Programa. - Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires

Anuncio
ACADEMIA NACIONAL DE CIENCIAS
DE BUENOS AIRES
CENTRO DE ESTUDIOS FILOSÓFICOS
EUGENIO PUCCIARELLI
XIª JORNADAS NACIONALES
DE FILOSOFIA MEDIEVAL
Motivos de Esperanzas
en el pensamiento medieval
19-22 de abril de 2016
ACADEMIA NACIONAL DE CIENCIAS DE BUENOS AIRES
Av. Alvear 1711 – 3er Piso
2
XIª JORNADAS NACIONALES DE FILOSOFIA MEDIEVAL
Martes 19 de abril
Salón de Actos
Presidente de la mesa: Marcela Croce
14.10 a 14.35 h.
ERIC BETTROS ARAKELIAN
Análisis teológico-existencial de los conceptos de vida y muerte
en la literatura sapiencial judía veterotestamentaria
14.35 a 15.00 h.
ANA LAURA FORASTIERI
Esperanza y deseo en santa Gertrudis de Helfta
15.00 a 15.25 h.
MARÍA DEL CARMEN FERNÉNDEZ
¡Ave Crux, Spes unica!
15.25 a 15.50 h.
Preguntas a los expositores
15.50 a 16.05 h.
Intervalo
Presidente de mesa: Marta Trotta
16.05 a 16.30 h.
MARISA MOSTO
La preterintencionalidad del mal: motivo de esperanza
16.30 a 16.55 h.
MARCELA CROCE
La idea en acción, o la ética como epifanía del espíritu
16.55 a 17.20 h.
RICARDO OSCAR DIEZ
Motivos de espera y esperanza en San Anselmo
17.20 a 17.45 h.
Preguntas a los expositores
17.45 a 18.00 h.
Intervalo
Presidente de mesa: Roberto Walton
18.00 a 19.00 h.
JUAN CARLOS ALBY
La esperanza de la Tierra Prometida según San Ireneo
3
XIª JORNADAS NACIONALES DE FILOSOFIA MEDIEVAL
Miércoles 20 de abril
Salón de Actos
Presidente de la mesa: Ricardo Díez
14.10 a 14.35 h.
DULCE SANTIAGO
Entre la esperanza medieval y la utopía moderna
14.35 a 15.00 h.
ALEXIA SMITH
Perspectivismo y verdad: la concepción gnoseológica de Nicolás de Cusa
15.00 a 15.25 h.
PAULA PICO ESTRADA
La memoria intellectualis como fuente del saber moral innato
según Nicolás de Cusa
15.25 a 15.50 h.
Preguntas a los expositores
15.50 a 16.05 h.
Intervalo
Presidente de mesa: María Raquel Fischer
16.05 a 16.30 h.
LEONARDO VICENTE PONS
La caída de las creaturas intelectuales y la acción de la providencia
en Orígenes
16.30 a 16.55 h.
ENRIQUE CORTI
Rationes spei: tres oxímoron anselmianos
16.55H a 17.20
FABIÁN LUDUEÑA ROMANDINI
El milenarismo medieval y su influencia en la obra de Marsilio Ficino
(1433-1499). Una lectura teológico-política de la esperanza
17.20 a 17.45 h.
Preguntas a los expositores
17.45 a 18.00 h.
Intervalo
Presidente de mesa: Gerald Cresta
18.00 a 19.00 h.
RUBÉN PERETÓ RIVAS
El canto de las sirenas. De Evagrio Póntico al ACT
(Terapia de Aceptación y Compromiso)
4
XIª JORNADAS NACIONALES DE FILOSOFIA MEDIEVAL
Jueves 21 de abril
Salón de Actos
Presidente de la mesa: Marta Trotta
14.10 a 14.35 h.
IGNACIO MIGUEL ANCHEPE
Tópicos noéticos tardomedievales en los quodlibeta
de Herveo Natal (†1323): un estado de la cuestión
14.35 a 15.00 h.
AGUSTÍN COSTA
Melancolía y alquimia en el Cancionero de Petrarca
15.00 a 15.25 h.
ENRIQUE SANTIAGO MAYOCCHI
Teoría política y económica en el pensamiento de Duns Escoto
15.25 a 15.50 h.
Preguntas a los expositores
15.50 a 16.05 h.
Intervalo
Presidente de mesa: Agustín Costa
16.05 a 16.30 h.
CARLOS DANIEL LASA
Tiempo, Esperanza y la verdadera ciudadanía del cristiano en San Agustín
16.30 a 16.55 h.
PEDRO EDMUNDO GÓMEZ
Dios: El que es, lo mejor que puede concebirse, nuestra esperanza
16.55 a 17.20 h.
GERALD CRESTA
Conceptos trascendentales y ontología no formal
17.20 a 17.45 h.
Preguntas a los expositores
17.45 a 18.00 h.
Intervalo
Presidente de la mesa: María Raquel Fischer
18.00 a 19.00 h.
