. COMPETENCIA CULTURAL Y ARTÍSTICA. La Dirección General de Educación y Cultura de de la Comisión Europea suscribe que las competencias clave o básicas representan un paquete multifuncional y transferible de conocimientos, destrezas y actitudes que todos los individuos necesitan para su realización y desarrollo personal, inclusión y empleo. Éstas deberían haber sido desarrolladas para el final de la enseñanza o formación obligatoria, y deberían actuar como la base para un posterior aprendizaje a lo largo de la vida. Este criterio ha contribuido a determinar también una serie de competencias genéricas o independientes de materias concretas o transversales. Se trata de competencias que no están ligadas a ninguna disciplina, sino que se pueden aplicar a una amplia variedad de materias y situaciones. En los marcos europeos de educación se han definido ocho competencias clave consideradas necesarias para el desarrollo personal y social y la integración laboral de todas las personas en la sociedad del conocimiento, así como para favorecer el conocimiento y la aceptación de la diversidad cultural y lingüística de Europa. Una de estas ocho competencias es la expresión cultural denominada también Competencia cultural y artística y definida como la apreciación de la importancia de la expresión creativa de ideas, experiencias y emociones a través de distintos medios, incluida la música, las artes escénicas, la literatura y las artes plásticas. Tal competencia abarca no sólo a las artes sino a también a otras realidades y manifestaciones culturales, conociendo y participando como mero espectador o como participante activo o productor. La expresión cultural debe ser considerada como un elemento central en el desarrollo integral de las personas, por su aportación al desarrollo de distintas competencias clave y por el hecho de que crea condiciones esenciales para una participación activa en la vida cultural de la sociedad. También puede ser una herramienta importante a la hora de desarrollar la creatividad, considerada como un factor cada vez más decisivo en la sociedad del conocimiento. En los decretos de enseñanzas mínimas de la Ley Orgánica de Educación apunta que la competencia cultural y artística supone conocer, comprender, apreciar y valorar críticamente diferentes manifestaciones culturales y artísticas, utilizarlas como fuente de enriquecimiento y disfrute y considerarlas como parte del patrimonio de los pueblos. Se trata de una competencia que facilita tanto expresarse y comunicarse como percibir, comprender y enriquecerse con diferentes realidades y producciones del mundo del arte y de la cultura. El conjunto de destrezas que configuran esta competencia se refiere tanto a la habilidad para apreciar y disfrutar con el arte y otras manifestaciones culturales, como a aquellas relacionadas con el empleo de algunos recursos de la expresión artística para realizar creaciones propias; implica un conocimiento básico de las distintas manifestaciones culturales y artísticas, la aplicación de habilidades de pensamiento divergente y de trabajo colaborativo, una actitud abierta, respetuosa y crítica hacia la diversidad de expresiones artísticas y culturales, el deseo y voluntad de cultivar la propia capacidad estética y creadora, y un interés por participar en la vida cultural y por contribuir a la conservación del patrimonio cultural y artístico, tanto de la propia comunidad como de otras comunidades.