Dr. MAURO PARRA, Dr. MANUEL SCHEPELER, Dra.

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CROMOSOMOPATIAS
AUTORES: Dr. MAURO PARRA, Dr. MANUEL SCHEPELER, Dra. LORENA QUIROZ
UNIDAD DE MEDICINA FETAL, HOSPITAL CLÍNICO UNIVERSIDAD DE CHILE
INTRODUCCIÓN
La información genética de los seres humanos se encuentra contenida en una doble hebra de
ácido desoxiribonucleico (ADN) en los 23 pares de cromosomas ubicados en los núcleos
celulares. Los cromosomas se clasifican en dos grupos, los pares autosómicos, numerados del
1 al 22, y los sexuales (X e Y). El genoma normal de los seres humanos es diploide, el cual se
obtiene a través de la fusión de células haploides (contienen una sola copia del genoma)
provenientes del padre y la madre.
La función de los cromosomas se ejerce a través de la trascripción del ADN en una hebra de
la molécula de ácido ribonucleico (ARN) y su posterior traducción en los ribosomas del
citoplasma celular. La porción del cromosoma que ejerce un efecto sobre la célula es
conocida como gen.
La descripción correcta del número de cromosomas en el ser humano se realizó en 1956, y
tres años más tarde se identificaron las alteraciones numéricas conocidas como el Síndrome
de Down y Klinefelter. Actualmente se acepta que alrededor del 8% de los embarazos
clínicamente evidentes y 50% de los abortos espontáneos del primer trimestre se asocian a
alteraciones cromosómicas.
Las alteraciones cromosómicas se pueden clasificar en numéricas y estructurales, pudiendo
afectar a cromosomas autosómicos o sexuales. Las células que no contienen un número de
cromosomas múltiplo de 23 se denominan aneuploides, Se trata principalmente de
monosomías (presencia de una sola copia de un cromosoma en una célula) y trisomías (tres
copias de un cromosoma). Poliploidía es la presencia de un grupo completo de cromosomas
extras en una célula.
Mosaicismo se define cuando son solamente algunas las células
afectadas por esta aneuploidía..
2
Las trisomías más frecuentemente observadas en recién nacidos son la trisomía 21 o
Síndrome de Down (Figura 1) (47,XX(Y),+21), trisomía 18 o Síndrome de Edwards
(47,XX(Y),+18), y la trisomía 13 o Síndrome de Patau (47, XX(Y),+13). La alteración
monosómica clásica es el síndrome de Turner (45,X0), y las poliploidías se subclasifican de
acuerdo al número de grupos cromosómicos fusionados, en triploides o molas (69,XXX o
69,XXY), o tetraploide (92,XXXX).
Las alteraciones estructurales se pueden clasificar en deleciones, denominadas como “del” y
seguido del número del cromosoma comprometido entre paréntesis y por una descripción de
la región comprometida por la deleción en otro grupo de paréntesis. Otras alteraciones
estructurales son la duplicación, denominada como “dup”, la cual es caracterizada por una
porción extra de un segmento de otro cromosoma, las inversiones (inv), caracterizada por una
reorganización de un segmento del cromosoma que se invierte y puede subclasificarse como
paracéntrico (no incluye el centrómero) o pericéntrico (incluye el centrómero), los
cromosomas en anillo (r) caracterizados por la deleción de un telómero normal y fusión de las
porciones terminales para formar un cromosoma circular, las translocaciones que se
caracterizan por una reagrupación intercromosómica que puede ser balanceada (cantidad de
material genético normal pero con agrupación estructural anormal) o no balanceada (la célula
gana o pierde material genético debido a la reestructuración cromosómica). Finalmente, los
sitios frágiles son otra alteración estructural de los cromosomas y se caracterizan por
presentar ciertos espacios en la estructura cromosómica, la cual puede subclasificarse en las
comunes (universales) o de baja incidencia (déficit de folato), siendo estas últimas heredables
Mendelianamente y causantes de enfermedades como síndrome de X frágil(1).
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ANEUPLOIDÍAS
Las principales alteraciones cromosómicas, como describimos anteriormente, son las
aneuploidías, y entre ellas las numéricas de origen autosómico.
