www.eurocivil.info Cooperación judicial en materia civil en la Unión Europea Guía para la profesión jurídica www.eurocivil.info El área de libertad, seguridad y justicia tiene como finalidad facilitar la vida diaria de los ciudadanos, tanto en lo que respecta al ejercicio de sus derechos, como cuando necesitan apelar a los tribunales para hacerlos cumplir. Los profesionales jurídicos desempeñan un papel crucial en el derecho civil en todo el ámbito de la Unión Europea, convirtiéndose muy a menudo en la principal puerta de entrada por la que los ciudadanos de Europa se aseguran que sus derechos sean respetados. Es de esencial importancia que los profesionales jurídicos sean sensibles a la evolución tan importante que ha estado produciéndose en el ámbito de la cooperación judicial en los asuntos civiles en el curso de los últimos años. Por esta razón, la Comisión Europea ha decidido poner en marcha una campaña de comunicación destinada a proporcionar información concisa y fácilmente accesible sobre esta importante evolución. Con esta finalidad, se ha elaborado una guía de bolsillo a través de la cual podrá saber más acerca de la cooperación judicial en los asuntos civiles y sobre cómo podría afectar su práctica diaria. Espero que le sea de utilidad y le permita tener un mejor conocimiento de este complejo y cada vez más importante sujeto. Atentamente, António Vitorino I. INTRODUCTION 2 1. 2. 3. “Cooperación judicial en materia civil” Hacía un auténtico espacio de justicia El “acervo comunitario” en el ámbito de la justicia civil II. COOPERACIÓN JUDICIAL EN MATERIA CIVIL 1. 2. 3. El Reglamento Bruselas I Conflictos de leyes – instrumentos y proyectos Desarrollo complementario de la cooperación judicial en material civil y mercantil 7 11 14 III. DERECHO DE LA FAMILIA 17 1. 2. Reglamento Bruselas II Nuevo Reglamento que reemplaza el Reglamento Bruselas II 17 18 IV. EL REGLAMENTO RELATIVO A LOS PROCEDIMIENTOS DE INSOLVENCIA 20 V. COOPERACIÓN JUDICIAL EN LA PRÁCTICA 23 1. 2. 3. El reglamento sobre notificación y traslado de documentos El Reglamento sobre la obtención de pruebas La red judicial europea en material civil y mercantil 23 24 25 VI. ACCESO A LA JUSTICIA 26 1. 2. La Directiva destinada a mejorar el acceso a la justicia Propuesta de una directiva sobre indemnizaciones a las víctimas de la delincuencia 26 27 1 3 2 3 24 6 I. INTRODUCCIÓN Se ha registrado una evolución importante en el ámbito de la legislación europea, una evolución que continúa siendo poco conocida por los juristas. El derecho internacional privado se está transformando en una rama independiente de la legislación europea por encima de los derechos internos de los Estados miembros. El Tratado de Ámsterdam confirió a la UE competencia para legislar sobre cualquier asunto en el ámbito del derecho internacional privado y desde entonces se han adoptado numerosos actos legislativos europeos en el ámbito de la “cooperación judicial en materia civil”. Esta nueva rama es un ámbito legislativo que debe ser conocido por todo jurista de derecho civil europeo – jueces, abogados u otros profesionales del derecho. El principio de libertad de movimiento de bienes, servicios y personas ha fomentado la movilidad de los ciudadanos europeos así como de las actividades comerciales. Los juristas tienen que ocuparse cada vez más de casos transfronterizos como por ejemplo, de ventas transfronterizas, de los aspectos jurídicos relativos al desplazamiento de turistas o a los accidentes de trafico en el extranjero, o de cuestiones relativas a la titularidad de bienes inmuebles en otros Estados miembros de la Unión Europea. Dentro del ámbito del derecho de familia, las relaciones personales multinacionales y los problemas jurídicos a los que dan lugar los casos de responsabilidad familiar y parental de naturaleza transfronteriza, constituyen un fenómeno casi cotidiano. Hoy en día, hasta las pequeñas y medianas empresas – PYMES – operan más y más en el Mercado Unico europeo y por ello se ven a menudo enfrentadas con cuestiones y problemas jurídicos regidos por la legislación europea. El jurista de hoy en día, que ejerce su profesión en una Europa sin fronteras y en relación a una multiplicidad de relaciones jurídicas transfronterizas, no puede ignorar tales cambios. 1 “Cooperación judicial en materia civil” El término cooperación judicial en materia civil proviene del Tratado de Maastricht, Tratado de la Unión Europea – TUE - , el cual en su Título VI, ‘Disposiciones sobre Cooperación en los Ámbitos de la Justicia y Asuntos domésticos, Artículo K.1, definía la cooperación judicial en materia civil como un tema de interés común para los Estados miembros. Con el Tratado de Amsterdam, dicha política de cooperación, hasta entonces dirigida únicamente a los Estados miembros, fue elevada al rango de competencia legislativa especial de la Comunidad Europea: el Artículo 61(c) del Tratado CE reconoce la competencia legislativa de la Comunidad para tomar medidas en tal ámbito, las cuales incluyen en virtud del Artículo 65 del Tratado CE: a mejorar y simplificar: ■ - el sistema de notificación o traslado transfronterizo de documentos judiciales y extrajudiciales; - la cooperación en la obtención de pruebas; - el reconocimiento y la ejecución de resoluciones en asuntos civiles y mercantiles, incluidos los extrajudiciales; b fomentar la compatibilidad de las normas aplicables en los ■ Estados miembros sobre conflictos de leyes y de jurisdicción; c eliminar obstáculos al buen funcionamiento de los proce■ dimientos civiles fomentando, si fuera necesario, la compatibilidad de las normas de procedimiento civil aplicables en los Estados miembros. El concepto de cooperación entre los Estados miembros (a nivel gubernamental) se ha convertido en un área independiente del derecho europeo, con sus propios principios y nociones. El Título IV del Tratado CE, incluidos los artículos 61 y 65, es aplicable a todos los Estados miembros excepto Dinamarca. 2 Hacía un auténtico espacio de justicia Las reglas de la cooperación judicial en materia civil se basan en el principio de idéntico valor de los sistemas procesales de cada Estado miembro y sus sentencias. Y ese principio incluye asimismo la colaboración transfronteriza entre los tribunales y las autoridades que los rigen. Es evidente la importancia de reglas uniformes en esta área: si cada Estado miembro tuviera que decidir individualmente qué ley ha de aplicarse a cada relación jurídica transfronteriza y qué sentencias de los Estados miembros deben reconocerse, el resultado sería una falta de seguridad jurídica tanto para los ciudadanos como para las empresas en cuanto a la jurisdicción y legislación aplicables. Para que el Mercado Interno Europeo pueda funcionar, la seguridad jurídica europea debe ser un prerrequisito. En el Consejo Europeo de Tampere de 15 y 16 de octubre de 1999, el Consejo formuló el objetivo de crear un “auténtico espacio europeo de Justicia”, basado en el principio de que la incompatibilidad o la complejidad de los sistemas jurídicos y administrativos de los Estados miembros no debe impedir a personas y empresas ejercer sus derechos o disuadirles de ejercerlos. Debe facilitarse en toda Europa el acceso a la justicia de todos los ciudadanos. El Consejo Europeo de Tampere estableció tres prioridades: reconocimiento mutuo de resoluciones judiciales, mejora acceso a la justicia en Europa y mayor convergencia en el Derecho civil. 3 Entre estas prioridades, el principio de reconocimiento mutuo es la piedra angular de la cooperación judicial en materia civil. El Consejo de Justicia y Asuntos Internos adoptó el 30 de Noviembre de 2000, un programa de medidas para la aplicación del principio de reconocimiento mutuo de las resoluciones judiciales en materia civil y mercantil. El objetivo final es que las decisiones judiciales sean reconocidas y ejecutadas en otros Estados miembros sin ningún procedimiento adicional intermedio, en otras palabras, la supresión del exequatur. En este auténtico espacio europeo de justicia, se espera que un desarrollo futuro de la cooperación judicial en asuntos civiles facilite el movimiento de los ciudadanos y las actividades comerciales. 3 El “acervo comunitario” en el ámbito de la justicia civil En el terreno de la cooperación judicial en asuntos civiles, el denominado “acervo comunitario” es ya bastante importante y trata de todas las materias incluidas en el artículo 65 del Tratado CE, como el ámbito de competencia, el reconocimiento mutuo y la ejecución de sentencias, el ámbito de cooperación entre Estados miembros y el acceso a la justicia. Por ello, ya se ha adoptado toda una serie de instrumentos legislativos– que se aplican a todos los Estados miembros excepto Dinamarca – y otros se están elaborando: - Reglamento Bruselas II relativo a la competencia, el reconocimiento y la ejecución de resoluciones judiciales en material matrimonial y un nuevo Reglamento del Consejo en el mismo ámbito de aplicación, Bruselas II bis, que sustituirá el Reglamento Bruselas II. - Reglamento relativo a los procedimientos de insolvencia. Cooperación entre Estados miembros (Son instrumentos que tienden a mejorar la cooperación judicial en la práctica.): - Reglamento relativo a la notificación y al traslado de documentos en asuntos transfronterizos. - Reglamento de obtención de pruebas en materia civil y mercantil. - El Consejo adoptó una resolución relativa a la creación de una Red judicial europea en materias civil y mercantil. En el ámbito del acceso a la justicia: - Directiva relativa a la justicia gratuita en el marco de litigios transfronterizos. Actualmente, se han presentado los siguientes proyectos: - Indemnización a las víctimas de la delincuencia (libro verde y propuesta de directiva). - Modalidades alternativas de solución de conflictos (libro verde). Competencia, reconocimiento mutuo y ejecución de sentencias: - Reglamento Bruselas I relativo a la competencia judicial, al reconocimiento y la ejecución de resoluciones judiciales en materia civil y mercantil. 