From the SelectedWorks of Carlos Molina Sandoval December 9, 2014 Sociedades anónimas unipersonales Carlos Molina Sandoval Available at: http://works.bepress.com/carlos_molina_sandoval/64/ CON ESTA EDICIÓN Suplemento Actualidad DIRECTOR: JORGE HORACIO ALTERINI AÑO lxxvIii N° 231 Tomo La Ley 2014-F BUENOS AIRES, argentina - martes 9 DE DICIEMBRE DE 2014 _Columna de OPINIÓN Fin de la tutela administrativa del consumo en varias provincias Horacio L. Bersten L a ley 26.993 de resolución de conflictos de consumo tiene el gran mérito de haber creado un fuero judicial de consumo, objetivo largamente perseguido por todos aquellos ligados al derecho del consumidor. Sin embargo, no parecen ser del todo felices los cambios operados en la tutela administrativa, especialmente respecto de varias provincias de nuestro país. Cabe recordar que la ley 24.240, de Defensa del Consumidor, no sólo otorgó tutela sustantiva, sino que se preocupó de generar un sistema tuitivo que abarcaba la esfera judicial, la administrativa y la arbitral. Más allá que el arbitraje de consumo nunca pudo prosperar en nuestro país (1), sí tuvieron desarrollo las acciones judiciales y administrativas de consumo. Respecto de las judiciales, el procedimiento sumarísimo, la inclusión de las cargas dinámicas de la prueba, la gratuidad (2), han sido elementos esenciales en la evolución operada, la que tendrá un gran impulso a partir de la creación del nuevo fuero. Por su parte, las actuaciones administrativas constituyeron uno de los pilares en la evolución de la protección del consumidor en nuestro país, al punto que durante muchos años la principal fuente de la jurisprudencia en materia de consumo fueron las resoluciones judiciales adoptadas por las distintas Cámaras revisoras de las resoluciones administrativas. Como es sabido, las actuaciones administrativas de consumo pueden ser iniciadas de oficio o mediante denuncia efectuada por consumidores individuales o de quienes ejerciten una representación colectiva. Hasta la entrada en vigencia de la ley 26.993 era posible que las actuaciones administrativas fueran conciliadas. Dicha conciliación determinaba el fin del conflicto de consumo, generalmente mediante alguna compensación, ya sea monetaria continúa en página 5 CORREO ARGENTINO CENTRAL B ISSN 0024-1636 Sociedades anónimas unipersonales Carlos A. Molina Sandoval SUMARIO: I. Introducción.— II. Nociones generales.— III. Tipo societario para la sociedad unipersonal.— IV. Unipersonalidad originaria.— V. Unipersonalidad de sociedades innominadas.— VI. Asociación civil unipersonal.— VII. Unipersonalidad derivada.— VIII. Unipersonalidad de sociedades colectivas y de responsabilidad limitada.— IX. Transformación de pleno derecho.— X. Aplicación “automática”.— XI. Requisitos de la transformación.— XII. Sociedad unipersonal que constituye otra sociedad unipersonal.— XIII. Participación indirecta.— XIV. Consolidación de balances. — XV. Variantes en el funcionamiento orgánico.— XVI. Denominación social.— XVII. Capital social.— XVIII. Fiscalización estatal permanente y estructura orgánica.— XVIII. No cumplimiento de órganos plurales.— XIX. Colofón. Se trata de una sociedad con un órgano de gobierno singular, pero con órganos de administración y fiscalización pluripersonales. A diferencia de las sociedades anónimas pequeñas en las que la unipersonalidad está en el directorio, pero no en la asamblea (más allá de que muchas veces la pluripersonalidad es simbólica). A la inversa, en la sociedad anónima unipersonal, la pluralidad está en el directorio y en la sindicatura, pero no en la asamblea. la constitución de la sociedad. Se requería necesariamente de dos personas para que la sociedad sea válidamente constituida. En la práctica era impensado constituir inicialmente una sociedad sin dos socios; el problema era determinar cuál era el porcentaje mínimo (simulación lícita (10)) que debía tener el otro socio (muchas veces cónyuge o familiar del socio principal, en una empresa justamente familiar (11)). I. Introducción Si bien existieron en nuestro país varios intentos legislativos previos de incorporar las sociedades unipersonales; (12) y en algún punto ha sido auspiciosa su inclusión con la misma ley que estableció el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación (en adelante, Cód. Civ.), pensamos que ha sido una reforma que —pese a su simplicidad— genera una grieta profunda en los análisis típicos societarios y requiere de interpretaciones realistas que procuren una adecuada aplicación de esta figura. No es la idea de este estudio inicial realizar una crítica a la metodología legal de la incorporación de la reforma, sino procurar desarrollar algunos interrogantes necesarios para poder cubrir una adecuada aplicación práctica de la figura. El tema de la sociedad ha concitado una gran atención (1). La relación entre la limitación de la personalidad y la posibilidad de una “sociedad de un solo socio” ha llevado a profundizar la fragmentación del patrimonio (2) (y los patrimonios de afectación (3)) en la planificación de negocios (4). La posibilidad de que una sola persona (física o jurídica) pueda desarrollar actividades a través de una estructura jurídica que no involucre su patrimonio personal ha sido uno de los temas societarios profundos más relevantes de los últimos veinte años (5). Dicha cuestión se vio acrecentada con proyectos legislativos que trataron el tema (6), la experiencia en derecho comparado, (7) y con la existencia de precedentes judiciales (8) y administrativos (9) que pusieron el tema de la unipersonalidad en la escena académica, pero fundamentalmente en el asesoramiento profesional en cuestiones de constitución de sociedades de capital. La pluralidad societaria era un requisito indispensable para El tema no es menor y, de algún modo, podría pensarse que se mantiene en la actualidad, no tanto para la posibilidad conceptual de constituir una sociedad (ya que puede haber sociedades de un solo socio y son plenamente válidas), sino para determinar si la sociedad debe ser considerada “plurisubjetiva” (y “no unipersonal”) y, por ello, escapar al pesado régimen de fiscalización estatal permanente. La ley y su aplicación, como toda obra humana, no pueden prever todas las posibilidades fácticas que se presentan en la realidad. Y por ello, es perfectible. El objeto de este análisis es procurar un desarrollo de algunas cuestiones que pueden generarse en la práctica cotidiana de las sociedades unipersonales. COLUMNA DE OPINIóN. Fin de la tutela administrativa del consumo en varias provincias Horacio L. Bersten......................................................................................................................... 1 CUENTA N° 10269F1 FRANQUEO A PAGAR doctrina. Sociedades anónimas unipersonales Carlos A. Molina Sandoval........................................................................................................... 1 NOTA A FALLO. El delito de retención indebida de bienes y las uniones concubinarias Eduardo Gerome........................................................................................................................... 6 II. Nociones generales El art. 1, de la ahora llamada Ley General de Sociedades (LGS), no define la sociedad unipersonal, sino que se limita a aceptarlas como posibles en la misma definición de la sociedad, cuando señala que habrá sociedad “cuando una o más personas” en forma organizada, conforme a uno de los tipos previstos por la ley, se obligan a realizar aportes para aplicarlos a la producción de bienes o servicios (13). De todas formas, lo significativo no es la aceptación conceptual, sino determinar la regulación y sus efectos. Antes de la vigencia de la reforma (14), si bien el art. 1 exigía pluripersonalidad, ello no impedía la validez legal de sociedades unipersonales. La ausencia de plurisubjetividad no era incompatible con la personalidad societaria (art. 2, LSC) (15), como lo demuestran no sólo la ley 20.705 (art. 2), sino el mismo art. 94, inc. 8, LSC, que admite la subsistencia de la sociedad (y aun su personalidad) durante el lapso de tres meses; aun más, en caso de no subsanarse la unipersonalidad, la sociedad sigue siendo un centro de imputación diferenciada a esos efectos (art. 101, LSC), sin perjuicio de la responsabilidad solidaria del socio único. Cabe aclarar, sin embargo, que la pluralidad de personas (16) era un elemento esencial en cualquier sociedad (y no sólo la comercial) y que la inexistencia de pluralidad subjetiva importaba la inexistencia de la sociedad y no su nulidad (17). III. Tipo societario para la sociedad unipersonal El art. 1, LGS, establece expresamente que la sociedad unipersonal sólo se podrá constituir como sociedad anónima, razón por la cual no puede existir unipersonalidad en continúa en página 2 jurisprudencia Retención INdebida de bienes. Vehículo del ex concubino. Sobreseimiento. Equiparación de efectos de la unión de hecho con los del matrimonio. Disidencia (CNCrim. y Correc.)....................................................................................................................................6 Competencia. Guarda con fines de adopción. Falta de prueba del lugar de abandono. Juez del domicilio de origen del menor (CNCiv.)................................................................. 7 2 | martes 9 DE DICIEMBRE DE 2014 Sociedades anónimas unipersonales viene de tapa otros tipos societarios, tales como la sociedad colectiva (art. 125, LGS), en comandita simple (art. 134, LGS), de capital e industria (art. 141, LGS) y de responsabilidad limitada (art. 146, LGS). Respecto de las sociedades en comandita por acciones, el art. 316, LGS, dice que están sujetas a las normas de la sociedad anónima, salvo disposición contraria de esta sección, lo que podría arrojar alguna duda sobre la posibilidad de que exista una sociedad en comandita por acciones unipersonal. Sin embargo, ello es un contrasentido, pues no puede haber una sociedad en comandita por acciones que no tenga al menos dos categorías de socios (comanditados y comanditarios, arts. 315, LGS). Pero además porque el propio art. 94 bis, LGS, señala que la reducción a uno en el número de socios de la sociedad en comandita por acciones impone “la transformación de pleno derecho” en sociedad anónima unipersonal, sin aclarar cuáles son los alcances de esa transformación de pleno derecho. La solución de la ley es clara: una sociedad unipersonal sólo puede ser una sociedad anónima (y no de otro tipo). El problema se suscita, más bien, respecto de las consecuencias de la unipersonalidad “originaria” o “devenida” de una sociedad no anónima. O, incluso, de una sociedad anónima que no tiene el número de directores y síndicos exigidos para las sociedades del art. 299, LGS. IV. Unipersonalidad originaria Si la unipersonalidad prohibida es originaria (v.gr., se trata de una sociedad colectiva, en comandita simple o por acciones, de responsabilidad limitada, etc.), la solución pareciera estar incorporada en el art. 17, LGS, que dice, bajo el acápite de “atipicidad” y “omisión de requisitos esenciales”, que las sociedades previstas en el Capítulo II de esta ley (léase, las sociedades que acabamos de mencionar) no pueden omitir requisitos esenciales tipificantes ni comprender elementos incompatibles con el tipo legal. Si bien la “pluralidad societaria” no es un requisito esencial tipicante (18) (antes era un requisito de existencia), podría decirse que hoy la ausencia de plurisubjetividad es un “elemento incompatible son el tipo legal” (pues el único tipo legal que las acepta es el de las anónimas). Por ello, la omisión en el número mínimo de socios lleva a la directa aplicación de “atipicidad societaria”, con las consecuencias de aplicar a estas sociedades el régimen de las sociedades no incluidas en las sociedades típicas (sociedad simple o residual, antes llamadas sociedades de hecho o irregulares). socio, la responsabilidad podría ser mancomunada (y no solidaria, art. 24, LGS). El tema no es menor, porque según esta interpretación una sociedad de las mencionadas que sea unipersonal no será nula (o inexistente, como se decía antes), si no que, en caso de infracción a estas reglas, la sociedad constituida no produce los efectos propios de su tipo y queda regida por lo dispuesto en la Sección IV del Capítulo 1 (art. 17, 2º párr., LGS). Obvio que, en términos prácticos, el órgano registrador podrá imponer a la sociedad unipersonal su adaptación a las exigencias del tipo, bajo apercibimiento de no inscribir la sociedad. Pero la no inscripción de dicha sociedad unipersonal no importará la no existencia de la personalidad, sino el nacimiento pleno de la personalidad opera desde la celebración del contrato social. El art. 142, Cód. Civil, establece —como principio general para todas las sociedades y tomando la doctrina generalmente aceptada antes del Cód. Civil — que la existencia de la persona jurídica privada comienza desde su constitución. Por ello, esta sociedad innominada, pero unipersonal, podrá lograr las autorizaciones fiscales para operar (v.gr., clave única de identificación fiscal) y podrá inscribirse en los distintos tributos sin ninguna limitación. V. Unipersonalidad de sociedades innominadas VI. Asociación civil unipersonal Dicha consecuencia nos lleva directamente a una conclusión que no parece ser la deseada por el propio legislador: el ordenamiento societario también admite la unipersonalidad en las sociedades innominadas (simples o residuales), pues de otro modo no hubiera establecido un régimen como el previsto en los arts. 21 y ss., LGS. Aun cuando están reguladas fuera de la LGS, parece lógico pensar que el Código Civil no admite “asociaciones civiles unipersonales”. Si bien no está expresa la exigencia de dos o más asociados para que se constituya válidamente la asociación civil, si resulta implícita del texto del art. 170, Cód. Civil, cuando dice que el acto constitutivo debe contener la identificación de “los constituyentes” (en plural). También surge de otras normas que aluden a asociados en plural (v.gr., art. 170, inc. k, 175, 181, etc., Cód. Civil), pero fundamentalmente de la aplicación supletoria del art. 186, Cód. Civil, del régimen general de sociedades. En consecuencia, el contrato social (unipersonal) podría ser oponible frente a terceros que lo conocieron y puede ser oponible frente a los administradores de las sociedades innominadas (art. 22, LGS), puede fijar reglas de representación, administración y demás (art. 23, 1º párr., LGS), puede tener bienes registrables a su nombre (art. 23, 2º párr., LGS) y son esencialmente subsanables (art. 25, LGS). Dicha subsanación podría ser la de incorporar un nuevo socio (y, con ello, tener pluralidad subjetiva) o de transformar el tipo societario en una sociedad anónima (art. 1, 2º párr., LGS). Pero, mientras tanto, dicha sociedad puede operar como una sociedad unipersonal innominada, con responsabilidad solidaria (arg. art. 24, LGS). La especial naturaleza (19) de las asociaciones civiles en el Código unificado (20), los principios que las gobiernan, pero fundamentalmente la dinámica de funcionamiento y su esquema regulatorio, impiden pensar en una asociación civil unipersonal. En este caso, a diferencia de las sociedades reguladas en la LGS, la unipersonalidad impide su existencia como asociación civil (arg. arts. 142 y 169, Cód. Civil), ello incluso más allá de la remisión al régimen de las simples asociaciones (art. 187, Cód. Civil). renciar en función de los distintos tipos sin ningún justificativo legal. De hecho, se trata de una norma que no es clara y cuya distinción es, en algún punto, arbitraria. Si bien el originario (22) art. 94, inc. 8, ha sido derogado como causal de disolución societaria (23) (hoy el inc. 8 reglamenta la disolución por cancelación de la autorización para funcionar), el art. 94, bis, LGS, viene a llenar dicho vacío: “La reducción a uno del número de socios no es causal de disolución, imponiendo la transformación de pleno derecho de las sociedades en comandita, simple o por acciones, y de capital e industria, en sociedad anónima unipersonal, si no se decidiera otra solución en el término de tres meses”. Pero, curiosamente, dicho precepto no incluye a las sociedades colectivas y a las sociedades de responsabilidad limitada (que en la práctica tienen mayor aplicación y suelen constituirse con más asiduidad). La solución es la misma para la exclusión de los socios (24), ya que el art. 93, LGS, al regular la “exclusión en sociedad de dos socios” (25), señala que en las sociedades de dos socios procede la exclusión de uno de ellos cuando hubiere justa causa, con los efectos del art. 92; el socio inocente asume el activo y pasivo sociales, sin perjuicio de la aplicación del art. 94 bis. Recordemos nuevamente que el art. 94 bis, LGS, no menciona expresamente a la sociedad colectiva y a la sociedad de responsabilidad limitada. VIII. Unipersonalidad de sociedades colectivas y de responsabilidad limitada Dicho en otros términos: según una interpretación literal del texto legal, una sociedad colectiva o de responsabilidad limitada (pese a algún tenue parecido con la anónima (26)) devenida en unipersonal no entra en un proceso de disolución ni tiene, como sí lo preveía el viejo art. 94, inc. 8, un plazo de tres meses para remover la unipersonalidad (más allá de su responsabilidad solidaria como socio único). Si bien el esquema de responsabilidad societaria de las sociedades innominadas en las sociedades que limiten su responsabilidad es claramente más gravoso y se impone como una solución poco deseable para su “socio”. Ello no necesariamente es así en la sociedad colectiva en la que las pautas organizativas podrían ser muy similares. Incluso si en una sociedad innominada se incorpora un nuevo La cuestión no es tan clara cuando la unipersonalidad no es constitutiva (o genética), sino que acaece forzosamente (v.gr., por la herencia de las participaciones societarias (21)) o de manera voluntaria (por la donación o compraventa de dichas participaciones societarias). Aquí la ley parece dife- El hecho de que una sociedad no anónima devenida en unipersonal no importe una causal de disolución, en alguna forma, impide la aplicación del art. 100, LGS, que señala que las causales de disolución podrán ser removidas mediando decisión del órgano de gobierno y eliminación de la causa que le dio origen, si existe viabilidad económica y social de la subsistencia de la actividad de la sociedad. La resolución deberá adoptarse antes de cancelarse la inscripción, sin perjuicio de terceros y de las responsabilidades asumidas. Y bajo el título “norma de interpretación” se- también a la situación imperante en Francia, Italia, Alemania, España, Holanda, Inglaterra y Estados Unidos de América. (8) CNCom., Sala E, “Fracchia Raymond SRL”, 03.05.2005 (causa Nº 72.348/04). (9) Conforme fue resuelto por IGJ en los expedientes “Vitamina Group SA”, “Bosques Verdes SA” y “Jasler SA”. Por todos, ver el criterio administrativo en: IGJ, “Coca Cola Femsa de Buenos Aires Sociedad Anónima”, resolución Nº 1632 del 15/12/2003. (10) PALMERO, J.C., “Negocio jurídico indirecto. Simulación de la sociedad anónima”, LA LEY, 2005-E, 1032. (11) MOLINA SANDOVAL, C.A., “Empresas familiares. Herramientas de planificación y profesionalización”, Errerius, Bs. As., 2014, p. 23. (12) VERÓN, A.V., “La empresa unipersonal de responsabilidad limitada”, LA LEY, 2006-C, 1058. (13) Se ha dicho que “si se acepta la categoría del contrato plurilateral de organización esencialmente como un acto de creación de una estructura jurídica que, a partir de esa creación, funcionará por sí misma, dotada de personalidad y de la organización jurídica para formar y expresar su voluntad, con socios que se relacionan directamente en cuanto a sus derechos y obligaciones con esa estructura, no se ve inconveniente lógico para que se siga llamando contrato plurilateral de organización al acto jurídico de su creación, aunque haya sido