Geología del sector Cerro Islote (25ºS), Depresión Central, Región de Antofagasta, Chile. Diego Mardonez C.1, Felipe Espinoza G.2, Luis A. Quinzio S3. 1 IANIGLA, CCT Mendoza, CONICET, Av. Ruiz Leal s/n, Parque General San Martín, Mendoza, Argentina. Servicio Nacional de Geología y Minería, Av. Santa María 0104, Providencia, Santiago, Chile. 3 Departamento Ciencias de la Tierra, Universidad de Concepción, Víctor Lamas 1290, Concepción, Chile. 2 Resumen: El sector de Cerro Islote registra la evolución tectónica temprana del sistema andino, desde el periodo extensional primario en el Mesozoico, y el cambio del régimen tectónico ocurrido durante el Cretácico Superior, donde se registra una primer evento compresivo con características regionales, opuesto a los ocurrido con la fase K-T, la cual se observa claramente en esta zona, pero que no es considerada en otros lugares de los andes. En esta contribución se aborda la geología en detalle de la zona y se propone una evolución geológica estructural acorde con los datos regionales existentes, y se muestra una corta pero intensa deformación de las unidades del Cretácico Superior, respondiendo a la inversión de estructuras extensivas que generaron la configuración actual de esta particular zona. Palabras Calves: Cerro Islote, K-T, evolución 1 Introducción El Cerro Islote (2694 m.s.n.m. 24º55'45''S/69º28'35''W) ubicado en la Depresión Central, cercano a las primeras manifestaciones de la Cordillera de Domeyko (Precordillera), esto lo hace una área de interés, ya que comparte características geológicas y tectónicas con ambas morfoestructuras. La zona posee un relieve bajo, con influencia de tectónica extensiva durante el Cenozoico y potentes secuencias volcánicas cretácicas y paleógenas, similar a lo observado para la Depresión Central, además posee características que se observan en la Cordillera de Domeyko, como lo son los depósitos de plataforma calcárea y rocas clásticas continentales que se desarrollan durante el Mesozoico y la compresión que afecta a las mismas. En esta zona también se puede resumir la historia geológica del norte chileno en la Región de Antofagasta, que se caracteriza por el marcado par arco volcánico cuenca de tras arco durante el Jurásico, la contientalización del sistema marino al final del periodo y la migración progresiva del magmatismo hacia el este. 2 Geología del Cerro Islote La geología de este sector fue estudiada en detalle (escala 1:25.000) por Mardonez (2014), y en esta capítulo se mostrará un resumen de la geología del Cerro Islote, la que se sintetiza en el mapa de la figura 1. Las rocas estratificadas y estructuras se disponen en franjas de dirección NS, las zonas bajas se encuentran cubiertas por el espeso relleno aluvial que conforma las planicies. Las rocas más antiguas que afloran en el sector son los depósitos calcáreos de la Fm. Profeta, se disponen en la ladera oriental de cerro y tienen una fuerte deformación en pliegues de pequeña escala, por eso se estima una potencia mínima de 300m. Las litologías presentes son calcáreas y evaporíticas, las primeras se componen de intercalaciones decimétricas (hasta dos metros) de calcarenitas, calcilutitas y margas de tonos pardo, gris, verdoso y blanquecino, con cantidades variables de aloquímicos, poseen además laminación cruzada y paralela, nódulos y concreciones esféricas y discoidales, además muchas de estas rocas poseen fragmentos fósiles de peces, pelecípodos y abundantes amonites que permiten situarla en el Oxfordiano medio a superior. En tanto las evaporitas corresponden principalmente a yeso con anhidrita en colores blanco y gris y se les asigna una edad Oxfordiano superior a Kimmeridgiano. Se interpreta un ambiente de depositación en plataforma carbonática de baja profundidad y energía variable, durante un periodo regresivo mayor de la cuenca marcado por la presencia de evaporitas, que indican el secamiento total de la misma, este episodio se registra ampliamente en las cuencas del norte y centro de Chile, como también en territorio argentino. En contacto aparentemente transicional con la unidad antes descrita se desarrolla una secuencia clástica de aprox. ~300 m de espesor, que aflora en el extremo sur y centro norte del cerro, informalmente denominada Estratos Areniscas Islote, ya que la definición original de Fm. Santa Ana fue recientemente reemplazada por Fm. Llanta en su localidad tipo (Venegas et al., 2013), denominación que no se ajusta a lo encontrado en esta zona. Las rocas de esta unidad corresponden a areniscas negro rojizas con intercalaciones menores de brechas y lentes de limolitas con grietas de desecación. Corresponden a litarenitas feldespáticas y arcosas líticas, con fragmentos de rocas volcánicas básicas oscuras (vidrio) con microlitos de plagioclasa, y máficos de piroxeno y anfíbol, los líticos calcáreos son poco comunes. Estas rocas se depositaron probablemente en un ambiente de sabkhas costeros, que indica aguas someras, relativamente tranquilas sometidas a fases de secamiento esporádicos, con un marcado aporte del arco volcánico. La edad de estos estratos, no pudo ser determinada con precisión, y se les asigna una edad Jurásico SuperiorCretácico Inferior en base a sus relaciones de contacto, similar a la edad interpretada para las rocas ubicadas en el flanco occidental de la Sierra de Candeleros denominadas Estratos Quebrada del Chaco (Venegas et al., 2013). Abarcando gran parte del Cerro Islote, y su continuación al sur, se encuentran rocas piroclásticas de la Fm. Quebrada Mala, son capas resistentes de más de 1000 m de espesor, que se disponen homoclinalmente y cubren en discordancia angular a las calizas de la Fm. Profeta y a los Estratos Areniscas Islote. Las rocas que componen esta formación corresponden a lavas de composición intermedia, rocas piroclásticas félsicas y, en menor medida horizontes sedimentarios. Aunque se acuñan, intercalan e interdigitan mutuamente se separaron 4 litofacies: a) Algomerados, brechas y areniscas: dispuestos bajo las tobas se encuentran areniscas y brechas con importante aporte de clastos volcánicos intermedios y fragmentos de toba y en menor medida calizas. Además niveles de aglomerado de fragmentos de rocas volcánicas intermedias a basálticas. b) Lavas andesítcas – andesítico-basálticas: Se disponen en el sector occidental de la zona de estudio y corresponden a capas delgadas interdigitadas en las tobas, litológicamente se trata de lavas con fenocristales de plagioclasa, piroxeno y anfibol en masa fundamental vítrea oscura, con microlitos de plagioclasa orientados. c) Tobas riolíticas: constituye el mayor volumen de afloramientos de esta formación por lo que se subdividió en 4 tipos: c1) Tobas soldadas: De coloraciones rojizas, las fiamme y esquirlas se encuentran orientadas y aplastadas, además se observan fragmentos de cristales de plagioclasa cuarzo y máficos muy alterados, la matriz a menudo está desvitrificada en forma de esferulitas radiales o axiales, o bien como agregado felsofídico. c2) Tobas de cristales: de coloración gris amarillenta, presenta grandes cristales de cuarzo como “ojos” además de sanidina, la plagioclasa es menos abundante y más pequeña, escasamente se encuentra oxibiotita, la matriz posee esquirlas sin aplastamiento pero levemente fluidales, la desvitrificación es menor y lo hace en forma de esferulitas y mayormente felsofídica. C3) Tobas líticas: menos abundantes que las anteriores, se diferencian por gran la cantidad de líticos tobáceos que se observan a simple vista. C4) Tobas vítreas: (fuera del mapa al SW), presentan un color blanquecino, con “ojos” de cuarzo y cristales de biotita en una matriz porosa con abundantes esquirlas sin aplastamiento, la desvitrificación es felsofídica, esferulítica o silicificación. d) Brechas verdes: afloramientos dispersos se disponen sobre las tobas, muestran notoria coloración verdosa, y se trata de rocas sedimentarias de variada litología, donde predominan las brechas con clastos de tobas (hasta 60 cm), en una matriz de mala selección y compuesta de abundantes líticos de rocas volcánicas intermedias y tobas riolíticas, los fragmentos cristalinos son de plagioclasa y máficos variados, inmersos en una granulometría fina y/o cemento arcilloso, calcáreo, silíceo y clorítico. Al sur del Cerro Islote cerca de la base de esta unidad se obtuvo una edad U-Pb en zircón de 72,5 ±1,0 Ma (Mardonez, 2014) concordante con edades previamente realizadas en la zona, que la sitúan entre los 73 y 69 Ma (Campaniano – Maastrichtiano) (Espinoza et al., 2011, 2012; Venegas et al., 2013). Se propone que estas rocas se formaron producto de vulcanismo subaéreo de caldera anular del tipo bisagra, que se inició con depósitos sedimentarios y volcánicos distales, que dan paso a una fase netamente piroclástica donde se