FOJA: 354.- Trecientos cincuenta y cuatro.

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FOJA: 354.- Trecientos cincuenta y cuatro.NOMENCLATURA
JUZGADO
CAUSA ROL
CARATULADO
DEMANDANTE
ABOGADO
DEMANDADO
ABOGADO
FECHA DE INGRESO
FECHA PARA FALLO
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1. [40]Sentencia
Juzgado de Letras de Cañete
C-28020-2009
ROCHA / ROJAS
ROSA ÁNGELA VALENZUELA CARRILLO
HERVARTH ROCHA LAULHERE
GUILLERMO CESAR ROJAS NÚÑEZ.
ALEXIS ARAVENA VALENZUELA.
06 enero 2009.
20 octubre 2014.
Cañete, catorce de enero de dos mil quince.
Que habiendo asumido como Juez Suplente el 05 de enero del
presente, por resolución exenta N°3-2015 de la Iltma. Corte de Apelaciones
de Concepción, téngase por ingresado a mi despacho con esa fecha.
VISTO:
Que a fojas 1, comparece don Hervarth D. Rocha Laulhere, abogado,
con domicilio en Saavedra N°1021 de Cañete, por don Claudio Castillo
Valenzuela, y este como mandatario de doña Rosa Ángela Valenzuela
Carrillo, domiciliada en esta ciudad, quien acciona en procedimiento
ordinario de nulidad de contrato en contra de don Guillermo César Rojas
Nuñez, médico cirujano, con domicilio en calle Tucapel N° 070 de la comuna
de Cañete, en base a los fundamentos de hecho y derecho siguientes:
I)
En cuanto a la acción principal de Nulidad de Contrato, solicita
se declare:
1)
Que es nulo absolutamente el contrato celebrado entre las partes, por
escritura pública celebrada con fecha 17 de julio del año 2008 ante el
Notario Público de Coronel del Repertorio 1842-2008.
2)
Que en consecuencia quedan sin efecto las anotaciones marginales e
inscripciones a favor del demandado.
3)
Que se cancela la anotación de la resolución que concede la posesión
efectiva de los bienes quedados al fallecimiento de don Hernán Anguita
Gajardo, si la hubiere.
4)
Que el demandado debe pagar las costas del juicio.
Funda su acción principal en que el 10 de diciembre de 2007 doña
Rosa Ángela Valenzuela Carrillo concurrió al Banco de Chile, sucursal
Cañete a efectuar un depósito de dinero a plazo, inducida por don Guillermo
Cesar Rojas Nuñez, realizando depósitos a su nombre por la suma de $
40.000.000 en depósito a 35 días y un deposito a nombre del demandado
por la suma de $ 90.000.000 también a 35 días. Ultimo depósito que se
realizó con la obligación de restituir dicha suma al vencimiento del depósito
más intereses a doña Rosa Ángela Valenzuela Carrillo, sin embargo el
demandado el 16 de enero de 2008, retiro dicha suma y la deposito a su
nombre en la entidad bancaria CORPBANCA, sucursal Concepción.
Señala que el 1 de febrero del 2008, fallece el señor Anguita, marido
y cónyuge de la demandante. El demandado, le presenta a la demandante al
abogado don Jaime Norambuena Mora, quien procedió a la apertura del
testamento solemne cerrado, mediante el cual la demandante Valenzuela se
convierte en heredera universal de todos los bienes del causante, entre los
cuales se encuentra el Fundo Anique, inmueble objeto del contrato que se
solicita dejar nulo mediante este libelo.
Relata que el demandado como médico personal de la demandante, le
insta reiterada y fehacientemente para que le venda el fundo mencionado,
pues ella no está en condiciones de atender dichos asuntos, ya que debe
relajarse porque sufre de estrés y depresión. Así el 17 de julio de 2008
mediante ardid del demandado, se celebra contrato de compraventa entre
las partes de este juicio, siendo doña Rosa Ángela Valenzuela la vendedora
y el demandado el comprador, venta que recae en el Fundo Anique
mencionado por la suma de $ 50.000.000 pagados mediante vale vista del
banco Corpbanca. Así las cosas, el demandando no solo engaña a la
demandante para apropiarse de su dinero, sino que además compra
supuestamente el bien inmueble de doña Rosa Valenzuela con los mismos
dineros obtenidos mediante engaño. Es más, antes de que falleciera el
cónyuge de la demandante, don Guillermo Rojas ya había visitado el predio,
excediendo las atribuciones que se le pueden atribuir a un médico.
Argumenta la parte demandante que el contrato celebrado entre las
partes, adolece de nulidad absoluta por cuanto en su celebración se han
omitido elementos esenciales que según la ley sin los cuales no producen
efecto alguno o degeneran en un contrato diferente según lo señala el
artículo 1444 del Código Civil, ya que falta el precio, requisito esencial del
contrato de compraventa, como lo señala el artículo 1793 del mismo Código,
ya que el precio que señala el contrato, de $50.000.000 no corresponde a la
realidad de los hechos, ya que dicha suma nunca fue pagada , ni tampoco
existió el vale vista mencionado en las cláusulas del contrato, tal como lo
reconoció al Fiscal de Cañete el demandado en causa RUC 0810023886-2,
RIT 1180-08. El demandado asegura en esa misma causa que el precio lo
está pagando en cuotas mensuales y sucesivas, hecho que no es efectivo,
porque este nunca se estipuló, por lo que tampoco nunca se pagó.
Por lo que de conformidad al artículo 1793 del Código Civil, el precio
no cumple con los requisitos exigidos para darle validez al contrato, esto es,
debe pactarse en dinero, ser real, serio y determinado. En el caso, el
precio es absolutamente irrisorio, el demandando se excusa señalando que
el vale vista que se menciona en la escritura es sólo para cumplir con una
formalidad., es decir, nunca se pagó precio alguno, menos por la suma de
cincuenta millones, ni tampoco se está pagando mensualmente la suma de
un millón quinientos mil pesos.
Por tanto, en virtud de los artículos 10, 1681, 1682 y siguientes del
Código Civil, el acto jurídico celebrado entre Rosa Ángela Valenzuela
Carrillo y Guillermo César Rojas Núñez es nulo absolutamente, pues se ha
omitido un requisito que la ley exige en consideración a la naturaleza
misma del acto o contrato, en lo que quedan comprendidos todos los
requisitos, tanto para la validez como para su existencia.
II)
En cuanto a la acción subsidiaria de Nulidad por Dolo, solicita se
declare:
1)
Que el acto jurídico celebrado entre las partes es nulo por dolo,
de modo que las cosas deben ser restituidas al mismo estado en que se
hallarían de no existir el acto nulo, cancelándose las inscripciones que se
hubieren efectuado en el Registro de Propiedad del Conservador de Bienes
Raíces de Cañete, respecto del predio denominado “Anique” que se
encuentra inscrito a fojas 5, número 6 del año 1964. Rol N° 219-22.
2)
Que el demandado debe pagar las costas del juicio.