celebrado por una persona única en lugar de una pluralidad de ellas” (MANÓVIL, R.M., “Algunas de las Reformas al régimen societario en el Proyecto de nuevo Código Civil y Comercial”, LA LEY, 2012-F, 1334). (14) VÍTOLO, D.R., “Sociedades comerciales. Del Anteproyecto a la sanción del Senado”, LA LEY 09/12/2013, p. 1. (15) MOLINA SANDOVAL, C.A., “La desestimación de la personalidad jurídica societaria”, Ed. Ábaco de Rodolfo Depalma, Bs. As., 2002, p. 42. (16) VÍTOLO, D.R., “Pluralidad de socios en las sociedades comerciales”, LA LEY, 2005-D, 1319. (17) HALPERÍN, I., “El régimen de la nulidad de las sociedades. Un ensayo de sistematización de las normas del proyecto de ley de sociedades”, RDCO, 1970, p. 548. (18) ALEGRIA, H., “Replanteo de la nulidad por atipicidad societaria”, Acad. Nac. de Derecho, 2008 (marzo), p. 1. (19) CROVI, L.D., “Naturaleza Jurídica y finalidad de las fundaciones, Revista de Derecho Privado y Comunitario”, Ed. Rubinzal Culzoni, Nº 2004-3. Asociaciones y fundaciones, p. 38. (20) Ver en este punto: CROVI, L.D., “El nuevo régimen legal de las personas jurídicas en el Código Civil y Comercial de la Nación”, Sup. Especial Nuevo Código Civil y Comercial 2014 (Noviembre), p. 11. (21) En orden a la incorporación de los herederos, ver: MOLINA SANDOVAL, C.A., “Planificación sucesoria y patrimonial en la empresa familiar”, Revista de Derecho Comercial, del Consumidor y de la Empresa, febrero de 2014 (año 5, número 1), p. 99. (22) OTAEGUI, J.C., “Accionista único”, RDCO, 1968, p. 290. (23) Las históricamente y desde el mismo Cód. Com. siempre se interpretaron restrictivamente (CÁMARA, H., “Disolución y Liquidación de la Sociedades Mercantiles”, Tipográfica Editora Argentina, Bs. As., 1957, p. 127. (24) Más allá que en las sociedades anónimas tiene algunos matices (PARDUCCI, D.M., “¿Puede ser excluido un accionista en las sociedades anónimas?”, DSyC, t. XVII, nº 216, nov. 2005, p. 1384. (25) Sociedades en las que la práctica arroja muchas complicaciones operativas. Ver: ALEGRIA, H., “Repensando temas sobre exclusión de socios”, en Rev. de Derecho Privado y Comunitario, 2003, 2, p. 95. (26) Aun cuando pueden marcarse claramente sus diferencias. Ver MARTORELL, E.E., “Sociedades de Responsabilidad Limitada”, Depalma, Bs. As., 1994, p. 24. VII. Unipersonalidad derivada { NOTAS } Especial para La Ley. Derechos reservados (Ley 11.723) (1) ALEGRIA, H., “La sociedad unipersonal”, RDCO, 1994, p. 4; PIAGGI de VANOSSI, A. I., “Estudios sobre la sociedad unipersonal”, Bs. As., Depalma, 1997, p. 12. (2) RIVERA, J.C., “Las sociedades como instrumento para el fraccionamiento del patrimonio”, Suplemento especial La Ley, “Sociedades Comerciales”, 2004, p. 117. (3) Ver la cuestión en el derecho uruguayo en: OLIVERA AMATO, J.M., “La creación de patrimonios con destino específico en el Derecho Uruguayo. Evaluación de la ley de sociedades comerciales a los 20 años de su promulgación”, FCU, 2009, p. 540. (4) Ver un desarrollo de la planificación de negocios y utilización de patrimonios de afectación en: MOLINA SANDOVAL, C.A., “El fideicomiso en la dinámica mercantil”, 3º edic., BdeF, Bs. As.-Montevideo, 2013, p. 559. (5) Ver el desarrollo del “análisis económico del derecho” en la limitación de la responsabilidad en: MANNING, B. y HANKS, J., “Legal capital”, 3ª ed., Foundation Press, New York, 1990, p. 13. (6) MOEREMANS, D.E., “Recepción de la sociedad unipersonal de responsabilidad limitada en el Proyecto de Unificación Civil y Comercial en la Argentina. Protección de los acreedores”, RDCO, 1990-A, p. 170. (7) ARAMOUNI, A., “Empresa individual de responsabilidad limitada”, RDCO, 1990-B, p. 464, refiriéndose martes 9 DE DICIEMBRE DE 2014 | 3 ñala que en caso de duda sobre la existencia de una causal de disolución, se estará a favor de la subsistencia de la sociedad. Otra solución podría ser la decisión (unipersonal) de proceder a la disolución y liquidación de la sociedad (art. 101 y ss., LGS). El razonamiento lógico formal sería entender aplicable el art. 17, LGS, que —indirectamente— las sujeta al régimen de sociedades innominadas, en las que la responsabilidad deviene como “simplemente mancomunada” (art. 24, LGS). También se podría lograr no sólo la transformación “voluntaria” de la sociedad (art. 74, LGS), sino también lograr la pluripersonalidad mediante la fusión con otra u otras sociedades (art. 82, LGS). Incluso podría ser una combinación de fusión y escisión (27) (en la que quede una o varias sociedades anónimas unipersonales; y una u otras sociedades). Por ello, una sociedad colectiva o de responsabilidad limitada devenida en unipersonal podrá subsanar su defecto mediante la aplicación del art. 25, LGS, que expresamente regula la “subsanación”. Expresamente señala que en el caso de sociedades unipersonales “la omisión de requisitos esenciales, tipificantes o no tipificantes, la existencia de elementos incompatibles con el tipo elegido o la omisión de cumplimiento de requisitos formales, pueden subsanarse a iniciativa de la sociedad o de los socios en cualquier tiempo durante el plazo de la duración previsto en el contrato. A falta de acuerdo unánime de los socios, la subsanación puede ser ordenada judicialmente en procedimiento sumarísimo. En caso necesario, el juez puede suplir la falta de acuerdo, sin imponer mayor responsabilidad a los socios que no lo consientan”. El problema no es muy grave, ya que no existe la posibilidad lógica de que en una sociedad unipersonal no exista acuerdo unánime de los socios. En este caso, el socio unipersonal podrá incorporar un nuevo socio (respetando el tipo social oportunamente elegido) o transformar la sociedad en anónima (y cumplir con los demás requisitos exigidos por el régimen societario). La solución parece ser similar en caso de que la sociedad devenga por una cuestión ajena a la voluntad (herencia) o cuando exista una exclusión societaria (art. 93, LGS). IX. Transformación de pleno derecho Para las demás sociedades, el art. 94 bis, LGS, impone la “transformación de pleno derecho” de las sociedades de otros tipos en una sociedad anónima unipersonal. El concepto de transformación de pleno derecho en estas sociedades se trata de un concepto nuevo y que no tiene adecuada regulación. Lo más parecido es la “subsanación” del art. 25, LGS (o la regularización del antiguo del art. 22). Si bien el art. 94 bis, LGS, otorga un plazo para buscar otra solución para la “subsanación” de la unipersonalidad en el tipo societario elegido por los socios e impone —vencido dicho plazo— una solución legal forzosa, no aclara cuáles son las soluciones previstas. La solución posible en el marco societario sería, en primer lugar, la enajenación de cualquier participación societaria a los efectos de evitar que sea una sociedad de un solo socio. Igualmente, y a diferencia del viejo art. 94, inc. 8, no establece responsabilidad solidaria del socio único (28) durante el plazo en el cual dicho socio debe proveer a la solución o hasta que se imponga de pleno derecho la confusa transformación en cuestión. Por ello, a falta de una norma expresa que imponga responsabilidad solidaria no puede aceptarse como válido que el socio único tenga responsabilidad solidaria y/o mancomunada. Durante ese plazo la responsabilidad del tipo societario originariamente elegido se mantiene, sin que pueda presumirse solidaridad u otra solución que amplíe la responsabilidad del socio único. X. Aplicación “automática” Tampoco queda claro qué significa, en el contexto de la ley, de pleno derecho y en lo puntual, si el efecto concreto de esta transformación de pleno derecho importa una suerte de “aplicación” automática del régimen general de la sociedad anónima o requiere de la adaptación por el socio supérstite (unipersonal) que cumplimente con todos los requisitos de la sociedad anónima. La aplicación automática (transformación sin que sea menester el cumplimiento de las formalidades) no parece ser una solución “tan” automática, si se tiene en cuenta que dichas sociedades (sociedades en comandita, simple o por acciones, y de capital e industria) pueden no cumplir con los requisitos exigidos por la LGS para la sociedad anónima (29). Hay uno que impone la misma reforma societaria y es la denominación social, que exige que “en caso de sociedad anónima unipersonal deberá contener la expresión “sociedad anónima unipersonal”, su abreviatura o la sigla S.A.U.” (art. 164, LGS). La sociedad unipersonal cambia, en algún punto, su denominación no en la raíz del nombre, sino en la sigla. Si bien no es un tema mayor (fundamentalmente por la carencia de sanción expresa), sí parece lógico requerir de una suerte de registración societaria que permita incorporar o modificar dicha denominación. Es obvio que la sociedad originaria (por imperio de la ley) debe adoptar el tipo previsto para la sociedad anónima (art. 74, LGS) y la sociedad no sólo no se disuelve, sino que tampoco se alteran sus derechos y obligaciones. Es la misma sociedad devenida en uniperso- nal (misma persona) que modifica su ropaje societario. Esta transformación, pese a ser impuesta por la ley y hacerse de pleno derecho, no modifica la responsabilidad solidaria e ilimitada anterior de los socios (v.gr., socio capitalista o industrial, art. 141, LGS; comanditado y comentario, art. 134, LGS, etc.) “aun cuando se trate de obligaciones que deban cumplirse con posterioridad a la adopción del nuevo tipo, salvo que los acreedores lo consientan expresamente” (art. 75, LGS). Tampoco queda claro que, pese a ser una transformación de pleno derecho, requiere de inscripción del nuevo tipo societario (anónima unipersonal), de un balance especial, el otorgamiento del acto, publicación de edicto, inscripción del instrumento, etc. Menos claridad existe en la posibilidad de caducidad de la transformación (si no se inscribe la transformación en un plazo de tres meses). No es claro si esta transformación (de pleno derecho) puede ser dejada sin efecto. En este punto, el art. 80, LGS, señala que el acuerdo de transformación puede ser dejado sin efectos mientras ésta no se haya inscripta. Si bien es dudosa la exigencia de la necesidad de la inscripción de un acuerdo de transformación, resulta claro que en virtud de este precepto el socio podría dejar sin efecto la transformación mediante la recuperación de la plurisubjetividad. XI. Requisitos de la transformación La no exigencia de los requisitos naturales de la transformación (pues la ley habla de “transformación de pleno derecho” y no lo condiciona a tales requisitos) impone dudas trascendentales, tales como la estructura accionaria de los antiguos socios y otros temas que verdaderamente obstaculizan fuertemente una transformación automática, como parece querer el legislador. En los tipos mencionados se requiere (y se reglamentan) distintas clases de socios, lo que no existe —al menos no necesariamente— en la sociedad anónima. Entonces se unificarían, también de pleno derecho, dos clases de socios en un solo tipo de socio (accionista). Igualmente, podrían respetarse ciertos derechos particulares de ambas clases (obviamente que no hagan al tipo, v.gr. socio capitalista o industrial, comanditado y comanditario, etc.) a los fines de mantener la posibilidad de ciertas diferencias queridas originalmente. Ahora bien, aparecen temas tales como el capital mínimo, que en materia de sociedades anónimas es de cien mil pesos, no existiendo un capital mínimo para los otros tipos societarios o la exigencia elemental, por imperio de la incorporación al art. 299, LGS, de tener —al menos— tres directores titulares y tres síndicos titulares (más tres suplentes). También se advierte la transformación a una sociedad anónima que no tenga libros de registro de asistencia a asamblea ni libros de acciones (ya que estos libros no eran obligatorios e incluso posibles para los tipos societarios en cuestión). Puede ocurrir que exista una administración indistinta (entre los administradores, v.gr., art. 143, LGS, para las de capital e industria) y no que no exista, necesariamente, un presidente del directorio, razón por la cual tampoco queda claro cuál sería la estructura de representación (y si en el “mientras tanto” cualquier administrador —ahora devenido en director— podría administrar indistintamente la sociedad). XII. Sociedad unipersonal que constituye otra sociedad unipersonal El art. 1, LGS, es muy enfático respecto de la posibilidad de que una sociedad unipersonal “constituya” otra sociedad unipersonal. Textualmente señala que la “sociedad unipersonal no puede constituirse por una sociedad unipersonal”. La sociedad anónima unipersonal puede ser constituida por cualquier persona humana o jurídica, sin limitación de formas o tipos societarios. La limitación del art. 30, LGS, sólo impone la limitación inversa: esto es, que la sociedad anónima, incluida la unipersonal, sólo puede formar parte de sociedades por acciones y de responsabilidad limitada. No puede integrar otros tipos societarios, sin perjuicio de que pueden ser parte de cualquier contrato asociativo. La ley menciona sólo la “constitución” (y dicho término no incluye necesariamente participación). Una interpretación literal (y simplista) podría llevar a no admitir la constitución de la sociedad anónima unipersonal por otra unipersonal, pero permitir que exista participación (posterior a la constitución y derivada de la adquisición de dichas participaciones societarias) de una unipersonal en otra unipersonal. Sin embargo, no es la exégesis adecuada de la norma y cabe traer a colación el tema de la inscripción de sociedades extranjeras para participar en sociedades locales. Si bien el art. 123, LGS, alude a constitución (“para constituir sociedad en la República” dice la norma) siempre existió suficiente consenso (30) para entender que el término “constitución” aludía, también, a “participación”. Por ello, en nuestra opinión el art. 1, 2º párr., LGS, debe interpretarse que la prohibición no sólo abarca su aspecto genético (“constitución”) sino también su aspecto derivado o posterior (“participación”). El vercontinúa en página 4 { NOTAS } (27) SKIARSKI, E.M., “Escisión de Empresas”, Ad Hoc, Bs. As., 2001. (28) Se ha dicho que el legislador suprimió —por motivos que se desconocen— el segundo párrafo del art. 164 que actualmente dispone que, si se omitiere colocar esa mención, ello hará responsables ilimitada y solidariamente a los representantes de la sociedad juntamente con ésta, por los actos que celebren en esas condiciones. Queda esto —entonces— como una obligación sin sanción. Además se ha dicho que la reducción a uno del número de socios de las sociedades anónimas no conforma una causal de disolución de dichas sociedades anónimas —nuevo art. 94 bis—, sino sólo deben cumplir con la exigencia de: (1) adecuar la denominación social a la exigencia del art. 164, sustituyendo las expresión “Sociedad Anónima” o la sigla “S.A.” por la expresión “Sociedad Anónima Unipersonal” o “S.A.U.”, respectivamente —aunque no haya sanción si no lo hacen—, y (2) cumplir con el régimen impuesto por el art. 299, de fiscalización estatal permanente —al cual quedan sometidas todas las sociedades unipersonales, debiendo contar tanto con directorio como con sindicatura plural integrada con número impar, con un mínimo de tres integrantes (arts. 255 y 284)—. Cfr. VÍTOLO, D. R., “La Ley de Sociedades Comerciales reformada por la ley que sancionó el Código Civil y Comercial”, LA LEY, 27/10/2014, 1. (29) EMBID IRUJO, M., “Principios de tratamiento de las modificaciones estructurales de las sociedades mercantiles en el derecho español”, Cuadernos de Derecho y Comercio, núm. 28, abril 1999, p. 34. (30) Si bien existió cierta controversia en torno a si dicha norma es aplicable únicamente a las sociedades extranjeras que constituyen sociedades locales o si también es aplicable a las sociedades extranjeras que participan en sociedades locales, la doctrina y jurisprudencia mayoritaria se ha expedido a favor de un criterio amplio, máxime cuando las sociedades extranjeras tienen una participación significativa en las sociedades locales (ROVIRA, A.L., “Reflexiones acerca del régimen de las sociedades extranjeras”, LA LEY, 155, p. 989; HALPERIN, I., “Curso de Derecho Comercial”, Depalma, Bs. As., t. I, p. 300; FARGOSI, H.P., “Notas sobre los alcances e interpretación del artículo 123”, LA LEY, 1977-C, 595; CNCom., Sala C, 5/11/76, LA LEY, 1977-A, 473; CNCom., Sala C, 21/3/78, ED, 77-475). En la causa “Inspección General de Justicia c/Biasider S.A. s/ organismos externos - Expte. 13285.06”, la CNCom., Sala C, con fecha 21/11/2006, señaló que “más allá de la palabra “constituir” utilizada por el legislador, cabe dar prevalencia a la finalidad perseguida por el legislador, que es establecer un sistema de contralor de las sociedades que tengan participaciones en sociedades locales. De otro modo, las sociedades extranjeras podrían escapar fácilmente a la inscripción del art. 123, LSC, adquiriendo participaciones en una sociedad local luego de que ésta se encuentra constituida. Esta conclusión se impone cuando las sociedades extranjeras tienen facultad decisoria sobre la actividad y el desenvolvimiento social en virtud de su carácter de controlantes, como sucede en el sub lite. Tal circunstancia torna necesaria la inscripción en los tér- minos del art. 123, ya que admitir lo contrario implicaría afirmar que los arts. 31, 32 y 33, LS, no regirían en el caso de que la socia fuera una sociedad extranjera. Por ello, la jurisprudencia ha afirmado que resulta ajustada a derecho la resolución que deniega la inscripción de una reforma estatutaria de una sociedad constituida en la argentina, si la accionista mayoritaria, sociedad accionaria, no ha inscripto sus estatutos en el registro del país, toda vez que lo contrario importaría violar lo preceptuado por el art. 123. El art. 123 comprende tanto el caso de fundación como el de participación en la sociedad constituida. El término constituir utilizado por el citado artículo comprende tanto “formar parte de” como participar en sociedad existente en la república y lo cierto es que, analizando la naturaleza jurídica del contrato de sociedad en términos latos, tanto constituye sociedad aquel que se asocia originariamente con otro para fundar una sociedad, como aquel que se asocia a otras personas, ya socios en sociedad existente (CNCom., “SAAB Scania Argentina SA”, 20/07/1978). 