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Cooperación
judicial
en materia civil
en la Unión
Europea
Guía para la
profesión jurídica
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El área de libertad, seguridad y justicia tiene como finalidad facilitar la
vida diaria de los ciudadanos, tanto en lo que respecta al ejercicio de sus
derechos, como cuando necesitan apelar a los tribunales para hacerlos
cumplir. Los profesionales jurídicos desempeñan un papel crucial en el
derecho civil en todo el ámbito de la Unión Europea, convirtiéndose muy
a menudo en la principal puerta de entrada por la que los ciudadanos de
Europa se aseguran que sus derechos sean respetados.
Es de esencial importancia que los profesionales jurídicos sean sensibles a la evolución
tan importante que ha estado produciéndose en el ámbito de la cooperación judicial en
los asuntos civiles en el curso de los últimos años. Por esta razón, la Comisión Europea
ha decidido poner en marcha una campaña de comunicación destinada a proporcionar
información concisa y fácilmente accesible sobre esta importante evolución.
Con esta finalidad, se ha elaborado una guía de bolsillo a través de la cual podrá saber
más acerca de la cooperación judicial en los asuntos civiles y sobre cómo podría
afectar su práctica diaria. Espero que le sea de utilidad y le permita tener un mejor
conocimiento de este complejo y cada vez más importante sujeto.
Atentamente,
António Vitorino
I.
INTRODUCTION
2
1.
2.
3.
“Cooperación judicial en materia civil”
Hacía un auténtico espacio de justicia
El “acervo comunitario” en el ámbito de la justicia civil
II.
COOPERACIÓN JUDICIAL EN MATERIA CIVIL
1.
2.
3.
El Reglamento Bruselas I
Conflictos de leyes – instrumentos y proyectos
Desarrollo complementario de la cooperación judicial en material civil y mercantil
7
11
14
III.
DERECHO DE LA FAMILIA
17
1.
2.
Reglamento Bruselas II
Nuevo Reglamento que reemplaza el Reglamento Bruselas II
17
18
IV.
EL REGLAMENTO RELATIVO A LOS PROCEDIMIENTOS DE INSOLVENCIA
20
V.
COOPERACIÓN JUDICIAL EN LA PRÁCTICA
23
1.
2.
3.
El reglamento sobre notificación y traslado de documentos
El Reglamento sobre la obtención de pruebas
La red judicial europea en material civil y mercantil
23
24
25
VI.
ACCESO A LA JUSTICIA
26
1.
2.
La Directiva destinada a mejorar el acceso a la justicia
Propuesta de una directiva sobre indemnizaciones a las víctimas de la delincuencia
26
27
1 3
2 3
24
6
I.
INTRODUCCIÓN
Se ha registrado una evolución importante en el ámbito de la legislación europea, una
evolución que continúa siendo poco conocida por los juristas. El derecho internacional
privado se está transformando en una rama independiente de la legislación europea por
encima de los derechos internos de los Estados miembros. El Tratado de Ámsterdam
confirió a la UE competencia para legislar sobre cualquier asunto en el ámbito del
derecho internacional privado y desde entonces se han adoptado numerosos actos
legislativos europeos en el ámbito de la “cooperación judicial en materia civil”.
Esta nueva rama es un ámbito legislativo que debe ser conocido por todo jurista de
derecho civil europeo – jueces, abogados u otros profesionales del derecho. El principio
de libertad de movimiento de bienes, servicios y personas ha fomentado la movilidad de
los ciudadanos europeos así como de las actividades comerciales. Los juristas tienen
que ocuparse cada vez más de casos transfronterizos como por ejemplo, de ventas
transfronterizas, de los aspectos jurídicos relativos al desplazamiento de turistas o a los
accidentes de trafico en el extranjero, o de cuestiones relativas a la titularidad de bienes
inmuebles en otros Estados miembros de la Unión Europea. Dentro del ámbito del derecho
de familia, las relaciones personales multinacionales y los problemas jurídicos a los que
dan lugar los casos de responsabilidad familiar y parental de naturaleza transfronteriza,
constituyen un fenómeno casi cotidiano. Hoy en día, hasta las pequeñas y medianas
empresas – PYMES – operan más y más en el Mercado Unico europeo y por ello se ven
a menudo enfrentadas con cuestiones y problemas jurídicos regidos por la legislación
europea. El jurista de hoy en día, que ejerce su profesión en una Europa sin fronteras y
en relación a una multiplicidad de relaciones jurídicas transfronterizas, no puede ignorar
tales cambios.
1 “Cooperación judicial en materia civil”
El término cooperación judicial en materia civil proviene del
Tratado de Maastricht, Tratado de la Unión Europea – TUE - , el
cual en su Título VI, ‘Disposiciones sobre Cooperación en los Ámbitos de la Justicia y Asuntos domésticos, Artículo K.1, definía la
cooperación judicial en materia civil como un tema de interés común
para los Estados miembros. Con el Tratado de Amsterdam, dicha
política de cooperación, hasta entonces dirigida únicamente a los
Estados miembros, fue elevada al rango de competencia legislativa
especial de la Comunidad Europea: el Artículo 61(c) del Tratado CE
reconoce la competencia legislativa de la Comunidad para tomar
medidas en tal ámbito, las cuales incluyen en virtud del Artículo 65
del Tratado CE:
a mejorar y simplificar:
■
- el sistema de notificación o traslado transfronterizo de
documentos judiciales y extrajudiciales;
- la cooperación en la obtención de pruebas;
- el reconocimiento y la ejecución de resoluciones en asuntos
civiles y mercantiles, incluidos los extrajudiciales;
b
fomentar
la compatibilidad de las normas aplicables en los
■
Estados miembros sobre conflictos de leyes y de jurisdicción;
c eliminar obstáculos al buen funcionamiento de los proce■
dimientos civiles fomentando, si fuera necesario, la compatibilidad de las normas de procedimiento civil aplicables en
los Estados miembros.
El concepto de cooperación entre los Estados miembros (a nivel
gubernamental) se ha convertido en un área independiente del
derecho europeo, con sus propios principios y nociones. El Título IV
del Tratado CE, incluidos los artículos 61 y 65, es aplicable a todos
los Estados miembros excepto Dinamarca.
2 Hacía un auténtico espacio de justicia
Las reglas de la cooperación judicial en materia civil se basan en el
principio de idéntico valor de los sistemas procesales de cada Estado
miembro y sus sentencias. Y ese principio incluye asimismo la colaboración transfronteriza entre los tribunales y las autoridades
que los rigen. Es evidente la importancia de reglas uniformes en esta
área: si cada Estado miembro tuviera que decidir individualmente qué
ley ha de aplicarse a cada relación jurídica transfronteriza y qué sentencias de los Estados miembros deben reconocerse, el resultado
sería una falta de seguridad jurídica tanto para los ciudadanos como
para las empresas en cuanto a la jurisdicción y legislación aplicables.
Para que el Mercado Interno Europeo pueda funcionar, la seguridad
jurídica europea debe ser un prerrequisito. En el Consejo Europeo
de Tampere de 15 y 16 de octubre de 1999, el Consejo formuló el
objetivo de crear un “auténtico espacio europeo de Justicia”, basado
en el principio de que la incompatibilidad o la complejidad de los sistemas jurídicos y administrativos de los Estados miembros no debe
impedir a personas y empresas ejercer sus derechos o disuadirles de
ejercerlos. Debe facilitarse en toda Europa el acceso a la justicia de
todos los ciudadanos. El Consejo Europeo de Tampere estableció
tres prioridades: reconocimiento mutuo de resoluciones judiciales,
mejora acceso a la justicia en Europa y mayor convergencia en el
Derecho civil.
3
Entre estas prioridades, el principio de reconocimiento mutuo es la
piedra angular de la cooperación judicial en materia civil. El Consejo
de Justicia y Asuntos Internos adoptó el 30 de Noviembre de 2000,
un programa de medidas para la aplicación del principio de reconocimiento mutuo de las resoluciones judiciales en materia civil y
mercantil. El objetivo final es que las decisiones judiciales sean
reconocidas y ejecutadas en otros Estados miembros sin ningún
procedimiento adicional intermedio, en otras palabras, la supresión
del exequatur.
En este auténtico espacio europeo de justicia, se espera que un
desarrollo futuro de la cooperación judicial en asuntos civiles facilite
el movimiento de los ciudadanos y las actividades comerciales.
3 El “acervo comunitario” en el ámbito de la justicia civil
En el terreno de la cooperación judicial en asuntos civiles, el denominado “acervo comunitario” es ya bastante importante y trata de todas
las materias incluidas en el artículo 65 del Tratado CE, como el
ámbito de competencia, el reconocimiento mutuo y la ejecución
de sentencias, el ámbito de cooperación entre Estados miembros
y el acceso a la justicia. Por ello, ya se ha adoptado toda una serie
de instrumentos legislativos– que se aplican a todos los Estados
miembros excepto Dinamarca – y otros se están elaborando:
- Reglamento Bruselas II relativo a la competencia, el reconocimiento y la ejecución de resoluciones judiciales en material
matrimonial y un nuevo Reglamento del Consejo en el mismo
ámbito de aplicación, Bruselas II bis, que sustituirá el Reglamento Bruselas II.
- Reglamento relativo a los procedimientos de insolvencia.
Cooperación entre Estados miembros (Son instrumentos que tienden a mejorar la cooperación judicial en la práctica.):
- Reglamento relativo a la notificación y al traslado de documentos
en asuntos transfronterizos.
