IX. LAS CAPITULACIONES MATRIMONIALES SIMU

Anuncio
IX. LAS CAPITULACIONES MATRIMONIALES SIMULADAS
La doctrina viene descartando la nulidad que pueda
hacerse derivar de la simulación. Así GUILARTE GUTIÉRREZ la considera desechable salvo que específicamente
concurran las circunstancias de este instituto que no será
fácil que estén presentes. Argumenta que no cabe confundir el caso típico de simulación con aquél otro en que los
cónyuges simulan un acto capitular para infringir que los
bienes salen del patrimonio ganancial sin llegar a hacerlo.
En tal sentido la acción de simulación tiende a poner de
relieve que realmente no existe acto verdadero alguno lo
cual resulta difícil de imaginar frente a la disolución y
liquidación del régimen de gananciales en que realmente
se quieren adjudicar a uno u otro esposo los bienes anteriormente comunes para así sustraerlos del estatuto de responsabilidad a que antes estaban afectos 206 .
Asimismo, RAGEL SÁNCHEZ se decanta por la incorrección de la impugnación de las capitulaciones matrimoniales por la vía de la acción de simulación. Entiende
que se está ante un negocio válido, cuyos efectos típicos
son queridos por las partes 207.
(206) Gestión y responsabilidad de los bienes gananciales, "op. cit.",
pág. 585.
(207) El acreedor frente a la disolución de la sociedad de gananciales,
Centenario del Código civil, "op. cit.", pág. 1671 y nota 44.
143
JOSÉ MARÍA CUTILLAS TORNS
Ciertamente, las acciones simulatorias suelen comport a r u n a extraordinaria complejidad y no m e n o r dificultad.
Pero eso no quiere decir q u e no p u e d a n ser utilizadas si se
d a n o p u e d e n d a r s e los requisitos exigidos p a r a la figura
jurídica de la simulación.
Con las debidas cautelas y la m á x i m a p r u d e n c i a exigible c u a n d o se trata de generalizaciones, hay que p o n e r de
manifiesto q u e el p u n t o neurálgico vendrá d a d o p o r la
desacreditación de la certeza y validez de la causa de los
actos de disposición realizados a través de las capitulaciones matrimoniales.
Este es el criterio m a n t e n i d o p o r el Tribunal S u p r e m o
en la Sentencia de 5 de m a y o de 1994 208 . En la misma, la
Sala 1.a del Alto Tribunal h a c e íntegramente suyo el Fundam e n t o de Derecho Tercero de la sentencia impugnada, el
cual p o n e de relieve q u e "es incuestionable que por parte de los
demandados-apelantes, no se ha acreditado suficientemente la
certeza y validez de la causa de tales actos de disposición,
haciendo referencia al otorgamiento de las capitulaciones
matrimoniales y constitución de hipoteca. Es lo cierto que por
ningún medio probatorio se ha intentado acreditar la existencia de deudas anteriores a la hipoteca a favor de B., S.A. Por
otra parte se ha reconocido por ambos esposos que siguen
usando comúnmente los locales hipotecados así como los vehículos, pese a que, unos y otros, fueron adjudicados a la esposa
en la escritura de capitulaciones matrimoniales. Carece de sentido al propio tiempo, que se adjudicase el esposo exclusivamente un negocio en tan mala situación que no permitió el
abono de las indemnizaciones a los demandantes".
REBOLLEDO VARELA 209 explica con m e r i d i a n a clarid a d la existencia de simulación, a u n q u e p a r a el r é g i m e n de
(208) Ponente: Sr. Almagro Nosete, Actualidad Civil,1994-3, Ref. 951.
(209) Separación de bienes en el matrimonio (El régimen convencional de separación de bienes en el Código civil), Montecorvo, Madrid,
1983, "op. cit.", pp. 190-191.
144
LAS CAPITULACIONES MATRIMONIALES
separación de bienes. Arguye que si el supuesto es de simulación absoluta y hay por tanto, una carencia de causa, si
la acción simulatoria descubre la realidad, ello llevará a
que se declare la inexistencia o la nulidad del negocio, aunque para ello habrá que desvirtuar la presunción legal de
su existencia.
De este modo, si la puesta a nombre del cónyuge no
deudor encubre una trasferencia totalmente aparente,
como consecuencia de la declaración de inexistencia del
negocio, el bien continuará en el patrimonio del cónyuge
deudor y caerá en el círculo de responsabilidad que establece el artículo 1911. Por ello, el acreedor al que se le
oponga un título de propiedad en virtud del cual el bien
aparece pertenecer al cónyuge de su deudor, podrá,
mediante una acción simulatoria, demostrar que existe
una simulación absoluta o una simulación por interposición de persona, que encubren una mera apariencia de tal
manera que el bien pertenece, a pesar de los títulos, a su
deudor, porque él fue realmente quien adquirió aunque el
bien figure a nombre de su cónyuge o porque se ha producido una transmisión ficticia entre cónyuges. El hecho es
que, en ambos casos pertenece al cónyuge no deudor, que
no se corresponde con la realidad que la acción simulatoria viene a descubrir.
Ahora bien, ¿puede aplicarse con carácter extensivo,
tanto en sus hipótesis como en las consecuencias, pensadas para el régimen de separación de bienes, a un régimen
de gananciales que se disuelve y liquida pactándose el de
separación? Creo que, con las oportuna matizaciones, no
se fuerza semejante interpretación ni se produce absurdo
o incoherencia. Evidentemente, y tomando como referencia la Sentencia del Tribunal Supremo de 5 de mayo de
1994 a que he hecho mención, se destaca lo siguiente: 1) a
pesar de que los bienes inmuebles y los vehículos (lo único
de verdadera importancia y valor económico) se adjudican
en propiedad a la esposa, y el bien sin apenas valor (el
145
JOSÉ MARÍA CUTILLAS TORNS
negocio) al esposo, en la escritura de capitulaciones matrimoniales, se deja constancia en la resolución judicial q u e
los esposos siguen u s a n d o c o m ú n m e n t e los locales y los
vehículos; 2) Con posterioridad a las capitulaciones, se
hipotecan los referidos bienes inmuebles a favor de u n a
entidad mercantil interpuesta, c o m o reconocimiento de
u n a d e u d a solidaria que se dice q u e a m b o s cónyuges tenían con ella, inscribiéndose en el Registro de la Propiedad,
y no se acredita, p o r n i n g ú n m e d i o probatorio, la existencia de tales d e u d a s anteriores a la hipoteca a favor de la
dicha mercantil. Así las cosas, q u e d a claro q u e en la liquidación de la sociedad de gananciales, con sus adjudicaciones de bienes, confluye el h e c h o cierto q u e hay u n a apariencia de q u e los bienes pertenecen a la esposa, lo q u e no
se c o r r e s p o n d e con la realidad. Además, hay u n a interposición ficticia de p e r s o n a jurídica, a favor de la cual se
constituye u n a hipoteca p o r d e u d a s d e a m b o s esposos
t o t a l m e n t e inveraces. Creo que, a la vista de lo expuesto,
no p u e d e h a b e r r e p r o c h e a la acción simulatoria.
