Papeles el tiempo de los derechos LOS DERECHOS HUMANOS Y LA IGUALDAD EN UNA SOCIEDAD POSTHUMANISTA José Luis Pérez Triviño Profesor Titular de Filosofía del Derecho. Universidad Pompeu Fabra (Barcelona) [email protected] Palabras Clave: derechos humanos, mejoramiento, justicia, igualdad Número: 18 ISSN: 1989-8797 Año: 2014 Comité Evaluador de los Working Papers “El Tiempo de los Derechos” María José Añón (Universidad de Valencia) María del Carmen Barranco (Universidad Carlos III) María José Bernuz (Universidad de Zaragoza) Manuel Calvo García (Universidad de Zaragoza) Rafael de Asís (Universidad Carlos III) Eusebio Fernández (Universidad Carlos III) Andrés García Inda (Universidad de Zaragoza) Cristina García Pascual (Universidad de Valencia) Isabel Garrido (Universidad de Alcalá) María José González Ordovás (Universidad de Zaragoza) Jesús Ignacio Martínez García (Universidad of Cantabria) Antonio E Pérez Luño (Universidad de Sevilla) Miguel Revenga (Universidad de Cádiz) Maria Eugenia Rodríguez Palop (Universidad Carlos III) Eduardo Ruiz Vieytez (Universidad de Deusto) Jaume Saura (Instituto de Derechos Humanos de Cataluña) 2 LOS DERECHOS HUMANOS Y LA IGUALDAD EN UNA SOCIEDAD POSTHUMANISTA José Luis Pérez Triviño Profesor Titular de Filosofía del Derecho. Universidad Pompeu Fabra (Barcelona) [email protected] Abstract The possibility and justification of genetic manipulations (like other forms of enhancements, such as implants, prosthesis and transgenesis) leading to an increase our human capabilities creates problems relating to human rights and equality in a future society. After having done a series of distinctions on possible enhancements, I take in consideration four of the main objections raised by bioconservatives experts: 1 ) the argument of equality; 2) the argument of the damage; 3) the argument of autonomy ; 4) the effect on humanity. Focusing on the first of these arguments, I analyze prohibitionist and favorable positions to enhancements implementation, but I try to show the feasibility of a third position taking as basis the Rawlsian ideas of primary goods and the difference principle that would allow in a first phase an open access to genetic enhancements. In a second step, given some circumstances, these enhancements could be considered as compulsory. Keywords: human rights, enhancement, justice, equality Resumen a posi ilidad s i icaci n de las manip laciones gen ticas (como de otras formas de mejoras, tales como los implantes, prótesis y la transgénesis) que conduzcan a incrementar nuestras capacidades humanas genera problemas relativos a los derechos humanos y la igualdad en una sociedad futura. Tras establecer una serie de distinciones sobre las mejoras posibles, se analizan y cuestionan cuatro de las principales o eciones e plan ean los ioconser adores a ales cnicas mejoradoras: 1) el arg men o de la ig aldad el arg men o del da o el arg men o de la a onom a la a ec aci n a la humanidad. Centrando la atención en el primero de estos argumentos, analizo las posiciones prohibicionistas y las favorables a su implementación, pero trato de mostrar la viabilidad de una tercera posición que tomando como pilares las ideas rawlsianas de los bienes primarios y el principio de diferencia permitiría en una primera fase el acceso (aunque fuera desigualitario) a las mejoras genéticas, y en una segunda etapa, dadas ciertas circunstancias, incluso se podría establecer su obligatoriedad. 1. Introducción El afán de mejora de nuestras cualidades físicas, cognitivas y emocionales en cuanto humanos es algo ampliamente extendido y aceptado socialmente y los distintos métodos usados para conseguir esos efectos no están, en general, discutidos. Hay en la actualidad mejoras por vía de cirugía, de implantes o compuestos farmacológicos que están perfectamente asumidos socialmente. Así por ejemplo, para fines cosméticos se permite 1 El trabajo tiene su origen en una comunicación presentada en el Congreso Internacional "El tiempo de los derechos. Los derechos humanos en el siglo XXI", organizado en el marco del proyecto ‘El tiempo de los derechos. Consolider-Ingenio 2010’ y celebrado en la Universidad de Cádiz del 5 al 7 de junio de 2014. 1 la cirugía, el botox, la modificación corporal (piercing) o los supresores del apetito. En el ámbito de la música, es perfectamente posible tomar propranonol para evitar los temblores que pueden afectar a un músico antes de un concierto. A un nivel más común, hay diferentes tipos de sustancias mejoradoras de nuestras capacidades cognitivas o para modificar el estado de ánimo: alcohol, nicotina, ritalin, modafenil, cafeína, prozac. Incluso existen sustancias que se adquieren en las farmacias para mejorar el rendimiento sexual, como la famosa viagra. Sin embargo, en las últimas décadas estamos experimentando cambios más profundos en la relación entre los seres humanos y la tecnología. La genética, la robótica, la cibernética, la biología sintética y la nanotecnología están planteando la posibilidad de que en el futuro los seres humanos puedan modificarse genéticamente, puedan clonarse, crearse seres híbridos o interactuar con ordenadores y otros componentes dentro del propio organismo humano. Los expertos señalan que será posible efectuar mejoras de diverso tipo en el organismo humanos: fisiológicas, cognitivas, en los estados de humor e incluso, de carácter moral. Respecto de las mejoras fisiológicas se habla de aumentar la velocidad, la resistencia o la altura. En cuanto a las cognitivas las consecuencias podrían ser la amplificación o extensión de nuestras capacidades mentales, usando mejoras de nuestro sistema de procesamiento y organización de la información (comprensión, memoria, percepción). En lo que concierne a las mejoras en los estados de humor la biomedicina trata aquí de hacernos sentir mejores, más felices o tener un determinado tipo de respuesta emocional según los casos. Y por último, las mejoras morales supondrían que los individuos tendríamos mejores motivos para actuar, es decir, que se podría causar estados o procesos psicológicos -mentales o neuronales- que lleven a una persona a actuar. Un mundo transhumanista en el que los seres humanos no estén limitados por los constreñimientos impuestos por la Naturaleza y puedan experimentar cualquier cambio físico dirigido a aumentar sus capacidades fisiológicas y mentales, es para algunos, una promesa de futuro que enriquecerá las potencialidades de los seres humanos. En cambio para otros, como es el caso de Fukuyama o Annas, es la idea más peligrosa que acecha a la humanidad. Son varios los problemas que éstos últimos autores presentan al avance del mejoramiento: el problema de la salud, de la autonomía, de la deshumanización y por último, el problema de la desigualdad. Respecto de este último problema que será el 2 núcleo central de este trabajo, se señala que dado que el mejoramiento solo estará al alcance de unos pocos, la desigualdad aumentará notoriamente2. Sin embargo, quizá no haya razones para tanto pánico moral, en la medida que tales cambios no serán obligatorios, sino que a ellos se someterán individuos en condiciones de libre elección; y por otro lado, estarán diseñados para el aumento de las capacidades humanas, es decir, que producirán individuos más inteligentes y con expectativas de vida mucho mejores que las actuales. Esta visión optimista, sin embargo, no puede esconder que en el proceso habrá dificultades serias que afrontar: establecer criterios de acceso que respeten la igualdad de oportunidades y que no sólo tengan acceso a tales cambios las capas más favorecidas de la