informe de valoración de la Comisión Técnica al informe Max Planck

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COMENTARIO ARTÍCULO MAX PLANCK: “Global risk of radioactive fallout after major nuclear reactor accidents” de J. Lelieveld et al. El artículo publicado en es un claro ejemplo de éxito propagandístico en la utilización de titulares con gran impacto mediático para publicitar un estudio cuya propuesta técnica principal resulta difícilmente al alcance del gran público. La innovación técnica principal que pretende aportar el trabajo es la elaboración de un modelo global de riesgo de exposición a la radioactividad debido a la dispersión de gases y partículas tras un accidente severo, sobre la base de que la mayor parte de la contaminación emitida será transportada más allá de un radio de 50 km. En el modelo se utilizan como elementos fundamentales la localización mundial de los reactores, la concentración de la población y las condiciones meteorológicas medias. En este sentido hay que señalar que Lelieveld forma parte del Instituto de Química del Max Planck y el artículo se ha publicado en la Atmospheric Chemistry and Physics. La energía nuclear no es más que el sujeto del estudio, pero sin apoyarse en un análisis mínimo de la tecnología nuclear que soporte las conclusiones. El artículo está claramente en línea con la decisión de Alemania de abandono de la energía nuclear a medio plazo, que en base a las conclusiones del estudio considera que se debería generalizar a los países vecinos. Al tratarse de un artículo resulta difícil evaluar en detalle gran parte de aspectos técnicos del modelo, que requerirían una evaluación más profunda, sin embargo en esta nota se trata de hacer un análisis de ciertas simplificaciones técnicas con gran impacto en las conclusiones, que son claramente reconocidas por el propio Lelieveld aunque las ha considerado no significativas. Las comprobaciones puntuales de los datos procedentes de algunas de las referencias citadas no han mostrado errores en la extrapolación de los datos, los problemas se considera que se presentan en la utilización e interpretación que se hace de los mismos. 1. Frecuencia de fusión del núcleo con gran liberación radiológica Atendiendo al tema que ha tenido gran trascendencia mediática y que está en la base de las conclusiones, conviene discutir la estimación realizada de que la frecuencia de fusión del núcleo con gran liberación radiológica es 200 veces superior a la estimada en el pasado y que dicho suceso tendría lugar una vez cada 10 o 20 años sobre la base de la población de reactores nucleares actual. Posiblemente éste es el punto más mediático y el que resulta de un análisis más simplificado, aunque tenga gran impacto sobre las conclusiones. El artículo se apunta a la corriente de trabajos desarrollados tras el accidente de Fukushima, sin embargo argumentando la no disponibilidad de datos suficientes sobre las liberaciones radiológicas para este accidente, salta inmediatamente a utilizar los datos disponibles de la liberación radiológica del accidente de Chernóbil como representativa de cualquier accidente severo sin considerar en absoluto el hecho de que dicha planta no disponía de la contención. Los comentarios que algún revisor realiza sobre la no distinción entre entre daño al núcleo y grandes liberaciones radiológicas puesta de manifiesto por el accidente de Three Mile Island, Lelieveld los desestima indicando que dicha planta se ha excluido por no estar categorizado como accidente INES 7, sin dejar de sembrar una sombra de duda al indicar que las liberaciones disponibles de esta central “no son conocidas, al menos públicamente”. El artículo estima una frecuencia de ocurrencia de fusión del núcleo con gran liberación radiológica de 1 cada 3.625 años a partir de 4 sucesos 1 de Chernóbil y 3 de Fukushima. La inclusión de Chernóbil en el mismo grupo estadístico resulta muy cuestionable por no disponer de contención, pero podría considerarse aceptable, con grandes salvedades, para la estimación de la frecuencia de accidente con daño al núcleo, pero su inclusión en un mismo grupo estadístico con centrales con contención, para la extrapolación a éstas de las liberaciones radiológicas de accidente, resulta científicamente inaceptable cuando no sesgado. Al comentario de un revisor indicando que es errónea la interpretación de que la NRC ha considerado las estimaciones de probabilidad de daño al núcleo y de la contención como independientes entre sí, Lelieveld le da la vuelta para presentarlo como un mérito propio como si nadie hubiera descubierto con anterioridad el hecho de que son probabilidades condicionadas. Al tema no le dedica mayor atención pero sin embardo le sirve para considerar que cualquier central con accidente severo que dispusiera de contención tendría las mismas liberaciones que Chernóbil bajo la simplificación de asignar la probabilidad de 1 a las liberaciones radiológicas resultantes, sin considerar el papel de la contención. Como ya se ha indicado anteriormente las liberaciones resultantes de Three Mile Island “no son conocidas”, y por tanto hacer inferencias sobre el papel de la contención no resultarían pertinentes. La experiencia del papel jugado por una contención parcialmente dañada, como en Fukushima con liberaciones muy inferiores a las de Chernóbil, no la considera por no disponer de información suficiente