Ciencia Ambiental Revista Conservación Ambiental ESTABLECIMIENTO DE ESPECIES NATIVAS CON POTENCIAL USO ECONÓMICO EN RELAVES DE COBRE ACONDICIONADOS DEL CENTRO-NORTE DE CHILE CRISTINA ORCHARD G. Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal, Pontificia Universidad Católica de Chile. Vicuña Mackenna 4860, Macul, Santiago, Chile Casilla 306 [email protected] ROSSANA GINOCCHIO C. Centro de Investigación Minera y Metalúrgica, CIMM _____________________________________________________________________________________ Resumen. La actividad minera histórica y actual ha dejado un importante número de tranques de relaves en la zona centro-norte de Chile, los que han impuesto diversos riesgos ambientales al ser abandonados en forma inadecuada. Por ello, las nuevas normativas ambientales mineras establecen criterios de cierre que involucran la estabilización de los tranques de relaves. Dentro de las tecnologías ambientalmente sustentables disponibles, se encuentra la fitoestabilización. En el marco de esta tecnología, el presente estudio evaluó experimentalmente el establecimiento de tres especies vegetales nativas de la zona centro-norte (Caesalpinia spinosa, Eulychnia acida y Alstroemeria pulchra) en relaves de la minería del cobre acondicionados con distintos mejoradores (guano de cabra, biosólidos, orujo de uva y ripio de lixiviación). Estas especies podrían dar mayor valor agregado a los programas de fitoestabilización realizados en la zona centro-norte considerando sus potenciales usos económicos y de subsistencia. Los resultados indicaron que C. spinosa logró un crecimiento mayor en los relaves acondicionados que en el relave sin acondicionar, probablemente dado el aporte de materia orgánica y macronutrientes de los acondicionadores, aunque la solubilización de cobre y la salinidad habrían limitado su crecimiento. Los acondicionadores habrían favorecido del mismo modo el enraizamiento de las columnas de E. acida en relaves manejados, siendo ésta también afectada por la solubilización de cobre y la salinidad. A. pulchra, posiblemente afectada de mayor magnitud por la biodisponibilidad de cobre y la salinidad del sustrato que las otras especies en estudio, no reflejó un crecimiento positivo atribuible a los acondicionadores en los relaves manejados. Tanto C. spinosa como E. acida podrían crecer en depósitos de relaves mineros acondicionados de lograrse un mejor control sobre la solubilización de cobre y la salinidad, mediante otras alternativas de acondicionamiento y/o de manejo de los relaves. A. pulchra no sería una especie recomendada para programas de fitoestabilización de relaves mineros. Deben realizarse mayores investigaciones tendientes a determinar la metodología de fitoestabilización más adecuada para estas especies. Palabras clave: fitoestabilización, Caesalpinia spinosa, Eulychnia acida, Alstroemeria pulchra, uso sustentable. Abstract. Historical and current mining activity has left an important number of tailing storage facilities (TSF) in north-central Chile, which may impose diverse environmental risks as being inadequately abandoned. The new Chilean mining regulations request, however, specific TSF closing actions that involve physical and chemical stabilization of surfaces. Within the available environmentally sustainable technologies is phytostabilization. The present study evaluated the potentiality of three native species of north-central Chile (Caesalpinia spinosa, Eulychnia acida and Alstroemeria pulchra) for being established on copper mine tailings amended with different materials (goat manure, sewage sludge or biosolids, grape residues and gravel from copper leaching piles), by means of an experimental laboratory assay. Selected species may give additional added value to phytostabilization programs, given its potential economic and subsistence uses. Results indicated that C. spinosa achieved a mayor growth on amended mine tailings than in non amended tailings, given probably the contribution of organic matter and macronutrient of organic amendments, even though copper solubilization and salinity would have limited its growth. Amendments could have also favored rooting in columns of E. acida in managed tailings, being this specie also affected by copper solubilization and salinity. A. pulchra, possibly more sensitive to available copper and salinity than the 16 Fundación Ecomabi 2011® Ciencia Ambiental Año 1/Número 1/Noviembre 2011 other evaluated species, did not show a positive growth response, irrespective of amendments used in managed tailings. C. spinosa and E. acida may be established on amended TSF if better control of copper solubilization and salinity are achieved in tailings, by means of other amendment and/or management alternatives of tailings. A. pulchra may not be recommended for TSF phytostabilization programs. Mayor investigations seeking to determine the most adequate phytostabilization methodology for this species should be performed. Key words: phytostabilization, Caesalpinia spinosa, Eulychnia acida, Alstroemeria pulchra, sustainable use. _____________________________________________________________________________________ INTRODUCCIÓN Los tranques de relaves, principales desechos de la actividad minera de sulfuros de metales, conllevan potenciales riesgos ambientales, constituyendo un importante problema en diversos países del mundo (Cheng y Wong, 2008), situación que no es ajena a Chile. La industria minera metálica, ha dejado un legado de casi 500 tranques de relaves en la zona centro-norte de Chile (29°-35°S), ocupando una superficie de 4.649 ha (SERNAGEOMIN, 1989; 1990). En las condiciones de clima Mediterráneo semiárido imperante en esta zona del país, los tranques post-operativos se deshidratan rápidamente (Dold y Fontboté, 2001), dejando el material particulado susceptible a la erosión y dispersión por el viento y la lluvia. La dispersión permanente de este material al aire, los cursos de agua y los suelos aledaños puede determinar riesgos para la salud humana, los ecosistemas naturales y los agrosistemas (Piha et al. 1995; Santibáñez, 2006). Sin embargo, las nuevas normativas establecidas en Chile en el ámbito del cierre de los depósitos de relaves mineros enfatizan que éstos deben ser estabilizados antes de ser abandonados, a través del uso de tecnologías ambientalmente sustentables, las que permitan evitar los riesgos ambientales asociados a ellos (Ministerio de Minería, 2004; 2007). Debido a la gran extensión superficial de los tranques de relaves y al enorme volumen de material acopiado, las estrategias de rehabilitación enfatizan la estabilización in situ de los metales/metaloides contenidos por sobre la remoción de ellos (Petrisor et al. 2004). La tecnología de fitoestabilización proporciona una solución eficiente, ambientalmente sustentable y de bajo costo (Berti y Cunningham, 2000), cuya relación costo-beneficio puede ser mejorada utilizando especies vegetales que proporcionen beneficios adicionales (Ginocchio, 2004). Otros países, como Australia y Estados Unidos, entre otros, se encuentran estudiando especies vegetales con potencial de explotación comercial en la rehabilitación de relaves mineros (Osborne y Doronila, 2005). Aunque la fitoestabilización ha sido muy efectiva en la estabilización de depósitos de relaves mineros en países industrializados, ésta no ha sido aún utilizada en tranques de relaves abandonados y post-operativos ubicados en la zona Mediterránea semiárida de Chile. Estudios internacionales han mostrado que uno de los factores críticos para