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From the SelectedWorks of Carlos Molina Sandoval
December 9, 2014
Sociedades anónimas unipersonales
Carlos Molina Sandoval
Available at: http://works.bepress.com/carlos_molina_sandoval/64/
CON ESTA EDICIÓN
Suplemento Actualidad
DIRECTOR: JORGE HORACIO ALTERINI
AÑO lxxvIii N° 231
Tomo La Ley 2014-F
BUENOS AIRES, argentina - martes 9 DE DICIEMBRE DE 2014
_Columna de OPINIÓN
Fin de la tutela
administrativa del
consumo en varias
provincias
Horacio L. Bersten
L
a ley 26.993 de resolución de conflictos de consumo tiene el gran mérito
de haber creado un fuero judicial de
consumo, objetivo largamente perseguido
por todos aquellos ligados al derecho del
consumidor. Sin embargo, no parecen ser
del todo felices los cambios operados en la
tutela administrativa, especialmente respecto de varias provincias de nuestro país.
Cabe recordar que la ley 24.240, de Defensa del Consumidor, no sólo otorgó tutela sustantiva, sino que se preocupó de
generar un sistema tuitivo que abarcaba
la esfera judicial, la administrativa y la
arbitral. Más allá que el arbitraje de consumo nunca pudo prosperar en nuestro
país (1), sí tuvieron desarrollo las acciones
judiciales y administrativas de consumo.
Respecto de las judiciales, el procedimiento sumarísimo, la inclusión de las cargas
dinámicas de la prueba, la gratuidad (2),
han sido elementos esenciales en la evolución operada, la que tendrá un gran impulso a partir de la creación del nuevo fuero.
Por su parte, las actuaciones administrativas constituyeron uno de los pilares
en la evolución de la protección del consumidor en nuestro país, al punto que durante muchos años la principal fuente de
la jurisprudencia en materia de consumo
fueron las resoluciones judiciales adoptadas por las distintas Cámaras revisoras de
las resoluciones administrativas. Como es
sabido, las actuaciones administrativas de
consumo pueden ser iniciadas de oficio o
mediante denuncia efectuada por consumidores individuales o de quienes ejerciten una representación colectiva.
Hasta la entrada en vigencia de la
ley 26.993 era posible que las actuaciones
administrativas fueran conciliadas. Dicha
conciliación determinaba el fin del conflicto de consumo, generalmente mediante
alguna compensación, ya sea monetaria
continúa en página 5
CORREO
ARGENTINO
CENTRAL B
ISSN 0024-1636
Sociedades anónimas unipersonales
Carlos A. Molina Sandoval
SUMARIO: I. Introducción.— II. Nociones generales.— III. Tipo societario para la sociedad unipersonal.— IV. Unipersonalidad originaria.—
V. Unipersonalidad de sociedades innominadas.— VI. Asociación civil unipersonal.— VII. Unipersonalidad derivada.— VIII. Unipersonalidad
de sociedades colectivas y de responsabilidad limitada.— IX. Transformación de pleno derecho.— X. Aplicación “automática”.— XI. Requisitos
de la transformación.— XII. Sociedad unipersonal que constituye otra sociedad unipersonal.— XIII. Participación indirecta.— XIV. Consolidación
de balances. — XV. Variantes en el funcionamiento orgánico.— XVI. Denominación social.— XVII. Capital social.— XVIII. Fiscalización estatal
permanente y estructura orgánica.— XVIII. No cumplimiento de órganos plurales.— XIX. Colofón.
Se trata de una sociedad con un
órgano de gobierno singular, pero con
órganos de administración y fiscalización pluripersonales. A diferencia de
las sociedades anónimas pequeñas
en las que la unipersonalidad está en
el directorio, pero no en la asamblea
(más allá de que muchas veces la
pluripersonalidad es simbólica). A
la inversa, en la sociedad anónima
unipersonal, la pluralidad está en el
directorio y en la sindicatura, pero no
en la asamblea.
la constitución de la sociedad. Se requería
necesariamente de dos personas para que
la sociedad sea válidamente constituida. En
la práctica era impensado constituir inicialmente una sociedad sin dos socios; el problema era determinar cuál era el porcentaje mínimo (simulación lícita (10)) que debía tener el
otro socio (muchas veces cónyuge o familiar
del socio principal, en una empresa justamente familiar (11)).
I. Introducción
Si bien existieron en nuestro país varios intentos legislativos previos de incorporar las
sociedades unipersonales; (12) y en algún punto ha sido auspiciosa su inclusión con la misma ley que estableció el nuevo Código Civil
y Comercial de la Nación (en adelante, Cód.
Civ.), pensamos que ha sido una reforma que
—pese a su simplicidad— genera una grieta
profunda en los análisis típicos societarios
y requiere de interpretaciones realistas que
procuren una adecuada aplicación de esta
figura. No es la idea de este estudio inicial
realizar una crítica a la metodología legal de
la incorporación de la reforma, sino procurar
desarrollar algunos interrogantes necesarios
para poder cubrir una adecuada aplicación
práctica de la figura.
El tema de la sociedad ha concitado una
gran atención (1). La relación entre la limitación de la personalidad y la posibilidad de
una “sociedad de un solo socio” ha llevado a
profundizar la fragmentación del patrimonio (2) (y los patrimonios de afectación (3))
en la planificación de negocios (4). La posibilidad de que una sola persona (física o
jurídica) pueda desarrollar actividades a
través de una estructura jurídica que no
involucre su patrimonio personal ha sido
uno de los temas societarios profundos más
relevantes de los últimos veinte años (5).
Dicha cuestión se vio acrecentada con proyectos legislativos que trataron el tema (6), la
experiencia en derecho comparado, (7) y con
la existencia de precedentes judiciales (8) y
administrativos (9) que pusieron el tema de
la unipersonalidad en la escena académica,
pero fundamentalmente en el asesoramiento profesional en cuestiones de constitución
de sociedades de capital. La pluralidad societaria era un requisito indispensable para
El tema no es menor y, de algún modo, podría pensarse que se mantiene en la actualidad, no tanto para la posibilidad conceptual
de constituir una sociedad (ya que puede
haber sociedades de un solo socio y son plenamente válidas), sino para determinar si la
sociedad debe ser considerada “plurisubjetiva” (y “no unipersonal”) y, por ello, escapar
al pesado régimen de fiscalización estatal
permanente.
La ley y su aplicación, como toda obra humana, no pueden prever todas las posibilidades fácticas que se presentan en la realidad.
Y por ello, es perfectible. El objeto de este
análisis es procurar un desarrollo de algunas
cuestiones que pueden generarse en la práctica cotidiana de las sociedades unipersonales.
COLUMNA DE OPINIóN. Fin de la tutela administrativa del consumo en varias provincias
Horacio L. Bersten......................................................................................................................... 1
CUENTA N° 10269F1
FRANQUEO A PAGAR
doctrina. Sociedades anónimas unipersonales
Carlos A. Molina Sandoval........................................................................................................... 1
NOTA A FALLO. El delito de retención indebida de bienes y las uniones concubinarias
Eduardo Gerome........................................................................................................................... 6
II. Nociones generales
El art. 1, de la ahora llamada Ley General
de Sociedades (LGS), no define la sociedad
unipersonal, sino que se limita a aceptarlas como posibles en la misma definición
de la sociedad, cuando señala que habrá
sociedad “cuando una o más personas” en
forma organizada, conforme a uno de los
tipos previstos por la ley, se obligan a realizar aportes para aplicarlos a la producción
de bienes o servicios (13). De todas formas,
lo significativo no es la aceptación conceptual, sino determinar la regulación y sus
efectos.
Antes de la vigencia de la reforma (14), si
bien el art. 1 exigía pluripersonalidad, ello no
impedía la validez legal de sociedades unipersonales. La ausencia de plurisubjetividad no
era incompatible con la personalidad societaria (art. 2, LSC) (15), como lo demuestran
no sólo la ley 20.705 (art. 2), sino el mismo
art. 94, inc. 8, LSC, que admite la subsistencia
de la sociedad (y aun su personalidad) durante el lapso de tres meses; aun más, en caso
de no subsanarse la unipersonalidad, la sociedad sigue siendo un centro de imputación
diferenciada a esos efectos (art. 101, LSC), sin
perjuicio de la responsabilidad solidaria del
socio único.
Cabe aclarar, sin embargo, que la pluralidad de personas (16) era un elemento esencial
en cualquier sociedad (y no sólo la comercial)
y que la inexistencia de pluralidad subjetiva importaba la inexistencia de la sociedad y no su
nulidad (17).
III. Tipo societario para la sociedad unipersonal
El art. 1, LGS, establece expresamente que
la sociedad unipersonal sólo se podrá constituir como sociedad anónima, razón por
la cual no puede existir unipersonalidad en
continúa en página 2
jurisprudencia
Retención INdebida de bienes. Vehículo del ex concubino. Sobreseimiento. Equiparación de efectos de la unión de hecho con los del matrimonio. Disidencia (CNCrim. y Correc.)....................................................................................................................................6
Competencia. Guarda con fines de adopción. Falta de prueba del lugar de abandono.
Juez del domicilio de origen del menor (CNCiv.)................................................................. 7
2 | martes 9 DE DICIEMBRE DE 2014
Sociedades
anónimas
unipersonales
viene de tapa
otros tipos societarios, tales como la sociedad colectiva (art. 125, LGS), en comandita
simple (art. 134, LGS), de capital e industria
(art. 141, LGS) y de responsabilidad limitada
(art. 146, LGS).
Respecto de las sociedades en comandita
por acciones, el art. 316, LGS, dice que están
sujetas a las normas de la sociedad anónima,
salvo disposición contraria de esta sección,
lo que podría arrojar alguna duda sobre la
posibilidad de que exista una sociedad en comandita por acciones unipersonal. Sin embargo, ello es un contrasentido, pues no puede haber una sociedad en comandita por acciones que no tenga al menos dos categorías
de socios (comanditados y comanditarios,
arts. 315, LGS). Pero además porque el propio art. 94 bis, LGS, señala que la reducción
a uno en el número de socios de la sociedad
en comandita por acciones impone “la transformación de pleno derecho” en sociedad
anónima unipersonal, sin aclarar cuáles son
los alcances de esa transformación de pleno
derecho.
La solución de la ley es clara: una sociedad
unipersonal sólo puede ser una sociedad anónima (y no de otro tipo). El problema se suscita, más bien, respecto de las consecuencias
de la unipersonalidad “originaria” o “devenida” de una sociedad no anónima. O, incluso,
de una sociedad anónima que no tiene el número de directores y síndicos exigidos para
las sociedades del art. 299, LGS.
IV. Unipersonalidad originaria
Si la unipersonalidad prohibida es originaria (v.gr., se trata de una sociedad colectiva,
en comandita simple o por acciones, de responsabilidad limitada, etc.), la solución pareciera estar incorporada en el art. 17, LGS, que
dice, bajo el acápite de “atipicidad” y “omisión de requisitos esenciales”, que las sociedades previstas en el Capítulo II de esta ley
(léase, las sociedades que acabamos de mencionar) no pueden omitir requisitos esenciales tipificantes ni comprender elementos incompatibles con el tipo legal.
Si bien la “pluralidad societaria” no es un
requisito esencial tipicante (18) (antes era
un requisito de existencia), podría decirse
que hoy la ausencia de plurisubjetividad es
un “elemento incompatible son el tipo legal”
(pues el único tipo legal que las acepta es el
de las anónimas). Por ello, la omisión en el
número mínimo de socios lleva a la directa
aplicación de “atipicidad societaria”, con las
consecuencias de aplicar a estas sociedades
el régimen de las sociedades no incluidas en
las sociedades típicas (sociedad simple o residual, antes llamadas sociedades de hecho o
irregulares).
socio, la responsabilidad podría ser mancomunada (y no solidaria, art. 24, LGS).
El tema no es menor, porque según esta
interpretación una sociedad de las mencionadas que sea unipersonal no será nula (o
inexistente, como se decía antes), si no que,
en caso de infracción a estas reglas, la sociedad constituida no produce los efectos propios de su tipo y queda regida por lo dispuesto en la Sección IV del Capítulo 1 (art. 17, 2º
párr., LGS).
Obvio que, en términos prácticos, el órgano registrador podrá imponer a la sociedad
unipersonal su adaptación a las exigencias
del tipo, bajo apercibimiento de no inscribir
la sociedad. Pero la no inscripción de dicha
sociedad unipersonal no importará la no
existencia de la personalidad, sino el nacimiento pleno de la personalidad opera desde
la celebración del contrato social. El art. 142,
Cód. Civil, establece —como principio general para todas las sociedades y tomando la
doctrina generalmente aceptada antes del
Cód. Civil — que la existencia de la persona
jurídica privada comienza desde su constitución. Por ello, esta sociedad innominada,
pero unipersonal, podrá lograr las autorizaciones fiscales para operar (v.gr., clave única
de identificación fiscal) y podrá inscribirse en
los distintos tributos sin ninguna limitación.
V. Unipersonalidad de sociedades innominadas
VI. Asociación civil unipersonal
Dicha consecuencia nos lleva directamente
a una conclusión que no parece ser la deseada por el propio legislador: el ordenamiento
societario también admite la unipersonalidad en las sociedades innominadas (simples
o residuales), pues de otro modo no hubiera
establecido un régimen como el previsto en
los arts. 21 y ss., LGS.
Aun cuando están reguladas fuera de la
LGS, parece lógico pensar que el Código Civil
no admite “asociaciones civiles unipersonales”. Si bien no está expresa la exigencia de
dos o más asociados para que se constituya
válidamente la asociación civil, si resulta implícita del texto del art. 170, Cód. Civil, cuando dice que el acto constitutivo debe contener
la identificación de “los constituyentes” (en
plural). También surge de otras normas que
aluden a asociados en plural (v.gr., art. 170,
inc. k, 175, 181, etc., Cód. Civil), pero fundamentalmente de la aplicación supletoria del
art. 186, Cód. Civil, del régimen general de
sociedades.
En consecuencia, el contrato social (unipersonal) podría ser oponible frente a terceros que lo conocieron y puede ser oponible
frente a los administradores de las sociedades innominadas (art. 22, LGS), puede fijar
reglas de representación, administración y
demás (art. 23, 1º párr., LGS), puede tener
bienes registrables a su nombre (art. 23, 2º
párr., LGS) y son esencialmente subsanables
(art. 25, LGS).
Dicha subsanación podría ser la de incorporar un nuevo socio (y, con ello, tener pluralidad subjetiva) o de transformar el tipo
societario en una sociedad anónima (art. 1, 2º
párr., LGS). Pero, mientras tanto, dicha sociedad puede operar como una sociedad unipersonal innominada, con responsabilidad
solidaria (arg. art. 24, LGS).
La especial naturaleza (19) de las asociaciones civiles en el Código unificado (20), los
principios que las gobiernan, pero fundamentalmente la dinámica de funcionamiento y su
esquema regulatorio, impiden pensar en una
asociación civil unipersonal. En este caso, a
diferencia de las sociedades reguladas en la
LGS, la unipersonalidad impide su existencia como asociación civil (arg. arts. 142 y 169,
Cód. Civil), ello incluso más allá de la remisión al régimen de las simples asociaciones
(art. 187, Cód. Civil).
renciar en función de los distintos tipos sin
ningún justificativo legal. De hecho, se trata
de una norma que no es clara y cuya distinción es, en algún punto, arbitraria.
Si bien el originario (22) art. 94, inc. 8, ha
sido derogado como causal de disolución
societaria (23) (hoy el inc. 8 reglamenta la disolución por cancelación de la autorización
para funcionar), el art. 94, bis, LGS, viene a
llenar dicho vacío: “La reducción a uno del
número de socios no es causal de disolución,
imponiendo la transformación de pleno derecho de las sociedades en comandita, simple o por acciones, y de capital e industria,
en sociedad anónima unipersonal, si no se
decidiera otra solución en el término de tres
meses”. Pero, curiosamente, dicho precepto
no incluye a las sociedades colectivas y a las
sociedades de responsabilidad limitada (que
en la práctica tienen mayor aplicación y suelen constituirse con más asiduidad).
La solución es la misma para la exclusión
de los socios (24), ya que el art. 93, LGS, al
regular la “exclusión en sociedad de dos socios” (25), señala que en las sociedades de dos
socios procede la exclusión de uno de ellos
cuando hubiere justa causa, con los efectos
del art. 92; el socio inocente asume el activo y
pasivo sociales, sin perjuicio de la aplicación
del art. 94 bis. Recordemos nuevamente que
el art. 94 bis, LGS, no menciona expresamente a la sociedad colectiva y a la sociedad de
responsabilidad limitada.
VIII. Unipersonalidad de sociedades colectivas y
de responsabilidad limitada
Dicho en otros términos: según una interpretación literal del texto legal, una sociedad
colectiva o de responsabilidad limitada (pese
a algún tenue parecido con la anónima (26))
devenida en unipersonal no entra en un proceso de disolución ni tiene, como sí lo preveía
el viejo art. 94, inc. 8, un plazo de tres meses
para remover la unipersonalidad (más allá
de su responsabilidad solidaria como socio
único).
Si bien el esquema de responsabilidad societaria de las sociedades innominadas en las
sociedades que limiten su responsabilidad es
claramente más gravoso y se impone como
una solución poco deseable para su “socio”.
Ello no necesariamente es así en la sociedad
colectiva en la que las pautas organizativas
podrían ser muy similares. Incluso si en una
sociedad innominada se incorpora un nuevo
La cuestión no es tan clara cuando la unipersonalidad no es constitutiva (o genética),
sino que acaece forzosamente (v.gr., por
la herencia de las participaciones societarias (21)) o de manera voluntaria (por la donación o compraventa de dichas participaciones societarias). Aquí la ley parece dife-
El hecho de que una sociedad no anónima
devenida en unipersonal no importe una causal de disolución, en alguna forma, impide la
aplicación del art. 100, LGS, que señala que
las causales de disolución podrán ser removidas mediando decisión del órgano de gobierno y eliminación de la causa que le dio
origen, si existe viabilidad económica y social
de la subsistencia de la actividad de la sociedad. La resolución deberá adoptarse antes de
cancelarse la inscripción, sin perjuicio de terceros y de las responsabilidades asumidas.
Y bajo el título “norma de interpretación” se-
también a la situación imperante en Francia, Italia, Alemania, España, Holanda, Inglaterra y Estados Unidos de
América.
(8) CNCom., Sala E, “Fracchia Raymond SRL”,
03.05.2005 (causa Nº 72.348/04).
(9) Conforme fue resuelto por IGJ en los expedientes
“Vitamina Group SA”, “Bosques Verdes SA” y “Jasler
SA”. Por todos, ver el criterio administrativo en: IGJ,
“Coca Cola Femsa de Buenos Aires Sociedad Anónima”,
resolución Nº 1632 del 15/12/2003.
(10) PALMERO, J.C., “Negocio jurídico indirecto.
Simulación de la sociedad anónima”, LA LEY, 2005-E,
1032.
(11) MOLINA SANDOVAL, C.A., “Empresas familiares. Herramientas de planificación y profesionalización”, Errerius, Bs. As., 2014, p. 23.
(12) VERÓN, A.V., “La empresa unipersonal de responsabilidad limitada”, LA LEY, 2006-C, 1058.
(13) Se ha dicho que “si se acepta la categoría del contrato plurilateral de organización esencialmente como
un acto de creación de una estructura jurídica que, a
partir de esa creación, funcionará por sí misma, dotada
de personalidad y de la organización jurídica para formar y expresar su voluntad, con socios que se relacionan
directamente en cuanto a sus derechos y obligaciones
con esa estructura, no se ve inconveniente lógico para
que se siga llamando contrato plurilateral de organización al acto jurídico de su creación, aunque haya sido
celebrado por una persona única en lugar de una pluralidad de ellas” (MANÓVIL, R.M., “Algunas de las Reformas al régimen societario en el Proyecto de nuevo Código Civil y Comercial”, LA LEY, 2012-F, 1334).
(14) VÍTOLO, D.R., “Sociedades comerciales. Del Anteproyecto a la sanción del Senado”, LA LEY 09/12/2013,
p. 1.
(15) MOLINA SANDOVAL, C.A., “La desestimación
de la personalidad jurídica societaria”, Ed. Ábaco de Rodolfo Depalma, Bs. As., 2002, p. 42.
(16) VÍTOLO, D.R., “Pluralidad de socios en las sociedades comerciales”, LA LEY, 2005-D, 1319.
(17) HALPERÍN, I., “El régimen de la nulidad de las
sociedades. Un ensayo de sistematización de las normas
del proyecto de ley de sociedades”, RDCO, 1970, p. 548.
