AMPARO EN REVISIÓN: ************************************************** RECURRENTES: ********** Y OTRO. MAGISTRADO PONENTE: ENRIQUE PÉREZ GONZÁLEZ. SECRETARIA: VIRGINIA GUTIÉRREZ CISNEROS. Toluca, Estado de México, acuerdo del Primer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Segundo Circuito, de diez de octubre de dos mil doce. V I S T O para fallar el toca de revisión ****************************************, relativo al juicio de amparo **************************************************, del Juzgado Segundo de Distrito en el Estado de México; y, R E S U L T A N D O: PRIMERO.- **********, por propio derecho y en ********* ********* ** representación de su menor hijo **********, por demanda presentada el veinte de abril de dos mil doce, en la Oficina de Correspondencia Común de los Juzgados de Distrito en el Estado de México, con residencia en Naucalpan de Juárez, turnada el mismo día al Juzgado Segundo de Distrito en el Estado de México, solicitó el amparo y protección de la Justicia Federal contra actos del Juez Cuarto de lo Familiar de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán, Estado de México, como autoridad ordenadora, notificadores y ejecutores de dicho juzgado, como autoridades 2 A. R. ******************************. ejecutoras, los que estimó violatorios de los artículos 1, párrafo tercero, 4 párrafo octavo, 8, 14, 103 fracción I y 107 fracciones VII y X de la Constitución Federal, que hizo consistir en: “LOS EFECTOS Y CONSECUENCIAS EN PERJUICIO DE MI MENOR HIJO, DERIVADOS DEL ACUERDO DE DIECISIETE DE ABRIL DEL DOS MIL DOCE, DICTADO POR LA RESPONSABLE ORDENADORA, Y DEL CUAL DE SURTIR EFECTOS AFECTARÍA LOS DERECHOS HUMANOS QUE LE ASISTEN A MI HIJO. AL DEJARLO VULNERABLE CONTRA LA VIOLENCIA QUE LE EJERCITAN.--- LA ORDEN DADA A LAS EJECUTORAS PARA QUE ME DESPOSEAN DE MI HIJO SI (SIC) HABERSE DICTADO SENTENCIA DEFINITIVA LA CUAL ORDENE LA PRIVACIÓN DE LA GUARDA Y CUSTODIA DE MI MENOR HIJO. SIN TOMAR EN CONSIDERACIÓN LA RESPONSABLE, LO DICTAMINADO POR EL PERITO EN PSICOLOGÍA EL CUAL REFIERE LA VIOLENCIA HA QUE ES SOMETIDO MI MENOR HIJO POR PARTE DE SU PROGENITOR Y FAMILIA.--- LA EJECUCIÓN DE LA MEDIDA PROVISIONAL DECRETADA POR LA RESPONSABLE ORDENADORA CONSISTENTE EN EL RÉGIMEN DE VISITAS DE MI MENOR CON SU PROGENITOR, SIN TOMAR EN CONSIDERACIÓN LOS DERECHOS HUMANOS QUE LE ASISTEN A MI MENOR HIJO, AUNADO A ELLO QUE LA RESPONSABLE ORDENADORA ESTÁ OBLIGADA A SALVAGUARDAR EL SANO DESARROLLO FÍSICO Y MENTAL DE MI HIJO.--LA NO CESACIÓN O MODIFICACIÓN DEL RÉGIMEN DE VISITAS Y CONVIVENCIAS QUE LA ORDENADORA PRETENDE LLEVAR A CABO SIN IMPORTAR EL DAÑO INMINENTE QUE SUFRIRÍA MI MENOR HIJO. Y SIN RESPETAR LOS DERECHOS QUE LE ASISTEN A MI MENOR HIJO EN LA CONSTITUCIÓN FEDERAL Y LOS 3 A. R. ******************************. TRATADOS INTERNACIONALES QUE SEÑALO MÁS ADELANTE.”. SEGUNDO.- En auto de veintitrés de abril de dos mil doce, se previno a la quejosa en el sentido de que precisara la fecha y el acuerdo en donde se ordenó la desposesión, así como el auto en que se decretó el régimen de visitas, la fecha en que tuvo conocimiento y cuando se le notificó y, si lo señalaba como acto reclamado. Mediante escrito presentado el veintiséis de abril siguiente, se cumplió el requerimiento en donde básicamente se adujo que la desposesión era consecuencia de la ejecución del régimen de visitas y convivencia provisional decretado por la responsable ordenadora; que en auto de dieciocho de octubre de dos mil once, se fijó dicho régimen de visitas, pero no lo señalaba como acto reclamado. En proveído de veintisiete de abril de dos mil doce, el Juez Segundo de Distrito en el Estado de México, admitió la demanda de garantías, señaló día y hora para que tuviera verificativo la audiencia constitucional. En auto de seis de junio de dos mil doce, se ordenó la remisión de los autos al Juzgado Primero de Distrito del Centro Auxiliar de la Segunda Región, con residencia en San Andrés Cholula, Puebla. 4 A. R. ******************************. TERCERO.- El veintisiete de junio de dos mil doce el Juez Primero de Distrito del Centro Auxiliar de la Segunda Región, con residencia en San Andrés Cholula, Puebla, dictó sentencia, en donde sobreseyó en el juicio de garantías. CUARTO.- Inconforme con ese fallo, la parte quejosa interpuso recurso de revisión, el cual fue turnado a este Primer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Segundo Circuito, quien mediante proveído de veinte de agosto de dos mil doce, lo admitió. El Ministerio Público se abstuvo de formular pedimento. Finalmente, por diverso acuerdo de veintidós siguiente, se turnó el expediente al magistrado ponente. El presente asunto tiene como precedente el incidente en revisión **********, interpuesto por **********, que se resolvió en ejecutoria de veintisiete de junio de dos mil doce, por unanimidad de votos, en el sentido de confirmar la resolución sujeta a revisión y, se concedió la suspensión definitiva solicitada, en los términos estipulados en la resolución recurrida. C O N S I D E R A N D O: PRIMERO.- Este tribunal es competente para conocer del presente negocio de conformidad con los artículos 103, fracción I y 107, fracción VIII, párrafo último, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 83, fracción IV, 85, fracción II, 86, 88, 89, 90 y 91, de la Ley de Amparo; 1o., fracción III, 37, fracción IV, 38 y 39, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación; y el 5 A. R. ******************************. contenido del acuerdo general 17/2012 del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, relativo a la determinación del número y límites territoriales de los circuitos en que se divide la República Mexicana; y al número, a la jurisdicción territorial y especialización por materia de los Tribunales Colegiados y Unitarios de Circuito y de los Juzgados de Distrito, por tratarse de un recurso de revisión interpuesto contra la sentencia dictada en la audiencia constitucional de un juicio de amparo en materia civil, por un juez de Distrito residente en este circuito. SEGUNDO.