos de gran valor.i noticias las mas mero: nosotros opinamos lo segundo.
Tres son principalmente los sujetos
intere santes. La historia de la Nueva
que
pueden hacers e de esta coleccion
Grana da, ya como seccion integr ante
para
escribir o contin uar la histori a
de Colombia, ya como nacion indede
la
Nueva Grana da: el Sr. Dr.
pendiente, será sin duda la mas esacta
José
Manue
l Restrepo, el Coronel J oai la mas rica de todas las de los pue9uin
Acost
a
i el Dr. Antonio Plaza;
blos Sur americanos, pues casi puede
J estos tres señores, no lo dudamos,
asegurarse sin exajeracion, que ninguna de las Repúblicas de este con- se hallan en aptitud de hacer la erotinente (salvo yerro) posee un tesoro gacion que sea necesaria. Paréce nos, pues, justo, atendidos los graves
de esta naturaleza.
embarazos i urjencias del erario, que
Nadie , pues, disputará tampoco uno de estos
tres sujetos que separa .
damente han emprendido la tarea de
rejistrar archivos i sacudir pergaminos para escribir la historia granadina, se resuelva a hacer este gasto que
ha de redundar en provecho propio i
de la Nacion; i luego que haya llenado su mision i esplotado la mina
hasta donde lo necesite, pase este depósito sagrado al Gobierno, ya sea en
venta o ya cedido jenerosamente, si
así se lo dictare su patriotismo; o bien
puede conservar su tesoro si no quisiere deshacerse de él, que nadie le
pondría una daga en los pechos. Para
ent6nces el Gobierno, ya ménos urjido
por la penuria en que dejó el erario
la funesta administracion anterior, i
quizá poseedor de algunos sobrantes,
podría con mas desahogo hacerse de
la coleccion, dando a ganar a su dueño una suma no despreciable.
No han faltado estranjeros ilustrados que, prendados del merito de esta
coleccion, hagan algunas indicaciones acerca de su deseo de adquirirla;
pero su dueilo conoce mui bien que
esta enajenacion sería culpable i poco
digna del deseo patriótico que ha presidido a su fOl'macion ; que esta 00Ieee ion en manos de un estranjero se
desvirtuaría enteramente i perdería
su mérito, su esencia misma, queconstituye el elemento, la base colosal de
nuestra historia, el trozo de mármol
de donde ha de salir la estátua de la
Nueva Granada. Sucedería entónces
lo que sucedió, segun se nos ha informado, con varias memorias inéditas
del ilus(re CALDAS (1) que despues de
su muerte fueron vendidas a un estranjero, perdiéndose así para la Nacion este bien inestimable, "que quizá
le hubiera. dado fama i gloria algun
dia, como se las darán los demas escritos de este sabio granadino.
Sea como quiera, lo que nos importa hoi i lo que nos hemos propuesto
en este lij ero artículo es felizitar como amigos al Seilor Coronel Pineda
porque lo vemos tocando ya al fin de
sus tareas; i como escritores públicos
cumplir con el grato deber de darle
las gracias por sus patrióticos esfuer(1) Entro olllUl un escolellte Irntado sobre 1M
quinu de la Nueva Grallndn.
ZQs. Somos granadinos i ardemos en
deseos de ver al fin nuestros gloriosos
fastos consignados en un libro que se
halle al alcanze de todos nuestros
compatriotas: en un libro donde
nuestros hijos puedan estudiar i aprender las virtudes de sus abuelos, sus
grandes hechos, sus hidalgos sentimientos, la nobleza de su corazon, su
heróica resignacion i sus enormes sacrificios. Quizá no está léjos el dia
en que ese libro vea la luz pública
acompailado de una hermosa carta
jeográfica que nos haga conocer i
apreciar en el estranjero, donde jeneralmente se nos tiene en tan poco;
en esa vieja Europa, donde la decantada ilustracion de sus habitantes no
ha sido bastante para darles una nocion algo esacta de nuestra posicion
jeográfica, riquezas, carácter, razas i
costumbres; i finalmente donde hai
notabilidades que, apesar de toda su
ciencia, ignoran que existimos en el
mundo; cuando acá sobre los Andes
no hai persona de mediana instruccion que no conozca hasta en sus pormenores los archipiélagos de la Australasia, el Indostan, la Siberia O la
Tartaria.
•
ESPERANZAS,
Si las rancias i oscuras ideas, herencia lastimosa de tiempos desafortunados, que hoi se encierran en no
pocas de las clases de nuestra sociedad
estorbandoel paso libre ala verdadera
civilizacion, hubieran de poseer siempre el mismo vigor que han ostentado
en las épocas de nuestro duelo i que
parece que todavía conservan, mui
tristes i ajadas deberían ser las esperanzas de los granadinos de corazon,
mui tempestuoso i aterrador el porvenir de nuestra Patria. Pero si, como
es natural que. se juzgue, tantas creenc ias absurdas, tantos añejos despropósitos han de desaparecer en breve con
todas las preocupaciones i falsos juicios que no tienen mas abrigo que las
rotas calaveras de uno que otrO fanático uno que otro retrógado neto i
alg~nos centenares de hombres sin
conciencia ¡sin corazon que, por el
" i"
"f¡!!. U: RiU U R!ltllll. tl iRURU.Q.Ltli.!Ul.Ullsut!l R (1 9.RUiUtl.ll5Ut ~U:R 11119. 5Ut!Ul.1I1.!lU: iR R
ansia de medrar, sacrifican cuanto de todavía no tenemos, porque el colonia·
mas caro existe sobre la tierra, brillan. je peninsular solo nos dejó una herente i rica de interes aparece la perspcc- cia de errores para. que nos destruyetiva de nuestro pais alojo que la ob- Tan, sepulcros i seilales de ca~alsos ~n
serva con el cuidado i la atencion que que espiraron nuestros mártires, tlCse merece.
rras hechas fértiles con la sangre de
A la sombra de nuestras institu- mil valientes, estension inculta, mares
ciones democráticas crecen i se desiertos, i fanatismo, ¡pereza i un
desarrollan principios vitales que son torrente de vicios ¡perniciosas costumel apoyo, no solo de pueblos na- bres que aumentaba el océano de
cien tes que empiezan a andar el largo nuestro infortunio i de nuestras nececamino de su prosperidad, sino tam- sidades_ Nuestra historia se halla esbien de aquellos que se encuentran ya crita con sangre por la mano de los
a una altura considerable de civiliza- españoles, bárbaros en el siglo XV
cion i de poder. La Nueva Granada cuando vinieron, empujados por el
mantiene en su seno un jérmen de hambre, donde los indíjenas a vendergrandeza, una fuente de dulces i hala- les la cruz trayendo el cielo en los lagüeñas esperanzas. La juventud que bias i el infierno en el COl·azon; bárbase levanta es la falanje omnipotente ros en las tres centurias de su domique va a reconquistar los santos de- nacion durante las cuales nos negaron
rechos de una nacion que, como la los derechos de semejantes suyos i
nuestra, habrá de ocupar un puesto quisieron arrebatarnos hasta el prividistinguido en el mundo; porque lejio del pens:amiento concedido por
Dios la señaló como la tierra de pro- Dios a nosotros en tanta abundancia i
mision, i por esto derramó en elJa las con mejores resultados que a ellos; i
facciones de un jigante i dejó estam- bárbaros mas que nunca en el siglo
padas en sus montes i en sus valles, XIX cuando creyeron que las bayoneen sus selvas i campiñas, en sus rios itas podían remachar cadenas que el
en sus mares las insignias de \.tna reí- Cruzificado bajó a romper. De esta
na vírjen sobre la cual tendió ese velo manera en nuestra historia solo se enazul salpicado de estrellas, terso i diá- cuentran estas palabras, crímen, escla_
fano como el cristal. Los sentimientos vitud, sang1·e en millones de pájinas,
jenuinos de la juventud ilustrada i Libertad en una sola, pero en una páamante de la gloria son grandes, por- jina eterna.
Nada, pues, tenemos, sino en donque en las almas nobles, en los pechos
jenerosos no caben jamas las ideas de tenerlo todo. Unase la juven.
rastreras de un espíritu degradado. ventud como muchas fuerzas que han
Adoradoresdela Libertad,comohom- de producir un mismo efecto. Pero
bres no corrompidos i como America- solo llenarán los jóvenes sus destinos
nos que no saben ser esclavos, ni po- abandonando las rastreras cuestiones
drán aprender a serlo nunca, los jóve- personales tan comunes en nuestro
nes de nuestra Patria buscan la Sabi- pais; desentendiéndose de las materias
duria i cultivan las virtudes, porque de baja política que nos embrollan
saben que esa~ dos lámparas nodansi- hoi; dedicándose al estudio de lo que
no unasolaluzque, como la eterna que positivamente interesa j acallando las
arde en el santuario de Dios, es la uni- viles pasiones que embotan el alma i
ca que puede guiar sus pasos entre los emponzot1an el corazon; dejando de
escombros delo que pasó i las espesas ver un enemigo en cada hermano i
sombras de lo porvenir.
un rival odioso en cada émulo; destruPero si poderosa se presenta esta yendo la fatal idea de los partidos,
partedeljénero humano, terrible i difí- porque enla Nueva Granada realmencil tal vez se ostenta la escelsa mision te no hai mas partido que merezca
que le está reservada. Ella debe con- atencion que el de la Libertad, en cuquistar para su patria un nombre ¡lus- yas filas se encuentran todos los ilustre i que encierre en sí solo toda una trados i todos los patriotas j i formanhistoria de grandes hechos,nombreque do todos una ígual i compacta en cuya
60
~R. R. ~U i RRUR Ri RRR.lt9JU!~~RR g~u.. Rfl.R
fortaleza se estrellen las calamidades
i los contratiempos inevitables, i cuyo
vigor lleve el pais todo acia adelante,
aunque con lentitud, pero con regula.
ridad. Esto le toca hacer a la juventud, porque la jeneracion caduca está
pensando ya, no en vivir mejor, sino
en saber c6mo ha vivido, porq ue ve
que le llega la hora de rendir cuentas
al Todopoderoso . Dios nos ha colocado en un pal"aiso i parece que en su
Etcrnidad se ha parado a contemplarnos.. Nada le falta a nuestra Patria
para ser grande si los jóvenes comprenden esta verdad i trabajan para
conseguirla.. La vetusta Europa ha
empezado tal vez mui tarde la obra de
su rejeneracion : en su seno hai todavía
mucha escoria; no han muerto tortas
las semillas de maldicion i de esclavitud que los siglos han ido sepultando
en su pecho . A ella no le queda, por
decirlo as!, otro porvenir que el de la
expiacion; en su frente ajada, debajo
de la ceñidura de la corona que siente
ya que se le cae, se ven las manchas
indelebles del crímen. La América,
no! Apoyada por la cresta de sus Andes en el cielo, arrullada por sus océanos infinitos, entre el estl"uendode sus
torrentes i el susurro de sus palmares,
percibe las májicas en tonaciones del
jenio de sus destinos. Su corona es de
estrellas, su porvenir la Eternidad, i
Dios que la creó hermosa como el sueño de unánjel, la proteje con sus dones
i la anima con sus miradas .
•
EL MAYOR PESAR.
Oh ! quién \'eNOS escribiera!
i Qlliéu su alma toda ontera,
Ardielldo, arrojar pudiera
Sobre 01 angosto paj)61!
M88 aquel que en otros diM
R is88, 1101'08, nlegn88,
I O&Cnrll..!l melaneolfM,
Pintó con vivo pincel,
len linerul do luz i fuego
Vació, freuético i ciego,
De amor su desllS06iego,
UII amor dejUl'cntud!
Hoi, cauh'udo, euvcjozido,
Su COflllOIl dcsaurido
~~g~RgRRR~RR~RR~RiR~i~
Ni alcanza a dar un latido,
Que ya perdió@u virtud !
Sí! mi cornon 110 ama j
Por ningun objeto clama. ¡
Solo siellte que lo inflama
Su necesidad de amor!
1 una vida que fustidia
Llc\a flojo i con desidia,
Sin afecto i aiu envidia,
Sin placer i SiD dolor!
De amor tal vez el halago,
Cual obra falaz dc un mago,
1\Iiro eu horizolltf> vago
Como en mi primera edad!
l\las prollto el Clladro BO cubrc
De niebla qllo n mi lo encubre,
1 el ojo al fin no descubro
Ni ilusiou ni realidad!
En los di88 de mi infaucia,
Mecido en dulce ignorancia,
Armonía, luz, fragancia,
Para mí la vida {uf.'! .
¡ Fué elsuefio de la inocencia!
Deepues, en mi adolescencia,
De amor penetré In c86ncia ;
Nadie me amó, mM yo amé!
Amé con amor violento,
Con amor siempre en aumento;
De mi propio sentimiento,
De amor tan 8010 viv!:
1 en altó, Mjos del suelo,
Lanzado en iumen80 vnelo
Un nuevo nnivef80, UII cielo,
Se reveló dentro en mí!
1 en sus profund88 rejioncs
Corrí ébrio de pasionel
1 de estralias sensaciones
Hebetó mi coraton!
Ah ¡.tírdida irreparable!
Mi COfflzon miserable,
Que illfiuito, inagotable,
Yo areL ........ ; me hitO tmicioll!
1 hoi ............ lloro, s(, lloro en vano.
Ah ! no es mi cabello cano,
Ni mis arrugas de anciano
Lo qno lloro si ll cesar:
Es el fuego de la. vida!
Es la llama ya estinguida!
Es mi facultad perdida,
Mi gran {acuitad de alllar!
JOSE
E. CAlO .
=-c ......
~ 1!!!!!ii' ~ C» .
""!"'''"''
\(ll.llURS! ~ ~stR. tl9."••••••
1IO
••"."."."••••••
0 ••
o "."."."". .
LA BU ENA VIEJA.
(Tradaccioa Ilura! de Bernger).
