qwertyuiopasdfghjklzxcvbnmq wertyuiopasdfghjklzxcvbnmqw ertyuiopasdfghjklzxcvbnmqwer tyuiopasdfghjklzxcvbnmqwerty PONENCIA LEY 7/2015 uiopasdfghjklzxcvbnmqwertyui opasdfghjklzxcvbnmqwertyuiop asdfghjklzxcvbnmqwertyuiopas dfghjklzxcvbnmqwertyuiopasdf ghjklzxcvbnmqwertyuiopasdfgh jklzxcvbnmqwertyuiopasdfghjkl zxcvbnmqwertyuiopasdfghjklzx cvbnmqwertyuiopasdfghjklzxcv bnmqwertyuiopasdfghjklzxcvbn mqwertyuiopasdfghjklzxcvbnm qwertyuiopasdfghjklzxcvbnmq wertyuiopasdfghjklzxcvbnmqw Autor: JUAN CARLOS BRACHO PONENCIA LEY 7/2015 La Ley 7/2015, de 30 de junio, de relaciones familiares en supuestos de separación o ruptura de los progenitores, y el derecho comparado. Por Real Decreto de 24 de julio 1889, de Código Civil, referente básico y fundamental de nuestro Derecho privado, aunque sometida a la Constitución, como norma suprema del ordenamiento jurídico, sigue ocupando en él un lugar preeminente, tanto por la general aplicación de la normativa contenida en el Título Preliminar, como por la trascendencia que en los fundamentos del sistema jurídico y en el desarrollo legal de los derechos fundamentales, posee buena parte de las instituciones que regula, como la nacionalidad y la vecindad, la capacidad de las personas, el matrimonio, la filiación, la propiedad, la herencia o la autonomía privada. Como exponente del Derecho común, sus disposiciones están llamadas a constituir Derecho supletorio de último grado en las materias regidas por las leyes especiales ( Art.4.3 CC.), y como conjunto normativo de ámbito estatal, también en lo que no sea de aplicación directa, son Derecho supletorio del autonómico o foral (Art.149.3 CE). La Constitución de 1978, no se limitó a respetar la pluralidad de regímenes jurídicos civiles coexistentes en el territorio nacional, sino que, a través del reconocimiento de la autonomía de las nacionalidades y regiones posibilitó y permitió su actualización y desarrollo mediante la actividad legislativa de las Comunidades con competencia estatutaria al efecto. En ejercicio de esta potestad legislativa civil, las Comunidades con Derecho propio, no sólo han actualizado sus disposiciones, adaptándolas a las exigencias de la Constitución y de la realidad social, sino que, en un proceso innovador y expansivo de sus instituciones, legales y consuetudinarias, han acometido amplios desarrollos normativos, a través de la reforma de las Compilaciones y de un apreciable número de leyes civiles independientes. Junto a las disposiciones de procedencia estatal y autonómica, no pueden finalmente dejar de tenerse presente en el ámbito del Derecho civil las derivadas de los numerosos tratados internacionales ratificados por España en los últimos años y las procedentes del Derecho comunitario europeo, en cuanto sean susceptibles de producir efecto 1 Copyright © 2016, Juan Carlos Bracho directo en las relaciones jurídicas privadas o de inspirar la interpretación del Derecho nacional aplicable en ellas. La supremacía normativa de la Constitución y la sujeción a ella de los ciudadanos y poderes públicos impone también una interpretación de las leyes-y, por consiguiente, de las disposiciones del Código Civilacorde a los dictados de la Carta Magna y a la efectividad de los derechos fundamentales proclamados en ella. A tal imperativo responde, en lo que a los órganos integrantes del Poder Judicial se refiere, el Art. 5 de su Ley Orgánica, cuando establece que los Jueces y Tribunales interpretarán y aplicarán las leyes y reglamentos según los preceptos y principios constitucionales, conforme a la interpretación de los mismos, que resulte de las resoluciones dictadas por el Tribunal Constitucional en todo tipo de procesos. En la exégesis legal la doctrina constitucional representa pues un obligado referente de ineludible observancia, que explica y justifica la preeminencia que en las