- Las consideraciones en que se sustenta la resolución recurrida, constan en el expediente del juicio de amparo indirecto. TERCERO.- Los agravios expresados en contra del fallo recurrido, constan en el expediente en el que se actúa, los cuales se estiman innecesarios transcribir, ya que no existe disposición alguna en la Ley de Amparo que obligue a hacerlo. CUARTO.- Se aduce que fue incorrecto sobreseer en el juicio de garantías respecto del acto reclamado a la notificadora adscrita al juzgado responsable, bajo el argumento de que negó el acto, pero se soslaya que los actos reclamados se demostraron con las constancias que la responsable ordenadora remitió al rendir su informe con justificación quien, por cierto, aceptó el que se le imputó, reconociendo en consecuencia indirectamente los actos atribuidos a las autoridades ejecutoras. 6 A. R. ******************************. Es infundado lo anterior. En la sentencia recurrida se sobreseyó en el juicio de garantías respecto de los actos reclamados al Notificador y Ejecutor adscritos al Juzgado Cuarto de lo Familiar de Primera Instancia del Distrito Judicial de Cuautitlán, Estado de México, con fundamento en el artículo 74, fracción IV, de la Ley de Amparo, ante la inexistencia de los actos reclamados, pues la primera autoridad negó los actos sin que fuera desvirtuado por la quejosa y, la segunda, omitió rendir su informe justificado, pero al tratarse el acto reclamado de la ordenadora de carácter negativo, entonces no podía tener ejecución material, por ende, no operaba la certeza del acto de ejecución. En ese tenor, el solo hecho de que la autoridad responsable al rendir su informe justificado hubiese aceptado el acto reclamado que se le atribuyó, esto es, el auto de diecisiete de abril de dos mil doce, en modo alguno genera la demostración de los diversos reclamados a las autoridades ejecutoras, sobre todo si se toma en consideración de que en dicho proveído se negó la petición a la promovente, lo que implica que ese auto en sí no requiere de ejecución; situación que denota que resultan inexistentes los actos imputados a las autoridades ejecutoras. Luego, si una autoridad negó el acto y otra fue omisa, pero atento a las particularidades del acto emitido por la ordenadora que no requiere ejecución, se estima apegado a derecho haber concluido en la inexistencia de los actos. 7 A. R. ******************************. En distinto agravio se indica que deviene ilegal haber afirmado que contra el auto de diecisiete de abril de dos mil doce, debió agotarse el recurso de revocación previsto en el numeral 1.352 y 5.74 del Código de Procedimientos Civiles del Estado de México, soslayando que ese proveído no se señaló como inconstitucional, pues lo que se reclamó fue la no cesación del régimen provisional de convivencia del menor con su progenitor ante la existencia de actos de violencia por parte de la familia del padre, mismos a que se hace alusión en el dictamen en psicología. Es infundado lo anterior. En efecto, basta con analizar la demanda de garantías para advertir que fue señalado como acto reclamado el auto de diecisiete de abril de dos mil doce y sus consecuencias, ya que no es factible tener únicamente como acto transgresor de garantías individuales, las consecuencias del proveído referido, debido a que éstas no pueden surgir aisladamente sin la emisión del auto de donde derivan. Por consiguiente fue legal tener como acto reclamado el auto de diecisiete de abril de dos mil doce, a fin de determinar la procedencia o improcedencia del juicio de garantías. Una vez determinado lo anterior se considera legal el sobreseimiento en el juicio de garantías, debido a que el juicio de 8 A. R. ******************************. amparo se funda en diversos principios o postulados básicos que lo distinguen de los restantes medios legales de defensa común. Dichos principios generales del juicio de amparo, se encuentran previstos en el artículo 107 de la Constitución General de la República, entre los que se encuentra el de definitividad, que tiene por objeto restringir la procedencia de la acción constitucional. Conforme al principio de definitividad del juicio de amparo, el quejoso debe agotar previamente a su interposición, los recursos ordinarios o medios de defensa legales que la ley que rige el acto reclamado establece para modificarlo, revocarlo o nulificarlo, pues tomando en cuenta que el juicio de garantías es un medio extraordinario de defensa, lo que significa que sólo procede en casos excepcionales, como lo son, entre otros, aquellos que ya no son susceptibles de ser revisados a través de los citados recursos o medios de defensa ordinarios. El citado principio no es aplicable en todos los casos, pues el propio artículo 107 constitucional, prevé diversos supuestos de excepción. Ese principio de definitividad sólo es aplicable a las partes que intervienen en el juicio o procedimiento del cual emana el acto reclamado. De tal manera, que si el acto reclamado lo constituye el proveído que negó la cesación o modificación del régimen de visitas y convivencias a favor de la parte actora (padre del menor), 9 A. R. ******************************. es evidente que contra el mismo procede el recurso de revocación estipulado en los numerales 1.362 y 5.74 del Código de Procedimientos Civiles del Estado de México, tal como se estimó en la sentencia recurrida, el cual no fue agotado antes de acudir al juicio de garantías, lo que refleja la falta de observancia al principio de definitividad que rigen en el juicio de amparo, entonces se actualiza la causal de improcedencia establecida en el numeral 73, fracción XIII, de la Ley de Amparo. Sin que sea óbice que estén involucrados intereses de un menor, para estimar que no es dable exigir la observancia del principio de definitividad, cuenta habida de que la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha establecido que la excepción a ese principio tratándose de controversias relativas al estado civil o que afecten al orden y estabilidad de la familia o a menores o incapaces, es aplicable en amparo directo sin que pueda hacerse extensiva en amparo indirecto, al haber sido voluntad del Constituyente Reformador y del legislador ordinario, que la excepción procediera exclusivamente en amparo biinstancial. Lo anterior se corrobora en la jurisprudencia localizable en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XIV, Agosto de 2001, página 101, del tenor literal siguiente: “DEFINITIVIDAD EN EL JUICIO DE AMPARO. LA EXCEPCIÓN A ESTE PRINCIPIO SÓLO PROCEDE RESPECTO DE VIOLACIONES A LAS LEYES DEL PROCEDIMIENTO IMPUGNABLES EN LA VÍA DIRECTA, TRATÁNDOSE DE CONTROVERSIAS QUE AFECTEN 10 A. R. ******************************. AL ESTADO CIVIL, AL ORDEN Y ESTABILIDAD DE LA FAMILIA O A MENORES O INCAPACES.