HÉCTOR JORGE PADRÓN
La esperanza y la liturgia de los salmos en san Agustín
según Carol Harrison
5
XIª JORNADAS NACIONALES DE FILOSOFIA MEDIEVAL
Viernes 22 de abril
Salón de Actos
Presidente de la mesa: Francisco Díez
14.00 a 14.25 h. JUAN MANUEL LA ROSA
Libertad y responsabilidad en Confesiones VII y VIII
14.25 a 14.45 h. PABLO ROJAS OLMEDO
Filosofía de la historia en el Dante político
14.45 a 15.10 h. NICOLÁS ARIEL LÁZARO
El Cardenal Cayetano, ¿comentador?
15.10 a 15,35 h. SILVANA FILIPPI
Sincronía de vida activa y contemplativa en la mística eckhartiana.
15.35 a 15.55 h. Preguntas a los expositores
15.55 a 16.10 h. Intervalo
Presidente de la mesa: Gerald Cressta
16.10 a 16.35 h. JUAN QUELAS
“¡Oh vehemencia del amor!” En busca del éros perdido. Una encrucijada de
esperanza entre Ricardo de san Victor y Byung-Chul Han
16.35 a 17.00 h. SUSANA VIOLANTE
Quimérica Esperanza
17.00 a 17.25 h. FLAVIA DEZZUTTO
El tiempo de la crisis en Agustín de Hipona:
universalismo filosófico y declinación política.
17.25 a 17.50 h. Preguntas a los expositores
17.50 a 18.05 h. Intervalo
Presidente de la mesa: Ricardo Díez
18.05 a 19.00 h. CONFERENCIA DE CLAUSURA
FRANCISCO GARCÍA BAZÁN
Gnosis original, verdadera gnosis y gnosis herética.
La gravitación heresiológica en Isidoro de Sevilla
6
XIª JORNADAS NACIONALES DE FILOSOFIA MEDIEVAL
Resúmenes
Martes 19 de abril
Análisis teológico-existencial de los conceptos de vida y muerte en la literatura sapiencial judía veterotestamentaria
Eric Bettros
La muerte es un Real, hecho y derecho. Es aquello que resiste la significación y que causa estupor ante
su encuentro. Sin embargo el ser humano se ha abocado, a la mejor forma de la compulsión a la repetición, a ahondar una y otra vez en aquello que no comprende y que no comprenderá nunca en su totalidad. Porque la necesidad de Ser en el conocimiento de lo que No Es, crea una paradoja existencial que
hace tambalear la concepción fantasmática del sujeto. Es claro que no estamos en un terreno llano y sin
obstáculos, muy por el contrario nos hallamos ante la dificultad y la pregunta sobre lo último. Al horizonte de la existencia humana, es allí a donde nos dirigimos.
Con respecto a la necesidad del hombre por darle un nombre, un sentido a la muerte, Unamuno, afirma:
Cuando no se hacía para los vivos más que chozas de tierra o cabañas de paja que la intemperie ha
destruido, elevábanse túmulos para los muertos, y antes se empleó la piedra para las sepulturas que
no para las habitaciones. Han vencido a los siglos por su fortaleza las casas de los muertos, no las
de los vivos; no las moradas de paso sino las que quedan. Este culto no a la muerte, sino a la inmortalidad
Parecería ser que, en palabras de Unamuno, el hombre se ha preocupado más de la finalización de su
vida, que de su vida misma. El dolor, la impotencia, el desgarro existencial que produce la noción de
finitud, es un ruido enloquecedor en la mente humana. Tan así que, en nuestros días, la muerte es un
tema Tabú. La belleza, la juventud eterna, y por ende, la vida eterna, son utopías que se mantienen bajo
una serie de artilugios y engaños científicos-médicos (cirugías, rejuvenecimiento celular, etc.) y categorías pseudoreligiosas (El vivir para sí, y el cuerpo como sede de la valoración idolátrica del sujeto)
Las escrituras veterotestamentarias no guardan silencio ante estos acontecimientos, muy por el contrario, los pone sobre la mesa y habla sobre ellos. Descubrir lo que el corpus del Tanaj, específicamente
del Ketuvim: Emet, nos habla acerca de esto, será el propósito del presente trabajo.
Esperanza y deseo en santa Gertrudis de Helfta.
Ana Laura Forastieri, ocso
Entendiendo la esperanza como la disposición de ánimo de quien confía obtener los bienes que anhela,
el bien esperado y el deseo que impulsa hacia su consecución son los motivos de la esperanza. La crisis
de esperanza que evidencia el mundo de hoy nos motiva a buscar testigos que muestren en su propia
vida la realización de su esperanza. Santa Gertrudis, monja medieval y mujer de deseos, se nos presenta como testigo de una esperanza infinita, en cuanto su deseo tiende al bien supremo de la unión con
Dios. Aunque este deseo solo alcanza su plena consumación más allá de la muerte, su realización comienza ya en el tiempo a través de la experiencia. Analizo aquí los presupuestos objetivos y subjetivos
de la experiencia espiritual de santa Gertrudis, a fin de iluminar nuestra realidad humana actual, tan
necesitada de reorientar la potencia del deseo hacia aquello que verdaderamente puede saciarla.
