Número de registro: 22013 Novena Época Instancia: Primera Sala

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 55/2009.
Número de registro: 22013
Novena Época
Instancia: Primera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: Tomo XXXI, Marzo de 2010
Página: 70
CONTRADICCIÓN DE TESIS 55/2009. ENTRE LAS SUSTENTADAS POR EL
TRIBUNAL COLEGIADO DEL DÉCIMO SÉPTIMO CIRCUITO Y EL SEGUNDO
TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIAS CIVIL Y DE TRABAJO DEL DÉCIMO
SÉPTIMO CIRCUITO.
CONSIDERANDO:
PRIMERO. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es competente
para conocer del presente asunto, de conformidad con lo dispuesto por los artículos 107,
fracción XIII, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 197-A de la Ley
de Amparo; y 21, fracción VIII, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, toda
vez que se trata de una denuncia de contradicción de tesis, entre las sustentadas por
Tribunales Colegiados de Circuito, al resolver asuntos relativos a materia civil, siendo una de
las ramas de especialidad de esta Primera Sala, por lo que no es necesaria la intervención del
Tribunal Pleno.
SEGUNDO. En el caso, la denuncia de posible contradicción de tesis proviene de parte
legítima, pues el Magistrado presidente del Segundo Tribunal Colegiado en Materias Civil y
de Trabajo del Décimo Séptimo Circuito, en su calidad de denunciante, se encuentra
legitimado para ello, atento a lo dispuesto en el artículo 197-A de la Ley de Amparo.
TERCERO. Las consideraciones contenidas en las ejecutorias pronunciadas por los
Tribunales Colegiados de Circuito que dieron origen a la denuncia de contradicción, son las
siguientes:
A) El Segundo Tribunal Colegiado en Materias Civil y de Trabajo del Décimo Séptimo
Circuito resolvió el juicio de amparo directo civil número **********, en el que el acto
reclamado se hizo consistir en la resolución dictada por el Juez Cuarto de lo Familiar de la
Ciudad de Chihuahua, dentro del recurso de revocación derivado del juicio sumario civil de
alimentos, expediente **********, donde se confirmó el acuerdo en que se decretó la
caducidad de la instancia.
La quejosa fue la parte actora, quien en sus conceptos de violación argumentó,
medularmente, que no transcurrió el término para que caducara la instancia, pues si bien el
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impulso procesal corresponde a las partes (como lo señaló el Juez), en la especie se
encontraba pendiente la actuación consistente en notificar personalmente al demandado, el
acuerdo por el que nuevamente se le requirió para que, en acatamiento de lo ordenado desde
el auto admisorio de la demanda, informara el monto de sus ingresos, así como su fuente y la
forma en que proponía asegurar la pensión alimenticia, apercibiéndole para el caso de
contumacia, con aplicarle una medida de apremio consistente en el uso de la fuerza pública.
En consecuencia, en concepto de la quejosa, la diligencia de dicha actuación pendiente era
una obligación a cargo del Juez, por medio del funcionario judicial respectivo, y no de la
actora, ni se requería actuación alguna de ésta. En dicha resolución, el Colegiado determinó,
en lo que interesa, lo siguiente:
"Antes de abordar el estudio de los conceptos de violación, se impone traer a colación los
antecedentes relevantes del juicio natural del que deriva el acto reclamado.
"********** y **********, como mandatario de **********, demandó en la vía sumaria
civil a **********, el pago de una pensión alimenticia provisional y definitiva a favor de la
mandante y su menor hija **********; el pago retroactivo de las pensiones alimenticias, de
deudas contraídas por la mandante, el aseguramiento de aquella pensión y los gastos y costas
del juicio.
"El juicio sumario quedó radicado mediante auto de catorce de marzo de dos mil seis, y se
ordenó el emplazamiento a juicio de la parte demandada, requiriéndole además, para que
informara el monto de sus ingresos, la fuente de ellos y la forma en que proponía asegurar la
pensión alimenticia.
"********** produjo contestación a la demanda oponiendo las defensas y excepciones que
estimó pertinentes.
"Se siguió el trámite procesal correspondiente para el juicio sumario civil y por escrito de
diecinueve de febrero de dos mil siete, la parte actora pidió al Juez del conocimiento que al
haberse agotado el primer medio de apremio sin que la parte demandada hubiere cumplido
con el requerimiento contenido en el auto de radicación, se le requiriera de nueva cuenta con
el apercibimiento de que se le aplicaría el segundo medio de apremio para lograr su
cumplimiento; a dicho escrito le recayó acuerdo el veintidós de ese mes y año, en el cual se
requirió de nueva cuenta al demandado a fin de que diera cumplimiento a lo ordenado en el
auto de radicación de catorce de marzo de dos mil seis, con el apercibimiento de aplicarle el
segundo medio de apremio, consistente en el uso de la fuerza pública, virtud a lo cual la
autoridad responsable ordenó turnar los autos al ministro ejecutor para que llevara a cabo el
requerimiento en cuestión (foja 12 del juicio civil).
"El doce de junio de dos mil ocho, el Juez responsable decretó la caducidad de la instancia al
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haber transcurrido un término superior a un año de inactividad procesal porque las partes no
agitaron el procedimiento, fundamentándose en la fracción II del artículo 850 del Código de
Procedimientos Civiles (foja 128 frente y vuelta de los autos en cita).
"En contra de dicho acuerdo, la parte actora interpuso recurso de revocación, el que se
resolvió el diecinueve de junio de dos mil ocho, declarándolo improcedente, ya que consideró
el Juez responsable que acorde al artículo 852 del Código de Procedimientos Civiles sólo
podía promoverse la revocación del auto que decretó la caducidad sustentándose el recurrente
en que se dejó de promover por fuerza de causa mayor, circunstancia que para el caso
concreto no acontecía, además de que la inactividad procesal, dijo el Juez, denotaba la falta
de interés de las partes para lograr el acatamiento del auto de veintidós de febrero de dos mil
siete, habiendo transcurrido más de un año sin realizarse gestión alguna para lograr el
cumplimiento de dicho acuerdo, pues sólo a la parte actora correspondía impulsar el
procedimiento a fin de que el demandado cumpliera el requerimiento, sobre todo porque a las
partes correspondía el impulso procesal a fin de hacer progresar el juicio, activando el
procedimiento para lograr el dictado de una sentencia.
"En contra de ese fallo, la parte actora por conducto de su mandante ********** y
**********, promovió demanda de amparo y para combatirlo expresa como conceptos de
violación, en resumen, lo siguiente:
"1. Aduce que la autoridad responsable no observó lo previsto en el artículo 852, fracción II,
del Código de Procedimientos Civiles del Estado, porque el acuerdo de veintidós de febrero
de dos mil siete ordenó turnar los autos al ministro ejecutor a fin de que llevara a cabo la
notificación personal al demandado de lo en él ordenado, por lo tanto, hasta que se hiciera esa
notificación no podía hacerse el cómputo del lapso necesario de temporalidad, para que
procediera la caducidad de la instancia, pues tampoco esa notificación dependía de las partes
para activar el procedimiento, dado que sólo era atribuible a la propia responsable a través de
su ministro ejecutor, de manera que al no observar que se había interrumpido el término
porque no se había llevado a cabo la notificación se violan en su perjuicio los artículos 14 y
16 constitucionales.
"2. Alega que la autoridad responsable no llevó a cabo la notificación que ordenó, pero
determinó que había transcurrido el año para que operara la caducidad, cuando fue por su
negligencia que no se efectuara dicha notificación, de manera que no podía actualizarse la
caducidad decretada en el juicio natural, lo que incluso así lo sostiene el Tribunal Colegiado
del Decimoséptimo Circuito, en la tesis de rubro: ‘CADUCIDAD DE LA INSTANCIA. SE
INTERRUMPE EL TÉRMINO PARA DECRETARLA ANTE LA FALTA DE
NOTIFICACIÓN A LA DEMANDA DE LA REANUDACIÓN DEL PROCEDIMIENTO
(LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE CHIHUAHUA).’
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"3. Manifiesta que la responsable resuelve indebidamente el recurso de revocación porque era
imposible hacer el cómputo cuando estaba suspendido el procedimiento por una causa
inherente a la propia autoridad al no haber realizado la notificación personal que ella había
ordenado, por lo cual se viola por indebida interpretación el artículo 850, fracción II, del
código procesal civil, causando una ejecución irreparable al dejar a la menor de edad y a su
madre en indefensión.
"4. Refiere que tampoco se atendió por el Juez responsable el que se trataba de un juicio
sumario civil de alimentos para una menor de edad y, por ende, debió aplicar a favor de
**********, la suplencia de la deficiencia de la queja, en términos de los artículos 76 Bis,
fracción V y 192 de la Ley de Amparo, suplencia que debió acontecer a fin de que no se
decretara la caducidad de la instancia, para no dejar sin efectos los trámites tendentes a
garantizar el pago de las pensiones alimenticias adeudadas a la citada menor, porque además,
el Juez natural conforme a lo resuelto por los tribunales federales, estaba obligado a hacer las
gestiones judiciales inherentes a impedir aquella caducidad.
"Los conceptos de violación identificados con los números 1, 2 y 3 de esta ejecutoria, se
estudian conjuntamente de conformidad con lo que autoriza el artículo 79 de la Ley de
Amparo, dado que guardan relación en cuanto a los argumentos con los cuales se impugna la
resolución recaída al recurso de revocación que contra el auto que declaró la caducidad de la
instancia interpuso la parte quejosa, en los autos del juicio natural.
"Son infundados los aludidos motivos de disenso y donde alega medularmente que si bien el
impulso procesal corresponde a las partes, era obligación del Juez notificar a la parte
demandada el acuerdo de veintidós de febrero de dos mil siete, que contenía un requerimiento
y un apercibimiento de aplicar medio de apremio en contra del citado demandado;
notificación que no corría a cargo de la parte actora-quejosa llevarlo a cabo, sino a la
autoridad por medio del ministro ejecutor respectivo; siendo ésta la última actuación de
impulso procesal del juicio natural y, por tanto, no transcurrió el término para que caducara la
instancia.
"En principio, cabe apuntar que la caducidad en el derecho procesal, es la extinción de la
instancia judicial como consecuencia de que las partes abandonen el ejercicio de la acción
respectiva. Este abandono se manifiesta en que las mismas omiten llevar a cabo en el proceso
las promociones necesarias para que éste llegue a su fin, en la codificación procesal civil del
Estado, la citada caducidad se encuentra prevista en los artículos que van del 850 al 855.
"También es pertinente destacar que en los juicios de naturaleza civil, rige el principio
dispositivo, el cual se refiere a que el ejercicio de la acción procesal está encomendado en sus
dos formas, activa y pasiva, a las partes y no al Juez, es decir, en los juicios civiles las partes
deben gestionar su tramitación y procurar concluirlo, por lo que el abandono de esta carga
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procesal se sanciona con la caducidad.
"Ahora, del análisis de las constancias procesales que obran en el juicio sumario de
alimentos, se advierte que la litis quedó debidamente integrada porque se emplazó a la parte
demandada, se llevó a cabo la audiencia de conciliación y depuración procesal en la que no se
llegó a un acuerdo conciliatorio entre las partes; desprendiéndose también que al demandado
se le hizo un primer requerimiento a fin de que informara bajo protesta de decir verdad, el
monto de sus ingresos, la fuente de ellos y la forma en que proponía asegurar el pago de una
pensión alimenticia, con dicho requerimiento no cumplió y se le aplicó el primer medio de
apremio.
"En el acuerdo de veintidós de febrero de dos mil siete (foja 126 del juicio natural), y por
solicitud o promoción de la parte actora-quejosa, se ordenó requerir de nueva cuenta al
demandado a fin de que cumpliera con aquella prevención, y que para el caso de
incumplimiento se le aplicaría el segundo medio de apremio (auxilio de la fuerza pública);
esta determinación se mandó notificar personalmente al requerido por lo que se ordenó turnar
los autos al ministro ejecutor a fin de que lo cumplimentara.
"Esta actuación procesal y su notificación por lista fueron las últimas que se llevaron a cabo
como impulsoras del procedimiento, antes del dictado del auto de doce de junio de dos mil
ocho, que decretó la caducidad de la instancia en aquel juicio civil; esto es, entre la fecha en
que surtió efectos aquel acuerdo de requerimiento y el diverso que decretó la caducidad de la
instancia, transcurrió en exceso el término de un año; no obstante, dice la parte quejosa, no
procedía esa caducidad, contrario a lo sustentado por el Juez natural, al resolver el recurso de
revocación que contra el último acuerdo interpuso, porque esa actuación sólo era obligación
de la autoridad desahogarla y, por ende, no imputable para ese desahogo a la citada actora.
"No asiste razón a las impetrantes de garantías, porque si bien es cierto que del contenido de
los artículos 116, 119, inciso e) y 120 del Código de Procedimientos Civiles del Estado, se
desprende que el Juez tiene obligación de notificar de manera personal una carga procesal a
la parte que deba cumplirla, y que debía ejecutarse por el funcionario que al efecto designe o
por el actuario notificador y ministro ejecutor adscrito a su tribunal, conforme a lo previsto en
los artículos 180 y 181 de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado; sin embargo, y a
pesar de que en términos de la legislación procesal y orgánica aplicables antes aludidas, la
obligación de llevar a cabo esa notificación es para el juzgador, también cierto es que a las
partes corresponde la carga de excitar o impulsar el procedimiento, a fin de que éste continúe
desahogándose conforme a sus estadios procesales hasta llegar o dejar en estado de citado
para sentencia, que es el proveído que libera a las partes de esa obligación de impulsar el
procedimiento para que pueda quedar culminado.
"En efecto y contrario a lo mencionado por la parte quejosa, aun cuando la ley procesal
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establece como carga para el juzgador la de llevar a cabo la ejecución de sus
determinaciones, ya sea por conducto de los funcionarios a él adscritos o mediante el auxilio
de otras autoridades; también es cierto que el no llevar a cabo actividades que tiendan a
cumplir su propia determinación, corresponde a las partes del juicio procurar mediante la
utilización de los instrumentos legales a su alcance, provocar que aquella autoridad cumpla o
ejecute sus proveídos; pues conforme al principio dispositivo, a éstos interesa que el juicio
quede culminado, por lo que debe procurarse impulsarlo a fin de que no se paralice.
"En el caso concreto, si el Juez dictó aquel acuerdo y turnó los autos al ministro ejecutor para
que diera cumplimiento a tal proveído, sin que se hubiere notificado, ante esta omisión
correspondía a la parte quejosa insistir o promover en el juicio a fin de que se continuara con
el trámite o se ejecutara aquel mandamiento; sin que de alguna manera así hubiere actuado la
actora-quejosa citada.
"De lo expuesto se concluye que la conducta de la parte actora no hizo sino denotar una falta
de interés en que el demandado fuera notificado del requerimiento que en su contra se dictó
en el acuerdo de veintidós de febrero de dos mil siete, ya sea acudiendo a solicitar se llevara a
cabo la notificación o bien gestionando ante el juzgado para que fuera cumplido lo ordenado
en el citado proveído, es decir, que el ministro ejecutor notificara el aludido acuerdo, pues
aun cuando el Juez acordó turnar los autos al ministro ejecutor, quien no cumplió con lo
ordenado, la parte quejosa tampoco compareció o insistió que se desahogara esa carga
jurisdiccional, razón por la cual la orden de notificación no se ejecutó, lo que implicó que
aquel juicio estuviera inactivo procesalmente, tal y como lo sostuvo el Juez responsable al
determinar la caducidad de la instancia por el desinterés de la parte actora en que se llevara a
cabo aquella notificación y/o requerimiento.
"Sin que, por otro lado, la actora o aun el demandado, hubieran promovido a fin de provocar
el impulso del procedimiento, de manera que aun cuando es verdad que corresponde a los
Jueces llevar a cabo aquella notificación del requerimiento por conducto del funcionario
correspondiente, lo cierto es que la ley arroja sobre las partes la carga procesal de activar el
procedimiento a fin de mantenerlo vivo, pues de lo contrario se presume legalmente que por
el tiempo transcurrido, sin actuación procesal ni promoción de las mismas, han perdido
interés jurídico en la continuación del trámite procesal del juicio, a lo que la ley arroja la
consecuencia de declarar caduca la instancia, y en el presente caso, no puede justificarse la
falta de cuidado e interés en que incurrió la actora, en el hecho de que era obligación del Juez
notificar el requerimiento al demandado, máxime que quien estaba interesada en que lo allí
establecido como requerimiento se llevara a cabo o se cumpliera era la parte actora aquí
quejosa, para que de esa forma se continuara con el juicio para en su caso, ponerlo en estado
de que se citara para sentencia, por tanto, con independencia de que la obligación de llevar a
cabo aquella notificación estuviera a cargo del Juez natural, la parte quejosa sí estaba
obligada a vigilar e insistir ante dicha autoridad que la referida notificación y su
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requerimiento se verificaran, ya que incluso de insistir y no obtener respuesta favorable a su
petición o de estimar que las diligencias o actuaciones derivadas de su solicitud fueran
contrarias a derecho estaba en aptitud de hacer valer los medios de impugnación procedentes
en contra de esas actuaciones; empero, al no haberlo hecho de esa forma debe soportar las
consecuencias adversas derivadas de su desinterés e inactividad en el juicio.
