Teorías de la delincuencia constitucional

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• TEORIAS DE LA DELINCUENCIA CONSTITUCIONAL DE BENIGNO DI TULIO
Di Tulio, criminólogo italiano, es un continuador de las tesis lombrosianas que resalto la importancia del
examen clÃ−nico, psico-fisiologico del delincuente como base para captar la dinámica motivacional del
comportamiento delictivo.
Sostiene el autor, que las causas del delito se deben a la correlación individual somato-psÃ−quica y
carácter (constitución morfológica individual) y de factores sociológicos del mundo circundante
(ambiente social y natural donde vive el hombre).
Explica el criminólogo que los delincuentes constitucionales son: “sujetos que, por su particular estructura
somática y funcional bio-psÃ−quica, presentan una predisposición mayor al delito, que la que se encuentra
en el hombre medio normal conformista.
La inferencia nos enseña, que el concepto de la delincuencia constitucional morfológica, no debe
entenderse como un estado patológico, pero si como una predisposición a realizar actos delictivos como
consecuencia de una “perversidad instintiva constitucional”, de la cual se derivan manifestaciones más
graves y persistentes de maldad, depravación o degeneración psicológica y moral, que se manifiesta en
brutalidad y predisposición por la delincuencia general.
• Factores Causales de la Constitución Delincuencial
Para Di Tulio, la herencia no transmite la criminalidad, sino solo la predisposición criminal, la cual requiere
de otros factores criminológicos.
El criminólogo Benigno Di Tulio considera cuatro factores concurrentes:
• FACTORES HEREDITARIOS.
Di Tulio sostiene que el proceso de herencia puede ser afectado por elementos tóxicos e infecciosos que
provocan lesiones o perturbaciones en las células germinales, las mismas que pueden alterar gravemente el
desarrollo fÃ−sico y psÃ−quico de la persona.
Dentro de este marco hipotético incluye lo que denomina factores morbosos, submorbosos y degenerativos,
que van determinando las tendencias o predisposiciones, en conexión con el mundo circundante social, lo
que serÃ−a la personalidad moral o amoral y enferma, asÃ− como la predisposición al delito y peligro
social.
Admite Di Tulio, que el fenómeno de la herencia puede efectuar o perturbar el patrimonio cromosómico y
genético, por procesos tóxicos o infecciosos, que causan lesiones en la estructura funcional y
bioquÃ−mica en las células germinales (blastoftoria). También puede afectar el proceso de desarrollo del
embrión y del feto, ciertos procesos negativos de carácter toxico e infeccioso (embrioftoria). Ambas
perturbaciones quÃ−micas y microbianas pueden afectar gravemente el desarrollo fÃ−sico y neuropsiquico de
la persona.
En atención a la tesis anterior, el cientÃ−fico italiano divide a la población humana en tres categorÃ−as
genéticas:
Primera clase: conjunto de personas con afortunada combinación de “genidios”, los que predominan sobre
los defectuosos y tarados, siendo compensados por los morales genéticamente.
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Segunda clase: conjunto de personas con “genidios” mediocres, que conforman cerca del 90% de la
población.
Tercera clase: conjunto de personas indeseables genéticamente. Por ser producto de una combinación
defectuosa de “genidios”, con insuficiente compensación, entre los que se encuentran los delincuentes y
criminales, con predisposición al crimen. Omite la influencia negativa del medio social.
2.2 CARACTERES MORFOLOGICOS
AquÃ− Di Tulio se aparta de la tesis de Lombroso pues considera que solo existen anomalÃ−as
morfológicas pero que estas anomalÃ−as como factor constitucional del delincuente son todavÃ−a
imprecisos.
La concepción constitucional morfológica del delincuente, explica Benigno Di Tulio, del siguiente modo:
“en la moderna antropologÃ−a criminal, se está en efecto de acuerdo en sostener que el estudio del
delincuente debe ser siempre hecho desde todo punto de vista: morfológico, funcional y psicológico,
según el método que, por lo restante ha estado perfeccionando, siguiendo el desarrollo alcanzado por las
ciencias biológicas y psicológicas y especialmente por la ciencia de la constitución individual y de la
biotipologÃ−a y ontogénesis humana”.
Existe notoria frecuencia de caracteres morfológicos anormales en los delincuentes, pero es preciso y
necesario diferenciar aquellos que son a su vez expresión de fenómenos degenerativos en general y
particularmente variaciones individuales. AnomalÃ−as de tipo de reacción y de adaptación y alteraciones
biotipologÃ−as que son propias de las razas fundamentales: blanca, negra, mongólica, modelada por el nivel
de vida material, social y cultural.
Luego postulan las indagaciones étnico-raciales, basadas en medidas antropométricas que deben
practicarse para el examen morfológicos del delincuente, con mediciones de estatura, el diámetro vertical o
el largo de los miembros superiores o inferiores; el diámetro antero-posterior hipocondriaco; el diámetro
transversal de la pelvis.
En el examen morfológico-constitucional de los delincuentes tienen relevancia, estima Di Tullio, el estudio
de los tatuajes, que estarÃ−a demostrando una escasa sensibilidad al dolor, además podrÃ−a revelar sus
inclinaciones vivenciales, sus tendencias instintivas y otras formas de conducta delincuencial y socialmente
peligrosas.
Sobre esta materia concluye el criminólogo italiano: “Esto está establecido, podemos terminar afirmando
que el examen morfológico es siempre de gran importancia para el estudio del delincuente, porque permite el
relevamiento de la regularidad o ausencia del desarrollo orgánico general, y la eventual presencia de
desarmonÃ−as o perturbaciones en el crecimiento a los que se acompaña generalmente también
anomalÃ−as funcionales, neurológicas que pueden influir más o menos intensamente sobre el desarrollo de
los caracteres psÃ−quicos”.
• FACTORES FUNCIONALES
Dentro de este factor se ubica básicamente los trastornos bioquÃ−micos que alteran el temperamento.
Concurrente con el examen morfológico-constitucional del hombre delincuente, el cientÃ−fico otorga gran
importancia al examen de varios caracteres funcionales o fisiológicos, que constituyen la base de toda la vida
bio-quimica, humoral y psÃ−quica individual, sostén del propio temperamento del cual se origina en parte
el carácter individual y el conjunto de condiciones o factores bio-psiquicas y sociales que pueden originar
varias tendencias o actitudes delincuenciales.
