Creatividad en el Arte - Encuentros Multidisciplinares

Anuncio
CREATIVIDAD EN EL ARTE:
DESCENTRAMIENTOS, AMPLIACIONES, CONEXIONES, COMPLEJIDAD
Julio Romero Rodríguez
Facultad de Educación. Universidad Complutense de Madrid
RESUMEN
Se consideran algunas de las transformaciones ocurridas en el ámbito del arte en los
últimos años, extrayendo sus rasgos fundamentales. A partir de ahí, se revisa la perspectiva
tradicional sobre la creatividad artística y se ofrecen algunas claves, para considerar la
creatividad en artes, ajustada a las nuevas manifestaciones artísticas, con la referencia en la
complejidad y la interconexión.
INTRODUCCIÓN
Podríamos denominar como descentramientos, ampliaciones y conexiones a las modificaciones
que en las últimas décadas se han venido sucediendo en el campo del arte. Una tras otra,
superponiéndose y potenciándose entre sí, esas transformaciones radicales del arte han afectado a las
prácticas de creación, interpretación, valoración, difusión o producción artística que venían
transmitidas por la modernidad. Descentramientos, porque cada una de esas alteraciones
fundamentales desplaza alguno de los ejes principales del arte hacia una nueva posición y relación con
el resto, modificando el mapa del conjunto; ampliaciones, porque extienden el espacio del arte hacia
un territorio mayor, empujando sus borrosos límites hacia campos no considerados anteriormente ni
identificados con lo artístico, disolviendo fronteras e infiltrándose en la vida cotidiana; conexiones,
porque se crean constantemente puentes entre disciplinas, entre ámbitos de actuación, entre artistas y
espectadores, entre medios de expresión y tecnologías. El resultado de ello es un panorama cambiante
e intrincado, un entramado de interacciones e interferencias que evoca la idea de complejidad tal como
la describe Edgar Morin:
Julio Romero Rodríguez
“¿Qué es la complejidad? A primera vista la complejidad es un tejido (complexus: lo que está
tejido en conjunto) de constituyentes heterogéneos inseparablemente asociados: presenta la paradoja
de lo uno y lo múltiple. Al mirar con más atención, la complejidad es, efectivamente, el tejido de
1
eventos, acciones, interacciones, retroacciones, determinaciones, azares, que constituyen nuestro
mundo fenoménico. Así es que la complejidad se presenta con los rasgos inquietantes de lo enredado,
de lo inextricable, del desorden, la ambigüedad, la incertidumbre […] La dificultad del pensamiento
complejo es que debe afrontar lo entramado (el juego infinito de inter-retroacciones), la solidaridad
de los fenómenos entre sí, la bruma, la incertidumbre, la contradicción.” (Morin, 2005:32-33).
Las ideas sobre la creatividad artística, tradicionalmente apoyadas en los ejes del artista como
individuo con especial capacidad natural, de la obra de arte como logro supremo y del proceso artístico
algo enigmático que ocurre bajo los mecanismos de inspiración y da lugar a la autoexpresión del
creador, hace tiempo que dejaron de ser la única lectura posible o la más acertada. Revisaremos
brevemente a continuación algunos de esos descentramientos, ampliaciones y procesos de
interconexión, intentando reflejar la complejidad que caracteriza al arte de los últimos tiempos y bajo
cuya óptica debería contemplarse la creatividad artística.
EL GÉNERO Y LA CREACIÓN ARTÍSTICA
A partir de los años sesenta, la perspectiva feminista aportó un replanteamiento de la situación
artística y de la historia que traía detrás, desplazando la mirada hacia el discurso femenino y, no sólo
eso, hacia la detección de las ausencias de las mujeres en la historia del arte socialmente aceptada y
construida. Se inauguró un prolongado y fructífero esfuerzo para rescatar los nombres de las mujeres
artistas excluidas de la historia y por averiguar y evidenciar las razones de esa nada ingenua ni natural
exclusión. Esta postura, no sólo mostraba una lista cada vez más amplia de nombres, sino que sacaba a
la luz las fallas de un discurso y de un concepto artísticos centrados en un modelo específico y
pretendidamente universal de artista creador.
La aparición de ese punto de vista crítico y reconstructor de la historia ha supuesto, entre otras
consecuencias, la partida de defunción de una visión del arte única y la puerta de entrada de otros
discursos, visiones y representaciones caracterizados en su conjunto por la multiplicidad y la
diferencia. La creatividad, concepto elaborado culturalmente sobre el modelo del artista masculino,
excepcional y con un don natural, ha debido replantear sus mitos constituyentes en el campo del arte,
para dar cabida a otros modelos de artista que se apartan de esa perspectiva pretendidamente natural.
