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Nº 17, mayo de 2013
Jurisprudencia
Resoluciones en materia mercantil
Por María Luisa Sánchez Pa redes, profesora de Derech o Mercant il de la USP CEU
1. Tribunal de justicia de la unión
europea
SENTENCIA DE LA GRAN SALA DEL
TRIBUNAL DE JUSTICIA DE LA UNIÓN
EUROPEA [Asuntos acumulados C-274/11
y C-295/11] DE 16 DE ABRIL DE 2013
Propiedad Industrial.- Patente Unitaria: impugnación
de la Decisión del Consejo de autorizar una
cooperación reforzada. Si bien es cierto que las
normas en materia de propiedad industrial son
esenciales para mantener una competencia no
falseada en el mercado interior, no constituyen
«normas sobre competencia» necesarias para el
funcionamiento del mercado interior (art. 3.1-b
TFUE) las que disponen que el Parlamento y el
Consejo establecerán las medidas relativas a la
creación de títulos europeos para garantizar una
protección uniforme de los derechos de propiedad
industrial en la Unión (art. 118 TFUE). Las
competencias atribuidas en este precepto están
comprendidas en el ámbito de las competencias
compartidas entre la Unión y los Estados miembros
(art. 4 TFUE) y tienen naturaleza no exclusiva, que
permite instaurar entre los Estados una cooperación
reforzada (art. 20 TUE) que puede ser autorizada por
el Consejo. La Decisión del Consejo de autorizar una
cooperación reforzada tras haber comprobado que
la Unión en su conjunto no podía establecer una
patente unitaria y su régimen lingüístico en un plazo
razonable, no elude la exigencia de que el Consejo se
pronuncie por unanimidad, previa consulta al
Parlamento, sobre el establecimiento de los
regímenes lingüísticos de los títulos europeos, ni
conlleva la exclusión de los Estados miembros que
no se han unido a la solicitud de cooperación
reforzada. En el procedimiento que concluye con la
adopción de la Decisión de autorizar una
cooperación reforzada participan la Comisión, que
presenta la propuesta, el Parlamento, que la
aprueba, y el Consejo, que la autoriza. En
consecuencia, El Tribunal de Justicia debe comprobar
si el Consejo examinó con diligencia e imparcialidad
los elementos pertinentes a este respecto y si la
conclusión a que llegó está suficientemente
motivada. En este caso, el Consejo tomó
fundamentalmente en consideración el hecho de
que el proceso legislativo iniciado con el objeto de
crear una patente unitaria comenzó en el año dos
mil y que ninguno de los regímenes lingüísticos
diferentes, con o sin elementos de compromiso, ha
logrado un apoyo que pudiera conducir a la adopción
de un «paquete legislativo» completo relativo a
dicha patente comunitaria.
2. TRIBUNAL SUPREMO
SENTENCIA DE LA SALA DE LO CIVIL DEL
TRIBUNAL SUPREMO [Recurso 1240/10]
DE 19 DE DICIEMBRE DE 2012 [Ponente:
José Ramón Ferrándiz Gabriel]
Derecho concursal.- Acción de reintegración
ejercitada por un acreedor. Rescisión de una
compensación convenida entre la concursada y su
administrador con el fin de reducir la deuda de éste
frente a la sociedad, originada por la compra de un
inmueble de la sociedad, en la medida concurrente
con los créditos que tenía el administrador por razón
de sueldos adeudados y por la renta causada por el
arrendamiento del inmueble vendido. Se trataría de
un acto dispositivo a título oneroso realizado a favor
de alguna de las personas especialmente
relacionadas por el concursado, sin que pueda
constituir un acto ordinario y normal de la sociedad
que posteriormente fue declarada en concurso (art.
71.3.1º y 5.1º LC).