Funda su acción subsidiaria en que mediante un acto doloso de parte
del demandado Rojas y que de haber sido conocida dicha intención, la
demandante Rosa Ángela Valenzuela Carrillo no hubiere celebrado el
contrato de compraventa respecto al Fundo Anique. Tal intención maliciosa
se manifiesta desde el momento en que el demandado mediante ardid, logra
que la demandante le deposite a su nombre la suma de $ 90.000.000. Luego
retira esos dineros y los traslada y deposita en Corpbanca sucursal
Concepción. Luego el 14 de julio rescata esos dineros y el día 17 de julio de
2008 celebra el contrato de compraventa de todos los derechos cuota o
acciones que tiene doña Rosa Ángela Valenzuela Carrillo sobre el inmueble
denominado “Fundo Anique”, estipulando en el contrato que el precio es $
50.000.000, pagados al contado mediante vale vista. Sin embargo nunca
existió tal pago o si existió se pagó con dineros de la vendedora. Lo que
queda claro es que esta maquinación es obra de una de las partes, en este
caso de la compradora y que la vendedora de haber sabido o conocido las
intenciones del demandado, jamás hubiera contratado.
III)
En cuanto a la acción subsidiaria, de recisión del acto jurídico
por lesión enorme. Solicita se declare:
1)
Que se rescinde por lesión enorme el contrato de compraventa
celebrado respecto del inmueble ubicado en Cañete, denominado Lote A-1,
“Fundo Anique”.
2)
Que en consecuencia queda sin efecto la inscripción practicada
en virtud de ese contrato, la que deberá ser cancelada por el Señor
Conservador de Bienes Raíces de Cañete, manteniéndose la inscripción
anterior.
3)
Que el demandado debe restituirme el inmueble referido dentro
de tercero día de ejecutoriada la sentencia definitiva de autos bajo
apercibimiento.
4)
Que el demandado debe pagar las costas de la causa.
Funda su acción subsidiaria en que por escritura pública celebrada el
17 de julio de 2008, en Coronel, comparece como vendedora doña Rosa
Ángela Valenzuela Carrillo, la demandante, y como comprador don Guillermo
César Rojas Nuñez, quien es el demandado, sobre el inmueble denominado
“Anique”, individualizado como Lote A-1 producto de la subdivisión del
fundo de su misma denominación Anique, el que se encuentra inscrito a
fojas 5 número 6 del Registro de Propiedad del Conservador de Bienes
Raíces de Cañete del año 1964. Rola para efectos tributarios con el N° 21922 de la comuna de Cañete. Tiene en la actualidad una superficie de 79,40
hectáreas. Que a la fecha de celebración del contrato el justo precio de la
cosa vendida era no inferior a seiscientos millones de pesos, lo q
representa una cantidad muy superior al doble del precio de la cosa
vendida, que fue estipulado en $ 50.000.000.
Existe lesión enorme cuando el precio que recibe el vendedor es
inferior a la mitad del justo precio de la cosa vendida. Es procedente, en
consecuencia que a doña Rosa Ángela Valenzuela Carrillo se le restablezca
en la posesión material e inscrita del inmueble.
Que a fojas 17, contestando el demandado solicita se rechace la
pretensión de la demandante, en todas sus partes, con costas.
Funda su contestación en que los valores que se señalan como
depositados a nombre de la demandante y el demandado en contratos de
plazo fijo, no dicen relación con la celebración del contrato de compraventa
que se quiere dejar nulo por el demandante, a su vez argumentan que el
contrato celebrado tiene en su cláusula tercera, estipulado el precio, por lo
que la afirmación de faltar algún requisito en este contrato, es falsa a la luz
del instrumento firmado por las partes. Cosa distinta es la forma o
modalidad de pago que no son de la esencia de ningún acto jurídico y que
en el supuesto caso de no haberse pagado el precio constituiría un
incumplimiento de contrato, debiendo accionarse en forma diversa a la
presente demanda. Es más, en el caso de autos, es la demandante la que se
niega a recibir el pago. Por tanto, el acto jurídico impugnado cumple con
todos los requisitos legales y esenciales para que sea perfecto y produzca
efectos entre las partes.
En cuanto a la primera acción subsidiaria, solicita no dar lugar a ella
en base a que la contraria no señala en forma clara y precisa cuales son los
actos dolosos que el demandado habría efectuado para que suscribiera el
acto jurídico en cuestión, haciendo meras referencias a situaciones de
hecho, que de ser efectivas no constituirían dolo. Añaden que el demandado
regresó a la demandante los dineros que le dio para depositar, de modo que
ningún dolo ni mala fe hay en las conductas de su representado. La
contraria concurre a celebrar el acto de forma libre y con conocimiento de
las consecuencias jurídicas que de ello derivaban, refrendado todo por un
ministro de fe pública, como lo es el Notario Público que autoriza la
escritura pública que contiene el contrato celebrado.
En cuanto a la segunda demanda subsidiaria, solicita no dar lugar a
ella. Por cuanto, tanto en la demanda principal como la subsidiaria del
primer otrosí desconoce la existencia del contrato, sin embargo en la del
segundo otrosí alega lesión enorme, es decir, reconoce la existencia del
contrato, es decir, la actora actúa en contradicción con sus anteriores
acciones y el derecho exige que en el actuar de las personas haya cierta
congruencia y orden, principio que se conoce como “Principio de los Actos
Propios”, por eso la demanda de lesión enorme debe ser rechazada por ser
contradictoria con las acciones anteriores.
Además, esta parte considera que no se cumplen los requisitos de la
lesión enorme, ya que la demandante no señala cual es el justo precio del
predio contenido en el acto jurídico impugnado, limitando a señalar un valor
antojadizo, exento de todo fundamento, o referencia que lo sustente.
Tampoco señala que la propiedad sobre la que versa el contrato se
encontraba con una deuda de contribuciones de bienes raíces, por lo que
salió a remate, siendo pagada la deuda, en definitiva por don Guillermo
Rojas, tal como aparece en causa rol 27.906-2008, caratulado Fisco con
Etchepare Lacoste María y Otros, de este Juzgado Civil de Cañete. Omite
además que la propiedad está gravada con usufructo de diez años de
duración a favor de la Ilustre Municipalidad de Cañete. Todas estas
circunstancias que disminuyen considerablemente el valor del inmueble, por
lo que el precio pactado en el contrato de compraventa debe considerarse el
justo precio y ajustado totalmente a derecho.
A fojas 24, replica la demandante, reproduciendo todos y cada uno de
los hechos que sirven de fundamento de la demanda.
Señalando que todas las peticiones se han formulado en forma
subsidiaria y son absolutamente procedentes. Que nuestro Código Civil está
estructurado sobre pilares como la buena fe y es contrario al
enriquecimiento sin causa. Que no es común que un médico de familia, se
preocupe o interese por los bienes de sus pacientes.
El demandado de autos, no evacuó el trámite de la duplica.
A fojas 56, se llevó a cabo audiencia de conciliación. Llamadas las
partes a conciliación, no hubo acuerdo teniendo en cuenta la inasistencia de
la parte demandada.
A fojas 263, se recibió la causa a prueba, rindiéndose la que consta en
autos.
A fojas 327, se citó a las partes a oír sentencia.
CON LO RELACIONADO Y CONSIDERANDO:
PRIMERO: Que a fojas 1, don Hervarth D. Rocha Laulhere, abogado, , por
don Claudio Castillo Valenzuela, y este como mandatario de doña Rosa
Ángela Valenzuela Carrillo, de esta ciudad, acciona en procedimiento
ordinario de nulidad de contrato en contra de don Guillermo César Rojas
Nuñez, médico cirujano, con domicilio en calle Tucapel N° 070 de la comuna
de Cañete, en base a los fundamentos de hecho y derecho expresados en la
parte expositiva de esta sentencia, los cuales por economía procesal se dan
por reproducidos, para que disponga lo que pasa a señalarse;
I.- En cuanto a la acción principal de Nulidad de Contrato:
1)
Que el acto jurídico celebrado entre las partes es nulo por dolo, de
modo que las cosas deben ser restituidas al mismo estado en que se
hallarían de no existir el acto nulo, cancelándose las inscripciones que se
hubieren efectuado en el Registro de Propiedad del Conservador de Bienes
Raíces de Cañete, respecto del predio denominado “Anique” que se
encuentra inscrito a fojas 5, número 6 del año 1964. Rol N° 219-22.
