Bellas Artes. No puedes decir que eres mexicano, si nunca has visitado el monumental, Palacio de Bellas artes. Es una escala obligada para turistas y claro está, para ciudadanos del D, F. Definitivamente mi favorito, es una sensación indescriptible poder estar frente a su imponente belleza. Ha pasado mucho desde la última vez que visite este recinto, y esta vez que llegue y el simple hecho de ir caminando a su alrededor logro que mi piel se enchilara por completo. Bellas artes es uno de esos lugares de la Cuidad de México que además de su arquitectura, tiene una excelente historia. Estando dentro de este bello Palacio es una experiencia inigualable. Al ir entrando comencé a recordar una de las veces que me dejo marcada al estar en este lugar. Yo tenía 7 años y era mi cumpleaños, mi mama quería sorprenderme y me llevo a este lugar a deleitar la gran obra de “El lago de los cisnes”. Llegamos dos horas antes porque dentro de este hermoso lugar se encuentra un restaurante y para hacer ese momento mejor mi mama decidió que antes de pasar a ver la obra tomáramos un café y tuviéramos un momento entre ella y yo. Ese es uno de los mejores recuerdos que tengo de mi infancia y orgullosamente puedo decir que El Palacio de Bellas Artes es quien alberca tan hermoso recuerdo. El Palacio de Bellas Artes fue concluido el 10 de marzo de 1934 y desde entonces ha albergado objetos para su contemplación temporal, desde piezas del siglo XVI hasta los murales de Diego Rivera y José Clemente Orozco, además exhibe de manera permanente 17 murales de siete pintores nacionales, ejecutadas entre 1928 y 1963. El también museo se ha encargado de solidificar una plataforma de apoyo y espacio para artistas nacionales y extranjeros. En cuanto a actividad cultural, el Palacio tiene diversos actos, de la Orquesta Sinfónica Nacional, Compañía Nacional de Danza, Compañía Nacional de Ópera y la Orquesta de Cámara de Bellas Artes. Bellas Artes es probablemente el icono cultural por excelencia del Distrito Federal. La cartelera siempre es temporal, así que vale la pena estar al pendiente de los actos a presentarse, aunque permanece en el recuerdo de los chilangos magno exposiciones como las de Frida Kahlo y René Magritte. Muy recomendable, vale la pena pagar la entrada a ver las colecciones, aunque siempre hay alguna exposición gratuita que te permite recorrer el interior de edificio.