LOS OTROS Y LA CREATIVIDAD ARTÍSTICA
La luz que empezaría a alumbrar a las mujeres excluidas de la historia, estaba acompañada de
otras luces que mostraban, asimismo, la existencia de diferentes discursos y de la presencia, hasta
entonces ausencia inadvertida, de artistas y modos de arte no occidentales, no localizados en grandes
metrópolis, no pertenecientes a la élite cultural… El descentramiento provocado por las prácticas y
discursos de género es comparable al desencadenado por los estudios culturales y postcoloniales
reconociendo el arte contemporáneo no occidental y replanteando el discurso que sostenía a éste.
El desplazamiento de la mirada hacia los otros evidenciaba la existencia de mecanismos para la
ausencia, la ausencia del Otro, manifestada en ausencias de otros, de aquellos apartados del modelo
dominante. El cuestionamiento por diferentes vías del gran modelo único acabó en el rescate de
numerosos relatos que aportaban, cada uno, una mirada particular, distinta y antes ignorada por el
deslumbramiento artificial de la gran luz que iluminaba, exclusivamente, al gran artista construido
sobre el modelo cultural del genio. La producción de obras de arte no dependía sólo de esa capacidad
creativa individual, no tenía que ver sólo con las características y la labor de un genio creador y
culturalmente independiente, sino que se extendía a facetas supraindividuales y más allá de lo
reconocido como ámbito del arte.
2
TECNOLOGÍAS DE LA COMUNICACIÓN
Las tecnologías de la información y la comunicación han transformado por completo los
modos de pensar y los comportamientos de la sociedad entera. Hablar de nuevas tecnologías y de
internet es hablar de cambios estructurales y de transformaciones integrales de la sociedad y los modos
de vivir, incluidos los modos de pensar y crear arte, y el proceso de trabajo de los artistas, individuales
o colectivos.
Varios rasgos caracterizan esta práctica artística radicada en las nuevas tecnologías e internet, y
dibujan un panorama complejo. En primer lugar, se trata de modos de creación marcados (a pesar o
salvando algunas importantes brechas) por la democratización, accesibilidad, comunicación más allá
de muchas distancias geográficas, sociales o de otro tipo, que configura una nueva relación reticular y
no jerárquica para la producción y distribución de las creaciones artísticas. Además, colabora a
ampliar el campo de las creaciones de arte desde el círculo relativamente reducido de los productos a
otro mucho más amplio que incluye y atiende a los procesos y a las obras en permanente generación.
También implica un libre acceso a las obras o a la documentación sobre la creación, que estaba
ausente en un mundo artístico con sentido de espacio cultural exclusivo y restringido. Muy importante,
asimismo, es la posibilidad de intervención del usuario-espectador en la propia obra, desplazando por
completo el concepto de espectador hacia el espacio que antes sólo ocupaba el artista, y generando
relaciones de interacción e interdependencia entre ambos.
En ese contexto, se han ido acumulando nuevas formas de representar, de comunicar, de
imaginar, simular, distribuir, producir las obras y acercarse a ellas. Han aparecido conceptos como
interactividad, simulación, inmaterialidad, virtualidad, hipertexto, coautoría... que remiten a nuevas
estrategias artísticas cada vez más alejadas de los planteamientos estéticos y de creación tradicionales,
basados en el individuo autor y creador, en la permanencia y unicidad del objeto creado, en la
presencia distante del espectador y en unos canales de difusión y distribución fijos, limitados y fuera
del alcance del artista.
Ya la última década del siglo anterior fue clave en el descubrimiento y la experimentación con
estrategias de utilización de la red por los artistas, para crear productos generados específicamente
para el nuevo medio. Tomaba forma así lo que se denominaría net.art. El origen del nombre alude a
uno de esos mecanismos que las estrategias tradicionalmente establecidas para el desarrollo y la
aplicación de la creatividad en diversos campos aplican con frecuencia: el azar. Mejor aún, el origen
del nombre es híbrido, un encuentro sorprendente entre la tecnología, el azar y la mirada creativa del
receptor que otorgó sentido a la casualidad.1
El net.art representa la incorporación de nuevas formas de repensar y recrear la relación entre
el artista, la obra y el espectador. La aparición y evolución del net.art, del arte interactivo, las
instalaciones multimedia y otras nuevas prácticas y medios artísticos está directamente ligada, no sólo
al campo del arte o de la cultura, sino a los desarrollos tecnológicos, y se enmarca en la misma y
amplia corriente de experimentaciones que los artistas venían acompañando en torno a los medios de
comunicación ya desde sus primeros años de existencia.