2)
Que el demandado debe pagar las costas del juicio.
II.- En cuanto a la acción subsidiaria de Nulidad por Dolo,
1)
Que el acto jurídico celebrado entre las partes es nulo por dolo, de
modo que las cosas deben ser restituidas al mismo estado en que se
hallarían de no existir el acto nulo, cancelándose las inscripciones que se
hubieren efectuado en el Registro de Propiedad del Conservador de Bienes
Raíces de Cañete, respecto del predio denominado “Anique” que se
encuentra inscrito a fojas 5, número 6 del año 1964. Rol N° 219-22.
2)
Que el demandado debe pagar las costas del juicio.
III.- En cuanto a la acción subsidiaria, de recisión del acto jurídico por
lesión enorme.
1)
Que se rescinde por lesión enorme el contrato de compraventa
celebrado respecto del inmueble ubicado en Cañete, denominado Lote A-1,
“Fundo Anique”.
2)
Que en consecuencia queda sin efecto la inscripción practicada en
virtud de ese contrato, la que deberá ser cancelada por el Señor
Conservador de Bienes Raíces de Cañete, manteniéndose la inscripción
anterior.
3)
Que el demandado debe restituirme el inmueble referido dentro de
tercero día de ejecutoriada la sentencia definitiva de autos bajo
apercibimiento.
4)
Que el demandado debe pagar las costas de la causa.;
SEGUNDO: A fojas 17, contestando el demandado solicita se rechace la
pretensión de la demandante. Tanto principal como subsidiarias, por los
fundamentos expresados en la parte expositiva de esta sentencia, las cuales
se dan por reproducidas, en todas sus partes, con costas.;
TERCERO: Que para acreditar los fundamentos de su pretensión, el actor
acompañó en lo que tiene relevancia para esta litis, la siguiente prueba:
Documental:
1) A fojas 216, copia autorizada de escritura pública de contrato de
promesa de compraventa, celebrada el año 2008, entre Palma Tapia,
Alberto del Rosario y Riquelme Carrasco, Blanca Nieves. De una superficie
de 1.600 metros cuadrados y cuyo valor a la época de celebración de
contrato era de $ 4.000.000.
2) A fojas 136 a 139, ambas inclusive, documento sobre “Resumen de
Relación de Hechos”, que fuera elaborado por don Guillermo Rojas en la
Fiscalía Local de Cañete.
3) A fojas 140 y siguientes, declaración prestada el 10 de diciembre de
2008 ante la Fiscalía de Cañete, prestada por don Guillermo Cesar Rojas
Nuñez.
4) A fojas 151, Contrato de Cesión de Derechos Real de herencia, entre
doña Rosa Ángela Valenzuela Carrillo a don Guillermo Cesar Rojas Núñez,
por el cual se declara que doña Rosa Ángela Valenzuela Carrillo, tiene la
calidad de heredera como cónyuge sobreviviente y testamentaria de don
Hernán Eugenio Anguita Gajardo, fallecido el primero de febrero de dos mil
ocho, derechos que recaen sobre un inmueble denominado “Fundo Anique”,
el cual tuvo una superficie original de 300 hectáreas aproximadamente,
ubicado en la comuna de Cañete, inscrito a fojas 5, número 6 del Registro
de Propiedad del Conservador de Bienes Raíces de Cañete, del año 1964.
Por dicho instrumento la demandante, vendió, cedió, y transfirió, todos los
derechos, cuota o acciones que tiene en dicho inmueble.
5) A fojas 153, copia de testamento solemne cerrado que da cuenta que
doña Rosa Ángela Valenzuela Carrillo es heredera universal de los bienes
quedados al fallecimiento de su cónyuge don Hernán Eugenio Anguita
Gajardo.
6) A fojas 155 y siguientes, copia de declaración policial del demandado
Guillermo Rojas Núñez, ante la Subcomisario Sandra Silva Contreras de la
Brigada de Delitos Económicos de Concepción, a petición de la Fiscalía de
Coronel, de 07 de marzo de 2009.
7) A fojas 159 y siguientes, Pre-informe Policial N°631 del 09 de abril
de 2009 de la Brigada Investigadora de Delitos Económicos de Concepción.
Documentos acompañados con citación y bajo los apercibimientos legales
del artículo 342 N°1 y N°2, que no fueron objetados dentro de plazo.
Testimonial:
A fojas 295 y siguientes, consistente en los dichos de:
Don Diego Alfonso Henríquez Zyzykine, quien previamente
individualizado y legalmente examinado, sin tacha y dando razón de sus
dichos, declara: Que conoce a las partes de este juicio, por ser vecino de
Rosa durante muchos años y al demandado por ser médico conocido de la
ciudad. Sé porque me exhibieron el contrato de cesión de derechos, que
tenía un precio de $ 50.000.000, pero el precio se había pactado con
anterioridad, meses antes de la fecha del contrato, siendo muy distinto al
que se pactó en la escritura, esto lo sé porque me lo dijo el señor Guillermo
Rojas. El precio pactado en la escritura fue en vale vista, esto es pago al
contado, el pactado anteriormente por las partes, era en cuotas de $
1.500.000 mensuales, seis cuotas según me dijo el demandado. Señala que
es muy distinto el precio pactado en la escritura, el acordado antes de la
escritura y lo que realmente vale el sitio en cuestión. Don Guillermo me
estaba vendiendo una hectárea en diez a quince millones, una vez que
terminaran los malos entendidos respecto al predio.
Don Alfonso Henríquez Toledo, quien previamente individualizado y
legalmente examinado, sin tacha y dando razón de sus dichos declara:
Conoce a la demandada porque es coterráneo de ella, son de la misma zona
rural, incluso conoció a sus padres. Al demandado, lo conozco porque es
médico del Hospital de Cañete y en la comuna todos nos conocemos. El
demandado, el doctor Guillermo le contó a él y a su hijo la historia de la
compraventa del Fundo Anique. Señalándole que él había tranzado ese
negocio con mucha antelación al contrato escrito, que el contrato celebrado
fue ficticio por así decirlo, en el cual se había establecido el precio de
$50.000.000, pero que prevalecía el pactado verbalmente y con
anterioridad. Todo lo cual se lo contó el demandado en su propia casa, pues
también tenía intención de comprar en ese sitio, por lo que don Guillermo
me dijo que esperáramos a que se solucionaran los malos entendidos,
porque él había tenido la oportunidad de quedarse con ese terreno y le dijo
que cuando la suerte es para uno hay que tomarla. Nos iba a vender dos mil
metros cuadrados en la suma de $ 10.000.000, eso se lo dijo el 2 de abril
del 2013.