Abundando en el t e m a el Alto Tribunal ha dicho en Sentencia de 18 de Mayo de 1989 210 : "En el caso, la decisión
de los cónyuges, tercerista y ejecutado, de establecer el régimen
de separación de bienes en su matrimonio se deduce, sin
causa aparente y a los 11 años de celebrado aquél, pocos
meses después del libramiento de las primeras cambiales cuyo
impago propiciaría luego el juicio ejecutivo, así como que el
contrato de arriendo lo suscribe la tercerista 5 semanas después de producirse el embargo preventivo y que la renuncia del
esposo a los contratos de alquiler y cesión de sus derechos
como locatario a su esposa tienen lugar en fecha próxima al
embargo, puntualizando al efecto la propia sentencia recurrida que los anteriores hechos y circunstancias son datos harto
significativos, por razón de la afección conyugal y de las fechas
(210)
STS 1.a S 18 de Mayo de 1989 (Ponente: Sr. López Vilas) Archivo LA LEY, 1989, 1-598.
146
LAS CAPITULACIONES MATRIMONIALES
expresadas, para estimar la existencia de la simulación, no
pudiendo acogerse la pretensión de la apelante de que, a lo
sumo, se estaría en presencia de un fraude, porque éste supone un contrato real, querido y eficaz si no es impugnado por
medio de la acción pauliana, mientras que la adquisición del
carácter de arrendataria por la tercerista en el caso examinado
es la culminación de los actos preparatorios realizados a tal fin
y que no origina variación alguna efectiva de la real situación
de arrendatario de los locales del ejecutado bien que su esposa
figura como mero testaferro."
A éste propósito BETTI ha dicho q u e "Existe simulación c u a n d o las p a r t e s de un negocio bilateral, de a c u e r d o
entre ellas...dictan u n a regulación de intereses distinta de
la que p i e n s a n observar en sus relaciones, persiguiendo a
través del negocio un fin (disimulado) divergente de su
causa típica. Fin divergente q u e a) p u e d e ser t a m b i é n de
a u t o n o m í a privada, c a r a c t e r i z a n d o u n tipo d e negocio
diferente al simulado, o b) p u e d e ser de naturaleza contraria, extraño al cometido de la a u t o n o m í a privada" 2 1 1 .
Aquí se hace hincapié en la existencia de u n a divergencia
intencional, pero no entre voluntad y declaración, ni t a m p o co entre dos declaraciones, sino entre el intento práctico perseguido p o r las partes y la causa típica del negocio. Así, en la
simulación absoluta faltaría todo intento o interés, estando la
voluntad dirigida a realizar u n a apariencia de negocio en la
que no existiría en absoluto la causa 212 .
Por su parte el Tribunal Supremo, en la Sentencia de
25 de junio de 1930 2 1 3 dice que "la simulación, conforme a
(211)
Teoría General del Negocio Jurídico, traducción y concordancias con el Derecho español por A. Martín Pérez, E.R.D.P., Madrid,
s.a., pág. 297.
(212) CARCABA FERNÁNDEZ, M.ª, La Simulación en los negocios
Jurídicos, Librería Bosch, Barcelona, 1986, "op. cit.", pág. 24.
(213) Aranzadi 1930-31, N.° Repertorio 1046. En la sentencia 19
diciembre 195, Aranzadi 1951, N.° Repertorio 2777, se dice: "... la
147
JOSÉ MARÍA CUTILLAS TORNS
la etimología del vocablo es el concierto o inteligencia de dos o
más personas para dar a una cosa las apariencias de otra, y
aplicada en el sentido jurídico, se dice simulado el contrato,
que no teniendo existencia real, en el ánimo de los que figuran
como contrayentes que, para sus fines particulares, comúnmente fraudulentos, aparezca que tal contrato se ha celebrado".
Por su p a r t e la S e n t e n c i a del Tribunal S u p r e m o de
29 de octubre de 1956 214 manifiesta "Que por tanto la
simulación puede ser absoluta, cuando se finge un negocio
mientras no se entiende en realidad concluir ninguno, de
modo que esta especie de simulación sirve de medio para
alcanzar fines extraños a los negocíales, operando con frecuencia, aunque no necesariamente, con el fin de fraude..".
Visto esto, conviene h a c e r u n a s precisiones. F r a u d e y
simulación son conceptos distintos, no siendo posible imaginar un negocio simulado c o n el q u e no se p r e t e n d a engañ a r a los terceros acerca de su existencia o de su verdadera naturaleza, m i e n t r a s q u e cabe i m a g i n a r infinidad de
supuestos en los q u e el negocio a p a r e n t e no perjudica a
nadie. Consecuentemente, se afirma p o r la doctrina q u e la
finalidad de e n g a ñ o es un requisito esencial en el proceso
simulatorio, p u d i e n d o el á n i m o de defraudar los derechos
de terceras p e r s o n a s existir o faltar 2 1 5 .
simulación implica un concierto de voluntades de los contratantes con
designios de ordinario fraudulentos, para engañar a un tercero mediante una apariencia de verdad".
(214)
(215)
Aranzadi 1956, N.° Repertorio 3421.
CARCABA FERNÁNDEZ, M.a, La Simulación en los negocios
Jurídicos, "op. cit.", pág. 34. Dice esta autora, pág. 35, que si nos
encontramos ante un negocio aparentemente válido que no encubre
ningún propósito negocial o bien que disimula a otro de naturaleza
diferente, lo que induce a engaño a los terceros no es el acuerdo entre
las partes, el cual desconocen, sino la imagen de realidad del negocio
simulado que les lleva a error haciéndoles confiar en su veracidad,
resultando los terceros engañados por la imagen que se presenta a sus
ojos y no por el convenio simulador, cuya existencia desconocen.
148
LAS CAPITULACIONES MATRIMONIALES
Así el Tribunal S u p r e m o ha dicho en S e n t e n c i a de 18
de febrero de 1 9 9 1 2 1 6 que: "Existe contrato simulado
cuando varias personas se ponen de acuerdo para aparentar
la realidad de un determinado contrato y no quieren celebrar
ninguno (simulación absoluta) o desean encubrir otro distinto (simulación relativa), bien en su naturaleza (se quiere
donar -negocio disimulado- y se exterioriza una compraventa -negocio simulado-), bien en su objeto (precio diferente) o
en los sujetos (contratos con interposición de persona), bien
en cualquiera de los demás elementos, incluso accidentales
(simulación de condición o plazo); la simulación constituye
una anomalía o vicio en la vida de los contratos que, en principio, es aplicable a cualquiera de ellos (arrendamiento,
compraventa, donación, permuta, etc.); lleva implícita la
finalidad de engañar, pues la apariencia falsamente creada
tiene por objeto hacer creer a otras personas que algo existe
donde no hay nada o hay otra cosa diferente; pese a ello, el
concepto de contrato simulado es, por sí mismo, inocuo,
pues no encierra indefectiblemente la idea de ilicitud; al
amparo de la libertad de contratación (art. 1255 CC) es posible la existencia de contratos simulados lícitos, cuando la
finalidad engañosa que persiguen así lo sea, como puede
suceder cuando se aparentan contratos por vanidad o por
razones publicitarias o para librarse de reclamaciones injustas pero molestas, mas ordinariamente no es así porque lo
normal es que con la apariencia de contrato se persiga dañar
a otra persona o violar la Ley."