4 - Propuesta de Reglamento del Consejo por la que se crea un título ejecutivo europeo para créditos no impugnados, cuyo objetivo es poder dictar sentencia en casos de créditos no impugnados en un Estado miembro pero ejecutables en toda la Comunidad sin necesidad de procedimientos intermedios en el Estado miembro en donde la ejecución debe realizarse. - proceso monitorio europeo y medidas relativas a litigios de menor cuantía (libro verde). - ley aplicable a las obligaciones contractuales (libro verde). - Propuesta de un Reglamento “Roma II” sobre la ley aplicable a las obligaciones extracontractuales. 5 I I . C O O P E R A C I Ó N J U D I C I A L E N M AT E R I A C I V I L Y MERCANTIL Los conflictos de competencia y de ley en materia civil y mercantil son lo esencial de la cooperación judicial en materia civil. En materia procesal civil internacional, ciertas diferencias entre normas nacionales de competencia y reconocimiento de sentencias impiden el buen funcionamiento del mercado interno. Hacen falta reglas para unificar las normas que zanjan conflictos de competencia en materia civil y mercantil y simplificar las formalidades de reconocimiento y la ejecución rápida y sencilla de sentencias de otros Estados miembros. Tales reglas tienen que ser completadas por normas que resuelvan los conflictos de leyes. La Empresa A del Estado miembro 1 ha reservado a la Empresa B organizadora de ferias, con sede en el Estado miembro 2, 500 metros cuadrados de espacio de exposición con los correspondientes servicios exponer en una feria de tres días en ese Estado miembro 2. Cinco días antes del inicio de la feria, el cliente principal de la Empresa A comunica que no participará en la feria. La Empresa A cancela su reserva. Debido a la notificación tardía, la Empresa B no consigue alquilar los 500 metros cuadrados a otros expositor. La Empresa A se niega a pagar el alquiler por un espacio que no va a utilizar. La Empresa B quiere proceder contra la Empresa A y trata de enterarse sobre la manera de proceder. El sistema procesal europeo en materia civil y mercantil, basado hoy en día en el Reglamento 44/2001 “Bruselas I”, aporta más seguridad en casos como éste. Establece nor- 6 mas de conflicto de competencia, iguales en todos los Estados miembros que participen en tal sistema. Todas las sentencias dictadas en un Estado miembro reciben el mismo reconocimiento y ejecución en los demás Estados miembros. Además, hay normas idénticas en todos los Estados miembros para la resolución de conflictos en toda la Comunidad que garantizan que los Tribunales se pronunciarán de la misma manera. De acuerdo con el Reglamento Bruselas I, la Empresa B tiene dos posibilidades: en primer lugar, puede emprender acciones legales ante los tribunales competentes en la sede de la Empresa A del Estado miembro 1 porque de acuerdo con la norma general del Artículo 2, esas acciones pueden presentarse ante el tribunal de la sede del demandado. O bien, la Empresa B puede demandar ante un tribunal de su propio Estado miembro 2, que tenga competencia de acuerdo con el Artículo 5(1)(b) del Reglamento Bruselas I en cuanto lugar de prestación de los servicios contractuales. Una sentencia favorable del tribunal del Estado miembro 2 sería reconocida y mediante un procedimiento simple podría ejecutarse en cualquier Estado miembro en que la Empresa A tenga bienes. La Empresa B no tiene que preocuparse de que tales tribunales puedan pronunciarse sobre el caso en base a leyes distintas: De acuerdo con el Convenio de Roma de 1980, aplicable en todos los Estados miembros de la UE, las mismas normas determinarán qué ley es aplicable. (ver más adelante capítulo II 2. Convenio de Roma) 1 El Reglamento Bruselas I El Reglamento No 44/2001 sobre la competencia, el reconocimiento y la ejecución de sentencias en materia civil y mercantil de 22 de diciembre de 2000, el Reglamento Bruselas I, entró en vigor el 1° de marzo de 2002. Ha sustituido el Convenio de Bruselas de 1968 que tenía el mismo objeto y sigue aplicándose en Dinamarca y otros territorios de ultramar de algunos Estados miembros. El Convenio de Lugano, que viene a tener el mismo contenido que el Convenio de Bruselas, es aplicable en procedimientos que impliquen a Islandia, Noruega, Polonia y Suiza. El Reglamento cubre la mayor parte de la materia civil y mercantil a excepción de los ámbitos fiscal, aduanero y administrativo. También se excluyen ciertos ámbitos del derecho civil, como el estado y la capacidad jurídica de las personas físicas, los regímenes matrimoniales, los testamentos, las sucesiones, las quiebras, la seguridad social y el arbitraje. 1.1 El sistema de competencias del Reglamento Bruselas I El Reglamento Bruselas I establece un sistema completo de competencias y determina la competencia para dirimir conflictos transfronterizos entre tribunales de Estados miembros. El tribunal competente en el sistema judicial del Estado miembro, que sea competente de acuerdo con el reglamento, será designado por las normas internas procesales civiles del Estado miembro afectado. La Empresa A del Estado miembro 1 vende una máquina a la Empresa B del Estado miembro 2. La Empresa B presen- ta una oferta de compra que establece, entre otras cosas, que la adquisición se rige por las condiciones generales de venta de la Empresa B impresas en el dorso de la oferta. Tales condiciones establecen que el foro competente será el Tribunal C del Estado miembro 2. La Empresa A acepta la oferta mediante carta de confirmación. Tras la entrega, la Empresa B interpone demanda por mal funcionamiento de la máquina, reclamando daños y perjuicios a la Empresa A ante el Tribunal C. En el procedimiento, la Empresa A alega que el Tribunal C no es competente. Señala que de acuerdo con las leyes del Estado miembro 1, la cláusula de sumisión al foro contenida en las condiciones generales de venta de una de las partes es válida siempre y cuando sea aceptada expresamente por la otra parte. De acuerdo con el Artículo 23(1) del Reglamento Bruselas I, las partes, una o más de las cuales está domiciliada en un Estado miembro, pueden acordar que un tribunal o los tribunales de un Estado miembro será competente para conocer de todo litigio que surja o pudiera surgir con motivo de una determinada relación jurídica. Esta competencia será exclusiva, salvo pacto contrario entre las partes. En el ámbito del Reglamento Bruselas I la validez formal de las cláusulas de sumisión a foro debe derivar exclusivamente del Reglamento, que establece reglas autónomas. Tales normas prevalecen sobre las normas correspondientes en las leyes procesales civiles nacionales de los Estados miembros. (Cf. ver más adelante) 7 La regla básica: competencia del tribunal del domicilio del demandado El principio fundamental, de conformidad con el Artículo 2 del Reglamento Bruselas I, es, para las personas domiciliadas en el territorio de un Estado miembro, que la jurisdicción competente es la de los tribunales del Estado miembro donde el demandado tiene establecido su domicilio, cualquiera que sea su nacionalidad. La determinación del domicilio se efectúa en función de la ley del Estado miembro del tribunal competente. Para las personas jurídicas o las sociedades, el domicilio se define en función del lugar en que se encuentra su domicilio social, su administración central o su establecimiento principal. Si el demandado no estuviere domiciliado en un Estado miembro, el Artículo 4 del Reglamento establece que la competencia judicial y su prórroga se regirá, en cada Estado miembro, por la ley de este Estado miembro. Competencia alternativa y normas especiales En los Artículos 5 a 7, el Reglamento propone reglas alternativas de competencias especiales en relación con la norma general de competencia mencionada anteriormente. El demandante puede escoger entre la competencia de los tribunales del domicilio del demandado o la de los tribunales de otro Estado miembro que tuvieren una competencia especial. En la práctica, la competencia especial más importante se establece en el Artículo 5(1), que incluye materias sobre contratos, excepto los contratos de trabajo. La competencia internacional sobre la causa de la acción corresponde a los tribunales del lugar de ejecución de la obligación que sirve de base a la demanda. En el caso de los dos contratos tipo que prevalecen en la práctica europea 8 transfronteriza, el lugar de ejecución cubre todas las obligaciones que deriven del mismo contrato. Salvo pacto contrario, en la compraventa de mercaderías, el lugar de ejecución de la obligación es el lugar del Estado miembro en el que, según el contrato, hubieren sido o debieren ser entregadas las mercaderías, y cuando se tratare de una prestación de servicios, el lugar del Estado miembro en el que, según el contrato, hubieren sido o debieren ser prestados los servicios. El Artículo 5 establece además reglas especiales de competencia para ciertas materias específicas, como por ejemplo, en materia de obligaciones alimentarias, acciones civiles por daños o por restitución, o en el caso de conflictos que deriven de la explotación de sucursales, agencias u otros establecimientos. El Artículo 5(3), que establece la competencia en materia de delitos, ha asumido una importancia creciente. Las demandas por responsabilidades delictivas o casi delictivas pueden dirimirse ante el tribunal del lugar donde se ha producido o pudiere producirse el hecho dañoso. El Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas ha establecido que es el lugar donde se produce