"En esa tesitura, es claro que la parte actora estuvo en posibilidad de impulsar el
procedimiento promoviendo en él adecuadamente para ello o insistiendo en que se verificara
la notificación de aquel acuerdo de veintidós de febrero de dos mil siete, a fin de que el
juzgador cumpliera con sus funciones jurisdiccionales y se continuara el trámite del juicio,
hasta dejarlo citado para oír sentencia, pues es hasta ese momento cuando concluye la secuela
procesal, así como la intervención de las partes, correspondiéndole únicamente al Juez el
dictado de la sentencia.
"Como consecuencia de ello, y como lo determinó el Juez natural, la caducidad de la
instancia se actualizó para el juicio natural, al haberse reunido los elementos que para dicha
figura procesal previene el Código de Procedimientos Civiles del Estado, en los artículos que
van del 850 al 855, los que a la letra dicen: (se transcriben).
"De dichos preceptos y en relación a la figura de la caducidad en estudio, y específicamente
respecto a los juicios en primera instancia, se desprende que los requisitos a reunir o que
deben actualizarse son los siguientes:
"a) La existencia de un litigio en primera instancia.
"b) El transcurso de un año.
"c) Que durante ese lapso exista inactividad procesal de las partes no derivada de una causa o
fuerza mayor.
"Dichos elementos se actualizaron conforme a la legislación procesal en cita, porque
transcurrió un año sin impulso en el procedimiento, pues el artículo 850, fracción II, del
citado ordenamiento legal, en lo conducente establece: ‘Se tendrá por abandonada la instancia
en toda clase de juicios, y caducará de pleno derecho: ... cuando el litigio se hallare en
primera instancia y haya transcurrido un año sin que ninguna de las partes haya agitado su
curso.’; mientras que artículo 851 del propio ordenamiento legal, establece: ‘Los términos a
que se refieren las fracciones II y III del artículo anterior se contarán desde el día siguiente a
la última notificación que se hubiere hecho a las partes, y se interrumpirán por cualquiera
solicitud que alguna de éstas haga, siempre que la promoción tienda a agitar el
procedimiento.’
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"En el caso, el último acuerdo relacionado con el impulso del procedimiento fue pronunciado
el veintidós de febrero de dos mil siete, el cual surtió efectos el veintiséis de ese mes y año,
sin que hubiere actuación posterior de las partes o del juzgador, que impulsara dicho
procedimiento, sino hasta que la citada autoridad decretó la caducidad de la instancia, lo que
ocurrió el doce de junio de dos mil ocho, esto es, cuando ya había transcurrido más de un año
sin actividad procesal en el juicio natural. Según se desprende de las actuaciones que integran
el sumario de origen.
"Por lo tanto, es evidente que tal figura puede operar aun cuando se hubiere dictado un
acuerdo de notificación personal a la contraparte y que, por tanto, correspondiera a la propia
autoridad llevar a cabo dicha notificación, pues también, como se ha venido diciendo, a la
parte interesada incumbía gestionar para que dicha determinación se llevara a cabo por el
juzgador, o provocar algún otro acto que impulsara el procedimiento, de manera que la falta
de observancia por parte de la autoridad a su propia determinación, no relevaba a la actora de
su obligación de mantener viva la instancia, ya que para el impulso del procedimiento
solicitando su continuación hasta la conclusión, no es indispensable la promoción plural de
las partes, sino sólo la de alguna de ellas, que en el caso sería la de la actora-quejosa, porque
derivaba de su interés que el requerimiento se formulara y a la vez se cumpliera por el
demandado, y por otra parte, no se advierte de autos que hubiere existido una causa de fuerza
mayor que impidiera la continuación o impulso del procedimiento, como lo señaló el Juez en
el acto reclamado, por lo que no se está en esa hipótesis de excepción para que opere la
caducidad de la instancia.
"Ahora bien, en cuanto a la tesis que cita la inconforme de rubro: ‘CADUCIDAD DE LA
INSTANCIA. SE INTERRUMPE EL TÉRMINO PARA DECRETARLA ANTE LA
FALTA DE NOTIFICACIÓN A LA DEMANDADA DE LA REANUDACIÓN DEL
PROCEDIMIENTO (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE CHIHUAHUA).’, no se comparte
dicha tesis, virtud a que, como ya se dijo en párrafos precedentes, corresponde a las partes en
los juicios del orden civil la obligación de impulsar el procedimiento, como en el asunto de
trato, porque era de su interés que se llevara a cabo la diligencia de notificación del
requerimiento que contra el demandado se decretó, de manera que debió instar al Juez
cuantas veces fuera necesario para que esa notificación se llevara a cabo, en cumplimiento a
su carga de impulsar procesalmente el juicio que, se reitera, corresponde a las partes y no al
Juez desde la admisión de la demanda hasta que se cita el asunto para sentencia, conforme a
las razones ya manifestadas en la presente ejecutoria y así haber evitado que operara la
caducidad de la instancia en términos el artículo 850, fracción II, del Código de
Procedimientos Civiles del Estado de Chihuahua.
"Es pertinente mencionar que este Tribunal Colegiado y respecto a la tesis citada en el
párrafo precedente, ha sostenido criterio disímil al criterio inmerso en dicha tesis al resolver
los juicios de garantías ********** y ********** civiles, en donde sostuvo medularmente
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que las partes en los juicios civiles deben instar o impulsar el procedimiento a pesar de que al
juzgador ordinario corresponda llevar a cabo una diligencia de notificación y/o
emplazamiento, porque aun cuando no cumpla esa obligación, el interesado debe velar por
que el procedimiento no quede paralizado por inactividad de las partes.
"Por último, es pertinente anotar que en cumplimiento a lo previsto en el artículo 197-A de la
Ley de Amparo, procede denunciar contradicción de tesis, ya que este Tribunal Colegiado
estima que ha sostenido criterio disímil, tanto en esta ejecutoria como al resolver los juicios
de amparo mencionados en el párrafo precedente, con lo que a su vez ha determinado el
Tribunal Colegiado del Decimoséptimo Circuito, residente en Ciudad Juárez, Chihuahua;
acorde a los diversos razonamientos plasmados en los parágrafos que anteceden.
"Por otro lado, el concepto de violación 4, es igualmente infundado, porque el que se hubiere
decretado la caducidad de la instancia en el juicio natural, no significa que el Juez del
conocimiento no hubiere atendido a que estaban en litigio derechos de la menor **********,
dado que la legislación procesal civil aplicable para el procedimiento natural, no establece
salvedad alguna en el sentido de que tratándose de un juicio sumario de alimentos, no
prospere la caducidad de la instancia.
"Dicha figura jurídica, es decir, la caducidad de la instancia, se encuentra prevista en los
numerales que van del 850 al 855 del Código de Procedimientos Civiles del Estado, y en tales
preceptos legales el legislador no hizo distinción o salvedad alguna sobre juicios sumarios de
alimentos, es decir, no determinó excluirlos de que en ellos no operara la caducidad de la
instancia, a pesar de que en efecto existe obligación para las autoridades de procurar y velar
por la protección de los derechos de los menores de edad, entre los cuales se encuentran
inmersos los relativos al derecho procesal.
"De conformidad con lo precedente, el Juez responsable en modo alguno trastocó en perjuicio
de la parte quejosa, fundamentalmente respecto a la menor de edad **********, sus
garantías individuales, porque si se actualizaron los requisitos para que la caducidad de la
instancia operara no podía, por estar en controversia derechos de esa menor, abstenerse de
decretar actualizada dicha figura procesal, dado que si el legislador no distinguió, entonces,
no podía hacer tal distinción la autoridad responsable, de manera que aun cuando no llevó a
cabo la notificación del acuerdo de veintidós de febrero de dos mil siete, sí transcurrió el
lapso previsto en el artículo 850, fracción II, del código procesal civil del Estado; no podía
dejar de aplicar dicho dispositivo para declarar la caducidad de la instancia por la inactividad
procesal que tal figura jurídica sanciona.
"Así, al no existir la excepción en comento en la legislación procesal civil estatal, respecto a
la caducidad de la instancia, no podía hacer tal distinción el juzgador de origen, y al respecto
sirve de apoyo la jurisprudencia que enseguida se transcribe, dado que al igual que en esta
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entidad, en el Estado de Veracruz, México, en cuanto a la procedencia de la caducidad de la
instancia no se establece excepción para los juicios en los que se cuestionen derechos de
menores. De ahí que por similitud de razón, sirva de apoyo la jurisprudencia VII.1o.C. J/17
sustentada por el Primer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Séptimo Circuito, que se
comparte y visible en la página 1304 del Tomo XIX del mes de abril de 2004, de la Novena
Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, del texto siguiente:
"‘CADUCIDAD DE LA INSTANCIA RESPECTO DE MENORES (LEGISLACIÓN DEL
ESTADO DE VERACRUZ). El artículo 11 del Código de Procedimientos Civiles para el
Estado de Veracruz, en su parte relativa, dice: «Se tendrá por abandonado un juicio y por
perdido el derecho de las partes, si éstas no promueven durante ciento ochenta días naturales
en la primera instancia o noventa días naturales en la segunda, salvo los casos de fuerza
mayor.». De lo anterior resulta que la disposición legal de referencia no establece excepción
alguna respecto de la procedencia de la caducidad de la instancia, de ahí que deba entenderse,
entonces, que esa medida se configura aun tratándose de menores de edad, siendo
responsables, en todo caso, del abandono del juicio respectivo los representantes legales o
apoderados. Ello es así, porque a diferencia de otras legislaciones, como la del Estado de
Tabasco, por ejemplo, en la que expresamente se impide que opere la caducidad de la
instancia en tratándose de menores, en la legislación civil del Estado de Veracruz, sí se
actualiza dicha figura jurídica en contra de cualquier persona, porque la ley no hace
distinción alguna sobre el particular.’
"Sin que en el caso concreto, cobre aplicación la tesis del rubro: ‘CADUCIDAD DE LA
INSTANCIA. NO OPERA EN TRATÁNDOSE DE MENORES DE EDAD.’, sustentada por
el Primer Tribunal Colegiado del Décimo Circuito, cuya jurisdicción y competencia se
encuentra establecida para el Estado de Tabasco, México, dado que en aquella entidad
federativa, el legislador en el Código de Procedimientos Civiles del Estado de Tabasco, sí
estableció como excepción o caso de salvedad para que no operara la caducidad de la
instancia, en los juicios sumarios de alimentos, conforme se desprende del artículo 150,
fracción II, inciso e); dispositivo que como se ha venido destacando en esta ejecutoria, difiere
de lo establecido en el Código de Procedimientos Civiles del Estado de Chihuahua, porque en
éste, no se hizo salvedad alguna en aquel sentido. Por consiguiente, la tesis que citó la
impetrante de garantías para apoyar el concepto de violación identificado con el número 4 de
esta ejecutoria, no resulta aplicable para los juicios sumarios de alimentos de esta entidad
federativa.
"Por último, cabe decir que este tribunal advierte que no se transgredió en perjuicio de las
impetrantes de garantías, las leyes del orden común aplicables, ni lo concerniente a la
suplencia de la queja deficiente, como tampoco se advierte que se hubiere dejado de atender
que en la controversia natural estaban en litigio derechos de una menor, como es la quejosa
**********, pues si bien es cierto que es de interés público el velar por la protección de los
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menores de edad a fin de no dejarlos en estado de indefensión o irrogarles perjuicio; sin
embargo, en el caso concreto, con independencia de la obligación de aplicar a favor de esas
personas las normas que redunden en su beneficio y, por ende, de analizar en toda su
amplitud tanto el acto reclamado como la legalidad o no de ella, independientemente de lo
que se hubiere expresado como agravio en el recurso de revocación, y aun en los conceptos
de violación vertidos en esta instancia de amparo, este tribunal no advierte violación alguna
que amerite ser subsanada, además de que, a fin de atender a tal obligación y en respeto a los
derechos de la menor de edad quejosa, se atendió a todas las circunstancias que pudieran
incidir en la resolución de la controversia, sin que conforme a lo precedentemente
establecido, hubiere advertido alguna violación que llevara a considerar que sus conceptos de
violación, y éstos suplidos en su deficiencia, fueren fundados, porque como se vio, en el
juicio natural y contrario a lo argüido por la citada impetrante de garantías, sí se actualizó la
caducidad de la instancia.
"Lo anterior se deja establecido a fin de que quede de manifiesto que la presente controversia
se resolvió partiendo de la amplitud en cuanto a la suplencia de la queja que para la menor de
edad quejosa debía aplicarse por este tribunal, con lo cual se atendió a la jurisprudencia 1a./J.
191/2005, de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la
página 167, Tomo XXIII del mes de mayo de 2006, de la Novena Época del Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, cuyo contenido reza:
"‘MENORES DE EDAD O INCAPACES. PROCEDE LA SUPLENCIA DE LA QUEJA,
EN TODA SU AMPLITUD, SIN QUE OBSTE LA NATURALEZA DE LOS DERECHOS
CUESTIONADOS NI EL CARÁCTER DEL PROMOVENTE. La suplencia de la queja es
una institución cuya observancia deben respetar los Jueces y Magistrados federales; suplencia
que debe ser total, es decir, no se limita a una sola instancia, ni a conceptos de violación y
agravios, pues el alcance de la misma comprende desde el escrito inicial de demanda de
garantías, hasta el periodo de ejecución de la sentencia en caso de concederse el amparo.
Dicha suplencia opera invariablemente cuando esté de por medio, directa o indirectamente, la
afectación de la esfera jurídica de un menor de edad o de un incapaz, sin que para ello sea
determinante la naturaleza de los derechos familiares que estén en controversia o el carácter
de quien o quiénes promuevan el juicio de amparo o, en su caso, el recurso de revisión, ello
atendiendo a la circunstancia de que el interés jurídico en las controversias susceptibles de
afectar a la familia y en especial a menores e incapaces, no corresponde exclusivamente a los
padres, sino a la sociedad, quien tiene interés en que la situación de los hijos quede definida
para asegurar la protección del interés superior del menor de edad o del incapaz. Se afirma lo
anterior, considerando la teleología de las normas referidas a la suplencia de la queja, a los
criterios emitidos por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, así como a los compromisos
internacionales suscritos por el Estado mexicano, que buscan proteger en toda su amplitud los
intereses de menores de edad e incapaces, aplicando siempre en su beneficio la suplencia de
la deficiencia de la queja, la que debe operar desde la demanda (el escrito) hasta la ejecución
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 55/2009.
de sentencia, incluyendo omisiones en la demanda, insuficiencia de conceptos de violación y
de agravios, recabación oficiosa de pruebas, esto es, en todos los actos que integran el
desarrollo del juicio, para con ello lograr el bienestar del menor de edad o del incapaz.’
"Así las cosas, al haber resultado ineficaces los conceptos de violación, sin que se advirtiera
por otra parte, motivo alguno por el cual en suplencia de la queja debiera concederse la
protección constitucional impetrada, se niega el amparo solicitado por la parte quejosa."
Por otra parte, el referido órgano colegiado resolvió el juicio de amparo **********, en el
que el acto reclamado se hizo consistir en la resolución dictada por la Primera Sala Civil del
Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Chihuahua, dentro del recurso de apelación
derivado de un juicio ordinario mercantil, en la que revocó la resolución apelada y declaró
que había procedido la caducidad de la instancia.
La quejosa fue la parte actora, quien en sus conceptos de violación argumentó, entre otras
cosas, que no transcurrió el término para que caducara la instancia, pues en la especie, se
encontraba pendiente la actuación consistente en notificar y emplazar a juicio a la parte
demandada. En consecuencia, en concepto de la quejosa, la diligencia de dicha actuación
pendiente era una obligación a cargo del Juez, por medio del funcionario judicial respectivo,
y no de la actora, ni se requería actuación alguna de ésta.
Finalmente, el órgano colegiado en mención resolvió el juicio de amparo **********, en el
que el acto reclamado se hizo consistir en la resolución dictada por el Juez Séptimo de lo
Civil del Distrito Judicial Morelos, Estado de Chihuahua, dentro del recurso de revocación
derivado de un juicio especial hipotecario, en la que confirmó la resolución en la que se
declaró que había procedido la caducidad de la instancia.
La quejosa fue la parte actora, quien en sus conceptos de violación argumentó, entre otras
cosas, que no transcurrió el término para que caducara la instancia, pues en la especie, se
encontraba pendiente la actuación consistente en emplazar a juicio a la parte demandada, lo
cual se había ordenado diligenciar mediante exhorto. En consecuencia, en concepto de la
quejosa, tenían que tomarse en cuenta las actuaciones practicadas por el Juez exhortado,
tendentes a diligenciar el emplazamiento respectivo; y que además, la diligencia de dicho
emplazamiento pendiente era una obligación a cargo del órgano jurisdiccional, y no de la
actora, ni se requería actuación alguna de ésta. En dicha resolución, el colegiado determinó,
en lo que interesa, lo siguiente:
"Los conceptos de violación son fundados pero inoperantes en parte e infundados en el resto.
"Previo a su estudio, es necesario reseñar los antecedentes relevantes del asunto con el fin de
lograr una mayor comprensión del problema a dilucidar, como son:
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 55/2009.
