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LA CLASE
Tema del mes
Nicanor Reyes Carrillo
Más, rápido, más alto, más fuerte.
Más rápido.
Fue durante las olimpiadas de 1980 y 1984 que se vivió una euforia
por la caminata en México, la entrada de Ernesto Canto y Raúl
González en el Memorial Coliseum, Stadium de los Ángeles en
California (Estados Unidos de Norteamérica 11 de Agosto 1984), hizo
que algunas personas tuvieran como una meta ser andarines
profesionales, fiebre que se dejó sentir en algunas escuelas e
instituciones gubernamentales. A este gran reto se inscribió el buen
Camilo, un estudiante de secundaria ubicada en San Rafael Chamapa,
cuya pista más cercana era el Parque Naucalli, por cierto que había
una confusión entre la gente pues la marcha olímpica o caminata no
tenía mucho que ver con correr un maratón o medio maratón, la
técnica de cada una era sumamente distinta, y las lesiones por una
mala práctica eran muy dolorosas.
Pálido punto de luz
Claroscuros en la educación
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Número 23. (Agosto 2012) Mente sana en cuerpo sano: Olimpiadas, educación fÃsica y deportiva
Camilo se compró sus tenis Dita (por aquel entonces eran los más
baratos) con suela de plástico y lona blanca, un par de calcetas con
dos rayas rojas, un short de futbol soccer, una playera de cuello V, la
gorra que había recibido de regalo cuando en su casa compraron dos
galones de pintura, una diadema de toalla para evitar el sudor
parecida a la de los tenistas y una muñequera del mismo material, de
la cual nunca supo cuál era su función pero se veía apantalladora.
Presumía con sus amigos de la escuela el atuendo que tanto le había
costado, sus amigos lo agarraban de bajada cada vez que salía a sus
entrenamientos, paso de ser el chino a el patas de pollo por sobradas
razones que salían de su short amarillo canario, sus hermanos
menores lo veían como un héroe, y sus papás le daban por su lado
con tal de que no estuviera fumando y oyendo música con los chavos
banda que se juntaban en la esquina de su cuadra.
Confesaría más tarde en una comida familiar, que al llegar a dicho
lugar de entrenamiento estaba todo lleno de lodo cuando llovía y
polvoso en tiempo de secas, que la mayoría de la gente que allí hacía
ejercicio solo corrían para sudar un poco o para pasear el perro, y
muy pocas tenían como meta ser deportistas profesionales. Él solo
trotaba para no sentirse ridículo, pero también para no gastar su par
de tenis. Pocas veces sudo la camiseta como debía ser, pues siempre
terminaba con un dolor de espalda terrible y con los pies hinchados.
En uno de esos entrenamientos intento dar una vuelta completa al
parque y se quedó en la orilla por estos dolores, un corredor de la
tercera edad que presencio la escena se quedó a platicar con él,
cuestionándole la forma en que corría, cuando se quitó uno de los
zapatos de correr el anciano le dijo que tenía pie plano, le reviso la
espalda y le dijo que tenía desviada la columna, le dijo que fuera a un
quiropráctico, Camilo no sabía que responder pues estaba
desconcertado y esta información nadie se la había dicho.
En ese momento recordó que nunca había sido bueno para los
deportes o para bailar, casi había colgado la toalla en su aventura
atlética, cuando el anciano le dio una dirección, ubicada en el casco
de Santo Tomás en las Instalaciones del Instituto Politécnico Nacional,
allí había un lugar donde se encargaban de ver las lesiones de los
deportistas, y los encargados de dicho lugar eran médicos
especializados en esa área.
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Número 23. (Agosto 2012) Mente sana en cuerpo sano: Olimpiadas, educación fÃsica y deportiva
Camilo nunca pudo ser un atleta consumado pues sus pies planos le
impedían tener en cuenta dicha meta, no obstante se hizo un
profesional en Medicina del deporte, y actualmente ejerce su
profesión con mucho entusiasmo. Los amigos de cuadra han dejado
de burlarse y asisten a su consultorio médico, que atiende en la casa
de sus padres. Su hermano menor fue Core -Back en el equipo de
Fútbol Americano antes denominado Osos de Acatlán perteneciente a
la UNAM, aunque su carrera profesional es la de Ingeniero civil. Su
hermana entrena en el Comité Olímpico Mexicano Tae Kwon Do y ha
buscado clasificarse a diferentes torneos a nivel nacional.
Más alto.
Mientras en la pantalla de
televisión abierta se podía ver a
las
grandes
estrellas
del
Basquetbol,
todos
los
espectadores creían imposible
que estos atletas pudieran
asistir a unas olimpiadas donde
lo único que podrían ganar sería
la gloria en una medalla y por
supuesto poder representar a su
país, las sumas de dinero que se
embolsaban cada temporada
eran enormes, y gente de la
talla de Earvin Magic Johnson, Michael Jordan, Larry Bird, Pat
Ewing, Charles Barkley, Scottie Pippen, David Robinson, Karl
Malone, John Stockton, Clyde Drexler, y Chris Mullin , jugando
juntos era casi un sueño; sobre todo para aquellos que les gustaba
tanto este deporte.
