Pamplona 24 de Mayo de 1904 PLANCHA Dirección y Administración: BIBLIOTECA CATÓLICO-PROPAGANDISTA Tejería. 40, 2.% izquierda, PAMPLONA ANO X DIFUSIÓN GRATUITA DE BUENAS LECTURAS CATÓLICOS Y LIBERALES Ó EL CUENTO DE NUNCA ACABAR á un Párroco gran amigo de la caridad y gran enemigo, por tanto, del maldito respeto humano: —¿Sabe usted que mi suegro se muere y que mi suegra no quiere que se confiese, sin duda para que no se entere de ello? • . . . Y contestó el sacerdote: ' • —Nada me extraña; en veinte años que llevo do Párroco he visto marcharse muchas almas al Infierno, por el cariño de sus parientes. Pues leotor amado, quienquiera qno seas, (y perdóname que hoy te hable en primera persona, á lo cual no soy aficionado) yo no soy Párroco, ni tengo más cura de almas quu la que da el santo saermnonto del Matrimonio cuando va seguido, como en el caso de autos, de media docena de hijos; pero sin haber recibido órdenes, ni siquiera menores, ni aun la orden de caballería que recibió D. Quijote de las manos nada limpias del socarrón posadero, voy á decirte lo siguiente: —En diez y ocho años que llevo de escribir en periódicos, y siempre por misericordia de Dios en periódicos antiliberales y en los que más se distinguieron por la pureza de su doctrina y la confesión pública de Jesucristo; en tales diez y ocho años, día por día y semana por semana he visto á muchos católicos marcharse por el plano inclinado de la tnesticería á los profundos infiernos del liberalismo y la revolución; pero eso sí, siempre pretextando que lo hacían para salud do la patria y hasta líevados por la más excelente caridad, es decir, por puro cariño, como contestaba el Párroco del cuento. Pues bien; cada vez que el diablo arma de nuevo su lazo y so color do patriotismo y amor á la religión y para evitar mayores males invita á la unión de los católicos con los liberales, sea agarrados al faldón de Pidal, sea cogidos de la íevita de Maura, recuerdo la respuesta del buen Párroco N. 221 y recuerdo igualmente un librito de pocas páginas y mucha sustancia, repetidas veces aprobado por Roma, que se titula El liberalismo ee pecado, que allá en los capítulos 3G y 37 dice entre otras cosas estas: «la unión entre católicos y liberales menos avanzados para el fin común de contener á la revolución más radical y desencadenada» es «sueño dorado ó candorosa ilusión de algunos; de otros, empero, pérfida asechanza couque sólo pretendieron (y hanlo logrado en parte) desunirnos y paralizarnos. ¿Qué hemos de pensar pues do tales conatos unionistas los que deseamos sobre todo interés, el de nuestra santa Religión?» «En tesis general hemos de pensar que no son buenas ni recomendables tales uniones » «Pueden sin embargo darse de esto algunos rarísimos casos» y «cuando así convenga, deben tenerse en cuenta las siguientes bases: 1.a No partir del principio de una neutralidad ó conciliación entre lo que son principios ó intereses esencialmente opuestos, cuales son los católicos y los liberales 2.a Mucho menos se conceda al grupo liberal la honra de capitanearnos con su bandera Más claro: únanse ellos á nosotros; nunca nosotros á ellos 3.a Nunca se crea con esto dejar establecidas bases para una acción constante y normal» «Y sin embargo es este el sueño dorado, la eterna ilusión de muchos de nuestros hermanos. Creen éstos que lo que lo importa principalmente á la verdad es que sean muchos sus defensores y amigos. Número paréceles sinónimo de fuerza: para ellos sumar aunque sean cantidades heterogéneas, es siempre multiplicar la acción; así como restar es siempre disminuirla.» «¡Ah! no, no, amigos míos: preferible es á un ejército de esos una sola compañía, un solo pelotón de bien armados soldados que sepau bien lo que defienden y contra quién lo defienden y con qué verdaderas arraas lo deben defender. Dénos Dios de esos, que son los que han hecho siempre y han de hacer en adelante algo por la gloria de su Nombre, y quédese el diablo coa los otros, que como verdadero desecho se los regalamos.» Hasta aquí el ilustre autor de El liberalismo es pecado, 110 LA AVALANCHA libro verdaderamente inspirado y para el cual no pasan años. Ahora bien, ó mejor dicho, ahora mal; mira y remira lector querido, quienquiera que seas, qué condiciones y circunstancias se ofrecen en este nuevo ataque de caridad liberal, ó on este nuevo cuento de la buena pipa de la unión de los católicos con los liberales mansos, para luchar contra los fieros. Distingue lo que es en unos candorosa ilusión y en otros pérfida asechanza; repara en que este nuevo llamamiento alrededor de Maura que ha visto la luz ¡mal pecado! en las columnas de periódicos que se llaman católicos y hasta a n ti liberales, es tan absoluto, tan rendido, tan sin ninguna de esas condiciones prudentes que para casos extremos pone El lihfíraJdamo ea pecado, que más que unión y alianza, sería rendición y entrega y apostasía maldita; y á la luz de todas estas verdades, acaba pensando cómo es verdad que tales llamamientos, concordias, empresas y políticas son del gusto del diablillo, que es quien salo ganando á cada anuncio y recomendación de tales gollerías. ¡Válgame la benditísima Virgen María en este año mariano por excelencia en que celebramos el glorioso aniversario de la proclamación del dogma do la Inmaculada! Si la mitad del trabajo que muchos grandes y chicos se toman en hacer renegar á los católicos tradicionalistas para que vayan á fundirse en el mar sin fondo del liberalismo católico, lo tomasen en concertar á loa católicos que no quieren resellarse con la bestia, otra sería la suerte de nuestra amadísima y pobre y desventurada patria, y otro gallo le cantara á la causa de la Religión en España! ESTANISLAO. NOMBRAMIENTO DE CENSOR StL Exorno, é limo. Sr. Obispo de esta diócesis, doe 7£ tor D. Fr. José López Mendoza ha tenido á bien i - nombrar Censor eclesiástico de LA AVAEAXCHA y de cuantos escritos publique nuestra Bibliuleca CatólicoPropagandista, á D. Justo Gofii é Izura, doctor en Sagrado Teología y Derecho canónico y catedrático del Seminario conciliar de Pamplona. Este nombramiento lo hizo el Prelado el día 12 de Abril último, á la sazón en que el Sr. Coñi q'uedaba enfermo de alguna gravedad, dolencia de la cual aún no se ha restablecido totalmente. Esa circunstancia ha sido la caufa de que todavía, al escribir estas líneas, na haya tomado posesión del cargo, lo cual trata de hacer de un momento á otro. El doctor Goñi ocupa el tercer lugar en el número do orden de los censores eclesiásticos de la JiibJinteca Católico-Propagandista, desdo que se constituyó bajo reglamento aprobado por el Diocesano, po'r haber bajado al sepulcro los que le precedieron, varónos ambos de muy grata y perdurable memoria: el Iltre. Sr. doctor D. Dámaso Logaz, canónigo Lectoral de Pamplona, y el doctor D. Mariano Pérez Goyena, catedrático del Seminario conciliar de esta diócesis. Las dotes de ciencia y virtud que adornan al nuevo Censor de LA AVALANCHA garantizan que esta seguirá publicando, como hasta aquí, la sana doctrina católica, y son á la vez augurio de que nuestra modesta rovista, bajo la tutela da tan buen consejero, ensanchará cada vez más sus dominios en la conquista de corazones y almas para Cristo y su Iglesia, por medio de sus números gratuitamente difundidos. i AOTU PROFRIO EDICIÓN VATICANA DE LOS LIBROS LITÚRGICOS CONTENIENDO LAS MELODÍAS GREGORIANAS Con nuestro Mota proprio del 22 de Noviembre de 1903, y por el subsiguiente decreto publicado por nuestra Orden por la Congregación de los Sagrados Ritos el 8 de Enero de 1904-, habíamos restituido á la Iglesia Romana su antiguo canto gregoriano, aquel canto que ella había heredado de los Padres, que ha guardado celosamente en sus Códigos litúrgicos, y que estudios más recientes han conducido felizmente á su primitiva pureza. A fin, sin embargo, de cumplir como es conveniente la obra empezada, y de facilitar á nuestra Iglesia Romana y á todas las Iglesias del mismo rito el texto común de las melodías litúrgicas gregorianas, habíamos decretado emprender con los tipos de nuestra Tipografía Vaticana la publicación de los libros litúrgicos que contienen el canto de la sacrosanta Iglesia Romana por Nos restaurado. Y porque todo proceda con plena inteligencia do todos los quo son ó soan llamados por Nos á ofrecer el tributo de sus estudios á un trabajo de tanta importancia, y el trabajo se haga con la debida inteligencia y.prontitud, establecemos las normas siguientes: a) Las melodías de la Iglesia, llamadas gregorianas, serán restablecidas en su integridad y pureza según