"Mediante escrito de veinte de agosto de dos mil dos, **********, institución bancaria
integrante del **********, por conducto de su apoderado licenciado **********, demandó
en la vía especial hipotecaria de ********** y **********, las prestaciones siguientes: ‘a)
La prelación del crédito que más adelante describiré. b) La venta judicial del bien que se
otorgó a mi representada como garantía del pago del crédito que adelante señalaré. c) El pago
de la cantidad de $********** (**********) que los hoy demandados adeudan a mi
representada por concepto de capital. d) El pago de los intereses normales incumplidos y
moratorios, causados y por causar hasta la total solución del adeudo a razón del tipo pactado.
e) El pago de los gastos administrativos de cobranza, primas de seguros pagadas por mi
mandante así como los gastos y costas que se originen con motivo de la tramitación de este
asunto. ...’
"De la referida demanda correspondió conocer al Juez Séptimo Civil del Distrito Judicial de
Morelos, residente en esta ciudad, quien el veintidós de agosto de dos mil dos, la radicó con
el número ********** y ordenó emplazar a los demandados, para lo cual giró el exhorto
********** al Juez competente en Ciudad Juárez, Chihuahua ...
"Por escrito de veintinueve de mayo de dos mil tres, el apoderado actor solicitó al Juez
Séptimo Civil del Distrito Judicial de Morelos se continuara con el procedimiento llevándose
a cabo las gestiones necesarias para lograr el emplazamiento de los demandados, el cual fue
acordado por auto de treinta de mayo de dicho año, en el sentido de que quedaban a
disposición del promovente en la secretaría del tribunal, el exhorto y cédula hipotecaria
ordenados con motivo del juicio ...
"Posteriormente, el veinte de octubre de dos mil tres, el apoderado de la institución bancaria
actora presentó diverso escrito en el que señaló un diverso domicilio en la ciudad de
Chihuahua para que fuera emplazada la parte demandada, al cual recayó el acuerdo de
veintisiete de dicho mes y año, en el cual el Juez de la causa ordenó se turnaran los autos a la
central de actuarios para el emplazamiento de los demandados en dicho domicilio, el cual no
se verificó según constancia actuarial de doce de noviembre de dos mil tres, en la cual el
oficial notificador y ministro ejecutor adscrito al Distrito Judicial de Morelos asentó que no
fue posible emplazar a los demandados, en virtud de que una vez constituido en el citado
domicilio, fue informado por ********** y **********, que los demandados radicaban en
El Paso, Texas, EUA.
"Por escritos de ocho de julio de dos mil cuatro y treinta de mayo de dos mil cinco, el
apoderado de la parte actora solicitó de nueva cuenta al juzgado de origen que se turnara el
expediente al ministro ejecutor adscrito a efecto de que se emplazara a la parte demandada,
habiéndose ordenado por autos de nueve de julio de dos mil cuatro y uno de junio de dos mil
cinco, respectivamente, que se turnaran los autos al ministro ejecutor para que se llevara a
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 55/2009.
cabo el emplazamiento en la forma y términos ordenados en el auto de radicación ...
"El veinticuatro de noviembre de dos mil seis, sin que los demandados fueran emplazados, la
autoridad responsable decretó la caducidad de la instancia y ordenó archivar el expediente
como asunto totalmente concluido ...
"Inconforme con tal determinación, el apoderado de **********, institución bancaria
integrante del **********, interpuso en contra del citado acuerdo, recurso de revocación, el
que se resolvió el veinticuatro de enero de dos mil siete, declarándolo improcedente con base
en las consideraciones siguientes:
"• Que de una recta interpretación de los artículos 850 y 851 del Código de Procedimientos
Civiles, se desprende que lo que pretendió el legislador es que dentro del término de un año
que precede al proveído que decrete la caducidad de la instancia, no exista promoción de
cualquiera de las partes dando impulso al procedimiento para su trámite; por lo que, si bien
era cierto en el auto que decretó la caducidad de la instancia no se especificó a partir de qué
acuerdo se contabilizó el término de un año en mención, debía entenderse, acorde a los
numerales transcritos, que fue el inmediato anterior a aquél, es decir, que se había computado
a partir del día en que surtió sus efectos el proveído de uno de junio de dos mil cinco,
mediante el cual a solicitud de la parte actora, se ordenó turnar los autos a la central de
actuarios para el emplazamiento de los demandados; sin que ésta hubiera vuelto a promover
cuestión alguna posterior a la fecha de su antelada solicitud, corroborando con ello que
existió una inmovilización procesal de más de un año, razón por la cual se decretó la
caducidad de la instancia.
"• Que según se advertía de autos el veinte de octubre de dos mil tres, el apoderado actor
presentó escrito proporcionando domicilio en esta ciudad para emplazar a los demandados, lo
cual fue acordado de conformidad mediante proveído de veintisiete de octubre de ese año;
por lo tanto, el exhorto ordenado para el emplazamiento quedó sin materia, pues la misma
parte actora proporcionó con posterioridad domicilio en esta ciudad para hacer a los
demandados sabedores del juicio, y por ello, se intentó el emplazamiento en dicho lugar; y
que posterior a ello, el apoderado actor compareció a juicio en dos únicas ocasiones más, el
ocho de julio de dos mil cuatro y treinta y uno de mayo de dos mil cinco, solicitando se
constituyera el ministro ejecutor en el domicilio de la parte demandada para llevar a cabo su
emplazamiento, sin insistir en el envío del exhorto, solicitudes éstas que fueron acordadas de
conformidad, siendo estas la últimas actuaciones obrantes en el sumario antes del proveído
que decretó la caducidad de la instancia.
"• Que suponiendo sin conceder que la parte actora hubiera realizado alguna gestión ante el
juzgado exhortado con el objeto de emplazar a los demandados, a él correspondía haber
allegado a juicio el exhorto debidamente diligenciado, o en su caso, mostrar las actuaciones
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 55/2009.
tendientes a impulsar el procedimiento que interrumpieran el término previsto para la
caducidad, toda vez que el que afirma está obligado a probar, y al no haberlo hecho, debía
soportar las consecuencias de su omisión; lo anterior de conformidad con el artículo 266 del
código procesal civil y citó la tesis de rubro: ‘PRUEBAS EN EL JUICIO CIVIL. LAS
PARTES Y NO EL JUZGADOR TIENE LA CARGA PROCESAL DE VELAR E
IMPULSAR EL CORRECTO Y OPORTUNO DESAHOGO DE SUS PRUEBAS.’
"• Que si bien es verdad corresponde a los tribunales emplazar a la parte demandada a juicio,
es un uso común que sea la parte actora quien vele porque el mismo se verifique, es decir, la
parte actora es la que solicita ante el juzgado la papeleta de emplazamiento, y acude ante la
central de actuarios y ministros ejecutores, a pedir que uno de sus integrantes lleve a cabo la
diligencia, acompañado del mismo actor; o bien, para el caso de que el emplazamiento se
deba realizar por exhorto, la parte actora solicita el mismo ante el juzgado, el cual es
entregado al accionante, quien firma de recibido en el expediente y lo lleva ante el Juez
exhortado para su diligenciación, lo cual no sucedió en la especie, pues no obra constancia en
autos que dicho exhorto hubiera sido entregado al actor para ese efecto; que el trámite es
llevado de esa forma en virtud de que el impulso del proceso es una carga procesal que pesa
sobre los contendientes y no sobre los funcionarios judiciales, de tal manera que si en la
especie la parte actora en el lapso de un año, no instó al órgano judicial para que procediera al
emplazamiento de los demandados, pues inclusive no compareció a juicio en forma alguna,
ante dicha deficiencia por falta de actividad procesal dentro del plazo citado, debía soportar
las consecuencias jurídicas adversas que tales conductas le acarrearan, y citó las tesis de
rubro: ‘CADUCIDAD DE LA INSTANCIA EN MATERIA MERCANTIL. EL NUMERAL
1076 DEL CÓDIGO DE COMERCIO QUE AUTORIZA A DECRETARLA AUN
CUANDO NO SE HAYA PRACTICADO EL EMPLAZAMIENTO, NO VIOLA EL
ARTÍCULO 17 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS
MEXICANOS.’ y ‘CADUCIDAD DE LA INSTANCIA. EL IMPULSO PROCESAL NO
CORRESPONDE AL JUZGADOR SINO A LAS PARTES (LEGISLACIÓN DEL ESTADO
DE SINALOA).’
"• Que era inexacto que en la especie los términos no hubieran empezado a correr, con base
en el primer párrafo del numeral 111 del código adjetivo civil, toda vez que dicho dispositivo
no podía aplicarse tratándose de la caducidad, ya que el código adjetivo civil no hacía alusión
al emplazamiento previo como condición indispensable para que la caducidad de la instancia
pudiera operar; pues este requisito sólo era necesario para la integración de la litis, y no para
interrumpir el procedimiento; por lo tanto, debía concluirse que el término de la caducidad
corría inclusive cuando no se hubiera practicado el emplazamiento; sin que fueran aplicables
al caso las tesis que citaba el impugnante puesto que los supuestos previstos en las mismas no
estaban contemplados en la legislación procesal civil del Estado.
"En contra de la anterior determinación, la institución bancaria actora por conducto de su
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 55/2009.
apoderado, promovió el presente juicio de garantías, en el cual formula los conceptos de
violación siguientes:
"1. Alega que el Juez de origen en el auto que decretó la caducidad de la instancia, no señaló
las fechas que tomó en consideración para declarar que había operado esa figura, violentando
con ello la garantía de audiencia de la actora, pues la dejó en estado de indefensión al
impedirle defenderse adecuadamente en el recurso de revocación que interpuso en contra de
dicho auto; empero, lejos de revocarlo y dictar otro en el que señalara con claridad los
argumentos fácticos y jurídicos que tomó en cuenta para decretar la caducidad,
equivocadamente estima que por haber señalado en la interlocutoria que resolvió la
revocación las fechas que tomó en cuenta, respeta la garantía de audiencia de la parte actora.
"2. Que el Juez de origen se equivoca al concluir que la parte actora estaba obligada a
demostrar su afirmación en el sentido de que existen actuaciones realizadas ante el Juez
exhortado para lograr el emplazamiento de los demandados y, por tanto, interrumpen el plazo
de la caducidad, lo anterior, toda vez que la obligación de recabar esa información
corresponde a dicho Juez, y para haber declarado legalmente transcurrido el plazo de la
caducidad debió necesariamente recabar la información necesaria para conocer las
actuaciones llevadas a cabo por el tribunal exhortado para lograr el emplazamiento de los
demandados. Agrega que, contrario a lo manifestado por el Juez responsable, dentro de las
reglas que establece el Código de Procedimientos Civiles del Estado, no se encuentra la
posibilidad de ofrecer pruebas, más aún existe una regla especial para el recurso de
revocación que se interponga en contra del auto que declara la caducidad, que consiste en que
dicho recurso sólo puede fundarse en que el tribunal hubiese procedido con error al declarar
que transcurrió el término o haya existido fuerza mayor que impidiera seguir promoviendo.
"3. Expone que la responsable no puede pretender que la actora acredite haber realizado
alguna gestión ante el Juez exhortado para lograr el emplazamiento de los demandados, ni
mucho menos exhibir el exhorto diligenciado, ya que esa carga no le corresponde, cuenta
habida que es obligación del tribunal exhortado lograr el emplazamiento o al menos
intentarlo y devolver al Juez exhortante el resultado de las gestiones que realizó y el hacerlo o
no fue su responsabilidad.
"4. Se duele de que en la resolución impugnada el Juez responsable pretenda hacer ver que el
exhorto nunca fue enviado, lo cual es falso pues sí existió, siendo girado con el número
**********, remitido por oficio **********.
"5. También alega que el Juez de origen se equivoca al afirmar que el exhorto quedó sin
materia al haber presentado la parte actora un escrito en el que señaló un domicilio en esta
ciudad para que se verificara el emplazamiento de los demandados, ya que en dicho escrito
nunca se dijo que ya no pudieran ser emplazados en Ciudad Juárez, sino únicamente se
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 55/2009.
señaló un diverso domicilio, mostrando en todo caso interés de lograr el emplazamiento de la
parte demandada.
"6. Por otro lado, manifiesta que, si bien es verdad el impulso procesal corresponde a las
partes, éstas no pueden emplazar a juicio o dictar sentencia, al ser facultades que la ley
establece a favor de la autoridad, por lo que el principio dispositivo únicamente tiene
aplicación en las fases en que las partes pueden hacer transitar el procedimiento en todas sus
etapas, no así cuando el juicio se encuentra en una fase en la que los particulares nada pueden
hacer para que éste avance, por requerirse la actuación del Juez para ello, lo cual ha sido
establecido por los tribunales federales al interpretar la legislación civil del Estado, en donde
han reconocido que una vez que las partes han cumplido con las cargas procesales a su cargo,
llevando el juicio por todas sus etapas y han solicitado al Juez que dicte su sentencia, ya no
depende de los contendientes la continuación del procedimiento sino de la autoridad, no
pudiéndose en consecuencia, iniciar el cómputo de la caducidad y para apoyar su argumento
cita la tesis de rubro: ‘CADUCIDAD DE LA INSTANCIA. EL JUEZ DEL PROCESO
DEBE NEGARSE A DECLARARLA A SOLICITUD DE UNA DE LAS PARTES
CUANDO ÉSTAS YA HAN SIDO CITADAS PARA OÍR SENTENCIA Y SÓLO FALTA
SU DICTADO (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE CHIHUAHUA).’
"6.1 Añade que la tesis de rubro: ‘CADUCIDAD. EL ARTÍCULO 850, FRACCIÓN III,
DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS CIVILES DE CHIHUAHUA, QUE LA
PREVIENE, ES INCONSTITUCIONAL.’, establece que tratándose de la segunda instancia,
la falta de cumplimiento del juzgador de su obligación de dictar sentencia no puede provocar
que se castigue a las partes con la caducidad de la instancia.
"6.2 Asimismo, manifiesta que la tesis de rubro: ‘CADUCIDAD DE LA INSTANCIA. SE
INTERRUMPE EL TÉRMINO PARA DECRETARLA ANTE LA FALTA DE
NOTIFICACIÓN A LA DEMANDADA DE LA REANUDACIÓN DEL
PROCEDIMIENTO (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE CHIHUAHUA).’, es aplicable en
cuanto señala que cuando no se ha notificado a las partes la reanudación del juicio por
haberse dejado de actuar por más de dos meses impide que inicie el cómputo de la caducidad,
toda vez que en esa fase el procedimiento está en espera de que la autoridad jurisdiccional
cumpla con su obligación de llevar a cabo la notificación ordenada, y en el caso la actora
también estaba en espera de que el Juez cumpliera con su obligación de emplazar a los
demandados, sin lo cual el juicio no podía avanzar en sus diferentes etapas.
"7. Controvierte que la responsable haya señalado en su resolución que era uso común en su
juzgado que la parte actora adquiriera gran parte de la responsabilidad del emplazamiento del
demandado, debiendo solicitar al juzgado una papeleta de emplazamiento para acudir con ella
a la central de actuarios y solicitar a uno de sus integrantes que llevara a cabo la diligencia en
su compañía; y tratándose de emplazamiento por exhorto es obligación de la parte actora
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 55/2009.
solicitar la entrega material del exhorto, acusar su recibo y llevarlo al Juez exhortado,
pasando por alto que aun cuando esa sea la forma en que se llevan a cabo las cosas en su
juzgado, no pueden convertirse en ley, la cual establece que es su obligación proveer lo
necesario para lograr el emplazamiento a juicio de la demandada.
"8. Que en la resolución reclamada se establece que la actora debió instar al órgano
jurisdiccional para que procediera al emplazamiento de la parte demandada, sin embargo, ello
ninguna consecuencia práctica traería, pues en las ocasiones en que se solicitó ante el Juez,
éste se limitó a reiterar lo ordenado en proveídos anteriores, turnando los autos al ministro
ejecutor, por lo que podían no haber existido esos autos y la misma obligación del tribunal
existía de emplazar a los demandados.
"9. Se inconforma con la consideración de la responsable en el sentido de que la parte actora
no sólo no instó al tribunal para que emplazara a la parte demandada sino que no compareció
en forma alguna en el término de un año, pues afirma la quejosa que tal circunstancia no es
suficiente para haber declarado transcurrido el término de la caducidad, al no haberse
emplazado a juicio a los demandados, pues el código adjetivo civil no establece la obligación
de la parte actora de comparecer ante el Juez después de radicada la demanda y hasta el
emplazamiento del demandado.
"10. Afirma que resultan inaplicables la tesis citadas por el Juez responsable puesto que unas
se refieren a la materia mercantil y otras se refieren a legislaciones de otros Estados.
"11. Finalmente alega que no es válido que la responsable sostenga que el emplazamiento de
la parte demandada no es una condición previa para que la caducidad pueda operar.
"Como ya se adelantó los conceptos de violación en estudio resultan fundados pero
inoperantes en parte e infundados en el resto, los cuales se estudiarán en un orden diverso al
expuesto y algunos de ellos en grupos por guardar estrecha relación entre sí y por así
autorizarlo el artículo 79 de la Ley de Amparo.