sociedad. Por otro lado, también serían necesarias medidas que en esa futura sociedad impidan una desigualdad entre los seres mejorados (los posthumanos) y los "naturales" o simplemente, humanos. También se señala que el transhumanismo puede caer en una especie de pendiente resbaladiza que conduzca a experimentar transformaciones en aquellos aspectos más frágiles y peligrosos de la naturaleza humana (la agresividad, el egoísmo, etc.) que disten mucho de ser aceptables moralmente. En cambio, Savulescu es de la opinión que no tiene por qué producirse necesariamente una pendiente resbaladiza; es un proceso con varias etapas en el que podrá controlarse el avance médico-científico de forma que se eviten los resultados no deseados. Pero en cualquier caso, una de las consecuencias de los avances biotecnológicos a corto, medio o largo plazo afectará ineludiblemente a nuestra noción de los derechos humanos y la igualdad entre los miembros de una misma sociedad. Frente a esta dualidad de posiciones, el planteamiento que pretendo introducir incluye algunas variables que presentan el debate de una forma más compleja y con respuestas condicionales y transitorias, aunque claramente me posesionaré del lado de aquellos que promueven el desarrollo de las tecnologías de mejoramiento humano. En lo que sigue analizaré algunas de las tecnologías que están produciendo tales mejoras (2): a) los implantes y prótesis; b) las intervenciones genéticas y c) la transgénesis. 2 Véase Sandberg-Savulescu, p. 92 y ss. donde se recogen algunos testimonios de estos temores como es el caso de Kalfaglou: “It’s not the poor families in Africa that are going to be doing this, it’s going to be the very affluent who are going to at first have healthier children… and then it becomes the slippery slope, they will have stronger, faster, smarter children,.. Then you’ve got these two very disparate classes.” Kalfaglou, A. Suthers, K., Scott J., Hudson K. (2002): Reproductive Genetic Testing: What America Thinks. Washington, DC,: Genetics and Public Policy Center. 3 Prestaré particular atención a las mejoras genéticas por cuanto una de las posibles mejoras puede ser hereditaria, cosa que no ocurre con las mejoras debidas a los implantes y prótesis. En este sentido parece necesario proceder a distinguir varios aspectos que tienen su relevancia para contestar a la cuestión acerca de la aceptación o no de las técnicas mejoradoras. Así entonces distinguiré dentro de las mejoras genéticas (3) entre a) tipos de intervención (somáticas y en línea germinal), b) por su extensión, separando las intervenciones mejoradoras positivas (en el promedio humano) de las transhumanas (más allá del promedio humano) Una vez se ha procedido a esta clasificación puede pasarse al planteamiento de una cuestión normativa ¿qué respuesta dar a esos distintos tipos de mejoras? Para ello, llevaré a cabo una clasificación de las diversas posiciones teóricas En este ámbito se han planteado distintas posiciones que van desde la prohibición absoluta a la reclamación de su carácter obligatorio pasando por posiciones intermedias (4). Por último para analizaré cuáles son los principales problemas a los que se enfrenta una concepción favorable al mejoramiento humano (5): el problema de la salud, de la autonomía, de la deshumanización y por último, el problema de la desigualdad. Analizaré con más detenimiento este último problema y analizando varias respuestas posibles. Por último, expondré mi concepción la cual pasa por dos ejes: 1) la conexión entre las mejoras y los bienes primarios en sentido rawlsiano; 2) un condicionamiento temporal respecto de las mejoras de forma que una primera etapa pueda aplicarse el principio de diferencia rawlsiano, para en una segunda etapa, las mejoras que afectan a los bienes primarios puedan considerarse obligatorias. 2. Tipos de mejoras 2.1 Los implantes cibernéticos El acrónimo "ciborg" procede del inglés "cyber" (cibernético) y "organism" (organismo), esto es, organismo cibernético. Los ciborgs son, en este sentido, organismos compuestos de elementos orgánicos y dispositivos mecánicos, electrónicos o robóticos, los cuales sirven principalmente para mejorar las capacidades de la parte orgánica mediante el uso de la tecnología. El término fue acuñado por Manfred E. Clynes y Nathan S. Kline en 1960, al reflexionar sobre este tipo de organismos, llegando a la conclusión de que era necesario una vinculación más estrecha entre los humanos y las máquinas en una etapa histórica en la que tanto había avanzado el conocimiento científico y el desarrollo tecnológico, 4 especialmente en lo que se refiere a la exploración del espacio. En la actualidad, ya existe un ciudadano ciborg reconocido como tal por el Reino Unido, Neil Harbisson, curiosamente de madre catalana. Harbisson padecía de acromatopsia, defecto que sólo le permite visualizar los colores blanco y negro. En Inglaterra se implantó un ojo electrónico (eyeborg). El gobierno británico reconoció el "eyeborg" como parte de su cuerpo y, a pesar de ciertas reticiencias iniciales, incluso aparece en la fotografía de su pasaporte con el ojo electrónico. Harbisson declara que se convirtió en ciborg cuando la unión entre su organismo y la cibernética empezaron a crear un nuevo tejido neuronal en su cerebro que le permite percibir los colores mediante un nuevo sentido (http://es.wikipedia.org/wiki/Neil_Harbisson#cite_note-11). En este sentido, la paradoja que se plantea es que los implantes mecánicos nacieron con un evidente objetivo terapéutico y restaurativo de las capacidades físicas (normalmente, discapacitados), pero pueden tener efectos mejoradores del rendimiento físico3. Por ejemplo, en el ámbito del deporte al actual desarrollo técnico ha conducido, eso sí en muy pocas ocasiones hasta el momento, a que los deportistas implantados (ciborgs) obtengan mejores marcas y resultados deportivos que los deportistas "normales", por lo cual reclaman que no sean limitados a participar en competiciones para discapacitados, es decir, que exigen competir en las mismas competiciones que los atletas no discapacitados. Este es el caso de Oscar Pistorius4, atleta paralímpico sudafricano, 3 La agencia de investigación tecnológica del Departamento de Defensa de EEUU (DARPA), ha conseguido que la Oficina Federal de Alimentos y Medicamentos (FDA) de su país apruebe el uso de un brazo biónico capaz de manipular objetos frágiles, conocido como el brazo Luke Skywalker. La revolucionaria prótesis, desarrollada por la empresa Deka Arm, permite una libertad de movimientos a amputados nunca antes conseguida con una tecnología similar. Véase: http://www.larazon.es/detalle_normal/noticias/6344924/sociedad+tecnologia/lukeskywalker-el-brazo-robotico-que-se-comercializara#.U3IAAl6sEvo 4 Pistorius posee las marcas mundiales en las pruebas de 100, 200 y 400 metros lisos para atletas que han sufrido una doble amputación. Lo sorprendente es que Pistorius no usa sus piernas para correr, sino que utiliza prótesis transtibiales de fibra de carbono. Estas piernas artificiales permiten le competir en varias disciplinas atléticas, pero su deseo de competir en disciplinas en las mismas condiciones que los deportistas "normales" ha generado objeciones sobre la base de que las piernas artificiales le dan una ventaja injusta sobre otros corredores. En el año 2007 la IAAF enmendó sus reglas de competición para prohibir el uso de "cualquier dispositivo técnico que incorpore resortes, ruedas o cualquier otro elemento que proporcione una ventaja sobre otros atletas que no usen tal dispositivo". La federación indicó que la enmienda no estaba