la fe de los Códigos más antiguos, y para ello se tendrá especial cuidado también en la legítima tradición contenida en los Códigos durante varios siglos y del uso práctico de la actual liturgia. b) Por Nuestra especial predilección hacia la Orden de San Benito, reconociendo los trabajos hechos por los Monjes Benedictinos en la restauración de las genuinas melodías de la Iglesia Romana, especialmente los de la Congregación de Francia y del Monasterio de Solestnes, queremos que para esta edición, la redacción de las partes que contengan el canto sea confiada do manera especial á los Monjes de la Congregación de Francia y al Monasterio de Solesmes. Ü) Los trabajos así preparados serán somotidos al examen y á la revisión de la Comisión especial romana, por Nos recientemente y á este fiu constituida. Ella tiene la obligación del secreto jurado para todo lo que se refiero á la compilación de los textos y al curso de la impresión; la cual obligación deberá extenderse también á las otras personas do fuera de la Comisión que sean llamadas á prestar sus trabajos al mismo fin. Deberá además proceder en su examen con la mayor diligencia, no permitiendo quo so publique nada de que no se pueda dar razón conveniente y suficiente, oyendo en los casos dudosos el parecer de otras personas, fuera do la Comisión y de la reducción, que sean reconocidas peritas en esta clase de estudio y capaces de dar un parecer autorizado. Que si en.la revisión de las melodías ocurriesen dificultades por razón de texto litúrgico, la Comisión deberá consultar á la otra Comisión historico-litúrgica, ya precedentemente instituida cerca do Nuestra Congregación do loa Sagrados Ritos, de manera que ambas procedan de acuerdo en aquellas partes del libro que tengan un objeto común á ambas. d) La aprobación que ha de darse por Nos y por Nuestra Congregación de los Sagrados Ritos, será de tal naturaleza, quo á nadie será lícito ya aprobar libros litúrgicos si estos, aun en las partes que contengan el canto, no están del todo conformes con la edición publicada por la Tipografía Vaticana bajo Nuestros auspicios ó, por lo menos, á juicio de la Comisión, no sean de tal manera conformes, que las variantes introducidas so demuestro provenir de la autoridad de otros buenos Códigos gregorianos. e) La propiedad literaria de la edición Vaticana quod:i reservada á la Santa Sede. A los editores y tipógrafos LA AVALANCHA de todas las naciones que lo pidan, y que bajo determinadas condiciones ofrezcan segura garantía de saber realizar bien el trabajo, concederemos la gracia de poderla reproducir libremente como mejor les agrade, de hacer extractos y de esparcir por todas partes las copias. Así, con la ayuda de Dios, confiamos poder restituir á la Iglesia la unidad de su canto tradicional, de manera que corresponda á la ciencia, á la historia, al arte y á la dignidad del culto litúrgico, á lo menos en cuanto consienten los estudios actuales, y reservando á Nos y á nuestros sucesores la facultad de disponer de otra manera. Dado en Roma junto á San Pedro el 25 de Abril de 1904, íiesta de San Marcos Evangelista, año primero de Nuestro Pontificado. PÍO, PAPA X. (Continuación) Cuando Clemencia vino A casa dn su tía, como su belleza era tan notable, tuvo una brillante acogida. Una voz general se levantó para celebrarla; por ocho días no se habló en Sevilla sino de la hermosura y candor de la monjita de Cortegana; en fin, fue uno de esos gritos unánimes y espontáneos de admiración, que arranca la verdad casi por sorpresa á un mundo, para el que la alabanza es comola limosna del avaro, escasa y de maln gana. Eu cambio, la acogida que recibió en casa de su tía fue poco cordial. Pero en la primera edad, si no está la naturaleza viciada, hay tan pocas pretensiones, y el alegre y bondadoso carácter de Ja inocente niña era tan opuesto á ser exigente, que lejos de notar esa falta de cordialidad, no hubo en su corazón sino gratitud y contento. Poco á poco, y como ultra una gota de agua por un ladrillo, fue como cayeron á manera de gotas de hiél en el corazón de Clemencia las muestras de indiferencia, de desvío y hasta de desden que fue recibiendo. Singular es la influencia que ejerce en nuestro sentir la luz en que se ponen las cosas y las personas; singular es, repetimos, la independencia de ideas, que pasa en el trato casi á contradicción con las ajenas y la subordinación de impresiones, que llega casi hasta el propio anonadamieuto. Hemos observado bastante el mundo, y siempre hemos visto esta poderosa influencia, aun en el seno de las familias; y añadiremos que es esto á tal punto cierto y ge- 111 neral, que sólo la fuerza de la reflexión y el poder del convencimiento al ver la injusticia saltar á los ojos, nos han impedido á veces, ya en bien, ya en mal, ceder á este irresistible impulso, á este general contagio, Así fue" que, á pesar del entusiasmo con que fue acogida aquella encantadora aparición, aquella sonriente rosa, aquella azucena que abría BU puro cáliz y despedía sus fragancias, sin saber ni el cómo ni el por qué, esta radiante imagen pasó á su segundo término, se deslustró, se empañó, cual si sobre ella se hubiese corrido un velo. Bastó que Constancia murmurase con aspereza: «¡Cosas de Clemencia!»; bastó que alguna infantil sencillez, hija de su falta da trato, escapase de sus inocentes labios, y llamase sobre los de Alegría una sonrisa burlona; bastó que su tía le dijese alguna vez con impaciencia: «Calla, hija, por Dios.. ¡calla!», para dar ese impulso de baja que la sociedad se apresuró á seguir, repitiendo cuando se hablaba de ella: «¿Clemencia? Sí, bonita es; es una infeliz; ni pincha ni corta». ¡Cuan verdüd es que sólo somos en la sociedad, lo que nos quieren hacerl La pobre niña, humillada y rechazada, lloró y dudó de sí. ¡Triste privilegio de las almas superiores! No trató de combatir; sino que por un impulso de bondad y un instinto de dignidad se apresuró á colocarse de motu proprio en el lugar en que conoció que querían colocarla, para evitar que la empujasen á él- Todos los lugares eran buenos para la modesta niña, siempre que en ellos no alcanzasen á herirla. ¡Cuántas veces en el mundo se ve un brillante, inapreoiado por la injusticia y la malevolencia, entre tanto que se engarza en oro y se ostenta un mal pedazo de vidrio! ¡Cuantas violetas florecen y mueren á la sombra! ¡Triste justicia humana, cuya balanza se inclina al soplo ligero del albedrío, al impertinente fallo de la pedante medianía, ó al venenoso tiro de la envidia! Clemencia se convenció de que aquel primer entusiasmo que había inspirado bahía sido una benévola bienvenida en obsequio de su tía, y que cada cosa había vuelto á su lugar. Si hay algo que enternezca profundamente, es el ver sufrir injusticias, no con resignación y paciencia, sino HÍn graduarlas de tales; es el ver la humildad, que ignora su mérito, y la bondad, que quita á los abrojos sus espinas, esto es, á los procederes hostiles sus malas causas. Si alguna vez un desabrimiento ó una dureza la hacían llorar, bastaba una palabra ó una mirada benévola para consolarla, secar sus lágrimas y traer la sonrisa á sus labios. Esto lo hallaba á veces en su tía, que á pesar de su displicente carácter,era en el fondo bondadosa, y al ver llorar á su sobrina, el día que estaba de mal humor se impacientaba; pero el día que lo estaba de bueno, le daba lástima, y entonces le dirigía la palabra con agrado, ó la obsequiaba con algún regalito; lo que hacía rebosar de gratitud el corazón de aquella niña, porque la. gratitud en loa corazones sanos y generosos os como el saltadero de agua, que sólo necesita una rendija para brotar puro y vivaz. Pocos días después de la escena que dejamos referida en el primer capítulo, estaba un día á la prima noche la marquesa más apurada y displicente que nunca. Ya había echado varias trepes á las niñas, guardando Constancia •f : LA AVALANCHA 112 un frío y obstinado silencio, contestando Alegría con atrevida falta de respeto, y vertiendo lágrimas Clemencia, cuando entró con paso firme su gigantesca amiga D.a Eufrasia, que todas las noches iba allá á tomar el chocolate y á hacerle la partida de tresillo. —¿Ya estás hipando, mujer'?—dijo al entrar, en tono de reconvención.—¿Qué tenemos ahora? -¡Qué he de tener! Un hijo loco, derrochador, que me espeta hoy una letra de París de treinta rail reales. —Tú tienes la culpa. ¿Por qué le pagas las trampas? Mientras más le pagues, más hará. El derrochar es como la sed de la hipocresía; mientras más se bebe, más sed se tiene. —Tengo—prosiguió la marquesa—las hijas más mal criadas, indóciles y desobedientes... —Tú tienes la culpa, pues no sabes mantener la disciplina en tu casa. —Esa Constancia, que.es la más díscola, la más indómita... —•Con pan y agua se ponen más suaves que guantes las rebeldes. —¡Calla, mujer, si tieno diez y nueve años!...