"Es fundada la inconformidad identificada bajo el arábigo 1, atinente a que el Juez
responsable en el auto de veinticuatro de noviembre de dos mil seis, en el que decretó la
caducidad de la instancia omitió especificar las fechas que tomó como base para considerar
transcurrido el término de un año y declarar la caducidad, siendo hasta la resolución que
resolvió el recurso de revocación interpuesto en contra de dicho auto en que el Juez indicó la
fecha a partir de la cual inició a correr el término para que operara dicha figura; pues se
conviene con la quejosa que debió ser desde el auto en que se decretó la caducidad, donde
debió especificarse a partir de qué fecha se contabilizó el término de un año que prevé el
artículo 850, fracción II, del Código de Procedimientos Civiles del Estado de Chihuahua,
para que opere la caducidad en la primera instancia, y no en la interlocutoria que puso fin al
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 55/2009.
recurso de revocación.
"Sin embargo, aun fundado el motivo de inconformidad en comento, a la postre deviene
inoperante para conceder el amparo a la quejosa para el efecto de que la responsable subsane
la omisión anotada, pues este órgano de control constitucional estima que a nada práctico
conduciría porque a lo más que podría llegarse es a que el Juez del conocimiento en el nuevo
auto que dictara, señalara como fecha a partir de la cual contabilizó el término de un año para
declarar la caducidad la que expuso en la resolución impugnada en el presente amparo, esto
es, el día en que surtió efectos el auto de uno de junio de dos mil cinco, mediante el cual a
solicitud de la actora aquí quejosa se ordenó turnar los autos a la central de actuarios para el
emplazamiento de los demandados; empero, lo cierto es que tales argumentos de cualquier
manera resultan inoperantes y su estudio se torna ocioso, en virtud de que el citado acuerdo
de veinticuatro de noviembre de dos mil seis, que decretó la caducidad, no irroga el perjuicio
que afirma la quejosa en el sentido de que al no especificarse las fechas que el Juez primario
tomó como base para computar el término de un año que señala el artículo 850, fracción II,
del código adjetivo civil, se le impidió defenderse adecuadamente en el recurso de revocación
que interpuso contra dicho acuerdo; cuenta habida que si bien es cierto lo correcto era que
desde aquel acuerdo se hubiera especificado la fecha o el acuerdo a partir del cual el Juez se
basó para considerar que había transcurrido el término para que operara la caducidad, no
menos cierto es que dicha circunstancia no fue obstáculo para que la institución actora aquí
peticionaria del amparo estuviera en aptitud de defenderse adecuadamente en el recurso de
revocación que interpuso. Lo anterior, toda vez que bastaba con que demostrara que durante
el año anterior al auto que decretó la caducidad sí realizó gestiones tendientes a movilizar el
procedimiento, específicamente referentes a lograr el emplazamiento de la parte demandada.
"En efecto, el Juez responsable decretó la caducidad en los términos siguientes: ... ‘Vistos los
autos toda vez que ha transcurrido más de un año sin que ninguna de las partes haya agitado
el curso del procedimiento, con fundamento en el artículo 850, fracción II, del Código de
Procedimientos Civiles de oficio, se decreta la caducidad de la instancia ...’; así, la omisión
de señalar a partir de qué fecha computó el año a que hizo referencia en el acuerdo, no
provocó el estado de indefensión que alega la quejosa, pues se reitera, bastaba que expusiera
y demostrara en el escrito a través del cual impugnó dicho acuerdo que contrario a lo
manifestado por el Juez sí había llevado a cabo gestiones que hubieran interrumpido el
término de la caducidad y que, por tanto, a la fecha del acuerdo que la decretó, el término de
un año previsto en el artículo 850, fracción II, no había transcurrido, lo cual no aconteció. Por
tanto, en atención al principio de economía procesal, procede desde ahora desestimar tal
concepto de violación.
"Es aplicable a lo anterior la jurisprudencia II.3o. J/17, sustentada por el entonces Tercer
Tribunal Colegiado del Segundo Circuito, que este tribunal comparte, publicada en la página
45, tomo 56, agosto de 1992, Octava Época de la Gaceta del Semanario Judicial de la
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 55/2009.
Federación, del rubro y texto siguientes:
"‘CONCEPTOS DE VIOLACIÓN FUNDADOS PERO INOPERANTES. Si del análisis que
en el juicio de amparo se hace de un concepto de violación se concluye que es fundado, pero
si por diversas razones que ven al fondo de la cuestión omitida el mismo resulta ineficaz para
resolver el asunto en favor de los intereses del quejoso, el concepto aun cuando es fundado
debe declararse inoperante; consecuentemente, por economía procesal procede negar la
protección constitucional en lugar de concederse para efectos, es decir, para que la
responsable reparando la violación haga el estudio de lo omitido, lo cual a nada práctico
conduciría, pues no obstante cumplir con ello, la misma autoridad o bien el Tribunal
Colegiado respectivo en un amparo diverso promovido en su oportunidad, tendría que
resolver el negocio en contra de los intereses del solicitante de garantías; por lo tanto, es
innecesario esperar otra ocasión para resolverlo negativamente.’
"Por otra parte, es infundado el concepto de violación 2, en el cual la institución quejosa
afirma que es indebida la conclusión de la responsable en cuanto correspondía a ella acreditar
que existen actuaciones realizadas ante el Juez exhortado las cuales interrumpen el término
de la caducidad, toda vez que alega que la obligación de recabar esa información era del Juez
responsable.
"Se afirma lo anterior, en virtud de que tal y como lo estableció el Juez en la resolución que
aquí se analiza la carga de probar que existen ante el Juez exhortado actuaciones por parte de
la actora que interrumpen el término para que opere la caducidad, corresponde a dicha parte y
no al juzgador, ya que ciertamente en el derecho procesal civil priva el principio dispositivo,
por lo que es obligación del actor demostrar sus afirmaciones y del demandado sus
excepciones, de conformidad con lo establecido en los artículos 266 y 267 del código
adjetivo civil, carga cuyo ejercicio es en interés de cada uno de ellos, en virtud de que el que
afirma debe probar y el que niega también tiene la carga de probar entre otros casos, cuando
su negativa encierre la afirmación de un hecho, por lo que si la institución actora afirmó ante
la responsable que existen constancias que demuestran que realizó gestiones ante el Juez
exhortado para lograr el emplazamiento de los demandados, tocaba a ésta exhibir dichas
constancias, pues era a ella a quien interesaba demostrar que no había transcurrido un año sin
que hubiere agitado el procedimiento.
"Por otro lado, manifiesta la parte actora aquí impetrante del amparo que estaba
imposibilitada para acreditar que existen constancias que demuestran que realizó gestiones
ante el Juez exhortado para lograr el emplazamiento de los demandados, toda vez que el
Código de Procedimientos Civiles del Estado no establece la posibilidad de ofrecer pruebas
en el recurso de revocación e incluso prevé una regla especial consistente en que el recurso
de revocación sólo podrá fundarse en que el tribunal haya procedido con error al declarar que
transcurrió el término de la caducidad o haya existido fuerza mayor que impidiera que se
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 55/2009.
siguiera promoviendo.
"Lo anterior es inexacto, habida cuenta que los artículos 815, 816 y 817 del Código de
Procedimientos Civiles del Estado, establecen textualmente lo siguiente:
"‘815. El recurso de revocación a que hace referencia el artículo 100 de este código, deberá
interponerse por escrito a más tardar dentro del siguiente día en que se hizo la notificación
del auto que se va a recurrir, o surtió sus efectos la hecha por medio de lista, salvo lo
dispuesto en el artículo 818 de este capítulo.’
"‘816. Interpuesto en tiempo el recurso, con excepción de los casos a que se refiere el artículo
siguiente, el tribunal suspenderá la ejecución del auto recurrido, y ordenará correr traslado del
escrito del recurrente a la parte contraria por el término de tres días y, evacuado que sea o una
vez concluido dicho plazo para hacerlo, sin más trámite se dictará resolución dentro de las
veinticuatro horas siguientes.’
"‘817. En los juicios sumarios y en los ejecutivos, interpuesta la revocación, el tribunal la
resolverá de plano si estimare que no es necesario oír a las partes. En caso contrario,
suspenderá la ejecución de la resolución recurrida, y citará a las partes a una audiencia que se
efectuará dentro de las cuarenta y ocho horas siguientes a la interposición del recurso y en
ella dirá su resolución.’
"De una interpretación sistemática de lo dispuesto en los artículos transcritos, se deduce que
el recurso de revocación debe interponerse por escrito ante el Juez o tribunal que dicte la
resolución que cause agravio, se suspenderá el auto recurrido, se ordenará correr traslado a la
contraria y se dictará resolución; con excepción de los juicios sumarios y ejecutivos, en los
que la revocación se resolverá de plano si se estima que no es necesario oír a las partes, pues
de lo contrario se suspenderá la ejecución de la resolución recurrida, y se citará a las partes a
una audiencia dentro de las cuarenta y ocho horas siguientes a la interposición del recurso en
la que se resolverá el recurso, y si bien es verdad como lo apunta la amparista, el trámite
previsto para el recurso de revocación no prevé que una vez interpuesto se abra un periodo
probatorio, lo cierto es que dicha circunstancia no era obstáculo para que la actora exhibiera
las constancias que afirmó existen y demuestran que se realizaron actuaciones ante el Juez
exhortado tendientes a lograr el emplazamiento de la parte demandada, las cuales pudo haber
exhibido con el escrito en el que hizo valer el recurso de revocación, y así acreditar que el
término de un año que señaló la responsable sin que alguna de las partes hubiera agitado el
procedimiento no había transcurrido.
"Ahora, la regla contenida en el artículo 853 del código adjetivo civil, que cita el quejoso y
que establece que la revocación sólo podrá fundarse cuando se crea que el tribunal ha
procedido con error al declarar transcurrido el término legal en cuya virtud se hubiere tenido
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 55/2009.
por caduca la instancia, o haya dejado de promoverse por fuerza mayor, no impide que la
quejosa hubiera estado en aptitud de demostrar su afirmación referente a que existen
constancias que demuestran que se realizaron actuaciones ante el Juez exhortado para lograr
el emplazamiento de los demandados, pues el referido precepto únicamente limita los casos
en que es procedente el recurso de revocación, de manera que siendo la primera hipótesis la
que se analiza en la especie era necesario que como el propio artículo lo establece la quejosa
acreditara que el Juez procedió con error al declarar transcurrido el término de la caducidad,
exhibiendo las referidas constancias.
"Igualmente son infundados los motivos de disenso sintetizados en los números 3, 4, 5, 6,
6.1, 6.2, 7 y 9 de la presente ejecutoria, en los que la institución bancaria quejosa alega
medularmente que si bien el impulso procesal corresponde a las partes, era obligación del
Juez emplazar a la parte demandada, pues ella no estaba facultada para realizarlo.
"En principio, cabe apuntar que la caducidad, en el derecho procesal, es la extinción de la
instancia judicial como consecuencia de que las partes abandonen el ejercicio de la acción
respectiva. Este abandono se manifiesta en que las mismas omiten llevar a cabo en el proceso
las promociones necesarias para que éste llegue a su fin.
"En efecto, conforme al principio dispositivo, el ejercicio de la acción procesal está
encomendado en sus dos formas, activa y pasiva, a las partes y no al Juez, es decir, en los
juicios civiles las partes deben gestionar su tramitación y procurar concluirlo, por lo que el
abandono de esta carga procesal se sanciona con la caducidad.
"Ahora, del análisis de las constancias que obran en autos, se advierte que la institución
actora en su escrito inicial de demanda señaló como domicilio para emplazar a los
demandados ********** y **********, el ubicado en calle ********** y/o **********,
ambos en Ciudad Juárez, Chihuahua; y para tal efecto el Juez Séptimo Civil del Distrito de
Morelos, en el acuerdo de radicación de veintidós de agosto de dos mil dos, giró el exhorto
********** al Juez competente de Ciudad Juárez, para que en su auxilio llevara a cabo dicha
diligencia; sin embargo, de autos no se aprecia que la citada comunicación oficial se
encuentre diligenciada, así como tampoco se advierte constancia alguna de emplazamiento a
la parte demandada.
"Es cierto que del contenido de los artículos 129, 130, 131, 132 y 133 del Código de
Procedimientos Civiles del Estado, se desprende la facultad del Juez de encomendar la
práctica de una diligencia fuera del lugar del juicio al tribunal de aquel en que deba
ejecutarse, así como la obligación de éste de cumplimentar dicha encomienda; sin embargo,
el artículo 139 del citado ordenamiento, establece también la posibilidad de que los tribunales
acuerden que los exhortos y despachos que manden expedir, se entreguen, para hacerlos
llegar a su destino, a la parte interesada que hubiere solicitado la práctica de la diligencia,
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 55/2009.
quien tendrá la obligación de devolverlos con lo que se hubiere practicado, lo cual aconteció
en la especie, pues si bien es cierto en el auto de radicación de veintidós de agosto de dos mil
dos, se giró el exhorto ********** para que fuera cumplimentado por el Juez competente en
Ciudad Juárez, también lo es que a fojas setenta y dos del juicio de origen, obra constancia de
que la responsable al proveer sobre un escrito presentado por la parte actora solicitando se
verificara el emplazamiento de los demandados, acordó que el exhorto y cédula hipotecaria
expedidos quedarían a disposición de la promovente en la secretaría del juzgado para que los
hiciera llegar a su destino (Juez competente en Ciudad Juárez), sin que exista constancia de
su recepción por parte de la actora aquí quejosa; ni manifestación de inconformidad por
cualquier circunstancia respecto a dicho acuerdo.
"Con independencia de lo anterior, y sin que el exhorto girado hubiera quedado sin materia
como lo sostuvo la responsable, de autos también se aprecia que la institución bancaria actora
el veinte de octubre de dos mil tres, presentó un escrito ante el juzgado responsable mediante
el cual proporcionó un diverso domicilio en esta ciudad para que fueran emplazados los
demandados; mismo que fue acordado el veintisiete siguiente ordenándose turnar los autos a
la central de actuarios para que se llevara a cabo la citada diligencia, sin que se lograra
emplazarlos por radicar los demandados en el extranjero, según constancia actuarial de doce
de noviembre de dos mil tres; y si bien es verdad la parte actora presentó dos escritos más de
fechas ocho de julio de dos mil cuatro y treinta y uno de mayo de dos mil cinco, insistiendo
en el emplazamiento de los demandados, su petición no fue en el sentido de que se enviara el
exhorto ordenado en el auto de radicación, sino que en el primero solicitó que se tomaran las
medidas necesarias para que se verificara el emplazamiento y en el segundo que se turnaran
los autos al ministro ejecutor para que se emplazara a los demandados en el domicilio
señalado, acordándose favorablemente la petición de la actora; empero, sin que
posteriormente a la promoción del treinta y uno de mayo de dos mil cinco, la actora haya
vuelto a presentar promoción alguna insistiendo en el emplazamiento, no obstante no haberse
practicado.
"De lo expuesto se concluye que la conducta de la parte actora no hizo sino denotar una falta
de interés en que los demandados fueran emplazados, ya sea acudiendo a recibir el exhorto
para hacerlo llegar a su destino o bien gestionando ante el juzgado para que fueran
emplazados por conducto del ministro ejecutor adscrito, pues aun cuando el Juez acordó que
el exhorto y cédula hipotecaria quedaban a su disposición en la secretaría del tribunal para
que fuera ésta quien los hiciera llegar al Juez competente de Ciudad Juárez, lo cual con
independencia de que el Juez haya manifestado que es un uso común en su juzgado, es una
circunstancia prevista en el código adjetivo civil en su artículo 139, la institución actora no
acudió a recibirlos, razón por la cual la referida comunicación oficial aunque expedida no fue
diligenciada, tal y como lo sostuvo el Juez responsable, pues no es verdad como lo afirma el
quejoso que dicho juzgador haya sostenido en la resolución reclamada en el presente amparo
que el exhorto no existió, sino como ya se apuntó, lo que manifestó fueron los motivos por
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 55/2009.
los cuales no obstante haberse expedido dicho exhorto no se diligenció.
"Sin que, por otro lado, la actora hubiera insistido posteriormente ante el Juez responsable en
que se practicara el emplazamiento en el domicilio señalado en esta ciudad, ya que la última
promoción que presentó en ese sentido data del treinta y uno de mayo de dos mil cinco, de
manera que aun cuando es verdad que corresponde a los Jueces resolver los juicios
oportunamente, independientemente del sentido del fallo en cuanto al fondo, dictando la
medidas necesarias para ello, como en este caso lo sería emplazar a la parte demandada para
continuar con el trámite del procedimiento hasta su resolución, lo cierto es que la ley arroja
sobre las partes la carga procesal de activar el procedimiento, a fin de mantenerlo vivo, pues
de lo contrario se presume legalmente que por el tiempo transcurrido, sin actuación procesal
ni promoción de las mismas, han perdido interés jurídico en la continuación del trámite
procesal del juicio, a lo que la ley atribuye la consecuencia de declarar caduca la instancia, y
en el presente caso, no puede justificarse la falta de cuidado e interés en que incurrió la
actora, en el hecho de que era obligación del Juez emplazar a los demandados, máxime que
quien estaba interesada en que la diligencia de emplazamiento se llevara a cabo era la
institución actora aquí quejosa para que de esa forma se continuara con el juicio y en su caso,
de resultar procedente, obtuviera sentencia favorable, por tanto, y con independencia de que
estuviera obligada o no a seguir las prácticas que manifestó el Juez se acostumbran llevar a
cabo en su juzgado respecto a los emplazamientos, sí estaba obligada a vigilar e insistir ante
dicha autoridad que el referido emplazamiento se verificara, ya que incluso de insistir y no
obtener respuesta favorable a su petición o de estimar que las diligencias derivadas de su
solicitud eran contrarias a derecho estaba en aptitud de tomar las medidas legales que
considerara necesarias para inconformarse en contra de esas actuaciones; empero, al no
haberlo hecho de esa forma no puede sino soportar las consecuencias adversas derivadas de
su desinterés e inactividad en el juicio.
