Crónica Legislativa. Normas tributarias - Gobierno

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1.2. NORMAS TRIBUTARIAS
ARANCHA YUSTE JORDÁN
Doctora en Derecho
I. DISPOSICIONES TRIBUTARIAS PUBLICADAS EN EL B.O.N. DURANTE
EL SEGUNDO SEMESTRE DE 2001.
1. Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas e Impuesto sobre el Patrimonio
ORDEN FORAL 227/2001, de 5 de septiembre, del Consejero de Economía y
Hacienda, por la que se somete a información pública el Proyecto de Decreto Foral por
el que se modifica el Reglamento del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas
aprobado por el Decreto Foral 174/1999, mediante su publicación en el Boletín Oficial
de Navarra (BON nº 113/2001)
ORDEN FORAL 340/2001, de 18 de diciembre, del Consejero de Economía y
Hacienda, por la que se somete a información pública el Proyecto de Orden Foral por la
que se desarrolla para el año 2002 el régimen de estimación objetiva del Impuesto
sobre la Renta de las Personas Físicas y el régimen simplificado del Impuesto sobre el
Valor Añadido (BON nº 157/2001)
2. Impuesto sobre Sociedades
ORDEN FORAL 237/2001, de 18 de septiembre, del Consejero de Economía
y Hacienda, por la que se somete a información pública el Proyecto de Decreto Foral
por el que se modifica el Reglamento del Impuesto sobre Sociedades aprobado por el
Decreto Foral 282/1997, mediante su publicación en el Boletín Oficial de Navarra
(BON nº 117/2001)
3. Impuesto sobre el Valor Añadido
ORDEN FORAL 268/2001, de 25 de octubre, del Consejero de Economía y
Hacienda, por la que se somete a información pública, mediante su publicación en el
Boletín Oficial de Navarra, el Proyecto de Decreto Foral por el que se modifican parcialmente el Reglamento del Impuesto sobre el Valor Añadido, aprobado por el Decreto
Foral 86/1993, de 8 de marzo; el Decreto Foral 85/1993, de 8 de marzo, por el que se
regula la expedición de facturas y la justificación de gastos y deducciones, y el Decreto
Foral 265/1996, de 1 de julio, por el que se regula la declaración anual de operaciones
con terceras personas (BON nº 142/2001)
ORDEN FORAL 340/2001, de 18 de diciembre, del Consejero de Economía y
Hacienda, por la que se somete a información pública el Proyecto de Orden Foral por la
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que se desarrolla para el año 2002 el régimen de estimación objetiva del Impuesto
sobre la Renta de las Personas Físicas y el régimen simplificado del Impuesto sobre el
Valor Añadido (BON nº 157/2001)
4. Hacienda Local
LEY FORAL 20/2001, de 21 de septiembre, por la que se modifica la Ley
Foral 2/1995, de 10 de marzo, de Haciendas Locales de Navarra (BON nº 117/2001)
5. Otras normas financieras y tributarias
ACUERDO de 24 de mayo de 2001, del Parlamento de Navarra, por el que se
ratifica el Decreto Foral 9/2000, de 10 de enero, por el que se modifica la Ley Foral
20/1992, de 30 de diciembre, de Impuestos Especiales (BON nº 81/2001)
Corrección de errores de la LEY FORAL 7/2001, de 27 de marzo, de Tasas y
Precios Públicos de la Administración de la Comunidad Foral de Navarra y de sus Organismos Autónomos (BON nº 86/2001)
Corrección de errores del DECRETO LEY 153/2001, de 11 de junio, por el
que se desarrollan las disposiciones de la Ley Foral General Tributaria en materia de
infracciones y sanciones tributarias de la Administración de la Comunidad Foral de Navarra (BON nº 90/2001)
DECRETO FORAL 177/2001, de 2 de julio, por el que se aprueba el Reglamento de Recaudación de la Comunidad Foral de Navarra (BON nº 97/2001)
DECRETO FORAL 178/2001, de 2 de julio, por el que se aprueba el Reglamento del recurso de reposición y de las impugnaciones económico-administrativas de la
Administración de la Comunidad Foral de Navarra (BON nº 102/2001)
DECRETO FORAL 243/2001, de 10 de septiembre, por el que se modifica la
estructura orgánica del Departamento de Economía y Hacienda (BON nº 118/2001)
ORDEN FORAL 232/2001, de 12 de septiembre, del Consejero de Economía y
Hacienda, por la que se aprueban los modelos 349, en pesetas y en euros, de declaración
recapitulativa de operaciones intracomunitarias, así como los diseños físicos y lógicos
para la sustitución de sus hojas interiores por soportes directamente legibles por ordenador (BON nº 119/2001)
DECRETO FORAL 244/2001, de 17 de septiembre, por el que se modifica el
Decreto Foral 353/1999, de 13 de septiembre, que aprobó los Estatutos del Organismo
Autónomo Hacienda Tributaria de Navarra (BON nº 122/2001)
DECRETO FORAL 245/2001, de 17 de septiembre, por el que se modifica el
Acuerdo de la Diputación Foral de 9 de octubre de 1980, por el que se delimitan las funciones de los Gestores e Investigadores Auxiliares de la Hacienda de Navarra (BON nº
123/2001)
ORDEN FORAL 242/2001, de 28 de septiembre, del Consejero de Economía y
Hacienda, por la que se establecen diversas normas para la transición al euro, en relación
con los ingresos fiscales en efectivo realizados mediante cartas de pago normalizadas, a
través de las Entidades Financieras Colaboradoras de la Hacienda Tributaria de Navarra
(BON nº 130/2001)
Corrección de errores del DECRETO FORAL 177/2001, de 2 de julio, por el
que se aprueba el Reglamento de Recaudación de la Comunidad Foral de Navarra (BON
nº 134/2001)
DECRETO FORAL 314/2001, de 5 de noviembre, por el que se regula la emisión de Deuda de Navarra (BON nº 138/2001)
DOCUMENTACIÓN
ORDEN FORAL 254/2001, de 18 de octubre, del Consejero de Economía y
Hacienda, por el que se convierten a euros las escalas de gravamen de determinados
Impuestos (BON nº 139/2001)
ORDEN FORAL 290/2001, de 16 de noviembre, del Consejero de Economía
y Hacienda, por la que se aprueban las normas reguladoras del cierre y liquidación de
los Presupuestos Generales de Navarra y de las Cuentas de Balance del ejercicio del
año 2001 (BON nº 147/2001)
LEY FORAL 23/2001, de 27 de noviembre, para la creación de un impuesto
sobre los grandes establecimientos comerciales (BON nº 148/2001)
ORDEN FORAL 277/2001, de 9 de noviembre, del Consejero de Economía y
Hacienda, por la que se aprueban los modelos de carta de pago en la unidad de cuenta
euro (BON nº 154/2001)
ORDEN FORAL 278/2001, de 9 de noviembre, del Consejero de Economía y
Hacienda, por la que se aprueban los modelos F-67, F-69, J-10, J-20, J-30, CAT-06,