el daño o, alternativamente, el lugar donde se ha producido el hecho dañoso. Prórroga de la competencia y comparecencia del demandado La norma referente a la prórroga de la competencia se establece en el Artículo 23. Constituye una de las normas más importantes y utilizada con más frecuencia del Reglamento Bruselas I. Se admite en general la prórroga de la competencia. Sin embargo, existen limitaciones a favor de las partes amparadas por normas en materia de seguros, consumidores y trabajo. Además, la competencia exclusiva del Artículo 22 no puede ser minorada por una prórroga de competencia. En el caso anterior, las dos Empresas de Estados miembros diferentes discuten sobre la validez de la cláusula de sumisión de foro contenida en las condiciones generales de venta de la Empresa B. La solución puede derivar del Artículo 23 del Reglamento Bruselas I. Con respecto a los requisitos formales, el Artículo 23 del Reglamento Bruselas I contiene una serie de normas diferenciadas . El principio esencial es que las partes tienen que acordar por escrito cláusulas de sometimiento a foro, pero no hace falta un documento firmado por ambas partes. El intercambio de escritos o acuerdos orales confirmados por escrito cumplen también los requisitos. Asimismo, podría realizarse en una forma que se ajustara a los hábitos que las partes hubieren establecido entre ellas y en el comercio internacional, en una forma conforme a los usos que las partes conocieran o debieran conocer y que, en dicho comercio, fueran ampliamente conocidas y regularmente observadas por las partes en los contratos del mismo tipo en el sector comercial considerado. En el ejemplo anterior, la Empresa B sometió una oferta de compra escrita, que la Empresa A confirmó por escrito. En tal oferta de compra, la Empresa B se refirió expresamente a las condiciones generales de venta, que puso a disposición de la Empresa A, en el idioma utilizado por las partes. La cláusula de competencia prevista en las condiciones de venta de la Empresa B reúne por tanto los requisitos estipulados en el Artículo 23 (1) del Reglamento Bruselas I. Otorga en consecuencia competencia exclusiva al Tribunal C para conocer de la causa. Con independencia de los casos en los que su competencia resultara de otras disposiciones del Reglamento Bruselas I, será competente el tribunal de un Estado miembro ante el que compareciere el demandado, de acuerdo con el Artículo 24. Ello no será de aplicación si la comparecencia tuviera por objeto impugnar la competencia o si existiera otra jurisdicción exclusivamente competente en virtud del Artículo 22. Tal regla es importante en la práctica ya que fuerza al demandado a asegurarse de la competencia del tribunal antes de comparecer. Una vez aceptada, la competencia no puede ser revocada, determinándose de forma concluyente la competencia judicial. Normas especiales en material de seguros, contratos celebrados por los consumidores y contratos individuales de trabajo Se establecen reglas especiales en materia de seguros, contratos celebrados por los consumidores y contratos individuales de trabajo. Estos contratos se distinguen por la necesidad de amparo de la parte débil. El Reglamento Bruselas I provee normas especiales en estas secciones con la intención de poner a disposición de la parte débil, considerada digna de protección, un foro conveniente – es decir el asegurado, el consumidor o el empleado. La Sra. A, residente del Estado miembro 1, ha pedido un libro por internet a un librero y ha pagado el precio de 26,80 € por anticipado. El libro no le llegó nunca. La Sra. A ha averiguado que el vendedor por internet es una empresa domiciliada en el Estado miembro 2. Está decidida a emprende acciones legales y quiere saber dónde. El vendedor de 9 libros alega que sus condiciones generales de venta establecen la competencia de los tribunales del Estado miembro 2. De acuerdo con el Artículo 16 (1) del Reglamento Bruselas I un consumidor puede interponer una acción contra la otra parte contratante ante los tribunales del Estado miembro en que estuviere domiciliada dicha parte o ante el tribunal del lugar en que estuviere domiciliado el consumidor. El Artículo 15(1)(c) estipula que la decisión queda en manos del consumidor si el contrato ha sido concluido con una persona en el marco de su actividad comercial o profesional en el Estado miembro del domicilio del consumidor o, por cualquier modo, dirigiere tales actividades a dicho Estado miembro o a varios Estados miembros, incluido este último, y el contrato estuviere comprendido en el marco de dichas actividades. Como tal regla prevalece sobre acuerdos alcanzados anteriormente al nacimiento del litigio de acuerdo con el Artículo 17, la Sra. A puede en consecuencia demandar al vendedor ante el tribunal competente en el lugar en que esté domiciliada. Competencia exclusiva En el Artículo 22 del Reglamento Bruselas I se incluye una lista de las circunstancias que garantizan una competencia exclusiva si se supone que hay una relación particularmente fuerte con los tribunales de un Estado miembro en concreto o en las que se requiere una necesidad especial de garantías legales. Ello incluye, inter alia, procedi- 10 mientos cuyo objeto sean derechos reales inmobiliarios o contratos de arrendamiento de bienes inmuebles o procedimientos relativos a inscripciones o validez de patentes u otros derechos de propiedad industrial. En todos los casos enumerados en el Artículo 22, no se pueden entablar acciones ante otros tribunales, tal como el tribunal del domicilio del demandado o todo otro tribunal acordado por las partes mediante una cláusula de sumisión a foro.. Medidas provisionales y cautelares El Artículo 31 del Reglamento Bruselas I establece asimismo que podrán solicitarse medidas provisionales a las autoridades judiciales de un Estado miembro, si tales medidas existen de acuerdo con la ley de tal Estado miembro. Ello es de aplicación aunque los tribunales de otro Estado miembro fueren competentes para conocer sobre el fondo. 1.2 Litispendencia europea La norma de litispendencia europea impide que los tribunales de varios Estados miembros dicten sentencias conflictivas sobre los mismos derechos de acción. Cuando se formularen demandas con el mismo objeto y la misma causa entre las mismas partes ante tribunales de Estados miembros distintos, todo tribunal distinto al primero suspenderá de oficio el procedimiento en tanto no se declarare competente el tribunal ante el que se interpuso la primera. En cuanto se declare la competencia del primer tribunal, cualquier otro tribunal distinto deberá declinar su competencia a favor de éste. Tal regla tiene una gran importancia en la práctica legal transfronteriza. 1.3 Reconocimiento y ejecución de resoluciones dictadas por tribunales de otros Estados miembros El Reglamento Bruselas I ha simplificado los trámites necesarios para un reconocimiento y un exequátur rápido de las decisiones dictadas por una jurisdicción de un Estado miembro por medio de un procedimiento simple e uniforme. Reconocimiento De acuerdo con el Artículo 33, una sentencia dictada en un Estado miembro será automáticamente reconocida en el otro Estado miembro sin que fuere necesario recurrir a procedimiento alguno. El reconocimiento sólo podrá ser denegado en casos muy excepcionales. El caso más significativo en la práctica es el regulado por el Artículo 34(2), cuando se dicten sentencias en rebeldía del demandado, si no se hubiere entregado al mismo la cédula de emplazamiento o documento equivalente de forma regular y con tiempo suficiente para que pudiera defenderse. Una sentencia no será reconocida (Artículo 35(1)) si entra en conflicto con las normas del Reglamento sobre competencias exclusivas o normas especiales en materia de seguros, contratos celebrados por los consumidores y los contratos individuales de trabajo. En todos los otros casos, el Artículo 35(3) prohíbe expresamente la fiscalización de la competencia del tribunal del Estado miembro de origen. El Artículo 36 establece que en ningún caso la resolución extranjera podrá ser objeto de revisión en cuanto al fondo. Fuerza ejecutiva Las resoluciones ejecutorias dictadas en un Estado miembro podrán declararse ejecutorias y ejecutarse en otro Estado miembro. La parte que desee ejecutar una sentencia en otro Estado miembro, solicitará al tribunal que ha dictado sentencia que emita certificación (conforme al formulario normalizado que figura en el Anexo V), que confirme su fuerza ejecutoria. El tribunal o autoridad competente designada por otro Estado miembro para examinar las solicitudes revisará el cumplimiento de las formalidades de los documentos que deben adjuntarse a la solicitud. Un recurso puede ser formulado a continuación por una de las partes ante uno de los órganos jurisdiccionales indicados en anexo al reglamento pero referido solamente a la ejecución de la decisión. El Reglamento Bruselas I establece claramente que el único caso en el cual una jurisdicción puede rechazar o revocar la declaración que constata la fuerza ejecutoria es cuando una decisión es manifiestamente contraria al orden público. La resolución sobre la solicitud de fuerza ejecutiva podrá ser recurrida por cualquiera de las partes mediante el procedimiento especial previsto en los Artículos 43 a 46. Cuando una resolución debe ser reconocida, el solicitante puede instar la adopción de medidas provisionales, incluidas las medidas cautelares, de conformidad con la legislación del Estado miembro requerido, sin que resulte necesario el otorgamiento de la ejecución. Sin embargo, el otorgamiento de la ejecución incluye la autorización para adoptar cualesquiera medidas cautelares. 