Las implicaciones para México de la explotación del shale gas (gas de esquistos). El gran potencial y el boom de explotación del shale gas en Estados Unidos, como se ha mencionado, lo ha llevado a plantear una geopolítica global al respecto, principalmente dirigida a lograr la llamada independencia energética de América del Norte (lo que sea que eso signifique) pero también principalmente a reducir el papel de Rusia, Venezuela e Irán como abastecedores de gas a Europa y otras regiones del mundo. Sin embargo para llevar a cabo esta nueva geopolítica respecto al gas natural, es claro que los Estados Unidos, además de sus recursos estimados propios, debe contar y así lo planea, también con la disponibilidad de los de sus vecinos (Canadá y México) en un ejercicio de geopolitica real, por lo que ha promovido la exploración y los preparativos para la producción en ambos países, por ejemplo, el Instituto Baker, ha ya hecho algunas predicciones del gas shale en América del Norte, a través del simulador de la Universidad de Rice (RWGTM), en el que se concluye que en el subcontinente, se estiman unas reservas de 937 billones de pies cúbicos de gas – bcf_ (trillones en unidades inglesas, tcf), correspondiendo 165 bcf a Canadá y 135 a México y con un estimado de costo (Breakevenprice, promedio estimando una recuperación del 60% o más por millar de pie cúbico) de 5.3 usdl y 7.02 usdl respectivamente (1. Shale gas and U.S. National Security. Energy Forum. James A. Baker III institute. Rice University) En el caso de México, hablando de regiones, estima como recursos prospectivos, en la región de Burgos 90 bcf, en Sabinas 20 bcf y en Tampico 25 bcf. Sin embargo en el caso de México, la divergencia y disparidad de cifras del potencial de shale gas es enorme. Ya se mencionó la estimación del Instituto Baker, hay que mencionar las de la propia Sener y Pemex. En la Estrategia Nacional de Energía, (ENE) 2012, 2026, de la Sener, se dice que Pemex inició la evaluación del potencial identificando 5 regiones potenciales y el potencial se estima entre 150 y 459 bpc, cifras muy divergentes con la anterior ENE, contrastando con la anterior ENE que casi no menciona el tema, llamando la atención, que en un año se dá un viraje radical en la política de producción de gas (2. Solórzano Santana Cuauhtémoc, Shale gas en México en perspectiva con la historia petrolera, revista Energía a debate, edición 52, sep-oct 2012.) Por otra parte, la dirección general de Pemex, en el Foro Estrategias Energéticas aventura el estimado coo recursos prospectivos de 680 bpc, informando que se han perforado 3 pozos y Pemex tiene planes para perforación para los próximos 50 años (meta de 27 mil pozos productores) (3. “Foro de Estrategias Energéticas”, Museo Tecnológico de la Comisión Federal de Electricidad, 10 y 11 de julio de 2012. 1er Expo Foro Internacional Pemex, julio 2021. Articulo “La agenda energética del próximo sexenio 2012-218”. Rosío Vargas, Heberto Barrios. Revista “Voices of Mexico”. CISAN- UNAM. Otoño-Invierno 2012). Condiciones esgrimidas para este desarrollo. Para que estos desarrollos sean económicamente viables, los funcionarios de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) argumentan que es necesario transitar a un régimen de concesiones para su explotación. Las razones esgrimidas son, sin embargo, contradictorias. Por una parte se argumenta que en esta explotación no hay renta, aseveración que parece derivar de los altos costos de producción y regulación asociados y que eleva entre el 30 y el 40% el costo total del proyecto. No obstante ello no anula la posibilidad de obtener renta. Bajo el argumente de que no se va obtener renta, se justifica el repliegue del Estado en inversiones al igual que su carácter monopólico lo cual llevaría a introducir la competencia en este segmento. Lo anterior justifica la necesidad de cambios constitucionales para el manejo del gas shale, según los funcionarios de la CRE y de la dirección general de Pemex. De manera más contradictoria todavía, se asocia también a la explotación del gas de lutita al “problema de la enfermedad holandesa”, es decir, al rentismo asociado al impacto macroeconómico de los ingresos derivados de su realización en el mercado. En ambos casos, la argumentación es cuestionable pues no hay tal fatalidad como la enfermedad holandesa. Más bien esto parece un esquema para apoyar la propuesta de un régimen de concesiones. También se ha hecho énfasis en los altos costos ambientales asociados, dada la gran utilización de terrenos, así como el uso intensivo de agua, estimado en 3 millones de litros por pozo para fractura y se habla de 27 millones de litros de agua para un yacimiento de menores dimensiones, con toda la logística que ello implica. En este punto habrá que preguntarse, que será más valioso en un futuro ya cercano, ¿la disponibilidad de agua ó de gas natural? La infraestructura La presidencia de México, anunció la licitación para el Gasoducto del Noroeste, con más de 2.000 kilómetros de longitud desde la frontera con Estados Unidos, hasta Mazatlán y con una inversión de unos 3.500 millones de dólares. "Es la licitación del más grande de los gasoductos que se van a construir en los próximos años, el Gasoducto del Noroeste, además de otras zonas de distribución de gas natural" dijo Calderón en un acto sobre la infraestructura energética del país. Recordó que el año pasado anunció el proyecto de cambio estructural