Petición reconociento nacionalidad española para los moriscos

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Los moriscos piden equipararse a los
sefardíes y piden la nacionalidad española
EFE. 17/02/2014
Piden el mismo derecho para el resto de los expulsados de España o, de lo
contrario, el Gobierno demostraría que su decisión «tiene tintes racistas»
Si los sefardíes han obtenido reparación histórica por parte de España, ¿por qué no los
moriscos?. Los descendientes de aquellos moriscos expulsados de España en el siglo
XVII no ocultan un cierto sentimiento de «exclusión» y reclaman de España el mismo
trato que el reservado a los judíos sefardíes.
Se apellidan Loubaris (de Olivares), Bargachi (de Vargas) Buano (de Bueno), Sordo,
Denia, Lucas... y constituyen cientos de familias en Tetuán, en Rabat y en Fez, las
ciudades de Marruecos donde fueron acogidos tras su expulsión y donde se convirtieron
pronto en la «aristocracia» urbana. Estos marroquíes de origen morisco han prestado
mucha atención a la reciente decisión del Gobierno español de conceder la nacionalidad
española a los judíos sefardíes (expulsados también de España en el siglo XV) y piden
que España tenga también gestos como para con los moriscos.
El Gobierno español aprobó el pasado 7 de febrero una modificación del Código Civil
para conceder la nacionalidad española a todos los sefardíes (judíos expulsados de
España en 1492) que lo pidan y puedan acreditar tal condición. Los sefardíes fueron
expulsados de España por un edicto de 1492, promulgado por los Reyes Católicos, que
les obligó a convertirse al catolicismo o, en caso contrario, a exiliarse del país en un
plazo de tres meses. «El Estado español, al igual que ha anunciado el derecho de los
judíos sefardíes a gozar de la nacionalidad española (...) debería reconocer el mismo
derecho para el resto de expulsados, los moriscos; de lo contrario, su decisión sería
selectiva, por no decir racista» asegura Bayib Loubaris, presidente de la Asociación
Memoria de los Andalusíes (como en Marruecos se denominó a los descendientes de los
moriscos).
Iniciativas individuales
Loubaris calificó de «muy positiva» la decisión del Gobierno español para con los
sefardíes, ya que supone según él un reconocimiento de la «culpa de expulsión que
cometió el Estado español hacia sus ciudadanos». La nueva reforma del Código Civil
español permitirá a los sefardíes pedir la nacionalidad española sin que pierdan la
suya de origen, lo cual parece difícil para los moriscos de origen marroquí, ya que
España no tiene convenio de doble nacionalidad con Marruecos.
Loubaris precisó que la exigencia la nacionalidad española no aparece como prioridad
máxima de su asociación, pero reconoció que ha habido iniciativas individuales de
algunos de sus miembros sobre este tema, que llegaron a mandar una carta al Rey Juan
Carlos para solicitar su derecho a ser españoles. En realidad, se trata más bien de un
reconocimiento de la memoria histórica. Loubaris explicó que su asociación, creada
hace un año y medio, se centra actualmente en dar a conocer el legado morisco,
salvaguardar las distintas manifestaciones de este patrimonio en Marruecos y devolver
el esplendor a este legado histórico.
Expulsados en 1610
Los moriscos que fueron expulsados de España en 1610, unas 300.000 personas, se
instalaron a partir de entonces en el norte de África, principalmente en las ciudades de
Marruecos, y en menor medida en Argelia y Túnez. Si bien aquellos moriscos no
conservaron -como los sefardíes- la lengua española, trajeron con ellos un estilo de vida
que aún hoy es reconocible en la arquitectura (los tejados de tejas verdes), la
vestimenta, las tradiciones culinarias o la música andalusí, entre otras cosas. La
instalación de los moriscos en la orilla sur del Mediterráneo marcó una nueva de
refinamiento, elegancia y desarrollo y dio un lustre de "nobleza" a un estilo de vida
hasta entonces mucho más rudo y campesino.
En Marruecos, el componente morisco ha merecido un lugar de distinción a lo largo de
siglos; del mismo modo, los moriscos han ocupado desde siempre altos cargos que les
garantizaba una proximidad a los círculos del poder. Según las estimaciones del
presidente de la Asociación Memoria de los Andalusíes, Nayib Loubaris, actualmente
hay unas 600 familias de origen morisco que se instalaron en varias ciudades del
país, de las que un centenar viven en Rabat. Loubaris dice estar orgulloso de sus
orígenes, tanto como de su identidad actual en un país que "acogió a nuestros
antepasados tras haber sido expulsados por reyes que deberían haberlos protegido",
concluye.
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