el éxito de esta tecnología es la adecuada selección de las especies metalófitas excluyentes (especies tolerantes a metales, eficientes en limitar la translocación de metales hacia los tejidos aéreos; Dietz y Schnoor, 2001). Adicionalmente, la selección y utilización de enmiendas capaces de mejorar las características físicas, químicas y biológicas del sustrato, de modo de reducir la movilidad y la biodisponibilidad de los metales, promover la vida microbiana y asegurar el establecimiento de la cubierta vegetal, constituye otro factor crítico de la fitoestabilización. De esta manera, sería posible lograr la funcionalidad integral y la autosustentabilidad del sistema tanto en el mediano como en el largo plazo (Conesa et al. 2007; Ludeke, 1973; Martin y Ruby, 2004; Miller, 1996; Petrisor et al. 2004; Zhou et al. 1999). Como mencionan algunos estudios, es preferible la utilización de plantas nativas para estos fines, ya que éstas suelen ser más apropiadas que las plantas exóticas a las condiciones ambientales y geográficas de cada lugar y se encuentran integradas a los ecosistemas locales (Conesa et al. 2007; Mahmud et al. 2008). Si bien existe un gran potencial de que se hayan desarrollado naturalmente especies metalófitas en la zona centro-norte de Chile, debido a la presencia de numerosos yacimientos de minerales y a la alta exclusividad y aislamiento de la flora, el conocimiento actual sobre este tipo de especies es prácticamente inexistente (Ginocchio y Baker, 2004). Específicamente, la zona centro-norte de Chile es una zona metalogénica rica en yacimientos de hierro, oro, plata, cobre y manganeso (Henríquez y Vivallo, 2000), la que ha co-existido con la flora nativa y endémica Mediterránea actual desde millones de años, por lo que es esperable la evolución de especies y/o ecotipos tolerantes a esos metales. Estudios biogeoquímicos realizados recientemente en tranques de relaves abandonados de la zona centro-norte del país han permitido identificar 32 especies metalófitas excluyentes para cobre (León-Lobos et al. 2008). Adicionalmente, es posible que otras especies de la zona que aún no han colonizado los tranques de relaves abandonados, también posean potencial de metalófitas y, por ende, sean adecuadas para ser establecidas sobre relaves mineros en el ISSN 0719-1618 17 Ciencia Ambiental Revista Conservación Ambiental marco de la tecnología de fitoestabilización. Las zonas áridas y semiáridas del centro-norte de Chile reúnen la mayor riqueza de plantas vasculares en el país (Squeo et al. 2001; Riedemann et al. 2006), muchas de ellas adaptadas a las condiciones de sequía, de alta radiación solar y a sustratos nutricionalmente pobres. Estas características las hacen candidatas adecuadas para ser establecidas en los tranques de relaves abandonados y post-operativos de la zona a través de métodos de fitoestabilización. Debido a la escasa información existente actualmente en la zona norte-centro de Chile, se hace indispensable estudiar los recursos fitogenéticos propios de la zona, de forma de poder disponer de herramientas locales adecuadas para ser usadas en forma efectiva en la mitigación de impactos ambientales relacionados con el sector minero. Por ello, a través del presente estudio se busca identificar especies vegetales que, además de ser adecuadas para la estabilización física de la superficie de los relaves, permitan el uso alternativo de la superficie de los tranques de relaves, entregando un valor agregado a esta tecnología. Se evaluó experimentalmente la capacidad de establecimiento, de crecimiento y de movilización de metales a los tejidos aéreos de algunas especies vegetales nativas de la zona norte-centro con usos identificados, al ser transplantadas a relaves de cobre acondicionados. METODOLOGÍA Especies de estudio Se seleccionaron 3 especies vegetales nativas de la zona centro-norte de Chile cuyas características ecológicas permiten suponer que podrían establecerse en depósitos de relaves mineros acondicionados y que son interesantes desde el punto de vista de su utilización: Caesalpinia spinosa (Caesalpinaceae), Eulychnia acida (Cactaceae) y Alstroemeria pulchra (Alstroemeriaceae). Con esta elección se buscó abarcar una variedad de formas de vida, de formas de propagación y de usos de la flora de la zona centro-norte de Chile. C. spinosa (Tara) es una especie ampliamente distribuida en las zonas áridas y semiáridas de América Latina, incluyendo la zona centro-norte de Chile. Es un árbol siempreverde que puede llegar a medir hasta 10 m de altura, el que se propaga por estacas y semillas. Resiste la sequía, heladas, plagas, enfermedades y suelos degradados. La Tara posee potencial medicinal, alimenticio e industrial, siendo de gran utilidad para la producción de hidrocoloides, taninos y ácido gálico a partir de sus frutos. Además, es una especie adecuada para las prácticas vinculadas a la recuperación de suelos degradados y es una especie fijadora de nitrógeno, por lo que su utilización favorece la fertilidad de los suelos. Adicionalmente, es una especie ornamental por su follaje, 18 sus flores y sus frutos (Pastor et al. 1997; Riedemann et al. 2006). E. acida (Copao) es una especie endémica de las zonas norte y centro-norte de Chile. Es un cactus columnar arborescente, de gran tamaño (4 m de alto) y con numerosas ramas desde la base, lo que le da un gran volumen. Su propagación es a través de semillas y vegetativamente a través de la sección de las columnas (Riedemann et al. 2006). Las cactáceas columnares son adecuadas para la protección de los suelos, disminuyendo la erosión eólica y pluvial, dada las características de su sistema radical amplio y superficial, su adaptabilidad a suelos delgados y/o degradados y la resistencia a factores climáticos de aridez. Los usos actuales de esta especie son variados: artesanía (palos de agua), alimenticio, forrajero, elaboración de productos caseros como miel y shampoo, así como construcción de cercos vivos. Su fruto, denominado “Copao”, es adecuado para el consumo humano destacando su alto contenido de vitamina C, sodio y potasio (Bustamante, 1996). A. pulchra (Mariposa del Campo) es una especie endémica de las zonas centro-norte y central de Chile (Hoffmann, 1978). Es una planta herbácea geófita cuyos brotes pueden alcanzar 60 cm de altura, provista de un rizoma y de raíces de consistencia carnosa que almacenan almidón. Su propagación es a través de semillas y vegetativamente a través de los rizomas. Su valor ornamental radica en las grandes flores blancas o rosado pálido, siendo comercializadas en caminos, esquinas y puestos de flores durante la primavera (Montenegro, 2000; Muñoz y Moreira, 2003; Riedemann y Aldunate, 2001). Para el ensayo experimental descrito más adelante, se obtuvieron plántulas de C. spinosa de aproximadamente 7 meses desde el vivero del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA-Intihuasi) ubicado en la localidad de Vicuña (Valle del Elqui, Región de Coquimbo). Se usaron almacigueras plásticas conteniendo un sustrato de 3 partes de relave, 2 de tierra local y una de compost para la propagación individual de las plantas. En el caso de E. acida se obtuvieron trozos terminales de columnas (aprox. 