acumulan espesos paquetes de tobas con niveles vitrófiros, sin participación de clastos accidentales, indicando ambiente de intracaldera donde se depositan sucesivos flujos piroclásticos provenientes del borde activo, las lavas y tobas líticas representan el estado post-colapso de las facies de caldera. Esta configuración a menudo desarrolla intrusiónresurgencia de cuerpos subvolcánicos o plutónicos de composición variada, se interpreta que esto podría estar representado por el Intrusivo Cerro Islote, dispuesto en el núcleo del cerro homónimo y en la continuación sur, intruyendo a tobas de la Fm. Quebrada Mala. Discordante sobre las rocas del Cretácico Superior se disponen las rocas volcánicas de la Fm. Chile-Alemania. Estas conforman afloramientos continuos en la Depresión Central, formando grandes sierras como los son Sierra de las Pailas, del Limbo, del Relincho y Peñafiel. Al sur de la zona de estudio los afloramientos se ubican en los extremos SE y SW, se disponen de manera subhorizontal y alcanzan espesores de 300-500m. La edad es acotada por trabajos regionales y se sitúa en el rango de 65 a 56 Ma correspondiente al Paleoceno (Puig et al., 1988; Matthews et al., 2007; Espinoza et al., 2011,2012; Vengas et al., 2013). El ambiente es del tipo volcánico subaéreo de amplio espectro composicional controlado por fallas extensionales. Al oeste del Cerro Islote se sitúa la Sierra del Relincho y Peñafiel, donde se encuentran domos alineados según la Fractura Peñafiel, la que habrían controlado las emanaciones volcánicas en esta zona. Las gravas que cubren las depresiones representan la erosión de las sierras encontradas al este, en la Cordillera de Domeyko. 3 Evolución estructural Las principales estructuras de la zona son dos discordancias angulares que marcan importantes episodios compresivos. La más antigua se desarrolla entre los depósitos del Jurásico (Fm. Profeta) y Cretácico Inferior (Estratos Areniscas Islote), intensamente deformados, principalmente en pliegues de meso escala y algunas tendencias mayores, discordantes bajo las rocas volcánicas félsicas del Campaniano-Maastrichtiano, estas últimas están dispuestas homoclinalmente, que indican un plegamiento (con fallas asociadas) de gran escala, sellado por las rocas de la Fm. Chile-Alemania del Paleoceno Inferior que se disponen subhorizontalmente. La primera corresponde a la compresión denominada Fase Peruana, reconocida ampliamente en los andes y que ocurrió aproximadamente a los 90 Ma. La segunda discordancia se relaciona con la Deformación Compresiva “K-T”, que se desarrolla entre 65-62 Ma (Cornejo et al., 2003). La corta duración de la compresión y la similitud de las rocas que se encuentran bajo y sobre la discordancia, en conjunto con que la angularidad de las capas no siempre se registra, hace difícil reconocer regionalmente esta etapa deformacional. Los trabajos publicados sobre este periodo se ocupan principalmente de diferenciar los episodios volcánicos mediante dataciones y datos geoquímicos, estos últimos registran engrosamiento cortical para las rocas paleocenas, concluyendo que la deformación K-T generó tal condición (Cornejo y Matthews, 2001; Cornejo et al., 2003; Espinoza y Fanning, 2012). En esta zona es posible restringir el evento K-T entre 69 y 65 Ma debido a que existen dataciones cercanas, sobre y bajo la discordancia, la cual se observa claramente en terreno, por lo que las rocas volcánicas de la Fm. Quebrada Mala registran el estilo estructural de este periodo, aunque la evidencia es poco concluyente. A continuación se discutirá la posible evolución que registran estas rocas en el sector de Cerro Islote. No se ha efectuado trabajos específicos sobre la estructura de este lugar, ya que constituye un pequeño cerro isla dentro de las amplias llanuras. El trabajo regional de Chong (1973) describe al Cerro Islote como un anticlinal de eje NNE erodado en su parte central y oriental que deja expuesto un núcleo de rocas jurásicas. En el perfil generalizado de la Carta Aguas Blancas Marinovic et al., 1995 proponen una falla normal vertical, cuyo bloque colgante corresponde a las rocas calcáreas de la Fm. Profeta. Más recientemente Amilibia (2002) describe al Cerro Islote como la continuación hacia el sur de la flexión generada por el cabalgamiento de la Sierra de Argomedo producto de la falla homónima de vergencia occidental, la estructura generada en