Al fin viejn serás, amnda mia ¡
1 yo no aliviaré tu soledad,
Que el raudo tiempo a mí por cada dia
Me cuellta dos de mi pasada edad.
Sobrevíveme, pUI!S j maa invencible
Nuncs al olvido mis canciones des;
1, tomaado al hogar fuego apacible,
Mis canciones repite eu tu vejez.
Cualldo la vista por tu fnz rugosa
Busque In hermosa faz que me insllir6,
La juventud preguntará curiosa:
" LQuién, pues, fué aquel que amaste i que te
amó1"
De mi amor pinta eutóncea, si es posible,
El ardor, 188 sospechas, la embriaguez ¡
1, tomando al hogar fuego apacible,
!'Itia caneiones repite en tu vejez.
61
stR.!!!! !!lU.!UtJl.!! tlll!!!! 1I tll! I!
2ll!!~ I! 20/
Mi corazon ! eu él cual siempre reinas,
Eterao eo él aun vive el mismo amor,
Aquel amor que \0. U(lcer hiziste,
Que solo morirá muriendo yo!
No! ni aun entónees morirá, Delina!
Mi amor, mi bien, mi orgullo, mi blasan,
Mi alma inmortal lo llevará consigo
Al pié mismo del troliO del Señor!
Prooto quizá ... la muerte cerca tengo ..•
La odiosa muerte vaga en mi reedor .. .
Es alta noche.,.el enemigo eufrente .. .
Tal vez mañana callará mi voz!
Si esta es mi hora postrera, tuya sea!
Todo el amor de que capaz soi yo,
T odo en mi pecho concentrado i junto
Yo lo ofrezco, Delina, i te lo doi!
Lo aceptarás 1...Qué se oye LEI enemigo!
Al arma suena rOllCO el atambor ...
Trueoa el bronce ... Mis annas! mi caballo!
Ob ! dáme alguoas lágrimas! Adios!
Campo de la Cruz, 184I.
JOSE
Diraute acaso: "supo ser amable 1"
.. Yo lo amé!" sin rubor responderás:
.. L De algaua iu{amia se mostró culpable 1"
Cou orgullo fCl!p6lldeles: jamas!
Ah ! dí que fiel, de coeaton sensible
Con tenlUTa un laud pulsó tal vet;
1, tomando al hogar fuego apacible,
Mis callciones repite en tu \'ejet.
T-o, que la patria a amar tengo enseñada,
Dí a los hijos entóllCC8 del bonor
Que en mi tierra invadida;desgraciada
Yo canté la esperallla i el amor!
Recuérdales que el Abrego terrible
SIlCÓ de lauros nuestra inmensa mies;
1, tomando al hogar fuego apacible,
Mis canciones repite en tu vejel,
¡ O amada mia! Cuando el nombre ,'ano
Que deje yo consuele tu dolor,
I en mi retrato tn temM08a mano
Las primaveras l'(lDga alguna flor,
Loe ojos alla al cfrculo in"isible
Donde hnbremos de uuimos otra vez,
1, tomando al hogar fuego apacible,
Mili cauciones repite en lu vejez,
JOSE
E.
CARO.
EN VISPERA S DEL COMBA TE.
Tristes, mortales, cérrense mis dias;
Hoi como ayer, mai'íaua igual a hoi:
Campoe, montaliaa, cielos, todo cambia;
Pero no cambia, no, mi coralan!
E. CARO.
CRONICA .
SOCIEDAD LÍRICA-Esta Sociedad.
que existe ha mas de un año, está
organizada sobre bases altamente filantr6picas, pudiendo apellidarse tambien de ausilios mutuos, a semejanza
de las que en otros paises se forman
con diversos objetos. Con arreglo a
sus institutos la Sociedad tiene que
socorrer con sus propios fondos a
aquellos de sus miembros que se ven
en la indijencia, postrados por las enfermedades o inhabilitados para trabajar; costear las exéquias de los que
mueren sin dejar con qué hacer este
gasto, &c. Compuesta en su mayor
parte de los profesores de esta capital,
i teniendo por base o núcleo los que
asisten al coro de la Catedral, ella
ejerze un grande influjo en todos los
demas individuos que se dedican al
arte, i en el buen éxito de todas las
Imstas sagradas que se celebran en
esta capital. El primer aniversario de
la instalacion de la Sociedad lírica se
celebr6 el dia 12 de mayo en la iglesia deSanto Domingo con una solemne funcion relijiosa, precedida de un
novenario no ménos solemne, He
aquí los datos que hemos obtenido
acerca de las piezas que se ejecuta~
•
62
"fll.!UI: ll.ll. tU RUS!.U.l l.ll..U llSl SI (I!t !!.2.5UUU!.2JI.!Ul:ll.."'''f-ltO !l..U .Vii!! !t Q Q o o !t !1.11.IU9.ll!Ul:u. !!i..U.Q.UIU Slll.ff
ron en los nueve dias de la novena, i
el de la fiesta, para la cual se convid6
con tarjetas lujosamente impresas.
,
PRIMER OlA.
Sinfonía de Beethoven en do menor,
a toda orquesta.
Introducion del Stabat Mater de
Rossini.
SECUNDO OlA.
Sinfonía de Beethoven en mi bemol.
Aria núm. 1.0 del Stabat lJIlater.
TERCER DlA.
Obertura de la Muda de -Portid
de Auber.
Coro Virgo Virginum de Haydn.
CUARTO DlA.
Sinfonía de Beethoven en do menor .
Aria coreada del Stabat A-Iate1·.
QUINTO OlA.
Sinfonía de Ries.
Duo núm. 3.° del Slabat.
SESTO OlA.
Gran sinfonía. de Weber. '
SETUIO DIA.
Sinfonía de Beethoven.
Duo del Slabal.
OCTAVO OlA.
Obertura del Solitario de CarafTa.
Aria núm. 4. 0 del Stabat.
NONO OlA.
Sinfonía de Ries.
Final del Stabat.
DlA DE LA FIESTA .
Obertura a toda orquesta de la Italiana en Arjel-Rossini.
Id.
"
"de Lesloqc-Auber.
Gran Misa Imperial de Haydn, a
cuatro vozes.
Final de la 5.· sinfonía de Beethoven i otras piezas.
POR LA NOCHE.
Salve solemne.
Final del Slabal Maler.
Overtura de la Norma-Bellini.
Asistieron al coro muchos individuos de la orquesta de la Sociedad
Filarmónica, inclusos su Presidente j
Director, lo que di6 un personal de46
operarios en esta forma:
Instrumental-4 violines primeros.
6 segundos--4 violas-3 violoncellos.
2 contrabajos-4 clarinetes-2 oboes.
2 ftautas-l píccolo-4 trompas-l
trombon-l oficleide-l clarín-l corneta piston-l par timbales-l trián.
gulo.
Vozes-2 sopranos-2 altos- 2 tenores-2 bajos.
ACADEMIA DE LA UN JON-Tenemos
muí buenos informes de este nuevo
establecimiento de educacion, sito en
la calle de San José. Su Director el
señor l)lanes Battlle es, segun tenemos entendido, un sujeto recomendable por su instruccion, consagracion
i buenos modales. Los ramos de enseñanza son: lectura, escritura, aritmética, jeografia e idiomas.
Con placer vemos que los establecimientosde educacion se multiplican
en la capital; i ya era tiempo de que
así sucediese, pues la poblacion crece
a buen paso, i los niños sobretodo aumentan estraordinariamente. Seis colejios de niños (el Colejio del Espíritu
Santo, el Colejio de la Concordia, el
Colejio de Santo Tontas, el del seI10r
Gutiérrez de Célis, el Colejio militar i
el Seminario) i tres de niñas (el Cole·
jio de la Merced, el de Santa Jertrúdis i el de la señora Sisla Pon ton) no
son bastantes para satisfacer las necesidades de la educacion de la juventud en la capital i provincias adyacentes. Por lo mismo no es de temerse que los establecimientos de menor
escala perjudiquen a aquellos; ántes
por el contrario estos ultimos están
destinados a recibir a cierta clase de
niños cuyos pocos recursos no les permiten entrar a las grandes pensiones.
Deseamos que el señor Planes sea
protejido, j que, con la concurrencia
de un crecido número de alumnos,
pueda plantear su Academia bajo mas
sólidas bases, a fin de que sus conocimientos sean de utilidad a nuestro
pals.
PIJBLICAclOm:s NUEvAs-Hasalido
la 2.- entrega del Parnaso Granadino en seis pliegos de esmerada i escelente edicion, Contiene poesías escojidas de los señores Francisco Javier
Caro, José, E. Caro, Sra.. SilveriaEspinosa, J. M.Garcí. de Tejada i Gre-
~__ l.'nI:~~-=== " .
~Ull~..u!!OQQ UU..lllU.!!
gorio Gutiérrez González, sobre las
. ..lo
cuales haremos despues, no unJ~lc
crílico porque esto no sería posIble,
pero sr'las observaciones que u~~stros
escasos conocimientos nos S?Jlcran.
En la parte correspondiente ms~rta .
mos tres muestras de las que contie ne
esta segunda ~ntrega, las. cuales peno
sábamos pubhcar hacíadlas, pues,poseemos los orijinales aut6grafos 1 e~
permiso corpespondiente del autor; I
aunque los Editor es del Pa1'naso, se
nos han anticipado, no hemos quend o
renun ciar a nuestro derecho, L~ ~omposicion titulada La, buenq VIeja es
unafelizísima traduc clonde Beranger,
i es tan fiel i esacta que cualquiera
que se tome el trabajo de compa rarla
con el orijinal franc~s la, hallará traducida literalment~ 1, casI palabr a por
palabra a nuestro IdIOma, Con l~ entrega siguiente se completa el pnme r
tomo de la obra, la cual consta rá de
dos, No creemos necesario e~citarel
patriotismo de nuesl:T0s conclUd&danos para que con~l'Ib~y~n con ~us
suscriciones a cubrir siqUiera, los ,IDjentes gastos de esta bella pu?llcaclOn
que hace honor a nuestr a hteratul'a,
- El señor Joseph \Vatso n Ve~.Va:
len, dentista de los Estados-Umdos ,1
residente en Bogotá, acaba de pubhcar un esceJente libro cuyo título es:
o,bser:;;aciones s~br~ la estructura,jistolopa, analomla t enfermedades de
los ~ientes: ,Su mérito ~s incontestable I su utlhdad tan eVidente, que no
dudamos recomendarlo con encare :
cimiento a toda clase de person~~, ~
sobretodo a las madres de famd,la I
Directores de casas de educaClon.
Aunque escrito en parte científicamente, su estilo es tan sencillo, tan
claro i ~an ~:~cjso, i su l~nguaje tan
llano e mtehJlble, q,ue esta a,l alcanze
de todo el mundo; I este ha sido el objetode su apreciable autor par?- hacer
fructuoso su trabajo, Los certificados
j otros doc~mentos de que va acom·
pañado el hbro del doctor Ver-V,alen
son altamente honrosos para él, I dejan ver que su libr,o~o es el re~u,ltado
d,e la charl~tan~f1a I del em~lfIs:n0,
smo de la cI,enCla, de la prácti ca 1 de
la observaclon, Recomendamos de
itlUiU
63
~Ujl~UJ.iU!tR.Qll.9..Q.SI'"
..
nuevo, principalme1nte a losdJ6vten.edsd~1
á mb~s s
exos
e em . a
: . la ectura b1'
conCle nClOsa de esta litl pu ¡CaClO D.
TEAT Ro-La tempo rada que con·
conclu yó en la seman a antepa sada ha
sido abund ante en huena s piezas: casi todas las que se han 'puesto en esCCDa son ~sc?jidas i mUl del g?st? de
nuestr o pubilco. Entre, las prll1C1pales se cuenta n Frai LU1S de Le?n, escelent e drama, bien ejecuta~o I poco
concurrido, rrofun dasem oclOn esdescubrimos en muchos espectadore~, satisfaccion jeneral, aplausos repetidos;
pero tambien risas estempor,áne~s.
conversaciones importunas, rUidos mdiscretos de palcos que se abrían a
deshoras, de pisadas &c, ,
Sigui6 el1 3 el famoso 1 nu~ca ~)Ien
ponderado Tasso, t~n aplaudido 1 admirado en esta capital cuanta s ,:ezes
se ha representado, Much as lágrlma~
corrie ron esa noche en los palcos 1
muchos bravos se oyeron en el patio,
Las damas son tan amantes ,de I~ poesía i de los poetas, •• ! La hl~tonadel
desgraciado Tasso es tan tl'l~te, tan
intere sante • . .. ! C6mo no tflbuta~' a
sus infortunados amores un suspiro
siquiera . . . . ! Hubo en su representucion escena s felizísimas, pero se oh.
serv6 con razon que el papel de n~l .
monte no estuvo mui bien ejecut ado,
r que el actor no lo sabí,a '!lui ?ien, La
señori ta l\fati lde se dlstmgUl6 en el
papel de Florela, que ejecut 6 con toda
propiedad,
El 17 se repiti6 el Trovador, que
es otra de las predilectas de Bogot á,
La concurrencia, si no tan numer osa
como la del "Tasso, fué sinembargo
bastan te buena. De la orque sta qué
direm os?. ,a ratos escelente, a ratos
pasable, a ratos, . .•. ,pero mas bien
queremos aplaudir que censu rar, L a
señori ta Obdulia se presen ta ya con
mas confianza, sin duda porque ha
notado que van entran do en razon
ciertos cachacos demasiado exijentes,
por no decir otra cosa, que dándol,a
de optimistas i de un gusto mui deh.
cado hallan malo todo lo que es nuestro . . . Esta es la causa porque en nada podemos progre sar: sin estímulos,
sin tolerancia, sin indulje ncia mútua
i
'\
M
~~ ~_-.:J"II§J:';::c».
