AMPARO DIRECTO 83/94. Número de registro: 699 Octava Época Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Fuente: Semanario Judicial de la Federación Tomo: Tomo XIII, Mayo de 1994 Página: 298 AMPARO DIRECTO 83/94. ARTURO CAMACHO JIMENEZ Y RICARDO TORRES BARRERA. CONSIDERANDO: CUARTO.-Son infundados los anteriores conceptos de violación, pues los Magistrados de la Décima Segunda Sala del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, estuvieron en lo justo al tener por acreditada la corporeidad del ilícito robo simple, previsto y sancionado en los artículos 367 y 370 fracción II del Código Penal para el Distrito Federal, así como la plena responsabilidad de los ahora quejosos en su comisión, en términos del artículo 13 fracción III de dicho ordenamiento; pues se acreditó que en el lugar y hora de los hechos, dichos sujetos se apoderaron del vehículo relacionado, en cuyo interior se encontraba Marco Antonio Salgado Cuevas en compañía de otra persona, amagándolos con una pistola con la que lesionaron a aquél en la frente y, a continuación, los pasaron a la parte posterior del automóvil, para poco después hacerlos descender del mismo, apoderándose así ilegalmente de éste, a bordo del cual se dieron a la fuga, para ser detenidos más tarde en posesión del mismo, conclusión a la que se llegó mediante el análisis de las constancias de autos, entre las que destaca lo manifestado por Marco Antonio Salgado Cuevas, quien en relación con el robo del vehículo propiedad de su hermano Hugo Salgado Cuevas, mencionó que los responsables fueron Arturo Camacho Jiménez, quien los amagó con el arma y Ricardo Torres Barrera quien le exigía dinero y las llaves del vehículo, agregando que la primera vez que los vio no le "dieron buena espina" y esto fue a unos quince metros de distancia, señalando ante el Juez de la causa a los ahora quejosos Ricardo Torres Barrera y Arturo Camacho Jiménez, como responsables de los hechos, con el dictamen de valuación practicado en relación con el vehículo y los objetos personales del pasivo, mismos que fueron materia del robo; con el dictamen en balística que se practicó en relación con una pistola calibre treinta y ocho especial; con lo manifestado por el policía preventivo Gerardo Refugio Briones Beltrán, en el sentido de que en el vehículo relacionado iban Arturo Camacho Jiménez, José Jairo Huerta Alvarez y Ricardo Torres Barrera, de los que se logró la detención de los dos primeros cuando intentaban huir tras abandonar la unidad, en tanto, que al tercero lo reconoció posteriormente tras su detención como el que iba a bordo de la misma y logró huir; con lo expuesto por José Jairo Hurtado Alvarez, en cuanto a que se encontró con que a bordo del vehículo objeto del robo, venían Arturo Camacho Jiménez y Ricardo Torres Barrera, así como "Samuel", quien lo conducía, quienes lo invitaron a embriagarse, a bordo del mismo y -1- AMPARO DIRECTO 83/94. a los que nunca cuestionó sobre su propiedad; con la denuncia hecha por Hugo Salgado Cuevas, quien acreditó la propiedad de su vehículo e incluso con lo manifestado por los quejosos, quienes si bien niegan la comisión del delito que se les imputa, aceptan haber estado en el lugar y hora de los hechos y además, hay testigos de ello, que estaban a bordo del vehículo robado, en compañía de "Samuel", sin que para hacer creíble su dicho hayan ofrecido constancia alguna que permitiera fundar el argumento de su negativa, no asistiéndoles razón cuando esgrimen que la imputación directa y sostenida que les hace el testigo singular Marco Antonio Salgado Cuevas, esté aislada y carente de eficacia demostrativa, por no corroborarse con dato alguno, pues lo cierto es que José Jairo Hurtado Alvarez, como se ha mencionado, manifestó que encontró a los dos quejosos cuando a bordo del vehículo relacionado venían en compañía de "Samuel", lo que se robustece con el parte informativo de Policía Judicial del Distrito Federal, en el que consta que los dos detenidos dijeron haber asaltado a dos personas que se encontraban a bordo de un "Datsun", color azul, así como el dicho del remitente Gerardo Refugio Briones Beltrán y, si bien estos dos indicios podrían carecer por sí mismos de valor probatorio, lo adquieren