2 Conflictos de leyes – instrumentos y proyectos La armonización de las reglas de conflicto, que debe distinguirse de la armonización del derecho de fondo, tiende a armonizar las leyes, al determinar la ley aplicable a una obligación. 11 2.1 El Convenio de Roma de 1980 y propuestas del Reglamento Roma I El Convenio de Roma El Convenio de Roma sobre la ley aplicable a las obligaciones contractuales, vigente desde abril 1991, es ahora efectivo para todos los Estados miembros, si bien permanecen divergencias sustanciales respecto a ciertos puntos, debido a la variedad de formas de ratificación y reservas establecidas en el Convenio. El Convenio se aplica a las obligaciones contractuales en situaciones que impliquen un conflicto de leyes, incluso si la ley designada es la de un Estado no contratante, con exclusión de ciertas materias, tal como las obligaciones contractuales relativas a las leyes de sucesión o derechos de propiedad que deriven de los regímenes matrimoniales. En su ámbito de aplicación, las reglas del Convenio de Roma son, por tanto, las únicas reglas del derecho internacional privado que se aplican en los Estados miembros. Las partes de un contrato podrán designar la ley aplicable a la totalidad o solamente a una parte del contrato. Si las partes no hubieran elegido explícitamente la ley aplicable, el contrato se regirá por la ley del país con el que presente los vínculos más estrechos que es en general el lugar de la residencia habitual cuya prestación sea la característica del contrato o si se tratare de una sociedad, asociación o persona jurídica, el lugar de su administración central. (Por ejemplo, en un contrato de venta, la prestación característica es la del vendedor). Para los contratos relativos a derechos reales inmobiliarios, se presume que el vínculo más estrecho es el del país en que estuviera situado el inmueble. Al tratarse de contratos referentes al transporte 12 de mercancías, la ley aplicable se determinará en función del lugar de carga o descarga o del establecimiento principal del expedidor. Sin embargo, para todos los contratos, en el caso de que las circunstancias indiquen que el contrato tiene un vínculo más estrecho con otro país, aplicaciones aplicará la ley de este país. Las reglas especiales y protectoras en favor de la parte más débil cubren los contratos celebrados por los consumidores y los contratos individuales de trabajo. En el caso de los contratos celebrados por los consumidores, salvo pacto contrario de las partes, tales contratos son sometidos a la ley del país en que tenga el consumidor su residencia habitual, si existe un vínculo con tal país tal como se establece en el Artículo 3 y 5(2). En relación con los contratos de trabajo, a falta de elección, será de aplicación la ley del país en que el trabajador, en ejecución del contrato, realice habitualmente su trabajo. Si el trabajador no realiza habitualmente su trabajo en un mismo país, el contrato se regirá por la ley del país en que se encuentre el establecimiento que haya contratado al trabajador. Sin embargo, si resulta del conjunto de circunstancias que el contrato de trabajo tiene vínculos más estrechos con otro país, se aplicará la ley de este otro país, Artículo 6(2). En el caso de los contratos celebrados por los consumidores, y como principio general, la elección de la ley aplicable no podrá en ningún caso tener por resultado una desventaja para el consumidor o privarlo de la protección que le proporcionen las disposiciones de la ley del país en que resida, caso de ser más favorable. Respecto de los contratos individuales de trabajo, un trabajador no puede ser privado de la protección que le proporcionen las disposiciones imperativas del derecho laboral, en ejecución del contrato, en el país en que reside habitualmente. En el caso del organizador de la feria , llamado Empresa B, que había recibido a última hora un aviso de cancelación de un gran espacio de exposición (ver página 6), esa Empresa B quiere asegurarse de que su contrato con el expositor Empresa A se rige por las normas de su propia legislación, es decir la legislación del Estado miembro 2 Los organizadores de ferias normalmente estipulan en sus condiciones generales que los contratos con los expositores se rigen por las leyes del Estado donde el organizador desarrolla su negocio. El Convenio de Roma establece el principio de libertad de elección de las partes de un contrato: Artículo 3(1). Si la Empresa B ha incluido una cláusula de elección de jurisdicción, ésta se aplica al contrato. En el caso contrario, la ley aplicable tendría que determinarse de acuerdo con las leyes del país con el cual el contrato tenga el vínculo más estrecho. De acuerdo con el contrato, el alquiler de espacio de exposición y los servicios relacionados con la feria facilitados por la empresa B serían característicos del contrato. Esto obviamente difiere de la obligación de pagar que tiene la Empresa A, que es una obligación de tipo muy general. Por tanto, la ley aplicable al contrato es la ley del Estado miembro 2, donde la Empresa B tiene su administración central. . Propuestas para sustituir el Convenio de Roma por el Reglamento Roma I La Comisión Europea publicó el 14 de Enero de 2003 un libro verde sobre la ley aplicable a las obligaciones contractuales con el título “Reglamento Roma I”. De hecho, la sustitución del Convenio por un instrumento de la CE supera los límites inherentes al Convenio de Roma en cuanto Tratado internacional. También establecería– del mismo modo que para la cooperación judicial en materia civil en general – al Tribunal de Justicia Europeo como árbitro final de la interpretación de las normas, competencia que no se rige según el Convenio de Roma. Finalmente, se habla de la actualización de algunas disposiciones del Convenio de Roma, en particular la adaptación del Artículo 5 sobre la ley aplicable a los consumidores en materia de transacciones electrónicas. 2.2 La propuesta de un Reglamento Roma II A pesar de que el Reglamento Bruselas I cubre tanto las obligaciones contractuales como las extracontractuales, hasta la fecha sólo se han armonizado las normas sobre las leyes aplicables a las obligaciones contractuales en la Comunidad Europea. Consecuentemente, en fecha 22 de julio de 2003, la Comisión Europea presentó una propuesta de un “Reglamento Roma II” sobre la ley aplicable a las obligaciones extracontractuales. Se excluyen del ámbito del Reglamento propuesto algunas materias de las obligaciones extracontractuales, como las que deriven de las relaciones de familia o asimiladas, de los regímenes matrimoniales o de sucesiones. El Reglamento propuesto distingue normas de conflicto de leyes para dos categorías esenciales de obligaciones extracontractuales: las que deriven de un delito y las que no deriven de un delito. La norma propuesta en el caso de incumplimiento de las obligaciones extracontractuales que deriven de un delito es que se aplica la ley del lugar donde se ha producido o pudiera producirse el 13 daño directo. Los objetivos de confirmar la norma lex loci delicti commissi son por una parte, el deseo de seguridad jurídica y, por otra, la búsqueda de un equilibrio razonable entre los intereses del presunto autor del daño y la persona perjudicada. Sin embargo, en el caso de que el presunto autor del daño y la persona perjudicada sean residentes habituales del mismo país, se aplicará la ley de este país. El Reglamento propuesto establece una cláusula de excepción general, cuyo objetivo es introducir una determinada flexibilidad, que permita al tribunal adaptar la norma rígida a un caso concreto, para aplicar la ley que corresponda al centro de gravedad de la situación, en el caso de que la obligación presente un vínculo manifiestamente más estrecho con otro país. El Reglamento propuesto establece además normas especiales de aplicación en materias jurídicas tales como responsabilidad por los daños causados por productos defectuosos, competencia desleal o propiedad intelectual. Respecto a las obligaciones extracontractuales que deriven de un hecho no delictivo – tal como el enriquecimiento injusto y gestión de negocio sin autorización – el Reglamento propuesto establece algunas normas para garantizar que la obligación esté regulada por la ley del Estado con el cual tenga el vínculo mas estrecho con los hechos, procurando al mismo tiempo que el tribunal disponga de suficientemente flexibilidad para adaptar la norma a su sistema nacional. Se autoriza a las partes a elegir la ley aplicable a su relación extracontractual, una vez surgido el desacuerdo (no se admite la elección ex ante). La elección debe ser explícita o resultar claramente de las circunstancias de la causa. Se limita sin embargo la libertad de elección cuando todos los elementos de la situación se encuentran en un país distinto al de la ley elegida, excluyéndose la 14 propiedad intelectual. Además, la aplicación de un derecho extranjero no debe ser manifiestamente incompatible con las leyes de orden público del estado del foro. 3 Desarrollo ulterior de la cooperación judicial en material civil y mercantil La Comunidad intenta aumentar la permeabilidad de las barreras que aún quedan entre los sistemas judiciales de los Estados miembros. El Consejo Europeo de Tampere insistió en que se formule una propuesta para “reducir aún más las medidas intermedias que siguen exigiéndose para el reconocimiento y ejecución de una resolución o sentencia en el Estado requerido”, siendo el último objetivo el reconocimiento y ejecución automático de las resoluciones judiciales en materia civil y la completa abolición del procedimiento de exequatur. 