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SENTENCIA DE LA SALA DE LO
CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVO DEL
TRIBUNAL SUPREMO [Recurso 43/12] DE
21 DE DICIEMBRE DE 2012 [Ponente:
Enrique Lecumberri Martí]
Derecho concursal.- La norma que establece un
régimen arancelario máximo para los procuradores
en función de las circunstancias socioeconómicas
generales (disp. ad. única R.D-Ley 5/2010, de 31 de
marzo) no adolece de inconstitucionalidad (ATS
19.7.2011). Aunque es doctrina jurisprudencial (STS
29.4.2010) que no puede construirse por los
Tribunales una responsabilidad de la Administración
por acto legislativo partiendo del principio general
de responsabilidad de los poderes públicos (art. 9.3
CE) ni mediante la aplicación analógica de los
preceptos legales que regulan la responsabilidad de
la Administración, ello no significa que se descarte a
priori la posibilidad de una responsabilidad del
Estado derivada de actos legislativos. Ahora bien, la
jurisprudencia también ha señalado que el criterio
esencial para determinar la antijuridicidad del daño
o perjuicio causado a un particular por la aplicación
de un precepto legal o normativo, debe ser el de si
concurre o no el deber jurídico de soportar el daño,
ya que las restricciones o limitaciones impuestas por
una norma han de ser soportadas por cada uno de
los individuos que integran el grupo de afectados en
aras del interés público. En consecuencia, no puede
considerarse antijurídico el daño sufrido por el
procurador del concursado como consecuencia de la
entrada en vigor de la norma que limita su arancel,
pues no estamos ante un daño o sacrificio
patrimonial singular y especial de derechos o
intereses legítimos de personas concretas. De hecho,
el juez de lo mercantil competente fijó el importe a
que ascienden sus servicios profesionales sin la
limitación de la norma, que, por otra parte, responde
a una medida legislativa justificada suficientemente,
que se impone con carácter general, que, en todo
caso, los afectados tienen el deber jurídico de
soportar, y que no da por sí sola derecho a una
compensación indemnizatoria.
SENTENCIA DE LA SALA DE LO CIVIL
DEL TRIBUNAL SUPREMO [Recurso
1017/10] DE 26 DE DICIEMBRE DE
2012 [Ponente: Ignacio Sancho
Gargallo]
Derecho de sociedades.- Sociedad de responsabilidad
limitada. Órgano de administración: situaciones de
conflicto de intereses. La Ley de Sociedades de
Responsabilidad Limitada establecía para los
administradores de la sociedad la prohibición de
dedicarse, por cuenta propia o ajena, al mismo,
análogo o complementario género de actividad que
la sociedad, salvo autorización expresa mediante
acuerdo de la junta general (art. 65.1). Con relación a
dicho acuerdo disponía, además, que el socio no
podrá ejercer el derecho de voto correspondiente a
sus participaciones cuando, siendo administrador, el
acuerdo se refiera a la dispensa de la prohibición de
competencia (art. 52.1). La norma pretendía evitar el
conflicto con el interés social, que se ocasiona
cuando en la votación que acuerda la dispensa al
administrador de la prohibición de competencia
interviene el propio administrador afectado, ya sea
porque es el socio que ejercita directamente el voto,
ya sea porque actúa como representante del socio.
Lo relevante es que no puede intervenir en la
votación quien detenta el interés extrasocial en
conflicto con el interés social. Por otro lado, la
ausencia de autorización expresa a los
administradores de la sociedad para desarrollar el
mismo, análogo o complementario género de
actividad que la sociedad, legitima a cualquiera de
los socios para pedir el cese de los administradores
afectados por la prohibición de competencia (STS
5.12.2008). Sin que pueda admitirse una
autorización tácita derivada del conocimiento que
los socios tenían de la actividad desarrollada por los
administradores.