anotaciones a los preceptos del Código se le asigna. En esa pluralidad de regímenes jurídicos civiles coexistentes en el territorio nacional, con fecha 12 de abril de 2011, se presentó en el Parlamento Vasco la iniciativa legislativa popular de corresponsabilidad parental y relaciones familiares, en casos de ruptura de la convivencia de los padres con los hijos a su cargo o de parejas sin hijos, conocida como de “custodia compartida y otras consecuencias de las rupturas de pareja”, que tras larga y laboriosa tramitación parlamentaria, dio como resultado la Ley, 7/2015 de 30 de junio, que hoy analizamos, que viene a introducir en sede de Derecho Civil Foral Vasco, normas que ya han sido aprobadas en otras comunidades autónomas de nuestro entorno. Según doctrina reiterada del Tribunal Constitucional, las comunidades autónomas dotadas de Derecho Civil Foral o Especial propio , como la nuestra, pueden legislar sobre instituciones conexas a las ya reguladas, en el marco de la Convención de los Derechos del Niño, proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas de 20 de noviembre de 1989, que obligaba a los Estados a respetar el derecho de las personas menores de edad a mantener relaciones personales y contacto directo con ambos progenitores de modo regular, buscando satisfacer siempre, como principio rector, el interés superior del menor. Son numerosos los países europeos que, para dar respuesta y cumplir con lo recogido en la Convención sobre los Derechos del Niño, han 2 Copyright © 2016, Juan Carlos Bracho introducido en sus legislaciones la guarda y custodia compartida, para los casos de ruptura, separación o divorcio, al entender que es la solución que mejor permite el derecho que los hijos tienen a relacionarse con sus progenitores y sus familias. Euskadi, en el Art. 10.5º de su Estatuto de Autonomía, establece como una de las competencias exclusivas, la conservación, modificación y desarrollo del Derecho Civil Foral. La Ley 2/2003, de 7 de mayo, reguladora de las Parejas de Hecho cuya exposición de motivos ya citaba expresamente el Derecho Civil Foral como uno de los títulos competenciales al amparo del cual se dictaba la norma y cuya naturaleza civil encuentra apoyo en la más reciente jurisprudencia constitucional, supone también otro punto de conexión relevante, en la medida en que abunda también en las consecuencias de la ruptura de parejas, abordando en aquel caso la relativa a las parejas no casadas, del mismo o distinto sexo. Además, dicha norma añadía un matiz particular desde el punto de vista de Derecho de Familia, con artículos que abordan directamente cuestiones relativas a las relaciones paterno-filiales, como son el acogimiento de menores o la adopción. Todo ello pone en conexión de forma natural la regulación de ésta nueva ley sobre la custodia compartida para los casos de separación, divorcio o nulidad, con las instituciones existentes hasta la fecha, en tanto que se necesitan y complementan. Respecto al fondo del asunto, esta norma regula la custodia compartida como régimen más adecuado en los casos de separación o divorcio, atendiendo a los requisitos establecidos en su articulado y siempre velando por el interés superior de los menores. Esta Ley 7/2015, se fundamenta en la conjunción de los siguientes principios: 1.- Corresponsabilidad parental, que garantiza la participación igualitaria en el cuidado y educación de sus hijos, y en toma de decisiones que afecten a los intereses de estos. 2.- Derecho de los menores a la custodia compartida, siempre que los progenitores lo soliciten y no sean contrarios al interés del menor. 3 Copyright © 2016, Juan Carlos Bracho 3.- Derecho de los menores a relacionarse con sus abuelos maternos o paternos y sus familias. 4.