3.1 La Comisión propone un Reglamento para crear un título ejecutivo europeo para créditos no impugnados La propuesta de un Reglamento del Consejo (COM/2002/0159 final) para crear un Título europeo ejecutivo para créditos no impugnados crea un sistema que permite la libre circulación de circulación de sentencias, resoluciones judiciales y documentos públicos en todos los Estados miembros mediante la aplicación de requisitos mínimos cuyo cumplimiento hace innecesario todo procedimiento intermedio en el Estado miembro de ejecución antes de su reconocimiento y ejecución. Tal Reglamento se aplica en material civil y mercantil, independientemente de la naturaleza del tribunal o del juez. El concepto de 'créditos no impugnados' ampara cualquier situación en que el acreedor, en ausencia comprobable de todo litigio por parte del deudor acerca de la naturaleza o el alcance de la reclamación pecuniaria, ha obtenido bien una decisión judicial en contra del deudor o un documento ejecutorio que requiera el consentimiento expreso del deudor, ya sea una transacción judicial o un documento fehaciente. Caso de que una resolución sobre un crédito no impugnado haya sido entregado en un Estado miembro, el acreedor podrá elegir entre solicitar la certificación como Título Ejecutivo Europeo para créditos no impugnados y el sistema de reconocimiento y ejecución de acuerdo con el Reglamento (EC) No 44/2001. Una sentencia sobre créditos no impugnados que haya sido certificada como Título Ejecutivo Europeo en un Estado miembro de origen será reconocida y ejecutada en otros Estados miembros sin ningún procedimiento especial en el Estado miembro de ejecución. El Sr. A ha interpuesto una demanda pecuniaria contra el Sr. B mediante una acción legal en el Estado miembro 1, donde los dos tienen su domicilio. El Tribunal ha condenado al Sr. B, que no ha recurrido la demanda durante el procedimiento legal, a pagar 10.000 Euros al Sr. A. Como el Sr. B ha transferido recientemente todos sus activos a un banco del Estado miembro 2, el Sr. A pregunta cómo puede ejecutar la sentencia en el Estado miembro 2 Actualmente, el Sr. A debe solicitar en el Estado miembro 2, donde se quiere ejecutar, una declaración de ejecución. El procedimiento de “exequátur” regido por el Reglamento 44/2001 (Bruselas I), implica procedimientos en un Estado miembro distinto al del Estado en que se ha dictado sentencia. Esto causa más costes y un cierto retraso. De acuerdo con el futuro Reglamento de creación de un título ejecutivo Europeo, el Sr. A tendrá una segunda opción a su disposición: puede solicitar una certificación del título ejecutivo europeo para créditos no impugnados en el tribunal de origen, el cual sería reconocido y aplicado en el Estado miembro 2 sin que haga falta ningún otro procedimiento especial. Tal Reglamento proporcionará un beneficio tangible a los acreedores que dispongan de una ejecución rápida y eficaz en el extranjero sin la participación de la judicatura del Estado miembro en el que se persigue la ejecución con los consiguientes retrasos y gastos. Constituye una parte del grupo de medidas para facilitar el reconocimiento mutuo de las sentencias u otras resoluciones judiciales. De hecho, ya no será necesaria la implicación del poder judicial en un segundo Estado miembro y se evita en general tener que traducir los documentos ya que serán utilizados formularios multilingües para la certificación. El órgano jurisdiccional de origen cumplimentará en su lengua oficial la certificación del Título Ejecutivo Europeo mediante el formulario que figura en el Anexo I. El Reglamento establece unos requisitos mínimos para los procedimientos que finalizarán con una sentencia a efecto de asegurar que el deudor esté informado de la acción judicial, los requisitos para su 15 activa participación en los procedimientos con tiempo suficiente y de forma que le permita preparar su defensa. Los tribunales del Estado miembro de origen deben controlar el cumplimiento de los requisitos mínimos antes de emitir una certificación del Título Ejecutivo Europeo con la transparencia debida . El Consejo ha adoptado una posición común en febrero 2004 para acoger este Reglamento y transferirlo al Parlamento europeo para una segunda lectura. 3.2 Propuesta de un título de pago europeo y de un nuevo instrumento de creación de un proceso europeo para litigios de menor cuantía La Comisión Europea presentó en fecha 20 de Diciembre de 2002 un “Libro Verde sobre el proceso monitorio europeo y las medias para simplificar y acelerar los litigios de menor cuantía”. Ese título de pago europeo incluye una lista muy completa de las cuestiones relevantes para fomentar un debate público respecto a la creación de un procedimiento rápido y eficaz para cobrar los créditos que se presumen no impugnados. La Comisión adoptó en marzo 2004 una propuesta legislativa de un Reglamento sobre este tema. 3.3 Acuerdos extrajudiciales – desarrollo de modalidades alternativas de solución de conflictos en materia civil y mercantil en la Unión Europea El 19 de abril de 2002, la Comisión Europea publicó un Libro Verde sobre las modalidades alternativas de solución de conflictos en 16 materia civil y mercantil (ADR). Su objetivo era estudiar la situación nacional, europea e internacional y consultar los Estados Miembros y las partes interesadas sobre las posibles opciones. Las ADR son procedimientos extrajudiciales utilizados para dirimir litigios civiles y mercantiles. Habitualmente las partes litigantes deben colaborar para encontrar una solución al conflicto con la ayuda de un tercero neutral. Los ADR son considerados como un elemento importante para conseguir mecanismos de solución de conflictos justos y eficaces en la UE. I I I . D E R E C H O D E L A FA M I L I A 1 Reglamento Bruselas II El Reglamento (EC) 1347/2000 de 29 de Mayo de 2000 relativo a la competencia, el reconocimiento y la ejecución de resoluciones judiciales en materia matrimonial y de responsabilidad parental para hijos de ambos cónyuges (el “Reglamento Bruselas II”) entró en vigor el 1 de Marzo de 2001. El Reglamento sólo trata de procedimientos civiles en relación con divorcios, separaciones legales o anulación de matrimonios, así como de las decisiones relativas a la responsabilidad parental si son dictadas en el marco de un procedimiento matrimonial y afectan a hijos comunes de ambos cónyuges. Para tales procedimientos el Reglamento prevé normas para establecer: - la competencia entre los tribunales de los Estados miembros, - el reconocimiento y la ejecución de sentencias dictadas por los tribunales de otros Estados miembros. La Sra. A es ciudadana del Estado miembro 1. Está casada con el Sr. B con quien ha estado viviendo durante tres años en casa de él sita en el Estado miembro 2. La Sra. A ha decido solicitar el divorcio y volver a su país de origen, donde vive su familia. Le gustaría irse lo antes posible y solicitar el divorcio en su país de origen. No ha hablado con el Sr. B en dos semanas, y le preocupa que el divorcio se convierta en un problema serio. El Artículo 2(1) del Reglamento Bruselas II establece la competencia de los órganos jurisdiccionales de acuerdo con la residencia habitual de los cónyuges o última residencia habitual, si uno de ellos aún vive allí o la nacionalidad común de estos (en el caso del Reino Unido e Irlanda, el ‘domicilio’ de cada uno de los cónyuges). Después de que la Sra. A haya vuelto a su país de origen, sólo podrá solicitar el divorcio ante un tribunal del Estado miembro I, si cumple alguno de los requisitos siguientes: - Si puede convencer al Sr. B para presentar una demanda conjunta de divorcio, en cuyo caso tienen competencia los tribunales de los dos Estados miembros donde cualquiera de los cónyuges reside habitualmente. Después de la vuelta a su país de origen, podría solicitar el divorcio en este Estado miembro (siempre y cuando ella haya adquirido su residencia habitual en el mismo) o ante un tribunal del Estado miembro 2 donde el Sr. B normalmente reside. - No obstante, si el Sr. B rechazase la demanda conjunta, la Sra. A sólo podría presentar su solicitud ante un tribunal de su país de origen después de residir en él un mínimo de seis meses. Si la Sra. A decidiese emigrar a un tercer Estado miembro del cual no es ciudadana, se le permitiría solicitar el divorcio en este estado después de haber residido en él un mínimo de un año. La Sra. A tendría que saber que el Sr. B, cuya intención parece ser quedarse en la vivienda actual de los cónyuges, se encuentra en una posición más favorable en el sentido de que puede solicitar el divorcio ante un tribunal de ese mismo Estado miembro inmediatamente, mientras que ella tendría que esperar seis meses. De ser esto último el caso, la acción de él impediría la 17 acción subsiguiente de ella. El Artículo 11(1) del Reglamento Bruselas II establece que cuando se formulen demandas con el mismo objeto y la misma causa entre las mismas partes ante órganos jurisdiccionales de distintos Estados miembros, el primer órgano jurisdiccional ante el que se presentó la primera demanda es competente (llamado lis pendens), y el segundo deberá suspender de oficio el procedimiento. El Reglamento Bruselas II sólo se aplica a los procedimientos relativos a la disolución de vínculos matrimoniales, pero no afecta a cuestiones tales como la culpa de los cónyuges, el régimen económico matrimonial y las obligaciones de alimentos o a otras posibles medidas accesorias, a pesar de que son cuestiones que aparecen vinculadas a dichos procedimientos. Los criterios atributivos de competencia que se incluyen en el Reglamento Bruselas II parten del principio de que exista un vínculo real entre una parte y el Estado miembro que ejerce la competencia. Permite a las partes elegir entre siete criterios alternativos. El tribunal competente en materia matrimonial es asimismo competente en temas de responsabilidad parental relativa a hijos comunes de ambos cónyuges, en el caso de que el hijo resida habitualmente en el Estado miembro del tribunal matrimonial. De residir el hijo en otro Estado miembro, el tribunal matrimonial puede seguir siendo competente en cuanto a la cuestión de la responsabilidad parental, en la medida en que al menos uno de los padres tenga la custodia del hijo, si la competencia de los tribunales ha sido aceptada por ambos cónyuges, y si es para salvaguardar los intereses del hijo. 18 En base al principio de confianza mutua, una sentencia dictada por un Estado miembro será reconocida en todos los demás Estados miembros. Los motivos de denegación del reconocimiento se reducen al mínimo imprescindible. En caso de sentencias relativas a separaciones, divorcios o anulaciones de matrimonio, no se requiere ningún procedimiento especial para actualizar los registros del estado civil de un Estado miembro. Es también principio esencial de acuerdo con el Reglamento Bruselas II, así como del Reglamento Bruselas I, que el Estado requerido no revise ni la competencia del Estado de origen ni las investigaciones de hechos. Las sentencias relativas a responsabilidad parental pueden ser reconocidas y ejecutadas en otros Estados miembros una vez hayan sido declaradas ejecutorias por el tribunal relevante en el Estado miembro de ejecución (“exequátur”). La decisión para otorgar un exeq-uátur puede ser revisada en apelación. 