CAT-08, FR-2, 038, 181, 182, 190, 199, 211, 212, 213, 214, 308, 309, 318, 319, 345,
480, 565, 600, 605, 610, 620 y 630 en euros (BON nº 154/2001)
ORDEN FORAL 279/2001, de 9 de noviembre, del Consejero de Economía y
Hacienda, por la que se aprueba el modelo 346 en euros, de declaración informativa
anual de subvenciones e indemnizaciones satisfechas o abonadas por entidades públicas o privadas a agricultores o ganaderos, así como los diseños físicos y lógicos para la
sustitución de las hojas interiores de dicho modelo por soportes directamente legibles
por ordenador y se modifican los diseños físicos y lógicos del soporte directamente
legible por ordenador de los modelos 181, 182, 190 y 345 (BON nº 154/2001)
ORDEN FORAL 286/2001, de 15 de noviembre, del Consejero de Economía
y Hacienda, por la que se aprueba el modelo 192 de declaración informativa anual de
operaciones con Letras del Tesoro, así como los diseños físicos y lógicos para su presentación por soporte directamente legible por ordenador, y se modifica la Orden Foral
9/2000, de 20 de enero, del Consejero de Economía y Hacienda, por la que se aprueban
los modelos 198 de declaración anual de operaciones con activos financieros y otros
valores mobiliarios (BON nº 154/2001)
ORDEN FORAL 308/2001, de 27 de noviembre, del Consejero de Economía
y Hacienda, por la que se aprueban los modelos de letra de cambio y de papel timbrado
de uso exclusivo notarial con sus valores en euros (BON nº 154/2001)
DECRETO FORAL 334/2001, de 26 de noviembre, por el que se aprueba el procedimiento para la valoración de determinados bienes inmuebles sitos en la Comunidad
Foral de Navarra mediante la aplicación del método de comprobación de los precios medios
en el mercado, en relación con la gestión de los Impuestos sobre Sucesiones y Donaciones, y
sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados (BON nº 155/2001)
Corrección de errores del Decreto Foral 153/2001, de 11 de junio, por el que
se desarrollan las disposiciones de la Ley Foral General Tributaria en materia de infracciones y sanciones tributarias de la Administración de la Comunidad Foral de Navarra
(BON nº 155/2001)
II. COMENTARIO DE LAS NORMAS TRIBUTARIAS
1. Introducción
El presente comentario lo vamos a dedicar a comentar las modificaciones más
relevantes de las normas tributarias publicadas en el Boletín Oficial de Navarra durante
el segundo semestre de 2001.
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CRÓNICA LEGISLATIVA
En esta ocasión, queremos destacar las siguientes: Decreto Foral 177/2001, de 2
de julio, por el que se aprueba el Reglamento de Recaudación de la Comunidad Foral
de Navarra; Decreto Foral 178/2001, de 2 de julio, por el que se aprueba el Reglamento
del recurso de reposición y de las impugnaciones económico-administrativas de la
Administración de la Comunidad Foral de Navarra y, por último, Ley Foral 23/2001, de
27 de noviembre, para la creación de un impuesto sobre los grandes establecimientos
comerciales.
2. Decreto Foral 177/2001, de 2 de julio, por el que se aprueba el Reglamento de
Recaudación de la Comunidad Foral de Navarra
La aplicación de la Ley Foral General Tributaria exige un indudable desarrollo
reglamentario para incidir en la regulación de los distintos procedimientos tributarios
en ella regulados. En este caso, el Capítulo V (arts. 116 a 129) de la citada Ley Foral
está dedicado a la Recaudación tributaria y contiene modificaciones respecto de la
anterior regulación, las cuales se recogen en este Reglamento.
Desde el punto de vista sustantivo, el artículo 1 del Reglamento nos sitúa en el
significado e importancia del procedimiento de recaudación, según este precepto nos
encontramos ante una función administrativa que tiene por finalidad hacer efectivo el
cobro del tributo. Este es el punto de partida para la regulación de los distintos aspectos
que integran este procedimiento administrativo, de ahí que, entre otros, la norma incida
en los siguientes ámbitos: cómo se extingue el crédito tributario, qué elementos integran la deuda tributaria, cuáles son las garantías del crédito tributario, cuáles son los
períodos de recaudación y quiénes responden de las deudas tributarias.
Formalmente, este Reglamento se aprueba por un Decreto de artículo único; que
contiene además, una disposición adicional, una disposición transitoria, una derogatoria
y una disposición final. Como Anexo se publica el Reglamento de la Recaudación Tributaria de la Administración de la Comunidad Foral de Navarra, el cual consta de 171
artículos, estructurados en un Título Preliminar, cuatro Libros, Títulos, Capítulos y
Secciones, cuyo contenido analizaremos a continuación.
El Título Preliminar establece las disposiciones generales relativas a la gestión
recaudatoria. Consta de cuatro capítulos.
El Capítulo I, titulado “La gestión recaudatoria”, recoge el concepto de gestión
tributaria, tal y como antes hemos señalado (art. 1), así como el régimen legal aplicable
en este ámbito: Ley Foral General Tributaria, Ley Foral de la Hacienda Pública de
Navarra; tratados, acuerdos, convenios y demás normas internacionales y el presente
reglamento. Se aplicarán supletoriamente las normas reguladoras del procedimiento de
recaudación del Estado, en defecto de regulación específica foral. Expresamente se
establece su aplicabilidad al ámbito de la gestión recaudatoria de las haciendas locales
de Navarra (art. 2).
Su art. 3 regula los períodos de recaudación: voluntario y ejecutivo, a los que el
Reglamento dedica el Libro II y III, respectivamente. Concluye este Capítulo con la
atribución a los Órganos competentes del Departamento de Economía y Hacienda u
Organismos autónomos, según clases de tributos, de la competencia de la gestión
recaudatoria en el ámbito de la Comunidad Foral de Navarra (art. 4).
El Capítulo II se refiere a los Órganos recaudadores de la Hacienda Pública de
Navarra: órganos de dirección, órganos de recaudación y competencias, así como entidades colaboradoras (arts. 5 a 7).
Dividido en cuatro Secciones, el Capítulo III regula minuciosamente uno de los
elementos más importantes en cualquier obligación tributaria: los “Obligados al pago”
(arts. 8 a 17). Estos preceptos efectúan un desarrollo reglamentario de lo dispuesto en
los artículos 21 a 34 de la Ley Foral General Tributaria (en adelante, LFGT).
