Número de registro: 17022 Novena Época Instancia: Segunda Sala

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
Número de registro: 17022
Novena Época
Instancia: Segunda Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: Tomo XV, Abril de 2002
Página: 704
CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS. ENTRE LAS SUSTENTADAS POR EL
CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO DEL VIGÉSIMO SEGUNDO CIRCUITO Y EL
PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIAS ADMINISTRATIVA Y DE
TRABAJO DEL SÉPTIMO CIRCUITO.
MINISTRO PONENTE: SERGIO SALVADOR AGUIRRE ANGUIANO.
SECRETARIA: EVA ELENA MARTÍNEZ DE LA VEGA.
CONSIDERANDO:
TERCERO. El Cuarto Tribunal Colegiado del Vigésimo Segundo Circuito, al fallar el treinta
y uno de agosto de dos mil uno el juicio de amparo directo 227/2001, sostuvo, en lo que
interesa, lo siguiente:
"QUINTO. Los transcritos conceptos de violación, en lo sustancial, son fundados. En tales
motivos de desacuerdo, José Luis Hernández Soto tilda de ilegal la sentencia reclamada, al
aducir que el Tribunal Unitario Agrario declaró improcedente la acción restitutoria intentada
al valorar indebidamente el documento relativo a la inscripción de traslación de derechos
agrarios por sucesión, pues lo estimó insuficiente para acreditar la titularidad del bien ejidal
en disputa, lo cual estima conculcatorio de sus garantías individuales al quebrantar el interés
social, principio rector fundamental de la materia agraria, cuyas normas son protectoras de la
población campesina, pues dice ser, de conformidad con los artículos 12, 14 y 15 de la Ley
Agraria, sujeto de derecho agrario, porque Macario Licona Melo, original titular del
certificado de derechos agrarios 2306642, del ejido de Tezahuapa, Municipio de Atotonilco
El Grande, Hidalgo, lo instituyó sucesor preferente, el veintinueve de abril de mil
novecientos noventa y nueve, por lo que al fallecer éste, en procedimiento administrativo
solicitó en la Delegación del Registro Agrario Nacional en el Estado, el reconocimiento de la
transmisión de derechos agrarios por sucesión, la cual sostiene se realiza sobre el mismo
certificado de derechos agrarios y, por ello, considera acreditó la titularidad del derecho
agrario, con la documental pública en comento, pues en ella constan los datos básicos de
identidad de los derechos agrarios controvertidos, el nombre del ejido, Municipio, Estado,
número de expediente y nombre del titular ejidatario, José Luis Hernández Soto, y al no
valorar debidamente la responsable esa documental, estima ilegal la sentencia impugnada.
Ahora bien, con el objeto de patentizar lo fundado del concepto de violación de referencia,
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suplida en lo conducente su deficiencia, al tenor de los preceptos 76 bis, fracción III y 227 de
la Ley de Amparo, este Tribunal Colegiado estima pertinente destacar que de las constancias
integrantes del expediente agrario de donde emana el fallo reclamado, las cuales adquieren
eficacia demostrativa a la luz de los numerales 129, 197 y 202 del Código Federal de
Procedimientos Civiles, aplicados supletoriamente al tenor del dispositivo 2o. de la Ley de
Amparo, de las cuales, en lo de interés en este asunto, se aprecia: Que en la demanda que dio
origen al juicio agrario subyacente, el actor, hoy quejoso, sostuvo ser ejidatario legalmente
reconocido del ejido Tezahuapa, Municipio de Atotonilco El Grande, Hidalgo, de acuerdo al
documento relativo a la constancia de transmisión de derechos agrarios por sucesión inscrita
en el tomo 165, foja 79, expedido por el Registro Agrario Nacional; calidad adquirida por
sucesión del extinto ejidatario Macario Licona Melo, titular del certificado de derechos
agrarios 2306642, quien lo designó como sucesor preferente, por lo que a su muerte solicitó
la transmisión de tales derechos a su favor; que al morir Macario Licona Melo, la ahora
demandada se introdujo a trabajar a la parcela sin su consentimiento, negándose a
desocuparla, razón por la cual intentó la acción restitutoria. Seguido el procedimiento en
todas sus etapas, el tribunal responsable emitió la sentencia reclamada donde determinó no
haberse acreditado el primer elemento de la acción intentada, consistente en tener el
accionante la titularidad del bien ejidal reclamado, porque la constancia de inscripción de
transmisión de derechos agrarios por sucesión expedida por el registrador integral del
Registro Agrario Nacional, de veintinueve de junio de mil novecientos noventa y nueve,
donde se indica que en el certificado agrario 2306642, del ejido de Tezahuapa, Municipio de
Atotonilco El Grande, Hidalgo, causó baja como titular Macario Licona Melo y alta como
titular el actor José Luis Hernández Soto, es insuficiente para ello, al no demostrar que cuenta
con el correspondiente certificado de derechos agrarios o certificados parcelarios como lo
refiere el artículo 78 de la Ley Agraria, ni tampoco que se le haya expedido el respectivo
certificado al haber acreditado los derechos de sucesor en términos de ley, tal como lo indica
el artículo 74 del Reglamento Interior del Registro Agrario Nacional pues, adujo, el acto
traslativo únicamente tiene efectos declarativos y no constitutivos de derecho, apoyando su
determinación en el criterio sustentado por el Tercer Tribunal Colegiado del Vigésimo
Segundo Circuito en ejecutoria pronunciada el veintidós de febrero de dos mil uno, en el
juicio de amparo directo 502/2000, promovido por Anastacio Díaz Cruz en un caso similar,
así como en la jurisprudencia número VII.1o.A.T. J/22, visible en la página 979, Tomo XI,
febrero de 2000, Novena Época, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, bajo el
rubro: ‘REGISTRO AGRARIO NACIONAL, CONSTANCIA EXPEDIDA POR EL, SIN
MEDIAR JUICIO SUCESORIO. ES INEFICAZ.’. Este órgano colegiado no comparte el
criterio anterior y para justificarlo es necesario, dada la naturaleza del asunto de nuestra
atención, hacer breve referencia a la función que en la actualidad tiene el Registro Agrario
Nacional, en torno a las cuestiones debatidas en el juicio natural, emanadas de los artículos
148 a 156 de la Ley de Agraria. En efecto, conforme con lo dispuesto en los numerales 1o.,
3o., 4o. y 6o. del Reglamento Interior del Registro Agrario Nacional, el objeto primordial de
dicho registro es el del control de la tenencia de la tierra y el de la seguridad documental
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respecto de predios rústicos de naturaleza agraria, destacando como funciones la registral, la
de asistencia técnica, la catastral, así como las de resguardo, acopio, archivo y análisis
documental del sector agrario, necesarios para el conocimiento de los problemas, la
identificación de las acciones y la evaluación de la gestión agraria, función que se lleva a
cabo mediante las actividades de calificación, inscripción y certificación de los actos y
documentos en los cuales consten operaciones relativas a la propiedad ejidal y comunal;
derivado de tal función, inscribirá y resguardará los documentos en los que consten los actos
jurídicos a que se refieren los documentos en cita. Asimismo, cabe destacar que del contenido
de los ordinales 17, fracción VII, 19, fracciones I, VII, VIII y XII, 25, fracciones II, incisos n)
y u), V y VI, y 27, fracción II, del invocado reglamento, se deriva que la organización de las
unidades administrativas del Registro Agrario Nacional destacan, por su importancia, las del
director en jefe del mismo, quien entre múltiples facultades tiene las de dictar las
disposiciones para la operación y administración del Archivo General Agrario, para el
procesamiento y expedición de certificados, títulos, planos y demás documentos que generen
las diversas unidades administrativas; también sobresalen las del director general del registro
quien, entre otras, tiene la de ejercitar la fe pública registral y vigilar que la calificación e
inscripción de los actos y documentos objeto de registro, y la certificación de los asientos
registrales se realicen conforme a los criterios y lineamientos establecidos, así como la de
expedir las constancias que de éstas se soliciten; igualmente la de establecer el procedimiento
para la recepción, depósito y control de las listas de sucesión que realicen los ejidatarios y
comuneros, con el auxilio del inventario correspondiente, la de calificar las transmisiones de
derechos que amparen los títulos y certificados parcelarios y de uso común, así como
mantener actualizada la información de los asuntos de que conozcan las delegaciones, con el
propósito de establecer criterios para el mejor desempeño de la actividad registral; por cuanto
a las delegaciones del Registro Agrario Nacional, entre otras, tienen como atribuciones
inscribir los actos y documentos relativos, entre ellos, a la transmisión de derechos
individuales por sucesión, a la enajenación de derechos, sobre tierras de uso común y de
derechos parcelarios, así como a la renuncia de derechos sobre tierras ejidales y demás
documentos que contengan actos jurídicos que conforme a la ley y sus reglamentos deban
inscribirse; llevar el inventario de las listas de sucesión que depositen los ejidatarios y
comuneros, también llevar a cabo el control, expedición y entrega de los certificados y títulos
que prevé la ley, destacándose que el titular de las delegaciones deberá ejercer en el ámbito
de su competencia, la fe pública registral, vigilar la calificación e inscripción de los actos y
documentos objeto de registro y que la certificación de los asientos registrales se realice
conforme a los criterios y lineamientos establecidos, expidiendo las constancias que soliciten
los interesados. Las funciones en cita, se llevaban a cabo mediante el sistema registral como
conjunto de normas y procedimientos que tienen por objeto la calificación e inscripción de
los actos jurídicos y documentos que conforme a la ley y sus reglamentos deban registrarse,
así como su ordenación en folios e integración de índices, destacando que los actos jurídicos
que se pueden inscribir son aquellos en los que se constituyan, transfieran, modifiquen o
extingan derechos respecto, al caso, de los sujetos titulares de los derechos sobre las tierras,
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según lo disponen los arábigos 35 y 36, fracción V, del multirreferido Reglamento Interior
del Registro Agrario Nacional. La calificación de los actos y documentos que deban
inscribirse, así como la realización y autorización de las anotaciones, asientos y
cancelaciones, es función que compete a los registradores, quienes bajo responsabilidad
determinarán si los documentos y asuntos jurídicos reúnen los requisitos de forma y fondo
exigidos a fin de garantizar el principio de legalidad, según lo estatuyen los artículos 37, 38,
fracción III y 56 de la legislación de nuestro estudio. Derivado de las funciones de referencia,
como ya se tiene dicho, el registro expedirá los certificados parcelarios y de derechos sobre
tierras de uso común, así como los títulos de propiedad de origen parcelario, uno por cada
unidad parcelaria de que sea titular el ejidatario o posesionario y, dada su función de
publicidad, proporcionar constancias sobre los asientos registrales, las cuales harán prueba
plena, dentro o fuera de juicio, pues así lo establecen los artículos 89, 91 y 97 del reglamento,
en relación con el diverso 150 de la Ley Agraria. Asimismo, en términos del numeral 106,
fracciones VI y VII, del reglamento interior, dada la importancia que para la seguridad de la
tenencia de la tierra ejidal tiene el Registro Agrario Nacional, se establecen diversas
responsabilidades administrativas para aquellos servidores públicos del registro que
practiquen inscripciones y, en su caso, expidan certificados parcelarios o de uso común sobre
tierras objeto de conflicto judicial, o se expidan éstos o sus reposiciones, a quienes no tengan
derecho a ello o que no demuestren legitimación para su entrega, así como cuando expidan
certificaciones que carezcan de asientos registrales, alteren sus contenidos u omitan datos
esenciales. Por otra parte, debe destacarse que para la transmisión de los bienes, derechos y
obligaciones después de la muerte de una persona física, nuestro sistema jurídico mexicano
contempla dos formas de transmisión para lograr la adjudicación de los derechos del de cujus,
es decir, la sucesión testamentaria por voluntad unilateral del testador y, en ausencia de
testamento o imposibilidad de heredar a quien se haya designado, la transmisión toma el
nombre de sucesión legítima, precisamente porque los herederos están determinados en la
ley. En materia agraria según los artículos 18 y 19 de la ley de la materia, para que se
materialice la transmisión de los derechos agrarios por sucesión legítima, pueden instaurarse
dos tipos de procedimiento jurisdiccionales: el contencioso para aquellos casos en donde
exista controversia entre los presuntos herederos del titular de los derechos agrarios, y
mediante la vía de jurisdicción voluntaria para aquellos casos en donde no exista la oposición
de ninguna persona. En cambio, cuando existe disposición testamentaria, se surte el supuesto
previsto en el artículo 17 de la Ley Agraria, y para la materialización de la adjudicación se
sigue el procedimiento administrativo establecido en el capítulo IX, título tercero,
denominado ‘Del depósito de lista de sucesión’ del Reglamento Interior del Registro Agrario
Nacional, y comprende el normativo del 86 (sic). Esto es, se entiende que existe disposición
testamentaria cuando el ejidatario ejercita la facultad de designar a la persona que deba
sucederle en sus derechos agrarios, mediante elaboración de lista de sucesión ante el
registrador, quien verifica la firma y huella digital del ejidatario, pudiendo otorgarse la lista
también ante notario público, permaneciendo bajo resguardo del registro en sobre sellado y
firmado por el registrador y el interesado. Designación en lista que para que produzca los
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efectos jurídicos inherentes debe depositarse en el Registro Agrario Nacional o formalizarse
ante fedatario público. Robustece lo anterior el criterio emitido por el Segundo Tribunal
Colegiado del Décimo Segundo Circuito, Novena Época, Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Tomo I, abril de 1995, Tesis XII.2o.1 A, página 121, cuyo rubro y
texto son los siguientes: ‘AGRARIO. LISTA DE SUCESIÓN EJIDAL, VALIDEZ LEGAL
DE LA. De conformidad con el artículo 17 la nueva Ley Agraria, los derechos agrarios son
transmisibles a través de la designación de sucesores hecha en vida por el ejidatario; pero a
fin de que esta designación o su modificación, tengan validez y produzcan los efectos
jurídicos que le son inherentes, es necesario el cumplimiento del requisito formal que señala
el mismo precepto, es decir, que la lista de sucesores se deposite en el Registro Agrario
Nacional o sea formalizada ante fedatario público, lo cual tiende a otorgar certeza a la
declaración de voluntad del ejidatario y seguridad jurídica a los sucesores, y se explica en
atención a la especial relevancia y consecuencias de esa declaración.’. De tal suerte que
cuando acaece el fallecimiento del titular de los derechos agrarios, deberá seguirse, según el
supuesto, alguno de los procedimientos sucesorios contemplados en los preceptos legales en
cita. El procedimiento que en este asunto interesa es el previsto en el ordinal 17 de la Ley
Agraria, el cual, dada la trascendencia, se estima necesario invocar a la letra. ‘Artículo 17. El
ejidatario tiene la facultad de designar a quien deba sucederle en sus derechos sobre la
parcela y en los demás inherentes a su calidad de ejidatario, para lo cual bastará que el
ejidatario formule una lista de sucesión en la que consten los nombres de las personas y el
orden de preferencia conforme al cual deba hacerse la adjudicación de derechos a su
fallecimiento. Para ello podrá designar al cónyuge, a la concubina o concubinario en su caso,
a uno de los hijos, a uno de los ascendientes o a cualquier otra persona. La lista de sucesión
deberá ser depositada en el Registro Agrario Nacional o formalizada ante fedatario público.
Con las mismas formalidades podrá ser modificada por el propio ejidatario, en cuyo caso será
válida la de fecha posterior.’. Es decir, en materia agraria el legislador, como bien lo dice el
quejoso, respetando el principio de la libre disposición de bienes, consideró pertinente
permitir la transmisión de no sólo derechos posesorios sino también agrarios, mediante la
disposición del poseedor o titular, otorgada en la lista de sucesores testamentarios ante
fedatario público o depositada ante el Registro Agrario Nacional, concediendo al titular
también la posibilidad de revocar o modificar su disposición cuando libremente así lo
determine. Además, el legislador, según exposición de motivos de la Ley Agraria, guiado por
el principio de justicia social, con el cual pretendió apoyar a las clases económicamente
desprotegidas, como en este caso resulta ser el campesinado mexicano, evitándoles trámites
burocráticos y engorrosos, con el objetivo de proveer mayor rapidez en la justicia, libertad de
disposición y de proporcionar certidumbre jurídica, así como los instrumentos legales
necesarios para brindar justicia expedita en los que prevalezcan la claridad, celeridad y
sencillez, tomando en consideración además que la seguridad en la tenencia de la tierra es
base y presupuesto de todos los instrumentos del fomento a las actividades del sector rural,
porque sin ella se anulan los esfuerzos del desarrollo y se provoca la inseguridad que destruye
expectativas, genera resentimientos y cancela potencialidades, atingentemente estatuyó un
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procedimiento administrativo, en el que prevalece la sencillez y la claridad de la justicia
agraria, precisamente para lograr la transmisión de derechos ejidales por sucesión, en los
casos en que el titular hubiere depositado ante el Registro Agrario Nacional, u otorgado ante
notario público, lista de sucesores, dando acceso así a los ejidatarios, en términos del artículo
17 constitucional, a una justicia pronta y expedita. Tal procedimiento es el establecido en el
ordinal 86 del Reglamento Interior del Registro Agrario Nacional, cuyo texto es el siguiente:
‘Artículo 86. Al fallecimiento del ejidatario o comunero, el registro a petición de quien
acredite tener interés jurídico para ello, consultará en el archivo de la delegación de que se
trate y, de ser necesario en el archivo central, si el titular de los derechos realizó el depósito
de la lista de sucesión; en caso afirmativo, el registrador ante la presencia del interesado y de
por lo menos dos testigos de asistencia, abrirá el sobre e informará el nombre de la persona
designada. Una vez que se presente dicha persona se asentarán los datos en el folio
correspondiente y se procederá a expedir el o los certificados respectivos que acrediten los
derechos.’. De lo anterior, claramente se infiere que a la institución del Registro Agrario
Nacional, como ya se estudió, se le ha conferido la facultad de controlar la tenencia de la
tierra y la seguridad documental en materia agraria, siendo patente el citado espíritu del
legislador de evitarle al campesino trámites prolongados ante los tribunales jurisdiccionales,
que además repercutieran en su economía, favoreciéndolo en la transmisión de sus derechos
ejidales a través de la sucesión testamentaria, determinando su formalización, como ya se
tiene asentado, mediante el procedimiento administrativo al que alude el citado precepto 86
del reglamento de referencia, esto es, abriendo el sobre que contenga la lista de sucesión en
presencia del interesado y de por lo menos dos testigos, para luego asentar los datos en el
folio correspondiente y proceder en su momento a otorgar el certificado condigno al nuevo
titular. Certificado que en términos del ordinal 16 de la Ley Agraria, confiere calidad de
ejidatario a su titular por lo que, evidentemente, el documento exhibido por el impetrante del
amparo al intentar la demanda que dio origen al procedimiento subyacente, relativo a la
constancia de inscripción de transmisión de derechos agrarios por sucesión, misma que
contiene los datos básicos de identificación de la parcela que ampara, aun cuando
efectivamente no es el idóneo, sin embargo, en términos de los ordinales 78 y 150 de la Ley
Agraria y 97 del Reglamento Interior del Registro Agrario Nacional, es suficiente para
acreditar que la persona a cuyo favor se ha expedido, es la titular de los derechos agrarios que
se suceden y que tienen plena validez mientras no exista sentencia ejecutoriada que declare
su nulidad. Como se ve, no existe disposición legal expresa que determine la intervención
forzosa de los tribunales jurisdiccionales agrarios tratándose de sucesiones testamentarias, ni
menos aún que para acreditar la titularidad de derechos ejidales vía sucesión, deba acreditarse
la existencia de procedimientos de jurisdicción voluntaria, o de sucesorios jurisdiccionales,
como lo pretende la responsable, máxime si se tiene en consideración que no existe conflicto
de intereses por cuanto hace a la sucesión de tales derechos, ni se ha declarado la nulidad de
la lista de sucesión. Todo lo cual encuentra sustento primordial, como ya se dijo, en los
normativos 150 de la Ley Agraria y 97 del Reglamento Interior del Registro Agrario
Nacional, pues estatuyen que las constancias que expida el Registro Agrario Nacional de sus
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inscripciones, harán prueba plena en juicio y fuera de él; razón más que suficiente para
estimar adecuada la constancia de inscripción de transmisión de derechos agrarios por
sucesión exhibida por el promovente del amparo ante la responsable, para acreditar la
titularidad de los derechos agrarios derivados del certificado 2306642. Ello es así, porque
precisamente en el texto del documento de nuestra atención, se aprecia que es constancia
fehaciente del procedimiento administrativo al que se ha venido haciendo mención en este
considerando, pues dice: ‘Con fecha 26 de abril de 1999, el C. Hernández Soto José Luis, por
solicitud número 20064, gestionó la inscripción de la transmisión de los derechos agrarios
por fallecimiento del titular, cuyos datos a continuación se indican: Ejido: Tezahuapa,
Municipio: Atotonilco El Grande, Estado: Hidalgo, No. de expediente: C-016156. Título y/o
certificado No. 2306642. Otros: lista en depósito sobre 8563 de fecha 02-10-97. Nombre del
titular: Licona Melo Macario. En atención a que el solicitante se encuentra debidamente
legitimado como sucesor preferente para heredar los derechos agrarios del extinto titular, lo
que se desprende de la lista de sucesión inscrita en este registro, con fundamento en lo
dispuesto por los artículos 17, 18, 152, fracción VIII, segundo y cuarto transitorios de la Ley
Agraria, 37 y 38 del Reglamento Interior del Registro Agrario Nacional, queda inscrito como
titular de los derechos agrarios antes descritos, realizándose los siguientes movimientos
registrales: causa baja como titular: Licona Melo Macario, así como todos los demás
sucesores que hubiere inscrito. Causa alta como titular: Hernández Soto José Luis.’. Luego,
carece de razón la responsable al precisar que el documento de referencia es insuficiente para
acreditar el carácter de ejidatario que tiene el quejoso respecto de la parcela en conflicto,
porque de considerarlo así se contravendría el espíritu del legislador al otorgarle al Registro
Agrario Nacional la facultad de expedir los certificados, títulos y constancias que amparan la
calidad de ejidatarios así como la de tramitar el procedimiento administrativo al que se ha
hecho mención con anterioridad. Consecuentemente, procede conceder a José Luis
Hernández Soto, el amparo y protección de la Justicia Federal, para el efecto de que la
autoridad responsable deje insubsistente la sentencia reclamada, emita otra nueva en la que
prescinda de considerar insuficiente la constancia de inscripción de transmisión de derechos
agrarios por sucesión expedida por el Registro Agrario Nacional para acreditar la titularidad
de derechos agrarios como primer elemento de la acción llevada a juicio, y siguiendo los
lineamientos de esta ejecutoria analice si se acreditaron o no los restantes elementos de la
acción restitutoria, estudie las excepciones planteadas y con plenitud de jurisdicción resuelva
lo que en derecho proceda. SEXTO. Por las razones vertidas en el considerando anterior de
esta ejecutoria, este Tribunal Colegiado no comparte el criterio sustentado por el Tercer
Tribunal Colegiado de este mismo circuito en la ejecutoria emitida al resolver el amparo
directo 502/2000, promovido por Anastacio Díaz Cruz, en el cual se afirma que la constancia
expedida por el Registro Agrario Nacional en la que se asienta que se dio de alta como
sucesor preferente del extinto titular a determinada persona, en atención a la solicitud de
inscripción de la designación de sucesor, es insuficiente por sí misma para acreditar la
titularidad de derechos sobre una unidad de dotación agraria, porque es menester instaurar
ante el correspondiente Tribunal Unitario Agrario el procedimiento de jurisdicción voluntaria
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o contenciosa, o en vía administrativa ante el Registro Agrario Nacional, porque no es cierto
que sólo con el certificado al que alude el artículo 78 de la Ley Agraria pueda acreditarse la
titularidad de los derechos de esa naturaleza sino, como se vio, también se puede con la
constancia que emita el Registro Agrario Nacional al concluir el procedimiento
administrativo que estatuye el diverso normativo 86 del Reglamento Interior del Registro
Agrario Nacional, cuyas características coinciden con las que presenta el documento exhibido
como base de la acción en el juicio natural. Tampoco este Tribunal Colegiado comparte el
criterio sostenido por el Primer Tribunal Colegiado en Materias Administrativa y de Trabajo
del Séptimo Circuito, emitido en la tesis jurisprudencial VII.1o.A.T. J/22, publicada en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XI, febrero de 2000, página 979, bajo
el rubro: ‘REGISTRO AGRARIO NACIONAL, CONSTANCIA EXPEDIDA POR EL, SIN
MEDIAR JUICIO SUCESORIO. ES INEFICAZ.’, en la que concluye que la constancia del
registrador agrario nacional, en la que se asienta que se dio de alta como sucesora preferente
del extinto titular a determinada persona, en atención a la solicitud de inscripción de la
designación hecha en su favor, es insuficiente por sí misma para acreditar la titularidad de
derechos sobre una unidad de dotación, dado que el Registro Agrario Nacional carece de
facultades para expedir o asignar parcelas o títulos en las hipótesis de una sucesión legítima,
por lo cual estima es menester instaurar ante el correspondiente Tribunal Unitario Agrario el
procedimiento jurisdiccional respectivo; ello lo considera así este Tribunal Colegiado porque
de una correcta y armónica interpretación de los preceptos legales que se han citado con
anterioridad, se llega a la conclusión de que lo que el legislador pretendió fue evitar una serie
de procedimientos que entorpezcan la libre disposición y uso de los bienes ejidales, creando
para ello el procedimiento administrativo que nos ocupa, y reservando la función
jurisdiccional agraria en materia sucesoria, sólo para los casos previstos en el artículo 18 de
la Ley Agraria, ante ausencia de lista de designación de herederos, o cuando ninguno de los
nombrados pueda heredar por imposibilidad material o legal, o para aquellos casos en que se
suscite controversia derivada de cuestiones sucesorias agrarias, pues así textualmente lo
dispone el normativo 18, fracción VII, de la Ley Orgánica de los Tribunales Agrarios; por
ende, en términos del artículo 197-A de la Ley de Amparo, denúnciese la posible
contradicción ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para los efectos legales
consiguientes. Por lo expuesto, fundado y con apoyo, además, en los artículos 184, 188 y 190
de la Ley de Amparo, se resuelve: PRIMERO. La Justicia de la Unión ampara y protege a
José Luis Hernández Soto, contra el acto que reclamó del Tribunal Unitario Agrario del
Décimo Cuarto Distrito, con residencia en esta ciudad capital, que quedó señalado en el
resultando primero de esta ejecutoria, para los efectos precisados en la parte final del último
considerando de este fallo. SEGUNDO. Denúnciese ante la Suprema Corte de Justicia de la
Nación la posible contradicción entre esta ejecutoria y la tesis jurisprudencial sostenida por el
Primer Tribunal Colegiado en Materias Administrativa y de Trabajo del Séptimo Circuito,
identificable con el número VII.1o.A.T. J/22, publicada en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Tomo XI, febrero 2000, página 979, bajo el rubro: ‘REGISTRO
AGRARIO NACIONAL, CONSTANCIA EXPEDIDA POR EL, SIN MEDIAR JUICIO
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SUCESORIO. ES INEFICAZ.’."