- Reglamento de obtención de pruebas en materia civil y mercantil.
- El Consejo adoptó una resolución relativa a la creación de una
Red judicial europea en materias civil y mercantil.
En el ámbito del acceso a la justicia:
- Directiva relativa a la justicia gratuita en el marco de litigios
transfronterizos.
Actualmente, se han presentado los siguientes proyectos:
- Indemnización a las víctimas de la delincuencia (libro verde y
propuesta de directiva).
- Modalidades alternativas de solución de conflictos (libro verde).
Competencia, reconocimiento mutuo y ejecución de sentencias:
- Reglamento Bruselas I relativo a la competencia judicial, al
reconocimiento y la ejecución de resoluciones judiciales en
materia civil y mercantil.
4
- Propuesta de Reglamento del Consejo por la que se crea un
título ejecutivo europeo para créditos no impugnados, cuyo
objetivo es poder dictar sentencia en casos de créditos no
impugnados en un Estado miembro pero ejecutables en toda
la Comunidad sin necesidad de procedimientos intermedios en
el Estado miembro en donde la ejecución debe realizarse.
- proceso monitorio europeo y medidas relativas a litigios de
menor cuantía (libro verde).
- ley aplicable a las obligaciones contractuales (libro verde).
- Propuesta de un Reglamento “Roma II” sobre la ley aplicable a
las obligaciones extracontractuales.
5
I I . C O O P E R A C I Ó N J U D I C I A L E N M AT E R I A C I V I L
Y MERCANTIL
Los conflictos de competencia y de ley en materia civil y mercantil
son lo esencial de la cooperación judicial en materia civil. En
materia procesal civil internacional, ciertas diferencias entre normas
nacionales de competencia y reconocimiento de sentencias impiden
el buen funcionamiento del mercado interno. Hacen falta reglas para
unificar las normas que zanjan conflictos de competencia en materia
civil y mercantil y simplificar las formalidades de reconocimiento y la
ejecución rápida y sencilla de sentencias de otros Estados miembros.
Tales reglas tienen que ser completadas por normas que resuelvan
los conflictos de leyes.
La Empresa A del Estado miembro 1 ha reservado a la
Empresa B organizadora de ferias, con sede en el Estado
miembro 2, 500 metros cuadrados de espacio de exposición con los correspondientes servicios exponer en una
feria de tres días en ese Estado miembro 2. Cinco días antes
del inicio de la feria, el cliente principal de la Empresa A
comunica que no participará en la feria. La Empresa A cancela su reserva. Debido a la notificación tardía, la Empresa
B no consigue alquilar los 500 metros cuadrados a otros
expositor. La Empresa A se niega a pagar el alquiler por un
espacio que no va a utilizar. La Empresa B quiere proceder
contra la Empresa A y trata de enterarse sobre la manera de
proceder.
El sistema procesal europeo en materia civil y mercantil,
basado hoy en día en el Reglamento 44/2001 “Bruselas I”,
aporta más seguridad en casos como éste. Establece nor-
6
mas de conflicto de competencia, iguales en todos los
Estados miembros que participen en tal sistema. Todas las
sentencias dictadas en un Estado miembro reciben el
mismo reconocimiento y ejecución en los demás Estados
miembros. Además, hay normas idénticas en todos los
Estados miembros para la resolución de conflictos en toda
la Comunidad que garantizan que los Tribunales se pronunciarán de la misma manera.
De acuerdo con el Reglamento Bruselas I, la Empresa B
tiene dos posibilidades: en primer lugar, puede emprender
acciones legales ante los tribunales competentes en la
sede de la Empresa A del Estado miembro 1 porque de
acuerdo con la norma general del Artículo 2, esas acciones
pueden presentarse ante el tribunal de la sede del demandado. O bien, la Empresa B puede demandar ante un tribunal de su propio Estado miembro 2, que tenga competencia de acuerdo con el Artículo 5(1)(b) del Reglamento
Bruselas I en cuanto lugar de prestación de los servicios
contractuales. Una sentencia favorable del tribunal del
Estado miembro 2 sería reconocida y mediante un procedimiento simple podría ejecutarse en cualquier Estado
miembro en que la Empresa A tenga bienes. La Empresa B
no tiene que preocuparse de que tales tribunales puedan
pronunciarse sobre el caso en base a leyes distintas: De
acuerdo con el Convenio de Roma de 1980, aplicable en
todos los Estados miembros de la UE, las mismas normas
determinarán qué ley es aplicable. (ver más adelante capítulo II 2. Convenio de Roma)
1 El Reglamento Bruselas I
El Reglamento No 44/2001 sobre la competencia, el reconocimiento y la ejecución de sentencias en materia civil y mercantil de 22 de
diciembre de 2000, el Reglamento Bruselas I, entró en vigor el 1° de
marzo de 2002. Ha sustituido el Convenio de Bruselas de 1968 que
tenía el mismo objeto y sigue aplicándose en Dinamarca y otros territorios
de ultramar de algunos Estados miembros. El Convenio de Lugano, que
viene a tener el mismo contenido que el Convenio de Bruselas, es aplicable
en procedimientos que impliquen a Islandia, Noruega, Polonia y Suiza.
El Reglamento cubre la mayor parte de la materia civil y mercantil a
excepción de los ámbitos fiscal, aduanero y administrativo. También se
excluyen ciertos ámbitos del derecho civil, como el estado y la capacidad
jurídica de las personas físicas, los regímenes matrimoniales, los testamentos, las sucesiones, las quiebras, la seguridad social y el arbitraje.
1.1 El sistema de competencias del Reglamento Bruselas I
El Reglamento Bruselas I establece un sistema completo de competencias y determina la competencia para dirimir conflictos transfronterizos entre tribunales de Estados miembros. El tribunal competente en el sistema judicial del Estado miembro, que sea competente de
acuerdo con el reglamento, será designado por las normas internas
procesales civiles del Estado miembro afectado.
La Empresa A del Estado miembro 1 vende una máquina a
la Empresa B del Estado miembro 2. La Empresa B presen-
ta una oferta de compra que establece, entre otras cosas,
que la adquisición se rige por las condiciones generales de
venta de la Empresa B impresas en el dorso de la oferta.
Tales condiciones establecen que el foro competente será
el Tribunal C del Estado miembro 2. La Empresa A acepta la
oferta mediante carta de confirmación. Tras la entrega, la
Empresa B interpone demanda por mal funcionamiento de
la máquina, reclamando daños y perjuicios a la Empresa A
ante el Tribunal C. En el procedimiento, la Empresa A alega
que el Tribunal C no es competente. Señala que de acuerdo
con las leyes del Estado miembro 1, la cláusula de sumisión
al foro contenida en las condiciones generales de venta de
una de las partes es válida siempre y cuando sea aceptada
expresamente por la otra parte.
De acuerdo con el Artículo 23(1) del Reglamento Bruselas I,
las partes, una o más de las cuales está domiciliada en un Estado
miembro, pueden acordar que un tribunal o los tribunales de
un Estado miembro será competente para conocer de todo
litigio que surja o pudiera surgir con motivo de una determinada
relación jurídica.
Esta competencia será exclusiva, salvo pacto contrario entre
las partes. En el ámbito del Reglamento Bruselas I la validez
formal de las cláusulas de sumisión a foro debe derivar exclusivamente del Reglamento, que establece reglas autónomas.
Tales normas prevalecen sobre las normas correspondientes
en las leyes procesales civiles nacionales de los Estados
miembros. (Cf. ver más adelante)
7
La regla básica: competencia del tribunal del domicilio
del demandado
El principio fundamental, de conformidad con el Artículo 2 del
Reglamento Bruselas I, es, para las personas domiciliadas en el territorio de un Estado miembro, que la jurisdicción competente es la de los
tribunales del Estado miembro donde el demandado tiene establecido su domicilio, cualquiera que sea su nacionalidad. La determinación
del domicilio se efectúa en función de la ley del Estado miembro del tribunal competente. Para las personas jurídicas o las sociedades, el
domicilio se define en función del lugar en que se encuentra su domicilio social, su administración central o su establecimiento principal. Si el
demandado no estuviere domiciliado en un Estado miembro, el Artículo
4 del Reglamento establece que la competencia judicial y su prórroga
se regirá, en cada Estado miembro, por la ley de este Estado miembro.
Competencia alternativa y normas especiales
En los Artículos 5 a 7, el Reglamento propone reglas alternativas de
competencias especiales en relación con la norma general de competencia mencionada anteriormente. El demandante puede escoger
entre la competencia de los tribunales del domicilio del demandado o
la de los tribunales de otro Estado miembro que tuvieren una competencia especial. En la práctica, la competencia especial más importante
se establece en el Artículo 5(1), que incluye materias sobre contratos,
excepto los contratos de trabajo. La competencia internacional sobre
la causa de la acción corresponde a los tribunales del lugar de
ejecución de la obligación que sirve de base a la demanda. En el
caso de los dos contratos tipo que prevalecen en la práctica europea
8
transfronteriza, el lugar de ejecución cubre todas las obligaciones que
deriven del mismo contrato. Salvo pacto contrario, en la compraventa
de mercaderías, el lugar de ejecución de la obligación es el lugar del
Estado miembro en el que, según el contrato, hubieren sido o debieren
ser entregadas las mercaderías, y cuando se tratare de una prestación
de servicios, el lugar del Estado miembro en el que, según el contrato,
hubieren sido o debieren ser prestados los servicios.