DOCUMENTACIÓN
En primer lugar, el art. 8 de este Reglamento recoge una enumeración y clasificación de los obligados tributarios. En su núm. 1 señala como deudores principales a
los sujetos pasivos, bien como contribuyentes, bien como sustitutos, retenedores u obligados a ingresar a cuenta; y, a los sujetos infractores por las sanciones pecuniarias que
les sean impuestas (vid. también art. 9).
En defecto de pago por parte de los anteriores, continúa el art. 8.2, estarán obligados a realizar el ingreso de la deuda los responsables. Su régimen jurídico se encuentra profusamente regulado en la Sección 2ª de este Capítulo III, concretamente en los
arts. 10 a 14. En estos preceptos abordan diversos aspectos que podemos agrupar del
siguiente modo: por un lado, el régimen general de la responsabilidad tributaria, clases
y supuestos especiales; por otro, el procedimiento de declaración de derivación de responsabilidad.
Respecto de la primera cuestión, el art. 10 señala que la Ley Foral podrá declarar
responsables del tributo, esto es, a un tercero ajeno al hecho imponible pero que por
mandato de la ley se coloca junto al sujeto pasivo para responder de la deuda tributaria,
pero sin desplazar a éste ni alterar su posición de obligado, sino como elemento personal añadido en función de garantía del tributo, al modo de un fiador personal, pero por
mandato de la ley. Su responsabilidad se extiende únicamente a obligaciones de carácter material o pecuniarias del tributo; no así de las de carácter formal. Tampoco alcanza
a las sanciones (art. 10.3)
La LFGT (art. 29) y el Reglamento (art. 11) distinguen entre la responsabilidad
solidaria y subsidaria. Ahora bien, “salvo precepto legal expreso en contrario —debe
tenerse en cuenta— que la responsabilidad siempre será subsidiaria” (arts. 29.2 LFGT
y 11.2 RR).
Los supuestos especiales de responsabilidad solidaria se recogen el art. 30 de la
LFGT y en el art. 13 del RR: de una parte, se declara responsable a quien colabore con
el sujeto pasivo en la comisión de infracciones tributarias, que responderá como sujeto
principal de la sanción y como responsable del resto de la deuda tributaria. De otra,
también son responsables solidarios los miembros de los entes sin personalidad del art.
25 de la LFGT, respecto a la deuda del ente como tal, aunque limitando su responsabilidad en proporción a su participación en el mismo.
El art. 31 de la LFGT incluye, además, entre los responsables solidarios a los
adquirentes de explotaciones o actividades económicas, en su núm. 3 dice textualmente
lo siguiente: “La responsabilidad de adquirente será solidaria y no releva al transmitente de sus obligaciones tributarias” (véase, también el art. 15 RR).
En relación con la responsabilidad subsidiaria, los arts. 32 de la LFGT y 13 del RR
recogen los siguientes supuestos especiales: por una parte, se declaran responsables a los
administradores de sociedades por infracciones simples o graves cometidas por la sociedad bajo su mandato, si por negligencia o consentimiento no las han impedido; así como
por las deudas pendientes de una sociedad que cesa en su actividad, siendo responsable
quien fuera administrador en el momento del cese. De otra, también son responsables
subsidiarios los síndicos, interventores y liquidadores de quiebras, concursos y sociedades en general, por las obligaciones anteriores a estas situaciones.
Por último, aunque no por ello menos importante, el art. 11 del Reglamento
regula el procedimiento de declaración de derivación de responsabilidad. Se trata de un
acto administrativo en el que, previa audiencia del interesado, se declara la responsabilidad y se determina su alcance.
Dicho acto administrativo debe ser notificado a los responsables y en él deben
reflejarse, según el tenor literal del art. 12.1 párr. 2º, lo siguiente:
1. Los elementos esenciales de la autoliquidación o liquidación administrativa
cuya responsabilidad se deriva.
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2. El texto íntegro del acuerdo o resolución que declara la responsabilidad y la
extensión de la misma
3. Los medios de impugnación que pueden ser ejercidos por los responsables,
tanto contra la liquidación practicada como contra la extensión y fundamento
de su responsabilidad, con indicación de los plazos y órganos ante los que
deberán ser interpuestos.
4. Lugar, forma y plazos en que deber ser satisfecha la deuda cuya responsabilidad se deriva, que serán los establecidos en este Reglamento para los ingresos
en período ejecutivo.
Sin perjuicio de lo anterior, debe tenerse en cuenta que el Reglamento establece
precisiones en el régimen jurídico de la responsabilidad solidaria (art. 11.2) y subsidiaria (art. 11.3).
El Libro Primero se refiere a la “Extinción de las deudas” (arts. 19 a 75), o
dicho de otro modo, cómo se extingue el crédito tributario: su Título I regula minuciosamente el “Pago o cumplimiento” y el II recoge “Otras formas de extinción”.
Nos referimos ahora al “Pago o cumplimiento”, título al que el Reglamento
dedica una parte muy importante de sus preceptos (arts. 19 a 63), ya que al cobro va
encaminada esta actividad administrativa y, por ende, el pago es el modo normal de
extinción del crédito tributario.
Bajo la denominación “Requisitos del pago”, el Capítulo I ( arts. 19 a 23) recoge
tres aspectos de la máxima relevancia:
En primer lugar, quiénes están legitimados para efectuar el pago (art. 19). A
estos efectos el Reglamento, además de a los obligados tributarios a quienes se refiere
en su art. 8, señala que “cualquier persona, tenga o no interés en el cumplimiento de la
obligación, ya lo conozca y lo apruebe, ya lo ignore el obligado al pago”. Asimismo,
los administradores designados cuando se trate de bienes o negocios intervenidos o
administrados judicial o administrativamente.
Ahora bien, el tercero que efectúa el pago únicamente podrá ejercitar los derechos que deriven a su favor del acto del pago, pero en ningún caso estará legitimado
para ejercitar ante la Administración los derechos que correspondan al obligado al
pago.
En segundo lugar, quiénes están legitimados para recibir el pago y lugar de pago,
esto es, en la Tesorería de la Comunidad Foral de Navarra o en las cajas del órgano o
personas autorizadas para su admisión.
Conviene destacar que los pagos realizados a un órgano incompetente no liberan
al deudor de su obligación de pago, sin perjuicio de las responsabilidades en que incurra el perceptor de lo indebido (art. 20.2).