~u. Q\l 5I:!! 22!ti!! st2211. u..R.1l Q RP.ll..IlIlIl.R.ll!l:.U..U.2!1:!I: 1I..lUl91l!U!.SU!!!.2ll!l:!!. RIUtU IlU.Sl.UtlU.lU!!!. R Ia!!.!!.!!.~
por lo que sea nacional, sin correjirSOCIEDAD FILARMÓNICA El miérconos los def~ctos con blandura i huenas les último tuvo Jugar el 25 concierto.
palabras, Jamas podremos adelantar Alguna variacion notamos entre las
un p~so: la ~xasperacion i el fastidio piezas anunciadas en el programa i
desahe~tan 1 hacen retroceder en las que se ejecutaron; posteriormente
cual9U\er carrera.
hemos sabido que esto dependió de
El 20 se representó por primera accidentes imprevistos, como la enfer·
ve~ un bello drama de RUBí, titulado medad de dos de los individuos que
Rwera, o la F?1"luna en la prision. debían desempeñar una parte princiLos que para Juzgar del mérito de I pal. La falta, sinembargo, se suplió
una obra se guían por el nombre que Ide manera que no se hizo notar. Por
esta I~eva, concediéndole o negándole primera vez tuvimos el gusto de oir a
sus simpatías. segun que tl}l nombre las señoritas Peiias en un duo de la
les agrada o disgusta, suelen engañar- Elisabetta. Aunque su voz no es mui
se con frec uencia i llevar chascos, fuerte, tiene la apreciable cual idad de
que casi nunca los hacen escarmell- ser mui afinada, dulze i desembarazatal'. Tal sucedió sin duda con el Ri- da, por lo cual fué este duo mui aplauvera, cuyo título prosaico i humilde dido. Esperamos oir a las señoritas
previene mui poco en su favor; ijuz- Peñas cantar otra vez en la Sociedad,
gamos fué la causa de la poca concu- i desde ahora les asegt!ramos que serrencia de aquella. noche. Esta com- rán oidas con gusto. La concurrenposicion sinembargo, si no es de las cia fué numerosa i luzida. Sabemos
mejores de su autor, tiene mucho in- que la Sociedad prepara para el20 de
teres por su bella versificacion, por julio un magnífico concierto, para ellalgunas escenas magníficas i por los yo buen éxito se esmerará con todas
caracteres principales. Su argumen- sus fuerzas a fin de que sea uno de
to es sencillo, casi trivial; pero esto los mejores que se hayan presentado
mismo realza el mérito de la obra. La hasta ahora. Si esto fuere así, como
ejecucion rué escelente. La. orquesta no lo dudamos, será gran lástima
estuvo animada: Beethoven i Lanner que el concierto se dé en el salon que
hizieron el gasto.
actualmente tiene la Sociedad,endOIlPara el domingo próximo está de nada puede luz ir por mas csfueranunciado el drama titulado Diana zos que se hagan.
de ClI.ivrí, traducido del ti·ances. HeEstá recaudándose ya el primer
mos leido este drama i nos parece contado de las acciones tomadas para
exelente en su jénero, ya por su mo- la construccion del nuevo Salon; i por
ralidad , ya por sus interesantes esce- lo que pueda suceder recordamos, que
nas. Juzgándole digno de aplauso, no dicho primer contado es dedos quindudamos que sea favorecido con una tas partes del valor de cada accion,
buena concurrencia.
es decir, de cuatro pesos per accion :
No concluiremos esta lijera resel1a que el deposi tario de estos fondos es
sin preguntar cuándo será "que el el seilor Raimundo Santamaría: que
dueño del Teatro, movi éndose a com- el recaudador es el seiior Juan Oscar
pasion i oyendo los clamores del pú- Levy ; i que este seilor est~ el~carga ­
blico, quiera ceder siquiera el procluc- do de entregar a cada aCCionista los
to del arrendamiento de una sola no- bonos que le correspondan, firmados
che (que son 25 S) para ayuda de una por laCo~lision respectiva. Finalmenmiserable decoracion! E l Teatro ha te advertiremos, que ya se han comenestado ocupado constantemente todo zado los trabaj?s del nuevo salon en
el afio anterior i el presente: poco se- el terreno destmado al efecto.
ría el perjuicio que resultaría al duefio de esta. lijera concesion.
-----Bogot
--TOMO --l.
á, --1.' de --julio ----------~~
de 1849.
EL 11'lllSE<O .
•
NUM. 5.
cion en ámbos mundo s han debido ser,
de todo punto diverEn obsequio de aquellos de nuestros SOS, i la memoria de unos ¡otros
puelectore5 que hallan el placer en la va· bl05 se ha poblado de recuer
dos que
riedad, suspendemos por hoj nuestros por la mayor parte no teníar'l.
entre sí
articulos sobre mal uso de algunas relacio nalgun a. Laim ajinac
ion,pu es.
palabras para contin uarlos en otro al sacar de la memo ria semej
antes reN.O, i en su lugar les damos ulla mues- cuerdo s para crear 5t:5 conce
pcione s,
t1'a de ta exelcnte obra del Sr. Jil i ha debido produ cir obras de
natura leZárate, illanu al de Literatura, tan 1.3 totalm ente distinta; j [a parte
varia celebr ada como escasa, a lo ménos en ble del gusto depen diente de
estos reesta capital. No hai duda que nuestros cuerdo s;de estos elementos contra
rios
lectores qanará u con u~ura en el cam- de belleza. ha tenido que dar
al gusto
bio i que los l!ficionados nos darán las de los pueblos: bajo ámbas civi[iz
aciogracia s por el obsequio que les hace- nes, un caráct er especial, con
notables
mos.
diferencias.
La cuestion de romanticismo i cla- I El olvido casi absoluto en que
ducisismo está siempre al 6rden del dia, rante muchos siglos estlwi eron
la mapuese sdeaq uelJas alascu alesno pasa yo1' parte de las obras de la
antigiiela moda, i cuya discucion dura siglos dad, arraig ó fuerte mente
el nuevo
entero s; por lo mislno ella tendrá siem- gust" en Europ a, i cre6 una
litera tupre interes i novedad, segun el modo ra. Cuand o aquellas obras se
dese.ntede tratarl a.
rraron , i esparciendose por todas parD~,.,'rellcias esenciales entre la lile- tes fueron estudi
adas i comprendidas,
raluro antigu a i la moderna.
las bellezas que encerr aban, unidas al
Clacis ismo- Roma nlicism o.
peso de la autori dad que llevaba cons iCuando atendemos ala enorm e di- go todo cuanto procedía deuna
era de
f~reucia. que. exis~e. ~ntr~ la ci \'iliza- I ~splendor i glori.a, hu?icron de
dar orí·
clon antlgua.1 IaclvlhzaclOll mo?erna. ; . Jell a U!la reaCClOn; 1 el entend
imiena la re\'oluClon tan porten tosa 1 com- to \'acJiante entre los hechos
antirfuos
plela que ha tenido lu,gar desde unos i los modernos, dudó en conced
~r
tiempos a otros en relijion, gobierno,. victor ia a uno de lo::; dos gustos la.
, emuso~ e ideas, podemos asegur ar que los prendi endo una
obra larga de compa antiguos i modernos han vivido en raciones j combinaciones nuevas
~ para
dos mundos entera mente distintos. fijar definiti,"amellte el tipo
de la beLos hechos recojidos por la observa- lIeza". Hubo pueblos e intlivi
duos que
pol' consig uiente .
66
:.::l:JI:.J
~ -.:..:r ~..-e::~ .
~2~~~~222222~~~~~~~922~2222~~~~iS2~~9~2ii2i29~~~~9QQ~2ii~~9Jj"
se decidieron por las formas de la lite·
raturaantigua,aunque cediendo siem·
pre en algo al inHujo de las modernas
Ideas: hubo otros que persistieron en
el camino nuevamente abierto, i se
lanzaron de un modo resuelto en él
para crear con fecundidad portentosa
obras que en nada se parecían a las
que los primeros admi raban : hubo en
fin lucha s entre ámbos sistemas en las
cuales alternati\'amente ll evaron uno
i otro lo mejor de la batalla; mas por
último, reconocidos todos los campos,
anal.izadas la s causas i los efectos, el
entendimiento ha venido a decidir que
ámbos sistemas pueden ser lejítimos;
que, producto de diferentes civiliza·
ciones, los elementos de belleza que
cada una de estas ha suministrado,
a unque de diversa naturaleza, son
igualmente aceptables, porque los úl.
timos, pOI' nuevos, no eran malos; resultando de aquí dos jéneros de belle·
za a la par admirables i· que no se
escluyen el uno· al otro: así como el
que sea una rosa bella no sc opone a
que un clavel tamblel1 lo parezca.
Para ac larar nuestro pensamiento,
necesitamos entrar en algunos porme·
nores sobre la civilizacion antigua i
moderna. i dar una idea de las causas
que establecen entre ellas tan profunda diferencia. Al habl<lr de los anti.
guos nos referimos solo a griegos, por·
que su literatura es la que mas cono·
cemos, fuera de la latina, la cual no es
mas que un reflejo de aquella, i por
decirlo así, una misma literatura tra·
ducida a distinta lengua.
L os griegos vivían en medio de una
sociedad prim itiva, i eran por c~n si.
guien te mui poco varios los elementos
de su c ivilizacion: asi es que la senci1Iez fué el caractcr predominante en
todas sus obras. Cercanos todavía a
la naturaleza,se hallaban identificados
con ella i la reproducían con una ver·
dad ad mirable. P resen tándose a sus
ojos en toda su hermosura si n que los
caprichos del hombre la hubiesen desfigurado, tenían la mas perfecta idea
de la belleza esterior i de las formas;
pero esta idea jamas se separ6 de la de
sencillez; ántcs bie n, se consideraban
las dos tan in Lima men te unidas, qu.e lo
"
senc illo era requisito ind ispensable de
lo bello. Por lo mi:;;mo que eran los
primeros observado res de la natura leza , se pararon solo en las formas esteriOl·es, reproduciendo los fen6menos
visibles si n indagar sus causas. En su
pintura se proponían únicamente imi.
tal' sus alas; i cuando retrataban al
hombre. tampoco cuidaban mas que
del hombre esterior, sin profundizar
en sus afectos interiores. Cierto es
tambien que estos se limitaban a los
ímpetus naturales del corazon humano, no moderados todavía por una ci.
vilizac ion avanzada, i sin mas freno
que la fuen;a. En presencia del indio
\'iduo. solo el temor los contenía; en
pre:;;encia de la soc iedad, solo una lei
opresora los hacía enmudecer ; en pre·
sencia de la divinidad, solo un destino
inflexible determinaba su curso. Fatatifimo en la relijion, abnegacion de
:sí 'propio en política, materialismo en
las ideas, amor de lo bello, i sencillez
en todo; tales fueron los caracteres
del pueblo griego i tales los que se
reprodujeron en su literatura, parti.
cularmente en la d ramática sue es
siempre cl reflejo mas fiel de la civili·
zacion de un pueblo. Su fata lismo hacía que los dioses intervinieran en la
trama i dcsenlaze de los dramas, hasta
en las pas iones que animaban a los
pesonajes i en el lenguaje con que se
producían. Como escfuvos de la socie·
d~ld , casi todas I:.l s Irajedias i comedias
ten ía n un fin político. Por el materia.
lismo que los dominaba, jamas había
lucha de afectos, sino laespresion sin
rebozo de pasiones vehementes. Su
sencillez les hacía huir de toda como
plicacion en los argumentos, i su pasíon por lo bello no permitía sino fo ro
mas regulares, aunque se pecase por
frialdad i monotonía. Todo su sistema literario está, por decirlo así, personificado en la estatua griega. Des·
nuda de adornos supérfl uos i ais lada,
buscaba solo la sencillez i la regulari.
dml en las formas; i así como en un
principio no se esculpían grupos, los
cuales solo fueron ya conocidos tarde,
así puede decirse -que en literatura i
en todas las artes no se conocían tamo
poco, presen tandosc los objetos, como
•
:E::~
~..:J_~~_
67
~u.R.2lI. !liuu. 'U)I SI Q 1111 11 R1111 SI U 11 11 11 Q Q 11 St!lR!lJUtR.!tSl!l !l5tU lUI í1Jl9.U U 9.99)1 SI R)1 USI í1j¡ U SlUJIJ2 RSI RII!&'
en los bajos relieves, sin combinacj~n,
sin complicacion de ninguna especie.
De estas condiciones indispensables
de aquella civilizacion especial se lIegaron a deducir todas las reglas de su
d ~ Jos fen6men?s, las estudia i las esplica; 1 despr~cl(ldor de la belleza corporal, solo estima !a del ah~1a: Con ella.
dejó de se.re,l fatalismo la Ulll ca no:ma
de las aCCJon~~ humanas ; el hbre
sistema literario ; reglas que fueron albedrío permltl6 que ,estas ,fuesen
formuladas en los c6digos que al efee- buenas? malas, ,segun .1~lntencJOnque
to nos ha dejado la antigiieda~; pero las ocasionaba, l. 3chllludo el fre,no de
que por lo mismo no han podido ser la vol untad {'ropla,. hu?o lu?ha I con·
todos aplicables aolTOS sistemas naci- traste de alectos, I diversidad en la
dos en medio de civilizac iones mui conducta de los hombres. Con ella
distintas.
e n fin se ennoblez ieron ciertas pasioCon efecto, si de los pueblos anti - nes; i adquirien~o una imp~rtan~ia
guos pasamos a los modernos, ad"Ver- que ántes no tenw.~, .cre.an:msHuaclotimos desde luego entre ellos una ~ife- nes, enjendr~ron .VICIOS 1 vlrt.udes que
rencia esencialísima, cual es la dlver- no se conoeJan 1 que contribuyeron
sidad de elementos que han entrado a a la complicaciol1 asombrosa delnue • come.0ner la sociedad de unos i otros. va estado del hombre.