El Artículo 5 establece además reglas especiales de competencia para
ciertas materias específicas, como por ejemplo, en materia de obligaciones alimentarias, acciones civiles por daños o por restitución, o en el
caso de conflictos que deriven de la explotación de sucursales, agencias u otros establecimientos. El Artículo 5(3), que establece la competencia en materia de delitos, ha asumido una importancia creciente. Las
demandas por responsabilidades delictivas o casi delictivas pueden
dirimirse ante el tribunal del lugar donde se ha producido o pudiere
producirse el hecho dañoso. El Tribunal de Justicia de las Comunidades
Europeas ha establecido que es el lugar donde se produce el daño o,
alternativamente, el lugar donde se ha producido el hecho dañoso.
Prórroga de la competencia y comparecencia del demandado
La norma referente a la prórroga de la competencia se establece en el
Artículo 23. Constituye una de las normas más importantes y utilizada
con más frecuencia del Reglamento Bruselas I. Se admite en general
la prórroga de la competencia. Sin embargo, existen limitaciones a
favor de las partes amparadas por normas en materia de seguros,
consumidores y trabajo. Además, la competencia exclusiva del
Artículo 22 no puede ser minorada por una prórroga de competencia.
En el caso anterior, las dos Empresas de Estados miembros
diferentes discuten sobre la validez de la cláusula de
sumisión de foro contenida en las condiciones generales de
venta de la Empresa B. La solución puede derivar del
Artículo 23 del Reglamento Bruselas I.
Con respecto a los requisitos formales, el Artículo 23 del
Reglamento Bruselas I contiene una serie de normas diferenciadas . El principio esencial es que las partes tienen que acordar
por escrito cláusulas de sometimiento a foro, pero no hace falta
un documento firmado por ambas partes. El intercambio de
escritos o acuerdos orales confirmados por escrito cumplen también los requisitos. Asimismo, podría realizarse en una forma que
se ajustara a los hábitos que las partes hubieren establecido
entre ellas y en el comercio internacional, en una forma conforme
a los usos que las partes conocieran o debieran conocer y que,
en dicho comercio, fueran ampliamente conocidas y regularmente observadas por las partes en los contratos del mismo tipo en
el sector comercial considerado.
En el ejemplo anterior, la Empresa B sometió una oferta de compra
escrita, que la Empresa A confirmó por escrito. En tal oferta de
compra, la Empresa B se refirió expresamente a las condiciones
generales de venta, que puso a disposición de la Empresa A,
en el idioma utilizado por las partes. La cláusula de competencia prevista en las condiciones de venta de la Empresa B
reúne por tanto los requisitos estipulados en el Artículo 23 (1)
del Reglamento Bruselas I. Otorga en consecuencia competencia exclusiva al Tribunal C para conocer de la causa.
Con independencia de los casos en los que su competencia resultara de otras disposiciones del Reglamento Bruselas I, será competente el tribunal de un Estado miembro ante el que compareciere el
demandado, de acuerdo con el Artículo 24. Ello no será de aplicación
si la comparecencia tuviera por objeto impugnar la competencia o si
existiera otra jurisdicción exclusivamente competente en virtud del
Artículo 22. Tal regla es importante en la práctica ya que fuerza al
demandado a asegurarse de la competencia del tribunal antes de
comparecer. Una vez aceptada, la competencia no puede ser revocada, determinándose de forma concluyente la competencia judicial.
Normas especiales en material de seguros, contratos celebrados
por los consumidores y contratos individuales de trabajo
Se establecen reglas especiales en materia de seguros, contratos
celebrados por los consumidores y contratos individuales de trabajo.
Estos contratos se distinguen por la necesidad de amparo de la parte
débil. El Reglamento Bruselas I provee normas especiales en estas
secciones con la intención de poner a disposición de la parte débil,
considerada digna de protección, un foro conveniente – es decir el
asegurado, el consumidor o el empleado.
La Sra. A, residente del Estado miembro 1, ha pedido un
libro por internet a un librero y ha pagado el precio de
26,80 € por anticipado. El libro no le llegó nunca. La Sra. A
ha averiguado que el vendedor por internet es una empresa
domiciliada en el Estado miembro 2. Está decidida a emprende
acciones legales y quiere saber dónde. El vendedor de
9
libros alega que sus condiciones generales de venta
establecen la competencia de los tribunales del Estado
miembro 2.
De acuerdo con el Artículo 16 (1) del Reglamento Bruselas I un
consumidor puede interponer una acción contra la otra parte
contratante ante los tribunales del Estado miembro en que
estuviere domiciliada dicha parte o ante el tribunal del lugar en
que estuviere domiciliado el consumidor. El Artículo 15(1)(c)
estipula que la decisión queda en manos del consumidor si el
contrato ha sido concluido con una persona en el marco de su
actividad comercial o profesional en el Estado miembro del
domicilio del consumidor o, por cualquier modo, dirigiere tales
actividades a dicho Estado miembro o a varios Estados
miembros, incluido este último, y el contrato estuviere
comprendido en el marco de dichas actividades. Como tal
regla prevalece sobre acuerdos alcanzados anteriormente al
nacimiento del litigio de acuerdo con el Artículo 17, la Sra. A
puede en consecuencia demandar al vendedor ante el tribunal
competente en el lugar en que esté domiciliada.
Competencia exclusiva
En el Artículo 22 del Reglamento Bruselas I se incluye una lista de las
circunstancias que garantizan una competencia exclusiva si se supone que hay una relación particularmente fuerte con los tribunales de
un Estado miembro en concreto o en las que se requiere una necesidad especial de garantías legales. Ello incluye, inter alia, procedi-
10
mientos cuyo objeto sean derechos reales inmobiliarios o contratos
de arrendamiento de bienes inmuebles o procedimientos relativos a
inscripciones o validez de patentes u otros derechos de propiedad
industrial. En todos los casos enumerados en el Artículo 22, no se
pueden entablar acciones ante otros tribunales, tal como el tribunal
del domicilio del demandado o todo otro tribunal acordado por las
partes mediante una cláusula de sumisión a foro..
Medidas provisionales y cautelares
El Artículo 31 del Reglamento Bruselas I establece asimismo que
podrán solicitarse medidas provisionales a las autoridades judiciales de
un Estado miembro, si tales medidas existen de acuerdo con la ley de
tal Estado miembro. Ello es de aplicación aunque los tribunales de otro
Estado miembro fueren competentes para conocer sobre el fondo.
1.2 Litispendencia europea
La norma de litispendencia europea impide que los tribunales de
varios Estados miembros dicten sentencias conflictivas sobre los
mismos derechos de acción. Cuando se formularen demandas
con el mismo objeto y la misma causa entre las mismas partes
ante tribunales de Estados miembros distintos, todo tribunal distinto al primero suspenderá de oficio el procedimiento en tanto no
se declarare competente el tribunal ante el que se interpuso la primera. En cuanto se declare la competencia del primer tribunal,
cualquier otro tribunal distinto deberá declinar su competencia a
favor de éste. Tal regla tiene una gran importancia en la práctica
legal transfronteriza.
1.3 Reconocimiento y ejecución de resoluciones dictadas
por tribunales de otros Estados miembros
El Reglamento Bruselas I ha simplificado los trámites necesarios
para un reconocimiento y un exequátur rápido de las decisiones
dictadas por una jurisdicción de un Estado miembro por medio de
un procedimiento simple e uniforme.
Reconocimiento
De acuerdo con el Artículo 33, una sentencia dictada en un Estado
miembro será automáticamente reconocida en el otro Estado miembro
sin que fuere necesario recurrir a procedimiento alguno. El reconocimiento sólo podrá ser denegado en casos muy excepcionales. El
caso más significativo en la práctica es el regulado por el Artículo
34(2), cuando se dicten sentencias en rebeldía del demandado, si no
se hubiere entregado al mismo la cédula de emplazamiento o documento equivalente de forma regular y con tiempo suficiente para que
pudiera defenderse. Una sentencia no será reconocida (Artículo 35(1))
si entra en conflicto con las normas del Reglamento sobre competencias
exclusivas o normas especiales en materia de seguros, contratos
celebrados por los consumidores y los contratos individuales de
trabajo. En todos los otros casos, el Artículo 35(3) prohíbe expresamente la fiscalización de la competencia del tribunal del Estado
miembro de origen. El Artículo 36 establece que en ningún caso la
resolución extranjera podrá ser objeto de revisión en cuanto al fondo.
Fuerza ejecutiva
Las resoluciones ejecutorias dictadas en un Estado miembro podrán
declararse ejecutorias y ejecutarse en otro Estado miembro. La parte
que desee ejecutar una sentencia en otro Estado miembro, solicitará
al tribunal que ha dictado sentencia que emita certificación (conforme
al formulario normalizado que figura en el Anexo V), que confirme su
fuerza ejecutoria. El tribunal o autoridad competente designada por
otro Estado miembro para examinar las solicitudes revisará el
cumplimiento de las formalidades de los documentos que deben
adjuntarse a la solicitud. Un recurso puede ser formulado a continuación por una de las partes ante uno de los órganos jurisdiccionales
indicados en anexo al reglamento pero referido solamente a la ejecución de la decisión. El Reglamento Bruselas I establece claramente
que el único caso en el cual una jurisdicción puede rechazar o revocar
la declaración que constata la fuerza ejecutoria es cuando una
decisión es manifiestamente contraria al orden público.