CUARTO. El Primer Tribunal Colegiado en Materias Administrativa y de Trabajo del
Séptimo Circuito, al resolver los juicios de amparo directo 551/99, el trece de enero de dos
mil; 1486/97, el doce de febrero de mil novecientos noventa y nueve; 1193/97, el cuatro de
marzo de mil novecientos noventa y nueve; 552/99, el trece de enero de dos mil; y el 942/97,
el doce de noviembre de mil novecientos noventa y ocho, razonó lo siguiente:
AD. 551/99.
"IV. Al margen de que es inexacto que la sentencia combatida sea infundada e inmotivada,
como se advierte de su sola lectura, debe decirse que son inatendibles los demás motivos de
desacuerdo transcritos, mismos que se analizarán en el orden que enseguida se advertirá,
cuenta habida de que: a) Si bien es cierto que por acuerdo de veintinueve de abril de mil
novecientos noventa y nueve, se ordenó turnar el expediente del que provienen los actos
reclamados para el dictado de esa sentencia (foja 107), y que esta última se pronunció hasta el
veintidós de junio siguiente y que le fue notificada al quejoso el cinco de agosto de ese
mismo año (foja 133), fuera de los términos a que se refieren los artículos 185, fracción VI y
188 de la Ley Agraria que establecen, respectivamente, en lo conducente que: ‘Artículo 185.
El tribunal abrirá la audiencia y en ella se observarán las siguientes prevenciones: ... VI. ... el
tribunal exhortará a las partes a una composición amigable. Si se lograra la aveniencia, se
dará por terminado el juicio y se suscribirá el convenio respectivo, el que una vez calificado
y, en su caso, aprobado por el tribunal, tendrá el carácter de sentencia. En caso contrario, el
tribunal oirá los alegatos de las partes, para lo cual concederá el tiempo necesario a cada una
y enseguida pronunciará su fallo en presencia de ellas de una manera clara y sencilla ...’ y
‘Artículo 188. En caso de que la estimación de pruebas amerite un estudio más detenido por
el tribunal del conocimiento, éste citará a las partes para oír sentencia en el término que
estime conveniente, sin que dicho término exceda en ningún caso de veinte días, contados a
partir de la audiencia a que se refieren los artículos anteriores.’, también lo es que dichas
circunstancias no actualizan la hipótesis a que se refiere la fracción XI, en relación con la VI
del artículo 159 de la ley de la materia, a virtud de que la observancia del término para el
pronunciamiento de la sentencia constituye una obligación para el tribunal responsable y no
uno establecido en favor del quejoso y, al margen de ello, es una violación, en todo caso,
irreparablemente consumada y, por lo mismo, no conlleva la reposición del procedimiento,
como se pretende; b) Aun cuando es cierto, como se alega, que en relación con el documento
consistente en la constancia de inscripción de la transmisión de derechos agrarios por
sucesión, que ‘la Ley Agraria en ningún artículo señala que se podrá adquirir la calidad de
ejidatario por dicho documento, sino expresamente previene que únicamente se podrá
acreditar la calidad de ejidatario a través de lo expresamente previsto por el artículo 16 de
dicho ordenamiento legal, por lo que aunado a lo anterior, dicho documento al que la
responsable le da valor pleno para demostrar la calidad de ejidatario de mi contraparte, de
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
ninguna manera es el idóneo para ello’, porque además, una correcta interpretación de los
artículos 17, 18 y 78 de la citada Ley Agraria permite concluir que esa constancia del
registrador, en que se da de alta a alguien como sucesor del certificado que ampara la parcela,
no da a éste la calidad de nuevo ejidatario y titular, porque sería menester tramitar el
correspondiente juicio sucesorio en términos de alguno de los dos primeros preceptos
mencionados, lo que tiene apoyo en el criterio sustentado por este órgano colegiado en los
juicios de amparo directo números 1193/97, 1486/97 y 942/97, que dieron lugar a la tesis que
bajo el número VII.1o.A.T.22 A y rubro: ‘REGISTRO AGRARIO NACIONAL,
CONSTANCIA EXPEDIDA POR EL, SIN MEDIAR JUICIO SUCESORIO, ES
INEFICAZ.’ es visible en la página mil ochenta y siguiente del Tomo VIII, Novena Época,
del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, correspondiente al mes de diciembre de
mil novecientos noventa y ocho, cuya sinopsis reza: ‘Una correcta interpretación de los
artículos 17, 18 y 78 de la Ley Agraria permite concluir que la constancia del registrador
agrario nacional en la que se asienta que se dio de alta como sucesora preferente del extinto
titular, a determinada persona, en atención a la solicitud de inscripción de la designación
hecha en su favor, es insuficiente por sí misma para acreditar la titularidad de derechos sobre
una unidad de dotación, dado que la directora en jefe del Registro Agrario Nacional carece de
facultades para expedir o asignar parcelas o títulos en las hipótesis de una sucesión legítima,
ya sea que el ejidatario haya hecho designación de quien deba sucederle o que no realizara tal
señalamiento (sucesión intestamentaria) a que se contraen los dos preceptos citados en primer
lugar, máxime que el último numeral indica que «... Los derechos de los ejidatarios sobre sus
parcelas se acreditarán con sus correspondientes certificados de derechos agrarios o
certificados parcelarios, los cuales ostentarán los datos básicos de identificación de la parcela
...» ...’, y el tribunal responsable al analizar la acción ejercitada por el actor principal, aquí
tercero perjudicado, equivocadamente la denominó como restitutoria y se refirió y analizó los
elementos de ésta, lo cierto en la especie es que dicha acción es la de controversia agraria
sobre la posesión de la parcela de trece hectáreas, prevista por la fracción VI del artículo 18
de la invocada Ley Agraria, como así expresamente lo admitió en el auto dictado el cinco de
junio de mil novecientos noventa y ocho en el expediente agrario relativo (foja 14), y es
verdad también que erróneamente declaró como titular de esa parcela al propio actor, atento
su calidad de sucesor, como si éste hubiera demandado el juicio sucesorio correspondiente,
cuando dijo ‘por lo que, estando demostrado que Amado Carmona Ramos es el causahabiente
del citado ejidatario Pánfilo Carmona Aguilar, ya que le fueron transmitidos los derechos
ejidales de tal causante, resulta inconcuso que debe reputársele como nuevo titular de esos
derechos en virtud de que, de lo preceptuado por los artículos 16, fracción I y 150 de la Ley
Agraria’, lo que no fue así, pues sólo se planteó la referida acción de controversia en materia
agraria, cabe decir que esas circunstancias no trascienden al resultado de la propia sentencia
combatida, porque se advierte que de todos modos el multicitado actor principal demostró su
derecho y que éste es preferente con las dos documentales exhibidas con su demanda agraria
(fojas 7 y 8), conjuntamente consideradas con su designación como sucesor del extinto
Pánfilo Carmona Aguilar en relación con la unidad agraria que interesa (fojas 28 y 29), a las
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
que correctamente dio valor el tribunal, si bien son insuficientes para generar el título a que
alude el artículo 16 de la repetida Ley Agraria -lo que por sí mismo no interesa porque no se
trata de la acción restitutoria como se ha dicho ya-, sí son bastantes para demostrar el mejor y
preferente derecho del repetido actor frente a los demandados principales, quienes
únicamente tienen la posesión de sendas fracciones de diez y tres hectáreas de dicha parcela,
a la luz de la tesis jurisprudencial número 797 sustentada por el Segundo Tribunal Colegiado
del Sexto Circuito, visible en la página seiscientos cuatro del Tomo III del Apéndice al
Semanario Judicial de la Federación editado en mil novecientos noventa y cinco, del rubro:
‘POSESIÓN Y GOCE DE PARCELA, CONFLICTOS SOBRE.’, que dice: ‘En los
conflictos de posesión y goce de una parcela ejidal, en los que uno de los contendientes tiene
en su favor derechos agrarios reconocidos para explotarla, no debe determinarse quién viene
detentando la unidad de dotación de referencia, sino que el objeto principal de la resolución
será el de establecer a quién le asiste el mejor derecho para poseer, pues de lo contrario se
desconocería la titularidad de los derechos agrarios, de la que genuinamente deriva el derecho
de poseer. Y si considera el detentador que su posesión ha generado algún derecho, lo que
podría hacer sería gestionar la privación en contra del titular, pero jamás disputarle la
posesión.’, y, por ese motivo, se encuentra probado el primer elemento de la acción de
preferencia, como es el mejor derecho del tercero perjudicado frente a los citados
demandados y, atento a ello, deviene irrelevante lo que se dice en torno a que ‘la Ley Agraria
en ningún artículo señala que se podrá adquirir la calidad de ejidatario por dicho documento,
sino expresamente previene que únicamente se podrá acreditar la calidad de ejidatario a
través de lo expresamente previsto por el artículo 16 de dicho ordenamiento legal, por lo que
aunado a lo anterior, dicho documento, al que la responsable le da valor pleno para demostrar
la calidad de ejidatario de mi contraparte, de ninguna manera es el idóneo para ello’; sentado
lo anterior, y como no existe queja que suplir debe denegarse el amparo. Por lo expuesto y
fundado, y con apoyo, además, en los artículos 184 y 190 de la ley de la materia, se resuelve:
ÚNICO. La Justicia de la Unión no ampara ni protege a Ignacio Carmona Ramos contra los
actos y la autoridad puntualizados en el resultando primero de esta ejecutoria."
AD. 1486/97.
"IV. Al margen de que es inexacto que ‘se incumplieron las formalidades esenciales del
procedimiento y conforme a las leyes expedidas con anterioridad al hecho’, dado que basta
imponerse de las constancias que integran el expediente agrario del que provienen los actos
reclamados para advertir lo contrario, debe decirse que son inatendibles los demás motivos de
desacuerdo transcritos, los que se analizarán en el orden que enseguida se advertirá, cuenta
habida de que: a) Por cuanto a lo inherente a que el Tribunal Unitario Agrario responsable
pasó por alto la jurisprudencia del Segundo Tribunal Colegiado del Décimo Circuito que se
invoca y transcribe bajo el rubro: ‘AGRARIO. CONFLICTO PARCELARIO. POSESIÓN.’,
porque el actor dejó ‘demostrado que el inmueble que reclamo legalmente me pertenece
demostrándolo así con el documento original de fecha 3 de julio de 1996, que me fue
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
proporcionado por el Registro Agrario Nacional y que me acredita como ejidatario con
derechos agrarios legalmente reconocidos en el poblado Tuzamapan, Municipio de Coatepec,
Ver.; con motivo de haber causado alta por traslado de dominio que realicé a la defunción de
mi señor padre Eliseo Hernández Pomier’, se destaca que, contra lo que se sostiene, y como
lo consideró la responsable, dicho actor, ahora quejoso, no demostró tener derecho alguno
sobre la parcela que reclama, supuesto que la constancia expedida el tres de julio de mil
novecientos noventa y seis por el encargado de la Delegación Estatal del Registro Agrario
Nacional en Jalapa, Veracruz (foja 5), en donde se asentó que fue dado de alta por
información que se obtuvo del padrón nacional de ejidatarios actualizado de fecha catorce de
julio de mil novecientos noventa y cinco, por T.D., en donde se dijo que ‘se hace constar que
la persona que abajo se indica, se encuentra registrada en calidad de ejidatario del poblado
que se anota, con los datos que a continuación se expresan: Datos del poblado.
Nombre:Tuzamapan. Municipio: Coatepec. Entidad federativa: Veracruz. Datos del
ejidatario. Nombre: Hernández Peña Carmelo. Apellido paterno materno nombre (s). Datos
de registro. No. de volumen (sic). No. de expediente (sic). No. de certificado 747528. No. de
título ...’ (foja 5), carece de eficacia para los fines pretendidos, pues sólo es una constancia de
inscripción de derechos que lo ampara como ejidatario por haber causado alta por traslado de
dominio, empero no con aquella calidad, dado que el encargado de la citada delegación
estatal carece de facultades para expedir o asignar parcelas o títulos, en las hipótesis en que
medie una sucesión legítima, ya sea que el ejidatario haya hecho designación de quien deba
sucederle (sucesión testamentaria) o que no realizara tal señalamiento (sucesión
intestamentaria) a que se contraen los artículos 17 y 18 de la Ley Agraria, máxime que
claramente el diverso 78 de la invocada Ley Agraria preceptúa que: ‘Los derechos de los
ejidatarios sobre sus parcelas se acreditarán con sus correspondientes certificados de derechos
agrarios o certificados parcelarios, los cuales ostentarán los datos básicos de identificación de
la parcela. ...’, lo que implica, necesariamente, que la constancia de mérito es insuficiente por
sí misma para acreditar la titularidad de derechos sobre una unidad de dotación, sino que es
menester instaurar ante el Tribunal Unitario Agrario el procedimiento jurisdiccional
respectivo previsto en la fracción VII del artículo 18 de la Ley Orgánica de los Tribunales
Agrarios, teniendo al respecto aplicación la tesis de este órgano colegiado bajo el número
24/98 y rubro: ‘REGISTRO AGRARIO NACIONAL. CONSTANCIA EXPEDIDA POR EL,
SIN MEDIAR JUICIO SUCESORIO, ES INEFICAZ.’, que a la letra dice: ‘Una correcta
interpretación de los artículos 17, 18 y 78 de la Ley Agraria permite concluir que la
constancia del registrador agrario nacional en la que se asienta que se dio de alta como
sucesora preferente del extinto titular, a determinada persona, en atención a la solicitud de
inscripción de la designación hecha en su favor, es insuficiente por sí misma para acreditar la
titularidad de derechos sobre una unidad de dotación, dado que el Registro Agrario Nacional
carece de facultades para expedir o asignar parcelas o títulos en las hipótesis de una sucesión
legítima, ya sea que el ejidatario haya hecho designación de quien deba sucederle (sucesión
testamentaria) o que no realizara tal señalamiento (sucesión intestamentaria) a que se
contraen los dos preceptos citados en primer lugar, máxime que el último numeral indica que
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
«... Los derechos de los ejidatarios sobre sus parcelas se acreditarán con sus correspondientes
certificados de derechos agrarios o certificados parcelarios, los cuales ostentarán los datos
básicos de identificación de la parcela ...», de lo que se concluye que es menester instaurar
ante el correspondiente Tribunal Unitario Agrario el procedimiento jurisdiccional respectivo
en términos de la fracción VII del artículo 18 de la Ley Orgánica de los Tribunales Agrarios,
con base en los invocados numerales 17 y 18 de la Ley Agraria.’, siendo pertinente agregar
que al final de la aludida constancia se dice que la información obtenida en la misma ‘está
sujeta a modificaciones por falta de información oportuna de resoluciones por parte del
Tribunal Unitario y Superior Agrario’ (foja 5), sin que obste lo inherente a que ‘por una parte
la responsable manifiesta que hace prueba plena y que es suficiente para probar que estoy
reconocido como ejidatario del poblado Tuzamapan, pero que no es suficiente para acreditar
mi calidad de ejidatario, cae en serias contradicciones’, dado que lo que en realidad dijo el
tribunal responsable en relación con dicha constancia fue que ‘de conformidad con el artículo
202 del Código Federal de Procedimientos Civiles, hace prueba plena y, a criterio de este
órgano resolutor, es suficiente para probar que Carmelo Hernández Peña está registrado en el
poblado Tuzamapan; sin embargo, en términos del artículo 16 de la Ley Agraria dicha
constancia no es suficiente para acreditar la calidad de ejidatario de Carmelo Hernández Peña
y, por otra parte, de dicha constancia no se desprenden los datos de identificación de la
parcela que dice el actor le pertenece, tal y como podrían ser: la superficie, medidas,
colindancias y lugar de ubicación de la parcela a que ese documento se refiera, es decir, el
documento en estudio es insuficiente para que el actor demuestre ser titular de derechos
agrarios y, por otra parte, con el mismo no se demuestra que al demandante le asista algún
derecho sobre la superficie que reclama, en razón de que de la constancia de referencia se
desprende que Carmelo Hernández Peña causó alta por traslado de dominio en el ejido
Tuzamapan; sin embargo, conforme al artículo 16 de la Ley Agraria, la calidad de ejidatario
se acredita con el certificado de derechos agrarios expedido por autoridad competente, el
certificado parcelario o de derechos comunes, o la sentencia o resolución relativa del tribunal
agrario, ninguno de los cuales aparece se haya exhibido’; b) Tocante a lo que se dice en
relación con que el quejoso tiene ‘un derecho reconocido sobre el inmueble en que baso mi
pretensión que consiste en el mejor derecho a poseer y usufructuar la superficie de 2-50-00
Has., que forman parte de la unidad de dotación que como sucesor preferente y único de los
derechos agrarios del titular Eliseo Hernández Pomier, heredé a su fallecimiento, en virtud de
haber realizado un traslado de dominio que a la fecha me acredita como titular de la parcela
del de cujus, y al no comprenderlo así, la responsable hace nugatorio el derecho que me asiste
sobre el referido bien inmueble, conculcándose por tanto en mi perjuicio el artículo 17 de la
Ley Agraria en vigor, toda vez que la responsable dejó de aplicarle en el dictado de su
resolución’, ya que la parcela de que se trata ‘me pertenece por ser herencia que me dejara mi
extinto padre’, debe decirse que en la especie no se ventiló el juicio agrario del que proviene
la sentencia impugnada en la vía de la sucesión de derechos ejidales conforme al mencionado
artículo 18, fracción VII, de la Ley Orgánica de los Tribunales Agrarios, en relación con el
aludido 17 de la Ley Agraria, sino que la controversia se entabló con base en la fracción VI
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
del precepto citado en primer término, o sea, como una controversia sobre ‘el mejor derecho
a la posesión de una superficie de 3-00-00 hectáreas, que afirma el actor corresponden a su
unidad de dotación que se conforma de aproximadamente 6-00-00 hectáreas, localizada en el
poblado Tuzamapan, Municipio de Coatepec, Estado de Veracruz, y como consecuencia de la
prestación anterior, demanda la desocupación y entrega material de dicha superficie’ (foja
19), con base en la constancia del encargado de la Delegación Estatal del Registro Agrario
Nacional en Jalapa, Veracruz, documento que, según se dijo ya, es insuficiente para el fin que
se pretende, por lo que no se ejercitó como acción esa cuestión y si no formó parte de la litis
natural, menos puede serlo de la litis constitucional de conformidad con el criterio sustentado
por este Tribunal Colegiado en la jurisprudencia que bajo el número VII.A.T. J/35 y rubro:
‘LITIS CONSTITUCIONAL, MATERIA DE LA. EN AMPARO DIRECTO AGRARIO.’,
es visible en la página cincuenta y uno de la Gaceta Número 86-1 del Semanario Judicial de
la Federación, correspondiente al mes de febrero de mil novecientos noventa y cinco, que a la
letra dice: ‘Si una cuestión no ha sido materia del debate ante el tribunal agrario
correspondiente, no puede serlo de la litis constitucional, ya que ello sería contrario a la
técnica del amparo, conforme a la cual la sentencia que en éste se pronuncie sólo tomará en
consideración las cuestiones planteadas en el debate ante la potestad común.’. Sentado lo
anterior y como no existe queja que suplir, debe negarse el amparo pedido. Por lo expuesto y
fundado, y con apoyo, además, en los artículos 184 y 190 de la ley de la materia, se resuelve:
ÚNICO. La Justicia de la Unión no ampara ni protege a Carmelo Hernández Peña contra los
actos y la autoridad puntualizados en el resultando primero de esta ejecutoria."