- Igualdad entre hombres y mujeres, que promueven esa relación, que tanto durante la ruptura o después de ella, se basen en el diálogo, el respeto y la igualdad. Para lo cual es preciso contemplar, como solución pactada la propuesta de un Convenio Regulador, clave para reducir la litigiosidad y reconducir las relaciones familiares en caso de ruptura real, y en caso contrario, y con carácter obligatorio, el sometimiento a mediación familiar, para el solo caso de persistir las discrepancias, bien previo a acudir a la acción judicial, pudiendo, bien durante la contienda, solicitar la suspensión de aquella para someterse a mediación . Son seis los capítulos en los que se articula este Ley. Capítulo I, bajo el epígrafe “Disposiciones generales”, define el objeto de la Ley, ámbito de aplicación y los derechos y deberes de los progenitores y de los hijos en las rupturas de pareja. Dicho capítulo se reafirma en el cumplimiento de lo recogido en la Convención de los Derechos del Niño y, en ámbito de nuestra Comunidad Autónoma, en la Ley 3/2005, de 18 de febrero, de Atención y Protección de la Infancia y la Adolescencia. Capítulo II, “De los pactos en previsión de ruptura en la convivencia y convenio regulador”, desarrolla el contenido de los pactos en previsión de ruptura de la convivencia y del convenio regulador. Los pactos en previsión de ruptura de la convivencia son acuerdos mediante los cuales, previendo la situación de ruptura, las partes regulan las condiciones de las relaciones familiares ante ella, disminuyendo de manera importante la contenciosidad en el momento de la ruptura real. Este capítulo desarrolla asimismo una de las piezas clave de la ley: el convenio regulador. Ese C.R., que el Libro I, Capítulo IX, del C.C., regulador de los efectos comunes a la nulidad, separación y divorcio, recoge en el Art. 90 del CC, debe tener presente, no sólo la circular núm. 3 de 15 de diciembre de 1986, de la Fiscalía General del Estado, sobre la intervención del Ministerio Fiscal en los procesos de separación y divorcio, sino también, la Recomendación núm. R(98) de 21 de enero 4 Copyright © 2016, Juan Carlos Bracho 1998 del Comité de Ministros del Consejo de Europa a los Estados miembros sobre la “mediación familiar”, así como las Leyes Autonómicas de Mediación Familiar, como la Ley 4/2001, de 31 de mayo, de Galicia; la Ley 9/2011, de 24 de marzo de mediación familiar de Aragón; la Ley 7/2001, de 26 de noviembre de la Comunidad de Valencia; la Ley 15/2003, de 8 de abril de Canarias; la Ley 4/2005, de 24 de mayo de Castilla-La Mancha; la Ley 1/2006, de 6 de abril, de Catilla y León; la Ley 14/2010, de 8 de diciembre de mediador familiar de las Illes Balears; la Ley 1/2007, de 21 de febrero de Madrid; la Ley 3/2007, de 23 de marzo, del Principado de Asturias; Ley 1/2008, de 8 de febrero del País Vasco; Ley Foral 3/2011, de 17 de marzo de Navarra, sobre custodia de los hijos en los casos de ruptura de la convivencia de los padres (Art. 2); la Ley 1/2009, de 27 de febrero, de Andalucía; la Ley 15/2009 de 22 de julio, de mediación en el ámbito del derecho privado de Cataluña; Ley 25/2010, de 29 de julio, del Libro segundo del Código Civil de Cataluña, relativo a personas y la familia, art. 233-6, Ley 1/2011, de 28 de marzo, de mediación de la Comunidad Autónoma de Cantabria; Código de Derecho Foral de Aragón , y Ley 7/2015, de 30 de junio de relaciones familiares, en supuestos de separación o ruptura de los progenitores del País Vasco (At. 6), de mediación familiar. El capítulo III, “De la mediación familiar” regula y, a su vez, pone de manifiesto la importancia de la mediación familiar como instrumento clave para reducir la litigiosidad en esta materia y reconducir las relaciones familiares en casos de ruptura. El capítulo IV. “De las medidas judiciales en defecto de acuerdo”, determina las medidas que el juez deberá adoptar en caso de que no exista acuerdo entre los miembros de la pareja, así como los criterios que deberá seguir. Se remarca en este capítulo que en caso de no acuerdo, y siempre a solicitud de parte, el juez otorgará la custodia compartida salvo cuando sea contrario al interés del menor, y siempre atendiendo a los requisitos establecidos en este ley. Igualmente en este capítulo se recogen aquellas medidas que el juez podrá establecer en relación con la patria potestad y guarda y custodia de los hijos, así como respecto a la pensión de alimentos, cargas familiares y gastos extraordinarios. El capítulo V.