- La interpretación literal, sistemática y teleológica de lo dispuesto en los artículos 107, fracción III, inciso a), de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y 161 de la Ley de Amparo, permite concluir que la excepción al principio de definitividad que dichas normas establecen, procede exclusivamente cuando en amparo directo en materia civil, se impugnen sentencias definitivas o resoluciones que pongan fin al juicio, por violaciones a las leyes del procedimiento que afecten las defensas del quejoso, siempre que dichas sentencias se hayan dictado en controversias relativas al estado civil o que afecten al orden y estabilidad de la familia o a menores o incapaces. Ahora bien, si se toma en consideración que sólo en este caso específico y respecto de la referida vía de amparo, el interesado queda eximido de preparar el juicio de amparo, resulta inconcuso que no puede hacerse extensiva la citada excepción a los casos en los que por la diversa vía del amparo indirecto se impugnen actos de tribunales civiles ejecutados fuera de juicio o después de concluido, no obstante que se trate de controversias del estado civil o de actos que pudieran afectar al orden y estabilidad de la familia o a menores o incapaces, pues del contenido textual y de la interpretación de los mencionados preceptos legales se infiere que fue voluntad del Constituyente Reformador y del legislador ordinario, que la excepción en cita procediera exclusivamente en vía de amparo directo. Lo anterior se confirma con la interpretación de lo establecido respecto al juicio de amparo indirecto, en el inciso b) de la fracción III del señalado precepto constitucional y en el artículo 114, fracción III, de la Ley de Amparo, así como por el hecho de que por la propia naturaleza procedimental de esta vía, no 11 A. R. ******************************. se requiere de actos procesales tendientes a su preparación.”. De igual manera deviene aplicable la tesis emitida por el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito que este tribunal comparte, localizable en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXXII, septiembre de 2010, página 1455, que dice: “SUPLENCIA DE LA QUEJA. SU PROCEDENCIA Y ALCANCE EN RELACIÓN CON EL PRINCIPIO DE DEFINITIVIDAD. El artículo 107, fracción II, párrafo segundo, constitucional, reproducidos, a su vez, en los artículos 76 Bis, fracción V y 91, fracción VI, de la Ley de Amparo, han sido interpretados por la Suprema Corte de Justicia de la Nación en el sentido que es deber a cargo de los tribunales federales que conozcan del juicio constitucional y de la instancia revisora, de suplir la deficiencia de los conceptos de violación y de los agravios en las materias y respecto de las categorías de personas que ahí se especifican, uno de cuyos supuestos, contemplado en la fracción V del artículo 76 Bis y en la fracción VI del artículo 91 de la Ley de Amparo, prevé la suplencia de la deficiencia de la queja a favor de los menores o incapacitados, sin que para determinar lo contrario sea relevante el carácter de quienes promuevan la demanda de garantías o el recurso de revisión, ni la naturaleza de los derechos que se estén cuestionando, puesto que la institución de que se trata fue estructurada por el legislador no sólo para proteger los derechos familiares, sino también el bienestar de los menores de edad y de los incapacitados. Bajo esa tesitura, los órganos federales tienen el deber de suplir la deficiencia de los conceptos de violación o de los agravios respectivos, 12 A. R. ******************************. siempre que esté de por medio, directa o indirectamente, el bienestar de un menor de edad o de un incapaz, sin que para ello sea determinante la naturaleza de los derechos familiares que estén en controversia o el carácter de quien o quienes promuevan el juicio de amparo o el recurso de revisión, toda vez que el interés jurídico en las cuestiones que pueden afectar a la familia y principalmente en las concernientes a los menores y a los incapaces, no corresponde exclusivamente a los padres, ya que su voluntad no es suficiente para determinar la situación de los hijos menores; por el contrario, es la sociedad, en su conjunto, la que tiene interés en que la situación de los hijos quede definida para asegurar la protección del interés superior del menor de edad o del incapaz. Esa regla general de suplir la deficiencia de la queja en la demanda y en los agravios constitucionalmente opera en el juicio de amparo, pero no es una institución que exente a la parte quejosa de agotar el principio de definitividad. Ciertamente, aun y cuando se trate de una controversia de orden familiar, es necesario que oportunamente interponga los recursos o medios ordinarios de defensa procedentes de acuerdo a los preceptos legales aplicables, antes de acudir al juicio de amparo, ya que dicha institución opera respecto a violaciones procesales anteriores al dictado de la sentencia definitiva. Entonces, en relación a actos derivados de controversias del estado civil, que pudieran afectar al orden y estabilidad de la familia o a menores o incapaces, solamente opera en vía de amparo directo, resultando necesario que se eleve a la potestad jurisdiccional común la causa de pedir a través del recurso idóneo correspondiente, porque la suplencia de la queja no debe llegar al extremo de aceptar que quien sufra un agravio en un procedimiento en que es parte, no se inconforme aunque sea de manera deficiente.”