SENTENCIA DE LA SALA DE LO CIVIL DEL
TRIBUNAL SUPREMO [Recurso 1573/10]
DE 3 DE ENERO DE 2013 [Ponente: Ignacio
Sancho Gargallo]
Derecho
de
sociedades.Modificaciones
estructurales: efectos de la escisión parcial. Cuando
la rama de actividad transmitida a la sociedad
beneficiaria de la escisión corresponde al negocio
internacional, que constituía una unidad económica
empresarial que se desarrollaba de forma autónoma,
dicha rama de actividad debe incluir todo negocio
internacional, con independencia de que no se
recoja en el balance de la sociedad beneficiaria algún
determinado contrato o alguna obligación. El hecho
de que una deuda generada por la actividad
internacional antes de la modificación estructural no
se incluyera en el proyecto de escisión no significa
necesariamente que quedara fuera del efecto de la
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sucesión universal, máxime cuando dicha deuda no
estaba tampoco contabilizada en la sociedad
escindida. La deuda formaba parte de las relaciones
jurídicas traspasadas en bloque y en virtud de esta
sucesión la sociedad resulta responsable de su
cumplimiento. Ahora bien, dicho efecto no permite
atribuir la responsabilidad a otra sociedad distinta,
creada después de la escisión por la sociedad
escindida, para ello sería necesario poner de
manifiesto que la deuda estaba afectada a la unidad
económica transmitida con la segunda escisión. En
todo caso, esa responsabilidad tendría carácter
subsidiario, en defecto de cumplimiento de la
sociedad beneficiaria.- Nos encontramos ante un
empleo abusivo de la personalidad jurídica de la
sociedad para defraudar legítimos derechos de
terceros que deriva no solo del propio entramado de
sociedades que se crea, sino de determinadas
circunstancias que conducen a concluir que ha
existido un fraude de ley: la importancia cuantitativa
de la deuda, que la misma no apareciera en la
contabilidad de la sociedad originariamente deudora
y que, tras el requerimiento de pago, la sociedad
iniciara un proceso complejo en el que se crea un
entramado societario confuso que dificulta al
acreedor identificar a su deudor y contribuye a
distraer los activos que deberían servir para
satisfacer dicha deuda. Todo ello justifica el
levantamiento del velo de las sociedades para que
respondan solidariamente de la deuda.
SENTENCIAS DE LA SALA DE LO CIVIL DEL
TRIBUNAL SUPREMO [Recursos 1124/11 y
1123/11] DE 8 Y 9 DE ENERO DE 2013
[Ponente: Rafael Gimeno-Bayón Cobos]
Derecho Concursal.- Efectos del concurso sobre los
contratos: contrato de swap.- Los contratos son lo
que son y no lo que las partes digan, y la naturaleza
de las obligaciones que de ellos dimanan no queda
vinculada por la calificación que de las mismas hagan
los contratantes. Cuando los contratantes se limitan
a manifestar formalmente la existencia de un
contrato con obligaciones recíprocas sin desvirtuar la
configuración del contrato como contrato de swap
desvinculado de cualquier otra operación y del que
solo surgen obligaciones para una de las partes, con
la probable intención de eludir la eventual aplicación
de las reglas concursales, habrá que concluir que del
mismo no derivan obligaciones funcionalmente
recíprocas.
SENTENCIA DE LA SALA DE LO CIVIL DEL
TRIBUNAL SUPREMO [Recurso 1175/10]
DE 4 DE MARZO DE 2013 [Ponente:
Ignacio Sancho Gargallo]
Obligaciones y contratos.- A la hora de valorar el
incumplimiento debe tenerse en cuenta que la
gravedad requerida puede manifestarse en dos
planos. El plano de la exceptio no adimpleti
contractus y el plano de la facultad resolutoria. En el
primero resulta suficiente con que dicha gravedad se
revele como una quiebra básica o esencial respecto
de la exactitud del programa de prestación acordado
que, por lo general, seguirá siendo útil a los intereses
del acreedor si se cumple satisfactoriamente. En
cambio, en la dinámica resolutoria, la gravedad del
incumplimiento debe generar una situación de
quiebra básica de los elementos esenciales de la
relación obligatoria que impide la satisfacción de los
intereses del acreedor, originándose la diversa
tipología de los incumplimientos esenciales (v. gr.