"En esa tesitura, es falso que la parte actora no hubiera estado en posibilidad de impulsar el
procedimiento insistiendo en que se verificara el emplazamiento, por ser ésta una fase del
juicio en el que las partes no pueden hacer nada para que éste avance, sino únicamente el
Juez, ya que dicha situación únicamente se presenta cuando se ha citado el asunto para
sentencia, pues es hasta ese momento cuando concluye la secuela procesal y, por tanto, la
intervención de las partes, correspondiéndole únicamente al Juez el dictado de la sentencia,
resultando, por tanto, inaplicable las tesis de rubros: ‘CADUCIDAD DE LA INSTANCIA.
EL JUEZ DEL PROCESO DEBE NEGARSE A DECLARARLA A SOLICITUD DE UNA
DE LAS PARTES, CUANDO ÉSTAS YA HAN SIDO CITADAS PARA OÍR SENTENCIA
Y SÓLO FALTA SU DICTADO (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE CHIHUAHUA).’ y
‘ C A D U C ID A D . E L A R T ÍC U LO 850, FRACCI ÓN I I I , DEL CÓDI GO D E
PROCEDIMIENTOS CIVILES DE CHIHUAHUA, QUE LA PREVIENE, ES
INCONSTITUCIONAL.’, que invoca en su demanda de amparo la inconforme, toda vez que
aun cuando se refieren a la legislación procesal civil estatal como lo afirma, en la especie la
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 55/2009.
caducidad de la instancia no fue decretada después de haberse citado a las partes para
sentencia, sino como se ha venido relatando a lo largo de la presente ejecutoria, fue antes de
que se emplazara a la parte demandada.
"Por otro lado y en cuanto a la tesis que cita la inconforme de rubro: ‘CADUCIDAD DE LA
INSTANCIA. SE INTERRUMPE EL TÉRMINO PARA DECRETARLA ANTE LA
FALTA DE NOTIFICACIÓN A LA DEMANDA DE LA REANUDACIÓN DEL
PROCEDIMIENTO (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE CHIHUAHUA).’, cabe señalar
que la quejosa al exponer por qué considera que tal criterio es aplicable únicamente hace
referencia a que en él se establece que cuando no se ha notificado a las partes la reanudación
del juicio por haberse dejado de actuar por más de dos meses impide que inicie el cómputo de
la caducidad, toda vez que en esa fase el procedimiento está en espera de que la autoridad
jurisdiccional cumpla con su obligación de llevar a cabo la notificación ordenada, y afirma
que ella también estaba en espera de que el Juez cumpliera con su obligación de emplazar a
los demandados, sin lo cual el juicio no podía avanzar en sus diferentes etapas, lo cual como
ya se dijo en párrafos precedentes, es inexacto, debido a que al ser de su interés que se llevara
a cabo el emplazamiento de la parte demandada, debió instar al Juez cuantas veces fuera
necesario para que éste se llevara a cabo en el domicilio señalado en esta ciudad, o bien,
haber acudido a recoger el exhorto y cédula hipotecaria que el referido juzgador puso a su
disposición y encargarse de hacerlo llegar al Juez competente en Ciudad Juárez, al no haberse
opuesto a tal determinación, en cumplimiento a su carga de impulsar procesalmente el juicio,
que se reitera, corresponde a las partes y no al Juez desde la admisión de la demanda hasta
que se cita el asunto para sentencia, conforme a las razones ya manifestadas en la presente
ejecutoria, y así haber evitado que operara la caducidad de la instancia en términos el artículo
850, fracción II, del Código de Procedimientos Civiles del Estado de Chihuahua.
"Con base en lo expuesto, se estima inexacta la inconformidad planteada en el número 8, toda
vez que no se comparte que la quejosa manifieste que ningún fin práctico hubiera tenido el
continuar solicitando al Juez responsable llevara a cabo el emplazamiento de los
demandados, pues habiéndolo hecho en varias ocasiones no se verificó; pues si como ya se
dijo, corresponde a las partes impulsar el procedimiento a efecto de mantener viva su
petición, de haber insistido en que se practicara la diligencia de emplazamiento, el cual
resultaba de su interés, la caducidad de la instancia no hubiera operado y, por ende, no tendría
porqué soportar los efectos de esa sanción, además de que se insiste, de estimar que el Juez
no daba una respuesta adecuada a sus peticiones la inconforme estuvo en aptitud de recurrir
los autos dictados previamente o incluso haber exigido la responsabilidad en que a su juicio
había incurrido dicho funcionario, pero al no haberlo hecho, debe soportar las consecuencias
derivadas de sus omisiones.
"Por otro lado, cabe destacar que no le asiste razón a la inconforme al señalar en el concepto
de violación 11, que no es válido que en la resolución impugnada la responsable haya
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 55/2009.
sostenido que el hecho de que no se hubiera emplazado a los demandados no era una
condición necesaria para decretar la caducidad de la instancia.
"Lo anterior es así, cuenta habida que del estudio sistemático de los artículos del 850 al 855
del Código de Procedimientos Civiles del Estado de Chihuahua, se desprende que para que
opere la caducidad del juicio en primera instancia, se deben reunir los elementos siguientes:
"a) La existencia de un litigio en primera instancia.
"b) El transcurso de un año.
"c) Que durante ese lapso exista inactividad procesal de las partes.
"En efecto, para determinar a partir de qué momento un juicio es caducable, debe acudirse a
la legislación aplicable, en este caso, a los preceptos legales de la legislación adjetiva civil en
que se apoyó la responsable, se obtiene que no existe como condición para que opere la
caducidad el que se hubiera emplazado a la parte demandada, es decir, el Código de
Procedimientos Civiles, que regula la figura jurídica de caducidad en el Estado de Chihuahua,
no establece que para decretar la caducidad de la instancia sea necesario que se haya
entablado la relación jurídico procesal, pues el artículo 850, fracción II, del citado
ordenamiento legal, en lo conducente establece: ‘Se tendrá por abandonada la instancia en
toda clase de juicios, y caducará de pleno derecho: ... cuando el litigio se hallare en primera
instancia y haya transcurrido un año sin que ninguna de las partes haya agitado su curso.’,
mientras que artículo 851 del propio ordenamiento legal, establece: ‘Los términos a que se
refieren las fracciones II y III del artículo anterior se contarán desde el día siguiente a la
última notificación que se hubiere hecho a las partes, y se interrumpirán por cualquiera
solicitud que alguna de éstas haga, siempre que la promoción tienda a agitar el
procedimiento.’
"Por lo tanto, es evidente que tal figura puede operar desde el auto que le dé inicio al juicio y
no a partir de que se emplace a los demandados, pues en todo caso, ese requisito será
necesario para la integración de la litis, pero la falta de ésta, no releva a la actora de su
obligación de mantener viva la instancia, ya que para el impulso del procedimiento
solicitando su continuación hasta la conclusión, no es indispensable la promoción plural de
las partes, sino sólo la de alguna de ellas, que en el caso sería la de la demandante.
"La determinación a la que se llega se robustece, si se tiene en cuenta que la declaración
correspondiente en nada afecta a la parte demandada que no ha sido emplazada, dado que,
para todas las partes, las cosas volverán al estado que tenían antes de la presentación de la
demanda (artículo 854 del código adjetivo civil del Estado), en tanto que su ausencia en el
proceso no releva al actor de la obligación de promover para conservar viva su petición o
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 55/2009.
instancia de justicia y evitar la sanción procesal de referencia, pues para impulsar el proceso,
tampoco se requiere de la petición plural de las partes, sino de la de alguna de ellas.
"Finalmente, resulta igualmente infundado el concepto de violación 10, donde la peticionaria
del amparo alega que las tesis invocadas por la responsable no son aplicables al caso, ya que
parte de ellas se refieren a la materia mercantil y el resto interpretan preceptos de
legislaciones de otros Estados.
"Lo infundado deriva de que de la lectura de la resolución impugnada se advierte que la
autoridad responsable en apoyo a sus consideraciones citó en primer término la
jurisprudencia 27/2006, sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, consultable en la página 17, Tomo XXIV, julio de 2006, Novena Época del
Semanario Judicial de la Federación, del rubro y texto siguientes:
"‘CADUCIDAD DE LA INSTANCIA EN MATERIA MERCANTIL. EL NUMERAL 1076
DEL CÓDIGO DE COMERCIO QUE AUTORIZA A DECRETARLA AUN CUANDO NO
SE HAYA PRACTICADO EL EMPLAZAMIENTO, NO VIOLA EL ARTÍCULO 17 DE
LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS. Esta
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la jurisprudencia 1a./J.
22/2003, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época,
Tomo XVII, mayo de 2003, página 149, con el rubro: «CADUCIDAD DE LA INSTANCIA
EN MATERIA MERCANTIL. OPERA DESDE EL PRIMER AUTO QUE SE DICTE EN
EL JUICIO AUNQUE NO SE HAYA EMPLAZADO AL DEMANDADO.», sostuvo que el
artículo 1076 del Código de Comercio establece que la caducidad de la instancia opera de
pleno derecho una vez que transcurran ciento veinte días de inactividad procesal, desde el
primer auto que se dicte en el juicio y hasta la citación para oír sentencia, por lo que dicha
figura opera en cualquier momento de éste, sin necesidad de que haya sido emplazado el
demandado, pues este requisito sólo es necesario para fijar la litis. En ese orden de ideas y
tomando en consideración que la garantía de acceso a la justicia no es un beneficio para el
particular, sino un derecho del gobernado para que se le administre justicia dentro de los
plazos y términos que fijen las leyes, con la obligación correlativa de que aquél cumpla con
los requisitos exigidos por la ley, de manera que a pesar de que la voluntad de las partes es la
que impera en los juicios mercantiles, ésta siempre está supeditada a lo dispuesto por las
leyes procesales, se concluye que el indicado artículo 1076 que constituye un reflejo del
principio dispositivo consistente en que el ejercicio de la acción, su desarrollo a través del
proceso, sus límites y la actividad del Juez, se regulan por la voluntad de las partes
contendientes, no viola el artículo 17 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos. Ello es así porque el citado artículo 1076 no impide el acceso a la impartición de
justicia, pues no coarta el derecho de la parte actora de acudir a los tribunales para resolver
un caso concreto, y si bien corresponde a la autoridad judicial emplazar a la parte demandada
a efecto de hacerle saber que se ha instaurado un juicio en su contra, en caso de que dicha
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 55/2009.
notificación no haya ocurrido, la parte actora puede impulsar el procedimiento, solicitando al
Juez que ordene el emplazamiento al demandado con el fin de que no opere la caducidad de
la instancia, por lo que en el supuesto de que ésta se actualice, únicamente es imputable a la
actora, en virtud de que es la interesada en que se resuelva la controversia planteada.’
"Del contenido del anterior criterio jurisprudencial se desprende que la Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación establece que el artículo 1076 del Código de
Comercio, no viola el diverso 17 constitucional, al concluir que si bien es verdad corresponde
a la autoridad judicial emplazar a la parte demandada, en caso de que dicha notificación no
haya ocurrido, la actora puede impulsar el procedimiento solicitando al Juez ordene el
emplazamiento a fin de que no opere la caducidad de la instancia, por lo que en el supuesto
de que esta se actualice, únicamente es imputable a la parte actora.
"Ahora, es cierto que la Primera Sala llega a las anteriores conclusiones con base en un
precepto del Código de Comercio, que establece:
"‘Art. 1076. ... La caducidad de la instancia operará de pleno derecho, sea porque se decrete
de oficio o a petición de parte, cualquiera que sea el estado del juicio, desde el primer auto
que se dicte en el mismo y hasta la citación para oír sentencia, en aquellos casos en que
concurran las siguientes circunstancias: a) Que hayan transcurrido 120 días contados a partir
del día siguiente a aquel en que surtió efectos la notificación de la última resolución judicial
dictada, y b) Que no hubiere promoción de cualquiera de las partes, dando impulso al
procedimiento para su trámite, solicitando la continuación para la conclusión del mismo. ...’
"Sin embargo, también lo es que el artículo 850, fracción II, del Código de Procedimientos
Civiles del Estado de Chihuahua, dispone que la caducidad operará cuando el litigio se
encuentre en primera instancia y transcurrido un año ninguna de las partes haya impulsado su
curso, y si conforme a los artículos 249 y 395 del referido ordenamiento, el juicio principia
con la demanda y una vez citadas la partes para oír sentencia únicamente queda la obligación
del órgano jurisdiccional de dictarla, es inconcuso que tanto el Código de Comercio como el
Código de Procedimientos Civiles del Estado de Chihuahua, en sus artículos 1076 y 850,
fracción II, respectivamente, son coincidentes en establecer que la caducidad de la primera
instancia podrá declararse de oficio, cuando una vez iniciado el juicio (lo que según la
legislación adjetiva civil estatal ocurre desde la presentación de la demanda) o bien, desde el
primer auto dictado, conforme lo dispuesto por Código de Comercio, hasta la citación para
oír sentencia, la partes no hicieren promoción alguna que impulse el procedimiento,
diferenciándose únicamente en relación al término, pues mientras el artículo 1076 del Código
de Comercio establece que la caducidad operará una vez transcurridos ciento veinte días
contados a partir del día siguiente a aquel en que surta efectos la notificación de la última
resolución dictada, el diverso 850, fracción II, del Código de Procedimientos Civiles del
Estado, prevé como término para computar la caducidad el de un año contado desde el día
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 55/2009.
siguiente a la última notificación hecha a las partes.
"Por tanto, si la responsable como parte de sus consideraciones estableció que el impulso del
proceso corresponde a las partes, y que en el caso la actora en el lapso de un año no instó al
órgano judicial para que procediera al emplazamiento de los demandados, sin comparecer en
forma alguna, por lo cual debía soportar las consecuencias jurídicas adversas de su omisión,
es evidente que contrario a lo manifestado por la quejosa la jurisprudencia aludida sí
resultaba aplicable al caso, ya que como se dijo, el citado criterio jurisprudencial se basó en
la interpretación de un precepto de redacción similar al 850, fracción II, del código adjetivo
civil estatal, en cuanto a que de ambos artículos se desprende que la caducidad de la primera
instancia puede decretarse de oficio, desde que inicia el juicio, esto es, desde la presentación
de la demanda, conforme a la legislación adjetiva civil del Estado de Chihuahua, o bien,
desde el primer auto dictado, de acuerdo con lo dispuesto en el Código de Comercio, hasta el
auto que cita a sentencia, siempre y cuando dentro de los términos previstos en ambos
ordenamientos las partes no realicen gestión alguna que impulse el procedimiento; no siendo
necesario en consecuencia que se encuentre emplazada la parte demandada para poder
decretar la caducidad.
"A igual consideración se arriba en relación a los criterios citados por la autoridad
responsable, de rubros: ‘CADUCIDAD DE LA INSTANCIA. EL IMPULSO PROCESAL
NO CORRESPONDE AL JUZGADOR SINO A LAS PARTES (LEGISLACIÓN DEL
ESTADO DE SINALOA).’, ‘CADUCIDAD, OPERA AUN CUANDO FALTE EL
EMPLAZAMIENTO AL DEMANDADO EL LLAMAMIENTO A JUICIO A UN
TERCERO. (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE COLIMA).’ y ‘CADUCIDAD DE LA
INSTANCIA. OPERA AUNQUE NO SE HUBIERA EMPLAZADO A LOS
DEMANDADOS (LEGISLACIÓN DE JALISCO ANTERIOR A SU REFORMA).’, toda
vez que dichos criterios parten del análisis de preceptos cuyo contenido es similar al 850,
fracción II, del Código de Procedimientos Civiles del Estado, pues el primero de ellos alude a
que el artículo 34 del Código de Procedimientos Civiles del Estado de Sinaloa dispone que se
tendrá por abandonado un juicio y por perdido el derecho de las partes, si éstas no promueven
durante el término de trescientos sesenta días todo lo que tienda a la secuela legal de un
procedimiento, de manera que al igual que el multirreferido artículo 850, fracción II,
establece una sanción para el caso de que las partes (aunque en diferente término) dejen de
agitar el procedimiento, esto es, pone de manifiesto que tal y como lo sostuvo el Juez
responsable, la carga de impulsar el procedimiento corresponde a las partes y al no cumplirla
deben soportar las consecuencias adversas derivadas de su desinterés. Asimismo, los otros
dos criterios citados por la responsable, establecen que los artículos 34 y 257 del código
adjetivo civil de Colima, así como el 29 del Código de Procedimientos Civiles del Estado de
Jalisco, no establecen que para que opere la caducidad por falta de impulso procesal de las
partes sea necesario que la parte demandada se encuentre emplazada, por tanto, puede
decretarse la caducidad de la instancia aun cuando no se haya verificado el emplazamiento, lo
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cual hace que sean aplicables al caso que se analiza partiendo del hecho de que como ya se
apuntó al analizar el concepto de violación 11, el artículo 850 del código adjetivo civil estatal
tampoco establece ese requisito, de ahí que no asista razón a la quejosa al señalar que resultan
inaplicables los criterios invocados por el Juez responsable.