Entre estas p~siones nuevas, aunPocos i uniformes en los primeros, son
muchos i contradictorioscnlos segun- que parezca. paradoja el decirlo, fué
dos. Por esta razon la sociedad anti- la principal el amor. El amor que
gua lIeg6 en breve asu mayor perfec - tanto papel hace' en la literatura mocion i la moderna ha tardado muchos derna se muestra apénas en la griega,
siglos en organizarse, no pudiendo ni aun en el teatro donde mas papel
decirse aun que haya llegado alresul - ha hecho s~mpre . Solo una traje~ia
tado final queprornete la combinacion griega, Fedra, se funda en él; j ~un al lí
de aquellos elementos. De quí mayor no se presenta como una paslon na.
complicacion en las relaciones socia- tural, propia del hombre, sino como un
les, mas variedad en los afectos i castifJ"o impuesto por el cielo. Mas
caracteres, n~as oscuridad en los ¿ c6n~0 era posible que el amor se prehechos, mas dificultad en conocerlos sentase en la ltteratura cuando no
i esplicarlos. De aquí desterrada la ! existía en la sociedad? Para que haya
sencillez primitiva. para dar lugar a la amor en la ~ociedad es preciso que
co~fusion intrinc.ada. 1?e aquí la n~- haya objeto en quien recaiga ; i ent6ucesldad de mas tiempo I mas e.spaclO ces, por decirlo así, la mujer no exispara desarrollarse los hechos 1 darse tíae Los griegos pusieron, a la. verdad,
a conocer los hOl1lbr~s. Po~as pala- entre sus dioses a Cupido; pero Cubras ba~taban para pl~tar al lmpetuo- pido no es el amor verdadero: es solo
so AqUlle!;, a~ sober?lo Agamenon: el deseo, el apetito, única cosa q'le los
acaso es preCiso un ilbro entero para antiguos conocían. La mujer no ha
revelar los arcanos del. corazon de un exi::.tido para el amor·, sino desde el
momento en que ha sido emancipada.
Cromwell o de un rehpe 11.
El primer elemento que entr6 a Para hacer otra cosa mas que desearcombatir i modificar la sociedad anti- la, para amarla realmente, era preci.
gua fué la. sustitucion del cristianismo so ennoblecerla, hacerla igual al
a la relijion anteriormente establecÍ - hombre: i la mujer entre los antiguos
da; novedad que solo ella debía ser fué siempre un ser mui pr6ximo al escausa de una revolucion asombrosa clavo. No les inspiraba mas afecto
en todas las cosas, Í principalmente que el que produce la contemplacion
en la literatura. Con la relijion cris- de la belleza: la. amaban como la mas
tiana quedó destruido el materialismo '1 bella entre las cosas bellas; pero la
que predominaba en todas las obras amaban como amaban una bella esantiguas, reemplazándole aquel espi- tatua, como amaban un hermoso temritualismoque,sincuidarse delasfor- ¡ PlO, como amaban un pensil ameno,
mas esteriores, penetra en las causas cu.al un objeto destinado solo a procu-
I
I
•
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1.9_-.:71!11!W1:lE:: «:» •
\f22292~22222~292~22~2Q92~9229~22 R2222~~2~~~99~92R~R9RgR9RgRRR~RRl~
T3r deleites. La emancipacion de la mas dentro de sí mismo, le hadan
mujer es debida al cristi;lni~rno: de mas grave. mas melahc61ico, mas i11eMJaY3 pa!';6 a ser igual <.11 hombre; des- clinado n sondear su propio corazon,
pues por una especie de reaccion su- como quien tiene que dar cuenta alblitnc llegó hasta ser objeto de adora - O'U11 dia de sus acciones, de sus pala,..
ciones; ¡a parde la masardiente deyo- tras, hasta del mas leve pensamiento.
cion se \'16 la mas noble galantería i
Otro elemento poderoso de re\'olula cortesanía mas refinada.
cion en la sociedad, i por lo mismo
(ltra emancipacion que vcrificó en la literatura, fué la invasion de
el cristianismo fué la de los esclavos. los lmeblos septentrionales que des·
¿ Sobre qué bases estaba fundada es· truyeron el imperio romano. Traje·
ta relijioll divina? Sobre la fraterni . ron aquellos pueblos un carácter e·
dad de tod os los hombres en la fe de oérjico que contrastaba con la indife J esucrit-ito, i sobre la igualdad de todos rerÍcia i npatía a que habran ll egado
los hombres ante Dios. J(~sucristo vi - las caducas r:\Z:lS del ""sto coloso
no al mundo para todos los hombres, que se JcslYlm·onaba. por todos lados,
se ha dirijido a todos, se ha sacrificado mas bien en fuerza de la disolucion
por todos; luego todos tienen igu~l interior que le corroía, que a los golderecho a sus ojos ~ara se r salv:.dos i pes de los conquistadores.
ser admitidos en su seno. De aGuí
T rajeron ademas nuevos princinació el dogma de la fraternidad i de pios de gobierno. lluevas jérmenes de
la igualdad, aun en este mundo, q:1e movimiento i vida a naciones dejelos primeros cristiano::: empezaron a ne radas. Al ponerse en contacto dos
poner en práctica. La esclavitud civilizaciones ta.n opucgtag, la una ruquedó poco a poco abolida, i se esta- da, ¡bpera, violenta i sakaje, pero
blecieron nuevas relaciones sociales e l~érjica, i llena de vida i porvenir;
i nuevos hábitos en el pueblo.
culta la otr:1, adelantada. pero mue·
En el 6rden moml, contribuyó el l1e en su refinamiento i sin vigor por
cristianismo del modo mas eficaz a la su misma vetU:ite1.; al tener,:;e que
mejora de las costumbres: procuraba combinar, por la fuerza de los aCOllinspirar a los magnates de la tierra lecimientos, tan opuestos principios,
sentimientos mas suaves. mnsiusticia tan encontrados intereses, el es tremeen sus relaciones con I<!; débiles; i en cimiento rué terrible.; i el resultado
estos infundió senti mi entos i esperan. de tan tremen do choque rué proporzas superiores a aquellas a que su cionado a ~ u magnitud. _La Europa.
destino diario les condenaba. '
cambió de f;\z, de leyes, de eOslulYlEn el 6rdcn intelectual comunicó bres, de organizacion política j social;
una actividad asombrosa a los espíri- i en medio de estos trastornos, i por
tus, promoviendo cuestiones, sem- el electo del roze continuo de "encebrando docrrina s i preceptos mucho dores i vencidos, el e::.tado intelectual
mas sublimes que cuanto la antigüe. i moral de unos i otros padeció neo
dad había conocido, i dando al desa- cesariamente profundas ¡notables alrrollo del entendimiento humano una teraciones. Los Germanos perdieron
estension, una variedad hasta cnt6n. pnrte de su barbarie; i del modo que
ces ignoradas.
rué posible, a'loptaron la lengua, l~s
Por consiguient e, miéntras el poli. artes, ¡las inslituciones de los venClteismo de los griegos era favorable a dos: los h:1bitantes antiguos se co.nlos vuplos de la imajinacion, la cual tajiaron con la rudeza de los conqUlsse espaciaba con de leite en e l c~mpo ladores; adquirieron suce~iY~mente
de la naturaleza, pobl ando la tIerra , parte de su enerjía i fi,er~za, I adop:
el ciclo, el mar, e l aire mismo, de mil taran muchos de sus habltos, leyes 1
séres fantásticos que aninlaban el uni. costumbres. Los dos pueblos se fu everso; los ríjidos i severos principios ron de esta manera lentame nte aprodel cr istianismo alejaban al hombr~ xi mando hasta que, borrada la línea
de la tierra, le reconcentraban .m as 1 divisoria que los separaua, llegaron a
•
•
:E:~
DUn§ i1!iJ: E::-=- -
69
~~9RRQx2R9RQ2~g~R9~~R~99~~ ~R~O;i9QgOggg~gg~ggg~~~~g
RJéY
forma r una soja nacioo , una sola TU- superi ores a todos 10$ embat
es i arguza, en cada una de las monarquías mentas de la razon calcul adora.
que brotaron cuando la de~truccion
La caballería, el honor i el amor
del illlperio.
he aquí, pues, los objeto s de la poesía
El cristia nismo . que siryi6 marav i. que natura lment e brotó entre
las nnellosamente para verificar esta fusion, ...·as naciones a principios de
la edad
adquir ió por lo tanto una influen cia media, derr:.unando por
Europ a sus
inmen sa, i sus princi pios se desan o. prodt.ccionc¡; con inc,feí ble
abU,ndanJlaron con mas vigor por dondequiera. cia. Aquella ~poca tiene tamble
n s~
Con la mezcl a del herois mo grose· mitoloj la funda da en las I~yend
~s 1
ro, pero fiel, de los conqu istado res la caball er;a : pero el heroJs
mo I lo
septen triona les i los sentim ientos del mara\1illoso de ella son de
un jénero
cristia nismo , naciól a caball ería,aq ue. totalm ente opuest o al herois
mo i ma·
lIa hermo sa institu cion que tenía por ra\·illoso de la antigu a mitolo
jía. Esobjeto encad enar con '-o1Os sagrad os ta, consel"\'undo eterna juven
tud i loa unos guerre ros tqdaví a feroze s, ale· zanía, sonrie a la imajin
acion i no
jando así del espírit u militar el bárba· tiene ri\·al cuand o trata
de mater ia ·
ro abuso de la fuerza a que por des· \izarlo todo: la de los siglos
medros,
gracia se siente d~masiado propenso. mehm có!ica i funti.i.stica,
que todo lo
Bajo la salvag uardia de la virtud ca· espirit ualiza . templa algull
tanto su
ballere sca, el amor, como ya hemos 1101"0'50 sembl ante o la intens
idad de
dicho, tomó otro cnl"¡\cter mas puro I su pasion con ficciones
orient ales.
sagrad o j lleg6 a se r un sublim e ha. A quella tiene sus dioses,
sus fa~llos,
menaj e aeia séres que, cn la natura· sus ninfas, su jardin de la
lIespé ndes:
leza human a, parecí an destin ados a esta presen ta los mal intenc
ionadq s
acerca rse mas que ninuun o a la na· jiganfe~, lo~ jenero sos 'Cabal
leros, los
turale zade 10:-> ~.njelcs. La misma re· le"laO'os ¡-",,"ora bies i advers
os, las cue·
lijion consag raba, por decirlo así, se· "atencan tadas i los palaci
os de Al ci mejan te c ullo, presen tando bajo una na. La relijion ~ensual de
los griegos
forma ~vina a la venera eion de los no prome tía si no bienes
estel'io res
morta les lo mas puro i tierno que i tempo rales: la inmor talidad
, aun
existe en la tierra, que son la inocen- cuand o llegaro n a creer en
ella, no se
cia de una vírjcn i el amor de una presen taba a sus ojos sino
en lontamadre .
nanza, corno una sombr a, como un
Como el cristia nismo no se conten · sueiio lijero, re{1ejo de la vida
ante
taba, cual le sucedí a al culto de los cuya luz brillatl1e desap
arecía . ~1l
fal.ros diose~, con cerem onias '~ana~, mira del cristia no es precis
ament e 1Il.
sino que se dirijía al COl·aZOll del hom- versa: Já. 'contem placio n de
lo infini.
bre i a sus mas oculto s alecto s para to ha reyela do la nada de
cuanta s coCll~eÚOl·c:\rse de ellos, el sentim iento sas tienen
límite s: la vida presen te
el1érjico de la liberta d interio r, la no- se sepult a en la noche , i no
brilla COQ.
ble indepe ndenc ia del alma que se
una existe ncia real sino mas allá de
ga a doblar lo. rodilla ante el yugo de la tumba . Semej ante relijion
despie r.
las leyes positiyas~ se rcfujla ron en ta todos Jos pre~entim i c ntos
que dorIos domin ios del honor. La moral que mitan en el fondo del alma
¡ los pone
¡:cslllta. del honor, aunqu e munda na, en eviden cia; confir mando
aquell a
preten de march ar de t¡·ente con la voz secret a que nos dice
que aspira mor",l relijiosa, i aun se atreve ~lf!;u- mas a una telizida~ inaseq
uible el}.
04" vezes a poners e en coutradlClO1i este mundo , donde 1l1l1gu
n objeto pecon ella, sioemb argo, reúnel as un recede ro puede llenar el
vacío de
rasgo de ~e mejanza mui pronun ciado. nuestr o corJzo n, i donde todo
goze no
La relijion, lo mimo q4e el honor, es mas que una ilu ~i on fujitiv
a. Así
jamas calcul a las consec uencia s de 1es como la poseía de los antiO'u
os
laa ac~io~~s; i ámbas han c~llsagra· la de los gozes, i la Qucs~ra ~s era
la del
do pnnclp los absolutos hacIéndolos deseo : aquell a se fijaba en
lo pr~seu-
nie·1
70
~:.:-
lW_"II:..:T_~ «».
