Año 2006, Volumen 22 nº 5 Redacción: CADIME Escuela Andaluza de Salud Pública. Cuesta del Observatorio, n.º 4 Aptdo. 2070. 18080 Granada. España. Tfno. 958 027 400, Fax 958 027 505 www.easp.es e-mail: [email protected] EN ESTE NÚMERO … 1 • Utilización de medicamentos Nuevas insulinas Los nuevos análogos de insulina, por sus características farmacocinéticas, pueden suponer una alternativa para aquellos pacientes que no consiguen controlar adecuadamente su glucemia con las insulinas humanas. 2 • Tribuna terapéutica El Boletín Terapéutico Andaluz (BTA) es una publicación bimestral, que de forma gratuita se destina a los sanitarios de Andalucía con el fin de informar y contribuir a promover el uso racional de los medicamentos. Este boletín es miembro de la Sociedad Internacional de Boletines Independientes de Medicamentos (I.S.D.B.). Los pacientes tratados con la asociación amoxicilina/ácido clavulánico pueden presentar manifestaciones de hepatotoxicidad, considerándose como factores de riesgo para su aparición, la edad superior a 60 años y la duración prolongada del tratamiento. 1 Utilización de medicamentos Nuevas insulinas RESUMEN ANDALUZ Boletín Terapéutico Depósito Legal: GR–356–1984. ISSN 0212–9450. Año XXI, n.º 157 Septiembre-Octubre 2006, Franqueo Concertado 18/30 Uso de la asociación amoxicilina-ácido clavulánico y riesgo de hepatotoxicidad Existen importantes evidencias clínicas que muestran la eficacia de un control glucémico estricto en la reducción del riesgo de complicaciones de la diabetes mellitus a largo plazo. Los análogos de insulina, por sus características farmacocinéticas, pueden considerarse una alternativa en aquellos pacientes que no consiguen mantener un control glucémico adecuado con insulina humana. En los casos en que sea necesario sustituir una insulina humana por un análogo debe tenerse en cuenta que no existe equivalencia terapéutica, siendo imprescindible un ajuste de dosis y/o modificación en la pauta de administración. En nuestro país durante el presente año se ha producido el cese de comercialización de un importante número de insulinas. En un cuadro se presenta la disponibilidad de insulinas desde junio de 2006. INTRODUCCIÓN En los últimos años han ido apareciendo importantes evidencias clínicas, fundamentalmente el estudio Diabetes Control and Complications Trial (1) y United Kingdom Prospective Diabetes Study (UKPDS) (2,3), que demuestran la eficacia de un control estricto de la glucemia en la reducción substancial del riesgo de desarrollar complicaciones a largo plazo de la diabetes mellitus (DM), tales como: retinopatía, neuropatía, nefropatía (4,5), y alteraciones microvasculares, así como de enfermedades cardiovasculares asociadas (3,6). En estos ensayos clínicos se empleó un régimen de insulinoterapia intensiva, que intentaba imitar lo más fielmente posible la secreción fisiológica de insulina. Dicho régimen consiste en la administración de una insulina de acción rápida relacionada con las comidas (administración en bolos) destinada a evitar la hiperglucemia posprandial, junto a la administración de una insulina de acción lenta o intermedia una o dos veces al día, con la finalidad de mantener bajos, aunque constantes, los niveles de insulina durante los periodos entre comidas (administración basal) (7,8). En los últimos tiempos los ejes principales del desarrollo terapéutico de las insulinas han sido sobre todo de carácter galénico, con el objetivo de mejorar la farmacocinética de las insulinas (inicio y duración de la acción farmacológica) y de su vía de administración (inhalatoria, bombas de insulina, etc.) con la finalidad de mejorar el cumplimiento del tratamiento y la calidad de vida de los pacientes (9). Los parámetros que definen la cinética de las insulinas son: el tiempo que tarda en iniciarse la acción, el momento en que se alcanza el efecto máximo, y la duración del efecto (tabla 1, figura 1). Es importante conocer la farmacocinética de la insulinas ya que su utilización en la práctica clínica estará en función de que se trate de una insulina de acción rápida, intermedia o lenta (7). Actualmente, las insulinas disponibles en terapéutica son análogos