Don Miguel Enrique Aravena Jorquera, quien previamente
individualizado y legalmente examinado, sin tacha y dando razón de sus
dichos declara: Que conoce a la demandante hace muchos años y al
demandado en su aspecto profesional como médico. Se refiere al valor del
predio, afirmando que el valor del metro cuadrado al año 2008, estaba a $
2.500 pesos, por lo que el valor del predio Anique, alcanzaría la suma de
1.985.000.000, sin embargo los precios al día de hoy han variado, esto lo
sabe porque él trabaja en el corretaje de propiedades, y tiene un título de
tasador, otorgado en el Instituto Inmobiliario de Chile, de la ciudad de
Concepción. El predio aludido se ubica más o menos a un kilómetro de
Cañete, camino a Cayucupil, su primer deslinde, segundo deslinde camino
interior La Granja y el tercer deslinde el río que une los caminos CayucupilLa Granja. El testigo declara que fue testigo y perito penal en causa de la
época. Señala que existe una diferencia demasiado grande de valores, por lo
que existe lesión enorme.
Confesional:
A fojas 283 y siguientes, consistente en la declaración del demandado
don Guillermo Rojas Núñez, quien previamente juramentado declara: Que
celebró un contrato de cesión de derechos hereditarios quedada al
fallecimiento de don Hernán Anguita Gajardo, en la Notaria de Coronel, el
año 2008. Desconoce y nunca recibió la minuta redactada por el abogado
don Jaime Norambuena y que no era su abogado. No es efectivo que él,
como comprador, haya puesto el precio. Es efectiva la cláusula relativa al
precio. No el vale vista mencionado no consigna la suma de cincuenta
millones de pesos, pues no existió ningún vale vista. Que no pagó los
$50.000.000 que señala la escritura, fue solo una formalidad y no
representaba lo acordado verbal y previamente con la Sra. Rosa Valenzuela.
No recuerdo haber declarado, pero si tenía en mí poder dos vale vista por
la suma de $ 90.042.572 de propiedad de doña Rosa. No es efectivo que le
haya pedido la devolución el año 2011, pues a esa fecha ya estaban en
juicio, el que comenzó el año 2009. Cree que el día 17 de julio le restituye
a doña Rosa, dos vale vista por la suma total de $ 94.120.614 pesos. Que es
efectivo que la fecha señalada anteriormente es la de fecha de celebración
del contrato de cesión de derechos hereditarios, se realizó el mismo día,
pero a distinta hora. No es efectivo que algunos de estos vale vista sea el
que se señaló en la escritura de cesión respectiva. Señala que no recuerda
lo que declaro ante la Brigada Investigadora de Delitos Económicos, pero sí
reconoce que declaro que los $ 50.000.000 de pesos señalados en la
escritura de cesión fue una mera formalidad, que el valor de la venta se
había acordado de palabra en el mes de abril del mismo año y que consistía
en que se pagaría un millón quinientos mil pesos mensuales desde el mes de
abril, todo acordado con anterioridad a la celebración del contrato. No es
efectivo que el precio real sea distinto al señalado en la escritura, solo es
distinta la forma de pago, ya que este se pagaba en cuotas mensuales de
$1.500.000 pesos, alcanzando a pagar unas diez cuotas, no recordando las
fechas exactas.
CUARTO: Que por su parte la parte demandada, acompañó la siguiente
prueba:
Documental:
1)
A fojas 65 y siguientes, copia simple de escritura de Contrato
de Usufructo, celebrado entre la Ilustre Municipalidad de Cañete y don
Hernán Eugenio Anguita Gajardo.
2)
A fojas 68 y siguientes, copia simple de causa rol 27.906-2008
del Juzgado de Letras de Cañete, caratulado “Fisco con Etchepare Lacoste
Maria S. y otros.”, sobre cobro de obligaciones tributarias, en que consta
que con fecha 10 de octubre del año 2008, el Fundo Anique, presentaba
deudas por impuesto territorial y que se encontraba decretado remate del
mismo, por dichas deudas.
QUINTO: A fojas 247 se remiten a este tribunal copia íntegra de causa RIT
3033-2009, por el delito de Estafas y otras Defraudaciones, la que se tuvo
a la vista para la resolución de este juicio.
SEXTO: A fojas 298 y siguientes, consta Informe de Tasación, elaborado
por el perito judicial Gabriel Eduardo Quintrileo Beyer, sobre el Fundo
Anique A-1 de la comuna de Cañete de una superficie de 79,4 hectáreas, en
el cual informa que: Esta propiedad cuenta con excelente comunicación, ya
que se encuentra ubicada a la orilla del pueblo, a 134 kilómetros de la
ciudad de Concepción. La aptitud del predio es para cultivos agrícolas,
ganaderos, frutícolas y forestales. Terrenos prácticamente planos de poco
lomaje. No existen explotaciones en el predio, salvo el usufructo en favor
de la Ilustre Municipalidad de Cañete. No existen construcciones solo
cercos con alambres de púas en un contorno de 5.500 metros
aproximadamente. Existen postes de alumbrado eléctrico al interior del
predio. Este terreno tiene una plusvalía comercial altísima por encontrarse
en la zona de extensión urbana o también como zona urbana residencial. Por
lo que el valor propuesto, tomando como base de cálculo el valor de
hectárea en la suma de $22.500.000 lo que da un total de $1.786.500.000,
mas $8.000.000 por hectárea de bosque lo que da la suma de $172.000.000,
más $4.400.000 en cercos, lo que de una suma total de $ 1.962.900.000 (mil
novecientos sesenta y dos millones novecientos mil pesos) al año 2008.
Estableciendo un valor de tasación depreciado considerado el usufructo en
$1.357.740.000 (mil trescientos cincuenta y siete millones setecientos
cuarenta mil pesos)
SEPTIMO: Que en base a la demanda, la contestación, y a las pruebas
rendidas por las partes, se pueden establecer como hechos no
controvertidos: a) La celebración del contrato de cesión de derechos el día
17 de julio del año 2008 ante el Notario Público de Coronel del Repertorio
1842-2008., respecto al “Fundo Anique”, denominado Lote A-1 producto de
la subdivisión del fundo de su misma denominación Anique, el que se
encuentra inscrito a fojas 5 número 6 del Registro de Propiedad del
Conservador de Bienes Raíces de Cañete del año 1964. Rola para efectos
tributarios con el N° 219-22 de la comuna de Cañete y que tiene en la
actualidad una superficie de 79, 40 hectáreas; b) Que en la cláusula tercera
del mencionado contrato acompañado, se fijó el precio, en $50.000.000,
declarándose que se recibía dicha suma en ese acto y a entera satisfacción
de la cedente; c) Que la demandante es la heredera universal de los bienes
quedados al fallecer su cónyuge don Hernán Eugenio Anguita Gajardo,
comprendiendo dicha herencia el Fundo Anique mencionado en estos autos.
I.- En cuanto a la acción principal de nulidad de contrato, por falta de
precio estipulado en el contrato:
OCTAVO: Que, como primer punto de análisis se debe comenzar por la
acción impetrada por la actora en lo principal de su demanda, esto es la
nulidad absoluta del contrato de cesión de derechos de 17 de julio de 2008,
por la falta de precio pagado por el demandado a la actora.
Como fue señalado en la parte expositiva de esta sentencia,
argumenta la demandante que el precio fue simulado y ficticio, fijado al
arbitrio del demandado, y que a raíz de lo anterior, el contrato carecería de
uno de los requisitos esenciales para nacer a la vida del derecho.
El demandado solicita el rechazo de la acción, basado para ello en que
el contrato en su cláusula tercera fija el precio, y siendo así no falta un
requisito esencial, siendo distinto discutir la forma y modalidades de pago
del mismo.
