Jurisdicción: Social Recurso de Suplicación núm. 1617/2003. Ponente: Ilmo. Sr. D. Eduardo Ramos Real Proceso Social. Derechos y deberes laborales. Novación del contrato de trabajo. Ilmos. Sres: D. HUMBERTO GUADALUPE HERNÁNDEZ Dª MARÍA JESÚS GARCÍA HERNÁNDEZ D. EDUARDO RAMOS REAL ---------------------------------------------------------------------------------En Las Palmas de Gran Canaria, a 28 de Julio de 2006. La Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Canarias, compuesta por los llmos. Sres. citados al margen. EN NOMBRE DEL REY ha dictado la siguiente SENTENCIA En el rollo de suplicación interpuesto por la empresa "HERMANOS SANTANA CAZORLA, SL" contra la sentencia de fecha 10 de marzo de 2003, dictada por el JUZGADO de lo SOCIAL Nº 1 de los de Las Palmas de Gran Canaria en los autos de juicio 372/2002 sobre procedimiento de oficio, ha actuado como Ponente el Ilmo. Sr. D. EDUARDO RAMOS REAL. ANTECEDENTES DE HECHO PRIMERO.- Según consta en autos se inició proceso de oficio a instancias de la Dirección Territorial de Trabajo de la Consejería de Empleo y Asuntos Sociales del Gobierno de Canarias contra la empresa "HERMANOS SANTANA CAZORLA, SL" y que en su día se celebró la vista, dictándose sentencia con fecha 10 de marzo de 2003 por el JUZGADO de lo SOCIAL Nº 1 de los de Las Palmas de Gran Canaria. SEGUNDO.- En la sentencia de instancia y como hechos probados se declararon los siguientes: PRIMERO.- la Inspección de Trabajo, tras girar visita de inspección el 3-12-2001, en fecha 23-1- 2002 levantó Acta de Infracción a la demandada en base a lo dispuesto en el art. 8.11 del RD Legislativo 5/2000, de 4 de agosto, por considerar que la demandada había realizado actos contrarios a la consideración debida a la dignidad de la trabajadora Doña Diana. SEGUNDO.- La demandada impugnó el acta, entre otras razones por entender que el conocimiento de la cuestión de fondo venía atribuida al orden jurisdiccional social, toda vez que dicho conocimiento, se alegaba en el hecho cuarto, en ejecución del acta de conciliación del SEMAC origen de los hechos base del acta de la Inspección de Trabajo. Constan en autos, tanto el Acta de la Inspección como la impugnación de la misma, y se dan por reproducidas. TERCERO.- La trabajadora, Doña Diana, que venía pretasando servicios para la demandada desde el 26-9-1998, con la categoría de Oficial de 1ª Administrativo, y funciones de Jefa del Departamento de Personal, fue despedida el 5-10-2001. Por acta de conciliación ante el SEMAC, de 19-11-2001 fue readmitida, y destinada, por la nueva Jefa de Personal, el día 27-11-2001 a prestar servicios, no en el centro de trabajo en que los venía prestando, es decir, en el domicilio social de la empresa, Ctra. Gral. del Sur, Km. 53, sino en el "Archivo Central", sito en el Barranco de Fataga, s/n. Ello por cuanto: "cada vez que necesitamos una documentación relativa al departamento de personal... Ud. siempre contesta que se encuentra en el archivo... Pues bien, a partir de mañana en su horario habitual de trabajo irá directamente al archivo central y se dedicará a ordenar el referido archivo, ordenando el mismo, de tal manera, que las fichas estén ordenadas por su número de registro, las nóminas ordenadas por número de registro de cada trabajador (más de 450) y por años, es decir, las nóminas de cada trabajador tienen que estar juntas". CUARTO.- En el Barranco de Fataga la empresa demandada tiene una planta para la fabricación de áridos y las labores de oficina se llevan a cabo en un local habilitado con el rótulo de "oficinas". Sin embargo la trabajadora citada fue destinada a un local existente a unos cien metros de estas, en una nave destinada a depósito de materiales en la que no existe luz artificial, ni ventanas, ni aberturas en el techo, con gran cantidad de polvo acumulado en las estanterías y en el suelo, existiendo entre las estanterías un espacio menor a 40 cm., con apilamientos de documentación en la parte superior de las estanterías a las que es imposible acceder sin escalera y con un bloque de obra para hacer las funciones de aquella. Su lugar de trabajo, sito en la inmediación de la puerta de entrada, consistía en una mesita de noche de 40 x 40 cm., estropeada y sin cajón, y una silla. TERCERO.