Fue en las olimpiadas de Barcelona 1992 cuando se supo que el
equipo olímpico de Basquetbol de los Estados Unidos de Norteamérica
estaría conformado por las estrellas de su afamada liga, y
lógicamente esta noticia creó una expectativa para ver la justa de
verano que ya se anunciaba como histórica. Los juegos de
basquetbol, fueron los que obtuvieron una de las mayores audiencias.
Otro punto interesante fue que las escuadras de Croacia, Argentina,
Puerto Rico, Brasil y España impresionaron a todos pues les jugaron
con fuerza y empeño, pero inevitablemente el oro se lo llevaron los
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Número 23. (Agosto 2012) Mente sana en cuerpo sano: Olimpiadas, educación fÃsica y deportiva
del Dream Team, como casi todos lo habían pronosticado.
En las canchas públicas de los Remedios, cuya cabecera municipal es
Naucalpan de Juárez Estado de México, se organizó una liga de
basquetbol por aquellos tiempos, durante los juegos se instaló de
manera temporal Doña Jacinta con un anafre y cuatro sillas de
plástico, las quecas, tlacoyos, gorditas o pambazos fueron las delicias
del público asistente, del lado contrario se encontraba El Cuco, con
una tina de cervezas y refrescos, así como una bolsa de bolis de
vainilla para los niños, la mayoría de los asistentes eran familiares de
los jugadores y algunos más se detenían a ver los juegos después de
pasar a la misa de las ocho en la basílica de los remedios, algunos
participantes pasaban del juego de futbol a la cancha de básquet solo
cambiándose los tenis.
Para la gran final se enfrentaron los Sapos de San Lorenzo Totolinga
contra Los Perros flacos de la Loma Colorada , los contrincantes ya
habían tenido sus encuentros y roces en juegos anteriores, algo que
caracterizaba a cada uno de los equipos era que habían sido o eran
estudiantes de la Secundaria Federal 42 y la Izcoatl mejor conocida
como de los Sapos por sus constantes inundaciones.
Los primeros dos cuartos fueron de barrida absoluta para los Sapos
con un marcador de 47 a 29, las porras asistentes se mentaban la
madre constantemente, pero aun más al árbitro que no marcaba las
violaciones y golpes que constantemente hacían que los jugadores
cayeran al suelo y se rasparan las rodillas o la espalda. Para el último
cuarto se habían emparejado tanto los golpes como los puntos 98 a
98; Eraclio era uno de los mejores tiradores de los Sapos y tenía dos
tiros libres para cerrar el partido, inclinó la espalda, doblo las rodillas y
cuando casi soltaba el balón cayó una bolsa con agua amarilla en
pleno rostro, después de eso todo fue un desbarajuste, volaron las
botellas, las piedras y los golpes a diestra y siniestra.
Las madres jalaban a sus hijos, los niños jalaban a sus perros y los
comerciantes cuidaban la mercancía que desaparecían tan rápido
como se tiraba un puñetazo, el árbitro fue el primero en correr rumbo
al bosque, lo acompañaban una lluvia de piedras y groserías de los
más variados tonos, la pelea campal solo pudo ser amainada con la
llegada de la policía municipal, que en tres perreras ( camionetas
enrejadas)metieron a los rijosos. Durante ese verano fue uno de los
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Número 23. (Agosto 2012) Mente sana en cuerpo sano: Olimpiadas, educación fÃsica y deportiva
relatos más contados por los vecinos, algunos se lamentaron por no
haber asistido a este espectáculo y otros por haber estado en el
mismo. Cuenta la leyenda que los jugadores aun se siguen
atribuyendo la victoria, que sus hijos continuaron jugando basquetbol
aun cuando en sus cuartos tienen un poster del Chicharito. Pero sobre
todo aumentaron el número de personas que se vincularon al deporte
en estas colonias.
Desde ese entonces a los integrantes del equipo de los Sapos se les
denomino el Drim Tontin, porque según los asistentes tuvieron
muchas oportunidades para poder ganar el partido con una ventaja
de más de diez puntos. Nadie lo podrá asegurar y el tiempo seguirá
cantando las glorias de ese gran encuentro, donde las personas se
unieron y dieron lo mejor de sí para elevar la justa deportiva a su más
grande gloria.
Más fuerte.
Miguel Campos era conocido como uno de los mejores peleadores de
la cuadra, se había rifado con algunos de mayor tamaño y peso y
siempre salió victorioso, además era temido pues en cada baile era
protagonista de todas las broncas. Era uno de los miembros más
conocidos de la banda de los Tonkis, además de ayudar a su papá a
vender mercería en los tianguis de las colonias aledañas.
Su aventura deportiva la tuvo en la fiesta patronal en honor a la
virgen del Carmen de la que su mamá era fiel creyente, y que por ese
entonces se buscaban fondos para construir una parroquia en su
honor, para esta causa el cura decidió convocar a los fieles a un
torneo de box, las categorías fueron básicamente gordo, flaco, tilico y
ruco. Los pesos oficiales como el mosca, gallo, welter, o pesado se
olvidaron por mil razones.