Trisomía 21
La trisomía 21 es la principal cromosomopatía (1:660 RN vivos), descrita por primera vez en
1866 por John Langdon Down(2), pero su etiología genética se estableció recién en 1959. Los
niños con Síndrome de Down se caracterizan por presentar retardo mental de grado variable,
talla baja, fenotipo facial con nariz de implantación baja, hendiduras palpebrales inclinadas
hacia arriba, pabellones auriculares pequeños. El cuello es corto y la piel de la nuca
redundante. Cerca de un 50% presentan un pliegue flexor marcado en sus palmas (pliegue
simiano).Además, se asocia a malformaciones cardíacas (40%), atresia duodenal e
imperforación anal (3%). La tasa de letalidad del Síndrome de Down es alrededor del 30 a
40%, la expectativa de vida es cerca de 40 años, y tienen un riesgo15-20 veces superior al de
la población general de desarrollar leucemia(3).
El 95% de los niños con Síndrome de Down son causados por una ausencia de la disyunción
meiótica, pero alrededor del 5% de los casos restantes es secundario a una translocación o
mosaicismo. Una trisomía 21 libre (47,XX(Y) +21), producida durante la meiosis, tiene un
riesgo de recurrencia cercano al 1%. Las translocaciones en un 50 % de los casos son
mutaciones de novo, siendo las más frecuentes las Translocaciones Robertsonianas,
caracterizadas por la pérdida de los brazos cortos de dos cromosomas no homólogos y los
brazos largos se unen por el centrómero formando un cromosoma único. Este tipo de
translocación se limita a los cromosomas 13,14,15,21 y 22. El riesgo de recurrencia de
Síndrome de Down es 16% y 5% dependiendo si la madre o el padre respectivamente son
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portadores de la alteración. Cabe destacar
el caso de un Síndrome de Down por una
translocación Robertsoniana 21-21, de las cuales sólo el 4% son heredadas, el progenitor
portador de ella, en su descendencia sólo se producirán Monosomía 21 (letal) o Trisomía 21
en el 100% de los casos.
Trisomía 18
La trisomía 18 es la segunda causa de alteraciones cromosómicas, siendo su incidencia entre
1:4000 a 1:8000 recién nacidos vivos, siendo mayor en la primera mitad del embarazo. Este
síndrome descrito por primera vez por JUH Edwards y col en 1960(4), presenta múltiples
malformaciones mayores y está asociado a una alta letalidad intrauterina (80%)(5). Los recién
nacidos con esta enfermedad habitualmente fallecen en las primeras semanas de vida,
describiéndose que aproximadamente 6% alcanza el año de vida. Su fenotipo presenta orejas
pequeñas con hélix simple, boca pequeña, esternón corto y primer dedo del pie bastante
corto. Alrededor de un 70% de los fetos con trisomía 18 presentan alteraciones estructurales
múltiples visualizadas a la ecografía (defectos cardiacos, onfalocele, hernia diafragmática).
Sin embargo, la principal característica de este síndrome es su asociación con la restricción
de crecimiento fetal de inicio precoz (89%), el que habitualmente se asocia a líquido
amniótico normal o aumentado(3). Similar a la trisomía 21, 80-85% de los casos son debido a
la ausencia de disyunción meiótica, 10% por mosaicismo y 5% por translocación.
Trisomía 13
La trisomía 13 y sus alteraciones estructurales fueron descritas por primera vez en 1960 por
K. Patau y col.(6). La incidencia del Síndrome de Patau es alrededor de 1:5000 a 1:20.000
recién nacidos vivos, teniendo, al igual que la trisomía 18, una alta mortalidad intrauterina en
la primera mitad de la gestación. Aunque la trisomía 13 es considerada letal, solamente 28%
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de los recién nacidos fallecen en la primera semana de vida, 44% al mes de vida, 73% a los 4
meses, y 86% al año de vida. Su fenotipo se caracteriza por hendiduras orofaciales,
mirocftalmia, polidactilia postaxial y aplasia cutis. Suelen observarse malformaciones del
sistema nervioso central (holoprosencefalia), cardiacas y renales. Cerca del 80% corresponde
a una trisomía completa.