—observó la marquesa. —Pan y agua son manjares de todas edades,—repuso la riera militara. —Tengo—prosiguió la marquesa—á esa Alegría, que no piensa más que en divertirse: todo el día mp ha estado moliendo para que la lleve á paseo. ¡Para paseos estaba yol —No accedas. ¡Bien hecho! Las niñas, recogidas; que el buen pafio en el arca se vende. —El buen paño en el arca so pica,—replicó con aire desvergonzado Alegría. —¡Calla, cuellisacada!—le dijo su madre.—¡Ay, Eufrasia! Tengo.., tongo una sobrina llorona; por todo llora! ¿Me querrás decir, Clemencia, compotita de manzana, por qué estás llorando? •—Tía,—repuso Clemencia, enjugándose los ojos,—porque me habéis dicho que callo y no tomo cartas en vuestros altercados con mis primas por no daros la razón; y no es por eso, sino porque pienso que no debo meterme eu eso, pues mis primas m enfadarían; y también porque os aseguro, señora, que no sé qué decir. —Pues aprende de D.a Eufrasia,—le dijo al paño Alegría,—que como dice la copla, bien podrá no tener nunca mucho que contar, pero sí tiene siempre mucho que decir. —No se hace caso de las lágrimas de las niñas: ese es el modo de que no vuelvan á llorar esas Magdalenitas de mírame y no me toques,—opinó D.a Eufrasia. —Y lo peor de todo as-—prosiguió la marquesa—que Juan se me va; no parece sino que le picó la mosca; no hay quién le detenga. —Ya eso lo sabía yo,—repuso D.a Eufrasia, que efectivamente sabía cuanto pasaba en las casas que visitaba; sobre todo, lo perteneciente á la esfera interior. —¿Tú? ¿Y cómo? —Porque la novia fue á casa de la jefa, donde sirve una hermana suya, para que se empeñara con su señora á fin de que á Juan le dieran una serenía. (1) —¿Y la obtuvo? —Sobre la marcha. * " — A Juan, que es dormilón,—dijo riéndose Alegría,— le sucederá lo que á aquel otro sereno amigo de su comodidad, que dormía toda la noche muy descansado en su cama, con sólo el cuidado de abrir de cuando en cuando la ventana, sacar la gaita y cantar la hora. —Pero no te apures, marquesa, no te apures,—dijo D.a Eufrasia;—yo te tengo un criado pintiparado. ---¿De veras, mujer?—exclamó la marquesa.—¡Cuánto lo celebraría! El ramo de criados está perdido. ¿Es de tu confianza? ¿Me respondes de él? —Respondo,—contestó D.tt Eufrasia, bajando su voz á los más ^profundos abismos de su robusta entonación. —¿Le conoces? —¿Si le conozco? Veinte años le he tenido de asistente. Es un criado como hay pocos, y está hecho á mis mañas. Esto de estar hecho ú las mafias de D.a Eufrasia aterró A las muchachas; pero satisfizo grandemente á la marquesa, la que no obstante siguió preguntando: -¿Bebe? —Agua. : ' , • —¿Es enamorado? —No mira más cara de mujer que la de Isabel II. • —¿Es fiel? '• —Como el sello. " • • —¿Tiene buen genio? ' , , —Es un tórtolo. ' —¿Fuma? —En la vida de Dios. -• • v • ' —¿Es aseado? \ •,.-*: — Como el oro. —¿Y entiende? • • "*"••—De todo. ' • — Varaos,—dijo consolada la marquesa,—esta es una suerte que Dios me depara en medio de mis aflicciones. ¡Ay, Eufrasia! ¡Siempre te apareces como tabla de salvación en mis mayores apuros! e; de famíro fa fcyW«j {Continuará.) (1) Lo hiciesen sereno. O^LEFISODIOS Dñ LA VIDA DE SAN FRANCISCO En sus jornadas (te apóstol, dundo» abundan los peligros, detúvose el Santo Padre en el lugar de Amboíno. Visitando las aldeas donde quedaban vestigios de antigua fe, reparando las iglesias y edificios donde el culto sacrosanto do Dios no estaba extinguido. Llevado de sua fervores, guiado por sus instintos puso una cruz en la playa; con el fin santo y divino de que Lodo navegante en sus penas y peligros tuviera aquel faro hermoso, aquel venerado símbolo allí, á su vista, inspirando plegarias al Infinito. Mas ranclas supersticiones logran abrirse camino, y ya la gente comienza á consultar á los Ídolos en sus jienas y quebrantos, sus apuros y delirios. Por una grande sequía vieronao al fin afligidos y al ídolo consultaron y le adoraron rendidos hasta que una mujer santa estas palabras les dijo: «Qué! ¿pedís agua al demonio, siendo su poder tan ínfimo? pedidla á Dios, Roy del cielo, que es su poder infinito. ¿Olvidáis yá la promesa del Santo Padre Francisco? Todo cuanto lo pidamos á Dios, nos dará de fijo si tenemos fo y es bueno todo aquello que pedimos. Venid: ía Cruz de la playa dará el bien apetecido.» Corren todos a la playa, cesan quejas y gemidos y ante la Uru/. ya postrados todos se humillan contritos. «¡Señor! claman, escuchadnos: vednos tristes y afligidos: por vuestra pasión y muerte no olvidéis á vuestros hijos.» AI punto rasgan su seno las nubes del cíelo empíreo, la lluvia riega los campos, crece en sus cauces el río, y oí pueblo clama ¡Milagro! en vista do aquel prodigio. Hubo una posto en Manar de la qiifl todos morían: reinó el pánico en el pueblo, que ea muy amable la vida, y se contaban por cientos ios atacados ó victimas. En ocasión tan penosa llegó eí buen Padre á la villa, y allí fue el rogarle todos, pues era tan aflictiva su situación, socorriese á los maneses. ¡Cuan vivas fueron allí sus instancias! ¡Con qué angustiosa porfía redoblaron sus clamores, sabiendo, como sabían sin dudarlo, quo sus ruegos podían salvar la isla! La compasión llena el pecho de Javier. Ante su vista, está un pueblo que solloza, está un pueblo quo suspira; pálidos rostros le hablan; ojos llorosos lo miran; manosquetiemblanle imploran. Al ver esto, por trea días estuvo orando sin tregua a Dios, cuya santa ira quiso aplacar: quo fuú oído ¿ C * ' ' • " " * * •*•'•• * . " " 7 V - . - LA AVALANCHA loa sucesos lo confirman. Cesi') la peste; cesaron los clamores; la alegría avivó la fe, y el pueblo cambió de aspecto y de vida. Todos fueron bautizados por aquella mano misma que ahuyentó de sus miserias la espantosa pesadilla. A otros aparece on sueños y les cura su dolencia. Por gratitud, los de Ñapóles grandes funciones celebran en su honor, y por patrono le proclaman con gran fiesta. Do sus milagros por mar mucho las historias cuentan. Por los mares do la China Hay en la ciudad de Nápolea navegaba hacia Bengala una iglesia rica y bella, Miguel de Silva, que era donde del santo Javier mercader de alta prosapia. hay una imagen perfecta. Altérase el mar de pronto Varios devotos reparan y la furia con que ataca que, en ocasiones diversas, a la nave, va moslraudo cambia la imagen de aspecto, el peligro que amenaza. ya sombría, ya risueña. Hoto el mástil y las volas sin cesar, variando siempre, desprendidas y rasgadas; asombrados la contemplan. todo en desorden; las gentes, Fue el cardenal-arzobispo temerosas y angustiadas, llamado para que viera dan voces, ofrecen votos por ai mismo aquel prodigio, y estimulan la esperanza: y las crónicas nos cuentan invocan á San Francisco, que ante su vista la imagen y al punto la mar se calma. tras formó se do manera Notan todos el prodigio, que pasó de muy tranquila nuevamente al Santo llaman, á una angustiosa tristeza; y nuevamente los mares sus ojos clavó llorosos ceden de su furia insana. en el techo de la iglesia, Se repite la experiencia, como implorando del cielo y por brevo espacio callan favores para la tierra; por ver sí de nuevo vuelve después o! dulco semblante el mar á encrespar sus aguas: mostró amarguísima pena, asi sucede; las olas brilló su pálida fronte con nueva furia amenazan; como la luna serena, ya no hay duda, y asi vuelven do enojo y de descontento á invocar ftl que les salva. dando inequívocas muestras. De entonces los navegantes Todos vieron las señales de aquellas tierras lejanas asombrosas y diversas, procuran, al embarcarse, siendo ya el común sentir llevar consigo una estampa unánime de que oran de el Santo, que les proteja, señales de algún conflicto y de la que no se apartan. que se acercaba. Ya ruegan En un viaje que hizo á Cioa al Santo que les inspire, y de cuyo viaje habla los ampare y los proteja. el Santo, de una tormenta Corrió el tiempo, y ol olvido dice fue tan extremada cubrió con su sombra intensa que el espacio de tros días lo pasado; todo vuelve duró, y que nada aplacaba. á seguir su marcha eterna: Juguete ya de los vientos el mal devorando victimas, y de aquellas olas bravas la humanidad, siempre ciega, la nave, ya descendía sin acudir ni acogerse e-rugiendo su débil máquina a la divina clemencia. entre el silbido del viento