Sr - Business & Human Rights Resource Centre

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Sr. D. Iván Darío González Ortiz
Vicepresidente Médico
ARS Popular
Santo Domingo
26 de octubre de 2004
Estimado doctor González.
Le agradezco sinceramente que hiciera el esfuerzo por venir hasta San José de Los Llanos
con el fin de conversar sobre las deficiencias que existen en los bateyes en lo que a la
salud de sus asegurados respecta.
Nos sorprende sin embargo no haber tenido noticia alguna de usted después de haberse
cumplido ampliamente el plazo de quince días que ustedes mismos acordaron para
ponerse en contacto con nosotros con un plan que respondiera más eficazmente a las
necesidades de los trabajadores del Consorcio Vicini, de manera particular los
trabajadores y sus familias residentes en los bateyes.
Como seguro sabrá, hemos mantenido a partir de aquel encuentro un contacto casi diario
con el doctor Hugo Zapata, cuya generosidad y prontitud para ayudar y colaborar no
podemos dejar de resaltar. Sin embargo, este mismo dato – paradójicamente – es
expresión de la inoperancia del sistema de salud que como ARS ofrecen a sus clientes.
Los casos de Jakson y Janeta, ambos del batey de Sabana Tosa y ambos necesitados de
cirugía urgente (Jakson, el que necesitaba la sangre) es la mejor expresión de la
imposibilidad de hecho que tienen sus asegurados de acceder a sus servicios de salud.
Las continuas llamadas telefónicas, los incontables viajes con los vehículos de la
parroquia entre el batey y el listero, entre el batey y la clínica de Copeyito, las repetidas
intervenciones del doctor Zapata, tanto ante la empresa como en los hospitales y clínicas,
son prueba más que elocuente de la inoperancia del sistema y el mal diseño del mismo.
Doctor González, permítame serle más explicito. Las dificultades que sus afiliados
experimentan a la hora de acceder a los servicios de salud, no se deben a causas
extemporáneas o accidentales sino que se trata de un error fundamental de corte
estructural que en su presencia cuando nos visitó en San José de Los Llanos le califiqué y
lo vuelvo a reiterar ahora además con más fundamento y conocimiento de causa, de
fraudulento.
El fraude consta de cuatro componentes o actores: 1.- el afiliado; 2.- la empresa Vicini;
3.- la Aseguradora de Riesgos de Salud POPULAR y por último; 4.- los hospitales y
clínicas privadas.
Vamos por partes:
1.- El asegurado:
a) Es el que día a día de su pírrico sueldo cotiza a una compañía de seguros que
previamente ha seleccionado la empresa Vicini para la cual trabaja. Ese dinero
que se le descuenta es el que le da derecho a acceder a una serie de servicios de
salud.
b) Al asegurado jamás – ni la ARS ni la Casa Vicini – le han explicado los derechos
que tiene por el dinero que se le descuenta.
c) Nunca se le ha preguntado su opinión respecto a los servicios que recibe.
d) En realidad, el asegurado paga sin tener la menor idea de lo que paga ni para qué
lo paga.
2.- La Empresa Vicini:
a) Es la Empresa la que ha contratado a la ARS. La Compañía afilia a tres mil
empleados (3.000) de sus tres ingenios: CAEI, Angelina y Cristóbal Colón. Lo
cual es una estafa porque esa cantidad de ninguna manera responde al número real
de trabajadores de la Empresa que día a día de sus miserables sueldos pagan su
seguro. Comprenda a este respecto que en tiempo de zafra (nueve meses del año)
sólo en el Colón hay más de siete mil trabajadores y dependientes. A demás, para
su información, no deja de ser irónico que durante el tiempo de zafra sólo en el
ingenio trabajan tres mil trabajadores en tres turnos de ocho horas. Es decir, la
misma cantidad que el total del número asegurados que ha declarado la Casa
Vicini a la ARS Popular. En otras palabras, un estafa en toda regla ¿y los miles y
miles de los moradores de los bateyes? ¿y los miles de picadores que están apunto
de llegar para una nueva zafra? ¿y los miles de cónyuges y sus hijos? Pero a todos
esos miles y miles de trabajadores, a TODOS les descuentan un por ciento de
cada pago para el seguro. Un fraude, un robo del que directa o indirectamente
ustedes son cómplices.