Síndrome de Turner (45XO)
La monosomía X fue descrita por Henry Turner en 1938. Es un trastorno poco frecuente en
los nacidos vivos (1:5000), reflejo de una alta tasa de abortos espontáneos (superior al 90%).
Cerca del 50% tienen un cariotipo 45 XO en linfocitos de sangre periférica. El 30-40% son
mosaicos (45,X/46XX o 45,X/46XY).(7) Los mosaicos que tienen un cromosoma Y tienen
riesgo de desarrollar neoplasias (gonadoblastoma) en sus cintas gonadales. El fenotipo
asociado se caracteriza por talla baja proporcionada, facies triangular, pabellones auriculares
rotados hacia fuera, cuello ancho con pliegues característicos (pterygium colli), tórax ancho y
en coraza. Se puede observar linfedema de extremidades al nacer. Además pueden presentar
defectos cardiacos (válvula aórtica bicúspide 50%, coartación aórtica 15-20%), alteraciones
renales estructurales 60% (riñón en herradura, doble sistema excretor).
Síndrome de Klinefelter (47XXY)
Descrito por Harry Klinefelter en 1942. Se observa en 1:500-1:1000 recién nacidos varones.
Los varones con este síndrome tienden a ser más altos, con brazos y piernas
desproporcionadamente largos, presentan ginecomastia (30%), vello corporal es escaso y la
masa corporal suele estar disminuida. Es una causa frecuente de hipogonadismo primario
(testículos pequeños y atrofia de túmulos seminíferos), provocando infertilidad en la mayoría
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de los casos.(8) Esta aneuploidía no presenta alteraciones reconocibles por ecografía que
hagan sospechar el diagnóstico.
ESTUDIO DE ALTERACIONES CROMOSOMICAS
Las alteraciones cromosómicas fetales pueden presentarse en cualquier mujer embarazada,
independiente de su edad, raza, grupo socio-económico, etc. Con los avances de la medicina
materno-fetal y neonatal, las alteraciones cromosómicas se han constituido en la principal
causa de morbi-mortalidad perinatal y de secuelas físicas y neurológicas infantiles.
El método diagnóstico de certeza de estas condiciones es el estudio de los cromosomas, los
cuales en la vida intrauterina se deben realizar a través de un procedimiento invasivo. Estos
procedimientos, biopsia de vellosidades coriales, amniocentesis, y cordocentesis, tienen un
riesgo de pérdida reproductiva de alrededor del 1%, por lo tanto debieran realizarse
solamente en los grupos de mayor riesgo de alteraciones cromosómicas.
Los métodos de cribado de alteraciones cromosómicas que se han desarrollado en los últimos
30 años tienen como base la edad materna, hallazgos ecográficos y marcadores bioquímicos
obtenidos en el primer y/o segundo trimestre del embarazo(5).
La capacidad de detección de los marcadores sutiles en el segundo trimestre no ha sido
determinado claramente, pero diversos estudios han estimado que con una tasa de falsos
positivos de alrededor de 10 a 15%, la sensibilidad es alrededor de un 75%(9;10).
Ultrasonido de las alteraciones estructurales en el primer y segundo trimestre del
embarazo
En el primer y segundo trimestre del embarazo es posible observar ciertos patrones
ecográficos altamente sugerentes de las alteraciones cromosómicas más frecuentes (Tabla 1 y
2; Figura 2 y 3). Por lo tanto, es recomendable que ante la visualización de alguno de estos
defectos y/o marcadores se realice un detallado análisis de la anatomía fetal.