imposibilidad sobrevenida fortuita, transcurso del
término esencial, aliud pro alio, imposibilidad de
alcanzar los rendimientos o utilidades previstos o la
frustración del fin del contrato). En consecuencia, el
ejercicio de la exceptio supone que la
contraprestación esté pendiente de un exacto
cumplimiento y sea todavía susceptible de tal
cumplimiento, pues si ya se hubiera ejecutado y no
fuera posible esperar un cumplimiento íntegro y
correcto, el eventual cumplimiento defectuoso tan
sólo podría valorarse si se opone con efectos
resolutorios, siempre que equivalga a un
incumplimiento esencial que frustre la finalidad del
contrato, o bien para reducir el precio estipulado
pendiente de pago, en función del alcance de los
daños y perjuicios ocasionados por el cumplimiento
defectuoso.
SENTENCIA DE LA SALA DE LO CIVIL DEL
TRIBUNAL SUPREMO [Recurso 1053/10]
DE 14 DE MARZO DE 2013 [Ponente:
Rafael Sarazá Jimena]
Derecho de sociedades.- Sociedad de responsabilidad
limitada: impugnación de acuerdo social contrario a
los estatutos. Previsión estatutaria que establece el
derecho de separación del socio titular de
participaciones sociales con prestaciones accesorias
que por cualquier motivo cesa en tales prestaciones.
La sociedad de responsabilidad limitada es una
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sociedad de carácter híbrido, en la que deben
convivir en armonía elementos personalistas y
elementos capitalistas y en la que la autonomía de la
voluntad de los socios puede adecuar el régimen
aplicable a sus específicas necesidades. Es doctrina
jurisprudencial consolidada la que admite la licitud
de las cláusulas estatutarias que permiten la
separación del socio de una sociedad de
responsabilidad limitada, sin que ello suponga dejar
al arbitrio de uno de los socios la validez y eficacia
del contrato de sociedad. La previsión en los
estatutos sociales de prestaciones accesorias a cargo
de determinados socios acentúa el carácter
personalista y contractualista de la sociedad
limitada, especialmente si esa prestación accesoria
consiste en el trabajo personal del socio a favor de la
sociedad o de una de las sociedades de su grupo.
Para el socio obligado a una prestación accesoria de
carácter continuado consistente en la prestación de
servicios profesionales o laborales para la sociedad o
para una sociedad del grupo, la situación puede
llegar a ser muy desfavorable si la relación laboral o
de servicios con la sociedad no se desarrolla
satisfactoriamente. Por ello no pueden considerarse
contrarias a la ley las cláusulas estatutarias que le
permiten cesar en la prestación de tales servicios y
separarse de la sociedad. En este sentido, la propia
Ley de Sociedades Profesionales (art. 13) permite la
separación ad nutum del socio profesional en las
sociedades constituidas por tiempo indefinido.Desde el punto de vista procesal, la interpretación de
los estatutos realizada por los tribunales de instancia
no es revisable en casación, en la medida en que se
ajusta a los hechos probados, y salvo que se
demuestre su carácter manifiestamente ilógico,
irracional o arbitrario. Por otro lado, no cabe fundar
la impugnación de la sentencia de la Audiencia
Provincial en un juicio comparativo con la de primera
instancia.