Haciendo uso intensivo de estas nuevas tecnologías, lo que se viene denominado arte
interactivo va en esa dirección, interconectando arte y tecnología, artista y espectador, tal como afirma
Domíngues:
1
“En diciembre de 1995 Vuk Cosic, un artista esloveno, recibió un mensaje mandado por un anónimo vía e-mail. Por
incompatibilidades con el software el texto se desconfiguró y fue convertido a código, entre ese laberinto alfanumérico el
único fragmento que parecía tener sentido era: [...] J8~g#|\;Net. Art{-^s1 [...] El término net.art se difundió entre las
comunidades de Internet y rápidamente fue asumido como el término que definía al arte de la red y las comunicaciones.”
(San Cornelio, 2004).
3
“En el arte interactivo, los artistas proponen ambientes que demandan comportamientos que
mezclan lo biológico y lo artificial tecnológico. Con esos ejemplos, debemos comprender la fuerte
dimensión comportamental (actitudinal) de las tecnologías interactivas en que el arte está
proponiendo ambientes en estado de imprevisibilidad y auto-organización, haciendo surgir
situaciones marcadas por la complejidad. En el territorio de la interdisciplinariedad, científicos y
artistas, en su visión heurística, están recreando mundos resultantes de descubrimientos en los que la
imaginación creadora explota la gran performance de máquinas con software inteligentes y hardware
cada vez más adaptados a los aspectos biológicos. Así, lo cotidiano se está recreando por las formas
de vida que implican lo biológico con lo computacional. Con las tecnologías podemos interactuar y
trabajar entre mundos de silicio y mundos de materia carbónica. Con los sistemas interactivos,
nuestra realidad cotidiana, así como ya fue invadida por la fotografía, el cine, la televisión, contará
con interfaces que expandirán la vida biológica. Las mezclas de los mundos real y virtual tecnológico
hacen que el “sujeto interfaceado” gane e amplíe su campo sensorio-perceptivo. Explorar
creativamente sistemas interactivos es un desafío estimulante para los artistas de la era digital.” (D.
Domíngues, 2002).
AMPLIACIÓN DE LOS MATERIALES
El abanico tradicional de materiales del arte no parecía muy amplio: ciertos tipos de pigmentos,
materiales susceptibles de ser modelados, tallados, herramientas asimiladas culturalmente al trabajo
artístico como pinceles, lápices, papel, tela… Todos ellos materiales culturalmente investidos de una
especie de aura artística: se identificaba creatividad artística con el uso de este tipo de elementos, hacer
arte era, también, usar los materiales propios del arte.
En las primeras décadas del siglo pasado, los artistas incorporaron a esta relación multitud de
elementos procedentes, en buena medida, de la vida cotidiana y el mundo más allá del arte. Desde los
tiempos en que los cubistas empezaron a incluir papeles, recibos, etiquetas y otros elementos sencillos
que aparecían pegados en sus pinturas, la inicial actitud exploratoria se ha convertido en una tendencia
muy pronunciada a la utilización de todo aquello que pueda caer bajo la mirada del artista.
En esa dirección, los últimos años han ampliado la lista hasta convertirla en una cadena sin fin,
en crecimiento y expansión permanente. Eso incluye desde imágenes robadas al transcurrir de la vida
real y las situaciones comunes, objetos encontrados, materiales de todo tipo sin ninguna restricción, al
ámbito de la información digital, a los nuevos materiales resultado de la innovación tecnológica y a
cualquier otro elemento resultado de la colaboración o, incluso, la apropiación de los avances
científicos por la voracidad creadora y exploradora de novedades de los artistas. Incluye también,
desde luego, las propias referencias artísticas previamente elaboradas y que pasan a ser fuente de
renovada utilización y transformación. La apropiación de todo aquello preexistente, en cualquiera de
sus modalidades, es la marca también de gran parte de las prácticas artísticas recientes y una de las
estrategias creativas más empleadas en el campo del arte.