4 | martes 9 DE DICIEMBRE DE 2014 viene de PÁGINA 3 dadero sentido de la norma no apunta sólo a la constitución, sino que lo que no quiere es que una sociedad unipersonal mantenga participación total en otra unipersonal. Incluso la prohibición de la participación se mantiene no sólo cuando un accionista ha adquirido todas las acciones de la sociedad, sino cuando en virtud de una reducción del capital social (o incluso su amortización) la sociedad deviene en unipersonal. Ahora bien, la idea fuerte de esta prohibición legal no es que la sociedad anónima unipersonal no pueda participar de otra sociedad anónima, sino que sea la “única socia” de —valga la obviedad— otra anónima unipersonal. Por ello, no existiría un óbice normativo de que una sociedad anónima unipersonal participe de otra sociedad anónima, no unipersonal. Teniendo en cuenta lo dicho, tampoco existe una prohibición (que no cabría presumir) de que una sociedad unipersonal “controle” (art. 33, LGS) a una sociedad anónima que no sea unipersonal. Por otro lado, en la sociedad unipersonal el control (total) (31) se presume por la tenencia de “todas” las participaciones societarias por el único socio. XIII. Participación indirecta El sentido más directo de la norma prohíbe que una sociedad anónima unipersonal constituya (o “participe”, siendo la única socia,) de otra sociedad anónima unipersonal. Pero, la LGS no resuelve el tema de la “participación indirecta”: esto es, que una sociedad unipersonal que sea “controlante” de otra sociedad anónima (o de responsabilidad limitada, conforme el art. 30, LGS), que —a la vez— sea la única socia de otra sociedad unipersonal. El tema podría quedar atrapado por el sentido que impone el art. 33, LGS, que regula el control societario (32). Esta norma no sólo lo califica en forma directa, sino también “por intermedio de otra sociedad a su vez controlada” (art. 33, 1º párr., LGS). También lo enfatiza la ley en las participaciones recíprocas, al aludir a las personas interpuestas (art. 32, 1º párr.., LSC). Por ello, teniendo en cuenta los fines que la ley procuró con dicha prohibición y que los efectos no queridos por la ley también podrían lograrse con la participación indirecta, parece razonable que en el esquema de participaciones societarias no sería aconsejable que una sociedad unipersonal participe indirectamente (a través del control de otra sociedad) en otra sociedad anónima unipersonal. No obstante ello, nada empece a que una misma sociedad anónima (no unipersonal) tenga una o varias sociedades unipersonales (33). La ley no impide que una única persona (humana o jurídica) pueda ser accionista única de varias sociedades unipersonales, siempre que cumpla con los recaudos legales. XIV. Consolidación de balances La “unipersonalidad” de la sociedad importa una presunción indiscutible de control. El accionista unipersonal es controlante (total) por definición. Por ello, los estados contables de la sociedad unipersonal deberán ser consolidados. El art. 62, 3º párr., LGS, señala que sin perjuicio de presentar los estados contables anuales, las sociedades controlantes (léase, el socio único de la unipersonal) deberá presentar como información complementaria estados contables anuales consolidados, confeccionados con arreglo a los principios de contabilidad generalmente aceptados y a las que las normas de contralor establezcan. La norma II.A.1 de la Resolución Técnica Nro. 4, CPCEE, entiende por balances consolidados a los de un grupo económico constituido, en razón de la existencia de un control común, por la sociedad controlante y las sociedades controladas por ella, dando adecuada consideración a los intereses de terceros ajenos a los propietarios de la sociedad controlante. Dicho de otro modo: la consolidación se hace teniendo en cuenta terceros ajenos a la sociedad (y no necesariamente a los mismos accionistas de la sociedad). Como dice la ley, los estados contables consolidados (o su consolidación) son una “información complementaria” de los estados contables de la sociedad y por ello tienen limitaciones en este sentido. Fowler Newton los llama “información adicional” (34) (lo que importa en esencia este sentido de complementación). Los balances consolidados dan cuenta de la realidad del grupo societario (integrado entre sociedades controlantes y controladas, unipersonales o pluripersonales), pero la LGS —y cada uno de los institutos societarios— se aplica individualmente para cada sociedad del grupo (y no para todo el grupo). Ello así porque: (i) el régimen de dividendos y de distribución de utilidades de la sociedad sólo se puede analizar en función de cada sociedad. La pérdida de las otras sociedades del grupo no le impide distribuir utilidades en la sociedad, ello incluso cuando a nivel grupal la sociedad tenga pérdidas acumuladas; (ii) la necesidad de reintegrar el capital social (o aumentarlo para evitar la disolución de la sociedad) también debe analizarse individualmente (porque el grupo —como tal— no tiene un capital social más allá que pueda tener un patrimonio neto de valor negativo); (iii) la obligatoriedad de hacer reservas legales (art. 70, LSC, hasta el 20% del capital social) también debe hacerse en función de cada sociedad individualmente considerada y no en función del grupo (pues el grupo no puede hacer reservas, porque carece de personalidad societaria); y así también se pueden reeditar todas las cuestiones que ratifican que el balance es individual. Lo mismo también en la retribución de directores: el balance que debe tenerse en cuenta para fijar la retribución de los directores no es el consolidado (que es simplemente una información complementaria o adicional de la sociedad), sino el propio balance de la sociedad. Ello así porque el grupo como tal no tiene empleados en relación de dependencia (ni directores), sino que cada una de las sociedades integrantes de un grupo tiene sus propios directores y empleados. Y por ello cada una de las sociedades debe retribuir a sus directores en función de las ganancias que tenga cada sociedad (y no del resultado general que pueda obtenerse a nivel grupal). XV. Variantes en el funcionamiento orgánico Ratificando ello, la propia Exposición de Motivos de la ley 22.903 (que fue la que modificó la originaria ley 19.550 y que marca pautas interpretativas respecto de las principales innovaciones) expresamente señala, en alguna afirmación discutible, que “el balance consolidado no es objeto de aprobación por la asamblea, sino que es un elemento de información para los socios” (sic). Así también han sido calificados por las normas contables profesionales como “estados complementarios” (Res. Téc. Nº 8, Norma II D). El funcionamiento orgánico (y fundamentalmente asambleario) de la sociedad anónima unipersonal tiene variantes significativas en el terreno práctico (35), que se pueden traducir en reglas que devienen superfluas (clases de acciones, asambleas unánimes, edictos, quórum, mayorías, abstención de votar, etc.). De todas formas, parece razonable que el estatuto social tenga todas las previsiones para que la sociedad originariamente unipersonal pueda devenir en “pluripersonal” mediante la simple enajenación (onerosa o gratuita) de acciones o un simple aumento de capital social. ción. b. Destacamos la necesidad de que “todos” los organismos que funcionan a nivel provincial y nacional deban ponerse de acuerdo en la forma de reglamentar este importante y novel tipo social. 2. La sociedad anónima unipersonal sólo puede ser integrada por una persona física, quedando vedada la constitución de este tipo societario a otras sociedades unipersonales. a. La normativa de la Ley General de Sociedades si bien sólo ha vedado a las sociedades unipersonales para que puedan constituir otras sociedades unipersonales, nada dice con relación a los otros tipos societarios. b. Partiendo de la base de que lo que no está prohibido es permitido, entendemos que, en el caso particular de una sociedad anónima unipersonal, sería aceptable que sea constituida por ejemplo, por una sociedad de responsabilidad limitada, o bien por una sociedad anónima común (integrada por dos o más socios). 3. El estatuto social, claramente, será el usual, con las adaptaciones lógicas y necesarias que requiera la sociedad unipersonal. 4. En cuanto al capital social, su integración deberá ser realizada por el socio fundador en el mismo instante de su constitución, de conformidad con lo expresamente regulado a tal efecto por el artículo 11, en su inciso cuarto y concordantemente en el artículo 186, inciso tercero y 187. Nuevamente aquí el aspecto “impositivo” del socio único y fundador es un aspecto de no menor importancia a la hora de analizar esta figura legal. 5. Nada obsta a la creación de órganos sociales con más de un integrante, como por ejemplo un directorio compuesto por tres o más miembros, sindicatura o consejo de vigilancia, etc. 6. La denominación social que debe adoptar este tipo social, se encuentra prevista en el artículo 164 de la LGS, siendo obligación expresa la inclusión de la siguiente denominación: Sociedad Anónima Unipersonal (y su abreviatura S.A.U.). a. Hubiera sido preferible dejar de lado en la terminología el calificativo de “anónima”, ya que no es real y no expresa adecuadamente el significado que se le pretende dar, pues en realidad el anonimato ya ha sido dejado de lado por nuestra legislación societaria, siendo que ahora se conoce claramente el nombre de los integrantes. La terminología apropiada es sociedad por acciones, cuestión ignorada por el legislador. b. En este punto señalamos que la omisión de la denominación “unipersonal”, si bien se ha suprimido el segundo párrafo del artículo 164, no es óbice para que, llegado el caso, el juzgador pueda dejar de lado la limitación patrimonial que importa este Sería, entonces, aconsejable que el estatuto social de una unipersonal incluya todas las cuestiones relacionadas con sociedades anónimas pluripersonales, tales como clases de acciones, régimen de asambleas y de mayorías, incluyendo formalidades, quórum, edictos, etc. Esta reglamentación facilita una rápida mutación de una sociedad unipersonal en pluripersonal (y viceversa). XVI. Denominación social La sociedad anónima unipersonal tiene algunas particularidades respecto de una sociedad anónima pluripersonal. Por de pronto, la denominación cambia, ya que el art. 164, LGS, expresamente señala que la denominación social puede incluir el nombre de una o más personas de existencia visible y debe contener la expresión “sociedad anónima”, su abreviatura o la sigla S.A. En caso de sociedad anónima unipersonal deberá contener la expresión “sociedad anónima unipersonal”, su abreviatura o la sigla S.A.U. El problema también radica en las consecuencias de la omisión. El art. 164 en su versión originaria establecía una sanción por la omisión de la denominación (“hará responsable ilimitada y solidariamente a los representantes de la sociedad”, decía la norma), que ha sido omitida por la LGS. Dicho en otros términos: no existe sanción alguna por la omisión de la utilización de sociedad anónima unipersonal o SAU, razón por la cual dicha extensión en la denominación luce como indicativa del tipo societario y se trata de una norma fundamentalmente prescriptiva. Cabría preguntarse si una sociedad anónima pluripersonal podría prever en sus estatutos que su denominación será sociedad anónima (o la sigla S.A.) y que en caso de devenir en unipersonal deberá utilizar la extensión sociedad anónima unipersonal o la sigla S.A.U. Razones prácticas y la posibilidad permanente de una sociedad de mutar de “unipersonal” a “pluripersonal” varias veces aconsejarían su posibilidad inicial en el estatuto social. XVII. Capital social Una cuestión también fundamental radica en la integración del capital social, ya que el art. 186, inc. 3, LGS, exige la integración total del capital social, aun cuando el mismo sea depositado en efecto. No se puede integrar sólo una parte (con un mínimo del veinticinco por ciento) y el saldo —como dicen la mayoría de los estatutos societarios— dentro del plazo de dos años. { NOTAS } (31) LE PERA, S., “Sociedades unipersonales y subsidiarias totalmente controladas”, RDCO, 1972, p. 22. (32) Ver el excelente trabajo de: MANÓVIL, R.M., “Grupos de sociedades en el Derecho Comparado”, Abeledo-Perrot, 1998, Bs. As., p. 70 y el clásico de ALEGRIA, H., “Algunas reflexiones sobre los conceptos de sociedad controlante, sociedad controlada y situación de control”, RDCO, 1978, p. 303. (33) Se ha señalado: “La incorporación de las sociedades unipersonales como nuevo “tipo” social, a partir de la entrada en vigencia de la ley 26.994, nos coloca en la necesidad de señalar una serie de cuestiones, que a priori, se nos presenta como vacilaciones en torno a esta nueva figura legal. 1. En primer lugar para la creación de una sociedad anónima unipersonal, es necesaria la declaración de voluntad expresa, en tal sentido, de una persona física, hábil, mayor de edad, y con un patrimonio que justifique tributariamente la afectación de parte del mismo al desarrollo de una actividad específica bajo esta forma. a. Entendemos que en este punto será necesaria una reglamentación específica de los organismos de aplicación, siendo en el caso de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la Inspección General de Justicia de la Na- tipo de estructura legal, si no se cumple con sus condiciones de existencia y validez. 7. La declaración de voluntad expresa del accionista único y fundador debe ser necesariamente realizada por instrumento público y, por único acto, de conformidad con lo expresamente regulado a tal efecto por el artículo 165 de la Ley General de Sociedades. 8. Por disposición expresa del reformado artículo 299, en su inciso séptimo, se dispone que las S.A.U. deberán ser sometidas a la fiscalización estatal permanente, lo cual nos lleva a pensar que, desde el punto de vista práctico, se alejarán, por esta cuestión, de los pequeños emprendimientos pensados para cierta clase de empresarios y emprendedores, toda vez que este tipo de fiscalización trae aparejada una estructura de costos operativos claramente diferente respecto de aquellas sociedades que no se encuentran bajo la órbita del artículo 299” (GRISPO, J.D., “La Ley General de Sociedades y las sociedades unipersonales”, LA LEY, ejemplar del 13/11/2014, p. 1). (34) FOWLER NEWTON, E., “Nuevas normas contables”, Bs. As., 1993, p. 37. (35) MOLINA SANDOVAL, C.A., “Tratado de las asambleas”, Abeledo-Perrot, Bs. As., 2009. Actualidad AÑO LXXVIII N° 231 BUENOS AIRES - MARTES 9 DE DICIEMBRE de 2014 opinión ISSN 0024-1636 Jorge Kent Seguir legislando por detrás de la realidad: Anteproyecto de reformas al Código Penal 1.- Me ha engendrado un subterráneo pasmo el haberme informado que, el “Anteproyecto de Reformas al Código Penal” -que fue depositado en manos de la Presidenta, más luego de haber sido firmado en los aposentos de nuestro cimero tribunal-, además de alistar una generosa gama de modificaciones (1), organiza un eslabón de penas sustitutivas –“sanciones de reemplazo”-, expulsando la libertad condicional y la ejecución condicional de la pena, a la par de aposentar el arresto domiciliario, la multa reparatoria y la prestación de trabajo a la comunidad. Muy de seguro -premonición medianteesta novel herramienta aguijoneará polémicas pues, sabido es -y nadie, en su lozana madurez, puede apostatar- que no existen las infraestructuras idóneas para supervisar el cumplimiento de tales modalidades, razón por la cual se insiste -tercamente, caprichosamente y temerariamente, con notable e inaceptable ignorancia de nuestra insolvente realidaden modelajes de alternancia que vienen enseñando su tajante frustración. La incertidumbre, la impunidad y el catastrófico desamparo que sobrevuelan (2), se constituye en estridentes alarmas que merecen ser tempestivamente atendidas, previo a la sanción de la enmienda, con el designio de opinión evitar que se continúe resquebrajando, aún más, el cataclismo que mancilla a la ejecución penal (3). Como lo expresara -¡hace ya más de 20 años!-: “No ubiquemos a estos propósitos de adelanto en la antesala del patíbulo” (4) Me atrevo a transcribir la subsecuente editorial pues, a mi criterio, aprehende un proficuo abanico de diferentes temáticas que, en la textura de este aporte, han merecido una particular atención, pudiendo convenirse que: “...Un documento, elaborado por el ‘Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo’ (PNUD) ubicó, a la Argentina, como el país que, en promedio, presenta el mayor índice de robos en América Latina, en la década de 2000 a 2010, con una tasa de 973, cada 100.000 habitantes. Desde 2008 y, en coincidencia con el aumento de la inseguridad en el país, el Gobierno ha dejado de difundir las cifras de la criminalidad pero, como es imposible ocultar una realidad que tan duramente afecta todos los días a cada vez más argentinos, esa realidad comenzó a colarse en estudios e informes de organismos internacionales, generando vanas críticas y cínicas desmentidas. Esto es lo que ocurrió, por ejemplo cuando, en junio pasado, la oficina contra las drogas y el crimen de la ONU situó, a nuestro país, entre los de mayor tránsito de cocaína, colocándolo en la región como mayor puerto de origen de esa droga, detrás de Brasil y Colombia. El organismo internacional se quejó, además, de la insuficiente colaboración de la Argentina para la provisión de datos estadísticos en esa materia...Por supuesto, lo único que se logró con esa estrategia fue el incremento, desbocado, de la violencia delictiva, el narcotráfico y los crímenes que derivan de esta vil actividad e, incluso, las cada vez más frecuentes fugas de presos, alojados en institutos penitenciarios y en comisarías, de donde jamás habrían podido huir sin la activa complicidad de sus guardianes. Hay que agregar el mal manejo, por parte de la Nación y de varias provincias, de las causas que derivaron en las huelgas de policías provinciales y los consiguientes saqueos. ...Es triste tener que admitirlo pero nuestro país se va convirtiendo, poco a poco, en tierra del crimen y del narcotráfico, por la creciente ausencia de un Estado que ha resignado una de sus obligaciones esenciales: la de brindar seguridad a sus habitantes... Guardiacárceles que profugan detenidos; policías y gendarmes, apresados por delinquir; policías vinculados con saqueadores; jefes de las divisiones antidrogas, de la policía formoseña, jujeña, salteña, misionera, cordobesa y santafecina, acusados de connivencia con el narcotráfico; aduanas incapaces de impedir el ingreso y salida de estupefacientes; fronteras a las que, desde hace décadas, es imposible proveer de radares y de efectivos que logren un control mínimamente eficaz... Como puede apreciarse, sufrimos -y cada vez, en mayor medida- esas modalidades delictivas. El hecho de no contar con estadísticas oficiales, desde 2008, permite preguntarse si éstas existen y no se divulgan o si dejaron de confeccionarse hace cinco años. En el último caso, el propio Estado es el que conspira ya no sólo con su pasividad, sino privando a las futuras administraciones de una herramienta imprescindible para trazar las elementales políticas que, de una vez por todas, permitan comenzar a combatir el delito seriamente” (5). 