Ello ha d e t e r m i n a d o que se diga q u e si c o n el negocio
simulado se persigue defraudar los derechos de un tercero
o violar la ley, nos e n c o n t r a r e m o s a n t e u n a simulación ilícita p e r o no a n t e un negocio fraudulento 2 1 7 . Cualquiera
q u e sea la clase de simulación, a u n q u e su finalidad ú l t i m a
sea el perjudicar a terceros o violar la ley, n u n c a se habla(216)
S T S 2 . a S 18 F e b r e r o de 1 9 9 1 , ( P o n e n t e : Sr. D e l g a d o G a r c í a ) , LA
LEY, Archivo, 1991, 1647.
(217)
CARCABA FERNÁNDEZ, "La s i m u l a c i ó n . . . " , p á g . 5 8 .
149
JOSÉ MARÍA CUTILLAS TORNS
rá de simulación fraudulenta pues la simulación solamente es simulación y no se deja calificar218, no siendo un
medio para eludir la ley sino para ocultar su violación 219.
La doctrina jurisprudencial ha puesto de relieve que si
el acto simulado no encubre a otro realmente querido por
las partes, la simulación es absoluta, habiendo sólo una
apariencia de contrato que carece de todo contenido verdadero. Esta forma de simulación se emplea generalmente
para perjudicar a los acreedores, aunque estos actos pueden estar dirigidos a otros fines distintos.
El fraude a los acreedores puede resultar, fundamentalmente, ya fingiendo una disminución del activo, ya aparentando un aumento del pasivo.
Con relación a la Sentencia del Tribunal Supremo de
5 de mayo de 1994, queda acreditado que se ha constituido una hipoteca a favor de una entidad mercantil que no
responde a realidad alguna. Es decir, se ha simulado un
aumento del pasivo con el fin de excluir o limitar el cobro
de créditos verdaderos.
La doctrina más especializada ha señalado que los elementos de la simulación son: a) la existencia de divergencia consciente entre voluntad y declaración; b) el acuerdo
entre los intervinientes en el negocio jurídico sobre la
ausencia de valor de la declaración y c) la intención de
crear una apariencia engañosa para el público 220.
(218)
CARIOTA-FERRARA, L., El negocio Jurídico, traducción del
italiano, prólogo y notas de Manuel Albaladejo, Aguilar, Madrid, 1956,
"op. cit.", pág. 443.
(219)
FERRARA, F.; La simulación de los negocios jurídicos, traducción de Atard y Juan A. De la Puente, E.R.D.P.,3. a ed., Madrid, 1953,
"op. cit." pág. 82.
(220) CARCABA FERNÁNDEZ, M.a, La Simulación en los negocios
Jurídicos, "op. cit.", pp. 35-36. Advierte ésta autora que éstos no deben
verse de un modo aislado sino unidos para la consecución de un
mismo fin: la creación del negocio simulado.
150
LAS CAPITULACIONES MATRIMONIALES
De ahí q u e se haya definido la simulación c o m o aquél
acto en el que las partes se p o n e n de acuerdo p a r a m a n i festar u n a voluntad discordante de su querer interno, c o n
la intención de e n g a ñ a r a terceros haciéndoles creer en la
v e r a c i d a d d e l a a p a r i e n c i a p o r ellos c r e a d a 221.
Volviendo a la S e n t e n c i a de 5 de m a y o de 1994, h a y
q u e r e c o r d a r que se está ante el arquetipo de capitulaciones m a t r i m o n i a l e s otorgadas c o n la finalidad de engaño y
defraudación. Ante situaciones prototípicas como ésta, se
suele objetar p o r la doctrina, de forma mayoritaria, lo
siguiente: 1) que el negocio llevado a cabo es válido y los
efectos son queridos p o r las partes; 2) La extrema dificult a d en p r o b a r q u e r e a l m e n t e no existe acto verdadero alguno, lo cual resulta difícil de i m a g i n a r frente a la disolución
y liquidación del r é g i m e n de gananciales en que ciertam e n t e se quieren adjudicar a u n o u otro esposo los bienes
a n t e r i o r m e n t e c o m u n e s p a r a así sustraerlos del estatuto de
responsabilidad a q u e antes e s t a b a n afectos.
Pero resulta evidente, p o r su debida acreditación, q u e
los bienes inmuebles y los vehículos (lo único de verdadera i m p o r t a n c i a y valor económico) se h a n adjudicado en
p r o p i e d a d a la esposa, y el bien sin apenas valor (el negocio) al esposo, en la escritura de capitulaciones m a t r i m o niales; p e r o ello, no obstante, los esposos siguen u s a n d o
c o m ú n m e n t e los locales y los vehículos. Por tanto, no se
c o r r e s p o n d e en a b s o l u t o con la realidad 222 .
Es claro, pues, q u e el a c u e r d o concertado p o r los cónyuges a través de las capitulaciones con el objeto de emitir
declaraciones de voluntad divergentes respecto de la intención real de los m i s m o s requiere, p a r a que surja la simula(221)
"Ibidem", pág. 36.
Cfr. STS 1.a S 9 May. 1988 (Ponente: Sr. González-Alegre y Bernardo) LA LEY, 1988- 3, 321: "Al amparo del art. 1276 CC puede admitirse la validez de los negocios jurídicos disimulados, justificada la
causa verdadera y lícita".
(222)
151
JOSÉ MARÍA COTILLAS TORNS
ción, que aquellas declaraciones aparentes hayan sido
difundidas con la intención de engañar a terceros -lo que
aquí ha ocurrido—; engaño que es elemento esencial de
dicho instituto. Además, en los simulantes ha presidido la
idea de defraudar a los terceros o conculcar una norma
jurídica, razón por la que estamos ante una simulación ilícita 223.
IX. 1. La acción de simulación
La acción de simulación va dirigida a que se ponga al
descubierto mediante sentencia firme, lo que se oculta
bajo la falsa apariencia de un negocio 224 . Puede ejercitarse accionando o excepcionando 225 en la contestación a la
demanda.
Si la simulación es absoluta se pretende que se declare
que el acto aparente no existe, y si es relativa que se haga
patente, ademas, cuál es el acto realmente concluido 226 .