(18) ALEGRIA, H., “Replanteo de la nulidad por atipicidad societaria”, Acad. Nac. de Derecho, 2008 (marzo),
p. 1.
(19) CROVI, L.D., “Naturaleza Jurídica y finalidad de
las fundaciones, Revista de Derecho Privado y Comunitario”, Ed. Rubinzal Culzoni, Nº 2004-3. Asociaciones y
fundaciones, p. 38.
(20) Ver en este punto: CROVI, L.D., “El nuevo régimen legal de las personas jurídicas en el Código Civil y
Comercial de la Nación”, Sup. Especial Nuevo Código Civil y Comercial 2014 (Noviembre), p. 11.
(21) En orden a la incorporación de los herederos, ver:
MOLINA SANDOVAL, C.A., “Planificación sucesoria y
patrimonial en la empresa familiar”, Revista de Derecho
Comercial, del Consumidor y de la Empresa, febrero de
2014 (año 5, número 1), p. 99.
(22) OTAEGUI, J.C., “Accionista único”, RDCO, 1968,
p. 290.
(23) Las históricamente y desde el mismo Cód. Com.
siempre se interpretaron restrictivamente (CÁMARA,
H., “Disolución y Liquidación de la Sociedades Mercantiles”, Tipográfica Editora Argentina, Bs. As., 1957,
p. 127.
(24) Más allá que en las sociedades anónimas tiene
algunos matices (PARDUCCI, D.M., “¿Puede ser excluido un accionista en las sociedades anónimas?”, DSyC, t.
XVII, nº 216, nov. 2005, p. 1384.
(25) Sociedades en las que la práctica arroja muchas
complicaciones operativas. Ver: ALEGRIA, H., “Repensando temas sobre exclusión de socios”, en Rev. de Derecho Privado y Comunitario, 2003, 2, p. 95.
(26) Aun cuando pueden marcarse claramente sus
diferencias. Ver MARTORELL, E.E., “Sociedades de
Responsabilidad Limitada”, Depalma, Bs. As., 1994,
p. 24.
VII. Unipersonalidad derivada
{ NOTAS }
Especial para La Ley. Derechos reservados (Ley 11.723)
(1) ALEGRIA, H., “La sociedad unipersonal”, RDCO,
1994, p. 4; PIAGGI de VANOSSI, A. I., “Estudios sobre la
sociedad unipersonal”, Bs. As., Depalma, 1997, p. 12.
(2) RIVERA, J.C., “Las sociedades como instrumento para el fraccionamiento del patrimonio”, Suplemento
especial La Ley, “Sociedades Comerciales”, 2004, p. 117.
(3) Ver la cuestión en el derecho uruguayo en: OLIVERA AMATO, J.M., “La creación de patrimonios con
destino específico en el Derecho Uruguayo. Evaluación
de la ley de sociedades comerciales a los 20 años de su
promulgación”, FCU, 2009, p. 540.
(4) Ver un desarrollo de la planificación de negocios
y utilización de patrimonios de afectación en: MOLINA
SANDOVAL, C.A., “El fideicomiso en la dinámica mercantil”, 3º edic., BdeF, Bs. As.-Montevideo, 2013, p. 559.
(5) Ver el desarrollo del “análisis económico del derecho” en la limitación de la responsabilidad en: MANNING, B. y HANKS, J., “Legal capital”, 3ª ed., Foundation Press, New York, 1990, p. 13.
(6) MOEREMANS, D.E., “Recepción de la sociedad
unipersonal de responsabilidad limitada en el Proyecto
de Unificación Civil y Comercial en la Argentina. Protección de los acreedores”, RDCO, 1990-A, p. 170.
(7) ARAMOUNI, A., “Empresa individual de responsabilidad limitada”, RDCO, 1990-B, p. 464, refiriéndose
martes 9 DE DICIEMBRE DE 2014 | 3
ñala que en caso de duda sobre la existencia
de una causal de disolución, se estará a favor
de la subsistencia de la sociedad.
Otra solución podría ser la decisión (unipersonal) de proceder a la disolución y liquidación de la sociedad (art. 101 y ss., LGS).
El razonamiento lógico formal sería entender aplicable el art. 17, LGS, que —indirectamente— las sujeta al régimen de sociedades
innominadas, en las que la responsabilidad
deviene como “simplemente mancomunada”
(art. 24, LGS).
También se podría lograr no sólo la transformación “voluntaria” de la sociedad (art. 74,
LGS), sino también lograr la pluripersonalidad mediante la fusión con otra u otras sociedades (art. 82, LGS). Incluso podría ser una
combinación de fusión y escisión (27) (en la
que quede una o varias sociedades anónimas
unipersonales; y una u otras sociedades).
Por ello, una sociedad colectiva o de responsabilidad limitada devenida en unipersonal podrá subsanar su defecto mediante la
aplicación del art. 25, LGS, que expresamente regula la “subsanación”. Expresamente
señala que en el caso de sociedades unipersonales “la omisión de requisitos esenciales,
tipificantes o no tipificantes, la existencia de
elementos incompatibles con el tipo elegido o
la omisión de cumplimiento de requisitos formales, pueden subsanarse a iniciativa de la
sociedad o de los socios en cualquier tiempo
durante el plazo de la duración previsto en el
contrato. A falta de acuerdo unánime de los
socios, la subsanación puede ser ordenada
judicialmente en procedimiento sumarísimo.
En caso necesario, el juez puede suplir la falta de acuerdo, sin imponer mayor responsabilidad a los socios que no lo consientan”.
El problema no es muy grave, ya que no
existe la posibilidad lógica de que en una sociedad unipersonal no exista acuerdo unánime de los socios. En este caso, el socio unipersonal podrá incorporar un nuevo socio
(respetando el tipo social oportunamente elegido) o transformar la sociedad en anónima
(y cumplir con los demás requisitos exigidos
por el régimen societario).
La solución parece ser similar en caso de
que la sociedad devenga por una cuestión
ajena a la voluntad (herencia) o cuando exista una exclusión societaria (art. 93, LGS).
IX. Transformación de pleno derecho
Para las demás sociedades, el art. 94 bis,
LGS, impone la “transformación de pleno derecho” de las sociedades de otros tipos en una
sociedad anónima unipersonal. El concepto
de transformación de pleno derecho en estas
sociedades se trata de un concepto nuevo y
que no tiene adecuada regulación. Lo más parecido es la “subsanación” del art. 25, LGS (o
la regularización del antiguo del art. 22).
Si bien el art. 94 bis, LGS, otorga un plazo
para buscar otra solución para la “subsanación” de la unipersonalidad en el tipo societario elegido por los socios e impone —vencido
dicho plazo— una solución legal forzosa, no
aclara cuáles son las soluciones previstas.
La solución posible en el marco societario
sería, en primer lugar, la enajenación de cualquier participación societaria a los efectos de
evitar que sea una sociedad de un solo socio.
Igualmente, y a diferencia del viejo art. 94,
inc. 8, no establece responsabilidad solidaria
del socio único (28) durante el plazo en el cual
dicho socio debe proveer a la solución o hasta
que se imponga de pleno derecho la confusa
transformación en cuestión. Por ello, a falta
de una norma expresa que imponga responsabilidad solidaria no puede aceptarse como
válido que el socio único tenga responsabilidad solidaria y/o mancomunada. Durante ese
plazo la responsabilidad del tipo societario
originariamente elegido se mantiene, sin que
pueda presumirse solidaridad u otra solución
que amplíe la responsabilidad del socio único.
X. Aplicación “automática”
Tampoco queda claro qué significa, en el
contexto de la ley, de pleno derecho y en lo
puntual, si el efecto concreto de esta transformación de pleno derecho importa una
suerte de “aplicación” automática del régimen general de la sociedad anónima o requiere de la adaptación por el socio supérstite (unipersonal) que cumplimente con todos
los requisitos de la sociedad anónima.
La aplicación automática (transformación
sin que sea menester el cumplimiento de las
formalidades) no parece ser una solución
“tan” automática, si se tiene en cuenta que
dichas sociedades (sociedades en comandita,
simple o por acciones, y de capital e industria) pueden no cumplir con los requisitos
exigidos por la LGS para la sociedad anónima (29). Hay uno que impone la misma reforma societaria y es la denominación social,
que exige que “en caso de sociedad anónima
unipersonal deberá contener la expresión
“sociedad anónima unipersonal”, su abreviatura o la sigla S.A.U.” (art. 164, LGS). La sociedad unipersonal cambia, en algún punto,
su denominación no en la raíz del nombre,
sino en la sigla. Si bien no es un tema mayor (fundamentalmente por la carencia de
sanción expresa), sí parece lógico requerir
de una suerte de registración societaria que
permita incorporar o modificar dicha denominación.
Es obvio que la sociedad originaria (por imperio de la ley) debe adoptar el tipo previsto
para la sociedad anónima (art. 74, LGS) y la
sociedad no sólo no se disuelve, sino que tampoco se alteran sus derechos y obligaciones.
Es la misma sociedad devenida en uniperso-
nal (misma persona) que modifica su ropaje
societario.
Esta transformación, pese a ser impuesta por la ley y hacerse de pleno derecho,
no modifica la responsabilidad solidaria e
ilimitada anterior de los socios (v.gr., socio capitalista o industrial, art. 141, LGS;
comanditado y comentario, art. 134, LGS,
etc.) “aun cuando se trate de obligaciones
que deban cumplirse con posterioridad a
la adopción del nuevo tipo, salvo que los
acreedores lo consientan expresamente”
(art. 75, LGS).
Tampoco queda claro que, pese a ser una
transformación de pleno derecho, requiere de inscripción del nuevo tipo societario
(anónima unipersonal), de un balance especial, el otorgamiento del acto, publicación
de edicto, inscripción del instrumento, etc.
Menos claridad existe en la posibilidad de
caducidad de la transformación (si no se
inscribe la transformación en un plazo de
tres meses).
No es claro si esta transformación (de
pleno derecho) puede ser dejada sin efecto.
En este punto, el art. 80, LGS, señala que el
acuerdo de transformación puede ser dejado
sin efectos mientras ésta no se haya inscripta. Si bien es dudosa la exigencia de la necesidad de la inscripción de un acuerdo de transformación, resulta claro que en virtud de este
precepto el socio podría dejar sin efecto la
transformación mediante la recuperación de
la plurisubjetividad.
XI. Requisitos de la transformación
La no exigencia de los requisitos naturales
de la transformación (pues la ley habla de
“transformación de pleno derecho” y no lo
condiciona a tales requisitos) impone dudas
trascendentales, tales como la estructura accionaria de los antiguos socios y otros temas
que verdaderamente obstaculizan fuertemente una transformación automática, como
parece querer el legislador.
En los tipos mencionados se requiere (y
se reglamentan) distintas clases de socios,
lo que no existe —al menos no necesariamente— en la sociedad anónima. Entonces
se unificarían, también de pleno derecho,
dos clases de socios en un solo tipo de socio
(accionista). Igualmente, podrían respetarse
ciertos derechos particulares de ambas clases (obviamente que no hagan al tipo, v.gr.
socio capitalista o industrial, comanditado y
comanditario, etc.) a los fines de mantener
la posibilidad de ciertas diferencias queridas
originalmente.
Ahora bien, aparecen temas tales como el
capital mínimo, que en materia de sociedades
anónimas es de cien mil pesos, no existiendo
un capital mínimo para los otros tipos societarios o la exigencia elemental, por imperio
de la incorporación al art. 299, LGS, de tener —al menos— tres directores titulares y
tres síndicos titulares (más tres suplentes).
También se advierte la transformación a una
sociedad anónima que no tenga libros de registro de asistencia a asamblea ni libros de
acciones (ya que estos libros no eran obligatorios e incluso posibles para los tipos societarios en cuestión).
Puede ocurrir que exista una administración indistinta (entre los administradores,
v.gr., art. 143, LGS, para las de capital e industria) y no que no exista, necesariamente,
un presidente del directorio, razón por la cual
tampoco queda claro cuál sería la estructura
de representación (y si en el “mientras tanto”
cualquier administrador —ahora devenido
en director— podría administrar indistintamente la sociedad).
XII. Sociedad unipersonal que constituye otra
sociedad unipersonal
El art. 1, LGS, es muy enfático respecto de
la posibilidad de que una sociedad unipersonal “constituya” otra sociedad unipersonal.
Textualmente señala que la “sociedad unipersonal no puede constituirse por una sociedad unipersonal”. La sociedad anónima unipersonal puede ser constituida por cualquier
persona humana o jurídica, sin limitación de
formas o tipos societarios. La limitación del
art. 30, LGS, sólo impone la limitación inversa: esto es, que la sociedad anónima, incluida
la unipersonal, sólo puede formar parte de
sociedades por acciones y de responsabilidad
limitada. No puede integrar otros tipos societarios, sin perjuicio de que pueden ser parte
de cualquier contrato asociativo.
La ley menciona sólo la “constitución” (y
dicho término no incluye necesariamente
participación). Una interpretación literal (y
simplista) podría llevar a no admitir la constitución de la sociedad anónima unipersonal
por otra unipersonal, pero permitir que exista participación (posterior a la constitución
y derivada de la adquisición de dichas participaciones societarias) de una unipersonal
en otra unipersonal. Sin embargo, no es la
exégesis adecuada de la norma y cabe traer
a colación el tema de la inscripción de sociedades extranjeras para participar en sociedades locales. Si bien el art. 123, LGS, alude
a constitución (“para constituir sociedad en
la República” dice la norma) siempre existió
suficiente consenso (30) para entender que
el término “constitución” aludía, también, a
“participación”.
Por ello, en nuestra opinión el art. 1, 2º
párr., LGS, debe interpretarse que la prohibición no sólo abarca su aspecto genético
(“constitución”) sino también su aspecto derivado o posterior (“participación”). El vercontinúa en página 4
{ NOTAS }
(27) SKIARSKI, E.M., “Escisión de Empresas”, Ad
Hoc, Bs. As., 2001.
(28) Se ha dicho que el legislador suprimió —por motivos que se desconocen— el segundo párrafo del art. 164
que actualmente dispone que, si se omitiere colocar esa
mención, ello hará responsables ilimitada y solidariamente a los representantes de la sociedad juntamente
con ésta, por los actos que celebren en esas condiciones. Queda esto —entonces— como una obligación sin
sanción. Además se ha dicho que la reducción a uno del
número de socios de las sociedades anónimas no conforma una causal de disolución de dichas sociedades anónimas —nuevo art. 94 bis—, sino sólo deben cumplir con
la exigencia de: (1) adecuar la denominación social a la
exigencia del art. 164, sustituyendo las expresión “Sociedad Anónima” o la sigla “S.A.” por la expresión “Sociedad Anónima Unipersonal” o “S.A.U.”, respectivamente
—aunque no haya sanción si no lo hacen—, y (2) cumplir
con el régimen impuesto por el art. 299, de fiscalización
estatal permanente —al cual quedan sometidas todas las
sociedades unipersonales, debiendo contar tanto con directorio como con sindicatura plural integrada con número impar, con un mínimo de tres integrantes (arts. 255
y 284)—. Cfr. VÍTOLO, D. R., “La Ley de Sociedades Comerciales reformada por la ley que sancionó el Código
Civil y Comercial”, LA LEY, 27/10/2014, 1.
(29) EMBID IRUJO, M., “Principios de tratamiento
de las modificaciones estructurales de las sociedades
mercantiles en el derecho español”, Cuadernos de Derecho y Comercio, núm. 28, abril 1999, p. 34.
(30) Si bien existió cierta controversia en torno a si
dicha norma es aplicable únicamente a las sociedades
extranjeras que constituyen sociedades locales o si también es aplicable a las sociedades extranjeras que participan en sociedades locales, la doctrina y jurisprudencia
mayoritaria se ha expedido a favor de un criterio amplio,
máxime cuando las sociedades extranjeras tienen una
participación significativa en las sociedades locales (ROVIRA, A.L., “Reflexiones acerca del régimen de las sociedades extranjeras”, LA LEY, 155, p. 989; HALPERIN,
I., “Curso de Derecho Comercial”, Depalma, Bs. As., t.
I, p. 300; FARGOSI, H.P., “Notas sobre los alcances e
interpretación del artículo 123”, LA LEY, 1977-C, 595;
CNCom., Sala C, 5/11/76, LA LEY, 1977-A, 473; CNCom.,
Sala C, 21/3/78, ED, 77-475). En la causa “Inspección
General de Justicia c/Biasider S.A. s/ organismos externos - Expte. 13285.06”, la CNCom., Sala C, con fecha
21/11/2006, señaló que “más allá de la palabra “constituir” utilizada por el legislador, cabe dar prevalencia a
la finalidad perseguida por el legislador, que es establecer un sistema de contralor de las sociedades que tengan
participaciones en sociedades locales. De otro modo, las
sociedades extranjeras podrían escapar fácilmente a la
inscripción del art. 123, LSC, adquiriendo participaciones en una sociedad local luego de que ésta se encuentra constituida. Esta conclusión se impone cuando las
sociedades extranjeras tienen facultad decisoria sobre
la actividad y el desenvolvimiento social en virtud de su
carácter de controlantes, como sucede en el sub lite. Tal
circunstancia torna necesaria la inscripción en los tér-
minos del art. 123, ya que admitir lo contrario implicaría
afirmar que los arts. 31, 32 y 33, LS, no regirían en el caso
de que la socia fuera una sociedad extranjera. Por ello, la
jurisprudencia ha afirmado que resulta ajustada a derecho la resolución que deniega la inscripción de una reforma estatutaria de una sociedad constituida en la argentina, si la accionista mayoritaria, sociedad accionaria, no
ha inscripto sus estatutos en el registro del país, toda vez
que lo contrario importaría violar lo preceptuado por el
art. 123. El art. 123 comprende tanto el caso de fundación
como el de participación en la sociedad constituida. El
término constituir utilizado por el citado artículo comprende tanto “formar parte de” como participar en sociedad existente en la república y lo cierto es que, analizando la naturaleza jurídica del contrato de sociedad en
términos latos, tanto constituye sociedad aquel que se
asocia originariamente con otro para fundar una sociedad, como aquel que se asocia a otras personas, ya socios
en sociedad existente (CNCom., “SAAB Scania Argentina SA”, 20/07/1978).
4 | martes 9 DE DICIEMBRE DE 2014
viene de PÁGINA 3
dadero sentido de la norma no apunta sólo a
la constitución, sino que lo que no quiere es
que una sociedad unipersonal mantenga participación total en otra unipersonal. Incluso
la prohibición de la participación se mantiene
no sólo cuando un accionista ha adquirido todas las acciones de la sociedad, sino cuando
en virtud de una reducción del capital social
(o incluso su amortización) la sociedad deviene en unipersonal.
Ahora bien, la idea fuerte de esta prohibición legal no es que la sociedad anónima
unipersonal no pueda participar de otra sociedad anónima, sino que sea la “única socia” de —valga la obviedad— otra anónima
unipersonal. Por ello, no existiría un óbice
normativo de que una sociedad anónima
unipersonal participe de otra sociedad anónima, no unipersonal. Teniendo en cuenta lo
dicho, tampoco existe una prohibición (que
no cabría presumir) de que una sociedad
unipersonal “controle” (art. 33, LGS) a una
sociedad anónima que no sea unipersonal.
Por otro lado, en la sociedad unipersonal
el control (total) (31) se presume por la tenencia de “todas” las participaciones societarias por el único socio.
XIII. Participación indirecta
El sentido más directo de la norma prohíbe que una sociedad anónima unipersonal
constituya (o “participe”, siendo la única
socia,) de otra sociedad anónima unipersonal. Pero, la LGS no resuelve el tema de la
“participación indirecta”: esto es, que una
sociedad unipersonal que sea “controlante”
de otra sociedad anónima (o de responsabilidad limitada, conforme el art. 30, LGS),
que —a la vez— sea la única socia de otra
sociedad unipersonal.
El tema podría quedar atrapado por el
sentido que impone el art. 33, LGS, que regula el control societario (32). Esta norma
no sólo lo califica en forma directa, sino
también “por intermedio de otra sociedad
a su vez controlada” (art. 33, 1º párr., LGS).
También lo enfatiza la ley en las participaciones recíprocas, al aludir a las personas
interpuestas (art. 32, 1º párr.., LSC).
Por ello, teniendo en cuenta los fines que
la ley procuró con dicha prohibición y que
los efectos no queridos por la ley también
podrían lograrse con la participación indirecta, parece razonable que en el esquema de
participaciones societarias no sería aconsejable que una sociedad unipersonal participe
indirectamente (a través del control de otra
sociedad) en otra sociedad anónima unipersonal.