2 Nuevo Reglamento que reemplaza el Reglamento Bruselas II. El ámbito del Reglamento Bruselas II se ha mostrado demasiado limitativo en materia de responsabilidad parental. Por este motivo, la Comisión propuso en 2002 un proyecto de Reglamento a los efectos de derogar el Reglamento Bruselas II para cubrir todas las resoluciones referentes a la responsabilidad parental, independientemente del estado civil de los padres o de si existe un proceso matrimonial pendiente entre los padres. El nuevo Reglamento fue adoptado el 27 de noviembre de 2003 y entrará en vigor el 1 de marzo de 2005. El nuevo Reglamento contiene normas especiales sobre la sustracción de menores en la Unión Europea. Es el caso en que un niño es sustraído o retenido en violación de los derechos de custodia. El objetivo del Nuevo Reglamento es disuadir la sustracción de menores en la UE y en caso de sustracción, asegurar la inmediata devolución del niño. Sus normas complementan y refuerzan el Convenio de la Haya de 25 de Octubre de 1980 sobre los aspectos civiles de la sustracción internacional de menores, en vigor en todos los Estados miembros. larga, especialmente si existe oposición de la otra parte. El juez de la residencia habitual cooperará con el juez de origen que dictó la resolución de no restitución y por ejemplo recibirá la trascripción de la vista oral del niño. . La regla general de que sea competente el órgano jurisdiccional del Estado miembro en cuyo territorio se halle la residencia habitual del niño, puede presentar un riesgo de que el niño sea sustraído por padres que quieran llevar el caso ante un juez de su propia nacionalidad con la esperanza de recibir un trato más favorable. Para impedirlo, el Reglamento establece que los tribunales del Estado miembro en que residía habitualmente el niño antes de la sustracción mantiene su competencia, incluso después de la sustracción, y será quien decidirá. La resolución de no restituir el niño puede ser dictada por los órganos jurisdiccionales del Estado miembro a donde fue llevado el niño. Tal resolución puede, sin embargo, contradecirse por una sentencia posterior sobre la custodia pronunciada por órganos jurisdiccionales competentes en el Estado miembro donde residía el niño antes de la sustracción . Si es apropiado, el niño puede ser interrogado durante el procedimiento. Si una sentencia pronuncia que un niño debe ser restituido, será reconocida y ejecutada sin mediar ningún procedimiento especial (exequatur), si se han cumplido determinados requisitos procesales (por ejemplo, que el niño haya sido interrogado). La abolición del exequatur sirve para asegurar la rápida restitución del niño. La duración de un procedimiento de exequatur puede ser bastante 19 I V. E L R E G L A M E N T O R E L AT I V O A L O S P R O C E D I M I E N T O S D E I N S O LV E N C I A Existía una gran necesidad de reglamentar los procedimientos de insolvencia en Europa, más allá de la mera aplicación del derecho interno de cada Estado miembro. En ese campo hay cada vez más efectos transfronterizos y es necesario evitar que las partes encuentren incentivos para transferir bienes de un Estado miembro a otro en busca de una posición jurídica más favorable. El buen funcionamiento del mercado interior requiere que los procedimientos de insolvencia transfronterizos sean eficientes y efectivos. Estos objetivos no pueden alcanzarse de forma suficiente a nivel nacional, por lo que está justificada una acción a nivel comunitario respecto a la competencia, reconocimiento y legislación aplicable en tal ámbito. El Reglamento (EC) No 1346/2000 de 29 de Mayo 2000 sobre los procedimientos de insolvencia crea por vez primera un marco obligatorio para la interacción de procedimientos de insolvencia entre Estados miembros de la UE. El Reglamento sobre insolvencia entró en vigor el 31 de Mayo de 2002 y es de aplicación a todos los procedimientos incoados antes de tal fecha. El Reglamento de Insolvencia debe aplicarse a los procedimientos de insolvencia, independientemente de que el deudor sea una persona física o jurídica, un comerciante o un particular. Los procedimientos son los que se definen en el Artículo 1(1) del Reglamento y se enumeran en los Anexos A y B del Reglamento. Para la aplicación de ese Reglamento, los procedimientos deben estar reconocidos oficialmente y ser legalmente eficaces en el Estado miembro en el que se abrió un procedimiento colectivo de insolvencia llevando consigo el desapoderamiento total o parcial del deudor y el nombramiento de un síndico. 20 El Reglamento contiene normas de competencia que establecen que órgano jurisdiccional de que Estado miembro es competente para iniciar y llevar adelante los procedimientos de insolvencia. Se basa sobre el principio de que sólo puede existir un procedimiento único de insolvencia con validez universal, y sus eventuales procedimientos segundarios. Tendrán competencia para iniciar el procedimiento principal de insolvencia los tribunales del Estado miembro en cuyo territorio se sitúe el centro de los intereses principales del deudor, Artículo 3. Podrán iniciarse procedimientos nacionales sobre los bienes situados en el territorio de otro Estado miembro – “procedimientos secundarios” – junto con los procedimientos principales, Artículo 3(2) y Capítulo III. En el caso de que procedimientos nacionales se inicien antes de los procedimientos principales, se denominan “procedimientos territoriales” hasta que se inicien los procedimientos principales. Los procedimientos de insolvencia principales y secundarios se llevarán de forma separada y habitualmente por distintos síndicos. Sin embargo, sólo podrán contribuir a una liquidación eficiente de la masa de insolvencia si los procedimientos paralelos pendientes están coordinados. A este respecto, una condición esencial es la estrecha colaboración de los diferentes síndicos, que en particular debe suponer un intercambio suficiente de información. Para asegurar el papel predominante del procedimiento principal de insolvencia deberían ofrecerse al síndico de dicho procedimiento varias posibilidades de intervención en procedimientos simultáneos secundarios. Todo acreedor, que tenga su domicilio, su residencia habitual o su sede dentro de la Comunidad, tiene el derecho de hacer valer sus pretensiones sobre el patrimonio del deudor en todos los procedimientos de insolvencia pendientes en la Comunidad. No obstante, en interés de la igualdad de trato de los acreedores, debe coordinarse la distribución del activo liquidado. Cada acreedor puede conservar lo que haya recibido en el marco de un procedimiento de insolvencia, pero sólo está autorizado a participar en el reparto del activo total en otro procedimiento cuando los acreedores del mismo rango hayan obtenido el mismo porcentaje de sus pretensiones, Artículo 20(2). Las condiciones que debe cumplir un acreedor para solicitar la apertura de un procedimiento secundario se determinan por la legislación del Estado miembro en el territorio en el que se hayan iniciado tales procedimientos, Artículo 29. Los efectos de tales procedimientos se restringen asimismo a los bienes del deudor situados en el territorio del Estado miembro, Artículo 3(2) y 27. La Empresa A se rige por la legislación del Estado miembro 1 donde desarrolla su negocio y dónde se encuentran sus intereses principales. Se ha declarado insolvente ante el tribunal competente del Estado miembro 1. Dicho tribunal ha abierto un procedimiento de insolvencia y ha designado un síndico. La Empresa B, cuya sede se encuentra en el Estado miembro 2, ha presentado demandas cuantiosas contra la Empresa A. Declara que la Empresa A tiene un establecimiento en el Estado miembro 2, incluyendo un gran almacén y propiedades inmobiliarias. La empresa B pregunta cuál es la mejor manera de salvaguardar sus intereses durante los procedimientos de insolvencia. Antes de que el Reglamento sobre Insolvencia entrara en vigor, la Empresa B podría haber intentado obtener una resolución del Tribunal permitiendo proceder contra los bienes de la Empresa A en el Estado miembro 2. El efecto de resoluciones judiciales en relación con procedimientos de insolvencia estaba restringido al Estado miembro donde se dictaban tales resoluciones y a menudo no impedían actuaciones de ejecuciones individuales en otros Estados miembros. Las disposiciones del Reglamento han cambiado radicalmente la situación. Ahora, a partir de la fecha de apertura del expediente de insolvencia en un