Al respecto de la simulación absoluta, el Tribunal Supremo ha dicho en Sentencia de 21 Octubre de 1997 227: "Con
la simulación absoluta no se crea sino una mera apariencia
negocia, el negocio jurídico carece de causa, por lo que adolece de la falta del elemento esencial del negocio jurídico que
(223)
cfr. CARCABA FERNÁNDEZ, M.a, La Simulación en los negocios Jurídicos, pág. 34.
(224)
DE CASTRO Y BRAVO, E, El Negocio Jurídico, "op. cit.", pág.
356.
(225)
SAP Barcelona Secc. 15. a S 16 Sep. 1991 (Ponente: Sr. GimenoBayón Cobos) La Llei, 1992-1, 464: "No existirá ningún obstáculo para
analizar la simulación en vía de excepción, ya que la jurisprudencia,
ante los resultados injustos que podrían producirse en otro caso, ha
admitido la posibilidad de excepcionar ésta sin necesidad de traer al litigio a otras personas ajenas al demandante, en cuyo caso tan sólo produce efectos entre los litigantes (Cfr. TS S 18 May. 1989)."
(226)
CARCABA FERNÁNDEZ, M.a, La Simulación en los negocios
Jurídicos, "op. cit.", pág. 101.
(227)
(Ponente: Sr. O'Callaghan Muñoz) LA LEY, 1997, 10404 .
152
LAS CAPITULACIONES MATRIMONIALES
expresa el núm. 3 art. 1261 CC, con la consecuencia de que es
inexistente (Cfr. TS 1.a S 25 May. 1995); el negocio jurídico
simulado cae, pues, en la categoría de inexistente, si bien, a
veces, en la doctrina se han fundido los conceptos de nulidad e
inexistencia y en la jurisprudencia se ha empleado la expresión
nulidad o nulidad absoluta o nulidad radical para referirse al
negocio inexistente por falta de causa en los casos de simulación absoluta (Cfr. TS 1.a S 6 Oct. 1994)".
E s t á caracterizada como u n a acción d e naturaleza
declarativa ya que no crea u n a situación nueva y diferente
de la q u e se derivarán efectos distintos de los producidos
hasta ese m o m e n t o , c o n s t a t a n d o ú n i c a m e n t e la realidad.
Si la simulación es absoluta la declaración judicial al
evidenciar la inexistencia del acto a p a r e n t e será de caráct e r negativo; siendo la simulación relativa h a b r á , a d e m á s ,
u n a declaración de carácter positivo: aquella q u e se refiere
a la existencia del negocio oculto. En éste ú l t i m o supuesto,
deberá solicitarse de forma expresa y concreta al Juez 228 .
El negocio a p a r e n t e es inexistente, en la simulación
absoluta p o r carecer de los elementos exigidos p o r el artículo 1261 del Código civil p a r a el nacimiento de los contratos;
en la relativa p o r ser un m e r o disfraz sin realidad contractual alguna, utilizado para engañar a los terceros 2 2 9 .
DE CASTRO ha dicho que p u e d e q u e d a r abierto el
c a m i n o p a r a u n a acción d e condena, q u e p u e d e ser l a q u e
i m p o r t e de forma directa al d e m a n d a n t e 2 3 0 .
(228) cfr. STS, 30 octubre 1956, Aranzadi 1956, N.° Repertorio 3428.
La STS 1 junio 1943, Aranzadi 1943, N.° Repertorio 706, estableció
que solicitada la declaración de simulación relativa, puede fallarse
declarando que la simulación es absoluta.
(229) CARCABA FERNANDEZ., M. a , "La Simulación...", "loc. cit.",
p á g . 102.
(230) El Negocio Jurídico, "op. cit.", pág. 357: cita como ejemplos las
acciones reivindicatorías, restitutorias, de repetición. También dice
que puede servir para eliminar un obstáculo ya surgido para el ejercicio de un derecho (sea excluyente o preferente), por ejemplo, caso de
tercería de dominio o mejor derecho y prelación de créditos.
153
JOSÉ MARÍA CUTILLAS TORNS
Por lo que se refiere al fundamento de la acción de
simulación se ha dicho, tanto doctrinal como jurisprudencialmente, que radica en la existencia de un interés jurídico del actor amenazado por el mantenimiento de la apariencia 231. Precisándose que por interés jurídico habrá que
entender todo perjuicio sufrido o que haya de sufrir la persona que lo alega 232 .
A ello se refiere la Sentencia del Tribunal Supremo
de 1 de septiembre de 1994 233: "A efectos de legitimación,
cuando la acción sea de nulidad por simulación, basta que
el actor sea titular de un derecho subjetivo por una situación
jurídica que el negocio simulado vulnere o amenace.".
Debe resaltarse que los negocios con simulación absoluta no son sanables ni por confirmación ni por prescrip(231)
VERDERA Y TUELLS, E., Algunos aspectos de la simulación,
en ADC, 1950, "op. cit.", pág. 24. También la STS 31 mayo 1963, Aranzadi 1963, N.° Repertorio 3592, declaró que "el fundamento de dicha
acción estriba en el interés legítimo de remover la apariencia de contrato y sus dañosas consecuencias; por todo lo cual, tal acción de simulación lo mismo puede ser utilizada por uno de los autores de ella contra
el otro, que por los terceros contra aquéllos, pues unos y otros son titulares de un derecho subjetivo o de una posición jurídica amenazada o
dificultada por el negocio aparente, y pueden resultar dañados por consecuencia de la incertidumbre ocasionada por el acto simulado, cuyo
daño determina le necesidad de invocar la tutela jurídica".
(232) Alegar la posibilidad de un daño eventual, remoto o futuro, no
es elemento suficiente para poder hablar de perjuicio que confirme la
existencia de un interés jurídico digno de fundamentar la acción de
simulación, pues el derecho de donde se deriva el interés jurídico, y
que se considera lesionado por la simulación, al igual que dicha
lesión, deben de existir ya en el momento de ejercitarse la acción:
CARCABA FERNÁNDEZ, M.a, La Simulación en los negocios Jurídicos, "op. cit", pp. 103-104. Cfr. STS 1.a S 15 Marzo 1994 (Ponente: Sr.
Almagro Nosete) LA LEY, 1994-3, 266: La acción de impugnación por
simulación no es pública, sino que es necesario para su eficaz ejercicio
que quien actúe procesalmente con dicha finalidad tenga un interés jurídico protegible por el órgano jurisdiccional (Cfr. TS SS 30 Jun. 1944 y
30 May. 1958).
(233)
1.a S 1 de Septiembre de. 1994 (Ponente: Sr. Martínez Calcerrada) Archivo, 1994, 997.
154
LAS CAPITULACIONES MATRIMONIALES
ción, p u e s su nulidad tiene carácter definitivo, y la sentencia q u e la p r o n u n c i a es declarativa; p o r tanto, los negocios
inexistentes con simulación absoluta ofrecen ineficacia
intrínseca radical, ipso iure, erga o m n e s 234 .