25-30 cm de largo) a partir de individuos adultos ubicados en la localidad de Gualliguaica (Valle del Elqui, Región de Coquimbo). Los trozos de columnas se mantuvieron durante 17 días al aire libre y a la sombra, para permitir el secado de la zona de corte. Además, se obtuvieron rizomas frescos de A. pulchra de aproximadamente 1 año de edad desde el vivero de INIA-Intihuasi en Vicuña. Para la propagación de los rizomas se usó un sustrato de 4 partes de compost, una de perlita y una de vermiculita, donde se realizó la siembra. Sustratos y mezclas experimentales Se usó relaves del tranque La Cocinera generados por la planta de flotación de sulfuros de cobre perteneciente a la Fundación Ecomabi 2011® Ciencia Ambiental Año 1/Número 1/Noviembre 2011 Planta Ovalle de ENAMI (ex Cía. Minera de Panulcillo), comuna de Ovalle, Región de Coquimbo. Los relaves (150 kg) fueron colectados de la capa superficial (0-20 cm de profundidad), en distintos sectores de la cubeta del tranque. Los relaves fueron trasladados al laboratorio de Plantas y Suelos del CIMM donde se produjo una mezcla compuesta por homogeneización mecánica. Se seleccionaron acondicionadores de relaves tanto orgánicos como inorgánicos, los que constituyen desechos de otras industrias de la zona. Específicamente, se usó guano de cabra, orujo de uvas y biosólidos como acondicionadores orgánicos, con el objetivo de mejorar la capacidad de retención de agua del relave, de incorporar macronutrientes y materia orgánica y de adicionar los microorganismos requeridos para el reciclado de la biomasa vegetal muerta. Estos materiales fueron obtenidos a partir de la industria ganadera extensiva de caprinos (guano), de la industria productora de pisco (orujos de uva) y de la planta de tratamiento de aguas servidas domiciliarias de Tongoy, Región de Coquimbo (biosólidos). Como acondicionador inorgánico se usó ripio de lixiviación, para mejorar la granulometría del relave; este material se obtuvo de la planta de óxidos de cobre de la misma empresa minera que los relaves. Estos materiales fueron usados tal cual se obtuvieron en terreno a excepción del biosólido, el cual fue molido en una procesadora de alimentos con cuchillas de acero inoxidable para una mejor incorporación del material al relave en las macetas de experimentación. Con estos materiales se prepararon 3 mezclas experimentales, según las proporciones indicadas en la Cuadro 1. Las mezclas fueron preparadas en bidones plásticos de 2 L, con tapa, las que se homogeneizaron en un Roller automatizado (velocidad de 20 vueltas por minuto) por 2 horas; las mezclas fueron distribuidas en macetas plásticas de tamaños adecuados a las distintas especies de estudio. Adicionalmente a las mezclas, se consideró como control negativo (C-) el relave sin acondicionar y como control positivo (C+) Cuadro 1. Composición de las mezclas experimentales de relaves y acondicionadores orgánicos e inorgánicos usados en este estudio (porcentaje en base a peso seco, p.s.). Tratamiento 1 2 3 Materiales (%, p.s.) Ripio lixiviación Güano cabra Biosólido Orujo uva Relave 26 3 71 26 3 72 3 2 95 un suelo representativo de la zona norte-centro de Chile. El suelo fue colectado en el sector de Vicuña a 50 cm de profundidad y tamizado a 5 mm. Los sustratos experimentales fueron caracterizados físico-químicamente. El nitrógeno disponible se determinó mediante extracción con cloruro de potasio 2 mol L-1, destilación con óxido de magnesio (MgO) y titulación, destilación con Devarda y titulación (método Laboratorio de Análisis de Suelo y Foliar, FAIF-PUC). El fósforo disponible se determinó mediante extracción con solución de bicarbonato de sodio 0,5 mol L-1 a pH 8,5 y posterior determinación colorimétrica de azul de molibdeno usando ácido ascórbico como reductor (Método 6.1; Sadzawka et al. 2004). El potasio disponible se determinó mediante extracción con solución de acetato de amonio 1 mol L-1 a pH 7,0 y posterior determinación por espectrofotometría de emisión atómica con lantano (Método 4.1; Sadzawka et al. 2004). La determinación del contenido total de metales (cobre, zinc, fierro y calcio) se realizó de acuerdo a un procedimiento modificado del descrito por US EPA 3052 (US EPA, 1994) de digestión ácida de sustratos, con el empleo de un sistema de digestión microondas MILESTONE 1200 modelo Ethos D. Los metales se determinaron por espectrometría de absorción atómica. Para la determinación del contenido de cobre y zinc en el extracto acuoso, se realizó el procedimiento descrito por Allen (1997), para cuantificar el contenido de metales por absorción atómica. Los análisis de pH, carbono orgánico, conductividad eléctrica, contenido de sulfatos y capacidad de intercambio catiónico se realizaron de acuerdo a los protocolos descritos por el “Soil Survey Laboratory Methods Manual” (USDA, 1996). El análisis de distribución de tamaño de partículas, que determina la textura del sustrato, se realizó con el método del hidrómetro que está basado en la relación de Strokes. Este procedimiento es descrito en SSSA y ASA (Gee y Bauder, 1986). Cultivos experimentales Se evaluó el establecimiento y el crecimiento de C. spinosa, E. acida y A. pulchra en los 5 sustratos experimentales usando los propágulos indicados anteriormente. Específicamente, se trasplantaron 5 plántulas de C. spinosa por tratamiento en macetas individuales de 1 L, las que fueron regadas con 400 mL de agua desionizada luego del trasplante. En el caso de E. acida, se plantaron 8 columnas por tratamiento en macetas individuales de 3 L. A los 4 días desde el transplante, las macetas con las columnas fueron regadas con 1 L de agua desionizada, para disminuir la posibilidad de entrada de patógenos hacia las columnas por posibles heridas que pudiesen haberse ocasionado al momento de la plantación. Finalmente, se plantaron 7 rizomas de A. pulchra por tratamiento en macetas individuales de 240 mL. Posteriormente se regaron con 100 mL de agua desionizada. Las macetas fueron mantenidas en una sala de cultivo de plantas, con condiciones controladas de temperatura (20 + 4 °C) y de intensidad lumínica (160 μmol m-2 s-1). El fotoperíodo fue de 9 horas de luz al día durante las primeras 27 semanas y luego se aumentó a 11 horas durante las 10 ISSN 0719-1618 19 Ciencia Ambiental Revista Conservación Ambiental semanas restantes, para simular en el paso del invierno a la primavera. Las macetas fueron regadas dos veces a la semana durante el transcurso del ensayo, con un promedio de 83, 148 y 32 mL de agua desionizada por cada riego para C. spinosa, E. acida y A. pulcra, respectivamente; estas cantidades de agua permitieron humedecer los sustratos pero sin la lixiviación fuera de las macetas. Una vez a la semana, las macetas fueron reordenadas en forma aleatoria, de forma de evitar efectos de borde. Los ensayos se mantuvieron durante 32, 35 y 37 semanas para C. spinosa, A. pulcra y E. acida, respectivamente. Las variables respuesta evaluadas en cada una de las especies se describen a continuación. Para C. spinosa se midió la altura desde el sustrato hasta la yema apical del tallo principal y el diámetro a la altura del cuello (DAC) del tallo principal, al inicio y al término del ensayo; adicionalmente, se determinó la biomasa seca final tanto de los vástagos como de las raíces. En E. acida se pesó cada sección de columna tanto al inicio como al término del ensayo. También se cuantificó la biomasa seca total de las raíces por columna al finalizar el ensayo. Los rizomas de A. pulchra se pesaron tanto al inicio como al término del ensayo y se midió el largo del vástago a lo largo del ensayo. Se cuantificó también la biomasa seca total de los vástagos, el rizoma y las raíces al final del ensayo. Para cuantificar la biomasa seca total de las partes aéreas, éstas fueron lavadas con agua desionizada, secadas con papel secante y secadas en estufa a 43° C, hasta peso constante. Las raíces