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Al delincuente como ser biológico necesita practicársele el examen funcional riguroso con criterio de la
“semiótica moderna” y con el auxilio de todos aquellos medios cientÃ−fico-técnicos disponibles de
carácter clÃ−nico, fÃ−sico, quÃ−mico, psicológico y sociológico, que permitan sondear las más intimas
y delicadas funciones individuales del organismo y sistemas fisiológicos, que admitan explicar las relaciones
entre funciones vegetativas, de relación y psÃ−quicas, entre temperamento y carácter y entre las funciones
endocrinas, neuronales y psicológicas y las disposiciones morales que se traducen en conductas antisociales
que podrÃ−an convertirse en conductas delictivas.
El examen funcional de la personalidad del delincuente, estima Di Tulio, se debe practicar según las normas
semiológicas a través de las exploraciones: “del aparato cardio-vascular, del aparato respiratorio, del
aparato digestivo, del aparato genitourinario y del sistema nervioso central, especialmente del encéfalo, el
de la vida de relación y el periférico, asÃ− como el vegetativo simpático y parasimpático, sin excluir el
sistema de las glándulas de secreción interna”, que regulan, coordinan, dirigen y controlan las funciones
biológicas y psÃ−quicas del hombre normal, anormal y criminal. Se explica que los trastornos funcionales o
disfunciones y anomalÃ−as de un órgano o sistema funcional, especÃ−ficamente el sistema endocrino y el
nervioso, central y el encéfalo, pueden predisponer a la delincuencia, si existe una fuerte excitación o
estimulo de los factores sociales del mundo circundante y las malas condiciones de vida material y social que
rodean al individuo.
La finalidad del examen funcional, consiste en: “buscar la eventual existencia en el delincuente, de señales
de inmadurez, debilidad vital hereditario o disminución de la resistencia constitucional, o de sÃ−ndrome de
crecimiento, entre los cuales, como especial importancia, se presentan las neuropatÃ−as y psicopatÃ−as
durante el proceso de crecimiento y los sÃ−ndromes neuro-vegetativos, bien a tipo simpático caduco, bien a
tipo prevalentemente vago caduco, bien a tipo mixto y alternado. Es necesario examinar todas las eventuales
manifestaciones de hipoevolutismo, de infantilismo, de precocidad submorbosa, etc., por la influencia de tales
fenómenos puede asumir en las relaciones del desarrollo de la propia criminalidad”. Tampoco se pueden
descuidar las condiciones o factores de la vida social y material o económica que circundan al individuo.
AsÃ−, el estudio y examen de la personalidad del delincuente desde el punto de vista funcional, comprenden
el examen del sistema nervioso central con el cerebro y el de relación, asÃ− como el vegetativo, en relación
con el sistema endocrino hormonal de las glándulas de secreción interna y de mas sistemas y aparatos del
cuerpo humano, conjuntamente con las funciones cerebrales y psÃ−quicas , como los caracteres morales de la
conducta del hombre, en conexión o correlación con los factores económico, sociales, polÃ−ticos y
culturales, que es el medio necesario de la vida social del hombre honorable y del delincuente.
• FACTORES PSIQUICOS
Practicado el examen morfológico de la persona del autor del delito, debe seguir el examen psicológico del
delincuente y del agente socialmente peligroso, que permita la apreciación o valoración de la capacidad
para delinquir y de la dinámica del delito en cada caso concreto, de la individualidad personal del
delincuente y del sujeto peligroso. Con tal objeto, se puede utilizar cualquier método que la biotipologÃ−a,
la psicopatologÃ−a y la psicologÃ−a señalen como útiles para el estudio de la personalidad humana.
En la medida que el examen morfológico y funcional son minuciosos, también el examen psÃ−quico del
delincuente y del sujeto socialmente peligroso, debe practicarse con atención, como recomienda Di Tulio:
“Esto quiere decir que también el examen psÃ−quico del delincuente debe ser lo más completo posible, y
deben servirse de todas y las variadas directivas semiológicas cientÃ−ficas modernas, dado que cada una de
ellas, si bien en diversa medida, pueden siempre contribuir a rendir más eficaz el sondeo de la sique del
criminal, y la valoración e interpretación de las variadas situaciones psÃ−quicas que concurren al
desarrollo de la común actividad criminosa”.
El examen psicológico de la personalidad del delincuente, comprende el pensamiento, la inteligencia, los
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sentimientos, las voliciones, las tendencias instintivas, el temperamento y el carácter, como los factores
afectivos y la esfera intelectiva, asÃ− como la volitiva. Se debe examinar la conciencia, la atención, la
memoria, la ideación, el contenido de las ideas, la capacidad del juicio y de la crÃ−tica, el humor, las formas
reactivas, las disposiciones fundamentales de ánimo, las disposiciones instintivas originarias y afectivas, la
excitabilidad, los factores emocionales, la reactividad general y la voluntad en sus varios elementos
constitutivos, asÃ− como la avaricia, ambición, codicia, y tendencias al mal, además la peligrosidad social.
La esfera efectivo-emotiva y reactiva, como la sentimental revelan una importancia muy grande en el estudio
del delincuente, por cuanto las anomalÃ−as más frecuentes se encuentran en la base del desarrollo de las
actividades y fenómenos psicológicos. Sobre la base de estos conceptos y nociones, se debe practicar el
examen psÃ−quico del delincuente, iniciándose la búsqueda y la valoración de los elementos instintivos y
afectivos que primero aparecen en el desarrollo del individuo, para pasar luego a la valoración de los
caracteres intelectuales y volitivos, estima el criminólogo italiano.
El examen de la inteligencia debe fundamentarse teniendo en cuenta lo que se entiende por la inteligencia
media de la población o grupo o clase social, al cual pertenece el delincuente. Después de evaluar esta
esfera superior de la personalidad humana, se puede comenzar por el examen de la conciencia que en los
delincuentes asume particular importancia cuantitativa y cualitativa, dentro de las variables del
comportamiento delictuoso, que permite entender y tener conocimiento de sus propios actos y del mundo
externo circundante, mediante el cual percibe lo licito, e ilÃ−cito o injusto y la criminalidad de sus
pensamientos, sentimientos y determinaciones que le permiten seguir el curso de los acontecimientos de su
conducta y de los fenómenos del mundo exterior, que posibilitan el control del comportamiento y
valoración de los actos, como legÃ−timos o ilegÃ−timos y de determinarse según esta apreciación.
Esto presupone el examen integral de la personalidad del delincuente , que comprende: examen morfológico
funcional o fisiológico, examen psÃ−quico en sus esferas: de la inteligencia, de la afectividad, de la
voluntad, y examen anamnésico- biográfico de la individualidad personal, en el aspecto normal o anormal
( de naturaleza psicopática y neurótica), patológica o psicopatológica(enfermedades mentales o
psicosis); y el examen moral y sociológico de la personalidad del sujeto del delito.
