Intervención Sr.Ministro Rodolfo Nin Novoa en Lanzamiento Cámara de Comercio MERCOSUR-ASEAN Es con sumo agrado que participamos en esta ceremonia de lanzamiento de la Cámara de Comercio MERCOSUR-ASEAN, que tiene especial significado en la coyuntura actual, ya que es funcional al esfuerzo que estamos desarrollando para fortalecer nuestra presencia internacional en la región de Asia-Pacífico. Esta Cámara, cuya sede está en Montevideo, tiene entre sus propósitos, promover las relaciones comerciales y la inversión entre los países que integran ambos bloques, facilitando información sobre las oportunidades de negocios, la resolución de disputas comerciales y colaborando con los gobiernos en la organización y ejecución de misiones comerciales. Estas tareas constituyen un importante apoyo a nuestro trabajo, ya que el dinamismo del escenario mundial nos obliga a tener bajo permanente revisión las oportunidades de cooperación, intercambio comercial y de negocios con todos los países y regiones. Una lectura geopolítica de la situación actual, analiza cómo el poder relativo en términos económicos, políticos, comerciales y de inversión, tiende a desplazarse del tradicional eje Norteamérica-Europa hacia la región del Pacífico, donde confluyen países con economías de enorme pujanza. Este dato de la realidad es un elemento que no puede pasar inadvertido para todo país que se proponga construir una estrategia moderna de proyección externa. 1 Por ello, a efectos de comprender la importancia de esta región en permanente desarrollo, entiendo importante recordar que la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) fue fundada en la ciudad de Bangkok en 1967, con objetivos esencialmente de cooperación política. La Asociación se integra por 10 países que cubren el área situada al sur de China y al este de la India, que comprende Brunei, Camboya, Indonesia, Filipinas, Laos, Malasia, Myanmar, Singapur, Tailandia, Vietnam, debiendo también considerarse como integrante a Timor Oriental. La zona cubre una superficie territorial de 5 millones de kilómetros cuadrados, que cuenta con una población de más de 650 millones de habitantes, un PBI combinado que se acerca al 7% mundial, al tiempo que representa un 8% de las exportaciones globales. Es cierto, que las economías de la región aunque muestran diferencias entre sí, se caracterizan por su rápido crecimiento, especialmente en las últimas dos décadas, promediando un 4,7% en los últimos dos años. Para comprender la evolución exitosa de este proceso, cabe destacar que a principios de la década del noventa, la Ronda Uruguay del GATT era la instancia multilateral en la que los países estaban negociando un avance global en la materia, que culmina con la creación de la OMC. El mundo asistía a la concreción de negociaciones comerciales, en varias regiones del mundo, que aspiraban a redefinir el escenario mundial en términos de competitividad. Un escenario mundial que, salvando las distancias, presenta algunas semejanzas con la coyuntura actual. 2 En este contexto la ASEAN se enfrentaba a un riesgo latente, que venía dado por el avance de las negociaciones en materia de liberalización comercial. Es así que sus países suscriben el AFTA (ASEAN Free Trade Agreement), que instrumenta un acuerdo de libre comercio entre sus miembros. Los cronogramas siguieron su curso y el 1º de enero de 2010 se perfeccionó la Zona de Libre Comercio de ASEAN. El proyecto ha evolucionado a partir de estos logros, con el principal objetivo de acelerar el crecimiento económico y el desarrollo de la región, basándose en la integración a una comunidad de tres pilares: económica, socio-cultural y política. La clave del crecimiento se ha basado en una destacada capacidad de construir verdaderas economías de escala y sobretodo de cadenas productivas interdependientes, no solamente entre estos países, sino con los principales actores de la región AsiaPacífico, es decir China, Japón, Corea del Sur y la India. Con respecto a este concepto de cadenas globales de valor, hay un ejemplo que es especialmente ilustrativo; el de la producción de iPhones. Si bien China exporta este bien final, solamente un 3,6% del valor contenido en el aparato es apropiado por esta economía, dado que la mayor parte de sus componentes son importados y los royalties se pagan a la empresa Apple. La moraleja es: incorporemos elementos que distingan a nuestros productos y servicios, que los diferencien, que los singularicen. En lo que refiere estrictamente a corrientes comerciales, un análisis de las