y rizomas fueron lavados con agua desionizada y con la ayuda de pinceles, para eliminar las partículas de sustrato adheridas. Luego fueron puestas en un vaso precipitado con agua desionizada, el que se introdujo en un sonicador por ultrasonido por 5 minutos. Posteriormente, las raíces y rizomas fueron enjuagados con agua desionizada y finalmente secados en estufa a 43° C hasta peso constante. Finalmente, se evaluó la acumulación de metales (Cu, Zn y Fe) en los vástagos y raíces de C. spinosa, en las columnas y raíces de E. acida y en los vástagos, rizomas y raíces de A. pulchra, usando la metodología descrita a continuación. Determinación de metales en tejidos vegetales Para evaluar la translocación de metales desde los sustratos a las distintas estructuras vegetales, los tejidos vegetales de las especies de estudio fueron secados y procesados. Las partes aéreas (tallo y hojas) de C. spinosa fueron molidas en una procesadora de alimentos con cuchillas de acero inoxidable, mientras que sus raíces fueron reducidas a porciones pequeñas (no más de 5 mm) con tijeras podadoras. En el caso de E. acida, el tercio central de la columna fue seccionado y lavado con agua desionizada; se quitaron las aréolas y se redujo a cubos de aproximadamente 1 cm3, los que 20 fueron secados en estufa a 45°C por 3 días. Luego se molieron en una procesadora de alimentos con cuchillas de acero inoxidable. Las raíces de E. acida fueron reducidas al igual que en el caso de C. spinosa. Los vástagos de A. pulchra fueron cortados con tijera a porciones de menor tamaño en el caso de ser mayores a 2 cm. Tanto los rizomas como las raíces se usaron sin procesar por su pequeño tamaño. Para determinar el contenido total de metales en las diferentes estructuras se realizó una digestión ácida en microondas (MILESTONE, modelo Ethos D), de acuerdo a la metodología indicada por el fabricante. Una muestra de hasta 0,25 g fue digerida en 6 mL de ácido nítrico concentrado y 1 mL de peróxido de hidrógeno, durante 24 minutos (6 min – 250W; 6 min – 400W; 6 min 650W y 6 min – 250W). Las muestras se enfriaron a temperatura ambiente y se trasvasijaron a matraces de 25 mL, en ambiente ácido nítrico al 0,2%. El contenido total de Cu, Zn y Fe se determinó por espectrometría de absorción atómica (US EPA, 1994; USDA, 1996). Análisis estadístico Las variables respuestas evaluadas para cada una de las tres especies de estudio fueron contrastadas mediante ANOVA de una vía y test de Tukey como prueba a posteriori, considerando un 95% de confianza. Los análisis estadísticos fueron realizados con el programa estadístico Statistica versión 6.0 (StatSoft Inc., USA). RESULTADOS Y DISCUSIÓN Características físico-químicas de los sustratos experimentales. Las características físico-químicas generales de los sustratos experimentales se entregan en la Cuadro 2. El tratamiento C-, relave sólo, presenta un contenido muy bajo de N disponible (4 mg kg-1) y un contenido bajo de P disponible (7 mg kg-1), según los valores referenciales para suelos agrícolas indicados por Etchevers (1980). Los contenidos de ambos macroelementos fueron aumentados con la incorporación de los acondicionadores orgánicos. Tanto el tratamiento 1 como el 3 aumentaron el contenido de N, aunque no alcanzaron los niveles del suelo C+ (26 mg kg-1). Sin embargo, el tratamiento 2, con incorporación de biosólidos, alcanzó un nivel alto de N disponible (55 mg kg-1), superando al del C+. Los tres tratamientos experimentales contienen un nivel excesivo de P disponible (mayor a 25 mg kg-1), siendo el nivel adecuado de P entre 8 y 15 mg kg-1 (Etchevers, 1980). El nivel de P del C+ se acerca a este valor. El exceso de P puede inducir carencias de Zn y Fe, aún cuando estos elementos se encuentren en suficiente cantidad en el sustrato. En cuanto al K, éste se encuentra en niveles adecuados en Fundación Ecomabi 2011® Ciencia Ambiental Año 1/Número 1/Noviembre 2011 todos los tratamientos y controles. La deficiencia de N y P, así como la adecuada disponibilidad de K han sido reportadas en otros relaves de cobre, como en Zhong Tiao Shan, China (Zhou et al. 1999). Los contenidos totales de Cu, Zn y Fe del C- y los tres tratamientos son muy superiores a los del C+. En el caso del Cu, los contenidos superan considerablemente el rango normal descrito para suelos entre 2 y 250 mg kg-1 (Alloway, 1990), indicando una alta concentración total de este micronutriente en esos sustratos. Los contenidos de Zn se encuentran en el rango normal para suelos descrito por Alloway (1990) entre 1 y 900 mg kg-1. El Fe, cuarto elemento en mayor abundancia en la litósfera, tiene una concentración en el suelo que varía entre 0,7 y 55%, encontrándose los contenidos registrados en los tratamientos y en los controles dentro del rango normal. Además, es esperable una solubilización de Fe extremadamente baja a pH entre 7,3 y 8,5 (Havlin et al. 1999). Al evaluar el contenido de Cu y Zn solubles (extracto acuoso) de los sustratos experimentales, se observa que en el caso del C+, las concentraciones son muy bajas en comparación al C- y a los 3 tratamientos experimentales. Aunque el contenido de metales en extracto acuoso no corresponde necesariamente a la fracción de metales biodisponibles, su valor entrega una idea de como se comporta la solubilización de los metales en el sustrato. Los tres tratamientos con adición de acondicionadores orgánicos muestran una mayor solubilización de Cu, de entre 13 y 26 veces la del C- (Cuadro 2). La disponibilidad de los metales para las plantas en un sustrato depende de diversos factores químicos, los cuales están gobernados principalmente por el pH, el contenido de materia orgánica y el contenido total de cada metal (McBride et al. 1997). En general, la incorporación de materias orgánicas estables a un sustrato rico en metales, como los relaves mineros de cobre, favorece la formación de complejos órgano-metálicos, los que no están disponibles para las plantas (De Coninck and Karam, 2008). Sin embargo, la aplicación de algunas materias orgánicas, como los biosólidos y los güanos frescos, aumentarían la carga de carbono orgánico disuelto (COD) en el agua intersticial o agua de poro, debido a que la materia orgánica contenida en ellos no se encuentra en una forma estable; esto redunda en una mayor fracción de cobre total disuelto, debido a la gran capacidad complejante de los cationes de cobre por parte del COD (Bowen 1979; Mc Bride et al. 1997). De esta forma, a diferencia de lo esperado, la incorporación de estas materias orgánicas no estabilizadas aumentaría la biodisponibilidad de los metales en el agua de poro, en particular del Cu, facilitando la absorción de metales por las raíces de las plantas y el movimiento vertical de metales hacia las estratas inferiores (Antoniadis, 1998; Guisquiani et al. 1992; Santibáñez, 2006). En cuanto al zinc, es menos probable que éste pueda ser absorbido y traslocado por las plantas debido a su baja solubilidad y a su fuerte retención en el sustrato (Allen, 2001). No existen diferencias de pH entre los tratamientos y los controles (Cuadro 2), encontrándose todos dentro del rango de levemente alcalinos (8,06 y 8,57). Estos valores de pH no constituyen un parámetro relevante en cuanto a la solubilización de los metales, ya que éstos aumentan su solubilización hacia pH ácidos (Adriano, 2001; Honorato, 2000), pero podrían limitar el crecimiento de algunas plantas que no toleran sustratos alcalinos. Los acondicionadores orgánicos incorporados al relave aumentaron el porcentaje de materia orgánica (cuantificado