- La sentencia de instancia contiene el siguiente fallo: Que estimando la demanda de oficio interpuesta por CONSEJERÍA DE EMPLEO Y ASUNTOS SOCIALES DEL GOBIERNO DE CANARIAS-DIRECCIÓN GENERAL DE TRABAJO frente HERMANOS SANTANA CAZORLA, SL, sobre demanda DE OFICIO POR IMPUGNACIÓN DE ACTA DE INFRACCIÓN EN BASE A LO DISPUESTO EN ELART. 149.2 DE LA LPL, debo declarar y declaro que la conducta de la demandada, en relación con la atribución de funciones a la trabajadora Doña Diana, conculca lo establecido en el art. 8.11 de la LISOS y, consecuentemente, la Inspección de Trabajo es competente para levantar el Acta de Infracción impugnada y la Dirección General de Trabajo de la Consejería de Empleo y Asuntos Sociales del Gobierno de Canarias es competente para sancionar la conducta constatada, y debo condenar y condeno a la empresa demandada a estar y pasar por tal declaración. CUARTO.- Contra dicha sentencia se interpuso recurso de suplicación por la empresa demandada, no siendo impugnado de contrario. Remitidos los autos a esta Sala se señaló fecha para la votación y fallo de la resolución, habiéndose cumplido con las formalidades legales. FUNDAMENTOS DE DERECHO PRIMERO.- La sentencia de instancia, en el proceso de oficio instado por la Dirección Territorial de Trabajo de la Consejería de Empleo y Asuntos Sociales del Gobierno de Canarias, estima la demanda presentada contra la empresa "HERMANOS SANTANA CAZORLA, SL", por entender que la atribución de funciones que dicha empresa ha realizado a la trabajadora Dª Diana, materia objeto del expediente sancionador de referencia, conculca lo establecido en el artículo 8 párrafo 11º de la Ley sobre Infracciones y Sanciones en el Orden Social. Frente a la misma se alza la empresa demandada mediante el presente recurso de suplicación articulado a través de un único motivo de censura jurídica a fin de que, revocada la sentencia de instancia, sea desestimada la demanda de oficio (comunicación) que da origen al presente procedimiento por no haber protagonizado actuación de ningún tipo que fuera contraria a la consideración debida a la dignidad de la trabajadora. SEGUNDO.- Por el cauce del apartado c) del artículo 191 de la Ley de Procedimiento Laboral denuncia la empresa demandada la infracción de los artículos 2 apartado a), 68, 84 párrafo 4º y 276 y siguientes de la Ley de Procedimiento Laboral. Argumenta en su discurso impugnatorio, en esencia, que al haberse pronunciado el Inspector de Trabajo y Seguridad Social en el acta de infracción que levanta sobre cuestiones de índole procesal que son competencia exclusiva de la Jurisdicción Social, concretamente sobre la ejecución del acuerdo alcanzado en conciliación previa entre la trabajadora despedida y la empresa, infringe el principio de tipicidad al proponer la imposición de sanción sobre tales hechos (sic). Primeramente y desde una perspectiva procesal hemos de dejar bien sentado ¿que es? y ¿para que sirve? el denominado procedimiento de oficio previsto como modalidad procesal (procedimiento especial) en la Ley de Procedimiento Laboral y, más concretamente, la subespecie del mismo recogida en el artículo 149 párrafo 2º de la referida Ley de Procedimiento Laboral. La actividad sancionadora de la administración puede entrar en concurrencia en determinados supuestos con la jurisdicción social y en tales casos no se trata de limitar a una sola sanción la comisión de unos mismos hechos, sino de supeditar la efectividad de la sanción administrativa al conocimiento previo del fondo de la cuestión por parte del orden social de la jurisdicción. Cuando se producen estos supuestos la Autoridad Laboral debe dirigirse al Juzgado de lo Social iniciando lo que se denomina "procedimiento de oficio". El artículo 149 párrafo 2º establece que también se podrá iniciar el procedimiento de oficio en virtud de comunicación n que deberá dirigir la autoridad laboral al Juzgado: "...en el caso de que las actas de infracción versen sobre alguna de las materias contempladas en los apartados 5, 6 y 10 del artículo 95 y 2, 11 y 12delartículo 96 del Texto refundido de la Ley del Estatuto de los Trabajadores(referencia que debe entenderse hecha a los números 2, 6 y 10 del artículo 7 y 2, 11 y 12delartículo 8 del Real Decreto Legislativo 5/2000, de 4 de agosto, que aprueba el Texto Refundido de la Ley de Infracciones y Sanciones del Orden Social), y el sujeto responsable las haya impugnado con base en alegaciones y pruebas de las que se deduzca que el conocimiento del fondo de la cuestión está atribuido al orden social de