2. Amén de ello, quisiera sospechar que la noticia -difundida no hace tiempo- es desafortunada o que mi ceñida capacidad de entendimiento se ha amojonado, a lindes preocupantes. ¿Puede llegar a ser verosímil que se asevere -refiriéndose a la propuesta que me ocupa- que el arsenal de penas, no privativas de libertad, se ha fortalecido pues serán controladas por los jueces y no por el patronato? Si el anuncio no florece, entonces mi comentario no tiene significación. Empero, si es cierto, debemos convenir que trátase de una inoportunidad, no sólo por cuanto -como continúa en la página 2 Carlos Adrián Garaventa Repensando la teoría del Estado: una mirada desde la integración europea I. Introducción El presente es un breve ensayo en el que expongo los resultados más importantes de la beca DeCyT que obtuve para los años 2012 y 2013 en la que desarrolle una investigación titulada “Repensando la Teoría del Estado: una mirada desde el Derecho de la Integración”, bajo la dirección del profesor Alberto Biglieri. Me propongo mostrar cómo, a partir de un cambio de paradigma en la concepción de la soberanía, es posible pensar a la integración regional (o subregional, según el caso) como una nueva forma de Estado; entendido éste como una superestructura burocrática en términos weberianos (1). Sostendré aquí que la integración regional consiste en algo más que: “el conjunto de normas y actos jurídicos que regulan las conductas de los Estados entre sí y de éstos con organismos internacionales donde se procura potenciar la cooperación entre las partes para facilitar la obtención de los fines propuestos —generalmente económicos—, mejorar sus relaciones recíprocas y fortalecer su posición conjunta frente a los Estados ajenos al grupo formado” (2). La entenderemos, siguiendo a Granillo Ocampo, como un proceso que: “[c] onsiste en transformar unidades previamente separadas en partes componentes de un sistema coherente que tiene como característica esencial la interdependencia, de manera que lo que ocurra en cualquiera de sus componentes o unidades produzca un cambio predecible en la otra u otras” (3). La elección de la integración europea como objeto de observación no es casual y responde a una razón simple pero concreta: la doctrina integracionista ha construido una serie de modelos de integración, pero todos coinciden en que el último grado de avance de la integración se da en el modelo llamado integración total. El cual “[i]mporta la etapa final del proceso de integración, etapa en que los países miembros del sistema adoptan una sola política para prácticamente todos los temas importantes de la vida política, social y económica del espacio integrado. No puede funcionar sin una autoridad supranacional, cuyas decisiones obliguen no sólo a los Estados integrantes del proceso sino a los habitantes de cada uno de ellos” (4). El único caso fáctico que reúne las características de este tipo ideal es el de la integración europea con el establecimiento del Derecho Comunitario. Lo que haremos en el desarrollo de este ensayo será utilizar el método genético o genealógico para describir los distintos cambios de paradigma en cuanto a la concepción de la soberanía en la historia moderna de Europa, para luego comprender mejor las raíces y en qué consiste el paradigma contemporáneo de soberanía. Lo que —espero— nos lleve a concluir que nos encontramos en los albores de un nuevo modelo de Estado; en la conformación de una nueva superestructura burocrática supraestatal. II. La soberanía en sus orígenes: una nueva forma de justificar el ejercicio del poder A diferencia de la mayoría de los conceptos de la teoría política occidental, la idea de soberanía no proviene de la Antigua Grecia o del Imperio Romano. Es más bien una construcción teórica moderna que comienza a gestarse entre los Siglos XIV y XVI a partir de distintos enfrentamientos entre las monarquías y el papado (5). Más allá de las acepciones que la palabra tiene, la soberanía es el máximo poder político en una comunidad determinada (6). La idea de soberanía surge y se desarrolla juntamente con la de Estado Nación Westfaliano, la primera es un elemento fundamental del segundo y son —o, mejor dicho, aparentan ser— inescindibles. Es por ello que la forma de concebir a la soberanía en distintos momentos de la historia, significó diferentes formas de concepción del Estado. Ergo, podemos identificar diferentes paradigmas de soberanía y por lo tanto de Estado. El primer paradigma de soberanía que estudiaremos es el que da forma al Estado Westfaliano Absolutista. Éste se desarrolla en el Siglo XV, pero entrará rápidamente en crisis en el Siglo XVI, hasta desaparecer continúa en la página 3 Actualidad 2 | MARTES 9 DE DICIEMBRE de 2014 viene de tapa es bien conocido- los organismos post-penitenciarios carecen de posibilidades para contentar el fárrago de responsabilidades que se les confiere, sino que la magistratura está en desventaja pues -que yo sepa- no tiene infraestructura propia, adolece de las herramientas más esenciales y está abarrotada de legajos -que desbordan los anaqueles tribunalicios- razón por la cual la futura supervisión sería otra más de las épicas desilusiones del sistema salvo, por supuesto, que antes de que la enmienda se convierta en ley, se hayan parido las plataformas para que el mentado control no siga convirtiéndose en una farisea porfía, incorrecta de ser fecundada con la equivalencia de una alabanza (6). Si bien cierto es que, en la vida, no hay lugar, muchas veces, ni para el éxtasis ni para el inmovilismo, también lo es que las instituciones deben acomodarse a las nue- vas realidades, a ganar adhesión y a dar respuesta a reclamaciones diferentes de las existentes en la época de su irrupción, con el designio de amoldarse a las actuales premisas que le otorgan un marco de alarmante panorama a la ejecución penal de nuestros días (7). incipientes sembrados, evidenciando una casi insuperable filosofía de añosa impredecibilidad que no asegura prolongados regocijos y presagia, de un modo encubierto, la eclosión de inesperados tropiezos en desmedro de los reclusos y de su ulterior liberación (8). Lo que importa es que, tanto la evolución del derecho, cuanto la de las instituciones, se realice con fidelidad al espíritu que los informa; que se soslaye toda precipitación y ligereza y, finalmente, que se responda con escrupulosidad a las causas profundas que exigen tales modificaciones. El romanticismo que anida en mi persona me transporta a pensar que la ejecución penal se compone de momentos de intenso dolor y de esperanzador gozo, así como de instantes de agobiantes sombras y de fulgurantes luces. ¿Algún desprevenido día convergerán, fusionadamente, las glotonerías políticas con la forzosa necesidad de inventariar un Código Penal que esquematice, en sus zarandeadas páginas, la beatificación de un candencioso escenario? (9) En el siempre perfectible y, de suyo, mudable hemisferio de la ejecución penal, dable es advertir que ciertos hitos se han alcanzado -con empeño y acendrada convicción-, no obstante lo cual el horizonte se nos presenta no sólo muy alejado, sino también empañado por nubarrones que amenazan, de un modo acechante, con malograr sus Comulgando un aforismo jurídico, en el sentido de que: “no debe mudarse fácilmente lo que mucho tiempo ha sido observado”, también lo es que llega un instante, en la existencia de los pueblos, que reclama un acomodamiento de las preceptivas para engarzarlas con el devenir de las épocas, caracterizado por alteraciones vertiginosas y, en algunos aspectos, hasta impensables. Empero, también es pertinente el ambicionar -salvo tozudeces propias de los infaltables neófitos y de aquellos que responden a otra género de incitaciones- el inicio de una amplia gama de consultas, convocando a todos los sectores, comprometidos con disciplinas de semejante porte, con el designio de que formalicen sus aportes, ya sea en gracia y/o discrepantemente con la susodicha enmienda, actitudes todas ellas fidedignas de una auténtica democracia participativa, esencialmente evaluando que, además de tratarse de una herramienta legal de superlativa repercusión en el seno de un país civilizado, debería arraigarse en pos de caucionar la apetecida y humillada seguridad jurídica (10). co. Y, sin éste, es utópico esbozar un pronóstico, razón por la cual toda esta despreciable orfandad implosiona en un obstáculo, inexpugnable, para intentar edificar programas, con asiento en bases consistentes, única manera de actuar con diligencia y seriedad, extremos éstos que lejos están de corporizar el talante de nuestros anodinos funcionarios. El desmantelamiento estadístico del país -que desborda la trinchera delictual-, paréceme que no tiene fraternidad con lo que acaece en otros recodos del planeta. Durante el año concluido hubo una muerte, cada dos días, por motivos de inseguridad, contabilizándose 161 asesinatos, en trance de robos, en la Capital y Provincia de Buenos Aires ubicándose, la mayoría de ellos, en el conurbano, que aprehendió el 70% de los casos, resultando la Matanza el distrito más violento, con 25 hechos, seguido por Tres de Febrero, Lomas de Zamora, Morón y Quilmes. En cuanto a las víctimas, 135 fueron hombres y 26 mujeres, arraigándose entre ellos a 32 policías (17 de la bonaerense,14 de la federal y 1 de la metropolitana). Tan sólo en 12 días, del reciente año 2014 -esto es, hasta el día 13 de enero-, hubieron 19 crímenes, con ocasión de robo, en la Provincia de Buenos Aires y uno, cada 32 horas, en la Capital. No marginemos que, durante el año 2013, el promedio fue de un muerto, cada 52 horas ¿Se puede seguir existiendo de esta manera? ¿No hay traza de estancar tamaña voracidad delictiva? ¿Dónde está el Estado? ¿Qué hacen los responsables de la prevención? ¿Es bastante que afloren, solidarizándose con las víctimas, una vez consumada la tragedia? Exorbitancia de preguntas y esmirriadas respuestas. Mientras tanto, el oleaje criminoso ataca, imperdonablemente, sembrando el espanto en la sociedad que, con salmódica retahíla, se limita a baladrar ¡queremos que se haga justicia! Una impaciencia que, brotando de lo más subterráneo de cada ser, se limita a catalizarse en una insonora ambición, distante de ser colmada ¿Cómo refugiarnos ante la desatención del Estado? El bufido puede llegar a tener graves implicancias, razón por la cual es más sensato abstenerse de replicar en voz alta. Debería compartirse la propuesta de Juan Gabriel Tokatian, en tanto sugiere reeditar el “Acuerdo para la seguridad democrática” (ASD), particularmente aceptando que pocos niegan la problemática, así como que nadie supone que emerjan soluciones simplistas, acordándose compromisos razonables en una temática que entraña a la convivencia democrática, sin desdeñar los obsequios de Marcelo Bergman (Conf. “Inseguridad: El problema es lo que puede venir”, Clarín, de fecha 24 de diciembre de 2013); de Ezequiel Nino (Conf. “La inseguridad, indicio de desigualdad”, La Nación, de fecha 2 de enero de 2014); de Marcelo Birmajer (Conf. “La inseguridad es la “década lamentable”“, Clarín, de fecha 4 de enero de 2014); de Marcelo Moriconi Bezerra (Conf. “La inseguridad y la corrupción, dos caras de una moneda”, Clarín, de fecha 30 de enero de 2014) y el editorial de La Nación (Conf. “Imprevisión y parches ante la inseguridad”, de fecha 7 de marzo de 2014). El mismísimo gobernador bonaerense ha expiado que: “Estamos viviendo horas muy difíciles, con mucha sangre derramada y mucha violencia, con delincuentes que están dispuestos a todo...” ¡Res ipsa loquitur! (4) Conf. Kent, Jorge, “Ejecución Penal y el Nuevo Proceso”, Editorial Ad-Hoc, Buenos Aires, 1993, pág. 95. (5) Confr. “La Argentina, el país con más robos”, La Nación, de fecha 26 de diciembre de 2013. (6) Y, si de administración de justicia estamos coloquiando, merece un párrafo especial cuanto acaece en el desamparado fuero de ejecución penal, terruño donde se prosigue incumpliendo con las añejas previsiones legislativas -¡que datan del año 1991!-, en tanto estatuyen la mediación de equipos interdisciplinarios, integrados por especialistas en medicina, psiquiatría, psicología, sociología, asistencia social y, en su caso, antropología, así como la organización -en los establecimientos penitenciarios que, por su entidad lo justifique- de una oficina a cargo de un funcionario que represente al titular, sin descuidar la oportuna creación -¡en el transcurso del año 1992!- de 17 cargos de Secretario de primera instancia para la atención de las oficinas que deberían haberse ensamblado en las unidades penitenciarias 3, 4, 5, 6, 7, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 17, 19, 26, 30 y 32, del Servicio Penitenciario Federal vacíos -inexplicables e intolerables- que, amén de erigirse en una vergonzosa indolencia e insensibilidad funcional, estarían rozando la posible tipificación de delitos de acción pública. Un juez -cual es el de Ejecución Penal-, comprometido con la realidad y garante de un resultado útil, valioso y justo de lo obrado por la jurisdicción, debe estar inexorablemente acompañado por un andamiaje de complementación laboral interdisciplinario suficiente para encarar tan copérnico emprendimiento y evitar que se quede en la superficie formal y deje de ingresar al fondo del objeto controvertido para brindar tutela plena y definitiva. (7) Develando un sentimiento, absolutamente crítico, acerca de la merituada enmienda, Diana Cohen Agrest despotrica de este modo: “...La codificación de las penas alternativas a la prisión -las que ya se aplican con los resultados conocidos: liberados que vuelven a violar o matar- estipula que la prisión podrá sustituirse por “detención domiciliaria, detención de fin de semana, obligación de residencia, prohibición de residencia y tránsito, prestación de trabajo a la comunidad, cumplimiento de las instrucciones judiciales o multa reparatoria”. Contradiciendo los datos de la realidad, esta respuesta “humanitaria” procura que el delincuente pueda “reinsertarse” en sus grupos de pertenencia, familia, trabajo, comunidad y sociedad, con lo cual un triple homicida terminará recibiendo el “aplauso para el asador” dominguero o bien pintando las paredes de la escuelita del barrio... En vista de la escalada delincuencial, consentida por la indiferencia de los poderes del Gobierno, durante la última década, ¿podremos luchar por una refundación de la Justicia, a través del saneamiento de las corporaciones judiciales, penitenciarias y de nuestra dirigencia política cómplice? Con voluntad civil, ¿acaso llegará el día en que podremos enjuiciar por omisión en el cumplimiento del ejercicio de funcionarios públicos a los jueces que incurren en ello? La realidad, al fin de cuentas, se construye a fuerza de utopías” (Conf. “Una legitimación de la impunidad”, en La Nación, de fecha 8 de enero de 2014), en tanto Roberto Gargarella nos aporta, desde un ensamble profundamente admonitorio, que: “...Los riesgos propios de las reformas diseñadas por elites, no se originan en la mala fe o la falta de capacidad de los expertos, a cargo de la reforma: presuponemos la buena fe y la capacidad intelectual de sus autores. Sin embargo, como suele ocurrir: si las elites del caso no se abren al franco (re)conocimiento de las “voces ausentes” -las voces más débiles de la sociedad-, la reforma comienza a sesgarse, imperceptiblemente, hacia territorios más cercanos al interés de sus autores y más alejados de las necesidades del resto de la población...Como en otras ocasiones, es posible que, otra vez, se quiera encubrir el diseño elitista de la nueva reforma con una fachada de discusión. Es probable que se nos diga que el Código va a circular por “múltiples foros sociales” y que va a estar abierto al “debate plural”. Pero conviene anticiparlo: los fuegos artificiales de la discusión no bastan. Por el contrario, indignan. Convocar a “voces diferentes”, para que hagan “terapia de grupo”, frente a legisladores que ya han decidido lo que quieren en hacer, no tiene sentido...De lo que se trata es de recuperar el diálogo, de volver a tender puentes entre el derecho penal y la democracia, para impedir que la ley siga apareciendo, ante la inmensa mayoría de la población, como una voz extraña, ajena, incapaz de reflejar sus necesidades y meditadas pretensiones. De lo que se trata es de ayudar a que todos los sectores empiecen a reconocer su propia voz cuando el derecho hable. Debemos impedir que una mayoría de la población siga relacionándose con el derecho sólo en carácter de víctima de éste. Necesitamos volver a conversar sobre los usos apropiados del aparato coercitivo estatal. Doscientos años de elitismo penal -de políticas penales sesgadas frustrantes- deberían ser suficientes para decidirnos a pensar el derecho penal de otro modo” (Conf. “Contra el elitismo penal”, en La Nación, de fecha 8 de enero de 2014). (8) Conf. Kent, Jorge, “Reverente tributo al perdurable maestro Francisco J. D’Albora”, en el libro “Estudios en Homenaje al Dr. Francisco J. D’Albora”, Editorial Lexis-Nexis - Abeledo Perrot, Buenos Aires, 2005, pág. 579 y siguientes. (9) Conf. Cohen Agrest, Diana, “El costo de erigir al delincuente en mártir”, en La Nación, de fecha 18 de febrero de 2014; Juan Pablo Montiel “Luces y sombras del Código Penal”, en Perfil, de fecha 2 de marzo de 2014; Darío Guistozzi, “El Nuevo Código Penal, una pesadilla”, Clarín, de fecha 5 de marzo de 2014; Juan Carlos Vega, “El nuevo Código Penal ratifica impunidades”, Clarín de fecha 7 de marzo de 2014; León Carlos Arslanian, “Razones para un nuevo Código Penal”, La Nación, de fecha 8 de marzo de 2014; Juan María Rodríguez Estévez, “Dos visiones del derecho penal”, La Nación, de fecha 15 de marzo de 2014; Marcelo A. Riquert “El Anteproyecto de reforma del Código Penal Hannibal Lecter igual se quedaría preso”, La Ley, Columna de Opinión, de fecha 17 de marzo de 2014; Andrés Gil Domínguez “Un Código pensado en Finlandia, no en Argentina”, Clarín, de fecha 18 de marzo de 2014. Depositando la vista en un editorial de La Nación, podemos detectar una compartida aspiración: “...una reforma, como la que se propone, debe encararse con sumo cuidado, sin ideologías que la contaminen ni miradas cortoplacistas ni intenciones clientelistas. Estamos hablando, nada menos, que del código de cuya aplicación dependen la libertad y el honor de los ciudadanos sometidos a proceso”. (Conf. “Comprender todo, perdonar todo”, de fecha 4 de febrero de 2014). (10) Conf. Kent, Jorge, “La Cárcel ¿Una evidente decepción? La ejecución penal y sus dilemas”, Editorial AdHoc, Buenos Aires, 2006, Capítulo VI.4, intitulado “Una reciente ponencia vivificadora de nuestro agrietado Código Penal”, páginas 197 y 198. { NOTAS } Especial para La Ley. Derechos reservados (Ley 11.723) (1) Quizás, más adelante, podrían llegar a excitar un naciente campeado de quien redacta confinándome, de momento, por desandar ciertos aposentos, emparentados con la acuciante, expatriada y, a veces desconocida, ejecución penal. (2) Conf. Kent, Jorge, “Inseguridad e impunidad. Dos sensaciones casi endémicas que conmueven a nuestra ofuscada comunidad”, en La Ley, de fecha 12 de agosto de 1998; ídem “La incredulidad ciudadana. Un esparcido sentimiento que debe ser prestamente remediado”, en La Ley, de fecha 18 de febrero de 1999; ídem “Justicia Penal y Derechos Humanos. La agónica instancia de un sistema y la necesidad de implementar inaplazables restauraciones”, en La Ley, de fecha 24 de octubre de 2001; ídem “¡Salvemos la Justicia!”, en La Ley, de fecha 26 de julio de 2002; ídem, “Los problemas judiciales y penitenciarios. El impertérrito desamparo de un augusto cometido jurisdiccional”, en La Ley, de fecha 26 de mayo de 1999; ídem, “La inseguridad del presente”, en El Cronista, Sección Opiniones, de fecha 6 de abril de 2000; ídem, “La cárcel, controvertida problemática que concita una perenne reflexión”, en La Ley, de fecha 28 de Junio de 2000; ídem, “Ejecución Penal (Una prevalerte disciplina sumida, incomprensiblemente, en un abismo inescudriñable), en La Ley, de fecha 13 de agosto de 2003; ídem, “Justicia y Seguridad. Dos asignaturas diferidas por excelsitud. Prudencia e interrogantes que dimanan de una propuesta de colmada satisfacción”, en La Ley-Actualidad, de fecha 2 de noviembre de 2004 y “Consideraciones sobre la inseguridad”, en La Ley, de fecha 17 de julio de 2013. (3) Durante 1996, auscultando todo el territorio nacional, es viable el informar que 25.162 personas yacían, en estado de detención, en los establecimientos penitenciarios, a razón de 76, cada 100.000 habitantes, en tanto que en 2012 la población carcelaria alanzó un total de 62.263 internos, conllevando una tasa de 150 implicando que, en 16 años, se duplicó la proporción de personas detenidas, sin considerar los alojados en comisarías y alcaldías. Recostado tan sólo en lo concerniente a la Provincia de Buenos Aires, la tasa de encarcelamiento asume mayor envergadura habida cuenta que, durante el año 1996, se computaban 10.043 individuos en prisión, en tanto que este guarismo llegó a 27.940, durante el año 2012, implicando ello que se triplicaron los alojamientos- (Conf. Sozz, Máximo, “Democratización y penalidad en la Argentina (1983/1989)”, en La Ley, Revista de Derecho Penal y Criminología, Año IV, Número 2, marzo 2014, pág. 3 y siguientes). Y, si de cifras estamos coloquiando, no podemos dejar de advertir que, la notoria ausencia de estadísticas oficiales, atenaza el diseño de una disuasoria política criminal ya que, en los hechos -remedando la jerga aeronáutica- supone “volar a ciegas y sin instrumental” (Conf. de la Torre, Joaquín, “El Indec del delito”, La Nación, de fecha 7 de marzo de 2014). Hace un dispendioso tiempo que carecemos de estadísticas oficiales, no resultando aventurado el poder deducir que ello obedece a que los guarismos -de ser fehacientemente reconocidos-, desbaratarían -y, más que ello, desautorizarían- la arrojada verba de muchos personajes que hacen, de las fingidas respuestas, un ferviente culto a la falsedad. El destierro de estadísticas imposibilita cualesquier afán -medianamente circunspecto- de teclear un diagnósti- Actualidad Es ostensible el desinterés que excita la ejecución penal, no sólo en los mismos operadores del sistema, sino en las autoridades