No tardó en verse ol castigo y los quejidos de alarma. comprobando la experiencia, Él pánico en los semblantea pues una peste terrible deja su huella marcada. de Ñapóles se hizo dueña. Perder caudal y riqueza Centenares de personas es cosa muy secundaria ' fueron victimas de ella, \ en tal ocasión, y todos y ya el pánico invadía la vida piden con ansia. a la ciudad toda entera. Sólo Javier no se arredra Viéndose, en fin, atacado en medio de la borrasca; un ciudadano, defensa á todos exhorta, a todos buscó en Javier; y poniendo impone con sus palabras, una imagen que conserva suplicándolos que nieguen, sobre su peclio, curado que esfuercen su confianza. se ve al punto. De esta nueva Después, ante un Crucifijo corre veloz la noticia se postró, que en si guardaba, on todo Ñapóles, vuclft y la oración fervorosa, por la ciudad que, angustiada, brotó de su hermosa alma. busca al dolor una tregua. Todos atentos lo miran, Las imágenes del Santo hasta que ven se levanta son buscadas como perlas, y corta un trono pequeño y con el aceite mismo de cimbria de su sotana, que en la lámpara se encierra y lo arroja ni mar, diciendo para alumbrar de su imagen con voz dulce y reposada: la fa'¿ amada y excelsa, «Dios Padre, compadeceos gon curados a millares, de este pueblo que os ama pues el prodigio no cesa. y de mí.» Calmóse al punto D. José María de Urquijo é Ibarra NOTAS BIOGRÁFICAS Es vizcaíno: nuuió en Bilbao el año 1872. En el Instituto de dicha villa estudió el bachillerato, con sobresaliente en todas las asignaturas y en el grado. de aquel mar la furia insana y en la extensión do loa marea creció más y más su fama. Cuentan que en guerras ardía la provincia de (Jlulabe, logrando sus enemigos que, en mal hora, se secasen las fuentes de la ciudad; y cuando el Santo lo sabe se acerca al Rey, convencido de que habla de salvarle Su fe se enciendo; recuerda la promesa hermosa y grande del Salvador, la que dice que al que creo le os muy fácil cambiar do asiento á Io3 montes y conmover lo inmutable. Convertir todo aquel pueblo á la vista del palpable prodigio, que ya su fe da por hecho, hace que hable con elocuencia divina, irresistible, y no en balde. Prometo el Roy convertirse con su pueblo, y el salvaje cuntió, pues el peligro es misionero admirable. So alza la Cruz redentora, póstrase ol Santo al instante y de su pura conciencia, de su corazón que arde brota el ruego, la oración que vuela al Eterno Padre. El peligro os eminente; no saben cómo salvarse, pues son menos en conjunto que los que van á atacarles. Implora el Santo el favor del Cielo con rostro gravo; sus lágrimas, hilo á hilo, van surcando su semblante; llora y ruega; mas de pronto le ven todos levantarse y acercarse al enemigo solo, inerme, bravo, grande. Lea arenga, les exhorta, llega al fin á amenazarles con el castigo del Cielo 3i insisten en atacarles, y los bárbaros vacilan, no se atreven á acercarse porque aseguran que ven brotar del dulce semblante luces extrañas, destellos que nunca vieron en nadie, algo que les intimida y no saben explicarse. Los primeros retroceden y llegan otros delante, y de miedo y de terror se repiten las señales; asi uims y otros después quieren hacer un avance, huyendo al Un todos juntos temerosos y cobardes. Después, aquel pobre Hoy viendo el milagro palpable se convirtió, y asi el Santo, conquistador incansable, pueblos, provincias, regiones á su Rey quiso alcanzarle. Por eso los elementos a su voz so ven quietarse; los marinos, de tas olas ven extinguirse ol coraje; las tempestades más fuertes á su nombro ae deshacen; los vientos templan sns iras, bien como potro indomable 118 que al domador se rebela sin que consiga arrojarle; y asi, siempre vencedor, prosigue siempre el combato. En una desierta isla, y en una muy pobre choza, solo, y sin ningún auxilio material, Javiei soporta de la muerte los estragos v naturales congojas Éu un catuü fue llevado á media legua de Ooa, á una pobrístma ermita solitaria y silenciosa. Alli está como dormido, con esa hermosa aureola de santidad que da al cuerpo puro y celestial aroma. Blanco, deslumbrante el rostro como la luz de la aurora; suaves los finos cabellos que la hermosa frente adornan. Mil rumores 613 levantan al ver mecerse en las ondas el pobre bajel que trae el Santo cuerpo, en la popa, rodeado de brillantes y numerosas antorchas. Multitud de embarcaciones por hacerle honor le escoltan; las salvas de artillería, las músicas con sus notaa, las flámulas, gallardetes, la multitud que se agolpa á festejarle, los llantos y gemidos que trastornan, de aquel amor sobrehumano muestra son que no se borra. Más que un mísero cadáver, Rey parece á quien se honra después de largas batallas ó tras de grandes victorias. La ciudad, toda en el muelle le aguarda, y allí transportan á los enfermos que piden al gran Su uto los socorra. Los brazos alzan al cielo, claman con voz congojosa, y de fe y amor ios salmos con potente voz entonan. El Virrey, los del Consejo, la muchedumbre que adora su recuerdo, van formando gran falange, numerosa. Marchan los niños delante con verde oliva simbólica en las manos y las frentes adornadas con coronas, con estandartes é insignias después la clerecía toda. Los hijos de San Ignacio, que UmioH cantos entonan, en hombros llevan el cuerpo. ¡Dulce curga que conforta! La riqueza dfi la Judia, las pobres calles adorna; < los suelos, con ricas telas, los balcones, con herniosas colgaduras, y en el niro, nubes de ricos aromas,. que con los ramos y flores, van saturando la atmósfera. Las campanas que repican la artillería (|ue arroja por sus cien bocas de fuego, su estampido con voz ronca todo pregona el triunfo del gran hijo de Lovoln. FRANCISCA SARASATE. En el Colegio de Estudios superiores de Deusto, dirigido por los Padres de la Compañía de Jesús, cursó la carrera de Derecho, cuyas asignaturas aprobó en Salamanca con nota do sobresaliente. En la licenciatura y doctorado de Derecho alcanzó igual honrosa calificación. Como dato interesante en su carrera puede recordarse el magnífico examen que hizo de Derecho penal y que le valió que los examinadores le otorgaran, como extraordinaria recompensa, la nota de hisobn'satimte, expresión 114 LA AVALANCHA del admirable ejercicio con que probó su suficiencia en aquella asignatura. Terminada su carrera, su actividad incansable puesta siempre al servicio de la buena causa, se desplegó en esas obras de acción católica que le han conquistado la admiración de los suyos y el respeto de todos. Alma del Patronato de Obreros de Bilbao, bien puede decirse que no hay empresa realizada por esta institución salvadora que no vaya asociada ¡i su nombre. Él ha fundado el Patronato de Sestao y las sociedades de socorros mutuos de este pueblo y Baracaldo. Sus admirables discursos pronunciados en estos centros, unidos á la labor asidua realizada en favor del obrero, son glorioso pedestal sobre el que se alza el buen nombre del Sr. Urquijo, al que la clase proletaria ama como á su padre, porque en él tiene su verdadero padre y defensor. De su talento organizador no hay que hablar. La peregrinación á Lourdes, la que llevó á Roma de patronos y LA CORONA DE FLORES (1) • t Egt-ce vrai?—Oui mala qu'importe? BALZAC. I ;É alegría tan pura y sincera regocijaba aquella \ mañana el corazón de Enriqueta! Apenas la aurora teñía el cielo de purpúreos celajes, cuando saltó del lecho presurosa y corrió á examinar las lujosas galas con que iba á, embellecer su cuerpo aquel día tan dichocho de su primera comunión. Nada había omitido la previsión de su cariñosa madre; allí estaban las botas blancas de cartera, el vestido do raso, el amplio y vaporoso velo, la escarcela de encaje, los guantes, el devocionario con tapas de marfil, el rosario do nácar, la vela rizada y la corona de flores, blancas como NAVARRA la nieve, puras é inmaculadas como el corazón de Enriqueta. A las,nueve de la mañana, la capilla de las Hermanas parecía una antesala de la gloria. En el altar, bajo rico dosel de terciopelo azultachonadode estrellas, destacábase la imagen de María sonriendo amorosamente, rodeada do nuVALLE DE ELORZ.