la jurisdicción según el artículo 9.5 de la Ley Orgánica del Poder Judicial". Por tanto se trata de un procedimiento iniciado por comunicación de la Autoridad Laboral cuando aun no hay resolución administrativa firme que determine la existencia de una infracción sancionable, es decir, cuando el procedimiento sancionador no ha concluido, cuando aun no hay ningún pronunciamiento acerca de la conducta infractora del empresario y las actas de infracción han sido impugnadas por el sujeto responsable en base a alegaciones y pruebas que puedan determinar que el asunto debe ser conocido por la jurisdicción social y no por la Administración, siempre que se trate de cuestiones relativas a las siguientes materias: a) modificación de condiciones sustanciales de trabajo impuestas unilateralmente por el empresario; b) trasgresión de la normativa sobre modalidades contractuales, contratos de duración determinada y temporales, mediante su utilización en fraude de ley o respecto de personas, finalidades o supuestos distintos a los previstos legal o reglamentariamente o superando los límites temporales fijados; c) establecer condiciones de trabajo inferiores a las reconocidas legalmente o por convenio colectivo, así como los actos u omisiones que fueren contrarios a los derechos de los trabajadores reconocidos en el artículo 4 del Estatuto de los Trabajadores, salvo que proceda su calificación como muy graves; d) cesión de trabajadores en términos prohibidos por la legislación vigente; e) actos del empresario que fueren contrarios al respeto de la intimidad y consideración debida a la dignidad de los trabajadores; y f) las decisiones unilaterales del empresario que impliquen discriminaciones desfavorables por razón de edad o cuando contengan discriminaciones favorables o adversas en materia de retribuciones, jornada, formación, promoción y demás condiciones de trabajo por circunstancias de sexo, origen, estado civil, raza, condición social, ideas religiosas o políticas, adhesión o no a sindicatos y a sus acuerdos, vínculos de parentesco con otros trabajadores en la empresa y lengua dentro del Estado español. En estos casos, como anteriormente referimos, lo que se persigue es supeditar la efectividad de la sanción administrativa al conocimiento previo del fondo de la cuestión por parte del orden social de la jurisdicción. La comunicación de oficio provoca aquí una especie de cuestión prejudicial devolutiva, por cuya virtud es remitido al conocimiento del órgano judicial del orden social un tema sobre el que hay opiniones encontradas de la Administración sancionadora y el sujeto responsable sobre la competencia, pues dicho sujeto responsable impugna las actas de infracción con base a alegaciones y pruebas de las que se deduce que el conocimiento del fondo de la cuestión está atribuido al orden social de la jurisdicción, es decir, que la Autoridad Laboral resulta incompetente para continuar la instrucción del expediente sancionador y que la competencia para conocer del asunto, por razón de la materia, corresponde al orden social de la jurisdicción. Con este mecanismo procesal se pretende evitar el posible planteamiento posterior de un conflicto de competencia entre órganos jurisdiccionales del orden social y de otros órdenes de la jurisdicción (singularmente el orden contencioso-administrativo), conforme a la Ley Orgánica del Poder Judicial. Sin embargo hemos de hacer notar que tales apreciaciones se realizan sobre la hipótesis actual de que las resoluciones sobre actas de infracción son impugnables en vía jurisdiccional contencioso- administrativa, porque cuando en cumplimiento de lo dispuesto en el artículo 3 de la Ley de Procedimiento Laboral, reformado por la Ley Reguladora de la Jurisdicción Contencioso Administrativa, pasen a ser impugnables en la vía jurisdiccional social, no tendrá razón de ser este procedimiento especial. Situada procedimentalmente la cuestión, hemos de apuntar que en el supuesto que nos ocupa se dan todos y cada uno de los requisitos exigidos por el artículo 149 párrafo 2º de la Ley de Procedimiento Laboral para la tramitación del procedimiento de oficio: 1º) existe un acta de infracción levantada por la Inspección de Trabajo y Seguridad Social de Las Palmas de Gran Canaria de fecha 3 de diciembre de 2001; 2º) se alega por la Autoridad Laboral en el proceso sancionador la infracción de los artículos 8 párrafo 11º, 39 párrafo 