Que así la cosas las partes no controvierten el contrato celebrado, el
que por lo demás se encuentra acreditado por la copia autorizada de
escritura de cesión de derechos hereditarios acompañados a fojas 151, el
cual no fue objetado, y las partes individualizadas en él, son las mismas
demandante y demandado.
Del mencionado contrato de cesión de derechos hereditarios, y tal
como fue señalado por el demandado en su contestación, se debe tener
presente, que conforme a la cláusula tercera, se estipuló que el precio fijado
eran $50.000.000.- (cincuenta millones de pesos) los cuales se pagaban al
contado en ese acto mediante un vale vista de Corpbanca, declarando la
cedente recibirlo a su entera satisfacción sin cargo alguno que formular por
dicho concepto. Declaran las partes acto seguido que el precio queda
íntegramente pagado.
Como consecuencia de ello, es necesario tener en vista por
preceptuado en los artículos 1700 del Código Civil, el cual establece que los
instrumentos públicos hacen plena fe, en cuanto a su fecha y el hecho de
haberse otorgado, y entre sus otorgantes, en cuanto a la veracidad de las
declaraciones contenidas en él, y según fue establecido las partes
acordaron en la cláusula tercera un precio de $50.000.000 para la cesión, el
cual se tuvo por pagado en ese acto y a entera satisfacción de la
demandante.
NOVENO: Que ahora bien, la nulidad es una institución del derecho
establecida para dejar sin los efectos jurídicos a un acto, para lo cual se
necesita una declaración que expresamente así lo señale, y que el vicio
existente lo sea al momento de la celebración.
La nulidad está regulada en el artículo 1681 del Código Civil, el cual
refiere a que es nulo todo acto o contrato celebrado a falta de algunos de
los requisitos que la ley prescribe para el valor de dicho acto o contrato,
según su especie o la calidad o estado de las partes, y así la nulidad o bien
puede ser absoluta o relativa.
La nulidad absoluta a su vez, se encuentra en el artículo 1682 del
Código citado, en el cual se indica que es producida por el objeto o causa
ilícita y por la omisión de algún requisito o formalidad que las leyes
prescriben para ciertos actos o contratos en consideración a la naturaleza
de ellos. Siendo el artículo 1444 del Código antes referido, el que establece
cuales son los requisitos denominados de la esencia sin los cuales o no
produce efecto alguno o degenera en uno diferente.
DÉCIMO: Que ahora bien la demandante, quien y en virtud de lo establecido
por el artículo 1698 del mencionado código, tiene la carga probatoria, por
tanto está obligado a acreditar sus dichos, al afecto acompañó prueba
documental consistente en la escritura de cesión de derechos, la que rola a
fojas 151, rindió declaración de los testigos y absolución de posiciones
rolante a fojas 287.
De la prueba pormenorizada anteriormente es posible extraer que
efectivamente las partes en el mencionado contrato de cesión de derechos
hereditarios, específicamente en la cláusula tercera, establecieron el precio
por el cual se transfería, y el cual además se declara fue recibido a entera
satisfacción de la demandante.
Siendo así, es evidente que de las probanzas rendidas no aparece
revestida de plausibilidad la argumentación planteada por la actora para
sostener este capítulo de la nulidad. Habida consideración a lo señalado en
el artículo 1700, en cuanto a la plena prueba entre los contratantes, quienes
son las mismas partes de este juicio, de las declaraciones vertidas en él.
DÉCIMO PRIMERO: Que por tanto, es dable concluir que la voluntad de los
contratantes fue seria, y con la intención de obligarse en los términos
referidos, no resultando acreditada, ni siendo plausible dar por acreditado lo
argumentado por la actora en su demanda en torno a que el precio no fue
serio, y pagado con dineros de la propia demandante, por no existir prueba
que aparezca revestida de la suficiente idoneidad que permita así
establecerlo.
No es suficiente para acreditarlo las declaraciones extrajudiciales
realzadas por el demandado ante Fiscalía y la Brigada de Delitos
económicos de la Policía de Investigaciones, en torno a que la cláusula
tercera era una mera formalidad, pues relacionando lo anterior con la
prueba confesional que fue incorporada a fojas 287 y siguiente, es posible
establecer que si bien, la suma no fue cancelada en ese mismo acto, el
monto acordado corresponde el pactado y que figura en la referida cláusula
tercera, y la única diferencia sería en torno a la forma de pago del mismo, y
por tanto la formalidad hace referencia a que el pago era por medio de un
vale vista entregado en el acto.
Así las cosas y mayor abundamiento, dicha aseveración no permite
dar lugar a la nulidad por falta de un requisito esencial, esto es el precio,
pues las partes pueden acordar formula de pagos distintas al pago al
contado, ya sea en ese mismo acto, o con anterioridad o posterioridad al
mismo, no sirviendo de base dicha argumentación para anular el contrato,
pues en caso de no pago, existen otras vías al efecto, para logar su
cumplimiento efectivo.
Lo razonado previamente, tiene concordancia con el artículo 1876
inciso 2° del mismo Código, en el cual se señala que “si en la escritura de
venta se expresa haberse pagado el precio, no se admitirá prueba alguna en
contrario sino la nulidad o falsificación de la escritura”. Y si bien, el
contrato entre las partes fue una cesión de derechos hereditarios, la norma
tiene plana aplicación de manera supletoria, teniendo presente que ninguna
de las dos situaciones fue alegada por la demandante.
Junto con ello, la jurisprudencia de los tribunales superiores de
justicia, ha dado lugar a la nulidad, pero por falta de precio, que no es el
caso de autos, donde existe estipulación expresa a este respecto, y donde
no se ha logrado desvirtuar lo pactado.
Por lo razonado la acción deberá ser desestimada, en esta parte.
II.- En cuanto a la acción subsidiaria de nulidad del contrato por dolo:
DÉCIMO SEGUNDO: Que respecto a la acción subsidiaria, basado en un
eventual dolo en la celebración del contrato de parte del demandado, fue
argumentado en la acción que el contrato fue celebrado a través de un
estado de inducción por parte de este último, en el cual la demandante
habría sido engañada por el demandado para conseguir la suscripción de
dicho contrato, mediante ardid por el cual doña Rosa Valenzuela Carrillo
depositó dineros a nombre del demandado, traspasados posteriormente a
una cuenta en banco Corpbanca a nombre de Guillermo Rojas, pagando con
esos dineros el precio del contrato aludido en estos autos.
De la cual la contraria solicitó su rechazo, porque la contraria no
señala en forma clara y precisa cuales son los actos dolosos que el
demandado habría efectuado para que suscribiera el acto jurídico en
cuestión, haciendo meras referencias a situaciones de hecho, las cuales no
son constitutivas de dolo. No existe dolo ni mala fe en su actuar,
concurriendo la actora de manera libre y con conocimiento de las
consecuencias jurídicas que de ello derivaban a celebrar el contrato,
refrendado todo por un ministro de fe pública, como lo es el Notario Público
que autoriza la escritura pública.
DÉCIMO TERCERO: Que el dolo se encuentra definido en forma legal en el
artículo 44 del Código Civil, que indica “el dolo es toda intención positiva de
inferir injuria a la persona o propiedad de otro”. El dolo solo vicia el
consentimiento cuando es obra de una de las partes y cuando aparece
claramente que sin él no hubieren contratado.
De lo anterior es posible extraer que los requisitos copulativos para
que opere el dolo don 1° Ser obra de una de las partes, y 2° ser principal o
determinante.