a través del porcentaje de C orgánico total) con respecto al C-, llegando a valores similares e incluso superiores (en el caso del tratamiento 3) a los del suelo C+. La materia orgánica tiene efectos sobre las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo y es especialmente importante en el desarrollo de los organismos del suelo, por lo tanto, es esencial en la obtención de un ecosistema autosustentable (Honorato, 2000). En términos del ensayo, sus efectos más relevantes tienen relación con la mayor disponibilidad de macronutrientes, la mayor capacidad de intercambio catiónico y la mayor capacidad de retención de humedad (Cuadro 2). De acuerdo a la escala de salinidad de la USDA (1996) el C+ constituye un suelo no salino, mientras que los 3 tratamientos y el C- corresponden a sustratos muy salinos (CE entre 8 y 12 dS m-1), lo que podría afectar el establecimiento, crecimiento y sobrevivencia de la vegetación (Conesa et Cuadro 2. Características físico-químicas generales de los sustratos experimentales Sustrato Macronutrientes Disponibles (mg kg-1) (mg kg-1) N P K Metales en extracto Acuoso (mg L-1) Metales Totales Cu Zn Fe Ca Cu pH COT (%) CE (dS m-1) Sulfato (mg L-1) CIC Zn T1 9 57 544 5238 335 114155 26901 4,40 0,06 8,28 1,02 11,00 T2 55 32 140 5824 384 123449 37062 8,68 0,16 8,07 0,95 9,75 T3 7 57 612 5408 300 136050 54240 7,71 0,06 8,28 1,43 10,48 C+ 26 16 346 61 106 38117 22809 0,09 0,06 8,06 1,15 1,94 C4 7 161 5661 304 129930 29020 0,33 0,08 8,57 0,77 8,09 COT, carbono orgánico total; CE, conductividad eléctrica, CIC, capacidad de intercambio catiónica ISSN 0719-1618 3208 5574 4952 836 2225 Textura (meq 100g-1) 5,1 3,3 5,0 23,9 2,2 (%) <2 µm 10,6 10,0 9,5 12,9 11,7 2-50 µm 18,2 17,0 17,7 23,7 34,9 50-2000 µm 71,2 73,0 72,8 63,4 53,4 21 Ciencia Ambiental Revista Conservación Ambiental al. 2007; Ho et al. 1999). La salinidad del sustrato puede estresar a las plantas de dos maneras; la alta concentración de sales solubles en el sustrato puede dificultar la extracción de agua por parte de las raíces y la alta concentración de sales en las plantas puede generar efectos de toxicidad o de deficiencias nutricionales (Bernstein, 1975; Munns y Tester, 2008). Sin embargo, dependiendo del tipo y concentración de sales en el sustrato, se pueden producir o no efectos tóxicos en las plantas o deterioro en las propiedades físicas del suelo, disminuyendo la provisión de oxígeno y la infiltración del agua, como en el caso del Na intercambiable (Honorato, 2000). En general, los iones Na+ y Cl-, que pueden causar toxicidad directa, no son comunes en los relaves mineros y no constituyen las sales solubles predominantes en los acondicionadores orgánicos utilizados. Por otra parte, el Ca+2 puede contrarrestar los efectos del Na+, por lo que el problema de estas sales no sería relevante en este ensayo. A pesar de no haberse realizado un detallado análisis sobre las sales solubles contribuyendo en los niveles de salinidad, el origen de los acondicionadores orgánicos permite inferir cuales serían las sales interactuando en los sustratos. Tanto los biosólidos como los güanos son mejoradores orgánicos salinos ricos en compuestos nitrogenados (Chiu et al. 2006; Kihanda et al. 2004) que podrían estar contribuyendo con la presencia de nitratos y por ende aumentando la CE de los tratamientos con respecto al C(Cuadro 2). Del mismo modo, el alto contenido de K en el güano de cabra y en el orujo de uva (datos no presentados) podría estar afectando la CE de los tratamientos. Es esperable entonces, que la alta salinidad de los tratamientos podría estar generando una limitante en la extracción de agua por parte de las raíces al disminuir el potencial osmótico de la solución del suelo (Bernstein, 1975), y no una toxicidad directa en las plantas, a excepción de una posible toxicidad por sulfatos, los que pueden generar problemas cuando sobrepasan las 1000 mg kg-1 (Navarro y Navarro, 2000). El alto contenido de Ca tanto en el relave sólo como en los tratamientos podría permitir la neutralización de los sulfatos presentes, produciéndose sulfato de calcio (CaSO4) o yeso, el que por su reacción neutra y por su baja solubilidad no genera acidificación del sustrato ni toxicidad en las plantas. Sin embargo, no es posible asegurar la ocurrencia de estas reacciones en los sustratos experimentales de este estudio. Según el triángulo textural de la USDA (2008), todos los sustratos tienen una textura franco arenosa, a pesar de que los 3 tratamientos tienen un mayor porcentaje de partículas más gruesas (entre 50 y 2000 μm) en comparación con ambos controles (Cuadro 2). La capacidad de intercambio catiónico (CIC) es una propiedad vinculada a la arcilla y el limo de la fracción mineral, y a la fracción coloidal de la materia orgánica (Honorato, 2000). Es entonces esperable 22 que las arenas de relaves, deficientes en la fracción de limo y arcilla del suelo, así como de materia orgánica, tengan una CIC muy baja. Existe una fuerte correlación negativa entre la CIC y la solubilidad de los metales, relación que también es afectada por el pH (McBride et al. 1997). La baja CIC de los tratamientos, sumado a la incorporación de desechos orgánicos no estabilizados, explicarían la solubilización de cobre detectada y, por ende, aumentarían su biodisponibilidad. Cabe destacar que el análisis físico-químico de los sustratos experimentales se realizó al inicio del ensayo, por lo que ciertos parámetros podrían haber variado a lo largo del estudio, como por ejemplo el N disponible, el que probablemente aumentó producto de la mineralización en el tiempo con liberación de nitrato y amonio. Especies vegetales Caesalpinia spinosa En general, los parámetros evaluados indican que los tratamientos experimentales proporcionan un sustrato más adecuado que el C- (relave solo), pero el C+ (suelo) constituye el sustrato más favorable (Figura 1). Al comparar los incrementos en altura de las plantas, se observa que existe un incremento mayor de las plantas en los tratamientos experimentales en comparación al C-, pero sólo el tratamiento 3 es significativamente mayor (Figura 1A). Una respuesta similar ocurre con la biomasa aérea y radicular de las plántulas (Figura 1B); los tratamientos alcanzan biomasas mayores que la del C-, pero éstos alcanzan una menor acumulación de biomasa que el C+; sólo el tratamiento 3 tiene diferencias significativas con respecto al C-. En el caso del diámetro basal del tallo no se detectaron diferencias entre los tratamientos y el C-, pero todos ellos fueron significativamente menores que el diámetro alcanzado en las plántulas del C+ (Figura 1A). Estudios recientes han permitido determinar que la Tara es sensible a concentraciones elevadas de Cu (Ginocchio, datos no publicados). De este modo, la mayor solubilización de Cu detectada en los tratamientos (Cu en extracto acuoso; Cuadro 2) y la acumulación de este metal en las raíces (Cuadro 3) podrían explicar el menor crecimiento de las plántulas de C. spinosa en los tres tratamientos, en comparación con el C+, por efecto de toxicidad. Las raíces de las plántulas del C- también tienen una importante acumulación de Cu, aunque menor que en los 3 tratamientos (posiblemente debido a un menor desarrollo radicular), lo que podría explicar, sumado a otros factores, el pequeño crecimiento de las plántulas. Los niveles de Cu acumulados en las raíces de las plántulas en los tres tratamientos y en el Cexceden considerablemente el nivel crítico de Cu en las plantas, de 100 mg kg-1, sobre el cual es muy probable que existan efectos de toxicidad (Kabata-Pendias y Pendias, Fundación Ecomabi 2011® 6 Año 1/Número 1/Noviembre 2011 (A) (B) b 5 b 4 T1 4 b T2 3 T3 a 2 b 5 C+ ac ac C- c a a a a Biomasa seca (g) Incremento altura (cm) y diámetro altura del cuello (mm) Ciencia Ambiental T1 3 T2 a 2 ac a ac ac 0 C+ ac c 1 1 T3 C- c 0 Altura Diámetro Aérea Radicular Figura 1. (A) Incremento en altura del vástago y en diámetro del tallo principal (a la altura del cuello) de plántulas de Caesalpinia spinosa. (B) Biomasa aérea y radicular (en base seca) de plántulas de Caesalpinia spinosa. Se muestran los valores medios y el error estándar (N=5). Letras distintas indican diferencias significativas entre los tratamientos. 