dirigida específicamente a Pistorius. Después de hacer un seguimiento a su desempeño en las pistas, usando cámaras de alta definición y analizando la información obtenida, un grupo de científicos determinó que Pistorius gozaba de ventajas considerables sobre los atletas que no usan prótesis. Basándose en estos hallazgos, la IAAF lo declaró inelegible para competir en pruebas organizadas por la federación, incluyendo los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008. Pistorius apeló esta decisión y finalmente el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAD) lo autorizó a competir en los Juegos Olímpicos de Pekín. Para correr en la prueba de 400 metros debería 5 probablemente el deportista ciborg que ha alcanzado más notoriedad y cuyas reclamaciones han puesto en entredicho alguno de los cimientos más firmes del deporte de élite. El problema no es ya su discapacidad, sino que está demasiado capacitado. Los casos de Pistorius o de Harbisson, como ejemplos de la ciborgización, llevan a plantear cuestiones similares a las que genera la manipulación genética: ¿qué argumentos hay en contra y a favor de este tipo de implantes terapéuticos o mejoradores según los casos? ¿qué hay de malo en un mundo futuro posthumanista? 2.2. Las mejoras genéticas El progresivo y veloz aumento en el conocimiento de nuestro mapa genético está llevando a una creciente expansión de diferentes tratamientos y tecnologías que tienen como finalidad la curación de enfermedades genéticas. Como se verá más adelante, estas terapias pueden ser de carácter somático, es decir, practicadas en el propio individuo, con lo que las modificaciones que implique la terapia sólo tienen lugar en dicho paciente, o en línea germinal, sobre las células germinales del paciente, lo que supone que los cambios generados serían hereditarios. No obstante, esta última terapia no se lleva a cabo hoy en día. Uno de los primeros casos en que se hizo uso de la terapia genética fue en 1990 con una paciente, Ashanti DeSilva, que sufría un raro desorden recesivo llamado Síndrome de Inmunodeficiencia Combinada Severa (SCID en sus siglas inglesas). El SCID, también conocido como síndrome del "niño burbuja", se debe a un trastorno autosómico recesivo que origina una disfunción intensa en las células Ty B, y puede acabar con la muerte de los pacientes antes de los dos años de edad por infección masiva ya que los deja peligrosamente expuestos a cualquier germen. Los que sobreviven lo hacen en condiciones anormales, aislados de cualquier foco de contaminación de gérmenes, sin poder ir al colegio ni tener relaciones sociales normales. Gracias a las investigaciones llevadas por el "National Institute of Health" estadounidense, las funciones inmunes de DeSilva mejoraron un 40%. Tales investigaciones estaban basadas en procedimientos de terapia genética: algunas de las células ineficientes fueron extraídas y posteriormente fueron introducidas células de haber obtenido la marca mínima que le exige la federación a todo deportista, pero no la consiguió. Podría haber sido seleccionado para la prueba de relevo 4x400 independientemente de su tiempo, pero no fue así. Sin embargo, recibió la autorización para participar en los Mundiales de Atletismo celebrados en 2011 en Corea del Sur donde llegó a la final. Sobre esta cuestión y, en general, sobre los efectos de las tecnologías mejoradoras sobre el deporte puede verse (Pérez Triviño 2011) 6 médula espinal, tratadas por ingeniería genética. Fue suficiente para asegurar su supervivencia e incluso una vida normalizada (Henderson 152). Desde entonces los avances producidos son notables aumentándose considerablemente el número de enfermedades genéticas que pueden ser tratadas. En España se hizo famoso hace algunos años el caso del bebé Javier, que vino al mundo en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, y cuyas células madres sirvieron para que su hermano Andrés, de seis años, que padecía una anemia muy grave causada por una dolencia genética, la beta-talasemia pudiera vivir más allá de los 35 años. En efecto, la sangre del cordón umbilical del recién nacido fue básica para realizar el trasplante de células progenitoras que necesitaba el hermano mayor para sobrevivir. Pero las terapias genéticas son acreedoras, hasta el momento, de dos graves problemas. En primer lugar, está el obstáculo de que pueden producir consecuencias no queridas y en segundo lugar, su limitación a ciertos desórdenes genéticos causados por un único gen (enfermedades monogénicas), excluyéndose aquellas que tienen causas multigenéticas. Respecto al primer escollo, el problema es que algunos métodos de transferencia genética son irreversibles y complejos, de forma que las complicaciones que eventualmente pudieran producirse no tendrían solución ulterior. La propia interacción de los genes entre ellos mismos y con el medio ambiente están justo ahora comenzando a ser analizadas y comprendidas por los científicos. El desarrollo de cánceres es un conocido riesgo de la manipulación genética y el caso trágico de Gelsinger muestra que los problemas inesperados que pueden surgir en el desarrollo de nuevas terapias pueden derivar en respuestas adversas respecto de las consecuencias previstas. En cuanto al segundo problema, la mayoría de enfermedades no están causados por un solo gen, sino que están influidas por múltiples variantes genéticas que pueden generar riesgos. Por ejemplo, la diabetes está afectada por dos docenas de genes, lo que hace que sea impracticable alterar todos ellos. Pero más allá de estos obstáculos, la terapia genética avanza por otros caminos como por ejemplo, la farmacogenética que promete en el futuro poder diseñar medicamentos específicos para cada paciente según su ADN o la nutrigenómica, es decir, el diseño de alimentos que respondan de manera particularizada a cada perfil genético. Pero la biotecnología, en especial, la genética, no se confina a los límites de su función terapéutica. De la terapia genética, es decir, los tratamientos médicos destinados a curar enfermedades no será inversímil dar el salto a la mejora genética: el incremento de 7 nuestras capacidades fisiológicas. Los científicos han señalado que los principales genes candidatos para la mejora genética fisiológica son la Eritropoyetina (EPO), el factor-1 de crecimiento insulina (IGF-1), la hormona del crecimiento (GH) y los Hypoxiainducible factor-1 (HIFs) y los receptores de activación de los proliferadores de los peroxismas (PPARα). Cada uno de estos genes está vinculado a un mejoramiento del rendimiento específico, ya sea la mayor transferencia de oxígeno a los músculos, el incremento de la masa muscular o el aumento de altura. Quizá el caso más conocido en la actualidad es el uso de tecnologías genéticas sobre la hormona del crecimiento. Uno de los sujetos sobre los que se practicó dicha mejora fue el jugador de fútbol del FC Barcelona, Lionel Messi, quien a los 14 años medía 10-15 centímetros menos de la media. Dentro de las intervenciones genéticas cabe distinguir entre intervenciones somáticas y en línea germinal. Otra distinción que cabe realizar afecta a la extensión de las mejoras. 