de la insulina humana, obtenidos por técnicas de recombinación genética, con los que se pretende mejorar las características farmacocinéticas de las insulinas convencionales y superar así las limitaciones que éstas presentan para mantener un control glucémico adecuado (7,8). De modo que, mientras la insulina regular humana y la insulina isofánica o NPH se CARACTERISTICAS FARMACOCINÉTICAS DE LAS INSULINAS DISPONIBLES Comienzo de Acción Efecto máximo Duración acción Insulinas Humanas Regular humana 30-60 min 2-3 h 6-10 h 2-4 h 4-10 h 12-18 h Lispro / glulisina 5-15 min 30-90 min 4-6 h Aspart 5-15 min 30-90 min 4-6 h 2-4 h 4-20 h (sin pico) 20-24 h 6-12 h (sin pico) 12-20 h NPH Análogos de insulina Glargina Detemir Tabla 1. Modificada de 7. PERFILES FARMACOCINÉTICOS APROXIMADOS DE LA INSULINA HUMANA Y ANÁLOGOS Nivel plasmático relativo de insulina Aspart, lispro (4-6 horas) Regular (6-10 horas) NPH (12-20 horas) Zinc prolongada Glargina (20-24 horas) 0 2 4 6 8 10 12 14 16 18 20 22 24 Horas Figura 1. Tomada de 7. utilizan tanto para la administración relacionada con las comidas (prandial) como basal, los análogos de insulina de acción rápida pueden utilizarse específicamente como insulina relacionada con las comidas; mientras que los de acción lenta se utilizan como insulina basal (7). INSULINAS DE ACCIÓN RÁPIDA Las insulinas neutras de acción rápida se presentan en hexámeros que deben disociarse a monómeros en el tejido subcutáneo para poder ejercer su acción. El tiempo de disociación condiciona el comienzo de la acción de las diferentes insulinas de acción rápida ordinarias. Los análogos de la insulina de acción rápida –lispro, aspart y glulisina– debido a ciertas modificaciones en los aminoácidos de su molécula, presentan un comienzo de acción más rápido (9), siendo necesario asegurarse que el paciente entiende que estas nuevas insulinas deben administrarse justo antes de las comidas, y no media hora antes (10). Insulina lispro e insulina aspart son los análogos de insulina de acción rápida disponibles actualmente (11). Comienzan su acción a los 5-15 minu- 18 Bol Ter ANDAL 2006; 22 (5) INSULINAS LENTAS O BASALES tos tras su administración subcutánea, por lo que pueden utilizarse en bolos posprandiales administrados inmediatamente antes, o incluso después de las comidas, lo que permite flexibilizar los horarios con respecto a la utilización de la insulina regular humana que debe administrase una media hora antes de la comida. Según la evidencia disponible, frente a la insulina regular humana, estos análogos muestran eficacia en cuanto al control de la glucemia discretamente superior en pacientes con DM1, y similar en pacientes con DM2 (7,12,13), si bien con estos análogos se observa una menor incidencia de hipoglucemias graves (7,14,15). Próximamente se dispondrá de un tercer análogo de acción rápida, la insulina glulisina, que ha sido autorizado por la Agencia Europea de Medicamentos para su comercialización en la Unión Europea (16). Sus características farmacocinéticas son semejantes a las de insulina lispro. Las escasas evidencias comparativas disponibles frente a la insulina lispro, un solo ensayo de carácter no ciego, muestran que la insulina glulisina presenta en DM1 y DM2 una eficacia similar a la observada con la utilización de la insulina regular humana, y ninguna ventaja significativa frente a insulina lispro (17). Las modificaciones realizadas en la molécula estabilizan los hexámeros de insulina permitiendo retrasar el comienzo y prolongar la duración de la acción de estos análogos (9). La insulina glargina e insulina detemir son los análogos de insulina de acción prolongada disponibles en la actualidad, obtenidos por modificación de la insulina humana. La insulina glargina, totalmente soluble al pH ácido de la solución inyectable, es neutralizada tras su inyección subcutánea induciendo la formación de microprecipitados, a partir de los que se libera lentamente (9,18). En la insulina detemir además de modificarse la secuencia de aminoácidos, se ha introducido una cadena de ácido mirístico, lo que le confiere una mayor afinidad por el tejido celular subcutáneo y la albúmina plasmática, que