• FORMAS DE LA CONSTITUCION DELINCUENCIAL
La concepción de la constitución delincuencial, reviste cuatro orientaciones fundamentales:
• Forma hipoevlutiva
• Forma neuropsicopatica
• Forma psicopatÃ−a
• Forma mixta
Esto significa que los criminales constitucionales pueden exhibir caracterÃ−sticas ligadas a un estado de
inferioridad psicobiológica o de hipoevolución, o trastornos funcionales neuro-psiquicos; anomalÃ−as
psÃ−quicas de la personalidad y una forma de mixtura de los tres procedentes.
3.1 DELINCUENTE CONSTITUCIONAL CON ORIENTACIÃ N HIPOEVOLUTIVA
Esta forma de delincuencia constitucional, revela manifestaciones sintomatológicas en que prevalecen
caracteres degenerativos psicobiologicos y anomalias con prevalente expresión en un estado supuesto de
inferioridad biológica que la ciencia no admite y de un estado particular hipoevolutivo de carácter
psÃ−quico. Di Tulio estima que esta forma de delincuencia representa al hombre primitivo, al hombre salvaje
y de la barbarie prehistóricos de la Comunidad Primitiva genética, de cazadores, recolectores y
pescadores, que por su modo de sentir y actuar, harÃ−a recordar al hombre de las cavernas, trashumante o
nómade, incapaz del todo de asimilar los productos sociales, las normas sociales de convivencia, de las
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costumbres y formas de vida e la civilización burguesa o socialista actual, por eso no puede adaptarse
fácilmente y es propenso a manifestar la impulsividad e inadaptabilidad al trabajo metódico, a las normas
sociales y a las leyes; se comporta al estilo del hombre salvaje incivilizado, culturalmente condicionado.
Los individuos de constitución hipoevolutiva manifiestan una detención en el desarrollo ontogénico con
caracteres morfo-fisio-psÃ−quico, que son de naturaleza inferior hipoevolutiva en relación del grado de
evolución media de los individuos del mismo paÃ−s y del mismo tipo de sociedad y civilización. Estos
delincuentes registran caracteres morfológicos, funcionales y psÃ−quicos degenerativos y hasta perversos, si
son privados intelectual y éticamente, por influencia del medio social criminógeno, pero no por
inferioridad biosiquica como afirma Di Tulio.
3.1.1 CARACTERES MORFOLOGICOS
Se encuentra una leve prevalencia de notas macrosomicas que recuerdan la constitución atlética muscular
e hiperpituitarica, de Kretschmer, siendo de mayor importancia las anomalÃ−as de tipo cráneo-facial, que
pueden interpretarse como manifestaciones de disgenopatias por dispituitarismo de endocrinopatÃ−as.
Prevalecen entre estas anomalÃ−as las siguientes: la frente baja y descendente; sobresalen las arcadas
orbitales, las orejas en asa, el prognatismo, el exagerado desarrollo de los cigomas, de las mandÃ−bulas y de
los ángulos mandibulares, asÃ− como la prevalencia de la sección facial sobre la craneana; de los brazos
sobre la estructura. Esta tesis de Di Tulio, nos hace recordar al concepto de naturaleza atávica y el
delincuente nato de Lombroso y Ferri, en su clasificación de los delincuentes. El criminólogo describe los
caracteres morfológicos: “En el examen morfológico de tales delincuentes constitucionales con
orientación hipoevolutiva, ante la frecuencia con que se encuentran, son de particular interés las cicatrices
y tatuajes que presentan en el cuerpo con seguro significado degenerativo”. No está comprobada totalmente
esta teorÃ−a de la degeneración morfológica como causa de la criminalidad. No todos los que exhiben
tatuajes y estas anomalÃ−as fÃ−sicas son delincuentes. La delincuencia principalmente es de causas
económico-sociales, polÃ−ticas y culturales.
3.1.2 CARACTERES FUNCIONALES
Los más frecuentes son el zurdismo, la reflexividad exagerada sobre los actos delictivos; la irregularidad de
los reflejos neuro-vaso-motrices que son escasos y lentos; además, estos delincuentes constitucionales
revelan anomalÃ−as sensoriales, como la agudeza superior a lo normal, obtusidad de la sensibilidad dolorosa,
por las estrechas relaciones que presenta con el carácter de la ausencia del sentido moral (la locura moral o
locura insanity), que se caracteriza por la falta de sensibilidad, compasión y escrúpulos. El sujeto no tiene
sentimientos humanitarios de solidaridad y fraternidad.
3.1.3 CARACTERES PSIQUICOS
Los delincuentes constitucionales hipoevolutivos, presentan caracteres psÃ−quicos bien definidos, como
limitada capacidad intelectual, por el escaso desarrollo de todos los atributos intelectuales, como los factores
superiores de la personalidad: razonamiento lógico. Ideación superior, pensamiento, voluntad y la facultad
crÃ−tica de la conciencia moral, que da la nota de una grave y persistente imprevisión en la comisión de los
actos delictivos.
La escasa capacidad intelectual, está vinculada estrechamente al desarrollo fisio- psÃ−quico general
defectuoso, que no alcanza al mayor grado y dignidad evolutiva, el cual radica en los lóbulos frontales del
sistema nervioso encefálico, en donde toman origen los procesos psÃ−quicos superiores de la personalidad
humana, somato-psÃ−quica. Estos caracteres se exhiben según Di Tulio: “como constantes, numerosos y
variadÃ−simos; en vez de los tatuajes, son inspirados por lo menos al odio, a la venganza, a la avaricia, a la
vanidad, a la obscenidad, etc., y que siempre son expresión de graves imprevisiones y escasa sensibilidad al
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dolor, además de fuerte bajeza moral. Estos caracteres psicológicos, manifiestan también a los
delincuentes de capacidad intelectual superior como los narcotraficantes, criminales de guerra, genocidas,
contrabandistas, terroristas de Estado: militar o policial y subversivos, violadores de derechos humanos,
asesinos múltiples, los delincuentes de “cuello blanco” y corbata y los “business-men crime”, delincuentes
de los altos negocios y finanzas, homicidas y asesino polÃ−ticos, etc.; estas conductas criminales y
antisociales no son privativas de los delincuentes hipoevolutivos psicológicos, de la “baja preyé”, como
estiman los criminólogos franceses.