AD. 1193/97.
"QUINTO. Son sustancialmente fundados los conceptos de violación hechos valer, aunque
para estimarlo así sea necesario hacer uso de la facultad que a este tribunal confieren los
artículos 76 bis, fracción III y 227 de la Ley de Amparo, para suplir la deficiencia de la queja
en la medida que lo requieren aquéllos. Los artículos 17 y 18 de la Ley Agraria establecen:
‘Artículo 17. El ejidatario tiene la facultad de designar a quien deba sucederle en sus
derechos sobre la parcela y en los demás inherentes a su calidad de ejidatario, para lo cual
bastará que el ejidatario formule una lista de sucesión en la que consten los nombres de las
personas y el orden de preferencia conforme al cual deba hacerse la adjudicación de derechos
a su fallecimiento. Para ello podrá designar al cónyuge, a la concubina o concubinario en su
caso, a uno de los hijos, a uno de los ascendientes o a cualquier otra persona. La lista de
sucesión deberá ser depositada en el Registro Agrario Nacional o formalizada ante fedatario
público. Con las mismas formalidades podrá ser modificada por el propio ejidatario, en cuyo
caso será válida la de fecha posterior.’. ‘Artículo 18. Cuando el ejidatario no haya hecho
designación de sucesores, o cuando ninguno de los señalados en la lista de herederos pueda
heredar por imposibilidad material o legal, los derechos agrarios se transmitirán de acuerdo
con el siguiente orden de preferencia: I. Al cónyuge; II. A la concubina o concubinario; III. A
uno de los hijos del ejidatario; IV. A uno de sus ascendientes; y V. A cualquier otra persona
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
de las que dependan económicamente de él. En los casos a que se refieren las fracciones III,
IV y V, si al fallecimiento del ejidatario resultan dos o más personas con derecho a heredar,
los herederos gozarán de tres meses a partir de la muerte del ejidatario para decidir quién, de
entre ellos, conservará los derechos ejidales. En caso de que no se pusieran de acuerdo, el
tribunal agrario proveerá la venta de dichos derechos ejidales en subasta pública y repartirá el
producto, por partes iguales, entre las personas con derecho a heredar. En caso de igualdad de
posturas en la subasta, tendrá preferencia cualquiera de los herederos.’. De la interpretación
jurídica de los preceptos transcritos se obtiene que el Registro Agrario Nacional carece de
facultades para expedir o asignar parcelas o títulos, en las hipótesis en que medie una
sucesión legítima, ya sea que el ejidatario haya hecho designación de quien deba sucederle
(sucesión testamentaria) o que no realizara tal señalamiento (sucesión intestamentaria) a que
se contraen tales normas, máxime que el artículo 78 del propio cuerpo legal, claramente
previene: ‘Los derechos de los ejidatarios sobre sus parcelas se acreditarán con sus
correspondientes certificados de derechos agrarios o certificados parcelarios, los cuales
ostentarán los datos básicos de identificación de la parcela. ...’, y que conforme al primero de
los dispositivos enunciados, los derechos agrarios son transmisibles a través de la designación
de sucesores hecha en vida por el ejidatario, pero a fin de que esta designación o su
modificación tengan validez y produzcan los efectos jurídicos que les son inherentes, es
necesario el cumplimiento del requisito formal que señala el mismo precepto, es decir, que la
lista de sucesores se deposite en el Registro Agrario Nacional o sea formalizada ante
fedatario público, lo cual tiende a otorgar certeza a la declaración de voluntad del ejidatario y
seguridad jurídica a los sucesores, y se explica en atención a la especial relevancia y
consecuencias de esa declaración. En ese tenor, resulta incuestionable que fue incorrecta la
determinación del tribunal responsable al estimar que el ahora tercero perjudicado demostró
en el controvertido de origen que ‘fue el sucesor preferente para heredar los derechos de la
extinta titular’, ya que en la sentencia se asienta ‘lo que se desprende de la lista de sucesión
inscrita en este registro, con fundamento en lo dispuesto por los artículos 17, 152, fracción
VIII, segundo y cuarto transitorios de la Ley Agraria, queda inscrito como titular de los
derechos agrarios antes descritos’; pues al margen de que en el documento a que alude
(inscripción de transmisión de derechos agrarios por sucesores del Registro Agrario
Nacional, de fecha veintitrés de agosto de mil novecientos noventa y cuatro) no se especifica
a qué ‘lista de sucesión’ se refiere y de que a fojas cuarenta y tres aparece la solicitud
formulada por Ignacio Villeda Vázquez al órgano en mención, para inscribir traslados de
dominio y anotación de sucesores en derechos agrarios individuales, el treinta y uno de julio
anterior, en cuyo apartado de ‘lista de sucesores’ no se asienta nombre alguno, debe
destacarse que, de acuerdo al razonamiento expuesto con antelación, la constancia de mérito
es insuficiente por sí misma para acreditar la titularidad de derechos sobre una unidad de
dotación, sino que es menester instaurar ante el Tribunal Unitario Agrario el procedimiento
jurisdiccional respectivo, previsto en la fracción VII del artículo 18 de la Ley Orgánica de los
Tribunales Agrarios, teniendo al respecto aplicación la tesis de este órgano colegiado
identificada con los números 24/98 y 4/99, del rubro: ‘REGISTRO AGRARIO NACIONAL,
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
CONSTANCIA EXPEDIDA POR EL, SIN MEDIAR JUICIO SUCESORIO. ES
INEFICAZ.’, que a la letra dice: ‘Una correcta interpretación de los artículos 17, 18 y 78 de
la Ley Agraria permite concluir que la constancia del registrador agrario nacional en la que se
asienta que se dio de alta como sucesora preferente del extinto titular, a determinada persona,
en atención a la solicitud de inscripción de la designación hecha en su favor, es insuficiente
por sí misma para acreditar la titularidad de derechos sobre una unidad de dotación, dado que
el Registro Agrario Nacional carece de facultades para expedir o asignar parcelas o títulos en
las hipótesis de una sucesión legítima, ya sea que el ejidatario haya hecho designación de
quien deba sucederle (sucesión testamentaria) o que no realizara tal señalamiento (sucesión
intestamentaria) a que se contraen los dos preceptos citados en primer lugar, máxime que el
último numeral indica que «... Los derechos de los ejidatarios sobre sus parcelas se
acreditarán con sus correspondientes certificados de derechos agrarios o certificados
parcelarios, los cuales ostentarán los datos básicos de identificación de la parcela ...», de lo
que se concluye que es menester instaurar ante el correspondiente Tribunal Unitario Agrario
el procedimiento jurisdiccional respectivo en términos de la fracción VII del artículo 18 de la
Ley Orgánica de los Tribunales Agrarios, con base en los invocados numerales 17 y 18 de la
Ley Agraria.’. De consiguiente, no basta que en la documental de mérito se haya asentado
que el solicitante Ignacio Villeda Vázquez se encontraba debidamente registrado como
sucesor preferente para heredar los derechos agrarios de la extinta titular, si tal extremo, lejos
de quedar acreditado con algún elemento de convicción, aparece desvirtuado con la
constancia consistente en la solicitud de que se trata, en la que no se consigna sucesor alguno,
sin que obste que en la audiencia de quince de enero de mil novecientos noventa y siete, el
testigo Rubicel Amador García haya declarado que ‘había una sucesión registrada a favor de
Ignacio Villeda ... la Sra. Severa Arteaga tenía ya hecha una sucesión registrada y de lo
anterior ya tenía pleno conocimiento el Sr. Tirzo Vázquez Arteaga, puesto que de una
investigación de usufructo parcelario que se hizo en el ejido, el comisionado de la Reforma
Agraria hizo la manifestación que el Sr. Ignacio Villeda aparecía como sucesor registrado y
después la Sra. Severa Arteaga ratificó tal designación’ y que en la propia diligencia, al
desahogar la prueba confesional a su cargo, el entonces demandado manifestara que ‘a mí me
dejaron como heredero de los derechos preferentes de la Sra. Severa Arteaga Rivera,
habiendo sido su voluntad en vida ... que el único que aparece en la lista de sucesores soy
yo’, pues tales medios de convicción no son idóneos para acreditar la existencia de la lista a
que se contrae el artículo 17 de la legislación que se consulta, así como que su formulación se
dio con las formalidades que al efecto se exigen (que se depositó en el Registro Agrario
Nacional o se formalizó ante fedatario público), para otorgar certeza a la declaración de
voluntad del ejidatario y seguridad jurídica a los sucesores. En tales condiciones, lo
procedente es conceder la protección de la Justicia Federal para el efecto de que el tribunal
responsable deje insubsistente la sentencia reclamada y, previos los trámites de ley, dicte otra
en la que tomando en cuenta lo aquí decidido, resuelva en primer término lo que en derecho
proceda respecto al reconocimiento de herederos por sucesión y hecho lo anterior, con
plenitud de jurisdicción, aborde el estudio de la acción de nulidad ejercida, dado que es ilegal
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
el motivo que expuso para analizarla previo al estudio de los derechos sucesorios. Por lo
expuesto y fundado, se resuelve: ÚNICO. Para los efectos que se precisan en el considerando
quinto de esta ejecutoria, la Justicia de la Unión ampara y protege a Tirzo Vázquez Arteaga,
contra el acto que reclamó del Tribunal Unitario Agrario del Trigésimo Segundo Distrito, con
sede en Tuxpan, Veracruz, mismo que se señaló en el resultando primero de esta propia
ejecutoria."
AD. 552/99.
"IV. Al margen de que es inexacto que la sentencia combatida sea infundada e inmotivada
como se advierte de su sola lectura, debe decirse que son inatendibles los demás motivos de
desacuerdo transcritos, mismos que se analizarán en el orden que enseguida se advertirá,
cuenta habida de que: a) Si bien es cierto que por acuerdo de veintinueve de abril de mil
novecientos noventa y nueve se ordenó turnar el expediente del que provienen los actos
reclamados para el dictado de la sentencia correspondiente (foja 107), y que esta última se
pronunció hasta el veintidós de junio siguiente y que le fue notificada a la quejosa el cinco de
agosto de ese mismo año (foja 134 fuera de los términos a que se refieren los artículos 185,
fracción VI y 188 de la Ley Agraria que establecen, respectivamente, en lo conducente, que:
‘Artículo 185. El tribunal abrirá la audiencia y en ella se observarán las siguientes
prevenciones: ... VI. ... el tribunal exhortará a las partes a una composición amigable. Si se
lograra la aveniencia, se dará por terminado el juicio y se suscribirá el convenio respectivo, el
que una vez calificado y, en su caso, aprobado por el tribunal, tendrá el carácter de sentencia.
En caso contrario, el tribunal oirá los alegatos de las partes, para lo cual concederá el tiempo
necesario a cada una y enseguida pronunciará su fallo en presencia de ellas de una manera
clara y sencilla. ...’ y ‘Artículo 188. En caso de que la estimación de pruebas amerite un
estudio más detenido por el tribunal del conocimiento, éste citará a las partes para oír
sentencia en el término que estime conveniente, sin que dicho término exceda en ningún caso
de veinte días, contados a partir de la audiencia a que se refieren los artículos anteriores.’,
también lo es que dichas circunstancias no actualizan la hipótesis a que se refiere la fracción
XI, en relación con la VI, del artículo 159 de la ley de la materia, a virtud de que la
observancia del término para el pronunciamiento de la sentencia constituye una obligación
para el tribunal responsable y no uno establecido en favor de la quejosa y, al margen de ello,
es una violación, en todo caso, irreparablemente consumada y, por lo mismo,no conlleva la
reposición del procedimiento, como se pretende; b) Aun cuando es cierto, como se alega en
relación con el documento consistente en la constancia de inscripción de la transmisión de
derechos agrarios por sucesión, que ‘la Ley Agraria en ningún artículo señala que se podrá
adquirir la calidad de ejidatario por dicho documento, sino expresamente previene que
únicamente se podrá acreditar la calidad de ejidatario a través de lo expresamente previsto
por el artículo 16 de dicho ordenamiento legal, por lo que aunado a lo anterior dicho
documento al que la responsable le da valor pleno para demostrar la calidad de ejidatario de
mi contraparte, de ninguna manera es el idóneo para ello’, porque además, una correcta
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
interpretación de los artículos 17, 18 y 78 de la citada Ley Agraria permite concluir que esa
constancia del registrador, en que se da de alta a alguien como sucesor del titular del
certificado que ampara la parcela, no da a éste la calidad de nuevo ejidatario y titular, porque
sería menester tramitar el correspondiente juicio sucesorio en términos de alguno de los dos
primeros preceptos mencionados, lo que tiene apoyo en el criterio sustentado por este órgano
colegiado en los juicios de amparo directo números 1193/97, 1486/97 y 942/97, que dieron
lugar a la tesis que bajo el número VII.1o.A.T.22 A y rubro: ‘REGISTRO AGRARIO
NACIONAL, CONSTANCIA EXPEDIDA POR EL, SIN MEDIAR JUICIO SUCESORIO,
ES INEFICAZ.’, es visible en la página mil ochenta y siguiente del Tomo VIII, Novena
Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, correspondiente al mes de
diciembre de mil novecientos noventa y ocho, cuya sinopsis reza: ‘Una correcta
interpretación de los artículos 17, 18 y 78 de la Ley Agraria permite concluir que la
constancia del registrador agrario nacional en la que se asienta que se dio de alta como
sucesora preferente del extinto titular, a determinada persona, en atención a la solicitud de
inscripción de la designación hecha en su favor, es insuficiente por sí misma para acreditar la
titularidad de derechos sobre una unidad de dotación, dado que la directora en jefe del
Registro Agrario Nacional carece de facultades para expedir o asignar parcelas o títulos en
las hipótesis de una sucesión legítima, ya sea que el ejidatario haya hecho designación de
quien deba sucederle o que no realizara tal señalamiento (sucesión intestamentaria) a que se
contraen los dos preceptos citados en primer lugar, máxime que el último numeral indica que
«... Los derechos de los ejidatarios sobre sus parcelas se acreditarán con sus correspondientes
certificados de derechos agrarios o certificados parcelarios, los cuales ostentarán los datos
básicos de identificación de la parcela ...» ...’, y el tribunal responsable al analizar la acción
ejercitada por el actor principal, aquí tercero perjudicado, equivocadamente la denominó
como restitutoria y se refirió y analizó los elementos de ésta, lo cierto en la especie es que
dicha acción es la de controversia agraria sobre la posesión de la parcela de trece hectáreas,
prevista por la fracción VI del artículo 18 de la invocada Ley Agraria, como así expresamente
lo admitió en el auto dictado el cinco de junio de mil novecientos noventa y ocho en el
expediente agrario relativo (foja 14) y es verdad también que erróneamente declaró como
titular de esta parcela al propio actor, atenta su calidad de sucesor, como si éste hubiera
demandado el juicio sucesorio correspondiente, cuando dijo: ‘Por lo que, estando demostrado
que Amado Carmona Ramos es el causahabiente del citado ejidatario Pánfilo Carmona
Aguilar, ya que le fueron transmitidos los derechos ejidales de tal causante, resulta inconcuso
que debe reputársele como nuevo titular de esos derechos, en virtud de que, de lo preceptuado
por los artículos 16, fracción I y 150 de la Ley Agraria’, lo que no fue así, pues sólo se
planteó la referida acción de controversia en materia agraria, cabe decir que esas
circunstancias no trascienden al resultado de la propia sentencia combatida, porque se
advierte que de todos modos el multicitado actor principal demostró su derecho y que éste es
preferente con las dos documentales exhibidas con su demanda agraria (fojas 7 y 8),
conjuntamente consideradas con su designación como sucesor del extinto Pánfilo Carmona
Aguilar en relación con la unidad agraria que interesa (foja 28), a las que correctamente dio
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
valor el tribunal, si bien son insuficientes para generar el título a que alude el artículo 16 de la
repetida Ley Agraria, lo que por sí mismo no interesa porque no se trata de la acción
restitutoria como se ha dicho ya, sí son bastantes para demostrar el mejor y preferente
derecho del repetido actor frente a los demandados principales, quienes únicamente tienen la
posesión de sendas fracciones de diez y tres hectáreas de dicha parcela a la luz de la tesis
jurisprudencial número 797, sustentada por el Segundo Tribunal Colegiado del Sexto
Circuito, visible en la página seiscientos cuatro del Tomo III del Apéndice al Semanario
Judicial de la Federación editado en mil novecientos noventa y cinco, de rubro: ‘POSESIÓN
Y GOCE DE PARCELA, CONFLICTOS SOBRE. En los conflictos de posesión y goce de
una parcela ejidal, en los que uno de los contendientes tiene en su favor derechos agrarios
reconocidos para explotarla, no debe determinarse quién viene detentando la unidad de
dotación de referencia, sino que el objeto principal de la resolución será el de establecer a
quién le asiste el mejor derecho para poseer, pues de lo contrario se desconocería la
titularidad de los derechos agrarios, de la que genuinamente deriva el derecho de poseer. Y si
considera el detentador que su posesión ha generado algún derecho, lo que podría hacer sería
gestionar la privación en contra del titular, pero jamás disputarle la posesión.’, y por ese
motivo se encuentra probado el primer elemento de la acción de preferencia, como es el
mejor derecho del tercero perjudicado frente a los citados demandados y, atento ello, deviene
irrelevante lo que se dice en torno a que ‘la Ley Agraria en ningún artículo señala que se
podrá adquirir la calidad de ejidatario por dicho documento, sino expresamente previene que
únicamente se podrá acreditar la calidad de ejidatario a través de lo expresamente previsto
por el artículo 16 de dicho ordenamiento legal, por lo que aunado a lo anterior, dicho
documento al que la responsable le da valor pleno para demostrar la calidad de ejidatario de
mi contraparte, de ninguna manera es el idóneo para ello.’. Sentado lo anterior, y como no
existe queja que suplir, debe denegarse (sic) el amparo. Por lo expuesto y fundado, y con
apoyo, además, en los artículos 184 y 190 de la ley de la materia, se resuelve: ÚNICO. La
Justicia de la Unión no ampara ni protege a María Patiño Beltrán, contra los actos y la
autoridad puntualizados en el resultando primero de esta ejecutoria."
AD. 942/97.