No obstante ello, nada empece a que una
misma sociedad anónima (no unipersonal)
tenga una o varias sociedades unipersonales (33). La ley no impide que una única persona (humana o jurídica) pueda ser accionista única de varias sociedades unipersonales, siempre que cumpla con los recaudos
legales.
XIV. Consolidación de balances
La “unipersonalidad” de la sociedad importa una presunción indiscutible de control. El accionista unipersonal es controlante (total) por definición. Por ello, los estados
contables de la sociedad unipersonal deberán ser consolidados. El art. 62, 3º párr.,
LGS, señala que sin perjuicio de presentar
los estados contables anuales, las sociedades controlantes (léase, el socio único de la
unipersonal) deberá presentar como información complementaria estados contables
anuales consolidados, confeccionados con
arreglo a los principios de contabilidad generalmente aceptados y a las que las normas de contralor establezcan.
La norma II.A.1 de la Resolución Técnica Nro. 4, CPCEE, entiende por balances
consolidados a los de un grupo económico
constituido, en razón de la existencia de un
control común, por la sociedad controlante
y las sociedades controladas por ella, dando
adecuada consideración a los intereses de
terceros ajenos a los propietarios de la sociedad controlante.
Dicho de otro modo: la consolidación se
hace teniendo en cuenta terceros ajenos a la
sociedad (y no necesariamente a los mismos
accionistas de la sociedad). Como dice la
ley, los estados contables consolidados (o su
consolidación) son una “información complementaria” de los estados contables de la
sociedad y por ello tienen limitaciones en
este sentido. Fowler Newton los llama “información adicional” (34) (lo que importa en
esencia este sentido de complementación).
Los balances consolidados dan cuenta de
la realidad del grupo societario (integrado
entre sociedades controlantes y controladas, unipersonales o pluripersonales), pero
la LGS —y cada uno de los institutos societarios— se aplica individualmente para cada
sociedad del grupo (y no para todo el grupo).
Ello así porque: (i) el régimen de dividendos y de distribución de utilidades de la sociedad sólo se puede analizar en función de
cada sociedad. La pérdida de las otras sociedades del grupo no le impide distribuir
utilidades en la sociedad, ello incluso cuando a nivel grupal la sociedad tenga pérdidas
acumuladas; (ii) la necesidad de reintegrar
el capital social (o aumentarlo para evitar
la disolución de la sociedad) también debe
analizarse individualmente (porque el grupo
—como tal— no tiene un capital social más
allá que pueda tener un patrimonio neto de
valor negativo); (iii) la obligatoriedad de hacer reservas legales (art. 70, LSC, hasta el
20% del capital social) también debe hacerse en función de cada sociedad individualmente considerada y no en función del grupo (pues el grupo no puede hacer reservas,
porque carece de personalidad societaria);
y así también se pueden reeditar todas las
cuestiones que ratifican que el balance es
individual.
Lo mismo también en la retribución de
directores: el balance que debe tenerse en
cuenta para fijar la retribución de los directores no es el consolidado (que es simplemente una información complementaria
o adicional de la sociedad), sino el propio
balance de la sociedad. Ello así porque el
grupo como tal no tiene empleados en relación de dependencia (ni directores), sino
que cada una de las sociedades integrantes
de un grupo tiene sus propios directores y
empleados. Y por ello cada una de las sociedades debe retribuir a sus directores en
función de las ganancias que tenga cada
sociedad (y no del resultado general que
pueda obtenerse a nivel grupal).
XV. Variantes en el funcionamiento orgánico
Ratificando ello, la propia Exposición
de Motivos de la ley 22.903 (que fue la que
modificó la originaria ley 19.550 y que marca pautas interpretativas respecto de las
principales innovaciones) expresamente
señala, en alguna afirmación discutible,
que “el balance consolidado no es objeto de
aprobación por la asamblea, sino que es un
elemento de información para los socios”
(sic). Así también han sido calificados por
las normas contables profesionales como
“estados complementarios” (Res. Téc.
Nº 8, Norma II D).
El funcionamiento orgánico (y fundamentalmente asambleario) de la sociedad
anónima unipersonal tiene variantes significativas en el terreno práctico (35), que
se pueden traducir en reglas que devienen
superfluas (clases de acciones, asambleas
unánimes, edictos, quórum, mayorías, abstención de votar, etc.). De todas formas, parece razonable que el estatuto social tenga
todas las previsiones para que la sociedad
originariamente unipersonal pueda devenir
en “pluripersonal” mediante la simple enajenación (onerosa o gratuita) de acciones o un
simple aumento de capital social.
ción. b. Destacamos la necesidad de que “todos” los organismos que funcionan a nivel provincial y nacional deban ponerse de acuerdo en la forma de reglamentar este
importante y novel tipo social. 2. La sociedad anónima
unipersonal sólo puede ser integrada por una persona física, quedando vedada la constitución de este tipo societario a otras sociedades unipersonales. a. La normativa
de la Ley General de Sociedades si bien sólo ha vedado a
las sociedades unipersonales para que puedan constituir
otras sociedades unipersonales, nada dice con relación a
los otros tipos societarios. b. Partiendo de la base de que
lo que no está prohibido es permitido, entendemos que,
en el caso particular de una sociedad anónima unipersonal, sería aceptable que sea constituida por ejemplo,
por una sociedad de responsabilidad limitada, o bien por
una sociedad anónima común (integrada por dos o más
socios). 3. El estatuto social, claramente, será el usual,
con las adaptaciones lógicas y necesarias que requiera
la sociedad unipersonal. 4. En cuanto al capital social,
su integración deberá ser realizada por el socio fundador en el mismo instante de su constitución, de conformidad con lo expresamente regulado a tal efecto por el
artículo 11, en su inciso cuarto y concordantemente en
el artículo 186, inciso tercero y 187. Nuevamente aquí el
aspecto “impositivo” del socio único y fundador es un
aspecto de no menor importancia a la hora de analizar
esta figura legal. 5. Nada obsta a la creación de órganos
sociales con más de un integrante, como por ejemplo un
directorio compuesto por tres o más miembros, sindicatura o consejo de vigilancia, etc. 6. La denominación
social que debe adoptar este tipo social, se encuentra
prevista en el artículo 164 de la LGS, siendo obligación
expresa la inclusión de la siguiente denominación: Sociedad Anónima Unipersonal (y su abreviatura S.A.U.). a.
Hubiera sido preferible dejar de lado en la terminología
el calificativo de “anónima”, ya que no es real y no expresa adecuadamente el significado que se le pretende
dar, pues en realidad el anonimato ya ha sido dejado de
lado por nuestra legislación societaria, siendo que ahora
se conoce claramente el nombre de los integrantes. La
terminología apropiada es sociedad por acciones, cuestión ignorada por el legislador. b. En este punto señalamos que la omisión de la denominación “unipersonal”, si
bien se ha suprimido el segundo párrafo del artículo 164,
no es óbice para que, llegado el caso, el juzgador pueda
dejar de lado la limitación patrimonial que importa este
Sería, entonces, aconsejable que el estatuto social de una unipersonal incluya todas
las cuestiones relacionadas con sociedades
anónimas pluripersonales, tales como clases
de acciones, régimen de asambleas y de mayorías, incluyendo formalidades, quórum,
edictos, etc. Esta reglamentación facilita
una rápida mutación de una sociedad unipersonal en pluripersonal (y viceversa).
XVI. Denominación social
La sociedad anónima unipersonal tiene
algunas particularidades respecto de una
sociedad anónima pluripersonal. Por de
pronto, la denominación cambia, ya que el
art. 164, LGS, expresamente señala que la
denominación social puede incluir el nombre de una o más personas de existencia visible y debe contener la expresión “sociedad
anónima”, su abreviatura o la sigla S.A. En
caso de sociedad anónima unipersonal deberá contener la expresión “sociedad anónima unipersonal”, su abreviatura o la sigla
S.A.U.
El problema también radica en las consecuencias de la omisión. El art. 164 en su versión originaria establecía una sanción por la
omisión de la denominación (“hará responsable ilimitada y solidariamente a los representantes de la sociedad”, decía la norma),
que ha sido omitida por la LGS.
Dicho en otros términos: no existe sanción
alguna por la omisión de la utilización de sociedad anónima unipersonal o SAU, razón
por la cual dicha extensión en la denominación luce como indicativa del tipo societario
y se trata de una norma fundamentalmente
prescriptiva.
Cabría preguntarse si una sociedad anónima pluripersonal podría prever en sus estatutos que su denominación será sociedad
anónima (o la sigla S.A.) y que en caso de
devenir en unipersonal deberá utilizar la extensión sociedad anónima unipersonal o la
sigla S.A.U. Razones prácticas y la posibilidad permanente de una sociedad de mutar
de “unipersonal” a “pluripersonal” varias
veces aconsejarían su posibilidad inicial en
el estatuto social.
XVII. Capital social
Una cuestión también fundamental radica
en la integración del capital social, ya que
el art. 186, inc. 3, LGS, exige la integración
total del capital social, aun cuando el mismo
sea depositado en efecto. No se puede integrar sólo una parte (con un mínimo del veinticinco por ciento) y el saldo —como dicen la
mayoría de los estatutos societarios— dentro del plazo de dos años.
{ NOTAS }
(31) LE PERA, S., “Sociedades unipersonales y subsidiarias totalmente controladas”, RDCO, 1972, p. 22.
(32) Ver el excelente trabajo de: MANÓVIL, R.M.,
“Grupos de sociedades en el Derecho Comparado”, Abeledo-Perrot, 1998, Bs. As., p. 70 y el clásico de ALEGRIA,
H., “Algunas reflexiones sobre los conceptos de sociedad
controlante, sociedad controlada y situación de control”,
RDCO, 1978, p. 303.
(33) Se ha señalado: “La incorporación de las sociedades unipersonales como nuevo “tipo” social, a partir
de la entrada en vigencia de la ley 26.994, nos coloca en
la necesidad de señalar una serie de cuestiones, que a
priori, se nos presenta como vacilaciones en torno a esta
nueva figura legal. 1. En primer lugar para la creación
de una sociedad anónima unipersonal, es necesaria la
declaración de voluntad expresa, en tal sentido, de una
persona física, hábil, mayor de edad, y con un patrimonio
que justifique tributariamente la afectación de parte del
mismo al desarrollo de una actividad específica bajo esta
forma. a. Entendemos que en este punto será necesaria una reglamentación específica de los organismos de
aplicación, siendo en el caso de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, la Inspección General de Justicia de la Na-
tipo de estructura legal, si no se cumple con sus condiciones de existencia y validez. 7. La declaración de voluntad expresa del accionista único y fundador debe ser
necesariamente realizada por instrumento público y,
por único acto, de conformidad con lo expresamente regulado a tal efecto por el artículo 165 de la Ley General
de Sociedades. 8. Por disposición expresa del reformado artículo 299, en su inciso séptimo, se dispone que las
S.A.U. deberán ser sometidas a la fiscalización estatal
permanente, lo cual nos lleva a pensar que, desde el punto de vista práctico, se alejarán, por esta cuestión, de los
pequeños emprendimientos pensados para cierta clase
de empresarios y emprendedores, toda vez que este tipo
de fiscalización trae aparejada una estructura de costos
operativos claramente diferente respecto de aquellas
sociedades que no se encuentran bajo la órbita del artículo 299” (GRISPO, J.D., “La Ley General de Sociedades y las sociedades unipersonales”, LA LEY, ejemplar
del 13/11/2014, p. 1).
(34) FOWLER NEWTON, E., “Nuevas normas contables”, Bs. As., 1993, p. 37.
(35) MOLINA SANDOVAL, C.A., “Tratado de las
asambleas”, Abeledo-Perrot, Bs. As., 2009.
Actualidad
AÑO LXXVIII N° 231
BUENOS AIRES - MARTES 9 DE DICIEMBRE de 2014
opinión
ISSN 0024-1636
Jorge Kent
Seguir legislando por detrás de la realidad: Anteproyecto
de reformas al Código Penal
1.- Me ha engendrado un subterráneo
pasmo el haberme informado que, el “Anteproyecto de Reformas al Código Penal”
-que fue depositado en manos de la Presidenta, más luego de haber sido firmado en
los aposentos de nuestro cimero tribunal-,
además de alistar una generosa gama de
modificaciones (1), organiza un eslabón de
penas sustitutivas –“sanciones de reemplazo”-, expulsando la libertad condicional y la
ejecución condicional de la pena, a la par de
aposentar el arresto domiciliario, la multa
reparatoria y la prestación de trabajo a la
comunidad.
Muy de seguro -premonición medianteesta novel herramienta aguijoneará polémicas pues, sabido es -y nadie, en su lozana
madurez, puede apostatar- que no existen
las infraestructuras idóneas para supervisar
el cumplimiento de tales modalidades, razón
por la cual se insiste -tercamente, caprichosamente y temerariamente, con notable e inaceptable ignorancia de nuestra insolvente realidaden modelajes de alternancia que vienen enseñando su tajante frustración.
La incertidumbre, la impunidad y el catastrófico desamparo que sobrevuelan (2), se
constituye en estridentes alarmas que merecen ser tempestivamente atendidas, previo a
la sanción de la enmienda, con el designio de
opinión
evitar que se continúe resquebrajando, aún
más, el cataclismo que mancilla a la ejecución
penal (3).
Como lo expresara -¡hace ya más de 20
años!-:
“No ubiquemos a estos propósitos de adelanto en la antesala del patíbulo” (4)
Me atrevo a transcribir la subsecuente editorial pues, a mi criterio, aprehende un proficuo abanico de diferentes temáticas que, en
la textura de este aporte, han merecido una
particular atención, pudiendo convenirse
que: “...Un documento, elaborado por el ‘Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo’
(PNUD) ubicó, a la Argentina, como el país que,
en promedio, presenta el mayor índice de robos
en América Latina, en la década de 2000 a 2010,
con una tasa de 973, cada 100.000 habitantes.
Desde 2008 y, en coincidencia con el aumento de
la inseguridad en el país, el Gobierno ha dejado
de difundir las cifras de la criminalidad pero,
como es imposible ocultar una realidad que tan
duramente afecta todos los días a cada vez más
argentinos, esa realidad comenzó a colarse en
estudios e informes de organismos internacionales, generando vanas críticas y cínicas desmentidas. Esto es lo que ocurrió, por ejemplo cuando,
en junio pasado, la oficina contra las drogas y el
crimen de la ONU situó, a nuestro país, entre los
de mayor tránsito de cocaína, colocándolo en la
región como mayor puerto de origen de esa droga, detrás de Brasil y Colombia. El organismo
internacional se quejó, además, de la insuficiente colaboración de la Argentina para la provisión de datos estadísticos en esa materia...Por
supuesto, lo único que se logró con esa estrategia
fue el incremento, desbocado, de la violencia delictiva, el narcotráfico y los crímenes que derivan
de esta vil actividad e, incluso, las cada vez más
frecuentes fugas de presos, alojados en institutos
penitenciarios y en comisarías, de donde jamás
habrían podido huir sin la activa complicidad de
sus guardianes. Hay que agregar el mal manejo,
por parte de la Nación y de varias provincias, de
las causas que derivaron en las huelgas de policías provinciales y los consiguientes saqueos.
...Es triste tener que admitirlo pero nuestro país
se va convirtiendo, poco a poco, en tierra del crimen y del narcotráfico, por la creciente ausencia
de un Estado que ha resignado una de sus obligaciones esenciales: la de brindar seguridad a
sus habitantes... Guardiacárceles que profugan
detenidos; policías y gendarmes, apresados por
delinquir; policías vinculados con saqueadores;
jefes de las divisiones antidrogas, de la policía
formoseña, jujeña, salteña, misionera, cordobesa y santafecina, acusados de connivencia con el
narcotráfico; aduanas incapaces de impedir el
ingreso y salida de estupefacientes; fronteras a
las que, desde hace décadas, es imposible proveer
de radares y de efectivos que logren un control
mínimamente eficaz... Como puede apreciarse,
sufrimos -y cada vez, en mayor medida- esas
modalidades delictivas. El hecho de no contar
con estadísticas oficiales, desde 2008, permite
preguntarse si éstas existen y no se divulgan o si
dejaron de confeccionarse hace cinco años. En el
último caso, el propio Estado es el que conspira
ya no sólo con su pasividad, sino privando a las
futuras administraciones de una herramienta
imprescindible para trazar las elementales políticas que, de una vez por todas, permitan comenzar a combatir el delito seriamente” (5).
2. Amén de ello, quisiera sospechar que
la noticia -difundida no hace tiempo- es desafortunada o que mi ceñida capacidad de
entendimiento se ha amojonado, a lindes
preocupantes.
¿Puede llegar a ser verosímil que se asevere -refiriéndose a la propuesta que me ocupa- que el arsenal de penas, no privativas de
libertad, se ha fortalecido pues serán controladas por los jueces y no por el patronato?
Si el anuncio no florece, entonces mi comentario no tiene significación. Empero, si
es cierto, debemos convenir que trátase de
una inoportunidad, no sólo por cuanto -como
continúa en la página 2
Carlos Adrián Garaventa
Repensando la teoría del Estado: una mirada desde
la integración europea
I. Introducción
El presente es un breve ensayo en el que
expongo los resultados más importantes de
la beca DeCyT que obtuve para los años 2012
y 2013 en la que desarrolle una investigación
titulada “Repensando la Teoría del Estado:
una mirada desde el Derecho de la Integración”, bajo la dirección del profesor Alberto
Biglieri. Me propongo mostrar cómo, a partir de un cambio de paradigma en la concepción de la soberanía, es posible pensar a la
integración regional (o subregional, según
el caso) como una nueva forma de Estado;
entendido éste como una superestructura
burocrática en términos weberianos (1). Sostendré aquí que la integración regional consiste en algo más que: “el conjunto de normas
y actos jurídicos que regulan las conductas
de los Estados entre sí y de éstos con organismos internacionales donde se procura potenciar la cooperación entre las partes para
facilitar la obtención de los fines propuestos
—generalmente económicos—, mejorar sus
relaciones recíprocas y fortalecer su posición
conjunta frente a los Estados ajenos al grupo
formado” (2). La entenderemos, siguiendo a
Granillo Ocampo, como un proceso que: “[c]
onsiste en transformar unidades previamente
separadas en partes componentes de un sistema
coherente que tiene como característica esencial
la interdependencia, de manera que lo que ocurra en cualquiera de sus componentes o unidades produzca un cambio predecible en la otra u
otras” (3).
La elección de la integración europea
como objeto de observación no es casual y
responde a una razón simple pero concreta:
la doctrina integracionista ha construido una
serie de modelos de integración, pero todos
coinciden en que el último grado de avance
de la integración se da en el modelo llamado
integración total. El cual “[i]mporta la etapa final del proceso de integración, etapa en que los
países miembros del sistema adoptan una sola
política para prácticamente todos los temas importantes de la vida política, social y económica
del espacio integrado. No puede funcionar sin
una autoridad supranacional, cuyas decisiones
obliguen no sólo a los Estados integrantes del
proceso sino a los habitantes de cada uno de
ellos” (4). El único caso fáctico que reúne las
características de este tipo ideal es el de la
integración europea con el establecimiento
del Derecho Comunitario.
Lo que haremos en el desarrollo de este ensayo será utilizar el método genético o genealógico para describir los distintos cambios de
paradigma en cuanto a la concepción de la
soberanía en la historia moderna de Europa,
para luego comprender mejor las raíces y en
qué consiste el paradigma contemporáneo
de soberanía. Lo que —espero— nos lleve a
concluir que nos encontramos en los albores
de un nuevo modelo de Estado; en la conformación de una nueva superestructura burocrática supraestatal.
II. La soberanía en sus orígenes: una nueva forma de justificar el ejercicio del poder
A diferencia de la mayoría de los conceptos de la teoría política occidental, la idea de
soberanía no proviene de la Antigua Grecia o
del Imperio Romano. Es más bien una construcción teórica moderna que comienza a
gestarse entre los Siglos XIV y XVI a partir
de distintos enfrentamientos entre las monarquías y el papado (5). Más allá de las acepciones que la palabra tiene, la soberanía es
el máximo poder político en una comunidad
determinada (6).
La idea de soberanía surge y se desarrolla
juntamente con la de Estado Nación Westfaliano, la primera es un elemento fundamental
del segundo y son —o, mejor dicho, aparentan ser— inescindibles. Es por ello que la
forma de concebir a la soberanía en distintos
momentos de la historia, significó diferentes
formas de concepción del Estado. Ergo, podemos identificar diferentes paradigmas de
soberanía y por lo tanto de Estado.