. 13 A. R. ******************************. Los restantes argumentos en donde se expone que: debió ponderarse el interés superior del niño, quien corre peligro inminente al ser obligado a convivir con la familia de su progenitor, pues le generan violencia, tal como se lo indicó el infante al psicólogo, de ahí que no debe esperarse hasta resolver el asunto en definitiva para decidir lo tocante a la modificación del régimen de convivencia; y, no se observaron los artículos 1 y 4 Constitucionales, ni la Convención Internacional sobre Derechos de los Niños, resultan inoperantes al cuestionar aspectos vinculados con el fondo del asunto, los cuales no es dable ocuparse ante la actualización de la causal de improcedencia de que se trata. En tales condiciones, al resultar infundados e inoperantes los conceptos de agravio lo que procede es confirmar y sobreseer en el juicio de garantías. Por lo expuesto y fundado, se resuelve: PRIMERO.- Se confirma la sentencia recurrida; y, SEGUNDO.- Se sobresee en el juicio de garantías promovido por **********, por propio derecho y en representación de su menor hijo **********, contra el acto y autoridades precisados en el resultando primero. Notifíquese; y con testimonio de esta resolución, vuelvan los autos al lugar de su origen y en su oportunidad, archívese el expediente como asunto concluido. 14 A. R. ******************************. Así lo resolvió el Primer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Segundo Circuito, por mayoría de votos de los magistrados, presidente Jacinto Juárez Rosas y Enrique Pérez González, siendo ponente el segundo de los nombrados, contra el voto particular del magistrado Ricardo Romero Vázquez, que a la letra expresa: “En el juicio de amparo se señaló como acto reclamado el auto de diecisiete de abril de dos mil doce, mediante el que no se acordó favorable la cancelación o modificación del régimen de convivencia del menor con su padre.--- El juez de Distrito determinó sobreseer en el juicio, debido que a su parecer la quejosa debió interponer revocación contra esa resolución, por lo que no agotó el principio de definitividad.--- Sobre el particular, la ahora recurrente en sus agravios señala que acudió al juicio de amparo en nombre y representación de su menor hijo, debido que en su opinión corre un riesgo inminente al ser obligado a convivir con la familia de su progenitor, pues en ese lugar y con tales personas, el menor se encuentra en un estado de vulnerabilidad, como se evidenció con lo señalado en el dictamen pericial en psicología que obra en autos del juicio natural, donde se indicó que de su abuela paterna sufre agresión física y verbal, por lo que en atención al interés superior del menor, el juicio de amparo es procedente.--Dicho argumento es esencialmente fundado, debido a que tal como lo señala la recurrente, el juicio natural fue promovido por ********** por su propio derecho y en representación de su menor hijo **********.--- El artículo 4o. de la Constitución reconoce distintos derechos a los niños y establece el deber del Estado de proveer lo necesario para garantizar el pleno ejercicio de los mismos.1 --- La 1 Al respecto, dicho numeral señala expresamente lo siguiente: "Artículo 4o. ... Los niños y las niñas tienen derecho a la satisfacción de sus necesidades de alimentación, salud, educación y sano esparcimiento para su desarrollo integral. Los ascendientes, tutores y custodios tienen el deber de preservar estos derechos. El Estado proveerá lo necesario para propiciar el respeto a la dignidad de la niñez y el ejercicio pleno de sus derechos ..." 15 A. R. ******************************. primera cuestión que hay que aclarar es la concerniente a cuáles son los derechos de los niños protegidos por la Constitución. Aun cuando el derecho a la salud se encuentra expresamente constitucional, debe reconocido precisarse que en tal los artículo derechos fundamentales de los niños no son exclusivamente los enumerados expresamente en ese precepto.--- En efecto, uno de los objetivos declarados en la reforma a dicho precepto fue adecuar el marco constitucional mexicano a los tratados internacionales en materia de derechos del niño, firmados y ratificados por nuestro país.2 --- Por esa razón, cualquier interpretación que se haga del artículo 4o. constitucional tiene que hacerse a la luz de las normas de derecho internacional en materia de derechos del niño y los criterios de los distintos órganos encargados de su interpretación.--- Al respecto, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha sostenido que los niños poseen los derechos que corresponden a todos los seres humanos menores y adultos- y tienen además derechos especiales derivados de su condición. Si se traslada este criterio interpretativo al ordenamiento mexicano, es posible concluir que los niños tienen todos los derechos establecidos en la Constitución, además de algunos otros derechos especiales previstos en los tratados internacionales.