"En las relatadas condiciones, y ante lo fundado pero inoperante e infundado de los conceptos
de violación en estudio, lo procedente es negar el amparo y protección de la Justicia Federal
impetrada."
B) Por su parte, el Tribunal Colegiado del Décimo Séptimo Circuito resolvió el juicio de
amparo en revisión civil número **********, así como el diverso juicio de amparo en
revisión **********, en los que sostuvo un criterio presumiblemente disímil al sustentado
por el órgano colegiado denunciante.
En el juicio de amparo en revisión **********, el albacea de la sucesión actora en el juicio
sumario civil **********, radicado en el Juzgado Séptimo de lo Civil del Distrito Judicial de
Bravos, en el Estado de Chihuahua, y en su calidad de tercero perjudicada, interpuso recurso
de revisión en contra de la resolución dictada por el Juez Noveno de Distrito en el Estado de
Chihuahua, en el juicio de amparo **********, en la que determinó conceder el amparo a la
quejosa, parte demandada en el juicio de origen, para el efecto de que la autoridad
responsable dejara insubsistente el acuerdo en el que el Juez de primera instancia negó
decretar la caducidad de la instancia solicitada por la empresa demandada, y en su lugar
dictara otro, en el que analizara el planteamiento de caducidad solicitada, precisamente, por
la impetrante de garantías.
En esencia, la parte recurrente argumentó que fue incorrecto que el Juez de Distrito
considerara que el acuerdo reclamado que negó decretar la caducidad de la instancia por la
quejosa, parte demandada en el juicio de origen, resultara violatorio de las garantías de
legalidad y seguridad jurídica, al manifestar que la responsable, al emitir el acuerdo
reclamado, estableció acertadamente que no se actualizaban los supuestos de los artículos
850, fracción II, 853 y 854 del Código de Procedimientos Civiles vigente en el Estado de
Chihuahua, que establecen los supuestos para decretar la caducidad, al señalar que se
encontraba pendiente de notificar el auto de veinte de febrero de dos mil cuatro, en virtud de
haberse dejado de actuar por más de dos meses, apoyándose para tal determinación en los
artículos 125 y 126, con relación al 119, inciso c), del referido ordenamiento civil adjetivo
del Estado.
Así, el Tribunal Colegiado en mención determinó, en lo que interesa, lo siguiente:
"CUARTO. Son inoperantes en parte, infundados en otra y fundados en una más los agravios
hechos valer, los cuales por razón de técnica jurídica se examinarán en orden distinto al
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 55/2009.
propuesto. ... este órgano colegiado considera que el fallo recurrido es ilegal, pues como bien
lo destaca la parte recurrente, el Juez de Distrito contrario a lo que establece el numeral 77 de
la Ley de Amparo, se extralimitó al estimar y resolver sobre actos que no fueron señalados
como reclamados por la parte quejosa y, por ende, se encuentran consentidos por ésta, como
lo fue el acuerdo de veinte de febrero de dos mil cuatro, mediante el que se ordenó notificar a
la demandada en el juicio de origen, el estado que guardaban los autos por haberse dejado de
actuar por más de dos meses y cuyo proceder la responsable apoyó en los numerales 125 y
126 en relación con el 119, inciso c), del Código de Procedimientos Civiles vigente en el
Estado. Porque en efecto, como lo asevera la parte disconforme, el procedimiento natural se
encontraba suspendido por orden expresa de la propia autoridad responsable, el cual se
reanudaría una vez que fuera notificada personalmente la parte demandada ... de ahí que,
como lo alega la parte recurrente, es incorrecto que el Juez de Distrito considerara que el
acuerdo reclamado que negó decretar la caducidad de la instancia solicitada por la parte
demandada, resultara violatorio de las garantías de legalidad y seguridad jurídica, porque
según se verá a continuación, la responsable actuó en observancia de tales principios al
determinar, en el auto reclamado, que no se actualizaba el supuesto de los numerales 850,
fracción II, 853 y 854 del Código de Procedimientos Civiles vigente en el Estado ... En
efecto, de las actuaciones que conforman el juicio natural, que en copia certificada fueron
remitidas por la responsable en vía de informe justificado, se advierte que mediante proveído
de veinte de febrero del año dos mil cuatro, en lo que interesa, la Juez Séptimo de lo Civil de
este Distrito Judicial de Bravos, ordenó turnar los autos a la central de actuarios a efecto de
que fuera notificada la parte demandada en virtud de haberse dejado de actuar por más de dos
meses, determinación que apoyó en los artículos 125 y 126 del Código de Procedimientos
Civiles del Estado. También se desprende de las relatadas actuaciones, que mediante escrito
presentado el treinta y uno de agosto de dos mil cinco, los representantes legales de la
demandada **********, **********, solicitaron al Juez responsable declarara la caducidad
de la instancia en el juicio natural, por haber transcurrido un plazo mayor de un año sin que
las partes hubieren agitado su curso, ya que señalaron los promoventes, por lo menos desde el
día quince de junio del año dos mil cuatro, fecha en que se notificó por lista el auto de catorce
del propio mes y año, ninguna de las partes presentó promoción alguna tendente a agitar el
procedimiento, por lo que consideraron dichos ocursantes que el juicio había caducado y
solicitaron el archivo de los autos. A tal petición recayó acuerdo de dos de septiembre de dos
mil cinco, que constituye el acto reclamado en el amparo que se revisa, en el que la Juez
responsable determinó textualmente: ‘... dígaseles que no ha lugar a acordar de conformidad,
toda vez que se encuentra pendiente de notificar el auto de fecha veinte de febrero del año
dos mil cuatro, visible a fojas 606 y el mismo suspende el procedimiento, por lo que no se da
el supuesto de los artículos 850, fracción II, 853 y 854, del Código de Procedimientos
Civiles. Notifíquese. Así, lo acordó y firma ...’. Ahora bien, el Juez de Distrito al analizar las
citadas constancias procesales, determinó que el acto reclamado resultaba inconstitucional
porque las disposiciones en que se apoyó la responsable para emitirlo no establecen la
suspensión del procedimiento, pues por lo que atañe a los numerales 125 y 126 del
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 55/2009.
ordenamiento legal mencionado, aluden a la forma en que deben practicarse ciertas
notificaciones y a los requisitos que debe contener la lista de acuerdos que se fije en el
tribunal relativo y los tres últimos preceptos señalados, refieren la figura jurídica de la
caducidad, pero de ningún modo establecen la hipótesis de que cuando se encuentre
pendiente de llevar a cabo alguna notificación personal, ello se traduzca en un motivo legal
suficiente para suspender el procedimiento o interrumpir el término de la caducidad. Tal
consideración se estima incorrecta por este Tribunal Colegiado, ya que si bien es cierto que
las disposiciones legales invocadas no prevén el supuesto a que se ha hecho mención, que
permita suspender el procedimiento o interrumpir el término de la caducidad, sin embargo, el
acuerdo reclamado tuvo su origen en el diverso auto de veinte de febrero de dos mil cuatro,
en el que la propia autoridad responsable ordenó notificar a la demandada el estado que
guardaban los autos por haberse dejado de actuar por más de dos meses; de ahí que como lo
alega la parte recurrente, la actuación de la Juez de primera instancia en negarse a declarar la
caducidad de la instancia solicitada por quien ahora promueve el amparo ... virtud a que la
falta de notificación a la demandada, no ameritaba promoción alguna de las partes para agitar
el procedimiento, pues la actuación subsecuente debía ser cumplimentada por el funcionario
respectivo adscrito al juzgado responsable, ya que de continuar el procedimiento sin haber
practicado la notificación aludida, podría traer como consecuencia dejar en estado de
indefensión a la demandada y, en su caso, acarrear la nulidad de las actuaciones en términos
del artículo 86 del Código de Procedimientos Civiles vigente en el Estado, como lo esgrime
la parte inconforme, ya que se omitiría cumplir con las formalidades esenciales del
procedimiento. Lo anterior es así, porque el artículo 119, inciso c), del Código de
Procedimientos Civiles establece: ‘Se notificará personalmente en el domicilio del
interesado: ... c) La primera resolución que se dicte cuando se dejare de actuar más de dos
meses por cualquier motivo ...’, a su vez los numerales 116 y 117 del propio ordenamiento
legal, prevén en su orden: ‘Artículo 116. Las notificaciones, citaciones y emplazamientos se
efectuarán, lo más tarde dentro de los dos días siguientes al en que se pronuncien las
resoluciones que las prevenga, a no ser que éstas o la ley dispusieren otra cosa. Se impondrá
de plano a los infractores de este artículo una multa de hasta cincuenta salarios mínimos.’.
‘Artículo 117. Todas las resoluciones se notificarán a las partes; a los extraños al litigio, sólo
en el caso en que la resolución así lo exprese, determinándose en ella precisamente la materia
u objeto de la diligencia y los nombres de las personas con quienes deba practicarse.’. De
acuerdo con lo antes relacionado y transcrito, procede concluir que fue legal que la Juez de
primera instancia se negara a decretar la caducidad, por no haber transcurrido el término
previsto en la ley de la materia por encontrarse suspendido el procedimiento virtud a la falta
de notificación a la parte demandada de la reanudación del procedimiento por haberse dejado
de actuar por más de dos meses, y tal actuación como ya se razonó con antelación debía
cumplirse por la autoridad respectiva por imperativo legal y no mediante el impulso procesal
de las partes. ... Por tales motivos, contrario a lo que determinó el Juez de Distrito, la
responsable actuó de conformidad con lo dispuesto por los numerales 850, fracción II, 853 y
854 del Código de Procedimientos Civiles del Estado, pues la falta de esa notificación
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 55/2009.
personal, suspendía el procedimiento e interrumpía el término de la caducidad, lo que debió
ser examinado en la forma apuntada por el resolutor de amparo la mencionada responsable;
de ahí que también resulte aplicable analógicamente la tesis del rubro: (la transcribe). En las
relatadas condiciones, ante lo fundado de los agravios hechos valer, lo que procede es revocar
la sentencia recurrida y negar a la quejosa ... el amparo solicitado."
De los autos de la presente contradicción de tesis se advierte que el mismo órgano colegiado
resolvió el juicio de amparo en revisión **********, en donde sustentó esencialmente el
mismo criterio.
Las resoluciones descritas, al sostener el mismo criterio, dieron origen a la siguiente tesis
aislada:
"Novena Época
"Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
"Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
"Tomo: XXIII, mayo de 2006
"Tesis: XVII.24 K
"Página: 1687
"CADUCIDAD DE LA INSTANCIA. SE INTERRUMPE EL TÉRMINO PARA
DECRETARLA ANTE LA FALTA DE NOTIFICACIÓN A LA DEMANDADA DE LA
REANUDACIÓN DEL PROCEDIMIENTO (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE
CHIHUAHUA). Es correcta la determinación de la autoridad de negarse a decretar la
caducidad de la instancia, cuando el acuerdo reclamado tuvo su origen en un diverso auto, en
el que la propia autoridad responsable ordenó notificar a la demandada el estado que
guardaban los autos por haberse dejado de actuar por más de dos meses, en virtud de que la
falta de dicha notificación no ameritaba promoción alguna de las partes para activar el
procedimiento, pues la actuación subsecuente debía cumplimentarse por el funcionario
respectivo adscrito al juzgado responsable, ya que el hecho de continuar el procedimiento sin
haber practicado la notificación aludida, podría traer como consecuencia dejar en estado de
indefensión a la demandada, de conformidad con los artículos 850, fracción II, 853 y 854 del
Código de Procedimientos Civiles del Estado, pues la falta de notificación personal por
haberse dejado de actuar por más de dos meses suspende el procedimiento e interrumpe el
término de la caducidad."
CUARTO. Primeramente debe determinarse si existe la contradicción de tesis denunciada,
para lo cual debe analizarse si los Tribunales Colegiados contendientes, al resolver los
asuntos que son materia de la denuncia, examinaron hipótesis jurídicas esencialmente iguales
y llegaron a conclusiones discrepantes respecto a la solución de la controversia planteada; sin
que constituya un obstáculo para la existencia de la contradicción, que los criterios emitidos
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 55/2009.
no sean exactamente iguales en cuanto a las cuestiones fácticas que los rodean, y que, por
ende, los criterios no provengan del examen de los mismos elementos de hecho.
Así lo determinó el Pleno de este Alto Tribunal, al resolver la contradicción de tesis
**********, mediante las tesis cuyos datos de localización, rubro y texto son los siguientes:
"No. Registro: 166,993
"Novena Época
"Instancia: Pleno
"Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
"Tomo: XXX, julio de 2009
"Tesis: P. XLVI/2009
"Página: 68
"CONTRADICCIÓN DE TESIS. EXISTE CUANDO LAS SALAS DE LA SUPREMA
CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN O LOS TRIBUNALES COLEGIADOS DE
CIRCUITO ADOPTAN EN SUS SENTENCIAS CRITERIOS JURÍDICOS
DISCREPANTES SOBRE UN MISMO PUNTO DE DERECHO,
INDEPENDIENTEMENTE DE QUE LAS CUESTIONES FÁCTICAS QUE LO RODEAN
NO SEAN EXACTAMENTE IGUALES (INTERRUPCIÓN DE LA JURISPRUDENCIA
P./J. 26/2001, DE RUBRO: ‘CONTRADICCIÓN DE TESIS DE TRIBUNALES
COLEGIADOS DE CIRCUITO. REQUISITOS PARA SU EXISTENCIA.’). De los artículos
107, fracción XIII, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 197 y 197A de la Ley de Amparo, se advierte que la existencia de la contradicción de criterios está
condicionada a que las Salas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación o los Tribunales
Colegiados de Circuito en las sentencias que pronuncien sostengan ‘tesis contradictorias’,
entendiéndose por ‘tesis’ el criterio adoptado por el juzgador a través de argumentaciones
lógico-jurídicas para justificar su decisión en una controversia, lo que determina que la
contradicción de tesis se actualiza cuando dos o más órganos jurisdiccionales terminales
adoptan criterios jurídicos discrepantes sobre un mismo punto de derecho,
independientemente de que las cuestiones fácticas que lo rodean no sean exactamente iguales,
pues la práctica judicial demuestra la dificultad de que existan dos o más asuntos idénticos,
tanto en los problemas de derecho como en los de hecho, de ahí que considerar que la
contradicción se actualiza únicamente cuando los asuntos son exactamente iguales constituye
un criterio rigorista que impide resolver la discrepancia de criterios jurídicos, lo que conlleva
a que el esfuerzo judicial se centre en detectar las diferencias entre los asuntos y no en
solucionar la discrepancia. Además las cuestiones fácticas que en ocasiones rodean el
problema jurídico respecto del cual se sostienen criterios opuestos y, consecuentemente, se
denuncian como contradictorios, generalmente son cuestiones secundarias o accidentales y,
por tanto, no inciden en la naturaleza de los problemas jurídicos resueltos. Es por ello que
este Alto Tribunal interrumpe la jurisprudencia citada al rubro, pues al establecer que la
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 55/2009.
contradicción se actualiza siempre que ‘al resolver los negocios jurídicos se examinen
cuestiones jurídicas esencialmente iguales y se adopten posiciones o criterios jurídicos
discrepantes’ impide el estudio del tema jurídico materia de la contradicción con base en
‘diferencias’ fácticas que desde el punto de vista estrictamente jurídico no deberían
obstaculizar el análisis de fondo de la contradicción planteada, lo que es contrario a la lógica
del sistema de jurisprudencia establecido en la Ley de Amparo, pues al sujetarse su existencia
al cumplimiento del indicado requisito disminuye el número de contradicciones que se
resuelven en detrimento de la seguridad jurídica que debe salvaguardarse ante criterios
jurídicos claramente opuestos. De lo anterior se sigue que la existencia de una contradicción
de tesis deriva de la discrepancia de criterios jurídicos, es decir, de la oposición en la solución
de temas jurídicos que se extraen de asuntos que pueden válidamente ser diferentes en sus
cuestiones fácticas, lo cual es congruente con la finalidad establecida tanto en la Constitución
General de la República como en la Ley de Amparo para las contradicciones de tesis, pues
permite que cumplan el propósito para el que fueron creadas y que no se desvirtúe buscando
las diferencias de detalle que impiden su resolución."
