Los derechos humanos y la igualdad en una sociedad posthumanista

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Papeles el tiempo de los derechos
LOS DERECHOS HUMANOS Y LA IGUALDAD EN UNA
SOCIEDAD POSTHUMANISTA
José Luis Pérez Triviño
Profesor Titular de Filosofía del Derecho.
Universidad Pompeu Fabra (Barcelona)
[email protected]
Palabras Clave: derechos humanos, mejoramiento, justicia, igualdad
Número: 18
ISSN: 1989-8797
Año: 2014
Comité Evaluador de los Working Papers “El Tiempo de los Derechos”
María José Añón (Universidad de Valencia)
María del Carmen Barranco (Universidad Carlos III)
María José Bernuz (Universidad de Zaragoza)
Manuel Calvo García (Universidad de Zaragoza)
Rafael de Asís (Universidad Carlos III)
Eusebio Fernández (Universidad Carlos III)
Andrés García Inda (Universidad de Zaragoza)
Cristina García Pascual (Universidad de Valencia)
Isabel Garrido (Universidad de Alcalá)
María José González Ordovás (Universidad de Zaragoza)
Jesús Ignacio Martínez García (Universidad of Cantabria)
Antonio E Pérez Luño (Universidad de Sevilla)
Miguel Revenga (Universidad de Cádiz)
Maria Eugenia Rodríguez Palop (Universidad Carlos III)
Eduardo Ruiz Vieytez (Universidad de Deusto)
Jaume Saura (Instituto de Derechos Humanos de Cataluña)
2
LOS DERECHOS HUMANOS Y LA IGUALDAD EN UNA
SOCIEDAD POSTHUMANISTA
José Luis Pérez Triviño
Profesor Titular de Filosofía del Derecho. Universidad Pompeu Fabra (Barcelona)
[email protected]
Abstract
The possibility and justification of genetic manipulations (like other forms of enhancements, such as
implants, prosthesis and transgenesis) leading to an increase our human capabilities creates problems
relating to human rights and equality in a future society. After having done a series of distinctions on
possible enhancements, I take in consideration four of the main objections raised by bioconservatives
experts: 1 ) the argument of equality; 2) the argument of the damage; 3) the argument of autonomy ;
4) the effect on humanity. Focusing on the first of these arguments, I analyze prohibitionist and
favorable positions to enhancements implementation, but I try to show the feasibility of a third
position taking as basis the Rawlsian ideas of primary goods and the difference principle that would
allow in a first phase an open access to genetic enhancements. In a second step, given some
circumstances, these enhancements could be considered as compulsory.
Keywords: human rights, enhancement, justice, equality
Resumen
a posi ilidad
s i icaci n de las manip laciones gen ticas (como de otras formas de mejoras, tales
como los implantes, prótesis y la transgénesis) que conduzcan a incrementar nuestras capacidades
humanas genera problemas relativos a los derechos humanos y la igualdad en una sociedad futura.
Tras establecer una serie de distinciones sobre las mejoras posibles, se analizan y cuestionan cuatro de
las principales o eciones
e plan ean los ioconser adores a ales cnicas mejoradoras: 1) el
arg men o de la ig aldad
el arg men o del da o
el arg men o de la a onom a
la a ec aci n
a la humanidad. Centrando la atención en el primero de estos argumentos, analizo las posiciones
prohibicionistas y las favorables a su implementación, pero trato de mostrar la viabilidad de una
tercera posición que tomando como pilares las ideas rawlsianas de los bienes primarios y el principio
de diferencia permitiría en una primera fase el acceso (aunque fuera desigualitario) a las mejoras
genéticas, y en una segunda etapa, dadas ciertas circunstancias, incluso se podría establecer su
obligatoriedad.
1. Introducción
El afán de mejora de nuestras cualidades físicas, cognitivas y emocionales en cuanto
humanos es algo ampliamente extendido y aceptado socialmente y los distintos métodos
usados para conseguir esos efectos no están, en general, discutidos. Hay en la actualidad
mejoras por vía de cirugía, de implantes o compuestos farmacológicos que están
perfectamente asumidos socialmente. Así por ejemplo, para fines cosméticos se permite
1
El trabajo tiene su origen en una comunicación presentada en el Congreso
Internacional "El tiempo de los derechos. Los derechos humanos en el siglo XXI",
organizado en el marco del proyecto ‘El tiempo de los derechos. Consolider-Ingenio
2010’ y celebrado en la Universidad de Cádiz del 5 al 7 de junio de 2014.
1
la cirugía, el botox, la modificación corporal (piercing) o los supresores del apetito. En
el ámbito de la música, es perfectamente posible tomar propranonol para evitar los
temblores que pueden afectar a un músico antes de un concierto. A un nivel más común,
hay diferentes tipos de sustancias mejoradoras de nuestras capacidades cognitivas o para
modificar el estado de ánimo: alcohol, nicotina, ritalin, modafenil, cafeína, prozac.
Incluso existen sustancias que se adquieren en las farmacias para mejorar el rendimiento
sexual, como la famosa viagra.
Sin embargo, en las últimas décadas estamos experimentando cambios más profundos
en la relación entre los seres humanos y la tecnología. La genética, la robótica, la
cibernética, la biología sintética y la nanotecnología están planteando la posibilidad de
que en el futuro los seres humanos puedan modificarse genéticamente, puedan clonarse,
crearse seres híbridos o interactuar con ordenadores y otros componentes dentro del
propio organismo humano. Los expertos señalan que será posible efectuar mejoras de
diverso tipo en el organismo humanos: fisiológicas, cognitivas, en los estados de humor
e incluso, de carácter moral. Respecto de las mejoras fisiológicas se habla de aumentar
la velocidad, la resistencia o la altura. En cuanto a las cognitivas las consecuencias
podrían ser la amplificación o extensión de nuestras capacidades mentales, usando
mejoras de nuestro sistema de procesamiento y organización de la información
(comprensión, memoria, percepción). En lo que concierne a las mejoras en los estados
de humor la biomedicina trata aquí de hacernos sentir mejores, más felices o tener un
determinado tipo de respuesta emocional según los casos. Y por último, las mejoras
morales supondrían que los individuos tendríamos mejores motivos para actuar, es
decir, que se podría causar estados o procesos psicológicos -mentales o neuronales- que
lleven a una persona a actuar.
Un mundo transhumanista en el que los seres humanos no estén limitados por los
constreñimientos impuestos por la Naturaleza y puedan experimentar cualquier cambio
físico dirigido a aumentar sus capacidades fisiológicas y mentales, es para algunos, una
promesa de futuro que enriquecerá las potencialidades de los seres humanos. En cambio
para otros, como es el caso de Fukuyama o Annas, es la idea más peligrosa que acecha a
la humanidad. Son varios los problemas que éstos últimos autores presentan al avance
del mejoramiento: el problema de la salud, de la autonomía, de la deshumanización y
por último, el problema de la desigualdad. Respecto de este último problema que será el
2
núcleo central de este trabajo, se señala que dado que el mejoramiento solo estará al
alcance de unos pocos, la desigualdad aumentará notoriamente2.