¡AVE CRUX, SPES UNICA!
María del Carmen Fernández
¡Salve, cruz, única esperanza! "La historia es experiencia y cruz precisamente en su sentido desorientador, en cuanto que la experiencia de cruz, la angustia de la muerte y las tinieblas del abandono de
Dios sufridas por Uno solo, revierten sobre la historia entera, y en primer lugar, sobre los que planearon su vida sobre la pauta de ese único." (Läple, A.) Con todo, el Apocalipsis quiere ser un libro de
consolación: "Ved que llego pronto y conmigo mi recompensa, para dar a cada uno según sus obras".
Apoc 22, 12) Por ello dice san Buenaventura: "Endereza tu corazón, dilata y expande el afecto y entra
7
en el gozo de tu Señor (Mt. 25,21) que en esta vida, plenamente ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni al corazón del hombre llegó (1 Cor. 2,9). Corre entonces alma, no con pasos del cuerpo, sino con afectos y
deseos, porque te esperan no sólo los ángeles y los bienaventurados, sino también el Señor y maestro
de los ángeles y bienaventurados. Te aguarda Dios Padre como hija queridísima, Dios hijo como esposa amadísima y Dios Espíritu Santo como amiga gratísima!".
Por ello, los que confían en Yahvé, renuevan sus fuerzas y echan alas como de águila y vuelan velozmente sin cansarse y corren sin fatigarse.
La preterintencionalidad del mal: motivo de esperanza
Marisa Mosto
Intentaremos abordar la cuestión de la preterintencionalidad del mal tal como aparece en la Suma Contra Gentiles, en la Suma Teológica y en las Cuestiones disputadas sobre el mal, de Santo Tomás de
Aquino. Estas ideas se hallan en parte en consonancia con las relecturas hechas por Erich Fromm y
Herbert Marcuse de la sospecha freudiana sobre la dualidad de los instintos fundamentales, eros y
thanatos. Si las energías naturales tienen como objeto único y primordial el bien y la vida, es posible
conservar un cierto optimismo acerca de las oportunidades históricas del ser humano. Resta la difícil
tarea de desentrañar la raíz antropológica de la obstinada presencia del mal que se les opone.
La idea en acción, o la ética como epifanía del espíritu
Marcela Croce
El texto propone verificar el motivo de la esperanza en las estrategias que desde la literatura y el arte
organizan la estética medieval, entre las cuales sobresale el concepto de praxis o puesta en práctica de
una idea, manifestación sensible de una abstracción. Partiendo del libro El Conde Lucanor escrito en el
siglo XIV español se confirma el papel de la práctica a través de los consejos que Patronio ofrece al
conde, permitiéndole resolver situaciones problemáticas de la vida cotidiana mediante la exposición de
un caso puntual que revela una enseñanza inmediatamente utilizable. La esperanza de enfrentarse al
conflicto con herramientas ya probadas tranquiliza al oyente, incluso cuando la ejecución de tales consejos sea remota y adolezca de un alto grado de imprecisión. En el plano artístico esta tendencia a poner en práctica una idea se impone en el paso de la arquitectura románica a la gótica, en el alivio de la
pesada materialidad del románico en beneficio de la condición aérea y etérea de un gótico que apunta a
la espiritualidad en torres, pináculos y vitrales. El desplazamiento de lo material replica una tendencia
espiritualizadora que El Conde Lucanor ofrece en su dimensión ética como esperanza en la perfectibilidad de la conducta humana.
Motivos de esperanza en San Anselmo
Ricardo O. Díez
Se desarrollarán, a partir del pensamiento anselmiano, tres aspectos que pueden dar alguna perspectiva a los motivos que conducen a la esperanza:
1º) La esperanza es algo temporal. El tiempo, por ser creado, no se lo piensa en la Edad Media
separado de la eternidad. Actúan, para Anselmo, en ordenada concordia.
2º) La esperanza anhela un único Bien que cubre todas las necesidades del cuerpo y del alma, la
comunión con los otros en perfecta caridad y con Dios en perfecta felicidad que incorpora a los beatos
al gozo divino.
3º) La esperanza llama al deseo en su forma triangular. El mediador se muestra entre lo que se
quiere alcanzar y lo deseado que mueve a cubrir una falta. En la historia, podemos decir que el apetito
es motor de la vida.
Profundicemos estos aspectos de nuestra cuestión.