3. AUDIENCIA NACIONAL
SENTENCIA DE LA SALA DE LO
CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVO DE LA
AUDIENCIA NACIONAL [Recurso 260/11]
DE 20 DE MARZO DE 2013 [Ponente: Lucía
Acín Aguado]
Mercado de valores.- Obligación de comunicación de
participaciones significativas a la CNMV. En atención
a lo establecido en la normativa (art. 23.1 RD
1362/07) son sujetos obligados los accionistas de la
sociedad cotizada, es decir, toda persona física o
jurídica que posea, directa o indirectamente a través
de una entidad controlada, acciones del emisor. En
caso de grupos, la persona dominante estará
obligada a notificar cuando cualquiera de las
sociedades por ella controladas alcance, descienda o
supere los porcentajes previstos en la normativa. La
información omitida es relevante si como
consecuencia de la operación la proporción de
derechos de voto del accionista en la sociedad
cotizada se ha visto reducida por debajo del tres por
ciento, perdiendo la condición de accionista
significativo. Es esencial que la información relevante
se remita en un corto plazo de tiempo, aun cuando
no tenga incidencia en la representación del órgano
de administración de la sociedad cotizada, ya que es
revelador de la mayor o menor confianza que los
partícipes depositan en las perspectivas de negocio
de la sociedad o en la evolución de la cotización. En
todo caso, para apreciar el incumplimiento de la
obligación de comunicación no es necesario que se
haya derivado perjuicio para terceros.
4. AUDIENCIAS PROVINCIALES
SENTENCIA DE LA SECCIÓN 6ª DE LA
AUDIENCIA PROVINCIAL DE ALICANTE
[Recurso 449/12] DE 4 DE DICIEMBRE DE
2012 [Ponente: José María Rives Seva]
Contratos bancarios.- Compra de valores
convertibles: nulidad fundada en el hecho de que la
entidad bancaria no informó debidamente de las
condiciones y consecuencias del producto financiero
adquirido. La información debe concretarse en dos
aspectos: el propio contenido del producto
financiero y la actitud de las personas físicas que
atienden al cliente. Los contratos bancarios son
esencialmente «contratos de adhesión» en base a
condiciones generales. En relación con los
consumidores y usuarios rige en esta contratación el
principio de prohibición de las cláusulas que
impongan obstáculos onerosos o desproporcionados
para el ejercicio de los derechos reconocidos al
consumidor (art. 62.2 LGDCU) y se distingue entre
condiciones generales y cláusulas abusivas, de modo
que las cláusulas del contrato deben responder sin
dudas a su concreción, claridad y sencillez, para que
el cliente pueda saber exactamente los términos de
la oferta. En este sentido, la misma normativa
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bancaria configura un deber de información a cargo
de las entidades de crédito. Por otro lado, el error
invalidante del consentimiento debe recaer sobre la
sustancia de la cosa que fue objeto del contrato y
puede comprender tanto el error sobre la identidad
y materia del objeto, cuanto el error sobre sus
cualidades, resultando, en todo caso, irrelevante el
error que no haya influido en la determinación de la
voluntad del hombre medio. Por tanto, el mero error
en los motivos no trasciende a la validez del
contrato, salvo que afecte a la base del negocio, de
modo que sólo son relevantes los motivos
incorporados a la causa.- El cliente minorista que
contrata distintos productos de inversión de carácter
especulativo no carece de experiencia en materia
financiera, ni puede considerarse desinformado a la
hora de aplicar el error invalidante del negocio.
SENTENCIA DE LA SECCIÓN 5ª DE LA
AUDIENCIA PROVINCIAL DE PALMA DE
MALLORCA [Recurso 394/12] DE 20 DE
DICIEMBRE DE 2012 [Ponente: Mateo
Lorenzo Ramón Homar]
Competencia desleal.- Ilícito concurrencial por captar
en masa a todos o a la gran mayoría de los
trabajadores de una sucursal, con la finalidad de
expulsarla del mercado o ponerla en graves
dificultades económicas, además de aprovecharse de
la formación y de la clientela obtenida con su
actividad por la otra empresa. La captación de todo
el personal relevante de una sucursal es un medio
hábil para dejarla sin actividad, aunque sea una
sucursal territorial de una empresa líder en el
mercado, sin que la norma exija que el resultado
pretendido se llegue a conseguir. El elemento del
engaño es esencial para determinar la existencia del
ilícito concurrencial comprensivo de la inducción a la
infracción contractual (art. 14.2 LCD). En un mercado
libre, ningún operador económico tiene derecho a
retener a sus empleados, clientes o proveedores,
antes al contrario, éstos pueden acudir al reclamo de
unas mejores condiciones contractuales. La atracción
por parte de un empresario de trabajadores,
directivos o clientes es lícita siempre que para ello
no se utilicen procedimientos incorrectos, como el
soborno, la incitación a la ruptura del contrato en
vigor o la obtención de secretos industriales o
comerciales. En este sentido, la inducción a la
ruptura del contrato o el aprovechamiento de una
infracción contractual será desleal cuando tenga por
objeto la difusión o explotación de un secreto
industrial o comercial, o vaya acompañada de
circunstancias tales como el engaño, la intención de
eliminar a un competidor u otras análogas.