Sin embargo, quizá no haya razones para tanto pánico moral, en la medida que tales
cambios no serán obligatorios, sino que a ellos se someterán individuos en condiciones
de libre elección; y por otro lado, estarán diseñados para el aumento de las capacidades
humanas, es decir, que producirán individuos más inteligentes y con expectativas de
vida mucho mejores que las actuales. Esta visión optimista, sin embargo, no puede
esconder que en el proceso habrá dificultades serias que afrontar: establecer criterios de
acceso que respeten la igualdad de oportunidades y que no sólo tengan acceso a tales
cambios las capas más favorecidas de la sociedad. Por otro lado, también serían
necesarias medidas que en esa futura sociedad impidan una desigualdad entre los seres
mejorados (los posthumanos) y los "naturales" o simplemente, humanos. También se
señala que el transhumanismo puede caer en una especie de pendiente resbaladiza que
conduzca a experimentar transformaciones en aquellos aspectos más frágiles y
peligrosos de la naturaleza humana (la agresividad, el egoísmo, etc.) que disten mucho
de ser aceptables moralmente. En cambio, Savulescu es de la opinión que no tiene por
qué producirse necesariamente una pendiente resbaladiza; es un proceso con varias
etapas en el que podrá controlarse el avance médico-científico de forma que se eviten
los resultados no deseados. Pero en cualquier caso, una de las consecuencias de los
avances biotecnológicos a corto, medio o largo plazo afectará ineludiblemente a nuestra
noción de los derechos humanos y la igualdad entre los miembros de una misma
sociedad.
Frente a esta dualidad de posiciones, el planteamiento que pretendo introducir incluye
algunas variables que presentan el debate de una forma más compleja y con respuestas
condicionales y transitorias, aunque claramente me posesionaré del lado de aquellos que
promueven el desarrollo de las tecnologías de mejoramiento humano.
En lo que sigue analizaré
algunas de las tecnologías que están produciendo tales
mejoras (2): a) los implantes y prótesis; b) las intervenciones genéticas y c) la
transgénesis.
2
Véase Sandberg-Savulescu, p. 92 y ss. donde se recogen algunos testimonios de
estos temores como es el caso de Kalfaglou: “It’s not the poor families in Africa that are
going to be doing this, it’s going to be the very affluent who are going to at first have
healthier children… and then it becomes the slippery slope, they will have stronger,
faster, smarter children,.. Then you’ve got these two very disparate classes.” Kalfaglou,
A. Suthers, K., Scott J., Hudson K. (2002): Reproductive Genetic Testing: What
America Thinks. Washington, DC,: Genetics and Public Policy Center.
3
Prestaré particular atención a las mejoras genéticas por cuanto una de las posibles
mejoras puede ser hereditaria, cosa que no ocurre con las mejoras debidas a los
implantes y prótesis. En este sentido parece necesario proceder a distinguir varios
aspectos que tienen su relevancia para contestar a la cuestión acerca de la aceptación o
no de las técnicas mejoradoras. Así entonces distinguiré dentro de las mejoras genéticas
(3) entre a) tipos de intervención (somáticas y en línea germinal), b) por su extensión,
separando las intervenciones mejoradoras positivas (en el promedio humano) de las
transhumanas (más allá del promedio humano)
Una vez se ha procedido a esta clasificación puede pasarse al planteamiento de una
cuestión normativa ¿qué respuesta dar a esos distintos tipos de mejoras? Para ello,
llevaré a cabo una clasificación de las diversas posiciones teóricas En este ámbito se
han planteado distintas posiciones que van desde la prohibición absoluta a la
reclamación de su carácter obligatorio pasando por posiciones intermedias (4). Por
último para analizaré cuáles son los principales problemas a los que se enfrenta una
concepción favorable al mejoramiento humano (5): el problema de la salud, de la
autonomía, de la deshumanización y por último, el problema de la desigualdad.
Analizaré con más detenimiento este último problema y analizando varias respuestas
posibles. Por último, expondré mi concepción la cual pasa por dos ejes: 1) la conexión
entre las mejoras y los bienes primarios en sentido rawlsiano; 2) un condicionamiento
temporal respecto de las mejoras de forma que una primera etapa pueda aplicarse el
principio de diferencia rawlsiano, para en una segunda etapa, las mejoras que afectan a
los bienes primarios puedan considerarse obligatorias.
2. Tipos de mejoras
2.1 Los implantes cibernéticos
El acrónimo "ciborg" procede del inglés "cyber" (cibernético) y "organism"
(organismo), esto es, organismo cibernético. Los ciborgs son, en este sentido,
organismos compuestos de elementos orgánicos y dispositivos mecánicos, electrónicos
o robóticos, los cuales sirven principalmente para mejorar las capacidades de la parte
orgánica mediante el uso de la tecnología.
El término fue acuñado por Manfred E. Clynes y Nathan S. Kline en 1960, al
reflexionar sobre este tipo de organismos, llegando a la conclusión de que era necesario
una vinculación más estrecha entre los humanos y las máquinas en una etapa histórica
en la que tanto había avanzado el conocimiento científico y el desarrollo tecnológico,
4
especialmente en lo que se refiere a la exploración del espacio. En la actualidad, ya
existe un ciudadano ciborg reconocido como tal por el Reino Unido, Neil Harbisson,
curiosamente de madre catalana. Harbisson padecía de acromatopsia, defecto que sólo
le permite visualizar los colores blanco y negro. En Inglaterra se implantó un ojo
electrónico (eyeborg). El gobierno británico reconoció el "eyeborg" como parte de su
cuerpo y, a pesar de ciertas reticiencias iniciales, incluso aparece en la fotografía de su
pasaporte con el ojo electrónico. Harbisson declara que se convirtió en ciborg cuando la
unión entre su organismo y la cibernética empezaron a crear un nuevo tejido neuronal
en su cerebro que le permite percibir los colores mediante un nuevo sentido
(http://es.wikipedia.org/wiki/Neil_Harbisson#cite_note-11).
En este sentido, la paradoja que se plantea es que los implantes mecánicos nacieron con
un evidente objetivo terapéutico y restaurativo de las capacidades físicas (normalmente,
discapacitados), pero pueden tener efectos mejoradores del rendimiento físico3. Por
ejemplo, en el ámbito del deporte al actual desarrollo técnico ha conducido, eso sí en
muy pocas ocasiones hasta el momento, a que los deportistas implantados (ciborgs)
obtengan mejores marcas y resultados deportivos que los deportistas "normales", por lo
cual reclaman que no sean limitados a participar en competiciones para discapacitados,
es decir, que exigen competir en las mismas competiciones que los atletas no
discapacitados. Este es el caso de Oscar Pistorius4, atleta paralímpico sudafricano,
3
La agencia de investigación tecnológica del Departamento de Defensa de EEUU (DARPA), ha
conseguido que la Oficina Federal de Alimentos y Medicamentos (FDA) de su país apruebe el
uso de un brazo biónico capaz de manipular objetos frágiles, conocido como el brazo Luke
Skywalker.
La revolucionaria prótesis, desarrollada por la empresa Deka Arm, permite una libertad de
movimientos a amputados nunca antes conseguida con una tecnología similar.
Véase:
http://www.larazon.es/detalle_normal/noticias/6344924/sociedad+tecnologia/lukeskywalker-el-brazo-robotico-que-se-comercializara#.U3IAAl6sEvo
4
Pistorius posee las marcas mundiales en las pruebas de 100, 200 y 400 metros lisos para
atletas que han sufrido una doble amputación. Lo sorprendente es que Pistorius no usa sus
piernas para correr, sino que utiliza prótesis transtibiales de fibra de carbono. Estas piernas
artificiales permiten le competir en varias disciplinas atléticas, pero su deseo de competir en
disciplinas en las mismas condiciones que los deportistas "normales" ha generado objeciones
sobre la base de que las piernas artificiales le dan una ventaja injusta sobre otros corredores.