1984; citado en Alloway, 1990). Sin embargo, no se pudo detectar síntomas que avalen la toxicidad por Cu en el sistema radical más allá de su escaso desarrollo (Adriano, 2001; Navarro y Navarro, 2000). La coloración café normal de las raíces impide apreciar a simple vista signos de toxicidad por metales. No obstante, fue posible constatar el menor crecimiento de las plántulas en los tratamientos y el Cen comparación con el C+, además de producirse clorosis, tamaños reducidos y senescencia de los folíolos, signos y síntomas que podrían corresponder a toxicidad por Cu (Adriano, 2001). No se detectó mayor translocación de metales (Cu, Zn y Fe) hacia las partes aéreas de las plántulas crecidas en los tres tratamientos y en el C-, en comparación a las del C+. Los niveles de Zn y Fe acumulados en las raíces no constituirían factores detrimentales en el crecimiento de las plántulas, aún cuando los valores de ambos elementos son mayores en los tratamientos y en el C-, en comparación con C+ (Cuadro 3). Las concentraciones registradas de Zn se encuentran incluso bajo el límite de toxicidad para tejido foliar (400 mg kg-1; Mendez y Maier, 2008), por lo que un menor crecimiento de las plántulas no sería atribuíble a una toxicidad por Zn. En el caso del Fe, la toxicidad por este metal se da en pocos casos, salvo en condiciones de ane- gamiento (Virgili, 1996). Es probable también que el menor crecimiento alcanzado por las plántulas en los tres tratamientos en comparación con el C+ se deba a las altas conductividades eléctricas presentes en los tratamientos. Las plántulas de Tara pueden ser afectadas por la salinidad del sustrato (De la Cruz, 2004), posiblemente dificultando la extracción de agua por parte de las raíces dada la naturaleza de las sales potencialmente presentes. El mayor crecimiento alcanzado por las plántulas en los tratamientos en comparación con el C- puede deberse al mayor contenido de N y P disponible (Cuadro 2), nutrientes esenciales en la formación de nuevos tejidos estructurales y en los procesos metabólicos (Bellairs, 1999; Bradshaw, 1999). Por otra parte, la adición de mejoradores en los tratamientos permitió aumentar el porcentaje de C orgánico total, incidiendo aquello en un posible aumento en la liberación paulatina de nutrientes, un aumento en la retención de humedad y una mayor aireación del sustrato (Chiu et al. 2006). La exitosa colonización de comunidades microbianas en sustratos deficientes en microorganismos, como los relaves mineros, puede estimular fuertemente el desarrollo de la vegetación, siendo la actividad microbiana la responsable Cuadro 3. Contenido total de metales en el vástago y raíces de Caesalpinia spinosa. Se muestra el valor medio y el error estándar (N=5); letras distintas indican diferencias significativas entre los tratamientos. Tratamientos T1 T2 T3 C+ C- Cu 29 ± 8,7 13 ± 1,7 13± 2,6 13 ± 7,1 16 ± 2,4 Vástago (mg kg-1) Zn Fe a 26 ± 2,9 a 186 ± 61,3 a a 27 ± 2,6 a 62 ± 27,1 a a 22 ± 0,8 a 80 ± 21,7 a a 18 ± 3,2 a 88 ± 45,5 a a 19± 1,0 a 84 ± 13,8 a Cu 4157 ± 808 a 2593 ± 378 a 3489 ± 757 a 278 ± 33 b 2101 ± 293 ab ISSN 0719-1618 Raíces (mg kg-1) Zn 135 ± 13 ab 184 ± 28 a 174 ± 27 a 57 ± 7 b 109 ± 37 ab Fe 4611 ± 790 a 2916 ± 959 ab 4689 ± 276 a 1877 ± 265 b 2593 ± 321 ab 23 Ciencia Ambiental Revista Conservación Ambiental de la liberación de importantes nutrientes (Petrisor et al. 2004). Aunque la Tara es capaz de fijar el N atmosférico a través de una asociación simbiótica con bacterias del género Rhizobium, ellas deben estar presentes en el sustrato, o bien, ser incorporadas para que la fijación ocurra. No se visualizaron nodulaciones en las raíces de las plántulas en ninguno de los sustratos luego de la finalización del ensayo, lo que sugiere que los acondicionadores orgánicos incorporados carecían de bacterias del género Rhizobium, o que podrían existir otros factores que inhibieran la nodulación. Estas relaciones simbióticas han sido usualmente la fuente más valiosa de N en la remediación de áreas degradadas (Bradshaw, 1999). Aunque los resultados de los parámetros evaluados en las plántulas de los tratamientos se alejan considerablemente de los alcanzados por aquellas en el C+, las plántulas en los tratamientos lograron desarrollos significativos con respecto al C-, es decir, el acondicionamiento del relave permitió incrementar el crecimiento de las plántulas. Cabe destacar que incluso en el C- las plántulas lograron crecer. De este modo, se sugiere que C. spinosa podría crecer y desarrollarse en depósitos de relaves mineros acondicionados. Sin embargo, para optimizar su crecimiento debería lograrse una mayor reducción en la solubilización del Cu y en la salinidad del sustrato. El estudio de Petrisor et al. (2004) apoya la hipótesis que la inoculación bacteriana de relaves mineros incrementa la resistencia de las plantas frente a elementos contaminantes, efecto que se debería a la disminución de la absorción de elementos fitotóxicos y al aumento en la absorción de nutrientes. En este sentido, la inoculación artificial de las plántulas podría contribuir en la disminución de los efectos de toxicidad por Cu en las plantas susceptibles, como C. spinosa, al mismo tiempo que se favorece la fijación de N. Por otra parte, una manera efectiva de disminuir la solubilización de metales sería mediante el compostaje de los desechos orgánicos previa incorporación de ellos en los relaves, lo cual aumentaría la fracción de materia orgánica humificada y estable, capaz de complejar los metales (Santibáñez, 2006), o bien, incorporar otros materiales orgánicos e inorgánicos estabilizantes capaces de reducir las concentraciones de metales solubles. Se ha demostrado que los aluminosilicatos, como las zeolitas y las montmorillonitas, tienen una gran capacidad de retención de cationes monovalentes y divalentes, y pueden ser utilizados como agentes inorgánicos estabilizantes capaces de reducir las concentraciones de metales solubles y de mejorar el crecimiento vegetal en áreas contaminadas por metales. Además, entre los adsorbentes de iones metálicos de bcosto, las zeolitas han sido identificadas entre las más eficientes, por lo que pueden ser de gran utilidad en la rehabilitación y remediación de sustratos con problemas de toxicidad por metales pesados como Cu, Zn, Cd, Ni, Mn, Fe, Pb, As, Cd y Hg (Babel 24 y Kurniawan, 2003; Curi et al. 2006; Garcia-Sanchez et al. 1999; Lothenbach et al. 1997; Martin y Ruby, 2004). El chitosán, un polisacárido producido por la deacetilación del chitin (elemento estructural del exoesqueteto de crustáceos y otros artrópodos), es también un excelente adsorbente de metales. Se reportó que 1 g de chitosán podía adsorber 13 mg de Cu+2 en condiciones de equilibrio a pH 5,5 (Annachhatre et al. 1996, citado en Babel y Kurniawan, 2003). Es indispensable, entonces, evaluar otras alternativas de