ralentiza la liberación y prolonga su acción (19). Las diferencias en la farmacocinética de estos análogos frente a NPH parecen traducirse en la consecución de unos niveles plasmáticos más homogéneos y una acción más prolongada, posibilitando una pauta de administración de una o dos dosis diaria en un alto porcentaje de pacientes. Existen más datos acerca de insulina glargina que sobre insulina detemir, no obstante, ambas han mostrado una eficacia, y un perfil de seguridad comparables a insulina NPH; si bien, con éstos análogos se ha observado una menor incidencia de hipoglucemias, especialmente las nocturnas (7,18,19). Por otra parte, parece que la utilización de insulina glargina produciría mayor incidencia de reacciones en el punto de inyección que la insulina NPH (18). Adicionalmente, el empleo de insulina detemir parece asociarse a un menor variación en el peso del paciente, con respecto al observado con NPH (19). INSULINAS DE ACCIÓN BIFÁSICA Las llamadas insulinas de acción bifásica consisten en suspensiones compuestas de mezclas de un análogo rápido con su correspondiente asociación protamínica de acción intermedia semejante a la de insulina NPH (14). En nuestro país se encuentran disponibles insulinas bifásicas que contienen análogos rápidos: aspart y lispro (ver tabla 2) (11). Estas mezclas han mostrado efectos similares a las mezclas de insulinas convencionales o humanas en cuanto al control de la glucemia y la incidencia de episodios de hipoglucémia, si bien, producen una mayor reducción en la glucemia posprandial (14). BOMBAS DE INSULINA La administración de insulina vía subcutánea mediante bombas externar para infusión continua es una técnica prometedora en pleno desarrollo. Con ellas se pretende imitar el funciona- PRESENTACIONES DISPONIBLES DE INSULINAS (*) INSULINAS HUMANAS VIALES ANALOGOS DE INSULINA Plumas desechables Lilly R A P I D A Insulina Regular Humana Sistema Pen® Novo Sistema Innolet® Lilly Sistema Flexpen® Humulina Regular vial® Humulina NPH vial® Sistema Pen® Novo Sistema Flexpen® VIALES Actrapid Innolet® Sistema Optiset® Humalog vial® Novorapid Flexpen® Humulina NPH Pen® Tipo Sanofi Humalog Pen® Actrapid vial® I N T E R M E D I A Plumas desechables Lispro Aspart Humalog NPL Pen® Lispro Humalog Mix 25® Lispro Insulina NPH Insulatard vial® Bol Ter ANDAL 2006; 22 (5) 18/I B I F Á S I C A Humulina 30:70® Mixtard 30® Insulatard Innolet® Insulatard Flexpen® Humulina 30:70Pen® Mixtard 30 Innolet® Novomix 30 Flexpen® Aspart Humalog Mix 50® L E N T A S (*) Desde junio de 2006. Tabla 2. Modificada de 29. Lispro Levemir Flexpen® Detemir Lantus Optiset® Lantus vial® Glargina miento normal del páncreas, liberando insulina de modo continuo durante las 24 horas, además de bolos relacionados con las comidas para evitar las hiperglucemicas postprandiales. Su utilización puede estar indicada en pacientes que presentan hipoglucemias frecuentes y/o graves, especialmente las nocturnas. Utilizan insulinas de acción rápida, disponiéndose de algunas evidencias en las que los análogos lispro y aspart han mostrado una eficacia similar, y menor frecuencia de hipoglucemias, que con la infusión de insulina regular humana (7,9). INSULINA INHALADA En enero del presente año la Agencia Europea del Medicamento autorizó la comercialización en toda la Unión Europea de la primera insulina disponible por vía inhalatoria (Exubera®) (20). Se trata de una análogo de la insulina humana de acción rápida, que se presenta en forma de polvo para su administración en forma de aerosol con cámara de inhalación, generándose pequeñas partículas que liberan la insulina en los alvéolos pulmonares a través de los cuales se absorbe. Los ensayos comparativos realizados frente a distintos regímenes de insulina subcutánea de acción rápida, han mostrado eficacia comparable de Exubera® en pacientes con DM1 y DM2 en cuanto a sus efectos sobre el control de los niveles plasmáticos de hemoglobina glicosilada y de las glucemia posprandial, cuando se utiliza en combinación con insulinas parenterales de acción prolongada; también se ha observado un mayor grado de satisfacción de los pacientes a corto plazo. Con relación a las