3.2 DELINCUENTE CONSTITUCIONAL CON ORIENTACION NEURO-PSICOPATICA
Di Tulio concibe, que esta forma de delincuencia constitucional es mas frecuente que otras de distinta
etiologÃ−a causal. Bajo esta denominación de delincuencia neuro-psicopatica expone las formas:
epileptiforme, neurasteniforme y la histeriforme, Con fundamento escribe: en ella, la predisposición al delito,
más que por anomalÃ−as de carácter hipo-evolutivo, está sostenida por anomalÃ−as neuro-psÃ−quicas
del carácter y del temperamento y más precisamente detenidamente la personalidad del delincuente
empleando todos los métodos cientÃ−ficos y técnicos adecuados, psicológicos, psicopatológicos y
clÃ−nicos.
3.2.1 FORMA CONSTITUCIONAL EPILEPTIFORME
Cuando en el examen parcial criminológico de un delincuente se establece que ha sufrido o sufre crisis
convulsivas e epileptiformes y de trastornos neuro-psiquicos en general, debe precisarse si se trata de un
neuro-psicopático común, con episodios de criminalidad de tipo ocasional o de un tipo criminal con
trastornos del sistema nervioso y con aquellos tipos que sufren ciertos fenómenos convulsividad que se
encuentran en los delincuentes constitucionales con orientación neuro-psÃ−quica epileptiforme, diferencia
que se precisa para el diagnostico, el pronóstico y tratamiento criminológico.
El delincuente constitucional epileptiforme, manifiesta caracteres propios de inquietud, agresividad,
impulsividad. Esto es, estos sujetos no están carentes por completo de altruismo, pero cuando se abandonan
a hechos violentos, se marginan del derecho y de la ética y se convierten en antisociales y delincuentes.
Exhiben una conducta de inmoralidad exuberante, desde la niñez, con precocidad del instinto sexual,
ananismo, amor al riesgo temerario: se dedica a ejercicios violentos; se torna prepotente, insolente y con
espÃ−ritu de rebelión; se dedica a la vagancia y a la búsqueda de aventuras antisociales e inmorales:
comete estafas, robos y agresiones a sus semejantes, cuando se interponen en su camino egoÃ−sta o designios
delictivos y antisociales, por eso cometen:” actos de verdadera hostilidad, violencia, agresividad y maldad en
el actuar que llega a la brutalidad y a la ferocidad”.
El delincuente constitucional epileptiforme, registra caracteres morfológicos, funcionales y psÃ−quicos,
como el tipo longilibleneo o microspláncnico, con caracteres de asimetrÃ−a morfológico-anatómica, en
los que destaca la asimetrÃ−a facial y craneana o toráxica, según el caso.
• Los caracteres funcionales o fisiológicos se manifiestan en convulsiones psÃ−quicas, alteraciones
funcionales del sistema nervioso y en la reflexión motivada; estas anomalÃ−as psÃ−quicas pueden
estar vinculadas a disfunciones hipo o hiper fisiológicas de las glándulas de secreción interna,
especÃ−ficamente de la tiroides, de la paratiroides y suprarrenales, además, de los trastornos de
taquicardia y cefaleas.
Para los caracteres psÃ−quicos de estos individuos ya hemos considerado algunas notas, pero es necesario
resaltas aquellas anomalÃ−as cualitativas y cuantitativas que afectan las disposiciones instintivas, como el de
la defensa-ofensa, ataque, irritabilidad, intranquilidad psicomotora que pueden inducir a cometer actos de
violencia criminal. Su responsabilidad por estos hechos delictivos está en relación directa al grado de
conciencia y conocimiento de sus actos lesivos, que se justifican cuando concurren circunstancias de
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inimputabilidad (art. 20° Inc 1) C.P., por trastorno psicótico; cuando el acto delictivo es materia de
imputabilidad disminuida (art. 21° C.P.), el tratamiento será de penalidad atenuada.
3.2.2. FORMA CONSTITUCIONAL NEURASTENIFORMA
El delincuente constitucional neurasteniforme es menos frecuente en la vida social, pero el trastorno
neurasténico es concurrente con cierta predisposición por el delito, por tener un componente en la
personalidad, particulares sÃ−ndromes neurasténicos.
Los individuos que exhiban esta forma de constitución delincuencial, acusan fácilmente el sentido de fatiga
y el agotamiento fÃ−sico y psÃ−quico: “presenta prevalentes caracteres de relevante agotamiento neuro muscular, de escasa resistencia a las fatigas, que afecta a los sentimientos, también en las ocupaciones
habituales propias. Prevalece también en estos individuos el erotismo con tensión nerviosa, o la
depresión con hipoestesia. Están predispuestos a una vida de parasitismo, de vagancia y a la criminalidad
en general, estima Di Tulio.
El destacado criminólogo recomienda la necesidad de diferenciar al neurasténico común, que
ocasionalmente puede hacerse delincuente constitucional con orientación neurasténica. En la primera
categorÃ−a aparecen caracteres como el estado habitual de debilidad irritante, por la tendencia del individuo a
caer más o menos fácilmente en el estado de excitación nerviosa y de reactividad anormal, acentuándose
bajo influencia de estÃ−mulos emotivos o tóxicos de naturaleza exógenos que provocan disturbios neuro vegetativos, provocados por estados más o menos graves de tensión nerviosa que generan fenómenos de
ansÃ−a y angustia que los predispone en un estado de hiperexcitabilidad que puede conducir al sujeto a
reacciones de violencia, afirma Di Tulio.
En la segunda categorÃ−a clasificatoria que propone el autor, tenemos los delincuentes constitucionales con
orientación neurasténica, en los cuales se encuentran algunas modificaciones del sÃ−ndrome
espasmódico, que surge en el estado amoral - delincuencial, que actúa favoreciendo el desarrollo de las
tendencias particulares al delito de lesiones, homicidio y contra el honor. De este modo, el estado
neurasteniforme en especial, acentúa la tendencia a la comisión de delitos, que encuentra su origen en
aberraciones genéticas, en la constitución delincuencial, bajo influencia del medio ambiente social. Debe
anotarse además, estos delincuentes constitucionales con orientación epileptoide, con el cual no se debe
confundir. La etiologÃ−a del trastorno los diferencia, el primero es de origen neuro-vegetativo general, el
segundo es neuro-psÃ−quico-electro-cerebral.