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Primer trimestre
La evaluación fetal entre las 11 y 13 + 6 semanas es hoy el principal método de cribado de
alteraciones cromosómicas. En esta edad gestacional, a través de la ecografía, es posible
medir estandarizadamente la translucidez nucal (TN), colección de líquido en la piel de la
región nucal del feto, y visualizar la presencia o ausencia del hueso nasal (Figura 4). El
aumento de la translucidez nucal por encima del percentil 95 es capaz de detectar al 75% de
los fetos con aneuploidía, y en especial a los fetos con trisomía 21, y si se combina con la
edad materna logra cifras de alrededor del 80%(5). La presencia de higroma quístico se
encuentra asociado en un 51% a alteraciones cromosómicas, entre las cuales el Síndrome de
Turner es responsable de cerca del 40-50% de ellas.(11)
La ausencia del hueso nasal se ha convertido en una herramienta altamente sensible en la
detección de alteraciones cromosómicas, especialmente en fetos afectados por Síndrome de
Down. El 69% de los fetos con Trisomía 21 tienen ausencia del hueso nasal y solamente se
observa este mismo hecho en el 1,5% de la población normal(12).
En los dos últimos años, al igual que en el segundo trimestre, se han descrito un gran número
de marcadores sutiles de aneuploidía entre 11 y 13 + 6 semanas. Entre ellos cabe destacar
como los más promisorios en el cribado de Síndrome de Down a dos de origen
hemodinámico, ausencia o flujo reverso de onda A del ductus venoso, el cual tiene una
sensibilidad de 80% con 5% de falsos positivos(13), y la insuficiencia tricuspidea que alcanza
una sensibilidad de 62%, pero con falsos positivos algo superiores de 8%(10). Por otro lado,
con respecto a las otras aneuploidías, la arteria umbilical única y el onfalocele se observan en
el 80% de los fetos con trisomía 18, mientras que la megavejiga (7 mm o más) y la
holoproscencefalia se presentan en el 30% de los fetos con trisomía 13(10).
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Segundo trimestre
Según lo descrito anteriormente, la base del cribado de aneuploidía es el cálculo del riesgo
entre las 11 y 13 + 6 semanas de gestación, persistiendo un 3 a 5% de fetos con aneuploidía
que podrían ser pesquisados a través de la ecografía de evaluación anatómica en el segundo
trimestre del embarazo(9;12;14;15).
Alteraciones estructurales mayores.
1. Ventriculomegalia
La incidencia al nacimiento de ventriculomegalia, definida como un diámetro mayor de o
igual a 10 mm del atrium o cuerno posterior del ventrículo lateral, es de 1:1000. Las
etiologías probables pueden ser al menos tres, cromosómicas o genéticas, hemorragia
intracerebral o infecciones, aunque un gran número de las ventriculomegalias son de causa
desconocida.
La incidencia global de cromosomopatías en fetos con ventriculomegalia es alrededor de
10%, hecho corroborado en nuestra casuística con 2710 pacientes a las cuales se les realizó
una ecografía entre 22 y 25 semanas de gestación(12;16) . Los defectos cromosómicos más
comúnmente asociados son la trisomía 21, 18, 13 y triploidías(10). Por otro lado, se ha
observado que la incidencia de aneuploidía es mayor en las ventriculomegalias consideradas
leves al compararlas con las moderadas o severas(12).
2. Holoproscencefalia
La incidencia de holoproscencefalia es alrededor de 1:10.000. Aunque en la mayoría de los
casos la etiología es desconocida, existe una alta asociación con defectos cromosómicos o
alteraciones genéticas. Nicolaides y col. han descrito una incidencia de cromosomopatías en
9
esta condición de un 30%, siendo los más frecuentes el Síndrome de Edwards y Patau(14)
(Figura 3A).
3. Microcefalia
La incidencia reportada de microcefalia al nacimiento es de 1:1000 y sus causas son defectos
cromosómicos, genéticos, hemorragia intracerebral, infecciones, teratógenos y radiaciones.
La microcefalia se define como la relación entre la circunferencia cefálica y el fémur inferior
al percentil 2,5 y la frecuencia reportada de fetos con alteraciones cromosómicas,
especialmente trisomía 13, es alrededor de 10 al 15%(14;16)
4. Quiste de los plexos coroideos
Se encuentra en el 2% de los fetos entre 16 y 24 semanas de gestación, resolviéndose
espontáneamente en el 95% de ellos a las 28 semanas de gestación. Se asocia especialmente a
trisomía 18(10), pero cuando están presentes en forma aislada su valor clínico es solo
marginal. La presencia de un quiste del plexo coroideo, por lo tanto, instará al especialista en
la búsqueda de otros marcadores de trisomía 18.