"tlQ5I.U!!!! Q.Q,lltlUU U9IlOJI U!UUI.U.5I.~!UI
.R9.UUU.U~!l9.ltlli5l.9U!U!."
te; ]a otra se mece entre los recuer- una doble naturaleza en el hombre,
dos de lo pasado, ¡los prescntimien- que hace aquel ideal imposible de
tos del porvenir.
realizacion. Su literatura aspira sin
cesar a conciliar, a unir íntimamente
1 no se crea que la melancolía de los dos mundos entre los cuales nos
que está imp.regnada la literatura mo- ~entimos divididos, el de los sentidos
derna, se exhala siempre en q,uejas 11el del alma. Se complace igualmente
monótonas. Así como la trajedilgrie- en satisfacer las impresiones sensuales
ga ha sido con frecuencia enérjica i con la idea del lazo misterioso que
terrible, apesar del aspecto sereno ba- las adhiere a sentimientos mas ele\'a·
jo el cual aquellos pueblos contem. dos, i en manifestar a los sentidos los
pIaban la "ida, así la poesía moderna, I mpvimielltos mas inesplieables de
tal cual acabamos de pintarla, puede nuestro corazon. En ulla palabra, da
recorrer todos los tonos, desde la tris I una alma a las sensaciones, i un cuerpo
teza hast<l; la alegría; pero algo se en· I al pensamiento.
cuentra sIempre en ell:l de vago que
No debe estrai'iarse, por último, que
descubre su oríjen: los afectos son
los
griegos nos hayan dejado en todos
mas íntimos, la imajinacion ménos
los
jéneros modelos mas acabados.
sensual, el pensamiento mas reflexiTendían
acia una perfeccion determiy~. Sinembargo, en la realidad ~os Iínaoa,
i
hallaron
la solucion del promUes se confunden algunas ~ezes, i
los objetos no se muestran siempre blema que se propusieron: al contraenteramente desprendidos unos de rio los modernos, cuyo pensamiento
otros i cual necesitamos verlos para se pierde en las inmensidades de lo
formar de ellos una idea clara j d is- infinito, no pueden !1unca quedar
satisfechos de sí propios, i a sus obras
tinta.
•
mas sublimes les queda siempre algu.
na
imperfeccion que las espone a que
Este baño de melancolía, esta Yasu
mérito
real no sea bien c¡;.nocido.
guedad indefinible, no se muestra. a
fa verdad, en igual grado en todas las
Confesamos que en las reflexiones
moderna s literaturas europeas. Predomina mas en las naciones del Nor- anteriores hai bastante de abstracto i
te donde el hombre es mas inclinado metafísico; pero así era preciso, pora la contemplacion, donde el aspecto que no de otro modo se puede esplicar
de la natura leza pred ispone mas a la la diferencia entre dos sistemas, de los
melancolía, don'd e en largas horas de cuales el uno es todo material, i el
aislamIento, el hombre Lu ~cll. en la otro espiritual en sumo grado. Era
meditacion i el estudio los placeres forzoso ademas entrar en estos pormeque le niega la vista de la naturaleza. nores, porque tampoco de otro modo
Otras naciones, ya por efecto de f:U se puede resolver la tan debatida cuesclima, ya por influencia de otras lite- tion entre clásicos i románticos; cuesraturas, como la antigua i la oriental, tion que por la importancia que se le ha
segun diremos en su rugar, participan dado no podiamos pasar en silencio.
de otros caracteres que las distin- Por 10 dicho se conocerá que nosotros
entendemos por clásicas la. literatura
guen.
de 10!l tiempos antiguos i las que tienen
Como quiera que sea, i tomados en pretenf:iones de modelarse por ella; i
consideracion (tnicamente los cadc- es romántica la que nació en la edad
teres jenerales i mas distinti,'os de las media como producto de la nueva eidos literaturas, los antiguos veían lo vilizacion que brotó i se arrail?ó en
ideal de la naturaleza humana en la Europa despues de la caída delunpe.
feliz proporcion de sus facultades, i en rio romano: siendo asímismo románsu armónica concordancia: los moder- ticas cuantas se fundan en los mismos
n os, al contrario, tienen el se ntimiento princi pios, Conoceráse igualmente
profundo de un a desuni on interior, de
.
:.3:J:':"'"
~_:-=c...
71
~llllllll21ll~l~l~ll~~l~l~~ lOllll~l~~~~lllgll~~~tlllllll"
que no damos la preferencia a ninguno
de los dos sistemas, teniéndolos en·
tr:lInbos por buenos, siempre que sean
espontáneos i naturales. Como tan
distintos uno de otro, no pueden suje.
larse a las mismas reglas, fuera de
aquellas que dicta el buen sentido i la
sana razon para todos tiempos i todas
naciones; i siendo las regbs que jene.
rahnente se han dado para los diferen·
tes jénerosdecomposiciones literarias
sacadas del análisis de las obras debidos al primer sistema, no pueden
aplicarse todas ciegamente a las composioiones del segundo. Estas reglas
tienen que sujetarse a un nuevo análisis para ver cuáles son o no aplicables
ahora, i hacer la separacion conveniente. Asímismo el análisis de las
obras que ha producido el sistema
moderno debería sujerir preceptos
nue....os, que unidos a los antiguos subsistentes, formarían la nueva teoría
literaria adaptable a las naciones modernas. Desde luego, i aplicando a
ellas nuestra teoría del gusto, se ve
que quetlarían desechadas muchas de
las que proceden de los elementos va·
riables suministrados por la civilizacion, i sustituirían las que se apoyan
en las facultades eternas e inmutables
oe nuestra intelijencia. Este trabajo
prolijo i difícil no es en una obra de
esta clase donde conviene intentarlo:
uastanos con estas indicaciones.
(Concluirll..)
EL ESTUDIANTE.
Hasta miedo causa este nombre.
lIai no sé que mezcla de romántico i
picaresco, de agradable i horroroso en
la idea que la palabra estudiante despierta en la imajinacion ¿ Quién no
ha conocido i tratado por lo ménos a
un estudiante? ¿ Dónde no se ha dado
a conocer este miembro de la Sociedad, que f~rma su parte mas alegre,
mas entusIasta, mas independiente i
ma~ hermosa? Todos sabemos cuáles
son. los individuos a quienes cobija pecuharmenl& esta denominacion, que
en su senlllo mas lato se estiende a
todos loslque ejercen su intelijeocia.
El viejo ftvaro encuentra, entre sus
pocas ideas de cariño i de afeccion, el
recuerdo de alglln loco sobrino que
siendo estudiante le comió medio lado,
segun su hiperbólico Inodo de espresarse. La beata egoista cuenta en su
memorra luenCfas horas, entre las muchísirflas cons~gradas 3 la oracion i a
descuerar al prójimo, empleadas en
aliñar al querido ahijado i en prepararle sus atayíos ¡recreaciones gastron6micas durante la época cn que rué
estudiante. El rústico hacendado no
deja nunca perder en su memoria la
recordadon de sus viajes a la. ciudad
a colocar al hijo mimado para que se
formara un letrado escelente, i ménos
ol,·idará, aunque le fueransiempn~ inintelijibles, las ostentosas relaciones
que le hacía su prenda de sus propios
adelantos en las ciencias, ni el duro
deseng;tilo que mat6 sus esperanzas
cuando por labios mas imparciales,
obtuvo el triste conocimiento de las
calaveradas i disipaciones ¿el que se
había pintado a sí mismo como perfecto modelo, i que en realidad no había
hecho sino engallar a sus crédulos
padres i dilapidar sus bienes.
El estudiante es el mico de la sociedad, pero esta no es para él sino algo
mas ridículo i entretenedor que un
mono. A la hipócrita severidad i mentido decoro de ella, opone el estudiante el carácter mas franco del
mundo, i este carácter manifiesta al
individuo mas grande que cualquiera
otro, i mas niño quizas que los mismos
niños. Si la vida de cada nacion es
una escenn del gran drama de la existencia del universo, el· estudiante desempeña uno de los mas jocosos papeles que a vezes llevan el hilo de la
pieza entera. Bien que de paso no es
malo recordar aquí lo ridículo de los
dramas que terminan por una estudianlada.
Si ahora se preguntase la definicion
de e~tudiante, mui cierto es que no la
podnamos dar. U na persona no mui
Ilustrada, c?mo las del campo, diría
que el estudIante era el mismo ·Diablo
o cosa mui parecida: un reverendo
diría que el estudian.te era una herejí~
ambulante: un anCiano de tantos que
hai retr6gados, diría que el estudiante
"el fI.uJ.lI UJ.2llRJ!.U: l.Q USI t
l.QU.St.lUI.Ull2.9.iflJ~J!H.l!.!lii. QlJIlLi.l! U!l.USI R.R SI R.R UJI U.!lStUfI ll.lljjlJI.o/
c!'a el aborto de una sociedad COlTom~ la verdad de su opinion, le\"anta su
pida: una nilia de las mas remil~ada~ bandera, i en el combate amaga a sus
o de las mas coquetas, diría {Iue UD contrarios con el injenio i el ridículo,
estudiante era el luismo Dios Cupido :lrma<; que lo hacen im"enciu)c, ¡nvul.
con esos sus ojos tan ablandadore:;, nerable, ofensi\·as i defensivas en po_
sus pala.bra,s tan dulzcsitas, sus mOda- 1der del estudiante, que las sabe mancles tan Joviales. su corazon tan . Ian. jar con destreza i valor inimitables.
dito i sus ardientes promesas oe amor Como una ola aislada de las otras olas,
eterno i de matrimonio: en fin, una el estudiante vive como aislado de las
do las viejas muchachas sentimentales demas partes de la sociedad; i esta
e idealistas,diría que un estud iante era aunque afecte olvidarseoe esa su fracun "om(mtico cabal. Escoja cada uno cion que ado ra, de la que espera,en la
la definicion que mas le agrade. Nos- que¡confía, pero de la que tiembla, la
otros diremos fIue el estudiante es el considera como su mas ri ca joya, 00retrato en miniaturacle la humanidad. mo el dato mas poderoso para su porLos estudiantes DO son ,como 1':e pien- venir, como la mas evidente probabisa, irrespetuosos e impíos. Ellos sí lidad de su futuro angrandezim iento.
mee n en Dios; pero se han acostum Los que hayan sido estudiantes
bracio a no verlo personificado ni en recorda rán esa ~poca de su vid a como
el beato mas beato. Ellos sí creen en la la mas dichosa. Ent6noes se vieron
yjrtud, sí reconocen el mérito. Ellos esentos de todns esas calamidades que
son los adoradores de todo lo que es han sido bnutizadasconel nOITlbrede
grande, de todo lo que es celestial. etiqueta, buen tono i atenCiones neceEl mas sincero i mm; rico homenaje sarias. Sus libros, sus Fílis i sus caque ha recibido en todo tiempo la be- maradas, eran las tres únicas partes
Ileza, ha sido el de los estudiantes. Los de su mundo, mundo no estenso pero
aplausos al Jenio han brotado prime- feliz i hermosamente decorado, por
ro de los labios de la juventud entll- que sobre él se tendía en 10 infinito
s~a~ta que de la cayilosa ancianidad. del porvenir el c ielo de las esperan1 el estudiante sí que es valiente! zas, el paraiso de los ensuellos.
Ahora no Ruquen sus fanfarronadas
Si el buen humor encarnara i se
pnra probar cobardía, ellas solo de- hiciera hOlnbre, sería toda su vida
muestran su carácte r risuelio i la burla estudiante. Si alguno llegare a un lu9ue h~ce de los mentidos guerreros gnr desconocido i notare alegría, reII1trépldos.
gozijo, locura, buscando la causa,
El estudümte es la criatura mas re- flallaría precisamente a algunos estubelde por la violencia i h mas dócil dianles comunicando movnniento,dipor Jos buenos caminos. El tiene sus version i fiesta. Si lodos los estudiancreencias i tiene sus princip:os c;.ue tes murieran, el buen humor se fastipor nada abandona. Mas Jacjl, por diaría del mundo i se iría al infierno o
ejemplo, es convencer a un fanático acualquiera parte.
d,e que d fanatismo no es la Relijion,
lIemos hablado del estudiante en
que convencer a uno de nuestros este- t~rm;nos jenerales; pero como hai
diantes que lo que el llama fanatismo tantas especies de él, no todos los cano Jo es. Pero esa obstinacion no es racteres les vienen bien a todos. No
un defecto en el estudiante; es una de entraremos ahora en el análisis del
sus fllas bellas cualidades. Con suma estudiante, no lo despojaremos de su
fe. con atencion filosófica escucha al capa para hacer la de~cripcion de él
stÍ.bio, se imbuye en sus doctrinas, in- pieza por pieza. l>ero Illui bien se codaga la verdad i la hace imperar en nocen las diferentes clases que hai de
su corazon.
estudiantes; intentar fijarlas sería
Elcs tudjante es libre por necesi dad , emprender la pintura de un cuadro
esto es, porque no puede ser esclavo riquísimo de ¡nteres, pero
para ser
ni ~úbdito de nadie. Cuando él se perf~cto exijiría tal alJundé\ncia de
hafla. profundamente convencido de colorido, tal fiauradel pincel que mlli
•
q'
•
•
'tRRIUUUI.\l!U!.UStURll.RU9JUI.RlUtR9~9:AAlI.9JI...R.!!.
•
•
Jéjos estamos de pensar que poseemos.
Al decir que el retrato de cualqu iera
de las especies de estudiantes sería
mui interesante i de suma variedad,
hemos asegurado una yerdad. Consísidérese, por ejcll1plo, lo que es el
estudiante pobre, del que seüa laremos
algW10s rasgos imper fectos para. termillar nuestro pesado e.'Scrito.
El estudiante pobre es un ente peculiar, es un márÜr envuelto en su
grasosa capa, fija la vista en el libro
abierto, apoya.do contra una column~
inmóvil i silencioso, parece la estatu a
de la melancolía. Quizás no arruga
su frente un cuidado, mi élltras es presa de la indijencia; quiz:.í.s se adormece su pensamiento a fuerza de cavila r;
cabizbajo i meditabundo se le tomar a
por el jenio de la soled ad sumeljido
en amar~as j hond as <íRicciones. Para
él no h,u mas mundo que sus lib¡'os i
sus cuidados: la necesidad es el se ntimiento mot()r de su allna: no cono·
ce la orj ía ni el placer : aunque débil
su hombro, carga con todo el peso de
su pobreza, con el de la indiferen.
cia universa l i i apénas se contra e
ir6nicamente con ¡iJora sonrisa su labio al sufrir un desprecio. No ostante,
alguna mirad a perspicaz ~ nnzaría
a leer en sus ojos la esperanza i la no·
blc ambicion, que le hacen esperimen.
ta.r entónces ferozes dolores, pero que
le han prometido al fin de la carrer a
tod o un mundo de amor, de pon'enir
i de grandeza.
