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15/06/13
Art. 205-De la calumnia. - 201156 - Lex Nova, información jurídica actualizada
Artículo publicado el 14/6/2013
Art. 205-De la calumnia
Art. 205-De la calumnia
El CP de 1995 regula la calumnia en el Capítulo I del Título XI del CP, particularmente en sus arts. 205 a 207.
Desde entonces, y a diferencia de la derogada normativa, la conducta típica se resume en el hecho de imputar a
otro cualquier delito en general, sea o no perseguible de oficio. Siguiendo la interpretación más extendida en torno
al primero de estos términos, la imputación ha de ser precisa y ha de materializarse en actos concretos, debiendo
excluirse del tipo las atribuciones genéricas, vagas o imprecisas.
Artículo 205
Es calumnia la imputación de un delito hecha con conocimiento de su falsedad o temerario desprecio hacia la
verdad.
Comentario al art. 205 (extracto)
CONCEPCIÓN CARMONA SALGADO
§1. Concepto y elementos que la integran. Tipo objetivo y tipo subjetivo
Frente a la antigua normativa, la redacción del vigente art. 205 ha eliminado de su fórmula toda referencia a la
falsedad objetiva como elemento del tipo, ya que el legislador de 1995, partiendo de una concepción de honor
aparente, configuró la conducta típica a partir de la mera exigencia de imputación a otro de un delito, con
independencia de que ésta, en principio, sea verdadera o falsa. Por el contrario, hace recaer la esencia del delito en
la actitud interna del informador (periodista o no, aunque pensando fundamentalmente en quien ejerce esta
profesión) al incorporar como elemento imprescindible del tipo la denominada falsedad subjetiva (Muñoz Lorente,
1999, 372 y ss.); concepto este coincidente con la interpretación sustentada por la jurisprudencia del TC, primero, y
por el resto de las instancias judiciales, después, al abordar el criterio constitucional de la veracidad informativa
frente a la resolución del conflicto con el honor que con tanta frecuencia se plantea en la práctica, interpretación ya
expuesta supra. En una palabra: se subjetiviza el tipo de calumnia hasta el extremo de que, desde un punto de vista
estrictamente legislativo, lo que realmente importa para constatar la existencia o no del mismo es si el informador
actuó con mala fe al imputar a otro un delito, esto es, si lo hizo con conocimiento de su falsedad (dolo directo) o
con manifiesto desprecio hacia la verdad (dolo eventual, pues la imprudencia no se contempla como forma de
comisión en el marco de estas infracciones). Ello significa que en el momento de realizarse la conducta (ex ante),
cualquier imputación delictiva, sea falsa u objetivamente cierta, ya lesionaría el honor de la persona, debiendo
calificarse de típica si, además, consta el requisito de la inveracidad subjetiva, y ello aunque, a la postre ésta
resulte ser objetivamente verdadera; es decir, cuando se acredite como tal en el correspondiente proceso (ex post)
[Navarro Moreno, I./ Fuentes Osorio, J., Derecho Penal. Parte Especial, T. I. (Zugaldía-Marín de Espinosa, dir.),
Valencia, 2008, 378-380].
[.]
§2. Sujetos activo y pasivo. Especial consideración de las personas jurídicas
El sujeto activo de este delito es indiferenciado: en principio, cualquiera puede serlo, sin restricción legal alguna,
si bien, en la práctica, los periodistas, como profesionales de la información, adquieren un particular protagonismo
en este contexto, ya que constituyen el vehículo institucionalizado en una democracia para ejercer esa libertad a
través del medio de comunicación al que pertenezcan, transmitiendo a los ciudadanos información veraz sobre
asuntos de interés general, pues ellos son, a su vez, titulares legítimos del derecho a recibirla puntualmente [art.
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Art. 205-De la calumnia. - 201156 - Lex Nova, información jurídica actualizada
20.1.d) CE].
Más problemático resulta, en cambio, dilucidar si se puede predicar la condición de sujeto pasivo de una
calumnia o injuria respecto de las personas jurídicas, colectivos, y entes supraindividuales, ya que es harto dudoso
afirmar, sin más, que pueden ser también titulares del derecho al honor, junto a las personas físicas, cuando, en
verdad, este derecho está constitucionalmente concebido y previsto, en exclusiva, para las segundas, sobre todo a
partir de un concepto de honor, como el sustentado en este texto, equivalente a dignidad humana; predicado éste,
dada su naturaleza, de muy difícil —por no decir imposible— traslación formal y material a las primeras, pese a que
es evidente que gozan de crédito, prestigio y reputación social, puesto que normalmente disponen de un patrimonio
moral y económico susceptible de ser jurídicamente tutelado.
[.]
§3. Formas especiales de aparición del delito
Entre injuria y calumnia existe una relación de género-especie, siempre que la primera infracción se manifieste
en su modalidad de legal de «imputación de hechos» en general, no pudiendo hacerse, en cambio, la misma
afirmación si se trata de su otra versión legal, consistente en la «expresión de ideas, opiniones o juicios de valor»;
por lo tanto, sólo en el primer supuesto mencionado la calumnia (especie) desplazará a la injuria (género) cuando la
citada imputación lo sea de delitos, o, lo que es lo mismo, en su defecto, podrá sancionarse por injuria —relación
de subsidiariedad— (SAP Guadalajara 3-11-2004 [TOL 527322]). La concurrencia en un mismo caso y contexto de
ambas infracciones puede resolverse por consunción (SJP núm. 10 de Madrid, 28-7-2008 [TOL 1383327]), quedando
de esta forma la injuria (menos grave) subsumida en la calumnia (más grave); pero si la injuria no se concreta en
una imputación delictiva de hechos, sino en la exteriorización de expresiones insultantes o formalmente injuriosas,
podrán sancionarse ambas conjuntamente a través del concurso de delitos. Por otra parte, las imputaciones
calumniosas (o, en su caso, injuriosas), emitidas con reiteración, en fechas próximas y dirigidas contra la misma
persona, puede reconducirse a la figura del delito continuado (apreciado por la SAP Valencia 19-12-2006 [TOL
1119964] respecto del padre de una de las niñas del «Caso Alcasser» y del Canal 9 de la TV Valenciana); ello será
así, siempre que no se trate de imputaciones delictivas de diferente contenido, pues, de lo contrario tendría que
recurrirse a las reglas generales del concurso real. Tanto una como otra infracción (delitos comunes) quedan
desplazadas por la calumnia e injurias proferidas contra algunos miembros de la Corona, así como contra ciertas
Instituciones del Estado (delitos especiales pluriofensivos), en orden a la particular «cualidad» del sujeto pasivo y de
la Institución que representan. En mi opinión, como ya he apuntado, ambos grupos de delitos especiales, en
consonancia con el principio de igualdad, deberían derogarse del CP como figuras específicas y privilegiadas de
protección del honor de las personas a las que se dirigen, debiendo reconducir su sanción a las calumnias e injurias
comunes. En cuanto al delito de acusación y denuncia falsas (art. 456 CP), la relación concursal con la calumnia
debe igualmente resolverse por especialidad a favor de esta última (AAP Zamora 10-9-2004 [TOL 518223]).
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