Por último, cuál es el tiempo de pago (art. 21). Sin perjuicio del ulterior desarrollo que efectúa el propio Reglamento, destacamos tres aspectos: por una parte, el establecimiento de un período voluntario de pago, que se fija en las normas reguladoras de
cada tributo; en defecto de regulación, deberán satisfacerse en el plazo de un mes a partir del día siguiente a su notificación. Por otra, una vez concluido este período de pago
voluntario se inicia otro ejecutivo o vía de apremio.
Especial relevancia tiene la regulación contenida en el apartado 8 del art. 21,
según el cual: “Las suspensiones acordadas por órgano administrativo o judicial competente en relación con las deudas en período voluntario, interrumpirán los plazos fijados en este artículo”.
En el Capítulo II, se abordan los aspectos relativos a los “Medios de pago”.
Estructurados en cuatro Secciones, los artículos 24 a 30 regulan, en primer lugar, el
DOCUMENTACIÓN
pago en efectivo, el cual puede efectuarse en dinero de curso legal, cheque, así como a
través de otros medios autorizados por el Departamento de Economía y Hacienda.
En el caso del cheque, debe ser nominativo a favor de la Hacienda Tributaria de
Navarra; estar fechado el mismo día o en los dos anteriores a aquel en que se efectúe la
entrega; estar conformado o certificado por la Entidad librada y, por último, el nombre
o razón social del librador se expresará debajo de la firma con toda claridad.
También puede efectuarse el pago a través de efectos timbrados: el papel timbrado común, los documentos timbrados especiales y los timbres móviles.
Por último, el Reglamento prevé en su artículo 30 el pago en especie, esto es,
mediante la entrega de bienes declarados expresa e individualizadamente Bienes de
Interés Cultural, Bienes de Interés Histórico, Artístico y Cultural y otros Bienes integrantes del Patrimonio Histórico y Cultura. De manera prolija, se describe el procedimiento a seguir en el caso de utilizarse este medio de pago: solicitud del interesado al
Departamento de Economía y Hacienda, informe por parte de la Institución Príncipe de
Viana, valoración por ésta u otra Administración cultural competente.
Los “Justificantes del pago” se regulan en el Capítulo III del Reglamento. Así,
su art. 31 contiene una enumeración de los mismos, y entre ellos están: los recibos; las
cartas de pago suscritas o validadas por órganos competentes o por Entidades autorizadas para recibir el pago; las patentes; las certificaciones acreditativas del ingreso efectuado, así como cualquier otro documento al que se otorgue expresamente el carácter
de justificante de pago por el Departamento de Economía y Hacienda.
También se regulan los requisitos formales de los citados documentos como el
nombre y apellidos, razón social, NIF, domicilio; concepto e importe de la deuda y
período; fecha de pago y órgano o entidad que lo expide.
El Capítulo IV aborda uno de los aspectos fundamentales del crédito tributario,
esto es, las “Garantías del pago”.
El carácter privilegiado del crédito tributario se manifiesta en los preceptos legales y reglamentarios que regulan las garantías del tributo (arts. 62 a 65 de la LFGT y
arts. 34 a 43 del Reglamento) y proyectan sobre él los privilegios de que se rodea el
actuar administrativo en cualquier ámbito, y que en materia tributaria se refuerzan con
las propias del tributo. De este modo, el art. 34 del Reglamento dispone lo siguiente:
“Los créditos a favor de la Hacienda Tributaria de Navarra están garantizados en la
forma que se determina en la Ley Foral reguladora de la Hacienda Pública de Navarra, la Ley Foral General Tributaria y demás leyes aplicables, y en este Reglamento”.
El derecho de prelación general se recoge en su art. 35. Más que un derecho real
de garantía es un privilegio frente a otros acreedores, pero que se transforma en derecho real sobre el valor de los bienes en caso de concurso. Según el mismo, gozan de
preferencia cuando concurran con otros, los créditos tributarios vencidos y no safisfechos, salvo frente a acreedores que lo sean de dominio, prenda o hipoteca que hayan
inscrito su derecho con anterioridad al de la Administración; es decir, a la anotación
preventiva de embargo prevista por el artículo 41 de este Reglamento.
El derecho de prelación especial constituye, por sus efectos, una hipoteca legal
tácita (art. 36), afectando a los tributos periódicos que graven bienes o derechos inscribibles en un registro público, o sus productos directos, ciertos o presuntos, abarcando el
año en que se ejerce la acción administrativa de cobro y el inmediato anterior.
El derecho de afección está regulado en los arts. 64 de la LFGT y 38 del Reglamento. En ellos se establece que la Hacienda foral goza de un derecho real de afección
sobre los bienes transmitidos en aquellos supuestos en los que legalmente se establezca. Esto supone una garantía para el pago de los tributos que gravan tales transmisio-
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nes, salvo que el adquirente esté protegido por la fe pública registral o haya adquirido
el bien en establecimiento mercantil o industrial de buena fe y con justo título.
Aunque no esté expresamente recogido en el Reglamento y sí en la LFGT, dentro de las garantías del crédito tributario, debemos destacar el derecho de retención. De
este modo, y en virtud de lo dispuesto en el art. 65 de la LFGT, la Hacienda Foral podrá
retener las mercancías que se le presenten a despacho para liquidar los tributos que gravan su tráfico, teniendo un ámbito limitado y siendo más eficaz como refuerzo del
derecho de afección o del de prelación.
El Capítulo V está dedicado a los efectos del pago y su imputación en sus arts.
44 y 45. Obviamente, el pago extingue la deuda tributaria y libera de la misma al deudor y demás responsables. A estos efectos, nos recuerda la norma reglamentaria que el
pago de un débito posterior no presupone el pago de los anteriores, sin perjuicio de los
efectos de la prescripción (art. 44.2).
En cuanto a su imputación, destacamos tres ideas importantes: en primer lugar,
las deudas de derecho público son autónomas; en segundo lugar, si existen varias deudas, el pago se imputa a la designada libremente por el deudor y, por último, se establecen el criterio de imputación temporal en los casos de ejecución forzosa en que se acumulen varias deudas del mismo obligado y cuando no pudiera satisfacerse la totalidad
de la misma, se cancelarán de mayor a menor antigüedad.
A continuación corresponde analizar, tal como establece el Capítulo VI, las
importantes consecuencias de la falta de pago (art. 46 RR) y los efectos de la consignación (art. 47).
La falta de pago en los plazos y con los requisitos que establecen las normas tributarias, LFGT y el Reglamento de Recaudación, provoca, por una parte, el inicio del
procedimiento por la vía de apremio, contra todos los obligados tributarios, según señala el art. 8 del RR. Por otra, que la deuda tributaria estará integrada no sólo por el
importe en descubierto sino también por el recargo de apremio, intereses de demora y
las costas que en cada caso resulten exigibles. Por último, declarado fallido el deudor
principal, así como el responsable solidario, si lo hubiere, se procederá a la derivación
de la acción administrativa contra los responsables subsidiarios.