-
El MISIONERO.
l.a hnrba "'" ",1 pecbo, la eruz en la. mano,
La ,.,..Ia en la ¡tnajen del Sumo Ho.cedvr,
11n "Mulo d~hil _1I:n del nneiano
1 fe que lo alienta con uero fer,'or;
El Santo E ...an¡eliO pn:dicn critl;nno
rer.klll e i Rlhlero rOll fiel contric"':o.ll,
("nltan,Jo lO!< l)O'qu...., 10$ monle~ i c1l1ano
Do (!'UJ8. 'u plallta leal de,ooon.
En ,ano 1011 hombre., re-ptilf'~ i ficI':U
Se opmu-o rru .. ntoo f'(Jn irn feroz,
Qt"!' él ~~('"II mard,!!. por monte!, praderas,
I nOllllllU1 0ll con 1)/lfO 'eI07.:
La fe ~ w.lenta , Dio;¡ mi_lOO lo guia,
Su Mmbre proclama, ~u gloria i pw.ion
51111 obro.~, ~u mue rte, 8 11 madre ~rnria:
AlandloO lJl"p".lld o IiU fe i relijiOl.l.
¡ Quién interrumpe BU veloz carrera!
i F..- el raijir de ho..,enda Ioempi\f'tad!
i ü el "iento que áha. en la. ribe"",
O .. d.tips craidor, ftItne i audaz !
lI!1S!999$19~lUl2lUl2~S!~!15I.9.9.u1}..
j E~ el estruend o de raudal C3H'8.l!:\
Que en cHeulOll de e~p\lrn3 e l ug-utl. arroja.
1 de uno ell ClfO Ti"co de.~peñ(lda
Sulta al ab]-mo do n ~umif'l'e ,'a!
i O e~ tl("al'O d Aolpe retumba nte
De e.cuadro n ,*lico'o quC' f!'uerrcro
Corl't" a la muerle con !<emblant.e fiero
Aguijan do nI corcel bra\"oi w' loz 1 .
-"7Iio. &. ti btirbaro gritO del Hl.h aje
Q ne- en eifrdlo inmen!'() lo dellene
P !'C'.... 'mtá, mire. indatra dónde ,-¡ene
1 (,1~'l. 1 en aque-! ~itio ~.su mi ~ ion.
Ya ~e p!'('p-"ra el indio 1'('11('01'0._0
A pn."a/' ('{,n Hl fkeha alnobte anciano ,
J ya tirante el aN'" por HI manO
R:'Ipido arroja dardo m,1Ia,lol' :
En la die,lm \'a a.lardel mi-ionero
Ql1e cmpuíia de 811 Dio:< h imfr.jcn oolla,
1 e! da rdo r:ue en la cruz ~u punta h lrella.
Roto i perdidos i n poder ("aró.
1~1l \'ano mi! c~ t1cchM le arrojaron ,
La r~ 10 ali('IlHl , Dios lo deremha ,
1 toda em",ra la cRl~na impia
A ru~ phHlta~ ¡JOr fin ~e prOl;ternó'
L1. mrtdre con >U~ hijos >t 1111millar:l,
La "lrjen irwc;>l1!t', f'l indioanc i:mo,
I entó¡']C'e~ in~pirado el fid crhtiallo
Con nn¡mo~a \·oz a",¡ e,clamó :
" Padre~, hijO>'. htrmnnO'l, niiaos, \iejO!!,
Mi , '01; aU'reta lodos e~cuch ad ,
O. contaré la rli{ ha C]ue O!t e~pcr:l
Por la fe que mr in,pirn la ".::r<.l(\d :
Oi,l, oid <'On nrl'ndon mis \'oZt'~
I la lei i el ejemplo o~ mO!'Ir:lrÍln
Qu,en el aho 8ion i en ti Carmelo
E l apó.tol rli\ino fué a tlittar.
Vei. erm ... ru..: i la adorll1.la efljie! . . .•
Pues C ri~1O e;¡ eSk, ::Ul ue~te nue,IW DiOl!,
El que baj": a la tierra a. rtdi mirnos
A otorgarno;¡ ~I m ¡~ mo ~u pcrdun;
A padt«r mil pena' por 1l0000trOl!.
A rredirar \ ir!Ud. didm. ¡amor,
E~tn 6$la irnájen IllIra i ~a("l'OSanta
De nuestro HUg U.-IO eterno Sal, ador !
¡ Querfi. ~abe r Sll~ OOr:l$ cu:\le~ fueron ~ .. ~
Do quiera en lOmo con ]1hlcf: r mimd ;
¡\Ji md el sol radiA nw i t.1p! ~ndell1e,
1.:1. blanca. luna, titrra. cido i Ular;
Fl ore~ , pnlmer:l-", rlOl', a\<,s, fu ego,
T odo lo qlw mi r!iis ti nOR lo da.
1 e-e alittllo que a todO!t no¡; inflama
El' un toplro qUOl ntroja ~ u piedad.
Cnnntoe>e ~ol nlll1nhm i la mar ciñe
T odo el1T&."O en ~ci~ dia.~ 10 <"reó,
I p!lrn d:~rrurnr t'ln ah ..... dones
P or ~u m'lno e imájcn n(Ji¡ fOrmó:
El ~ad 111. mujer de llU.."tro Cuerpo
Para anlma.r rarnbien la <"reacion,
I pI mIsmo ca.,ti~"'rala enojado
Cuando curio:,1\ j r~rroba peci,).
j No telllcis que al pecar \'OSOlros mismOEr
El ~c ~pre~te ",u~ rn.ros!l Iflnzar,
~j in¡;:4i'Ot profaJ1:l1~ la \11.)1:1l ca_la
Si m""" eon otrO!< ~i n pudor pecó.i.>l!
_~ii.Joe en la mulicie i la baronric
Al ~ot cual ot]'1:) Dio>; re \ crcnciai ",:
..C u~.I!ld,' d ~ol el! un átomo tan ~olo
Que inflnm6 en lOs é~pacio.. ~u bondnd.
¡ Qlle.réi& vivir h"yeudo de 1011 \ ieioe !
j Q I:<'¡{l.' \lOr aUllltnto la \irlud!
j Qucreis ogtardcl delo Insdclicia~
Cuando 011 priva~ el mundo de 111 luz I
j Queréie gozar la. dichas eterw'l1u
.
Que Dioe nOf!of~ciern ante la crut'
l'ueM prof\lf\&d la N!lijioll cristinnl\ .••••
Néctar ¡¡agro.do que llOII <lió le.lila.
Venid a nú, la tgle6.i1l. roadre tierna
cubre con su manto i so. poder,
o.
~~
74
l'IbI:-.:..J"_~. . .
~iU:U.iH.9.ItUIUt9JI.l!.!!S!.UU.R.IULlt.l!.R..!!J!JUUtIUI.
S!.ll!Ut2.RllS!9.9:st!!J!9:s!'II:.Q.Uu.!!.!!S!.Sl:HUS!.U!!ó'
de I a Penm
, sula, hemos observado, no con buenos oios, que al plantar una palToquia
J
no se atendía a ninguna de esas cosas i
una iglesia i nada mas, a imitacion
de nuestra madre.
EI]Jerdon S3('!'OfI:tnto08 lhHUOios:
De poco tiempo a esta parte todo
Venid, Yelud. gozemOlO lit) su~ lazos
h
b' d I
Que C()nlLenen IIllrine pecador,
a cam la o: as esctlcln.s se multi.
I higuielldogu~ huellas o> n la. tierra
plican aun en los. pueblo,s mas mise·
Nos guia. f1.laeeráficu mnnsion!"
rabies i dan frutos cada dia mas sazo·
La turoo. ~ahajesu VOl'. e~cuclUl.ra
nados ¡copiosos, dirijidas no por va.
Atónita i mutlfl. ('011 IOrpo.l e_tupor,
I
}:~cu("hfl. i nOt'nticn<le 'Iue fiell(,'~ declara
gamUn( OS ignorantes, sino en lo je.
El (logum ~llgra,l() ,I¡ctado pur Dios:
neral por jóvenes bastante instruidos
Se IlO:-trnn sumi><Otil i l\Calllll s us leYeB.
'
di'
I besan sus pIUIllll.~, la ('ru1. i al Señor,
1 consagra OS: as unprentas, tan es·
jfide~ll.mante~,atn..,idelo~ reyo!s ,
casas ántes, se enc uentran ~en gran
TribU1all looro!s con ftl i relijioll,
cantidad por toda la República, puEl ~anto bnuci"mo, In mi~:uogrntlo.
d'lendo asegurarse que 1as llal' en t od as
O!):;cnall dC\'otos ('un f.., i contrlCion,
j el F.1n10 profl·lo. ~u ,· i~Ta c~ta-"iadn
las capit ales de provincia, i que en
DirijéalOi! delu~con ~(.cro fen·or:
1 d 11'
,
IIn Imeblo ('oll\"¡ertl'.ln~alnl.l'llimoso
muc las e e as eXIsten tres, cuatro 1
Al pi~ delper"dudocl ,i('io lo echó,
hasta cinco; i a la cabeza de todas
11000 lo ofrece al ~:kr¡)O(I..,roso
traza
su carrera brillante la del Sr.
A u;u~to mOlla rcn que el mundo creó.
Ancízar, que está haciendo un ¡nmen.
Un súbito relámpugo por el e~pacio brilla,
so bien a la nacion, no solo porque
1..!U1 luze~ llt:rrnm(ln de la clernal manli:Íoll,
Un rayo cruzn nípidu Inesfem refuljtnte
sus hermosos i abundantes tipos, su
Lanzadu de...! .. ellrono del inmortal SeilOr;
limpieza i esactitud, contribuyen a
]nll.lma !lOr ¡;-u pech" In fe pura i IIIll.gnnnima
QIIU al cl.. lo no;. conduoo, i olórgam.1l perdono
fomentar en gran manera las publi.
1 aquel cuadro magnifico pre~l' lwin dulze i plácido
caciones científicas i literarias, sino
.Dt:iK.Ie el alta r cele~te nnet;;tro Supremo Dios!
porque ha despertado en toda la Re·
¡ Salud ¡oh Saceroot<l! que el mundo abando(nando pública un deseo vehemente de esta·
Pl"f'"di ~ la doctrina del que e~ riró en IR cruz,
blecer imprentas, de publicar ¡de cj·
1 ol,idR" 1()!O plfl('cre~. tU " goze~ innl(l!Rndo,
vilizar
. •
DelKlicllM j)ru.lcciendo nO!! difundis la luz!
En
cuanto a Bancos, no los tene·
i Slllud! yo te '(:'Ilero c ua l !!IlotO virtuOl;O,
CUül ruu("e que cula lierro. nO!! guin R In. virtud
mos, o porq ue no hai medios todavía
Pnro (¡ue ~¡¡::U11 IOtI'llI al hombre '·fttllllrooo
o porque no convienen; cosa en que
Que lJ iOflm i,mot'lijic",-, cunl fUl'ntede ~alud!
8:111111 ! ~uludc ... llllnm que:ll r~probocon\"ie ..lc no nos lIljeriremos, tanto porque no
I IlI indiu i "latl·" in'llim n' lijion,
hemos estudiado bien la materia, co] sfihnlocll ln orilln < ti la fragol!:' muerte,
mo porque no es de nuestro asunto,
1 altelllplo le cUllduce, con @nntallc\'O('io11 !
Cajas de Ahorros en varias provin.
¡ Salud! ~:lhul mil "czc~, mortal f'sclnrecido,
Suhre lu huella AACr11, mi~ Inbioll pO>mr~,
cias, han ten ido ha sta ahora. brillantes
] en m [lrescll('ja Il.lIgllsm, orandoarrcpcnüdo,
resultados: es 10 único que sabemos
Venc rfU"é tu nOlllbre, i fI. DiOlladoraré!! !-E. S,
sobre el particul ar,
La instruccion es el objeto de nues·
ARlEDADES,
tro artículo i para eso hemos tomado
INSTRUCC ION,
por punto de partida el establecimienEn los Estados Unidos, la nacion 10 fundado poco ha por un malogrado
de los verdaderos i rápidos progresos, jóven; este es el Colejio de la Con·
que Cheva lier en sus carlas no se cordia, que mo\'idos por la curiosidad
cansa de admirar, i con tanta r~zon, al ver la elegante f«chada del edificio,
al fundar una poblacion lo primero con el hermoso nombre del estable·
que establecen, ánles de emped rar las cimiento en la portada, fuimos a vi si.
calles i aun casi de edi fica r, es un a es· tarlo, i tuvimos luga.r de hacer un
cuela, una imprenta i un banco; tres completo exámen de este importante
cosas que son la prueba mas peren- plantel de educacion.
.,
toria de la alta civilizacion de un pue·
E l edificio es recien constrUido I
blo: aquí' en la Nueva Granada nues· \ con el único objeto de servir para una
Ella osdnrla JOIO/!:ozesen la tie rra
I IiOmbre8 i henuanO@; todos vivireis;
Ellat! cnmin008llbrirn he('hizero
Que OIIl1e \-edel elerne. ante los pies.
] 11111 dichOO\O!<Junto allrono augusto
POr ~iempreeternllglori3. gozareis.
Venid.,-~nidnmi, la iglesia 0lI llama
Con !'....Hlla I hond:ulom rellJloo,
J ron ht fe, IR enridad cristiana,
>'C
v
t ra pa t'
Id
'
fla, (escen enela
•
•
•
casa de educacion; por consiguiente
está adecuadamedte dispuesto, es muí
espacioso i mas que todo de mucha
comodidad. Vimos los dormitorios, i
en esto haremos particular hincapié.
porque nos parece cosa de importancia: son muí anchos i los techos su mamente elevados, de modo que allí
se aspira i respira un aire libre nada
corrompido, i por lo mismo muí saludable: las camas son uniformes i están correspondientemente ordenadas,
a cuya cabeza notamos las de los Directores i demas empleados del Colejio, que vijilan noche i dia porla moralidad de los alumnos.