El sujeto con trastornos constitucionales neurasténicos, además de ser proclive y avezado al delito, es
socialmente peligroso, en tal sentido precisa adoptar medidas de seguridad para prevenir las tendencias al
delito, como previene Di Tulio. Es de anotar, además que, por razones antropológicas, económicas y
sociales, el estado de debilidad moral se viene a acentuar entonces en estos delincuentes, que se les reprocha
de ociosos y vagabundos, se transforman fácilmente en parásitos sociales, capaces de cumplir acciones
inmorales de todo género, haciéndose muy frecuentemente sujetos altamente peligrosos, cuando la
propia criminalidad, en relación con la justicia penal, entran en colisión violenta.
Numerosos sujetos son sometidos a medidas de policÃ−a, solamente porque son culpables de persistentes
tendencias al ocio, a la vagancia y al parasitismo social que, por haber cometido escasos y leves delitos, se
presentan por otra parte fuertemente peligrosos, en cuanto son culpables de toda suerte de depravaciones
sexuales, de continuos actos de perversidad social y moral, como de formas más infamantes de lenocinio y
rufianismo; cuando son avarientos, amantes del lujo y del dinero, se inclinan por el hurto, robo y estafas.
Se debe, por tanto, sostener que, por cuanto el lenón, el rufián y los vagabundos pueden encontrarse en toda
otra categorÃ−a de delincuentes, no hay ninguna duda que estos antisociales y sujetos peligrosos provengan
de la ociosidad y el parasitismo.
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Individuos socialmente peligrosos con formas de criminalidad que se desarrollan prevalentemente en aquellos
sujetos que presentan una constitución delincuencial con orientación neurasténica depresiva, que son
estimulados por las condiciones sociales de existencia material y carencias culturales y de conducta amoral,
“trastornos que pueden inducir a cometer delitos contra la propiedad y las buenas costumbres. Estos
individuos están prevalentemente predispuestos al ocio, a la vagancia, al parasitismo, y a volverse, más o
menos fuertemente peligrosos, según también por las condiciones ambientales de carencias sociales en
que viven”.
Esta forma de delincuencia constitucional neurasténica, puede ser presa fácil de los factores sociales del
mundo circundante, que aportan los estÃ−mulos y excitaciones nocivos, que provocan en esa personalidad
anormal, las tendencias o predisposiciones del estado peligroso que inclinan a la delincuencia en todas sus
formas delictivas.
3.2.3. FORMA CONSTITUCIONAL HISTERIFORME
La delincuencia constitucional con orientación histeriforme es frecuente, sobre todo en el campo de la
criminalidad femenina, afirma Di Tulio, apreciaciones fundadas en estudios y observaciones practicadas por
el investigador, y confirmada por otros autores. Previene, que no se debe confundir la orientación histérica
de la delincuencia constitucional, materia del análisis criminológico, con el carácter histérico común,
que no tiene habitualmente tendencia ni relación con la criminalidad; por ser de naturaleza ocasional, esta
apreciación cientÃ−fica se basa en el hecho, que la constitución histeriforme es siempre de naturaleza
prevalentemente de tipo degenerativo neuro-psÃ−quico, siendo la constitución delincuencial sólo una
expresión sintomática del trastorno neuro-somático-funcional.
Los delincuentes constitucionales, con orientación histeriforme, presentan caracterÃ−sticas variables de
sintomatologÃ−a, consistentes en anomalÃ−as instintivas y afectivas propias de todo delincuente
constitucional, asÃ− como perturbaciones variadas del sistema nervioso central y encefálico de relación y
del vegetativo, con particulares caracteres psÃ−quicos, siendo más relevante en la constitución
histeriforme, que en el histerismo común, por el contenido y componente inmoral y antisocial relevante.
Estos individuos tienen capacidad imaginativa pronunciada, excitada hasta la fantasÃ−a, por eso están
predispuestos a inventivas extrañas, a la mentira, a las farsas, las calumnias, difamaciones e injurias, resalta
la ambición exagerada hasta la vanidad; son propensos a la variación humoral, la lujuria desenfrenada,
asÃ− como fuerte emotividad, sugestionabilidad y debilidad evolutiva.
Di Tulio estima que las personas histeriformes, especialmente la femenina, como las mujeres delincuentes y
prostitutas profesionales, las drogadictas y otras antisociales, son de constitución histérica.
El autor, comenta la obra clásica de César Lombroso: “La donna delinquente”, donde encuentra la
diferencia del tipo de mujer delincuente, de carácter de perversidad instintiva y de inmoralidad
constitucional agravada, por disfunciones neuro-psÃ−quicas de tipo histeriforme, perversiones y
depravaciones sociales y éticas, con sÃ−ntomas de convulsibilidad, que rodean a la mujer delincuente
pasional y de aquella manifiestamente psicopática.
Caracterizan a los delincuentes constitucionales con orientación histeriforme, frecuentes crisis convulsivas,
motrices y psÃ−quicas, episodios de violencia contra las personas que le rodean, fenómenos que se
desarrollan bajo influjo de estÃ−mulos tóxicos (alcohol y drogas) y emotivos; hábitos nocivos que les
predispone a una vida desordenada de contrastes y fantasmagóricas, de vanidad, de lujuria, de fraudes y de
violencia que inducen a cometer toda clase de delitos, aún los más graves. Este comportamiento es
estimulado e incitado por estÃ−mulos exógenos del mundo circundante social, que provoca reacciones
criminales y antisociales en estos tipos constitucionales y en los demás delincuentes.
Cuando los caracteres histeriformes se acentúan hasta alcanzar los lÃ−mites morbosos y psicóticos,
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entonces estos individuos se pueden transformar en criminales constitucionales, en delincuentes locos o
enfermos psÃ−quicos, jurÃ−dicamente inimputables, en la esfera del Derecho Penal (Art. 20° Inc. 1) C.P.).
3.3. DELINCUENTE CONSTITUCIONAL CON ORIENTACIà N PSICOPÔTICA
La tercera tesis de Benigno Di Tulio, se refiere a la delincuencia constitucional de carácter psicopática,
anomalÃ−a de la personalidad bastante frecuente, afirma el investigador criminólogo. La predisposición y
tendencia al delito está determinado por particulares anomalÃ−as psÃ−quicas que comprometen el
carácter, el temperamento, los afectos, los sentimientos y las tendencias instintivas; también afectan la
voluntad y la esfera crÃ−tica moral de la conducta.
La psicopatÃ−a como causa de la criminalidad y de la conducta antisocial, es materia de atenciones de los
criminólogos, por la importancia que reviste. Muchos investigadores identifican la delincuencia con la
psicopatÃ−a, conclusiones que estimamos exagerada. No todos los delincuentes son psicópatas, tampoco
todos los psicópatas son delincuentes en potencia o actos, sino determinados anormales, empero esta
anomalÃ−a caracteriológica de la personalidad puede predisponer al delito, si los estÃ−mulos e incitaciones
del ambiente social favorecen y precipitan la reacción criminosa. Otros cientÃ−ficos consideran un alto
porcentaje, como del 40% de delincuentes que manifiestan trastornos psicopáticos.