—Vista general de Torres. bes, ángeles y mi(7>e fohgrafla del socio 2>. jfquilino Sarda l>eán) llares de cirios que inundaban el santo lugar de luz deslumbradora. Doce niñas, ó, mejor obreros, las dos que lia conducido á Tierra Santa, hablan dicho, doce ángeles en carne humana se acercaron por mejor que cualquier frase encomiástica y ponderativa. vez primera al celeste Convite para recibir en su pecho De estas peregrinaciones que tanto llamaron la atenal Cordero sin mancilla, al amante Jesús, Criador y Reción por su piedad y organización, la de patronos y obredentor de sus almas, ros, en la que iban en fraternal armonía señoras y criaCuando terminó ¡iquol acto conmovedor, la madre de das, caballeros y trabajadores, mereció de Su Santidad Enriqueta, llena de emoción y entusiasmo, abrazó á su León XIII las siguientes elocuentísimas palabras: «He hija sollozando, y exclamó: ahí resuelta la cuestión social.» • —¡Hija mía! ¡Nunca te olvides de este día! Modesto, como todos los hombres de valer, hn encon—¡No, mamá! ¡Jamás se borrará de mi mente! trado manera de eludir la aceptación de aquellas recompensas con que repetidas veces se han querido premiar II sus méritos indiscutibles. Prefirió una devota medalla, con que le obsequió el Santo Padre León XIII, á un tijQ.ué fugaz y efímera es la felicidad en la tierra! tulo nobiliario que se le quiso otorgar. La pobre Enriqueta ha visto hace dus días espirar á su En el campo político ha llevado á cabo la más grande madre entre sus brazos, y con la vida de aquella santa empresa que pueda acometerse en estos tiempos: unió almujer huyeron también los consuelos y alegrías de su rededor de su persona á todos los partidos católicos milicorazón. tantes en Bilbao, y juntos los llevó á la lucha y á la vicEnriqueta está yá muy lejos de los días tranquilos de toria. El ejemplo dado en aquellas elecciones generales la niñez. A las seductoras formas de la infancia, han susrepercutió en toda España y levantó el espíritu de los catituido las severas y simpáticas líneas de la mujer que ha tólicos, harto abatido y entibiado. penetrado yá en ese misterioso período de la existencia Consecuencia de aquella unión admirable fue la glorioen que huyen las ilusiones y surgen los desengaños, y en sa jornada de Begofia, en que los peregrinos, alentados y el que la casualidad ó la malicia han desgarrado por comdirigidos por el valiente diputado por Bilbao, arrollaron pletd el sonrosado velo de la inocencia. á la turba sectaria, llegando vencedores, á costa de su Huérfana, y sin recursos, Enriqueta trabaja con todo sangre, á los pies de la Virgen do Bogoña. aquel ardor del que temo la pobreza, y columbra allá en Para afirmar y consolidar la unión de los católicos el lontananza á la fatídica miseria, obscureciendo el horiSr. Urquijo ha trabajado sin descanso, dejando con el zonte de la vida con sus negras y pavorosas alas. discurso que pronunció en el frontón Euskalduna, á raíz Todavía no ha resonado en sus oídos una frase do hade su elección, un programa hermosísimo que ningún lago; todavía la seducción no le ha presentado su áurea buen vascongado puede rechazar. copa rebosando placer; todavía el libertinaje no ha puesto á su virtud el primer lazo cubierto de fragantes y purSu intervención en los debates del Congreso, sobria y purinas rosas. Pero ¡ay!, si un día comienza la lucha, su oportuna, le ha conquistado la fama de orador elocuente, misma soledad y aislamiento será su perdición discreto, dueño de su palabra y poseedor de sólidos coUn día Enriqueta entró sofocada y anhelante en su nocimientos. Hoy es el Diputado por Bilbao, más que una esperanza, una consoladora realidad en quien tienen puestos sus ojos los católicos vizcaínos. (1) El asuntó de este relato es rigurosamente histórico. 115 LA AVALANCHA habitación. Un hombre apuesto y bizarro le había ofrecido con ternura un porvenir risueño, una felicidad perpetua, una cuantiosa fortuna á cambio de una palabra de gratitud, de una mirada de cariño. Ella no quería ser mala ¡Qué horror! Pero era tan insinuante la voz de aquel hombre, tan simpática ¡Dios mío! ¿Qué iba á ser de ella tan sola? La miseria, quizá el hospital.... ¿La engañaría?.... ¡Imposible!.... Además, ¡era tan poco lo que pedía! III La semilla del mal piendió en el corazón de Enriqueta. No se acordó de Dios, abandonóse á sus propias fuerzas, y la seductora tentación, llenando de tinieblas el espíritu, desplegó en su alma el negro estandarte de la victoria. Según un convenio vergonzoso, había llegado el momento de abandonar para siempre aquella inorada, en la que penetró un día con la fíente erguida y radiante, y de la cual salía hoy abrumada por el peso de la culpa y del remordimiento. Trémula, agitada y nerviosa abrió el cajón de la vieja cómoda para ponerse la mantilla. Enredado con el velo salió un envoltorio de papel que cayó á sus píos. Enriqueta lo levantó maquinaimente, y al romper la cubierta, apareció á sus ojos, mustia y arrugada como la virtud de su alma, triste y simpática como una evocación del pasado, la corona de ñores de su primera comunión.... su extravío, como lloró en un tiempo la Magdalena arrepentida IV Al día siguiente, en el templo vecino, después do una confesión dolorosa, una joven humilde recibía el Pan de los ángeles, dando gracias incesantes á la Providencia que la había arrancado de la perdición por medio de una corona de flores. • P. A. J. EXPLOSIVOS ¿Hablaban ustedes de regeneración? Pues vean lo que recorto de un periódico: «Lft sesión celebrada por el Ayuntamiento de Barcelona el dia 17 de los corrientes, fue bastante agitada y borrascosa. Durante cuatro horas seguidas se discutió sobre la entrega de 5.000 pesetas, hecha por el gremio de vapores á un concejal republicano, según se dice para ciertas cosas de carácter irregular. Por fin se convino en llevar el asuuto a los Tribunales, porque la moralidad del concejal republicano Sr. Zurdo no se vela clara. ¿Pero es zurdo ese concejal republicano? WARR A, f •* A su vista, el recuerdo de días mejores en que ella era pura é inocente como un ángel, y los santos consejos de su madre cruzaron por su mente como un rayo de sol entre las nubes. Enriqueta sintió que un torrente de lágrimas acudía & sus ojos, y cayendo de rodillas lloró, lloró amargamente ¡Pues cuidado si fuera ambidestro y manejara cou habilidad entrambas manos! ¿Quó dejarla ese señor para regenerar el pueblo ó la situación obrera?» ¡Qué había de dejarl Piedras para apedrear conventos y distraer á las gentes con objeto de que no se percaten de au actividad. • . • LA AVALANCHA 116 Y luego luego ¡Moralidad, mucha moralidad, es lo que piensan regalarnos ciertos políticosl ¡Cualquiera lea hace casol **# Creo que la mayoría de los lectores de esta revista estarán convencidísiraos, como yo lo estoy, de que la asociación del Apostolado de la Oración de Burgos, y la de igual clase de Hinojosa, al comprometerse á no leer ciertos periódicos hicieron una obra digna de todo católico que quiera merecer este calificativo y creo que no habrá un individuo siquiera que, perteneciendo á sociedades análogas, no está dispuesto á hacer lo propio. Sin embargo, ¡qué perezosillos nos mostramos siempre para poner el mas pequeño obstáculo ante el avance de los sectarios! Todo se vuelven proyectos, consultas y estudios ante el temor de que una medida radical y eficaz, tomada en provecho del triunfo de los católicos, sea mal recibida por el enemigo, por esoa periódicos sectarios que merced á nuestra apatía se han abierto paso entre el ejér^ cito llamado de Cristo, pero que proporciona recursos á loe sectarios. ¡No se escandalicen, carísimos lectores, ante estas mis afirmaciones! Ahí tienen los que gusten leer la Pastoral colectiva que han publicado algunos periódicos y pueden ver en ella cómo se expresan los respetabilísimos Prelados, y comprender si ha llegado ó no la hora de hacer algo práctico, útil y provechoso. Supongo, y ¡ojalá no rae equivoque! que entre los lectores de LA AVALANCHA no habrá uno siquiera que contribuya con cinco céntimos al sostenimiento de periódicos que como el Heraldo de Madrid, Imparcial, Diario Universal, Correspondencia, etc., etc., disparatan de temporal así que se les presenta ocasión; pero si hay todavía algún candido que viviendo en el limbo no se atreva á secundar lo hecho por los antes citados centros del «Apostolado de la Oración», ponga la mano sobre el corazón, mire si estima en algo su dignidad de hija amante y sumiso de la Iglesia y vea si pueden tolerarse, sin aplicarles el oportuno correctivo, sueltecitos como el siguiente: "Comentarios de Bonafoux La Preusa se ensaña con el cardenal Merry del Val. La Morgan Zeitung, de Vieua, dice que el primer acto importante del Papa ha sido un fracaso, debido a su secretario de Estado, Merry del Val, quien le ha hecho un flaco servicio, Le Matin dice que lo ocurrido responde á que el alma simple, piadosa 6 ignorante del Papa escogió como colaborador a un español (sic).» Esto se dice y esto se propaga con el dinero