La esperanza de la Tierra Prometida según San Ireneo
Juan Carlos Alby
8
Los debates exegéticos en torno a Gn 23 fueron muy intensos entre los teólogos cristianos del siglo II
según puede apreciarse en la obra de San Ireneo, quien en el libro V del Adversus haereses confronta
las tesis de Filón de Alejandría y de Valentín sobre el carácter celestial e inteligible de la tierra. En el
ambiente intelectual de la época la noción de “Tierra Prometida” resultaba equívoca, pues, mientras
algunos la consideraban una tierra etérea y olímpica en la que habitaban las almas después de la muerte, otros la ubicaban en el tercer o cuarto cielo. Por su parte, el rabinismo sostenía una polémica sobre
la legitimidad de la llamada “interpretación predictiva escatológica” que busca en la Escritura significados no literales que hablen acerca de los últimos acontecimientos, a los que tratan de relacionar con
la venida del Mesías y del Reino mesiánico. A su vez, el tópico de la Tierra Prometida está ligado al de
la peregrinación de Abraham, cuya comprensión dependerá del concepto de Tierra Prometida que se
sustente y de las distintas exégesis de Flp 3, 18-20, las que resultaron tan variadas como frecuentes en
este período de la Patrística. El análisis de las múltiples hipótesis con respecto a esta esperanza escatológica confrontadas con el tratamiento que la misma recibe en la obra de Ireneo nos permite comprobar que, más allá de lo que a primera vista parece, el Lugdunense poseía un vasto conocimiento de la
filosofía helénica y su concepción cíclica del tiempo.
Miércoles 20 de abril
Entre la esperanza medieval y la utopía moderna
Dulce María Santiago, UCA
Para el hombre medieval la esperanza era una virtud sobrenatural relacionada con la espera de un futuro más allá de la vida terrena que le permitía otorgarle un sentido a su existencia y a sus males, especialmente al sufrimiento.
El hombre moderno, por el contrario, considera que la esperanza debe ser humana en cuanto su anhelo
de felicidad debe concretarse en esta vida terrenal. Por eso la modernidad se preocupa por el orden
temporal y necesita de un ideal para poder realizarlo en esta vida. Así surge la imperiosa necesidad de
una utopía que le otorgue motivación a la tarea humana de construir un mundo mejor.
Perspectivismo y verdad: la concepción gnoseológica de Nicolás de Cusa
Alexia Schmitt
El perspectivismo de la filosofía contemporánea, -según el cual el hombre puede acceder a la verdad
sólo desde su punto de vista particular-, conduce en última instancia a un escepticismo, en el cual ya no
pueden sostenerse principios éticos ni epistemológicos universales. Frente a esta paradoja del perspectivismo contemporáneo, la concepción gnoseológica de Nicolás de Cusa nos ofrece una mirada esperanzadora: el hombre no simplemente es conciente de su punto de vista determinado, sino que también
reconoce, en tal conocer limitado, su participación en la verdad infinita, -de ahí su validez y su imprecisión. El rasgo decisivo que caracterizaría, entonces, al perspectivismo de Nicolás de Cusa sería la
posibilidad de una aproximación siempre mayor por lo finito al principio infinito. Mostraremos que,
mediante su noción de “conjetura”, Cusano nos advierte el límite del conocer humano, pero a la vez, su
concepción gnoseológica como un camino de superación siempre abierto, en la medida en que se reconozca y realice el retorno al fundamento.
La memoria intellectualis como fuente del saber moral innato
según Nicolás de Cusa (1401-1464)
Paula Pico Estrada
En el sermón CCXLI, escrito a mediados de 1456, el Cusano describe el camino de la imagen al ejemplar desde una perspectiva nada habitual, la del amor. Según esta perspectiva, si Dios, el ejemplar, es la
caritas o amor, entonces su imagen en la mente humana es la dilectio o amor del prójimo. De ese modo, el vínculo con el otro deviene puente necesario para alcanzar la unión con Dios o, en términos filosóficos, para que la mente se perfeccione en el ejercicio de la verdad. En las Xª Jornadas de Filosofía
9
Medieval que se celebraron en 2015 analizamos este sermón, y dejamos abierta la siguiente cuestión: la
apertura al prójimo implica algún tipo de conocimiento, inscripto en el corazón del hombre, del mandamiento del amor. La cuestión nos lleva al problema del innatismo del conocimiento moral. ¿Cuáles
son sus alcances y cuáles sus límites?
Para responder esa pregunta, en primer lugar (1) examinaremos el tratamiento que el propio Cusano
hace del problema del innatismo, desde una perspectiva gnoseológica, en el diálogo De mente y luego
(2) nos centraremos en la dimensión ética del innatismo, con el foco en el aporte que hace Nicolás al
tema por medio de su interpretación de la expresión agustiniana “memoria intellectualis”, en el escrito
De aequalitate y en los sermones CCXXXIII y CCLXXIII.
La caída de las creaturas intelectuales y la acción de la providencia en orígenes
Leonardo Vicente Pons
La condición inicial de las creaturas intelectuales en la primera creación, era el “estado de la primera
bienaventuranza” (Prin I, 6.2), y consistía en lo que Orígenes denomina “el estado de ardor de los justos y de participación del fuego divino” (Prin II, 8.3), es decir un estado amor pleno a Dios. Sin embargo las creaturas intelectuales (νόες) en la primera creación experimentaron una “degradación o caída”, debido a que fueron “negligentes en exceso” (Prin I, 4.1). La negligencia trajo como consecuencia
la “diversificada caída” de los νόες, estableciendo tres categorías de seres racionales (λόγικά): ángeles,
hombres y demonios, a su vez cada una con su grado de caída. La degradación o caída fue progresiva,
y es lo opuesto al progreso espiritual. Sin embargo Dios no condiciona ni anula la existencia del libre
albedrío, sino que gobierna el mundo sabiamente y aunque conozca plenamente las disposiciones interiores de cada hombre y pueda adaptarle beneficios y castigos (Prin III, 2.3), respeta sus decisiones.