La resolución sobre la solicitud de fuerza ejecutiva podrá ser recurrida por cualquiera de las partes mediante el procedimiento especial
previsto en los Artículos 43 a 46. Cuando una resolución debe ser
reconocida, el solicitante puede instar la adopción de medidas provisionales, incluidas las medidas cautelares, de conformidad con la
legislación del Estado miembro requerido, sin que resulte necesario
el otorgamiento de la ejecución. Sin embargo, el otorgamiento de la
ejecución incluye la autorización para adoptar cualesquiera medidas
cautelares.
2 Conflictos de leyes – instrumentos y proyectos
La armonización de las reglas de conflicto, que debe distinguirse de
la armonización del derecho de fondo, tiende a armonizar las leyes,
al determinar la ley aplicable a una obligación.
11
2.1 El Convenio de Roma de 1980 y propuestas del
Reglamento Roma I
El Convenio de Roma
El Convenio de Roma sobre la ley aplicable a las obligaciones
contractuales, vigente desde abril 1991, es ahora efectivo para
todos los Estados miembros, si bien permanecen divergencias
sustanciales respecto a ciertos puntos, debido a la variedad de
formas de ratificación y reservas establecidas en el Convenio.
El Convenio se aplica a las obligaciones contractuales en situaciones
que impliquen un conflicto de leyes, incluso si la ley designada es la
de un Estado no contratante, con exclusión de ciertas materias, tal
como las obligaciones contractuales relativas a las leyes de sucesión
o derechos de propiedad que deriven de los regímenes matrimoniales. En su ámbito de aplicación, las reglas del Convenio de Roma
son, por tanto, las únicas reglas del derecho internacional privado
que se aplican en los Estados miembros.
Las partes de un contrato podrán designar la ley aplicable a la totalidad o solamente a una parte del contrato. Si las partes no hubieran
elegido explícitamente la ley aplicable, el contrato se regirá por la ley
del país con el que presente los vínculos más estrechos que es en
general el lugar de la residencia habitual cuya prestación sea la característica del contrato o si se tratare de una sociedad, asociación o
persona jurídica, el lugar de su administración central. (Por ejemplo,
en un contrato de venta, la prestación característica es la del vendedor).
Para los contratos relativos a derechos reales inmobiliarios, se
presume que el vínculo más estrecho es el del país en que estuviera
situado el inmueble. Al tratarse de contratos referentes al transporte
12
de mercancías, la ley aplicable se determinará en función del lugar de
carga o descarga o del establecimiento principal del expedidor.
Sin embargo, para todos los contratos, en el caso de que las circunstancias indiquen que el contrato tiene un vínculo más estrecho
con otro país, aplicaciones aplicará la ley de este país.
Las reglas especiales y protectoras en favor de la parte más débil
cubren los contratos celebrados por los consumidores y los contratos individuales de trabajo. En el caso de los contratos celebrados
por los consumidores, salvo pacto contrario de las partes, tales
contratos son sometidos a la ley del país en que tenga el consumidor su residencia habitual, si existe un vínculo con tal país tal como
se establece en el Artículo 3 y 5(2). En relación con los contratos de
trabajo, a falta de elección, será de aplicación la ley del país en que
el trabajador, en ejecución del contrato, realice habitualmente su trabajo. Si el trabajador no realiza habitualmente su trabajo en un mismo
país, el contrato se regirá por la ley del país en que se encuentre el
establecimiento que haya contratado al trabajador. Sin embargo, si
resulta del conjunto de circunstancias que el contrato de trabajo tiene
vínculos más estrechos con otro país, se aplicará la ley de este otro
país, Artículo 6(2). En el caso de los contratos celebrados por los
consumidores, y como principio general, la elección de la ley aplicable no podrá en ningún caso tener por resultado una desventaja
para el consumidor o privarlo de la protección que le proporcionen las
disposiciones de la ley del país en que resida, caso de ser más favorable. Respecto de los contratos individuales de trabajo, un trabajador no puede ser privado de la protección que le proporcionen las
disposiciones imperativas del derecho laboral, en ejecución del
contrato, en el país en que reside habitualmente.
En el caso del organizador de la feria , llamado Empresa B,
que había recibido a última hora un aviso de cancelación de
un gran espacio de exposición (ver página 6), esa Empresa B
quiere asegurarse de que su contrato con el expositor
Empresa A se rige por las normas de su propia legislación, es
decir la legislación del Estado miembro 2
Los organizadores de ferias normalmente estipulan en sus
condiciones generales que los contratos con los expositores se
rigen por las leyes del Estado donde el organizador desarrolla
su negocio. El Convenio de Roma establece el principio de
libertad de elección de las partes de un contrato: Artículo 3(1).
Si la Empresa B ha incluido una cláusula de elección de jurisdicción, ésta se aplica al contrato.
En el caso contrario, la ley aplicable tendría que determinarse
de acuerdo con las leyes del país con el cual el contrato tenga
el vínculo más estrecho. De acuerdo con el contrato, el alquiler
de espacio de exposición y los servicios relacionados con la
feria facilitados por la empresa B serían característicos del
contrato. Esto obviamente difiere de la obligación de pagar que
tiene la Empresa A, que es una obligación de tipo muy general. Por tanto, la ley aplicable al contrato es la ley del Estado
miembro 2, donde la Empresa B tiene su administración central.
.
Propuestas para sustituir el Convenio de Roma por el
Reglamento Roma I
La Comisión Europea publicó el 14 de Enero de 2003 un libro verde
sobre la ley aplicable a las obligaciones contractuales con el título
“Reglamento Roma I”. De hecho, la sustitución del Convenio por un
instrumento de la CE supera los límites inherentes al Convenio de Roma
en cuanto Tratado internacional. También establecería– del mismo modo
que para la cooperación judicial en materia civil en general – al Tribunal
de Justicia Europeo como árbitro final de la interpretación de las normas,
competencia que no se rige según el Convenio de Roma. Finalmente, se
habla de la actualización de algunas disposiciones del Convenio de
Roma, en particular la adaptación del Artículo 5 sobre la ley aplicable a
los consumidores en materia de transacciones electrónicas.
2.2
La propuesta de un Reglamento Roma II
A pesar de que el Reglamento Bruselas I cubre tanto las obligaciones
contractuales como las extracontractuales, hasta la fecha sólo se han
armonizado las normas sobre las leyes aplicables a las obligaciones
contractuales en la Comunidad Europea. Consecuentemente, en
fecha 22 de julio de 2003, la Comisión Europea presentó una propuesta de un “Reglamento Roma II” sobre la ley aplicable a las
obligaciones extracontractuales.
Se excluyen del ámbito del Reglamento propuesto algunas materias de
las obligaciones extracontractuales, como las que deriven de las
relaciones de familia o asimiladas, de los regímenes matrimoniales o de
sucesiones. El Reglamento propuesto distingue normas de conflicto de
leyes para dos categorías esenciales de obligaciones extracontractuales: las que deriven de un delito y las que no deriven de un delito.
La norma propuesta en el caso de incumplimiento de las obligaciones extracontractuales que deriven de un delito es que se
aplica la ley del lugar donde se ha producido o pudiera producirse el
13
daño directo. Los objetivos de confirmar la norma lex loci delicti
commissi son por una parte, el deseo de seguridad jurídica y, por
otra, la búsqueda de un equilibrio razonable entre los intereses del
presunto autor del daño y la persona perjudicada. Sin embargo, en el
caso de que el presunto autor del daño y la persona perjudicada sean
residentes habituales del mismo país, se aplicará la ley de este
país. El Reglamento propuesto establece una cláusula de excepción
general, cuyo objetivo es introducir una determinada flexibilidad, que
permita al tribunal adaptar la norma rígida a un caso concreto, para
aplicar la ley que corresponda al centro de gravedad de la situación,
en el caso de que la obligación presente un vínculo manifiestamente
más estrecho con otro país. El Reglamento propuesto establece
además normas especiales de aplicación en materias jurídicas tales
como responsabilidad por los daños causados por productos defectuosos, competencia desleal o propiedad intelectual.
Respecto a las obligaciones extracontractuales que deriven de un
hecho no delictivo – tal como el enriquecimiento injusto y gestión de
negocio sin autorización – el Reglamento propuesto establece
algunas normas para garantizar que la obligación esté regulada por la
ley del Estado con el cual tenga el vínculo mas estrecho con los hechos,
procurando al mismo tiempo que el tribunal disponga de suficientemente flexibilidad para adaptar la norma a su sistema nacional.
Se autoriza a las partes a elegir la ley aplicable a su relación
extracontractual, una vez surgido el desacuerdo (no se admite la
elección ex ante). La elección debe ser explícita o resultar claramente de las circunstancias de la causa. Se limita sin embargo la libertad
de elección cuando todos los elementos de la situación se
encuentran en un país distinto al de la ley elegida, excluyéndose la
14
propiedad intelectual. Además, la aplicación de un derecho extranjero no debe ser manifiestamente incompatible con las leyes de orden
público del estado del foro.
3 Desarrollo ulterior de la cooperación judicial en material
civil y mercantil
La Comunidad intenta aumentar la permeabilidad de las barreras que
aún quedan entre los sistemas judiciales de los Estados miembros. El
Consejo Europeo de Tampere insistió en que se formule una propuesta
para “reducir aún más las medidas intermedias que siguen exigiéndose para el reconocimiento y ejecución de una resolución o sentencia
en el Estado requerido”, siendo el último objetivo el reconocimiento y
ejecución automático de las resoluciones judiciales en materia civil y
la completa abolición del procedimiento de exequatur.