En la constitución delincuencial psicopática. Di Tulio estudia las diversas orientaciones como la deficitaria,
obsesiva, paranoide, esquizoide, cicloide e inestable.
3.3.1. ORIENTACIÃ N DEFICITARIA
En la orientación psicopática deficitaria prevalecen las notas distintivas de un deficiente desarrollo
intelectual y de una mentalidad de tipo mongoloide que linda con las oligofrenias o deficiencias mentales. No
cabe duda que existen sujetos con predisposiciones constitucionales al delito y de conducta peligrosa, cuya
etiologÃ−a surge de desviaciones instintivas y de una debilidad moral constitucional, consecuencia de un
escaso desarrollo de los caracteres superiores de la esfera intelectual y de alteraciones corticales del cerebro.
DI Tulio resalta, que los delincuentes constitucionales deficitarios están marcados por el complejo
intelectual deficitario que revelan fallas en la personalidad, con trastornos de carácter y del temperamento.
Por estos factores, estos individuos están destinados a la contribución de la criminalidad general, por
exhibir trastornos funcionales delicados del raciocinio por inferioridad bio-psicológica. Estos factores
preparan el terreno para que estos sujetos se conviertan en ladrones, estafadores (incentivados por la pobreza,
desocupación y alimentación deficitaria), incendiarios, violentos y aún homicidas, con mayor frecuencia
cuando se encuentran bajo la influencia de sugestiones malsanas y estÃ−mulos criminógenos del mundo
circundante social nocivo, que fácilmente los puede autosugestionar, estimular, condicionar y predisponer a
la criminalidad.
3.3.2. ORIENTACIÃ N OBSESIVA
Esta forma de orientación psicopática constitucional, es más frecuente e importante y persistente, como
manifestación obsesiva que refuerza la predisposición al delito y al estado peligroso, afirma el investigador
italiano, y a continuación dice: “El delincuente constitucional, con orientación psicopática obsesiva está
por lo tanto, caracterizado por el hecho que, en su personalidad, junto a las otras anomalÃ−as, existe aquella
particular condición fisio-psÃ−quica, que viene recordando bajo el nombre de temperamento obsesivo o
diátesis obsesiva, lo mismo diátesis de incoercibilidad psÃ−quica (Tanzi), y que parece estar determinada
por un estado de hiperestesia afectiva (Tanzi), o de hipotensión psicológica (Sauret), o debilidad de
voluntad (Ribot).
En estos sujetos toda idea delictuosa tiende a desarrollarse con particular frecuencia en insistencia, si es que el
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medio social lo favorece, pero una vez desarrollada, polariza la conciencia y conducta, de leve obsesión,
facilita intensamente su actuación en el campo del delito o de la antisocialidad. La idea obsesiva se
materializa por una situación a una actuación lÃ−cita o ilÃ−cita en el potencial delincuente con
personalidad psÃ−quica constitucional anormal; puede ser de naturaleza degenerativa con tendencia
patológica, pero también como expresión psicopática de carácter anormal en su forma de reacción
dominante con fenómenos de angustia, o con sentido de satisfacción y placer, en otros casos, la reacción
anormal, se presenta en forma de impulsión más o menos morbosa, que puede ser la expresión
sintomática de otras enfermedades neuro-psÃ−quicas.
El fenómeno criminoso aparece en el delincuente constitucional obsesivo, como reiterante en el delito,
porque la conducta anormal, está prácticamente dominada por la impulsibilidad, por cometer un hecho
ilÃ−cito; por impulso obsesivo anormal, el individuo puede convertirse en un cleptómano (impulso
incontenible a robar) o por impulsos criminosos de piromanÃ−a (tendencia a la provocación de incendios) en
homicida o delincuente sexual y otros actos delictivos leves o graves; según el impulso obsesivo. En estas
personalidades anormales, falla la voluntad y la facultad de autocrÃ−tica de los actos morales. La voluntad y
la inhibición están debilitados por el trastorno psÃ−quico obsesivo, que estimulado por el ambiente social y
las malas condiciones de vida material, social y cultural, desarrolla una potencia criminal, efectiva y poderosa.
3.3.3. ORIENTACIÃ N PARANOIDE
La delincuencia constitucional psicopática paranoide se desarrolla entre otras anomalÃ−as bio-psÃ−quicas,
que alteran y trastornan la conducta del agente, reforzando de este modo la predisposición al delito y al
estado peligroso. Los caracteres paranoides, han estado puestos de relieve, especialmente en algunas
categorÃ−as de delincuentes polÃ−ticos burgueses de extrema derecha tradicional, representantes de las
fuerzas belicosas y criminales del capitalismo imperialista y de la burguesÃ−a nativa; casos históricos son
los dictadores sanguinarios nazifascistas: Adolfo Hitler de Alemania; Benito Mussolini en Italia; Francisco
Franco de España; Anastasio Somoza de Nicaragua; Alfredo Stroessner de Paraguay; Rafael Trujillo de
Santo Domingo; Duvalier de HaitÃ−; gobiernos de “gorilas” militares en Guatemala y El Salvador; Augusto
Pinochet de Chile; Rafael Videla de Argentina y otros déspotas asesinos, autores de crÃ−menes contra la
humanidad, como de genocidio, terrorismo de Estado, crÃ−menes de guerra y violación de Derechos
humanos, no obstante, que se autoproclaman demócratas, liberales, socialdemócratas,
demócrata-cristianos, etc.
Ciertos estafadores habituales y peligrosos, revelan trastornos paranoides de carácter psicopático. Esta
forma de delincuencia constitucional, también se manifiesta en otras categorÃ−as de delincuentes comunes,
que desarrollan su actividad criminosa. La anomalÃ−a paranoide también ha sido denominada con otros
nombres, como “semidementes”, “destornillados”, “degenerados superiores”, “psico-degenerados”. El
psicópata constitucional paranoide, dice Di Tulio:”revela su anomalÃ−a desde la infancia, demostrándose,
además, egoÃ−sta, orgulloso, desconfiado, testarudo, intensamente proclive a la rebelión, y a la polÃ−tica
agitada, a los cuartelazos y a la revolución social, a las riñas y a la indisciplina, haciéndose asÃ−
fácilmente antisociales y delincuentes comunes”.