Por este motivo Orígenes deja abierta la posibilidad de perfección en el hombre en virtud de su libre
albedrío, subrayando que los efectos de la Providencia son mucho más decisivos que los del obrar
humano. Esta es la razón por la que el hombre necesita unir su libre albedrío a la ayuda divina.
Rationes spei: tres oxímoron anselmianos
Enrique Corti
A partir de la presentación de tres oxímoron anselmianos, referidos al lenguaje, el pensamiento y la
redención, se tratará de mostrar cuáles han sido los caminos de Anselmo, ya sea para librarse de ellos,
ya sea para profundizarlos, en el marco de su programa teológico fides quaerens intellectum y de la
índole especulativa de su argumentación."
El milenarismo medieval y su influencia en la obra de Marsilio Ficino (1433-1499).
Una lectura teológico-política de la esperanza
Fabián Ludueña Romandini
La consideración de la esperanza en el pensamiento medieval querría llevar la atención, en esta ponencia, hacia algunas aristas de la dimensión política de la problemática. Durante el siglo XX se ha podido
hablar de una “teología de la revolución” para referirse a los movimientos políticos desencadenados en
la primera Modernidad por reformadores como Thomas Müntzer (1490-1525). En este sentido, los
trabajos que van desde Otto Merx hasta Ernst Bloch han trazado esta línea interpretativa al respecto.
Sin embargo, querríamos aquí considerar, por un lado, las fuentes medievales del así denominado “milenarismo” moderno bajo la perspectiva del problema “teológico-político”. Con este objetivo, tomaremos en cuenta especialmente la obra de Joaquín de Fiore (1135-1202) y la apocalíptica desarrollada
por los franciscanos espirituales (o Fraticelli). En este sentido, la esperanza mesiánica es decodificada,
en estos movimientos, bajo las consignas de una escatología comprendida bajo el signo de lo teológicopolítico. Por otro lado, querríamos desarrollar la hipótesis de una influencia del milenarismo joaquinita
y Fraticelli sobre los medios culturales del Humanismo florentino renacentista, especialmente, en los
escritos de tenor político del filósofo neoplatónico Marsilio Ficino (1433-1499).
El canto de las sirenas. De Evagrio Póntico al ACT (Terapia de Aceptación y Compromiso)
10
Rubén Peretó Rivas
La obra de Evagrio Póntico esconde detrás de sus definiciones ascéticas y teológicas una profunda
psicología que anticipa varias de los presupuestos que algunas escuelas contemporánea utilizan si no en
sus terapias, al menos en sus marcos teóricos. Más allá de que la intención del Póntico no haya sido
desarrollar propiamente una psicología, es posible, sin embargo, aislar de la totalidad de su obra algunos elementos teóricos e incluso prácticos, que pueden presentarse como complementarios a algunas
propuestas contemporáneas.
Es propósito de esta comunicación adentrarnos en esta tarea, para lo cual relacionaremos aspectos distintivos del ACT (Acceptance and Commitment Therapy), propuesta terapéutica contemporánea desarrollada por Steven Hayes, Kirk Strosahl y Kelly Wilson, con ciertos principios sobre los que Evagrio
Póntico establece su antropología, a fin de mostrar la posible complementariedad y fuente adicional de
alimentación teórica de la escuela mencionada.
Jueves 21 de abril
Tópicos noéticos tardomedievales en los quodlibeta
de Herveo Natal (†1323): un estado de la cuestión
Ignacio Miguel Anchepe
En este trabajo me propongo realizar un estado de la cuestión sobre algunos tópicos noéticos presentes
en los Quodlibeta de Herveo Natal. Durante las últimas décadas, la noética nataliana fue objeto de un
renovado interés por parte de los estudiosos, fruto de lo cual son, por ejemplo, los diversos trabajos
acerca de la noción de intencionalidad en el De secundis intentionibus del dominico bretón. No obstante, se echa de menos un estudio más exhaustivo de su teoría del conocimiento en los Quodlibeta, los
cuales sólo han sido considerados hasta el momento (que sepamos) de un modo más bien incidental.
En este sentido, un primer paso imprescindible consiste en identificar tópicos y pasajes relevantes en
relación a los debates noéticos tardomedievales dentro de la obra aludida (cuya única edición data de
comienzos del s. XVI)
Mi indagación será guiada por la hipótesis de trabajo de que en Herveo hay elementos teóricos decisivos para a un estudio «arqueológico» de la formación del sujeto moderno. Dicho de otra manera, en él,
como en otros pensadores del Medioevo Tardío, van conformándose las problemáticas que serán condición de posibilidad para la emergencia de la subjetividad moderna. En este sentido, en el tomo más
reciente de su Archéologie du sujet (2014), Alain de Libera ha llamado la atención sobre el tratamiento
nataliano de cuestiones tales como la del esse obiectivum de los contenidos conceptuales y la creciente
importancia del subiectum como fundamento del acto de pensar. La intención de la presente investigación es confeccionar un panorama abarcador rastreando estas y otras inquietudes noéticas a lo largo de
los Quodlibeta.