En las prácticas artísticas actuales, muchos trabajos se centran más en el proceso, valorizan por
encima de todo el carácter de proceso de la creación artística más que su resultado final, que hasta
hace poco ocupaba todo el escenario. Esa dimensión procesal, de acción, de transformación, de
ausencia incluso de un resultado más allá de ese mismo proceso, contempla el arte como
acontecimiento, como recorrido, viaje a realizar o experienciar. El arte ya no es un objeto que
podamos contemplar desde un punto de vista, es algo que sucede2 y que requiere nuestra participación.
2
“El arte sucede. Origen de las prácticas conceptuales en España” se llamó una exposición realizada por el Museo Nacional
Centro de Arte Reina Sofía en Madrid, en 2006, mostrando la obra de los artistas más representativos del arte conceptual
desarrollado en España y que empezaron a destacar entre 1965 y 1980.
4
HIBRIDACIÓN DE LOS MEDIOS ARTÍSTICOS
Igualmente, en los últimos tiempos han aparecido, y se han instalado para quedarse, prácticas
artísticas caracterizadas por la interconexión y la contaminación mutua y que afectan radicalmente al
propio concepto de arte. La performance, la videoinstalación u otros híbridos artísticos predominan, en
muchos casos, en la escena artística actual. Mezclas, combinaciones, contaminaciones de medios, de
lenguajes, de materiales, de procedimientos, de problemas, que dejan sin sentido cualquier intento
postrero de comentar la situación del arte acudiendo a las categorías clásicas de dibujo, pintura,
escultura…
Esta tendencia venía de lejos. Los artistas de la primera mitad del siglo pasado ya habían
experimentado notablemente con la utilización de diferentes medios, materiales y procedimientos en la
misma obra –por ejemplo los collages cubistas o los ensamblajes dadaístas-, y en las décadas
posteriores tal camino no haría sino ampliarse y frecuentarse de las maneras más variadas que la
técnica, la industria, la economía y la creatividad podían permitir. El concepto multimedia y la mezcla
de géneros tienen su hábitat más privilegiado en el espacio del arte.
Más allá incluso de esta situación multimedial y de géneros híbridos o nuevos géneros y
medios, las artes se han extendido hacia la exploración de espacios transdisciplinares: abundan las
colaboraciones e interpenetraciones de las artes con las diferentes disciplinas tradicionales, como la
filosofía, antropología, sociología, política, ecología, etnografía, medicina, biología… Y el resultado,
muchas veces, son productos o proyectos artísticos que sobrepasan por completo los límites
conceptuales de lo que venía siendo pensado como arte, generando unas implicaciones no sólo
artísticas, sino también éticas, políticas o de otro tipo, que requieren constantemente atención y
esfuerzos de replanteamiento y acomodación a las nuevas provocaciones y miradas sobre la realidad.
Exploraciones artísticas que nos interpelan y demandan nuevos modos de pensar acerca de nuevos
problemas, que acaban con la división de las disciplinas artísticas en compartimentos estancos y con
los modos simplificadores de contemplar la realidad.
Solapamientos de arte y cultura visual
En las manifestaciones artísticas recientes es cada vez más frecuente la interacción entre arte y
artesanía, publicidad, cultura popular, medios de comunicación, prácticas cotidianas… El arte actual
se vuelve disperso y se extiende y mezcla con el universo amplio de la cultura visual. Desde hace
algunas décadas, no es fácil ya trazar una clara frontera entre arte y cultura de masas. Caminos
iniciados por Marcel Duchamp o Andy Warhol son ya autopistas frecuentadas por todo tipo y amplio
número de creadores. Las antes llamadas bellas artes, que se instalaban en el territorio restringido de la
alta cultura, han ido acercándose y entremezclándose con la cultura popular, la cultura de masas, en el
espacio abierto de la vida cotidiana.
Participación del espectador
El espectador deja de ser concebido como receptor pasivo y pasa a ser reconocido como agente
que entra en relación con la propuesta del artista y se convierte, con pleno derecho, en coautor de la
obra. Desde estos planteamientos, no es que el espectador tenga la oportunidad de relacionarse con una
obra realizada por el artista, sino que esa obra no es tal en sí misma, no se constituye sino es en el
proceso de interconexión, juego, participación con el espectador. La creación artística tiene lugar, no
ya en la mente del artista actuando bajo una musa inspiradora, ni en los ojos del público, impactados
por un trabajo particularmente especial, sino en el encuentro entre ambos, en la relación, en la
duración del juego que le da existencia a la obra.