El psicópata constitucional paranoia, a causa de su anomalÃ−a psÃ−quica, fácilmente interpreta
erróneamente sus propios derechos, intereses, ideas, y deseos, como con facilidad se consideran “Victimas”
y marginados, descuidados, maltratados, ofendidos y hasta “perseguidos frente a cualquier desilusión y
fracaso en sus actividades”. La autovaloración de su personalidad los impulsa a cometer acciones ilÃ−citas,
dañosas o delictivas con finalidad reividicativas, que los convierte fácilmente en difamadores, y con mayor
frecuencia en perseguidos-perseguidores o querellantes infatigables, no gratos, hasta por hechos o cosas
nimias, con mÃ−nimo o sin valor e importancia, en la escala de intereses y derechos materiales, económicos,
sociales, polÃ−ticos, personales, ideológicos.
Los polÃ−ticos psicópatas paranoides, con mentalidad anormal pueden determinar, una criminalidad grave y
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de grandes proporciones en agravio del pueblo y de sus opositores en las lides polÃ−ticas, en beneficio del
capital financiero monopolitico imperialista, o del capital nativo de la oligarquÃ−a financiera antinacional,
que representan los intereses mezquinos y egoÃ−stas de la clase capitalista y terratenientes antinacionales en
la sociedad burguesa, las clases dominantes, saben explotar la criminalidad polÃ−tica, altamente peligrosa de
polÃ−ticos desequilibrados y degenerados social y éticamente que pueden ser fácilmente fanatizados y
sectorizados, propensos a las proclamas lÃ−ricas y demagógicas, “del memoriado”, según los polÃ−ticos
tradicionales.
Los instructores del pentágono y de la CIA, se aprovechan y se utilizan a oficiales y desequilibrados y
anormales de las fuerzas armadas y de las fuerzas polÃ−ticas, que tienen rasgos de psicopatÃ−a paranoide,
estos sujetos provienen de los paÃ−ses subdesarrollados de América latina, el caribe, Ôfrica y Asia, que
los van transformando mediante procesos de aprendizaje y adoctrinamiento de ideologÃ−as criminales de
prevención moral, en escuelas policiales y militares en los EEUU, como en Fort Gulick, Fort Benning, Fort
Braga y otros Forts, hasta que los convierte en psicópatas asesinos y en brutales criminales de guerra de gran
peligrosidad social, que agraden a su propio pueblo. Los instructores del ejercito norteamericano y del CIA
previamente los depravan, pervierten y degeneran la conciencia moral y de la autocrÃ−tica, oficiales
desequilibrados psÃ−quicos y éticos y luego inculcan doctrinas militares y púdicas, nefastas y criminales
denominadas “seguridad nacional”, de “defensa continental”, de defensa del “mundo occidental y cristiano”,
de las “fronteras ideológicas internas”. Los entrenan en planes genocidas de exterminio aniquilamiento de la
población civil, de los guerrilleros revolucionarios del movimiento de liberación nacional, y de los
campesinos que habitan en zonas del conflicto armado.
Una vez que esos oficiales militares o policiales embrutecidos y bestializados, los entrenan en
metodologÃ−as, tácticas y estrategias contrasubversivas de la “guerra sucia” (matanzas, discriminales,
genocidas de la población civil) cuyo aprendizaje se manifiesta en atrocidades que perpetraran contra las
poblaciones pacificas e inermes, generalmente campesinas. AsÃ− tenemos los tristemente
celebres”carniceros” y “hienas asesinas”, accomara, pukayacu, soccos, cayara y de otras aldeas o comarcas
campesinas de Ayacuchos, Apurimac, Huancavelica, y de los penales de lurigancho, el frontón, y santa
bárbara, de lima y callao.
Los delincuentes constitucionales con orientación psicopático-paranoide, civiles, militares o policiales o
paramilitares asesinos están generalmente predispuestos a toda actividad criminosa en el campo
polÃ−tico-social y militar o policial donde los fanatiza, los embrutece y bestializa, por eso se convierten en
perseguidores, perseguidos, creyantes, reformadores o defensores del orden social con fanatismo increÃ−ble;
son obstinados en el uso de la violencia y el crimen, en las estafas, fraudes y raterÃ−as, estos sujetos
desequilibrados fácilmente pueden convertirse en rebeldes, vengativos y sanguinarios, sin escrúpulo
alguno, por tanto registran alta taza de peligrosita social y criminalidad.
3.3.4 ORIENTACION EZQUIZOIDE
En esta forma de delincuencia constitucional con orientación psicopática esquizoide, a diferencia del
paranoide, el individuo presenta una relevante tendencia a la interiorización de la vida afectivo-emotiva, y a
la realización ególatra de sus propios deseos, personales, egoÃ−stas, con escasa participación de la vida
social. En estos desequilibrados de psicopatÃ−a esquizoide o esquizotimia, su pensamiento va dirigido
prevalentemente a una vida de fantasmagorÃ−a y tienden a alejarse de la realidad y a perder su sentido real y
valor pragmático de la vida social.
Los psicópatas esquizoides se caracterizan por ser individuos introvertidos y egocéntricos, ególatras, con
mentalidad psÃ−quica obtusa; al encerarse en sÃ− mismos en su interiorización en que aparentemente falta
una normal resonancia emocional a los estÃ−mulos exteriores del mundo circundante social, hecho que no
permitirá establecer las condiciones necesarias para una armónica relación entre el Yo intimo y el Yo
social. Esta forma de conducta muchas veces son perturbadas por actos irracionales, insensatos, absurdos, de
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violencia criminal imprevista de delitos aparentemente sin intención, debido al grave desorden que afecta a
los procesos psÃ−quicos superiores de la personalidad como la inteligencia, la voluntad, el pensamiento y la
reflexión critica y ética de los actos, que se exteriorizan en conductas y comportamientos antisociales, que
facilitan el afloramiento y la realización de varias tendencias delictuosas, hechos que surgen de la diátesis
amoral-delincuencial que están en la base de su propia personalidad. Este es el reflejo de
preexistente-predisposición al delito y formas de peligrosidad social.