--- En tal sentido, el marco internacional de los derechos del niño está constituido por varios instrumentos internacionales, entre los que destacan la Declaración Universal de Derechos Humanos (artículo 25), 2 Norma el criterio expuesto, la tesis 1a. XLVII/2011, sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicada en la Novena Época, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXXIII, Abril de 2011, página trescientos diez, que dice: “INTERÉS SUPERIOR DEL NIÑO. ES UN PRINCIPIO DE RANGO CONSTITUCIONAL IMPLÍCITO EN LA REGULACIÓN DE LOS DERECHOS DE LOS MENORES PREVISTOS EN EL ARTÍCULO 4o. CONSTITUCIONAL. De acuerdo a una interpretación teleológica, el interés superior del niño es principio de rango constitucional, toda vez que en el dictamen de la reforma constitucional que dio lugar al actual texto del artículo 4o., se reconoce expresamente que uno de los objetivos del órgano reformador de la Constitución era adecuar el marco normativo interno a los compromisos internacionales contraídos por nuestro país en materia de protección de los derechos del niño. En este sentido, el interés superior del niño es uno de los principios rectores más importantes del marco internacional de los derechos del niño. En el ámbito interno, el legislador ordinario también ha entendido que el interés superior es un principio que está implícito en la regulación constitucional de los derechos del niño, ya que es reconocido expresamente en la Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes como un principio rector de los derechos del niño.” 16 A. R. ******************************. el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (artículo 24), la Convención Americana sobre Derechos Humanos (artículo 19), la Declaración de los Derechos del Niño y, muy especialmente, la Convención sobre los Derechos del Niño.--- Así, en la Convención sobre los Derechos del Niño, en sus artículos 3, 4, 19 y 24, se ha establecido el deber del Estado para:--- 1. Tener como primordial el interés superior de los menores en cualquier decisión que tomen los tribunales.--- 2. Reconocer que los niños tienen el derecho a disfrutar del nivel más alto de salud.--- 3. Asegurar el bienestar de los menores y adoptar cualquier medida (de cualquier índole) para dar efectividad a los derechos reconocidos por la convención, especialmente, medidas para proteger a los menores contra toda forma de daño a su salud física o mental.--- Por lo que, en primer lugar, el derecho a la salud de los niños debe ser interpretado desde el interés superior del niño, que es un principio de rango constitucional implícito en la regulación de los derechos previstos en el artículo 4o. Esta idea encuentra respaldo en un argumento teleológico, como se sostuvo anteriormente, en el dictamen de la reforma constitucional que le dio origen, al reconocer expresamente que uno de los objetivos del Órgano Reformador de la Constitución era adecuar el marco normativo interno a los compromisos internacionales contraídos por nuestro país en materia de protección de los derechos del niño.--- En este sentido, el principio del interés superior del niño es uno de los principios rectores más importantes del marco internacional de los derechos del niño. No sólo es mencionado expresamente en varios instrumentos, sino que es constantemente invocado por los órganos internacionales encargados de aplicar esas normas.--- En tanto principio normativo, el interés superior del niño tiene una función justificativa y una función directiva; por un 17 A. R. ******************************. lado, sirve para justificar todos los derechos que tienen como objeto la protección del niño.--- Por otro lado, constituye un criterio orientador de toda producción normativa, entendida en sentido amplio, relacionada con los derechos del niño, lo que incluye no sólo la interpretación y aplicación del derecho por parte de los jueces, sino también todas las medidas emprendidas por el legislador y las políticas públicas, programas y acciones específicas llevadas a cabo por las autoridades administrativas. Así, el principio del interés superior del niño debe informar todos los ámbitos de la actividad estatal que estén relacionados directa o indirectamente con los menores.--- Se reconoce, asimismo, en la Convención sobre los Derechos del Niño, el derecho del infante al disfrute del más alto nivel posible de salud, lo que implica, en conjunción con el interés superior del menor, que la protección a la salud de los mismos se debe hacer a través de medidas “reforzadas” o “agravadas”. El hecho de que haya mayores exigencias para el Estado cuando se trata de salvaguardar los derechos del niño, también puede justificarse a la luz de las disposiciones del derecho internacional relacionadas con esos derechos.--- Por otro lado, el derecho a la salud no debe entenderse simplemente como la ausencia de afecciones o enfermedades, sino como un estado completo de bienestar físico, mental y social. En tales términos lo ha reconocido la Convención sobre los Derechos del Niño, al establecer que la salud de los niños también involucra a su salud mental y que se refiere no sólo al tratamiento o curación de afectaciones, sino a su prevención.--- Con base en lo anterior, es claro que el derecho a la salud es un derecho fundamental reconocido, tanto por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, como por la Convención sobre los Derechos del Niño, y que no sólo involucra a la salud física, sino a la salud mental de los 18 A. R. ******************************. menores, interpretada desde el interés superior de éstos, el cual impone una carga especialmente alta al Estado cuando se trata de proteger la salud de los infantes.--- De lo anterior se deriva que el Estado debe velar por la protección de la salud física y psicológica de los niños en cualquier acto que realice, incluyendo, desde luego, los actos que realiza en el ejercicio de la potestad jurisdiccional.--- En efecto, en tratándose de los derechos de los niños, no es necesario que se ocasione un daño a los mismos, sino que es suficiente que exista un riesgo. Tal interpretación es consistente con el principio constitucional del interés superior del niño. Como se señaló anteriormente, este principio impone una tutela reforzada de los derechos del niño; lo cual implica que tales derechos no sólo se ven afectados cuando se materializa un daño en su esfera jurídica, sino también cuando ésta se pone en riesgo. En otras palabras, para atentar contra la salud física y psicológica no es necesario causarle un daño a un menor, sino que basta con ponerlo en riesgo de sufrir alguna afectación.