Necesidad de probar el daño emergente y el lucro
cesante.
SENTENCIA DE LA SECCIÓN 9ª DE LA
AUDIENCIA PROVINCIAL DE ALICANTE
[Recurso 446/12] DE 27 DE DICIEMBRE
DE 2012 [Ponente: Vicente Ataulfo
Ballesta Bernal]
Derecho de sociedades.- Requisitos de constitución
de la sociedad. La sociedad irregular se caracteriza
porque, aunque el contrato existe y tiene eficacia
entre los socios, «no llega a crearse personalidad
jurídica y, por tanto, la sociedad no trasciende a
terceros». Ahora bien, ante una sociedad con
actividad mercantil serían aplicables las normas de la
sociedad colectiva y los socios, sean o no gestores de
la misma, estarían obligados personal y
solidariamente, con todos sus bienes, a los
resultados de las operaciones que se hagan a
nombre y por cuenta de la compañía, bajo la firma
de ésta y por persona autorizada para usarla, por lo
que los socios deben responder solidariamente de
las deudas ante terceros, sin perjuicio de los pactos
existentes entre ellos. La legislación civil (art. 1670
CC) permite la constitución de sociedades civiles con
forma mercantil, pero en modo alguno la legislación
mercantil autoriza la constitución de sociedades de
objeto mercantil con forma civil (art. 122 CCom.).
Dado que no son los elementos formales sino el
objeto social lo que determina la calificación de una
sociedad como civil o mercantil, y con independencia
de su denominación social, la sociedad tendrá
carácter mercantil si su objeto es mercantil, por lo
que, al no estar inscrita en el Registro Mercantil
carece de personalidad jurídica, sin que pueda
aceptarse que la voluntad de los socios sea
determinante en cuanto a la forma societaria, puesto
que nos podríamos encontrar ante un fraude de ley
al eludirse con ello la obligación de cumplir
determinados requisitos indispensables para que la
sociedad tenga personalidad jurídica. En tales
circunstancias, el administrador de la sociedad que
no procedió a inscribirla en el Registro Mercantil
responderá solidariamente con la sociedad.
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SENTENCIA DE LA SECCIÓN 9ª DE LA
AUDIENCIA PROVINCIAL DE VALENCIA
[Recurso 672/12] DE 3 DE ENERO DE
2013 [Ponente: Purificación Martorell
Zulueta]
Contratos bancarios.- Permuta financiera: nulidad
por vicio del consentimiento. El Tribunal de
apelación puede valorar de modo completo y de
forma distinta las pruebas y llegar a conclusiones
contrarias a las de instancia siempre que el criterio
del Tribunal a quo resulte irrazonable, ilógico o
arbitrario. Los contratos de permuta financiera son
contratos complejos, si bien en los supuestos en que
se alegue la existencia de vicio de consentimiento
por defecto de información no cabe hacer
consideraciones generales abstraídas de cada caso
particular en torno a la operativa de las entidades
bancarias, ni cabe una respuesta genérica a todos los
procesos judiciales entablados. En cada supuesto se
habrán de examinar las concretas circunstancias
concurrentes y las actuaciones respectivas de las
partes, para fijar las conclusiones adecuadas al caso
sometido a la consideración del Tribunal. Además,
respecto del proceso negociador que conduce a la
contratación, resulta difícil conocer el grado de
información resultante, ya que sólo intervienen los
afectados y las versiones suelen ser contradictorias,
sin perjuicio de lo cual, la carga de la prueba de la
información recae en la entidad bancaria y la carga
de la prueba del error de consentimiento recae
sobre la parte que lo alega.