2.2.1 Tipos de intervenciones genéticas 2.2.1 Según el tipo de intervención: somáticas y en línea germinal 2.2.1.1 Intervenciones genéticas somáticas. Este tipo de tratamientos supone la intervención en las células para modificar el genoma (la estructura genética) de seres ya existentes para hacerlos más resistentes a ciertas enfermedades o mejorar sus capacidades físicas. Este tipo de intervenciones ya se han aplicado en la industria dedicada al cultivo de semillas y de la alimentación animal. Sin embargo, el uso en seres humanos es todavía incipiente. Este tipo de intervenciones, que tienen como finalidad la modificación de aquellos genes vinculados al rendimiento físico (Eritropoyetina, el factor-1 de crecimiento insulina, la hormona del crecimiento, los factores de inducción hypoxia y los receptores de activación de los proliferadores de los peroxismas) son locales en tanto que operados en las células somáticas y por consiguiente no comportan variaciones que puedan transmitirse genéticamente de un individuo a su descendencia. 2.2.1.2 Intervenciones genéticas en línea germinal Aquí las modificaciones son realizadas en la línea germinal de las células (esperma, huevos no fertilizados o en los embriones recién fertilizados) para aumentar sus capacidades metabólicas y así mejorar la salud o las capacidades de rendimiento físico. Dado que muchas de las estructuras básicas del organismo humano se establecen en etapas muy tempranas de la vida, estas modificaciones tienen que ser operadas antes de que los individuos hayan nacido, puesto que la mayor parte de las capacidades se 8 determinan con carácter previo al desarrollo celular. De esta manera, el resultado de este tipo de intervención genética será heredable y podrá ser transmitido de una generación a la siguiente. Se pueden distinguir entre dos tipos de técnicas de modificaciones en línea germinal. La primera se sigue de la fertilización in vitro de las células madre embrionarias del feto. Estas células se modifican genéticamente y se introducen en los blastocitos, de forma que se cambia la linea germinal del futuro individuo. El otro procedimiento incluye la clonación. Una célula somática adulta se modifica genéticamente y, entonces, el ADN de esta célula se introduce en el embrión por medio de una clonación, de la cual el nuevo individuo surge, libre de los desórdenes genéticos que son así evitados mediante este procedimiento. Hasta el momento apenas se han aplicado esos procedimientos de modificación en seres humanos. 2.2.2 Según la extensión: terapéuticas, mejoradoras y transhumanas Según este criterio es habitual distinguir entre: a) Terapia, es decir, los tratamientos médicos destinados a curar enfermedades. Dado que este tipo de intervención no presenta tantos problemas de justificación no lo tomaré en consideración a los efectos de la clasificación que expondré a continuación . b) Mejoramiento: consiste en el aumento del potencial natural humano realizado dentro del ámbito típico de lo que es un ser humano, como por ejemplo, aumentar el coeficiente intelectual de un individuo de 100 a 104. Esto es lo que Tannsjo denomina "intervenciones positivas". c) Transhumanismo: son los mejoramientos superhumanos que consisten en aumentar las capacidades de una persona por encima del ámbito característico de la especie humana, como sería por ejemplo aumentar el coeficiente intelectual de un individuo de 100 a 200. Tännsjö utiliza aquí el término "enhancement", pero creo que es más adecuado denominar a estas intervenciones mejoradoras como “transhumanas". 2.3 La transgénesis Otro dominio donde la genética es posible que tenga un papel relevante es el que concierne a la transgénesis; las mejoras en el rendimiento físico producidas por la generación de híbridos y quimeras artificiales (de Miguel 2010). Aunque en la actualidad parezca una hipótesis de ciencia ficción, no deja de tener sentido que en la actualidad nos planteemos algunas de sus posibilidades. 9 Híbridos naturales en el reino animal existen desde hace ya mucho tiempo, como por ejemplo el mulo, descendiente de burro y yegua o de caballo y burra, las cabrejas, mezcla de cabra y oveja, el Tigón, mezcla de tigre y león, o los cebrasnos, mezcla de cebra y de asno. Con el veloz desarrollo de la ciencia, los híbridos podrían crearse artificialmente, controlados por los seres humanos. En la actualidad, lo que se plantea como posibilidad es que haya híbridos con elementos humanos. Serían "nuevos" seres creados, dicho rápidamente, ex novo, por lo que su estatus ontológico no estaría claro. Las quimeras son organismos que tienen células con información genética distinta que procede de dos o más organismos distintos. Experimentos destinados a crear quimeras artificiales del reino animal se llevan produciendo desde hace varias décadas. Hace unos años, un equipo de investigadores extrajo pequeñas porciones de cerebro de fetos de codorniz para después introducirlas en el cerebro de fetos de pollo. De resultas, los pollos nacieron con características propias de las codornices, como el gorjeo y las sacudidas de cabeza. Pero la posibilidad de crear quimeras con elementos humanos, no parece imposible para algunos investigadores. Como señala Savulescu, Irving Weissman, un especialista en la investigación con quimeras, aspira a crear ratones con tejido cerebral plenamente humano (Savulescu 300). Los transgénicos son organismos a los que se ha añadido un gen; son seres que pertenecen a una especie dada, pero que han sido modificados al introducírsele elementos biológicos pertenecientes a otra. Aquí la cuestión principal es determinar a qué especie pertenece el ser modificado. Dos ejemplos son ANDi, un mono reshus, y Alba, un conejo, ambos con un gen de medusa fluorescente incorporado en su ADN. Estos animales son por lo demás perfectamente normales y sanos, y lo único extraño es su brillo verde fluorescente. Recientemente, los científicos han introducido un gen de medusa similar en un embrión humano, que lo hace fluorescente. El embrión fue destruido, pero si se hubiera llevado a término habría producido un ser humano fluorescente . A pesar de no encontrarnos todavía con seres de estas características, los debates éticos que plantean estas nuevas posibilidades de creación de seres con elementos propios de los humanos y de otros animales son de una gran complejidad y no pueden ser tratados en este contexto. Como señala Savulescu, "no está claro en el presente a qué especie pertenecen las quimeras, ni por tanto qué regulación o leyes aplicarles, qué capacidades potencialmente relevantes a nivel moral poseen o en qué sentido éstas son relevantes para que sean utilizadas de un modo determinado" (Savulescu 307). Pero a su favor, 10 Savulescu indica que las quimeras (animales) podrían ayudar a la creación de especies resistentes a la enfermedades, proporcionar productos útiles para los humanos, y también, ser utilizados en los xenotrasplantes (trasplantes de tejidos, células y órganos de una especie a otra). Más allá de que estos son temas discutibles y algunos científicos niegan la posibilidad de que puedan tener lugar a corto o medio plazo, la cuestión interesante es que puede surgir la posibilidad en el futuro de que se creen seres de este tipo con capacidades físicas aumentadas como la visión. 