--- Así, el acto consistente en la convivencia del menor con sus padres, en que se alegue se pueden causar daños físicos y psicológicos al menor, hace procedente el amparo, aunque exista la posibilidad de que durante el juicio de garantías se compruebe que la convivencia no acarreará ningún perjuicio al menor, porque no es necesario que se pruebe la afectación a la salud física o mental de los menores para que proceda el amparo indirecto, sino que la sola posibilidad de causar un daño de esa naturaleza genera la procedencia del amparo por la vía indirecta.--- En efecto, el menor tiene derecho a convivir con ambos padres, pero ello siempre debe estar supeditado a que con motivo de esa convivencia éste no corra el riesgo de sufrir una afectación a su salud física o mental; entonces cualquier determinación dentro de juicio donde se deba analizar tal 19 A. R. ******************************. cuestión, es susceptible de ser impugnada en amparo indirecto, ya que sólo de esa manera se lograra proteger el interés superior del menor.--- Además, de lo antes descrito para justificar la procedencia del juicio de amparo indirecto, también se debe tomar en cuenta lo dispuesto en los artículos 1° y 107, fracción III, inciso a), constitucional3, los cuales fueron reformados el seis y diez de junio de dos mil once, respectivamente.--- De la interpretación armónica y sistemática de tales preceptos se aprecia que actualmente el juicio de amparo ya protege los derechos humanos reconocidos en la Constitución Federal y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, 3 “CONSTITUCION POLITICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, QUE REFORMA LA DE 5 DE FEBRERO DE 1857. TITULO PRIMERO. (REFORMADA SU DENOMINACIÓN, D.O.F. 10 DE JUNIO DE 2011) CAPITULO I. DE LOS DERECHOS HUMANOS Y SUS GARANTIAS. (REFORMADO PRIMER PÁRRAFO, D.O.F. 10 DE JUNIO DE 2011) Art. 1o.- En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece. (ADICIONADO, D.O.F. 10 DE JUNIO DE 2011) Las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad con esta Constitución y con los tratados internacionales de la materia favoreciendo en todo tiempo a las personas la protección más amplia. (ADICIONADO, D.O.F. 10 DE JUNIO DE 2011) Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En consecuencia, el Estado deberá prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos, en los términos que establezca la ley. (…)”. “Artículo 107.- Las controversias de que habla el artículo 103 de esta Constitución, con excepción de aquellas en materia electoral, se sujetarán a los procedimientos que determine la ley reglamentaria, de acuerdo con las bases siguientes: N. DE E. EN RELACION CON LA ENTRADA EN VIGOR DE LA PRESENTE FRACCION, VEASE ARTICULO TRANSITORIO PRIMERO DEL DECRETO QUE MODIFICA LA CONSTITUCION. (REFORMADA, D.O.F. 6 DE JUNIO DE 2011) (…) III.- Cuando se reclamen actos de tribunales judiciales, administrativos o del trabajo, el amparo sólo procederá en los casos siguientes: N. DE E. EN RELACION CON LA ENTRADA EN VIGOR DE LA PRESENTE FRACCION, VEASE ARTICULO TRANSITORIO PRIMERO DEL DECRETO QUE MODIFICA LA CONSTITUCION. a).- Contra sentencias definitivas, laudos y resoluciones que pongan fin al juicio, ya sea que la violación se cometa en ellos o que, cometida durante el procedimiento, afecte las defensas del quejoso trascendiendo al resultado del fallo. En relación con el amparo al que se refiere este inciso y la fracción V de este artículo, el Tribunal Colegiado de Circuito deberá decidir respecto de todas las violaciones procesales que se hicieron valer y aquéllas que, cuando proceda, advierta en suplencia de la queja, y fijará los términos precisos en que deberá pronunciarse la nueva resolución. Si las violaciones procesales no se invocaron en un primer amparo, ni el Tribunal Colegiado correspondiente las hizo valer de oficio en los casos en que proceda la suplencia de la queja, no podrán ser materia de concepto de violación, ni de estudio oficioso en juicio de amparo posterior. La parte que haya obtenido sentencia favorable y la que tenga interés jurídico en que subsista el acto reclamado, podrá presentar amparo en forma adhesiva al que promueva cualquiera de las partes que intervinieron en el juicio del que emana el acto reclamado. La ley determinará la forma y términos en que deberá promoverse. Para la procedencia del juicio deberán agotarse previamente los recursos ordinarios que se establezcan en la ley de la materia, por virtud de los cuales aquellas sentencias definitivas, laudos y resoluciones puedan ser modificados o revocados, salvo el caso en que la ley permita la renuncia de los recursos. Al reclamarse la sentencia definitiva, laudo o resolución que ponga fin al juicio, deberán hacerse valer las violaciones a las leyes del procedimiento, siempre y cuando el quejoso las haya impugnado durante la tramitación del juicio mediante el recurso o medio de defensa que, en su caso, señale la ley ordinaria respectiva. Este requisito no será exigible en amparos contra actos que afecten derechos de menores o incapaces, al estado civil, o al orden o estabilidad de la familia, ni en los de naturaleza penal promovidos por el sentenciado: (…)”. 20 A. R. ******************************. así como las garantías para su protección; es decir, ahora se tiene la obligación de interpretar las normas relativas a los derechos humanos de conformidad con la Constitución y con los tratados internacionales de la materia, ello en busca de favorecer en todo tiempo a las personas la protección más amplia, que en el caso concreto es para el menor, al versar el asunto sobre su derecho de convivir con sus padres, para lo cual se deben observar los tratados internacionales que protegen a los menores y de los cuales ya se ha hecho mención en los párrafos que anteceden y que por economía procesal se remite a ello.