SENTENCIA DE LA SECCIÓN 8ª DE LA
AUDIENCIA PROVINCIAL DE ALICANTE
[Recurso 529/12] DE 10 DE ENERO DE
2013 [Ponente: Luis Antonio Soler Pascual]
Derecho de sociedades.- Disolución de la sociedad
por la paralización de los órganos sociales, de modo
que resulte imposible su funcionamiento. El hecho
de que lo que se decida sobre la concurrencia de la
causa de disolución repercuta sobre un
procedimiento relativo a la validez de una junta
general de la sociedad que puede quedar privado de
objeto, no constituye causa de conexión a los efectos
de la acumulación de ambos procesos.- Al regular la
causa de disolución por paralización de los órganos,
la normativa se refiere únicamente a los órganos, no
a la actividad (art. 363.1-d LSC). En concreto, la
paralización de la junta general es la verdadera
causante de la disolución y puede exteriorizarse no
sólo mediante una imposibilidad de ser convocada o
constituida, sino también, mediante la imposibilidad
de adoptar acuerdos. Hay paralización en los casos
de bloqueo efectivo en los que, aun celebrándose
formalmente
reuniones
del
órgano
de
administración y convocándose juntas generales, no
pueden lograrse acuerdos o los adoptados no se
ejecutan. A estos efectos resulta irrelevante que la
sociedad esté activa, que pueda apreciarse falta de
voluntad en quien alega la inactividad de los órganos
o que la situación de paralización no tenga la
suficiente entidad. La causa disolutoria concurre por
razón del dato objetivo de la paralización efectiva,
real y persistente de los órganos sociales, y resulta
procedente la designación judicial de liquidadores
(STS 11.4.2011).
SENTENCIA DE LA SECCIÓN 1ª DE LA
AUDIENCIA PROVINCIAL DE CASTELLÓN
[Recurso 84/12] DE 25 DE ENERO DE 2013
[Ponente: Aurora de Diego González]
Derecho
cambiario.Aunque
existen
pronunciamientos judiciales contradictorios se va
imponiendo la tesis que considera abusiva y nula la
cláusula de un contrato de préstamo al consumo por
la que se suscribe un pagaré en blanco por el
prestatario y, en su caso, por los avalistas, y llegado
el momento de su vencimiento o de la resolución del
contrato de préstamo por alguna de las causas
pactadas,
la
entidad
acreedora
procede
unilateralmente a completar su contenido, mediante
la determinación del saldo deudor que presenta la
cuenta abierta al efecto, y sin intervención alguna
del deudor o tercero, singularmente sin garantía que
se derive de la intervención del fedatario público,
tanto en el momento de la conclusión del contrato
como en el de su liquidación.
SENTENCIA DE LA SECCIÓN 5ª DE LA
AUDIENCIA PROVINCIAL DE ZARAGOZA
[Recurso 42/2013] DE 13 DE MARZO DE
2013 [Ponente: Alfonso María Martínez
Areso]
Derecho de sociedades.- Sociedad de responsabilidad
limitada: órganos de la sociedad. Responsabilidad
del administrador social por falta de convocatoria de
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la junta general cuando exista causa legal de
disolución (art. 367 LSC). La sala viene estimando
que la fecha a la que ha de referirse el juicio de valor
sobre la existencia de la causa de disolución es
aquella en la que la obligación se contrajo, con
independencia de la fecha de vencimiento. Se trata
de exigir al administrador que asuma la especial
responsabilidad civil contraída cuando, consciente de
que la sociedad no tiene las exigencias de
capitalización que la ley le impone, no sólo no sigue
el mandato legal, sino que contrae obligaciones de
difícil satisfacción. A estos efectos, el administrador
social puede y debe conocer la concurrencia de la
causa de disolución, bien al formular las cuentas,
bien al realizar los preceptivos balances trimestrales
de comprobación. Conforme al precepto legal, la
causa de disolución se presume anterior a la deuda,
por lo que el administrador debe acreditar que la
sociedad no estaba en causa de disolución y que esta
causa, de existir, no era anterior a la deuda. Tales
consideraciones, fundadas en el principio de
facilidad y proximidad probatoria, no son aplicables a
aquellos supuestos en los que ambas partes
hubieran desempeñado funciones directivas en la
sociedad y tienen la misma responsabilidad.