En la S e n t e n c i a del Tribunal S u p r e m o de 23 de
octubre de 1992 2 3 5 se p o n e de manifiesto que: "El motivo
cuarto acusa infracción del art. 1301 del CC y entiende que
la prescripción o caducidad que contempla el precepto es
aplicable tanto a los supuestos de anulabilidad o simulación
relativa como a los supuestos de simulación absoluta, aunque en estos la nulidad sea «ad initio» y «no pueda convalidarse por el transcurso del tiempo». La contradicción entre
sus propios términos es suficiente parala desestimación, a
más de que, en los supuestos de simulación absoluta, si bien
la apariencia de contrato exige una sentencia de nulidad o
inexistencia, la misma será simplemente declarativa, no
constitutiva, y sus efectos serán «ex tunc» y no «ex nunc», la
nulidad se produce «ipso iure» y por ello es insubsanable e
imprescriptible, produciendo efectos «erga omnes», siquiera
haya de protegerse a los terceros de buena fe".
E s t a r á n legitimados p a r a i m p u g n a r el negocio aparente p o r causa de simulación, los propios simulantes, sus
herederos y los terceros q u e c o m o consecuencia de ella
sufren un perjuicio o dejen de obtener un beneficio, ya
h a b l e m o s de simulación absoluta o relativa.
En c u a n t o a los intervinientes en el negocio c o n simulación absoluta están legitimados p a r a p e d i r la declaración
de su inexistencia (su n u l i d a d e ineficacia total p o r i n c u m plimiento de u n a n o r m a imperativa: art. 1261.3.° en relación con el 6.3 del CC), p e r o t a m b i é n lo están p a r a p e d i r
que se declare la inexistencia del negocio a p a r e n t e (el
(234)
STS 1.a S 13 Abril 1988 (Ponente: Sr. Serena Velloso) LA LEY,
1988-3, 706 (10690-R).
(235)
(Ponente: Sr. Fernández.-Cid de Temes), LA LEY, 1993-1, 666
(15025-R).
155
JOSÉ MARÍA COTILLAS TORNS
simulado) en el supuesto de simulación relativa, p u e s en
a m b o s casos lo q u e se p r e t e n d e es q u e se patentice la divergencia entre la voluntad real y su manifestación, q u e prevalezca la voluntad real y no la declarada (S. de 31 de m a y o
de 1963), careciendo, en cambio, de legitimación p a r a
d e m a n d a r s e entre sí, en los supuestos de simulación relativa, y p o r idéntica razón, la nulidad del negocio disimulado, p u e s fue r e a l m e n t e querido e implicaría ir c o n t r a sus
propios actos 236 .
Respecto de la legitimación activa de los herederos se
ha p r o n u n c i a d o c o n exhaustividad la S e n t e n c i a d e l Trib u n a l S u p r e m o de 24 de octubre de 1995 237 , y q u e p o r
su interés transcribo: "Cuarto: Suscitada en la sentencia
recurrida la cuestión relativa a la legitimación de los actores
para atacar el acto dispositivo realizado por su causante
debe establecerse que éstos gozan de aquélla, pues no es necesario ser heredero legítimo del causante a los efectos de
impugnar la validez de negocios jurídicos, absolutamente
nulos con tal de que el accionante se apoye en un interés que
sea legítimo y tenga expectativas de obtener alguna ventaja
lícita del resultado favorable de su ejercicio del derecho a la
jurisdicción.
Quinto: En efecto, la jurisprudencia de esta Sala ha distinguido a los fines de reconocer legitimación (otras veces
dice «acción», concepto equivalente según la teoría abstracta o concreta que se profese del derecho de accionar) entre la
que tienen los herederos legitimarios y la que corresponde a
los herederos voluntarios, o simplemente ab intestato. Mantiene así la sentencia del TS de 3 Abr. 1962 que la jurisprudencia siempre ha reconocido la legitimación del heredero
forzoso para impugnar por simulación absoluta o relativa
(236)
STS, 1.a, 23 octubre 1992 (Ponente: Sr. Fernández.-Cid de
Temes), LA LEY, 1993-1, 666 (15025-R).
(237)
(Ponente: Sr. Almagro Nosete) LA LEY, 1995-4, 504. Vid. también, sobre éste particular la opinión de CARCABA FERNÁNDEZ, M.,
"La Simulación...", "ob. cit."', pp. 110 y ss.
156
LAS CAPITULACIONES MATRIMONIALES
los actos de su causante, habiendo proclamado la de 19 Ene.
1950, que como resulta de lo declarado en SS 11 Oct. 1943 y
12 Abr. 1944, el hecho de la sucesión con las consecuencias
que de él se derivan, no puede impedir a un heredero forzoso
impugnar por simulación los actos de su causante, cuando
por tal simulación los actos de su causante pueden resultar
afectados los derechos legitimarios de aquél, porque en este
caso los que le corresponden no derivan de la voluntad del
testador, sino de la norma legal que se los otorga sin posibilidad de desconocerlos ni siquiera de disminuirlos, y en tal
supuesto su condición jurídica no es, como sostiene la doctrina más autorizada, la de un continuador de la personalidad jurídica del de cuius, sino que se asimila en ese aspecto
a la de los terceros interesados en la impugnación, distinción
razonable conforme al Derecho y ala equidad, que legitima
al heredero forzoso para el ejercicio de la acción impugnatoria, con independencia del vínculo que para los demás efectos le ligue con el causante de la sucesión.
En lo que concierne alheredero voluntario puede impugnar los actos de simulación absoluta, ya que respecto a ellos
estaba asistido de la correspondiente acción su causante, al
reducirse el negocio afecto a ese vicio a una mera apariencia,
que lo priva de todos sus efectos y obsta a la posibilidad de
confirmación, pues como proclama la S 29 Nov. 1958,
siguiendo la doctrina de las de 30 Jun. 1931, 19 May. 1932 y
25 Jun. 1946, si es indudable que los herederos voluntarios
deben su entrada en la sucesión al expreso llamamiento del
causante, cuando sigue la adición hereditaria resulta evidente que pueden ejercitar las acciones judiciales de demanda de
la inexistencia de los actos realizados por aquél, dado que la
herencia a ellos transmitida comprende el conjunto de los
bienes, derechos y obligaciones del de cuius que no se extinguen por su muerte según el art. 659, y suceden en toda la
titularidad, que el óbito no termina, como lo expresa el art.
661 del propio Cuerpo legal, doctrina conforme con la de la
S 23 May. 1956 en la que se advierte: 1.° Que el contrato es
inexistente, no produce efecto alguno y, por tanto, no liga a
157
JOSÉ MARÍA CUTILLAS TORNS
los contratantes a su cumplimiento. 2. ° Que tal nulidad total
no se exige por las prescripciones de los arts. 1300 y siguiente, que se refieren a los contratos anulables. 3.° Qué, en consecuencia, no limita a los contratantes obligados el derecho
a la impugnación. 4° Que, por el contrario, sin llegar al
extremo de ser pública la impugnación, según doctrinalmente pudiera sostenerse y la reiterada doctrina de casación reconoce, puede ejercitarla quien tenga interés en ella. 5.° Que
éste es indiscutible en el heredero de la vendedora, privado de
la herencia por simulación, interesado en establecer la verdad jurídica para entrar en su disfrute.