En el año 2007 la IAAF enmendó sus reglas de competición para prohibir el uso de "cualquier
dispositivo técnico que incorpore resortes, ruedas o cualquier otro elemento que proporcione
una ventaja sobre otros atletas que no usen tal dispositivo". La federación indicó que la
enmienda no estaba dirigida específicamente a Pistorius. Después de hacer un seguimiento a
su desempeño en las pistas, usando cámaras de alta definición y analizando la información
obtenida, un grupo de científicos determinó que Pistorius gozaba de ventajas considerables
sobre los atletas que no usan prótesis. Basándose en estos hallazgos, la IAAF lo declaró
inelegible para competir en pruebas organizadas por la federación, incluyendo los Juegos
Olímpicos de Pekín en 2008.
Pistorius apeló esta decisión y finalmente el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAD) lo autorizó a
competir en los Juegos Olímpicos de Pekín. Para correr en la prueba de 400 metros debería
5
probablemente el deportista ciborg que ha alcanzado más notoriedad y cuyas
reclamaciones han puesto en entredicho alguno de los cimientos más firmes del deporte
de élite. El problema no es ya su discapacidad, sino que está demasiado capacitado.
Los casos de Pistorius o de Harbisson, como ejemplos de la ciborgización, llevan a
plantear cuestiones similares a las que genera la manipulación genética: ¿qué
argumentos hay en contra y a favor de este tipo de implantes terapéuticos o mejoradores
según los casos? ¿qué hay de malo en un mundo futuro posthumanista?
2.2. Las mejoras genéticas
El progresivo y veloz aumento en el conocimiento de nuestro mapa genético está
llevando a una creciente expansión de diferentes tratamientos y tecnologías que tienen
como finalidad la curación de enfermedades genéticas. Como se verá más adelante,
estas terapias pueden ser de carácter somático, es decir, practicadas en el propio
individuo, con lo que las modificaciones que implique la terapia sólo tienen lugar en
dicho paciente, o en línea germinal, sobre las células germinales del paciente, lo que
supone que los cambios generados serían hereditarios. No obstante, esta última terapia
no se lleva a cabo hoy en día.
Uno de los primeros casos en que se hizo uso de la terapia genética fue en 1990 con una
paciente, Ashanti DeSilva, que sufría un raro desorden recesivo llamado Síndrome de
Inmunodeficiencia Combinada Severa (SCID en sus siglas inglesas). El SCID, también
conocido como síndrome del "niño burbuja", se debe a un trastorno autosómico recesivo
que origina una disfunción intensa en las células Ty B, y puede acabar con la muerte de
los pacientes antes de los dos años de edad por infección masiva ya que los deja
peligrosamente expuestos a cualquier germen. Los que sobreviven lo hacen en
condiciones anormales, aislados de cualquier foco de contaminación de gérmenes, sin
poder ir al colegio ni tener relaciones sociales normales.
Gracias a las investigaciones llevadas por el "National Institute of Health"
estadounidense, las funciones inmunes de DeSilva mejoraron un 40%. Tales
investigaciones estaban basadas en procedimientos de terapia genética: algunas de las
células ineficientes fueron extraídas y posteriormente fueron introducidas células de
haber obtenido la marca mínima que le exige la federación a todo deportista, pero no la
consiguió. Podría haber sido seleccionado para la prueba de relevo 4x400 independientemente
de su tiempo, pero no fue así. Sin embargo, recibió la autorización para participar en los
Mundiales de Atletismo celebrados en 2011 en Corea del Sur donde llegó a la final. Sobre esta
cuestión y, en general, sobre los efectos de las tecnologías mejoradoras sobre el deporte
puede verse (Pérez Triviño 2011)
6
médula espinal, tratadas por ingeniería genética. Fue suficiente para asegurar su
supervivencia e incluso una vida normalizada (Henderson 152).
Desde entonces los avances producidos son notables aumentándose considerablemente
el número de enfermedades genéticas que pueden ser tratadas. En España se hizo
famoso hace algunos años el caso del bebé Javier, que vino al mundo en el Hospital
Virgen del Rocío de Sevilla, y cuyas células madres sirvieron para que su hermano
Andrés, de seis años, que padecía una anemia muy grave causada por una dolencia
genética, la beta-talasemia pudiera vivir más allá de los 35 años. En efecto, la sangre del
cordón umbilical del recién nacido fue básica para realizar el trasplante de células
progenitoras que necesitaba el hermano mayor para sobrevivir.
Pero las terapias genéticas son acreedoras, hasta el momento, de dos graves problemas.
En primer lugar, está el obstáculo de que pueden producir consecuencias no queridas y
en segundo lugar, su limitación a ciertos desórdenes genéticos causados por un único
gen
(enfermedades
monogénicas),
excluyéndose aquellas
que
tienen
causas
multigenéticas.
Respecto al primer escollo, el problema es que algunos métodos de transferencia
genética son irreversibles y complejos, de forma que las complicaciones que
eventualmente pudieran producirse no tendrían solución ulterior. La propia interacción
de los genes entre ellos mismos y con el medio ambiente están justo ahora comenzando
a ser analizadas y comprendidas por los científicos. El desarrollo de cánceres es un
conocido riesgo de la manipulación genética y el caso trágico de Gelsinger muestra que
los problemas inesperados que pueden surgir en el desarrollo de nuevas terapias pueden
derivar en respuestas adversas respecto de las consecuencias previstas.
En cuanto al segundo problema, la mayoría de enfermedades no están causados por un
solo gen, sino que están influidas por múltiples variantes genéticas que pueden generar
riesgos. Por ejemplo, la diabetes está afectada por dos docenas de genes, lo que hace
que sea impracticable alterar todos ellos.
Pero más allá de estos obstáculos, la terapia genética avanza por otros caminos como
por ejemplo, la farmacogenética que promete en el futuro poder diseñar medicamentos
específicos para cada paciente según su ADN o la nutrigenómica, es decir, el diseño de
alimentos que respondan de manera particularizada a cada perfil genético.
Pero la biotecnología, en especial, la genética, no se confina a los límites de su función
terapéutica. De la terapia genética, es decir, los tratamientos médicos destinados a curar
enfermedades no será inversímil dar el salto a la mejora genética: el incremento de
7
nuestras capacidades fisiológicas. Los científicos han señalado que los principales genes
candidatos para la mejora genética fisiológica son la Eritropoyetina (EPO), el factor-1
de crecimiento insulina (IGF-1), la hormona del crecimiento (GH) y los Hypoxiainducible factor-1 (HIFs) y los receptores de activación de los proliferadores de los
peroxismas (PPARα). Cada uno de estos genes está vinculado a un mejoramiento del
rendimiento específico, ya sea la mayor transferencia de oxígeno a los músculos, el
incremento de la masa muscular o el aumento de altura. Quizá el caso más conocido en
la actualidad es el uso de tecnologías genéticas sobre la hormona del crecimiento. Uno
de los sujetos sobre los que se practicó dicha mejora fue el jugador de fútbol del FC
Barcelona, Lionel Messi, quien a los 14 años medía 10-15 centímetros menos de la
media.
Dentro de las intervenciones genéticas cabe distinguir entre intervenciones somáticas y
en línea germinal. Otra distinción que cabe realizar afecta a la extensión de las mejoras.