La antigua división entre artista y público empieza a ser muy poco precisa. Pero no sólo eso: la
distinción entre quién es artista y quién no también acaba por replantearse contundentemente. Todo
5
ello amplía el campo del arte, extiende la del concepto de creatividad artística, reconoce el valor
potencial de sus aportaciones a todas las personas en el campo del arte, desmitifica la creatividad
artística democratizándola y dibuja, eso sí, un panorama mucho más complejo en el que el arte deja de
ser un ámbito definido de manera autónoma y pasa a ser la confluencia de una red de interacciones,
significados, situaciones, encuentros y transformaciones. Lo que se dibuja con todas estas
manifestaciones es:
“Una nueva estética en construcción, descentrada, heterónoma, abierta, masificada, popular,
no “purista”, plurivalente, transdisciplinar y compleja, que trasciende a la estética tradicional,
eurocéntrica, autónoma, cerrada, elitista, cultista, aséptica, univalente, disciplinar” (Sotolongo, sf:
7).
En Estética relacional, Nicolas Bourriaud se refiere a una serie amplia de artistas, herederos de
la línea representada por los happenings o las actuaciones fluxus, que venían trabajando en la década
de los noventa sobre la interacción y la participación del espectador en la creación artística. Desde esa
estética relacional, muy diferente de esa otra estética individual que se apoyaba en el poder creativo
del artista y en el carácter especial de la obra, “el arte es la organización de presencia compartida entre
objetos, imágenes y gente” (Bourriaud, 2006). Como afirma este autor:
“Ya no se puede considerar la obra contemporánea como un espacio a recorrer. La obra se
presenta ahora más bien como una “duración” que debe ser vivida, como una apertura a la discusión
ilimitada”. (Bourriaud (2006)
CREACIÓN ARTÍSTICA COMO CONFLUENCIA E INTERCONEXIÓN
El artista hoy ya no sólo dibuja, pinta, modela, esculpe, construye, corta, suelda, funde o pega.
El artista, además, realiza otras muchas tareas, como negociar, investigar, planificar, organizar,
entrevistar, registrar, relacionar… en un espacio cada vez más ampliado e implicando cada vez a más
protagonistas, lo que habla de los profundos cambios que han venido ocurriendo en la forma de
entender el trabajo artístico y el proceso creativo en las artes.
Muchas de las prácticas artísticas contemporáneas no se dirigen finalmente a la creación de
objetos. En lugar de asumir esa finalidad tradicionalmente asignada al artista, los creadores pretenden
generar contextos y procesos transdisciplinares de construcción de sentido y de producción de
significado y experiencia, dejando atrás su papel meramente estético para convertirse en agentes de
una función catalizadora social.
Este tipo de ideas, en el contexto de ampliaciones, descentramientos e interconexiones que aquí
se tratan, alumbra un modo de pensar la creatividad artística muy alejado de aquella tarea individual,
aislada e inspirada del genio creador. Desde este punto de vista social y relacional, la creatividad
artística tiene más que ver con participación en contextos de relación, en redes potencialmente
creativas. En una dirección que ya marcaron Joseph Beuys y otros artistas en el siglo anterior:
“De lo que se trataría entonces es de conectar las redes artísticas y las redes sociales,
alcanzar una articulación de intereses que haga efectiva la energía transformadora que circula por
ambos tipos de redes.” (J.A. Sánchez, sf: 16)
Una gran parte del arte de los últimos años atiende a la creatividad social en lugar de a esa
autoexpresión del artista. No interesa mantener el mito cultural que identifica al creador con el genio
aislado, inmerso en su subjetividad, separado del mundo y que tantos siglos de nuestra historia ha
ocupado. Frente a la capacidad creativa individual del artista, que se pone en práctica de manera
inspirada en su proceso creador particular, ahora podemos hablar también de una creatividad
extendida, distribuida. Ello amplía el campo de la creatividad hacia otros territorios, los de la
6
participación en contextos creativos, en propuestas artísticas relacionales, en procesos creativos
dialógicos e interactivos. Bourriaud dibuja un panorama ciertamente intrincado, complejo de la
creación artística entendida bajo este prisma:
“La esencia de la práctica artística radicaría entonces en la invención de relaciones entre
sujetos; cada obra de arte encarnaría la proposición de habitar un mundo en común, y el trabajo de
cada artista, un haz de relaciones con el mundo que a su vez generaría otras relaciones, y así hasta el
infinito.” (Bourriaud, 2006).