Que los herederos voluntarios no vienen legitimados
para la impugnación de la simulación relativa por no existir
este derecho a su causante, según resulta del art. 1302 CC y
por consiguiente no habérseles podido transmitir mortis
causa, y en este sentido debe entenderse la sentencia de esta
Sala de 30 Jun. 1944 en que se declara que, para el ejercicio
eficaz de la acción de simulación de contratos, no basta justificar que el negocio en litigio se ha efectuado de modo aparente, con ausencia real de los requisitos esenciales del contrato, sino que es preciso, además, que quien procesalmente
con dicha finalidad tenga un interés jurídico tutelable por el
órgano jurisprudencial, esto es, que ese titular de un derecho
subjetivo o de una situación jurídica que el negocio simulado vulnera o amenaza, no siendo parte legítima en los autos
el heredero voluntario, por falta de interés jurídico para
accionar sobre simulación de venta de bienes de la exclusiva
propiedad de la causante que ésta transmitió por acto real de
libertad encubierto con causa onerosa de compraventa, pues
lo que la ley tutela no es la mera conveniencia, sino el derecho actual del accionante, que necesita ser definido frente al
acto simulado que lo lesiona, y es manifiesto que en el caso
no hay posibilidad de lesión de ningún derecho del actor, porque no teniendo aquélla herederos forzosos, ninguna otra
restricción en la facultad dispositiva, pudo transmitir libremente la propiedad de sus bienes por acto oneroso o lucrativo inter vivos o mortis causa, y la posición jurídica de su
158
LAS CAPITULACIONES MATRIMONIALES
hermano, como heredero voluntario, no le atribuye otro derecho que el comprometido en el marco de su institución, que
le impone acatamiento a la voluntad real y verdadera de enajenar que tuvo la causante, siquiera fuera por acto de liberalidad disfrazada con causa onerosa en las escrituras de compraventa y en su propio testamento. Esta última doctrina la
repite la sentencia del TS de 22 Abr. 1963. Y, muy concretamente, en un caso aparentemente similar al presente, la sentencia del TS de 21 Mar. 1964 que acogió la falta de legitimación en los siguientes términos: La Sala sentenciadora,
con certero criterio, acogió el medio defensivo invocado por
el entonces apelante de falta de legitimación activa de la
adversa, o sea, la carencia de derecho de pedir (falta de
acción civilística o material) y al hacerlo así no cabe duda
tuvo presente que los herederos voluntarios, como lo son los
sobrinos de un causante fallecido intestado, no pueden
impugnar los negocios jurídicos contractuales, concluidos
por éste con otro heredero de la misma clase, pues que sólo
ostentan a la herencia simples esperanzas, más o menos
remotas a la sucesión de su colateral, sin posibles medios de
garantías jurídicas al resultar defraudadas tales posibilidades de alcanzar lo que se desea, que no cabe confundir con
las expectativas en el grado de desarrollo de los derechos subjetivos; por eso, este Tribunal tiene declarado que la posición
jurídica del heredero voluntario la impone el acatamiento a
la voluntad real y verdadera de enajenar que tuvo el causante siquiera fuera por acto de liberalidad y disfrazada con
causa onerosa en el documento de compraventa (SS 10 Jun.
1944 y 3 Abr. 1962). Esta distinción es de nuevo remarcada
por la jurisprudencia en sentencia del TS de 14 Nov. 1986: la
necesidad de que haya de discriminarse si la acción aquí ejercitada por los herederos del Sr. O. P. afecta a una situación
de simulación absoluta o relativa, ya que de ello dependerá
su legitimación o falta de la misma, habida cuenta de que
sucesores de su causante en todos sus derechos y obligaciones -arts. 659 y 661 CC- y asistiéndoles como continuadores
de su personalidad la facultad de ejercitar las acciones que al
159
JOSÉ MARÍA COTILLAS TORNS
mismo correspondían, es indudable la que competía a su
dicho causante para postular la ineficacia de un contrato
con tacha de simulación absoluta, dada la nulidad radical
del mismo al no incurrir alguno de los requisitos que para su
existencia exige la preceptiva contenida en el art. 1261 CC,
por no ser obstáculo para ejercitar la pretensión que el que la
formulara hubiera sido uno de los contratantes, no sucediendo así, por el contrario, si concurre supuesto de simulación relativa, en el que sí se demuestra que aunque la causa
expresada en el contrato no correspondiera a la realidad, el
mismo estaba fundado en otra verdadera y lícita, pues en
este supuesto no asiste acción para impugnarlo al heredero
forzoso que por la transmisión patrimonial operada no haya
sido perjudicado en sus derechos legitimarios, que es, en
definitiva, el fundamento que sirve de apoyo al fallo de la
sentencia recurrida, pero sin discernir, como era obligado, si
se enfrentaba con un caso de simulación absoluta o relativa.
Mas todos estos supuestos no hacen acepción entre negocio
jurídico disimulado válido y negocio jurídico disimulado
también nulo (como el simulado que le servía de aparente
cobertura). Y esto es lo que acontece en el caso que se somete a debate, pues ocurre que la donación en cuestión no
consta en escritura pública, razón que anula su viabilidad.
Dice así la sentencia del TS de 27 Sep. 1989, que el principio
espiritualista o de libertad de forma, que, como regla general,
inspira el sistema de contratación civil en nuestro ordenamiento jurídico (arts. 1258 y 1278 CC), tiene algunas, aunque escasas, excepciones, integradas por los llamados contratos solemnes, en los que la ley exige una forma
determinada, no para su simple acreditamiento (ad probationem), sino para su existencia y perfección (ad solemnitatem, ad substantiam, ad constitutionem). Una de las expresadas excepciones es, precisamente, la relativa a la donación
de inmuebles, como expresa y categóricamente proclama el
art. 633 CC, precepto que, de manera pacífica, reiterada y
uniforme, ha venido interpretando esta Sala -SS 21 Jun.
1932, 13 Mar. 1952, 13 May. 1963, 1 Dic. 1964, 25 Jun.