2.2.1 Tipos de intervenciones genéticas
2.2.1 Según el tipo de intervención: somáticas y en línea germinal
2.2.1.1 Intervenciones genéticas somáticas.
Este tipo de tratamientos supone la intervención en las células para modificar el genoma
(la estructura genética) de seres ya existentes para hacerlos más resistentes a ciertas
enfermedades o mejorar sus capacidades físicas.
Este tipo de intervenciones ya se han aplicado en la industria dedicada al cultivo de
semillas y de la alimentación animal. Sin embargo, el uso en seres humanos es todavía
incipiente. Este tipo de intervenciones, que tienen como finalidad la modificación de
aquellos genes vinculados al rendimiento físico (Eritropoyetina, el factor-1 de
crecimiento insulina, la hormona del crecimiento, los factores de inducción hypoxia y
los receptores de activación de los proliferadores de los peroxismas) son locales en
tanto que operados en las células somáticas y por consiguiente no comportan
variaciones que puedan transmitirse genéticamente de un individuo a su descendencia.
2.2.1.2 Intervenciones genéticas en línea germinal
Aquí las modificaciones son realizadas en la línea germinal de las células (esperma,
huevos no fertilizados o en los embriones recién fertilizados) para aumentar sus
capacidades metabólicas y así mejorar la salud o las capacidades de rendimiento físico.
Dado que muchas de las estructuras básicas del organismo humano se establecen en
etapas muy tempranas de la vida, estas modificaciones tienen que ser operadas antes de
que los individuos hayan nacido, puesto que la mayor parte de las capacidades se
8
determinan con carácter previo al desarrollo celular. De esta manera, el resultado de este
tipo de intervención genética será heredable y podrá ser transmitido de una generación a
la siguiente.
Se pueden distinguir entre dos tipos de técnicas de modificaciones en línea germinal. La
primera se sigue de la fertilización in vitro de las células madre embrionarias del feto.
Estas células se modifican genéticamente y se introducen en los blastocitos, de forma
que se cambia la linea germinal del futuro individuo. El otro procedimiento incluye la
clonación. Una célula somática adulta se modifica genéticamente y, entonces, el ADN
de esta célula se introduce en el embrión por medio de una clonación, de la cual el
nuevo individuo surge, libre de los desórdenes genéticos que son así evitados mediante
este procedimiento. Hasta el momento apenas se han aplicado esos procedimientos de
modificación en seres humanos.
2.2.2 Según la extensión: terapéuticas, mejoradoras y transhumanas
Según este criterio es habitual distinguir entre:
a) Terapia, es decir, los tratamientos médicos destinados a curar enfermedades. Dado
que este tipo de intervención no presenta tantos problemas de justificación no lo tomaré
en consideración a los efectos de la clasificación que expondré a continuación .
b) Mejoramiento: consiste en el aumento del potencial natural humano realizado dentro
del ámbito típico de lo que es un ser humano, como por ejemplo, aumentar el
coeficiente intelectual de un individuo de 100 a 104. Esto es lo que Tannsjo denomina
"intervenciones positivas".
c) Transhumanismo: son los mejoramientos superhumanos que consisten en aumentar
las capacidades de una persona por encima del ámbito característico de la especie
humana, como sería por ejemplo aumentar el coeficiente intelectual de un individuo de
100 a 200. Tännsjö utiliza aquí el término "enhancement", pero creo que es más
adecuado denominar a estas intervenciones mejoradoras como “transhumanas".
2.3 La transgénesis
Otro dominio donde la genética es posible que tenga un papel relevante es el que
concierne a la transgénesis; las mejoras en el rendimiento físico producidas por la
generación de híbridos y quimeras artificiales (de Miguel 2010). Aunque en la
actualidad parezca una hipótesis de ciencia ficción, no deja de tener sentido que en la
actualidad nos planteemos algunas de sus posibilidades.
9
Híbridos naturales en el reino animal existen desde hace ya mucho tiempo, como por
ejemplo el mulo, descendiente de burro y yegua o de caballo y burra, las cabrejas,
mezcla de cabra y oveja, el Tigón, mezcla de tigre y león, o los cebrasnos, mezcla de
cebra y de asno. Con el veloz desarrollo de la ciencia, los híbridos podrían crearse
artificialmente, controlados por los seres humanos. En la actualidad, lo que se plantea
como posibilidad es que haya híbridos con elementos humanos. Serían "nuevos" seres
creados, dicho rápidamente, ex novo, por lo que su estatus ontológico no estaría claro.
Las quimeras son organismos que tienen células con información genética distinta que
procede de dos o más organismos distintos. Experimentos destinados a crear quimeras
artificiales del reino animal se llevan produciendo desde hace varias décadas. Hace unos
años, un equipo de investigadores extrajo pequeñas porciones de cerebro de fetos de
codorniz para después introducirlas en el cerebro de fetos de pollo. De resultas, los
pollos nacieron con características propias de las codornices, como el gorjeo y las
sacudidas de cabeza. Pero la posibilidad de crear quimeras con elementos humanos, no
parece imposible para algunos investigadores. Como señala Savulescu, Irving
Weissman, un especialista en la investigación con quimeras, aspira a crear ratones con
tejido cerebral plenamente humano (Savulescu 300).
Los transgénicos son organismos a los que se ha añadido un gen; son seres que
pertenecen a una especie dada, pero que han sido modificados al introducírsele
elementos biológicos pertenecientes a otra. Aquí la cuestión principal es determinar a
qué especie pertenece el ser modificado. Dos ejemplos son ANDi, un mono reshus, y
Alba, un conejo, ambos con un gen de medusa fluorescente incorporado en su ADN.
Estos animales son por lo demás perfectamente normales y sanos, y lo único extraño es
su brillo verde fluorescente. Recientemente, los científicos han introducido un gen de
medusa similar en un embrión humano, que lo hace fluorescente. El embrión fue
destruido, pero si se hubiera llevado a término habría producido un ser humano
fluorescente .
A pesar de no encontrarnos todavía con seres de estas características, los debates éticos
que plantean estas nuevas posibilidades de creación de seres con elementos propios de
los humanos y de otros animales son de una gran complejidad y no pueden ser tratados
en este contexto. Como señala Savulescu, "no está claro en el presente a qué especie
pertenecen las quimeras, ni por tanto qué regulación o leyes aplicarles, qué capacidades
potencialmente relevantes a nivel moral poseen o en qué sentido éstas son relevantes
para que sean utilizadas de un modo determinado" (Savulescu 307). Pero a su favor,
10
Savulescu indica que las quimeras (animales) podrían ayudar a la creación de especies
resistentes a la enfermedades, proporcionar productos útiles para los humanos, y
también, ser utilizados en los xenotrasplantes (trasplantes de tejidos, células y órganos
de una especie a otra). Más allá de que estos son temas discutibles y algunos científicos
niegan la posibilidad de que puedan tener lugar a corto o medio plazo, la cuestión
interesante es que puede surgir la posibilidad en el futuro de que se creen seres de este
tipo con capacidades físicas aumentadas como la visión.