"En efecto, una vez leídos los demás conceptos de violación hechos valer en la especie, este
tribunal advierte que se está en el caso de suplir la deficiencia de la queja, en términos de lo
que establece el artículo 227 de la Ley de Amparo, toda vez que al margen de cualesquiera
otras consideraciones que pudieran hacerse respecto a lo que argumentan los propios
demandados y quejosos en relación con la excepción que hicieron al contestar el libelo, en
cuanto que las tierras en conflicto las poseen en forma común; que incorrectamente se estimó
como documento público el plano proyecto exhibido por la contraparte; que fueron objetados
los documentos relativos a la solicitud del extinto ejidatario Manuel Zamora para ausentarse
de su parcela por motivo de salud y al oficio del presidente del comisariado ejidal,
concediendo el permiso; que se desestimaron incorrectamente las objeciones hechas a las
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
declaraciones de Rafael Romero Fuentes y Tereso Peralta Villegas, testigos de la actora para
acreditar que la parcela que poseen los quejosos forma parte de la dieciséis y complemento de
la diecinueve, que perteneció al finado ejidatario y actualmente a la tercera perjudicada; que
el tribunal agrario negó valor infundadamente a la testimonial ofrecida por los promoventes
del juicio constitucional y a cargo de Anastacio Plaza Solís y Joel Mendoza Hernández; y que
no se analizó el contenido del dictamen pericial de la actora en forma pormenorizada, ni lo
apreció en conciencia el tribunal responsable; debe decirse que, contra lo que sostiene éste, la
actora, aquí tercera perjudicada, no demostró tener derecho alguno sobre la parcela que
reclama, supuesto que la constancia expedida el ocho de junio de mil novecientos noventa y
cuatro por el Registro Agrario Nacional que exhibió (foja 11), en donde se asentó que fue
dada de alta como sucesora preferente de Manuel Zamora, según solicitud de inscripción de
la transmisión de derechos agrarios por fallecimiento del titular, número 20871-94, de treinta
de mayo de ese año, en donde se asentó que ‘En atención a que el solicitante se encuentra
debidamente legitimado como sucesor preferente para heredar los derechos agrarios del
extinto titular, lo que se desprende de la lista de sucesión inscrita en este registro, con
fundamento en lo dispuesto por los artículos 17, 152, fracción VIII, segundo y cuarto
transitorios de la Ley Agraria, queda inscrito como titular de los derechos agrarios antes
descritos’ (foja 11), carece de eficacia para los fines pretendidos, pues sólo es una constancia
de inscripción de derechos que la ampara como heredera, empero no con aquella calidad,
dado que la directora en jefe del Registro Agrario Nacional carece de facultades para expedir
o asignar parcelas o títulos en las hipótesis de una sucesión legítima, ya sea que el ejidatario
haya hecho designación de quien deba sucederle o que no realizara tal señalamiento (sucesión
intestamentaria) a que se contraen los artículos 17 y 18 de la Ley Agraria, máxime que
claramente el diverso 78 de esta propia ley preceptúa que: ‘Los derechos de los ejidatarios
sobre sus parcelas se acreditarán con sus correspondientes certificados de derechos agrarios o
certificados parcelarios, los cuales ostentarán los datos básicos de identificación de la parcela.
...’, lo que implica, necesariamente, que la debida interpretación de los preceptos acabados de
indicar permite concluir que la constancia del registrador agrario nacional, como la de que se
trata, es insuficiente por sí misma para acreditar la titularidad de derechos sobre una unidad
de dotación, sino que es menester instaurar ante el tribunal agrario responsable el
procedimiento jurisdiccional respectivo previsto en la fracción VII del artículo 18 de la Ley
Orgánica de los Tribunales Agrarios y que, en el caso particular, la precitada actora adolece
de derechos respecto ‘de dos fracciones de terrenos ejidales denominados: A) parcela No. 16
y B) completo No. 19; ambos con una extensión superficial aproximada a las 8-00-00
hectáreas (en conjunto) del poblado conocido como «Las Bajadas» del Municipio de
Veracruz, Veracruz’ (foja 1), más aún si se aprecia que los demandados Marcos Aldazaba
Hernández, Raymundo y Celestino Aldazaba Cruz Hernández, Raymundo y Celestino
Aldazaba Cruz, ahora quejosos, cuentan con los certificados de derechos agrarios números
2344711, 2344710 y 3995245, expedidos el veintisiete de septiembre de mil novecientos
sesenta y ocho de febrero de mil novecientos noventa y tres, respectivamente (fojas 73 a 75),
y están en posesión de la superficie de mérito que afirman forma parte de su parcela, lo que
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
encuentra apoyo, además, en la tesis del Segundo Tribunal Colegiado del Décimo Segundo
Circuito que bajo el número XII.2o.2 A y rubro: ‘AGRARIO. CONFLICTO PARCELARIO.
POSESIÓN.’, visible en la página trescientos treinta y dos y siguiente del Tomo I del
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, editado en mayo de mil novecientos
noventa y cinco, cuya sinopsis reza: ‘En el planteamiento de un conflicto sobre posesión y
usufructo de parcela ejidal o de solar urbano, las autoridades agrarias al resolver deben
atender preponderantemente a dos cuestiones: una consistente en el documento en que se
apoye la reclamación, y otra referente a cuál de las partes tiene la posesión. Lo anterior atento
a que si ninguna tiene derechos agrarios reconocidos por las autoridades agrarias respecto del
terreno en conflicto, entonces deberá resolverse en favor de quien ostentare la posesión, pero
cuando alguna de dichas partes tuviese un derecho reconocido, en tal caso se resolverá
favorablemente a ésta, por ser quien legalmente debe poseer y usufructuar la parcela o solar
de que se trate. Lo precedente con independencia de que el poseedor fuese el que no contara
con tal reconocimiento, y de que considerare que su posesión le generó derechos sobre el
bien correlativo, supuesto en el que estará en aptitud de gestionar la privación de derechos de
la contraparte.’, que este tribunal hace suyo, así como en las ejecutorias dictadas por este
tribunal, entre otras, en los juicios de amparo directo números 472/97 y 1108/97. Sentado lo
anterior, debe concederse el amparo pedido para el efecto que el propio Tribunal Unitario
Agrario demandado deje insubsistente la sentencia impugnada y, en su lugar, dicte otra en la
que tomando en cuenta lo aquí dicho, resuelva lo que proceda en derecho. Por lo expuesto y
fundado, y con apoyo, además, en los artículos 184 y 190 de la ley de la materia, se resuelve:
ÚNICO. Para el efecto que se precisa en el considerando cuarto de esta ejecutoria, la Justicia
de la Unión ampara y protege a Marcos Aldazaba Hernández y coagraviados contra los actos
y la autoridad puntualizados en el resultando primero de la misma."
Las ejecutorias en mención dieron lugar a la jurisprudencia VII.1o.A.T. J/22, sustentada por
el Primer Tribunal Colegiado en Materias Administrativa y de Trabajo del Séptimo Circuito,
publicada en la página 979, Novena Época, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Tomo XI, febrero de 2000, que dice:
"REGISTRO AGRARIO NACIONAL, CONSTANCIA EXPEDIDA POR EL, SIN
MEDIAR JUICIO SUCESORIO. ES INEFICAZ. Una correcta interpretación de los artículos
17, 18 y 78 de la Ley Agraria permite concluir que la constancia del registrador agrario
nacional en la que se asienta que se dio de alta como sucesora preferente del extinto titular, a
determinada persona, en atención a la solicitud de inscripción de la designación hecha en su
favor, es insuficiente por sí misma para acreditar la titularidad de derechos sobre una unidad
de dotación, dado que el Registro Agrario Nacional carece de facultades para expedir o
asignar parcelas o títulos en las hipótesis de una sucesión legítima, ya sea que el ejidatario
haya hecho designación de quien deba sucederle (sucesión testamentaria) o que no realizara
tal señalamiento (sucesión intestamentaria) a que se contraen los dos preceptos citados en
primer lugar, máxime que el último numeral indica que ‘... Los derechos de los ejidatarios
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
sobre sus parcelas se acreditarán con sus correspondientes certificados de derechos agrarios o
certificados parcelarios, los cuales ostentarán los datos básicos de identificación de la parcela
...’, de lo que se concluye que es menester instaurar ante el correspondiente Tribunal Unitario
Agrario el procedimiento jurisdiccional respectivo en términos de la fracción VII del artículo
18 de la Ley Orgánica de los Tribunales Agrarios, con base en los invocados numerales 17 y
18 de la Ley Agraria.
"PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIAS ADMINISTRATIVA Y DE
TRABAJO DEL SÉPTIMO CIRCUITO.
"Amparo directo 942/97. Marcos Aldazaba Hernández y coags. 12 de noviembre de 1998.
Unanimidad de votos. Ponente: Eliel E. Fitta García. Secretario: Antonio Zúñiga Luna.
"Amparo directo 1486/97. Carmelo Hernández Peña. 12 de febrero de 1999. Unanimidad de
votos. Ponente: Eliel E. Fitta García. Secretario: Antonio Zúñiga Luna.
"Amparo directo 1193/97. Tirzo Vázquez Arteaga. 4 de marzo de 1999. Unanimidad de
votos. Ponente: Graciela Guadalupe Alejo Luna. Secretaria: Guadalupe Patricia Juárez
Hernández.
"Amparo directo 551/99. Ignacio Carmona Ramos. 13 de enero de 2000. Unanimidad de
votos. Ponente: Eliel E. Fitta García. Secretario: Antonio Zúñiga Luna.
"Amparo directo 552/99. María Patiño Beltrán. 13 de enero de 2000. Unanimidad de votos.
Ponente: Eliel E. Fitta García. Secretario: Antonio Zúñiga Luna."
QUINTO. El análisis de las ejecutorias transcritas pone de relieve que no existe la
contradicción de tesis denunciada entre lo sostenido por el Primer Tribunal Colegiado en
Materias Administrativa y de Trabajo del Séptimo Circuito, al resolver el juicio de amparo
directo 1193/97, y lo considerado por el Cuarto Tribunal Colegiado del Vigésimo Segundo
Circuito, al resolver el juicio de amparo directo 277/2001, respecto del problema que
enseguida se precisa.
En efecto, el Primer Tribunal Colegiado en Materias Administrativa y de Trabajo del
Séptimo Circuito, al resolver el juicio de amparo directo 1193/97, dejó intocada la
apreciación del tribunal agrario responsable en el sentido de que la litis en el juicio agrario
quedó circunscrita a determinar si eran o no nulas las actas de asamblea general de
ejidatarios, así como si había lugar o no a reconocer a los actores como sucesores de los
derechos agrarios de la extinta ejidataria, titular del certificado de derechos agrarios; a su vez,
el Cuarto Tribunal Colegiado del Vigésimo Segundo Circuito, al resolver el juicio de amparo
directo 277/2001, consideró que asistía razón al quejoso, actor en el juicio agrario, al aducir
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
que el Tribunal Unitario Agrario declaró improcedente la acción restitutoria intentada, porque
valoró indebidamente la documental ofrecida para tal efecto. Lo anterior evidencia que al
resolverse los citados juicios de amparo se examinaron cuestiones jurídicas y elementos
esencialmente distintos, por lo que los órganos colegiados contendientes adoptaron
posiciones discrepantes, pues mientras en el juicio de amparo 1193/97, se estimó que la litis
en el juicio agrario quedó circunscrita a determinar si eran o no nulas las actas de asamblea
general de ejidatarios, y si había lugar o no a reconocer a los actores como sucesores de los
derechos agrarios de la extinta ejidataria, titular del certificado, en el juicio de amparo
277/2001 se consideró que la litis en el juicio agrario consistió en determinar la procedencia o
improcedencia de la acción (reivindicatoria) (restitutoria) ejercitada respecto de una unidad
de dotación.
Al respecto, es aplicable la jurisprudencia 26/2001, del Pleno de esta Suprema Corte de
Justicia de la Nación, publicada en la página 76, Novena Época, Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Tomo XIII, abril de 2001, que dice:
"CONTRADICCIÓN DE TESIS DE TRIBUNALES COLEGIADOS DE CIRCUITO.
REQUISITOS PARA SU EXISTENCIA. De conformidad con lo que establecen los artículos
107, fracción XIII, primer párrafo, de la Constitución Federal y 197-A de la Ley de Amparo,
cuando los Tribunales Colegiados de Circuito sustenten tesis contradictorias en los juicios de
amparo de su competencia, el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación o la Sala
que corresponda deben decidir cuál tesis ha de prevalecer. Ahora bien, se entiende que
existen tesis contradictorias cuando concurren los siguientes supuestos: a) que al resolver los
negocios jurídicos se examinen cuestiones jurídicas esencialmente iguales y se adopten
posiciones o criterios jurídicos discrepantes; b) que la diferencia de criterios se presente en
las consideraciones, razonamientos o interpretaciones jurídicas de las sentencias respectivas;
y, c) que los distintos criterios provengan del examen de los mismos elementos."
Asimismo, cobra aplicación la jurisprudencia 24/95, de esta Segunda Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, publicada en la página 59, Novena Época, Semanario Judicial
de la Federación y su Gaceta, Tomo II,julio de 1995, que dice:
"CONTRADICCIÓN DE TESIS. ES INEXISTENTE SI LOS CRITERIOS DIVERGENTES
TRATAN CUESTIONES ESENCIALMENTE DISTINTAS. Para que se configure la
contradicción de tesis a que se refiere el artículo 197-A de la Ley de Amparo, es menester
que las resoluciones pronunciadas por los Tribunales Colegiados que sustenten criterios
divergentes traten cuestiones jurídicas esencialmente iguales; por tanto, si la disparidad de
criterios proviene de temas diferentes, la contradicción es inexistente."
Tampoco existe contradicción entre lo sostenido por el Primer Tribunal Colegiado en
Materias Administrativa y de Trabajo del Séptimo Circuito, quien al resolver el juicio de
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
amparo directo 942/97 consideró que fue correcta la determinación de la autoridad
responsable al precisar que la litis estaba prevista en el artículo 18, fracción VI, de la Ley
Orgánica de los Tribunales Agrarios, y se trataba de una controversia agraria sobre el mejor
derecho a poseer tierras ejidales, y lo sostenido por el Cuarto Tribunal Colegiado del
Vigésimo Segundo Circuito, el cual, al resolver el juicio de amparo directo 277/2001, señaló
que la autoridad responsable precisó que en términos del artículo 18, fracción VI, de la Ley
Orgánica de los Tribunales Agrarios, la litis en ese juicio consistía en determinar la
procedencia o improcedencia de la acción reivindicatoria ejercitada respecto de una unidad
de dotación y sobre ese particular el Tribunal Colegiado consideró que asistía razón al
quejoso, actor en el juicio agrario, al aducir que el Tribunal Unitario Agrario declaró
improcedente la acción restitutoria intentada porque valoró indebidamente la documental
ofrecida para tal efecto.
Por último, no existe la divergencia de criterios denunciada entre lo resuelto en las ejecutorias
emitidas en los juicios de amparo 551/99, 1486/97 y 552/99, por el Primer Tribunal
Colegiado en Materias Administrativa y de Trabajo del Séptimo Circuito, en las que se
consideró que el tribunal agrario precisó, entre otras cosas, que la litis consistía en determinar
si procedía la acción restitutoria respecto de una parcela y, como consecuencia, si debía
condenarse a los demandados a entregarla, o si por el contrario éstos tenían mejor derecho a
poseer esa superficie; y en relación con tal apreciación, el Tribunal Colegiado estimó que la
responsable analizó equivocadamente la acción denominándola restitutoria, y se refirió y
analizó los elementos de ésta, cuando lo cierto era que la acción ejercitada era la de
controversia agraria sobre la posesión de una parcela, prevista por la fracción VI del artículo
18 de la Ley Orgánica de los Tribunales Agrarios; y lo sostenido en la ejecutoria de amparo
directo 277/2001, dictada por el Cuarto Tribunal Colegiado del Vigésimo Segundo Circuito,
en la que se estimó que la autoridad responsable indicó que en términos del artículo 18,
fracción VI, de la Ley Orgánica de los Tribunales Agrarios, la litis en ese juicio consistía en
determinar la procedencia o improcedencia de la acción reivindicatoria ejercitada respecto de
una unidad de dotación, y sobre el particular el Tribunal Colegiado concluyó que asistía
razón al quejoso, actor en el juicio agrario, al aducir que la autoridad responsable declaró
improcedente la acción restitutoria intentada porque valoró indebidamente la documental
ofrecida para tal efecto.
Lo anterior es así, ya que si bien los Tribunales Colegiados de Circuito examinaron iguales
problemas jurídicos, a la luz de la misma disposición legal y sostuvieron criterios contrarios
respecto a cuál es la acción que procede en un juicio agrario, una vez que por los hechos
narrados en la demanda se ha determinado que el actor aduce tener mejor derecho a la
posesión de una parcela ejidal que dice detenta el demandado a quien reclama dicha posesión,
tal contradicción sólo se da en un aspecto accidental o meramente secundario dentro de los
fallos que originan la denuncia, y no en la sustancia del problema jurídico debatido, que es la
que puede determinar materialmente la contradicción de tesis que hace necesaria la decisión o
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
pronunciamiento del órgano competente para establecer el criterio prevaleciente con carácter
de jurisprudencia.
Al respecto, se comparte el criterio de jurisprudencia 5/2000, sostenido por la Primera Sala
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicado en la página 49, Novena Época,
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XI, junio de 2000, que dice:
"CONTRADICCIÓN DE TESIS. REQUISITOS PARA LA PROCEDENCIA DE LA
DENUNCIA. Es verdad que en el artículo 107, fracción XIII de la Constitución y dentro de
la Ley de Amparo, no existe disposición que establezca como presupuesto de la procedencia
de la denuncia de contradicción de tesis, la relativa a que ésta emane necesariamente de
juicios de idéntica naturaleza, sin embargo, es la interpretación que tanto la doctrina como
esta Suprema Corte han dado a las disposiciones que regulan dicha figura, las que sí han
considerado que para que exista materia a dilucidar sobre cuál criterio debe prevalecer, debe
existir, cuando menos formalmente, la oposición de criterios jurídicos en los que se
controvierta la misma cuestión. Esto es, para que se surta su procedencia, la contradicción
denunciada debe referirse a las consideraciones, razonamientos o interpretaciones jurídicas
vertidas dentro de la parte considerativa de las sentencias respectivas, que son las que
constituyen precisamente las tesis que se sustentan por los órganos jurisdiccionales. No basta
pues que existan ciertas o determinadas contradicciones si éstas sólo se dan en aspectos
accidentales o meramente secundarios dentro de los fallos que originan la denuncia, sino que
la oposición debe darse en la sustancia del problema jurídico debatido; por lo que será la
naturaleza del problema, situación o negocio jurídico analizado, la que determine
materialmente la contradicción de tesis que hace necesaria la decisión o pronunciamiento del
órgano competente para establecer el criterio prevaleciente con carácter de tesis de
jurisprudencia."
SEXTO. Por el contrario, y en otro aspecto, esta Segunda Sala estima que se produce la
contradicción de tesis en virtud de que respecto de un mismo problema jurídico los
Tribunales Colegiados contendientes adoptan criterios jurídicos discrepantes, diferencia que
se presenta en las consideraciones jurídicas de las sentencias, provienen del examen de los
mismos elementos, y constituyen la sustancia del problema jurídico debatido, a saber,
determinar: 1o. Si el Registro Agrario Nacional tiene o no facultades para: a) Expedir
constancias de inscripción de transmisión de derechos agrarios por sucesión en las que se da
de alta como titular del certificado parcelario a un sucesor y b) Expedir títulos y certificados
de derechos agrarios; 2o. Si tales funciones se establecen o no en la Ley Agraria y
Reglamento Interior del Registro Agrario Nacional y, en su caso, qué autoridades son las
facultadas para ello; y, 3o. Si para la transmisión y titulación de bienes, derechos y
obligaciones en materia agraria por sucesión testamentaria basta seguir el procedimiento
administrativo que establece la citada ley y reglamento; respecto de todo lo cual los
precitados órganos colegiados sustentan criterios discrepantes como enseguida se pasa a
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
evidenciar.