de los católicos, y periódicos como Heraldo de Madrid se recrean en hacerse eco, sin protesta alguna, de esas noticias eu las cuales se llama ignorante al Pontífice Pío X, atribuyéndole una «alma simple». ¿Qué menos puede exigirse á uu individuo que esté alistado en una congregación piadosa, como lo ea la del citado Apostolado, que el compromiso de no leer periódicos en loa que así se trata al Padre común de los fieles, al mismísimo Vicario de Jesucristo? Se dirá que no es Heraldo quien lo dice; pero ¿por dónde nos lo han contado sin protestar siquiera de la manera irrespetuosa conque se trata á Pío X? JJS J j i ¡JC Pero vean en cambio cómo las gastan cuando se trata de encumbrar ó glorificar á la mujer más frivola y deacocada de estos tiempos, que se pasa la vida haciendo de marimacho. <Luisa Mlohel La famosa Luisa Míchel resucitó gloriosamente eu la sala de las Sociedades sabias. Numeroso público la aclamó delirante; El elemento femenino la besó las manos y, arrodillándose, la cortó como reliquias pedazos de la toquilla. La oradora habló pintoresca y místicamente. Los periódicos, iucluso los más tildados de reaccionarios, la tratan respetuosamente al hablar de ella.» Les digo á ustedes que cuando leo semejantes estupideces y barbaridades y sueño con que hay socios del Apostolado y de algunas otras congregaciones católicas que se van diariamente á comprar ciertos periódicos por temor á que se agote la edición antes de que llegue á ellos la noticia escandalosa y el relato del crimen repugnante quisiera despertar; pero no puedo, desgraciadamente. ¡Que Dios nos ilumine! #* # ¿Saben ustedes que ahora rae doy cuenta de que rae he puesto un tantico serio para tratar con explosivos? Confío en que sabrán dispensarme mi mal humor, pues creo que el asunto no es para tomarlo en broma. ¡Cualquiera se ríe ante el proceder de algunos periódicos, el apoyo que les prestan los católicos y los escrúpulos de otra buena parte de éstosl Es preciso que nos desengañemos de que con paliativos nos van consumiendo. ¡Hasta cuándo, Señor, vamos á vivir en el limbo! PELA...GATOS. Asamblea Nacional de la Buena Prensa Teniendo en cuenta razones muy atendibles relacionadas con el viaje del Rvrao. Sr. Arzobispo de Sevilla á Roma, la Comisión organizadora de la «Asamblea» ha acordado aplazar la celebración de la misma á los días 15, 16, 17 y 18 de Junio, primeros utiíizables después del regreso de la peregrinación á Roma. **# Instrucciones para los señores socios Loa señores socios que deseen asistir á la Asamblea disfrutarán de la rebaja del cincuenta por ciento en todas las lineas españolas, para lo cual deberán presentar en las estaciones respectivas una tarjeta de identidad y dos cupones, uno para el viaje de ida y otro para el de vuelta, que la Junta organizadora expedirá á cuantos socios los pidan. Los anteriores documentos, que no se expedirán hasta primero de Junio, deberán estar pedidos para esa fecha á la Secretaría de la Junta, Cuna, 16. Los que se hubieren inscrito directamente en Sevilla, po;iráu pedir sus documentos, ya directamente, ó, lo que es mejor, raediante los distintos centros de inscripciones establecidos en toda España. Los que se hubieren inscrito por medio de dichos centros, deberán pedir necesariamente sus documentos por medio de ellos. La Junta se encargará de proporcionar hospedajes á los señorea socios que quieran utilizar sus servicios; habiéndose fijado tres tipos, de cinco, de diez y de quince pesetas. Las peticiones do esta índole deberán estar presentadas en la Secretaría de la Junta para primero de Junio. Los diplomas, que resultan una verdadera obra de arte, se mandarán cuando estén terminados por medio de los centros de que se hayan servido los socios para inscribirse. DISCURSO DEL SR. CAMP10N < PRONUNCIADO EN LOS JUEGOS FLORALES DE 1RÚN (Conclusión) Un escritor de mucho talento, observador agudísimo, Mr. Maurice Talraeyr, notando que lo primero que busca la gente del pueblo al desplegar el periódico, es el folletón, se dedicó á leer los que publican los periódicos populares. El resultado de su labor investigadora, abundan- LA AVALANCHA tísiinamente documentada, fue: que el folletón, á partir de El ifudío Errante y los Misterios de París, y acabando por los esperpentos de Bouvier, Héctor Franco, Boulabert, etc., pinta, sistemáticamente, á los curas, monjas, frailea y católicos prácticos de toda clase y condición, como á verdaderos monstruos, autores de crímenes espantosos y reos de vicios degradantes. Sabéis, señores, para quién reservan los folletones lab bengalas y los aromas de la apoteosis? Para las madres-solteras: ¡inesperados y sugestivos ejemplos de virtud! El efecto útil de la instrucción popular objeto de tan sonoros ditirambos, no excede del de multiplicar indefinidamente el número de lectores de gacetillas inútiles, folletones inmorales y artículos políticos. La montaña aborta el ridículo ratoncillo de la fábula Mas ya sabéis, seflores, que la ciencia moderna ha demostrado ser los ratones los más activos inoculadores do la peste. Cómo, pues, nos ha de maravillar que la reacción contra la superstición escolar, há treinta anos iniciada por Herbert Spencer, se abra camino entre los sociólogos, por más que los de España continúan editando las pruebas de ese borroso cliché? Vanamente los encomiastas de la instrucción propagan la fantástica panacea, fingiendo exclusivo afán por la cultura y moralización del pueblo. Incurran otros en la bobería de creerles, que yo, á Dios gracias, estoy, hace afína, al tanto de sus propósitos é intenciones verdaderas. La ciencia, la cultura, la moralización, á la mayoría de ellos, no les importa un ardite. La prueba nos la suministra el hecho de que, cuando las escuelas y centros de enseñanza, los regentan colectividades que suelen serles antipáticas, las órdenes religiosas, pongo por ejemplo, si se atreven, los cierran, y si no, les ponen cuantas trabas y obstáculos imaginan. El fin verdadero de los falsos apóstoles de la instrucción es político y no científico, ora porque suponen que los escasos conocimientos comunicados predispondrán la inteligencia de los favorecidos á recibir ciertas ideas mediante la prensa, ora porque siendo universal la tendencia de los Estados modernos á apoderarse de la enseñanza, esperan idéntico resultado de la influencia oficial. De hecho, la instrucción escolar viene siendo mero instmmcntum ragni. Enumeraré sus especies, como si se presentasen aisladas en la práctica, prescindiendo de sus frecuentes combinaciones. Donde la conquista militar anexionó nuevos territorios, la escuela se dedica á !a conquista moral de ellos: á despolonizfir polacos, á teñir de inglés á irlandeses, etc. Donde la nacionalidad resulta de la federación ó conglomeración de otras nacionalidades más chicas y de razas diversas antiguamente separadas, la escuela se pone al servicio de la fracción nacional resuelta A ejercer la hegemonía sobre las demás; al servicio de los alemanes en el Imperio austríaco, al de loe castellanos en la Monarquía española, etc. Por último, donde todas las resistencias regionalistas fueron vencidas, y murieron, para siempre, las almas locales, la escuela es el conducto por donde se distribuyen las ideas políticas, filosóficas, religiosas y sociales {entiéndase auti-religiosas y Hnti-sociales) del partido ó partida apoderado del Gobierno. Ejemplo, Francia, cuyas escuelas son órganos auxiliares, pública y oficialmente declarados, de la conquista jacobina. El Estado docente, es decir, el Estado que monopoliza la enseñanza y ensena la doctrina do su gusto, para mantener, según dice, la unidad moral de la patria, falsificación inepta de la unidad católica desarraigada He aquí, señores, la última palabra, el remate y paradero de tanta hipócrita declamación sobre la ciencia y la libertad de la ciencia y la libertad de enseñanza de la ciencia; una verdad oficial, promulgada por políticos de profesión desde el sinaí del presupuesto. ¡A la hora misma en que el Estado declara la licitud de todas las opiniones y de todas las propagandas, de todas las creencias y de todas las in-crmnciab; sin otro argumento á favor de esa monstruosa inhibición que el enunciado por los labios de Pilatos al preguntar á N. S. Jesucristo: Quid est varitas? «qué cosa es verdad?» 