políticas de turno enguillotadas -casi, a tiempo completo- en dirimir rencillas palaciegas, absolutamente más excitantes, MARTES 9 DE DICIEMBRE de 2014 | 3 criatura al Creador. Y el coro de las voces de los incansables peregrinos, a lo largo de la vía sin fin canta, en una sinfonía prodigiosa, la gloria de Dios...” (12). l motivadoras y preponderantes -y, a no dudarlo, superlativamente redituables, en la más amplificada acepción del vocablo- que ocuparse del más pobre de todos los pobres, el preso, en satírica prosa de Francesco Carnelutti (11). Me siento inclinado a obturar esta ofrenda, recordando una soberbia locución, resumida en esta frase: fecha 12 de Noviembre de 1992; ídem, “Preocupantes enmiendas con prospección al ámbito ejecutivo-penal”, en La Ley, de fecha 3 de Septiembre de 1993; ídem, “La incesante problemática de la ejecución penal”, en La Ley, de fecha 6 de Julio de 1995; ídem, “Ejecución penal: una asignatura pendiente por excelencia”, en La Ley, de fecha 29 de Mayo de 1996; ídem, “La humanitaria impronta de un fallo que convoca a una templada meditación”, en La Ley, Suplemento de Jurisprudencia Penal, de fecha 16 de Septiembre de 1996; ídem, “La elogiable impronta de un “dictum” que prestigia el augusto cometido de la magistratura de ejecución penal”, en La Ley, Suplemento de Jurisprudencia Penal, de fecha 29 de Noviembre de 1996; ídem, “Pena: la extraterritorialidad de su cumplimiento”, en La Ley, Suplemento de Jurisprudencia Penal, de fecha 29 de Abril de 1997; ídem, “Las aminoradas fronteras casatorias en el reducto de juridicidad de la ejecución penal”, en La Ley, Suplemento de Jurisprudencia Penal, de fecha 26 de Diciembre de 1997; ídem, “Los problemas judiciales y penitenciarios. El impertérrito desamparo de un augusto cometido jurisdiccional”, en La Ley, de fecha 26 de Mayo de 1999; ídem, “La resocialización de los penados. Una inexhausta aspiración en sintónico engarce con una impronta jurisdiccional de indisimulable fuste”, en La Ley, Suplemento de Jurisprudencia Penal, de fecha 30 de Junio de 1999; ídem, “Algo más acerca de la magistratura de ejecución penal. El portentoso escenario de una cotidiana conflictividad”, en La Ley, Suplemento de Jurisprudencia Pe- nal, de fecha 1º de Noviembre de 1999; ídem, “La Magistratura de Ejecución Penal. Un desatinado e indiferente decisorio racionalmente enmendado”, en La Ley, Suplemento de Jurisprudencia Penal, de fecha 28 de Julio de 2000; ídem, “Un ámbito jurisdiccional mortificado por la torpeza de ciertas improntas decisivas y el oprobioso despoblado de apoyaturas interdisciplinarias”, en La Ley, Suplemento de Jurisprudencia Penal, de fecha 4 de Junio de 2001; ídem, “El Mayestático cometido de los Jueces de Ejecución Penal”, en “Cuadernos de Doctrina y Jurisprudencia Penal”, Año II, Números 1-2, Editorial Ad -Hoc, Buenos Aires, 1996, pág. 433 y siguientes.; ídem, “Un ámbito jurisdiccional sumergido en un inconcebible desamparo”, en La Ley, de fecha 6 de noviembre de 2000; ídem, “Una ecuánime hermenéutica jurisdiccional”, en La Ley Buenos Aires, año 7, Nº10, noviembre de 2000, pág. 1309 y siguientes; ídem, “El Proceso Penal. Desafíos del Nuevo Milenio”, ob. cit.; ídem, “Un ámbito jurisdiccional mortificado por la torpeza de ciertas improntas decisivas y el oprobioso despoblado de apoyaturas interdisciplinarias”, en La Ley, de fecha 4 de junio de 2001; ídem, “Una hermenéutica casatoria amoldada a derecho” en Suplemento de Jurisprudencia Penal, La Ley, de fecha 9 de noviembre de 2001; ídem “La rehabilitación penal en sintónico engarce con los Patronatos de Liberados (¿Inveterado mito o factible realización?) en La Ley, de fecha 10 de abril de 2002; ídem, Ejecución Penal (Una prevalente disciplina sumida, incomprensiblemente, en un abismo inescudriñable), en La Ley, de fecha 13 de Agosto de 2003; ídem, “Salidas transitorias. ¿Una modalidad para reinsertar progresivamente al condenado o la riesgosísima antesala de una presumible recaída en el delito?”, en La Ley, Suplemento de Jurisprudencia Penal y Procesal Penal, de fecha 26 de marzo de 2004, pág. 12 y siguientes; ídem, “La magistratura de ejecución penal. Salidas transitorias, naturaleza jurídica de la ejecución, el nocivo exceso ritual manifiesto y la benéfica doble instancia con raigambre constitucional”, en La Ley, de fecha 19 de mayo de 2004; ídem, “Justicia y Seguridad. Dos asignaturas diferidas por excelsitud. Prudencia e interrogantes que dimanan de una propuesta de colmada satisfacción”, en La LeyActualidad, de fecha 2 de noviembre de 2004; ídem, “La problemática de la ejecución penal en el nuevo milenio”, en Revista de la “Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional”, Año XVII, Nº 33/34, juliodiciembre, 2004, pág. 201 y siguientes; ídem “Ejecución Penal. Una transcendente problemática”, en La Ley, 21 de julio de 2005; ídem “Vicisitudes de la Ejecución Penal”, en La Ley de fecha 27 de marzo de 2006; ídem “La administración de justicia y la rezagada ejecución penal”, en La Ley, de fecha 5 de abril de 2007 y “La imperecedera preocupación por tonificar el contexto de la ejecución penal”, en La Ley de fecha 25 de noviembre de 2010. (12) Conf. Carnelutti, Francesco, “Metodología del Derecho”, segunda edición en español, traducción. El Leviatán le proporciona al Estado Westfaliano Absolutista una nueva fundamentación: ya no la elección divina; sino la elección entre hombres libres e iguales en pos de afianzar la paz y proteger sus vidas. Empero, esta obra fue ignorada por la monarquía que se oponía al principio de igualdad entre los hombres y ya después de la Glorious Revolution los postulados de Hobbes se volverán inaplicables. concepción abierta de la nacionalidad, esto significa que la Révolution recibía como ciudadana a cualquier persona que quisiera voluntariamente integrarla. que sólo puede ser integrado por personas que reúnan esas mismas características, asociadas siempre con la raza, la etnia o la religión. El tercer momento fue el neo-romanticismo en el que estas ideas fueron más allá de la filosofía y las ciencias y comenzaron a presentarse en las artes (principalmente en la literatura de escritores como Rudyard Kipling y Giosuè Carducci) y en movimientos culturales juveniles como el Völkisch alemán. “...Cada ley descubierta es un paso hacia su ascensión. Toda confirmación de lo creado, aproxima la Cita on line: AR/DOC/4423/2014 { NOTAS } (11) Conf. “Las miserias del proceso penal”, Ediciones Jurídicas Europa-América, Buenos Aires, 1959, pág. 31; Kent, Jorge, “Sustitutos de la Prisión a la luz de un Congreso Mundial de las Naciones Unidas. Experiencia vigente en ciertos países. Preocupación actual y Prospectiva”, en La Ley, 1997-C, 1298; ídem, “La pena en nuestro país. Reflexiones sobre su actual crisis. Algunas propuestas de solución”, en La Ley, 1985-A, 761, en colaboración con Tristán García Torres; ídem, “La subsistente y agravante crisis de las penas de prisión. Algunas sugerencias en procura de su impostergable mejoramiento. Sus alcances e implementación”, en La Ley, 1986-C, 822; ídem, “Crisis de la pena de prisión Impostergable necesidad de implementar medidas sustitutivas”, en La Ley, 1992-C, 1952; ídem, “Nuevas aportaciones acerca de los sustitutos de la prisión (A la luz del último Congreso Mundial de las Naciones Unidas. Panorama actual y prospectiva)”, en La Ley, 1991-A, 747; ídem, “Derechos de la Ejecución Penal. Una aproximación al tercer milenio”, ob.cit.; ídem, “Sustitutos de la Prisión. Un desafío convocante en los umbrales del tercer milenio”, en La Ley, 1997-C, 1298; ídem, “La Resocialización de los Penados. Un Desafío en el Nuevo Milenio”, ob.cit.; ídem, “Ejecución Penal y el nuevo proceso”, ob.cit.; ídem, “Nuevas aportaciones acerca de la problemática de la pena ante la inminente implementación del enjuiciamiento oral y público”, en La Ley, de fecha 1ro. de Julio de 1992; ídem, “Preocupante implementación del flamante Tribunal de Ejecución Penal”, en La Ley, de viene de tapa a fines del Siglo XVIII. Lo que caracteriza a este paradigma es la summa potestas, esto es la suma de todo el poder público en cabeza de una sola persona; en este caso, del monarca. Otra particularidad de esta forma de soberanía era su fundamento: el gobernante lo era por Derecho Divino. Esto es un motivo de explicación de la pronta entrada en crisis que sufre este paradigma. Decíamos antes que la idea de soberanía se produce a partir de los enfrentamientos entre las monarquías y el papado; distintos movimientos religiosos extraños a la Iglesia Católica, con mensajes diferentes, se desarrollarán y hasta se convertirán en nuevas religiones oficiales como ocurre en Inglaterra. Separar la política de la religión implica que la segunda ya no pueda justificar la primera y, por lo tanto, que este tipo de gobierno comience a entrar en crisis. La Glorious Revolution será el primer hito de la crisis del Estado Westfaliano Absolutista; el gobierno hallará fundamento en la nueva teoría contractualista, iniciada por Hobbes pero desarrollada aquí por John Locke; cuya obra será de fundamental importancia después de la American Revolution, segundo golpe que recibe este primer paradigma de soberanía. La mayor obra de esta crisis es el “Leviatán” de Thomas Hobbes, este autor logra captar perfectamente el momento de inseguridad y violencia que vive la sociedad de su época: una monarquía en decadencia, rebeldes parlamentarios y la amenaza de la poderosa flota española, inspirarán al llamado “padre de la ciencia política” a desarrollar una concepción antropológica del hombre profundamente negativa y a justificar, consecuentemente, la necesidad de un gobierno autoritario. Pero lo más innovador de la obra de Hobbes es que consagra el principio de igualdad entre los hombres, que será la piedra fundamental del paradigma que sigue. El golpe de gracia lo dará la Revolución Francesa en la década que va desde 1789 hasta 1799; inspirada en parte por la obra de Locke, pero fundamentalmente por las ideas de Descartes, Montesquieu y Rousseau. Termina de desarrollarse aquí el nuevo paradigma de soberanía que había comenzado a gestarse en el Siglo XVI: el Estado Nacional Democrático. Se consagran los principios de libertad e igualdad que junto con el de fraternidad serán los tres pilares de la Révolution, desaparece la summa potestas y el ejercicio de la soberanía no estará ya en cabeza de alguna persona en particular, sino en las del pueblo, reunido en asamblea. La palabra pueblo será interpretada en forma amplia gracias a una III. Nacionalidad y soberanía en la Revolución Francesa y la contra-revolución Lo que distingue a la Revolución Francesa del resto de las revoluciones burguesas es, según Hobsbawm, su carácter ecuménico (7). A diferencia de las otras revoluciones importantes de su época, la Revolución Francesa buscó expandirse por toda Europa y logró que sus ideales se divulguen por todo el mundo. Este mismo carácter ecuménico fue el que llevó a que este nuevo paradigma entrara en crisis al poco tiempo de perfeccionarse. Antes de que la Révolution se expandiera se dedicó a conquistar el espacio interno de Francia; y en medio de esa conquista muchos nobles franceses escaparon llevando parte de sus riquezas a otros principados que hoy forman parte de lo que es Alemania. Desde allí se comenzaría a desarrollar una ideología contra-revolucionaria que dará origen al próximo paradigma de soberanía. Estas ideas contra-revolucionarias se produjeron en tres momentos del Siglo XIX, el primero de ellos fue el romanticismo en el que se propagaron las ideas de antiguos nobles franceses como Bonald y Maistre que proponían un regreso al viejo paradigma de Estado Westfaliano Absolutista. En un segundo momento, autores como Maurras, Barrès, Spencer y Gobineau desarrollaron teorías pseudocientíficas que establecían la desigualdad y superioridad de unas razas sobre otras y de unas naciones sobre otras. Se desarrolla aquí el concepto de nacionalismo cerrado que ve a la nación como un cuerpo que posee características determinadas y El final de la guerra franco-prusiana en 1871 va a significar la derrota del Estado Nacional Democrático a manos del nuevo paradigma nacionalista que proponía un gobierno totalitario, una concepción cerrada de la nacionalidad, la desigualdad entre las razas y la superioridad de una raza (la raza blanca) sobre las otras. A partir de este momento Alemania se unifica como Estado y lo hace derrotando a Francia con todo lo que ella significaba. Se produce así el período histórico conocido como “la paz armada”. Los enfrentamientos habían terminado pero se produce un auge de la industria pesada-armamentista que tiene como principal productor a Alemania, lo que va a fortalecer a este Estado rápidamente. La mayoría de los libros de historia culpan a Alemania por la Primera Guerra Mundial, explican que fue generada como estrategia de un Estado unificado tardíamente, que rápidamente se convirtió en una gran potencia y que al querer expandirse colonialmente se encontró con que el mundo ya estaba ocupado. La estrategia consistía, entonces, continúa en la página 4 { NOTAS } Especial para La Ley. Derechos reservados (Ley 11.723) (1) WEBER, M. (1922), “Economía y sociedad. Esbo- zo de sociología comprensiva” (traducción de J. Medina Echavarría, J. Roura Parella, E. García Máynez, E. Ímaz y J. Ferrater Mora), México, Fondo de Cultura Económica, 1974, v. II, pp. 1060/1062. (2) PIZZOLO, C. (2002), “Globalización e integración. Ensayo de una teoría general”, Buenos Aires, Ediar, 2002, p. 86. (3) GRANILLO OCAMPO, R. (2007), “Derecho público de la integración”, Buenos Aires, Ábaco, 2007, p. 49. (4) Ibídem, p. 62. (5) FAYT, C. (1962), “Derecho político”, Buenos Aires, Abeledo Perrot, 1971, p. 252. (6) Ibídem, p. 249. (7) HOBSBAWM, E. (1962), “La era de la revolución (1789-1848)”, en HOBSBAWM, E., “La era de la revolución. La era del capital. La era del imperio” (traducción de Felipe Ximénez de Sandoval, Ángel García Auxá, Carlo Caranci y Juan Faci Lacasta), Buenos Aires, Crítica, 2012, p. 59. Actualidad 4 | MARTES 9 DE DICIEMBRE de 2014 viene de PÁGINA 3 en desarmar el mundo y volver a repartirlo. Sin embargo, la causa de la Primera Guerra Mundial puede explicarse por un motivo más científico y menos político. Es sabido en economía que cuando se eleva abruptamente la cantidad producida de una determinada mercancía, a menos que se incremente su demanda, el precio cae abruptamente y esto genera crisis deflacionarias. Hacía 1880 la economía capitalista había ingresado en una de estas crisis a partir del método de producción desarrollado por Taylor y llevado a su máximo potencial por Ford. No debemos olvidar que Alemania genera una industria armamentista con una producción descomunal y que la demanda de armas se incrementa sólo con la guerra. La Primera Guerra Mundial fue, entonces, una reacción producida por aquella crisis de 1880; fue una forma de estabilizar el mercado. IV. Soberanía y fascismo A partir de la década de 1930 este paradigma de soberanía llegará a su máxima expresión con el fascismo. La gran diferencia entre los movimientos conservadores del Siglo XIX y el fascismo en el Siglo XX es que este último contaba con un enorme apoyo popular; algo que los primeros movimientos nunca tuvieron puesto que eran elitistas. Si bien el fascismo se presentó a sí mismo como un movimiento apolítico, lo cierto es que tuvo una ideología política bien marcada. “[F]ue portador de una ideología negativa o destructiva, en la que, por tanto, se destacan más lo odios que los amores, en la que abundan más las negaciones que las afirmaciones” (8). Muchos autores han discutido acerca de qué es lo que niega el fascismo, qué es aquello que odia. Los marxistas, por ejemplo, afirman que el fascismo es una nueva fase en la evolución del capitalismo que se produce como reacción a la Revolución Rusa de 1917; en este sentido lo concibe Max Horkheimer arguyendo que el liberalismo tiende a transformarse en fascismo cuando no puede justificar más la injusticia de su sistema económico con su ciencia y recurre al terror (9). En un interesante debate entre los historiadores François Furet y Ernst Nolte pareciera que el extremismo bolchevique detona el extremismo nazi (10). Empero, a partir de un detenido análisis de la ideología fascista se llega a la conclusión de que, si bien el comunismo es el detonante del fascismo, lo que éste en realidad odia es la democracia (11). El enemigo del fascismo es el gobierno que se instaura producto de los ideales de libertad e igualdad impulsados por la Revolución Francesa. Los fascistas buscarán eliminar estos ideales, querrán borrar de la historia esta revolución. Esta corriente política contiene cuatro elementos fundamentales: Es heredera de las reacciones conservadoras contra la ilustración y, en consecuencia, contra el liberalismo; por lo que es esencialmente anti-liberal. Como se opone a las ideas del liberalismo es anti-igualitario; el fascismo parte de la base de que las personas son naturalmente desiguales entre sí. Por ser esencialmente antiliberal y anti-igualitario el fascismo es antidemocrático: partiendo de la idea de que los hombres son desiguales, el fascista entiende que hay hombres mejores y peores y que sólo deben gobernar los mejores, mientras que la democracia es el triunfo de la cantidad por sobre la calidad. En este sentido, se sostiene que: “la moral democrática es una variante de la moral de los esclavos: el rebaño que toma el lugar de pastor, aquel que nació para servir en lugar del que nació para mandar” (12). Por antiigualitario y anti-democrático es, finalmente, profundamente anti-socialista. Norberto Bobbio explica que el socialismo es la excusa fascista para destruir la democracia; y para ello toma como punto de partida a una cita de Charles Maurras que vale la pena reproducir: “¿Queréis terminar con el socialismo? Derribad el régimen electoral; vuestro mal proviene de él y sólo así tendrá fin” (13). El fascismo trajo como consecuencia persecuciones y fusilamientos por razones políticas, étnicas, raciales y religiosas; el desarrollo de una industria dedicada a la producción en masa de muerte con el establecimiento de guetos y la creación de la cámara de gas; industria que asesinó a diez millones de judíos por el solo hecho de que existían; una guerra con un saldo de sesenta millones de muertos entre civiles y militares; ciudades destruidas por los bombardeos y una nueva arma que amenazará la existencia de toda la raza humana: la bomba atómica. V. La posnacionalidad y un nuevo paradigma: el Estado Posmoderno La Segunda Guerra Mundial fue la mayor muestra empírica del poder destructivo del hombre. No es extraño que su finalización nos marque el inicio de un nuevo paradigma de soberanía en el que deja de ser un elemento inescindible del Estado y se concibe como un conjunto de facultades que éste puede ceder a una entidad política superior. Habermas señala que fueron las catastróficas consecuencias de la Alemania nazi las que terminaron por romper la idea de la supremacía racial del propio pueblo y facilitar así la desarticulación de las identidades nacionales para dar paso a la posnacionalidad (14). Hace algunos años el profesor Tulio Ortiz dirigió el Proyecto de Investigación UBACyT D005 cuyos resultados fueron publicados en una obra titulada Estado posmoderno y globalización. Ya en las primeras páginas de ésta se exponen las características principales de este nuevo paradigma estatal. Con el avenimiento de esta nueva forma se desvanecen los elementos que componen al Estado Nacional. Las nuevas tecnologías contribuyen a que se desdibuje el territorio, las constantes migraciones hacen que la población se torne inestable y el poder (soberanía) es sacudido por la atomización de las funciones del Estado, que se trasladan a órganos internacionales o internos de menor jerarquía (15). Las dos primeras cuestiones son consideradas dinamizadores de la integración regional, pero la última es la principal característica de este nuevo paradigma. El