El art. 47 del Reglamento permite la consignación del importe de la deuda en
dos supuestos:
a) Cuando se interpongan las reclamaciones o recursos procedentes, en cuyo
caso se prevén efectos suspensivos de la ejecutividad del acto impugnado
desde la consignación.
b) Cuando los órganos competentes no admitan el pago, indebidamente o por
fuerza mayor, siendo liberatorios los efectos de la consignación.
El Capítulo VII aborda —en sus arts. 48 a 63— el “Aplazamiento y fraccionamiento del pago”. El art. 48 del Reglamento regula lo que podemos denominar como
ámbito objetivo de aplicación: en primer lugar, el aplazamiento o fraccionamiento debe
ser siempre solicitado por el propio interesado (requisito formal), así como concurrir
dificultades económico-financieras que le impidan transitoriamente hacer frente al
débito (requisito material).
En segundo término, se establecen las causas de denegación automática de la
solicitud de aplazamiento, cuando su titular se encuentre en alguna de las siguientes
circunstancias:
1. Que existan dos o más aplazamientos de deudas tributarias o ingresos de otros
derechos económicos de la Hacienda Pública de Navarra pendientes de cancelación total.
DOCUMENTACIÓN
2. Que exista una deuda vencida y exigible en procedimiento de apremio.
3. Que el titular de la deuda haya iniciado los trámites para solicitar la suspensión de pagos o quiebra o esté incurso en un procedimiento concursal.
Por último, y no por ello menos importante, el núm. 3 de este art. 48 recoge una
enumeración de las deudas que en ningún caso pueden ser objeto de aplazamiento o
fraccionamiento antes del inicio del procedimiento de apremio: 1.- aquellas para cuyo
pago sea preceptivo el uso de efectos timbrados; 2.- las retenciones y pagos a cuenta
del IRPF y del IS, salvo garantía en forma de aval solidario de entidad financiera; 3.las derivadas del Impuesto Especial sobre Determinados Medios de Transporte; 4.- las
tasas sobre rifas, tómbolas, apuestas, combinaciones aleatorias y juegos de suerte, envite o azar, y; 4.- aquellas cantidades que ya antes hayan sido aplazadas o fraccionadas.
La competencia para resolver la solicitud de aplazamiento corresponde, según su
cuantía, al Director del Servicio de Recaudación, cuando la deuda sea inferior a 35
millones de pesetas; si es superior, corresponde al Consejero de Economía y Hacienda
y, si la deuda supera los 250 millones de pesetas, el aplazamiento requerirá Acuerdo del
Gobierno de Navarra (art. 49 RR)
El peticionario del citado aplazamiento está obligado por la legislación vigente a
prestar garantía (art. 50RR), ya sea, con aval solidario de una entidad financiera (núm.
1); ya sea, si lo anterior no es posible con hipoteca inmobiliaria, hipoteca mobiliaria,
prenda con desplazamiento, fianza personal y solidaria y, por último, se admite cualquier otra que se estime suficiente (núm. 2). Resulta obvio señalar, que todas estarán
sujetas a la aceptación previa del órgano competente para conceder el aplazamiento.
Sin perjuicio de lo anterior, el art. 51 del RR prevé tres supuestos en los que se
dispensa de garantías a quien solicita el aplazamiento de una deuda. Podemos clasificarlos en atención a los criterios que motivan su dispensa:
– Subjetivo. Cuando el peticionario es una Administración Pública Territorial,
se exceptúan las sociedades públicas.
– Objetivo. Cuando la deuda cuyo aplazamiento se solicita sea inferior a 35
millones, el plazo no exceda de 2 años y el solicitante ingrese con anterioridad a su tramitación el 30 por 100 de la deuda cuyo aplazamiento solicita.
– Económico-empresariales. Cuando el deudor carezca de bienes o derechos
suficientes para garantizar la deuda y la ejecución de su patrimonio afectara
sustancialmente al mantenimiento de la capacidad productiva y del nivel de
empleo de la actividad económica respectiva, o bien produjera graves quebrantos para los intereses de la Hacienda Pública de Navarra.
La cobertura y otros aspectos formales de las garantías para el aplazamiento o
fraccionamiento del pago se regulan en los artículos 52 y siguientes. En relación con el
importe de la garantía, el citado precepto distingue entre las solicitadas en período
voluntario y en período de apremio. En las primeras, la garantía debe cubrir el importe
principal o fracción, más el interés de demora y el 20 por 100 de ambas partidas. En las
segundas, el importe aplazado o fracción y, además, el recargo de apremio, el interés de
demora y el 5 por 100 de ambas partidas.
Cualquiera que sea la garantía, el núm. 2 regula el tiempo en que ésta debe prestarse: tratándose de un aval, 15 días; en las restantes, 30 días. En ambos casos, a partir
del día siguiente al de la notificación del acuerdo de concesión. En todo caso, la falta
de formalización deja sin efecto el acuerdo de concesión.
Los preceptos siguientes regulan, entre otros aspectos, la suficiencia, liberación
y gastos de la garantía; la solicitud (iniciación, lugar y tiempo, modelo normalizado y
documentos que deben adjuntarse); las consecuencias del aplazamiento o de su denegación; los intereses y, por último, los efectos de la falta de pago.
NORMAS TRIBUTARIAS
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CRÓNICA LEGISLATIVA
De este modo, termina el Título I de este Libro Primero que, como es sabido,
regula pormenorizadamente el modo más usual de extinción de la deuda tributaria, esto
es, el pago.
Bajo la denominación “Otras formas de extinción de las deudas”, el Título II
recoge en sus cuatro Capítulos las siguientes: la prescripción (arts. 55 a 58 LFGT y 64
a 67 RR), la compensación (arts. 59 LFGT y 68 a 73 RR), la condonación (arts. 60
LFGT y 74 RR) y, por último, la insolvencia (arts. 61 LFGT y 75 RR).
Brevemente, nos referiremos a la prescripción. La LFGT y su Reglamento de
desarrollo, siguiendo la estela de su homónima en territorio común, establecen que la
acción para exigir el pago de las deudas tributarias liquidadas prescribe a los cuatro
años, contados desde la fecha en que finalice el plazo de pago voluntario. Es importante señalar que ésta se aplicará de oficio, sin necesidad de que sea el obligado al pago
quien la invoque o excepcione (vid. art. 65 RR). Por último, es importante destacar la
importancia de tres aspectos fundamentales: cuándo se interrumpen los plazos de prescripción (art. 66 RR) y cuál es su extensión y sus efectos (arts. 67 RR).