117 El Estado docente requiere la transformación del maestro, delegado y suplente técnico del padre de familia, en funcionario público, ó sea, la completa subordinación del maestro al poder, ó en otros términos, á la política: abstracción que el ministro, el gobernador, el inspector, el cacique cuidan de concretar. Esto lo tenemos en España, y parte de lo otro, también, y el resto vendrá á su hora. Para saber cómo hemos de vestirnos en la estación próxima, basta mirar los figurines de París. IV Perdonadme, señores, la cansada extensión de mi discurso, que es, á pesar de ella, mera indicación de ideas, sin su debido ulterior desarrollo. Y aun cuando parezca, acaso, que estos razonamientos pertenecen á un tema general y no euskaro, os aseguro que no me olvidé un momento siquiera del que palpitaba en mis primeras palabras: la deseuskarización del phís por medio de la escuela. ¿Cuál es la actitud que los patriotas euskaldunas han de udoptar respecto á lu enseñanza castellana á que vive sometido nuestro país? Combatirla por todos los medios, incluso el extremo, donde quepa racionalmente, del absenteísmo escolar, limitándonos al cumplimiento estricto de las leyes vigentes, sin facilitar su implantación ni extender aus efectos, y reclamar tenazmente, por medio de las corporaciones provinciales y de la representación; en Cortes, la enseñanza primaria bilingüe, por lo menos, procurando, mientras se obtiene y el Estado no lo prohiba, la apertura de escuelas libres donde se enseñe en baakuenze. El ahsenteísmo escolar y la observancia, á regañadientes y en cantidad mínima, de la legislación escolar vigente, que yo preconizo, supuestos los perjuicios que, temporalmente, irrogaría á la difusión de las primeras letras, habrán de parecer inadmisibles á muchos de nuestros conterráneos, impresionados por los sofismas de moda. La escuelo-manía, ó como se diga, es idea grata en nuestro país, no lo ignoro, y contradecirla se presta á fáciles ataques y diatribas. Vengan en buena hora. Pocos de los que me zahieran me aventajarán, prácticamente, en amor á la cultura de la inteligencia y del corazón. El único castigo que les impondría yo, consistiría en que trocasen la lectura de sus periódicos por la de mis libros. Pero en üu, debía de hacerme cargo de la opinión reinante y he procurado prevenirla reduciendo á más exactos límites los beneficios de la escuela y desnudando á la instrucción de sus lentejuelas y oropeles de teatro. Desearía sobre todo que esa opinión, ciertamente bien intencionada, se convenciese de que la necesidad primera do un pueblo es la existencia. La ignorancia de loa vivos fácilmente se disipa; la de loa muertos es la irredimible. Por qué, pues, si la escuela destruye nuestra personalidad no la hemos de repeler como se rechaza un veneno? Por qué, pues, si la escuela es el instrumentum regni por excelencia, no nos hemos de apoderar de ella, para establecer el reinado de Euskarin? Esto, de consuno, dictan el sentido común y el patriotismo. H E DICHO. NUESTROS GRABADOS Vista general de Torres.— El primer vulle que cruza la carretera de Pamplona á Sangüesa es el de Elorz, que comienza por esta parte BU Noáiu y se halla situado al sur de la capital, en la vertiente norte do la sierra de Alaiz. Lo componen la villa de Tiebas y doce lugares, entre ellos Torres, que es do los mus céntricos, á la derecha y muy próximo de la citarla carretera y á la izquierda del riachuelo llamado como dicho valle. Según el último censo publicado tiene 119 habitantes y 29 edificios. La iglesia de Torres está dedicada á 8. Pedro, apóstol, y es párroco propio de olla D. Martín Osacáin Inda, desde el ti de Septiembre do 1883. La desempeñó iuLerinauieiile desde el 23 de Abril de 1880 hasta que la obtuvo 118 LA AVALANCHA en propiedad. Torres es la residencia del módico titular del valle de Elorz. Actualmente ejerce ese cargo el joven pamplonés D. Joaquín Blanco y Sagaseta de Uúrdoz, para el que fue nombrado el 2 de Agosto de 1902. El príncipe de Viana D. Carlos dio á perpetuo este pueblo en 1448 á mosen Bertrán de Ezpeleta, vizconde de Valderro, su consejero y chamberlán de la princesa de Viana. Romería á Ujué en i.° de Mayo de 7904.—Entre las varias peregrinaciones ó romerías que anualmente y en distintas épocas marchan al antiquísimo y popular santuario de Ntra. Sra. de Ujué, descuella la conocida con el nombre de «los cruceros» que desde Tafalla lo verifica el domingo siguiente á la fiesta do S. Marcos (25 de Abril), cuyo origen data de más de diez siglos (pues se asegura viene desde el tiempo de la irrupción de los moros) como un voto de gracias á la Virgen por haber libertado á los cristianos del yugo de los secuaces del falso Mahoma. Desde varios pueblos concurren á ella peregrinos y romeros entunicados, con capillo que Ie3 cubre el rostro, cruces al hombro y cuerdas ceñidas al talle semejando nazarenos. A las dos de la madrugada empiezan ese día las campanas de la parroquia de Sta. María de Tafalla á convocar los fieles para las misas que hasta las cuatro se celebran en ella, hora en que ya se hallan reunidos en dicho templo todos los peregrinos. Dirígeseles entonces una breve plática y luego emprenden la marcha de uno en fondo, acompañados por las corporaciones eclesiástica y municipal. Pasan por S. Martín de Unx (á 11 kilómetros, de Tafalla), donde son recibidos por las autoridades y pueblo, y antes de llegar á Ujué se les agregan núcleos de otras localidades. Todo Ujuó sale á su encuentro; celébrase la función religiosa de costumbre, y terminada divídense los romeros en fracciones de amigos ó parientes para disponer las comidas, en las que suele reinar la más envidiable y fraternal armonía. Por la tarde, á la hora designada reúnanse de nuevo en la iglesia, y después de algún ejercicio devoto comienza la salida que, como la marcha, se verifica yendo las autoridades y rezando el rosario y otras devociones. En S. Martín se detienen y son obsequiados por sus vecinos con la característica franqueza ribera, llegando á la noche á Tafalla, qué los recibe con iluminaciones y aplausos. El grabado de este número representa la llegada á Ujud leí domingo 1.° de Mayo de este año, á las ocho y media de la mañana) de la procesión de los cruceros engrosada con los de otros puntos y peregrinaciones de Pitillas, Murillo del Fruto y Muriílo del Cuende con sus respectivos párrocos y varios estandartes y pendones, en el sitio denominada «el alto de la Cruz», distante algo más de un kilómetro de la villa, y desde donde se da vista á ella; no siendo fácil describir el efecto fantástico y conmovedor que producía su paso, pues sólo viéndola se puede creer tanta austeridad y rigor de parte de los concurreuted. Algunos iban descalzos; varias cruces asustaban por su peso, y vimos á dos romeros que, arrastrando cada uno sujetas á los pies dos largas y pesadas cadenas, recorrieron los casi 40 kilómetros de distancia que hay de Tafalla á Ujué y viceversa. Recibidos á la entrada del pueblo y del modo indicado, se dirigieron á la iglesia pasando por debajo de dos bonitos arcos triunfales. En seguida se cantó uu hermoso himno compuesto para estelado, mientras un sacerdote dio la sagrada comunión y celebró la misa rezada. A las diez se celebró la solemne oficiando de preste el párroco de Sta. María de Tafalla y arcipreste de Ürba D. Ricardo Jiménez, ayudado por los párrocos de Pitillas y Murillo el Cuende, y pronunciando D. Fortunato Morras una breve y bella plática de circunstancias. A las tres de la tarde se rezó el rosario, cantáronse unos motetes y responsos, y salieron para sus pueblos respectivos las procesiones. Como este año coincidió la romería de los «cruceros» con la del «apostolado», no estarán de más algunas noticias sobre esta, única de su clase en España. Hace unos tres siglos se fundó en Tafalla una devota hermandad conocida con el nombre de «El Apostolado», y de su seno salen doce hermanos, cada uno de los. cuales representa un Apóstol. Se reúnen á las once ú once y media de la noche del 30 de Abril en el templo de Sta. María de dicha ciudad, uniformes como los «cruceros», con un farolito y un báculo, pero sin cruz, y al dar las doce elevan á Dios una breve oración y en seguida (precedidos de su capellán que representa al Divino Maestro guiando á sus discípulos) emprenden la marcha cruzando silenciosamente la ciudad uno tras otro; y antes de verificarlo del todo, se detienen casi en las afueras para escuchar una plática del padre espiritual que los acompaña. Terminado ese acto, que tiene lugar ante el numeroso concurso que acude á despedirlos, continúan la marcha entre las sombras de la noche, muchas veces lluviosa, sin serles permi- , tido pronunciar ni una palabra: solamente en caso de grave peligro se permite á cada hermano articular un «Ave María Purísima» en demanda de auxilio, el cual es prestado por el más inmediato y aun por todos si el caso lo reclama. Así llegan, en ayuno natural, á Ujué, donde se confiesa el que no lo ha hecho (pues este acto es obligatorio) y todos comulgan después de asistir á la misa que celebra su capellán, desayunan y emprenden su camino de regreso á Tafalla. A unos tres cuartos de legua de Ujué tienen preparado el almuerzo en un corral. Prosiguen su marcha, y al llegar á S. Martín de Unx se descalzan y con los pies desnudos caminan las dos leguas que hay hasta Tafalla, en donde precisamente han de entrar á las doce en punto del día, siendo esperados por un gentío inmenso. Marchan seguidamente á la iglesia de Recoletas, donde el capellán que les ha acompañado pronuncia otra sentida plática y se reparte entre los doce un,, panecillo llamado «de los Apóstoles». Los iudividuos que ingresan en esta hermandad se imponen la obligación de hacer la anterior visita á la Virgen de Ujué durante diez años, pasados los cuales quedan jubilados y son cubiertas sus vacantes por los inscriptos que se hallan en turno. REVUELTA A u d i e n c i a pontificia.