La arena era un espacio cercano a la paletería de don Atilano, las
butacas eran sillas llevadas por los asistentes, el cuadrilátero
constaba de cuatro polines, tres lazos de yute de tres centímetros de
grueso forrado con bolsas de basura negra tamaño jumbo. La lona
eran dos colchonetas viejas donadas por el presidente de la colonia y
lo único que era de tecnología de punta era el equipo de sonido,
propiedad de Don Ramiro que en los fines de semana hacía tocadas
en su patio y gritaba a todo pulmón…sonidoooo lluviaaa. Pues bien,
todo transcurrió con calma durante el evento, pero en la penúltima
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pelea uno de los gladiadores no pudo salir al cuadrilátero, dijo su
second, que tenía chorrillo por un guajolota que había comido en el
desayuno, por lo cual estaba indispuesto. La noticia corrió como
reguero de pólvora y todos animaron a Miguel mejor conocido como
El muga para enfrentar al púgil arriba mencionado.
Le consiguieron un short con el logotipo de una marca de lijas, unos
tenis dunlop verdes con vivos amarillos y unas calcetas de futbol con
resorte aguado para no apretarle la circulación en las piernas, una
cubeta con el logotipo de la conasupo y una jícara de plástico rajada
de un lado pero suficiente para darle unos tragos de agua cuando lo
requiriera el ahora boxeador.
En el primer round el muga cayó tres veces a la lona y se levanto
para seguir recibiendo golpes, en el segundo ya tenía un ojo hinchado
y los cabellos todos revoloteados, para el tercero le sacaron el aire y
le aflojaron un colmillo, el agua corría hasta el suelo y el resorte de los
calzones se asomaban por encima del mojado y sucio short, que
mostraba las huellas de la batalla. Pues sí, el gran muga no tenía
técnica, no sabía mover la cintura, cabeceaba mal, le costaba salir de
la guardia del contrincante, no tiraba ni rectos ni jabs, mucho menos
le salían los golpes de abajo hacia arriba, respiraba por la boca y
tragaba toda la saliva, por cierto que no contaba con protector bucal,
para eso solo le dieron un cuarto de toronja que asomaba por la boca
cada tres segundos.
Toda la banda le animaba mientras sonaban sendas carcajadas, el
momento lo ameritaba y hasta los más ceremoniosos y cobardes le
gritaban lo torpe que era para boxear, el solo volteaba les hacía una
seña con el brazo y seguía con su pelea. En el noveno asalto le dieron
un golpe tan fuerte que se salió del improvisado ring y su cara azotó
contra la polvorienta calle, parecía un actor de teatro kabuki, aunque
para algunos fue una pobre imitación del payaso lagrimita. Se levantó
como los grandes para terminar con el compromiso, porque en Loma
Colorada nadie se raja, y él menos.
Perdió la pelea, bajo del ring y agarró una silla en la que se sentó un
momento; cuando su oponente pasó se levantó como un resorte
tomo la silla por las patas y se la rompió en la espalda, le dio cuatro
patadas, lo agarró de las greñas mientras le daba rodillazos en la
cara. La pelea paso de una de box a lucha libre… por fin las aguas
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habían vuelto a su nivel, el muga ganó a su manera y fue llevado en
hombros hasta la pulcata de los magueyes, donde celebró con un
curado de jitomate y unas canciones rancheras.
Epílogo
Ahora se dice que en nuestro país no se práctica el deporte, tal vez no
existen las instalaciones, ni los entrenadores, ni el apoyo
gubernamental como una estrategia nacional o prioritaria para la
nación, pero las personas desde siempre han tenido la inquietud por
hacer ejercicio, caminan, corren, saltan, pelean, o levantan cosas
pesadas en su vida cotidiana.
Finalmente todos sabemos qué hacer cuando el médico nos dice que
estamos gordos, con sobrepeso u obesos. Menos carbohidratos,
muchas verduras, agua en abundancia y comenzar a buscar una
rutina deportiva para no morirnos pronto. Por cierto que nuestros
abuelos tenían una dieta de cinco comidas diarias, maíz, frijol, chile y
agua, casi no había gordos, será acaso que solo hace falta recordar la
cantidad de calorías que quemaban en la siembra, las largas
caminatas al mercado o el ejercicio extenuante que emanaba de la
crianza de ocho niños. Morían de viejos pero no de paros cardiacos o
anorexia.
Las grandes glorias del deporte nacional han sido casualidades, logros
individuales, destinos inciertos o aciertos inesperados, los garbanzos
de a libra son lo mejor que tenemos, ¿qué pasaría si en verdad
hubiera una planeación estratégica para el deporte nacional?. Sería
bueno intentarlo para saber hasta dónde pueden llegar los
mexicanos. Mente sana en cuerpo sano.
Nicanor Reyes Carrillo
Estudiante de la Maestría en Educación Ambiental, X Generación.
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