El Libro Segundo se refiere al “Procedimiento de recaudación en período
voluntario” (arts. 76 a 81). Su Capítulo I, titulado “Disposiciones generales”, establece, por una parte, los plazos de inicio y conclusión de este período (art 77). Se inicia a
partir de la fecha de notificación de la liquidación al obligado al pago; en la fecha de la
apertura del plazo recaudatorio (recursos de notificación colectiva y periódica) y, por
último, la fecha de comienzo del plazo establecido reglamentariamente en el caso de
declaraciones-liquidaciones o autoliquidaciones. Concluye este período el día del vencimiento de los correspondientes plazos de ingreso (vid. art. 21 RR).
Por otra, se refiere al papel que desempeñan las entidades colaboradoras en el
cobro de los tributos (art. 76) que, posteriormente desarrolla con mayor profusión de
detalles en el Capítulo II, dedicado íntegramente a los “Ingresos en la Hacienda Tributaria de Navarra a través de entidades colaboradoras” (arts. 78 a 81). Entre otras cuestiones, estos preceptos establecen: la gratuidad de la prestación del servicio; la solicitud
preceptiva de autorización; el procedimiento de autorización –autorización, denegación, publicación en el BON,...–; el control de las actuaciones de las entidades por
parte de la Hacienda Tributaria de Navarra; la suspensión, revocación o exclusión,
mediante la regulación de causas taxativamente establecidas en el art. 78.6 del Reglamento.
Concluido el período de pago voluntario sin que se haya efectuado el ingreso por
parte del obligado tributario, el Libro Tercero de este Reglamento dedica los artículos
82 a 164 al “Procedimiento de recaudación en vía de apremio”, que estructura en cuatro Títulos.
El “Procedimiento de apremio” es la denominación del Título I, el más importante y extenso, en el que, a través de sus siete Capítulos, describe la naturaleza del
citado procedimiento, su apertura y desarrollo.
Del Capítulo I –“Disposiciones generales”– destacamos únicamente que se trata
de un procedimiento administrativo, lo que permite a la Hacienda foral ejecutar incluso
coactivamente los créditos y derechos a su favor declarados y fijados por ella, salvo
impugnación del obligado y, ejecutivo, por lo que no es posible cuestionar la deuda ni
su existencia ni su importe (art. 83). En definitiva, es un procedimiento que se dirige a
hacer efectivo el ingreso, no a conocer la existencia ni cuantía de éste.
En este mismo capítulo (arts. 87 a 93), se abordan otros aspectos de especial
relevancia y, por ende, es necesario tenerlos muy presentes, aunque no sea posible en
estos momentos entrar en sus detalles:
DOCUMENTACIÓN
– el inicio del período ejecutivo se produce al día siguiente del vencimiento del
período voluntario; y el del procedimiento de apremio, con la providencia de
apremio notificada al deudor (art. 87);
– sus efectos son los siguientes: el devengo del recargo de apremio y de los
intereses de demora y, en caso de falta de pago, la ejecución del patrimonio
del deudor (art. 88);
– los motivos de impugnación están expresamente recogidos en la norma legal
y reglamentaria: el pago o extinción de la deuda, la prescripción, el aplazamiento y la falta de notificación de la liquidación o anulación o suspensión de
la misma (art. 89);
– el recargo de apremio será, con carácter general, el 20 por 100. No obstante,
será del 10 por 100 cuando la deuda tributaria no ingresada se pague antes de
que la providencia de apremio haya sido notificada al deudor y no se exigirán
los intereses de demora (art. 90);
– la suspensión del procedimiento procederá previa prestación de la correspondiente garantía, salvo que concurra alguna de las circunstancias que señala el
art. 91.2;
– la terminación del procedimiento se producirá por pago del débito, por acuerdo de fallido total o parcial, así como por el acuerdo de haber quedado extinguido el débito por cualquier otra causa legal (art. 92) y, por último,
– la práctica de las notificaciones debe contener los datos escrupulosamente
establecidos por el art. 93, entre otros: texto íntegro del acto y recursos que
contra el mismo procedan.
A los “Títulos para la ejecución” se refiere el Capítulo II, en sus artículos 94 y
95. La apertura del procedimiento de apremio tiene lugar, como es sabido, mediante la
providencia de apremio notificada al deudor, en la que se identifica la deuda pendiente
y se le insta al pago. Estos títulos tienen “la misma fuerza ejecutiva que la sentencia
judicial para proceder contra los bienes y derechos de los obligados al pago”. Por último, se establecen los datos que deben contener los citados títulos.
En el Capítulo IV, referido al “Embargo de los bienes”, destacamos las siguientes cuestiones:
Primera.–Desatendido el requerimiento de pago de la providencia de apremio, la
providencia de embargo ordena el embargo de los bienes en cantidad suficiente para
cubrir la prestación y el recargo de apremio, más los intereses de demora y las costas
generadas o que se generen.
Es de la máxima importancia lo establecido en el art. 103 del Reglamento en virtud del cual determinados bienes se declaran libres de embargo: los exceptuados de
traba por las leyes procesales, los declarados en particular inembargables en virtud de
ley, así como aquellos que resulten insuficientes para la cobertura del coste de realización.
Segunda.–El orden de embargo y los bienes embargables se especifican en el art.
121 de la LFGT y se completa con lo dispuesto en los arts. 100 y 101 de este Reglamento. El primero se refiere a la ejecución de las garantías si existen y si no existen o
son insuficientes se traban los bienes según el orden establecido en el art. 101 que es el
siguiente: 1º Dinero en efectivo o en cuentas abiertas en Entidades de depósito; 2º Créditos, efectos, valores y derechos realizables en el acto a corto plazo; 3º Sueldos, salarios y pensiones; 4º Bienes inmuebles; 5º Establecimientos mercantiles e industriales;
6º Metales preciosos, piedras finas, joyería, orfebrería y antigüedades; 7º Frutos y rentas de toda especie; 8º Bienes muebles y semovientes; 9º Créditos, derechos y valores
realizables a largo plazo.
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CRÓNICA LEGISLATIVA
Tercera.–El art. 104 otorga a los órganos recaudadores potestades de obtención
de información sobre los bienes del deudor, en particular, señala literalmente este precepto:
1. La que exista en la Hacienda Foral y en otros órganos del Gobierno de Navarra
2. La que pueda obtenerse de registros públicos, así como de entidades o personas públicas o privadas obligadas por ley a aportarla
3. La que ofrezca voluntariamente el propio obligado al pago
4. Cualquier otra información que pueda obtenerse mediante indagación por los
medios que el órgano de recaudación estime adecuados.