cifras, confirman que tanto las exportaciones como las importaciones con nuestro país se han incrementado en forma significativa en la última década, pasando de exportaciones por 58 millones de dólares en 2001 a 150 millones de dólares en 2012. Por su parte, las 3 importaciones han experimentado un crecimiento más importante aún, pasando de apenas 22 millones de dólares a 175 millones de dólares. En cuanto a los productos que componen el intercambio comercial entre nuestro país y ASEAN, hablamos fundamentalmente de materias primas, en especial soja, arroz y carne, así como también productos farmacéuticos y software, representando rubros que tienen “gran potencial” de crecimiento. Por la existencia de estas perspectivas auspiciosas, resulta muy oportuna la presencia de una Cámara comercial que permita explorar oportunidades de negocios, en paralelo con nuestra tarea de diversificación de exportaciones e intensificación de relaciones con dichos países. Por su parte, desde la plataforma que ofrece el MERCOSUR, nuestra estrategia de crecimiento económico ha tenido dos caminos, en primer lugar aprovechar el mercado ampliado del bloque para desarrollar economías de escala que permitan subsanar la pequeñez del mercado interno y en segundo lugar hacer acuerdos con terceras partes para desarrollar y exportar con mayor valor agregado. Las dificultades tanto en la agenda interna, como externa del bloque, nos han impedido avanzar en negociaciones comerciales con terceros países o grupos de países, lo que hace que con ASEAN dicho diálogo no esté mayormente institucionalizado, más allá de la manifestación de algunas voluntades políticas. Sin embargo, debemos tener en cuenta que la interacción de la ASEAN con otras grandes potencias asiáticas supone la existencia de acuerdos preferenciales en vigor y en negociación que pueden, sin lugar a dudas, afectar la competitividad de nuestras exportaciones, ya que productos similares a los nuestros accederán con ventaja relativas arancelarias y no arancelarias. 4 Para este año, se avanza en el acuerdo de la Asociación Económica Integral Regional (RCEP por sus siglas en inglés) en el que están involucrados los 10 países de ASEAN con China, Japón, Corea, India, Australia y Nueva Zelanda). Por su parte, Malasia, Vietnam, Brunei y Singapur forman parte de las negociaciones del TPP. La futura convergencia de estos acuerdos permitirá profundizar la integración productiva dentro del continente asiático, dotando a los países involucrados de mayor competitividad global. Reconocemos en ASEAN un proceso de integración comercial que por su flexibilidad, adaptabilidad y pragmatismo ha logrado mejorar la inserción externa de sus economías, a pesar de evidenciar asimetrías internas en cuanto a superficie física, tamaño de la población y grados de desarrollo económico. Desde nuestro lugar, debemos reconocer que la dimensión asiática en la política exterior uruguaya ha sido tradicionalmente una asignatura pendiente, y sólo en los últimos años se han dado pasos concretos para subsanar esté déficit. Por ejemplo, tenemos solamente dos Embajadas en los países de ASEAN, Malasia y Vietnam. Si hacemos una comparación con otros países de la región, veremos que muchos han comprendido la relevancia y el costo de oportunidad de estar presentes en dichas zonas. La ausencia de Uruguay en mercados de talla como Indonesia y Tailandia o bien la propia Filipinas, caracterizados por tasas de crecimiento vertiginosas y clases medias pujantes que ofrecen oportunidades concretas de negocios, nos plantea la necesidad de repensar nuestra presencia internacional en esta región. Por ello, creemos que nuestro país, debería explorar la posibilidad de diversificar su oferta exportable y sus destinos, como forma de contrarrestar la dependencia de pocos productos y pocos países. 5 Nuestra estrategia debe consistir en trabajar sobre la diferenciación de nuestra oferta exportable y la integración en las grandes cadenas globales de valor. Debemos buscar las oportunidades de insertarnos en segmentos de alto valor agregado para sacar el mejor provecho de este fenómeno. Esperamos que nuestra presencia diplomática en la región del Sudeste-Asiático pueda contar con un apoyo en la Cámara de Comercio que hoy estamos lanzando, que sin dudas contribuirá a establecer y concretar negocios, canalizando oportunidades comerciales entre las regiones de ASEAN y MERCOSUR, aportando a una estrategia nacional exitosa de internacionalización e inserción de nuestra economía. Muchas gracias. Montevideo, 4 de junio de 2015 6