160
LAS CAPITULACIONES MATRIMONIALES
1966, 9 Jul. 1984, 15 Oct. 1985, 30 Abr. y 22 Dic. 1986, 14
May. y 10 Dic. 1987, 26 Ene. y 24 Jun. 1988, entre otras
muchas-, en plena coincidencia, por otro lado, con el criterio
de la doctrina científica, en el único sentido en que puede
serlo, cual es el de qué las donaciones de bienes inmuebles no
tienen validez, ni, por tanto, despliegan virtualidad transmisiva alguna del dominio de los bienes a que se refieren (que
es el aspecto que aquí nos interesa) si no aparecen instrumentadas en escritura pública, exigencia de solemne y esencial formalidad que rige cualquiera que sea la clase de donación (pura y simple, onerosa, remuneratoria) siempre que se
refiera a bienes raíces, como así lo tiene dicho esta Sala en S
1 Dic. 1964, cuando expresa que «el contrato de donación,
sea puro y simple u oneroso o modal, no se rige por el principio de libertad de forma que consagra, como regla general,
el art. 1278 CC, sino que tiene sus normas propias contenidas en el art. 633 de dicho Cuerpo legal, el que categóricamente ordena que para que sea válida la donación de cosa
inmueble ha de hacerse en escritura pública, expresándose
en ella individualmente los bienes donados y el valor de las
cargas que deba satisfacer el donatario», habiendo por otra
parte, las SS 13 Mar. 1952, y 25 Jun. 1966 declarado también
que la posesión de inmuebles donados por documento privado carece, incluso, de idoneidad para posibilitar la adquisición del dominio de los mismos por usucapión, al no tratarse de una posesión en concepto de dueño. Esta
circunstancia determina que también los herederos ab intestato (o voluntarios) en cuanto impugnantes de un negocio
jurídico que tanto en su faceta simulada, como en cuanto a
la que se afirma disimulada por la sentencia recurrida es
nulo desde cualquier perspectiva, tengan legitimación o dispositividad procesal para vincular al órgano jurisdiccional a
dictar una sentencia de fondo de conformidad con el ordenamiento
jurídico."
Por otro lado, en o r d e n a la legitimación pasiva, la
acción de simulación deberá dirigirse c o n t r a t o d o s los
161
JOSÉ MARÍA CUTILLAS TORNS
autores o intervinientes del acto simulatorio, así como sus
causahabientes.
La doctrina ha puesto de manifiesto, cuando procede a
distinguir la acción de simulación de otras acciones de
conservación del patrimonio, fundamentalmente de la
acción revocatoria, que aquélla puede ser ejercitada por los
acreedores, tanto anteriores como posteriores. Ello se fundamenta en que si la transmisión es sólo aparente, aunque
el crédito sea de fecha posterior a la falsa enajenación, el
bien no llega a salir del patrimonio del deudor y por tanto
garantiza todas sus deudas 238.
Se ha planteado que una de las notas que caracteriza a
la acción de simulación es la subsidiariedad, en la medida
que su ejercicio procede únicamente cuando el negocio
jurídico no puede ser invalidado de otro modo, alegando
defectos en alguno de los requisitos que le son exigidos
para su existencia y validez 239 .
Estas manifestaciones requieren de algunas matizaciones. El diccionario dice que subsidiario en el Derecho, se
aplica a la acción o responsabilidad dispuestas para substituir a otra principal en caso de fallar ésta 240. Siendo ello así
y tomando las ideas que antes he dejado indicadas, parecería
evidente que la acción de simulación sería siempre tributaria
(238) CARCABA FERNÁNDEZ, M., "La Simulación...", "op. cit.", pág.
113.
(239) "Ibidem", pág. 104. Dice ésta autora que si bajo la forma de
donación de un bien inmueble que consta en documento privado se
oculta en realidad una permuta, no procede la acción de simulación
ya que ésta solamente debe ejercitarse en defecto de otra vía de
impugnación, pudiendo en este caso atacar al negocio por falta del
requisito de forma "ad solemnitatem" que exige escritura pública para
la donación de bienes inmuebles. En cambio, si se cumple el requisito de forma exigido para poder rebatir el acto, es necesario ejercitar
directamente la acción de simulación. Así pues, el negocio solamente
puede ser atacado directamente por simulación en el caso de que haya
cumplido todos los requisitos que se le exigirían si fuera real.
(240) María Moliner, Diccionario de Uso del Español, Gredos, 1991.
162
LAS CAPITULACIONES MATRIMONIALES
de la imposibilidad de accionar cualquier otra vía impugnativa de los negocios jurídicos que gozase del carácter de principal. Sería lo que de forma más clara y evidente ocurre con
la acción rescisoria por fraude de acreedores.
No comparto en absoluto semejante interpretación. Ni
normativa ni jurisprudencialmente se ha establecido que
la acción de simulación sea subsidiaria. No se le ha conferido un carácter marcadamente excepcional y supletorio.
Cuestión distinta es que se pretensione en una demanda
con carácter subsidiario.
Como ha dicho el Tribunal Supremo, con la simulación
absoluta no se crea sino una mera apariencia negocial, el
negocio jurídico carece de causa, por lo que adolece de la
falta del elemento esencial del negocip jurídico que expresa el núm. 3 art. 1261 CC, con la consecuencia de que es
inexistente; el negocio jurídico simulado cae, pues, en la
categoría de inexistente, si bien, a veces, en la doctrina se
han fundido los conceptos de nulidad e inexistencia y en la
jurisprudencia se ha empleado la expresión nulidad o nulidad absoluta o nulidad radical para referirse al negocio
inexistente por falta de causa en los casos de simulación
absoluta 241. De ello fácilmente se colige que es una acción
con carácter de principal.
Ahora bien, si con ello lo que quiere decirse es que
pudiendo ser impugnado un negocio por ausencia de
requisito de forma, exigida por imperativo legal, es decir,
"ad solemnitatem", también llamados negocios constitutivos, se optase por la vía, siendo posible, de la simulación,
más que ante una posible subsidariedad de la acción estaríamos ante un error táctico, ya que pudiendo acceder a lo
sencillo se iría a lo, por su propia naturaleza, extremadamente complejo. Ello ocurre, por ejemplo, con las capitulaciones matrimoniales. Si las mismas no constan en escri(241) STS, 1.a, 21 octubre 1997, (Ponente: Sr. O'Callaghan Muñoz) LA
LEY, 1997, 10404.
163
JOSÉ MARÍA CUTILLAS TORNS
tura pública, estaríamos ante una ineficacia automática y
radical, absoluta, originaria, total, estructural e insanable.
Es decir, ante el supuesto más grave de ineficacia, y que
suele ser adjetivada como nulidad de pleno derecho o
absoluta. El Tribunal Supremo ha dicho lo siguiente, en
Sentencia de 13 de febrero de 1985 242 : "La nulidad propiamente dicha, absoluta o de pleno derecho, tiene lugar
cuando el acto es contrario a las normas imperativas y a las
prohibitivas o cuando no tiene existencia por carecer de
alguno de sus elementos esenciales, como sucede en el caso
del contrato, pues según el art. 1261 CC no existe si falta el
consentimiento, el objeto o la causa; y al faltar aquí esta última, la consecuencia ineludible es la del art. 1275, estando al
margen de posibilidad sanatoria y de todo plazo prescriptivo,
justo por ser la expresión del nada jurídico, que siempre y en
todo momento puede ser alegado."