4. Posicionamientos normativos respecto a las mejoras genéticas
Desde que se inició el debate acerca del mejoramiento genético las posiciones teóriconormativas se han ido sucediendo y precisando. Una parte importante de la discusión ha
tomado en cuenta dos vectores. En el primero se trataba de defender según los casos si
la mejora debería estar prohibida, permitida o ser obligatoria, ya sea desde un punto de
Incorrecto
Neutral
Prohibido
1
Permitido
2
Obligatorio
Correcto
3
4
5
vista moral o jurídico. Es obvio que el llegar a esas conclusiones dependía de la visión
moral acerca de la mejora. Y aquí sería posible distinguir tres posiciones: la primera
consideraría que la mejora es una opción moralmente incorrecta. La segunda defendería
que la mejora no es necesariamente correcta o incorrecta, y por lo tanto cabe una
posición intermedia o neutral. La tercera respuesta sostendría que hay razones que
justificarían que la mejora genética ofrece consecuencias positivas para los seres
humanos y que por lo tanto, es correcta. Vistas así las cosas tendríamos un cuadro que
permitiría ubicar las principales respuestas que han dado los especialistas estos últimos
años.El primer caso sería aquel de quien sostuviera que la mejora es moralmente
incorrecta y no debe estar permitida legalmente;
El segundo caso sería aquel en que se defendiera que la mejora es moralmente mala,
pero debe estar permitida legalmente
El tercer caso sería aquel en que la mejora es moralmente neutra, y debe estar permitida
legalmente;
El cuarto caso: la mejora es moralmente correcta, pero no debe exigirse por medios
legales (aunque sí animar). Es decir, está permitida;
11
El quinto caso sería aquél en el que la mejora es moralmente correcta y por lo tanto,
debe estar exigida legalmente.
Con este esquema podemos entonces clasificar a los principales autores según el
esquema precedente.
Incorrecto
Prohibido
Neutral
Correcto
Mehlmann, Fukuyama,
Sandel
Permitido
Obligatorio
Nicholas Agar
Julian Savulescu
John Harris
5. Argumentos favorables y desfavorables a la mejora
En estos últimos años se han planteado distintos argumentos contrarios a las técnicas de
mejora, así como también los defensores de las mejoras por vía de la biotecnología han
planteado agudas réplicas. No cabe duda de las enormes ventajas y beneficios que
pueden ofrecer esas técnicas en el ámbito de la curación y prevención de enfermedades
así como la posibilidad del aumento de la productividad y la satisfacción de planes de
vida individuales. Dados estos innegables efectos positivos, los defensores del
transhumanismo promueven que estas tecnologías puedan estar al alcance de los
individuos y que cada uno tenga la opción de someterse a ellas (Bostrom). En ese
sentido, esta corriente debe distinguirse nítidamente de ciertos movimientos
eugenésicos que aplicaron en el pasado técnicas de selección obligatorias y compulsivas
en aras de la promoción de una cierta concepción de lo que era su grupo humano ideal
(Glover 26). La referencia al movimiento eugenésico nazi aquí es inevitable5. Sin
5
Como es sabido las prácticas eugenésicas compulsorias y en aras del perfeccionamiento de
una determinada visión de la raza humana no fue exclusiva de la Alemania nazi. También se
llevaron a cabo en Suecia, Inglaterra, Unión Soviética y Estados Unidos. En este último país
por ejemplo, una famosa sentencia, Buck vs. Bell, estableció "hemos visto más de una vez que
el bienestar público puede reclamar de los mejores ciudadanos su propia vida. Sería extraño
que para prevenir que nos hundamos por la incompetencia, no se pudiera reclamar a aquellos
que ya exprimen el jugo del Estado aquellos sacrificios menores que a veces no son sentidos
como tales por los afectados. Es mejor para todo el mundo que en lugar de esperar para
ejecutar por crímenes a la descendencia degenerada, o de dejarlos morir por su imbecilidad,
que la sociedad pueda evitar que aquellos que son manifiestamente inadecuados puedan
continuar su estirpe." En 1931 había más de 30 estados en EEUU con leyes eugenésicas y se
calcula que hubo unas 20000 personas que fueron esterilizados de forma forzada.
12
embargo, los transhumanistas se separan contundentemente de cualquier asimilación
con las corrientes eugenésicas del pasado: la mejora que ellos proponen es opcional, no
para la mejora de ninguna raza sino de los individuos particulares e incluso cuando sea
posible, las mejoras deberían ser reversibles. No obstante, y como se ha mencionado
anteriormente, han surgido objeciones serias al transhumanismo: a) el problema de la
desigualdad; b) el problema del daño; c) el problema de la autonomía y, d) el problema
de la deshumanización.
5.1 El problema de la protección de la salud
Respecto al segundo temor, la afectación a la salud, se ha señalado que el desarrollo
tecnológico todavía no ha impedido que se produzcan consecuencias dañinas para la
salud. Así, se sugiere que ciertos implantes con su aumento de tecnificación puede
poner en peligro la seguridad y la salud de los individuos, sobre todo por un cierto
desconocimiento de las consecuencias a largo plazo en las modificaciones en el
organismo humano. En efecto, en algunos casos se han detectado lesiones a largo plazo
y de carácter crónico. Como ya se ha visto anteriormente, riesgos para la salud también
existen con los tratamientos genéticos.
También creo que de momento habrá que adoptar un principio de precaución, esto es,
una actitud prudencial ante los desarrollos de la tecnología genética, en especial en los
tratamientos en línea germinal: no podemos estar seguros de si podemos de manera
cuidadosa prever el resultado de los cambios en la descendencia. No sabemos si tales
cambios se conformarán a las expectativas adquiridas sobre la base de los experimentos
pasados. El problema principal es que carecemos de información suficiente y no
estamos en posición de predecir el resultado. Hay que tomarse en serio la
impredecibilidad del mejoramiento genético a largo plazo, lo cual supone cuestionarse,
provisionalmente, los argumentos a favor del mejoramiento genético. En definitiva,
dados los eventuales daños, se puede sustentar que se adopten temporalmente medidas
contrarias a la manipulación genética, en especial, en línea germinal. Por ello, y en
primera instancia, la objeción es razonable.
Pero estas consideraciones precedentes no obstan para que sea factible la investigación
en línea somática (o de implantes y prótesis), y de que los nuevos tratamientos genéticos
somáticos o prótesis puedan ser aplicadas a individuos que han prestado previamente su
consentimiento con información plena.
13
5.2 La pérdida de autonomía
Habermas expone cuál es una de las consecuencias menos aceptable de las técnicas de
manipulación genética en línea germinal al preguntarse si supondrá un incremento de la
autonomía o más bien puede significar un socavamiento de la autocomprensión que
tienen los individuos acerca de su propia vida.
El problema de la intervención genética en línea germinal incluso cuando es guiada o
establecida por los propios padres (y no únicamente por los médicos u otra autoridad
estatal) es que pone en riesgo, paradójicamente, la autonomía personal bajo el amparo
de un cierto perfeccionamiento.
En la situación descrita los padres deciden la configuración genética de su hijo pero sin
atender a su voluntad. Y aunque también es cierto que cuando se tiene un hijo (sin que
medie intervención genética) tampoco se le pide opinión, en el primer caso, los padres
imponen irreversiblemente sus preferencias cosa que no ocurre en el nacimiento natural.