Las aulas, que son en gran número
son, muí claras, as~adas i con todos
los útiles necesarios; como bancas,
tableros ¡mesas ; los corredores son
mui anchos, abrigados i en su contorno se ven varias cartas jeográñcas
para mayor facilidad en su estudio;
el bailO está colocado en un corredor
del lado de alras, i allí, con muoho
aseo i órden, tiene cada niño su platon, paño, espejo i demas útiles necesarios: el comedor es por el mismo
estilo de las demas piezas, i la comida
segun nos dijeron varios de los alum nos mismos, es en lo jeneral abundandante i regularmente sazonada. Ademas todo el servicio doméstico está
en una casa anexa a la del CoJejio;
esto es utilísimo,porque están los jóvenes sin contácto alguno con los criados, lo c ual asegura su moralidad.
Nos hemos detenido en estos puntos, puramente materiales i no de
nuestro objeto, porque del órden i d.isciplina domésticos dependen en sumo
grado los progresos de estas importantes casas de educacion.
H ai cerca de treinta clases diarias,
segun se nos informó, i vimos en el
reglamento que están tambien dispuestas las horas para hacer que no
embarazen en nada la buena marcha del establecimiento: tres de Caso
tellano; i de estas vamos a llamar la
atencion acia una que nos sorprendió
bastante ; una que lleva el título de
"Curso de gramática práctica." Cada
alumno tiene su cuaderno, que observarnos bien despacio, i en él les dicta
diariamente un buen profesor diversos rasgos históricos cientíñcos o literarios, i luego se les hace un ejercicio
de gramática, analizando las diversas
oraciones i corrijiendo la ortograr:a,
ya de letras, acentos o pausas: este es
un exelente método de aprender a escribir, cosa tan descuidada hasta ahora en nuestros Colejios. H ai ademas
cinco de frances, obsetvándose una
semejante a la de c·astellano qu~ hemos citado: tres de ingles; i aq uí notaremos que nos sorprendi6, el que
al haberle dirijido la palabra en este
idioma a un jovencito nos hubiera
contestado como no lo esperábamos:
tres de aritmética; una de jeometría,
otra de áljebra i otra de trigonometr:ía; una de jeografía; dos de moral
i relijion ; una de ciencias intelectuales; cuatro de latin, i una de italiano,
cuyo profesor es el encargado de negocios de su Santidad, Abate Sebastian Buscioni.
T odas estas clases están rejentadas
por exelentes profesores, jóvenes instruidos, sumamente morales i que enseñan por los métodos convenientes
al siglo en que estamos, desechando
del todo las torpes rutinas de antaño.
No vaci lamos en asegurar que todas
harán progresar estraordinaria mente
sus alumnos, cojiendo en los exámenes i mas tarde en la sociedad maduros frutos .
Tuvimos lugar de ver una provision de libros i demas uten si lios mui
abundantes; una factura de instru- •
mentos físicos ¡matemáticos, i otras
de libros, muestras de dibujo, papel,
en valor de mas de S 1500, que están
en camino de Santa marta para acá.
Se nos anunció de un periódico lite~ario que dentro de poco se publicará,
1 en el que se dará razon de los adelantos de los alumnos. A pesar de no
ser estos mu i numerosos, se hacen diversas clases de un mismo ramo porque no siendo muchos los cursantes,
aprovechen mas.
Creemos positivamente que este establecimiento es uno de los mejores
de la República, i nos prometemos
mui buenos resultados. Ojalá sus ze-
•
•
76
~~
. . ...,.. . . . ::.;::.c::a.
~U.Jtl!.u.:9..lI..ll9..ll.'O'.lUtll.llJtl!.Jtl!. Q1I,lUl.llSUtsI.2 2 22.Jtl!.2.
2.lI.2..lI2.~.o.2..U.U..o.2.l!2.!t!!.2 2.0..0..0. .o. Q o R.o. 2 u.2..UY
loso~ Dlrectores no.desmayen ¡cojan mo\-erse por el frio, que solo en ca~
el f~ uto ~le su trabaJo!
sos estremos deben esponerse a él;
, ~n oh a parte. h~blaremos ~e otros pero aun para estos. que llamaremos
v!l1l0~
estaLleclI1l1entos de IDstruc·
0100, l haremos notar palpa~lemente
Jos progreso.:; que de poco tiempo a
esta parte han .comenzado a hacerse
en toda la naClon.
•
'- FRIOS.
BANOS
., Sabido es que el uso de los bailos,
aparte de otras ventajas qneel cuerpo hlll)1anO reporta inmediatamente
de ello.s. obTa como un. poderoso preservatnTQ de la salud cont'ra muchas
enftmncdades, ¡aun contri buje en
gran m~mer~~ ~l constante despejo i
buena dlspO!:lIclon de nuestras facul.
tades illtelectuales. Las personas q ne
1'O'r necesidad o cante ter observan
un método oe vida tlCti\TO, están obligada~, nns que otras, a fioecuentes
ablu ciones, para que los delicados ?o.
ros, de ha piel sacudan las porciones
.s6IJd~ con que Jos cubre la continua
.trasp·racion, ¡puedan ejerc.31' libre·
ment o! sus funciones. No basta pa.ra
e.ste objeto humed¡cer diariamente
las. prtrtM c,lel cue~'po Illas espuestas a
la Jl)fiuenc~a del aire: se necesita una
inmersiou jenoral, o bie)) pasar u,na
toalla o puüo húm edo por t040 el
~uerpo. a fin de que 01 vigor moral e
mtelectu al se promueva por mertiQ de
escitucion física,
J1q~hos cr~en que el uso diario de
• los bai'íos, en climas clJ.ya temperat.u.
ra est~ sujeta. a cons~antes variacio·
nes, perjudica nuestra consHtucion, i
ántes produce constipados, fluxiones i
dolores reumáticos, que resultados
"fl.1tajosos pa.ra la salud; pero este
tempr puede entrar en el número de
las preocupílciolleS(te los que no están
acostumbrfldos a sCpuiraquel sist.ema,
i puede ~seglJ.rnrse. sin mie90 de cacr
t}n error. que los baiios~ aun los recome1Jda~o.s por el roétodo hidr6patic~,
son convenientes i Ilcqesarios para
las personas de constitucion sana i
-robusta, siempre quo en ellos se observe un siste ma ¡jrudente.
11 Cierto es que hai algunas natura.-let.! tan sensi bles ¡.fácil"" d.$' con·
i
•
bar6metros vivientes, puede ser útil
el uso de los baños templados que han
de ir fonincando poco a poco, i quj.
zá producir un cambio en el individuo.
Por último, no debe ponerse en duda que la costwnbre de bat1arse dia·
riamente, sobre ~odo en agua cuya
temperatura no dIste mucho de la de
la sal1gre, no splo es recomendable
.como e"ijencia de la pulcritud ¡del
aseo, sino como nece¡5aría al mejor
estado de la salud.
Vamos
ahora a esponer alO'unas
ob.
o
servaCloues acerca de las ventajas
qUf~ producen los balios frios, que no
dejarán de interesar a nuestros lecto.res.
La temperatura del bailo frio vru'Ía
desde los 45. 0 hasta los 85,0 Farenheit
i considerado bajo el punto de viSl~
facultativo, es t6nico i f+5timulante
al mis,mo tiempo no siendo de larga
dW'aclon; pero para que produzca
t~d? su e~ecto es necesario que el indlnd~iO SIenta un caJor agradable por
todo el cuerpo, inmediatamente des·
pues de salir del agua. Sj la sensacion
de frialdad o estremecimiento conti·
núa despues de cst:)rdentro deJ. baüQJ
)10 es bueno repet irlo.
U na de las circunstancias ma.s i,m.
portantes en el uso de IQS bai'iQs frios,
es el error en. que está la. opinion vul.
.gn.r de que es mas con\'cni~nte entrar en el ag.¡a cuando el cuerpo es·
tá enteramente ji'lo, i que los. que estan üjitndof- por hab ~r hecJ1C~ ejercicio i haJ e::n.pezado a traspírar, debeJ,1
esperar hasta quedarse Ji·jos del todo.
Contra esta opiuion errónea existe la
regla j J,recepto invariable ¡sin escep·
_cion, de que un ejerciciq moderado
dt;be dempre preceder q.l baño frio ¡
i que tanto un reposo ubsolulo, como
un eje,'cicio violento anteriores, son
p~rjudiciales en semejantes c:}Sos.
Los baños frios que deben preferirse son los que se toman en el mm:. O
en un rio de corriente clara, o bien en
-un lago Q estanque; pero sí esto no
con'eguir fácilmente, so apIi-
•• "".dé
311m:lC.-o
~~::.s=".
~9. ~, Ql!.!t9 9...U ~ l5Ul OOl!.l!. 9. l!.9 ~51.1» tlSI~_O Ul!.!!. Ul!..ll. 9-' 9 tlll.9l!.l!.Jl.9 ~
ca, casi con el mi~mo efecto, el baño
de tina O la frotucien jenera l con un
liCllZO húmedo
La hora m8~ a pl'op6sito para tomar el baño es la de la mai'lana. a
ménos que n~ sea en rio o lúgo ; pu~s
entonces es mejor despues de mediO
dia, o dos o tres horas 3.ntes de ponerse el sol. Jcnera lmcnt e unn hora despues de haber tomado nl1 almuerzo
lije ro. o dos hóras ántef de co~~!er, o
cuatro despucs de haber comICio, se
consideran las mejores del dia para
este objeto.
Las persCluns que gozen de buena
salud i de un:! cO:lstitucion fuerte deben bañarse, P lo m~nos. dos vezcs pOl'
semana en n!'Yua fri~ i si las abluciones son dial'(;s, tant~ mejor ; pero al
entrar ha de tenerse cuidado con que
la cabeza sea lo f.>l'imero que toque
el aOlla, ya sea el baüode inmer"ion
o d~ 3guacero, cubriéndola uno o
maR minutos ántes con UD lienzo húmedo; des pues de lo cual se puede
entrar Rín riesgo en el baño. Con:o
la inmer:::ion se siente mucho ménos
cuando es repentil..t'!, i es mui importo.nte que la· pl:r:'ler3. impresion se
sienta i~ualmente por todo el cuerpo.
se recomienda entr:::r en el agua sin
nillgun jénero de temor, pues ha sucedido muchas vezes que, observando
un método contrario la sangre ha ido
subiendo de abajo a arriba del cuerpo
hasta producir una nJ1oplejia. mortal.
Por esta rnzon se cree que el be.ño de
lluvia o agu~cero es preft:l'ible a lo!'
dcmas, pue~ trasmite inmediatamente
el agua por todo el cuerpo.
La duraeion de un Laño de inmel'sion dehe ~er corta i conforme a la
ma~ o mt!no!'; robustez i delicadeza del
indil·iduo. En iguales circunstancias
debe advertirse que el agua fria obra
con maR violencia en las personas de
erlad i d6bjle~, que en lasj6venes i COl'pulentas: por esta causa un hombre
de setent a años. aun en los dias mas
calorosos, apénas puede permanecer
en agua fria, sin peligro, mas de diez
o quince minutos, al paso que un j6ven rohusto de veinte, sufre su imprefiion por espacio de una hora oou todaeeg uridad .
77
tll!.l!.!l.9 tl.l!.9..U .Uo/
Al instante ?cspues de salir del bai'i.o es necesaJ'Jo secar el cuerpo CO!l
U1l lienzo ha~to j no sentarse tranqU llamente,en s.e~uida, sino tomar un poco de eJe.rclciO hasta restablece~' la
nat~ral. circul:;¡.cion de la san~re .l la
aCClon Jcncl"~l de ~od?s los musculos.
_ Las. vcn~aj3$ pn~CJ\)ales d.e los b~­
nos fnos, Sin COI. ta l e aseo 1 salu~ll­
d<l:d, son la. dism:nucion del esceSlVO
ca!or. del cuerpo,. o ~I efecto ?e una
l"er:cc:on conyeUlcn~e en el slstcmq.
Tamb ieu so~ mui reco~cndables I?a.
ra ely·ata~mento de vanas dole,Il?Jas
~ernosas, 1 cnfermedades reuma tlcas
1 de ~ot?'; .pf'I:O, como e.sto ~ntra y.a
en la JUl :sdlcclOn de la CienCIa médica, tCl1ninamos nquí estns observaciones que cl'ce~n~s útiles e intcliji bIes para la jQnerahdad.
-
EL ALUM3RADO ELECTRICO,
'Varios esperimentos de este alumbrado se han .ejecutado en L6ndres, en
pre:-encia de una comision de cíenlíficosd istingu idos, convidados al prop6.
sito. Pna aprobacion tao espon tanea
como entusiasta fué el resultado del
buen éxito de las demostraciones
prácticas. La luz, ademn5 de su briUantez solol", posee n.rias propiedades
que se han hecho desear hasta ahora.
E s permanente, s~ gradú a por sí, es
perlec tamen te pura i barata -llo Se
mantiene por combustion, como se
demostró con mante ner su esplendor debajo de un globo de cristal tijado sobre una plancha de metal, para escluir entera mente la presen cia
del aire. Se mantiene con la misma
brillantez debajo del agua, comp deba.
jo de un cristal O al aire. La h,lz que
se exhibió, aunque no ocupó el espacio
de una lámpara ordinallia i 110 pro·
dujo mas calor (llle cob aceite, di6
una luz igual a seis o setecielltas velas de esperma. El efecto sobre las
lámparas i vclas que tenían encendidas en la sala fué comoc uando se abre
un cuarto en donde hai yclas encen didas, a la luz del sol de mediodia. E l
gasto de esta luz noexe de de un peni.
que por hora. La Batería Gakán ica
tenía4 4 planchas i una superficie de
zinc de una yarda ¡cuart a cuadra das .