Igual puede predicarse de las donaciones de bienes
inmuebles realizada en documento privado. El artículo
633 del Código civil exige para su validez que se haga en
escritura pública. Su incumplimiento determina una nulidad de pleno derecho.
En materia de la prueba de la simulación, incumbe a
quien la alega y sostiene. Al tratarse de una cuestión de
hecho está sometida a la libre apreciación del Juez, y dada
su extrema dificultad probatoria suele resultar obligado
deducirla de las pruebas indirectas, es decir, de las presunciones.
IX.2. Estudio jurisprudencial
Con efectos prácticos y aclaratorios conviene ver algunos pronunciamientos jurisprudenciales:
(242) (Ponente: Sr. Fernández Martín-Granizo) RAJ, 1985, 810.
164
LAS CAPITULACIONES MATRIMONIALES
S e n t e n c i a d e l a A u d i e n c i a Provincial d e B a r c e l o n a
de 16 s e p t i e m b r e 1991 2 4 3 : "Para tener por acreditada la
simulación de contrato, ésta debe ser probada por el que la
alega (Cfr. TS SS 23 Ene. 1989 y 28 Feb. 1991), pero aun
cuando son insuficientes meros indicios o sospechas (Cfr. TS
S 11 Oct. 1988) deben tenerse en cuenta las grandes dificultades que encierra la prueba plena de la simulación, por el
natural empeño que ponen los contratantes en hacer desaparecer todos los vestigios de la simulación y por aparentar que
el contrato es cierto y efectivo reflejo de la realidad, lo que
obliga en la totalidad dé los casos, a deducir la simulación de
la prueba indirecta, de las presunciones, que requieren dos
extremos, la prueba plena de unos hechos ciertos y la deducción lógica de los ocasionantes de la simulación con enlace
preciso y directo con aquéllos, arts. 1249 y 1253 CC (Cfr. TS
SS 16 Sep. y 5 Nov. 1988, 7 Jun. 1989 y 28 Feb. 1991)".
S e n t e n c i a d e l Tribunal S u p r e m o d e 2 9 febrero d e
1996 2 4 4 : "En cuanto a la primacía de la interpretación literal, que tan insistentemente defiende la parte recurrente, conviene señalar que este principio quiebra en los casos en que
el problema litigioso versa sobre la posible existencia de una
simulación, producida al existir divergencia entre la voluntad declarada y la voluntad realmente querida por las partes;
en tales casos se hace necesario acudir a otros criterios interpretativos, pues lo que se está atacando, y constituye el
núcleo del debate, es precisamente esa falsa literalidad,
debiendo ser ese conjunto de actos anteriores, coetáneos y
posteriores los que han de servir de guía para juzgar la voluntad realmente querida y no manifestada".
S e n t e n c i a del Tribunal S u p r e m o d e 2 1 s e p t i e m b r e
de 1998 2 4 5 : "La doctrina jurisprudencial ha declarado que es
(243)
464.
(244)
(245)
Secc. 15. a (Ponente: Sr. Gimeno-Bayón Cobos) La Llei, 1992-1,
1.ª (Ponente: Sr. Burgos ; Pérez de Andrade) La Ley, 1996, 3156.
(Ponente: Sr. García Varela), LA LEY, 1998, 8782.
165
JOSÉ MARÍA COTILLAS TORNS
facultad peculiar del juzgador de instancia la estimación de
los elementos de hecho sobre los que ha de basarse la declaración de existencia de la causa o de su falsedad o ilicitud;
igualmente, que la simulación es una cuestión de hecho
sometida a la libre apreciación del juzgador de instancia; que
la simulación se revela por pruebas indiciarías que llevan al
juzgador a la apreciación de su realidad; que la simulatio
nuda es una mera apariencia engañosa—substancia vero
nullam— carente de causa y urdida con determinada finalidad ajena al negocio que se finge; que el contrato simulado
se produce cuando no existe la causa que nominalmente se
expresa, por responder a otra finalidad jurídica; que la simulación implica un vicio en la causa negocial; que en ningún
sitio consta dicho por la jurisprudencia que la simulación no
se puede declarar si no se prueba una finalidad defraudatoria; que el negocio con falta de causa es inexistente; que la
falsedad de la causa equivale a su no existencia y, por consiguiente, produce también la nulidad del negocio, en tanto no
se pruebe la existencia de otra verdadera y lícita; que una de
las formas utilizadas en la simulación absoluta es la disminución ficticia del patrimonio, con la sustracción de bienes
a la inminente ejecución de los acreedores, pero conservando
el falso enajenante el dominio; que la simulación absoluta da
lugar a un negocio jurídico que carece de causa y éste es el
caso de la compraventa en que no ha habido precio; que hay
inexistencia de contrato de compraventa por falta de causa
al ser simulado el precio, con la finalidad de sustraer un bien
patrimonial a la perseguibilidad de los acreedores de los vendedores".
Desde el p u n t o de vista de los efectos de la declaración
de simulación hay que t e n e r presente q u e tal declaración
sirve de b a s e p a r a el ejercicio de las correspondientes
acciones e n c a m i n a d a s a modificar la situación de h e c h o
p r o d u c i d a p o r la apariencia, p o r c u a n t o q u e al ser la
acción de simulación declarativa, es decir, la constata o
p o n e d e manifiesto p e r o n o crea n i n g u n a situación nueva,
será p r o c e d e n t e q u e se ejerciten j u n t o a la m i s m a , ade166
LAS CAPITULACIONES MATRIMONIALES
cuándolas procesalmente, otra u otras dirigidas a p r o d u c i r
u n a modificación real de la situación hasta entonces existente.
A este respecto, se ha p u e s t o de manifiesto p o r la doctrina que es frecuente q u e los accionantes de simulación
no verán satisfecho si interés si no ejercitan simultánea o
subsidiariamente otra acción.
Ante supuestos de simulación absoluta y p a r t i e n d o de
la base q u e el negocio a p a r e n t e perjudique a los acreedores de alguna de las partes contratantes, debe ser i m p u g n a d o p o r éstos a través del ejercicio de la p e r t i n e n t e acción
revocatoria, lo q u e les permitirá, en principio, e m b a r g a r el
bien enajenado p a r a h a c e r efectivo sus créditos.
Contrariamente, p u e d e que la simulación no cause perjuicio a n i n g ú n acreedor, pero q u e quien ha t r a n s m i t i d o
a p a r e n t e m e n t e u n a cosa desee su restitución, lo q u e obligará a ejercitar u n a acción reivindicativa con la finalidad
de restablecer el verdadero estado de derecho c o n respecto a la titularidad del bien transferido 246 .
(246) CARCABA FERNÁNDEZ, M., "La Simulación...", "op. cit.", pág.
117 y ss. Me remito a ésta autora respecto de la simulación relativa y
a supuestos discutidos.
167
Descargar