—D. Carlos de Borbón y su esposa D.11 María Berta llegaron á Roma el sábado 14 del corriente, siendo inmediatamente recibidos por Su Santidad en larga audiencia. Al día siguiente, domingo, oyeron la misa de Su Santidad, recibiendo la sagrada comunión de sus augustas manos. Después fueron recibidos otra vez por Pío X. Han fallecido recientemente los señores Prelados de Salamanca, Rdo. P. Fr. Tomás de la Cámara y de Orense, Dr. D. Pascual Carrascosa y Gabaldón. El primero se distinguió por sus dotes de orador brillante y publicista tan erudito como galano, y el segundo por sus obras piadosas en favor del desvalido, pues además de la fundación de cocinas económicas y un hermoso asilo que estaba levantando para sacerdotes pobres, tenía en proyecto la construcción de una barriada de casas para obreros. R. í. P. Maeatroe demoledores.—El periódico católico Diario de Lérida se lamenta de que por aquella región, hay maestros de escuela republicanos que constituyen. 119 LA AVALANCHA una plaga para los pueblos que los padecen. Confunden la República con la impiedad y la inmoralidad sistemáticas, que procuran por lo general inculcar á sus alumnos, introduciendo á la vez en loa pueblos hondas y graves perturbaciones. Ya es hora que las autoridades pongan mano á esos funcionarios que, en vez de cumplir con sus deberes, son focos de anarquía práctica y convierten sus funciones docentes en facciosa propaganda y demoledora labor; pero nada teman nuestros lectores: esos son los prohombres del día y no hay cuidado de que nadie les moleste. |Si fueran algunos Religiosos, ya sería otra cosai B u e n a lección.—Hace algún tiempo, fueron despedidas de uno de los hospitales de Burdeos todas las Hermanas de la Caridad, y el mismo señor alcalde anunció la provisión de las plazas vacantes, que habían de proveerse por oposición mediante un examen de higiene, cirugía elemental, nociones de farmacia y de.química, arte de vendajes, anatomía, etc. Presentáronse al examen 36 Hermanas hospitalarias y de ellas 10 obtuvieron la nota de «bien» y 20 la de «muy bien», viéndose precisado el señor alcaide á confesar que, si no por manera sobrenatural, era imposible que aquellas 3b" mujeres, que se pasaban la vida trabajando ain tiempo para estudiar, hubiesen hecho un examen ante el cual los mismos enemigos de la Religiosas se vieron precisados á confesar la superioridad notabilísima sobre las demás aspirantes laicas, que fueron preparadas sin otro fin que el de dar una lección á lae pobrecitas monjas. U n n u e v o compañero.—Hemos recibido el número 3 de una revista titulada La Asociación popular, órgano de las ligas y corporaciones católico-obreras en la provincia de Huesca. Gustosos establecemos el cambio y le deseamos prosperidad y fuerzas para pelear en el terreno á que las ne^ cesidades de la época nos han llevado. |8ea á mayor gloria de Dios! Leccione» que aprender.—A 5Ü.010 ascendían, hace pocos días, las cuotas entregadas al Comitó de defensa social para subvenir á las fiestas religiosas que el actual Ayuntamiento de Barcelona se ha negado á subvencionar, faltando á compromisos solemnemente contraídos por aquella ciudad. Tollas estas lecciones deben aprendárselas muy bien los católicos pnra impedir en las elecciones que tales maestrillos se coloquen nuevamente en ocasión de dárselas; pero mucho nos tememos que cuando llegue la hora nos coja desprevenidos y... menos mal si nos coge confesados. BIBLIOTEGA GATÚLIGO-PROPAGANDISTA CORRESPONDENCIA CON LOS SEÑORES SOCIOS ABONO POR SUSCRIPCIÓN Goñi.—D. B. L Fin de Donamaría.—D. M. A. , . » Alio.—D. E. A » Mendaza.—D. M. G. . . . > Artajona.—D. D. A. . . . » Villava.—D. A. I » Aoiz.—D. M. C » Urroz.—D. B. G » Atízala.—D. J. S » Madrid.—D. J. A. de la C. . » •Oama.—Iltre. Sr. D. P. N. I. » Azcoitia.—D. M. G. . . . » Estella.—D. A. L » Astráin.—D. N. C. . . . » Villava.—D. F. A. . . . » Martilla.—D. N. A. . . . » Roncesvalles.—D. J. I. . . » Zarauz.—D. L. O. . . . » Estella.—D. M. M. . . . » Lecároz.—D. L. P. . . . » Aibar.—D. E. P » Navoscués.— D. C. T. . . i Muru-Astráin.—D. R. M. . • » Arrieta.—D. J. 1 * Valcarloa.—D. C U . . . . » Sangüesa.—D. E. O. . . . » Sangüesa.—D. G. L. A. . . » Arraiza.—D. T. A. . . . » Artajona.—D. a J. A. . . . » Lerin.—D. M. B » Villava.—D. M. S. . , . » Lodosa.—D. A. G. G. . . > Zunzarren.—D. L. A. . . » Zazpe.—D. J. A. . . . . » Huarte.—D. T. O » Ezcay.—D. J. G » Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre .Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Dicitsmbre Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre 1902 1003 1903 1903 1903 1903 1903 1903 19U3 1903 1903 19U3 1903 1903 1903 1903 1903 1903 1903 1903 1903 1903 1903 1903 1903 1903 1903 1903 1903 1903 1903 1903 1903 1903 1903 1903 Oiáurri'/.—D. L. V. . . . Fin de Yaben.—D. M. II. . . . > Murillo el Fruto. -1). A. U. » Lumbier.—D. J. G. I. . . » Sorlada,—D. E. A. . . . » Ayega.—D. C E » Bargota.—D. L. F. D. . . » Estella.—D. E. L » Arguedíis.—D. F. J. S. . . » Lete.—D. A. D » Isaba.—D. a S. L » Afiorbe. D. M. M. de M. . * Oiga.—D. P. G » Pamplona.—iltre.Sr.D.P.R. i Huesca — Iltre. Sr. D. B. G. i Oteiza.—D. F. I » Caparroso.—D. J. C. G. . * Villiiva. —D. J. A. . . . » Lecároz.—D. J. Z. . . . » Lecároz.—D. .1. I » Pamplona.—D. I. I. . . . ». Peralta.—D. L de V. . . » Urroz, I).ft A. L » Berrioplano.—I). B. G. . . » Villava.—D. A Z. . . . » Vitoria.—D. L. V » Aizcorbe.—D, F. L. . . . » Sangüesa.—D. Jfi. N. . . . » Artozqui.—D. J. G. . . . > Urdánoz.—D. E. U. . . . » Mirafuentes.—D. L. U. . . » Ostiz.—D. C A. . . . . » Irurita.—D. a M. E. . . . » Lecároz.—D. J. P. . . . » Urdax.—D. C. T » Urdax.—D. f t J.T » Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Junio Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Mayo Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Junio Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre Diciembre PAMPLONA.—Imprenta y Librería, de unco y García, callo da la Estafeta, numero bl. 1903 1903 1903 1903 J903 1903 1903 1903 1903 1903 1903 1903 1904 1904 1904 1904 1904 1904 1904 1904 1904 1904 1904 1904 1904 1904 J904 1904 1004 1904 1904 1904 1904 1904 1904 1904 LA AVALANCHA 120 La Nueva Bretaña LA VASGO-NAVARRA Compañía de seguros á prima fija contra los accidentes del trabajo Capital social, 4.000.000 de pesetas Domicilio social, PAMPLONA La Ley de accidentes del trabajo impone graves responsa bilidades a los patronos on cuantos accidentes ocurran a BUB obreros en el ejercicio del trabajo A que se les destine ó con ocasión de él. Es un paso dado en el camino de las reformas sociales, y fúndase en un principio de justicia que el obrero lesionado ó muerto por un accidente del trabajo, no quede abandonado ni deje desamparada á su familia. La VASCO-NAVARRA, Sociedad constituida con un capital de 4.000.000 ilo pesetas, cuyas acciones han sido cubiertas en las tres Provincias vascas y Navarra, proporeionalmente, mediante una morfflsta prima que deberán pagar los patronos, toma A su cargo todas ¡as respousabilidades que impone la Ley de 30 de Enero do I!)00 y garantiza en todo caso las indemnizaciones correspondientes, sustituyéndose al efecto en la personalidad do aquellos. L IBRERÍA científico-religiosa:NEMESIOARAMNo hay que dudar que para camas de hierro y madera y para BURIL—San Saturnino, 14 muebles de todas clases, no tiene y Curia, 17 y 19. rival en precios ni en surtido. Espejos cual en ninguna parte. 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