Melancolía y alquimia en el Cancionero de Petrarca
Agustín Costa
Al amanecer del Humanismo, la figura de Francesco Petrarca(1304-1374), ocupa un sitio axial, sincrónico. En él confluyen tanto Ovidio como San Agustín. La poesía provenzal como la Escuela siciliana.
Los alquimistas de Montpellier y la experiencia de un exilio que se traducirá en una concepción del
Eros sumida en la melancolía.
En el Cancionero rompe con la tradición medieval de la transfiguración del Amor en Caridad. Él adquiere toda su densidad humana. Postula la herida de lo imposible y lo impele a afrontar un proceso
que devuelva al amante a su unidad perdida. Visión, ésta última, que anticipa la erótica del Renacimiento
Teoría política y económica en el pensamiento de Duns Escoto
Enrique Santiago Mayocchi
11
Las intensas disputas entre el papado y la monarquía francesa hacia principios del XIV, dieron pie al
desarrollo de teorías políticas y económicas modernas. En el presente trabajo nos proponemos ordenar
los elementos que ha dejado Duns Escoto sobre teoría política a lo largo de su obra. El joven maestro
franciscano, que vivió en París y tuvo que exilarse a causa de tales conflictos en 1303, no ha dejado
ningún tratado sistemático, sin embargo podemos encontrar ciertas menciones que nos muestran su
conocimiento y toma de posición sobre aquellos asuntos.
Duns Escoto parte de una conclusión: en el estado pre lapsario todas las cosas eran, por ley natural,
comunes a todos los hombres. Luego del pecado original, por el poder absoluto divino, quedó revocado
ese principio. Por tanto, le corresponde a quien tiene autoridad la división de bienes y el resguardo de
la propiedad privada. El Doctor Sutil distingue una autoridad natural, el padre de familia, y la autoridad
política elegida por la comunidad de acuerdo a la ley positiva. De aquí se concluye que la sociabilidad
es algo natural al hombre, pero la politicidad es producto de su ser racional y libre, que depende de sus
elecciones.
Tiempo, Esperanza y la verdadera ciudadanía del cristiano en San Agustín
Carlos Daniel Lasa
El presente escrito indaga acerca del modo en que Agustín, fiel a su método “creer para comprender y
comprender para creer”, establece una relación necesaria entre esperanza y eternidad a partir de la consideración del tiempo. En consecuencia, la vida cristiana va a ser testimonio de aquella Ciudad que no
se encuentra en el futuro sino en la eternidad. Asimismo, el escrito tratará de poner en evidencia la
condición necesaria, en toda la meditación agustiniana (acerca del tiempo, la esperanza y la ciudadanía
cristiana), de la metafísica del ser subyacente. Consecuentemente, el eclipse de esta visión en la conciencia cristiana equivaldrá al solo dominio y construcción de este mundo, y a la adopción de la ciudadanía de la ciudad terrestre.
Dios: El que es, lo mejor que puede concebirse, nuestra esperanza
-La respuesta de Bernardo de Claraval al problema de la simplicidad divinaPedro Edmundo Gómez, osb
La teología escolástica de Gilberto de la Porrée, pone en duda la simplicidad divina, haciendo abuso de
la dialéctica, al aplicar a Dios una reinterpretación agustiniana de una distinción boeciana. La teología
monástica de Bernardo de Claraval rebate esta opinión colocando al inicio un acto de fe en la verdad
revelada, para luego recurrir a la metafísica platónica de la esencia y así “dar razón de su esperanza” (1
Pe 3,15). Su platonismo especulativo responde argumentando dialécticamente al estimar la distinción
boeciana entre id quod est y id quo est en relación con la concepción anselmiana de Dios como “Quo
nihil melius cogitari potest”, para mostrar la imposibilidad de aplicarla a Dios, que es el Ser-Esencia
absolutamente simple. Dios, en su simplicidad, es nuestra esperanza. “La esperanza radica en el nombre, pero su objeto está en la visión del rostro”.
Conceptos trascendentales y ontología no formal
Gerald Cresta
Desde los orígenes del pensamiento filosófico, el concepto de trascendencia ha sido un término que
alude al estado o la condición del principio divino o del ser que es ontológicamente previo a todo ente
y a la vez su condición de posibilidad. Los conceptos trascendentales han alcanzado su máxima expresividad en esta referencia a un fundamento del ente que no es entitativo, y que hasta prescinde de la
experiencia cognitiva de su naturaleza, si se entiende a la experiencia como experiencia de entes. La
intención de este trabajo es delinear los aspectos de fundamentación presentes en los conceptos trascendentales, señalando la diferencia entre una sistematización de conceptos universales, como la cuestión de los géneros supremos, y una ontología no formal que reflexiona sobre el despliegue del acto de
ser. Esta perspectiva supone un orden que trasciende el ámbito de las entidades del mundo físico, pero
que en contraste con los conceptos genéricos puede dar cuenta de cada ente en su naturaleza singular.