- “Uso de la vivienda” determina el uso que se dará al hogar familiar y al ajuar doméstico. 5 Copyright © 2016, Juan Carlos Bracho Este capítulo, partiendo del interés de la persona menor de edad, pretende impulsar el acuerdo entre los progenitores en lo referente al uso de la vivienda familiar. También pretende ampliar el espectro de elementos que el juez ha de considerar a la hora de atribuir el uso de la vivienda, que no queda rígidamente unido al régimen de custodia, con vistas, asimismo, a facilitar la autonomía de los miembros de la pareja después de la ruptura y en el menor tiempo posible. Y en el capítulo VI“ De las medidas previas o coetáneas, provisionales y definitivas y su modificación“, recoge en un artículo las medidas que deben establecerse de acuerdo con lo establecido en la ley. Y, por último, la Ley contempla una disposición transitoria que pretende facilitar la puesta en marcha de lo establecido en esta norma, y una disposición final en la que se establece una “vacatio legis” de tres(3) meses a fin de facilitar la puesta en marcha de lo establecido en esta norma. En cuanto al desarrollo de la Ley, el Capítulo-I, ( Art. 1 ), al tratar del “objeto” fija “la regulación” de las relaciones familiares derivadas de los procedimientos: nulidad, separación o divorcio y extinción de las parejas de hecho; la modificación de las medidas adoptadas en ellos; los que versen exclusivamente sobre la guarda y custodia de los menores; alimentos y su reclamación, sin olvidar, su primer objeto “la garantía” de las relaciones continuadas de los progenitores con sus hijos, y de estos con sus hermanos, abuelos, parientes y personas allegadas. Para la obtención de estos objetos, se facilita el acuerdo entre los progenitores, “la mediación familiar”. En cuanto a su ámbito de aplicación, ( Art. 2 )será de aplicación en todo el “territorio” de la Comunidad Autónoma de Euskadi, siempre que, conforme a lo previsto en la legislación civil que resulte de aplicación, el progenitor/ res que tengan la autoridad parental sobre sus hijos ostenten la vecindad civil vasca. En caso de ostentar uno la vecindad civil vasca y el otro no, se estará a la vecindad civil vasca, si es la elegida por ambos progenitores, y en defecto, se estará a la del lugar de la residencia habitual común del matrimonio en el momento de presentación de la demanda, o, en caso de parejas de hecho, la residencia anterior a la disolución de la pareja de hecho, siempre que 6 Copyright © 2016, Juan Carlos Bracho se hallen situados en el territorio de la Comunidad Autónoma de Euskadi. Respecto a los Derechos y Obligaciones asumidas por los progenitores respecto de sus hijos menores, cualquier decisión, resolución o medida que les afecte, deberá adoptarse en interés y beneficios de ellos. El Juez, cuando deba acordar el régimen de custodia, cuidado, educación de los menores, deberá recabar “informe del Mº Fiscal y oír a los menores, que tengan suficiente juicio ( + 12 años ). Y en la regulación de las relaciones familiares, excepto circunstancias graves que aconsejen lo contrario, los hijos menores de edad tendrán derecho a un contacto directo con sus progenitores de modo regular y que ambos participen en la toma de decisiones inherentes a la titularidad y ejercicio de la patria potestad, siempre que sea posible. El Capítulo II.