3.1 La Comisión propone un Reglamento
para crear un título ejecutivo europeo para créditos
no impugnados
La propuesta de un Reglamento del Consejo (COM/2002/0159 final)
para crear un Título europeo ejecutivo para créditos no impugnados crea un sistema que permite la libre circulación de circulación
de sentencias, resoluciones judiciales y documentos públicos en todos
los Estados miembros mediante la aplicación de requisitos mínimos
cuyo cumplimiento hace innecesario todo procedimiento intermedio
en el Estado miembro de ejecución antes de su reconocimiento y
ejecución. Tal Reglamento se aplica en material civil y mercantil,
independientemente de la naturaleza del tribunal o del juez.
El concepto de 'créditos no impugnados' ampara cualquier
situación en que el acreedor, en ausencia comprobable de todo
litigio por parte del deudor acerca de la naturaleza o el alcance de
la reclamación pecuniaria, ha obtenido bien una decisión judicial en
contra del deudor o un documento ejecutorio que requiera el
consentimiento expreso del deudor, ya sea una transacción judicial
o un documento fehaciente.
Caso de que una resolución sobre un crédito no impugnado haya
sido entregado en un Estado miembro, el acreedor podrá elegir entre
solicitar la certificación como Título Ejecutivo Europeo para créditos
no impugnados y el sistema de reconocimiento y ejecución de
acuerdo con el Reglamento (EC) No 44/2001. Una sentencia sobre
créditos no impugnados que haya sido certificada como Título
Ejecutivo Europeo en un Estado miembro de origen será reconocida
y ejecutada en otros Estados miembros sin ningún procedimiento
especial en el Estado miembro de ejecución.
El Sr. A ha interpuesto una demanda pecuniaria contra el Sr.
B mediante una acción legal en el Estado miembro 1, donde
los dos tienen su domicilio. El Tribunal ha condenado al Sr. B,
que no ha recurrido la demanda durante el procedimiento
legal, a pagar 10.000 Euros al Sr. A. Como el Sr. B ha transferido recientemente todos sus activos a un banco del
Estado miembro 2, el Sr. A pregunta cómo puede ejecutar la
sentencia en el Estado miembro 2
Actualmente, el Sr. A debe solicitar en el Estado miembro 2,
donde se quiere ejecutar, una declaración de ejecución. El
procedimiento de “exequátur” regido por el Reglamento
44/2001 (Bruselas I), implica procedimientos en un Estado
miembro distinto al del Estado en que se ha dictado sentencia. Esto causa más costes y un cierto retraso.
De acuerdo con el futuro Reglamento de creación de un título
ejecutivo Europeo, el Sr. A tendrá una segunda opción a su
disposición: puede solicitar una certificación del título ejecutivo europeo para créditos no impugnados en el tribunal de
origen, el cual sería reconocido y aplicado en el Estado
miembro 2 sin que haga falta ningún otro procedimiento especial.
Tal Reglamento proporcionará un beneficio tangible a los acreedores
que dispongan de una ejecución rápida y eficaz en el extranjero sin la
participación de la judicatura del Estado miembro en el que se persigue la ejecución con los consiguientes retrasos y gastos.
Constituye una parte del grupo de medidas para facilitar el reconocimiento mutuo de las sentencias u otras resoluciones judiciales.
De hecho, ya no será necesaria la implicación del poder judicial en
un segundo Estado miembro y se evita en general tener que traducir
los documentos ya que serán utilizados formularios multilingües para
la certificación. El órgano jurisdiccional de origen cumplimentará en
su lengua oficial la certificación del Título Ejecutivo Europeo mediante el formulario que figura en el Anexo I.
El Reglamento establece unos requisitos mínimos para los procedimientos que finalizarán con una sentencia a efecto de asegurar que
el deudor esté informado de la acción judicial, los requisitos para su
15
activa participación en los procedimientos con tiempo suficiente y de
forma que le permita preparar su defensa. Los tribunales del Estado
miembro de origen deben controlar el cumplimiento de los requisitos
mínimos antes de emitir una certificación del Título Ejecutivo Europeo
con la transparencia debida . El Consejo ha adoptado una posición
común en febrero 2004 para acoger este Reglamento y transferirlo al
Parlamento europeo para una segunda lectura.
3.2
Propuesta de un título de pago europeo y de un nuevo
instrumento de creación de un proceso europeo para
litigios de menor cuantía
La Comisión Europea presentó en fecha 20 de Diciembre de 2002 un
“Libro Verde sobre el proceso monitorio europeo y las medias para
simplificar y acelerar los litigios de menor cuantía”.
Ese título de pago europeo incluye una lista muy completa de las
cuestiones relevantes para fomentar un debate público respecto a la
creación de un procedimiento rápido y eficaz para cobrar los créditos
que se presumen no impugnados. La Comisión adoptó en marzo
2004 una propuesta legislativa de un Reglamento sobre este tema.
3.3 Acuerdos extrajudiciales – desarrollo de modalidades
alternativas de solución de conflictos en materia civil y
mercantil en la Unión Europea
El 19 de abril de 2002, la Comisión Europea publicó un Libro Verde
sobre las modalidades alternativas de solución de conflictos en
16
materia civil y mercantil (ADR). Su objetivo era estudiar la situación
nacional, europea e internacional y consultar los Estados Miembros y
las partes interesadas sobre las posibles opciones. Las ADR son
procedimientos extrajudiciales utilizados para dirimir litigios civiles y
mercantiles. Habitualmente las partes litigantes deben colaborar para
encontrar una solución al conflicto con la ayuda de un tercero
neutral. Los ADR son considerados como un elemento importante
para conseguir mecanismos de solución de conflictos justos y
eficaces en la UE.
I I I . D E R E C H O D E L A FA M I L I A
1 Reglamento Bruselas II
El Reglamento (EC) 1347/2000 de 29 de Mayo de 2000 relativo a
la competencia, el reconocimiento y la ejecución de resoluciones judiciales en materia matrimonial y de responsabilidad
parental para hijos de ambos cónyuges (el “Reglamento
Bruselas II”) entró en vigor el 1 de Marzo de 2001.
El Reglamento sólo trata de procedimientos civiles en relación con
divorcios, separaciones legales o anulación de matrimonios, así
como de las decisiones relativas a la responsabilidad parental si
son dictadas en el marco de un procedimiento matrimonial y afectan
a hijos comunes de ambos cónyuges. Para tales procedimientos el
Reglamento prevé normas para establecer:
- la competencia entre los tribunales de los Estados miembros,
- el reconocimiento y la ejecución de sentencias dictadas por los
tribunales de otros Estados miembros.
La Sra. A es ciudadana del Estado miembro 1. Está casada
con el Sr. B con quien ha estado viviendo durante tres años
en casa de él sita en el Estado miembro 2. La Sra. A ha
decido solicitar el divorcio y volver a su país de origen,
donde vive su familia. Le gustaría irse lo antes posible y
solicitar el divorcio en su país de origen. No ha hablado con
el Sr. B en dos semanas, y le preocupa que el divorcio se
convierta en un problema serio.
El Artículo 2(1) del Reglamento Bruselas II establece la competencia de los órganos jurisdiccionales de acuerdo con la
residencia habitual de los cónyuges o última residencia habitual, si uno de ellos aún vive allí o la nacionalidad común de
estos (en el caso del Reino Unido e Irlanda, el ‘domicilio’ de
cada uno de los cónyuges). Después de que la Sra. A haya
vuelto a su país de origen, sólo podrá solicitar el divorcio ante
un tribunal del Estado miembro I, si cumple alguno de los
requisitos siguientes:
- Si puede convencer al Sr. B para presentar una demanda
conjunta de divorcio, en cuyo caso tienen competencia los
tribunales de los dos Estados miembros donde cualquiera
de los cónyuges reside habitualmente. Después de la vuelta
a su país de origen, podría solicitar el divorcio en este
Estado miembro (siempre y cuando ella haya adquirido su
residencia habitual en el mismo) o ante un tribunal del
Estado miembro 2 donde el Sr. B normalmente reside.
- No obstante, si el Sr. B rechazase la demanda conjunta, la
Sra. A sólo podría presentar su solicitud ante un tribunal de
su país de origen después de residir en él un mínimo de seis
meses. Si la Sra. A decidiese emigrar a un tercer Estado
miembro del cual no es ciudadana, se le permitiría solicitar
el divorcio en este estado después de haber residido en él
un mínimo de un año.
La Sra. A tendría que saber que el Sr. B, cuya intención parece
ser quedarse en la vivienda actual de los cónyuges, se encuentra en una posición más favorable en el sentido de que puede
solicitar el divorcio ante un tribunal de ese mismo Estado miembro inmediatamente, mientras que ella tendría que esperar seis
meses. De ser esto último el caso, la acción de él impediría la
17
acción subsiguiente de ella. El Artículo 11(1) del Reglamento
Bruselas II establece que cuando se formulen demandas con
el mismo objeto y la misma causa entre las mismas partes
ante órganos jurisdiccionales de distintos Estados miembros,
el primer órgano jurisdiccional ante el que se presentó la
primera demanda es competente (llamado lis pendens), y el
segundo deberá suspender de oficio el procedimiento.
El Reglamento Bruselas II sólo se aplica a los procedimientos relativos a la disolución de vínculos matrimoniales, pero no afecta a cuestiones tales como la culpa de los cónyuges, el régimen económico
matrimonial y las obligaciones de alimentos o a otras posibles
medidas accesorias, a pesar de que son cuestiones que aparecen
vinculadas a dichos procedimientos.
Los criterios atributivos de competencia que se incluyen en el
Reglamento Bruselas II parten del principio de que exista un vínculo
real entre una parte y el Estado miembro que ejerce la competencia.