2º y 40 párrafo 1º letra c) del T.R. de la Ley sobre Infracciones y Sanciones en el Orden Social, por haber impuesto la empresa demandada a la trabajadora Dª Diana, después de readmitirla tras la declaración de improcedencia de su despido disciplinario, la realización de funciones de categoría inferior sin causa que lo justifique y colocarla en un local que carece de las condiciones mínimas para trabajar, constituyendo tales hechos una vulneración de la dignidad de la trabajadora; y 3º) hay impugnación por parte de la empresa "HERMANOS SANTANA CAZORLA, SL" de la propuesta de sanción por entender que no ha conculcado los derechos fundamentales de la trabajadora y que la cuestión de la apreciación de regularidad o irregularidad de la readmisión de la misma es competencia exclusiva del Orden Social de la Jurisdicción. La controversia planteada estriba, por tanto, en determinar la existencia o no de actos contrarios a la consideración debida a la dignidad de la trabajadora Dª Diana, materializados en las condiciones concretas de trabajo impuestas a la misma por la empresa demandada a partir del día 27 de noviembre de 2001, fecha en la que es readmitida en su puesto de trabajo después de que fuera reconocida la improcedencia de su despido disciplinario (efectuado el día 5 de octubre de 2001) en acto de conciliación celebrado ante el SEMAC el día 19 de noviembre de 2001. En primer lugar hemos de dejar claro que, como bien dice el Magistrado de instancia, el hecho de que la trabajadora pueda instar la ejecución de lo pactado ante el SEMAC en vía jurisdiccional, por entender que la readmisión ha sido irregularmente llevada a cabo, para nada obsta el ejercicio de la potestad sancionadora de la Administración frente a la empresa demandada si efectivamente se constata la vulneración de una norma prohibitiva contenida en la Ley sobre Infracciones y Sanciones del Orden Social. Entrando ya en el fondo de la cuestión debatida nos encontramos con que el artículo 4 párrafo 2º letra e) del Estatuto de los Trabajadores reconoce expresamente el derecho de los trabajadores "al respeto a su intimidad, a la consideración debida a su dignidad, comprendida la protección frente a ofensas verbales o físicas de naturaleza sexual". Con tal precepto estatutario se viene a concretar en el ámbito específicamente laboral el derecho fundamental del respeto a la persona, consagrado en el artículo 10 párrafo 1º de la Constitución Española como fundamento del orden político y la paz social. El mandato legal tiene reflejo en el ámbito específico del Derecho Administrativo Sancionador en el artículo 8 párrafo 11º de la Ley sobre Infracciones y Sanciones en el Orden Social, que sanciona como infracción muy grave "los actos del empresario que fueren contrarios al respeto de la intimidad y consideración debida a la dignidad de los trabajadores". La dignidad del trabajador equivale al respeto que merece ante sus compañeros de trabajo y ante sus jefes, como persona y como profesional. El menoscabo de la dignidad requiere la existencia de una actitud empresarial que sea claramente vejatoria o, al menos, que atente abiertamente sobre ese derecho que todo trabajador tiene reconocido constitucionalmente. De la declaración de hechos probados de la sentencia recurrida se desprende que los hechos protagonizados por la empresa demandada respecto de la trabajadora Sr. Diana(Oficial Administrativo de Primera que realizaba funciones de Jefa de Personal), después de haber reconocido la improcedencia de su despido disciplinario en acto de conciliación celebrado ante el SEMAC y optar por la readmisión, llevando a cabo ésta el día 27 de noviembre siguiente, se concretan en (hechos probados tercero y cuarto): cesarla en su cargo de Jefa de Personal; trasladarla de la sede social de la empresa a la planta de fabricación de áridos que la misma tiene en el Barranco de Fataga; instalar a la misma, a pesar de que en el mismo lugar existe un local destinado a oficinas, en una nave destinada a depósito de materiales en la que no existe luz artificial, ni ventanas, ni claraboyas en el techo, con gran cantidad de polvo almacenado sobre las estanterías y en el suelo existiendo entre las estanterías un espacio menor a 40 centímetros, con apilamientos de documentación en la parte superior de las estanterías a las que es imposible acceder sin escalera y con un bloque de obra para hacer las funciones