átomo, molécula, compuesto, reacción química

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Moléculas: particulas neutras formadas por un conjunto estable de al menos dos
átomos enlazados covalentemente.
Casi toda la química orgánica y buena parte de la química inorgánica se ocupan
de la síntesis y reactividad de moléculas y compuestos moleculares. La química
física y, especialmente, la química cuántica también estudian, cuantitativamente,
en su caso, las propiedades y reactividad de las moléculas. La bioquímica está
íntimamente relacionada con la biología molecular, ya que ambas estudian a los
seres vivos a nivel molecular. El estudio de las interacciones específicas entre
moléculas, incluyendo el reconocimiento molecular es el campo de estudio de la
química supramolecular. Estas fuerzas explican las propiedades físicas como la
solubilidad o el punto de ebullición de un compuesto molecular.
En química, una mezcla es un sistema material formado por dos o más sustancias
puras no combinadas químicamente. En una mezcla no ocurre una reacción
química y cada uno de sus componentes mantiene su identidad y propiedades
químicas. No obstante, algunas mezclas pueden ser reactivas, es decir, que sus
componentes pueden reaccionar entre sí en determinadas condiciones
ambientales, como una mezcla aire-combustible en un motor de combustión
interna.
Los componentes de una mezcla pueden separarse por medios físicos como
destilación, disolución, separación magnética, flotación, filtración, decantación o
centrifugación. Si después de mezclar algunas sustancias, éstas reaccionan
químicamente, entonces no se pueden recuperar por medios físicos, pues se han
formado compuestos nuevos. Aunque no hay cambios químicos, en una mezcla
algunas propiedades físicas, como el punto de fusión, pueden diferir respecto a la
de sus componentes.
Las mezclas se clasifican en homogéneas y heterogéneas. Los componentes de
una mezcla pueden ser sólidos, líquidos o gaseosos.
En química, un compuesto es una sustancia formada por la unión de dos o más
elementos de la tabla periódica, en una razón fija. Una característica esencial es
que tiene una fórmula química. Por ejemplo, el agua es un compuesto formado por
hidrógeno y oxígeno en la razón de 2 a 1 (en número de átomos).
En general, esta razón fija es debida a una propiedad intrínseca. Un compuesto
está formado por moléculas o iones con enlaces estables y no obedece a una
selección humana arbitraria. Por este motivo el bronce o el chocolate son
denominadas mezclas o aleaciones, pero no, compuestos.
Los elementos de un compuesto no se pueden dividir o separar por procesos
físicos (decantación, filtración, destilación, etcétera), sino sólo mediante procesos
químicos.
Un elemento químico es un tipo de materia, constituida por átomos de la misma
clase. En su forma más simple posee un número determinado de protones en su
núcleo, haciéndolo pertenecer a una categoría única clasificada con el número
atómico, aun cuando este pueda ostentar distintas masas atómicas. Es un átomo
con características físicas únicas, que por tradición se define como aquella
sustancia que no puede ser descompuesta mediante una reacción química, en
otras más simples. No existen dos átomos de un mismo elemento con
características distintas y, en el caso de que estos posean masa distinta,
pertenecen al mismo elemento pero en lo que se conoce como uno de sus
isótopos. También es importante diferenciar entre un «elemento químico» de una
sustancia simple.
El ozono (O3) y el oxígeno (O2) son dos sustancias simples, cada una de ellas con
propiedades diferentes. Y el elemento químico que forma estas dos sustancias
simples es el oxígeno (O). Otro ejemplo es el del elemento químico carbono, que
se presenta en la naturaleza como grafito o como diamante (estados alotrópicos).
Algunos elementos se han encontrado en la naturaleza, formando parte de
sustancias simples o de compuestos químicos. Otros han sido creados
artificialmente en los aceleradores de partículas o en reactores atómicos. Estos
últimos son inestables y sólo existen durante milésimas de segundo.
Un enlace químico es el proceso físico responsable de las interacciones atractivas
entre átomos y moléculas, y que confiere estabilidad a los compuestos químicos
diatómicos y poliatómicos. La explicación de tales fuerzas atractivas es un área
compleja que está descrita por las leyes de la electrodinámica cuántica.1 Sin
embargo, en la práctica los químicos suelen apoyarse en la mecánica cuántica o
en descripciones cualitativas que son menos rigurosas, pero más sencillas en su
descripción del enlace químico. En general, el enlace químico fuerte está asociado
con la compartición o transferencia de electrones entre los átomos participantes.
Las moléculas, cristales, y gases diatómicos -o sea la mayor parte del ambiente
físico que nos rodea- está unido por enlaces químicos, que determinan la
estructura de la materia.
Los enlaces varían ampliamente en su fuerza. Generalmente, el enlace covalente
y el enlace iónico suelen ser descritos como "fuertes", mientras que el enlace de
hidrógeno y las fuerzas de Van der Waals son consideradas como "débiles". Debe
tenerse cuidado porque los enlaces "débiles" más fuertes pueden ser más fuertes
que los enlaces "fuertes" más débiles.
Una reacción química o cambio químico es todo proceso químico en el cual dos o
más sustancias (llamadas reactivos), por efecto de un factor energético, se
transforman en otras sustancias llamadas productos. Esas sustancias pueden ser
elementos o compuestos. Un ejemplo de reacción química es la formación de
óxido de hierro producida al reaccionar el oxígeno del aire con el hierro.
A la representación simbólica de las reacciones se les llama ecuaciones químicas.
Los productos obtenidos a partir de ciertos tipos de reactivos dependen de las
condiciones bajo las que se da la reacción química. No obstante, tras un estudio
cuidadoso se comprueba que, aunque los productos pueden variar según cambien
las condiciones, determinadas cantidades permanecen constantes en cualquier
reacción química. Estas cantidades constantes, las magnitudes conservadas,
incluyen el número de cada tipo de átomo presente, la carga eléctrica y la masa
total.
Los tipos de reacciones inorgánicas son: Ácido-base (Neutralización), combustión,
solubilización, reacciones redox y precipitación.
En química y física, átomo (del latín atomum, y éste del griego ἄτομον, sin partes)1
es la unidad más pequeña de un elemento químico que mantiene su identidad o
sus propiedades y que no es posible dividir mediante procesos químicos.
El concepto de átomo como bloque básico e indivisible que compone la materia
del universo fue postulado por la escuela atomista en la Antigua Grecia. Sin
embargo, su existencia no quedó demostrada hasta el siglo XIX. Con el desarrollo
de la física nuclear en el siglo XX se comprobó que el átomo puede subdividirse
en partículas más pequeñas.2 3
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