Permite a las partes elegir entre siete criterios alternativos.
El tribunal competente en materia matrimonial es asimismo competente en temas de responsabilidad parental relativa a hijos comunes
de ambos cónyuges, en el caso de que el hijo resida habitualmente
en el Estado miembro del tribunal matrimonial. De residir el hijo en
otro Estado miembro, el tribunal matrimonial puede seguir siendo
competente en cuanto a la cuestión de la responsabilidad parental,
en la medida en que al menos uno de los padres tenga la custodia
del hijo, si la competencia de los tribunales ha sido aceptada por
ambos cónyuges, y si es para salvaguardar los intereses del hijo.
18
En base al principio de confianza mutua, una sentencia dictada por un
Estado miembro será reconocida en todos los demás Estados miembros. Los motivos de denegación del reconocimiento se reducen al
mínimo imprescindible. En caso de sentencias relativas a separaciones, divorcios o anulaciones de matrimonio, no se requiere ningún
procedimiento especial para actualizar los registros del estado civil de
un Estado miembro. Es también principio esencial de acuerdo con el
Reglamento Bruselas II, así como del Reglamento Bruselas I, que el
Estado requerido no revise ni la competencia del Estado de origen ni
las investigaciones de hechos. Las sentencias relativas a responsabilidad parental pueden ser reconocidas y ejecutadas en otros Estados
miembros una vez hayan sido declaradas ejecutorias por el tribunal
relevante en el Estado miembro de ejecución (“exequátur”). La decisión para otorgar un exeq-uátur puede ser revisada en apelación.
2 Nuevo Reglamento que reemplaza el Reglamento
Bruselas II.
El ámbito del Reglamento Bruselas II se ha mostrado demasiado
limitativo en materia de responsabilidad parental. Por este motivo, la
Comisión propuso en 2002 un proyecto de Reglamento a los efectos
de derogar el Reglamento Bruselas II para cubrir todas las resoluciones referentes a la responsabilidad parental, independientemente
del estado civil de los padres o de si existe un proceso matrimonial
pendiente entre los padres. El nuevo Reglamento fue adoptado el 27
de noviembre de 2003 y entrará en vigor el 1 de marzo de 2005.
El nuevo Reglamento contiene normas especiales sobre la sustracción de menores en la Unión Europea. Es el caso en que un niño es
sustraído o retenido en violación de los derechos de custodia. El
objetivo del Nuevo Reglamento es disuadir la sustracción de menores
en la UE y en caso de sustracción, asegurar la inmediata devolución
del niño. Sus normas complementan y refuerzan el Convenio de la
Haya de 25 de Octubre de 1980 sobre los aspectos civiles de la
sustracción internacional de menores, en vigor en todos los Estados
miembros.
larga, especialmente si existe oposición de la otra parte. El juez de la
residencia habitual cooperará con el juez de origen que dictó la resolución de no restitución y por ejemplo recibirá la trascripción de la
vista oral del niño.
.
La regla general de que sea competente el órgano jurisdiccional del
Estado miembro en cuyo territorio se halle la residencia habitual del
niño, puede presentar un riesgo de que el niño sea sustraído por
padres que quieran llevar el caso ante un juez de su propia nacionalidad con la esperanza de recibir un trato más favorable. Para impedirlo, el Reglamento establece que los tribunales del Estado miembro
en que residía habitualmente el niño antes de la sustracción mantiene
su competencia, incluso después de la sustracción, y será quien
decidirá. La resolución de no restituir el niño puede ser dictada por
los órganos jurisdiccionales del Estado miembro a donde fue llevado
el niño. Tal resolución puede, sin embargo, contradecirse por una
sentencia posterior sobre la custodia pronunciada por órganos jurisdiccionales competentes en el Estado miembro donde residía el niño
antes de la sustracción .
Si es apropiado, el niño puede ser interrogado durante el procedimiento. Si una sentencia pronuncia que un niño debe ser restituido,
será reconocida y ejecutada sin mediar ningún procedimiento especial (exequatur), si se han cumplido determinados requisitos procesales (por ejemplo, que el niño haya sido interrogado). La abolición
del exequatur sirve para asegurar la rápida restitución del niño. La
duración de un procedimiento de exequatur puede ser bastante
19
I V. E L R E G L A M E N T O R E L AT I V O A L O S P R O C E D I M I E N T O S D E I N S O LV E N C I A
Existía una gran necesidad de reglamentar los procedimientos de
insolvencia en Europa, más allá de la mera aplicación del derecho
interno de cada Estado miembro. En ese campo hay cada vez más
efectos transfronterizos y es necesario evitar que las partes encuentren
incentivos para transferir bienes de un Estado miembro a otro en
busca de una posición jurídica más favorable. El buen funcionamiento
del mercado interior requiere que los procedimientos de insolvencia
transfronterizos sean eficientes y efectivos. Estos objetivos no pueden
alcanzarse de forma suficiente a nivel nacional, por lo que está
justificada una acción a nivel comunitario respecto a la competencia,
reconocimiento y legislación aplicable en tal ámbito.
El Reglamento (EC) No 1346/2000 de 29 de Mayo 2000 sobre los
procedimientos de insolvencia crea por vez primera un marco
obligatorio para la interacción de procedimientos de insolvencia entre
Estados miembros de la UE. El Reglamento sobre insolvencia
entró en vigor el 31 de Mayo de 2002 y es de aplicación a todos
los procedimientos incoados antes de tal fecha.
El Reglamento de Insolvencia debe aplicarse a los procedimientos de
insolvencia, independientemente de que el deudor sea una persona
física o jurídica, un comerciante o un particular. Los procedimientos
son los que se definen en el Artículo 1(1) del Reglamento y se enumeran en los Anexos A y B del Reglamento. Para la aplicación de ese
Reglamento, los procedimientos deben estar reconocidos oficialmente
y ser legalmente eficaces en el Estado miembro en el que se abrió un
procedimiento colectivo de insolvencia llevando consigo el desapoderamiento total o parcial del deudor y el nombramiento de un
síndico.
20
El Reglamento contiene normas de competencia que establecen que
órgano jurisdiccional de que Estado miembro es competente para
iniciar y llevar adelante los procedimientos de insolvencia. Se basa
sobre el principio de que sólo puede existir un procedimiento único de
insolvencia con validez universal, y sus eventuales procedimientos
segundarios. Tendrán competencia para iniciar el procedimiento
principal de insolvencia los tribunales del Estado miembro en cuyo
territorio se sitúe el centro de los intereses principales del deudor,
Artículo 3. Podrán iniciarse procedimientos nacionales sobre los bienes
situados en el territorio de otro Estado miembro – “procedimientos
secundarios” – junto con los procedimientos principales, Artículo 3(2)
y Capítulo III. En el caso de que procedimientos nacionales se inicien
antes de los procedimientos principales, se denominan “procedimientos territoriales” hasta que se inicien los procedimientos principales.
Los procedimientos de insolvencia principales y secundarios se llevarán de forma separada y habitualmente por distintos síndicos. Sin
embargo, sólo podrán contribuir a una liquidación eficiente de la
masa de insolvencia si los procedimientos paralelos pendientes están
coordinados. A este respecto, una condición esencial es la estrecha
colaboración de los diferentes síndicos, que en particular debe suponer un intercambio suficiente de información. Para asegurar el papel
predominante del procedimiento principal de insolvencia deberían
ofrecerse al síndico de dicho procedimiento varias posibilidades de
intervención en procedimientos simultáneos secundarios. Todo
acreedor, que tenga su domicilio, su residencia habitual o su sede
dentro de la Comunidad, tiene el derecho de hacer valer sus pretensiones sobre el patrimonio del deudor en todos los procedimientos
de insolvencia pendientes en la Comunidad. No obstante, en interés
de la igualdad de trato de los acreedores, debe coordinarse la distribución del activo liquidado. Cada acreedor puede conservar lo que
haya recibido en el marco de un procedimiento de insolvencia, pero
sólo está autorizado a participar en el reparto del activo total en otro
procedimiento cuando los acreedores del mismo rango hayan obtenido el mismo porcentaje de sus pretensiones, Artículo 20(2). Las
condiciones que debe cumplir un acreedor para solicitar la apertura
de un procedimiento secundario se determinan por la legislación del
Estado miembro en el territorio en el que se hayan iniciado tales procedimientos, Artículo 29. Los efectos de tales procedimientos se restringen asimismo a los bienes del deudor situados en el territorio del
Estado miembro, Artículo 3(2) y 27.
La Empresa A se rige por la legislación del Estado miembro
1 donde desarrolla su negocio y dónde se encuentran sus
intereses principales. Se ha declarado insolvente ante el
tribunal competente del Estado miembro 1. Dicho tribunal
ha abierto un procedimiento de insolvencia y ha designado
un síndico. La Empresa B, cuya sede se encuentra en el
Estado miembro 2, ha presentado demandas cuantiosas
contra la Empresa A. Declara que la Empresa A tiene un
establecimiento en el Estado miembro 2, incluyendo un gran
almacén y propiedades inmobiliarias. La empresa B pregunta
cuál es la mejor manera de salvaguardar sus intereses
durante los procedimientos de insolvencia.