12
La esperanza y la liturgia de los salmos en san Agustín según Carol Harrison.
Héctor Jorge Padrón
Para la Antigüedad clásica el cosmos -incluido el peculiar cosmos humano- era un instrumento
que resonaba. En el relato de la creación de Platón en Tim, 34b-47e ésta se manifiesta en una clave
musical que funda la totalidad audible del todo que existe en la cadena siempre abierta del ser.
El pensamiento de Carol Harrison muestra ,de manera precisa y amplia a la vez, qué es lo que añade el
pensamiento teológico del cristianismo temprano en un Padre de la Iglesia latina, san Agustín, a esta
inteligencia musical pitagórico-platónica del cosmos y del hombre, a saber: la experiencia integral de
un cosmos litúrgico -vía Salmos- que asume la Creación y la alaba y glorifica -rühmen- en el acto
mismo de existir como hombre delante de Dios, de los ángeles, de los demás hombres y de todas la
creaturas. Si esto es así, sería posible, entonces pensar una ontología radical en términos absolutos de
ser (y saber)-en- el Canto.
Viernes 22 de abril
Libertad y responsabilidad en Confesiones VII y VIII
Juan Manuel La Rosa
¿Es posible la libertad humana para san Agustín? En esta breve exposición intentaremos responder al
interrogante siguiendo el itinerario de los libros VII y VIII de las Confesiones. A nuestro entender,
estos pasajes resultan claves dentro de la vasta obra del obispo de Hipona para la comprensión del problema del mal, puesto que permiten trazar un mapa dinámico del pensamiento agustiniano: pensamiento que se gesta en tensión con el medio filosófico de su tiempo, en especial con el maniqueísmo y el
neoplatonismo. De este modo, se tratará de esbozar una aproximación al problema desde dos enfoques:
el antropológico y el ético, puesto que desde ellos se evidencia la ruptura de Agustín con una antropología dualista y una ética de impronta determinista propias maniqueísmo, por medio de la apelación a
una ética de la responsabilidad humana, fundada en el vínculo entre la libertad y la gracia.
Filosofía de la Historia en el Dante político
Pablo Rojas Olmedo
Resumen: La Filosofía o Teología de la Historia en Dante se encuentra delineada de manera temprana
en el Convivio IV v, pero es desarrollada extensamente en el libro II del De Monarchia. El cometido de
esa argumentación es de fuerte contenido político, puesto que luego de haber aclarado la necesidad de
un imperium universalis, dirigido por un emperador temporal que ayude a la humanidad a alcanzar su
máximo objetivo: la paz, busca las raíces históricas que avalen la legitimidad imperial, no solamente en
el ámbito del derecho, sino también en el teológico. De este modo, se presenta la historia de Roma,
como modelo de racionalidad y de ejercicio del poder en el mundo, para lo cual se apela a una formulación de carácter providencial del dominio romano reuniendo los testimonios de autoridad que documentan el carácter jurídico del Imperio, es decir, su legitimidad. En base a ello, intentaremos mostrar
los mecanismos que utiliza Dante para dar con el flujo providencial de la historia que establece un dominio de iure del Imperio Universal.
El Cardenal Cayetano, ¿comentador?
Nicolás A. Lázaro
La idea del presente trabajo nace en las Jornadas pasadas. Al exponer sobre la figura del Cardenal Cayetano, Tomás de Vio, se nos preguntó si por caso no será el de los comentarios un género propio, un
modo particular de hacer filosofía. Queriendo dar una respuesta, escribimos este ensayo y ponemos
entre signos de interrogación el sobrenombre del Cayetano: ¿Son los suyos meros comentarios? ¿Es un
filósofo...? ¿Es tan siquiera un comentador...? Nuestro escrito se divide en cinco partes: Empezamos
con una introducción junto con los objetivos planteados (1). Luego reflexionamos brevemente en torno
a la naturaleza de los comentadores (2), para preguntarnos posteriormente si el comentar es filosofar, o
si es posible considerar filosofía a los mismos comentarios (3). Antes de concluir (5) revisamos la in-
13
tención y las declaraciones que realizó el “Príncipe de los Comentadores” al momento de glosar la
Suma Teológica en su totalidad (4).
Sincronía de vida activa y contemplativa en la mística eckhartiana
Silvana Filippi
La notoria importancia que Eckhart da al desapego de las cosas (Gelassenheit) podría sugerir que el
místico alemán desdeña la vida activa. Inversamente, Eckhart entiende que el desasimiento respecto de
las creaturas es perfectamente compatible con la acción e incluso interpreta de un modo opuesto al que
ha sido habitual la actitud de Marta y de María frente a Jesús.