En efecto, de la lectura de la ejecutoria emitida por el Cuarto Tribunal Colegiado del
Vigésimo Segundo Circuito, en el juicio de amparo directo 227/2001, se advierte en primer
término que la demanda agraria se presentó ante el Tribunal Unitario Agrario el ocho de
septiembre de mil novecientos noventa y nueve. En el juicio de garantías de que se trata, el
Tribunal Colegiado consideró que conforme a lo dispuesto en los artículos 1o., 3o., 4o. y 6o.
del Reglamento Interior del Registro Agrario Nacional, el objeto primordial de dicho registro
es el control de la tenencia de la tierra y la seguridad documental respecto de predios rústicos
de naturaleza agraria, destacando como funciones, la registral, la de asistencia técnica, la
catastral, así como las de resguardo, acopio, archivo y análisis documental del sector agrario,
necesarios para el conocimiento de los problemas, la identificación de las acciones y la
evaluación de la gestión agraria, función que se lleva a cabo mediante las actividades de
calificación, inscripción y certificación de los actos y documentos en los cuales consten
operaciones relativas a la propiedad ejidal y comunal; que derivado de tal función, inscribirá
y resguardará los documentos en los que consten los actos jurídicos a que se refieren los
documentos en cita. Además, que del contenido de los numerales 17, fracción VII, 19,
fracciones I, VII, VIII y XII, 25, fracciones II, incisos n) y u), V y VI, y 27, fracción II, del
citado reglamento, se deriva que la organización de las unidades administrativas del Registro
Agrario Nacional, destacan, por su importancia, las del director en jefe del mismo, quien,
entre sus facultades tiene las de dictar las disposiciones para la operación y administración
del Archivo General Agrario, para el procesamiento y expedición de certificados, títulos,
planos y demás documentos que generen las diversas unidades administrativas; también
sobresalen las del director general del registro, quien, entre otras, tiene la de ejercitar la fe
pública registral y vigilar que la calificación e inscripción de los actos y documentos objeto
de registro, la certificación de los asientos registrales se realicen conforme a los criterios y
lineamientos establecidos, así como la de expedir las constancias que de éstas se soliciten;
igualmente la de establecer el procedimiento para la recepción, depósito y control de las listas
de sucesión que realicen los ejidatarios y comuneros, con el auxilio del inventario
correspondiente, la de calificar las transmisiones de derechos que amparen los títulos y
certificados parcelarios y de uso común, así como mantener actualizada la información de los
asuntos de que conozcan las delegaciones, con el propósito de establecer criterios para el
mejor desempeño de la actividad registral; por cuanto a las delegaciones del Registro Agrario
Nacional, entre otras, tienen como atribuciones inscribir los actos y documentos relativos,
entre ellos, a la transmisión de derechos individuales por sucesión, a la enajenación de
derechos, sobre tierras de uso común y de derechos parcelarios, así como a la renuncia de
derechos sobre tierras ejidales y demás documentos que contengan actos jurídicos que
conforme a la ley y sus reglamentos deban inscribirse; llevar el inventario de las listas de
sucesión que depositen los ejidatarios y comuneros, también llevar a cabo el control,
expedición y entrega de los certificados y títulos que prevé la ley, destacándose que el titular
de las delegaciones deberá ejercer, en el ámbito de su competencia, la fe pública registral,
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
vigilar la calificación e inscripción de los actos y documentos objeto de registro y, que la
certificación de los asientos registrales se realice conforme a los criterios y lineamientos
establecidos, expidiendo las constancias que soliciten los interesados; funciones que se
llevaban a cabo mediante el sistema registral como conjunto de normas y procedimientos que
tienen por objeto la calificación e inscripción de los actos jurídicos y documentos que
conforme a la ley y sus reglamentos deban registrarse, así como su ordenación en folios e
integración de índices, destacando que los actos jurídicos que se pueden inscribir son
aquellos en los que se constituyan, transfieran, modifiquen o extingan derechos de los sujetos
titulares de los derechos sobre las tierras, según lo disponen los artículos 35 y 36, fracción V,
del Reglamento Interior del Registro Agrario Nacional. Asimismo, la calificación de los actos
y documentos que deban inscribirse, así como la realización y autorización de las
anotaciones, asientos y cancelaciones, es función que compete a los registradores, quienes
bajo su responsabilidad determinarán si los documentos y asuntos jurídicos reúnen los
requisitos de forma y fondo exigido a fin de garantizar el principio de legalidad, según lo
estatuyen los artículos 37, 38, fracción III y 56 del reglamento en cita. Derivado de las
funciones de referencia, el registro expedirá los certificados parcelarios y de derechos sobre
tierras de uso común, así como los títulos de propiedad de origen parcelario, uno por cada
unidad parcelaria de que sea titular el ejidatario o posesionario y, dada su función de
publicidad, debe proporcionar constancias sobre los asientos registrales, las cuales hacen
prueba plena, dentro o fuera de juicio, conforme lo establecen los artículos 89, 91 y 97 del
precitado reglamento, en relación con el diverso 150 de la Ley Agraria. Por otra parte, en
términos del numeral 106, fracciones VI y VII, del reglamento interior, dada la importancia
que para la seguridad de la tenencia de la tierra ejidal tiene el Registro Agrario Nacional, se
establecen diversas responsabilidades administrativas para aquellos servidores públicos del
registro que practiquen inscripciones y, en su caso, expidan certificados parcelarios o de uso
común sobre tierras objeto de conflicto judicial, o se expidan éstos o sus reposiciones, a
quienes no tengan derecho a ello o que no demuestren legitimación para su entrega, así como
cuando expidan certificaciones que carezcan de asientos registrales, alteren sus contenidos u
omitan datos esenciales. Además, para la transmisión de los bienes, derechos y obligaciones
después de la muerte de una persona física, nuestro sistema jurídico mexicano contempla dos
formas de transmisión para lograr la adjudicación de los derechos del de cujus, es decir, la
sucesión testamentaria por voluntad unilateral del testador, y en ausencia de testamento o
imposibilidad de heredar a quien se haya designado, la transmisión toma el nombre de
sucesión legítima, precisamente porque los herederos están determinados en la ley; y en
materia agraria, según los artículos 18 y 19 de la ley de la materia, para que se materialice la
transmisión de los derechos agrarios por sucesión legítima, pueden instaurarse dos tipos de
procedimientos jurisdiccionales: el contencioso para aquellos casos en donde exista
controversia entre los presuntos herederos del titular de los derechos agrarios, y mediante la
vía de jurisdicción voluntaria para aquellos casos en donde no exista la oposición de alguna
persona. En cambio, cuando existe disposición testamentaria, se surte el supuesto previsto en
el artículo 17 de la Ley Agraria, y para la materialización de la adjudicación se sigue el
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
procedimiento administrativo establecido en el capítulo IX, título tercero, denominado "Del
depósito de lista de sucesión" del Reglamento Interior del Registro Agrario Nacional, y
comprende el normativo 86. Esto es, se entiende que existe disposición testamentaria cuando
el ejidatario ejercita la facultad de designar a la persona que deba sucederle en sus derechos
agrarios, mediante elaboración de lista de sucesión ante el registrador, quien verifica la firma
y huella digital del ejidatario, pudiendo otorgarse la lista también ante notario público,
permaneciendo bajo resguardo del registro en sobre sellado y firmado por el registrador y el
interesado. Designación en lista que, para que produzca los efectos jurídicos inherentes, debe
depositarse en el Registro Agrario Nacional o formalizarse ante fedatario público. De suerte
que al fallecimiento del titular de los derechos agrarios debe seguirse, según el supuesto,
alguno de los procedimientos sucesorios contemplados en los preceptos legales en cita. El
procedimiento que en este asunto interesa, es el previsto en el ordinal 17 de la Ley Agraria,
en el que prevalece la sencillez y la claridad de la justicia agraria, precisamente para lograr la
transmisión de derechos ejidales por sucesión, en los casos en que el titular hubiere
depositado ante el Registro Agrario Nacional, u otorgado ante notario público, lista de
sucesores, dando acceso así a los ejidatarios, en términos del artículo 17 constitucional, a una
justicia pronta y expedita; tal procedimiento es el establecido en el artículo 86 del
Reglamento Interior del Registro Agrario Nacional. De lo anterior, claramente se infiere que
al Registro Agrario Nacional se le confirió la facultad de controlar la tenencia de la tierra y la
seguridad documental en materia agraria, determinando la formalización de la sucesión
testamentaria mediante el procedimiento administrativo al que alude el citado precepto 86 del
reglamento de referencia, esto es, abriendo el sobre que contenga la lista de sucesión, en
presencia del interesado y de por lo menos dos testigos, para luego asentar los datos en el
folio correspondiente y proceder en su momento a otorgar el certificado condigno al nuevo
titular. Certificado que en términos del ordinal 16 de la Ley Agraria, confiere calidad de
ejidatario a su titular, por lo que el documento exhibido por el actor en el juicio agrario constancia de inscripción de transmisión de derechos agrarios por sucesión, que contiene los
datos básicos de identificación de la parcela que ampara-, aun cuando efectivamente no es el
idóneo, sin embargo, en términos de los artículos 78 y 150 de la Ley Agraria y 97 del
Reglamento Interior del Registro Agrario Nacional, es suficiente para acreditar que la
persona a cuyo favor se ha expedido es la titular de los derechos agrarios que se suceden y
que tienen plena validez mientras no exista sentencia ejecutoriada que declare su nulidad.
Máxime que no existe disposición legal expresa que determine la intervención forzosa de los
tribunales jurisdiccionales agrarios tratándose de sucesiones testamentarias, ni menos aún que
para acreditar la titularidad de derechos ejidales vía sucesión, deba acreditarse la existencia
de procedimientos de jurisdicción voluntaria, o de sucesorios jurisdiccionales, al no existir
conflicto de intereses por cuanto hace a la sucesión de tales derechos, ni ha sido declarada la
nulidad de la lista de sucesión. Todo lo cual encuentra, además, apoyo en los artículos 150 de
la Ley Agraria y 97 del Reglamento Interior del Registro Agrario Nacional, que estatuyen
que las constancias que expida el Registro Agrario Nacional de sus inscripciones, harán
prueba plena en juicio y fuera de él; razón más que suficiente para estimar adecuada la
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
constancia de inscripción de transmisión de derechos agrarios por sucesión exhibida por el
quejoso ante la responsable, para acreditar la titularidad de los derechos agrarios derivados
del certificado 2306642. Ello es así, porque precisamente en el texto de tal documento se
aprecia que es constancia fehaciente del procedimiento administrativo al que se ha hecho
mención, pues dice: "Con fecha 26 de abril de 1999 el C. Hernández Soto José Luis, por
solicitud número 20064, gestionó la inscripción de la transmisión de los derechos agrarios
por fallecimiento del titular, cuyos datos a continuación se indican: Ejido: Tezahuapa.
Municipio: Atotonilco El Grande. Estado: Hidalgo. No. de expediente: C-016156. Título y/o
certificado No. 2306642. Otros: lista en depósito sobre 8563 de fecha 02-10-97. Nombre del
titular: Licona Melo Macario. En atención a que el solicitante se encuentra debidamente
legitimado como sucesor preferente para heredar los derechos agrarios del extinto titular, lo
que se desprende de la lista de sucesión inscrita en este registro, con fundamento en lo
dispuesto por los artículos 17, 18, 152, fracción VIII, segundo y cuarto transitorios de la Ley
Agraria, 37 y 38 del Reglamento Interior del Registro Agrario Nacional, queda inscrito como
titular de los derechos agrarios antes descritos, realizándose los siguientes movimientos
registrales: causa baja como titular: Licona Melo Macario, así como todos losdemás
sucesores que hubiere inscrito. Causa alta como titular: Hernández Soto José Luis.". Luego,
considerar que tal documento carece de eficacia contravendría el espíritu del legislador quien
otorgó al Registro Agrario Nacional la facultad de expedir los certificados, títulos y
constancias que amparan la calidad de ejidatarios, así como la de tramitar el mencionado
procedimiento administrativo. Por lo que no es cierto que sólo con el certificado al que alude
el artículo 78 de la Ley Agraria pueda acreditarse la titularidad de los derechos de esa
naturaleza, sino también se puede con la constancia que emita el Registro Agrario Nacional al
concluir el procedimiento administrativo que estatuye el diverso normativo 86 del
Reglamento Interior del Registro Agrario Nacional, cuyas características coinciden con las
que presenta el documento exhibido como base de la acción en el juicio natural. Por
consiguiente, no se comparte el criterio sostenido por el Primer Tribunal Colegiado en
Materias Administrativa y de Trabajo del Séptimo Circuito, emitido en la jurisprudencia
VII.1o.A.T. J/22, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XI,
febrero de 2000, página 979, bajo el rubro: "REGISTRO AGRARIO NACIONAL,
CONSTANCIA EXPEDIDA POR EL, SIN MEDIAR JUICIO SUCESORIO. ES
INEFICAZ.", porque de la interpretación de los preceptos legales citados se llega a la
conclusión de que lo que el legislador pretendió fue evitar una serie de procedimientos que
entorpezcan la libre disposición y uso de los bienes ejidales, creando para ello el mencionado
procedimiento administrativo y reservando la función jurisdiccional agraria en materia
sucesoria, sólo para los casos previstos en el artículo 18 de la Ley Agraria, ante ausencia de
lista de designación de herederos, o cuando ninguno de los nombrados pueda heredar por
imposibilidad material o legal, o para aquellos casos en que se suscite controversia derivada
de cuestiones sucesorias agrarias, pues así textualmente lo dispone el normativo 18, fracción
VII, de la Ley Orgánica de los Tribunales Agrarios. Como consecuencia, el citado Tribunal
Colegiado concedió el amparo a José Luis Hernández Soto, para el efecto de que la autoridad
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
responsable dejase insubsistente la sentencia reclamada y emitiese otra en la que prescindiese
de considerar insuficiente la constancia de inscripción de transmisión de derechos agrarios
por sucesión expedida por el Registro Agrario Nacional para acreditar la titularidad de
derechos agrarios como primer elemento de la acción intentada, y siguiendo los lineamientos
de esa ejecutoria analizase si se acreditaron o no los restantes elementos de la acción
restitutoria, estudiase las excepciones planteadas y con plenitud de jurisdicción resolviese lo
que en derecho procediere.
Por su parte, en las ejecutorias emitidas por el Primer Tribunal Colegiado en Materias
Administrativa y de Trabajo del Séptimo Circuito al resolver los juicios de amparo directo
números 942/97, 1193/97, 1486/97, 551/99 y 552/99, se consideró, en síntesis y de manera
similar, que una correcta <interpretación de los artículos 17, 18 y 78 de la Ley Agraria
permite concluir que la constancia de inscripción de la transmisión de derechos agrarios por
sucesión expedida por el registrador agrario, en la que se da de alta a alguien como sucesor
del certificado que ampara la parcela, no da a éste la calidad de nuevo ejidatario y titular,
porque sería menester tramitar el correspondiente juicio sucesorio en términos de alguno de
los dos primeros preceptos mencionados, además de que el Registro Agrario Nacional carece
de facultades para expedir o asignar parcelas o títulos, en las hipótesis en que medie una
sucesión legítima ya sea que el ejidatario haya hecho designación de quien deba sucederle
(sucesión testamentaria) o que no realizara tal señalamiento (sucesión intestamentaria) a que
se contraen los artículos 17 y 18 de la Ley Agraria. Que contra lo sostenido por la
responsable, la actora -tercero perjudicada-, no demostró tener derecho alguno sobre la
parcela que reclamó, puesto que la constancia expedida el ocho de junio de mil novecientos
noventa y cuatro por el Registro Agrario Nacional, en la que se indicó que fue dada de alta
como sucesora preferente de Manuel Zamora, según solicitud de inscripción de la transmisión
de derechos agrarios por fallecimiento del titular, número 20871-94 de treinta de mayo de ese
año, y asentó que "En atención a que el solicitante se encuentra debidamente legitimado
como sucesor preferente para heredar los derechos agrarios del extinto titular, lo que se
desprende de la lista de sucesión inscrita en este registro, con fundamento en lo dispuesto por
los artículos 17, 152, fracción VIII, segundo y cuarto transitorios de la Ley Agraria, queda
inscrito como titular de los derechos agrarios antes descritos", carece de eficacia para los
fines pretendidos, pues sólo es una constancia de inscripción de derechos que ampara a la
tercero perjudicada como heredera, pero no con la calidad de titular, dado que la directora en
jefe del Registro Agrario Nacional carece de facultades para expedir o asignar parcelas o
títulos en las hipótesis de una sucesión legítima, ya sea que el ejidatario haya hecho
designación de quien deba sucederle o que no realizara tal señalamiento (sucesión
intestamentaria) a que se contraen los artículos 17 y 18 de la Ley Agraria, máxime lo que
claramente dispone el artículo 78 de esa ley, lo que permite concluir que la constancia del
registrador agrario nacional, como la de que se trata, es insuficiente por sí misma para
acreditar la titularidad de derechos sobre una unidad de dotación, sino que es menester
instaurar ante el tribunal agrario responsable el procedimiento jurisdiccional respectivo
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
previsto en la fracción VII del artículo 18 de la Ley Orgánica de los Tribunales Agrarios.
En la especie cobra aplicación la jurisprudencia 26/2001 del Pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, publicada en la página 76, Novena Época, Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Tomo XIII, abril de 2001, que dice:
"CONTRADICCIÓN DE TESIS DE TRIBUNALES COLEGIADOS DE CIRCUITO.
REQUISITOS PARA SU EXISTENCIA. De conformidad con lo que establecen los artículos
107, fracción XIII, primer párrafo, de la Constitución Federal y 197-A de la Ley de Amparo,
cuando los Tribunales Colegiados de Circuito sustenten tesis contradictorias en los juicios de
amparo de su competencia, el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación o la Sala
que corresponda deben decidir cuál tesis ha de prevalecer. Ahora bien, se entiende que
existen tesis contradictorias cuando concurren los siguientes supuestos: a) que al resolver los
negocios jurídicos se examinen cuestiones jurídicas esencialmente iguales y se adopten
posiciones o criterios jurídicos discrepantes; b) que la diferencia de criterios se presente en
las consideraciones, razonamientos o interpretaciones jurídicas de las sentencias respectivas;
y, c) que los distintos criterios provengan del examen de los mismos elementos."
Asimismo, no pasa desapercibido ni es obstáculo para lo antes considerado, que con motivo
de la ejecutoria dictada en el juicio de amparo 227/2001 el Cuarto Tribunal Colegiado del
Vigésimo Segundo Circuito no haya redactado ni publicado su tesis en la forma establecida
por la ley, ya que al respecto cobra aplicación la jurisprudencia 94/2000, de esta Segunda
Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicada en la página 319, Novena
Época, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XII, noviembre de 2000, que
dice:
"CONTRADICCIÓN DE TESIS. SU EXISTENCIA REQUIERE DE CRITERIOS
DIVERGENTES PLASMADOS EN DIVERSAS EJECUTORIAS, A PESAR DE QUE NO
SE HAYAN REDACTADO NI PUBLICADO EN LA FORMA ESTABLECIDA POR LA
LEY. Los artículos 107, fracción XIII, de la Constitución General de la República, 197 y
197-A de la Ley de Amparo, regulan la contradicción de tesis sobre una misma cuestión
jurídica como forma o sistema de integración de jurisprudencia, desprendiéndose que la tesis
a que se refieren es el criterio jurídico sustentado por un órgano jurisdiccional al examinar un
punto concreto de derecho, cuya hipótesis, con características de generalidad y abstracción,
puede actualizarse en otros asuntos; criterio que, además, en términos de lo establecido en el
artículo 195 de la citada legislación, debe redactarse de manera sintética, controlarse y
difundirse, formalidad que de no cumplirse no le priva del carácter de tesis, en tanto que esta
investidura la adquiere por el solo hecho de reunir los requisitos inicialmente enunciados de
generalidad y abstracción. Por consiguiente, puede afirmarse que no existe tesis sin
ejecutoria, pero que ya existiendo ésta, hay tesis a pesar de que no se haya redactado en la
forma establecida ni publicado y, en tales condiciones, es susceptible de formar parte de la
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
contradicción que establecen los preceptos citados."
SÉPTIMO. Esta Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación considera que el
criterio que debe prevalecer con carácter de jurisprudencia es el que se pasa a desarrollar.
La Ley Agraria establece:
"Artículo 16. La calidad de ejidatario se acredita:
"I. Con el certificado de derechos agrarios expedido por autoridad competente;
"II. Con el certificado parcelario o de derechos comunes; o
"III. Con la sentencia o resolución relativa del tribunal agrario."
"Artículo 78. Los derechos de los ejidatarios sobre sus parcelas se acreditarán con sus
correspondientes certificados de derechos agrarios o certificados parcelarios, los cuales
ostentarán los datos básicos de identificación de la parcela. Los certificados parcelarios serán
expedidos de conformidad con lo dispuesto por el artículo 56 de esta ley.
"En su caso, la resolución correspondiente del tribunal agrario hará las veces de certificado
para los efectos de esta ley."
"Artículo 56. La asamblea de cada ejido, con las formalidades previstas a tal efecto en los
artículos 24 a 28 y 31 de esta ley, podrá determinar el destino de las tierras que no estén
formalmente parceladas, efectuar el parcelamiento de éstas, reconocer el parcelamiento
económico o de hecho o regularizar la tenencia de los posesionarios o de quienes carezcan de
los certificados correspondientes. Consecuentemente, la asamblea podrá destinarlas al
asentamiento humano, al uso común o parcelarlas en favor de los ejidatarios. En todo caso, a
partir del plano general del ejido que haya sido elaborado por la autoridad competente o el
que elabore el Registro Agrario Nacional, procederá como sigue:
"I. Si lo considera conveniente, reservará las extensiones de tierra correspondientes al
asentamiento humano y delimitará las tierras de uso común del ejido;
"II. Si resultaren tierras cuya tenencia no ha sido regularizada o estén vacantes, podrá asignar
los derechos ejidales correspondientes a dichas tierras a individuos o grupos de individuos; y
"III. Los derechos sobre las tierras de uso común se presumirán concedidos en partes iguales,
a menos que la asamblea determine la asignación de proporciones distintas, en razón de las
aportaciones materiales, de trabajo y financieras de cada individuo.
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
"En todo caso, el Registro Agrario Nacional emitirá las normas técnicas que deberá seguir la
asamblea al realizar la delimitación de las tierras al interior del ejido y proveerá a la misma
del auxilio que al efecto le solicite. El registro certificará el plano interno del ejido, y con
base en éste, expedirá los certificados parcelarios o los certificados de derechos comunes, o
ambos, según sea el caso, en favor de todos y cada uno de los individuos que integran el
ejido, conforme a las instrucciones de la asamblea, por conducto del comisariado o por el
representante que se designe. Estos certificados deberán inscribirse en el propio Registro
Agrario Nacional."
"Artículo 68. Los solares serán de propiedad plena de sus titulares. Todo ejidatario tendrá
derecho a recibir gratuitamente un solar al constituirse, cuando ello sea posible, la zona de
urbanización. La extensión del solar se determinará por la asamblea, con la participación del
Municipio correspondiente, de conformidad con las leyes aplicables en materia de
fraccionamientos y atendiendo a las características, usos y costumbres de cada región.
"La asamblea hará la asignación de solares a los ejidatarios, determinando en forma
equitativa la superficie que corresponda a cada uno de ellos. Esta asignación se hará en
presencia de un representante de la Procuraduría Agraria y de acuerdo con los solares que
resulten del plano aprobado por la misma asamblea e inscrito en el Registro Agrario
Nacional. El acta respectiva se inscribirá en dicho registro y los certificados que éste expida
de cada solar constituirán los títulos oficiales correspondientes.
"Una vez satisfechas las necesidades de los ejidatarios, los solares excedentes podrán ser
arrendados o enajenados por el núcleo de población ejidal a personas que deseen avecindarse.
"Cuando se trate de ejidos en los que ya esté constituida la zona de urbanización y los solares
ya hubieren sido asignados, los títulos se expedirán en favor de sus legítimos poseedores."
"Artículo 69. La propiedad de los solares se acreditará con el documento señalado en el
artículo anterior y los actos jurídicos subsecuentes serán regulados por el derecho común.
Para estos efectos los títulos se inscribirán en el Registro Público de la Propiedad de la
entidad correspondiente."
"Artículo 74. La propiedad de las tierras de uso común es inalienable, imprescriptible e
inembargable, salvo los casos previstos en el artículo 75 de esta ley.
"El reglamento interno regulará el uso, aprovechamiento, acceso y conservación de las tierras
de uso común del ejido, incluyendo los derechos y obligaciones de ejidatarios y avecindados
respecto de dichas tierras.
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
"Los derechos sobre las tierras de uso común se acreditan con el certificado a que se refiere el
artículo 56 de esta ley."
"Artículo 80. Los ejidatarios podrán enajenar sus derechos parcelarios a otros ejidatarios o
avecindados del mismo núcleo de población.
"Para la validez de la enajenación a que se refiere este artículo bastará la conformidad por
escrito de las partes ante dos testigos y la notificación que se haga al Registro Agrario
Nacional, el que deberá expedir sin demora los nuevos certificados parcelarios. Por su parte
el comisariado ejidal deberá realizar la inscripción correspondiente en el libro respectivo.