- bajo el título “De los pactos en previsión de ruptura de la convivencia y convenio regulador”, en su Art. 4, regula “los pactos en previsión de ruptura de la convivencia que pueden otorgarse los firmantes, antes o durante la convivencia ”y regulan las nuevas relaciones familiares, cuyo contenido deberá ser aquél que se prevé para el convenio regulador y para su validez habrán de otorgarse el escritura pública, y podrán contener la previsión y compromiso de acudir, con carácter previo a la vía judicial, a la mediación familiar, con el objeto de resolver mediante el diálogo aquellos conflictos que puedan surgir tras la ruptura. Pactos, estos que serán válidos y obligarán a sus firmantes. Su Art. 5, al tratar del Convenio Regulador, señala que, “ambas partes” de mutuo acuerdo, o cada uno de forma individual, al presentar la demanda de: separación, divorcio, nulidad o procedimiento de medidas paternofiliales “deberán” presentar al Juez una “propuesta de convenio regulador”, que deberá contener al menos, los siguientes extremos: Ejercicio conjunto de la Patria Potestad de los hijos, como corresponsabilidad parental, con inclusión de los acuerdos sobre, forma de decidir y compartir todos los aspectos que afecten a la educación, salud, bienestar, residencia habitual y otras cuestiones relevantes para los menores; cumplimiento de los deberes referentes a la guarda y custodia, su cuidado, educación y ocio; periodos de convivencia con cada progenitor y el correlativo régimen de estancia, relación y comunicación con el no conviviente; lugar/res de residencia de los hijos, determinado cuál figurará a efectos de empadronamiento, que deberá 7 Copyright © 2016, Juan Carlos Bracho coincidir con aquel de los progenitores que, pasen la mayor parte del tiempo; reglas de recogida y entrega de los menores, en los cambios de guarda y custodia, o en el ejercicio del régimen de estancia, relación y comunicación con ellos; contribución, si procede, a las cargas familiares y alimentos, respecto a las ordinarias y extraordinarias, periodicidad, forma de pago, bases de actualización, extensión y garantías, con especial atención a las necesidades de los menores, a su tiempo de permanencia con sus progenitores, la capacidad económica de éstos, a la atribución que se haya realizado del uso de la vivienda familiar, a la contribución a las cargas familiares, en su caso, y al lugar en se haya fijado la residencia de los hijos comunes; atribución, en su caso, del uso de la vivienda y ajuar familiar, así como de otras viviendas familiares que, perteneciendo a uno u otro miembro de la pareja, hayan sido utilizadas habitualmente en el ámbito familiar; pensión compensatoria que pudiera corresponder conforme Art. 97 CC y Art. 5 Ley 2/2003, de 7 de mayo, reguladora de las parejas de hecho. Esa propuesta de convenio regulador podrá contener la previsión y compromiso de acudir a la mediación familiar, con carácter previo a la vía judicial, con el objeto de resolver mediante el “diálogo” aquellos problemas que puedan surgir con motivo de la interpretación o cumplimiento del propio convenio regulador. Asimismo, la propuesta de convenio regulador podrá contener el inventario y liquidación del régimen económico del matrimonio, o del establecido en el pacto de regulación de la pareja inscrita conforme a la Ley 2/2003, de 7 de mayo, reguladora de las parejas de hechos en el País Vasco, y la división de los bienes en comunidad ordinaria indivisa, si hubiera; En supuestos de existir pacto de previsión de ruptura de la convivencia, será de aplicación lo estipulado en él, debiendo complementarse, en lo no previsto, por las estipulaciones de este artículo. Ese convenio regulador podrá modificarse en los siguientes supuestos: a).- Por mutuo acuerdo de las partes. b).- Por causas que consten en el propio convenio regulador. c).