El primer paradigma de soberanía que
estudiaremos es el que da forma al Estado
Westfaliano Absolutista. Éste se desarrolla
en el Siglo XV, pero entrará rápidamente
en crisis en el Siglo XVI, hasta desaparecer
continúa en la página 3
Actualidad
2 | MARTES 9 DE DICIEMBRE de 2014
viene de tapa
es bien conocido- los organismos post-penitenciarios carecen de posibilidades para contentar el fárrago de responsabilidades que
se les confiere, sino que la magistratura está
en desventaja pues -que yo sepa- no tiene
infraestructura propia, adolece de las herramientas más esenciales y está abarrotada de
legajos -que desbordan los anaqueles tribunalicios- razón por la cual la futura supervisión sería otra más de las épicas desilusiones
del sistema salvo, por supuesto, que antes de
que la enmienda se convierta en ley, se hayan
parido las plataformas para que el mentado
control no siga convirtiéndose en una farisea
porfía, incorrecta de ser fecundada con la
equivalencia de una alabanza (6).
Si bien cierto es que, en la vida, no hay
lugar, muchas veces, ni para el éxtasis ni
para el inmovilismo, también lo es que las
instituciones deben acomodarse a las nue-
vas realidades, a ganar adhesión y a dar
respuesta a reclamaciones diferentes de
las existentes en la época de su irrupción,
con el designio de amoldarse a las actuales premisas que le otorgan un marco de
alarmante panorama a la ejecución penal
de nuestros días (7).
incipientes sembrados, evidenciando una
casi insuperable filosofía de añosa impredecibilidad que no asegura prolongados
regocijos y presagia, de un modo encubierto, la eclosión de inesperados tropiezos en
desmedro de los reclusos y de su ulterior
liberación (8).
Lo que importa es que, tanto la evolución
del derecho, cuanto la de las instituciones,
se realice con fidelidad al espíritu que los
informa; que se soslaye toda precipitación y
ligereza y, finalmente, que se responda con
escrupulosidad a las causas profundas que
exigen tales modificaciones.
El romanticismo que anida en mi persona me transporta a pensar que la ejecución
penal se compone de momentos de intenso
dolor y de esperanzador gozo, así como de
instantes de agobiantes sombras y de fulgurantes luces.
¿Algún desprevenido día convergerán, fusionadamente, las glotonerías políticas con la
forzosa necesidad de inventariar un Código
Penal que esquematice, en sus zarandeadas
páginas, la beatificación de un candencioso
escenario? (9)
En el siempre perfectible y, de suyo,
mudable hemisferio de la ejecución penal,
dable es advertir que ciertos hitos se han
alcanzado -con empeño y acendrada convicción-, no obstante lo cual el horizonte se nos
presenta no sólo muy alejado, sino también
empañado por nubarrones que amenazan,
de un modo acechante, con malograr sus
Comulgando un aforismo jurídico, en el
sentido de que: “no debe mudarse fácilmente lo
que mucho tiempo ha sido observado”, también
lo es que llega un instante, en la existencia de
los pueblos, que reclama un acomodamiento
de las preceptivas para engarzarlas con el
devenir de las épocas, caracterizado por alteraciones vertiginosas y, en algunos aspectos,
hasta impensables.
Empero, también es pertinente el ambicionar -salvo tozudeces propias de los infaltables neófitos y de aquellos que responden
a otra género de incitaciones- el inicio de
una amplia gama de consultas, convocando a todos los sectores, comprometidos
con disciplinas de semejante porte, con el
designio de que formalicen sus aportes, ya
sea en gracia y/o discrepantemente con la
susodicha enmienda, actitudes todas ellas
fidedignas de una auténtica democracia
participativa, esencialmente evaluando que,
además de tratarse de una herramienta legal de superlativa repercusión en el seno de
un país civilizado, debería arraigarse en pos
de caucionar la apetecida y humillada seguridad jurídica (10).
co. Y, sin éste, es utópico esbozar un pronóstico, razón
por la cual toda esta despreciable orfandad implosiona
en un obstáculo, inexpugnable, para intentar edificar
programas, con asiento en bases consistentes, única manera de actuar con diligencia y seriedad, extremos éstos
que lejos están de corporizar el talante de nuestros anodinos funcionarios. El desmantelamiento estadístico del
país -que desborda la trinchera delictual-, paréceme que
no tiene fraternidad con lo que acaece en otros recodos
del planeta. Durante el año concluido hubo una muerte, cada dos días, por motivos de inseguridad, contabilizándose 161 asesinatos, en trance de robos, en la Capital
y Provincia de Buenos Aires ubicándose, la mayoría de
ellos, en el conurbano, que aprehendió el 70% de los casos, resultando la Matanza el distrito más violento, con
25 hechos, seguido por Tres de Febrero, Lomas de Zamora, Morón y Quilmes. En cuanto a las víctimas, 135
fueron hombres y 26 mujeres, arraigándose entre ellos
a 32 policías (17 de la bonaerense,14 de la federal y 1 de la
metropolitana). Tan sólo en 12 días, del reciente año 2014
-esto es, hasta el día 13 de enero-, hubieron 19 crímenes,
con ocasión de robo, en la Provincia de Buenos Aires y
uno, cada 32 horas, en la Capital. No marginemos que,
durante el año 2013, el promedio fue de un muerto, cada
52 horas ¿Se puede seguir existiendo de esta manera?
¿No hay traza de estancar tamaña voracidad delictiva?
¿Dónde está el Estado? ¿Qué hacen los responsables de
la prevención? ¿Es bastante que afloren, solidarizándose con las víctimas, una vez consumada la tragedia?
Exorbitancia de preguntas y esmirriadas respuestas.
Mientras tanto, el oleaje criminoso ataca, imperdonablemente, sembrando el espanto en la sociedad que, con
salmódica retahíla, se limita a baladrar ¡queremos que
se haga justicia! Una impaciencia que, brotando de lo
más subterráneo de cada ser, se limita a catalizarse en
una insonora ambición, distante de ser colmada ¿Cómo
refugiarnos ante la desatención del Estado? El bufido
puede llegar a tener graves implicancias, razón por la
cual es más sensato abstenerse de replicar en voz alta.
Debería compartirse la propuesta de Juan Gabriel Tokatian, en tanto sugiere reeditar el “Acuerdo para la seguridad democrática” (ASD), particularmente aceptando
que pocos niegan la problemática, así como que nadie
supone que emerjan soluciones simplistas, acordándose
compromisos razonables en una temática que entraña a
la convivencia democrática, sin desdeñar los obsequios
de Marcelo Bergman (Conf. “Inseguridad: El problema
es lo que puede venir”, Clarín, de fecha 24 de diciembre
de 2013); de Ezequiel Nino (Conf. “La inseguridad, indicio de desigualdad”, La Nación, de fecha 2 de enero de
2014); de Marcelo Birmajer (Conf. “La inseguridad es
la “década lamentable”“, Clarín, de fecha 4 de enero de
2014); de Marcelo Moriconi Bezerra (Conf. “La inseguridad y la corrupción, dos caras de una moneda”, Clarín,
de fecha 30 de enero de 2014) y el editorial de La Nación
(Conf. “Imprevisión y parches ante la inseguridad”, de
fecha 7 de marzo de 2014). El mismísimo gobernador bonaerense ha expiado que: “Estamos viviendo horas muy
difíciles, con mucha sangre derramada y mucha violencia, con delincuentes que están dispuestos a todo...” ¡Res
ipsa loquitur!
(4) Conf. Kent, Jorge, “Ejecución Penal y el Nuevo
Proceso”, Editorial Ad-Hoc, Buenos Aires, 1993, pág. 95.
(5) Confr. “La Argentina, el país con más robos”, La
Nación, de fecha 26 de diciembre de 2013.
(6) Y, si de administración de justicia estamos coloquiando, merece un párrafo especial cuanto acaece en
el desamparado fuero de ejecución penal, terruño donde
se prosigue incumpliendo con las añejas previsiones legislativas -¡que datan del año 1991!-, en tanto estatuyen
la mediación de equipos interdisciplinarios, integrados
por especialistas en medicina, psiquiatría, psicología, sociología, asistencia social y, en su caso, antropología, así
como la organización -en los establecimientos penitenciarios que, por su entidad lo justifique- de una oficina
a cargo de un funcionario que represente al titular, sin
descuidar la oportuna creación -¡en el transcurso del año
1992!- de 17 cargos de Secretario de primera instancia
para la atención de las oficinas que deberían haberse ensamblado en las unidades penitenciarias 3, 4, 5, 6, 7, 9,
10, 11, 12, 13, 14, 15, 17, 19, 26, 30 y 32, del Servicio Penitenciario Federal vacíos -inexplicables e intolerables- que,
amén de erigirse en una vergonzosa indolencia e insensibilidad funcional, estarían rozando la posible tipificación
de delitos de acción pública. Un juez -cual es el de Ejecución Penal-, comprometido con la realidad y garante de
un resultado útil, valioso y justo de lo obrado por la jurisdicción, debe estar inexorablemente acompañado por
un andamiaje de complementación laboral interdisciplinario suficiente para encarar tan copérnico emprendimiento y evitar que se quede en la superficie formal y
deje de ingresar al fondo del objeto controvertido para
brindar tutela plena y definitiva.
(7) Develando un sentimiento, absolutamente crítico,
acerca de la merituada enmienda, Diana Cohen Agrest
despotrica de este modo: “...La codificación de las penas
alternativas a la prisión -las que ya se aplican con los resultados conocidos: liberados que vuelven a violar o matar- estipula que la prisión podrá sustituirse por “detención domiciliaria, detención de fin de semana, obligación
de residencia, prohibición de residencia y tránsito, prestación de trabajo a la comunidad, cumplimiento de las
instrucciones judiciales o multa reparatoria”. Contradiciendo los datos de la realidad, esta respuesta “humanitaria” procura que el delincuente pueda “reinsertarse”
en sus grupos de pertenencia, familia, trabajo, comunidad y sociedad, con lo cual un triple homicida terminará recibiendo el “aplauso para el asador” dominguero
o bien pintando las paredes de la escuelita del barrio...
En vista de la escalada delincuencial, consentida por
la indiferencia de los poderes del Gobierno, durante la
última década, ¿podremos luchar por una refundación
de la Justicia, a través del saneamiento de las corporaciones judiciales, penitenciarias y de nuestra dirigencia
política cómplice? Con voluntad civil, ¿acaso llegará el
día en que podremos enjuiciar por omisión en el cumplimiento del ejercicio de funcionarios públicos a los jueces
que incurren en ello? La realidad, al fin de cuentas, se
construye a fuerza de utopías” (Conf. “Una legitimación
de la impunidad”, en La Nación, de fecha 8 de enero de
2014), en tanto Roberto Gargarella nos aporta, desde un
ensamble profundamente admonitorio, que: “...Los riesgos propios de las reformas diseñadas por elites, no se
originan en la mala fe o la falta de capacidad de los expertos, a cargo de la reforma: presuponemos la buena
fe y la capacidad intelectual de sus autores. Sin embargo, como suele ocurrir: si las elites del caso no se abren
al franco (re)conocimiento de las “voces ausentes” -las
voces más débiles de la sociedad-, la reforma comienza
a sesgarse, imperceptiblemente, hacia territorios más
cercanos al interés de sus autores y más alejados de las
necesidades del resto de la población...Como en otras
ocasiones, es posible que, otra vez, se quiera encubrir el
diseño elitista de la nueva reforma con una fachada de
discusión. Es probable que se nos diga que el Código va
a circular por “múltiples foros sociales” y que va a estar abierto al “debate plural”. Pero conviene anticiparlo: los fuegos artificiales de la discusión no bastan. Por el
contrario, indignan. Convocar a “voces diferentes”, para
que hagan “terapia de grupo”, frente a legisladores que
ya han decidido lo que quieren en hacer, no tiene sentido...De lo que se trata es de recuperar el diálogo, de volver a tender puentes entre el derecho penal y la democracia, para impedir que la ley siga apareciendo, ante la
inmensa mayoría de la población, como una voz extraña,
ajena, incapaz de reflejar sus necesidades y meditadas
pretensiones. De lo que se trata es de ayudar a que todos
los sectores empiecen a reconocer su propia voz cuando
el derecho hable. Debemos impedir que una mayoría de
la población siga relacionándose con el derecho sólo en
carácter de víctima de éste. Necesitamos volver a conversar sobre los usos apropiados del aparato coercitivo
estatal. Doscientos años de elitismo penal -de políticas
penales sesgadas frustrantes- deberían ser suficientes
para decidirnos a pensar el derecho penal de otro modo”
(Conf. “Contra el elitismo penal”, en La Nación, de fecha
8 de enero de 2014).
(8) Conf. Kent, Jorge, “Reverente tributo al perdurable maestro Francisco J. D’Albora”, en el libro “Estudios en Homenaje al Dr. Francisco J. D’Albora”, Editorial Lexis-Nexis - Abeledo Perrot, Buenos Aires, 2005,
pág. 579 y siguientes.
(9) Conf. Cohen Agrest, Diana, “El costo de erigir
al delincuente en mártir”, en La Nación, de fecha 18 de
febrero de 2014; Juan Pablo Montiel “Luces y sombras
del Código Penal”, en Perfil, de fecha 2 de marzo de 2014;
Darío Guistozzi, “El Nuevo Código Penal, una pesadilla”,
Clarín, de fecha 5 de marzo de 2014; Juan Carlos Vega,
“El nuevo Código Penal ratifica impunidades”, Clarín de
fecha 7 de marzo de 2014; León Carlos Arslanian, “Razones para un nuevo Código Penal”, La Nación, de fecha 8
de marzo de 2014; Juan María Rodríguez Estévez, “Dos
visiones del derecho penal”, La Nación, de fecha 15 de
marzo de 2014; Marcelo A. Riquert “El Anteproyecto de
reforma del Código Penal Hannibal Lecter igual se quedaría preso”, La Ley, Columna de Opinión, de fecha 17
de marzo de 2014; Andrés Gil Domínguez “Un Código
pensado en Finlandia, no en Argentina”, Clarín, de fecha
18 de marzo de 2014. Depositando la vista en un editorial
de La Nación, podemos detectar una compartida aspiración: “...una reforma, como la que se propone, debe
encararse con sumo cuidado, sin ideologías que la contaminen ni miradas cortoplacistas ni intenciones clientelistas. Estamos hablando, nada menos, que del código
de cuya aplicación dependen la libertad y el honor de los
ciudadanos sometidos a proceso”. (Conf. “Comprender
todo, perdonar todo”, de fecha 4 de febrero de 2014).
(10) Conf. Kent, Jorge, “La Cárcel ¿Una evidente decepción? La ejecución penal y sus dilemas”, Editorial AdHoc, Buenos Aires, 2006, Capítulo VI.4, intitulado “Una
reciente ponencia vivificadora de nuestro agrietado Código Penal”, páginas 197 y 198.
{ NOTAS }
Especial para La Ley. Derechos reservados (Ley 11.723)
(1) Quizás, más adelante, podrían llegar a excitar un
naciente campeado de quien redacta confinándome, de
momento, por desandar ciertos aposentos, emparentados con la acuciante, expatriada y, a veces desconocida,
ejecución penal.
(2) Conf. Kent, Jorge, “Inseguridad e impunidad.
Dos sensaciones casi endémicas que conmueven a nuestra ofuscada comunidad”, en La Ley, de fecha 12 de
agosto de 1998; ídem “La incredulidad ciudadana. Un
esparcido sentimiento que debe ser prestamente remediado”, en La Ley, de fecha 18 de febrero de 1999; ídem
“Justicia Penal y Derechos Humanos. La agónica instancia de un sistema y la necesidad de implementar inaplazables restauraciones”, en La Ley, de fecha 24 de octubre de 2001; ídem “¡Salvemos la Justicia!”, en La Ley,
de fecha 26 de julio de 2002; ídem, “Los problemas judiciales y penitenciarios. El impertérrito desamparo de un
augusto cometido jurisdiccional”, en La Ley, de fecha
26 de mayo de 1999; ídem, “La inseguridad del presente”, en El Cronista, Sección Opiniones, de fecha 6 de abril
de 2000; ídem, “La cárcel, controvertida problemática
que concita una perenne reflexión”, en La Ley, de fecha
28 de Junio de 2000; ídem, “Ejecución Penal (Una prevalerte disciplina sumida, incomprensiblemente, en un
abismo inescudriñable), en La Ley, de fecha 13 de agosto de 2003; ídem, “Justicia y Seguridad. Dos asignaturas
diferidas por excelsitud. Prudencia e interrogantes que
dimanan de una propuesta de colmada satisfacción”, en
La Ley-Actualidad, de fecha 2 de noviembre de 2004 y
“Consideraciones sobre la inseguridad”, en La Ley, de
fecha 17 de julio de 2013.
(3) Durante 1996, auscultando todo el territorio nacional, es viable el informar que 25.162 personas yacían, en
estado de detención, en los establecimientos penitenciarios, a razón de 76, cada 100.000 habitantes, en tanto que
en 2012 la población carcelaria alanzó un total de 62.263
internos, conllevando una tasa de 150 implicando que,
en 16 años, se duplicó la proporción de personas detenidas, sin considerar los alojados en comisarías y alcaldías.
Recostado tan sólo en lo concerniente a la Provincia de
Buenos Aires, la tasa de encarcelamiento asume mayor
envergadura habida cuenta que, durante el año 1996, se
computaban 10.043 individuos en prisión, en tanto que
este guarismo llegó a 27.940, durante el año 2012, implicando ello que se triplicaron los alojamientos- (Conf.
Sozz, Máximo, “Democratización y penalidad en la Argentina (1983/1989)”, en La Ley, Revista de Derecho Penal y Criminología, Año IV, Número 2, marzo 2014, pág. 3
y siguientes). Y, si de cifras estamos coloquiando, no podemos dejar de advertir que, la notoria ausencia de estadísticas oficiales, atenaza el diseño de una disuasoria política criminal ya que, en los hechos -remedando la jerga
aeronáutica- supone “volar a ciegas y sin instrumental”
(Conf. de la Torre, Joaquín, “El Indec del delito”, La
Nación, de fecha 7 de marzo de 2014). Hace un dispendioso tiempo que carecemos de estadísticas oficiales, no
resultando aventurado el poder deducir que ello obedece
a que los guarismos -de ser fehacientemente reconocidos-, desbaratarían -y, más que ello, desautorizarían- la
arrojada verba de muchos personajes que hacen, de las
fingidas respuestas, un ferviente culto a la falsedad. El
destierro de estadísticas imposibilita cualesquier afán
-medianamente circunspecto- de teclear un diagnósti-
Actualidad
Es ostensible el desinterés que excita la
ejecución penal, no sólo en los mismos operadores del sistema, sino en las autoridades políticas de turno enguillotadas -casi,
a tiempo completo- en dirimir rencillas
palaciegas, absolutamente más excitantes,
MARTES 9 DE DICIEMBRE de 2014 | 3
criatura al Creador. Y el coro de las voces de los incansables peregrinos, a lo largo de la vía sin fin canta,
en una sinfonía prodigiosa, la gloria de Dios...” (12). l
motivadoras y preponderantes -y, a no dudarlo, superlativamente redituables, en la
más amplificada acepción del vocablo- que
ocuparse del más pobre de todos los pobres, el
preso, en satírica prosa de Francesco Carnelutti (11).