en contra de los acusados, como las demás constancias de autos, al relacionarse entre sí, por lo que debe concluirse que, en estos aspectos el acto reclamado no viola garantías a los quejosos. Finalmente, para imponer las penas, la Sala sentenciadora, concluyó con lo siguiente: "VIII. Para la individualización de las sanciones se deberá estar, dentro de los lineamientos señalados en los artículos 370 párrafo segundo, 51 y 62 todos del Código Penal, 427 del código procesal penal; se toma en cuenta la índole dolosa del ilícito perpetrado; el medio utilizado lo constituyó los amagos traducidos en violencia física al utilizar los activos en el delito un arma de fuego; el móvil en el delito lo fue la codicia o apetito hacia los bienes ajenos; al momento de los hechos se encontraban en estado de ebriedad los justiciables; los hechos acaecieron aproximadamente a las veintidós horas del día cinco de julio de mil novecientos noventa y dos, sobre las calles de Peña y Peña, esquina con Luis de la Rosa, en la Colonia Jardín Balbuena; entre el paciente en el delito y los activos en el mismo no existía nexo de conocimiento. Considerando asimismo que al momento de su detención el procesado Arturo Camacho Jiménez dijo ser de diecinueve años de edad, soltero, católico, originario del Distrito Federal, con instrucción primaria de ocupación sastre, domicilio actual en las calles de Rafael Saldaña Cuarta Sección, manzana cuarenta, lote cuarenta y uno, de la Colonia Ejército de Oriente, que no tiene apodo, no afecto a drogas, si afecto a bebidas embriagantes, su pasatiempo es jugar basketbol, sano, como sastre gana cincuenta nuevos pesos semanales, que ayuda al gasto familiar, es hijo de Paula y José, que es la primera vez que se encuentra detenido lo que se corrobora con su ficha signalética (f. 76) e informe rendido por la Dirección General de Reclusorios y Centros de Readaptación Social del Distrito Federal (f. 82 ), según su estudio de personalidad (f. 92 a 96) presenta capacidad criminal media, adaptabilidad social baja e índice de estado peligroso medio, con pronóstico intra y extrainstitucional desfavorable, porque existen conflictos con la autoridad y porque el medio criminógeno donde se desenvuelve, por lo que merece tratamiento de delincuente primario, -2- AMPARO DIRECTO 83/94. apreciaciones y referencias que nos permiten graduarle una peligrosidad entre la mínima y la media, más cercana a la segunda; en cuando al coprocesado Ricardo Torres Barrera dijo ser de diecinueve años de edad, unión libre, con instrucción secundaria, ocupación comerciante, con domicilio actual en las calles de Retorno Tres Legión del Norte, manzana veintisiete, módulo dos, letra "A", Cuarta Sección, en la Colonia Ejército de Oriente, sano, no tiene apodo, afecto a bebidas embriagantes y cigarrillos de marca comercial, no afecto a drogas, su pasatiempo es pasear con la familia, que como comerciante gana aproximadamente treinta nuevos pesos diarios, dependen de él tres personas, ser hijo de Sofía y Daniel, que es la primera vez que se encuentra detenido, lo que se corrobora con su ficha signalética (f. 71 ) e informe rendido por la Dirección General de Reclusorios y Centros de Readaptación Social del Distrito Federal (f. 85), según su estudio de personalidad (f. 98 a 103 ) presenta capacidad criminal media, adaptabilidad social medio baja e índice de estado peligroso medio, con pronóstico intrainstitucional desfavorable por ser reservado por sus características de personalidad, por lo que merece tratamiento de delincuente primario; apreciaciones y referencias que nos permiten graduarle una peligrosidad entre la mínima y la media, más cercana a la segunda; en tales condiciones resulta proporcional imponerle a cada uno de ellos penas de dos años ocho meses de prisión y ciento treinta días de multa, que en razón del salario mínimo vigente en el Distrito Federal al momento de acontecer el evento delictual cinco de julio de mil novecientos noventa y dos, era de trece nuevos pesos con treinta y tres centavos, lo que hace un total de un mil setecientos treinta y dos nuevos pesos con noventa centavos, que deberán enterar cada uno de los procesados a la Tesorería del Departamento del Distrito