Antes de que el Reglamento sobre Insolvencia entrara en vigor,
la Empresa B podría haber intentado obtener una resolución del
Tribunal permitiendo proceder contra los bienes de la Empresa
A en el Estado miembro 2. El efecto de resoluciones judiciales
en relación con procedimientos de insolvencia estaba restringido al Estado miembro donde se dictaban tales resoluciones y a
menudo no impedían actuaciones de ejecuciones individuales
en otros Estados miembros. Las disposiciones del Reglamento
han cambiado radicalmente la situación. Ahora, a partir de la
fecha de apertura del expediente de insolvencia en un Estado
miembro, la ejecución individual está excluida en todos los
Estados miembros. Actualmente, según el Reglamento de
Insolvencia, la Empresa B debe insertar su demanda en los
procedimientos abiertos en Estado miembro 1.
En un caso como el de la Empresa A, que posee bienes sustanciales en un Estado miembro distinto del Estado miembro
donde se desarrollan los procedimientos principales, el
Reglamento de Insolvencia prevé la posibilidad de iniciar los
llamados “procedimientos secundarios” pero en determinadas condiciones. Los efectos de los procedimientos están
restringidos a los bienes del deudor que se encuentren en el
territorio de ese Estado miembro. Es por tanto aconsejable
que la Empresa B averigüe si estos procedimientos secundarios se inician en el Estado miembro 2 o si se dan las condiciones especiales que le permiten iniciarlos al acreedor.
De acuerdo con el principio establecido en el Artículo 4(1) del Reglamento
de Insolvencia, la ley aplicable al procedimiento de insolvencia y sus
efectos será la del Estado miembro en cuyo territorio se incoe dicho
procedimiento. La lex concursus determina todos los efectos del pro-
21
cedimiento de insolvencia, tanto procesales como materiales, sobre las
personas y las relaciones jurídicas implicadas. El Reglamento establece
además para las materias que entran en su ámbito de aplicación, normas
uniformes de conflicto con las leyes que sustituyen, en su esfera de
aplicación, a las normas nacionales de Derecho internacional privado. Se
establecen reglas especiales sobre las normas aplicables para derechos
y vínculos legales que sean de considerable importancia (por ejemplo,
derechos reales, compensación, reserva de propiedad y contratos de
trabajo) (Artículo 5 a 10). Se establecen esta serie de excepciones a la
norma general con el fin de proteger las expectativas legítimas y la seguridad de las operaciones en Estados miembros distintos de aquel en que
se inició el procedimiento.
El Reglamento prevé el reconocimiento inmediato de decisiones de
apertura, curso y cierre de un procedimiento de insolvencia que regula así
como de las sentencias pronunciadas en tales procedimientos de
insolvencia.
En general, toda resolución incoadota de un procedimiento de insolvencia será reconocida en todos los demás Estados miembros desde el
momento en que produzca efectos en el Estado de apertura, Artículo 16.
Producirá en esos Estados, sin ningún otro trámite, los mismos efectos
que produce en el Estado de apertura, Artículo 17, salvo que el reconocimiento sea manifiestamente contrario a las normas de orden público,
Artículo 26. Además, la designación de un síndico y los poderes que le
hayan sido conferidos por la ley del Estado de apertura serán plenamente reconocidos en los otros Estados miembros, Artículo 18.
22
V. C O O P E R A C I Ó N J U D I C I A L E N L A P R Á C T I C A
1 El reglamento sobre notificación y traslado
de documentos
Para que la cooperación entre los órganos jurisdiccionales de los Estados
miembros de la Unión Europea sea efectiva, el traslado de documentos entre las autoridades judiciales debe ser rápido y seguro. El
Reglamento (EC) No 1348/2000 de 29 de Mayo de 2000, relativo a
la notificación y traslado a los Estados miembros de documentos judiciales y extrajudiciales en materia civil y mercantil
entró en vigor el 31 de Mayo de 2001 para todos los Estados miembros
salvo Dinamarca. Entre Dinamarca y los otros Estados miembros es de
aplicación el Convenio de la Haya de 1965 relativo a la notificación de
documentos.
La Empresa A del Estado miembro 1 ha demandado a la
empresa B del Estado miembro 2, en el Estado miembro 1 por
una cantidad sustancial. Después de 14 meses de procedimientos, el tribunal ha dictado una sentencia en rebeldía,
mediante la cual se adjudica el importe a la Empresa A. La
empresa A ha sometido una solicitud de ejecución al tribunal
competente en el Estado miembro 2, donde la Empresa B
posee propiedades inmobiliarias. Sin embargo, después de un
examen completo, dicho tribunal ha establecido que la notificación de la demanda no se ha trasladado correctamente a la
Empresa B. Como consecuencia, el exequatur ha sido denegado. Unos meses mas tarde, la Empresa B se ha declarado
insolvente y la Empresa A tiene que amortizar el crédito.
Una correcta notificación y traslado de documentos es funda-
mental en los procedimientos judiciales. Si no existiera o no
funcionara se ponen en serio peligro los intereses legales de las
partes. En el pasado, las notificaciones y los traslados de documentos entre las partes en otros estados han sido la causa de
muchas dificultades en litigios transfronterizos. Las reglas que
rigen este servicio tienen que ser sencillas y prácticas para un
correcto funcionamiento del sistema procesal civil europeo.
Este Reglamento de notificación y traslado de documentos ha simplificado el traslado de documentos en asuntos transfronterizos.
Todos los Estados miembros han designado organismos locales,
“organismo transmisor” y “organismo receptor”, encargados
respectivamente de transmitir y de recibir los documentos. El documento que debe transmitirse debe ir acompañado del formulario
normalizado de solicitud. El organismo transmisor envía el documento junto con dicho formulario al organismo receptor designado en el
Estado donde se necesitan los documentos. El organismo receptor
procederá a efectuar o a que se efectúe la notificación o traslado del
documento, bien de conformidad con el Derecho interno del Estado
miembro requerido o bien según la forma particular solicitada por el
organismo transmisor, siempre que ésta no sea incompatible con el
Derecho interno de ese Estado miembro. El organismo receptor
puede negarse a aceptar el documento que deba notificarse o
trasladarse si está redactado en una lengua distinta de la lengua
oficial del Estado requerido o una lengua del Estado miembro de
transmisión que el destinatario entienda. Una vez cumplidos los trámites de notificación y traslado del documento, el organismo receptor expedirá un certificado relativo al cumplimiento de dichos trámites
utilizando el formulario normalizado, para su remisión al organismo
23
transmisor. Ambos organismos transmisor y receptor utilizarán el formulario normalizado que figura en el anexo del Reglamento. La
Comisión Europea ha publicado un manual informativo sobre los organismos receptores de los Estados miembros. Todos ellos han designado una “entidad central” encargada de facilitar información a los organismos transmisores y buscar soluciones a las dificultades que presente
la transmisión de documentos a efectos de notificación o traslado.
entre los órganos jurisdiccionales, estableciéndose determinadas condiciones en cuanto a la forma y el contenido de la petición. El Reglamento
es aplicable en todos los Estados miembros salvo Dinamarca desde el
1 de Enero de 2004. Con respecto a Dinamarca rige el Convenio de la
Haya de 18 de Marzo de 1970, relativa a la obtención de pruebas en el
extranjero en material civil o mercantil. Sin embargo, no todos los
Estados miembros han adherido a este Convenio.
El Reglamento establece asimismo otros medios de transmisión,
notificación o traslado de documentos judiciales: la transmisión por
vía consular o diplomática, notificación o traslado de documentos por
medio de agentes diplomáticos o consulares o notificación y traslado
por correo directamente. Cualquier persona interesada en un proceso
judicial puede efectuar la notificación o traslado de documentos judiciales directamente por medio de los agentes judiciales, funcionarios
u otras personas competentes del Estado miembro requerido, a no
ser que el Estado miembro se oponga a la “notificación o traslado
directo” de documentos judiciales en su territorio.
El Reglamento establece dos medios de obtención de pruebas en
otro Estado miembro. El tribunal que entiende de un asunto en un
Estado miembro puede pedir al tribunal competente de otro Estado
miembro que realice las pruebas necesarias, o bien puede realizar
directamente las diligencias necesarias en el otro Estado miembro. El
Reglamento se basa en el principio de comunicación directa entre tribunales para que la petición de pruebas vaya directamente del “tribunal requirente” al “tribunal requerido”. Cada Estado miembro ha
elaborado una lista de órganos jurisdiccionales competentes para la
realización de las diligencias de obtención de pruebas de conformidad con el Reglamento. Esta lista mencionará asimismo el ámbito de
competencia territorial de dichos órganos jurisdiccionales. Además,
cada Estado miembro ha designado un órgano central encargado de
facilitar información a los órganos jurisdiccionales y de buscar soluciones en caso de que una solicitud plantee dificultades.
2 El Reglamento sobre la obtención de pruebas
En procedimientos transfronterizos, se requiere con frecuencia, para
dictar sentencia en una causa civil o mercantil pendiente ante un órgano jurisdiccional de un Estado miembro, obtener pruebas en otro
Estado miembro. El Reglamento (EC) No 1206/2001 de 28 de Mayo
de 2001 relativo a la cooperación entre los órganos jurisdiccionales
de los Estados miembros en el ámbito de la obtención de pruebas
en material civil o mercantil, ha creado un sistema comunitario para la
transmisión y ejecución, directas y rápidas, de solicitudes de pruebas
24
El Reglamento exige el respeto de determinadas condiciones en cuanto a la legibilidad y la fiabilidad del documento recibido y en tal sentido
las solicitudes de realización de diligencias de obtención de pruebas
deben transmitirse por medio de un formulario que figura en el anexo.