"El cónyuge y los hijos del enajenante, en ese orden, gozarán del derecho del tanto, el cual
deberán ejercer dentro de un término de treinta días naturales contados a partir de la
notificación, a cuyo vencimiento caducará tal derecho. Si no se hiciere la notificación, la
venta podrá ser anulada."
"Artículo 82. Una vez que la asamblea hubiere adoptado la resolución prevista en el artículo
anterior, los ejidatarios interesados podrán, en el momento que lo estimen pertinente, asumir
el dominio pleno sobre sus parcelas, en cuyo caso solicitarán al Registro Agrario Nacional
que las tierras de que se trate sean dadas de baja de dicho registro, el cual expedirá el título de
propiedad respectivo, que será inscrito en el Registro Público de la Propiedad
correspondiente a la localidad.
"A partir de la cancelación de la inscripción correspondiente en el Registro Agrario Nacional,
las tierras dejarán de ser ejidales y quedarán sujetas a las disposiciones del derecho común."
"Artículo 83. La adopción del dominio pleno sobre las parcelas ejidales no implica cambio
alguno en la naturaleza jurídica de las demás tierras ejidales, ni significa que se altere el
régimen legal, estatutario o de organización del ejido.
"La enajenación a terceros no ejidatarios tampoco implica que el enajenante pierda su calidad
de ejidatario, a menos que no conserve derechos sobre otra parcela ejidal o sobre tierras de
uso común, en cuyo caso el comisariado ejidal deberá notificar la separación del ejidatario al
Registro Agrario Nacional, el cual efectuará las cancelaciones correspondientes."
"Artículo 148. Para el control de la tenencia de la tierra y la seguridad documental derivados
de la aplicación de esta ley funcionará el Registro Agrario Nacional, como órgano
desconcentrado de la Secretaría de la Reforma Agraria, en el que se inscribirán los
documentos en que consten las operaciones originales y las modificaciones que sufra la
propiedad de las tierras y los derechos legalmente constituidos sobre la propiedad ejidal y
comunal. El registro tendrá además una sección especial para las inscripciones
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
correspondientes a la propiedad de sociedades."
"Artículo 150. Las inscripciones en el Registro Agrario Nacional y las constancias que de
ellas se expidan, harán prueba plena en juicio y fuera de él.
"Cuando los actos a que esta ley se refiere deban inscribirse en el registro y no se inscriban,
sólo surtirán efectos entre los otorgantes pero no podrán producir perjuicio a terceros, quienes
sí podrán aprovecharlos en lo que les fueren favorables."
"Artículo 151. El Registro Agrario Nacional será público y cualquier persona podrá obtener
información sobre sus asientos e inscripciones y obtener a su costa las copias que solicite."
"Artículo 152. Deberán inscribirse en el Registro Agrario Nacional:
"I. Todas las resoluciones judiciales o administrativas que reconozcan, creen, modifiquen o
extingan derechos ejidales o comunales;
"II. Los certificados o títulos que amparen derechos sobre solares, tierras de uso común y
parcelas de ejidatarios o comuneros;
"III. Los títulos primordiales de las comunidades, y en su caso, los títulos que las reconozcan
como comunidades tradicionales;
"IV. Los planos y delimitación de las tierras a que se refiere el artículo 56 de esta ley;
"V. Los planos y documentos relativos al catastro y censo rurales;
"VI. Los documentos relativos a las sociedades mercantiles, en los términos del título sexto
de esta ley;
"VII. Los decretos de expropiación de bienes ejidales o comunales; y
"VIII. Los demás actos y documentos que dispongan esta ley, sus reglamentos u otras leyes."
"Artículo 153. El Registro Agrario Nacional también deberá llevar las inscripciones de todos
los terrenos nacionales y los denunciados como baldíos."
"Artículo 154. Para los efectos de esta ley, las autoridades federales, estatales y municipales
están obligadas a proporcionar al Registro Agrario Nacional la información estadística,
documental, técnica, catastral y de planificación, que éste requiera para el mejor desempeño
de sus funciones."
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
"Artículo 155. El Registro Agrario Nacional deberá:
"I. Llevar clasificaciones alfabéticas de nombres de individuos tenedores de acciones de serie
T y denominaciones de sociedades propietarias de tierras agrícolas, ganaderas o forestales;
"II. Llevar clasificaciones geográficas de la ubicación de predios de sociedades, con
indicaciones sobre su extensión, clase y uso;
"III. Registrar las operaciones que impliquen la cesión de derechos sobre tierras ejidales y la
garantía a que se refiere el artículo 46, así como las de los censos ejidales;
"IV. Disponer el procesamiento y óptima disponibilidad de la información bajo su resguardo;
y
"V. Participar en la regularización de la tenencia de la tierra ejidal y comunal en los términos
que señala el artículo 56 de esta ley."
"Artículo 156. Los notarios y los registros públicos de la propiedad, cuando autoricen o
registren operaciones o documentos sobre conversión de propiedad ejidal a dominio pleno y
de éste al régimen ejidal, así como la adquisición de tierra por sociedades mercantiles o
civiles, deberán dar aviso al Registro Agrario Nacional. Asimismo, los notarios públicos
deberán dar aviso al Registro Agrario Nacional de toda traslación de dominio de terrenos
rústicos de sociedades mercantiles ociviles."
De los preceptos legales transcritos se obtiene:
Que para que el Registro Agrario Nacional ejerza la función de control de la tenencia de la
tierra, la Ley Agraria lo faculta a expedir, entre otros, certificados parcelarios y certificados
sobre las tierras de uso común, títulos de solares, títulos de propiedad de origen parcelario,
títulos de propiedad que tengan como origen un solar. Con motivo de la función de seguridad
documental se faculta al Registro Agrario Nacional a inscribir en sus asientos los documentos
en que consten las operaciones originales y las modificaciones que sufra la propiedad de las
tierras, los derechos legalmente constituidos sobre la propiedad ejidal y comunal y las
correspondientes a la propiedad de sociedades; asimismo, lo autoriza a expedir constancias y
copias certificadas de sus asientos, inscripciones y documentos que expida, las cuales,
expresamente dispone la ley en consulta, hacen prueba plena en juicio y fuera de él.
De igual manera se desprende que la calidad de ejidatario se acredita con el certificado de
derechos agrarios, certificado parcelario o de derechos comunes, expedido, como ya se dijo,
por el Registro Agrario Nacional o con la sentencia o resolución relativa del tribunal agrario;
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
y los derechos de los ejidatarios sobre sus parcelas se acreditan con sus correspondientes
certificados de derechos agrarios o certificados parcelarios y, en su caso, con la resolución
correspondiente del tribunal agrario.
Por otra parte, las funciones de control de la tierra y seguridad documental y las
consiguientes facultades de expedición de certificados y títulos agrarios, inscripción y
expedición de copias y constancias, que la Ley Agraria otorga al Registro Agrario Nacional,
son reiteradas en el texto de las disposiciones reglamentarias aplicadas en las ejecutorias de
las que deriva la presente contradicción, por lo que se estima conveniente transcribir, en lo
conducente, tanto los preceptos del Reglamento Interior del Registro Agrario Nacional,
publicado en el Diario Oficial de la Federación el once de agosto de mil novecientos noventa
y dos, en vigor a partir del doce de agosto de ese año, reformado y adicionado el veintisiete
de abril de mil novecientos noventa y tres, como los del Reglamento Interior del Registro
Agrario Nacional, publicado en el Diario Oficial de la Federación el nueve de abril de mil
novecientos noventa y siete, actualmente en vigor.
El primero de los ordenamientos legales en mención establece en lo que interesa:
"Artículo 1o. El presente reglamento tiene por objeto establecer las bases para la
organización y funcionamiento del Registro Agrario Nacional.
"El Registro Agrario Nacional, en su carácter de órgano administrativo desconcentrado de la
Secretaría de la Reforma Agraria, con autonomía técnica, administrativa y presupuestal,
tendrá a su cargo el control de la tenencia y la seguridad documental derivada de la
aplicación de la Ley Agraria."
"Artículo 2o. El Registro Agrario Nacional llevará a cabo las siguientes actividades y
funciones:
"I. Inscribir y controlar los documentos en que consten las operaciones originales y las
modificaciones que sufra la propiedad de la tierra y los derechos legalmente constituidos
sobre ésta; así como las cancelaciones que se realicen respecto de dichas operaciones, en los
casos que lo señala la Ley Agraria;
"...
"III. Expedir los certificados y títulos a que se refiere la ley;
"...
"IX. Tener en depósito las listas de sucesión que presenten los ejidatarios de conformidad con
-37-
CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
lo establecido en el capítulo X, del título tercero del presente reglamento; ..."
"Artículo 7o. Para el ejercicio de sus atribuciones y despacho de los asuntos que le competen,
el registro contará con:
"- Director en jefe
"- Director general de Titulación y Control Agrario
"- Director general de Registro y Asuntos Jurídicos
"- Director general de Catastro Rural
"- Coordinador administrativo
"- Unidad de Contraloría Interna, y
"- Delegaciones del Distrito Federal y de las entidades federativas.
"Asimismo, para el mejor cumplimiento de sus objetivos, el registro contará con directores de
área, subdirectores, jefes de departamento, registradores, jefes de oficina, asesores y demás
personal técnico, administrativo y por honorarios, que requiera."
Reformado, D.O.F. 27 de abril de 1993.
"Artículo 7o. ...
"- Director en jefe
"- Director general de Certificación, Titulación e Inscripción de Sociedades
"- Director general de Registro y Asuntos Jurídicos
"- Director general de Catastro Rural
"- Coordinador administrativo
"- Unidad de Contraloría Interna, y
"- Delegaciones del Distrito Federal y de las entidades federativas."
"Artículo 9o. El registro estará a cargo de un director en jefe que será nombrado y removido
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
por el titular del Ejecutivo Federal, a propuesta del secretario de la Reforma Agraria, y tendrá
las siguientes atribuciones:
"I. Ser depositario de la fe pública registral, para cuyo pleno ejercicio se auxiliará de los
directores delegados y registradores; ..."
Reformado, D.O.F. 27 de abril de 1993.
"Artículo 9o. El registro estará a cargo de un director en jefe, quien lo representará
legalmente, mismo que será nombrado y removido por el titular del Ejecutivo Federal, a
propuesta del secretario de la Reforma Agraria y tendrá las siguientes atribuciones:
"I. a XVIII. ...
"XIX. Proponer al secretario de la Reforma Agraria, los proyectos de modificaciones a leyes,
reglamentos, decretos, acuerdos y demás ordenamientos relativos a los asuntos de la
competencia del registro, así como someter a su aprobación los proyectos de manuales de
organización, de procedimientos, y de servicios al público;
"XX. y XXI. ..."
"Artículo 12. Corresponde al director general de Titulación y Control Agrario:
"I. Expedir las normas y lineamientos a que deberán sujetarse las Delegaciones del Distrito
Federal y de las entidades federativas para la prestación del servicio al público, así como su
funcionamiento interno, en materia de titulación y control agrario;
"...
"IV. Verificar que los certificados y títulos dependiendo del trámite que les corresponda, sean
entregados a los interesados o remitidos a los Registros Públicos de la Propiedad, con la
debida oportunidad;
"...
"VII. Concentrar la información relativa a las listas de sucesión, depositadas en el registro;
..."
Reformado, D.O.F. 27 de abril de 1993.
"Artículo 12. Corresponde al director general de Certificación, Titulación e Inscripción de
Sociedades:
-39-
CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
"I. Expedir las normas y lineamientos a que deberán sujetarse las Delegaciones del Distrito
Federal y de las entidades federativas para la prestación del servicio al público, así como su
funcionamiento interno en materia de certificación, titulación e inscripción de sociedades;
"II. y III. ...
"IV. Verificar la correcta tramitación de los certificados y títulos, así como que sean
remitidos cuando proceda a los Registros Públicos de la Propiedad y entregados con la debida
oportunidad a los interesados;
"V. y VI. ...
"VII. (derogada).
"VIII. a X. ..."
"Artículo 17. Los delegados del Distrito Federal y de las entidades federativas, estarán a
cargo de un titular, quien será auxiliado para el despacho de los asuntos de su competencia,
por los subdelegados, jefes de departamento, registradores, jefes de oficina y demás personal
técnico, administrativo y por honorarios, necesario para el cumplimiento de sus funciones."
"Artículo 18. Corresponde a las Delegaciones del Distrito Federal y a las entidades
federativas:
"I. Ejercer sus atribuciones dentro del ámbito territorial que se les asigne, siguiendo los
lineamientos que señale al efecto el director en jefe, de conformidad con lo establecido con el
presente reglamento;
"...
"III. Llevar a cabo la inscripción de los siguientes asuntos:
"...
"c) Los certificados parcelarios y de derechos sobre tierras de uso común.
"...
"m) Todas aquellas resoluciones judiciales o administrativas que reconozcan, creen,
modifiquen o extingan derechos ejidales o comunales;
-40-
CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
"...
"IV. Registrar las operaciones que implique la cesión de derechos sobre tierras ejidales;
"...
"VI. Registrar los cambios que se operen en los censos ejidales;
"...
"VIII. Expedir los certificados y los títulos a que se refieren los artículos 76 y 77 del presente
reglamento;
"...
"X. Expedir certificados y constancias de la inscripción y asientos que obran en sus
respectivas jurisdicciones de conformidad con lo establecido en el presente reglamento;
"XI. Cuando proceda conforme a derecho, cancelar la inscripción de los certificados
parcelarios, de derechos de uso común y censo ejidal;
"XII. Efectuar, cuando proceda la reposición y rectificación de folios y asientos registrados
así como llevar a cabo las tildaciones a que hubiere lugar;
"...
"XIV. Llevar el archivo de la lista de sucesión que depositen los ejidatarios, de conformidad
con lo dispuesto por el capítulo X del título tercero del presente reglamento;
"...
"XXI. Las demás que les señalen la ley y sus reglamentos, así como el director en jefe del
registro."
Reformado y adicionado, D.O.F. 27 de abril de 1993.
"Artículo 18. ...
"I. a XIX. ...
"XX. Presentar a la consideración del director en jefe, estudios, proyectos o medidas
tendientes a mejorar el servicio de las unidades administrativas a su cargo;
-41-
CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
"XXI. Conocer y resolver del recurso de inconformidad a que se refiere el título séptimo,
capítulo único del presente reglamento; y
"XXII. Las demás que les señalen la ley y sus reglamentos, este reglamento, así como el
director en jefe del registro."
"Artículo 19. El registrador es el servidor público a quien compete examinar y calificar los
documentos registrales y autorizar anotaciones, asientos y cancelaciones."
Se adiciona segundo párrafo, D.O.F. 27 de abril de 1993.
"Artículo 19. ...
"Quien desempeñe las funciones de registrador deberá tener título profesional de licenciado
en derecho, y acreditar su capacidad en la materia mediante examen que deberá constar en su
expediente personal."
"Artículo 20. El registro, para el cumplimiento de sus funciones, designará registradores en
las Delegaciones del Distrito Federal y de las entidades federativas. Los registradores tendrán
las siguientes atribuciones:
"I. Realizar la calificación registral a través del estudio integral de los documentos que le
sean turnados, para determinar la procedencia o improcedencia de su registro, de
conformidad con los ordenamientos aplicables y los asientos registrales, atendiendo también
a su forma, contenido y legalidad;
"II. Calificar el monto de los derechos a cubrir por los solicitantes del servicio registral;
"III. Llevar a cabo la inscripción de los documentos cuando preceda, así como supervisar y
vigilar bajo su estricta responsabilidad, que se practiquen los asientos en los folios
correspondientes, autorizando cada asiento con su firma;
"IV. Dar cuenta a su inmediato superior, de los fundamentos y resultados de la calificación; y
"V. Realizar las certificaciones que la ley y este reglamento prevén."
"Artículo 43. El registrador procederá a su calificación para determinar si es o no procedente
su inscripción, de acuerdo con las disposiciones de la ley, del Código Civil para el Distrito
Federal en Materia Común y para toda la República en Materia Federal; de la legislación
mercantil o de cualquier otro ordenamiento legal aplicable en la materia.
-42-
CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
"El registrador deberá cerciorarse de que no se ha presentado con anterioridad documento
alguno que contenga actos inscribibles que se opongan al que solicita inscribir."
"Artículo 54. Cuando los ejidatarios decidan asumir el dominio pleno de sus parcelas previo
acuerdo de la asamblea el comisariado ejidal solicitará al registro, la cancelación de la
inscripción en los folios correspondientes, el que expedirá el título de propiedad respectivo y
lo remitirá para su inscripción en el Registro Público de la Propiedad de la entidad de que se
trate.
"En los casos de explotación colectiva se inscribirá el acta de asamblea en la que los
ejidatarios decidan concluir con dicha explotación."
Reformado, D.O.F. 27 de abril de 1993.
"Artículo 54. El acuerdo de asamblea por el que los ejidatarios decidan asumir el dominio
pleno de sus parcelas, se inscribirá en el folio de tierras.
"Cuando cada ejidatario solicite la expedición de su título al Registro Agrario Nacional, éste
al expedirlo habrá también de realizar la cancelación en los folios que corresponda.
"Una vez que se hayan titulado todas las parcelas de un ejido, se cancelará el folio donde
conste la inscripción del acta de delimitación del área parcelada al interior del ejido."
"Artículo 57. En el caso señalado por el artículo anterior, el registro expedirá los certificados
que servirán de títulos de propiedad sobre solar urbano, mismos que se remitirán para su
inscripción al Registro Público de la Propiedad de la entidad correspondiente."
Reformado, D.O.F. 27 de abril de 1993.
"Artículo 57. Los títulos de propiedad a que se refiere el artículo anterior, serán remitidos
para su inscripción al Registro Público de la Propiedad de la entidad respectiva, mismos que
deberán contener el nombre del titular, su edad y lugar de nacimiento, así como el número de
lote y manzana del solar que le fuere titulado, indicando su superficie, linderos y
colindancias."
"Artículo 72. El registro deberá verificar la autenticidad de la firma o huella digital del
ejidatario en la lista de sucesión preferencial, estableciendo para el efecto los procedimientos
necesarios."
"Artículo 73. Hecho lo anterior, las listas de sucesión preferencial deberán permanecer bajo
el amparo del registro, el que expedirá al interesado copia certificada, resguardando el
original en sobre sellado, haciendo constar en ambos documentos la fecha de recepción."
-43-
CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
"Artículo 74. Al fallecimiento del ejidatario o comunero el registro, a petición de quien
acredite tener interés jurídico para ello, y con la presencia de por lo menos dos testigos de
asistencia, abrirá el sobre y expedirá el o los certificados que procedan para acreditar los
derechos del sucesor en los términos de la ley."
Reformado, D.O.F. 27 de abril de 1993.
"Artículo 74. Al fallecimiento del ejidatario o comunero, el registro, a petición de quien
acredite tener interés jurídico para ello, consultará en el archivo de la delegación de que se
trate, y de ser necesario en el archivo central, si el titular de los derechos realizó el depósito
de la lista de sucesión preferencial; en caso afirmativo, el representante del registro ante la
presencia de por lo menos dos testigos de asistencia, abrirá el sobre y expedirá el o los
certificados que procedan para acreditar los derechos del sucesor en los términos de ley."
"Artículo 77. El registro deberá expedir los siguientes certificados:
"I. Certificados parcelarios; y
"II. Certificados de derechos sobre tierras de uso común."
"Artículo 78. El registro deberá expedir los siguientes títulos de propiedad:
"I. De origen parcelario;
"II. De solar urbano; y
"III. Sobre colonias agrícolas o ganaderas.
"Dichos títulos se turnarán al Registro Público de la Propiedad de la entidad federativa de que
se trate para su inscripción, una vez que se hayan cumplimentado los requisitos a que se
refiere el artículo siguiente del presente reglamento."
"Artículo 79. Tanto los certificados como los títulos serán autorizados y firmados por el
presidente de la República y contendrán en el anverso de los datos generales del beneficiario,
fecha del acta de asamblea que originó el documento, datos de identificación del predio y de
su inscripción, así como la fecha de su expedición con firma del director en jefe del registro."
Reformado, D.O.F. 27 de abril de 1993.
"Artículo 79. Tanto los certificados como los títulos, serán autorizados y firmados por el
presidente de la República y contendrán los datos generales del beneficiario, fecha del acta de
asamblea que originó el documento, datos de identificación del predio y de su inscripción, así
como la fecha de su expedición.
-44-
CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
"También podrán ser autorizados y firmados dichos certificados y títulos por el director en
jefe del Registro Agrario Nacional, pudiendo éste delegar esa facultad en los directores
generales y en los delegados del registro."
"Artículo 80. Las certificaciones se expedirán previa solicitud inscrita y serán respecto de las
inscripciones y anotaciones que obren en los archivos del registro, con excepción de los
índices, de los cuales no se expedirán copias certificadas o certificación alguna; ni de las
listas de sucesión, respecto de las cuales únicamente se podrá expedir al depositante la copia
certificada a que se refiere el capítulo X del título tercero del presente reglamento."
Se adiciona un segundo párrafo, D.O.F. 27 de abril de 1993.
"Artículo 80. ...
"Las certificaciones serán firmadas de manera autógrafa por el registrador y validadas con el
sello correspondiente, salvo en los casos a que se refiere el artículo 106 del presente
reglamento."
"Artículo 87. Los asientos de derechos parcelarios, los de tierras de uso común y de
explotación colectiva, se cancelarán cuando estos derechos sean motivo de trasmisión, en
cumplimiento de resolución judicial o administrativa."
"Artículo 89. Las anotaciones respectivas se cancelarán cuando lo ordene la autoridad
judicial competente, cuando caduque o se realice inscripción definitiva."
Artículo adicionado, entre otros, D.O.F. 27 de abril de 1993.
"Artículo 106. El director general de Registro y Asuntos Jurídicos y el director general de
Catastro Rural en su respectiva esfera de competencia, así como los delegados del registro,
podrán en cumplimiento del servicio registral, expedir las certificaciones de las inscripciones,
anotaciones y cancelaciones que obren en sus archivos, utilizando los medios electrónicos,
vigilando que los documentos que se expidan cuenten con los mismos elementos de
seguridad que contienen los medios manuales.