5. Complejo de Dandy-Walker
El complejo de Dandy Walker se refiere a un grupo de malformaciones del vérmix
cerebeloso, dilatación quística del cuarto ventrículo y aumento de la cisterna magna. La
prevalencia al nacimiento del complejo Dandy-Walker es alrededor de 1:30.000,
representando las cromosomopatías, especialmente trisomía 18, 13 y triploidía, un 40% de las
causas. También el complejo de Dandy-Walker se ha asociado a más de 50 distintos
síndromes genéticos, infecciones congénitas o teratógenos, tales como anticoagulantes orales,
sin embargo en muchas oportunidades puede ser solo un hallazgo aislado(12).
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6. Braquicefalia
La braquicefalia se define como un acortamiento relativo del diámetro fronto-occipital (DFO)
en relación al diámetro biparietal (DBP) (Figura 2A), hecho que aumenta la relación
DBP/DFO por encima del percentil 97,5. La incidencia de esta condición en la población
general es de 1,4% aproximadamente(14;16) , y se asocia a la presencia de cromosomopatías y
síndromes genéticos, como el Síndrome de Roberts.
7. Defectos faciales
La incidencia del labio leporino y paladar hendido es alrededor de 1:800 recién nacidos,
asociándose a factores genéticos y medioambientales. Nicolaides y col. encontraron que 40%
de los fetos con este defecto se asociaron especialmente a trisomía 18 y 13(14), hecho
explicado por la selección de casos con múltiples malformaciones.
8. Hipoplasia hueso nasal
La ausencia o hipoplasia del hueso nasal (< 2,5 mm) se ha asociado a un aumento de la
probabilidad de alteraciones cromosómicas tanto en el primero como en el segundo trimestre
del embarazo (Figura 5). Al igual que nuestra casuística, el grupo del King´s College en un
trabajo realizado en más de 1000 mujeres embarazadas sometidas a estudio genético entre 15
y 24 semanas de gestación, mostraron que la razón de verosimilitud (Likelihood Ratio) para
la presencia de Síndrome de Down en mujeres caucásicas es mayor a 100(12;16).
9. Edema nucal
Se asocia a síndromes genéticos, malformaciones fetales, infecciones congénitas y
cromosomopatías(14). La medición se puede realizar en dos planos: 1) plano de medición del
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cerebelo o suboccipito-bregmática(9) o 2) plano medio-sagital del cuello(14). Se define el
aumento del pliegue nucal en base a dos elementos, un grosor superior o igual a 5 mm según
Benacerraf y col. (externo-externo) y según Nicolaides un grosor superior o igual a 7 mm y
apariencia de edema subcutáneo, con tremor característico, en la zona de la piel engrosada.
Nosotros, al igual que los grupos anteriores, observamos que el engrosamiento del pliegue
nucal esta presente en el 31% de los fetos con aneuploidía y en aproximadamente 0,5% de los
fetos cromosómicamente normales(9;14-16)
10. Hernia diafragmática
La incidencia postnatal es de 1:3000, habitualmente esporádica, pero aproximadamente un
50% de estos casos se asocian a defectos cromosómicos y/o genéticos. La principal
cromosomopatía es la trisomía 18, cuya prevalencia es alrededor del 20%(5).
11. Malformaciones cardíacas
La incidencia de malformaciones cardíacas es alrededor de 4-7 por 1000 recién nacidos
vivos, mientras que en mortinatos es 10 veces mayor. Las cromosomopatías tienen una alta
prevalencia de malformaciones cardíacas, siendo alrededor del 90% para las trisomías 18 y
13, 50% para trisomía 21 y 40% para el síndrome de Turner. En estudios poblacionales de
pesquisa de malformaciones cardíacas a través de ecocardiografía se ha encontrado una
frecuencia de cromosomopatías de 25%, siendo las más frecuentes la trisomía 21, 18, 13 y
Turner(5).