La doctrina clasifica además el dolo en dos, un dolo positivo,
consistente en las maquinaciones que alteran la realidad de manera que
impiden el víctima formarse un conocimiento real y acabado de los hechos o
de las cosas; y un dolo negativo configurado por una omisión maliciosa.
De los argumentos dados por la actora se tiene que ella hace mención
a la primera clase de dolo esto a las maquinaciones maliciosas, por las
cuales se habría conseguido su voluntad, habiendo depositado dinero por
medio de los cuales luego se pagó la cesión de derechos.
Ahora, bien el dolo debe probarse por aquél que lo alega, salvo en los
casos excepcionales en que la ley expresamente establezca lo contrario. Lo
anterior, porque la ley presume la buena fe de los contratantes según lo
dispone el artículo 707 del Código Civil, norma que si bien está inserta
dentro de la regulación de la posesión, la doctrina y jurisprudencia le ha
dado un alcance general.
Siendo así, el dolo puede acreditarse por cualquier medio de prueba,
no rigiendo a su respecto las limitaciones a la testimonial establecidas en
los artículos 1708 y 1709 del mismo código señalado.
DÉCIMO CUARTO: Que del análisis de los autos, se tiene que el actor no
rindió ninguna clase de medio probatorio que sirva de fundamento eficaz
para dar por acreditado el dolo. Así de los testigos que declararon en juicio,
ya individualizados no queda claro cuáles serían, o en que consistirían las
supuestas maquinaciones, solo que las partes habrían pactado con
anterioridad el precio, sin señalar por lo demás cual era el monto distinto
pactado en forma verbal. Y de la prueba confesional, tampoco queda
establecido cuales serían los hechos fraudulentos que habrían llevado a la
actora a consentir en la cesión de derechos.
Por el contrario, refutando la tesis anterior, la parte demandada
solicitó tener a la vista causa penal RIT 3033-2009, en la cual el Fiscal
adjunto de la Fiscalía Local de Coronel, procedió a declarar cerrada la
investigación por Estafa y otras defraudaciones en contra de don Guillermo
César Rojas Núñez, siendo la afectada del delito la demandante de autos,
por cuanto durante el transcurso de la investigación no se reunieron los
antecedentes suficientes para fundar una acusación. A su vez en sentencia
de fecha 6 de julio de 2011 del Tribunal Oral en lo Penal de Concepción, la
cual rola en el cuaderno de documentos de la presente causa, se declaró
que no se había configurado engaño en la suscripción de la cesión de
derechos, objeto de este juicio, por lo que se absolvió al acusado Guillermo
Rojas Núñez, del delito de suscripción engañosa de documento previsto en
el artículo 470 N° 4 del Código Penal. Por lo que en sede penal no fue
acreditada la existencia de engaño.
Que tal como se señaló, no existiendo prueba, ahora en sede civil que
permita establecer lo contrario.
En razón de los fundamentos expuestos, esta acción no podrá
prosperar respecto a la existencia de dolo por parte del contratante
demandado, debiendo ser rechazada como se dirá en definitiva.
III.- En cuanto a la acción subsidiaria de nulidad por lesión enorme:
DECIMO QUINTO: Que, en cuanto a la acción subsidiaria de nulidad del acto
por lesión enorme, en el cual fue alegado por la demandante que el contrato
celebrado por escritura pública el 17 de julio de 2008, en Coronel, en el
cual comparece como vendedora doña Rosa Ángela Valenzuela Carrillo, la
demandante, y como comprador don Guillermo César Rojas Núñez, quien es
el demandado, sobre el inmueble denominado “Anique”, ya individualizado
en la expositiva, el cual tiene en la actualidad una superficie de 79,40
hectáreas. Refiriendo que a la fecha de celebración del contrato el justo
precio de la cosa vendida era no inferior a seiscientos millones de pesos, lo
que representa una cantidad muy superior al doble del precio de la cosa
vendida, que fue estipulado en $50.000.000. Refiere que existe lesión
enorme cuando el precio que recibe el vendedor es inferior a la mitad del
justo precio de la cosa vendida.
La parte demandada considera que no se cumplen los requisitos de la
lesión enorme, ya que la demandante no señala cual es el justo precio del
predio contenido en el acto jurídico impugnado, limitando a señalar un valor
antojadizo, exento de todo fundamento, o referencia que lo sustente. Señala
además que la propiedad sobre la que versa el contrato se encontraba con
una deuda de contribuciones de bienes raíces, por lo que salió a remate,
siendo pagada la deuda, en definitiva por don Guillermo Rojas, tal como
aparece en causa rol 27.906-2008, caratulado Fisco con Etchepare Lacoste,
María y Otros, de este Juzgado Civil de Cañete. Indica que la actora omite
que la propiedad está gravada con usufructo de diez años de duración a
favor de la Ilustre Municipalidad de Cañete. Todas estas circunstancias que
disminuyen considerablemente el valor del inmueble, por lo que el precio
pactado en el contrato de compraventa debe considerarse el justo precio y
ajustado totalmente a derecho.
DÉCIMO SEXTO: Que es preciso señalar, que para que una contrato sea
rescindible por lesión enorme deben reunirse una serie de requisitos, sin los
cuales esta acción no tiene cabida, según lo preceptuado en el Código
Civil, a saber: 1) Que el vendedor o comprador sufran lesión enorme en los
términos del artículo 1889; 2) Que la venta en que ésta incida sea de
aquellas que pueden rescindirse por lesión enorme (artículo 1891); 3) Que
la cosa vendida no haya sido enajenada por el comprador (artículo 1893); 4)
Que la cosa vendida no haya perecido fortuitamente en poder del comprador
(artículo 1893); y 5) Que la acción se entable dentro del plazo legal que
contempla el artículo 1896 (Alessandri Rodríguez, "De la Compraventa y
Promesa de Venta", Tomo II, Volumen 2, página 1061).
DÉCIMO SÉPTIMO: Que de lo prevenido precedentemente, resulta que del
análisis de la demanda y su contestación lo controvertido es el primero de
los puntos expuestos.
Ahora conjuntamente con lo anterior, a la luz de la doctrina ha
discutido en este tipo de contratos (cesión de derechos hereditarios), la
procedencia de la lesión enorme, esto es el segundo de los requisitos
anotados, pues la acción interpuesta de forma subsidiaria, es considerada
como un vicio objetivo, limitado a los casos expresamente señalados por la
ley, y en consecuencia, la acción tiene un carácter excepcional.
Para la resolución acertada del caso de autos, hay que tener presente,
que la parte demandante solicita que se rescinda el contrato por lesión
enorme y tal como fue anotado la contraria se limita a señalar que no se
debe dar lugar a ella por haberse pagado el justo precio, no indicando si la
lesión enorme es o no es procedente en el contrato celebrado por las
partes.
Siendo así, y no habiéndose alegado o solicitado por el demandado,
esa sola circunstancia valdría para no hacer objeciones respecto a su
procedencia, y entrar al estudio del primer requisito, sin perjuicio de ello,
se deja constancia que la Exma. Corte Suprema en fallo 5.982-2010, de 13
de octubre de 2011, primera sala, recurso de casación en el fondo acogido,
en su considerando décimo tercero, expresamente establece que “la
doctrina y jurisprudencia mayoritarias afirman que la venta de cuota indivisa
sobre un inmueble es rescindible por lesión enorme, cuando se dan los
presupuestos indicados”, estos requisitos fueron mencionados en el
considerando décimo sexto de la presente sentencia.