tipo de Estado que se había desarrollado en el período de entre-guerras y durante la Segunda Guerra Mundial se caracterizaba por concentrar todo el poder político y económico. Se había pasado del liberalismo clásico en el que el Estado debía abstenerse de interferir en la economía y los derechos de los individuos, a un modelo económico intervencionista en el que es el principal protagonista. Después de terminada la guerra, una de las mayores preocupaciones a fin de evitar que se repitiera la misma tragedia fue desconcentrar el poder. Ya no alcanzaba sólo con la división de poderes y fue clave la descentralización de competencias y el desarrollo de nuevos mecanismos de control de la actividad pública. El éxito de esta política consistió en cambiar la forma en que se concebía la soberanía y la nacionalidad. Como ya dijimos al comenzar este acápite se va desarrollar la idea de posnacionalidad al finalizar la guerra y, a partir de esta desarticulación de la identidad nacional, se va a dejar de concebir a la soberanía como un elemento absoluto e inescindible del Estado. VI. El Estado Posmoderno en acción: el sueño de una Europa unida se hace realidad Podemos mencionar como algunos de los antecedentes más importantes de las Comunidades Europeas al Gran Diseño de Maximiliano de Béthune a fines del Siglo XVI, la Paz Perpetua de Immanuel Kant a fines del Siglo XVIII, los Estados Unidos de Europa de Víctor Hugo o de Mijail Bakunin a mediados del Siglo XIX, la Pan-Europa de Richard Coudenhove Kalergi de 1923, los Estados Unidos de Europa de Édouard Erriot de 1930; idea retomada por Winston Churchill en 1946, en la que proponía la asociación entre Alemania y Francia como el primer paso de esta unión. Desde la Paz Perpetua de Kant se desarrolla la idea de que los Estados se encuentran, entre ellos, en estado de guerra y que sólo podrían alcanzar la paz a partir de la firma de una constitución internacional similar a las constituciones internas. Así nos dice que: “[l]os pueblos, siendo Estados, pueden considerarse como individuos en estado de naturaleza —es decir, independientes de toda ley externa—, cuya convivencia en ese estado natural es ya un perjuicio para todos y cada uno. Todo Estado puede y debe afirmar su propia seguridad requiriendo a los demás para que entren a formar con él una especie de constitución semejante a la constitución política, que garantice el derecho de cada uno” (16). Francesco Carnelutti retoma esta idea y en su obra Cómo nace el Derecho explica que, así como el Derecho crea un Estado que elimina la guerra fronteras adentro y la convierte en delito, el Derecho Internacional debe hacer lo mismo entre los Estados (17). Podríamos decir que así como en una etapa pre-estatal los hombres se encuentran en estado de naturaleza, en el reinado del Leviatán son los Estados los que se encuentran en esta situación y necesitan de un supra-Estado para lograr superarla. El problema que señala Carnelutti es que si éstos no ceden su soberanía, el Derecho Internacional no es estrictamente Derecho; mas encuentra una interesante oportunidad en el modelo de los Estados Unidos de Europa (18). No está de más mencionar que Carnelutti desarrolla su obra un siglo y medio después que Kant, cuando este último escribe era inconcebible la idea de ceder parcelas de soberanía del Estado a una nueva superestructura. La Paz Perpetua de la que habla Kant no fue posible hasta después de la Segunda Guerra Mundial por la forma en que se concebía a la soberanía. No fue hasta que se desarrolló la posnacionalidad que se aceptó el hecho de que, así como los individuos pueden ceder parte de sus derechos al Estado para que les brinde seguridad, este último puede ceder parte de su soberanía a una entidad supranacional que garantice la paz. Por ello no es extraño que en el comienzo de la integración europea se eligieran el carbón, acero y energía atómica como las materias sobre las cuales ceder la soberanía nacional. De esta forma se quita del ámbito interno la posibilidad de decidir sobre la utilización de la materia prima de la guerra. Los antecedentes que mencionamos antes proponían la conformación de una federación europea, pero las Comunidades Europeas se conformaron bajo una lógica diferente, la del neofuncionalismo. La diferencia entre ambas es que mientras el federalismo busca la conformación de un nuevo Estado Federal, el funcionalismo intenta lograr la asociación política en sectores determinados de la economía (19). Sin embargo, es un error considerar que no se creó con las Comunidades Europeas una superestructura estatal. La Unión Europea se configura como un sistema de gobernanza multinivel similar a un Estado Federal: el Derecho Comunitario es jerárquicamente superior al de los Estados-miembros y el principio de subsidiariedad equivale a la autonomía de las provincias (20); Pero existe una diferencia fundamental, mientras que en un Estado Federal el poder de modificar la constitución se encuentra en el ámbito federal, en la Comunidad éste queda en cada Estado Nacional (21). Podría decirse, siguiendo a Habermas, que la Unión Europea es una “comunidad federal inhabitual” (22). VII. Conclusión La soberanía no debe ser entendida de una única e inamovible manera, desde que ésta fue concebida originalmente en los albores del Estado Nacional Westfaliano, hasta la posguerra, ha sufrido una gran cantidad de cambios sustanciales. De la summa potestas a la división de poderes, de ser un elemento inescindible del Estado Nacional hasta poder ser cedida a entidades supraestatales, la forma de concebir a la soberanía fue modificándose con el correr de los años. La posibilidad de una unión de Europa sólo fue real después de que el mundo tuviera a la vista las catastróficas consecuencias originadas por un modelo de Estado Nacionalista-Fascista. Después de la Segunda Guerra Mundial se tomó conciencia de que los Estados Nacionales se encuentran en constante estado de guerra, y de la necesidad imperiosa de conformar una nueva superestructura capaz de afianzar la paz y garantizar la seguridad internacional. Que Francia y Alemania cedieran su soberanía respecto del carbón y del acero primero, y de la energía atómica posteriormente, significó el gran paso (pese a que el neofuncionalismo de Jean Monnet los denominaría pequeños pasos) para lograr esta unión. La Unión Europea nos da la posibilidad de repensar la teoría del Estado, de conocer una nueva forma de gobernanza multinivel y de investigar nuevas formas de federalismo. Es, sin lugar a dudas, el comienzo de un nuevo paradigma de soberanía: el Estado Posmoderno. l Cita on line: AR/DOC/4420/2014 { NOTAS } (8) BOBBIO, N. (1997), “Ensayos sobre el fascismo” (traducción de Luis Rossi), Buenos Aires, Prometeo, 2008, p. 49. (9) HORKHEIMER, M. (1946), “Crítica de la razón instrumental” (traducción de H. A. Murena y D. J. Vogelmann), Buenos Aires, Terramar, 2010, pp. 29/30. (10) FURET, F. y NOLTE, E. (1998), “Fascismo y comunismo” (traducción de Marc de Launay), Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 1999, p. 17. (11) Ibídem, pp. 41/42. (12) BOBBIO, N. (1997), op. cit., p. 56. (13) Ibídem, p. 50. (14) HABERMAS, J. (1989), “Identidades nacionales y posnacionales” (traducción de Manuel Jiménez Redondo), Madrid, Tecnos, 1998, p. 92. (15) ORTIZ, T. y LESCANO GALARDI, V. (2006), “¿Hacia un Estado posmoderno? Transformación e identidad”, en Ortiz, T. y Pardo, M. L. (coords.), “Estado posmoderno y globalización”, Buenos Aires, Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, 2006, p. 5. (16) KANT, I. (1795), “La paz perpetua” (traducción de Francisco Rivera Pastor), Madrid, Calpe, 1919, p. 31. (17) CARNELUTTI, F. (1954), “Cómo nace el Derecho” (traducción de Santiago Sentís Melendo y Marino Ayerra Redín), Bogotá, Temis, 2004, p. 75. (18) Ibídem, p. 76. (19) IZA, A. (2004), “Unión Europea ¿paradigma de integración?”, Buenos Aires, Facultad de Derecho (UBA), 2004, p. 28. (20) HABERMAS, J. (2012), “La constitución de Europa” (traducción de Javier Aguirre Román, Eduardo Mendieta, María Herrera, Jesús Hernández i Dobon, Benno Herzog y José María Carabante Muntada), Madrid, Trotta, 2012, p. 69. (21) Ibídem, p. 56. (22) Ibídem, p. 60. martes 9 DE DICIEMBRE DE 2014 | 5 En su faz constitutiva, el accionista único debe depositar el cien por ciento del capital social en el banco de uso oficial, conforme la establece la LGS. Distinta sería el tema cuando la unipersonalidad es derivada y acaece antes de que se haya cumplido el plazo acordado a los accionistas para que integren el saldo del capital. En efecto, una vez constituida la sociedad anónima (e integrado el veinticinco por ciento del capital social con un plazo de dos años para integrar el saldo), si un accionista se transforma en el único, ¿deberá integrar el cien por ciento del capital social pese a tener un plazo previsto en la constitución? Pese al vacío legal, parece razonable entender —en función de la finalidad de la norma— que el mero hecho de que la sociedad devenga en unipersonal hace exigible la integración del saldo al momento que se adquiera dicha unipersonal (36). Se trata de una exigencia legal que, en algún punto, lo que procura es evitar que dicho saldo en efectivo nunca sea efectivamente integrado por el socio único. En términos prácticos, parece poco probable que el director de una sociedad con un único socio le exija dicho saldo contra su voluntad (ya que cualquier intento de cobro podría terminar con la revocación de su cargo de director). XVIII. Fiscalización estatal permanente y estructura orgánica La otra cuestión, quizás la más significativa en términos prácticos, es que esta sociedad queda incluida dentro del art. 299, LGS (concretamente en el inc. 7), y por ello con fiscalización estatal permanente (37). Esta inclusión importa la obligatoriedad de contar con un directorio integrado, al menos, por tres directores titulares (art. 255, 2º párr., LGS) (38) y por una sindicatura colegiada en número impar (o sea, al menos tres síndicos e igual número de síndicos suplentes; en este caso, al menos tres síndicos suplentes), conforme lo establece el art. 284, 2º párr., LGS. Esta exigencia (tres directores y tres síndicos, más tres suplentes) hace inviable la sociedad para pequeñas y medianas empresas, y nos permite anticipar que la mayoría de las sociedades unipersonales serán empresas de cierta envergadura o filiales de grandes compañías. pero no en la asamblea (más allá de que muchas veces la pluripersonalidad es simbólica). A la inversa, en la sociedad anónima unipersonal, la pluralidad está en el directorio y en la sindicatura, pero no en la asamblea. XVIII. No cumplimiento de órganos plurales No dice nada la ley respecto de la situación de una sociedad unipersonal que no cuente con un directorio y sindicatura plural. En un directorio de tres miembros su funcionamiento impone, al menos, un quórum no inferior a la mayoría absoluta de sus miembros (art. 260, LGS). Algo similar ocurre con la sindicatura colegiada, más allá de la posibilidad de actuación individual del síndico disidente (art. 290, LGS). XIX. Colofón Como puede verse, si bien la incorporación de las sociedades unipersonales es una verdadera novedad en el ordenamiento argentino, requiere de una integración entre el esquema clásico previsto para las sociedades pluripersonales con el nuevo régimen, guiadas por el sentido práctico y concreto. El régimen tiene algunos defectos, pero el sentido práctico del jurista y de los profesionales tiene que ser el de procurar soluciones razonables a un instituto novedoso en el sistema societario. Será la práctica y los problemas cotidianos los que irán determinado los correctos alcances de la novel figura. l Cita on line: AR/DOC/4408/2014 MAS INFORMACIÓN Es curioso: se trata de una sociedad con un órgano de gobierno singular, pero con órganos de administración y fiscalización pluripersonales. A diferencia de las sociedades anónimas pequeñas en las que la unipersonalidad está en el directorio, Más allá de las cuestiones administrativas (multa, ineficacia a los fines administrativos, no inscripción, etc.) en los organismos de control, la sanción no puede ser la inclusión de la sociedad en el régimen de las sociedades innominada ni la nulidad de la sociedad. Podrá haber responsabilidad del directorio por no implementar las medidas que posibiliten el debido funcionamiento orgánico de la sociedad, siempre dejando a salvo la posibilidad de que el socio único, de manera autoconvocada (39), resuelva esta cuestión in extremis. (noviembre), p. 265]. (37) CABANELLAS, G., “Concepto y estructura de la fiscalización estatal de sociedades”, RDCO 1996, p. 9; ROMERO, J. I., “Fiscalización o control externo de las sociedades por acciones”, RDCO, 1994, p. 234. (38) MOLINA SANDOVAL, C.A., “Tratado del directorio y de la administración societaria”, Abeledo-Perrot, Bs. As., 2013, t. II, p. 1230. (39) C1ª Civ. y Com. Bahía Blanca, Sala I, expte., nº 107.702, Nº de orden 69, 28-4-2000. ED, 26/11/2001, p. 1 (“Cuando la asamblea cuenta con la presencia de la totalidad de los socios y las decisiones se adopten por unanimidad no requiere del cumplimiento de las formalidades previstas estatutariamente en materia de convocatoria, y hasta puede prescindirse de la convocatoria misma (doct. art. 237, último párrafo, LS). De modo que la resolución que se adoptó el 27/12/1990 (aunque fechada el día 28) con la presencia de los dos únicos socios, tiene a mi entender el mismo valor que la posterior del 3 de septiembre del año siguiente. La falta de incorporación al libro respectivo de ese documento, que en definitiva puede equipararse a un acta, pese a que los propios firmantes lo calificaron en la reunión posterior de “acuerdo privado”, no obsta a su eficacia”.). Ver también la opinión de NISSEN, R.A., “Ley de Sociedades Comerciales”, t. II, Ábaco, Bs. As., 1983, p. 567. limitó a establecer un nuevo procedimiento judicial y a la creación de la figura del Auditor de Consumo, sino que, además, modificó algunos artículos de la ley 24.240 de Defensa del Consumidor (t.o. conforme ley 26.361), entre ellos el art. 45. El nuevo texto de la norma eliminó la posibilidad de la conciliación en sede administrativa. De modo que las actuaciones promovidas por denuncia deberán proseguir hasta su culminación —ya sea que la decisión haga lugar a algún tipo de sanción o que desestime su aplicación—. Obviamente, los consumidores y usuarios no van a estar interesados en la promoción de denuncias que no van a implicar ningún tipo de satisfacción a sus reclamos, motivo por el cual esas actuaciones en aquellos lugares del país que se rijan por esa disposición tenderán a reducirse sustancialmente hasta casi desaparecer en un plazo relativamente corto. pobladas— no van a tener ni la nueva justicia ni la “vieja” tutela administrativa de consumo. En efecto, el art. 45 de la LDC reglamenta el procedimiento administrativo nacional. En razón de la estructura federal de nuestro país, las leyes de procedimientos son locales y es responsabilidad de las provincias dictar las normas necesarias en ese ámbito. Ahora bien, una vez dictada la LDC se procedió a su reglamentación a nivel nacional mediante el decreto 1798/94 (4) y se crearon las estructuras administrativas necesarias para el funcionamiento del procedimiento en el ámbito nacional. Posteriormente, se fueron dictando reglas administrativa locales, como ocurrió en el ámbito de la CABA (5) o la Provincia de Buenos Aires (6). Pero muchas otras provincias solamente procedieron a adherir a la ley nacional sin establecer un procedimiento de conciliación administrativa propio, como ocurre con las Provincias de Córdoba, Santa Fe y Santiago del Estero, entre otras. a la mora legislativa de algunas provincias —desde 1993 a la fecha— para reglamentar facultades que les son propias y/o a que un tratamiento menos expreso del que le imprimiera el Congreso de la Nación al proyecto de ley hubiera permitido advertir la ausencia de previsiones y encontrar algún tipo de solución transitoria para cubrir el bache generado. Pero lo concreto es que hasta tanto no subsane la situación dictando las leyes provinciales correspondientes, los sufridos consumidores de algunas provincias van a estar mucho peor que hasta ahora, puesto que sólo podrán recurrir a acciones judiciales por ante sus tribunales ordinarios y mediante los procedimientos previstos en sus códigos procesales, sin poder contar ni con un fuero de consumo ni con conciliaciones administrativas. La consecuencia segura será que las empresas proveedoras de servicios de celulares, Internet, instituciones bancarias, empresas de medicina prepaga, vendedoras de electrodomésticos, etc. no van a ser más requeridas por cuestiones de consumo en sede administrativa, ahorrando en servicios jurídicos, multas, etc. Correlativamente los consumidores de esas provincias casi seguramente van a estar peor que hasta ahora. l Roitman, Horacio; Aguirre, Hugo A. y Chiavassa, Eduardo N., “Las sociedades en el Código Civil y Comercial de la Nación”. Sup. Especial Nuevo Código Civil y Comercial 2014 (Noviembre), 265. Grispo, Jorge Daniel, “La Ley General de Sociedades y las sociedades unipersonales”. LA LEY 13/11/2014, 1. Vítolo, Daniel Roque, “La Ley de Sociedades Comerciales reformada por la ley que sancionó el Código Civil y Comercial”. LA LEY 27/10/2014, 1. { NOTAS } (36) Se ha dicho en este sentido que en caso de que una sociedad pluripersonal devenga en unipersonal, existiendo aportes pendientes, deben completarse los mismos aunque no se encuentren vencidos los plazos, ya que la regla debe ser que no pueden existir sociedades unipersonales con aportes pendientes de integración [ROITMAN, H.; AGUIRRE, H. A. y CHIAVASSA, E. N., “Las sociedades en el Código Civil y Comercial de la Nación”, Sup. Especial Nuevo Código Civil y Comercial 2014 _Columna de OPINIÓN Fin de la tutela administrativa del consumo en varias provincias viene de tapa o mediante la entrega de cosas y/o la prestación de servicios; y consecuentemente se producía el archivo de las actuaciones administrativas, concluyendo así también la fase sancionatoria. Es decir que constituía un procedimiento alternativo de resolución de conflictos de consumo, muy utilizado y de indudable utilidad práctica, especialmente en aquellos conflictos cotidianos de escaso monto como los de telefonía celular, Internet, cable, etc. Actualmente tramitan mediante esa vía decenas de miles de expedientes en diversas jurisdicciones y las conciliaciones —si bien han descendido porcentualmente en los últimos años de los muy altos índices alcanzados en otras épocas (3)— siguen siendo muy significativos. Ahora bien, la ley 26.993 introdujo también cambios significativos en la esfera del procedimiento administrativo, puesto que no se En el ámbito nacional, una vez implementados los cambios previstos en la ley 26.993, es posible que ello no genere perjuicios, tampoco en aquellas provincias que han instrumentado su propio procedimiento. Sin embargo esa “compensación” posiblemente ventajosa —consistente en la eliminación de la conciliación administrativa a cambio de contar con un fuero de consumo— no va a ser posible en todo el ámbito del país, puesto que varias provincias —entre ellas algunas de las más Ahora bien, al cambiar la norma nacional a la cual adherían esas provincias, las actuaciones de tipo conciliatorio en sede administrativa van a quedar sin sustento normativo alguno. Así las cosas, y en tanto no se dicte legislación específica, no podrán llegar a acuerdos en esas actuaciones y deberá continuar la tramitación de los expedientes hasta su culminación. Esta situación se podrá atribuir Cita on line: AR/DOC/4275/2014 { NOTAS } Especial para La Ley. Derechos reservados (Ley 11.723) (1) Nos hemos ocupado largamente del tema en “De- (2) Pese a no existir acuerdo respecto de su extensión. (3) Hasta el 2005 en el ámbito nacional y el del GCBA recho Procesal del Consumidor”, Ed. La Ley, Bs. As., 2005, reimp. ps. 105/151. superaban el 80%. (4) Cabe señalar que a más de seis años de dictada la ley 26.361, todavía no se procedió a su reglamentación, pese a que el plazo establecido era de un año. (5) Ley 757. (6) Ley 13.133. Cabe acotar que anteriormente la Pcia. de Buenos Aires había adherido mediante el dec. 1610/96, para luego contar con una ley específica. 