Me siento inclinado a obturar esta ofrenda,
recordando una soberbia locución, resumida
en esta frase:
fecha 12 de Noviembre de 1992; ídem, “Preocupantes enmiendas con prospección al ámbito ejecutivo-penal”, en
La Ley, de fecha 3 de Septiembre de 1993; ídem, “La incesante problemática de la ejecución penal”, en La Ley,
de fecha 6 de Julio de 1995; ídem, “Ejecución penal: una
asignatura pendiente por excelencia”, en La Ley, de fecha 29 de Mayo de 1996; ídem, “La humanitaria impronta
de un fallo que convoca a una templada meditación”, en
La Ley, Suplemento de Jurisprudencia Penal, de fecha
16 de Septiembre de 1996; ídem, “La elogiable impronta de un “dictum” que prestigia el augusto cometido de
la magistratura de ejecución penal”, en La Ley, Suplemento de Jurisprudencia Penal, de fecha 29 de Noviembre de 1996; ídem, “Pena: la extraterritorialidad de su
cumplimiento”, en La Ley, Suplemento de Jurisprudencia Penal, de fecha 29 de Abril de 1997; ídem, “Las
aminoradas fronteras casatorias en el reducto de juridicidad de la ejecución penal”, en La Ley, Suplemento de
Jurisprudencia Penal, de fecha 26 de Diciembre de 1997;
ídem, “Los problemas judiciales y penitenciarios. El impertérrito desamparo de un augusto cometido jurisdiccional”, en La Ley, de fecha 26 de Mayo de 1999; ídem,
“La resocialización de los penados. Una inexhausta aspiración en sintónico engarce con una impronta jurisdiccional de indisimulable fuste”, en La Ley, Suplemento
de Jurisprudencia Penal, de fecha 30 de Junio de 1999;
ídem, “Algo más acerca de la magistratura de ejecución
penal. El portentoso escenario de una cotidiana conflictividad”, en La Ley, Suplemento de Jurisprudencia Pe-
nal, de fecha 1º de Noviembre de 1999; ídem, “La Magistratura de Ejecución Penal. Un desatinado e indiferente
decisorio racionalmente enmendado”, en La Ley, Suplemento de Jurisprudencia Penal, de fecha 28 de Julio
de 2000; ídem, “Un ámbito jurisdiccional mortificado
por la torpeza de ciertas improntas decisivas y el oprobioso despoblado de apoyaturas interdisciplinarias”,
en La Ley, Suplemento de Jurisprudencia Penal, de
fecha 4 de Junio de 2001; ídem, “El Mayestático cometido de los Jueces de Ejecución Penal”, en “Cuadernos
de Doctrina y Jurisprudencia Penal”, Año II, Números
1-2, Editorial Ad -Hoc, Buenos Aires, 1996, pág. 433 y siguientes.; ídem, “Un ámbito jurisdiccional sumergido en
un inconcebible desamparo”, en La Ley, de fecha 6 de
noviembre de 2000; ídem, “Una ecuánime hermenéutica jurisdiccional”, en La Ley Buenos Aires, año 7, Nº10,
noviembre de 2000, pág. 1309 y siguientes; ídem, “El Proceso Penal. Desafíos del Nuevo Milenio”, ob. cit.; ídem,
“Un ámbito jurisdiccional mortificado por la torpeza de
ciertas improntas decisivas y el oprobioso despoblado
de apoyaturas interdisciplinarias”, en La Ley, de fecha
4 de junio de 2001; ídem, “Una hermenéutica casatoria
amoldada a derecho” en Suplemento de Jurisprudencia
Penal, La Ley, de fecha 9 de noviembre de 2001; ídem
“La rehabilitación penal en sintónico engarce con los Patronatos de Liberados (¿Inveterado mito o factible realización?) en La Ley, de fecha 10 de abril de 2002; ídem,
Ejecución Penal (Una prevalente disciplina sumida, incomprensiblemente, en un abismo inescudriñable), en
La Ley, de fecha 13 de Agosto de 2003; ídem, “Salidas
transitorias. ¿Una modalidad para reinsertar progresivamente al condenado o la riesgosísima antesala de una
presumible recaída en el delito?”, en La Ley, Suplemento de Jurisprudencia Penal y Procesal Penal, de fecha
26 de marzo de 2004, pág. 12 y siguientes; ídem, “La magistratura de ejecución penal. Salidas transitorias, naturaleza jurídica de la ejecución, el nocivo exceso ritual
manifiesto y la benéfica doble instancia con raigambre
constitucional”, en La Ley, de fecha 19 de mayo de 2004;
ídem, “Justicia y Seguridad. Dos asignaturas diferidas
por excelsitud. Prudencia e interrogantes que dimanan
de una propuesta de colmada satisfacción”, en La LeyActualidad, de fecha 2 de noviembre de 2004; ídem, “La
problemática de la ejecución penal en el nuevo milenio”,
en Revista de la “Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional”, Año XVII, Nº 33/34, juliodiciembre, 2004, pág. 201 y siguientes; ídem “Ejecución
Penal. Una transcendente problemática”, en La Ley,
21 de julio de 2005; ídem “Vicisitudes de la Ejecución
Penal”, en La Ley de fecha 27 de marzo de 2006; ídem
“La administración de justicia y la rezagada ejecución
penal”, en La Ley, de fecha 5 de abril de 2007 y “La imperecedera preocupación por tonificar el contexto de la
ejecución penal”, en La Ley de fecha 25 de noviembre
de 2010.
(12) Conf. Carnelutti, Francesco, “Metodología
del Derecho”, segunda edición en español, traducción.
El Leviatán le proporciona al Estado Westfaliano Absolutista una nueva fundamentación: ya no la elección divina; sino la elección
entre hombres libres e iguales en pos de
afianzar la paz y proteger sus vidas. Empero, esta obra fue ignorada por la monarquía
que se oponía al principio de igualdad entre
los hombres y ya después de la Glorious Revolution los postulados de Hobbes se volverán
inaplicables.
concepción abierta de la nacionalidad, esto
significa que la Révolution recibía como ciudadana a cualquier persona que quisiera voluntariamente integrarla.
que sólo puede ser integrado por personas
que reúnan esas mismas características,
asociadas siempre con la raza, la etnia o la
religión. El tercer momento fue el neo-romanticismo en el que estas ideas fueron más
allá de la filosofía y las ciencias y comenzaron
a presentarse en las artes (principalmente
en la literatura de escritores como Rudyard
Kipling y Giosuè Carducci) y en movimientos
culturales juveniles como el Völkisch alemán.
“...Cada ley descubierta es un paso hacia su ascensión. Toda confirmación de lo creado, aproxima la
Cita on line: AR/DOC/4423/2014
{ NOTAS }
(11) Conf. “Las miserias del proceso penal”, Ediciones Jurídicas Europa-América, Buenos Aires, 1959,
pág. 31; Kent, Jorge, “Sustitutos de la Prisión a la luz
de un Congreso Mundial de las Naciones Unidas. Experiencia vigente en ciertos países. Preocupación actual y
Prospectiva”, en La Ley, 1997-C, 1298; ídem, “La pena
en nuestro país. Reflexiones sobre su actual crisis. Algunas propuestas de solución”, en La Ley, 1985-A, 761, en
colaboración con Tristán García Torres; ídem, “La subsistente y agravante crisis de las penas de prisión. Algunas sugerencias en procura de su impostergable mejoramiento. Sus alcances e implementación”, en La Ley,
1986-C, 822; ídem, “Crisis de la pena de prisión Impostergable necesidad de implementar medidas sustitutivas”,
en La Ley, 1992-C, 1952; ídem, “Nuevas aportaciones
acerca de los sustitutos de la prisión (A la luz del último Congreso Mundial de las Naciones Unidas. Panorama actual y prospectiva)”, en La Ley, 1991-A, 747; ídem,
“Derechos de la Ejecución Penal. Una aproximación al
tercer milenio”, ob.cit.; ídem, “Sustitutos de la Prisión.
Un desafío convocante en los umbrales del tercer milenio”, en La Ley, 1997-C, 1298; ídem, “La Resocialización
de los Penados. Un Desafío en el Nuevo Milenio”, ob.cit.;
ídem, “Ejecución Penal y el nuevo proceso”, ob.cit.;
ídem, “Nuevas aportaciones acerca de la problemática
de la pena ante la inminente implementación del enjuiciamiento oral y público”, en La Ley, de fecha 1ro. de
Julio de 1992; ídem, “Preocupante implementación del
flamante Tribunal de Ejecución Penal”, en La Ley, de
viene de tapa
a fines del Siglo XVIII. Lo que caracteriza a
este paradigma es la summa potestas, esto es
la suma de todo el poder público en cabeza de
una sola persona; en este caso, del monarca.
Otra particularidad de esta forma de soberanía era su fundamento: el gobernante lo
era por Derecho Divino. Esto es un motivo de
explicación de la pronta entrada en crisis que
sufre este paradigma. Decíamos antes que
la idea de soberanía se produce a partir de
los enfrentamientos entre las monarquías y
el papado; distintos movimientos religiosos
extraños a la Iglesia Católica, con mensajes
diferentes, se desarrollarán y hasta se convertirán en nuevas religiones oficiales como
ocurre en Inglaterra. Separar la política de la
religión implica que la segunda ya no pueda
justificar la primera y, por lo tanto, que este
tipo de gobierno comience a entrar en crisis.
La Glorious Revolution será el primer hito
de la crisis del Estado Westfaliano Absolutista; el gobierno hallará fundamento en la nueva teoría contractualista, iniciada por Hobbes pero desarrollada aquí por John Locke;
cuya obra será de fundamental importancia
después de la American Revolution, segundo
golpe que recibe este primer paradigma de
soberanía.
La mayor obra de esta crisis es el “Leviatán” de Thomas Hobbes, este autor logra
captar perfectamente el momento de inseguridad y violencia que vive la sociedad de
su época: una monarquía en decadencia,
rebeldes parlamentarios y la amenaza de
la poderosa flota española, inspirarán al
llamado “padre de la ciencia política” a desarrollar una concepción antropológica del
hombre profundamente negativa y a justificar, consecuentemente, la necesidad de un
gobierno autoritario. Pero lo más innovador de la obra de Hobbes es que consagra
el principio de igualdad entre los hombres,
que será la piedra fundamental del paradigma que sigue.
El golpe de gracia lo dará la Revolución
Francesa en la década que va desde 1789
hasta 1799; inspirada en parte por la obra de
Locke, pero fundamentalmente por las ideas
de Descartes, Montesquieu y Rousseau. Termina de desarrollarse aquí el nuevo paradigma de soberanía que había comenzado a
gestarse en el Siglo XVI: el Estado Nacional
Democrático. Se consagran los principios de
libertad e igualdad que junto con el de fraternidad serán los tres pilares de la Révolution,
desaparece la summa potestas y el ejercicio de
la soberanía no estará ya en cabeza de alguna
persona en particular, sino en las del pueblo,
reunido en asamblea. La palabra pueblo será
interpretada en forma amplia gracias a una
III. Nacionalidad y soberanía en la Revolución
Francesa y la contra-revolución
Lo que distingue a la Revolución Francesa
del resto de las revoluciones burguesas es,
según Hobsbawm, su carácter ecuménico (7).
A diferencia de las otras revoluciones importantes de su época, la Revolución Francesa
buscó expandirse por toda Europa y logró
que sus ideales se divulguen por todo el mundo. Este mismo carácter ecuménico fue el
que llevó a que este nuevo paradigma entrara en crisis al poco tiempo de perfeccionarse. Antes de que la Révolution se expandiera
se dedicó a conquistar el espacio interno de
Francia; y en medio de esa conquista muchos
nobles franceses escaparon llevando parte
de sus riquezas a otros principados que hoy
forman parte de lo que es Alemania. Desde
allí se comenzaría a desarrollar una ideología contra-revolucionaria que dará origen al
próximo paradigma de soberanía.
Estas ideas contra-revolucionarias se produjeron en tres momentos del Siglo XIX, el
primero de ellos fue el romanticismo en el
que se propagaron las ideas de antiguos nobles franceses como Bonald y Maistre que
proponían un regreso al viejo paradigma
de Estado Westfaliano Absolutista. En un
segundo momento, autores como Maurras,
Barrès, Spencer y Gobineau desarrollaron
teorías pseudocientíficas que establecían la
desigualdad y superioridad de unas razas sobre otras y de unas naciones sobre otras. Se
desarrolla aquí el concepto de nacionalismo
cerrado que ve a la nación como un cuerpo
que posee características determinadas y
El final de la guerra franco-prusiana en
1871 va a significar la derrota del Estado Nacional Democrático a manos del nuevo paradigma nacionalista que proponía un gobierno totalitario, una concepción cerrada de la
nacionalidad, la desigualdad entre las razas
y la superioridad de una raza (la raza blanca) sobre las otras. A partir de este momento
Alemania se unifica como Estado y lo hace
derrotando a Francia con todo lo que ella significaba. Se produce así el período histórico
conocido como “la paz armada”. Los enfrentamientos habían terminado pero se produce
un auge de la industria pesada-armamentista
que tiene como principal productor a Alemania, lo que va a fortalecer a este Estado rápidamente.
La mayoría de los libros de historia culpan
a Alemania por la Primera Guerra Mundial,
explican que fue generada como estrategia
de un Estado unificado tardíamente, que
rápidamente se convirtió en una gran potencia y que al querer expandirse colonialmente se encontró con que el mundo ya estaba
ocupado. La estrategia consistía, entonces,
continúa en la página 4
{ NOTAS }
Especial para La Ley. Derechos reservados (Ley 11.723)
(1) WEBER, M. (1922), “Economía y sociedad. Esbo-
zo de sociología comprensiva” (traducción de J. Medina
Echavarría, J. Roura Parella, E. García Máynez, E. Ímaz
y J. Ferrater Mora), México, Fondo de Cultura Económica, 1974, v. II, pp. 1060/1062.
(2) PIZZOLO, C. (2002), “Globalización e integración.
Ensayo de una teoría general”, Buenos Aires, Ediar,
2002, p. 86.
(3) GRANILLO OCAMPO, R. (2007), “Derecho público de la integración”, Buenos Aires, Ábaco, 2007, p. 49.
(4) Ibídem, p. 62.
(5) FAYT, C. (1962), “Derecho político”, Buenos Aires,
Abeledo Perrot, 1971, p. 252.
(6) Ibídem, p. 249.
(7) HOBSBAWM, E. (1962), “La era de la revolución
(1789-1848)”, en HOBSBAWM, E., “La era de la revolución. La era del capital. La era del imperio” (traducción
de Felipe Ximénez de Sandoval, Ángel García Auxá, Carlo Caranci y Juan Faci Lacasta), Buenos Aires, Crítica,
2012, p. 59.
Actualidad
4 | MARTES 9 DE DICIEMBRE de 2014
viene de PÁGINA 3
en desarmar el mundo y volver a repartirlo.
Sin embargo, la causa de la Primera Guerra
Mundial puede explicarse por un motivo más
científico y menos político. Es sabido en economía que cuando se eleva abruptamente
la cantidad producida de una determinada
mercancía, a menos que se incremente su
demanda, el precio cae abruptamente y esto
genera crisis deflacionarias. Hacía 1880 la
economía capitalista había ingresado en una
de estas crisis a partir del método de producción desarrollado por Taylor y llevado a
su máximo potencial por Ford. No debemos
olvidar que Alemania genera una industria
armamentista con una producción descomunal y que la demanda de armas se incrementa
sólo con la guerra. La Primera Guerra Mundial fue, entonces, una reacción producida
por aquella crisis de 1880; fue una forma de
estabilizar el mercado.
IV. Soberanía y fascismo
A partir de la década de 1930 este paradigma de soberanía llegará a su máxima expresión con el fascismo. La gran diferencia entre
los movimientos conservadores del Siglo XIX
y el fascismo en el Siglo XX es que este último
contaba con un enorme apoyo popular; algo
que los primeros movimientos nunca tuvieron puesto que eran elitistas.
Si bien el fascismo se presentó a sí mismo
como un movimiento apolítico, lo cierto es
que tuvo una ideología política bien marcada.
“[F]ue portador de una ideología negativa o destructiva, en la que, por tanto, se destacan más lo
odios que los amores, en la que abundan más las
negaciones que las afirmaciones” (8). Muchos
autores han discutido acerca de qué es lo que
niega el fascismo, qué es aquello que odia.
Los marxistas, por ejemplo, afirman que el
fascismo es una nueva fase en la evolución del
capitalismo que se produce como reacción a
la Revolución Rusa de 1917; en este sentido lo
concibe Max Horkheimer arguyendo que el
liberalismo tiende a transformarse en fascismo cuando no puede justificar más la injusticia de su sistema económico con su ciencia
y recurre al terror (9). En un interesante debate entre los historiadores François Furet
y Ernst Nolte pareciera que el extremismo
bolchevique detona el extremismo nazi (10).
Empero, a partir de un detenido análisis de
la ideología fascista se llega a la conclusión
de que, si bien el comunismo es el detonante
del fascismo, lo que éste en realidad odia es
la democracia (11). El enemigo del fascismo es
el gobierno que se instaura producto de los
ideales de libertad e igualdad impulsados por
la Revolución Francesa. Los fascistas buscarán eliminar estos ideales, querrán borrar de
la historia esta revolución.
Esta corriente política contiene cuatro elementos fundamentales: Es heredera de las
reacciones conservadoras contra la ilustración y, en consecuencia, contra el liberalismo; por lo que es esencialmente anti-liberal.
Como se opone a las ideas del liberalismo es
anti-igualitario; el fascismo parte de la base
de que las personas son naturalmente desiguales entre sí. Por ser esencialmente antiliberal y anti-igualitario el fascismo es antidemocrático: partiendo de la idea de que los
hombres son desiguales, el fascista entiende
que hay hombres mejores y peores y que sólo
deben gobernar los mejores, mientras que la
democracia es el triunfo de la cantidad por
sobre la calidad. En este sentido, se sostiene
que: “la moral democrática es una variante de
la moral de los esclavos: el rebaño que toma el
lugar de pastor, aquel que nació para servir en
lugar del que nació para mandar” (12). Por antiigualitario y anti-democrático es, finalmente, profundamente anti-socialista. Norberto
Bobbio explica que el socialismo es la excusa
fascista para destruir la democracia; y para
ello toma como punto de partida a una cita
de Charles Maurras que vale la pena reproducir: “¿Queréis terminar con el socialismo?
Derribad el régimen electoral; vuestro mal proviene de él y sólo así tendrá fin” (13).
El fascismo trajo como consecuencia persecuciones y fusilamientos por razones políticas, étnicas, raciales y religiosas; el desarrollo de una industria dedicada a la producción
en masa de muerte con el establecimiento de
guetos y la creación de la cámara de gas; industria que asesinó a diez millones de judíos
por el solo hecho de que existían; una guerra
con un saldo de sesenta millones de muertos
entre civiles y militares; ciudades destruidas
por los bombardeos y una nueva arma que
amenazará la existencia de toda la raza humana: la bomba atómica.
V. La posnacionalidad y un nuevo paradigma: el
Estado Posmoderno
La Segunda Guerra Mundial fue la mayor
muestra empírica del poder destructivo del
hombre. No es extraño que su finalización
nos marque el inicio de un nuevo paradigma
de soberanía en el que deja de ser un elemento inescindible del Estado y se concibe como
un conjunto de facultades que éste puede
ceder a una entidad política superior. Habermas señala que fueron las catastróficas
consecuencias de la Alemania nazi las que
terminaron por romper la idea de la supremacía racial del propio pueblo y facilitar así
la desarticulación de las identidades nacionales para dar paso a la posnacionalidad (14).
Hace algunos años el profesor Tulio Ortiz
dirigió el Proyecto de Investigación UBACyT
D005 cuyos resultados fueron publicados en
una obra titulada Estado posmoderno y globalización. Ya en las primeras páginas de ésta
se exponen las características principales de
este nuevo paradigma estatal. Con el avenimiento de esta nueva forma se desvanecen
los elementos que componen al Estado Nacional. Las nuevas tecnologías contribuyen a
que se desdibuje el territorio, las constantes
migraciones hacen que la población se torne
inestable y el poder (soberanía) es sacudido
por la atomización de las funciones del Estado, que se trasladan a órganos internacionales o internos de menor jerarquía (15).
Las dos primeras cuestiones son consideradas dinamizadores de la integración regional, pero la última es la principal característica de este nuevo paradigma. El tipo de Estado que se había desarrollado en el período de
entre-guerras y durante la Segunda Guerra
Mundial se caracterizaba por concentrar
todo el poder político y económico. Se había
pasado del liberalismo clásico en el que el
Estado debía abstenerse de interferir en la
economía y los derechos de los individuos,
a un modelo económico intervencionista en
el que es el principal protagonista. Después
de terminada la guerra, una de las mayores
preocupaciones a fin de evitar que se repitiera la misma tragedia fue desconcentrar el
poder. Ya no alcanzaba sólo con la división
de poderes y fue clave la descentralización de
competencias y el desarrollo de nuevos mecanismos de control de la actividad pública.
El éxito de esta política consistió en cambiar
la forma en que se concebía la soberanía y la
nacionalidad. Como ya dijimos al comenzar
este acápite se va desarrollar la idea de posnacionalidad al finalizar la guerra y, a partir
de esta desarticulación de la identidad nacional, se va a dejar de concebir a la soberanía
como un elemento absoluto e inescindible del
Estado.
VI. El Estado Posmoderno en acción: el sueño de
una Europa unida se hace realidad
Podemos mencionar como algunos de los
antecedentes más importantes de las Comunidades Europeas al Gran Diseño de Maximiliano de Béthune a fines del Siglo XVI, la
Paz Perpetua de Immanuel Kant a fines del
Siglo XVIII, los Estados Unidos de Europa de
Víctor Hugo o de Mijail Bakunin a mediados
del Siglo XIX, la Pan-Europa de Richard Coudenhove Kalergi de 1923, los Estados Unidos
de Europa de Édouard Erriot de 1930; idea
retomada por Winston Churchill en 1946, en
la que proponía la asociación entre Alemania
y Francia como el primer paso de esta unión.
