BITÁCORA DE VUELO NRO. 2 GRUPO DE OBSERVADORES DE AVES UNIVERSIDAD EAFIT XXVI Encuentro nacional de Ornitología – 28 de junio al 1 de julio de 2013 San José del Guaviare Bitácora de: Nelson Giraldo Zuluaga Director Grupo Observadores de Aves Universidad EAFIT Uno se muere sin conocer a cabalidad las maravillas de su país, sus rincones, lugares hermosos, apasionantes, enamoradores, gente linda. Así podría describir al Guaviare. ¡Hombre, qué lugar tan maravilloso! Sitio donde empieza el llano y termina la selva o lugar donde finaliza el llano e inicia la selva, se queda uno maravillado de la riqueza del lugar: aves, nada más y nada menos que una cifra superior a las 300 especies, pues falta mucho terreno por estudiar nos comentaba el Grupo de Observadores de aves del Guaviare (GOAG). Apreciar a simple vista una colonia de Pavas hedionda (Opisthocomus hoazín), las hembras maternales cuidando sus crías y los machos pavoneándose, mostrando su gran tamaño y alardeando de su harén, de su bello plumaje. Este mítico personaje y el Chavarría (Chauna chavaria), que se observa al norte del país conforman la familia Anhimadae, ya que no se les conoce más parentescos dentro del grupo de las aves; las pavas hediondas poseen garras en sus extremidades durante su niñez para así escapar de los depredadores y arrojarse al agua, y mediante estas garras lograr adherirse a los árboles y subir a ellos nuevamente, además se alimentan solo de hojas de los árboles. Se pensaría estar observando el Microraptor (gr. "pequeño rapaz") perteneciente a un género de dinosaurios pequeños que vivieron a principios del período cretáceo, hace aproximadamente 120 millones de años, así, similares, con rasgos de plumas, el Microraptor provee importante información de la relaciones evolutivas entre aves y dinosaurios. Poder apreciar el Aguililla tijereta (Ealonoides forficatus): es una maravilla, apreciar una tijereta blanquita volando en el azul inmenso e inmaculado del cielo del Guaviare, pero saber uno que es un águila, esto es espectacular: la elegancia en su vuelo, dando vueltas en círculos grandes, buscando su alimento, en grupos de varios individuos, que aparecen y lentamente se van perdiendo en el horizonte. Disfrutar de la observación del Trepatroncos picudo (Nasica longirrostris) con su pico curvo y largo, desesperados bregando a llenar el estómago de sus críos insaciables de cuanta alimaña se mueva o circunde sus terrenos; es increíble mirar los viajes que realizan estos pobres padres de familia para medio satisfacer el excelente apetito de sus polluelos, pero al fin de cuentas creo que no lo lograrán ya sea por la cantidad de críos o por su voracidad. Otra maravilla del Guaviare es admirar el Buitre de ciénaga (Anhima cornuta) una especie de verdad muy bonita, difícil de apreciar, rara y tiernamente hermosa; la pudimos observar en la Laguna Negra (llamada así por los táninos o material vegetal que le da su color negro, y aunque es negra es trasparente, por la pureza de sus aguas), allá estaba cuidando sus huevos en las malezas encima del agua, dándose un descanso al permitir que el sol con su fuertes rayos cumpliera su deber, rechoncha como un pavo, de plumaje negro y rayas blancas y con un indescriptible penacho que sale de la coronilla empezando como callosidad y termina en una hermosa pluma en forma de cresta o antena. Así podría seguir narrando las muchas especies apreciadas en dicha tierra, pero debo comentar que el departamento del Guaviare está conformado por 4 municipios, San José, El Retorno, Calamares y Miraflores; tiene una temperatura promedio de 26 grados centígrados, pero siempre prevalece el calor abrasador. En la región habitan 13 grupos étnicos: los Guayabero, Nukak-Makú, Tukano, Desano, Guanano, Pitatapuyo, Cubeo, Corripaco, Sikuane, Barasnto, Pisamira, Siriano y los Carapana, caracterizándose por el Nukak-Makú, un grupo nómada, sin país y territorio que recorría la selva a sus anchas y se ha tenido que ir asentando por su seguridad. Los indígenas fabrican preciosas artesanías con yaré, palma de cumare y pigmentos naturales; sus ancestros han dejado un legado valioso en las paredes de las piedras de Cerro Azul, unas pinturas rupestres de hace aproximadamente 1000 años de antigüedad, donde hablan de sus costumbres, ritos, vida y el origen del mundo. Es de anotar que en esta zona hay alrededor de 29 lugares turísticos naturales, maravillas que la naturaleza les ha brindado para alegrar, embellecer y enriquecer su entorno cultural, algunos de ellos son: La serranía o mesa de la Lindosa, Los Túneles, Pozos naturales, Puentes naturales, Puerta de Orión, Río Apoporis, Laguna Negra y el Balneario Tranquilandia de cristalinas y suaves aguas que corren por encima de un lecho de algas de colores similares a los de Caño Cristal, dando la sensación de ser de colores el agua. Otro atractivo es ir en los atardeceres a la orilla del Río Guaviare en unos barcos anclados en el Puerto, a empabilizarse, ensimismarse con los mil colores que usa mi dios para despedir el día; es increíble: casi nunca repite los mismos tonos, siempre son diferentes y para acabar de ajustar el paso de cientos de aves a través del Río Guaviare a pernoctar en los arboles de la ciudad. El lema de la ciudad es “El Guaviare tierra de todos” y lo vinimos a entender al conversar con la gente de la región: “Sí, yo soy de acá del Guaviare, soy de Villavicencio pero llevo acá viviendo 30 años”, o un taxista nacido en Bogotá, pero que llegó al Guaviare a los 9 años, o sea toda una vida allí. Una ciudad próspera a donde se puede llegar por avión desde Bogotá, o por una belleza de carretera en puro cemento capa de 50-60 cms, sobre una elevación en material por encima del llano (para así evitar las inundaciones, que deben de ser comunes en épocas de lluvias) que los une con Villavicencio en 4-5 horas y que solo les falta 8 km por terminarla a la entrada de San José y deben de entregarla antes de finalizar el año. La población es amable, alegre y cordial, y algo muy importante que no nos puede faltar… su música llanera: da una emoción escuchar por todas partes estas melodías que alegran el alma y le animan los pies a danzar. Pudimos apreciar los monos aulladores y otros miquitos pequeños en Playa Guio, hermoso oírlos realizar sus cantos y entonaciones, oírlos a lo lejos del territorio y verlos en los árboles a pocos metros, el macho alfa quebrando ramas para darnos miedo: ¡esto no se puede apreciar todos los días! Pues bien, el Grupo de Observadores de aves de la Universidad EAFIT estuvimos en el departamento del Guaviare en el Encuentro Nacional de Ornitología, del 28 de junio al 1 de julio de 2013, participando de las salidas y de las conferencias ornitológicas, así también brindando a la comunidad ornitológica participante nuestra conferencia de aves. Estuvimos 3 niñas, estudiantes de EAFIT, y yo como director del Grupo. Por todo lo anterior los invitamos a conocer a nuestro país y visitar esos lugares mágicos, misteriosos y encantadores que solo están en nuestra mente, y en concreto, en Colombia. Bibliografía: Steven L.Hilty y Wiuliam L Brown (2001) Aves de Colombia, IMPRELIBROS S.A. Video promocional Departamento del Guaviare