- A instancias de una de las partes o del Mº Fiscal, cuando hubiera sobrevenido una alteración sustancial de circunstancias. 8 Copyright © 2016, Juan Carlos Bracho d).- Por incumplimiento grave o reiterado, de manera injustificada, de las obligaciones establecidas en el ejercicio conjunto de la patria potestad. El convenio regulador, sus modificaciones y extinción producirán efectos cuando sean aprobados judicialmente, oído el Mº Fiscal y, en su caso, los hijos menores. El convenio regulador será aprobado por el Juez, oído el Mº Fiscal y los hijos menores en su caso, salvo si es dañoso para los hijos, gravemente perjudicial para una de las partes o contrario a normas imperativas. Si el convenio regulador no fuera aprobado en todo o en parte, deberá motivarse la resolución denegatoria y se concederá a las partes un plazo de veinte días para que propongan uno nuevo sobre los aspectos no aprobados. Presentada la nueva propuesta, el juez resolverá lo procedente, completando o sustituyendo en todo o en parte las propuestas de las partes. Las medidas que el juez adopte en defecto de acuerdo, o las convenidas por los miembros de la pareja, podrán ser modificadas judicialmente o por un nuevo convenio aprobado por el Juez cuando así lo aconsejen las nuevas necesidades de los hijos o el cambio de las circunstancias de los progenitores. El juez podrá establecer las garantías reales o personales que requiera el cumplimiento del convenio. Si las partes proponen un régimen de relación y comunicación de los hijos con otros parientes y personas allegadas, el juez podrá aprobarlos, sí, previa audiencia de dichas personas, prestaran su consentimiento y siempre que fuera en interés de los hijos. El Art. 6 bajo el título.- de la mediación familiar, señala que los progenitores PODRÁN someter voluntariamente sus discrepancias a mediación familiar, que será OBLIGATORIO con anterioridad de la presentación de las acciones judiciales, cuando así se haya pactado antes de la ruptura, que, una vez iniciado el procedimiento ,el Juez podrá derivar, con carácter obligatorio a una sesión informativa de mediación intrajudicial, con destino a convencer a los litigantes de continuar sus discrepancias a través de un proceso de mediación. El proceso judicial se reanuda si no se ha conseguido el acuerdo 9 Copyright © 2016, Juan Carlos Bracho pretendido. La eficacia de estos acuerdos alcanzados a través de la mediación, quedará sujeto a su aprobación judicial. El Capítulo IV.- de esta Ley, bajo el título: De las Medidas Judiciales en defecto de acuerdo, señala en su Art. 7, las medidas judiciales a adoptar por el Juez, tras la ruptura de la convivencia, que tendrán por finalidad, garantizar el ejercicio de la patria potestad, alimentos, los derechos de comunicación, en evitación de perjuicios dañosos para los hijos, disponiendo de garantías reales o personales, si fueran necesarios para asegurar el cumplimiento de las medidas que se adopten, medidas estas que podrán modificarse judicialmente por alteraciones sustanciales de las circunstancias tenidas en cuenta para su adopción. El Art. 8,. Al tratar de la Patria Potestad, señala que ésta se ejercerá conjuntamente por ambos progenitores o por uno solo con el consentimiento del otro, en beneficio e interés de los hijos. Y excepcionalmente, por causas para ello, podrá decidir que la P.P. sea ejercida por uno total o parcialmente, e incluso privarle de ello tras sentencia, cuando en el proceso se revele causa para ello. El Art. 9 al tratar sobre la Guarda y custodia de los hijos, señala que el Juez adoptará la custodia compartida siempre que no sea perjudicial para los hijos, pudiendo, antes de fijar esa medida, recabar informes del servicio de mediación familiar, médicos, psicólogos.., sin que suponga la separación de los hermanos. El Art. 