b) Es un fraude no afiliar en la ARS a todos los trabajadores de la empresa cuando
todos los trabajadores de la empresa están pagando por esos servicios.
c) La Casa Vicini no facilita de ninguna manera un transporte eficaz para que los
trabajadores puedan llegar a los puntos de salud (hay bateyes que ni siquiera
tienen listero, ejemplo: el listero de Sabana Tosa trabaja en el batey de Cánepa y
vive en Copeyito).
d) Aún en los casos en que se consigue la ambulancia, los caminos están en
condiciones tan deplorables que es imposible que pueda llegar dicho vehiculo
donde se encuentran los trabajadores y sus familias enfermos o heridos.
3.- La ARS Popular:
a) No le explica a sus clientes cuales son sus derechos.
b) Por propia admisión, tienen apenas dos clínicas en Angelina y una en CAEI. Lo
cual es como si no tuvieran servicio de salud ninguno los habitantes de los
aproximadamente quince bateyes de ambos ingenios. Esto, además, denota que a
la Compañía en realidad sólo le interesa ofrecer servicios de salud a los
trabajadores de los ingenios. En su mayoría dominicanos, que son los que
ostentan los mejores empleos.
c) En el caso del Colón la realidad es incluso más patética: existe una sola clínica en
el batey central donde sólo acceden de hecho los trabajadores del ingenio, dado
que la clínica está a tantísimos kilómetros de distancia de los bateyes. Es evidente
que nadie que viva en un batey y tenga necesidad de servicios de salud en los
bateyes va a recurrir a la clínica del central. Téngase en cuenta a este respecto que
en comparación de los trabajadores esparcidos por los cañaverales, los
trabajadores que laboran en el ingenio son un número muy reducido.
Curiosamente, la clínica de ustedes en el batey central, se denomina entre los
trabajadores “la clínica para los del ingenio”.
d) Copeyito es otra perfecta expresión de la injusta y absurda distribución de sus
muy escasos servicios de salud ¿a quién beneficia esta clínica? En la práctica a los
jefes que habitan dicho batey, a los de las oficinas, a los que tienen vehículos.
Está situada en la misma carretera de Los Llanos con lo que la entrada y salida es
muy cómoda.
e) Y ¿qué le ofrece la ARS POPULAR a los siete mil trabajadores restantes que
viven en los restantes veintitrés bateyes del Colón? NADA, una inaccesible
clínica en el batey Laura y nada más.
f) Según entendemos por el doctor Zapata, las únicas medicinas a las que
gratuitamente tienen acceso sus afiliados, son las que en ese momento tienen en
stock en la clínica rural. Si, por ejemplo, en la misma clínica rural, o en la clínica
de SPM (si el paciente tiene la suerte de llegar) les recetan un medicamento que
no tienen en ese momento en la clínica, corre por cuenta del paciente comprarla.
g) Como tienen tan pocas clínicas que de verdad sirvan a las necesidades de salud de
sus afiliados, lo que hacen los pacientes en su desesperación, es recurrir a los
hospitales de salud pública para los servicios médicos y a la Iglesia para que se les
done los medicamentos. El hecho de que cientos y cientos de sus afiliados no
recurra a sus servicios ¿no les dice algo? ¿no es el indicador más elocuente de la
inoperancia de sus servicios? ¿no es clara expresión de que lo que hace la ARS es
un fraude, ya que cobra por unos servicios que no ofrece?
h) Es completamente absurdo que el acceso a los servicios de salud de la ARS
Popular dependa del listero: un empleado con escasa educación, nula idea de
medicina, un empleado igual que el asegurado que a su capricho ejerce un poder
sobre un compañero, que no le corresponde.
i) Por todo lo dicho anteriormente, es más que evidente que la responsabilidad de la
ARS Popular está seriamente comprometida en la medida en que la cobertura
contratada es muy baja cuando el número de afiliados es inmensa.