DÉCIMO OCTAVO: Que la citada sentencia razona, para llegar a la
conclusión anterior en el siguiente sentido en el considerando noveno: “el
autor don Enrique Silva Segura, en su obra “Acciones, actos y contratos
sobre cuota”, dice: “La cuota de un comunero en una indivisión sobre cosa
singular, es una fracción del derecho de dominio sobre una parte indivisa de
la cosa, parte que se extiende a un a los átomos de la cosa. Será mueble o
inmueble, según lo sea la cosa indivisa sobre que recaiga. El comunero es
dueño de su cuota y, por consiguiente puede enajenarla, gravarla, etc.”
Luego el mismo fallo agrega en el mismo considerando “El señor silva
agrega sobre el particular que, sin embargo, para casi la unanimidad de los
autores la “cesión de derechos” no es un contrato especial sino la tradición
del derecho que se obliga a entregar el tradente por un t ítulo traslaticio
cualquiera, como donación, compraventa, permuta, etc.”
Finalmente en el considerando décimo, de la sentencia anotada se
establece: “Que siendo cada comunero dueño de su cuota puede venderla y
enajenarla, y sobre ello, no cabe ya discusión. Hoy nadie pone en duda que
una cuota indivisa puede ser objeto de un contrato de compraventa. La cosa
vendida en este caso es una cuota indivisa en una cosa com ún entre dos o
más personas y se podrá decir que se trata de un contrato de compraventa
que tiene por objeto mediato una cuota en una cosa común y proindiviso.
Nuestro Código, reglamentando los requisitos de la cosa vendida, señala la
posibilidad de ser una compraventa una cuota. Expresa: “si la cosa es
común de dos o más personas proindiviso, entre las cuales no intervenga el
contrato de sociedad, cada una de ellas podr á vender su cuota aún sin el
consentimiento de las otras” (Artículo 1812).
Por lo que, en virtud de lo expuesto no queda duda que en el contrato
celebrado entre las partes es procedente la acción interpuesta, más aún
cuando confrontando los antecedentes se puede extraer que la transferencia
o cesión de derechos entre las partes, puede radicarse en el total material
del bien raíz cedido, pudiendo por tanto determinarse de manera específica
la cuota cedida, y de esa forma además pudiendo valorarse de manera clara
los derechos que se ceden. Así con la copia del contrato de cesión de
derechos rolante a fojas 151, y con el testamento de don Hernán Eugenio
Anguita Gajardo acompañado a fojas 153, y junto a ellos, la copia de
contrato de usufructo rolante a fojas 65, acompañado por la contraria en el
cual en el punto segundo señala y delimita específicamente la superficie
actual del fundo, quedando en definitiva en 79,40 hectáreas, de todos los
documentos anteriores es posible tener por acreditado que el cedente tiene
radicado los derechos hereditarios a los que se hace mención, que se trata
del único bien inmueble hereditario, determinado dentro de la sucesión, y
por ende la cedente, es la única heredera del causante, por tanto está
cediendo de esa forma el total de sus derechos hereditarios radicados sobre
el mismo, el cual se encuentra debidamente detallado en cuanto a su cabida
exacta actual.
DÉCIMO NOVENO: Que ahora y entrando al análisis del requisito de
procedencia primero, esto es que el vendedor o comprador sufran lesión
enorme en los términos del artículo 1889.
Se acompañó peritaje rolante a fojas 298, evacuado por don Gabriel
Eduardo Quintrileo Beyer, el cual luego de la exposición del estado de la
propiedad, antecedentes legales, descripciones del predio, la superficie de
79.40 hectáreas, tiene como tasación comercial del terreno la suma de
$1.962.900.000, y que en cuanto a la depreciación, y el usufructo entregado
a la Municipalidad, la tasación comercial con depreciación es de
$1.357.740.000.
Que en sus alegaciones el demandado señala que se canceló además
la deuda a fin de evitar que saliera a remate la propiedad, se tuvo a la vista
el expediente roalnte a fojas 81 donde se establece que la deuda era de
$326.225.
Por lo que, considerando las alegaciones de las partes, se estima que
el justo precio total del fundo, que al tiempo de celebración del contrato
correspondía al fundo Anique, denominado Lote A-1, es aquel señalado por
el perito designado por el Tribunal, como tasación comercial del bien raíz
menos la depreciación al 3% por año, esto es tomando en consideración a
que el contrato fue celebrado el año 2008, y menos el valor del usufructo
que pesa sobre la propiedad, correspondiente a $1.357.400.000. Por lo que
la mitad del justo precio corresponde a $678.700.000, siendo así, menos
$326.225, pagados en impuestos, se tiene que el precio pagado por la parte
demandada, esto es $50.000.000, es a simple vista inferior a lo preceptuado
por el artículo 1889 antes citado.
Siendo así, y de lo expuesto la acción interpuesta deberá ser acogida,
tal como se señalará en lo resolutivo del fallo.
Que ahora bien y respecto a cómo se establece la individualización del
predio, sus deslindes y la cabida del predio al tiempo de la celebración del
contrato, y por tanto como se establece el justo precio del mismo, se tiene
que el contrato de cesión se señala que el predio tuvo una cabida original
mayor correspondientes a 300 hectáreas aproximadamente, pero que a fojas
65 rola un contrato de usufructo, el cual fue acompañado por el propio
demandante, por lo que no pudo menos que tener en consideración al
momento de contratar y comprar para sí, es más, expresamente en su
contestación señala y hace referencia al mencionado usufructo para
establecer el justo precio de la compra.
VIGÉSIMO: Que finalmente, sólo resta señalar que en nada altera a las
conclusiones a las que se ha venido arribando la documental acompañada
por el perito, consistente en el certificado de avaluó fiscal, pues es un
hecho público y notorio que dicho avaluó es siempre inferior al avaluó
comercial de los predios. Por su parte el resto de la prueba acompañada por
las partes y que no fue señalada particularmente en los considerandos
anteriores, en nada alteran lo resuelto en ellos.
Por estas consideraciones y visto además lo dispuesto en los
artículos 1437 y siguientes, 1793 y siguientes, 1888, 1889, 1681, 1682,
1698, 1699, 1700 y demás pertinentes del Código Civil; artículos 144, 160,
170, 254, 342, 426, y demás pertinentes del Código de Procedimiento Civil,
se resuelve:
I.- Que SE RECHAZA la demanda interpuesta a lo principal, por doña
Rosa Ángela Valenzuela Carrillo, y don Guillermo César Rojas Nuñez, ambos
ya individualizados, de nulidad por falta de un requisito esencial, y
subsidiaria interpuesta en el primer otrosí de nulidad absoluta por dolo, en
todas sus partes.
II.- Que SE ACOGE, la acción subsidiaria de rescisión por lesión
enorme, y en consecuencia se declara nulo el contrato de cesión de
derechos celebrado por doña Rosa Ángela Valenzuela Carrillo, y don
Guillermo César Rojas Nuñez, ambos ya individualizados, el que da cuenta la
escritura pública celebrada el 17 de julio de 2008, ante el Notario Público
de Coronel, anotada en el repertorio bajo el número 1842-2008, y en
consecuencia quedaran canceladas todas las inscripciones efectuadas a
nombre del demandando en Registro Conservatorio de Bienes Raíces de
Cañete, manteniéndose la inscripción anterior. Pudiendo en todo caso el
demandado hacer uso del derecho establecido en el artículo 1890 del
Código Civil, consintiendo en la nulidad o completando el justo precio fijado
en $1.357.400.000, con deducción de una décima parte. Y en su caso,
deberá restituir el inmueble dentro plazo legal, una vez que la sentencia se
encuentre firme y ejecutoriada.