sobre las liberaciones radiológicas. El segundo tema es la consideración de 3 sucesos para lo ocurrido en Fukushima. Este tratamiento estadístico confunde la frecuencia del suceso iniciador con las consecuencias del mismo, y es un tema que ha sido ampliamente debatido por los reguladores en el contexto de las centrales modulares. El tratamiento científicamente correcto es considerar 1 suceso externo como origen del daño al núcleo y tres centrales dañadas de forma severa a efectos de evaluar las consecuencias de las liberaciones radiológicas. Dado que la información preliminar sobre el accidente de Fukushima que Lelieveld recoge en el artículo indica que la magnitud de las liberaciones radiológicas de Fukushima ha sido significativamente menor que la de Chernóbil, el tratamiento estadístico aplicado resulta muchísimo más conservador, pues se penaliza la estimación de la frecuencia al considerar 3 sucesos y las consecuencias al extrapolar las liberaciones de Chernóbil. Lelieveld desestima un comentario parecido. La estimación técnicamente más correcta de Frecuencia de fusión del núcleo con gran liberación radiológica que se podría realizar siguiendo el mismo razonamiento simplificado que Lelieveld y sin otras consideraciones técnicas más detalladas sería de 1 suceso en 14.500 reactores‐años, que estaría en línea con los estudios conservadores de la NRC, descalificados alegremente por Lelieveld. No obstante dicha estimación habría que ponerla en el contexto de los estudios recientemente conocidos sobre el riesgo de un tsunami en la zona de la magnitud ocurrida en Fukushima, que llevan a la conclusión de que la extrapolación de dicha estimación al resto de centrales nucleares es conservadora y presenta las mismas incongruencias que la inclusión de Chernóbil en la estimación realizada. Ello sin perjuicio de se adopten las lecciones aprendidas de este accidente. La utilización de métodos conservadores simplificados para la inferencia de frecuencias de sucesos raros no es inhabitual en la industria nuclear pero hay que administrarla con un cierto rigor para no sacar conclusiones indebidas. De hecho, a raíz del accidente de Fukushima, en foros de reconocido prestigio como la reciente conferencia PSAM11&ESREL2012 se han presentado inferencias similares, pero se han dirigido a la estimación de frecuencias de daño al núcleo y han tenido una finalidad didáctica orientada a despertar el espíritu crítico y prevenir la autocomplacencia típica de los analistas que obtienen resultados matemáticos impecables, no validables con la experiencia real. En el artículo se da un salto cualitativo fundamental al prescindir del papel que juega la contención y equiparar todos los accidentes severos con Chernóbil, lo que dista mucho de ser un tratamiento del tema estadísticamente riguroso. 2. Nivel de contaminación radiactiva peligrosa El modelo de dispersión y estimación del riesgo a la población por contaminación ambiental es el centro del estudio y ha sido ampliamente discutido por los revisores del artículo, pero en gran medida requeriría una profundización en los detalles del modelo y la realización de validaciones y análisis de sensibilidad que no resulta factible por la limitación de la información incluida en el artículo. Hay algunos aspectos que llaman la atención. El primero se refiere a la consideración que se da al término fuente del estudio. Al estar éste basado en las liberaciones de Chernóbil, la mayor retención del 137Cs dentro de reactores con contención, aunque la contención hubiera sido dañada y proporcionase una eficiencia reducida, no ha sido tenida en cuenta. Hay un segundo aspecto que se considera relevante y es la utilización que se hace del valor de contaminación radiactiva de 40 kBq∙m‐2, tomado de estudios de la IAEA. Como se indica en dichos estudios este valor se estima que equivaldría a una dosis humana de 1 mSv en un año tras un grave accidente. Como se indica en los estudios de la IAEA referenciados, acorde con las recomendaciones de la ICRP, dicho valor se considera que es un umbral por debajo del cual la exposición del ser humano en general es totalmente segura, pero está muy por debajo de los niveles de intervención recomendados por la ICRP. Lelieveld no se consideran los conservadurismos que se han aplicado en la definición de dicho límite, para tener en cuenta las incertidumbres asociadas a la estimación de los efectos en la salud de niveles de radiación bajos. Sin embargo la interpretación que Lelieveld hace de dicho valor es la de que representa la entrada en niveles de riesgo para la salud a la población. Incluso con la utilización mediática que se hace de dicho valor de contaminación, cabría preguntarse por qué no se ha realizado una validación de los modelos desarrollados frente a los estudios de la IAEA sobre Chernóbil referenciados, y se ha preferido realizarlo frente a otras referencias. Una discusión de las diferentes conclusiones obtenidas con respecto a los estudios de la IAEA en base al caso de Chernóbil resultaría imprescindible para confrontar el rigor de los modelos desarrollados. Al no haberlo realizado hay que suponer que no era el objeto del estudio el mejorar la base tecnológica de conocimiento sino la utilización mediática de los resultados aplicados a zonas de gran densidad de población como Europa o costa Este de EE.UU. 
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