El órgano jurisdiccional requerido deberá ejecutar la realización de diligencias de obtención de pruebas rápidamente y, a más tardar, en un
plazo de 90 días desde su recepción. Si no es posible efectuarla en tal
plazo, el órgano jurisdiccional requerido deberá ponerlo en conocimiento del órgano jurisdiccional requirente, indicándole las razones que
impiden que la solicitud sea ejecutada con rapidez.
La solicitud de tomar declaración a una persona no se ejecutará
cuando dicha persona alegue el derecho de negarse a declarar o la
prohibición de declarar ya sea de acuerdo con el derecho del Estado
miembro del órgano jurisdiccional requerido o bien de acuerdo con el
derecho del Estado miembro del órgano jurisdiccional requirente. En
otros casos, la ejecución de una solicitud sólo podrá denegarse en
algunas circunstancias excepcionales.
En la solicitud de obtención de prueba, el órgano jurisdiccional
requirente debe manifestar si las partes en el procedimiento y/o sus
representantes estarán presentes o su presencia es requerida. El
órgano jurisdiccional requerido ejecutará la solicitud aplicando el
Derecho de su Estado miembro. La obtención de prueba podrá
ejecutarse asimismo de acuerdo con alguno de los procedimientos
especiales previstos en el Derecho del Estado miembro del órgano
jurisdiccional requirente, si éste lo requiere. El órgano jurisdiccional
requerido cumplirá dicha petición, a no ser que el procedimiento en
cuestión sea incompatible con el Derecho vigente en el Estado
miembro del órgano jurisdiccional requerido. El Reglamento prevé que
se podrá utilizar los medios tecnológicos modernos de comunicación
para la obtención de pruebas, en particular la videoconferencia y la
teleconferencia.
mente podrá efectuarse la obtención directa de pruebas en caso de
que pueda llevarse a cabo de forma voluntaria, sin necesidad de
aplicar medidas coercitivas. Será efectuada por un miembro del
personal judicial o por cualquier otra persona, como por ejemplo, un
experto, designados con arreglo al Derecho del Estado miembro del
órgano jurisdiccional requirente.
3 La red judicial europea en material civil y mercantil
El 1 de diciembre de 2002 se creó una red judicial europea en
material civil y mercantil para facilitar la cooperación judicial entre los
Estados miembros e informar al público para facilitar su acceso a los
sistemas judiciales nacionales. Su objetivo era asimismo implementar
y actualizar, paso a paso, un sistema informativo dirigido al público a
efectos de facilitar su acceso a los sistemas judiciales nacionales, en
particular mediante una página web. Este sistema de información
que se publicará en todos los idiomas oficiales de la UE se está
creando actualmente en esta sede internáutica:
http://europa.eu.int/comm/justice_home/ejn/
En cada Estado miembro, hay uno o varios puntos de Contacto a
disposición de las autoridades judiciales y administrativas a efectos
de resolver las cuestiones transfronterizas que se les planteen y
proporcionarles información completa y actualizada sobre el Derecho
de otros Estados miembros.
La solicitud de obtener pruebas directamente deberá ser presentada
al órgano central o a la autoridad competente del otro Estado
miembro. Solo podrá denegarse en casos excepcionales. Única-
25
VI. ACCESO A LA JUSTICIA
1 La Directiva destinada a mejorar el acceso a la justicia
En una Europa de fronteras abiertas habrá muchas ocasiones en
que los ciudadanos tengan que enfrentarse con litigios ante órganos
jurisdiccionales de otros Estados miembros. Los litigios transfronterizos no sólo existen entre grandes empresas; pueden afectar
también a pequeñas empresas o a particulares con recursos
modestos. Estos litigios transfronterizos pueden ser costosos, especialmente si están en juego reclamaciones considerables. A menudo
los litigios transfronterizos requieren una representación legal en el
Estado miembro en que la causa es conocida, así como asesoramiento legal de un abogado en el Estado de origen de la parte,
pudiendo necesitarse a menudo traducciones, desplazamientos y
otros gastos suplementarios.
La Directiva del Consejo 2003/8/EC fue adoptada por el Consejo
en Enero de 2003. Está destinada a superar los obstáculos existentes en el acceso a la justicia y permitir a todo el mundo acceder a
la justicia en otro Estado miembro del mismo modo que en su
propio país. El objetivo de la Directiva es mejorar el acceso a
la justicia en los litigios transfronterizos mediante el establecimiento de reglas mínimas comunes relativas a la justicia
gratuita para dichos litigios. La transposición de esa Directiva
en derecho nacional deberá realizarse en su gran mayoría antes
del 30 de Noviembre de 2004. En relación con las secciones que
traten del asesoramiento previo a la demanda con vistas a llegar
a un acuerdo antes de la presentación de la demanda, la
transposición deberá realizarse antes del 30 de Mayo de 2006.
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El Sr. A, ciudadano del Estado miembro 1, recibe notificación de que ha sido demandado en el Estado miembro 2 por
un importe de aproximadamente 235.000 Euros por daños
supuestamente causados por su hijo de 12 años de edad
durante unas vacaciones con su familia en el Estado miembro
2. El Sr. A, que tiene dos hijas y ningún hijo, ha sido informado de que un bufete de abogados del Estado miembro
2 le pediría un mínimo de 8.000 Euros, de los cuales sólo
una pequeña parte puede ser recuperada por el demandante si la demanda fuera desestimada. El Sr. A y su familia tienen unos ingresos mensuales netos de 1.850 Euros. Les
preocupa el coste de los procedimientos y no saben cómo
contactar un abogado local del Estado miembro 2. La fecha
impuesta por el tribunal de Estado miembro 2 para la presentación de la defensa del Sr. A está a punto de vencer.
La difícil situación del Sr. A es un ejemplo de la cantidad de
obstáculos con que suelen topar los ciudadanos europeos
que tengan litigios transfronterizos. Sobre todo cuando uno
tiene que defenderse contra una acción entablada ante un
tribunal en otro Estado miembro, ya que esto generalmente
requiere consultas y representación legal en dos Estados
miembros distintos. Pueden producirse un sinfín de dificultades, y no solo a nivel de gastos e idioma. Al problema del
idioma, que puede requerir costosas traducciones de documentos, se pueden añadir gastos accesorios como en el
supuesto de que una parte deba comparecer ante el tribunal
de otro Estado miembro. .
La Directiva se aplica a los litigios transfronterizos en materia civil y
mercantil, pero sólo en el caso de que la parte que solicite el acceso
a la justicia gratuita esté domiciliada o resida habitualmente en un
Estado miembro distinto del Estado miembro donde se halle el tribunal o en el que deba ejecutarse la resolución. Tiene como objetivo
promover la aplicación de la justicia gratuita en los litigios transfronterizos a las personas que no dispongan de recursos suficientes,
siempre y cuando dicha asistencia sea necesaria para garantizar el
acceso efectivo a la justicia. Además, la Directiva contiene disposiciones para simplificar y acelerar la transmisión de las solicitudes de
justicia gratuita mediante la coordinación de la cooperación judicial
entre Estados miembros.
La justicia gratuita será concedida o denegada por la autoridad competente del Estado miembro donde se halle el tribunal o donde la
resolución deba ejecutarse. La ayuda no sólo debería cubrir el
procedimiento ante el tribunal sino también los gastos incurridos para
la ejecución de instrumentos auténticos en otro Estado miembro, así
como procedimientos extrajudiciales, si las partes tienen que recurrir
a los mismos. La justicia gratuita garantizará la asistencia jurídica y la
representación ante los tribunales así como la exención de las costas
procesales para el beneficiario así como los gastos directamente
vinculados al carácter transfronterizo del litigio, tal como los servicios
de interpretación, la traducción de los documentos presentados o los
gastos de desplazamientos.
y su transmisión al Estado donde se lleven a cabo los procedimientos. Los Estados miembros designarán las autoridades competentes para remitir (“autoridades expedidoras”) y recibir (“autoridades
receptoras”) las solicitudes de justicia gratuita. Con el fin de facilitar la
transmisión de las solicitudes, se establecerá un formulario normalizado para las solicitudes de justicia gratuita y para su transmisión.
2 Propuesta de una directiva sobre indemnizaciones
a las víctimas de la delincuencia
El 16 de Octubre de 2002, la Comisión Europea propuso una directiva sobre la indemnización a las víctimas de la delincuencia, con
el objetivo de establecer normas mínimas para la protección de las
víctimas de delitos cometidos en los Estados miembros y para
facilitar el acceso a la indemnización en casos transfronterizos. La
directiva propuesta tiene por objetivo imponer a todos los Estados
miembros proveer un nivel adecuado de indemnización pública a las
víctimas y asegurar que la indemnización sea fácilmente accesible en
la práctica independientemente del país de la UE en que un ciudadano sea víctima de un delito. Una cooperación más estrecha entre
las autoridades nacionales facilitará el acceso a la indemnización
pública en situaciones transfronterizas.
El Estado del domicilio del beneficiario debe prestar estos servicios si
son necesarios para la preparación de la solicitud de justicia gratuita
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Actualización
Después de finalizar esta guía, los textos siguientes han sido adoptados:
- Reglamento (CE) n 805/2004 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 21 de abril de 2004, por el que se
establece un título ejecutivo europeo para créditos no impugnados
- La Directiva para indemnizar a las víctimas de delitos
Además, la Comisión presentó una propuesta de reglamento para instituir un proceso monitorio europeo. Antes del fin del
año, también se esperan propuestas sobre mediación y sobre resolución de pleitos de escasa cuantía
Una iniciativa de la Comisión Europea
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