Cuarta.–La práctica de los embargos se efectúa mediante la diligencia de embargo y la presentación del agente recaudador donde se hallen los bienes, derechos o efectos a embargar, dándose notificación de la traba posteriormente al sujeto pasivo.
Para concluir con la regulación del procedimiento de apremio, el Reglamento
aborda: el depósito de los bienes embargados hasta su realización (art. 125) y la enajenación de dichos bienes, para lo cual se hace necesario proceder a la valoración de los
bienes según precio de mercado. En caso de no existir acuerdo en la valoración el obligado podrá proponer valoración contradictoria y, en su caso, se hará necesaria la tasación pericial contradictoria (art. 128).
La valoración así hallada servirá de base para la posterior enajenación de los bienes embargados, mediante subasta (arts. 134 a 138) o concurso (art. 133), adjudicación
directa (art. 139) y, por último, la adjudicación de los bienes a la Comunidad Foral de
Navarra (art. 147 a 151).
El Reglamento dedica los artículos siguientes a la terminación del procedimiento
de apremio por cualquiera de estos medios:
– El pago del débito haciéndose constar en el expediente y entregando los justificantes al deudor.
– Acuerdo de fallido total o parcial del deudor y de los responsables solidarios
si los hubiere. En este caso, se derivará la acción contra los responsables subsidiarios. Si no los hubiere se declarará el crédito incobrable (arts. 152 a 155).
No obstante, si durante el plazo de prescripción se produce solvencia sobrevenida del deudor, se producirá la rehabilitación del crédito.
– Acuerdo de haberse extinguido el crédito por cualquier otra causa legal.
Los recursos administrativos y responsabilidades se regulan en el Libro Cuarto,
y último, del que solamente nos interesa destacar dos cuestiones: por una parte, es que
los actos de gestión tributaria pueden ser objeto de recurso de reposición o reclamación
en vía económico-administrativa (art. 165) y, por otra, que su interposición no suspenderá la ejecución del acto impugnado, salvo solicitud expresa por parte del interesado y
previa aportación de alguna de las garantías establecidas en el art. 166, que dice así:
depósito en dinero efectivo o en valores públicos; aval o fianza de carácter solidario,
contrato de seguro de caución celebrado con una entidad aseguradora autorizada y, por
último, fianza personal y solidaria de dos contribuyentes de la Comunidad Foral de
Navarra de reconocida solvencia.
Sin perjuicio de lo anterior, los núm. 3 y 4 establecen dos supuestos especiales:
la suspensión de la ejecución cuando el Tribunal aprecie que la misma pudiera causar
daños de difícil o imposible reparación y la suspensión del procedimiento recaudatoria,
sin aportación de garantía, cuando el órgano que deba resolver el recurso aprecie un
error aritmético, material o de hecho, al dictar el acto impugnado.
DOCUMENTACIÓN
3. Decreto Foral 178/2001, de 2 de julio, por el que se aprueba el Reglamento del
recurso de reposición y de las impugnaciones económico-administrativas de la
Administración de la Comunidad Foral de Navarra
El presente Decreto Foral desarrolla la revisión de actos en vía administrativa,
regulado en el Capítulo VII de la Ley Foral General Tributaria (arts. 140 a 159).
Desde el punto de vista formal, el Reglamento consta de 71 artículos, estructurados en un Título Preliminar, cuatro Títulos, una Disposición adicional, transitoria, derogatoria y final.
El Título Preliminar nos indica en su art. 1 el objeto de esta norma: la regulación
del recurso de reposición, de las impugnaciones económico-administrativas y del reembolso del coste de las garantías aportadas para suspender la ejecución de una deuda tributaria que, con este orden y de manera sucesiva, se abordan en los cuatro títulos que le
siguen.
El Título I se refiere al recurso de reposición. En los dieciséis preceptos de que
consta se establecen las características de este recurso del que queremos destacar, en
primer lugar, su carácter potestativo, tal y como señala el art. 2 al señalar que serán los
interesados quienes opten por interponer “directamente la reclamación económicoadministrativa contra dichos actos”; ahora bien, no pueden ser simultáneos este recurso y la reclamación económico-administrativa y, por ende, ésta no podrá interponerse
hasta que el recurso de reposición se haya resuelto (art. 3).
En segundo término, el interesado tiene un plazo de un mes para interponer
dicho recurso, contado desde el día siguiente al que se le notificó el acto cuya revisión
solicita (art. 5); ante el órgano que dictó el acto administrativo que se impugna, “salvo
que se atribuya su competencia a otro superior” (art. 4). La interposición del mismo
interrumpe los plazos para el ejercicio de otros recursos, tal como establece el art. 6.
En tercer lugar, queremos destacar la regulación de la suspensión de la ejecución
del acto impugnado. Como regla general, y en virtud de lo dispuesto en el art. 11 de
este Reglamento, la interposición del recurso de reposición no suspende la ejecución
del acto que se impugna. No obstante, se prevé su suspensión siempre que se respeten
las normas contempladas en relación con la reclamación económico-administrativa
(arts. 45 y siguientes), aunque con las precisiones que se establecen en el núm 2 de este
mismo precepto:
Primera.–El órgano competente para tramitar y resolver la solicitud es el que
dictó el acto impugnado.
Segunda.–Las resoluciones desestimatorias de la suspensión serán susceptibles
de reclamación económico-administrativa ante el TEAF.
Tercera.–Las garantías deben cubrir la duración del recurso de reposición y, en
su caso, de la reclamación económico-administrativa.
Cuarta.–Los efectos de la suspensión se mantendrán durante la sustanciación del
recurso de reposición y se extenderán al procedimiento económico-administrativo, si se
interpone la correspondiente reclamación.
El Título II está dedicado a las reclamaciones económico-administrativas y
comienza por establecer, en su Capítulo I, sus aspectos generales, así como los actos
que son impugnables en esta sede.
El Capítulo II está dedicado a la organización del Tribunal Económico-Administrativo Foral. Este órgano es el competente para el conocimiento de las impugnaciones
económico-administrativas y la adopción de las propuestas de resolución que deberá
ratificar el Gobierno Foral (art. 20). El Reglamento establece que este Tribunal estará
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CRÓNICA LEGISLATIVA
integrado por cinco vocales, siendo uno quien ejerza la función de Presidente (art. 21),
asimismo se regulan las sustituciones.
Desde otra perspectiva, se regula pormenorizadamente el régimen de abstenciones y recusaciones, así como las funciones de cada uno de los miembros del Tribunal
(arts. 25 a 27) y el de su personal adscrito (art. 28).