Desde la Paz Perpetua de Kant se desarrolla la idea de que los Estados se encuentran,
entre ellos, en estado de guerra y que sólo
podrían alcanzar la paz a partir de la firma
de una constitución internacional similar a
las constituciones internas. Así nos dice que:
“[l]os pueblos, siendo Estados, pueden considerarse como individuos en estado de naturaleza —es decir, independientes de toda ley
externa—, cuya convivencia en ese estado natural es ya un perjuicio para todos y cada uno.
Todo Estado puede y debe afirmar su propia
seguridad requiriendo a los demás para que
entren a formar con él una especie de constitución semejante a la constitución política,
que garantice el derecho de cada uno” (16).
Francesco Carnelutti retoma esta idea y en
su obra Cómo nace el Derecho explica que, así
como el Derecho crea un Estado que elimina
la guerra fronteras adentro y la convierte en
delito, el Derecho Internacional debe hacer lo
mismo entre los Estados (17). Podríamos decir que así como en una etapa pre-estatal los
hombres se encuentran en estado de naturaleza, en el reinado del Leviatán son los Estados
los que se encuentran en esta situación y necesitan de un supra-Estado para lograr superarla. El problema que señala Carnelutti es que
si éstos no ceden su soberanía, el Derecho Internacional no es estrictamente Derecho; mas
encuentra una interesante oportunidad en el
modelo de los Estados Unidos de Europa (18).
No está de más mencionar que Carnelutti desarrolla su obra un siglo y medio después que
Kant, cuando este último escribe era inconcebible la idea de ceder parcelas de soberanía
del Estado a una nueva superestructura.
La Paz Perpetua de la que habla Kant no fue
posible hasta después de la Segunda Guerra
Mundial por la forma en que se concebía a la
soberanía. No fue hasta que se desarrolló la
posnacionalidad que se aceptó el hecho de
que, así como los individuos pueden ceder
parte de sus derechos al Estado para que les
brinde seguridad, este último puede ceder
parte de su soberanía a una entidad supranacional que garantice la paz. Por ello no es
extraño que en el comienzo de la integración
europea se eligieran el carbón, acero y energía atómica como las materias sobre las cuales ceder la soberanía nacional. De esta forma se quita del ámbito interno la posibilidad
de decidir sobre la utilización de la materia
prima de la guerra.
Los antecedentes que mencionamos antes
proponían la conformación de una federación
europea, pero las Comunidades Europeas se
conformaron bajo una lógica diferente, la del
neofuncionalismo. La diferencia entre ambas es que mientras el federalismo busca la
conformación de un nuevo Estado Federal,
el funcionalismo intenta lograr la asociación
política en sectores determinados de la economía (19). Sin embargo, es un error considerar que no se creó con las Comunidades
Europeas una superestructura estatal. La
Unión Europea se configura como un sistema
de gobernanza multinivel similar a un Estado
Federal: el Derecho Comunitario es jerárquicamente superior al de los Estados-miembros y el principio de subsidiariedad equivale
a la autonomía de las provincias (20); Pero
existe una diferencia fundamental, mientras
que en un Estado Federal el poder de modificar la constitución se encuentra en el ámbito
federal, en la Comunidad éste queda en cada
Estado Nacional (21). Podría decirse, siguiendo a Habermas, que la Unión Europea es una
“comunidad federal inhabitual” (22).
VII. Conclusión
La soberanía no debe ser entendida de
una única e inamovible manera, desde que
ésta fue concebida originalmente en los albores del Estado Nacional Westfaliano, hasta la posguerra, ha sufrido una gran cantidad de cambios sustanciales. De la summa
potestas a la división de poderes, de ser un
elemento inescindible del Estado Nacional
hasta poder ser cedida a entidades supraestatales, la forma de concebir a la soberanía
fue modificándose con el correr de los años.
La posibilidad de una unión de Europa sólo fue real después de que el mundo
tuviera a la vista las catastróficas consecuencias originadas por un modelo de
Estado Nacionalista-Fascista. Después de
la Segunda Guerra Mundial se tomó conciencia de que los Estados Nacionales se
encuentran en constante estado de guerra,
y de la necesidad imperiosa de conformar una nueva superestructura capaz de
afianzar la paz y garantizar la seguridad
internacional. Que Francia y Alemania cedieran su soberanía respecto del carbón y
del acero primero, y de la energía atómica posteriormente, significó el gran paso
(pese a que el neofuncionalismo de Jean
Monnet los denominaría pequeños pasos)
para lograr esta unión.
La Unión Europea nos da la posibilidad de
repensar la teoría del Estado, de conocer una
nueva forma de gobernanza multinivel y de
investigar nuevas formas de federalismo. Es,
sin lugar a dudas, el comienzo de un nuevo
paradigma de soberanía: el Estado Posmoderno. l
Cita on line: AR/DOC/4420/2014
{ NOTAS }
(8) BOBBIO, N. (1997), “Ensayos sobre el fascismo”
(traducción de Luis Rossi), Buenos Aires, Prometeo, 2008,
p. 49.
(9) HORKHEIMER, M. (1946), “Crítica de la razón
instrumental” (traducción de H. A. Murena y D. J. Vogelmann), Buenos Aires, Terramar, 2010, pp. 29/30.
(10) FURET, F. y NOLTE, E. (1998), “Fascismo y comunismo” (traducción de Marc de Launay), Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 1999, p. 17.
(11) Ibídem, pp. 41/42.
(12) BOBBIO, N. (1997), op. cit., p. 56.
(13) Ibídem, p. 50.
(14) HABERMAS, J. (1989), “Identidades nacionales y
posnacionales” (traducción de Manuel Jiménez Redondo), Madrid, Tecnos, 1998, p. 92.
(15) ORTIZ, T. y LESCANO GALARDI, V. (2006),
“¿Hacia un Estado posmoderno? Transformación e
identidad”, en Ortiz, T. y Pardo, M. L. (coords.), “Estado
posmoderno y globalización”, Buenos Aires, Facultad de
Derecho de la Universidad de Buenos Aires, 2006, p. 5.
(16) KANT, I. (1795), “La paz perpetua” (traducción
de Francisco Rivera Pastor), Madrid, Calpe, 1919, p. 31.
(17) CARNELUTTI, F. (1954), “Cómo nace el Derecho” (traducción de Santiago Sentís Melendo y Marino
Ayerra Redín), Bogotá, Temis, 2004, p. 75.
(18) Ibídem, p. 76.
(19) IZA, A. (2004), “Unión Europea ¿paradigma
de integración?”, Buenos Aires, Facultad de Derecho
(UBA), 2004, p. 28.
(20) HABERMAS, J. (2012), “La constitución de Europa”
(traducción de Javier Aguirre Román, Eduardo Mendieta,
María Herrera, Jesús Hernández i Dobon, Benno Herzog y
José María Carabante Muntada), Madrid, Trotta, 2012, p. 69.
(21) Ibídem, p. 56.
(22) Ibídem, p. 60.
martes 9 DE DICIEMBRE DE 2014 | 5
En su faz constitutiva, el accionista único
debe depositar el cien por ciento del capital
social en el banco de uso oficial, conforme la
establece la LGS.
Distinta sería el tema cuando la unipersonalidad es derivada y acaece antes de
que se haya cumplido el plazo acordado a
los accionistas para que integren el saldo
del capital. En efecto, una vez constituida
la sociedad anónima (e integrado el veinticinco por ciento del capital social con un
plazo de dos años para integrar el saldo),
si un accionista se transforma en el único,
¿deberá integrar el cien por ciento del capital social pese a tener un plazo previsto en
la constitución?
Pese al vacío legal, parece razonable
entender —en función de la finalidad de
la norma— que el mero hecho de que la
sociedad devenga en unipersonal hace exigible la integración del saldo al momento
que se adquiera dicha unipersonal (36). Se
trata de una exigencia legal que, en algún
punto, lo que procura es evitar que dicho
saldo en efectivo nunca sea efectivamente
integrado por el socio único. En términos
prácticos, parece poco probable que el
director de una sociedad con un único socio le exija dicho saldo contra su voluntad
(ya que cualquier intento de cobro podría
terminar con la revocación de su cargo de
director).
XVIII. Fiscalización estatal permanente y estructura orgánica
La otra cuestión, quizás la más significativa en términos prácticos, es que esta sociedad queda incluida dentro del art. 299,
LGS (concretamente en el inc. 7), y por
ello con fiscalización estatal permanente (37).
Esta inclusión importa la obligatoriedad
de contar con un directorio integrado, al menos, por tres directores titulares (art. 255, 2º
párr., LGS) (38) y por una sindicatura colegiada en número impar (o sea, al menos tres
síndicos e igual número de síndicos suplentes; en este caso, al menos tres síndicos suplentes), conforme lo establece el art. 284, 2º
párr., LGS.
Esta exigencia (tres directores y tres síndicos, más tres suplentes) hace inviable la
sociedad para pequeñas y medianas empresas, y nos permite anticipar que la mayoría
de las sociedades unipersonales serán empresas de cierta envergadura o filiales de
grandes compañías.
pero no en la asamblea (más allá de que
muchas veces la pluripersonalidad es simbólica). A la inversa, en la sociedad anónima unipersonal, la pluralidad está en el
directorio y en la sindicatura, pero no en
la asamblea.
XVIII. No cumplimiento de órganos plurales
No dice nada la ley respecto de la situación de una sociedad unipersonal que
no cuente con un directorio y sindicatura
plural. En un directorio de tres miembros
su funcionamiento impone, al menos, un
quórum no inferior a la mayoría absoluta de sus miembros (art. 260, LGS). Algo
similar ocurre con la sindicatura colegiada, más allá de la posibilidad de actuación
individual del síndico disidente (art. 290,
LGS).
XIX. Colofón
Como puede verse, si bien la incorporación de las sociedades unipersonales es una
verdadera novedad en el ordenamiento argentino, requiere de una integración entre
el esquema clásico previsto para las sociedades pluripersonales con el nuevo régimen,
guiadas por el sentido práctico y concreto.
El régimen tiene algunos defectos, pero el
sentido práctico del jurista y de los profesionales tiene que ser el de procurar soluciones
razonables a un instituto novedoso en el sistema societario. Será la práctica y los problemas cotidianos los que irán determinado
los correctos alcances de la novel figura. l
Cita on line: AR/DOC/4408/2014
MAS INFORMACIÓN
Es curioso: se trata de una sociedad con
un órgano de gobierno singular, pero con
órganos de administración y fiscalización
pluripersonales. A diferencia de las sociedades anónimas pequeñas en las que
la unipersonalidad está en el directorio,
Más allá de las cuestiones administrativas
(multa, ineficacia a los fines administrativos, no inscripción, etc.) en los organismos
de control, la sanción no puede ser la inclusión de la sociedad en el régimen de las
sociedades innominada ni la nulidad de la
sociedad. Podrá haber responsabilidad del
directorio por no implementar las medidas
que posibiliten el debido funcionamiento
orgánico de la sociedad, siempre dejando a
salvo la posibilidad de que el socio único, de
manera autoconvocada (39), resuelva esta
cuestión in extremis.
(noviembre), p. 265].
(37) CABANELLAS, G., “Concepto y estructura de
la fiscalización estatal de sociedades”, RDCO 1996, p. 9;
ROMERO, J. I., “Fiscalización o control externo de las
sociedades por acciones”, RDCO, 1994, p. 234.
(38) MOLINA SANDOVAL, C.A., “Tratado del directorio y de la administración societaria”, Abeledo-Perrot,
Bs. As., 2013, t. II, p. 1230.
(39) C1ª Civ. y Com. Bahía Blanca, Sala I, expte.,
nº 107.702, Nº de orden 69, 28-4-2000. ED, 26/11/2001, p. 1
(“Cuando la asamblea cuenta con la presencia de la totalidad de los socios y las decisiones se adopten por unanimidad no requiere del cumplimiento de las formalidades
previstas estatutariamente en materia de convocatoria,
y hasta puede prescindirse de la convocatoria misma
(doct. art. 237, último párrafo, LS). De modo que la resolución que se adoptó el 27/12/1990 (aunque fechada el
día 28) con la presencia de los dos únicos socios, tiene a
mi entender el mismo valor que la posterior del 3 de septiembre del año siguiente. La falta de incorporación al
libro respectivo de ese documento, que en definitiva puede equipararse a un acta, pese a que los propios firmantes lo calificaron en la reunión posterior de “acuerdo privado”, no obsta a su eficacia”.). Ver también la opinión
de NISSEN, R.A., “Ley de Sociedades Comerciales”, t.
II, Ábaco, Bs. As., 1983, p. 567.
limitó a establecer un nuevo procedimiento
judicial y a la creación de la figura del Auditor de Consumo, sino que, además, modificó
algunos artículos de la ley 24.240 de Defensa
del Consumidor (t.o. conforme ley 26.361), entre ellos el art. 45. El nuevo texto de la norma
eliminó la posibilidad de la conciliación en sede
administrativa. De modo que las actuaciones
promovidas por denuncia deberán proseguir
hasta su culminación —ya sea que la decisión
haga lugar a algún tipo de sanción o que desestime su aplicación—. Obviamente, los consumidores y usuarios no van a estar interesados en la promoción de denuncias que no van
a implicar ningún tipo de satisfacción a sus
reclamos, motivo por el cual esas actuaciones
en aquellos lugares del país que se rijan por
esa disposición tenderán a reducirse sustancialmente hasta casi desaparecer en un plazo
relativamente corto.
pobladas— no van a tener ni la nueva justicia
ni la “vieja” tutela administrativa de consumo. En efecto, el art. 45 de la LDC reglamenta el procedimiento administrativo nacional.
En razón de la estructura federal de nuestro
país, las leyes de procedimientos son locales
y es responsabilidad de las provincias dictar
las normas necesarias en ese ámbito. Ahora
bien, una vez dictada la LDC se procedió a su
reglamentación a nivel nacional mediante el
decreto 1798/94 (4) y se crearon las estructuras administrativas necesarias para el funcionamiento del procedimiento en el ámbito
nacional. Posteriormente, se fueron dictando
reglas administrativa locales, como ocurrió
en el ámbito de la CABA (5) o la Provincia
de Buenos Aires (6). Pero muchas otras provincias solamente procedieron a adherir a la
ley nacional sin establecer un procedimiento
de conciliación administrativa propio, como
ocurre con las Provincias de Córdoba, Santa
Fe y Santiago del Estero, entre otras.
a la mora legislativa de algunas provincias
—desde 1993 a la fecha— para reglamentar
facultades que les son propias y/o a que un
tratamiento menos expreso del que le imprimiera el Congreso de la Nación al proyecto
de ley hubiera permitido advertir la ausencia
de previsiones y encontrar algún tipo de solución transitoria para cubrir el bache generado. Pero lo concreto es que hasta tanto no
subsane la situación dictando las leyes provinciales correspondientes, los sufridos consumidores de algunas provincias van a estar
mucho peor que hasta ahora, puesto que sólo
podrán recurrir a acciones judiciales por
ante sus tribunales ordinarios y mediante
los procedimientos previstos en sus códigos
procesales, sin poder contar ni con un fuero
de consumo ni con conciliaciones administrativas. La consecuencia segura será que
las empresas proveedoras de servicios de
celulares, Internet, instituciones bancarias,
empresas de medicina prepaga, vendedoras
de electrodomésticos, etc. no van a ser más
requeridas por cuestiones de consumo en
sede administrativa, ahorrando en servicios
jurídicos, multas, etc. Correlativamente los
consumidores de esas provincias casi seguramente van a estar peor que hasta ahora. l
Roitman, Horacio; Aguirre, Hugo A. y Chiavassa, Eduardo N., “Las sociedades en el Código
Civil y Comercial de la Nación”. Sup. Especial Nuevo
Código Civil y Comercial 2014 (Noviembre), 265.
Grispo, Jorge Daniel, “La Ley General de Sociedades y las sociedades unipersonales”. LA LEY
13/11/2014, 1.
Vítolo, Daniel Roque, “La Ley de Sociedades Comerciales reformada por la ley que sancionó el Código Civil y Comercial”. LA LEY 27/10/2014, 1.
{ NOTAS }
(36) Se ha dicho en este sentido que en caso de que
una sociedad pluripersonal devenga en unipersonal,
existiendo aportes pendientes, deben completarse los
mismos aunque no se encuentren vencidos los plazos, ya
que la regla debe ser que no pueden existir sociedades
unipersonales con aportes pendientes de integración
[ROITMAN, H.; AGUIRRE, H. A. y CHIAVASSA, E. N.,
“Las sociedades en el Código Civil y Comercial de la Nación”, Sup. Especial Nuevo Código Civil y Comercial 2014
_Columna de OPINIÓN
Fin de la tutela
administrativa del
consumo en varias
provincias
viene de tapa
o mediante la entrega de cosas y/o la prestación de servicios; y consecuentemente se
producía el archivo de las actuaciones administrativas, concluyendo así también la
fase sancionatoria. Es decir que constituía
un procedimiento alternativo de resolución
de conflictos de consumo, muy utilizado y de
indudable utilidad práctica, especialmente
en aquellos conflictos cotidianos de escaso
monto como los de telefonía celular, Internet,
cable, etc. Actualmente tramitan mediante
esa vía decenas de miles de expedientes en
diversas jurisdicciones y las conciliaciones
—si bien han descendido porcentualmente
en los últimos años de los muy altos índices
alcanzados en otras épocas (3)— siguen siendo muy significativos.
Ahora bien, la ley 26.993 introdujo también
cambios significativos en la esfera del procedimiento administrativo, puesto que no se
En el ámbito nacional, una vez implementados los cambios previstos en la ley 26.993, es
posible que ello no genere perjuicios, tampoco en aquellas provincias que han instrumentado su propio procedimiento. Sin embargo
esa “compensación” posiblemente ventajosa
—consistente en la eliminación de la conciliación administrativa a cambio de contar con
un fuero de consumo— no va a ser posible
en todo el ámbito del país, puesto que varias
provincias —entre ellas algunas de las más
Ahora bien, al cambiar la norma nacional
a la cual adherían esas provincias, las actuaciones de tipo conciliatorio en sede administrativa van a quedar sin sustento normativo
alguno. Así las cosas, y en tanto no se dicte legislación específica, no podrán llegar a acuerdos en esas actuaciones y deberá continuar
la tramitación de los expedientes hasta su
culminación. Esta situación se podrá atribuir
Cita on line: AR/DOC/4275/2014
{ NOTAS }
Especial para La Ley. Derechos reservados (Ley 11.723)
(1) Nos hemos ocupado largamente del tema en “De-
(2) Pese a no existir acuerdo respecto de su extensión.
(3) Hasta el 2005 en el ámbito nacional y el del GCBA
recho Procesal del Consumidor”, Ed. La Ley, Bs. As.,
2005, reimp. ps. 105/151.
superaban el 80%.
(4) Cabe señalar que a más de seis años de dictada la
ley 26.361, todavía no se procedió a su reglamentación,
pese a que el plazo establecido era de un año.
(5) Ley 757.
(6) Ley 13.133. Cabe acotar que anteriormente la
Pcia. de Buenos Aires había adherido mediante el dec.
1610/96, para luego contar con una ley específica.
6 | martes 9 DE DICIEMBRE DE 2014
jurisprudencia
imputado debe ser procesado por
Retención indebida 2. - Elel delito
de defraudación por retención indebida, si mantuvo un vehículo
de bienes
en su poder conociendo que la titular
Vehículo del ex concubino. Sobreseimiento. Equiparación de efectos de la unión de
hecho con los del matrimonio. Disidencia.
Véase en esta página, Nota a Fallo
Hechos: Una mujer intimó a su ex concubino a reintegrarle un vehículo de su propiedad que éste habría retenido luego de la
finalización de la relación sentimental. La
sentencia lo procesó por el delito de defraudación por retención indebida. La Cámara
la revocó y decretó el sobreseimiento.
1. - Quien retuvo un vehículo de propiedad
de su ex concubina debe ser sobreseído
por el delito de defraudación por retención indebida, pues la duración por varios
años de la unión de hecho podría equiparar sus efectos a los del matrimonio, sin
negar el reconocimiento legal y formal
que este instituto merece; y el juicio de
valor respecto a si el bien es ganancial, es
de la competencia del magistrado de la
sede civil. [1]
era su ex concubina, pues, aunque el
rodado haya sido adquirido durante la
vigencia de la relación concubinaria,
está registrado a nombre de ésta, y la
presunta falsa creencia de aquél de tener derecho sobre el bien constituye
un error vencible (del voto en disidencia del Dr. Pinto).
118.213 — CNCrim. y Correc., sala VI,
04/08/2014. - L., L. G.