“¡Oh vehemencia del amor!” En busca del éros perdido. Una encrucijada de
esperanza entre Ricardo de san Victor y Byung-Chul Han
Juan Quelas
El mundo actual vive sin éros y, por lo tanto, sin coraje, sin pasión, sin prójimo. El éros ha sido reemplazado por la pornografía y la prostitución, que disuelven y degradan aspectos humanos esenciales de
la existencia. ¿Es posible que un monje medieval y un filósofo contemporáneo nos devuelvan la esperanza de reencontrar un éros que vuelva a recentrar al hombre en uno de sus ejes fundamentales? Proponemos un cruce de textos entre Ricardo de san Victor, escocés del siglo XII, y Byung-Chul Han,
coreano del siglo XX, para delinear los contornos de un éros humano-divino para el siglo XXI que
devuelva al hombre toda su divina carga de pasión.
Quimérica Esperanza
Susana B Violante
Siempre es interesante al abordar un tema indagar en lo que el diccionario nos enuncia y nos encontramos con que, para el vocablo “esperanza” la siempre incompleta definición nos acerca dos posibilidades:
1. Confianza de lograr una cosa o de que se realice algo que se desea.
2. Cosa o persona que es objeto de esa confianza.
A estas dos acepciones del vocablo le agregaría el femenino nombre puesto, tal vez, por unos padres
que han depositado su propia “esperanza” en una niña que estará condenada a intentar cumplir con tan
gran designio.
Por otro lado está el refrán amparado en la necesidad de “concebir esperanzas”, nos pase lo que nos
pase, dado que “la esperanza es lo último que se pierde”, pero se pierde en el momento de la muerte.
También tenemos sus aparentes sinónimos –y digo aparentes porque considero que están señalando
significaciones divergentes– como la confianza, ilusión, anhelo, expectación y tal vez creencia en el
sentido de espera: esperar que algo se cumpla y en esta acepción ya entra en juego el tiempo.
¿Qué espera Godot en la célebre obra de Samuel Beckett?
¿Cuánto de lo señalado lo heredamos del medioevo, de las virtudes teologales?
El tiempo de la crisis en Agustín de Hipona:
universalismo filosófico y declinación política
Flavia Dezzutto
Procuraremos examinar en este escrito una de las formas en que fue tematizada la crisis política, filosófica y cultural que signó a la decadencia de Roma, al desfallecimiento de lo que llamamos la civilización del Occidente antiguo.
Agustín de Hipona fue un espectador e intérprete central de este proceso, en tanto su personalidad intelectual se forjó en los marcos de la cultura filosófica y literaria romana, recibiendo el decisivo influjo
del cristianismo, como religión de salvación y como un cuerpo de doctrinas en formación.
El modo en que expondremos nuestro problema atiende a dar explicaciones acerca de una “extinción”,
de una instancia de separación crítica, en la evaluación que nuestro autor realiza de la herencia especu-
14
lativa recibida y del orden político en declinación, así como en la interpretación de la índole del tiempo
de esa crisis.
La postulación de una teología natural como clave de comprensión y resolución de su actualidad, nacida al
calor de la disputa con los géneros teológicos del mito y de la religión de estado, consuma la “sustitución”
por la que un nuevo orden intelectual, en combinación con formas culturales precedentes, forja su
universalidad, separando aquello que desfallece en la Roma agonizante, reinventando lo que la filosofía
griega urdió en diversos momentos de su desarrollo.
Gnosis original, verdadera gnosis y gnosis herética. La gravitación heresiológica
en Isidoro de Sevilla (etimologías VIII, 5, 1-70»
Francisco García Bazán
La “gnosis auténtica” u original es la especie del conocimiento cristiano que diverso de la fe ha coexistido con ella y preexistía a su separación histórica . Los testimonios de Pablo de Tarso (1Cor 15, 12-14)
y de las Epístolas Pastorales (1Tim 6,20), así lo confirman. Sobre el fenómeno histórico se sobreimpone el histórico doctrinal que reconoce en sus rechazos intelectuales la preexistencia histórica de los
hechos coexistentes fe y gnosis. La necesidad del reconocimiento de sus límites, el establecimiento de
los campos respectivos y de la condena de la gnosis autónoma y de la necesidad de la subordinación
del conocimiento a la fe, se han desarrollado en esta relación. Este procedimiento es razonable que se
desarrollara en un medio cultural (Alejandría) en el que el cristianismo coexiste con otros saberes religiosos y Clemente de Alejandría es su cultor. En este cuadro se inscribe la tesis de la “verdadera gnosis” y Clemente, a mediados del siglo II, es su brillante defensor. Finalmente fortalecido el género
heresiológico con Ireneo de Lyon como su cabeza (Adv. Haereses, circ. 180) se confirma el reconocimiento y la concepción de la “gnosis herética” de firme apoyo por la Iglesia de Roma.
A continuación del anterior cuadro histórico analítico resulta de interés mostrar cómo estas ideas acríticamente transmitidas sobre la ortodoxia y la herejía, desembocan con propia interpretación en Isidoro
de Sevilla, quien trata de dar al rechazo justificación conciliar (Etim. VI, 16).
Descargar