Concluye este capítulo, con las normas que rigen su organización y funcionamiento: convocatoria y orden del día (art. 29); constitución del TEAF (art. 30); supuestos especiales (art. 31); orden de la reunión (art. 32); adopción de acuerdos y votos particulares (art. 33); actas de las sesiones (art. 34); y, ratificación de las propuestas de
resolución (art. 35).
El Capítulo III contiene las normas relativas a los “Interesados”. En los artículos
36 a 41 se determina quiénes tienen capacidad para intervenir, quiénes están legitimados
para hacerlo en nombre propio, que son los obligados tributarios y los que se encuentran
directamente afectados por el acto administrativo dictado; regula, asimismo la posibilidad
de comparecer el interesado, bien directamente bien a través de representante.
Con la denominación “Extensión y acumulación”, el Capítulo IV establece en
sus arts. 42 a 44 la extensión revisora del Tribunal y, en este sentido, el citado órgano
está obligado a resolver todas y cada una de las cuestiones que ofrezca el expediente y
que legalmente deban resolverse, hayan sido o no planteadas por los interesados. Se
prevé, además, la acumulación de reclamaciones, ya sea directamente por el propio
interesado (art. 43) ya sea por el TEAF (art. 44).
Las normas que regulan la suspensión de la ejecución del acto impugnado se
establecen de manera pormenorizada en el Capítulo V, cuyos aspectos generales resumimos a continuación:
Primera.–La interposición de una reclamación económico-administrativa no suspende la ejecución del acto impugnado
Segunda.–No obstante, podrá suspenderse, de oficio o a solicitud del recurrente,
la ejecución del acto impugnado cuando concurra alguna de estas dos circunstancias: 1)
que la ejecución pueda causar daños de imposible o difícil reparación 2) que la impugnación se fundamente en alguna de las causas de nulidad de pleno derecho, contempladas en la LRJ-PAC.
Tercera.–La suspensión automática de los actos de contenido económico se produce cuando el interesado lo solicita y aporta garantía suficiente con arreglo a lo dispuesto en el artículo 148 de la LFGT.
El último Capítulo se refiere al “Procedimiento”. Con la interposición por escrito del recurso, comienza el procedimiento que regula la reclamación económico-administrativa (Sección 1ª). El recurso debe presentarse en el plazo de un mes contado desde
el día siguiente al de la notificación del acto recurrido, o en su defecto, al de la desestimación tácita del recurso de reposición y reproducir el contenido a que se refiere el art.
51, entre otros: los datos personales del recurrente, lugar y fecha en los que se interpone, acto objeto de reclamación y firma.
En cuanto a la instrucción, la Sección 2ª se refiere a la subsanación de defectos, la
reclamación del expediente del órgano que dictó el acto impugnado, el período de prueba
y la solicitud de informe al Director del Servicio de Inspección Tributaria cuando la
reclamación se refiera a liquidaciones derivadas de actas suscritas en conformidad.
La reclamación económico-administrativa concluye con la propuesta de resolución
y en la que se indicará alguno de los extremos siguientes: su inadmisión; su estimación
total o parcial; su desestimación y, por último, el archivo de actuaciones (Sección 3ª).
DOCUMENTACIÓN
El Título III regula el recurso extraordinario de revisión, cuyo artículo 62, reproduciendo lo dispuesto en el art. 159 de la LFGT, dice así: “El recurso extraordinario de revisión se interpondrá conforme al régimen establecido por la legislación de régimen jurídico y del procedimiento administrativo común” (véase arts. 118 y 119 de la LRJ-PAC).
Las causas taxadas por las que puede interponerse este recurso ante el órgano
administrativo que los dictó, y competente también para su resolución, son las
siguientes:
1) que al dictarse se hubiera incurrido en un error de hecho
2) que aparezcan documentos de valor esencial para la resolución del asunto
3) que en la resolución hayan sido decisivos documento o testimonios declarados falsos por sentencia judicial firme
4) que la resolución se hubiese dictado como consecuencia de prevaricación,
cohecho, violencia, maquinación fraudulenta u otra conducta punible y se
haya declarado así en virtud de sentencia judicial firme.
El Título IV, titulado “Reembolso del coste de garantías y reducción proporcional de las mismas”, regula en tres secciones el alcance del reembolso, el procedimiento
para su reembolso y, por último, su reducción.
La Administración tributaria asume el coste de las garantías aportadas por el
contribuyente para suspender la ejecución de una deuda tributaria que, como consecuencia de una sentencia o resolución administrativa firme, es declarada improcedente.
El reembolso, total o parcial, se efectuará previa acreditación de su importe, esto es, del
coste de las garantías aportadas para la suspensión, así como los costes necesarios para
su formalización, mantenimiento y cancelación.
4. Ley Foral 23/2001, de 27 de noviembre, para la creación de un impuesto sobre
los grandes establecimientos comerciales
Mediante esta Ley Foral se establece en nuestra Comunidad un impuesto similar
al existente en Cataluña. Los diecisiete artículos de que consta, se estructuran en siete
capítulos y concluye con una disposición adicional y de dos disposiciones finales.
Los motivos a los que obedece su establecimiento se identifican con el objeto
del impuesto y con su finalidad extrafiscal (Capítulo I). Con él se pretende que las
grandes superficies y establecimientos comerciales compensen las “externalidades
negativas al no asumir los costos económicos y sociales que afectan a la vida colectiva, particularmente en el tejido y actividades de lo núcleos urbano, en la ordenación
del territorio, en el medio ambiente y en las infraestructuras” (art. 2), tal como reitera
su Exposición de Motivos.
Un característica singular de este impuesto es la afectación de sus ingresos a los
gastos que se originen por los efectos negativos de la actividad de las grandes superficies y establecimientos comerciales sobre la ordenación territorial, el medio ambiente,
las infraestructuras y la actividad de los centros urbanos (art. 3).
Se regulan a continuación los elementos esenciales de este tributo: hecho imponible (art. 4), exenciones en relación con determinadas actividades de jardinería, venta
de vehículos, de materiales para la construcción, de maquinaria y suministros industriales (art. 5) y el sujeto pasivo (art. 6); la base imponible (art. 7) y liquidable (art. 8), tipo
de gravamen de 12 euros por metro cuadrado.
Nos referiremos únicamente a la base imponible. Está constituida por la superficie total, expresada en metros cuadrados, del gran establecimiento comercial individual, y que estará integrado por varios conceptos, reducidos según los casos en superficie exenta de metros cuadrados, en proporción a la superficie de venta reducida y de
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venta real, o mediante la aplicación de unos coeficientes. Los conceptos que la integran
son los siguientes:
1. La superficie de venta
2. La superficie destinada a almacenes, talleres, obradores y espacios de producción
3. La superficie de aparcamiento
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