Las consecuencias para el hijo cuando compruebe que su identidad es el fruto de las
elecciones de unas terceras personas, aunque sean sus padres, pueden ser más que
notables en su propia autocomprensión moral. La consciencia de no ser el autor de las
propias acciones parece que puede repercutir en su identidad, y a la vez, en su
comprensión de no ser el único (o principal) artífice de su biografía. Por esta razón, el
individuo que ha sido intervenido genéticamente no puede verse a sí mismo como un
“hecho natural”, sino que interpreta que el programador ha actuado con una voluntad
determinada sin contar con su consentimiento. La intervención genética ata a la persona
afectada a un determinado plan vital y en cierto sentido, condiciona su libertad para
elegir una vida propia o al menos, le impide retomarla, variarla o revisarla en un sentido
fuerte.
Las respuestas a esta objeción son varias. En primer lugar, la objeción habermasiana
afecta a las intervenciones genéticas en línea germinal y no a las somáticas (y tampoco a
las prótesis o implantes). En segundo lugar, por parte de los transhumanistas también se
señala que sería falso pensar que un individuo carece de elección sobre su propia vida
sólo porque alguno de sus genes fueron seleccionados por sus padres. No es solo que los
padres actualmente también traten de guiar la vida de sus hijos a través de elecciones en
las que no participan éstos: la educación que van a recibir, las actividades extraescolares
que realizarán (tocar un cierto instrumento musical, practicar un deporte), ingresar en
una confesión religiosa, etc. También habría que considerar si con las mejoras genéticas
14
tendrán efectivamente más elecciones y autonomía, es decir, si éstas, en lugar de limitar
su autonomía, lo que hacen es expandir sus capacidades. Tener una mejor salud, ser más
inteligente o disfrutar de más talentos son habilidades cuyo efecto no es limitador, sino
más bien al contrario, abren más posibilidades. Y obviamente, como sucede en la
actualidad, los hijos no dejarían de tener la posibilidad de revisar, y eventualmente,
apartarse de los planes de vida que puedan haber deseado sus progenitores.
En tercer lugar, como señala Bostrom, ¿cuál es la alternativa a que sean los padres los
que determinen las capacidades básicas de las nuevas generaciones? ¿Que lo sea la
Naturaleza? Si es ésto último, "esto es la suerte ciega..."(Bostrom ): ¿preferiremos que
los rasgos (positivos, pero también las enfermedades) de nuestros hijos sean
determinados por la suerte ciega a que sean los padres los que decidan evitar los genes
enfermos y mejorar las capacidades de sus futuros hijos? Hasta el momento no tenía
sentido acusar a la Madre Naturaleza ni a los padres si nacía un hijo con una
enfermedad incurable, tal como la antes citada de Ashanti (el Síndrome de
Inmunodeficiencia Combinada Severa), pues no había posibilidades técnicas de evitarlo.
Pero cuando sea posible erradicar tales genes ¿serán los padres inocentes si permiten
que nazca su hijo con el síndrome de la burbuja? Este es el principio que Julian
Savulescu denomina de "beneficencia procreativa" (Savulescu, 43): "las parejas
deberían seleccionar, de los distintos niños que pueden tener, aquel que se espera que
tenga una vida mejor, o al menos, una vida igual de buena que los demás, según la
información relevante de la que se disponga". Como dice el propio Bostrom: "si la
Madre Naturaleza hubiera sido una verdadera madre, entonces debería estar en la cárcel
por abuso de menores y asesinato" (Bostrom).
5.3 El problema de la deshumanización
Otra objeción es la que apela a la "deshumanización" que acarrea la manipulación
genética al reducir o eliminar rasgos que han sido considerados como constituyente
esenciales de los seres humanos. Dicho con otras palabras, la senda del transhumanismo
puede conducir a una situación en la que seamos incapaces de identificar nuestro "yo"
original. Autores como Michael Sandel, Leon Kass, Francis Fukuyama o George Annas
forman parte de la corriente denominada "bioconservadurismo" y que como ya indica el
término, muestran su preocupación y rechazo a las tecnologías de mejora ya que
conducirán a reducir nuestra dignidad humana y con ello, erosionar lo que hay de
15
valioso en los seres humanos. Para esta corriente la ingeniera genética representa no las
esperanzas más profundas de la humanidad sino más bien, los temores más oscuros.
De una forma más concreta Annas señala algunos de los problemas a los que puede
conducir el desciframiento del genoma humano y su posterior manipulación en forma de
selección de embriones:
"La primera es la consecuencia de ver a los humanos como una ensamblaje de
moléculas, dispuestas de una cierta manera. La tendencia casi inevitable en tal
concepción es la expresada en Brave New World (Un mundo feliz). Los
individuos podría verse a sí mismos y a los otros como productos que pueden
ser "manufacturados", y sujetos a medidas de control de calidad. Los individuos
podrían "ser hechos a medida", literal y figurativamente. Si las personas son
vistas así, podemos no sólo manipularlas como embriones o fetos, sino que
también podemos ver a los niños como productos en sí mismos. .. si los niños
son vistos como productos, la compraventa de embriones, fetos y de ellos
mismos puede parecer razonable." (Annas 135)
Esta posición temerosa frente a las tecnologías de mejora aparece en otro párrafo:
"La especie nueva, o “posthumana ” probablemente verá a los humanos
“normales” como inferiores, incluso salvajes, y adecuados para la esclavitud o
la matanza. Los normales, por otro lado, pueden ver a los posthumanos como
amenaza y si pueden, tomarán medidas preventivas para aniquilarlos antes de
que sean éstos los que los asesinen o esclavizen. Es finalmente este predecible
potencial para el genocidio el que hace que los experimentos alteradores de la
especie sean potenciales armas de destrucción masiva, y hace de la ingeniería
genética un potencial bioterrorismo" (Annas 2002: 162. Cit. por Bostrom)
Hay varios problemas subyacentes a la objeción basada en la "naturaleza humana". Uno
de ellos es su propia caracterización. En primer lugar, no todo lo que nos ofrece la
naturaleza como "regalos" es digno de ser conservado: enfermedades, hambrunas,
desastres naturales, etc. La naturaleza no es criterio de lo bueno o de lo correcto. Y si es
así, ¿por qué todos estos aspectos del lado oscuro de la naturaleza deberían aceptarse y
tolerar sus efectos sin rechistar? Los seres humanos históricamente se han rebelado
contra este destino impuesto, y de ahí los avances de la Humanidad. Si se hubiera
adoptado en la Edad de Piedra la misma actitud que reclaman en la actualidad los
bioconservadores es probable que todavía seguiríamos siendo como éramos hace 40.000
años (Savulescu).
Esto por cierto, no supone aceptar que cualquier avance científico o tecnológico sea
necesariamente bueno ni que su uso deba ser impuesto sin reservas. Algunas obras
literarias y películas nos advierten de que en el futuro la tecnología nos podría convertir
en seres impersonales, en esclavos del Estado o de los “nuevos” poderosos surgidos de
16
los tratamientos mejoradores. En contra de estos futuros posibles también se
manifiestan los transhumanistas. Es deseable y posible un control de los avances
tecnológicos para que, sin renunciar a los beneficios que nos puedan aportar, éstos sean
respetuosos con los derechos humanos. Las estrategias jurídico-políticas que han ideado
los seres humanos para controlar y reducir las desigualdades, la estigmatización o la
violencia han resultado ser relativamente exitosas hasta el momento, por lo que no hay
razones para sospechar que no lo vayan a seguir siendo en estas otras circunstancias.