de aquella; proporcionarle como lugar de trabajo un espacio sito en la inmediación de la puerta de entrada y como mobiliario para realizar sus funciones una mesilla de noche de 40 x 40 centímetros, estropeada y sin cajón, y una silla; encomendarle como único cometido profesional ordenar el archivo, organizar las fichas y las nóminas de los trabajadores por número de registro y por años. Por tanto la actora, tras ser readmitida por la empresa, es removida de su cargo de Jefa de Personal, es trasladada geográficamente a una planta de tratamiento de áridos situada en un barranco, se le instala en un barracón polvoriento sin iluminación ni ventilación de ningún tipo, no se le proporciona mobiliario de oficina y se le cambian las tareas que tenía encomendadas, asignándosele un trabajo inútil a todas luces para la empresa (clasificar fichas y nóminas antiguas ya procesadas informaticamente). A la vista de tales extremos podemos afirmar, sin ningún temor a equivocarnos, que nos encontramos ante un caso paradigmático de tratamiento laboral vejatorio, que además es protagonizado por la empresa sin el menor recato y que, por burdo y grosero, resalta a primera vista y sin necesidad de llevar a cabo profundas valoraciones jurídicas. Acreditada la existencia de tratamiento vejatorio, que redunda en perjuicio del trato digno que como persona y como profesional merece la Sra. Diana y al haberlo entendido en el mismo sentido el Magistrado de instancia, procede la desestimación del motivo, por su efecto del recurso y a la confirmación de la sentencia combatida en todos sus pronunciamientos. TERCERO.- Procede hacer los pronunciamientos pertinentes respecto del depósito efectuado para recurrir. Vistos los preceptos legales citados, sus concordantes y demás disposiciones de pertinente y general aplicación, FALLO Desestimamos el recurso de suplicación interpuesto por la empresa "HERMANOS SANTANA CAZORLA, SL" contra la sentencia de fecha 10 de marzo de 2003, dictada por el JUZGADO de lo SOCIAL Nº 1 de los de Las Palmas de Gran Canaria en los autos de juicio 372/2002, la cual confirmamos íntegramente. Se decreta la pérdida del depósito efectuado para recurrir, al que se dará el destino previsto legalmente. Notifíquese esta sentencia a las partes en legal forma y al Ministerio Fiscal. ADVERTENCIAS LEGALES.Contra esta sentencia cabe recurso de casación para la unificación de doctrina ante la Sala de lo Social del Tribunal Supremo, que necesariamente deberá prepararse por escrito firmado por Letrado dirigido a esta Sala de lo Social y presentado dentro de los 10 días hábiles siguientes al de su notificación. Además, si el recurrente hubiere sido condenado en la sentencia, deberá acompañar, al preparar el recurso, el justificante de haber ingresado en la cuenta de Depósitos y Consignaciones abierta en el BANESTO cuenta número: 3537/0000661617/03 a nombre de esta Sala el importe de la condena, o bien aval bancario en el que expresamente se haga constar la responsabilidad solidaria del avalista. Si la condena consistiere en constituir el capital-coste de una pensión de Seguridad Social, el ingreso de éste habrá de hacerlo en la Tesorería General de la Seguridad Social y una vez se determine por éstos su importe, lo que se le comunicará por esta Sala. El recurrente deberá acreditar mediante resguardo entregado en la Secretaría de la Sala de lo Social del Tribunal Supremo al tiempo de la personación, la consignación de un depósito de 300,51 euros en la entidad de crédito de BANESTO cuenta corriente número 24100000661617/03, Sala de lo Social del Tribunal Supremo. Están exceptuados de hacer todos estos ingresos las Entidades Públicas, quienes ya tengan expresamente reconocido el beneficio de justicia gratuita o litigasen en razón de su condición de trabajador o beneficiario del régimen público de la Seguridad Social (o como sucesores suyos), aunque si la recurrente fuese una Entidad Gestora y hubiese sido condenada al abono de una prestación de Seguridad Social de pago periódico, al anunciar el recurso deberá acompañar certificación acreditativa de que comienza el abono de la misma y que lo proseguirá puntualmente mientras dure su tramitación. Una vez firme lo acordado, devuélvase las actuaciones al Juzgado de lo Social de origen para el oportuno cumplimiento. Así, por esta nuestra Sentencia, definitivamente juzgado, lo pronunciamos, mandamos y firmamos.