acondicionamiento de los relaves a partir de materias orgánicas e inorgánicas disponibles a bajo costo en la zona para lograr un mejor establecimiento de la Tara en relaves mineros. Una alternativa que podría disminuir la salinización del relave acondicionado es el lavado previo a la incorporación de los desechos orgánicos, produciendo una lixiviación de las sales (Ho et al. 1999). Cabe mencionar que en condiciones de terreno, riegos abundantes permitirían la lixiviación de sales hacia estratas inferiores fuera del alcance de las raíces. Esto podría haberse evaluado en el ensayo aplicando una menor cantidad de riegos con un mayor volumen de agua, de manera de permitir la lixiviación de las sales fuera de las macetas experimentales. Eulychnia acida La evaluación del incremento en la biomasa (en base fresca) de las columnas de E. acida indicó que este parámetro es significativamente menor en los tratamientos T2, T3 y C- en comparación con el C+ y el tratamiento T1 (Figura 2A), donde se produjo un incremento positivo de la biomasa de las columnas. Se observó una descomposición de la porción basal de algunas de las columnas en los tratamientos T2 y T3 y en el C- al final del ensayo, lo que explicaría la disminución en biomasa fresca. La biomasa radicular (base seca) muestra los mismos resultados (Figura 2B); los tratamientos con biomasa radicular significativamente menor son los tratamientos T2 y T3 y el C-. De esta forma, las columnas que desarrollaron un sistema radicular más extenso, como las del tratamiento T1 y el C+, lograron tener un crecimiento positivo, reflejado en el incremento en altura de las columnas (datos no presentados) y en el incremento de biomasa fresca de las columnas. Estudios preliminares han mostrado que E. acida es sensible a concentraciones elevadas de cobre (Ginocchio, datos no publicados), lo que explicaría la inhibición en el desarrollo de las raíces desde las columnas. La menor solubilización de Cu detectada en el tratamiento T1, en comparación a los tratamientos T2 y T3 (Cuadro 2), podría explicar el mayor enraizamiento e incremento en biomasa de las columnas detectado en este tratamiento. Es importante destacar que muchas de las columnas, en especial aquellas de los tratamientos T2, T3 y del C-, estaban iniciando la generación de Fundación Ecomabi 2011® Ciencia Ambiental Año 1/Número 1/Noviembre 2011 b 400 300 0,5 (A) b (B) 0,4 ab 100 Biomasa (g) Biomasa (g) 200 0 -100 ab a 0,3 ab a 0,2 a a -200 0,1 -300 a 0 -400 T1 T2 T3 C+ T1 C- T2 T3 C+ C- Figura 2. (A) Incremento en biomasa (en base fresca) de las columnas de Eulychnia acida. (B) Biomasa radicular (en base seca) de Eulychnia acida. Se muestran los valores medios y el error estándar (N=8). Letras distintas indican diferencias significativas entre los tratamientos. raíces al momento de finalizar el ensayo, apoyando la teoría de que la mayor solubilización de estos sustratos se encontraría afectando el enraizamiento de las columnas. En cuanto a los contenidos de metales en los tejidos de esta especie (Cuadro 4) se encontró que los contenidos de metales en las columnas fueron similares, indicando que no hubo traslocación de metales hacia tejidos aéreos. Es posible en todo caso, que de extenderse la duración del ensayo, pudiese detectarse traslocación de metales hacia tejidos aéreos. Los contenidos fueron significativamente mayores en las raíces del C- y de los tres tratamientos. Específicamente, las raíces de los tres tratamientos y el C- alcanzaron valores superiores a los 500 mg kg-1 de Cu y valores superiores a los 4.400 mg kg-1 de Fe, aunque este último metal podría no estaría produciendo una toxicidad directa al ser posiblemente oxidado fuera de la endodermis radicular (Smolders y Roelofs, 1996). Se observó necrosis de los meristemas radicales apicales, particularmente de las columnas del C- y en los tratamientos T2 y T3, lo que indica síntomas de toxicidad por metales (Adriano, 2001). Las cactáceas son excelentes evasoras del estrés hídrico, en vista de que son capaces de inducir el metabolismo ácido de crasuláceas (CAM por su sigla en inglés), evitando la pérdida de agua durante la fotosíntesis. Incluso, son capaces de mantener los estomas cerrados durante el día y realizar reciclaje intracelular de CO2, aunque ello en perjuicio del crecimiento (Lüttge et al. 1989). De este modo, es posible que las columnas expuestas a altas concentraciones salinas, como en los tres tratamientos y en el C-, hayan tenido un menor desarrollo tanto radicular como aéreo como resultado de una respuesta ante un bajo potencial osmótico. Por otra parte, a pesar de esta capacidad de las cactáceas, no es descartable que E. acida pueda verse afectada ante altas concentraciones de sulfatos. Así, la menor cantidad de sulfatos en el tratamiento 1 también podría explicar el mayor desarrollo de las columnas revelado en este tratamiento, ya que la presencia de Ca no necesariamente neutraliza la totalidad de los sulfatos. A pesar de que el C- presenta menor CE, menor concentración de sulfatos y menor contenido de Cu en extracto acuoso que los tres tratamientos, el crecimiento alcanzado por las columnas en el C- se asemeja al alcanzado en los tratamientos. De ello se desprende que probablemente hay otros factores incidiendo en este escaso crecimiento, entre los que podrían encontrarse la menor disponibilidad de N y P, y el menor contenido de materia orgánica presente en el C- en contraste con los tratamientos. Si el ensayo de E. acida se hubiese prolongado por un Cuadro 4. Contenido total de metales en las columnas (N=4) y raíces (N=3) de Eulychnia acida. Se muestra el valor medio y el error estándar; letras distintas indican diferencias significativas entre los tratamientos. Tratamientos T1 T2 T3 C+ C- Cu 4 ± 0,8 6 ± 0,9 4 ± 0,7 4 ± 0,4 6 ± 0,5 Columnas (mg kg-1) Zn Fe a 30 ± 4,9 a 80 ± 13,3 a a 26 ± 2,0 a 79 ± 14,0 a a 28 ± 1,8 a 71 ± 13,3 a a 26 ± 0,5 a 42 ± 10,7 a a 24 ± 2,0 a 47 ± 8,4 a ISSN 0719-1618 Cu 875 ± 90 a 679 ± 43 a 515 ± 79 a 13 ± 2 b 817 ± 168 a Raíces (mg kg-1) Zn Fe 43 ± 6 a 7437 ± 1356 a 49 ± 5 a 4432 ± 538 ab 23 ± 4 ab 5488 ± 1128 ab 11 ± 1 b 1237 ± 195 b 44 ± 10 a 5649 ± 1347 ab 25 Ciencia Ambiental Revista Conservación Ambiental Cuadro 5. Contenido total de metales en vástagos, raíces y rizomas de Alstroemeria pulchra (muestras compuestas) Vástagos (mg kg-1) Cu Zn Fe 60 24 674 35 13 373 42 11 404 9 21 53 29 22 214 Tratamientos T1 T2 T3 C+ C- Raíces (mg kg-1) Cu Zn Fe 3405 185 8123 3091 170 14697 4834 124 9371 112 42 5769 624 75 6912 tiempo mayor, probablemente los resultados variarían a los entregados en este estudio, entregando incrementos positivos en la biomasa y en la altura de las columnas, además de mayor biomasa radicular. De todos modos, los resultados obtenidos en el ensayo nos permiten vislumbrar el comportamiento de esta especie en programas de fitoestabilización de relaves mineros, y afirmar que aunque el potencial de crecimiento de esta cactácea a partir de trozos de columnas se ve limitado en relaves acondicionados, su crecimiento y desarrollo es posible. El ensayo además permitió identificar los factores positivos y negativos de los sustratos experimentales en relación al crecimiento y desarrollo de E. acida en relaves acondicionados. Los estudios sobre cactáceas en programas de recuperación de áreas contaminadas por la actividad minera han sido escasos. Sin embargo, un programa de estabilización de los taludes de un tranque de relave de cobre realizado décadas atrás por la compañía minera Pima localizada en el sur del estado de Arizona, EUA, incorporó