Otro problema de la actitud de Annas expuesta anteriormente es que cae en una evidente
pendiente resbaladiza. Es decir, del hecho de que pueda realizarse un diagnóstico
genético preimplantacional y una selección de embriones no se deriva en absoluto que
éstos puedan ser vendidos como si fueran cualquier mercancía. Es evidente que hay una
serie de pasos intermedios en los que el Estado y la sociedad pueden establecer
controles y límites para que no se llegue a ese resultado. En este sentido, podría ponerse
como ejemplo las donaciones de órganos que, salvo algunas excepciones, están
actualmente reguladas de forma que su cometido es perfectamente alcanzado sin que
ello suponga su "comercialización".
Otra línea de ataque de los bioconservadores es señalar que con la tecnología genética
se corre el riesgo de que los seres humanos dejen de ser tales, de que se de lugar a seres
que hayan perdido su "naturaleza humana". Ahora bien, con este argumento los
bioconservadores se enredan con una cuestión nada fácil de dilucidar: ¿en qué consiste
la naturaleza humana? En ocasiones se señala que el ser humano como agente moral se
identifica por la pertenencia a la especie humana, en otras por su capacidad de sentir.
Pero quizá la concepción más extendida en la actualidad es que la "humanidad" reside
en la posesión de funciones cognitivas superiores (racionalidad, autonomía, conciencia,
autoconciencia). Y si se adopta esta concepción no parece de ninguna manera que los
individuos tratados tecnológicamente pierdan su humanidad: reflexionan, sienten, son
autoconscientes y pueden establecer planes de vida de futuro (Savulescu).
Otra versión de este argumento es que la selección genética provocará la pérdida de
dignidad de los seres así nacidos (Fukuyama 148; de Miguel, 2005: 85). Más allá de la
discusión acerca del sentido de "dignidad", hay que recordar que argumentos similares
se dirigieron décadas atrás cuando empezaron a nacer los niños a través de la
fertilización in vitro. Afortunadamente, fueron previsiones erróneas, y la causa de ello
es que la dignidad no depende de cómo nacen los individuos. Por otro lado, se ha
señalado por varios autores que la dignidad no está necesariamente vinculada con la
17
forma que tenemos los seres humanos ni tampoco con el medio por el cual nacemos.
García Manrique señala justificadamente en su análisis de Blade Runner y de La isla
que tanto los androides como los clones que a pesar de las diferencias con los humanos,
“poseen las mismas cualidades que hacen valiosos los humanos (la capacidad para la
autonomía moral, la inteligencia, la capacidad de sentir o de sufrir…)” (García
Manrique 13).
Por último está la crítica de Michael Sandel, quien expresa el temor de que la ingeniería
genética los seres humanos jueguen a ser Dios y vayan en contra de la Naturaleza.
Dejando de lado la interpretación religiosa, en el sentido de que la preocupación es que
los humanos usurpen, literalmente, el papel de un ser superior, y centrándonos en la
interpretación secular, la preocupación principal es que los humanos no reconozcan sus
propias limitaciones. O dicho de otra manera, que expresen una "hybris", una
desenfrenada confianza en sus posibilidades como seres naturales (Sandel 130 y ss).
Pero la respuesta a este temor es que
"la historia de la humanidad siempre ha consistido en modificar el mundo y la
vida por buenas razones. El estado natural del hombre sería una vida
'desagradable, brutal y corta', por utilizar las palabras de Hobbes, de no ser por
las muchas mejoras obtenidas mediante la modificación del mundo. Las
vacunas, los antibióticos y prácticamente toda la medicina significan poderosas
intervenciones. La objeción de que estaríamos jugando a ser Dios sólo es válida
como una precaución ante las acciones mal informadas, a las que sin duda son
proclives los humanos". (Savulescu 309)
5.4 El problema de la desigualdad
Esta crítica señala que el mejoramiento físico sería tan exagerado que no habría
igualdad entre los individuos normales y los mejorados, puesto que estos últimos
gozarían gracias a las mejoras, de más oportunidades sociales, económicas, etc. Si por
otro lado, se parte de la hipótesis de que los primeros que podrán acceder a la
adquisición de esas mejoras serán probablemente los individuos con más recursos
económicos, entonces, las desigualdades aumentarían todavía más.
En realidad, esta crítica en algunas ocasiones parece difuminar la distinta extensión de
las mejoras, tal y como se expuso anteriormente, que pueden estar dentro del promedio
humano o más allá (mejoras posthumanistas). Cada una de estas mejoras debe ser
tratada diferenciadamente.
18
5.4.1 Mejoras dentro del promedio humano. Entre el prohibicionismo y el laissez faire
En efecto, algunos autores parecen temer que las mejoras fueran a producir una gran
desigualdad social debido a que la extensión de aquellas serían en la mayoría de los
supuestos, posthumanistas. Pero como ya se ha señalado, esto es más bien una
caricatura acerca de lo que sería el impacto de las biotecnologías en el momento actual,
y se podría casi asegurar que así será en un futuro a medio plazo. La tecnología, al
menos en su situación actual, no ha avanzado tanto como para que haya individuos
posthumanos, esto es, con una inteligencia o capacidades mucho más allá del promedio
humano. Este es también el panorama en lo que respecta al aumento de altura, de masa
muscular, de visión, de alargamiento de la vida humana, etc. En la actualidad, la
biotecnología sólo ofrece una diferencia pequeña. En cualquier caso, ¿qué decisión
tomar si en un futuro esas mejoras en el rendimiento físico o cognitivo6 dejan de estar
dentro del ámbito de lo normal, y pasan a ser mejoras transhumanas? Realmente en este
supuesto, las condiciones de vida en una sociedad serían muy distintas a las que hemos
conocido hasta el momento y los cambios fisiológicos ya empezarían a parecerse mucho
a los que podemos ver en los mutantes de X-Men. Las normas morales (y en general, las
normas sociales) han tenido como presupuesto una serie de condiciones psicológicas,
económicas y sociales que habrían cambiado sustancialmente.
Colocados pues en este escenario de mejoras dentro del promedio humano, creo que hay
dos posiciones que han centrado el debate: a) prohibición total; b) laissez-faire. Sin
embargo, creo que hay espacio para una posición que podría anclar su pretensión
principal en el principio de diferencia rawlsiano.
La posición que defiende la prohibición total de este tipo de mejoras es relativamente
débil si atendemos a que en el contexto histórico presente existen otros ámbitos sociales
en los que ciertas desigualdades también podrían ser consideradas injustas. Así ocurre
cuando hay un diferente lote de habilidades heredadas genéticamente, o por el acceso
privilegiado a la educación en función de la riqueza de los padres o, simplemente por el
país en el que se ha nacido.
6
Persson y Savulescu se plantean en Unfit for the Future que debido a que las mejoras
cognitivas pueden suponer un riesgo grave para la Humanidad en tanto que la posibilidad de
crear armas de destrucción puede estar al alcance de individuos con intenciones no
precisamente altruistas sería necesario simultáneamente que se avanzar en el mejora moral. El
énfasis en un riesgo de las mejoras cognitivas es importante dado que señala que la
determinación de que mejoras serán o no permisibles deberá ser examinado caso por caso.