"No. Registro: 166,996
"Novena Época
"Instancia: Pleno
"Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
"Tomo: XXX, julio de 2009
"Tesis: P. XLVII/2009
"Página: 67
"CONTRADICCIÓN DE TESIS. DEBE ESTIMARSE EXISTENTE, AUNQUE SE
ADVIERTAN ELEMENTOS SECUNDARIOS DIFERENTES EN EL ORIGEN DE LAS
EJECUTORIAS. El Tribunal en Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la
jurisprudencia P./J. 26/2001, de rubro: ‘CONTRADICCIÓN DE TESIS DE TRIBUNALES
COLEGIADOS DE CIRCUITO. REQUISITOS PARA SU EXISTENCIA.’, sostuvo su firme
rechazo a resolver las contradicciones de tesis en las que las sentencias respectivas hubieran
partido de distintos elementos, criterio que se considera indispensable flexibilizar, a fin de dar
mayor eficacia a su función unificadora de la interpretación del orden jurídico nacional, de
modo que no solamente se resuelvan las contradicciones claramente inobjetables desde un
punto de vista lógico, sino también aquellas cuya existencia sobre un problema central se
encuentre rodeado de situaciones previas diversas, ya sea por la complejidad de supuestos
legales aplicables o por la profusión de circunstancias de hecho a las que se hubiera tenido
que atender para juzgarlo. En efecto, la confusión provocada por la coexistencia de posturas
disímbolas sobre un mismo problema jurídico no encuentra justificación en la circunstancia
de que, una y otra posiciones, hubieran tenido un diferenciado origen en los aspectos
accesorios o secundarios que les precedan, ya que las particularidades de cada caso no
siempre resultan relevantes, y pueden ser sólo adyacentes a un problema jurídico central,
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 55/2009.
perfectamente identificable y que amerite resolverse. Ante este tipo de situaciones, en las que
pudiera haber duda acerca del alcance de las modalidades que adoptó cada ejecutoria, debe
preferirse la decisión que conduzca a la certidumbre en las decisiones judiciales, a través de
la unidad interpretativa del orden jurídico. Por tanto, dejando de lado las características
menores que revistan las sentencias en cuestión, y previa declaración de la existencia de la
contradicción sobre el punto jurídico central detectado, el Alto Tribunal debe pronunciarse
sobre el fondo del problema y aprovechar la oportunidad para hacer toda clase de
aclaraciones, en orden a precisar las singularidades de cada una de las sentencias en conflicto,
y en todo caso, los efectos que esas peculiaridades producen y la variedad de alternativas de
solución que correspondan.
"Contradicción de tesis **********. Entre las sustentadas por la Primera y la Segunda Salas
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. 30 de abril de 2009. Unanimidad de diez votos.
Ausente: Sergio Salvador Aguirre Anguiano. Ponente: Margarita Beatriz Luna Ramos.
Secretario: Alfredo Villeda Ayala."
De conformidad con los criterios transcritos, para que exista contradicción de tesis no es
necesario que coincidan las cuestiones fácticas analizadas por los órganos jurisdiccionales
terminales, pero es esencial que estudien la misma cuestión jurídica, arribando a decisiones
encontradas.
Ahora bien, en la especie, debe quedar excluida del estudio sobre la existencia de la presente
contradicción, la sentencia dictada por el Segundo Tribunal Colegiado en Materias Civil y de
Trabajo del Décimo Séptimo Circuito, dentro del juicio de amparo **********, en el que la
cuestión jurídica estudiada consistió en determinar si podía decretarse la caducidad de un
juicio ordinario mercantil, en el que se encontraba pendiente la actuación consistente en
notificar y emplazar a juicio a la parte demandada.
Lo anterior, en virtud de que existe jurisprudencia de esta Primera Sala que resuelve de
manera exacta y precisa la cuestión jurídica descrita, que puede localizarse bajo los siguientes
datos, rubro y texto:
"No. Registro: 184,348
"Jurisprudencia
"Materia(s): Civil
"Novena Época
"Instancia: Primera Sala
"Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
"Tomo: XVII, mayo de 2003
"Tesis: 1a./J. 22/2003
"Página: 149
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 55/2009.
"CADUCIDAD DE LA INSTANCIA EN MATERIA MERCANTIL. OPERA DESDE EL
PRIMER AUTO QUE SE DICTE EN EL JUICIO AUNQUE NO SE HAYA EMPLAZADO
AL DEMANDADO. El artículo 1076 del Código de Comercio señala que la caducidad de la
instancia operará de pleno derecho cualquiera que sea el estado del juicio, desde el primer
auto que se dicte en el mismo y hasta la citación para oír sentencia, cuando hayan
transcurrido ciento veinte días contados a partir del día siguiente a aquel en que surtió efectos
la notificación de la última resolución judicial dictada, y que no hubiere promoción de
cualquiera de las partes, dando impulso al procedimiento para su trámite, solicitando la
continuación para la conclusión del mismo. La expresión ‘cualquiera que sea el estado del
juicio, desde el primer auto que se dicte en el mismo’, indudablemente atañe a cualquier
momento procesal dentro de una instancia, la cual da inicio con la presentación de la
demanda; por lo que es evidente que la caducidad de la instancia puede operar desde el
primer auto que se dicte en ésta, y no a partir de que se emplace al demandado, pues ningún
dispositivo de la legislación mercantil exige esa actuación procesal para que opere esta
figura, ya que en todo caso, ese requisito será necesario para la integración de la litis, pero la
falta de ésta, de manera alguna releva al actor de mantener viva la instancia."
En cambio, la comparación entre lo resuelto por dicho órgano colegiado, dentro de los juicios
de amparo ********** y **********, y lo resuelto por el Tribunal Colegiado del Décimo
Séptimo Circuito, dentro de los juicios de amparo en revisión ********** y **********,
arroja que sí existe la contradicción de tesis denunciada.
Efectivamente, al resolver dichos asuntos, ambos colegiados resolvieron casos en los que
transcurrió más de un año de inactividad procesal, y a lo largo de dicho periodo, se
encontraba pendiente de ejecutar una diligencia procesal cuya realización es deber del órgano
jurisdiccional. Así, en el juicio de amparo **********, el Juez ordenó turnar los autos a la
autoridad ejecutora para que notificara a la parte demandada el auto por el que se le hace un
requerimiento judicial, consistente en informar sobre la fuente de sus ingresos así como la
forma en que pretendía pagar la pensión alimenticia provisional ordenada en autos, sin que
dicha diligencia se llevara a cabo; en el juicio de amparo **********, el Juez exhortó a otro
órgano jurisdiccional para que emplazara a los demandados, sin que ello se realizara a lo
largo del periodo respectivo; y en los juicios de amparo en revisión ********** y
**********, tras un periodo de inactividad procesal superior a dos meses, el Juez ordenó
notificar personalmente a las partes la reanudación del procedimiento, sin que dicho acuerdo
se llegara a notificar personalmente al demandado.
Como se observa, en todos los asuntos descritos se presenta la misma cuestión jurídica, pues
dentro del periodo de un año, término establecido en el Código de Procedimientos Civiles
para el Estado de Chihuahua, para que opere la caducidad de la instancia en caso de
inactividad procesal, no existió actuación alguna, y se encontraba pendiente de llevar a cabo
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 55/2009.
una diligencia a cargo del órgano jurisdiccional, que implicaba la notificación personal del
demandado.
Sin embargo, mientras que el Segundo Tribunal Colegiado en Materias Civil y de Trabajo del
Décimo Séptimo Circuito resolvió la cuestión descrita, afirmando que en ese supuesto opera
la caducidad, sobre la base de que en términos del principio dispositivo, las partes tienen la
carga del impulso procesal, con independencia de que se encuentre pendiente de realizar una
actuación a cargo del órgano jurisdiccional, que implicara la notificación personal del
demandado; el Tribunal Colegiado del Décimo Séptimo Circuito sustentó la tesis contraria, al
determinar que no podía operar la caducidad, a pesar de haber transcurrido un año de
inactividad procesal, porque al ordenar el Juez la práctica de la diligencia judicial que
implicaba notificar personalmente al demandado, el procedimiento se encontraba suspendido,
pues la actuación subsecuente debía ser cumplimentada por el funcionario adscrito al
juzgado, de manera que tal diligencia no ameritaba promoción alguna de las partes para
impulsar el procedimiento, y que de considerarse lo contrario, podía dejarse al demandado en
estado de indefensión.
Cabe precisar, que los juicios resueltos por los colegiados contendientes, derivan de
elementos fácticos distintos, porque es distinta la actuación pendiente de diligenciar por parte
del órgano jurisdiccional, ya que en un caso, se trata del requerimiento para la determinación
de los ingresos fuente de una pensión alimenticia, así como del proyecto de pago del mismo;
en otro, se trata del emplazamiento del demandado; y en otros dos más, se trata de la
notificación personal al demandado de la reanudación de actuaciones; sin embargo, las
consideraciones que pudieren haber expuesto u omitido los órganos colegiados contendientes
en este respecto, no determinaron la conclusión que determinó el sentido de su resolución,
por lo que en todo caso, y en términos del más actual criterio del Pleno de este Alto Tribunal,
dichas cuestiones escapan a la materia de la presente contradicción, siendo la única cuestión a
analizar, respecto de dichas sentencias, la resuelta en el sentido de que, aun encontrándose
pendiente la ejecución de una resolución judicial, que implicaba la notificación personal del
demandado, opera o no la caducidad.
QUINTO. De las relatadas consideraciones, es de advertirse que en este asunto sí se produce
la contradicción de criterios denunciada y, por tanto, procede que esta Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, actuando en el ámbito de su competencia en
términos del artículo 197-A de la Ley de Amparo, se avoque a la definición de la cuestión
jurídica sometida a su jurisdicción, que consiste en determinar si de conformidad con la
legislación procesal del Estado de Chihuahua, encontrándose pendiente de ejecutar una
diligencia judicial que implica la notificación personal del demandado, cuya realización es
deber del órgano jurisdiccional, existe inactividad procesal durante el periodo de un año,
opera o no la caducidad de la instancia.
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 55/2009.
En primer término, debe precisarse que las cargas procesales son deberes jurídicos a cargo de
las partes en un juicio, cuyo cumplimiento es requisito para satisfacer un interés propio, y que
de conformidad con el principio de la administración de justicia pronta y expedita,
consagrado en el artículo 17 constitucional, en la legislación que regule aquellos juicios en
los que al menos sustancialmente rija el principio dispositivo, el legislador puede establecer
dichas cargas en relación con el impulso procesal.
Así lo sostuvo esta Primera Sala, al resolver el amparo directo en revisión **********.
Ahora bien, de entre estas cargas procesales constitucionalmente permitidas, destaca por la
magnitud de su consecuencia jurídica, el deber consistente en no dejar de impulsar el
procedimiento durante más de cierto tiempo, para impedir que se extinga la instancia
mediante la figura de la caducidad, que nuestro derecho ha acogido no sólo con miras a
cumplir con el principio de administración de justicia pronta y expedita, sino también con el
principio de seguridad jurídica.
Así lo sostuvo el Pleno de este Alto Tribunal, al resolver la contradicción de tesis
**********, en los términos siguientes:
"Ello es así, pues la caducidad es una institución jurídica de orden público, acogida por
nuestro derecho en beneficio del principio de seguridad jurídica, con el propósito de dar
estabilidad y firmeza a los negocios, disipar incertidumbres del pasado y poner fin a la
indecisión de los derechos. ... Por ello, para otorgar seguridad jurídica al sistema normativo,
las diversas legislaciones contemplan la figura de la caducidad, la cual está estrechamente
vinculada con la garantía de defensa, pues en acatamiento a ésta se concede a los gobernados
la posibilidad de controvertir actos, de un particular o autoridad, que afecten su esfera
jurídica, sin embargo tal potestad se encuentra reducida a que se realice en los términos que
la ley establece y, una vez ejercido, se obliga al gobernado a seguirlo hasta sus últimas
instancias, es decir, a que no abandone lo que ya inició."
Por tratarse de una facultad legislativa en el sentido apuntado, la forma y términos en los que
eventualmente puede operar la caducidad de la instancia, debe determinarse en cada
ordenamiento jurídico con base en el contenido de las normas emitidas por el legislador.
Por consiguiente, en la especie es pertinente analizar la normatividad establecida por el
legislador del Estado de Chihuahua en relación con la caducidad de la instancia, la cual se
encuentra en los artículos 850 al 855 del Código de Procedimientos Civiles de dicha entidad,
en los que se dispone lo siguiente:
"Artículo 850. Se tendrá por abandonada la instancia en toda clase de juicios, y caducará de
pleno derecho: I. Cuando con arreglo a lo dispuesto en la fracción VI del artículo 2924 del
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 55/2009.
Código Civil, se decrete la cancelación de la inscripción de la cédula hipotecaria o del
embargo. La declaración de caducidad de la instancia se hará en la misma sentencia que en
juicio sumario decrete la cancelación de la inscripción respectiva. Si en los casos a que se
refiere este artículo la primera instancia hubiere concluido, el Juez, al declarar sobre la
cancelación de la inscripción, se abstendrá de hacer declaración alguna sobre la caducidad de
la instancia; II. Salvo los casos a que se refiere la fracción que antecede, cuando el litigio se
hallare en primera instancia y haya transcurrido un año sin que ninguna de las partes haya
agitado su curso. En este caso, y en los que con arreglo a la fracción anterior se declare la
caducidad de la instancia, el Juez mandará archivar los autos. III. Cuando el litigio se
encontrare en segunda instancia, y transcurrieren seis meses sin que las partes agiten la
tramitación del recurso. En este caso, el tribunal de apelación, al resolver sobre la caducidad,
declarará firme o ejecutoriado, respectivamente, el auto o sentencia apelados, ordenando la
devolución de los autos al inferior, con testimonio de la resolución pronunciada, o solamente
ésta si aquéllos no se hubieren elevado originales."
"Artículo 851. Los términos a que se refieren las fracciones II y III del artículo anterior se
contarán desde el día siguiente a la última notificación que se hubiere hecho a las partes, y se
interrumpirán por cualquiera solicitud que alguna de éstas haga, siempre que la promoción
tienda a agitar el procedimiento."
"Artículo 852. No procederá la caducidad de la instancia por el transcurso de los términos
señalados en el artículo precedente cuando haya dejado de promoverse por fuerza mayor. En
este caso, se contarán dichos términos desde que los litigantes hubieren podido instar el curso
de los autos."
"Artículo 853. La caducidad de la instancia podrá declararse de oficio o a petición de parte.
El auto en que se declare la caducidad es revocable; y el demandante o recurrente, o el
demandado en su caso, podrá pedir su revocación si creyere que se ha procedido con error al
declarar transcurrido el término legal en cuya virtud se hubiere tenido por caduca la instancia,
o se hallare en el caso del artículo anterior. El recurso no podrá fundarse en ningún otro
motivo. El auto que deniegue la caducidad solicitada por el interesado no admite recurso
alguno."
"Artículo 854. La caducidad de la primera instancia no extingue la acción, la cual podrá
ejercitarse de nuevo en el juicio correspondiente, mediante la interposición de nueva
demanda, si no hubiere prescrito con arreglo a la ley."
"Artículo 855. Lo dispuesto en la fracción II del artículo 866 no comprende los juicios
sucesorios, ni los de concurso ni las actuaciones que sean necesarias para llevar a cabo la
ejecución de una sentencia que haya pasado en autoridad de cosa juzgada, pero sí quedarán
incursos en la disposición de la fracción III del artículo de referencia."
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 55/2009.
De los preceptos transcritos se desprende que, en lo que es materia de la presente
contradicción, el legislador de Chihuahua estableció para las partes en los juicios del orden
civil, la carga procesal consistente en no abandonar la instancia, esto es, no dejar de impulsar
el procedimiento, con el fin de lograr que éste llegue a su culminación; y como consecuencia
del incumplimiento de ese deber jurídico procesal, la caducidad de la instancia.
Se advierte, asimismo, que los requisitos que deben concurrir para que opere la caducidad
durante la primera instancia del juicio, son los siguientes:
a) La existencia de un litigio en primera instancia.
b) Que haya transcurrido un año.
c) Que durante ese lapso exista inactividad procesal de las partes que no se deba a fuerza
mayor.
También se desprende de los preceptos en análisis, que el término de un año a que se refiere
la fracción II del artículo 850, debe computarse a partir del día siguiente a la última
notificación que se hubiere hecho a las partes.
El alcance de las disposiciones descritas resulta claro tratándose del supuesto en el que,
habiéndose notificado una resolución a ambas partes en contienda, transcurre un año de
inactividad procesal, pues es incuestionable que en ese caso, se surte la caducidad de la
instancia.
La materia de la presente contradicción, sin embargo, versa sobre el supuesto en el que
determinada resolución debe notificarse personalmente al demandado, independientemente
de otros actos que impliquen su ejecución, como el requerimiento con apercibimiento o el
emplazamiento del demandado; y habiéndose notificado dicha resolución a una de las partes
en contienda, pero sin que llegue a practicarse dicha notificación en forma personal a la otra,
específicamente al demandado, transcurre un año.
En este supuesto, no basta la interpretación literal de los preceptos transcritos, para obtener su
verdadero alcance, pues desde este punto de vista literal, podría afirmarse con igual validez,
que el término para la caducidad debe computarse desde que haya quedado notificada la
resolución a ambas partes, o que dicho término se computará desde la última notificación a
cualquiera de ellas, independientemente de que no se haya notificado a la otra.
En este punto surge como cuestión a dilucidar, por ende, si para que transcurra el término
para la caducidad es necesario que se haya notificado la última resolución judicial a ambas
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 55/2009.
partes en contienda, o bien, si basta con que se haya notificado a una de ellas.