--Entonces, al vincular lo antes descrito con lo establecido en el numeral 107, fracción III, inciso a), constitucional, en el cual se señala que, al reclamarse la sentencia definitiva, laudo o resolución que ponga fin al juicio, deberán hacerse valer las violaciones a las leyes del procedimiento, siempre y cuando el quejoso las haya impugnado durante la tramitación del juicio mediante el recurso o medio de defensa que, en su caso, señale la ley ordinaria respectiva; pero que ese requisito no será exigible en amparos contra actos que afecten derechos de menores o incapaces, al estado civil, o al orden o estabilidad de la familia, ni en los de naturaleza penal promovidos por el sentenciado, lo cual se entiende perfectamente en su esencia justificándose plenamente el rango excepcional.--- Luego, en el presente asunto tiene especial relevancia la parte relativa a que ese principio de definitividad no será exigible en amparos contra actos que afecten derechos de menores o incapaces, al estado civil, o al orden o estabilidad de la familia.--- Además, esos mismos argumentos, ya han sido tomados en consideración, al menos en su primera parte, por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al sustentar la jurisprudencia 41/2001, cuyo rubro es: “DEFINITIVIDAD EN EL JUICIO DE AMPARO. LA EXCEPCIÓN A ESTE PRINCIPIO SÓLO PROCEDE 21 A. R. ******************************. RESPECTO DE VIOLACIONES A LAS LEYES DEL PROCEDIMIENTO IMPUGNABLES EN LA VÍA DIRECTA, TRATÁNDOSE DE CONTROVERSIAS QUE AFECTEN AL ESTADO CIVIL, AL ORDEN Y ESTABILIDAD DE LA FAMILIA O A MENORES O INCAPACES”.4 --- Entonces, ante la mencionada reforma constitucional protectora de derechos humanos, es evidente que esa misma regla debe aplicarse al caso que nos ocupa (juicio de amparo indirecto que se promueva contra actos que pueden afectar derechos de menores), pues ante identidad de circunstancias debe subsistir el mismo criterio (excepción al principio de definitividad), ya que con mayor razón se debe aplicar ese principio cuando se afecten de manera inmediata y directa un derecho sustantivo o produzca una afectación en grado predominante o superior porque no podrá ser materia de reparación en ningún momento, incluso cuando se dicte sentencia en beneficio de los derechos del menor (pues ya se le habría obligado a convivir con un progenitor, en cuyo medio familiar existe la posibilidad que pueda sufrir una afectación en su salud física o mental).--- No deja de advertirse que en la ejecutoria de dicho criterio jurisprudencial se hizo mención que debía prevalecer el criterio sustentado por el Quinto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, en 4 Publicada en la Novena Época, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XIV, Agosto de 2001, página ciento uno, cuyo texto es: “DEFINITIVIDAD EN EL JUICIO DE AMPARO. LA EXCEPCIÓN A ESTE PRINCIPIO SÓLO PROCEDE RESPECTO DE VIOLACIONES A LAS LEYES DEL PROCEDIMIENTO IMPUGNABLES EN LA VÍA DIRECTA, TRATÁNDOSE DE CONTROVERSIAS QUE AFECTEN AL ESTADO CIVIL, AL ORDEN Y ESTABILIDAD DE LA FAMILIA O A MENORES O INCAPACES. La interpretación literal, sistemática y teleológica de lo dispuesto en los artículos 107, fracción III, inciso a), de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y 161 de la Ley de Amparo, permite concluir que la excepción al principio de definitividad que dichas normas establecen, procede exclusivamente cuando en amparo directo en materia civil, se impugnen sentencias definitivas o resoluciones que pongan fin al juicio, por violaciones a las leyes del procedimiento que afecten las defensas del quejoso, siempre que dichas sentencias se hayan dictado en controversias relativas al estado civil o que afecten al orden y estabilidad de la familia o a menores o incapaces. Ahora bien, si se toma en consideración que sólo en este caso específico y respecto de la referida vía de amparo, el interesado queda eximido de preparar el juicio de amparo, resulta inconcuso que no puede hacerse extensiva la citada excepción a los casos en los que por la diversa vía del amparo indirecto se impugnen actos de tribunales civiles ejecutados fuera de juicio o después de concluido, no obstante que se trate de controversias del estado civil o de actos que pudieran afectar al orden y estabilidad de la familia o a menores o incapaces, pues del contenido textual y de la interpretación de los mencionados preceptos legales se infiere que fue voluntad del Constituyente Reformador y del legislador ordinario, que la excepción en cita procediera exclusivamente en vía de amparo directo. Lo anterior se confirma con la interpretación de lo establecido respecto al juicio de amparo indirecto, en el inciso b) de la fracción III del señalado precepto constitucional y en el artículo 114, fracción III, de la Ley de Amparo, así como por el hecho de que por la propia naturaleza procedimental de esta vía, no se requiere de actos procesales tendientes a su preparación.” 22 A. R. ******************************. el que sostuvo esencialmente que en términos de lo dispuesto por los artículos 107, fracción III, inciso a), de la Constitución y 161, último párrafo, de la Ley de Amparo, la excepción al principio de definitividad en asuntos en que pueda afectar la estabilidad de la familia, se hace únicamente en cuanto al amparo directo, cuando en la sentencia definitiva, laudo o resolución que ponga fin al juicio, se reclaman violaciones procesales; sin que pretenda ampliarse al juicio de amparo directo en que se controviertan cuestiones de índole familiar, habida cuenta que tanto el Constituyente como el legislador secundario han establecido la bifurcación del amparo en directo e indirecto, y para su procedencia, tramitación y resolución han dado normas distintas e independientes. De ahí que si la Constitución y la Ley de Amparo sólo previenen la excepción al principio de definitividad en tratándose de violaciones procedimentales reclamables en el juicio de amparo directo, cuando se pueda afectar la estabilidad de la familia, no puede pretenderse, ni aun por analogía, que se extienda esa excepción al amparo indirecto, argumentos que fueron analizados, hechos suyos y retomados por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y que derivaron el criterio jurisprudencial antes mencionado.