Estado miembro, la ejecución individual está excluida en todos los Estados miembros. Actualmente, según el Reglamento de Insolvencia, la Empresa B debe insertar su demanda en los procedimientos abiertos en Estado miembro 1. En un caso como el de la Empresa A, que posee bienes sustanciales en un Estado miembro distinto del Estado miembro donde se desarrollan los procedimientos principales, el Reglamento de Insolvencia prevé la posibilidad de iniciar los llamados “procedimientos secundarios” pero en determinadas condiciones. Los efectos de los procedimientos están restringidos a los bienes del deudor que se encuentren en el territorio de ese Estado miembro. Es por tanto aconsejable que la Empresa B averigüe si estos procedimientos secundarios se inician en el Estado miembro 2 o si se dan las condiciones especiales que le permiten iniciarlos al acreedor. De acuerdo con el principio establecido en el Artículo 4(1) del Reglamento de Insolvencia, la ley aplicable al procedimiento de insolvencia y sus efectos será la del Estado miembro en cuyo territorio se incoe dicho procedimiento. La lex concursus determina todos los efectos del pro- 21 cedimiento de insolvencia, tanto procesales como materiales, sobre las personas y las relaciones jurídicas implicadas. El Reglamento establece además para las materias que entran en su ámbito de aplicación, normas uniformes de conflicto con las leyes que sustituyen, en su esfera de aplicación, a las normas nacionales de Derecho internacional privado. Se establecen reglas especiales sobre las normas aplicables para derechos y vínculos legales que sean de considerable importancia (por ejemplo, derechos reales, compensación, reserva de propiedad y contratos de trabajo) (Artículo 5 a 10). Se establecen esta serie de excepciones a la norma general con el fin de proteger las expectativas legítimas y la seguridad de las operaciones en Estados miembros distintos de aquel en que se inició el procedimiento. El Reglamento prevé el reconocimiento inmediato de decisiones de apertura, curso y cierre de un procedimiento de insolvencia que regula así como de las sentencias pronunciadas en tales procedimientos de insolvencia. En general, toda resolución incoadota de un procedimiento de insolvencia será reconocida en todos los demás Estados miembros desde el momento en que produzca efectos en el Estado de apertura, Artículo 16. Producirá en esos Estados, sin ningún otro trámite, los mismos efectos que produce en el Estado de apertura, Artículo 17, salvo que el reconocimiento sea manifiestamente contrario a las normas de orden público, Artículo 26. Además, la designación de un síndico y los poderes que le hayan sido conferidos por la ley del Estado de apertura serán plenamente reconocidos en los otros Estados miembros, Artículo 18. 22 V. C O O P E R A C I Ó N J U D I C I A L E N L A P R Á C T I C A 1 El reglamento sobre notificación y traslado de documentos Para que la cooperación entre los órganos jurisdiccionales de los Estados miembros de la Unión Europea sea efectiva, el traslado de documentos entre las autoridades judiciales debe ser rápido y seguro. El Reglamento (EC) No 1348/2000 de 29 de Mayo de 2000, relativo a la notificación y traslado a los Estados miembros de documentos judiciales y extrajudiciales en materia civil y mercantil entró en vigor el 31 de Mayo de 2001 para todos los Estados miembros salvo Dinamarca. Entre Dinamarca y los otros Estados miembros es de aplicación el Convenio de la Haya de 1965 relativo a la notificación de documentos. La Empresa A del Estado miembro 1 ha demandado a la empresa B del Estado miembro 2, en el Estado miembro 1 por una cantidad sustancial. Después de 14 meses de procedimientos, el tribunal ha dictado una sentencia en rebeldía, mediante la cual se adjudica el importe a la Empresa A. La empresa A ha sometido una solicitud de ejecución al tribunal competente en el Estado miembro 2, donde la Empresa B posee propiedades inmobiliarias. Sin embargo, después de un examen completo, dicho tribunal ha establecido que la notificación de la demanda no se ha trasladado correctamente a la Empresa B. Como consecuencia, el exequatur ha sido denegado. Unos meses mas tarde, la Empresa B se ha declarado insolvente y la Empresa A tiene que amortizar el crédito. Una correcta notificación y traslado de documentos es funda- mental en los procedimientos judiciales. Si no existiera o no funcionara se ponen en serio peligro los intereses legales de las partes. En el pasado, las notificaciones y los traslados de documentos entre las partes en otros estados han sido la causa de muchas dificultades en litigios transfronterizos. Las reglas que rigen este servicio tienen que ser sencillas y prácticas para un correcto funcionamiento del sistema procesal civil europeo. Este Reglamento de notificación y traslado de documentos ha simplificado el traslado de documentos en asuntos transfronterizos. Todos los Estados miembros han designado organismos locales, “organismo transmisor” y “organismo receptor”, encargados respectivamente de transmitir y de recibir los documentos. El documento que debe transmitirse debe ir acompañado del formulario normalizado de solicitud. El organismo transmisor envía el documento junto con dicho formulario al organismo receptor designado en el Estado donde se necesitan los documentos. El organismo receptor procederá a efectuar o a que se efectúe la notificación o traslado del documento, bien de conformidad con el Derecho interno del Estado miembro requerido o bien según la forma particular solicitada por el organismo transmisor, siempre que ésta no sea incompatible con el Derecho interno de ese Estado miembro. El organismo receptor puede negarse a aceptar el documento que deba notificarse o trasladarse si está redactado en una lengua distinta de la lengua oficial del Estado requerido o una lengua del Estado miembro de transmisión que el destinatario entienda. Una vez cumplidos los trámites de notificación y traslado del documento, el organismo receptor expedirá un certificado relativo al cumplimiento de dichos trámites utilizando el formulario normalizado, para su remisión al organismo 23 transmisor. Ambos organismos transmisor y receptor utilizarán el formulario normalizado que figura en el anexo del Reglamento. La Comisión Europea ha publicado un manual informativo sobre los organismos receptores de los Estados miembros. Todos ellos han designado una “entidad central” encargada de facilitar información a los organismos transmisores y buscar soluciones a las dificultades que presente la transmisión de documentos a efectos de notificación o traslado. entre los órganos jurisdiccionales, estableciéndose determinadas condiciones en cuanto a la forma y el contenido de la petición. El Reglamento es aplicable en todos los Estados miembros salvo Dinamarca desde el 1 de Enero de 2004. Con respecto a Dinamarca rige el Convenio de la Haya de 18 de Marzo de 1970, relativa a la obtención de pruebas en el extranjero en material civil o mercantil. Sin embargo, no todos los Estados miembros han adherido a este Convenio. El Reglamento establece asimismo otros medios de transmisión, notificación o traslado de documentos judiciales: la transmisión por vía consular o diplomática, notificación o traslado de documentos por medio de agentes diplomáticos o consulares o notificación y traslado por correo directamente. Cualquier persona interesada en un proceso judicial puede efectuar la notificación o traslado de documentos judiciales directamente por medio de los agentes judiciales, funcionarios u otras personas competentes del Estado miembro requerido, a no ser que el Estado miembro se oponga a la “notificación o traslado directo” de documentos judiciales en su territorio. El Reglamento establece dos medios de obtención de pruebas en otro Estado miembro. El tribunal que entiende de un asunto en un Estado miembro puede pedir al tribunal competente de otro Estado miembro que realice las pruebas necesarias, o bien puede realizar directamente las diligencias necesarias en el otro Estado miembro. El Reglamento se basa en el principio de comunicación directa entre tribunales para que la petición de pruebas vaya directamente del “tribunal requirente” al “tribunal requerido”. Cada Estado miembro ha elaborado una lista de órganos jurisdiccionales competentes para la realización de las diligencias de obtención de pruebas de conformidad con el Reglamento. Esta lista mencionará asimismo el ámbito de competencia territorial de dichos órganos jurisdiccionales. Además, cada Estado miembro ha designado un órgano central encargado de facilitar información a los órganos jurisdiccionales y de buscar soluciones en caso de que una solicitud plantee dificultades. 