5. JUZGADOS DE INSTANCIA
SENTENCIA DEL JUZGADO DE LO PENAL Nº
4 DE PALMA DE MALLORCA [Recurso
142/13] DE 12 DE FEBRERO DE 2013
[Magistrado: Juan Manuel Sobrino
Fernández]
Estatuto jurídico del empresario.- Delitos relativos al
mercado: vulneración de secretos de empresa (art.
279 CP). Las listas de clientes que tienen las
empresas son un elemento importante para
conservar y afianzar un mercado frente a otros
competidores y tienen, por tanto, un alto valor
económico empresarial. Conforma esencialmente el
tipo penal el «secreto de empresa» que se
caracteriza por una serie de notas definitorias: la
confidencialidad, la exclusividad, el valor económico
y la licitud. Su contenido suele integrarse por
secretos de naturaleza técnico industrial (objeto o
giro de empresa), de orden comercial (clientela o
marketing) y de carácter organizativo (cuestiones
laborales, de funcionamiento y planes de empresa).
Su materialización puede producirse en papel o
electrónicamente, en original o en copia, y por
comunicación verbal.
AUTO DEL JUZGADO DE LO MERCANTIL Nº
2 DE LA CORUÑA [Concurso 16/13] DE 28
DE FEBRERO DE 2013 [Magistrado: Rafael
García Pérez]
Derecho concursal.- Facultades patrimoniales del
deudor: no procede el cambio de una situación en la
que el deudor conserva las facultades de
administración y disposición sobre su patrimonio,
aunque sometido a la intervención de la
administración concursal, a otra en la que el ejercicio
por el deudor de dichas facultades está suspendido,
siendo sustituido por la administración concursal
(art. 40.4 LC). La Ley Concursal expresa su
preferencia por el régimen de intervención (art.
40.1), si bien concede amplias facultades al juez del
concurso para modificarlo, aunque, en todo caso, la
decisión del juez del concurso debe ser motivada
«señalando los riesgos que se pretendan evitar y las
ventajas que se quieran obtener» (art. 40.3), y en
este sentido el esfuerzo de motivación de la
administración concursal resulta insuficiente. Las
supuestas irregularidades que se atribuyen a los
administradores de la sociedad con respecto al
incumplimiento sustancial de la obligación de
llevanza de la contabilidad o a la existencia de
inexactitud grave en los documentos acompañados
con la solicitud de declaración de concurso no
pueden juzgarse en esta sección y tampoco es
función del régimen de suspensión castigar la
conducta de los administradores de la sociedad. El
hecho de que éstos hubieran manifestado un
genérico desprecio por las normas con anterioridad
al concurso es igualmente insuficiente para la
adopción de un régimen de suspensión, ya que esa
actitud no se ha manifestado una vez declarado el
concurso. Además, la delicada situación que
atraviesa la sociedad unida a la complejidad e
idiosincrasia de su gestión aconsejan mantener la
intervención. En tales circunstancias procede
mantener, en principio, la retribución de los
administradores de la sociedad y rechazar la
atribución a la administración concursal del ejercicio
de los derechos políticos que corresponden a la
concursada en sus sociedades filiales o participadas.
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