12. Foco ecogénico intracardíaco
Se encuentra en alrededor del 4% de los fetos normales y en el 25% de los fetos con
trisomías. Un 90% de los focos ecogénicos desaparecen espontáneamente y se han asociado a
defectos cardíacos, y cromosomopatías(15).
12
13. Onfalocele
La incidencia al nacimiento del onfalocele es 1:3000, habitualmente es esporádico, pero
también se asocia a síndromes genéticos y cromosómicos. Debido a que las alteraciones
cromosómicas asociadas al onfalocele son la trisomía 18 y 13, las cuales tienen una alta
letalidad, su asociación con dichas cromosomopatías va disminuyendo a medida que avanza
la edad gestacional: 60% a las 12 semanas, 35% en el segundo trimestre y 15% en el periodo
neonatal(12). Otro aspecto interesante a considerar, al igual que para megavejiga y
ventriculomegalia, es la mayor frecuencia de cromosomopatías en los onfaloceles pequeños,
o sea que contienen solamente asas intestinales.
14. Atresia esofágica
La incidencia en los recién nacidos es 1:3000, y debido a que el 90% de los fetos presenta
una fístula traqueoesofágica el diagnóstico prenatal, en base al aumento de líquido amniótico
y ausencia de bolsa gástrica, es difícil de realizar. Habitualmente es de origen esporádico,
pero existe una asociación con alteraciones cromosómicas como el Síndrome de Edwards. Al
igual que con otras alteraciones estructurales asociadas a cromosomopatías con alta letalidad
intrauterina, su incidencia prenatal es alrededor de 20% y la postnatal es de sólo 3 a 4%(12)
15. Atresia duodenal
La incidencia postnatal es de 1:5000, siendo habitualmente de origen esporádico, pero en
algunos casos se puede asociar a síndromes genéticos con herencia recesiva. El Síndrome de
Down se puede diagnosticar en el 40% de los casos(14).
13
16. Malformaciones tracto urinario
Las alteraciones renales asociadas a alteraciones cromosómicas pueden ser de diversas
características y severidad. Las pielectasias leves habitualmente se asocian a síndrome de
Down, mientras que las moderadas/severas, riñones multiquísticos, obstrucciones uretrales
(Figura 3B) o agenesia renal se asocia a trisomía 18 y 13. Al igual que otras publicaciones,
nosotros hemos observado que la pielectasia leve se observa en el 1,6% de los fetos
cromosómicamente normales y en el 17,2% de los fetos con aneuploidía(9;15;16) .
17. Anormalidades de las extremidades
Ciertas alteraciones sutiles de la estructura anatómica de los fetos son características de
ciertas alteraciones cromosómicas. Es así como la trisomía 21 se caracteriza por la presencia
de clinodactilia, signo de “sandalia”, y fémur/húmero corto. La trisomía 18 por extremidades
cortas, dedos sobrepuestos y pie bot, mientras que la trisomía 13 por polidactilia(10).
18. Restricción del crecimiento fetal
Al igual que las alteraciones estructurales asociadas a cromosomopatías, la incidencia de
restricción de crecimiento fetal (RCF) al nacimiento, solo 1%, esta subestimada debido a las
altas tasas de aborto y mortinatos en este grupo de fetos. Las cromosomopatías más
frecuentemente asociadas a RCF son la trisomía 18 y triploidía(14), las cuales se caracterizan
por presentar malformaciones estructurales, líquido amniótico normal o elevado, y Doppler
de arteria uterina y/o umbilical normales.
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Manejo Clínico
Frente al hallazgo de una malformación en la evaluación ultrasonográfica del primer o
segundo trimestre, es necesario efectuar un examen detallado del feto en la búsqueda de otras
malformaciones asociadas. Con los elementos encontrados, es posible postular una etiología
de acuerdo a los datos presentados en las Tablas 1 y 2. Es necesario destacar que el
ultrasonido sólo sugiere la posibilidad de una alteración cromosómica, la cual debe ser
confirmada por estudio citogenético, que puede efectuarse prenatal o postnatalmente. Si se
realiza durante el embarazo, es importante informar a la paciente del riesgo que conlleva la
obtención de la muestra (1% pérdida reproductiva), obtener el consentimiento informado
respectivo, y elegir el procedimiento adecuado de acuerdo a la edad gestacional, experiencia
del operador y urgencia en obtener el resultado. En general se prefiere una Biopsia de
Vellosidades Coriales (BVC), obtenida por vía abdominal, después de las 11 semanas,
amniocentesis desde las 16 semanas en adelante. La cordocentesis (> 20 semanas) es una
alternativa en caso de ser necesario obtener un resultado en menor tiempo, que puede ser
determinante en el manejo.