19
Por su parte, el laissez-faire postula que debe permitirse el acceso libre a estas mejoras,
sin restricciones de ningún tipo. Obviamente, tal posición parece sustentarse en la
defensa de la autonomía personal, de forma que cada individuo debe ser libre de poder
acceder a esas mejoras. Además, y frente a ciertas objeciones según las cuales las
mejoras pueden ser deseadas por ciertos individuos por razones competitivas (Lema,
81), puede haber individuos que deseen el mejoramiento genético por razones no
competitivas, sino de desarrollo personal. Y por último, otro argumento a favor del
laissez-faire es el Market Stimulus Effect, esto es, el abaratamiento del producto, en este
caso, el acceso a las mejoras genéticas. En cuanto se permita el libremente el acceso a
las mejoras genéticas, es de esperar que con éstas ocurra algo similar a lo que es
frecuente que sucede con otros productos, como por ejemplo, los ordenadores u otros
productos tecnológicos, que con el paso rápido del tiempo su precio disminuya
notoriamente de forma que son accesibles para todas las capas de la sociedad y no solo
para los más ricos.
Sin embargo, este posicionamiento teórico debe enfrentarse a varias objeciones. En
primer lugar, tal y como se ha mencionado anteriormente, las mejoras genéticas solo
estarían al alcance de los más ricos, y dado que aquellas proveen de ventajas
competitivas, con ellas, se aumentaría la desigualdad. En consecuencia, puede
perjudicar notablemente a los peor posicionados a los que se les aplicará injustas
limitaciones de oportunidades.
Por otro lado, la desigualdad producida (o aumentada) por las mejoras genéticas puede
ser dañina para las generaciones futuras: los beneficiados por aquellas pueden tomar el
poder y consecuentemente pueden destruir la sociedad democrática liberal.
5.4.1.2 El principio de diferencia genético
Frente a estas dos concepciones extremas y opuestas, creo que cabe defender una tercera
opción que se articula en torno a dos ejes centrales: 1) la distinción entre distintos tipos
de mejoras según su vinculación con los bienes primarios rawlsianos (Allhof), y 2) una
distinción temporal basada en el principio de diferencia rawlsiano, de forma que habría
dos etapas, en cada una de las cuales habría una distinta consideración normativa.
20
La distinción entre tipos de mejoras
Allhof distingue entre dos tipos de mejoras: objetivas y subjetivas. Las primeras serían
las que aumentan los bienes primarios y que por lo tanto proveen o mejoran las
condiciones para ejercer los derechos y libertades básicos, la libertad de
desplazamiento, la libre elección de ocupación, los poderes y las prerrogativas de los
puestos y cargos de responsabilidad en las instituciones políticas y económicas de la
estructura básica, ingresos y riquezas y, las bases sociales del autorespeto. Las
segundas, en cambios, sería meramente subjetivas o neutrales, tales como aquellas que
afectan a la belleza, color de los ojos o cualquier otro rasgo que no afecta directamente
a los bienes primarios.
La principal característica que señala Rawls de los bienes primarios es que todos los
agentes racionales tienen un interés en estos bienes, con independencia de su
concepción de lo que es un bien. Si es así, y en la medida que las mejoras son
instrumentales respecto a esos bienes, entonces, no parece que hay argumentos para
prohibirlas. En efecto, imaginemos que con algún tratamiento neurocientífico se puede
mejorar la memoria, o con algún tipo de operación genética se puede aumentar la
resistencia física. Dado que ambos resultados son por lo general, adecuados o
instrumentalmente valiosos para mejorar la posibilidad de acceder a un puesto público,
entonces debería ser permisibles para cualquier individuo.
El condicionamiento temporal
Parece claro que las mejoras genéticas no van a estar disponibles de forma que todos los
miembros de la sociedad puedan tener acceso a ellas. Pero frente a posiciones extremas
como el prohibicionista absoluto o el laissez-faire cabe una posición igualitarista
intermedia que distingue entre dos momentos temporales en los que los mejoramientos
recibirían un tratamiento diferenciado. Así, en un primer momento temporal (T1) cabría
aplicar una suerte de principio de diferencia rawlsiano de forma que se permitiera un
acceso desigualitario a las mejoras genéticas, pero en beneficio de los menos
aventajados. Como es sabido, el principio de diferencia de Rawls que gobierna la
distribución de desigualdades socio-económicas sostiene que las desigualdades tendrían
que estar diseñadas de modo que sean en beneficio de los más desaventajados. En esta
misma línea, Lindsay propone el principio de diferencia genético. Ahora bien, en esta
21
etapa habría que garantizar que dichos sujetos no pudieran realizar usos malévolos de
tales poderes.
En cambio en un momento temporal posterior (T2) donde por efecto del market
stimulus effect es de esperar que las técnicas de mejora sean más accesibles
económicamente para todos los individuos, tales mejoras serían de obligatoriedad
generalizada sobre todo teniendo en cuenta dos factores relevantes: 1) la conexión entre
ciertas mejoras y los bienes primarios; 2) el principio de igualdad de oportunidades, es
decir, que los cargos y puestos deben de estar abiertos para todos bajo condiciones de
igualdad de oportunidades. En conclusión, creo que habrá hay razones para justificar el
acceso igualitario y generalizado a las mejoras genéticas positivas vinculadas a los
bienes primarios. En este sentido, no sería descartable establecer medidas económicas y
sociales que garantizasen condiciones de igualdad en el acceso a las tecnologías de
mejora de una forma similar a como en los Estados de Bienestar se hace con la
educación o la sanidad. La justificación me parece que no sería muy distinta, en la
medida que tales mejoras fisiológicas o cognitivas contribuyen tanto al bienestar y
autonomía individual como al bien común. Otro aspecto es cómo cada individuo
aprovechará esos recursos. Y al igual que sucede en nuestras sociedades actuales,
algunos tomarán decisiones y adoptarán planes de vida más exitosos que otros.
6. Conclusiones
En este trabajo he tratado de mostrar como los avances en biotecnología (ingeniarías
genética, implantes y transgénesis) pueden cambiar el panorama actual acerca de los
derechos humanos y la igualdad. La posibilidad de que las mejoras en nuestras
capacidades físicas, cognitivas y emocionales generan, en este sentido, interesantes para
la reflexión ética y jurídica.
Aunque algunos de esos cambios sobre la fisiología humana,todavía sean de ciencia
ficción parece necesario plantear los argumentos a favor y en contra de las
biotecnologías mejoradoras que auspician un cambio drástico en nuestra conformación
individual y social. Tras analizar los principales argumentos para oponerse a los avances
biotecnológicos y su uso mejorador tal y como los han planteado principalmente los
"bioconservadores", he tratado de contextualizar y relativizar el "pánico moral" al que
apelan distinguiendo cuatro objeciones centrales: 1) la amenaza a la igualdad; 2) la
posibilidad de daños a la salud; 2) el efecto sobre la autonomía personal y, 4) la
amenaza de deshumanización. En mi opinión, ninguna de estas objeciones es decisiva
22
para impedir el desarrollo de las investigaciones biotecnológicas, y tampoco para que en
el momento de que estas se puedan aplicar sin riesgos para la salud, sea accesibles para
aquellos individuos que deseen someterse a ellas.
Respecto del argumento de que las mejoras genéticas pueden aumentar el grado de
desigualdad en la sociedad, he tratado de mostrar que es factible una posición normativa
que alejándose del prohibicionista absoluto y del laissez-faire, y buscando apoyo en las
ideas rawlsianas de los bienes primarios y del principio de diferencia permita en una
primera etapa permitir el acceso desigualitario a las mejoras que contribuyen a los
bienes primarios bajo condiciones que evitan una gran desigualdad, y en una segunda
etapa, establecer que algunas de esas mejoras incluso puedan ser consideradas
obligatorias, dada su conexión con el bienestar humano.
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