2 El Reglamento sobre la obtención de pruebas En procedimientos transfronterizos, se requiere con frecuencia, para dictar sentencia en una causa civil o mercantil pendiente ante un órgano jurisdiccional de un Estado miembro, obtener pruebas en otro Estado miembro. El Reglamento (EC) No 1206/2001 de 28 de Mayo de 2001 relativo a la cooperación entre los órganos jurisdiccionales de los Estados miembros en el ámbito de la obtención de pruebas en material civil o mercantil, ha creado un sistema comunitario para la transmisión y ejecución, directas y rápidas, de solicitudes de pruebas 24 El Reglamento exige el respeto de determinadas condiciones en cuanto a la legibilidad y la fiabilidad del documento recibido y en tal sentido las solicitudes de realización de diligencias de obtención de pruebas deben transmitirse por medio de un formulario que figura en el anexo. El órgano jurisdiccional requerido deberá ejecutar la realización de diligencias de obtención de pruebas rápidamente y, a más tardar, en un plazo de 90 días desde su recepción. Si no es posible efectuarla en tal plazo, el órgano jurisdiccional requerido deberá ponerlo en conocimiento del órgano jurisdiccional requirente, indicándole las razones que impiden que la solicitud sea ejecutada con rapidez. La solicitud de tomar declaración a una persona no se ejecutará cuando dicha persona alegue el derecho de negarse a declarar o la prohibición de declarar ya sea de acuerdo con el derecho del Estado miembro del órgano jurisdiccional requerido o bien de acuerdo con el derecho del Estado miembro del órgano jurisdiccional requirente. En otros casos, la ejecución de una solicitud sólo podrá denegarse en algunas circunstancias excepcionales. En la solicitud de obtención de prueba, el órgano jurisdiccional requirente debe manifestar si las partes en el procedimiento y/o sus representantes estarán presentes o su presencia es requerida. El órgano jurisdiccional requerido ejecutará la solicitud aplicando el Derecho de su Estado miembro. La obtención de prueba podrá ejecutarse asimismo de acuerdo con alguno de los procedimientos especiales previstos en el Derecho del Estado miembro del órgano jurisdiccional requirente, si éste lo requiere. El órgano jurisdiccional requerido cumplirá dicha petición, a no ser que el procedimiento en cuestión sea incompatible con el Derecho vigente en el Estado miembro del órgano jurisdiccional requerido. El Reglamento prevé que se podrá utilizar los medios tecnológicos modernos de comunicación para la obtención de pruebas, en particular la videoconferencia y la teleconferencia. mente podrá efectuarse la obtención directa de pruebas en caso de que pueda llevarse a cabo de forma voluntaria, sin necesidad de aplicar medidas coercitivas. Será efectuada por un miembro del personal judicial o por cualquier otra persona, como por ejemplo, un experto, designados con arreglo al Derecho del Estado miembro del órgano jurisdiccional requirente. 3 La red judicial europea en material civil y mercantil El 1 de diciembre de 2002 se creó una red judicial europea en material civil y mercantil para facilitar la cooperación judicial entre los Estados miembros e informar al público para facilitar su acceso a los sistemas judiciales nacionales. Su objetivo era asimismo implementar y actualizar, paso a paso, un sistema informativo dirigido al público a efectos de facilitar su acceso a los sistemas judiciales nacionales, en particular mediante una página web. Este sistema de información que se publicará en todos los idiomas oficiales de la UE se está creando actualmente en esta sede internáutica: http://europa.eu.int/comm/justice_home/ejn/ En cada Estado miembro, hay uno o varios puntos de Contacto a disposición de las autoridades judiciales y administrativas a efectos de resolver las cuestiones transfronterizas que se les planteen y proporcionarles información completa y actualizada sobre el Derecho de otros Estados miembros. La solicitud de obtener pruebas directamente deberá ser presentada al órgano central o a la autoridad competente del otro Estado miembro. Solo podrá denegarse en casos excepcionales. Única- 25 VI. ACCESO A LA JUSTICIA 1 La Directiva destinada a mejorar el acceso a la justicia En una Europa de fronteras abiertas habrá muchas ocasiones en que los ciudadanos tengan que enfrentarse con litigios ante órganos jurisdiccionales de otros Estados miembros. Los litigios transfronterizos no sólo existen entre grandes empresas; pueden afectar también a pequeñas empresas o a particulares con recursos modestos. Estos litigios transfronterizos pueden ser costosos, especialmente si están en juego reclamaciones considerables. A menudo los litigios transfronterizos requieren una representación legal en el Estado miembro en que la causa es conocida, así como asesoramiento legal de un abogado en el Estado de origen de la parte, pudiendo necesitarse a menudo traducciones, desplazamientos y otros gastos suplementarios. La Directiva del Consejo 2003/8/EC fue adoptada por el Consejo en Enero de 2003. Está destinada a superar los obstáculos existentes en el acceso a la justicia y permitir a todo el mundo acceder a la justicia en otro Estado miembro del mismo modo que en su propio país. El objetivo de la Directiva es mejorar el acceso a la justicia en los litigios transfronterizos mediante el establecimiento de reglas mínimas comunes relativas a la justicia gratuita para dichos litigios. La transposición de esa Directiva en derecho nacional deberá realizarse en su gran mayoría antes del 30 de Noviembre de 2004. En relación con las secciones que traten del asesoramiento previo a la demanda con vistas a llegar a un acuerdo antes de la presentación de la demanda, la transposición deberá realizarse antes del 30 de Mayo de 2006. 26 El Sr. A, ciudadano del Estado miembro 1, recibe notificación de que ha sido demandado en el Estado miembro 2 por un importe de aproximadamente 235.000 Euros por daños supuestamente causados por su hijo de 12 años de edad durante unas vacaciones con su familia en el Estado miembro 2. El Sr. A, que tiene dos hijas y ningún hijo, ha sido informado de que un bufete de abogados del Estado miembro 2 le pediría un mínimo de 8.000 Euros, de los cuales sólo una pequeña parte puede ser recuperada por el demandante si la demanda fuera desestimada. El Sr. A y su familia tienen unos ingresos mensuales netos de 1.850 Euros. Les preocupa el coste de los procedimientos y no saben cómo contactar un abogado local del Estado miembro 2. La fecha impuesta por el tribunal de Estado miembro 2 para la presentación de la defensa del Sr. A está a punto de vencer. La difícil situación del Sr. A es un ejemplo de la cantidad de obstáculos con que suelen topar los ciudadanos europeos que tengan litigios transfronterizos. Sobre todo cuando uno tiene que defenderse contra una acción entablada ante un tribunal en otro Estado miembro, ya que esto generalmente requiere consultas y representación legal en dos Estados miembros distintos. Pueden producirse un sinfín de dificultades, y no solo a nivel de gastos e idioma. Al problema del idioma, que puede requerir costosas traducciones de documentos, se pueden añadir gastos accesorios como en el supuesto de que una parte deba comparecer ante el tribunal de otro Estado miembro. . La Directiva se aplica a los litigios transfronterizos en materia civil y mercantil, pero sólo en el caso de que la parte que solicite el acceso a la justicia gratuita esté domiciliada o resida habitualmente en un Estado miembro distinto del Estado miembro donde se halle el tribunal o en el que deba ejecutarse la resolución. Tiene como objetivo promover la aplicación de la justicia gratuita en los litigios transfronterizos a las personas que no dispongan de recursos suficientes, siempre y cuando dicha asistencia sea necesaria para garantizar el acceso efectivo a la justicia. Además, la Directiva contiene disposiciones para simplificar y acelerar la transmisión de las solicitudes de justicia gratuita mediante la coordinación de la cooperación judicial entre Estados miembros. La justicia gratuita será concedida o denegada por la autoridad competente del Estado miembro donde se halle el tribunal o donde la resolución deba ejecutarse. La ayuda no sólo debería cubrir el procedimiento ante el tribunal sino también los gastos incurridos para la ejecución de instrumentos auténticos en otro Estado miembro, así como procedimientos extrajudiciales, si las partes tienen que recurrir a los mismos. La justicia gratuita garantizará la asistencia jurídica y la representación ante los tribunales así como la exención de las costas procesales para el beneficiario así como los gastos directamente vinculados al carácter transfronterizo del litigio, tal como los servicios de interpretación, la traducción de los documentos presentados o los gastos de desplazamientos. y su transmisión al Estado donde se lleven a cabo los procedimientos. Los Estados miembros designarán las autoridades competentes para remitir (“autoridades expedidoras”) y recibir (“autoridades receptoras”) las solicitudes de justicia gratuita. Con el fin de facilitar la transmisión de las solicitudes, se establecerá un formulario normalizado para las solicitudes de justicia gratuita y para su transmisión. 2 Propuesta de una directiva sobre indemnizaciones a las víctimas de la delincuencia El 16 de Octubre de 2002, la Comisión Europea propuso una directiva sobre la indemnización a las víctimas de la delincuencia, con el objetivo de establecer normas mínimas para la protección de las víctimas de delitos cometidos en los Estados miembros y para facilitar el acceso a la indemnización en casos transfronterizos. La directiva propuesta tiene por objetivo imponer a todos los Estados miembros proveer un nivel adecuado de indemnización pública a las víctimas y asegurar que la indemnización sea fácilmente accesible en la práctica independientemente del país de la UE en que un ciudadano sea víctima de un delito. Una cooperación más estrecha entre las autoridades nacionales facilitará el acceso a la indemnización pública en situaciones transfronterizas. El Estado del domicilio del beneficiario debe prestar estos servicios si son necesarios para la preparación de la solicitud de justicia gratuita 27 Actualización Después de finalizar esta guía, los textos siguientes han sido adoptados: - Reglamento (CE) n 805/2004 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 21 de abril de 2004, por el que se establece un título ejecutivo europeo para créditos no impugnados - La Directiva para indemnizar a las víctimas de delitos Además, la Comisión presentó una propuesta de reglamento para instituir un proceso monitorio europeo. Antes del fin del año, también se esperan propuestas sobre mediación y sobre resolución de pleitos de escasa cuantía Una iniciativa de la Comisión Europea 5