CONCLUSIÓN: CREATIVIDAD ARTÍSTICA EXTENDIDA
A la vista de todo lo anterior, y volviendo a la idea inicial de este texto que estaba relacionada
con la definición de Morin sobre lo complejo, como aquello que está tejido en conjunto, un comentario
del filósofo D. M. Levin es aquí muy pertinente:
“Necesitamos pensar en prácticas artísticas del yo que comprendan el entretejido del yo y el
otro, del yo y la sociedad; que atiendan a las sutiles complejidades de este entretejido” (Levin, 1989).
Desde este punto de vista, el estudio e investigación de la creatividad artística no puede
permanecer al margen de las transformaciones profundas de la esfera artística en los últimos tiempos,
y ante las que las concepciones de artista, proceso creativo, producto creativo en artes se replantean a
partir de este panorama interconectado y complejo:
“El contexto social se convierte en continuo para la interacción, para un proceso de relación y
tejido conjunto, creando un flujo en el que no hay distancia espectatorial, ningún imperativo
antagonista, sino casi la reciprocidad que encontramos en juego en un ecosistema. Dentro de un
paradigma centrado en el escuchar, la vieja especialización de artista y audiencia, creativo y no
creativo, profesional y no profesional (distinción entre quién es un artista y quién no lo es) comienza a
borrarse. Seguir este camino […] representa la apertura de un espacio experimental en el cual
instituir y practicar un nuevo arte que esta más a tono con los muchos modelos interactivos y
ecológicos que emergen en nuestra cultura. Creo que veremos en las próximas décadas más arte
esencialmente social y con propósito, refractario al mito modernista de autonomía y neutralidad”.
(Gablik, 1995).
En resumen, si el campo de las prácticas artísticas se transforma en las direcciones
anteriormente consideradas, evidenciando numerosos descentramientos, ampliaciones e
interconexiones, el ámbito de estudio de la creatividad artística también cambia. Se aleja de las
perspectivas cuya única o más importante referencia es la capacidad individual, la autoexpresión y la
solución creativa focalizada en un objeto, para ampliarse hacia una creatividad relacional social,
extendida, procesual, distribuida, interconectada y compleja.
REFERENCIAS
BOURRIAUD, N. (2004): Postproducción. Buenos Aires: Adriana Hidalgo Editora.
BOURRIAUD, N. (2006): Estética relacional. Buenos Aires: Adriana Hidalgo Editora.
BREA, J.L. (2002): La era postmedia: acción comunicativa, prácticas (post)artísticas y dispositivos
"neomediales". Salamanca: Consorcio Salamanca.
BREA, J.L.: La estetización difusa de las sociedades actuales y la muerte tecnológica del arte.
http://aleph-arts.org/pens/estetiz.html
DOMINGUES, D. (2002): “La Caja de Pandora y las tramas de la vida en las redes telemáticas”. En
Maria Beatriz de Medeiros (org.) Arte y Tecnología en la Cultura Contemporánea. Brasilia:
Dupligráfica Editora.
7
GABLIK, S. (1995): “Estética Conectiva: Arte después del Individualismo”. En Suzanne Lacy (ed.).
Mapping the terrain: new genre public art. Bay Press.
http://www.revistamalabia.com.ar/web_06/web_30/notas/nota_25.htm
HERNÁNDEZ,
F.
(2000):
Educación
y
Cultura
Visual.
Barcelona:
Octaedro
http://artecno.ucs.br/livros_textos/textos_site_artecno/3_capitulo_livros/medeiros_2002_esp.rtf
http://www.sintesys.cl/complexus/revista/pdf/Pedro%20Sotolongo.pdf
LEVIN, D.M. (1989): The Listening Self: Personal Growth, Social Change, and the Closure of
Metaphysics. New York: Routledge.
MORIN, E. (2005): Introducción al pensamiento complejo. Barcelona: l Gedisa.
SAN CORNELIO, G. (2004): Retratos digitales y otras ilustraciones del sujeto en Internet.
http://cibersocietat.com/congres2004/grups
SÁNCHEZ, J.A.: Nuevos espacios para el arte.
http://www.um.es/campusdigital/Libros/textoCompleto/poliCultural/05asanchez.pdf.
SOTOLONGO, P.L.: “Algunas cuestiones a tener en cuenta por la historia y la filosofía de la ciencia
en el contexto de la revolución en el saber contemporáneo”. Complexus. Revista de
Complejidad, Ciencia y Estética.
VALENCIA, M.A. (2005): “Los orígenes del arte crítico: La metáfora Rothko”, En Revista de
Ciencias Humanas, UTP, 35.
8
Descargar