“Por tales razones. -dice Di Tulio- los delincuentes constitucionales con orientación esquizoide muy
frecuentemente son extraños, bizarros, inquietos, poco sociables, egoÃ−stas obsunadamente indisciplinados,
simuladores, violentos, etc., y pueden considerarse fuertemente predispuestos a delitos de todo genero”
El carácter esquizoide puede evolucionar fácilmente hacia la demencia precoz y esquizofrenia; de igual
modo, la orientación esquizoide de la delincuencia constitucional también puede transformarse en una
psicosis esquizofrénica, de lo que se infiere, que en todo delito grave de sangre hay que pensar, que la causa
de desarrolla especialmente estos trastornos psÃ−quicos, sobre todo si aparecen, motivos fútiles y
generalmente absurdos e inadecuados, debe hacer reflexionar, que el comportamiento del culpable que revela
cinismo persistente y hasta repugnante, estarÃ−a demostrando la existencia de la psicosis esquizofrénica, la
mas grave y la verdadera locura que solo el diagnostico medico-legal psiquiátrico podrÃ−a revelar las
verdaderas dimensiones de la mente esquizoide o esquizofrénica criminal, que puede ser de naturaleza
constitucional, de carácter patológico, en el primer caso el delito será la expresión del criminal loco. Y el
segundo, el reflejo del loco criminal.
3.3.5 ORIENTACION CICLOIDE
En el grupo de delincuentes constitucionales con orientación psicopática, aparece el psicópata
constitucional cicloide, con notas distÃ−micas, o carácter de periodicidad de exaltación de la vida afectiva
y emocional con periodos de estados de depresión psÃ−quica. La anomalÃ−a psicopática realza el
fenómeno psÃ−quico o de periodicidad que asiste en alternarse las fases del leve o grave excitación
psicomotriz, con fases de leve depresión.
Los sujetos que están en la fase depresiva, presentan un estado asténico general, con indiferencias más o
menos acentuadas hacia las personas, el ambiente, los negocios y sus propios intereses personales. Tienen
tendencias a retirarse o alejarse del trabajo y de las propias ocupaciones y caen en un estado de ocio,
holgazanerÃ−a y parasitismo social y familiar. En la fase de excitación presenta un estado de hiperactividad,
con exuberancia de energÃ−a y movimiento, hasta irracional e irreflexivo.
Los delincuentes constitucionales psicopáticos de orientación distÃ−mica o cicloide, pueden desarrollar sus
tendencias criminosas, debido al influjo del medio ambiente social y las fases distÃ−micas que alteran su
mente y carácter o conducta. La fase depresiva provoca un prevalerte desarrollo de actividades antisociales y
delictivas, orientadas la ociosidad y a toda la forma de aprovechamiento ilÃ−cito y de parasitismo social. La
fase de excitación es motivo de dedicación a negocios ilógicos e inmorales, es decir, en delitos contra la
propiedad privada o personal, y en estafas de modo especial, o bien en actos de violencia más o menos
graves, según tenga por objetivo, el logro de la representación de los resultados lÃ−citos o ilÃ−citos.
Los estados de crisis distÃ−micos, que se desarrollan el los delincuentes constitucionales cicloides, no deben
confundirse con las psicosis distÃ−micas verdaderas y propias, denominadas también, psicosis
maniaco-depresivas o circulares. Estas psicosis pueden determinar las causas etiológicas de fenómenos
delictuosos; son delitos que por su dinámica, se diferencian de los que por su etiologÃ−a son de naturaleza
netamente patológica o psicopatológica. Finalmente, como afirma Benigno Di Tulio, los delincuentes
constitucionales psicopáticos de orientación cicloide, presentan graves y persistentes tendencias a la fuga,
el vagabundaje, el robo y otros delitos en general, debido a la predisposición constitucional anómala de los
factores psÃ−quicos constitucionales psicopáticos, que los expone a una variedad criminógena y a
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conductas antisociales, por la anomalÃ−a distÃ−mica: movimientos psicomotrices y estados depresivos
enfermizos de la personalidad.
3.4 DELINCUENTE CONSTICUIONAL CON ORIENTACION MIXTA O INESTABLE
Benigno Di tulio, afirma que existen delincuentes constitucionales con orientación psicopática mixta, es
decir caracterizados porque se encuentran concentrados en común denominador, los caracteres y
anomalÃ−as constitucionales y trastornos psicopáticos estudiados.
El criminólogo sostiene: “sin ninguna duda los delincuentes constitucionales con orientación mixta, no
solamente son los mas numerosos, sino también, habitualmente los mas peligrosos. Los que constituye una
importante confirmación de lo que ha estado muchas veces repetido, es decir, que el carácter de la gravedad
del fenómeno criminoso es, en general, directamente proporcional a la multiplicidad y complejidad de sus
factores causales”. Cuando se examina con la óptica criminológica, la personalidad de un criminal, culpable
de graves y numerosos delitos y faltas, puede suceder que se constate clÃ−nicamente que el sujeto antisocial,
revela que su constitución delincuencial es diferenciada y calificada por la pericia criminológica, como de
orientación sintomatológica mixta. Este fenómeno bio-psÃ−quico se puede explicar fácilmente, debido
al hecho de las combinaciones de anomalÃ−as psicopáticas, pertenecientes a diversas orientaciones
bio-constitucionales que rindan tendencias delictuosas más dinámicas y vigorosas, por consiguiente más
graves y peligrosas por las variadas actividades criminosas.
Por ejemplo, cuando se juntan y combinan las anomalÃ−as de orientación hipo-evolutiva con aquellas de
orientación neuro-psicopática, desarrollan actividades criminosas, orientadas a la determinada perversidad
y a la violencia, que los convierten en sujetos desalmados y hasta sanguinarios, embrutecidos y bestializados,
depravación que puede ser de naturaleza bio-constitucional o adquirida por adoctrinamiento por teorÃ−as
criminales militares, como el de “seguridad nacional”. Casos reales de psicópatas asesinos y sanguinarios,
terroristas militares, policiales, paramilitares y determinados subversivos genocidas, criminales de guerra,
violadores de derechos humanos, grupo de enemigos de la humanidad.
En las demás orientaciones psicopáticas constitucionales, se pueden juntar y combinar en un solo
delincuente, los caracteres de diferentes orientaciones como aquellos que pertenecen a varias formas de
trastornos bio-constitucionales y de anomalÃ−as psicopáticas. Es posible, que en el mismo sujeto confluyan
caracteres epileptoides e histeroides, que son de la misma orientación neuro-psicopática o caracteres
deficitarios obsesivos y paranoides, o de caracteres deficitarios, esquizoide, cicloides, etc., que pertenecen a la
misma orientación psicopática. Estos individuos revisten gran interés clÃ−nico, médico-legal y
criminológico, debido al hecho que, la dinámica de cada delito, complica el diagnostico criminológico,
por la complejidad de la actividad criminógena que revelan mayor gravedad, por su frecuencia habitual y sus
formas de peligrosidad social.
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*teorias antropológico-criminales - Manuel Espinoza V.
*CriminologÃ−a - Alejandro Solis Espinoza
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