Federal. Multa que en caso de insolvencia total o parcial se le sustituye por ciento treinta jornadas de trabajo no remuneradas en favor de la comunidad, que consistirán en la prestación de servicios no remunerados en favor de la comunidad en instituciones públicas educativas o de asistencia social o en instituciones privadas asistenciales, las que deberán llevar a cabo en jornadas dentro de períodos distintos al horario de labores que representen la principal fuente de ingresos para los procesados y su familia, sin que puedan exceder de tres horas diarias ni de tres veces consecutivas en la semana laboral de conformidad en lo dispuesto en el artículo 66 de la Ley Federal del Trabajo, bajo la orientación y vigilancia de la autoridad ejecutora y que en ningún concepto se desarrollarán en forma tal que resulte degradante o humillante para los condenados y su familia de conformidad a lo dispuesto en el artículo 27 párrafo tercero, cuarto, quinto y sexto del Código Penal. La pena de prisión impuesta la deberán compurgar en el lugar y términos que al efecto decidan la Dirección General de Servicios Coordinados de Prevención y Readaptación Social, con abono de la sufrida preventivamente por esta causa, siendo el día seis de julio de mil novecientos noventa y dos. IX. Se provee sobre la reparación del daño, proveniente del delito robo de la siguiente manera: con fundamento en los artículos 29 primer párrafo, 30 fracciones I y II y 31 todos del Código Penal se le condena a la reparación del daño a los sentenciados Ricardo Torres Barrera y Arturo Camacho Jiménez, mismo que se da por satisfecho en virtud de haberse recuperado el bien materia del apoderamiento, confirmándose de esta manera lo señalado por el Juez instructor. X. Se confirma la amonestación llevada a cabo hacia los sentenciados para -3- AMPARO DIRECTO 83/94. prevenir su reincidencia, con fundamento en los artículos 42 del Código Penal y 577 del Código Procesal Penal. XI. Con fundamento en la fracción III del artículo 70 en relación a la fracción I incisos b) y c) del artículo 90 ambos preceptos del Código Penal, se les sustituye la pena de prisión impuesta a los justiciables Arturo Camacho Jiménez y Ricardo Torres Barrera por multa, la que se fijará por días multa, la que el límite inferior será el equivalente al salario mínimo vigente en el lugar donde se cometió el delito y toda vez que al momento del evento típico cinco de julio de mil novecientos noventa y dos, el salario mínimo vigente en el Distrito Federal era de trece nuevos pesos con treinta y tres centavos, tomando en consideración además lo dispuesto por el artículo 29 in fine del mismo ordenamiento punitivo indicado, un día multa equivale a un día de prisión, descontándose el tiempo que llevan en prisión preventiva, esto es cuatrocientos cuarenta y seis días, por lo que el total de la pena a sustituir es de quinientos veintisiete días, equivalentes a siete mil veinticuatro nuevos pesos con noventa y un centavos, que aunado a la sanción pecunaria impuesta como pena se obtiene un total de ocho mil setecientos cincuenta y siete nuevos pesos con ochenta y un centavos, que deberá enterar cada uno de los enjuiciados a la Tesorería del Departamento del Distrito Federal, en la inteligencia de no optar por este sustitutivo, subsistirá la pena de prisión impuesta". Como puede verse de la anterior transcripción, la Sala sentenciadora usó justamente el arbitrio judicial que la ley le confiere, pues impuso las penas de acuerdo con la peligrosidad "entre la mínima y la media, más cercana a la segunda", que estimó en los quejosos, no asistiéndoles la razón a éstos, cuando dicen que los perjudica el que se les concedió únicamente la sustitución de la pena corporal, pues dicha concesión es facultad exclusiva del juzgador, el que oportunamente razonó al respecto, lo mismo sucede con su alegato de que la pecuniaria excede de los quinientos días multa que menciona la primera parte del párrafo segundo del artículo 29 del código sustantivo de la materia, pues una es la multa por ciento treinta días de salario mínimo, que como parte de la pena se les impuso y otra es la pecuniaria sustitutiva de la corporal, que en lugar de quinientos veintisiete