6 | martes 9 DE DICIEMBRE DE 2014 jurisprudencia imputado debe ser procesado por Retención indebida 2. - Elel delito de defraudación por retención indebida, si mantuvo un vehículo de bienes en su poder conociendo que la titular Vehículo del ex concubino. Sobreseimiento. Equiparación de efectos de la unión de hecho con los del matrimonio. Disidencia. Véase en esta página, Nota a Fallo Hechos: Una mujer intimó a su ex concubino a reintegrarle un vehículo de su propiedad que éste habría retenido luego de la finalización de la relación sentimental. La sentencia lo procesó por el delito de defraudación por retención indebida. La Cámara la revocó y decretó el sobreseimiento. 1. - Quien retuvo un vehículo de propiedad de su ex concubina debe ser sobreseído por el delito de defraudación por retención indebida, pues la duración por varios años de la unión de hecho podría equiparar sus efectos a los del matrimonio, sin negar el reconocimiento legal y formal que este instituto merece; y el juicio de valor respecto a si el bien es ganancial, es de la competencia del magistrado de la sede civil. [1] era su ex concubina, pues, aunque el rodado haya sido adquirido durante la vigencia de la relación concubinaria, está registrado a nombre de ésta, y la presunta falsa creencia de aquél de tener derecho sobre el bien constituye un error vencible (del voto en disidencia del Dr. Pinto). 118.213 — CNCrim. y Correc., sala VI, 04/08/2014. - L., L. G. Cita on line: AR/JUR/50202/2014 CONTEXTO DEL FALLO I. Celebrada la audiencia y deliberación pertinente, trataremos la apelación deducida por la defensa de L. G. L. a fs. 65/70, contra el punto I del auto de fs. 58/62 que lo procesó en orden al delito de defraudación por retención indebida. II. Agravios: El recurrente señaló que no cometió delito alguno y que mantiene con la Sra. S. una relación laboral, desempeñándose como chofer del vehículo de pasajeros en cuestión. Por otra parte indicó que la solicitud de devolución del automóvil radica en la imposibilidad de llegar a un acuerdo privado en relación con su tenencia, manutención, alimentos y visitas de los hijos que tienen en común. III. El doctor Pinto dijo: Jurisprudencia vinculada: [1] Ver también, entre otros: Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional, sala VI, “N.N. s/homicidio”, LA LEY, 2012-F, 541; DJ, 16/01/2013, 59; DFyP, 2013 (enerofebrero), 55, AR/JUR/44792/2012. Entiendo que asiste razón al Sr. juez de la instancia anterior. De las constancias de la causa surge que L. fue intimado mediante una carta documento del 4 de enero del corriente año, por M. M. S. a reintegrar el automóvil de alquiler, marca F. S., dominio xx, de su propiedad (ver fs. 4/5), pero aún no cumplió. 2ª Instancia.- Buenos Aires, agosto 4 de 2014. Si bien es cierto que L. figura inscripto como su empleado (ver fs. 36), lo cierto es que realizada la “Consulta de nómina de choferes” “Histórico Relación Persona Persona”, aquél fue dado de baja el 28 de noviembre de 2013 (ver fs. 49) y, sin perjuicio de ello, continuó con el vehículo en su poder conociendo que su titular registral era S. (ver fs. 14). Todo en conjunto es suficiente para tener por acreditado que el imputado no restituyó el bien que aquélla le había prestado durante su relación de pareja y desvirtúa las explicaciones que brindara al ser legitimado pasivamente. Si bien el vehículo habría sido adquirido cuando el imputado y la denunciante convivían lo cierto es que el rodado está registrado a nombre de S. y no se encuentran casados, por lo cual el argumento de la defensa en este aspecto no puede ser aceptado. El supuesto error, según el alegato, sería de prohibición, por cuanto el indagado actúa en la falsa creencia de tener derecho sobre el bien, y toda vez que se advierte como vencible el yerro, en tal caso puede incidir sobre el margen de la escala penal. Por último, el alcance de la sociedad de hecho y por ello la prueba sobre la titularidad nota a fallo El delito de retención indebida de bienes y las uniones concubinarias Eduardo Gerome La sala VI de la Cámara en lo Criminal y Correccional se pronunció en un hecho de defraudación, acerca del tratamiento que debe dársele, en sede penal, a una unión concubinaria. En el caso, se trataba de una pareja que había tenido una larga relación de convivencia, durante cuyo transcurso fue comprado un automóvil, el que fue registrado a nombre de uno de ellos y, luego de la separación, el vehículo fue retenido por el otro, dando lugar a un reclamo de restitución. Al no haber entregado el vehículo a quien tenía la titularidad registral, éste formuló una acción penal por retención indebida. En decisión dividida y citando un precedente de la misma sala (1), el tribunal decidió que: “para que exista defraudación por retención indebida los bienes tuvieron que haber sido entregados por el sujeto pasivo en depósito, comisión, administración u otro título que produzca la obligación de entregar o devolver, lo que no sucede en el sub examen... ya que eran concubinos y residían en la misma vivienda”, agregando que: “la duración por más de diez años del concubinato podría equiparar sus efectos al de matrimonio”. Aludió, asimismo, a otra resolución, también de dicha sala (2) en el que se afirmó que las características del concubinato se corresponden con la unión conyugal, dada la cohabitación, la notoriedad, la fidelidad, la permanencia y el trato, resultando en definitiva “un estado de matrimonio aparente que debe reunir los caracteres referidos más arriba”. Lo resuelto permite analizar comparativamente la relación existente entre un matrimonio y una unión concubinaria y los efectos que una y otra producen en el derecho penal. Al respecto, resulta procedente traer a colación antecedentes jurisprudenciales y doctrinarios que han abarcado el problema. Así, en un caso, se afirmó que: “no debe soslayarse que víctima y victimario no eran cónyuges, sino concubinos. A estos últimos la ley no hace referencia y no cabe asimilarlos, a los fines previstos por la norma, a aquéllos. De otro modo, significaría hacer una excepción a lo que ya constituye, de por sí, una excepción. Además, por regla, las excepciones a la aplicación de la pena deben ser interpretadas restrictivamente” (3), citándose la opinión de Laje Anaya, en cuanto a que: “quedan fuera —por carecer de la calidad jurídica necesaria— los que simplemente vivan en concubinato o los que sin llegar a esa situación, hubieran hecho promesa de matrimonio...” (4). En el mismo sentido, se ha dicho que el tribunal disiente con la opinión fiscal, quien sostuvo que a pesar de que el vínculo no está consolidado en matrimonio, la situación es asimilable a dicho estado ya que habrían vivido juntos durante tres años, lo que haría procedente la excusa absolutoria del art. 185 del Código Penal, “toda vez que allí se prevén taxativamente las relaciones familiares que la sustentan, en tanto que el concubinato —que en el caso de autos sólo habría durado diez meses— no aparece incluido (5). Haciendo referencia a que: “el legislador ha preferido, en lugar del castigo de algunos de sus integrantes, preservar el núcleo familiar de estrecha comunidad” (6) y que: “todo queda en familia constituye un principio rector (7), se ha señalado que “literalmente se exige la existencia del vínculo legal y ello bastaría para despachar siquiera la discusión alusiva a la posibilidad de incluir como sucedáneo conceptual a la mera cohabitación. Intentarla, pese a ello, se explica en función de consideraciones relacionadas con el alcance de los fundamentos político-criminales de la exención. Así, tan pronto se los relaciona con la necesidad de no interferir en el ámbito de la intimidad que aporta la convivencia o de la mancomunidad patrimonial que presupondría, mostraría cierta razonabilidad calificar al concubino como candidato a cuanto expresamente le viene brindado al cónyuge”. Y continúa diciendo que: “sin embargo, con ello se descuida que la renuncia al castigo no proviene de valoraciones tan aisladas y que, en todo caso, aquéllas reconocen como sustrato la familia legalmente constituida como tal”, agregando que: “si a las parejas estables extramatrimoniales se les concediera el pri- vilegio, quedaría destruido el monopolio del matrimonio” (8). Con una interpretación opuesta, en una obra (9) se hace referencia a un fallo que torna aplicable el art. 185 del Cód. Penal a los cónyuges separados de hecho ya que “frente a la necesidad de reprimir a los autores responsables de un delito contra la propiedad, se le confiere a la preservación del núcleo familiar en casos en los cuales por la naturaleza del delito, la ofensa punible perpetrada en el seno de la comunidad familiar sólo alcanza intereses puramente patrimoniales (10) y esta fundamentación se extiende para el caso de unión en concubinato ya que “por su carácter taxativo, la excusa absolutoria prevista para los delitos contra la propiedad incluye el concubinato” (11). Asimismo, en este libro, los autores destacan el voto en disidencia del Dr. González Palazzo en un fallo judicial (12) quien, “a fin de justificar una analogía in bonam parte, sostuvo que debe inferirse que ‘el propósito del legislador es la preservación de la organización familiar, subordinando a dicha estructura lo económico y puramente material, no importando si tal estructura es el fruto de una voluntad exteriorizada socialmente de conformidad con las normas civiles y el trato social, pues el bien jurídico, si se me permite, es desde el grupo hacia adentro y no respecto al marco social, ámbito de convivencia público. No significa esta postura legislar sobre el matrimonio civil ni tampoco legitimar el con- { NOTAS } Especial para La Ley. Derechos reservados (Ley 11.723) (1) CNCrim. y Correc., sala VI, causa Nº 42.408, “D.S.L.V.” del 07/1011. (2) CNCrim. y Correc., sala VI, causa Nº 772/2012, “N.N. s/ homicidio”, del 12/07/12. (3) CNCrim. y Correc., sala V, causa Nº 24.304, “Fliter, Héctor”, del 04/06/04. (4) LAJE ANAYA, Justo, “Estudio de Derecho Penal”, Marcos Lerner Ed., 2001, t. II, p. 144. (5) CNCrim. y Correc., sala VII, causa Nº 27.739,“Ditomaso, Graciela Laura”, del 26/10/05. (6) “Código Penal. Análisis doctrinal y jurisprudencial”, dirigido por David Baigún y Eugenio Raúl Zaffaroni, Ed. Hammurabi, 2009, t. 7, p. 893. (7) Op. cit. en 6, p. 899. (8) Op. cit. en 6, p. 903. (9) “Código Penal Comentado”, Director: Andrés D’Alessio; Coordinador: Mauro A. Divito, t. II, La Ley, 2001, p. 859. (10) CNCrim. y Correc., sala VI, causa Nº 27.453, “García, Carlos R.”, del 17/08/05. (11) CNCrim. y Correc., sala 6ª, 23/06/94, LA LEY, 1995-B, 625. (12) CNCrim. y Correc., sala 5ª, causa “Flitter, Héctor I.”, del 04/06/04. martes 9 DE DICIEMBRE DE 2014 | 7 del bien que se invoca requiere en todo caso profundizar la encuesta en este aspecto. Lo expuesto y el análisis de la documentación que obra en el legajo impide dar crédito, por ahora, a la versión exculpatoria y, los demás cuestionamientos efectuados por la defensa no enerva aquella decisión y el imputado deberá acudir para ello a la sede pertinente. Así voto. El doctor Filozof dijo: Más allá de los elementos incorporados en autos, entiendo que en la presente se suscitan conflictos de diversa índole. M. M. S., mantuvo una relación sentimental con L. G. L. y finalizada la misma denunció que el imputado había tomado el vehículo del que es propietaria, objeto de la aparente retención, y que, por tal motivo lo intimó a que se lo restituyera. cubinato, pero creo que decidir lo contrario sería desconocer o ignorar una realidad que, muy a pesar de los sentimientos particulares, tanto del legislador como míos, ha instaurado la necesidad de receptar las uniones de hecho estables, reconociéndoles derechos que hacen al desenvolvimiento de la vida de relación...Tomando en cuenta este fundamento, no puede desconocerse el concubinato como institución merecedora de la misma exención de responsabilidad penal que los casos mencionados anteriormente’ ”. También se ha planteado la cuestión en otros aspectos de la ley procesal, como es la posibilidad de que un concubino sea tenido por parte querellante en una causa penal, arribándose a conclusiones dispares. En este aspecto, puede citarse lo expresado en una resolución (13) en la que, citando a Sagüés (14), para quien la tendencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación es sostener que el art. 14 bis de la Constitución Nacional ampara tanto al matrimonio legítimo como al núcleo familiar de hecho, afirma que: “acreditada la Ahora bien, las partes son ex concubinarios respectivamente y la mentada intimación que S. le enviara a L. no hace ningún tipo de mención a la relación laboral, que por cierto y atento a sus dichos en la actualidad aún mantienen, sino que incluye el peligro de restitución en el marco de una pelea de pareja, por lo que a mi entender la figura imputada al nombrado deviene en atípica (ver fs. 4 y ss.). Siguiendo esa línea de pensamiento esta Sala ya sostuvo en otra oportunidad que: “para que exista defraudación por retención indebida, los bienes tuvieron que haber sido entregados por el sujeto pasivo en depósito, comisión, administración u otro título que produzca la obligación de entregar o devolver, lo que no sucede en el sub examen...ya que eran concubinos y residían en la misma vivienda”, (ver causa nro. 42.408 “D. S., L. V.”, rta. el 07/10/2011). No se deja de advertir que en el caso en particular, las partes se encuentran tramitando su separación en sede civil, empero la duración por más de diez años del relación de convivencia, su solidez y proyección; no debe temerse en reconocer como damnificado a quien sufre la muerte del conviviente (ver art. 29, Cód. Penal) y si se reconoce que la tesis restrictiva se encuentra en retirada no existe otro remedio que acudir a la realidad sin recurrir a formalismos extremos y así admitir que la norma aplicable en la especie no excluye la posibilidad de otorgar al concubino el papel de acusador particular”. Pero también se ha dicho que: “no puede ser querellante el concubino o concubina de una víctima fallecida, ya que carece de tal facultad por no estar comprendido dentro de los supuestos taxativos de la norma” (15), postura que fue recogida jurisprudencialmente (16). concubinato podría equiparar sus efectos al de “matrimonio”, sin negar con ello el reconocimiento legal y formal que tal instituto merece. Al respecto he votado con anterioridad que: “Las características del concubinato se corresponden con la unión conyugal, a saber: la cohabitación, la notoriedad, exclusividad de la relación -fidelidad- y permanencia (...) trato (...) de no impedir que la convivencia de marras pueda producir determinados efectos, pues, si bien en el caso puede encontrarse discusión sobre el punto no es menos cierto que las leyes, la doctrina y la jurisprudencia le otorgan efectos jurídicos al concubinato, dadas ciertas condiciones (...) De igual modo no es cuestión menor que el concubinato exige de un mayor esfuerzo probatorio, y requisitos paralelos con los requeridos a la institución matrimonial (se trata de un estado de matrimonio aparente que debe reunir los caracteres referidos más arriba). (Sala VI, Causa Nro. 772/2012 “N.N. s/ homicidio.” rta, 12/07/2012). la profunda crítica que realiza el Dr. Julio B.J. Maier, “De los delitos”, p. 221. Siguiendo esa línea de pensamiento y la base argumentativa de las conclusiones del presente deben destacarse las características del concubinato para concluir que se corresponden con la unión conyugal, a saber: la cohabitación, la notoriedad, exclusividad de la relación —fidelidad— y permanencia. No se trata de negar que el matrimonio es una institución reconocida legislativamente, que ha merecido protección legal y formal sino de no impedir que la convivencia de marras pueda producir determinados efectos pues, si bien en el caso puede encontrarse discusión sobre el punto no es menos cierto que las leyes, la doctrina y la jurisprudencia le otorgan efectos jurídicos al concubinato” (18). También en el resolutorio se cita la doctrina que ha acompañado esta postura (19). El juicio de valor con relación a si el bien es “ganancial” resulta competencia del magistrado de la sede civil. Por los motivos inferidos corresponde, revocar la decisión adoptada por el Juez de primera instancia y sobreseer al nombrado. Así voto. El doctor Lucini dijo: Adhiero a la solución adoptada por mi colega preopinante. En consecuencia, el Tribunal resuelve: Revocar el auto de fs. 58/62 y sobreseer a L. G. L. cuyas demás condiciones personales obran en autos dejando expresa mención que la formación del presente sumario no afecta buen nombre y honor de que hubiere gozado. — Ricardo M. Pinto (en disidencia). — Mario Filozof. — Julio M. Lucini. otros casos con desplazamiento de la misma. Pero, sin embargo, a mi entender, no es posible extender estas consideraciones a todos los supuestos ya que, para que una norma pueda extender su alcance a situaciones no contempladas, deben cumplirse ciertos requisitos fácticos. En efecto, quien comienza una convivencia no siempre se propone que esa unión sea por tiempo ilimitado como lo hace quien formaliza una relación matrimonial. A veces, se lo hace voluntariamente por un tiempo o pensando en que la misma terminará al primer desacople que se tenga en la relación. En estos casos, no parece razonable equiparar su situación legal a la de las parejas legalmente constituidoas. Esto está indicando que, para que así sean tenidas en cuenta, debe existir el requisito de permanencia, esto es que la misma no sea por un breve período y que revista los caracteres que la permitan asimilar. l Recientemente ha habido un avance jurisprudencial en esta materia (17) y es dable mencionar que se ha señalado que: “parece lógicamente inconcebible que quienes se reconocen como víctimas no reciban la menor participación en la persecución penal por un prurito superado holgadamente en la sociedad de nuestros días y lo sostengo haciéndome eco de Es indudable que el cambio jurisprudencial producido acompaña la realidad de nuestra vida hoy día, donde la relación concubinaria se desarrolla paralelamente a la matrimonial, a veces en forma previa a ésta y en nal de la Nación anotado y comentado, LA LEY, 2007, t. I, p. 526. (16) CNCrim. y Correc., sala V, causa 34.768, “N.N. s/ homicidio simple”. (17) CNCrim. y Correc., sala I, c. 31243 “Kayat” del 07/12/99; “C.A. Dolores” c. 56456, “Cabezas” del 18/09/98; CNCrim. y Correc., sala II “incidente de excepción” del 07/11/02. (18) Voto del Dr. Mario Filozof en causas 772, “N.N. s/ homicidio” del 1207/12 y “D.S.L., D.” del 17/09/13, ambas de la sala VI de la Cámara del Crimen. (19) BOVINO, Alberto, “Problemas de Derecho Pro- cesal Penal” p. 105; RIGHI, Esteban, “Dogmática y Política Criminal de la Víctima”, en Teorías Actuales en el Derecho Penal, Ad-Hoc, Bs. As., 1998”, p. 326; D’ALBORA, Francisco, “Código comentado”, p. 100. jo la entrega del niño; ya que, en tal caso, es el juez del domicilio de origen de éste quien se encuentra en mejores condiciones de conocer las circunstancias que rodearon el abandono. I. Cuestionan los recurrentes lo dispuesto por el juez de grado en cuanto se declaró incompetente para entender en la presente causa- Centran esencialmente sus críticas en lo normado en el art. 316 del Cód. Civil en virtud del cual sostienen la competencia del magistrado de esta jurisdicción teniendo en cuenta que: “el lugar en que se tiene por comprobado el abandono” lo ha sido en esta ciudad. Señalan que la mencionada norma no hace referencia a un domicilio formal como lo es el que corresponde a los padres según el art. 90, inc. 6) del Cód. Civil, y que el domicilio de la niña como lugar donde ésta reside corresponde al domicilio real de los peticionantes en esta ciudad. su nacimiento por expresa disposición de su madre quien les habría delegado en forma voluntaria su guarda; que la nombrada se trasladó desde Oberá, Provincia de Misiones para dejarles a su hija, y que unos seis meses después volvió nuevamente a Buenos Aires comunicándoles que definitivamente les dejaba la niña para que la adopten. Cita on line: AR/DOC/4214/2014 { NOTAS } (13) CNCrim. y Correc., sala V, voto del Dr. Mario Filozof en la causa 34.768, “N.N. s/homicidio simple”, del 14/08/08. (14) SAGÜÉS, Néstor, “Elementos de Derecho Constitucional”, t. 2, p. 732. (15) ALMEYRA, Miguel Ángel, “Código Procesal Pe- Competencia Guarda con fines de adopción. Falta de prueba del lugar de abandono. Juez del domicilio de origen del menor. Hechos: Los cónyuges que ejercen la guarda de hecho de una menor que les fuera entregada voluntariamente por su madre solicitaron el otorgamiento de la guarda con fines de adopción. El Juez Nacional en lo Civil se declaró incompetente. La Cámara confirmó su decisorio. La Justicia Nacional en lo Civil es incompetente para resolver el pedido de otorgamiento de la guarda de un menor, efectuada por quienes la ejercen de hecho y se domicilian en la Ciudad de Buenos Aires, si la progenitora se encuentra radicada en el interior del país y no se comprobó fehacientemente el lugar donde se produ- 118.214 — CNCiv., sala H, 15/08/2014. - D. L. A. s/ guarda. Cita on line: AR/JUR/45094/2014 2ª Instancia.