manifestaciones de hipoglucemia, aunque en los estudios clínicos la incidencia fue ligeramente menor con la insulina inhalada, la diferencia no alcanzó significación estadística. Por otra parte, los niveles de anticuerpos anti-insulina fueron significativamente mayores con la insulina inhalada, si bien este hecho no tuvo consecuencias clínicas significativas durante un período de estudio de 2 años (9,21). No obstante, la introducción en terapéutica de Exubera® no supone necesariamente la supresión del tratamiento con insulina parenteral, puesto que para cubrir adecuadamente el conjunto de las necesidades diarias los pacientes con DM precisan además de la administración de insulina lenta por vía parenteral (9,21). Por otra parte, parece importante señalar que la biodisponibilidad de la insulina inhalada es tan sólo del 8-13% con respecto a la insulina para administración subcutánea. Los principales efectos adversos asociados a su uso han sido: hipoglucemia, tos, disnea, dolores faríngeos y boca seca (21). Quedan por establecerse sus efectos sobre la función pulmonar, disponiéndose en la actualidad de algunos datos acerca de una disminución en el flujo espiratorio máximo asociado a su utilización continuada, sin que existan pruebas de la reversibilidad de este efecto tras la supresión del tratamiento (22). 18/II Bol Ter ANDAL 2006; 22 (5) PAPEL EN TERAPÉUTICA DE LOS ANÁLOGOS DE INSULINA La falta de datos sobre la seguridad a largo plazo de los tratamientos con análogos de insulina no aconseja su utilización en aquellos pacientes en los que se consigue un adecuado control de la glucemia con la utilización de las insulinas tradicionales, ni en aquellos inicien el tratamiento con insulina (14). Podrían representar una alternativa para el tratamiento de los pacientes con DM1 y DM2 que no alcanzan un control adecuado de la glucemia con las insulinas tradicionales, como es el caso de los que presentan hipoglucemias frecuentes o graves (23,24). Aunque por motivos éticos no se dispone de ensayos realizados en mujeres embarazadas, se han realizado algunos análisis retrospectivos en los que no se observaron diferencias entre insulina lispro e insulina regular humana en cuanto a los efectos sobre la madre y el feto. No se dispone de este tipo de datos para otros análogos de insulina, sin embargo la distinta afinidad de insulina glargina por el factor de crecimiento análogo a la insulina (IGF-1), lo que puede traducirse en un aumento de la actividad mitogénica, por lo que algunos autores no recomiendan su utilización durante el embarazo (7). DISPONIBILIDAD COMERCIAL DE INSULINAS Durante el presente año 2006 se ha producido el cese de la comercialización de un importante número de insulinas (12 humanas y 1 análogo). Así, el laboratorio Novo Nordisk, desde enero, cesa la comercialización de (25): – Todas las insulinas que se presentaban en el dispositivo de administración denominado Novolet® (todas humanas): Bifásicas humanas en distintas proporciones (Mixtard Novolet®). Insulina NPH (Insulatard Novolet®). – Insulinas humanas de acción lenta: Monotard® y Ultratard®, no quedando en el mercado ninguna insulina humana de acción lenta. Por su parte, en junio de 2006, el laboratorio Lilly interrumpió la comercialización de: – Insulina bifásica humana Humulina 20:80 vial®, – Todas las presentaciones en los sistemas de inyección denominados Humaplus® y Humaject®: – Humaplus Regular®, Humaplus NPH®, Humaplus 30:70®. – Humalog Humaject®, único análogo retirado del mercado. Al no existir una equivalencia terapéutica entre la insulina humana y los análogos pertenecientes al mismo grupo (26), la sustitución de las insulinas retiradas por algunas de las nuevas insulinas, obliga siempre a realizar una vigilancia exhaustiva de la glucemia que puede realizar el mismo paciente midiendo su glucemia varias veces al día y, en función de sus resultados ajustar la dosis, aumentándola o disminuyéndola, e incluso, modificando la pauta de administración según sea necesario para alcanzar los niveles glucémicos adecuados (1,8,27). En los pacientes que cambian de NPH en dos dosis diarias como insulina basal a insulina glargina administrada una