EDUCAMOS PARA LA VIDA COTIDIANA Juan Manuel Alarcón Fernández. Escuela de padres y madres. Utrera-2015 Autonomía Es la capacidad de gobernarse a uno mismo, de actuar por propio convencimiento y no porque nos impongan unas ciertas normas sociales de comportamiento. Hay que potenciarla en las rutinas diarias, en la resolución de problemas, en las dificultades en el juego y en la relación con otros niños. “Ayudar” para la autonomía Es ayudar a que el otro se ayude a sí mismo Saber otorgar el protagonismo Potenciar que afloren sus propias capacidades y destrezas Permitir la experiencia Los padres que creen que sus hijos son incompetentes No ofrecen la posibilidad de que los hijos puedan ampliar sus capacidades, destrezas y competencias. Ayudan antes de que sus hijos lo necesiten. No permiten que sus hijos intenten cosas nuevas o puedan fallar. No enseñan conocimientos nuevos y más complejos. Son hiperprotectores cuando advierten pruebas de incompetencia. Creen que no serán capaces de arreglárselas solos. Los padres que creen que sus hijos son competentes No están pendientes de que a los hijos les salga algo mal. Ante los errores, se interesan más por lo que han podido aprender que por corregirles. Pueden ver como se esfuerzan sin sentir necesidad de intervenir. No transmiten miedo al futuro. Motivan con actividades más complejas pero alcanzables a su edad. Educar en la responsabilidad Enseñar a los niños a ser responsables requiere un ambiente especial en el que se les ofrezca información sobre las opciones entre las que deben escoger y las consecuencias de cada una de ellas. Hay que proporcionarles también los recursos necesarios para elegir. La Responsabilidad Es la capacidad para decidir apropiadamente y con eficacia. Se considera efectiva cuando permite al niño conseguir sus objetivos que le ayudarán en su autoestima. Claves para la responsabilidad Conlleva ser autosuficiente y saber defenderse. Tener seguridad, confianza en uno mismo y saber elegir. Hay que hacerles partícipes desde los primeros años, en su vida diaria. Que no sean meros observadores “pasivos”. Tienen que participar, colaborar y tomar decisiones. Las responsabilidades de los niños producirán cierta incomodidad a los adultos.Hay que ser pacientes y tolerantes. Pautas para educarlos (I) AYUDE A LOS NIÑOS A TOMAR DECISIONES Utilice tareas y obligaciones: Se puede especificar cómo, cuándo y quién debe hacerlas. Esto ayuda a desarrollar la capacidad de organización y manejar los propios recursos. Sea coherente. Los adultos coherentes ayudan a los niños a sentirse seguros. Cuando no existen normas claras y evidentes, no hay manera de ser coherente. Pautas para educarlos (II) NO SEA ARBITRARIO. Debemos aclarar lo que queremos, comunicar estas expectativas de forma sencilla y directa, concretar cuáles son las consecuencias esperables, y si el niño actúa en consonancia o no con esas expectativas. VALORE EL ACTUAR CON RESPONSABILIDAD Un niño es responsable si… Realiza sus tareas normales sin que haya que recordárselo en todo momento. Puede razonar lo que hace. No echa la culpa a los demás sistemáticamente. Puede tomar decisiones que difieran de las que otros toman en el grupo en que se mueve (amigos, pandilla, familia, etc.). Es capaz de escoger entre diferentes alternativas. Puede jugar y trabajar a solas sin angustia. Un niño es responsable si… Posee diferentes objetivos e intereses que pueden absorber su atención. Respeta y reconoce los límites impuestos por los padres sin discusiones inútiles o gratuitas. Puede concentrar su atención en tareas complicadas durante cierto tiempo, sin llegar a situaciones de frustración. Lleva a cabo lo que dice que va a hacer. Reconoce sus errores. Educar con “Co-Razón” Integra lo emocional y lo racional. Ni una educación sensiblera y sentimentalista ni una intelectual e instructiva. No debe haber más “cabeza que corazón”; más “trabajo que vida”; más “ejercicios que experiencias”... Más aburrimiento que alegría y entusiasmo. La presencia El educador no ha de buscar una identificación con él sino la construcción de la propia identidad. No es modelo sino presencia: Un signo referencial que con su solo “estar” educa, interpela e interroga al niño. El educador no demuestra sino que “muestra” y “se muestra”. Permitir las emociones Donde hay relación humana la emoción se hace presente. Cuando la educación “se sube a la cabeza” y es lo intelectual lo que ocupa todo el escenario pedagógico, las emociones descienden hacia lo oculto. El corazón alberga razones e inteligencias múltiples y diversas: Hay que desarrollar la IE. LA IMPORTANCIA DE LA EMPATÍA Comprender al otro y saber ponerte en su lugar Hay empatía afectiva y cognitiva Es un análisis sin juzgar Neuronas espejos: Nos permite saber reconocer lo que sucede en la otra persona Clarificar Conceptos Emociones: Intensidad muy alta y corta duración. Pasiones: Intensidad alta y duración media. Sentimientos: Baja Intensidad y larga duración. En la vida diaria… Sus relaciones sociales Celos entre hermanos Las tareas domésticas La agresividad y tiranía Su demanda de autonomía Móviles y redes sociales La motivación a los estudios