"Para estos efectos, el director en jefe procederá previamente a autorizar la firma electrónica
que deberá utilizarse temporal o definitivamente, validándose asimismo el documento con el
sello correspondiente."
A su vez, el Reglamento Interior del Registro Agrario Nacional, actualmente en vigor,
establece en lo conducente:
"Artículo 3o. Con el objeto de lograr el control de la tenencia de la tierra y la seguridad
-45-
CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
documental respecto de los predios rústicos, el registro tendrá a su cargo las funciones,
registral, de asistencia técnica y catastral, de conformidad con lo dispuesto por la ley y sus
reglamentos.
"Asimismo, el registro tendrá a su cargo las funciones de resguardo, acopio, archivo y
análisis documental del sector agrario, necesarias para el conocimiento de los problemas, la
identificación de las acciones y la evaluación de la gestión agraria."
"Artículo 4o. La función registral se llevará a cabo mediante las actividades de calificación,
inscripción y certificación de los actos y documentos en los que consten las operaciones
relativas a la propiedad ejidal y comunal; a los terrenos nacionales y los denunciados como
baldíos; a las colonias agrícolas y ganaderas; a las sociedades rurales; y a las sociedades
mercantiles o civiles propietarias de tierras agrícolas, ganaderas o forestales, así como los
relacionados con la organización social y económica de los núcleos agrarios."
"Artículo 6o. Derivado de la función registral, el registro inscribirá y resguardará los
documentos en los que consten los actos jurídicos a que se refiere el artículo 4o. de este
reglamento.
"Cuando los actos a que se refiere la ley y este reglamento deban inscribirse en el registro y
no se inscriban, sólo surtirán efectosentre los otorgantes, pero no podrán producir perjuicio a
terceros, quienes sí podrán aprovecharlos en lo que les fueren favorables."
"Artículo 14. Para el ejercicio de sus funciones y el despacho de los asuntos de su
competencia, el registro contará con las siguientes unidades administrativas:
"- Dirección en Jefe
"- Dirección General de Registro
"- Dirección General de Titulación y Control Documental
"- Dirección General de Catastro Rural
"- Dirección General de Asuntos Jurídicos
"- Dirección General de Finanzas y Administración
"- Dirección General de Delegaciones
"- Delegaciones
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
"- Unidad de Contraloría Interna
"Asimismo, para el mejor cumplimiento de sus objetivos, el registro contará con las
direcciones de área, subdirecciones, jefaturas de departamento, oficinas registrales y demás
módulos que se requieran, de conformidad con el presupuesto aprobado."
"Artículo 16. El registro estará a cargo de un director en jefe nombrado y removido
libremente por el titular del Ejecutivo Federal, a propuesta del secretario de la Reforma
Agraria."
"Artículo 17. Al director en jefe corresponde la representación, el trámite y resolución de los
asuntos de la competencia del registro, quien para la mejor distribución y desarrollo del
trabajo, tendrá las siguientes funciones:
"...
"II. Ser depositario de la fe pública registral y ejercitarla por sí o a través de los servidores
públicos que con base en este reglamento se determine;
"...
"V. Autorizar la apertura de la clave del sistema informático para realizar la inscripción del
acuerdo de asamblea de adopción de dominio pleno, y la expedición de los títulos
correspondientes;
"...
"VII. Dictar las disposiciones para la operación y administración del Archivo General
Agrario, para el procesamiento y expedición de certificados, títulos, planos y demás
documentos que generen las diversas unidades administrativas;
"...
"XVIII. Supervisar que las delegaciones cumplan con las disposiciones de la ley y sus
reglamentos, así como con la realización de los programas establecidos;
"...
"XXI. Autorizar a los servidores públicos subalternos la realización de actos jurídicos en su
representación, y
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
"XXII. Las demás que determine el secretario o le confieran otras disposiciones legales y
reglamentarias."
"Artículo 18. Corresponde a los directores generales:
"I. Dirigir, organizar y evaluar el funcionamiento y desempeño de las atribuciones
correspondientes a la dirección general a su cargo;
"...
"III. Suscribir los documentos relativos al ejercicio de sus atribuciones, así como preparar los
informes periódicos que le requiera el director en jefe;
"...
"VIII. Establecer y coordinar un sistema de seguimiento y control de las actividades del
registro en el área de sus atribuciones, y
"IX. Las demás facultades que determine el director en jefe o le confieran otras disposiciones
legales."
"Artículo 19. Corresponde a la Dirección General de Registro:
"I. Ejercitar la fe pública registral y vigilar que la calificación e inscripción de los actos y
documentos objeto de registro, la certificación de los asientos registrales se realicen conforme
a los criterios y lineamientos establecidos, así como expedir las constancias que de éstos se
soliciten;
"II. Autorizar los asientos y anotaciones, así como sus rectificaciones, reposiciones o
cancelaciones, en los términos de la ley y este reglamento;
"III. Vigilar la legalidad y exactitud con la que se practiquen las calificaciones, asientos
registrales, certificación de asientos y expedición de constancias;
"IV. Autorizar la apertura y reposición de folios agrarios a que se refiere el artículo 41 de este
reglamento;
"V. Calificar la inscripción del acuerdo de adopción de dominio pleno, respecto de ejidos y
colonias agrícolas y ganaderas;
-48-
CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
"VI. Calificar el acuerdo de extinción de los núcleos agrarios y resolver sobre la cancelación
de los asientos registrales correspondientes, conforme a lo establecido en el artículo 81 de
este reglamento;
"VII. Establecer el procedimiento para la recepción, depósito y control de las listas de
sucesión que realicen los ejidatarios y comuneros, con el auxilio del inventario
correspondiente;
"VIII. Calificar las transmisiones de derechos que amparen los títulos y certificados
parcelarios y de uso común;
"...
"XII. Mantener actualizada la información de los asuntos que conozcan las delegaciones, con
el propósito de establecer criterios para el mejor desempeño de la actividad registral, y
"XIII. Resolver los planteamientos que efectúen las delegaciones sobre la aplicación de los
criterios de calificación e inscripción."
"Artículo 20. Corresponde a la Dirección General de Titulación y Control Documental:
"I. Vigilar que se cumplan los criterios y procedimientos a que deberán sujetarse las
delegaciones, para el control, expedición y entrega de certificados y títulos, así como para la
destrucción de éstos;
"...
"III. Solicitar al Registro Público de la Propiedad y del Comercio de la entidad federativa que
corresponda, la inscripción de los títulos de propiedad que expida el registro;
"IV. Aplicar los criterios relativos al control, resguardo, operación y administración del
Archivo General Agrario;
"...
"VI. Expedir copias certificadas de los planos y documentos que obren en el Archivo General
Agrario; ..."
"Artículo 25. Las delegaciones tendrán las siguientes atribuciones:
"I. Ejercer la función registral mediante la calificación, inscripción y la certificación de los
-49-
CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
asientos de los actos y documentos objeto de registro;
"II. Inscribir los siguientes actos y documentos:
"a) Las resoluciones judiciales o administrativas a través de las cuales se constituyan,
modifiquen o extingan los núcleos agrarios;
"...
"k) El acta constitutiva de las formas asociativas para la explotación de parcelas con destino
específico y sus modificaciones;
"...
"n) La transmisión de derechos individuales por sucesión, la enajenación de derechos sobre
tierras de uso común y de derechos parcelarios, así como la renuncia de derechos sobre
tierras ejidales;
"o) El acta de aceptación y separación de ejidatarios, así como el reconocimiento de
posesionarios;
"p) Los certificados de derechos sobre tierras de uso común y los parcelarios;
"...
"s) Las declaratorias de los terrenos nacionales, así como los títulos que se originen;
"t) Los reglamentos internos de las colonias agrícolas y ganaderas, los títulos de propiedad
que se expidan por la adopción del dominio pleno, los cambios y los traslados de derechos
sobre dichas tierras y los acuerdos de cancelación, y
"u) Los demás documentos que contengan actos jurídicos que conforme a la ley y sus
reglamentos, deban inscribirse.
"...
"IV. Efectuar cuando proceda, la reposición de los folios y, en su caso, las rectificaciones y
anotaciones preventivas en los asientos registrales, así como llevar a cabo las tildaciones a
que hubiere lugar;
"V. Llevar el inventario de las listas de sucesión que depositen los ejidatarios y comuneros;
-50-
CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
"VI. Llevar a cabo el control, expedición y entrega de los certificados y títulos que prevé la
ley, así como la destrucción de éstos, cuando así proceda;
"VII. Cancelar cuando proceda conforme a derecho, la inscripción de los certificados
parcelarios, de derechos de uso común, los planos internos o de grandes áreas y censos
ejidales;
"...
"XV. Mantener actualizado estadísticamente el historial agrario, a través de la captura de la
información de las acciones que modifiquen la estructura agraria; ..."
"Artículo 26. En cada entidad federativa habrá una delegación a cargo de un delegado, quien
será auxiliado para el despacho de los asuntos de su competencia, por los subdelegados, jefes
de departamento y demás personal técnico y administrativo, necesario para el cumplimiento
de sus funciones, de conformidad con el presupuesto aprobado."
"Artículo 27. Los titulares de las delegaciones tendrán las siguientes facultades:
"I. Representar legalmente al registro dentro del ámbito territorial que se le asigne, así como
designar representantes para atender los asuntos jurídicos y contenciosos en los que el
registro sea parte;
"II. Ejercer en el ámbito de su competencia, la fe pública registral, vigilar la calificación e
inscripción de los actos y documentos objeto de registro y que la certificación de los asientos
registrales se realice conforme a los criterios y lineamientos establecidos, así como expedir
las constancias que se le soliciten; ..."
"Artículo 35. El sistema registral es el conjunto de normas y procedimientos que tienen por
objeto la calificación e inscripción de los actos jurídicos y documentos que conforme a la ley
y sus reglamentos deban registrarse, así como su ordenación en folios e integración de los
índices."
"Artículo 36. Son actos jurídicos que se pueden inscribir los que constituyan, transfieran,
modifiquen o extingan derechos y obligaciones respecto de:
"...
"IV. La delimitación y destino de las tierras al interior de los núcleos agrarios;
-51-
CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
"V. Los sujetos titulares de los derechos sobre las tierras a que se refiere la fracción anterior;
"...
"X. El uso y aprovechamiento de las tierras de los núcleos agrarios, ya sea que estos actos
provengan de acuerdos de la asamblea o de los ejidatarios individualmente considerados."
"Artículo 37. El registrador es el servidor público a quien compete examinar y calificar los
actos y documentos que deban inscribirse, así como realizar y autorizar anotaciones, asientos
y cancelaciones. ..."
"Artículo 38. El director en jefe habilitará a los registradores de entre los servidores públicos
del registro que, como depositarios de la fe pública registral, tendrán las siguientes funciones:
"I. Realizar la calificación de los actos jurídicos que deben inscribirse, a través del estudio
integral de los documentos que les sean turnados, de conformidad con la normativa aplicable;
"...
"III. Llevar a cabo la inscripción de los actos y documentos cuando así proceda y autorizar
cada asiento con su firma;
"...
"V. Realizar las certificaciones y expedir las constancias y copias certificadas que la ley y
este reglamento prevén. ..."
"Artículo 47. El registro sólo inscribirá aquellos acuerdos de asamblea relativos a la
aportación de tierras ejidales o comunales de uso común a una sociedad civil o mercantil, o
de adopción del dominio pleno sobre las parcelas ejidales, que hayan cumplido con los
requisitos establecidos en los artículos 75 y 81 de la ley, según sea el caso. Además deberá
haber verificado que:
"I. Las tierras de que se trate hayan sido delimitadas y asignadas conforme a la ley;
"II. El acta de delimitación, destino y asignación de tierras ejidales, se encuentre debidamente
inscrita en el folio correspondiente;
"III. Los planos internos del ejido cumplan con las normas técnicas emitidas al efecto por el
registro;
-52-
CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
"IV. El número total de ejidatarios señalados en el acta de asamblea de aportación de tierras
de uso común a una sociedad civil o mercantil o la de adopción de dominio pleno, coincida
con los sujetos con derechos vigentes reconocidos;
"V. Las personas que asuman el dominio pleno sobre sus parcelas sean los titulares del
derecho parcelario de que se trate, y
"VI. Los certificados de uso común, los parcelarios y los planos individuales, hayan sido
expedidos conforme a lo dispuesto en la ley, su reglamento y normas técnicas."
"Artículo 48. Una vez integrado debidamente el expediente relativo a los acuerdos a que se
refiere el artículo anterior, la delegación lo turnará a la Dirección General de Registro, quien
realizará la calificación registral a fin de que el director en jefe autorice su registro y la
expedición de los títulos correspondientes. Realizado lo anterior se remitirá el expediente a la
delegación para su inscripción."
"Artículo 53. Son documentos idóneos para acreditar los actos jurídicos que conforme a la
ley y a este reglamento deban registrarse en los folios agrarios:
"a) Las resoluciones judiciales o administrativas que reconozcan, creen, modifiquen o
extingan derechos ejidales o comunales;
"b) Los títulos o certificados que amparen derechos sobre solares, tierras de uso común y
parcelas de ejidatarios y comuneros;
"...
"d) La delimitación de las tierras a que se refiere el artículo 56 de la ley, así como los planos
resultantes de ésta;
"...
"h) Las resoluciones por las que se constituya, modifique o extinga el régimen de las colonias
agrícolas o ganaderas, así como las actas de asamblea por las que se modifique o extinga
dicho régimen;
"i) Los acuerdos de asamblea formalizados en instrumentos públicos por los que se creen,
transfieran, modifiquen o extingan derechos ejidales o comunales del núcleo de población o
de sus integrantes individualmente considerados, relativos a la forma de organización social y
económica del ejido y al uso, aprovechamiento o disposición de tierras ejidales o comunales;
-53-
CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
"...
"n) Los demás documentos que disponga la ley, sus reglamentos u otras disposiciones
legales."
"Artículo 56. Los registradores, con base en la función de calificación, examinarán bajo su
responsabilidad, cada uno de los documentos y actos jurídicos que en ellos consten, para
determinar si los mismos reúnen los requisitos de forma y fondo exigidos por la normativa
que los rija, a fin de garantizar el principio de legalidad.
"El registrador deberá cerciorarse de que no se ha presentado con anterioridad documento
alguno que contenga actos inscribibles que se opongan al que se solicita.
"La calificación puede ser positiva o negativa y deberá producirse en un plazo que no
excederá de sesenta días naturales, contado a partir de la fecha de presentación de la
documentación de que se trate. Será positiva cuando resuelva autorizar la inscripción
solicitada, y será negativa cuando resuelva denegar el servicio registral."
"Artículo 57. Las resoluciones administrativas de calificación deberán:
"I. Constar por escrito y con la firma autógrafa del servidor público autorizado para su
expedición;
"II. Estar debidamente fundadas y motivadas;
"III. Ser expedidas con el señalamiento de lugar y fecha de emisión, y
"IV. Dar respuesta integral a la solicitud."
"Artículo 89. El registro expedirá, conforme a lo dispuesto en el artículo 56 de la ley,
certificados parcelarios y de derechos sobre tierras de uso común, así como los títulos de
propiedad de origen parcelario, de solar urbano, y el de colonias agrícolas o ganaderas que,
conforme a las disposiciones aplicables, hayan adoptado el dominio pleno.
"El registro expedirá, a petición de la asamblea, los títulos de propiedad de solares urbanos
que resulten de la regularización de la tenencia de predios en los que se hayan constituido
asentamientos humanos irregulares, realizadas en los términos de los artículos 38 y 39 de la
Ley General de Asentamientos Humanos.
"Los títulos de propiedad se turnarán al Registro Público de la Propiedad y del Comercio de
la entidad federativa de que se trate para su inscripción, una vez satisfechos los requisitos a
-54-
CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
que se refiere el artículo 92 de este reglamento."
"Artículo 90. Se expedirán certificados de derechos agrarios siempre que así se ordene por
resolución jurisdiccional.
"Cuando dicha resolución no determine la expedición del certificado se expedirá constancia
que ampare la calidad de ejidatario o posesionario. Esto se aplicará únicamente para los
núcleos agrarios que no hubieren regularizado la tenencia de su tierra conforme a lo
establecido en el artículo 56 de la ley."
"Artículo 91. Se deberá expedir un certificado para cada una de las unidades parcelarias de
que sea titular el ejidatario o posesionario, de conformidad con el acta de asamblea de
delimitación, destino y asignación y el plano interno."
"Artículo 92. Tanto los certificados como los títulos, serán autorizados y firmados por el
director en jefe y contendrán los datos generales del beneficiario, fecha del acto jurídico que
originó el documento, datos de identificación del predio y de su inscripción, así como la
fecha de su expedición.
"También podrán ser firmados dichos certificados y títulos por los delegados del registro,
previa autorización del director en jefe."
"Artículo 93. Los posesionarios reconocidos con tal carácter por la asamblea, conforme a lo
dispuesto en el artículo 56 de la ley, podrán solicitar al registro la expedición de certificados
parcelarios de posesionario que deberán ostentar la siguiente leyenda: ‘El presente certificado
sólo acredita la calidad de posesionario’."
"Artículo 95. En el caso de extravío o destrucción de los certificados a que se refieren los
artículos 89 y 90 de este reglamento, el beneficiario podrá solicitar su reposición al registro,
caso en el cual se efectuará la anotación marginal de esta circunstancia en el folio respectivo.
El certificado deberá ostentar la leyenda de ‘reposición’, contendrá los datos de los asientos
registrales correspondientes y será autorizado por el delegado."
"Artículo 97. Cualquier persona podrá obtener información sobre los asientos registrales y
solicitar a su costa las constancias que las acrediten. Estas constancias e inscripciones harán
prueba plena en juicio y fuera de él.
"Asimismo, el registro podrá expedir copias certificadas de los documentos que obren bajo su
custodia, previo pago de los derechos correspondientes, a efecto de hacer constar que los
mismos son copia fiel de los originales o de sus reproducciones."
-55-
CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
"Artículo 9o. Para el mejor desarrollo de sus funciones registrales y catastrales en materia de
control de la tenencia de la tierra, los notarios públicos y los Registros Públicos de la
Propiedad y del Comercio deberán dar aviso al registro de:
"...
"Asimismo, los fedatarios públicos darán aviso al registro, de las listas de sucesión en las que
hayan intervenido y que contengan disposiciones sobre derechos agrarios, parcelarios y de
uso común."
"Artículo 84. El ejidatario tiene la facultad de designar a la persona que deba sucederle en sus
derechos sobre la parcela y en los demás inherentes a su calidad de ejidatario. La lista de
sucesión se podrá elaborar ante el registrador, quien verificará la autenticidad de la firma y la
huella digital del ejidatario.
"El ejidatario podrá formular una lista de sucesión en la que deberá designar a un sucesor
preferente de todos los derechos, sin perjuicio del señalamiento de los nombres de las
personas -y su preferencia- a quienes, en caso de imposibilidad para suceder del sucesor
preferente, deban adjudicarse los derechos ejidales y la calidad de ejidatario."
"Artículo 85. Las listas de sucesión y los avisos notariales de éstas permanecerán bajo el
resguardo del registro en sobre sellado y como anotaciones preventivas, firmado por el
registrador y el interesado con expresión de la fecha y hora de recepción. El registrador
expedirá al interesado la constancia del depósito."
"Artículo 86. Al fallecimiento del ejidatario o comunero, el registro a petición de quien
acredite tener interés jurídico para ello, consultará en el archivo de la delegación de que se
trate y, de ser necesario en el archivo central, si el titular de los derechos realizó el depósito
de la lista de sucesión; en caso afirmativo, el registrador ante la presencia del interesado y de
por lo menos dos testigos de asistencia, abrirá el sobre e informará el nombre de la persona
designada. Una vez que se presente dicha persona se asentarán los datos en el folio
correspondiente y se procederá a expedir el o los certificados respectivos que acrediten los
derechos."
"Artículo 87. Si existiera aviso de fedatario público sobre una lista de sucesión, el registrador
solicitará copia de ella, en cuyo caso, será válida la de fechaposterior y, previo cumplimiento
de las formalidades a que se refiere el artículo anterior, expedirá los certificados
correspondientes."
"Artículo 88. El posesionario podrá designar a la persona que deba sucederle en los derechos
que le fueron conferidos por la asamblea o por resolución judicial, en los mismos términos de
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
lo dispuesto por los artículos 84 y 85 de este reglamento."
De los preceptos reglamentarios transcritos se desprende que el Registro Agrario Nacional
está facultado, entre otras cosas, a inscribir la transmisión de derechos individuales por
sucesión.
Que para el ejercicio de sus atribuciones el Registro Agrario Nacional cuenta con un director
en jefe, quien tiene la representación del registro, es el depositario de la fe pública registral, a
él corresponde el trámite y resolución de los asuntos de la competencia del registro y es
auxiliado en sus funciones por directores, delegados, registradores y demás personal técnico
y administrativo y por honorarios, que requiera.
Que las Delegaciones del Registro Agrario Nacional, entre otras atribuciones, tienen las de:
- Tener en depósito y llevar el inventario de las listas de sucesión que depositen los
ejidatarios y comuneros.
- Verificar la autenticidad de la firma y la huella digital del ejidatario o comunero.
- Tener el control, expedir y entregar los certificados y títulos que prevé la Ley Agraria, tales
como los certificados parcelarios, de derechos sobre tierras de uso común, certificados
parcelarios de posesionario, títulos de propiedad de origen parcelario, de solar urbano, y de
colonias agrícolas o ganaderas.
- Expedir certificados y constancias de la inscripción y asientos que obren en sus respectivas
jurisdicciones.
- Inscribir: La transmisión de derechos individuales por sucesión; la enajenación de derechos
sobre tierras de uso común y de derechos parcelarios; la renuncia de derechos sobre tierras
ejidales; los certificados de derechos sobre tierras de uso común y los parcelarios; los títulos
de propiedad expedidos por la adopción del dominio pleno; los cambios y los traslados de
derechos sobre las tierras y los acuerdos de cancelación; todas las resoluciones judiciales o
administrativas que reconozcan, creen, modifiquen o extingan derechos ejidales o comunales.