- Buenos Aires, agosto 15 de 2014. Considerando: Vienen estos autos a la Alzada para resolver el recurso de apelación interpuesto a fs. 54, concedido a fs. 55, contra la decisión de fs. 48/49. A fs. 73/76 dictaminó el Sr. Defensor de Menores de Cámara y a fs. 78 hizo lo propio el Sr. Fiscal de Cámara. Del examen de las constancias obrantes en autos resulta que a fs. 33/38 se presentan los cónyuges C ... y J ... y solicitan el otorgamiento de la guarda para la adopción de ..., nacida el día ... de ... de ....- Manifiestan que la niña se encuentra a cargo de los peticionantes desde A fs. 1 obra agregada la partida de nacimiento de... , producido en Oberá, Provincia de Misiones, siendo hija de Y., con domicilio en San Martín, Oberá, Provincia de Misiones. La Sra.... , progenitora de la niña no ha comparecido aún al proceso ni ha sido oída en modo alguno. Sin embargo, conforme las constancias reseñadas y las manifestaciones de los propios peticionantes, la misma se domicilia efectivamente en la Provincia de Misiones, provincia ésta en la cual nació .... continúa en página 8 8 | martes 9 DE DICIEMBRE DE 2014 viene de PÁGINA 7 En este marco, cabe entonces señalar primeramente, que para decidir situaciones como la presente, no resulta posible desentenderse de las circunstancias del caso y de la trascendencia del problema humano implicado en la causa, toda vez que de no ser ello así se desvirtuaría la misión específica de los tribunales con competencia exclusiva en asuntos de familia (v. CSJN Fallos: 323:91).En efecto, se trata de delicadas cuestiones que deben ser prontamente abordadas por la jurisdicción para que las repercusiones que pudieren afectar a los derechos comprometidos en las mismas sean canalizadas de modo efectivo en defensa del interés superior del niño (conf. art. 3ro. de la Convención de los Derechos del Niño, instrumento de jerarquía constitucional de acuerdo a lo dispuesto en el art. 75, inc. 22 de la Constitución Nacional y Ley 26.061). El art. 316 del Cód. Civil, modificado por la ley 24.779 -que ha establecido en el derecho positivo nacional un proceso judicial previo a la adopción propiamente dicha, en el cual el juez deberá discernir la guarda a quien o quienes pretendan adoptar al menor (v. Belluscio, Augusto C., “Cód. Civil y leyes complementarias...”, tomo 8, págs. 1051/2, número 7)- , dispone que la guarda deberá ser otorgada por el juez o tribunal del domicilio del menor o donde judicialmente se hubiese comprobado el abandono del mismo. No es pacífica la doctrina y la jurisprudencia en cuanto al alcance de la norma mencionada. Es así que se ha afirmado que el domicilio del menor del art. 316 del Cód. Civil se refiere al lugar donde éste se encuentre en su carácter de sujeto que requiere protección jurisdiccional, haciendo extensiva para ello la interpretación del art. 235 del Código Procesal que establece que en los supuestos de guardas ésta deberá ser otorgada por el juez del domicilio de quien ha de ser amparado. Tal criterio no es compartido por esta Sala, en el entendimiento de que la regla general para determinar la competencia del juez en casos como el presente, es la del domicilio de los menores que, de acuerdo a lo previsto en el inc. 6) del art. 90 del Cód. Civil corresponde al de sus representantes. En este escenario, si bien es cierto -como se señalara- que lo determinante para dilucidar la cuestión lo constituye el interés superior de la niña que debe priorizarse y preservarse, no es menor cierto que en la especie, el apartamiento de las reglas generales de competencia mencionadas podría traer aparejado prácticas de prórroga de la competencia, improcedentes en un instituto de orden público como lo es la guarda preadoptiva. Síganos en En el sub examine, tal como señala el Sr. Defensor de Menores ante esta instancia, no se ha acreditado que el “abandono” invocado por los peticionantes se hubiese producido en esta ciudad; pero sí se encuentra demostrado que la niña nació en Oberá, Provincia de Misiones, lugar donde se domicilia realmente la progenitora. Así las cosas, comparte el tribunal la solución adoptada por quienes consideran que la Justicia Nacional en lo Civil no resulta competente para entender en la petición de quienes detentan la guarda de hecho de un menor, domiciliados en esta Ciudad de Buenos Aires, toda vez que la progenitora se encuentra radicada en otra provincia y no se comprobó fehacientemente el lugar del abandono y entrega invocadas, razón por la cual es ante el juez de dicho domicilio que deberá tramitar la guarda (v. CNCiv., Sala F, 17/11/2005, “F, F”, LA LEY Online AR/JUR/8350/2005). Es que será el juez del domicilio de origen de la niña, quien se encuentra en mejores condiciones de conocer las circunstancias que rodearon el abandono y la entrega que se han invocado. En virtud de las razones dadas, sin perjuicio de lo que oportunamente corresponda decidir respecto del pedido de guarda para adopción introducido en los presentes obrados, y de conformidad con lo dictaminado por el Sr. Defensor de Menores y por el Sr. Fiscal de Cámara, cuyos sólidos argumentos se dan por reproducidos, comparte esta Sala la postura asumida por el magistrado de grado. En consecuencia, la apelación no tendrá favorable acogimiento. II. Por las consideraciones precedentes y de conformidad con lo dictaminado a fs. 73/76 por el Sr. Defensor de Menores de Cámara, y a fs. 78 por el Sr. Fiscal de Cámara, el Tribunal resuelve: 1) Confirmar la decisión de fs. 48/49. 2) En consecuencia, ordenar el archivo de las actuaciones y la remisión de copias certificadas de la causa al Tribunal que resulte competente en el Departamento Judicial de la Provincia de Misiones, a cuyo fin se librará oficio en los términos de la Ley 22.172. Se encomienda la expedición de las copias, su certificación y la confección del oficio al juzgado de grado, el cual deberá ser remitido para su diligenciamiento a la Sección Delegaciones del Interior de la Policía Federal. 3) Se requiere asimismo al juez de grado el seguimiento del trámite del oficio ordenado precedentemente hasta tanto las actuaciones se encuentren radicadas en el tribunal que corresponda; y asimismo se exhorta a los peticionantes a arbitrar los medios necesarios para el consecuente impulso de la causa. — Liliana E. Abreut de Begher. — Claudio M. Kiper. — Sebastián Picasso. edictos 70742/2014 LEFALLE, ANA JOSEFA s/ SUCESION AB-INTESTATO. El Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil Nº 11, Secretaría Única, cita y emplaza por treinta (30) días a herederos y acreedores de ANA JOSEFA LEFALLE. Publíquese por tres días en el diario La Ley. Buenos Aires, 29 de octubre de 2014 Javier A. Santiso, sec. LA LEY: I. 09/12/14 V. 11/12/14 El Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil Nº 18, sito en Av. de los Inmigrantes 1950, Piso 5º, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Secretaría única, a cargo de la Dra. María Alejandra Salles, cita y emplaza por el término de treinta días a herederos y acreedores de don EMILIO ANGEL ISERNIA. Publíquese por tres días. Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 17 de noviembre de 2014 Alejandra Salles, sec. LA LEY: I. 09/12/14 V. 11/12/14 Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil Nº 39, Secretaría única, cita y/o emplaza por treinta días a herederos y acreedores de SANDRA VIVIANA CESARIO a efectos de que hagan valer sus derechos. Publíquese por tres días. Buenos Aires, 18 de noviembre de 2014 Gabriel Pablo Pérez Portela, sec. LA LEY: I. 09/12/14 V. 11/12/14 El Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil Nº 49, Secretaría única de Capital Federal, cita y emplaza por treinta (30) días a herederos y acreedores de CARLOS ALBERTO RIBERO. Publíquese por el plazo de tres (3) días en el diario “La Ley”. Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 14 de noviembre de 2014 Viviana Silvia Torello, sec. LA LEY: I. 09/12/14 V. 11/12/14 El Juzgado Nacional de 1ra. Instancia en lo Civil Nº 20, Secretaría única a mi cargo, sito en Talcahuano 550, 6to. piso de C.A.B.A. cita y emplaza por treinta días a herederos y acreedores de CASAREGOLA NOEMI IRMA, a efectos de hacer valer sus derechos. Publíquese por tres días en “LA LEY”. Buenos Aires, 25 de noviembre de 2014 Juan Carlos Pasini, sec. LA LEY: I. 09/12/14 V. 11/12/14 JO, nacido en Grenoble – Isere – Francia, el día 14 de mayo de 1959, con DNI Nº 94.129.357, ha peticionado la concesión de la ciudadanía argentina, a fin de que los interesados hagan saber a este Juzgado las circunstancias que pudiesen obstar a dicho pedido. El presente deberá ser publicado por dos veces en un lapso de quince días en LA LEY. Buenos Aires, 13 de noviembre de 2014 José Luis Cassinerio, sec. LA LEY: I. 09/12/14 V. 09/12/14 El Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil Nº 54, cita y emplaza a herederos y acreedores de MONICA INES RIBES por el término de treinta días. Publíquese por tres días en el diario LA LEY. Buenos Aires, 5 de noviembre de 2014 Ma. de las Mercedes Domínguez, sec. int. LA LEY: I. 09/12/14 V. 11/12/14 El Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil Nº 3, Secretaría Única, cita y emplaza por el plazo de treinta días a herederos y acreedores de YOLANDA CARMEN NAPOLI a los efectos de que comparezcan a hacer valer sus derechos. El presente deberá publicarse por el término de tres días en el Diario LA LEY. Buenos Aires, 4 de septiembre de 2014 Marcelo M. Pelayo, sec. LA LEY: I. 05/12/14 V. 10/12/14 El Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil Nº 54, cita y emplaza a herederos y acreedores de COUTO, HECTOR FRANCISCO por el término de treinta días. Publíquese por tres días en LA LEY. Buenos Aires, 20 de noviembre de 2014 Ma. de las Mercedes Domíguez, sec. int. LA LEY: I. 09/12/14 V. 11/12/14 El Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil Nº 80, Secretaría Unica, cita y emplaza por el término de 30 días a herederos y acreedores de Doña CONCEPCIÓN PETEIRO, a los efectos de que hagan valer sus derechos. Publíquese por tres días. Buenos Aires, 20 de noviembre de 2014 Santiago Pedro Iribarne, sec. LA LEY: I. 09/12/14 V. 11/12/14 2832/2013 QUISPE PEREZ DENISS s/ SOLICITUD DE CARTA DE CIUDADANÍA. El Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil y Comercial Federal Nº 3, a cargo del Dr. Roberto R. Torti, Secretaría Nº 6, a mi cargo, sito en Libertad 731, piso 4to., de esta ciudad, hace saber que el Sr. DENISS QUISPE PEREZ, D.N.I. Nº 94.174.155, de nacionalidad peruana ha solicitado la declaración de la “Ciudadanía Argentina”. Cualquier persona que conozca algún impedimento para la concesión de dicho beneficio podrá hacerlo saber a través del Ministerio Público, dentro del plazo de quince días. Publíquese por dos días. Buenos Aires, 26 de noviembre de 2014 Viviana J. Malagamba, sec. fed. LA LEY: I. 09/12/14 V. 09/12/14 El Juzgado de 1ª Instancia en lo Civil y Comercial Nº 9, del departamento judicial de Morón, Pcia. de Buenos Aires, sito en Colón 151, 2º piso, localidad y partido de Morón, cita y emplaza, en autos: “FRASSON EDUARDO MIGUEL ANGEL y OTRA c/HEREDEROS Y/O SUCESORES DE TRISTANY RAMON s/PRESCRIPCIÓN ADQUISITIVA VICENAL DEL DOMINIO DE INMUEBLES”, Expte. 6.325/2008, a los herederos y/o sucesores de RAMON TRISTANY, y/o a quienes se consideren con derecho al inmueble, sito en la localidad de Pontevedra, Partido de Merlo, Pcia. de Buenos Aires, designado según título como lote de terreno 2 de la Mza. J, designado catastralmente: Circ. III, Mza. 10, Sec. F, Parc. 2, Pda. Inmobiliaria 072-097.447-9, inscripto el dominio en el Registro de la Propiedad Inmueble de la Pcia. de Buenos Aires, al folio 933 del año 1949, del Registro del Partido de Merlo, a nombre de RAMON TRISTANY, para que dentro del plazo de 10 días comparezcan a hacer valer sus derechos, bajo apercibimiento de nombrarse al Defensor Oficial en turno para que los represente; (art. 341 del CPCC). El presente edicto deberá ser publicado por dos días en el diario “La Ley” de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Morón, 14 de noviembre de 2014 Alejandra Irma Piccoli, sec. LA LEY: I. 09/12/14 V. 10/12/14 El Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil y Comercial Federal Nº 8, Secretaría Nº 15, sito en Libertad 731, 7º piso de Capital Federal, hace saber que a CHRISTOPHE JACQUES ALBALADE- El Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil Nº 21, secretaría única con sede en Talcahuano 490 Piso 1º de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, cita y emplaza por treinta días a herederos y acreedores de HEBER RENE BEMON a los efectos que hagan valer sus derechos. El presente deberá publicarse por tres (3) días en el diario “La Ley”. Buenos Aires, 18 de noviembre de 2014 Horacio Raúl Lola, sec. LA LEY: I. 05/12/14 V. 10/12/14 NAVAL, VICTORIA s/SUCESION AB-INTESTATO. El Juzgado Nacional en lo Civil Nº 71 cita y emplaza por el plazo de treinta días a herederos y acreedores de VICTORIA NAVAL a presentarse en autos a fin de hacer valer sus derechos. Publíquese por tres días. Buenos Aires, 14 de noviembre de 2014 Manuel J. Pereira, sec. LA LEY: I. 05/12/14 V. 10/12/14 El Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil Nº 93, cita y emplaza por 30 días a herederos y acreedores de SILVINA CASTRO. Publíquese por 3 días en La Ley. Buenos Aires, 29 de septiembre de 2014 M. Alejandra Tello, sec. LA LEY: I. 05/12/14 V. 10/12/14 Juz. Civ. y Com. Federal Nº 1 Sec. Nº 2 de la Cap. Fed. hace saber ROSSMERYS EST H ER D U VAL V I C TOR I ANO D N I 95.094.423 de nacionalidad dominicana ha solicitado la concesión de la carta de ciudadanía argentina. Se deja constancia que deberá publicarse por dos días en “La Ley”. Buenos Aires, 18 de noviembre de 2014 Mercedes Maqueira, sec. LA LEY: I. 05/12/14 V. 05/12/14 El Juz. Fed. Civ. y Com. Nº 1, Sec. Nº 1 de la Cap. Fed. hace saber que BABACAR FALL de nacionalidad senegalés, DNI 95.170.605 ha solicitado la concesión de la Ciudadanía Argentina. Se deja constancia que deberán publicarse por dos días en el diario LA LEY. Buenos Aires, 31 de octubre de 2014 Ana Laura Bruno, sec. LA LEY: I. 05/12/14 V. 05/12/14 El Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil Nº 5, cita y emplaza por treinta días a herederos y acreedores de BREA PEDRO y TARRIO MARÍA MANUELA. Publíquese por tres días en LA LEY Buenos Aires, 19 de noviembre de 2014 Gonzalo R. Martínez Alvarez, sec. LA LEY: I. 04/12/14 V. 09/12/14 El Juzgado Nacional en lo Civil Nº 13, Secretaría única, cita y emplaza por el término de 30 días a herederos y acreedores de PASTORA RODRIGUEZ, EDITH FELISA CANEPA y LIDIA GUILLERMINA CANEPA. Publíquese por 3 días en el diario LA LEY. Buenos Aires, 16 de julio de 2014 Diego Hernán Tachella, sec. LA LEY: I. 04/12/14 V. 09/12/14 /thomsonreuterslaley @TRLaLey El Juzgado Nacional en lo Civil Nº 13, Secretaría única, cita y emplaza por el término de 30 días a herederos y acreedores de NICOLAS MIGUEL MAZZA. Publíquese por 3 días en el diario LA LEY. Buenos Aires, 11 de noviembre de 2014 Diego Hernán Tachella, sec. LA LEY: I. 04/12/14 V. 09/12/14 El Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil Nº 49, Secretaría Única, cita y emplaza por treinta (30) días a herederos y acreedores de doña MARUCCI MARIA VICENTA, para que en dicho término se presenten a hacer valer sus derechos y acrediten vínculo con el causante. El presente edicto deberá publicarse por tres (3) días en La Ley. Buenos Aires, 14 de noviembre de 2014 Viviana Silvia Torello, sec. LA LEY: I. 04/12/14 V. 09/12/14 El Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil Nº 53, cita y emplaza por 30 días a herederos y acreedores de NORMA ABDO a fin de presentarse a hacer valer sus derechos. El presente deberá publicarse por 3 días en el diario La Ley. Buenos Aires, 12 de noviembre de 2014 Aldo di Vito, sec. LA LEY: I. 04/12/14 V. 09/12/14 El Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil Nº 63 cita y emplaza por 30 días a herederos y acreedores de GUILLERMO EDUARDO SACCHERO a los efectos que comparezcan a hacer valer sus derechos. Publíquese por tres días en el diario La Ley. Buenos Aires, 4 de julio de 2014 Claudia Andrea Bottaro, sec. LA LEY: I. 04/12/14 V. 09/12/14 El Juzgado Nacional de 1ª Instancia en lo Civil Nº 90, Secretaría Única, cita y emplaza por treinta días a herederos y acreedores de MARIANO DE LARRECHEA, a efectos de que hagan valer sus derechos. El presente deberá publicarse por tres días en el diario “La Ley”. Buenos Aires, 19 de noviembre de 2014 Gustavo Alberto Alegre, sec. LA LEY: I. 04/12/14 V. 09/12/14 El Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil Nº 97, Secretaría Única a mi cargo, cita y emplaza por treinta días a herederos y acreedores de SERGIO GARCIA FERNANDEZ y MARIA ANTONIA DE LUCA a los efectos de hacer valer sus derechos. Publíquese por tres días en el diario “LA LEY”. Buenos Aires, 5 de noviembre de 2014 María Verónica Ramírez, sec. LA LEY: I. 04/12/14 V. 09/12/14 El Juzgado Nacional de 1ª Instancia en lo Civil Nº 16, cita y emplaza por treinta días a herederos y acreedores de PRAXEDES MATEO SAGASTA, a fin que comparezcan a hacer valer sus derechos. Publíquese por tres días. Buenos Aires, 19 de noviembre de 2014 Adrián E. Marturet, sec. LA LEY: I. 03/12/14 V. 05/12/14 El Juzgado en lo Civil Nº 45, Secretaría única, cita y emplaza por treinta días a herederos y acreedores de Don FRANCISCO BEXIGA y Doña CATALINA BORELLO, a efectos de hacer valer sus derechos. Publíquese por tres días. Buenos Aires, 31 de octubre de 2014 Andrea A. Imatz, sec. LA LEY: I. 03/12/14 V. 05/12/14 El Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil 93, cita y emplaza por 30 días a herederos y acreedores de IRENE LILIA PIÑOL. Publíquese por 3 días en La Ley. Buenos Aires, 17 de noviembre de 2014 M. Alejandra Tello, sec. LA LEY: I. 03/12/14 V. 05/12/14 El Juz. Fed. Civ. y Com. Nº 1, Sec. Nº 1 de la Cap. Fed. hace saber que MARÍA ISABEL LEÓN CUEVAS de nacionalidad peruana, DNI 93.750.683 ha solicitado la concesión de la Ciudadanía Argentina. Se deja constancia que deberán publicarse por dos días en el diario LA LEY. Buenos Aires, 3 de octubre de 2014 Ana Laura Bruno, sec. LA LEY: I. 03/12/14 V. 04/12/14 Propiedad de La Ley S.A.E. e I - Administración, Comercialización y Redacción: Tucumán 1471 (C. P. 1050 AAC) Teléfono: 54-11-4378-4765 - Bs. As. Rep. Arg. - Registro Nacional de la Propiedad Intelectual Nº5074180 Impreso en La Ley, Rivadavia 130, Avellaneda, Provincia de Buenos Aires.