--- Sin embargo, es de resaltarse que dicha postura fue en dos mil uno, momento en que obviamente no se encontraban en vigor la protección a los derechos humanos reconocidos en la Constitución Federal y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, así como las garantías para su protección, ya que precisamente las reformas a la Constitución Federal en materia de derechos humanos y del juicio de amparo fueron a partir del seis y diez de junio de dos mil once; entonces es evidente que a partir de ese momento todos los asuntos ya se deben estudiar desde esa perspectiva, máxime si como en el 23 A. R. ******************************. presente asunto se trata de menores y existen los diversos tratados internacionales a que se ha hecho mención en el cuerpo del presente voto y que son tendentes a procurar y vigilar el interés superior del menor (Declaración Universal de Derechos Humanos (artículo 25), el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (artículo 24), la Convención Americana sobre Derechos Humanos (artículo 19), la Declaración de los Derechos del Niño y, muy especialmente, la Convención sobre los Derechos del Niño).--- En ese orden de ideas, es por lo cual ahora esa protección de derechos humanos, en relación con los derechos de menores, es que se ve reforzado el criterio analizado en esa ejecutoria y sustentado por el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Tercer Circuito, consistente en que la excepción al principio de definitividad prevista en la última parte del inciso a) del artículo 107 constitucional y último párrafo del dispositivo de la Ley de Amparo, también debe regir cuando se impugnen actuaciones realizadas con posterioridad al dictado de la sentencia, esto es, después de concluido el juicio, porque el interés de la sociedad en preservar la estabilidad de la familia no se limita, obviamente, a lo que se resuelve a través del amparo directo contra una sentencia definitiva, sino en actuaciones que se pronuncien después de concluido el juicio, cuya trascendencia afecte la estabilidad familiar a que alude el precepto constitucional; entonces la excepción a cumplir con el principio de definitividad, también procede respecto de actos impugnables a través del amparo indirecto.--- Tampoco deja de advertirse que el criterio analizado en la ejecutoria de la contradicción de tesis se alude a actuaciones realizadas con posterioridad al dictado de la sentencia, mientras que en el caso que nos ocupa se trata de una determinación dictada dentro de juicio, lo cual resulta intrascendente porque en ambos casos se aplica la misma regla y se estima también la 24 A. R. ******************************. misma causa de excepción.--- En esas condiciones, es por lo que se insiste que derivado de la mencionada reforma constitucional, protectora evidentemente que esa de derechos excepción al humanos, principio de definitividad debe aplicarse al caso que nos ocupa (juicio de amparo indirecto que se promueva contra actos que pueden afectar derechos de menores), debido a que ante la identidad de circunstancias debe subsistir el mismo criterio, máxime si se pueden afectar de manera inmediata y directa un derecho sustantivo o produzca una afectación en grado predominante o superior, porque no podrá ser materia de reparación incluso cuando se dicte sentencia en beneficio de los derechos del menor.--- Finalmente, es de resaltarse que la procedencia del juicio de amparo directo respecto de cualquier determinación dentro de juicio donde se deba analizar la convivencia a que tiene derecho el menor de convivir con ambos padres, pero se alegue que éste corre el riesgo de sufrir una afectación a su salud física o mental, además de lograr proteger el interés superior del menor, también se podrá hacer efectivo el derecho de debido proceso y acceso a la justicia, previstos en el artículo 17 constitucional,5 en relación con el ordinal 8.1 de la Convención Americana de Derechos Humanos;6 así como de conformidad con el Protocolo de Actuación para quienes imparten Justicia en caso que se afecten a Niñas, Niños, y Adolescentes, emitido por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.--Por lo cual, debe revocarse la sentencia recurrida, levantarse el sobreseimiento decretado y estudiarse el 5 Artículo 17. (…) Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por tribunales que estarán expeditos para impartirla en los plazos y términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera pronta, completa e imparcial. Su servicio será gratuito, quedando, en consecuencia, prohibidas las costas judiciales.(…)” 6 “Artículo 8. Garantías Judiciales 1. Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter.” 25 A. R. ******************************. fondo del asunto.--- Términos en los que emito el presente voto particular.”. Y firmando los magistrados con el secretario de acuerdos que da fe. PRESIDENTE JACINTO JUÁREZ ROSAS MAGISTRADOS ENRIQUE PÉREZ GONZÁLEZ RICARDO ROMERO VÁZQUEZ SECRETARIO DE ACUERDOS LIC. FERNANDO LAMAS PÉREZ La suscrita Virginia Gutiérrez Cisneros, Secretaria de Estudio y Cuenta de este Tribunal Colegiado, hace constar y C E R T I F I C A, que la presente hoja corresponde a la ejecutoria pronunciada el diez de octubre de dos mil doce, en el recurso de revisión (principal) ******************************, interpuesto por **********, por propio derecho y en representación de su menor hijo **********, en el que por mayoría de votos de los magistrados, 26 A. R. ******************************. Jacinto Juárez Rosas y Enrique Pérez González, se confirma la sentencia recurrida y se sobresee en el juicio de garantías, contra el voto particular del magistrado Ricardo Romero Vázquez, por revocar y entrar al fondo del asunto.- Conste. LIC. VIRGINIA GUTIÉRREZ CISNEROS. El licenciado(a) VIRGINIA GUTIERREZ CISNEROS, hago constar y certifico que en términos de lo previsto en los artículos 8, 13, 14, 18 y demás conducentes en lo relativo de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en esta versión pública se suprime la información considerada legalmente como reservada o confidencial que encuadra en el ordenamiento mencionado. Conste.