Como se mencionó previamente, frente a la confirmación de una alteración cromosómica, es
necesario tener en cuenta si se trata de una alteración libre (más frecuente) o es debida a una
translocación, situación que hace necesario estudiar a los padres y así poder dar el consejo
genético adecuado para las gestaciones futuras.
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Tabla 1. Diagnóstico diferencial de las alteraciones cromosómicas en base a las
características fenotípicas de los fetos observadas en la Ecografía entre 11 y 13 + 6 semanas
de gestación
Tr21
• ↑TN
• Ausencia hueso
nasal (70%)
• ↑β-hCG&
↓PAPP-A
• DV
anormal
(80%)
• Hipoplasia
maxilar inferior
• Insuficiencia
tricuspidea (60%)
Tr18
• ↑TN
• ↓β-hCG&PAPPA
• RCF precoz
• Bradicardia (20%)
• Onfalocele (30%)
• Ausencia hueso
nasal (55%)
• Arteria umbilical
única (75%)
Tr13
• ↑TN
• ↓β-hCG&PAPP-A
• Taquicardia (75%)
• RCF precoz
• Magavejiga
• Holoproscencefalia
• Onfalocele (40%)
45X0
• ↑↑TN
• Higroma quístico
• Taquicardia
(50%)
• RCF precoz
Triploidía
• ↑TN
• RCF
precoz,
asimétrica
• Bradicardia (30%)
• Holoproscencefalia
• Onfalocele
• Megacisterna
magna (40%)
• Cambios molares
(75%)
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Tabla 2. Malformaciones y marcadores sutiles asociados con distintas aneuploidía en el
segundo trimestre del embarazo
Defecto/marcador
Malformación
mayor
T21
• Defecto cardíaco
• Atresia duodenal
T18
• Agenesia cuerpo
calloso
• Labio leporino
• Defecto cardíaco
• Hernia
diafragmática
• Atresia esofágica
• Onfalocele
• Defectos renales
• Mielomeningocele
• RCF
• Aplasia radio
• Pie bot
T13
• Holoproscencefalia
• Defectos faciales
• Defectos cardíacos
• Defectos renales
• Onfalocele
Marcador
• Braquicefalia
• Hipoplasia hueso
nasal
• Edema nucal
• Foco ecogénico
• Intestino
hiperecogénico
• Pielectasia leve
• Fémur/húmero
corto
• Signo “sandalia”
• Clinodactilia
• Cráneo “fresa”
• Quiste
plexo
coroideo
• Megacisterna
magna
• Micrognatia
• Edema nucal
• Arteria umbilical
única
• Intestino
hiperecogénico
• Fémur corto
• Dedos
sobrepuestos
• Microcefalia
• Polidactilia
postaxial
45XO
• Higroma quístico
• Hidrops
• Defecto cardíaco
• Riñón“herradura”
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Figura 1. Cariotipo de recién nacido con trisomía 21
Figura 2. Defectos y/o Marcadores sutiles asociados a síndrome de Down en el segundo
trimestre del embarazo. A) Braquicefalia; B) Insuficiencia tricuspidea (observar dirección y
turbulencia del flujo valvular); C) Canal auriculoventricular
Figura 3. Malformaciones asociadas a síndrome de Patau entre las 11 y 13 + 6 semanas de
gestación. A) Holoproscencefalia; B) Megavejiga
Figura 4. Translucidez nucal y hueso nasal normales entre las 11 y 13 + 6 semanas de
gestación
Figura 5. Hueso nasal como marcador de aneuploidía a las 22-25 semanas de gestación. A)
Hueso nasal presente; B) Hueso nasal ausente
18
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