Cita on line: AR/JUR/50202/2014
CONTEXTO DEL FALLO
I. Celebrada la audiencia y deliberación pertinente, trataremos la apelación deducida por
la defensa de L. G. L. a fs. 65/70, contra el punto
I del auto de fs. 58/62 que lo procesó en orden al
delito de defraudación por retención indebida.
II. Agravios: El recurrente señaló que no
cometió delito alguno y que mantiene con la
Sra. S. una relación laboral, desempeñándose como chofer del vehículo de pasajeros en
cuestión.
Por otra parte indicó que la solicitud de devolución del automóvil radica en la imposibilidad de llegar a un acuerdo privado en relación con su tenencia, manutención, alimentos
y visitas de los hijos que tienen en común.
III. El doctor Pinto dijo:
Jurisprudencia vinculada: [1] Ver también, entre
otros: Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal
y Correccional, sala VI, “N.N. s/homicidio”, LA LEY,
2012-F, 541; DJ, 16/01/2013, 59; DFyP, 2013 (enerofebrero), 55, AR/JUR/44792/2012.
Entiendo que asiste razón al Sr. juez de la
instancia anterior. De las constancias de la
causa surge que L. fue intimado mediante una
carta documento del 4 de enero del corriente
año, por M. M. S. a reintegrar el automóvil de
alquiler, marca F. S., dominio xx, de su propiedad (ver fs. 4/5), pero aún no cumplió.
2ª Instancia.- Buenos Aires, agosto 4 de
2014.
Si bien es cierto que L. figura inscripto
como su empleado (ver fs. 36), lo cierto es
que realizada la “Consulta de nómina de choferes” “Histórico Relación Persona Persona”,
aquél fue dado de baja el 28 de noviembre de
2013 (ver fs. 49) y, sin perjuicio de ello, continuó con el vehículo en su poder conociendo
que su titular registral era S. (ver fs. 14).
Todo en conjunto es suficiente para tener
por acreditado que el imputado no restituyó
el bien que aquélla le había prestado durante
su relación de pareja y desvirtúa las explicaciones que brindara al ser legitimado pasivamente.
Si bien el vehículo habría sido adquirido
cuando el imputado y la denunciante convivían lo cierto es que el rodado está registrado
a nombre de S. y no se encuentran casados,
por lo cual el argumento de la defensa en este
aspecto no puede ser aceptado.
El supuesto error, según el alegato, sería
de prohibición, por cuanto el indagado actúa
en la falsa creencia de tener derecho sobre el
bien, y toda vez que se advierte como vencible el yerro, en tal caso puede incidir sobre el
margen de la escala penal.
Por último, el alcance de la sociedad de hecho y por ello la prueba sobre la titularidad
nota a fallo
El delito de retención indebida de bienes y las uniones
concubinarias
Eduardo Gerome
La sala VI de la Cámara en lo Criminal y
Correccional se pronunció en un hecho de
defraudación, acerca del tratamiento que
debe dársele, en sede penal, a una unión
concubinaria. En el caso, se trataba de una
pareja que había tenido una larga relación
de convivencia, durante cuyo transcurso fue
comprado un automóvil, el que fue registrado
a nombre de uno de ellos y, luego de la separación, el vehículo fue retenido por el otro,
dando lugar a un reclamo de restitución. Al
no haber entregado el vehículo a quien tenía
la titularidad registral, éste formuló una acción penal por retención indebida.
En decisión dividida y citando un precedente de la misma sala (1), el tribunal decidió que: “para que exista defraudación por
retención indebida los bienes tuvieron que
haber sido entregados por el sujeto pasivo
en depósito, comisión, administración u otro
título que produzca la obligación de entregar
o devolver, lo que no sucede en el sub examen... ya que eran concubinos y residían en
la misma vivienda”, agregando que: “la duración por más de diez años del concubinato
podría equiparar sus efectos al de matrimonio”. Aludió, asimismo, a otra resolución,
también de dicha sala (2) en el que se afirmó
que las características del concubinato se
corresponden con la unión conyugal, dada
la cohabitación, la notoriedad, la fidelidad,
la permanencia y el trato, resultando en definitiva “un estado de matrimonio aparente
que debe reunir los caracteres referidos más
arriba”.
Lo resuelto permite analizar comparativamente la relación existente entre un matrimonio y una unión concubinaria y los efectos
que una y otra producen en el derecho penal.
Al respecto, resulta procedente traer a
colación antecedentes jurisprudenciales y
doctrinarios que han abarcado el problema.
Así, en un caso, se afirmó que: “no debe soslayarse que víctima y victimario no eran cónyuges, sino concubinos. A estos últimos la ley
no hace referencia y no cabe asimilarlos, a los
fines previstos por la norma, a aquéllos. De
otro modo, significaría hacer una excepción
a lo que ya constituye, de por sí, una excepción. Además, por regla, las excepciones a la
aplicación de la pena deben ser interpretadas
restrictivamente” (3), citándose la opinión de
Laje Anaya, en cuanto a que: “quedan fuera
—por carecer de la calidad jurídica necesaria— los que simplemente vivan en concubinato o los que sin llegar a esa situación, hubieran hecho promesa de matrimonio...” (4).
En el mismo sentido, se ha dicho que el tribunal disiente con la opinión fiscal, quien
sostuvo que a pesar de que el vínculo no está
consolidado en matrimonio, la situación es
asimilable a dicho estado ya que habrían vivido juntos durante tres años, lo que haría
procedente la excusa absolutoria del art. 185
del Código Penal, “toda vez que allí se prevén taxativamente las relaciones familiares
que la sustentan, en tanto que el concubinato
—que en el caso de autos sólo habría durado
diez meses— no aparece incluido (5).
Haciendo referencia a que: “el legislador
ha preferido, en lugar del castigo de algunos
de sus integrantes, preservar el núcleo familiar de estrecha comunidad” (6) y que: “todo
queda en familia constituye un principio
rector (7), se ha señalado que “literalmente
se exige la existencia del vínculo legal y ello
bastaría para despachar siquiera la discusión
alusiva a la posibilidad de incluir como sucedáneo conceptual a la mera cohabitación. Intentarla, pese a ello, se explica en función de
consideraciones relacionadas con el alcance
de los fundamentos político-criminales de
la exención. Así, tan pronto se los relaciona
con la necesidad de no interferir en el ámbito
de la intimidad que aporta la convivencia o
de la mancomunidad patrimonial que presupondría, mostraría cierta razonabilidad calificar al concubino como candidato a cuanto
expresamente le viene brindado al cónyuge”.
Y continúa diciendo que: “sin embargo, con
ello se descuida que la renuncia al castigo no
proviene de valoraciones tan aisladas y que,
en todo caso, aquéllas reconocen como sustrato la familia legalmente constituida como
tal”, agregando que: “si a las parejas estables
extramatrimoniales se les concediera el pri-
vilegio, quedaría destruido el monopolio del
matrimonio” (8).
Con una interpretación opuesta, en una
obra (9) se hace referencia a un fallo que torna aplicable el art. 185 del Cód. Penal a los
cónyuges separados de hecho ya que “frente
a la necesidad de reprimir a los autores responsables de un delito contra la propiedad,
se le confiere a la preservación del núcleo familiar en casos en los cuales por la naturaleza
del delito, la ofensa punible perpetrada en el
seno de la comunidad familiar sólo alcanza
intereses puramente patrimoniales (10) y esta
fundamentación se extiende para el caso de
unión en concubinato ya que “por su carácter
taxativo, la excusa absolutoria prevista para
los delitos contra la propiedad incluye el concubinato” (11).
Asimismo, en este libro, los autores destacan el voto en disidencia del Dr. González
Palazzo en un fallo judicial (12) quien, “a fin
de justificar una analogía in bonam parte,
sostuvo que debe inferirse que ‘el propósito
del legislador es la preservación de la organización familiar, subordinando a dicha estructura lo económico y puramente material,
no importando si tal estructura es el fruto de
una voluntad exteriorizada socialmente de
conformidad con las normas civiles y el trato
social, pues el bien jurídico, si se me permite,
es desde el grupo hacia adentro y no respecto
al marco social, ámbito de convivencia público. No significa esta postura legislar sobre el
matrimonio civil ni tampoco legitimar el con-
{ NOTAS }
Especial para La Ley. Derechos reservados (Ley 11.723)
(1) CNCrim. y Correc., sala VI, causa Nº 42.408,
“D.S.L.V.” del 07/1011.
(2) CNCrim. y Correc., sala VI, causa Nº 772/2012,
“N.N. s/ homicidio”, del 12/07/12.
(3) CNCrim. y Correc., sala V, causa Nº 24.304, “Fliter, Héctor”, del 04/06/04.
(4) LAJE ANAYA, Justo, “Estudio de Derecho Penal”,
Marcos Lerner Ed., 2001, t. II, p. 144.
(5) CNCrim. y Correc., sala VII, causa Nº 27.739,“Ditomaso, Graciela Laura”, del 26/10/05.
(6) “Código Penal. Análisis doctrinal y jurisprudencial”, dirigido por David Baigún y Eugenio Raúl Zaffaroni, Ed. Hammurabi, 2009, t. 7, p. 893.
(7) Op. cit. en 6, p. 899.
(8) Op. cit. en 6, p. 903.
(9) “Código Penal Comentado”, Director: Andrés
D’Alessio; Coordinador: Mauro A. Divito, t. II, La Ley,
2001, p. 859.
(10) CNCrim. y Correc., sala VI, causa Nº 27.453,
“García, Carlos R.”, del 17/08/05.
(11) CNCrim. y Correc., sala 6ª, 23/06/94, LA LEY,
1995-B, 625.
(12) CNCrim. y Correc., sala 5ª, causa “Flitter, Héctor
I.”, del 04/06/04.
martes 9 DE DICIEMBRE DE 2014 | 7
del bien que se invoca requiere en todo caso
profundizar la encuesta en este aspecto.
Lo expuesto y el análisis de la documentación que obra en el legajo impide dar crédito,
por ahora, a la versión exculpatoria y, los demás cuestionamientos efectuados por la defensa no enerva aquella decisión y el imputado
deberá acudir para ello a la sede pertinente.
Así voto.
El doctor Filozof dijo:
Más allá de los elementos incorporados en
autos, entiendo que en la presente se suscitan conflictos de diversa índole.
M. M. S., mantuvo una relación sentimental con L. G. L. y finalizada la misma denunció
que el imputado había tomado el vehículo del
que es propietaria, objeto de la aparente retención, y que, por tal motivo lo intimó a que
se lo restituyera.
cubinato, pero creo que decidir lo contrario
sería desconocer o ignorar una realidad que,
muy a pesar de los sentimientos particulares,
tanto del legislador como míos, ha instaurado
la necesidad de receptar las uniones de hecho estables, reconociéndoles derechos que
hacen al desenvolvimiento de la vida de relación...Tomando en cuenta este fundamento,
no puede desconocerse el concubinato como
institución merecedora de la misma exención
de responsabilidad penal que los casos mencionados anteriormente’ ”.
También se ha planteado la cuestión en
otros aspectos de la ley procesal, como es la
posibilidad de que un concubino sea tenido
por parte querellante en una causa penal,
arribándose a conclusiones dispares. En este
aspecto, puede citarse lo expresado en una
resolución (13) en la que, citando a Sagüés (14),
para quien la tendencia de la Corte Suprema
de Justicia de la Nación es sostener que el art.
14 bis de la Constitución Nacional ampara
tanto al matrimonio legítimo como al núcleo
familiar de hecho, afirma que: “acreditada la
Ahora bien, las partes son ex concubinarios respectivamente y la mentada intimación que S. le enviara a L. no hace ningún tipo
de mención a la relación laboral, que por cierto y atento a sus dichos en la actualidad aún
mantienen, sino que incluye el peligro de restitución en el marco de una pelea de pareja,
por lo que a mi entender la figura imputada al
nombrado deviene en atípica (ver fs. 4 y ss.).
Siguiendo esa línea de pensamiento esta
Sala ya sostuvo en otra oportunidad que:
“para que exista defraudación por retención
indebida, los bienes tuvieron que haber sido
entregados por el sujeto pasivo en depósito,
comisión, administración u otro título que
produzca la obligación de entregar o devolver, lo que no sucede en el sub examen...ya que
eran concubinos y residían en la misma vivienda”, (ver causa nro. 42.408 “D. S., L. V.”,
rta. el 07/10/2011). No se deja de advertir que
en el caso en particular, las partes se encuentran tramitando su separación en sede civil,
empero la duración por más de diez años del
relación de convivencia, su solidez y proyección; no debe temerse en reconocer como
damnificado a quien sufre la muerte del conviviente (ver art. 29, Cód. Penal) y si se reconoce que la tesis restrictiva se encuentra en
retirada no existe otro remedio que acudir a
la realidad sin recurrir a formalismos extremos y así admitir que la norma aplicable en
la especie no excluye la posibilidad de otorgar
al concubino el papel de acusador particular”.
Pero también se ha dicho que: “no puede ser
querellante el concubino o concubina de una
víctima fallecida, ya que carece de tal facultad por no estar comprendido dentro de los
supuestos taxativos de la norma” (15), postura
que fue recogida jurisprudencialmente (16).
concubinato podría equiparar sus efectos al
de “matrimonio”, sin negar con ello el reconocimiento legal y formal que tal instituto
merece.
Al respecto he votado con anterioridad que:
“Las características del concubinato se corresponden con la unión conyugal, a saber: la
cohabitación, la notoriedad, exclusividad de
la relación -fidelidad- y permanencia (...) trato
(...) de no impedir que la convivencia de marras
pueda producir determinados efectos, pues, si
bien en el caso puede encontrarse discusión
sobre el punto no es menos cierto que las leyes, la doctrina y la jurisprudencia le otorgan
efectos jurídicos al concubinato, dadas ciertas
condiciones (...) De igual modo no es cuestión
menor que el concubinato exige de un mayor
esfuerzo probatorio, y requisitos paralelos con
los requeridos a la institución matrimonial (se
trata de un estado de matrimonio aparente
que debe reunir los caracteres referidos más
arriba). (Sala VI, Causa Nro. 772/2012 “N.N. s/
homicidio.” rta, 12/07/2012).
la profunda crítica que realiza el Dr. Julio B.J.
Maier, “De los delitos”, p. 221. Siguiendo esa
línea de pensamiento y la base argumentativa
de las conclusiones del presente deben destacarse las características del concubinato para
concluir que se corresponden con la unión
conyugal, a saber: la cohabitación, la notoriedad, exclusividad de la relación —fidelidad— y
permanencia. No se trata de negar que el matrimonio es una institución reconocida legislativamente, que ha merecido protección legal y
formal sino de no impedir que la convivencia
de marras pueda producir determinados efectos pues, si bien en el caso puede encontrarse
discusión sobre el punto no es menos cierto
que las leyes, la doctrina y la jurisprudencia le
otorgan efectos jurídicos al concubinato” (18).
También en el resolutorio se cita la doctrina
que ha acompañado esta postura (19).
El juicio de valor con relación a si el bien es
“ganancial” resulta competencia del magistrado de la sede civil.
Por los motivos inferidos corresponde,
revocar la decisión adoptada por el Juez
de primera instancia y sobreseer al nombrado.
Así voto.
El doctor Lucini dijo:
Adhiero a la solución adoptada por mi colega preopinante.
En consecuencia, el Tribunal resuelve:
Revocar el auto de fs. 58/62 y sobreseer a L.
G. L. cuyas demás condiciones personales
obran en autos dejando expresa mención
que la formación del presente sumario no
afecta buen nombre y honor de que hubiere
gozado. — Ricardo M. Pinto (en disidencia).
— Mario Filozof. — Julio M. Lucini.
otros casos con desplazamiento de la misma.
Pero, sin embargo, a mi entender, no es posible extender estas consideraciones a todos
los supuestos ya que, para que una norma
pueda extender su alcance a situaciones no
contempladas, deben cumplirse ciertos requisitos fácticos. En efecto, quien comienza
una convivencia no siempre se propone que
esa unión sea por tiempo ilimitado como lo
hace quien formaliza una relación matrimonial. A veces, se lo hace voluntariamente por
un tiempo o pensando en que la misma terminará al primer desacople que se tenga en
la relación. En estos casos, no parece razonable equiparar su situación legal a la de las
parejas legalmente constituidoas. Esto está
indicando que, para que así sean tenidas en
cuenta, debe existir el requisito de permanencia, esto es que la misma no sea por un
breve período y que revista los caracteres
que la permitan asimilar. l
Recientemente ha habido un avance jurisprudencial en esta materia (17) y es dable
mencionar que se ha señalado que: “parece
lógicamente inconcebible que quienes se reconocen como víctimas no reciban la menor participación en la persecución penal por un prurito superado holgadamente en la sociedad de
nuestros días y lo sostengo haciéndome eco de
Es indudable que el cambio jurisprudencial
producido acompaña la realidad de nuestra
vida hoy día, donde la relación concubinaria se desarrolla paralelamente a la matrimonial, a veces en forma previa a ésta y en
nal de la Nación anotado y comentado, LA LEY, 2007, t. I,
p. 526.
(16) CNCrim. y Correc., sala V, causa 34.768, “N.N. s/
homicidio simple”.
(17) CNCrim. y Correc., sala I, c. 31243 “Kayat”
del 07/12/99; “C.A. Dolores” c. 56456, “Cabezas” del
18/09/98; CNCrim. y Correc., sala II “incidente de excepción” del 07/11/02.
(18) Voto del Dr. Mario Filozof en causas 772, “N.N. s/
homicidio” del 1207/12 y “D.S.L., D.” del 17/09/13, ambas
de la sala VI de la Cámara del Crimen.
(19) BOVINO, Alberto, “Problemas de Derecho Pro-
cesal Penal” p. 105; RIGHI, Esteban, “Dogmática y Política Criminal de la Víctima”, en Teorías Actuales en el Derecho Penal, Ad-Hoc, Bs. As., 1998”, p. 326; D’ALBORA,
Francisco, “Código comentado”, p. 100.
jo la entrega del niño; ya que, en tal caso,
es el juez del domicilio de origen de éste
quien se encuentra en mejores condiciones de conocer las circunstancias que rodearon el abandono.
I. Cuestionan los recurrentes lo dispuesto por el juez de grado en cuanto se declaró
incompetente para entender en la presente
causa- Centran esencialmente sus críticas
en lo normado en el art. 316 del Cód. Civil
en virtud del cual sostienen la competencia
del magistrado de esta jurisdicción teniendo
en cuenta que: “el lugar en que se tiene por
comprobado el abandono” lo ha sido en esta
ciudad. Señalan que la mencionada norma no
hace referencia a un domicilio formal como
lo es el que corresponde a los padres según
el art. 90, inc. 6) del Cód. Civil, y que el domicilio de la niña como lugar donde ésta reside
corresponde al domicilio real de los peticionantes en esta ciudad.
su nacimiento por expresa disposición de su
madre quien les habría delegado en forma
voluntaria su guarda; que la nombrada se
trasladó desde Oberá, Provincia de Misiones
para dejarles a su hija, y que unos seis meses
después volvió nuevamente a Buenos Aires
comunicándoles que definitivamente les dejaba la niña para que la adopten.
Cita on line: AR/DOC/4214/2014
{ NOTAS }
(13) CNCrim. y Correc., sala V, voto del Dr. Mario Filozof en la causa 34.768, “N.N. s/homicidio simple”, del
14/08/08.
(14) SAGÜÉS, Néstor, “Elementos de Derecho Constitucional”, t. 2, p. 732.
(15) ALMEYRA, Miguel Ángel, “Código Procesal Pe-
Competencia
Guarda con fines de adopción. Falta de
prueba del lugar de abandono. Juez del domicilio de origen del menor.
Hechos: Los cónyuges que ejercen la guarda de hecho de una menor que les fuera entregada voluntariamente por su madre solicitaron el otorgamiento de la guarda con
fines de adopción. El Juez Nacional en lo
Civil se declaró incompetente. La Cámara
confirmó su decisorio.
La Justicia Nacional en lo Civil es incompetente para resolver el pedido de otorgamiento de la guarda de un menor, efectuada por quienes la ejercen de hecho y se
domicilian en la Ciudad de Buenos Aires,
si la progenitora se encuentra radicada
en el interior del país y no se comprobó
fehacientemente el lugar donde se produ-
118.214 — CNCiv., sala H, 15/08/2014. - D. L.
A. s/ guarda.
Cita on line: AR/JUR/45094/2014
2ª Instancia.- Buenos Aires, agosto 15 de
2014.
Considerando:
Vienen estos autos a la Alzada para resolver el recurso de apelación interpuesto a fs.
54, concedido a fs. 55, contra la decisión de
fs. 48/49. A fs. 73/76 dictaminó el Sr. Defensor de Menores de Cámara y a fs. 78 hizo lo
propio el Sr. Fiscal de Cámara.