j) Por último, ¿serían tan amables de explicarnos cual es el estatus del
funcionamiento de estas clínicas rurales? ¿son centros de referimiento
correspondientes al primer nivel de atención primaria pertenecientes a la ARS
Popular? En caso afirmativo, esto viola las disposiciones del Art. 122 de la Ley
87/01 sobre El Sistema Dominicano de Seguridad Social, es decir, la prohibición
expresa de que las ARS sean al mismo tiempo PPS (Prestadoras de Servicios de
Salud), en caso contrario ¿Cuál es la prestadora que está ofreciendo estos
servicios?
Lo que es evidente además es que no se están cumpliendo los requerimientos mínimos
establecidos en el Art 152 de la Ley 87/01, que norma los niveles de atención, condición
esta que es un requisito fundamental para la habilitación de las ARS, a saber:
1.-
Un nivel de atención primaria como puerta de entrada a la red de servicios,
con atención profesional básica a la población a su cargo, dotado de
adecuada capacidad resolutiva y centrado en la prevención, en el formato
de la salud, en acciones de vigilancia y en el seguimiento de pacientes
especiales, que cubra la emergencia y la atención domiciliaria.
2.-
Un nivel de atención ambulatoria especializada con capacidad profesional
y tecnológica para atender a los pacientes referidos desde el primer nivel
de atención.
3.-
Un nivel de hospitalización general y complejo dotado de los recursos
humanos y tecnológicos para atender la demanda de pacientes que
requieren internamiento y cirugía referidos por los niveles ambulatorios o
por emergencias.
4.-
Un sistema de referencia desde el nivel de atención primaria hacia la
atención ambulatoria especializada, y/o hospitalización general y compleja
y viceversa.
Seria importante recordar que la Ley 87/01 que crea el Sistema Dominicano de Seguridad
Social, en el Capitulo IV destinado a las Administradoras de Riesgos y Seguro Nacional
de Salud establece como funciones principales:
a) Asumir el riesgo de garantizar a los beneficiarios una protección de
calidad, oportuna y satisfactoria.
b) Racionalizar el costo de los servicios logrando niveles adecuados de
productividad y eficiencia.
c) Coordinar la Red de Proveedores de Servicios de Salud para maximizar
su capacidad resolutiva.
Sea cual fuere el caso de que se trate se esta incurriendo en violaciones graves y
flagrantes en la medida en que los referidos centros no cumplen con las condiciones
mínimas establecidas en la ley de referencia.
4.- Las clínicas privadas:
a) Las clínicas y hospitales con los que tienen acuerdos, ofrecen, como ya les
indiqué en nuestra comunicación anterior, un servicio deficiente y en muchos
casos un trato vejatorio, de manera particular a los trabajadores de origen haitiano.
b) Cobran a los pacientes por servicios a los que tienen derecho (ejemplo de la
sangre), recetan medicamentos que deberían ser facilitados por la ARS o el
mismo hospital, pero que por no saberlo el beneficiario, termina pagando el
paciente (o la Iglesia) por ignorar sus derechos, con lo cual el beneficio es en
última instancia para la ARS que se ahorra dicho desembolso
FINALMENTE
Es obvio por todo lo expuesto que los servicios de salud que la ARS Popular ofrece a los
trabajadores de los tres ingenios de la Casa Vicini son escasos en cantidad y deficientes
en calidad, además de abusivos por fraudulentos. Es evidente que necesitan más clínicas
rurales, con más personal y más medicamentos; que tienen que mejorar el acceso a dichos
centros de salud y el transporte de ambulancia a los centros urbanos.
Creemos que todo lo expuesto es grave e inaceptable. La Iglesia ha sido noble con la
ARS al exponerles con detalle las objeciones a sus deficiencias y ofreciéndoles
sugerencias que les ayuden a rectificar.
La solución está en sus manos. Quedamos a la espera de su pronta respuesta.
Atentamente.
Rev. P. Christopher Hartley
Párroco
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