- Cancelar la inscripción de los certificados parcelarios, de derechos de uso común y censo
ejidal.
- Efectuar la reposición y rectificación de folios y asientos registrados y las tildaciones a que
haya lugar.
- Llevar el archivo de la lista de sucesión que depositen los ejidatarios.
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
Los delegados son auxiliados por los subdelegados, jefes de departamento, registradores,
jefes de oficina y demás personal técnico y administrativo necesario para el cumplimiento de
sus funciones.
Que los registradores delegacionales están facultados para realizar la calificación registral de
los actos y documentos que deban inscribirse determinando la procedencia o improcedencia
del registro; llevar a cabo la inscripción de los actos y documentos cuando así proceda;
cerciorarse que no se ha presentado con anterioridad documento alguno que contenga actos
inscribibles oponibles al que se solicita inscribir; realizar, supervisar, vigilar y autorizar
anotaciones, asientos y cancelaciones y que se practiquen en los folios correspondientes
autorizando cada uno con su firma; dar cuenta a su inmediato superior, de los fundamentos y
resultados de la calificación; y, realizar las certificaciones y expedir las constancias y copias
certificadas.
Que las inscripciones en el Registro Agrario Nacional y las constancias que de ellas se
expidan, hacen prueba plena en juicio y fuera de él; y cuando los actos a que se refiere la Ley
Agraria deban inscribirse en el registro y no se inscriban sólo surten efectos entre los
otorgantes pero no producen perjuicio a terceros, quienes sí pueden aprovecharlos en lo que
les sean favorables.
Asimismo, se desprende que a partir del once de agosto de mil novecientos noventa y dos, y
hasta el veintiséis de abril de mil novecientos noventa y tres, el presidente de la República es
la única autoridad facultada para autorizar y firmar todos los certificados y títulos expedidos
por el Registro Agrario Nacional.
Que a partir del veintisiete de abril de mil novecientos noventa y tres, y hasta el nueve de
abril de mil novecientos noventa y siete, además del presidente de la República, el director en
jefe del Registro Agrario Nacional, los directores generales y los delegados del registro, estos
dos con autoridad delegada por el director en jefe, podían también autorizar y firmar los
certificados y títulos expedidos por el Registro Agrario Nacional.
Que a partir del día diez de abril de mil novecientos noventa y siete, corresponde al director
en jefe o a los delegados del registro, previa autorización del director en jefe, autorizar y
firmar tanto los certificados como los títulos expedidos por el Registro Agrario Nacional, y
contener los datos generales del beneficiario, fecha del acto jurídico que originó el
documento, datos de identificación del predio y de su inscripción, así como la fecha de su
expedición.
Que a partir del doce de agosto de mil novecientos noventa y dos, corresponde al director
general de Titulación y Control Agrario verificar que los certificados y títulos sean
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
entregados a los interesados o remitidos a los Registros Públicos de la Propiedad y concentrar
la información relativa a las listas de sucesión, depositadas en el registro.
Que a partir del veintisiete de abril de mil novecientos noventa y tres, se le denomina director
general de Certificación, Titulación e Inscripción de Sociedades, y le corresponde verificar la
correcta tramitación de los certificados y títulos, así como que sean remitidos cuando proceda
a los Registros Públicos de la Propiedad y entregados con la debida oportunidad a los
interesados, y concentrar la información relativa a las listas de sucesión, depositadas en el
registro; y, a partir del diez de abril de mil novecientos noventa y siete, se le denomina
director general de Titulación y Control Documental, y le corresponde vigilar que se cumplan
los criterios y procedimientos a que se deben sujetar las delegaciones, para el control,
expedición y entrega de certificados y títulos, así como para la destrucción de éstos;
concentrar la información relativa a las listas de sucesión, depositadas en el registro; y,
expedir copias certificadas de los planos y documentos que obren en el Archivo General
Agrario.
Que a partir del diez de abril de mil novecientos noventa y siete, y con independencia de las
demás autoridades del Registro Agrario Nacional a quienes también se les encomienda,
corresponde a la Dirección General de Registro ejercer la fe pública registral; vigilar que la
calificación e inscripción de los actos y documentos objeto de registro y la certificación de
los asientos registrales se realicen conforme a los criterios y lineamientos establecidos;
expedir las constancias que de esos actos y documentos se soliciten; autorizar los asientos y
anotaciones, así como sus rectificaciones, reposiciones o cancelaciones; vigilar la legalidad y
exactitud con la que se practican las calificaciones, asientos registrales, certificación de
asientos y expedición de constancias; calificar la inscripción del acuerdo de adopción de
dominio pleno, respecto de ejidos y colonias agrícolas y ganaderas; establecer el
procedimiento para la recepción, depósito y control de las listas de sucesión que realicen los
ejidatarios y comuneros, con el auxilio del inventario correspondiente; y, calificar las
transmisiones de derechos que amparen los títulos y certificados parcelarios y de uso común.
Así, los directores generales deben suscribir los documentos relativos al ejercicio de sus
atribuciones, así como preparar los informes periódicos que le requiera el director en jefe.
Sentado lo anterior, es posible concluir que el Registro Agrario Nacional está facultado
legalmente para expedir, entre otros, certificados parcelarios, certificados de derechos sobre
las tierras de uso común, certificados parcelarios de posesión, títulos de solares, títulos de
propiedad de origen parcelario, títulos de propiedad que tengan como origen un solar; a
inscribir en sus asientos la expedición de tales documentos, las operaciones originales y las
modificaciones que sufra la propiedad de las tierras, los derechos legalmente constituidos
sobre la propiedad ejidal y comunal y las correspondientes a la propiedad de sociedades, así
como a inscribir la transmisión de derechos agrarios por sucesión y a expedir constancias y
copias certificadas de las inscripciones y documentos que expida, las cuales hacen prueba
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
plena en juicio y fuera de él.
Por todo lo anterior, es claro que tanto los certificados parcelarios, expedidos por el Registro
Agrario Nacional, a través de cualquiera de las autoridades facultadas para tal efecto por la
Ley Agraria y el Reglamento Interior del Registro Agrario Nacional, como las constancias
expedidas por dicho registro, relativas a la inscripción en sus asientos de la transmisión de
derechos parcelarios por sucesión, ya sea testamentaria o legítima, y las sentencias o
resoluciones de los tribunales agrarios, que hagan las veces de tales certificados, acreditan
tanto la calidad de ejidatario, como los derechos de éste sobre la parcela; de manera que las
copias certificadas de esos documentos y constancias que expida la mencionada institución,
hacen prueba plena tanto en juicio como fuera de él.
Así es, ya sean aquellos documentos originales o se trate de la copia certificada de los
mismos, expedida por la autoridad facultada para hacerlo, son todas ellas constancias
suficientes e idóneas para acreditar aquello a lo que su contenido se refiere, y así debe ser
considerado por todas las autoridades.
Ahora bien, desde luego que los certificados parcelarios y las constancias relativas a la
inscripción en el Registro Agrario Nacional de la transmisión de derechos parcelarios por
sucesión, ambos expedidos por dicho registro, son documentos de naturaleza jurídica distinta;
sin embargo, y como más adelante se habrá de evidenciar, ello no es obstáculo para
considerar, como se hizo en el párrafo anterior, que tanto unos como las otras, son
considerados por la Ley Agraria y el Reglamento Interior del Registro Agrario Nacional,
como suficientes e idóneos para justificar plenamente que los derechos sobre una
determinada parcela corresponden a la persona en favor de quien se expidió.
En efecto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 17 de la Ley Agraria, es facultad
del ejidatario hacer la designación de la persona que deba sucederle en sus derechos
parcelarios y en los demás inherentes a su calidad de ejidatario (sucesión testamentaria), y
para que ejercite ese derecho y la designación sea válida, basta que formule una lista de
sucesión en la que consten los nombres de las personas y el orden de preferencia conforme al
cual se deba hacer la adjudicación de derechos a su fallecimiento, y deposite esa lista en el
Registro Agrario Nacional o la formalice ante fedatario público (con las mismas formalidades
puede modificar esa lista, en cuyo caso es válida la de fecha posterior).
Al respecto, y en lo conducente, es aplicable la jurisprudencia 11/2000 de esta Segunda Sala,
publicada en la página 231, Novena Época, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Tomo XI, febrero de 2000, que dice:
"SUCESIÓN DE DERECHOS AGRARIOS. LA ÚLTIMA VOLUNTAD DEL
EJIDATARIO FORMULADA EN TESTAMENTO NOTARIAL ES SUSCEPTIBLE DE
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
REVOCAR O MODIFICAR LA LISTA DE SUCESIÓN INSCRITA EN EL REGISTRO
AGRARIO NACIONAL HECHA CON ANTERIORIDAD. El artículo 17 de la Ley Agraria,
que tiene por objeto proteger al ejidatario en sus derechos agrarios, establece, sin mayores
formalismos, que tiene derecho de designar a quien o quienes deban sucederle en el goce de
sus derechos sobre la parcela ejidal mediante un trámite ágil, práctico y sencillo, con la
simple formulación de una lista de sucesión, que debe depositar en el Registro Agrario
Nacional o formalizada ante fedatario público, pero nada impide que también exprese su
última voluntad, a través de testamento en los términos de las leyes civiles, modificando o
revocando aquella lista, pues si la misma Ley Agraria le concede derecho de revocar o
modificar una lista anterior con las mismas formalidades con que se hubiera realizado, con
mayor razón podrá hacerlo en un testamento notarial."
Enseguida, el delegado del Registro Agrario Nacional, el registrador delegacional o el
director general del registro (éste último a partir del diez de abril de mil novecientos noventa
y siete) indistintamente, deben calificar la lista de sucesores que deba quedar inscrita y en
depósito del propio registro, verificar la autenticidad de la firma y la huella digital del
ejidatario o comunero y determinar la procedencia o improcedencia de la inscripción.
Posteriormente, al fallecer el ejidatario o comunero, el registro, a petición de quien acredite
tener interés jurídico para ello, debe consultar en el archivo de la delegación de que se trate y,
de ser necesario en el archivo central, si el titular de los derechos realizó el depósito de la
lista de sucesión; en caso afirmativo, el registrador ante la presencia del interesado y de por lo
menos dos testigos de asistencia, debe abrir el sobre en el que se contiene la lista e informar
el nombre de la persona designada, y una vez que se presente dicha persona se deben asentar
los datos en el folio correspondiente y proceder a expedir el o los certificados respectivos.
En el anterior orden de ideas, el Registro Agrario Nacional debe inscribir la transmisión de
derechos agrarios por sucesión testamentaria una vez cumplidos todos los requisitos
administrativos señalados para que la transmisión sea válida, es decir, a) Que el ejidatario
haya hecho designación de sucesores de sus derechos agrarios en una lista en la que consten
los nombres de las personas y el orden de preferencia conforme al cual se deba hacer la
adjudicación de derechos a su fallecimiento; b) Que esa lista esté inscrita y en depósito en el
Registro Agrario Nacional, lo que supone legalmente que aquél verificó la autenticidad de la
firma y la huella digital del ejidatario o comunero; o que esté formalizada dicha lista ante
fedatario público; c) Que al fallecer el ejidatario o comunero, y siempre que la lista haya
estado en depósito del registro, el registrador, ante la presencia del interesado y de por lo
menos dos testigos de asistencia, haya abierto el sobre en el que se contiene la lista de
sucesores y haya informado el nombre de la persona designada; d) Que se presente la persona
designada; e) Es entonces cuando se deben asentar los datos en el folio correspondiente para
que quede inscrita la transmisión de esos derechos agrarios por sucesión, y formalizada la
adjudicación de los mismos; y, f) Finalmente, el Registro Agrario Nacional debe expedir el o
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
los certificados agrarios respectivos, autorizados y firmados por la autoridad facultada para
ello -el presidente de la República, el director en jefe del Registro Agrario Nacional, los
directores generales o los delegados del registro, estos dos con autoridad delegada por el
director en jefe (a partir del veintisiete de abril de mil novecientos noventa y tres, y hasta el
nueve de abril de mil novecientos noventa y siete), el director en jefe o los delegados del
registro, previa autorización del director en jefe (a partir del día diez de abril de mil
novecientos noventa y siete)-.
Por último, no es el caso, por no ser materia de la denuncia de contradicción que se resuelve,
el analizar lo relativo a la forma de llevar a cabo la transmisión y adjudicación de los
derechos agrarios por sucesión legítima, institución que se contempla en el artículo 18 de la
Ley Agraria; en cambio, sí se debe precisar, por ser materia de este estudio, que ya sea que se
trate de la sucesión testamentaria de derechos agrarios a que se refiere el artículo 17 de la ley
en consulta o de la sucesión legítima de derechos agrarios a que se refiere el numeral 18 de la
misma ley, en cualquiera de tales casos, si existe controversia por la sucesión de los derechos
agrarios, son los tribunales agrarios los facultados y competentes para resolver la contienda,
de conformidad con lo dispuesto en los artículos 163 y 164 de la Ley Agraria y 1o. y 18,
fracción VII, de la Ley Orgánica de los Tribunales Agrarios.
En cambio, en la vía de jurisdicción voluntaria a que se refiere el artículo 165 de la Ley
Agraria, mismo que establece: "Los tribunales agrarios, además, conocerán en la vía de
jurisdicción voluntaria de los asuntos no litigiosos que les sean planteados, que requieran la
intervención judicial, y proveerán lo necesario para proteger los intereses de los solicitantes.",
no es posible tramitar la sucesión testamentaria de derechos agrarios, toda vez que al respecto
no se requiere la intervención judicial, habida cuenta que, como ya se precisó, la Ley Agraria
y el Reglamento Interior del Registro Agrario Nacional establecen para tal caso un
procedimiento administrativo cuyas etapas son: a) Que el ejidatario haga designación de
sucesores de sus derechos agrarios en una lista en la que consten los nombres de las personas
y el orden de preferencia conforme al cual se deba hacer la adjudicación de derechos a su
fallecimiento; b) Que esa lista se inscriba y deje en depósito del Registro Agrario Nacional,
lo que supone legalmente que aquél verificó la autenticidad de la firma y la huella digital del
ejidatario o comunero, o que se formalice dicha lista ante fedatario público; c) Que al fallecer
el ejidatario o comunero, y siempre que la lista esté en depósito del registro, el registrador,
ante la presencia del interesado y de por lo menos dos testigos de asistencia abra el sobre en
el que se contiene la lista de sucesores e informe el nombre de la persona designada; d) Que
se presente la persona designada; e) Que se asienten los datos en el folio correspondiente, de
manera que quede así inscrita la transmisión de los derechos agrarios por sucesión y
formalizada la adjudicación de los mismos; y, f) Que el Registro Agrario Nacional expida el
o los certificados agrarios respectivos, autorizados y firmados por la autoridad facultada para
ello.
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
Todo lo anteriormente expuesto lleva a este órgano colegiado a concluir que en términos del
artículo 195 de la Ley de Amparo, deben prevalecer con carácter de jurisprudencia los
siguientes criterios contenidos en las tesis que deberán identificarse con el número que les
corresponda y que quedan redactadas bajo los siguientes rubros y textos:
REGISTRO AGRARIO NACIONAL. LOS DOCUMENTOS EXPEDIDOS POR ÉL, EN
EJERCICIO DE SUS FUNCIONES DE CONTROL DE TENENCIA DE LA TIERRA Y
SEGURIDAD DOCUMENTAL, HACEN PRUEBA PLENA. De conformidad con los
artículos 16, 17, 78, 56, último párrafo, 68, 69, 74, 80, 82, 148 y 150 a 156 de la Ley Agraria;
1o., 2o., 7o., 9o., 12, 17, 18, 19, 20, 72 a 74, 77, 78 y 79 del Reglamento Interior del Registro
Agrario Nacional, en vigor hasta el nueve de abril de mil novecientos noventa y siete; y 3o.,
4o., 6o., 9o., 13, 14, 16, 17, 18, 19, 25, 26, 27, 38, 48, 84 a 89, 90, 92, 93 y 97 del
Reglamento Interior del Registro Agrario Nacional, en vigor a partir del diez de abril de mil
novecientos noventa y siete, corresponde al Registro Agrario Nacional, en ejercicio de las
funciones de control de tenencia de la tierra y seguridad documental, expedir certificados y
títulos de naturaleza agraria, así como inscribir en sus asientos el despacho de tales
documentos, las operaciones originales y las modificaciones que sufra la propiedad de las
tierras, los derechos legalmente constituidos sobre la propiedad ejidal, comunal y las
correspondientes a la propiedad de sociedades; así como inscribir la transmisión de
derechosagrarios por sucesión, y extender las constancias y copias certificadas de sus
inscripciones y documentos. Por ende, tanto los certificados parcelarios como las constancias
relativas a la inscripción de la transmisión de derechos agrarios por sucesión, ya sea
testamentaria o legítima, expedidos por aquél a través de cualquiera de las autoridades
facultadas para tal efecto, como las sentencias o resoluciones de los tribunales agrarios, que
hagan las veces de certificados parcelarios, acreditan tanto la calidad de ejidatario, como los
derechos de éste sobre la parcela, y son suficientes e idóneos para justificar en juicio o fuera
de él aquello a lo que su contenido se refiere.
DERECHOS AGRARIOS. PARA SU TRANSMISIÓN POR SUCESIÓN
TESTAMENTARIA BASTA SEGUIR EL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO QUE
ESTABLECEN EL ARTÍCULO 17 DE LA LEY AGRARIA Y LOS DIVERSOS
NUMERALES DEL REGLAMENTO INTERIOR DEL REGISTRO AGRARIO
NACIONAL.-De conformidad con lo dispuesto en los artículos 17 de la Ley Agraria; 72 a 74
del Reglamento Interior del Registro Agrario Nacional, en vigor hasta el nueve de abril de
mil novecientos noventa y siete; y 9o., 13 y 84 a 88 del Reglamento Interior del Registro
Agrario Nacional, vigente a partir del diez de abril de mil novecientos noventa y siete, para la
transmisión y titulación de bienes, derechos y obligaciones en materia agraria por sucesión
testamentaria, basta seguir las etapas del procedimiento administrativo previsto en los
ordenamientos mencionados, a saber: a) Que el ejidatario haya hecho designación de
sucesores de sus derechos en una lista en la que consten los nombres de las personas y el
orden de preferencia conforme al cual se deba hacer la adjudicación de derechos a su
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
fallecimiento; b) Que esa lista se inscriba y deje en depósito del Registro Agrario Nacional,
lo que supone que éste verificó la autenticidad de la firma y la huella digital del ejidatario o
comunero, o que se formalice ante fedatario público; c) Que al fallecer el ejidatario o
comunero, dicha dependencia, a petición de quien acredite tener interés jurídico, consulte en
el archivo de la delegación de que se trate y, de ser necesario, en el archivo central, si el
titular de los derechos realizó el depósito de la lista de sucesión, en caso afirmativo, el
registrador, ante la presencia del interesado y de por lo menos dos testigos de asistencia,
abrirá el sobre en el que se contiene la lista de sucesores e informará el nombre de la persona
designada; d) Que ésta se presente; e) Que se asienten los datos en el folio correspondiente,
de manera que quede así inscrita la transmisión de derechos agrarios por sucesión y
formalizada su adjudicación; y f) Que el Registro Agrario Nacional expida el o los
certificados respectivos, autorizados y firmados por la autoridad facultada para ello.
Por lo expuesto y fundado, se resuelve:
PRIMERO.-No existe contradicción entre las tesis sustentadas por el Primer Tribunal
Colegiado en Materias Administrativa y de Trabajo del Séptimo Circuito, al resolver los
juicios de amparo directo 1193/97, 942/97, 551/99, 1486/97 y 552/99, y el Cuarto Tribunal
Colegiado del Vigésimo Segundo Circuito, al resolver el juicio de amparo directo 277/2001,
como se precisa en el considerando quinto de este fallo.
SEGUNDO.-Sí existe contradicción entre las tesis sustentadas por el Primer Tribunal
Colegiado en Materias Administrativa y de Trabajo del Séptimo Circuito, al resolver los
juicios de amparo directo 1193/97, 942/97, 551/99, 1486/97 y 552/99, y el Cuarto Tribunal
Colegiado del Vigésimo Segundo Circuito, al resolver el juicio de amparo directo 277/2001,
en los términos que se precisan en el considerando sexto de este fallo.
TERCERO.-Deben prevalecer, con carácter de jurisprudencia, los criterios sustentados por
esta Segunda Sala bajo las tesis redactadas en el último considerando de esta resolución y que
coinciden, sustancialmente, con el sostenido por el Cuarto Tribunal Colegiado del Vigésimo
Segundo Circuito.
Notifíquese; remítase testimonio de esta resolución a los Tribunales Colegiados
contendientes y las tesis jurisprudenciales que se establecen en esta resolución a la
Coordinación General de Compilación y Sistematización de Tesis, así como de la parte
considerativa correspondiente para su publicación en el Semanario Judicial de la Federación
y su Gaceta, y hágase del conocimiento del Pleno y de la Primera Sala de esta Suprema Corte
y de los Tribunales Colegiados de Circuito y Juzgados de Distrito las tesis jurisprudenciales
que se sustentan en la presente resolución, en acatamiento a lo previsto en el artículo 195 de
la Ley de Amparo; y, en su oportunidad, archívese el toca.
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 117/2001-SS.
Así lo resolvió la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por unanimidad
de cuatro votos de los señores Ministros: Juan Díaz Romero, Sergio Salvador Aguirre
Anguiano, Guillermo I. Ortiz Mayagoitia y presidente José Vicente Aguinaco Alemán.
Ausente el Ministro Mariano Azuela Güitrón, por desempeño de una comisión oficial. Fue
ponente el segundo de los Ministros antes mencionados.
Nota: Los rubros a que se alude al inicio de esta ejecutoria corresponden a las tesis 2a./J.
20/2002 y 2a./J. 21/2002, publicadas en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Novena Época, Tomo XV, marzo de 2002, páginas 197 y 261, respectivamente.
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