Del examen de las constancias obrantes en
autos resulta que a fs. 33/38 se presentan los
cónyuges C ... y J ... y solicitan el otorgamiento de la guarda para la adopción de ..., nacida
el día ... de ... de ....- Manifiestan que la niña se
encuentra a cargo de los peticionantes desde
A fs. 1 obra agregada la partida de nacimiento de... , producido en Oberá, Provincia
de Misiones, siendo hija de Y., con domicilio
en San Martín, Oberá, Provincia de Misiones. La Sra.... , progenitora de la niña no ha
comparecido aún al proceso ni ha sido oída
en modo alguno. Sin embargo, conforme las
constancias reseñadas y las manifestaciones
de los propios peticionantes, la misma se domicilia efectivamente en la Provincia de Misiones, provincia ésta en la cual nació ....
continúa en página 8
8 | martes 9 DE DICIEMBRE DE 2014
viene de PÁGINA 7
En este marco, cabe entonces señalar primeramente, que para decidir situaciones
como la presente, no resulta posible desentenderse de las circunstancias del caso y de
la trascendencia del problema humano implicado en la causa, toda vez que de no ser
ello así se desvirtuaría la misión específica de
los tribunales con competencia exclusiva en
asuntos de familia (v. CSJN Fallos: 323:91).En efecto, se trata de delicadas cuestiones
que deben ser prontamente abordadas por la
jurisdicción para que las repercusiones que
pudieren afectar a los derechos comprometidos en las mismas sean canalizadas de modo
efectivo en defensa del interés superior del
niño (conf. art. 3ro. de la Convención de los
Derechos del Niño, instrumento de jerarquía
constitucional de acuerdo a lo dispuesto en el
art. 75, inc. 22 de la Constitución Nacional y
Ley 26.061).
El art. 316 del Cód. Civil, modificado por la
ley 24.779 -que ha establecido en el derecho
positivo nacional un proceso judicial previo
a la adopción propiamente dicha, en el cual
el juez deberá discernir la guarda a quien o
quienes pretendan adoptar al menor (v. Belluscio, Augusto C., “Cód. Civil y leyes complementarias...”, tomo 8, págs. 1051/2, número 7)- , dispone que la guarda deberá ser
otorgada por el juez o tribunal del domicilio
del menor o donde judicialmente se hubiese
comprobado el abandono del mismo.
No es pacífica la doctrina y la jurisprudencia en cuanto al alcance de la norma mencionada. Es así que se ha afirmado que el domicilio del menor del art. 316 del Cód. Civil se
refiere al lugar donde éste se encuentre en
su carácter de sujeto que requiere protección
jurisdiccional, haciendo extensiva para ello
la interpretación del art. 235 del Código Procesal que establece que en los supuestos de
guardas ésta deberá ser otorgada por el juez
del domicilio de quien ha de ser amparado.
Tal criterio no es compartido por esta Sala,
en el entendimiento de que la regla general
para determinar la competencia del juez en
casos como el presente, es la del domicilio de
los menores que, de acuerdo a lo previsto en
el inc. 6) del art. 90 del Cód. Civil corresponde al de sus representantes.
En este escenario, si bien es cierto -como
se señalara- que lo determinante para dilucidar la cuestión lo constituye el interés superior de la niña que debe priorizarse y preservarse, no es menor cierto que en la especie,
el apartamiento de las reglas generales de
competencia mencionadas podría traer aparejado prácticas de prórroga de la competencia, improcedentes en un instituto de orden
público como lo es la guarda preadoptiva.
Síganos en
En el sub examine, tal como señala el Sr.
Defensor de Menores ante esta instancia, no
se ha acreditado que el “abandono” invocado
por los peticionantes se hubiese producido en
esta ciudad; pero sí se encuentra demostrado
que la niña nació en Oberá, Provincia de Misiones, lugar donde se domicilia realmente la
progenitora.
Así las cosas, comparte el tribunal la solución adoptada por quienes consideran que la
Justicia Nacional en lo Civil no resulta competente para entender en la petición de quienes detentan la guarda de hecho de un menor, domiciliados en esta Ciudad de Buenos
Aires, toda vez que la progenitora se encuentra radicada en otra provincia y no se comprobó fehacientemente el lugar del abandono
y entrega invocadas, razón por la cual es ante
el juez de dicho domicilio que deberá tramitar la guarda (v. CNCiv., Sala F, 17/11/2005,
“F, F”, LA LEY Online AR/JUR/8350/2005).
Es que será el juez del domicilio de origen de
la niña, quien se encuentra en mejores condiciones de conocer las circunstancias que
rodearon el abandono y la entrega que se han
invocado.
En virtud de las razones dadas, sin perjuicio de lo que oportunamente corresponda
decidir respecto del pedido de guarda para
adopción introducido en los presentes obrados, y de conformidad con lo dictaminado por
el Sr. Defensor de Menores y por el Sr. Fiscal
de Cámara, cuyos sólidos argumentos se dan
por reproducidos, comparte esta Sala la postura asumida por el magistrado de grado.
En consecuencia, la apelación no tendrá
favorable acogimiento.
II. Por las consideraciones precedentes
y de conformidad con lo dictaminado a fs.
73/76 por el Sr. Defensor de Menores de Cámara, y a fs. 78 por el Sr. Fiscal de Cámara,
el Tribunal resuelve: 1) Confirmar la decisión
de fs. 48/49. 2) En consecuencia, ordenar el
archivo de las actuaciones y la remisión de
copias certificadas de la causa al Tribunal
que resulte competente en el Departamento
Judicial de la Provincia de Misiones, a cuyo
fin se librará oficio en los términos de la Ley
22.172. Se encomienda la expedición de las
copias, su certificación y la confección del
oficio al juzgado de grado, el cual deberá ser
remitido para su diligenciamiento a la Sección Delegaciones del Interior de la Policía
Federal. 3) Se requiere asimismo al juez de
grado el seguimiento del trámite del oficio
ordenado precedentemente hasta tanto las
actuaciones se encuentren radicadas en el
tribunal que corresponda; y asimismo se exhorta a los peticionantes a arbitrar los medios necesarios para el consecuente impulso
de la causa. — Liliana E. Abreut de Begher. —
Claudio M. Kiper. — Sebastián Picasso.
edictos
70742/2014 LEFALLE, ANA JOSEFA s/
SUCESION AB-INTESTATO. El Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil Nº 11,
Secretaría Única, cita y emplaza por treinta
(30) días a herederos y acreedores de ANA
JOSEFA LEFALLE. Publíquese por tres días
en el diario La Ley.
Buenos Aires, 29 de octubre de 2014
Javier A. Santiso, sec.
LA LEY: I. 09/12/14 V. 11/12/14
El Juzgado Nacional de Primera Instancia en
lo Civil Nº 18, sito en Av. de los Inmigrantes
1950, Piso 5º, de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, Secretaría única, a cargo de la
Dra. María Alejandra Salles, cita y emplaza
por el término de treinta días a herederos y
acreedores de don EMILIO ANGEL ISERNIA.
Publíquese por tres días.
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 17
de noviembre de 2014
Alejandra Salles, sec.
LA LEY: I. 09/12/14 V. 11/12/14
Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo
Civil Nº 39, Secretaría única, cita y/o emplaza
por treinta días a herederos y acreedores de
SANDRA VIVIANA CESARIO a efectos de
que hagan valer sus derechos. Publíquese
por tres días.
Buenos Aires, 18 de noviembre de 2014
Gabriel Pablo Pérez Portela, sec.
LA LEY: I. 09/12/14 V. 11/12/14
El Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil Nº 49, Secretaría única de
Capital Federal, cita y emplaza por treinta (30) días a herederos y acreedores de
CARLOS ALBERTO RIBERO. Publíquese
por el plazo de tres (3) días en el diario
“La Ley”.
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 14
de noviembre de 2014
Viviana Silvia Torello, sec.
LA LEY: I. 09/12/14 V. 11/12/14
El Juzgado Nacional de 1ra. Instancia en
lo Civil Nº 20, Secretaría única a mi cargo, sito en Talcahuano 550, 6to. piso de
C.A.B.A. cita y emplaza por treinta días a
herederos y acreedores de CASAREGOLA
NOEMI IRMA, a efectos de hacer valer
sus derechos. Publíquese por tres días en
“LA LEY”.
Buenos Aires, 25 de noviembre de
2014
Juan Carlos Pasini, sec.
LA LEY: I. 09/12/14 V. 11/12/14
JO, nacido en Grenoble – Isere – Francia, el día 14 de mayo de 1959, con DNI
Nº 94.129.357, ha peticionado la concesión de la ciudadanía argentina, a fin de
que los interesados hagan saber a este
Juzgado las circunstancias que pudiesen
obstar a dicho pedido. El presente deberá
ser publicado por dos veces en un lapso de
quince días en LA LEY.
Buenos Aires, 13 de noviembre de 2014
José Luis Cassinerio, sec.
LA LEY: I. 09/12/14 V. 09/12/14
El Juzgado Nacional de Primera Instancia
en lo Civil Nº 54, cita y emplaza a herederos
y acreedores de MONICA INES RIBES por el
término de treinta días. Publíquese por tres
días en el diario LA LEY.
Buenos Aires, 5 de noviembre de 2014
Ma. de las Mercedes Domínguez, sec. int.
LA LEY: I. 09/12/14 V. 11/12/14
El Juzgado Nacional de Primera Instancia
en lo Civil Nº 3, Secretaría Única, cita y emplaza por el plazo de treinta días a herederos y acreedores de YOLANDA CARMEN
NAPOLI a los efectos de que comparezcan a
hacer valer sus derechos. El presente deberá
publicarse por el término de tres días en el
Diario LA LEY.
Buenos Aires, 4 de septiembre de 2014
Marcelo M. Pelayo, sec.
LA LEY: I. 05/12/14 V. 10/12/14
El Juzgado Nacional de Primera Instancia
en lo Civil Nº 54, cita y emplaza a herederos
y acreedores de COUTO, HECTOR FRANCISCO por el término de treinta días. Publíquese por tres días en LA LEY.
Buenos Aires, 20 de noviembre de
2014
Ma. de las Mercedes Domíguez, sec. int.
LA LEY: I. 09/12/14 V. 11/12/14
El Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil Nº 80, Secretaría Unica,
cita y emplaza por el término de 30 días
a herederos y acreedores de Doña CONCEPCIÓN PETEIRO, a los efectos de que
hagan valer sus derechos. Publíquese por
tres días.
Buenos Aires, 20 de noviembre de
2014
Santiago Pedro Iribarne, sec.
LA LEY: I. 09/12/14 V. 11/12/14
2832/2013 QUISPE PEREZ DENISS s/
SOLICITUD DE CARTA DE CIUDADANÍA.
El Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil y Comercial Federal Nº 3, a
cargo del Dr. Roberto R. Torti, Secretaría
Nº 6, a mi cargo, sito en Libertad 731,
piso 4to., de esta ciudad, hace saber que
el Sr. DENISS QUISPE PEREZ, D.N.I.
Nº 94.174.155, de nacionalidad peruana
ha solicitado la declaración de la “Ciudadanía Argentina”. Cualquier persona
que conozca algún impedimento para la
concesión de dicho beneficio podrá hacerlo saber a través del Ministerio Público,
dentro del plazo de quince días. Publíquese por dos días.
Buenos Aires, 26 de noviembre de
2014
Viviana J. Malagamba, sec. fed.
LA LEY: I. 09/12/14 V. 09/12/14
El Juzgado de 1ª Instancia en lo Civil y
Comercial Nº 9, del departamento judicial
de Morón, Pcia. de Buenos Aires, sito en
Colón 151, 2º piso, localidad y partido de
Morón, cita y emplaza, en autos: “FRASSON EDUARDO MIGUEL ANGEL y OTRA
c/HEREDEROS Y/O SUCESORES DE
TRISTANY RAMON s/PRESCRIPCIÓN
ADQUISITIVA VICENAL DEL DOMINIO
DE INMUEBLES”, Expte. 6.325/2008, a
los herederos y/o sucesores de RAMON
TRISTANY, y/o a quienes se consideren
con derecho al inmueble, sito en la localidad de Pontevedra, Partido de Merlo,
Pcia. de Buenos Aires, designado según
título como lote de terreno 2 de la Mza.
J, designado catastralmente: Circ. III,
Mza. 10, Sec. F, Parc. 2, Pda. Inmobiliaria 072-097.447-9, inscripto el dominio
en el Registro de la Propiedad Inmueble
de la Pcia. de Buenos Aires, al folio 933
del año 1949, del Registro del Partido de
Merlo, a nombre de RAMON TRISTANY,
para que dentro del plazo de 10 días comparezcan a hacer valer sus derechos, bajo
apercibimiento de nombrarse al Defensor
Oficial en turno para que los represente;
(art. 341 del CPCC). El presente edicto
deberá ser publicado por dos días en el
diario “La Ley” de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires.
Morón, 14 de noviembre de 2014
Alejandra Irma Piccoli, sec.
LA LEY: I. 09/12/14 V. 10/12/14
El Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil y Comercial Federal Nº 8,
Secretaría Nº 15, sito en Libertad 731, 7º
piso de Capital Federal, hace saber que a
CHRISTOPHE JACQUES ALBALADE-
El Juzgado Nacional de Primera Instancia
en lo Civil Nº 21, secretaría única con sede
en Talcahuano 490 Piso 1º de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, cita y emplaza
por treinta días a herederos y acreedores
de HEBER RENE BEMON a los efectos que
hagan valer sus derechos. El presente deberá publicarse por tres (3) días en el diario
“La Ley”.
Buenos Aires, 18 de noviembre de
2014
Horacio Raúl Lola, sec.
LA LEY: I. 05/12/14 V. 10/12/14
NAVAL, VICTORIA s/SUCESION AB-INTESTATO. El Juzgado Nacional en lo Civil
Nº 71 cita y emplaza por el plazo de treinta
días a herederos y acreedores de VICTORIA
NAVAL a presentarse en autos a fin de hacer valer sus derechos. Publíquese por tres
días.
Buenos Aires, 14 de noviembre de
2014
Manuel J. Pereira, sec.
LA LEY: I. 05/12/14 V. 10/12/14
El Juzgado Nacional de Primera Instancia
en lo Civil Nº 93, cita y emplaza por 30
días a herederos y acreedores de SILVINA CASTRO. Publíquese por 3 días en
La Ley.
Buenos Aires, 29 de septiembre de
2014
M. Alejandra Tello, sec.
LA LEY: I. 05/12/14 V. 10/12/14
Juz. Civ. y Com. Federal Nº 1 Sec. Nº 2
de la Cap. Fed. hace saber ROSSMERYS
EST H ER D U VAL V I C TOR I ANO D N I
95.094.423 de nacionalidad dominicana
ha solicitado la concesión de la carta de
ciudadanía argentina. Se deja constancia que deberá publicarse por dos días en
“La Ley”.
Buenos Aires, 18 de noviembre de
2014
Mercedes Maqueira, sec.
LA LEY: I. 05/12/14 V. 05/12/14
El Juz. Fed. Civ. y Com. Nº 1, Sec. Nº 1 de
la Cap. Fed. hace saber que BABACAR
FALL de nacionalidad senegalés, DNI
95.170.605 ha solicitado la concesión de
la Ciudadanía Argentina. Se deja constancia que deberán publicarse por dos días en
el diario LA LEY.
Buenos Aires, 31 de octubre de 2014
Ana Laura Bruno, sec.
LA LEY: I. 05/12/14 V. 05/12/14
El Juzgado Nacional de Primera Instancia
en lo Civil Nº 5, cita y emplaza por treinta
días a herederos y acreedores de BREA PEDRO y TARRIO MARÍA MANUELA. Publíquese por tres días en LA LEY
Buenos Aires, 19 de noviembre de
2014
Gonzalo R. Martínez Alvarez, sec.
LA LEY: I. 04/12/14 V. 09/12/14
El Juzgado Nacional en lo Civil Nº 13, Secretaría única, cita y emplaza por el término de 30 días a herederos y acreedores de
PASTORA RODRIGUEZ, EDITH FELISA
CANEPA y LIDIA GUILLERMINA CANEPA. Publíquese por 3 días en el diario
LA LEY.
Buenos Aires, 16 de julio de 2014
Diego Hernán Tachella, sec.
LA LEY: I. 04/12/14 V. 09/12/14
/thomsonreuterslaley
@TRLaLey
El Juzgado Nacional en lo Civil Nº 13, Secretaría única, cita y emplaza por el término de 30 días a herederos y acreedores de
NICOLAS MIGUEL MAZZA. Publíquese
por 3 días en el diario LA LEY.
Buenos Aires, 11 de noviembre de 2014
Diego Hernán Tachella, sec.
LA LEY: I. 04/12/14 V. 09/12/14
El Juzgado Nacional de Primera Instancia en
lo Civil Nº 49, Secretaría Única, cita y emplaza por treinta (30) días a herederos y acreedores de doña MARUCCI MARIA VICENTA,
para que en dicho término se presenten a
hacer valer sus derechos y acrediten vínculo
con el causante. El presente edicto deberá
publicarse por tres (3) días en La Ley.
Buenos Aires, 14 de noviembre de
2014
Viviana Silvia Torello, sec.
LA LEY: I. 04/12/14 V. 09/12/14
El Juzgado Nacional de Primera Instancia
en lo Civil Nº 53, cita y emplaza por 30 días
a herederos y acreedores de NORMA ABDO
a fin de presentarse a hacer valer sus derechos. El presente deberá publicarse por 3
días en el diario La Ley.
Buenos Aires, 12 de noviembre de
2014
Aldo di Vito, sec.
LA LEY: I. 04/12/14 V. 09/12/14
El Juzgado Nacional de Primera Instancia
en lo Civil Nº 63 cita y emplaza por 30 días
a herederos y acreedores de GUILLERMO
EDUARDO SACCHERO a los efectos que
comparezcan a hacer valer sus derechos.
Publíquese por tres días en el diario La Ley.
Buenos Aires, 4 de julio de 2014
Claudia Andrea Bottaro, sec.
LA LEY: I. 04/12/14 V. 09/12/14
El Juzgado Nacional de 1ª Instancia en lo
Civil Nº 90, Secretaría Única, cita y emplaza
por treinta días a herederos y acreedores de
MARIANO DE LARRECHEA, a efectos de
que hagan valer sus derechos. El presente
deberá publicarse por tres días en el diario
“La Ley”.
Buenos Aires, 19 de noviembre de
2014
Gustavo Alberto Alegre, sec.
LA LEY: I. 04/12/14 V. 09/12/14
El Juzgado Nacional de Primera Instancia
en lo Civil Nº 97, Secretaría Única a mi
cargo, cita y emplaza por treinta días a
herederos y acreedores de SERGIO GARCIA FERNANDEZ y MARIA ANTONIA
DE LUCA a los efectos de hacer valer sus
derechos. Publíquese por tres días en el
diario “LA LEY”.
Buenos Aires, 5 de noviembre de 2014
María Verónica Ramírez, sec.
LA LEY: I. 04/12/14 V. 09/12/14
El Juzgado Nacional de 1ª Instancia en lo Civil
Nº 16, cita y emplaza por treinta días a herederos y acreedores de PRAXEDES MATEO
SAGASTA, a fin que comparezcan a hacer
valer sus derechos. Publíquese por tres días.
Buenos Aires, 19 de noviembre de
2014
Adrián E. Marturet, sec.
LA LEY: I. 03/12/14 V. 05/12/14
El Juzgado en lo Civil Nº 45, Secretaría única, cita y emplaza por treinta días a herederos y acreedores de Don FRANCISCO BEXIGA y Doña CATALINA BORELLO, a efectos
de hacer valer sus derechos. Publíquese por
tres días.
Buenos Aires, 31 de octubre de 2014
Andrea A. Imatz, sec.
LA LEY: I. 03/12/14 V. 05/12/14
El Juzgado Nacional de Primera Instancia
en lo Civil 93, cita y emplaza por 30 días a
herederos y acreedores de IRENE LILIA PIÑOL. Publíquese por 3 días en La Ley.
Buenos Aires, 17 de noviembre de 2014
M. Alejandra Tello, sec.
LA LEY: I. 03/12/14 V. 05/12/14
El Juz. Fed. Civ. y Com. Nº 1, Sec. Nº 1 de la
Cap. Fed. hace saber que MARÍA ISABEL
LEÓN CUEVAS de nacionalidad peruana,
DNI 93.750.683 ha solicitado la concesión
de la Ciudadanía Argentina. Se deja constancia que deberán publicarse por dos días en el
diario LA LEY.
Buenos Aires, 3 de octubre de 2014
Ana Laura Bruno, sec.
LA LEY: I. 03/12/14 V. 04/12/14
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