4. Posicionamientos normativos respecto a las mejoras genéticas Desde que se inició el debate acerca del mejoramiento genético las posiciones teóriconormativas se han ido sucediendo y precisando. Una parte importante de la discusión ha tomado en cuenta dos vectores. En el primero se trataba de defender según los casos si la mejora debería estar prohibida, permitida o ser obligatoria, ya sea desde un punto de Incorrecto Neutral Prohibido 1 Permitido 2 Obligatorio Correcto 3 4 5 vista moral o jurídico. Es obvio que el llegar a esas conclusiones dependía de la visión moral acerca de la mejora. Y aquí sería posible distinguir tres posiciones: la primera consideraría que la mejora es una opción moralmente incorrecta. La segunda defendería que la mejora no es necesariamente correcta o incorrecta, y por lo tanto cabe una posición intermedia o neutral. La tercera respuesta sostendría que hay razones que justificarían que la mejora genética ofrece consecuencias positivas para los seres humanos y que por lo tanto, es correcta. Vistas así las cosas tendríamos un cuadro que permitiría ubicar las principales respuestas que han dado los especialistas estos últimos años.El primer caso sería aquel de quien sostuviera que la mejora es moralmente incorrecta y no debe estar permitida legalmente; El segundo caso sería aquel en que se defendiera que la mejora es moralmente mala, pero debe estar permitida legalmente El tercer caso sería aquel en que la mejora es moralmente neutra, y debe estar permitida legalmente; El cuarto caso: la mejora es moralmente correcta, pero no debe exigirse por medios legales (aunque sí animar). Es decir, está permitida; 11 El quinto caso sería aquél en el que la mejora es moralmente correcta y por lo tanto, debe estar exigida legalmente. Con este esquema podemos entonces clasificar a los principales autores según el esquema precedente. Incorrecto Prohibido Neutral Correcto Mehlmann, Fukuyama, Sandel Permitido Obligatorio Nicholas Agar Julian Savulescu John Harris 5. Argumentos favorables y desfavorables a la mejora En estos últimos años se han planteado distintos argumentos contrarios a las técnicas de mejora, así como también los defensores de las mejoras por vía de la biotecnología han planteado agudas réplicas. No cabe duda de las enormes ventajas y beneficios que pueden ofrecer esas técnicas en el ámbito de la curación y prevención de enfermedades así como la posibilidad del aumento de la productividad y la satisfacción de planes de vida individuales. Dados estos innegables efectos positivos, los defensores del transhumanismo promueven que estas tecnologías puedan estar al alcance de los individuos y que cada uno tenga la opción de someterse a ellas (Bostrom). En ese sentido, esta corriente debe distinguirse nítidamente de ciertos movimientos eugenésicos que aplicaron en el pasado técnicas de selección obligatorias y compulsivas en aras de la promoción de una cierta concepción de lo que era su grupo humano ideal (Glover 26). La referencia al movimiento eugenésico nazi aquí es inevitable5. Sin 5 Como es sabido las prácticas eugenésicas compulsorias y en aras del perfeccionamiento de una determinada visión de la raza humana no fue exclusiva de la Alemania nazi. También se llevaron a cabo en Suecia, Inglaterra, Unión Soviética y Estados Unidos. En este último país por ejemplo, una famosa sentencia, Buck vs. Bell, estableció "hemos visto más de una vez que el bienestar público puede reclamar de los mejores ciudadanos su propia vida. Sería extraño que para prevenir que nos hundamos por la incompetencia, no se pudiera reclamar a aquellos que ya exprimen el jugo del Estado aquellos sacrificios menores que a veces no son sentidos como tales por los afectados. Es mejor para todo el mundo que en lugar de esperar para ejecutar por crímenes a la descendencia degenerada, o de dejarlos morir por su imbecilidad, que la sociedad pueda evitar que aquellos que son manifiestamente inadecuados puedan continuar su estirpe." En 1931 había más de 30 estados en EEUU con leyes eugenésicas y se calcula que hubo unas 20000 personas que fueron esterilizados de forma forzada. 12 embargo, los transhumanistas se separan contundentemente de cualquier asimilación con las corrientes eugenésicas del pasado: la mejora que ellos proponen es opcional, no para la mejora de ninguna raza sino de los individuos particulares e incluso cuando sea posible, las mejoras deberían ser reversibles. No obstante, y como se ha mencionado anteriormente, han surgido objeciones serias al transhumanismo: a) el problema de la desigualdad; b) el problema del daño; c) el problema de la autonomía y, d) el problema de la deshumanización. 5.1 El problema de la protección de la salud Respecto al segundo temor, la afectación a la salud, se ha señalado que el desarrollo tecnológico todavía no ha impedido que se produzcan consecuencias dañinas para la salud. Así, se sugiere que ciertos implantes con su aumento de tecnificación puede poner en peligro la seguridad y la salud de los individuos, sobre todo por un cierto desconocimiento de las consecuencias a largo plazo en las modificaciones en el organismo humano. En efecto, en algunos casos se han detectado lesiones a largo plazo y de carácter crónico. Como ya se ha visto anteriormente, riesgos para la salud también existen con los tratamientos genéticos. También creo que de momento habrá que adoptar un principio de precaución, esto es, una actitud prudencial ante los desarrollos de la tecnología genética, en especial en los tratamientos en línea germinal: no podemos estar seguros de si podemos de manera cuidadosa prever el resultado de los cambios en la descendencia. No sabemos si tales cambios se conformarán a las expectativas adquiridas sobre la base de los experimentos pasados. El problema principal es que carecemos de información suficiente y no estamos en posición de predecir el resultado. Hay que tomarse en serio la impredecibilidad del mejoramiento genético a largo plazo, lo cual supone cuestionarse, provisionalmente, los argumentos a favor del mejoramiento genético. En definitiva, dados los eventuales daños, se puede sustentar que se adopten temporalmente medidas contrarias a la manipulación genética, en especial, en línea germinal. Por ello, y en primera instancia, la objeción es razonable. Pero estas consideraciones precedentes no obstan para que sea factible la investigación en línea somática (o de implantes y prótesis), y de que los nuevos tratamientos genéticos somáticos o prótesis puedan ser aplicadas a individuos que han prestado previamente su consentimiento con información plena. 13 5.2 La pérdida de autonomía Habermas expone cuál es una de las consecuencias menos aceptable de las técnicas de manipulación genética en línea germinal al preguntarse si supondrá un incremento de la autonomía o más bien puede significar un socavamiento de la autocomprensión que tienen los individuos acerca de su propia vida. El problema de la intervención genética en línea germinal incluso cuando es guiada o establecida por los propios padres (y no únicamente por los médicos u otra autoridad estatal) es que pone en riesgo, paradójicamente, la autonomía personal bajo el amparo de un cierto perfeccionamiento. En la situación descrita los padres deciden la configuración genética de su hijo pero sin atender a su voluntad. Y aunque también es cierto que cuando se tiene un hijo (sin que medie intervención genética) tampoco se le pide opinión, en el primer caso, los padres imponen irreversiblemente sus preferencias cosa que no ocurre en el nacimiento natural. Las consecuencias para el hijo cuando compruebe que su identidad es el fruto de las elecciones de unas terceras personas, aunque sean sus padres, pueden ser más que notables en su propia autocomprensión moral. La consciencia de no ser el autor de las propias acciones parece que puede repercutir en su identidad, y a la vez, en su comprensión de no ser el único (o principal) artífice de su biografía. Por esta razón, el individuo que ha sido intervenido genéticamente no puede verse a sí mismo como un “hecho natural”, sino que interpreta que el programador ha actuado con una voluntad determinada sin contar con su consentimiento. La intervención genética ata a la persona afectada a un determinado plan vital y en cierto sentido, condiciona su libertad para elegir una vida propia o al menos, le impide