III.- Que, no se condena en costas al demandado al no resultar
vencido completamente en juicio y estimar que ha existido motivo plausible
para litigar.
Dictada por don Germán Rodolfo Saavedra Ramos, Juez Suplente del
Juzgado de Letras de Cañete. Autorizó doña Melissa Villa Esperguel,
Secretaria Subrogante.
Se deja constancia que se dio cumplimiento a lo dispuesto en el inciso
final del art. 162 del C.P.C. en Cañete, catorce de Enero de dos mil quince.
uno.-
NOMENCLATURA
: 1. [145]Ordena cumplir trámite disp.por Trib.Alz
JUZGADO
: Juzgado de Letras de Cañete
CAUSA ROL
: C-28020-2009
CARATULADO
: ROCHA / ROJAS
Cañete, catorce de Julio de dos mil quince
Por recibidos los antecedentes de la I. Corte de Apelaciones de Concepción.
Cúmplase.
Vuelva los cuadernos de documentos a su custodia.
Resolvió doña Cecilia Elizabeth Sanhueza Sanhueza, Juez Subrogante
En Cañete, a catorce de Julio de dos mil quince, se notificó por el estado diario, la
resolución precedente. (yhh)
Foja: 398
Trescientos Noventa y Ocho
Concepción, dieciocho de junio de dos mil quince.
VISTO:
Se reproduce la sentencia de primer grado, eliminándose en el
motivo vigésimo, en su línea segunda, el período que comienza con la
expresión "la documental" hasta la expresión "Por su parte" que
sucede al punto seguido, en el quinto renglón de dicho motivo.
Y SE TIENE, ADEMÁS, PRESENTE:
1° Que en contra de la sentencia de primer grado se ha alzado
la parte demandada, solicitando se revoque el fallo impugnado,
decidiendo en su lugar que se rechaza la demanda subsidiaria de
rescisión por lesión enorme acogida por el a quo, y confirmando en lo
demás la sentencia recurrida.
2° Que para fundar su recurso, expone el apelante que para
arribar a la conclusión que el justo precio de la cosa vendida al
tiempo de la venta era la elevada suma señalada en el fallo, el
sentenciador tuvo como único elemento de convicción el peritaje
evacuado en la causa, el cual –a su juicio- no habría sido ponderado
de acuerdo a las reglas de la sana crítica, como lo exige el artículo
425 del C. de P. Civil.
3° Que esta Corte desestimará tal alegación del recurrente,
pues comparte la conclusión plasmada en el fallo de primer grado en
el motivo décimo noveno, en el cual el sentenciador determina el
justo precio de lo vendido en la suma de $1.357.400.000.-, de modo
que la mitad del justo precio corresponde a $678.700.000.-, cifra
inmensamente inferior al precio pagado por la parte demandada en el
contrato impugnado en el presente pleito, que ascendió a
$50.000.000.4° Que tal conclusión del a quo se basa en el informe pericial
agregado al proceso de fojas 298 a 306, cuyo mérito probatorio –
apreciado en la forma que establece el citado art. 425 del Código de
Procedimiento Civil- permite a esta Corte tener por acreditado lo
referido en el fallo impugnado, por las siguientes razones, amén de
las ya consignadas en la sentencia de primera instancia, que esta
Corte también hace suyas:
a.- El peritaje fue debidamente acompañado al proceso –como
consta en resolución rolante a fojas 312- y la parte demandada no lo
impugnó en modo alguno, y tampoco aportó otra prueba o
antecedente para desvirtuarlo.
b.- En su informe, el perito describe diversos antecedentes en
virtud de los cuales arriba a la conclusión que indica en cuanto al
precio de la propiedad, referidos a sus vías de acceso (“excelente
comunicación ya que se encuentra ubicada a orilla del pueblo”); a la
descripción del predio (“ubicado a pocos metros del pueblo y comuna
de Cañete”); a su aptitud (“agrícola, ganadero, frutícola y forestal en
su totalidad”); al suelo (“terrenos prácticamente planos de pocos
lomajes”), a sus cierros (“existen cercos con alambre de púa con
estacado en todo su contorno 5500 metros aprox.”); exponiendo
además que “para el año 2008 el valor promedio que tenía la
hectárea era de $22.500.000.-, esto sin considerar que el terreno
estaba adquiriendo un valor comercial habitacional ya que está a muy
pocos metros de la zona urbana”.
c.- El perito señala además que para arribar a sus conclusiones
ponderó los valores comparados de “terrenos vecinos al periciado y
valor de mercado de aquel entonce (sic)”, a todo lo cual además
agrega sus conocimientos propios de tasador.
d.- A fin de acreditar y fundar sus conclusiones, agregó set de
fotografías –rolantes de fojas 302 a 306- en las cuales explica
pormenorizada y circunstanciadamente todas y cada una de las
afirmaciones contenidas en su peritaje.
5° Que, así las cosas, existen en el informe pericial señalado
razones técnicas y científicas que permiten a estos sentenciadores
concluir –tal como se señala en el falo en alzada- que en el caso
presente el precio pactado en el contrato de compraventa
celebrado el 17 de julio de 2008 en Coronel entre doña Rosa Ángela
Valenzuela Carrillo como vendedora y don Guillermo César Rojas
Núñez como comprador, es inferior a la mitad del justo precio de la
cosa vendida, ajustándose a derecho en consecuencia el fallo en esta
parte.
6°Que lo anteriormente consignado no puede verse alterado como lo pretende el recurrente - por haber tenido el predio a la
época de celebración del contrato impugnado un avalúo fiscal
ascendiente a la suma de $52.978.764.-, pues lo que interesa a estos
efectos, conforme lo señala el artículo 1.889 del Código Civil, es el
justo precio de la cosa que se vende, y es un hecho de frecuente
ocurrencia que el avalúo fiscal de una propiedad no necesariamente
refleja el justiprecio de la misma. Por otra parte, la tasación
comercial a que se refiere la documental de fojas 69 a 72 es aquella
que por ley determina el Servicio de Tesorerías como mínimo para la
subasta, siguiendo al efecto lo normado en el artículo 185 del Código
Tributario, que establece en la parte pertinente que, para efectos de
la subasta, la tasación es la que resulte de multiplicar por 1,3 veces
el avalúo fiscal vigente para efectos de las contribuciones de bienes
raíces.
Por estas consideraciones y citas legales, se declara que SE
CONFIRMA en lo apelado la sentencia definitiva de primera instancia
de catorce de enero en curso, escrita de fojas 354 a 376.
Registres y devuélvase con su custodia.
Redactó el abogado integrante Nelson Marcelo Villena Castillo.
Rol 352-2015 ingreso civil.
Sr. Solís
Sr. H. Rodríguez
Sr. Villena
Pronunciada por la Cuarta Sala integrada por el Ministro señor Jaime Solís Pino, el
Fiscal Judicial señor Hernán Amador Rodríguez Cuevas y el abogado integrante
señor Nelson Marcelo Villena Castillo.
Gonzalo Díaz González
Secretario
En Concepción, a dieciocho de junio de dos mil quince, notifiqué por el Estado
Diario la resolución precedente.
Gonzalo Díaz González
Secretario
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