del mercado de gas natural que prevé inversiones totales por unos 10.500 millones de dólares en la construcción de una red de gasoductos en el centro del país y de cuatro zonas de distribución Entre los proyectos citó el denominado gasoducto los Ramones que tendrá una longitud de unos 1.000 kilómetros con una inversión de 2.500 millones de dólares "que pasará desde Tamaulipas, Nuevo León, San Luis, Guanajuato, Querétaro, Zacatecas" al que se pueden conectar Jalisco y Aguascalientes. Asimismo, anunció la licitación de cuatro nuevas zonas de distribución de gas en Morelos, Veracruz, Michoacán y en la Zona occidente del país, con inversiones de unos 800 millones de dólares (4.www.Redempresariosvisa.com, julio de 2012, consultada el 3/11/2012). Como puede apreciarse, este cambio de estrategia denominada “cambio estructural del mercado de gas natural”, que ha pasado casi desapercibida en el país, es un complemento del planteamiento de magnificar como prioritario el mercado de gas natural integrado de América del Norte en base a la producción masiva reciente del shale gas, que por otro lado ha provocado una baja significativa del precio del gas, justificando esta costosa infraestructura para la importación y distribución, en un sector que precisamente ha carecido de inversiones significativas en los últimos años, sobre todo en la distribución, en la refinación y la petroquímica. A manera de conclusiones, podemos decir que hay un cambio repentino y significativo, tanto a nivel gubernamental como de las dirección general de Pemex, respecto a la estrategia de exploración y explotación del llamado shale gas o gas de esquistos, y que pasa de casi no mencionarse en años anteriores a convertirse en prioridad de estrategia y de inversión a partir de 2012. Las cifras que se manejan son bastante divergentes, dándose en una verdadera diáspora estadística, desde los 680 billones de pies cúbicos que ha manejado la DG de Pemex en varios foros, el rango de 150 y 450 de la ENE a los 135 de algunas instituciones de los Estados Unidos como el Instituto Baker, hay que aclarar que estas cifras están en el concepto de Recursos prospectivos, no en las de reservas, ya que para ello tendría que realizarse un amplio, detallado y probado proceso de exploración, que tardará todavía algunos años para llevarse a cabo. El manejo que se ha dado a la estrategia de exploración, producción distribución y construcción de un nuevo mercado de gas natural en el país, recuerda en muchos aspectos, al manejo de los descubrimientos petroleros a fines de los años 70´s, sobre todo por la presión a base de volúmenes estimados y convertir a México tener una producción para abastecimiento interno a exportador neto. Este cambio de estrategia, concuerda bastante bien, según nuestra apreciación, con la llamada estrategia de seguridad energética de los Estados Unidos, bajo el concepto de Independencia Energética de la América del Norte (EEUU, Canadá y México) que persigue la autosuficiencia respecto al gas natural de los Estados Unidos, así como reducir el papel como abastecedores y por lo tanto estratégico, de Rusia, irán y Venezuela y otros productores relevantes. Para llevar a cabo esto, los dirigentes del sector energético mexicano, han planteado y/o sugerido, en diversos foros en 2012, que para llevar a cabo lo enunciado en este trabajo, es necesario transitar hacia un régimen de concesiones, tanto en el shale gas como en la explotación de los yacimientos de aguas profundas. El articulo 27 constitucional no permite esto, por lo que para llevar a cabo el mencionado régimen de concesiones, se verán obligados a realizar modificaciones al este articulo asó como a otros correlacionados, lo cuál provocaría varios efectos negativos, para empezar dejar en obsolecencia la llamada reforma energética de 2008, que fue llamada reforma estructural energética, y a partir de ahí promover una serie de reformas coyunturales, entrando el país en una especie de “reformitis”, que sin duda perjudicará al sector energético, al restarle estabilidad y dirección clara. Aunado a esto, hay que aclarar, que la explotación del shale gas, en las regiones mencionadas, no responde a criterios de demanda social, ni de planeación interna, ya que no hemos desarrollado la tecnología, ni la infraestructura necesaria, ni se ha realizado una planeación a detalle y menos una exploración exhaustiva, todo indica que este prurito obedece más presiones endógenas que de un procesamiento intelectual y de planeación interno que establezca el costo beneficio para el país Por otro lado, como dijimos en punto 2 de los factores geopolíticos, el contar con tan abundantes recursos permite hacer frente al desafío que significa el control y poder de las empresas estatales en la industria petrolera mundial (nioc´s por sus siglas en inglés). Lo cuál ha sido una intención manifiesta de varios sectores académicos y políticos en los Estados Unidos, y que se mencionó en la campaña presidencial de 2012, particularmente de buscar mayor injerencia en Pemex. Sin embargo, el efecto más pernicioso sería el de someter a discusión y posibles cambios, el art. 27 constitucional , cosa que además parece sinceramente bastante difícil, uno de los artículos constitucionales simbólicos, que define el aspecto de la propiedad, del proyecto nacional plasmado en la Constitución mexicana y que rebasa el horizonte de la ganancia e inclusive de la simple seguridad energética.