•
•
~~
87
DUl."I..:r_::.iJ-=-_
'(llltl1lII10111~~1111~9~111111~~IIIIR~lIIIIIIR9~11~lll1RllliJl"
CRONleA.
que ver estas señoras con la Independencia, ni con la Libertad. ni con la
INDUSTRIA.-Se acerca el 20 DE JULIO Democ racia, ni . ••. nada! Haya toros
que es el gran dia de esta capital i aun ~ cohetes ¡carreras ¡porrazos ¡golpes,
no sabe,mos qué hayan dispuesto 1 lo demas nada importa. Muera meJas autoridades para que en aquel dia dia docena de hombres en los cuernos
i siguientes tengr. lugar la esposicion de los toros, i con esto quedarán satisde los productos de la industria bo. fechos los manes de nuestros padres.
gotana i.Ilabrá esposicion o no la
Pero, i la Ordenanza de la Cámara
habrá? l~OS inclinamos a creer que provincial de 4 de octubre de 1842
no, segun la frialdad i apatía que so- que dispone que en los dms 20, 21 i 22
bre este punto notamos, tanto de parte de julio de cada cuatro atlos, empede la autor idad como de los ciudad a- zando por el de 1849, se hará en la
nos.-Perohabrá fiestas nos responde- Capital de la República una fiesta
rá algun entusiasta por el aniversario provincial consagrada a honrar las
de la Independencia: habrá toros, acciones virtuosas, i con especialidad
fue~os artificiales i j uegos al natural, a conceder premios i recompensas a
enCIerros, carreras, globos, bailes, los habitantes de la provincia que mateatro, concierto, canciones patri6ti- nifiesten su laboriosidad ¡honradez
cas,limosnas a los invúlidos, i todo lo por las obras que presenten como
de mas de cajon en aquellos dias. Qué producto de cualquier jénerode indusmas quieren UU ! .•• A estas razones tria a que estén dedicados para. ganar
nada tenemos que resronder: si hai su propia subsistencia i la de sus fatodo eso, para qué mas . .. ,.Con toros, milias! . ••• ¿ Pasarémos por encima
juegos, p6lvora i globos festejamos i de esa Ordenan za? ¿ la echaremos en
celebramos la gloriosa memoria de los olvido? ¿ la miraremos como tantas
márti res nuestros padres i padres de otras disposiciones inútiles o impracla Patria que trabajaron ¡murieron ticables que se quedan escri tas?
Esa Ordenanza, nos al'güiní alguno,
por hacernos felizes e ilustrados; sí!
a nosotros, que a ellos nada les había es ciertamente perjudi cial en cuanto
de tocar de la empresa, sino el sacri. establece el período de cuatro ailos
fICio, la muerte i la persecucion! Pues para que tenga lugar laesposicion de
corriente! si esa es suficiente ova- la industri a, i la Cá mara de provincia
cion no decimos nada! Todo depende accediendo a los deseos del,Sr. Goberde la. composicion de Jugar que cada nadar Pastor Ospina, que así lo ind ic6,
uno se haga: en cada toro que veamos di6 un golpe mortal a esta hermosa
salir del toril haremos cuenta que instituclOl1. Con tal argumento sí nos
vemos a un pr6cer de los que perecie- confesamos injenuamente vencidos,
ron quizá en ese mismo circo meta- pues tal es nuestro modo de pensar.
morfoseado en bisulco cuadrúpedo. El pueblo necesita la repcticion freO bien en cada leve globo que al cuente de ciertos actos para crear los
impulso del gas veamos elevarse so- hábitos que se desea que adquiera.
bre nuestras cabezas, creemos ver el Sin la frecuente reunion de nuestras
alma de uno de esos heroes que se re- asambleas lejislativas, municipales i
monta al cielo entre cohetes i si lvidas electorales, las diferentes clases de la
a recibi r la corona del martirio, i que sociedad no .recibirían la educacion
desde los tejados de las casas vec in as política que es necesaria en nuestro
nos echa su paterl1<ll bendicion, con sistema. Disp6ngase que nuestro Conun buen asperges de espíritu de tre- groso i domas asambleas pllblicas no
mentilla.
se reunan si no cada cuatro años, i al
No haya, pues, nada en esta sale m- fin acabaremos por olvidar hasta las
ne ocasion que hon re la ind ustria i la ma s obvias nociones de la táctica parcivilizacion i las artes: para qué ! en lamentaría, i se verá entibiar el ardor
]0 que ménos pensarían los heroes d el por los negocios púbiicos tan neceS320 DE JULIO sería en eso ' Qué tienen rio en las democracias. No sé quien
EsrOSICION DE 1.08 I'RODUCTOS DE LA
•
•
:.;:~
DItK'W:..T -.;¡¡¡ -=oc: ._
j9
~U.9. o. Ui.1.R.U .UllU.Il U.t ~ o.R.9Jl !tiIl3.lU1 SI i o. !I.!UIU~ llll5I.AA !lll9. !tiQ.,U,2
U ..o.,iJUI9.9.R.9JlUil..U. OJUl.ll9 y
•
ha dicho que la educacion política es te drama sigui6" ~i no ,estam
la accion polític a; i por 3nalojía pu- vocados, el bcllLslmo Jugueteos eq~i.
escnto
diéramos aplicar el mismo pensamien- orijina lmente en la H~~ana,
Una "0to a laeduc acion social, si podemos mánti ca! que fué reCibIdo con
estreespres arnos así.
pilosa s carcaj adas i aplausos. ,La Se})ero no es esta la cuestion princi. ñora Dolores Alegre caract eriza
tan
pa): la Ordenanza, buena o mala, bien este papel, que él solo vale
toda
existe ; i existe otra cosa mejor que la una funcíon de las mejores.
Ordenanza, i es la necesidad de que
Un novio a pedir de boca, es lo que
esta sabia institucion no se piel'da, no se llama una comedia a pedir
• se olvide ni abandone. ESlae s una de ca. Aun cuand o su autor de bo·
hubiera.
las pocas cosas que nos honra n: no querid o oculta r su nombre, cualqu
ier
tratemos de destruirla.
aficionado habría reconocido a tiro
Volvemos a nuestra pregun ta: ¿ ha· de ballesta al célebre BretoH
de los
bJ'á Esposicion o no la habrá ? .. _. El Herre ros en los mil chistes
fiuos, en
Sr. Gobernador es el que puede res· los conceptos injeniosos, i
aun en
ponde rnos; los hechos responderán, aquel cierto aire de familia
que tie·
como decía el otro. Loque es nosotros, nen todas sus comedias ¡I hai
quien
nada podemos asegurar hasta que no prefiera esos drama s terribles
i cruen pase el 20 DE JULIO.
tos en que, como decía la Romántica,
TtATR O.-. Entre el 10 i el 17 de el uno muere
asesinado por su hijo,
junio tuvimos cuatro buenas funcio· el otro enven enado por su padre,
esnes, a saber, Frai Luis de Leon, ¡lla· te emparedado por su hermano,
aquel
rino Faliero, Los hijos de Eduan /o tiTado a un rio por su suegro,
i
i Un norio a pedir de boca. La pri- mente el consu eta despa churra finaldo por
mera obtuvo en su repeticion un gran caram bola con alguna mesa
o silleta
suceso. La concu rrenci a inmensa de arrojada, a tierra en el delirio
del fuaquella noche alegró el teatro i animó rol' i del frenesí!. ... 1 pregun
ten UU.
a los actores. La ilusion del acto so· por qué no les gustan las comed
ias de
l~mne de la profesion hubier a sido costumbres, sobre
todo a nuestr as muo
mas completa con un órgano manual jeres (i si son cortad as por el
modelo
que fácilmente hubieran conseguido de la Romántica con mayor
razon)
los actores.
Porqu e el galan está vestido de frac o
J.llarino Fa/ie ro.-Es crito en un levita, chaleco, corbat a, pantalon
lar·
lenguaje bello i elevado, lleno de pen~ go i sombrero de pelo, ni mas
ni mésamientos sublimes, de imájenes felizí- nos como vestimos los galane
s de es·
simas i de senti mientos patrióticos, no te siglo; porque la dama lleva
un
es sinembargo de los drama s que mas je cortad o por figurin, i va peinadtraaceptacion tienen en esta época. La mismo que las damas que están a lo
en los
accion ,auuq uegra veein teresa nte,es palcos, i saca guante s i gorra
i
somfria ¡monó tona, i esta historia tan brilla. Pónga me U. el galan
con to~
conocida es Inejor para leida que para nelele bordado, capa corta,
mangas
representada, a lo ménos del modo con trusas, chapeo con pluma
s, o casque está tratad a en esta pieza. La pro- co, almete i demas prenda s
caballepiedad i riqueza de los trajes nada de- rescas, i la dama con traje de
cola, re·
jaron que desear .
lumbrones, tocas, mangas perdidas&.
Los !tijos de Eduardo, tambien re- i dirán nuestr as bellas con entusi
as~
peticion, nos pareció mejor ejecut ada mo! esto sí es bueno! esto se
llama
que la prime ra vez. En esta pieza su- una pieza a pedir de boca!
ros
po desplegar la Seilorita l\Iatilde su no pensamos de la misma Nosot
maner a:
naciente talento dramá tico. Esta i el entre un drama sentimental
i 1I0ron
jóven Eujenio, derram ando abund an· j una buena comedia que nos
diviertes lágrimas en las tablas, conmovie- ta hallamos la misma diferen
c ia, deron fuertemente al espectador que no jando cada cosa en su lugar,
que eopudo ménos de acompañarlos. A es- tre una necrolojia o elejía lacrim
osa,
80
=-r:: ..... m.:-.:..:r_::.;:=c::..
~22~RR2~R~~~~R~~~~~RRR2R~R2RQRRR~~RR~R9RRR~gRR99RRR"
i un buen artículo de costumb~s; desde luego nos apechugamos est~, dejan:
do a ~n lado la otra. Un estranJero mUI
apasionado P')~ el teatro nos decía
aquella n~che. despues de una bue-
na comedIa sal~ ~1l0 mas OOl,11eoto,
duerme tranquilo I sosegado, I s~ levanta de bue,~ humor (er~ médico)
~sta observ3C1on tan sCIl«?I1 la es '!las
Importante de lo que a pnmera vIsta
parece, .sobre todo para los que por
• desgraCIa estamos do.tados de un teml~ramento pronuncladamente nerVIOSO:
rUllt,IGAC10Nf:::; NUln-,\s.-Ha comenzado a publicarse un peri6dico
mensual de educacion i literatura con
el título de El Eco del Colejio de la
Concordia, que puede considerarse
comoel6rgano oficial, si podemos decirio, de aquel establecimiento. La
práctica inlroducida por el Señor
Lléras i seguida por el Sei'ior González de ¡:lUblicar un periódico consawa~~ a. dar ,cu~nta a los padres de
humita 1 al publico en jeneral de los
trabiljos, conducta i aprovechamiento de los -nii10s que les hah sido confiados,es enteramente nueva en nuestros paises americanos; i es práctica
qllc honra sobremanera a la Nueva
Granada pues la consideramos como
un gr::m paso de progreso en el sistema de cducaci(¡ll, i en la pren~a peri6dica. 1\lI1to en la Crónica del
Col~iio del Esph'itu Santo, corno en
el Eco dd Col~jio de la Concordia,
los alumnos ejercitan sus talentos i
Cns:1.yiln sus fuerzas, ya en la poe~ía,
ya en la oratoria, y:\ en otros ramos
de literatura ¡Quiera el cielo conservar i fortalezer estos dos monumen(os de nuestra naciente civilizacion!
-Ademas de los periódicos de que
hemos hablado, algunos alumnos del
Colpjio del E. H. redactan en los ratos de ocio o descanso un pequeño
periódico titulado El Ensayo literaTio, del cual hemos visto hasta. dos
números publicados. J. . o mismo que
los otrOs do"" tiene por objeto ensayar
Jos conocimientos lilerarios que ad quieren los mi embl'Os de una pequeñá sociedad, que con el título de LiteraJ'ia existe dontro del mismo Co-
lejio, émula de la Sociedad instruc.
tiva, i de otras varias del mismo jénero que han formado los alumnos.
En este p~queño peri6dico se publican los discursos que los individuos
de la sociedad tienen deber de pronunciar en la mesa, sus composiciones en verso, i artículos especulativos sobre cualquier punto dado en
cuestiones literarias.
El eter aplicado a la curacion de •
la locllra.-Sabemos que el Dr. Andres 1\1. Pardo está escribiendo una
obra sobre esta importante mat~rja.
Sus observaciones son fundadas en
los esperimentos repetidos que ha
hecho en multitud de casos, los cuales han producido resultados felizísimos. Segun informe~ que tenemos de
él mismo, entre las numei'osas aplicaciones que ha hecho del é¡er en esta
capital, no ha habido un solo paciente
cuyo mal se resista al benéfico influjo
de este poderoso ajen te sobre el cerebro. La utilidad de esta publicaoion
será inmensa, i hará al Dr. Pardo acreedor a la gratitud de sus conciudadanos i de la humanidad entera.
i\TOV,,,,II'EN'1'O rON'rINUO.- Parece
que ninguna de las personas intelijen~
tes que hasta ahora han examinado
las teorías i e l ITlodelo de la maquina
construida en esta Capital por nuestro compatriota Señor Vera, nieaa la
posibi lidad de un estraordinario fbriliante suceso. Aunque enteramente
lérros en la materia, entendemos que
solo les falta un dato para quedar plenamente seguro"! de la ev idencia de
esta teoría, a saber, si el brazo menor
de una palanca podrá levantar cierto
peso colocado en el mhyor. El Señor Vera parte para Europa a poner
en planta su descubrimiento i reclama el ausilio de sus conciudadanos
asegurándoles una crecida utilidad a
accionistas en esta empresa. Deseamos que el Seii.or Vera vea coronados sus esfuerzos e intelijencia para
honra suy.a i de nuestro pais.
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