días de prisión se les concedió e incluso cabe decir que a uno de los quejosos se le benefició, clara e injustamente, pues si bien, escrupulosamente se hizo el cálculo del tiempo que aún les falta por compurgar, en el caso de Ricardo Torres Barrera, se tuvo como base el salario mínimo vigente el día de los hechos, para fijar el monto de la sustitutiva de la prisión, esto cuando dicho sujeto en preparatoria dijo ganar treinta nuevos pesos, esto es novecientos nuevos pesos mensuales, lo que refleja el desacato del contenido del párrafo segundo del artículo 29 del Código Penal para el Distrito Federal, que a la letra dice "... el día multa equivale a la percepción neta diaria del sentenciado en el momento de consumar el delito, tomando en cuenta todos sus ingresos", sin embargo dicha irregularidad que beneficia a uno de los quejosos, permanecerá intocada, pues no es objeto del juicio de amparo perjudicar a quien lo promueve; sin embargo, procede en el caso suplir la deficiencia de la queja, con fundamento en lo que dispone el artículo 76 bis fracción II de la Ley de Amparo, pues indebidamente la Sala sentenciadora sumó la multa impuesta como pena y la cantidad que resultó de sustituir la pena de prisión por multa, lo cual es ilegal porque son de diversa naturaleza, procediendo por ende conceder a los quejosos el amparo y protección de la Justicia Federal, para el único -4- AMPARO DIRECTO 83/94. efecto de que, subsistiendo en sus demás aspectos la sentencia reclamada, la Sala señalada como autoridad responsable separe las cantidades, pues la multa directa es fija, mientras que la sustitutiva de la prisión es variable, reduciéndose por el tiempo que se compurgue, además de que como antes se precisa, son de diversa naturaleza. El anterior criterio se sustenta por este tribunal en la siguiente tesis: "MULTA. DIFERENTES CONNOTACIONES (MULTA DIRECTA Y MULTA SUSTITUTIVA DE PRISION).-El artículo 29 del Código Penal para el Distrito Federal determina la multa que debe señalarse para la imposición de sanciones, sin embargo, tal figura jurídica tiene diversas connotaciones, como multa directa y como multa sustitutiva de prisión, previstas en el segundo y séptimo párrafo parte final respectivamente, del citado precepto legal; la característica de ambas estriba en que la multa directa tiene como límite para fijarla quinientos días, por tratarse de una pena a imponer y la segunda o sea la multa sustitutiva de la prisión se impone al realizar la equivalencia de un día de prisión por un día multa, de lo que se desprende que tiene como límite los días que se hubieran impuesto al sentenciado como pena privativa de libertad"; así y toda vez que no son aplicables las tesis jurisprudenciales que los quejosos citan en su ayuda, es factible concluir que el acto reclamado no viola garantías y procede negar a éstos el amparo y protección de la Justifica Federal que solicitaron. Por lo expuesto y con fundamento en los artículos 1o., fracción I, 76, 77, 78, 158 y 184 de la Ley Reglamentaria de los Artículos 103 y 107 Constitucionales y 44 fracción I, inciso a), del Capítulo IV de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, se resuelve: UNICO.-La Justicia de la Unión AMPARA Y PROTEGE a ARTURO CAMACHO JIMENEZ Y RICARDO TORRES BARRERA, contra los actos que reclaman de la Décima Segunda Sala del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, como autoridad ordenadora; del Juez Trigésimo Segundo Penal del Distrito Federal y director del Reclusorio Preventivo Sur, como ejecutoras, mismos que quedaron precisados en el resultando primero, para el único efecto que se precisa en la parte final del cuarto considerando de esta ejecutoria. Notifíquese; remítase testimonio de la presente ejecutoria a la Sala señalada como autoridad responsable ordenadora, así como los autos enviados y, en su oportunidad, archívese el expediente de amparo. Así, lo resolvió el Tercer Tribunal Colegiado del Primer Circuito en Materia Penal, por unanimidad de votos de los Magistrados Lic. Guillermo Velasco Félix (ponente), Lic. Manuel Morales Cruz y presidente Lic. Carlos de Gortari Jiménez. Firman el presidente y magistrados que integran el tribunal, ante el secretario de Acuerdos que da fe. -5-