retomarla, variarla o revisarla en un sentido fuerte. Las respuestas a esta objeción son varias. En primer lugar, la objeción habermasiana afecta a las intervenciones genéticas en línea germinal y no a las somáticas (y tampoco a las prótesis o implantes). En segundo lugar, por parte de los transhumanistas también se señala que sería falso pensar que un individuo carece de elección sobre su propia vida sólo porque alguno de sus genes fueron seleccionados por sus padres. No es solo que los padres actualmente también traten de guiar la vida de sus hijos a través de elecciones en las que no participan éstos: la educación que van a recibir, las actividades extraescolares que realizarán (tocar un cierto instrumento musical, practicar un deporte), ingresar en una confesión religiosa, etc. También habría que considerar si con las mejoras genéticas 14 tendrán efectivamente más elecciones y autonomía, es decir, si éstas, en lugar de limitar su autonomía, lo que hacen es expandir sus capacidades. Tener una mejor salud, ser más inteligente o disfrutar de más talentos son habilidades cuyo efecto no es limitador, sino más bien al contrario, abren más posibilidades. Y obviamente, como sucede en la actualidad, los hijos no dejarían de tener la posibilidad de revisar, y eventualmente, apartarse de los planes de vida que puedan haber deseado sus progenitores. En tercer lugar, como señala Bostrom, ¿cuál es la alternativa a que sean los padres los que determinen las capacidades básicas de las nuevas generaciones? ¿Que lo sea la Naturaleza? Si es ésto último, "esto es la suerte ciega..."(Bostrom ): ¿preferiremos que los rasgos (positivos, pero también las enfermedades) de nuestros hijos sean determinados por la suerte ciega a que sean los padres los que decidan evitar los genes enfermos y mejorar las capacidades de sus futuros hijos? Hasta el momento no tenía sentido acusar a la Madre Naturaleza ni a los padres si nacía un hijo con una enfermedad incurable, tal como la antes citada de Ashanti (el Síndrome de Inmunodeficiencia Combinada Severa), pues no había posibilidades técnicas de evitarlo. Pero cuando sea posible erradicar tales genes ¿serán los padres inocentes si permiten que nazca su hijo con el síndrome de la burbuja? Este es el principio que Julian Savulescu denomina de "beneficencia procreativa" (Savulescu, 43): "las parejas deberían seleccionar, de los distintos niños que pueden tener, aquel que se espera que tenga una vida mejor, o al menos, una vida igual de buena que los demás, según la información relevante de la que se disponga". Como dice el propio Bostrom: "si la Madre Naturaleza hubiera sido una verdadera madre, entonces debería estar en la cárcel por abuso de menores y asesinato" (Bostrom). 5.3 El problema de la deshumanización Otra objeción es la que apela a la "deshumanización" que acarrea la manipulación genética al reducir o eliminar rasgos que han sido considerados como constituyente esenciales de los seres humanos. Dicho con otras palabras, la senda del transhumanismo puede conducir a una situación en la que seamos incapaces de identificar nuestro "yo" original. Autores como Michael Sandel, Leon Kass, Francis Fukuyama o George Annas forman parte de la corriente denominada "bioconservadurismo" y que como ya indica el término, muestran su preocupación y rechazo a las tecnologías de mejora ya que conducirán a reducir nuestra dignidad humana y con ello, erosionar lo que hay de 15 valioso en los seres humanos. Para esta corriente la ingeniera genética representa no las esperanzas más profundas de la humanidad sino más bien, los temores más oscuros. De una forma más concreta Annas señala algunos de los problemas a los que puede conducir el desciframiento del genoma humano y su posterior manipulación en forma de selección de embriones: "La primera es la consecuencia de ver a los humanos como una ensamblaje de moléculas, dispuestas de una cierta manera. La tendencia casi inevitable en tal concepción es la expresada en Brave New World (Un mundo feliz). Los individuos podría verse a sí mismos y a los otros como productos que pueden ser "manufacturados", y sujetos a medidas de control de calidad. Los individuos podrían "ser hechos a medida", literal y figurativamente. Si las personas son vistas así, podemos no sólo manipularlas como embriones o fetos, sino que también podemos ver a los niños como productos en sí mismos. .. si los niños son vistos como productos, la compraventa de embriones, fetos y de ellos mismos puede parecer razonable." (Annas 135) Esta posición temerosa frente a las tecnologías de mejora aparece en otro párrafo: "La especie nueva, o “posthumana ” probablemente verá a los humanos “normales” como inferiores, incluso salvajes, y adecuados para la esclavitud o la matanza. Los normales, por otro lado, pueden ver a los posthumanos como amenaza y si pueden, tomarán medidas preventivas para aniquilarlos antes de que sean éstos los que los asesinen o esclavizen. Es finalmente este predecible potencial para el genocidio el que hace que los experimentos alteradores de la especie sean potenciales armas de destrucción masiva, y hace de la ingeniería genética un potencial bioterrorismo" (Annas 2002: 162. Cit. por Bostrom) Hay varios problemas subyacentes a la objeción basada en la "naturaleza humana". Uno de ellos es su propia caracterización. En primer lugar, no todo lo que nos ofrece la naturaleza como "regalos" es digno de ser conservado: enfermedades, hambrunas, desastres naturales, etc. La naturaleza no es criterio de lo bueno o de lo correcto. Y si es así, ¿por qué todos estos aspectos del lado oscuro de la naturaleza deberían aceptarse y tolerar sus efectos sin rechistar? Los seres humanos históricamente se han rebelado contra este destino impuesto, y de ahí los avances de la Humanidad. Si se hubiera adoptado en la Edad de Piedra la misma actitud que reclaman en la actualidad los bioconservadores es probable que todavía seguiríamos siendo como éramos hace 40.000 años (Savulescu). Esto por cierto, no supone aceptar que cualquier avance científico o tecnológico sea necesariamente bueno ni que su uso deba ser impuesto sin reservas. Algunas obras literarias y películas nos advierten de que en el futuro la tecnología nos podría convertir en seres impersonales, en esclavos del Estado o de los “nuevos” poderosos surgidos de 16 los tratamientos mejoradores. En contra de estos futuros posibles también se manifiestan los transhumanistas. Es deseable y posible un control de los avances tecnológicos para que, sin renunciar a los beneficios que nos puedan aportar, éstos sean respetuosos con los derechos humanos. Las estrategias jurídico-políticas que han ideado los seres humanos para controlar y reducir las desigualdades, la estigmatización o la violencia han resultado ser relativamente exitosas hasta el momento, por lo que no hay razones para sospechar que no lo vayan a seguir siendo en estas otras circunstancias. Otro problema de la actitud de Annas expuesta anteriormente es que cae en una evidente pendiente resbaladiza. Es decir, del hecho de que pueda realizarse un diagnóstico genético preimplantacional y una selección de embriones no se deriva en absoluto que éstos puedan ser vendidos como si fueran cualquier mercancía. Es evidente que hay una serie de pasos intermedios en los que el Estado y la sociedad pueden establecer controles y límites para que no se llegue a ese resultado. En este sentido, podría ponerse como ejemplo las donaciones de órganos que, salvo algunas excepciones, están actualmente reguladas de forma que su cometido es perfectamente alcanzado sin que ello suponga su "comercialización". Otra línea de ataque de los bioconservadores es señalar que con la tecnología genética se corre el riesgo de que los seres humanos dejen de ser tales, de que se de lugar a seres que hayan perdido su "naturaleza humana". Ahora bien, con este argumento los bioconservadores se enredan con una cuestión nada fácil de dilucidar: ¿en qué consiste la naturaleza humana? En ocasiones se señala que el ser humano como agente moral se identifica por la pertenencia a la especie humana, en otras por su capacidad de sentir. Pero quizá la concepción más extendida en la actualidad es que la "humanidad" reside en la posesión de funciones cognitivas superiores (racionalidad, autonomía, conciencia, autoconciencia). Y si se adopta esta concepción no parece de ninguna manera que los individuos tratados tecnológicamente pierdan su humanidad: reflexionan, sienten, son autoconscientes y pueden establecer planes de vida de futuro (Savulescu). Otra versión de este argumento es que la selección genética provocará la pérdida de dignidad de los seres así nacidos (Fukuyama 148; de Miguel, 2005: 85). Más allá de la discusión acerca del sentido de "dignidad", hay que recordar que argumentos similares se dirigieron décadas atrás cuando empezaron a nacer los niños a través de la fertilización in vitro. Afortunadamente, fueron previsiones erróneas, y la causa de ello es que la dignidad no depende de cómo nacen los individuos. Por otro lado, se ha señalado por varios autores que la dignidad no está necesariamente vinculada con la 17 forma que tenemos los seres humanos ni tampoco con el medio por el cual nacemos. García Manrique señala justificadamente en su análisis de Blade Runner y de La isla que tanto los androides como los clones que a pesar de las diferencias con los humanos, “poseen las mismas cualidades que hacen valiosos los humanos (la capacidad para la autonomía moral, la inteligencia, la capacidad de sentir o de sufrir…)” (García Manrique 13). Por último está la crítica de Michael Sandel, quien expresa el temor de que la ingeniería genética los seres humanos jueguen a ser Dios y vayan en contra de la Naturaleza. Dejando de lado la interpretación religiosa, en el sentido de que la preocupación es que los humanos usurpen, literalmente, el papel de un ser superior, y centrándonos en la interpretación secular, la preocupación principal es que los humanos no reconozcan sus propias limitaciones. O dicho de otra manera, que expresen una "hybris", una desenfrenada confianza en sus posibilidades como seres naturales (Sandel 130 y ss). Pero la respuesta a este temor es que "la historia de la humanidad siempre ha consistido en modificar el mundo y la vida por buenas razones. El estado natural del hombre sería una vida 'desagradable, brutal y corta', por utilizar las palabras de Hobbes, de no ser por las muchas mejoras obtenidas mediante la modificación del mundo. Las vacunas, los antibióticos y prácticamente toda la medicina significan poderosas intervenciones. La objeción de que estaríamos jugando a ser Dios sólo es válida como una precaución ante las acciones mal informadas, a las que sin duda son proclives los humanos". (Savulescu 309) 5.4 El problema de la desigualdad Esta crítica señala que el mejoramiento físico sería tan exagerado que no habría igualdad entre los individuos normales y los mejorados, puesto que estos últimos gozarían gracias a las mejoras, de más oportunidades sociales, económicas, etc. Si por otro lado, se parte de la hipótesis de que los primeros que podrán acceder a la adquisición de esas mejoras serán probablemente los individuos con más recursos económicos, entonces, las desigualdades aumentarían todavía más. En realidad, esta crítica en algunas ocasiones parece difuminar la distinta extensión de las mejoras, tal y como se expuso anteriormente, que pueden estar dentro del promedio humano o más allá (mejoras posthumanistas). Cada una de estas mejoras debe ser tratada diferenciadamente. 18 5.4.1 Mejoras dentro del promedio humano. Entre el prohibicionismo y el laissez faire En efecto, algunos autores parecen temer que las mejoras fueran a producir una gran desigualdad social debido a que la extensión de aquellas serían en la mayoría de los supuestos, posthumanistas. Pero como ya se ha señalado, esto es más bien una caricatura acerca de lo que sería el impacto de las biotecnologías en el momento actual, y se podría casi asegurar que así será en un futuro a medio plazo. La tecnología, al menos en su situación actual, no ha avanzado tanto como para que haya individuos posthumanos, esto es, con una inteligencia o capacidades mucho más allá del promedio humano. Este es también el panorama en lo que respecta al aumento de altura, de masa muscular, de visión, de alargamiento de la vida humana, etc. En la actualidad, la biotecnología sólo ofrece una diferencia pequeña. En cualquier caso, ¿qué decisión tomar si en un futuro esas mejoras en el rendimiento físico o cognitivo6 dejan de estar dentro del ámbito de lo normal, y pasan a ser mejoras transhumanas? Realmente en este supuesto, las condiciones de vida en una sociedad serían muy distintas a las que hemos conocido hasta el momento y los cambios fisiológicos ya empezarían a parecerse mucho a los que podemos ver en los mutantes de X-Men. Las normas morales (y en general, las normas sociales) han tenido como presupuesto una serie de condiciones psicológicas, económicas y sociales que habrían cambiado sustancialmente. Colocados pues en este escenario de mejoras dentro del promedio humano, creo que hay dos posiciones que han centrado el debate: a) prohibición total; b) laissez-faire. Sin embargo, creo que hay espacio para una posición que podría anclar su pretensión principal en el principio de diferencia rawlsiano. La posición que defiende la prohibición total de este tipo de mejoras es relativamente débil si atendemos a que en el contexto histórico presente existen otros ámbitos sociales en los que ciertas desigualdades también podrían ser consideradas injustas. Así ocurre cuando hay un diferente lote de habilidades heredadas genéticamente, o por el acceso privilegiado a la educación en función de la riqueza de los padres o, simplemente por el país en el que se ha nacido. 6 Persson y Savulescu se plantean en Unfit for the Future que debido a que las mejoras cognitivas pueden suponer un riesgo grave para la Humanidad en tanto que la posibilidad de crear armas de destrucción puede estar al alcance de individuos con intenciones no precisamente altruistas sería necesario simultáneamente que se avanzar en el mejora moral. El énfasis en un riesgo de las mejoras cognitivas es importante dado que señala que la determinación de que mejoras serán o no permisibles deberá ser examinado caso por caso. 19 Por su parte, el laissez-faire postula que debe permitirse el acceso libre a estas mejoras, sin restricciones de ningún tipo. Obviamente, tal posición parece sustentarse en la defensa de la autonomía personal, de forma que cada individuo debe ser libre de poder acceder a esas mejoras. Además, y frente a ciertas objeciones según las cuales las mejoras pueden ser deseadas por ciertos individuos por razones competitivas (Lema, 81), puede haber individuos que deseen el mejoramiento genético por razones no competitivas, sino de desarrollo personal. Y por último, otro argumento a favor del laissez-faire es el Market Stimulus Effect, esto es, el abaratamiento del producto, en este caso, el acceso a las mejoras genéticas. En cuanto se permita el libremente el acceso a las mejoras genéticas, es de esperar que con éstas ocurra algo similar a lo que es frecuente que sucede con otros productos, como por ejemplo, los ordenadores u otros productos tecnológicos, que con el paso rápido del tiempo su precio disminuya notoriamente de forma que son accesibles para todas las capas de la sociedad y no solo para los más ricos. Sin embargo, este posicionamiento teórico debe enfrentarse a varias objeciones. En primer lugar, tal y como se ha mencionado anteriormente, las mejoras genéticas solo estarían al alcance de los más ricos, y dado que aquellas proveen de ventajas competitivas, con ellas, se aumentaría la desigualdad. En consecuencia, puede perjudicar notablemente a los peor posicionados a los que se les aplicará injustas limitaciones de oportunidades. Por otro lado, la desigualdad producida (o aumentada) por las mejoras genéticas puede ser dañina para las generaciones futuras: los beneficiados por aquellas pueden tomar el poder y consecuentemente pueden destruir la sociedad democrática liberal. 