el bloque colgante (Anticlinal de Sierra Áspera) quedaría sepultada bajo los depósitos aluviales en su prolongación sur, el mismo autor indica que parte de la deformación de la cobertura Mesozoica es anterior a los 60 Ma. Asimismo Matthews et al. (2007) en un perfil regional de la zona Catalina-Los Vientos, interpretan estructuras de basamento invertidas con vergencia occidental como responsables de los plegamientos observados en las rocas del Cretácico Superior. En este trabajo se propone una estructura de gran escala, controlada por la Fractura Peñafiel (Puig et al., 1988) que se interpreta como una falla cortical que controla la depositación en hemigraben del volcanismo de la Fm. Quebrada Mala, y que posteriormente se invierte durante la compresión del K-T (Espinoza et al., 2013; Mardonez, 2014). Los escasos afloramientos de la Fm. Quebrada Mala cercanos a la Fractura Peñafiel corresponden a tobas riolíticas expuestas en las cercanías al distrito Cachinal de la Sierra, además datos de subsuelo en el distrito indican la presencia de lavas andesíticas, areniscas y brechas verdes, estas últimas interpretadas como depósitos endorreicos de caldera (Puig et al., 1988). Así las presencia de lavas en el flanco occidental del Cerro Islote y la ocurrencia de las mismas en la zona de Cachinal de la Sierra, indican un probable centro emisor hacia el W, sumado a que el relleno sedimentario intracaldera se deposita en las zonas deprimidas, es posible interpretar que la Fractura Peñafiel controla este depocentro de la actividad volcánica durante el Cretácico Superior, como un hemigraben abierto hacia el este. Las rocas de la Fm. Quebrada Mala que afloran en Cachinal de la Sierra muestran manteos al E, contrarios a los observados en el Cerro Islote, donde el manteo homoclinal de las capas es hacia el E, esto advierte la presencia de un sinclinal abierto que se encuentra rellenado en su concavidad por los depósitos aluviales actuales (Espinoza et al., 2013), esta estructura responde a la interacción entre la inversión de la Falla Peñafiel y la generación de una falla, asociada a la inversión, que controla la estructura del Cerro Islote. Los datos de superficie no son concluyentes en cuanto a la geometría en profundidad de esta última, pudiendo tratarse de una falla de vergencia oriental, como un retrocorrimiento, similar a lo descrito por Chong (1973) o bien, como una falla con transporte tectónico hacia el oeste, cercano a lo propuesto por Amilibia (2002), en ambos casos la generación de esta falla responde a un alto acople en la falla principal (Falla Peñafiel), que impide una mayor inversión y transmite la deformación hacia el este. Adicionalmente se puede interpretar que las unidad de Brechas Verdes de la Fm. Quebrada Mala corresponden a una depositación sintectónica al evento deformacional K-T, ya que se disponen sobre las rocas volcánicas y se distribuyen de forma irregular en el área (con mayores espesores hacia el W), además la litología gruesa (brechas) y líticos mayoritariamente tobáceos permite interpretarlas como depositadas en una pequeña cuenca que deposita productos erosionados de la topografía creada durante la deformación. 4 Conclusiones La diversidad en el registro geológico del Cerro Islote permite estudiar parte de la evolución andina, donde se registra además un evento contraccional poco estudiado, la fase compresiva K-T, que presenta una deformación fuerte pero corta en el tiempo. Al situarse entre dos morfoestructuras distintas, el Cerro Islote se muestra como una pieza importante para comprender la evolución estructural, tanto de la Depresión Central como de la Cordillera de Domeyko, la migración de la deformación y la importancia de las estructuras extensivas previas en la configuración actual. Referencias Amilibia, A. 2002. Inversión tectónica en la Cordillera de Domeyko, Andes del Norte de Chile. PhD. Thesis, Universidad de Barcelona. Chong, G. 1973. Reconocimiento geológico del área Catalina, Sierra de Varas y estratigrafía del Jurásico del Profeta, Provincia de Antofagasta. Departamento de geología, Universidad de Chile, Santiago, memoria para optar al título de geólogo. Cornejo, P., Matthews, S. & Pérez, C. 2003. The "K-T" compressive deformation event in northern Chile (24°-27°S). 10th Congreso Geológico Chileno, Concepción. Espinoza, F.; Fanning, M. 2012. 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