el transplante de cactus recuperados del lugar antes de que el área fuese cubierta con relaves. Carnegiea gigantea, Opuntia bigelovii y Echinocactus grusonii figuran entre las especies que fueron trasplantadas, las que junto a especies de poáceas y leguminosas sembradas, fueron capaces de controlar la erosión causada por el viento y el agua (Ludeke, a T1 Alstroemeria pulchra La brotación de los rizomas de A. pulchra se vio retrasada tanto en los tres tratamientos como en el C- al compararla con la ocurrida en el C+. La brotación comenzó en el C+ a los 18 días luego de ser trasplantados los rizomas, mientas que ésta no comenzó sino después de 39, 60, 74 y 78 días en los tratamientos T2, T3, C- y T1, respectivamente. Esta diferencia se ve reflejada en las biomasas finales alcanzadas por los vástagos en los distintos tratamientos experimentales (Figura 3A), donde la biomasa en los tratamientos T1, T2, T3 y en el C- son significativamente menores que la del C+. El mismo patrón se detectó en la biomasa radicular (Figura 3B), aunque la biomasa radicular del C+ fue mucho menor a la biomasa aérea. Al evaluar la a T2 a T3 a C+ C- 18 16 14 12 10 8 6 4 2 0 (C) b a a T1 a T2 a T3 C+ b 500 C- Incremento en biomasa (mg) 300 270 240 210 180 150 120 90 60 30 0 1973). Por otra parte, estudios en Chile han logrado identificar una especie de la familia, Echinopsis chiloensis, colonizando un tranque de relave en la provincia del Limarí, Región de Coquimbo (León-Lobos et al. 2008), apoyando la posibilidad de establecimiento y desarrollo de E. acida en relaves mineros acondicionados. Al igual que C. spinosa, E. acida podría ser establecida a través de propagación vegetativa en depósitos de relaves fitoestabilizados, siempre y cuando se logre una mayor reducción en la solubilización del cobre y en la salinidad del sustrato. (B) b Biomasa (mg) Biomasa (mg) (A) Rizomas (mg kg-1) Cu Zn Fe 549 52 3004 304 37 897 159 23 456 15 16 256 60 20 285 400 300 200 ab a a 100 0 -100 -200 a T1 T2 T3 C+ C- Figura 3. (A) Biomasa (base seca) del vástago de Alstroemeria pulchra. (B) Biomasa (base seca) de raíces de Alstroemeria pulchra. (C) Incremento en biomasa (base fresca) de rizomas de Alstroemeria pulchra. Se muestran los valores medios y el error estándar (N=7). Letras distintas indican diferencias significativas entre los tratamientos.. 26 Fundación Ecomabi 2011® Ciencia Ambiental Año 1/Número 1/Noviembre 2011 variación en la biomasa de los rizomas a lo largo del ensayo (Figura 3C) se encontró un gran aumento en la biomasa del C+, mientras que el aumento fue significativamente menor en el C- y los tratamientos T2 y T3. En el caso del tratamiento T1 se detectó incluso una disminución en la biomasa de los rizomas, disminución que puede atribuirse a la deshidratación o la pudrición de tres de los rizomas. Conjuntamente al retraso en la brotación de los rizomas, al reducido crecimiento de los vástagos, a la menor acumulación de biomasa radicular y al menor incremento en biomasa de los rizomas, se observó una importante necrosis de las hojas en los tres tratamientos y en el C-. Lo anterior sugiere que A. pulchra podría haber sido afectada por la alta salinidad de los tratamientos experimentales, considerando que las plantas susceptibles a la salinidad disminuyen o detienen su crecimiento y pueden presentar síntomas visuales, entre los que se encuentra la necrosis de los tejidos (Bernstein, 1975; Honorato, 2000). Generalmente, una conductividad eléctrica superior a 4 dS m-2 limita severamente el crecimiento de la mayoría de las plantas, aunque la intensidad de los efectos negativos que pueda producir la salinidad sobre las plantas está en relación con la tolerancia a la salinidad de las especies o de las variantes genéticas (Ho et al. 1999; Honorato, 2000; Munns y Tester, 2008). Probablemente, los altos niveles de Cu soluble en los tratamientos también hayan afectado el crecimiento y brotación de los rizomas. El Cuadro 5 muestra los contenidos de metales en los tejidos de A. pulchra. Se observa que ocurrió una importante traslocación de Cu hacia tejidos aéreos en los tres tratamientos y, en menor medida, en el C-, además de acumularse en rizomas y raíces de los tres tratamientos en concentraciones muy altas. La concentración elevada de cobre en los tejidos subterráneos, por sobre -1 los 100 mg kg definido como valor crítico para las plantas por Kabata-Pendias & Pendias (1984; citado en Alloway, 1990), podría estar generando problemas por toxicidad (Adriano, 2001). Es probable que tanto la salinidad como la solubilización del Cu se encuentren limitando el crecimiento de A. pulchra en relaves acondicionados, los mismos factores que estarían afectando el crecimiento de las otras dos especies en estudio. Sin embargo, en el caso de A. pulchra las diferencias encontradas entre el C+ y los tratamientos con respecto a los parámetros evaluados son considerables. Se pudo apreciar el desarrollo de vástagos débiles, arrocetados, necróticos y senescentes tanto en el C- como en los tratamientos. Además, se produjo una importante acumulación de Cu en los tejidos aéreos, lo que constituiría un riesgo ambiental producto de la potencial incorporación de metales en la cadena alimentaria de la vida silvestre. Unido a ello, es importante resaltar que el material de propagación utilizado para esta especie fue el rizoma, por lo que es posi- ble que la generación de vástago se deba a los nutrientes almacenados en el rizoma, más bien que a un real establecimiento de la especie en el relave acondicionado. De esta manera, dadas las condiciones de este ensayo, A. pulchra no sería una especie recomendada para programas de fitoestabilización de relaves mineros. No obstante, es posible que el deficiente crecimiento y desarrollo de la especie a partir de rizomas pueda ser maximizado a través de un distinto acondicionamiento y manejo de los relaves. Sería recomendable indagar en el cultivo de otras especies nativas en relaves mineros acondicionados, dando prioridad a aquellas especies descritas por su tolerancia a la salinidad o a aquellas recientemente identificadas como metalófitas excluyentes para cobre (León-Lobos et al. 2008). CONCLUSIONES El alto contenido de cobre soluble y la salinidad de los tratamientos experimentales (T1, T2 y T3) serían los principales problemas asociados al cultivo de C. spinosa, E. acida y A. pulchra en relaves mineros de cobre acondicionados, problemas magnificados dadas las condiciones del ensayo en macetas y la inestabilidad de los acondicionadores utilizados. Sin embargo, otras alternativas de acondicionamiento y manejo de los relaves, que permitan abatir estos problemas, podrían promover el establecimiento y crecimiento adecuado de estas especies en tranques de relaves abandonados y post-operativos. C. spinosa y E. acida serían especies capaces de establecerse y desarrollarse sobre relaves mineros acondicionados, mientras que A. pulchra no sería una especie recomendada para programas de fitoestabilización en etapa inicial. Deben realizarse mayores investigaciones, no sólo de laboratorio sino que también de campo, de forma de determinar la metodología de fitoestabilización más adecuada para estas especies vegetales. Literatura citada Adriano, D. C. 2001. Trace elements in terrestrial environments: biogeochemistry, bioavailability, and risks of metals (2nd ed.) Springer – Verlang. New York, USA. 867p. Allen, H. E. 1997. Importance of speciation of metals in natural waters and soils to risk assessment. 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