5.4.1.2 El principio de diferencia genético Frente a estas dos concepciones extremas y opuestas, creo que cabe defender una tercera opción que se articula en torno a dos ejes centrales: 1) la distinción entre distintos tipos de mejoras según su vinculación con los bienes primarios rawlsianos (Allhof), y 2) una distinción temporal basada en el principio de diferencia rawlsiano, de forma que habría dos etapas, en cada una de las cuales habría una distinta consideración normativa. 20 La distinción entre tipos de mejoras Allhof distingue entre dos tipos de mejoras: objetivas y subjetivas. Las primeras serían las que aumentan los bienes primarios y que por lo tanto proveen o mejoran las condiciones para ejercer los derechos y libertades básicos, la libertad de desplazamiento, la libre elección de ocupación, los poderes y las prerrogativas de los puestos y cargos de responsabilidad en las instituciones políticas y económicas de la estructura básica, ingresos y riquezas y, las bases sociales del autorespeto. Las segundas, en cambios, sería meramente subjetivas o neutrales, tales como aquellas que afectan a la belleza, color de los ojos o cualquier otro rasgo que no afecta directamente a los bienes primarios. La principal característica que señala Rawls de los bienes primarios es que todos los agentes racionales tienen un interés en estos bienes, con independencia de su concepción de lo que es un bien. Si es así, y en la medida que las mejoras son instrumentales respecto a esos bienes, entonces, no parece que hay argumentos para prohibirlas. En efecto, imaginemos que con algún tratamiento neurocientífico se puede mejorar la memoria, o con algún tipo de operación genética se puede aumentar la resistencia física. Dado que ambos resultados son por lo general, adecuados o instrumentalmente valiosos para mejorar la posibilidad de acceder a un puesto público, entonces debería ser permisibles para cualquier individuo. El condicionamiento temporal Parece claro que las mejoras genéticas no van a estar disponibles de forma que todos los miembros de la sociedad puedan tener acceso a ellas. Pero frente a posiciones extremas como el prohibicionista absoluto o el laissez-faire cabe una posición igualitarista intermedia que distingue entre dos momentos temporales en los que los mejoramientos recibirían un tratamiento diferenciado. Así, en un primer momento temporal (T1) cabría aplicar una suerte de principio de diferencia rawlsiano de forma que se permitiera un acceso desigualitario a las mejoras genéticas, pero en beneficio de los menos aventajados. Como es sabido, el principio de diferencia de Rawls que gobierna la distribución de desigualdades socio-económicas sostiene que las desigualdades tendrían que estar diseñadas de modo que sean en beneficio de los más desaventajados. En esta misma línea, Lindsay propone el principio de diferencia genético. Ahora bien, en esta 21 etapa habría que garantizar que dichos sujetos no pudieran realizar usos malévolos de tales poderes. En cambio en un momento temporal posterior (T2) donde por efecto del market stimulus effect es de esperar que las técnicas de mejora sean más accesibles económicamente para todos los individuos, tales mejoras serían de obligatoriedad generalizada sobre todo teniendo en cuenta dos factores relevantes: 1) la conexión entre ciertas mejoras y los bienes primarios; 2) el principio de igualdad de oportunidades, es decir, que los cargos y puestos deben de estar abiertos para todos bajo condiciones de igualdad de oportunidades. En conclusión, creo que habrá hay razones para justificar el acceso igualitario y generalizado a las mejoras genéticas positivas vinculadas a los bienes primarios. En este sentido, no sería descartable establecer medidas económicas y sociales que garantizasen condiciones de igualdad en el acceso a las tecnologías de mejora de una forma similar a como en los Estados de Bienestar se hace con la educación o la sanidad. La justificación me parece que no sería muy distinta, en la medida que tales mejoras fisiológicas o cognitivas contribuyen tanto al bienestar y autonomía individual como al bien común. Otro aspecto es cómo cada individuo aprovechará esos recursos. Y al igual que sucede en nuestras sociedades actuales, algunos tomarán decisiones y adoptarán planes de vida más exitosos que otros. 6. Conclusiones En este trabajo he tratado de mostrar como los avances en biotecnología (ingeniarías genética, implantes y transgénesis) pueden cambiar el panorama actual acerca de los derechos humanos y la igualdad. La posibilidad de que las mejoras en nuestras capacidades físicas, cognitivas y emocionales generan, en este sentido, interesantes para la reflexión ética y jurídica. Aunque algunos de esos cambios sobre la fisiología humana,todavía sean de ciencia ficción parece necesario plantear los argumentos a favor y en contra de las biotecnologías mejoradoras que auspician un cambio drástico en nuestra conformación individual y social. Tras analizar los principales argumentos para oponerse a los avances biotecnológicos y su uso mejorador tal y como los han planteado principalmente los "bioconservadores", he tratado de contextualizar y relativizar el "pánico moral" al que apelan distinguiendo cuatro objeciones centrales: 1) la amenaza a la igualdad; 2) la posibilidad de daños a la salud; 2) el efecto sobre la autonomía personal y, 4) la amenaza de deshumanización. En mi opinión, ninguna de estas objeciones es decisiva 22 para impedir el desarrollo de las investigaciones biotecnológicas, y tampoco para que en el momento de que estas se puedan aplicar sin riesgos para la salud, sea accesibles para aquellos individuos que deseen someterse a ellas. Respecto del argumento de que las mejoras genéticas pueden aumentar el grado de desigualdad en la sociedad, he tratado de mostrar que es factible una posición normativa que alejándose del prohibicionista absoluto y del laissez-faire, y buscando apoyo en las ideas rawlsianas de los bienes primarios y del principio de diferencia permita en una primera etapa permitir el acceso desigualitario a las mejoras que contribuyen a los bienes primarios bajo condiciones que evitan una gran desigualdad, y en una segunda etapa, establecer que algunas de esas mejoras incluso puedan ser consideradas obligatorias, dada su conexión con el bienestar humano. Bibliografía F. ALLHOFF. “Germ-Line Genetic Enhancement and Rawlsian Primary Goods”. Kennedy Institute of Ethics Journal, 15(1), 2005. doi:10.1353/ken.2005.0007 G. ANNAS, G. . “Mapping teh Human Genome and the Meaning fo "Monster Mythology" In Burley J.- Harris, J. A Companion to Genethics. 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