Al respecto, una interpretación teleológica de los preceptos en estudio, arroja mayor claridad
en la determinación de esta cuestión.
Se ha señalado, en efecto, que el establecimiento de la figura de la caducidad, como
consecuencia del incumplimiento de la carga del impulso procesal, encuentra sustento en los
principios de seguridad jurídica y de la administración de justicia pronta y expedita, pues lo
que pretende lograrse mediante dicha carga procesal, es evitar que un procedimiento quede
abierto de forma indefinida.
La cuestión que se analiza, sin embargo, se relaciona también con el principio de equidad
procesal, pues podría argumentarse que, si se admitiera que el término para la caducidad
pudiera transcurrir sin que se notifique la última resolución a ambas partes en contienda, se
daría un trato dispar en beneficio de una de las partes.
Una ponderación adecuada de estos dos principios jurídicos, lleva a la conclusión de que la
finalidad de la figura de la caducidad no es la salvaguarda de la igualdad procesal, sino de la
celeridad del procedimiento, pues, por una parte, el resultado de la caducidad podrá siempre
ser dispar, porque puede afectar los intereses de una de las partes y beneficiar los intereses de
la otra.
En este sentido, es relevante la siguiente consideración emitida por el Pleno de esta Suprema
Corte de Justicia de la Nación, al resolver la contradicción de tesis **********:
"Y si bien, la figura de la caducidad no está basada en criterios de estricta justicia, pues en
ella adquiere mayor importancia la estabilidad social que la legalidad de los actos, sin
embargo, dicha figura ha de ser admitida para evitar un mal mayor, consistente en que las
relaciones jurídicas se encuentren en un estado de permanente inseguridad. De ahí que en
cierto sentido, por estas razones se produce una situación de justicia al aplicar el valor de
estabilidad social que implica la caducidad."
Aunado a lo anterior, destaca que no podría afirmarse válidamente, que la parte a la que se
notificó la última resolución, quede en desventaja respecto de su contraparte, en lo referente
al cumplimiento de la carga del impulso procesal, pues al haber sido notificado, debe tener
bien claro que a partir de dicha notificación debe abstenerse de abandonar la instancia por
más de un año, si a su interés conviene que el procedimiento se desarrolle hasta su total
culminación; y tampoco puede afirmarse que la parte a la que no se ha notificado la última
resolución practicada en autos, quede en desventaja respecto de su contraparte, pues si
eventualmente llegare a convenir a su interés que el procedimiento se desarrolle hasta su
conclusión, también deberá impulsar el procedimiento, independientemente de que tenga
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 55/2009.
conocimiento o no de la fecha desde la que puede empezar a transcurrir el término para la
caducidad, pues la carga del impulso procesal se establece por igual para las partes en
contienda.
De conformidad con lo anterior, se concluye que el artículo 851 del ordenamiento legal
analizado, en el que se establece que el plazo para la caducidad debe computarse a partir del
día siguiente a aquel en que se realizó la última notificación a las partes, contiene un criterio
para el cómputo de dicho término, y no un requisito para que opere la caducidad de la
instancia, de manera que no puede sostenerse válidamente, que para que dicho plazo
comience a transcurrir, sea necesario que la última resolución se haya notificado a todas las
partes en contienda.
Esta Primera Sala adoptó este criterio implícitamente, analizando un precepto equivalente del
Código de Comercio, al resolver la contradicción de tesis **********, de la que derivó la
jurisprudencia cuyos datos de localización, rubro y texto son los siguientes:
"No. Registro: 174,541
"Jurisprudencia
"Materia(s): Civil
"Novena Época
"Instancia: Primera Sala
"Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
"Tomo: XXIV, agosto de 2006
"Tesis: 1a./J. 42/2006
"Página: 72
"CADUCIDAD DE LA INSTANCIA EN MATERIA MERCANTIL. EL TÉRMINO PARA
QUE OPERE DEBE COMENZAR A COMPUTARSE A PARTIR DEL DÍA SIGUIENTE A
AQUEL EN QUE SURTE EFECTOS LA NOTIFICACIÓN DE LA ÚLTIMA
RESOLUCIÓN DICTADA EN EL JUICIO. El artículo 1076 del Código de Comercio
establece que la caducidad de la instancia opera cuando sin que medie promoción de las
partes impulsando el procedimiento ‘hayan transcurrido 120 días contados a partir del día
siguiente a aquel en que surtió efectos la notificación de la última resolución judicial dictada’.
Ahora bien, como dicha disposición es clara y no da lugar a dudas respecto de su sentido,
debe interpretarse literalmente, acorde con el artículo 14 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, e incluso interpretándola en forma sistemática con otras normas
del Código de Comercio se advierte que es necesario notificar la última resolución, pues de
acuerdo con los artículos 1075 y 1077 de dicho código, las resoluciones judiciales deben
notificarse y sólo cuando ello ocurre pueden comenzar a computarse los términos judiciales
que la ley señala. En esa virtud, se concluye que si no se notifica la última resolución no
puede operar la caducidad, porque no se presenta la condición legal para que comience el
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plazo, es decir, no existe fecha cierta para iniciar el cómputo a fin de decretar la inactividad
procesal por más de ciento veinte días y considerar que la instancia ha caducado."
Desde otro punto de vista, la interpretación sistemática de los preceptos en análisis también
es adecuada para dilucidar la cuestión que se describe.
Efectivamente, podría argumentarse que de admitirse que el término para la caducidad
transcurra desde que se notificó la última resolución a una sola de las partes, y no a la otra,
atenta precisamente contra el principio de administración de justicia pronta y expedita,
porque en términos de dicho principio, es al órgano jurisdiccional a quien corresponde el
deber jurídico de administrar justicia de manera pronta y expedita, por lo que si se decreta la
caducidad de la instancia, estando pendiente la ejecución de una resolución que corra a cargo
del órgano jurisdiccional, se premiará a éste por el incumplimiento de su deber, al aminorarse
el rezago de asuntos bajo su índice.
Sin embargo, este razonamiento no es adecuado, como a continuación se demuestra.
El deber de administrar justicia de manera pronta y expedita, naturalmente corre a cargo del
órgano jurisdiccional; pero al mismo tiempo, tratándose de juicios en los que rige el principio
dispositivo, precisamente por ventilarse en el mismo derechos disponibles, corre a cargo de
las partes en contienda la carga del impulso procesal, que como se ha establecido, es un deber
constante de abstenerse de abandonar la instancia.
La contraposición de ambos principios es tan sólo aparente, si se toma en consideración que
la declaración de caducidad no implica relevar ni eximir al órgano jurisdiccional de su deber
de administrar justicia de manera pronta y expedita, ni de la responsabilidad derivada del
incumplimiento de dicho deber; por el contrario, el Juez que, dadas las circunstancias del
supuesto que se analiza, decreta la caducidad, confiesa al mismo tiempo que incumplió con
ese deber, lo cual podrá tener eventualmente consecuencias jurídicas relacionadas con el
ejercicio de su encargo. Sin embargo, en ese sentido, no se trata del cumplimiento o
incumplimiento de la carga del impulso procesal, deber jurídico que se establece
exclusivamente a cargo de las partes en contienda.
Esto es, se trata de deberes jurídicos muy distintos, por una parte, un deber de administrar
justicia, que se sustenta en la norma de derecho público que atribuye facultades
jurisdiccionales al órgano estatal, y por la otra, un deber procesal relacionado con los propios
intereses del que debe cumplirlo, pues como se ha señalado, el cumplimiento de la carga del
impulso procesal atiende a los intereses de quien debe cumplirla, consistentes en que el juicio
se desarrolle hasta su conclusión. Aunque ambos deberes tienen como finalidad alcanzar el
resultado exigido por el principio de la administración de justicia pronta y expedita, su
naturaleza y, por ende, sus consecuencias, son distintas.
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Cabe señalar en este punto, que al resolver la contradicción de tesis **********, el Pleno de
este Alto Tribunal emitió la siguiente jurisprudencia:
"Novena Época
"Instancia: Pleno
"Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
"Tomo: XXX, agosto de 2009
"Tesis: P./J. 104/2009
"Página: 5
"CADUCIDAD DE LOS PROCEDIMIENTOS TENDENTES AL CUMPLIMIENTO DE
LAS SENTENCIAS DE AMPARO. PARA QUE OPERE DEBE ACTUALIZARSE LA
INACTIVIDAD PROCESAL Y LA FALTA DE PROMOCIÓN DE PARTE
INTERESADA. Del proceso legislativo que dio origen a la reforma del artículo 107, fracción
XVI, de la Constitución General de la República, publicada en el Diario Oficial de la
Federación el 31 de diciembre de 1994, se advierte que la introducción de la caducidad de los
procedimientos tendentes al cumplimiento de las sentencias de amparo tuvo como finalidad
otorgar seguridad jurídica; sin embargo, lo limitó a que las reformas legales observaran en
todo momento lo establecido en la caducidad de la instancia en el juicio de amparo. Por tanto,
la adición del segundo párrafo al artículo 113 de la Ley de Amparo, publicada en el indicado
medio de difusión el 17 de mayo de 2001, que introdujo la figura de la caducidad de los
procedimientos tendentes al cumplimiento de las sentencias de amparo, debe interpretarse en
forma sistemática con la caducidad de la instancia prevista en el artículo 74, fracción V, de
dicha ley, en el sentido de que para decretarla en dichos procedimientos se requiere la
concurrencia, en forma necesaria e indefectible, de la falta tanto de promoción de la parte
interesada como de actividad procesal; es decir, se requiere la actualización de ambos
requisitos, coincidentes en el lapso de trescientos días, incluidos los inhábiles. Lo anterior es
acorde con el sistema jurídico en donde se encuentra inmersa la caducidad, el cual privilegia
el orden público del cumplimiento de las sentencias de amparo frente al incumplimiento de la
autoridad responsable, máxime que el juzgador de amparo tiene la obligación de no archivar
el expediente relativo sin que quede enteramente cumplida la sentencia que declaró la ruptura
del orden constitucional. Sostener lo contrario resultaría ilógico, pues se llegaría al absurdo
de que en el supuesto de que el órgano jurisdiccional de amparo requiriera oficiosamente (sin
petición del quejoso) el cumplimiento de la sentencia de amparo y después de transcurridos
doscientos noventa y nueve días la autoridad responsable cumpliera con dicha sentencia,
entonces tendría que dar vista al quejoso con dicho cumplimiento para que manifestara lo que
a su derecho conviniera; sin embargo, al día siguiente de la vista aquel juzgador tendría la
obligación de decretar la caducidad del procedimiento de ejecución de sentencia,
independientemente de su deber de pronunciarse respecto del cumplimiento realizado por la
responsable y de que el quejoso, a partir de que le notificaran el cumplimiento, tuviera el
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plazo de un año para promover el recurso de queja; supuesto en el cual se rompería con el
sistema jurídico creando mayor inseguridad jurídica, pues la resolución de caducidad podría
ser anulada por la interposición del recurso de queja por defecto o exceso en el
cumplimiento."
Esta jurisprudencia es ilustrativa por mayoría de razón en el presente asunto, porque si en un
procedimiento en cuya consecución tiene injerencia el interés público, como lo es el incidente
de inejecución de sentencia en materia de amparo, la inactividad del Juez no es obstáculo
para que opere la caducidad -sino por el contrario, es necesario para ello- por mayoría de
razón, en los juicios civiles, donde rige normalmente y de manera sustancial el principio
dispositivo, por ventilarse derechos particulares y, por ende, disponibles, la inactividad del
Juez no impide que transcurra el término de la caducidad, por más que esté pendiente de
realizarse una diligencia cuya ejecución constituya un deber a cargo del órgano
jurisdiccional.
En este orden de ideas, las consecuencias jurídicas que pudieran generarse como resultado
del incumplimiento del deber del Juez, de administrar justicia, no son obstáculo para que se
decrete la caducidad, que como se ha señalado, tiene como finalidad que el juicio no quede
abandonado por las partes indefinidamente, en aquellos procedimientos en los que rija el
principio dispositivo.
Esto último implica la afirmación de que la caducidad de la instancia, analizada en la
presente contradicción, procede únicamente en aquellos juicios en los que se ventilan
derechos particulares y, por consiguiente, disponibles, y su resolución afecta por lo general,
exclusivamente a los intereses particulares de las partes en contienda. Por consiguiente, el
juzgador deberá ponderar en cada caso si en la actuación de que se trata debe o no regir el
principio dispositivo.
Es relevante hacer referencia en este punto, a lo que sostuvo el Pleno de este Alto Tribunal al
resolver la ya citada contradicción de tesis **********, en los siguientes términos:
"Ahora bien, tomando en consideración que la figura de la caducidad es una institución que
opera ante el abandono del juicio del promovente y que debe preferirse en aras del principio
de seguridad jurídica; sin embargo, no en todos los procedimientos tiene las mismas
implicaciones, así en el proceso civil, la caducidad se justifica en la medida en que los
derechos ahí discutidos únicamente incumben a las partes, pues se trata de un proceso que se
rige por el principio dispositivo, consistente en que las partes pueden disponer tanto del
proceso como del derecho sustantivo controvertido; por el contrario, para la actualización de
la caducidad en los procesos constitucionales, como el juicio de amparo, debe acudirse a ella
con las restricciones necesarias del caso, es decir, debe realizarse una interpretación de la
caducidad en forma restrictiva, pues dichos procesos constitucionales se instan para
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salvaguardar derechos de rango constitucional y más aún cuando existe una sentencia
constitucional que declara que un derecho constitucional ha sido vulnerado."
Consecuentemente, esta Primera Sala concluye que debe prevalecer, con el carácter de
jurisprudencia obligatoria, en términos del último párrafo del artículo 192 de la Ley de
Amparo, la tesis que a continuación se precisa, debiendo ordenarse su publicación en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, para los efectos señalados en el precepto
legal mencionado.
CADUCIDAD DE LA INSTANCIA EN MATERIA CIVIL. OPERA EN LA PRIMERA
INSTANCIA, AUN CUANDO SE ENCUENTRE PENDIENTE LA EJECUCIÓN DE UNA
DILIGENCIA JUDICIAL QUE IMPLIQUE LA NOTIFICACIÓN PERSONAL DE
ALGUNA DE LAS PARTES, SIEMPRE QUE DURANTE UN AÑO EXISTA
INACTIVIDAD PROCESAL DE ÉSTAS, NO DERIVADA DE FUERZA MAYOR
(LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE CHIHUAHUA).-De la interpretación sistemática y
teleológica de los artículos 850 a 855 del Código de Procedimientos Civiles de dicha entidad,
se concluye que cuando por más de un año exista inactividad procesal de las partes, que no
derive de fuerza mayor, opera la caducidad de la instancia aunque se encuentre pendiente de
ejecutar una diligencia judicial -cuya realización sea deber del órgano jurisdiccional- que
implique la notificación personal de alguna de las partes, en virtud de que dicha caducidad
procede como consecuencia del incumplimiento de la carga del impulso procesal, establecida
por igual para las partes contendientes, con la finalidad de que los juicios no queden
pendientes indefinidamente. En efecto, si bien es cierto que el deber de administrar justicia
pronta y expedita corresponde al órgano jurisdiccional, también lo es que tratándose de
juicios en los cuales rige el principio dispositivo, es decir, aquellos en que se ventilan
derechos particulares y, por ende, disponibles, la carga del impulso procesal se atribuye a las
partes; de manera que el deber del juez, que incluye practicar las diligencias judiciales a que
se encuentra constreñido, es distinto de la obligación de las partes contendientes en el
procedimiento, consistente en abstenerse de abandonar la instancia, pues ésta redunda en
beneficio de los intereses de quien debe cumplirla, por lo que las consecuencias jurídicas en
ambos supuestos son distintas. Así, cuando rija el principio dispositivo, el resultado que
pudiera generarse por el incumplimiento del deber del juzgador no es obstáculo para que se
decrete la caducidad de la instancia, en el entendido de que en cada caso habrá de
determinarse la aplicación del indicado principio que, por regla general, opera en los
procedimientos del orden civil.
Por lo expuesto y fundado, se resuelve:
PRIMERO.-Sí existe la contradicción de tesis a que este expediente se refiere, en los
términos del considerando cuarto de esta resolución.
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SEGUNDO.-Debe prevalecer, con carácter de jurisprudencia, el criterio sustentado por esta
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de conformidad con la tesis
redactada en el último considerando del presente fallo.
TERCERO.-Dése publicidad a la tesis de jurisprudencia que se sustenta en la presente
resolución, en términos del artículo 195 de la Ley de Amparo.
Notifíquese; con testimonio de la presente resolución a los Tribunales Colegiados
contendientes y, en su oportunidad, archívese el presente toca como asunto concluido.
Así lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por unanimidad
de cuatro votos de los señores Ministros: José Ramón Cossío Díaz, Juan N. Silva Meza
(ponente), Olga Sánchez Cordero de García Villegas y presidente Sergio A. Valls Hernández.
Ausente el Ministro José de Jesús Gudiño Pelayo.
En términos de lo previsto en el artículo 3, fracciones II y III, de la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en esta versión pública se
suprime la información considerada legalmente como reservada o confidencial que encuadra
en ese supuesto normativo.
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