92 CC, regula el ejercicio compartido de la guarda y custodia, cuando así lo soliciten los padres, resaltando que, la separación, la nulidad o divorcio, no eximen a los padres de sus obligaciones para con los hijos, quienes serán oídos, ( + 12 años ),antes de adoptar medidas sobre la guarda y custodia, cuidados y su educación. Así, antes de acordar el Juez, el régimen de guarda y custodia, deberá recabar informe del Mº Fiscal, oír de oficio o a instancia de parte al Equipo Técnico Judicial y fundamentar su resolución, no procediendo a esa guarda compartida cuando cualquiera de los padres esté incurso en proceso penal, iniciado por atentar contra la vida, la integridad física, la libertad, la integridad moral o la libertad e indemnidad sexual del otro cónyuge o de los hijos que convivan con ambos, así como tampoco procederá cuando existan indicios fundados de violencia doméstica. 10 Copyright © 2016, Juan Carlos Bracho El Art. 10 de la Ley 7/2015, en los referente a la pensión de alimentos, cargas familiares y gastos extraordinarios, diferencia los gastos ordinario de los extraordinarios, por su necesidad habitual o previsibilidad, el primero o por imprevisible necesidad, el segundo, llevándose a cabo un cálculo, según aquellas necesidades de los menores o mayores convivientes con sus progenitores, cuya obligación de abono desaparecerá cuando cesen los supuesto regulados legalmente. El Art. 11 de ésta Ley, bajo el título, Régimen de comunicación y estancia, determina que, quien no tenga consigo a los hijos menores e incapacitados, gozará del derecho a visitarlos, comunicar con ellos y tenerlos en su compañía, determinando el Juez, tiempo, modo y lugar para el ejercicio de este derecho. Este artículo recoge sustancialmente lo expuesto en el apartado 7º del Art. 92 CC, respecto a las causas o razones por las que no procede atribuir la guarda y custodia de los hijos a uno de los cónyuges, e incluso la limitación del derecho de comunicación paterno o materno filial, la conveniencia de la normalización en casos de extinción de la responsabilidad penal. El Art. 12 de la Ley 7/2015, bajo el Capítulo V, sobre el uso de la vivienda y ajuar doméstico, señala que la atribución del uso y ajuar doméstico, corresponderá principalmente, al progenitor que tenga consigo la guarda y custodia de los hijos menores, pudiendo el Juez otorgarlo, incluso, por causa de necesidad. Por último, el Capítulo-VI, bajo el título: De las medidas previas, provisionales o coetáneas y definitivas y su modificación, introduce el Art. 13, que analiza, la posibilidad de que la parte que se proponga instar uno de los procedimientos de nulidad, separación o divorcio, puedan solicitar, con carácter previo la adopción de los efectos y medidas de los dos capítulos anteriores, medidas éstas que sólo subsistirán si en el plazo de treinta (30) días desde que fueron adoptadas, se presenta de la demanda principal ante el Juez competente. ( Estas medidas previas, son aquellas que recoge el Art. 104 del CC.”El cónyuge que se proponga demandar la nulidad, separación o divorcio de su matrimonio puede solicitar los efectos y medidas a que se refieren los dos artículos anteriores”). Las medidas provisionales o coetáneas, son aquellas que las partes podrán solicitar junto con la demanda de nulidad, separación o 11 Copyright © 2016, Juan Carlos Bracho divorcio, y las medidas definitivas son aquellas que, sustituyendo a las anteriores, se recogen en la sentencia que el Juez dicte, y pongan fin al proceso. Estas medidas definitivas, dictadas por el Juez, podrán ser modificadas judicialmente o por un nuevo convenio, cuando se alteren sustancialmente las circunstancias tenidas en cuenta al aprobarlas o acordarlas (Art. 775.1º LECn), prueba, cuya acreditación compete (Art. 217 LEC), a quien demanda. 12 Copyright © 2016, Juan Carlos Bracho