vez al día, se recomienda una reducción de la dosis de un 20/30% con respecto a la utilizada de NPH, además, durante las primeras semanas esta disminución debe compensarse con un aumento de la dosis de insulina rápida utilizada con las comidas (9,18). Por último, recordar que el cambio de insulina a un paciente es competencia del médico prescriptor, no pudiendo sustituirse en el acto de la dispensación (26,28). CONCLUSIONES – Conseguir un estricto control glucémico reduce el riesgo de desarrollar complicaciones de la DM largo plazo. Los resultados de los estudios DCCT y UKPDS han hecho evolucionar considerablemente el tratamiento de la DM1 y DM2, en particular en cuanto al empleo de nuevos esquemas terapéuticos que tienden a asemejarse al máximo a la fisiología de la secreción de la insulina. – La disponibilidad en terapéutica de los nuevos análogos de la insulina humana obtenidos por técnicas de recombinación genética, tiene como objetivo mejorar las características farmacocinéticas de las insulinas convencionales y superar así las limitaciones que éstas presentan para mantener un control glucémico adecuado. Por lo que podrían representar una alternativa en aquellos pacientes que presenten hipoglucemias que no se corrigen ajustando las dosis de insulinas humana. – Sin embargo, la falta de datos sobre la seguridad a largo plazo de los nuevos análogos, no recomiendan su utilización en pacientes en los que se consigue un adecuado control de la glucemia con las insulinas tradicionales, ni en aquellos inician el tratamiento con insulina. – Las diferencias farmacocinéticas existentes entre las insulinas humanas y los análogos del mismo tipo hacen que no exista equivalencia terapéutica entre ellos, por tanto en los casos en que sea necesario cambiar el tratamiento pasando de insulina humana a un análogo, se hace imprescindible un ajuste de dosis o incluso modificar la pauta de administración. 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Oxford: Update Software Ltd. Disponible en: http://www.update-software.com. 13- Plank J et al. Systematic review and metaanalysis of short-acting insulin analogues in patients with diabetes mellitus. Arch Intern Med 2005; 165(12): 1337-44. 14- Update on insulin analogues. Drug Ther Bull 2004; 24(10): 77-80. 15- Oiknine R et al. Acritical appraisal of the role of insulin analogues in the management of diabetes mellitus. Drugs 2005; 65(3): 325-40. 16- Comité de Medicamentos de Uso Humano (CHMP). Informe Público Europeo de Evaluación (EPAR). Apidra®. DCI: Insulina glulisina. CPMP/1218/04. 17- Insuline glulisine (Apidra®). Me too: 3e analogue d´action “ultrarapide” de l´insuline, sans plus. Rev Prescr 2006; 26(272): 328-1/4. Disponible en URL: http://www. prescrire. Org [consultado el2309-2006] 18- Ficha técnica de Lantus®. Laboratorio Aventis Pharma. (Junio 2000). 19- Chapman TM et al. Insulin detemir: a review of its use in the management of type 1 and 2 diabetes mellitus. 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Nota Informativa de 17 de enero de 2006. 26- Posible confusión en el cambio de una insulina rápida humana (Actrapid®, Humulina®, Humaplus®) por un análogo de insulina rápida (Novorapid®, Humalog®). Nota Informativa de la Agencia Española del Medicamentos y Productos Sanitarios 2005; 2005/03 (3 de febrero). 27- DeWitt DE et al. Autpatient insulin therapy in type 1 and type 2 diabetes mellitus. Cientific previeuw.JAMA 2003; 289(17): 2254-64. 28- Real Decreto 1348/2003, de 31 de octubre, por el que se adapta la clasificación anatómica de medicamentos al sistema de clasificación ATC. BOE 2003; noviembre 4 (264). 29- Actualización de insulinas comercializadas. Sendagaiak 2006; 19(1): 4-6. En la revisión de este artículo ha participado como consultora externa la Dra. D.ª Isabel Fernández Fernández, Médico de Familia, Directora del Plan Integral de Diabetes, Servicios Centrales del SAS, Sevilla. 2 Tribuna Terapéutica RESUMEN Uso de la asociación amoxicilina-ácido clavulánico y riesgo de hepatotoxicidad La asociación amoxicilina/ácido clavulánico (AC) mantiene el efecto bactericida de la amoxicilina a la vez que aumenta la resistencia a la acción de las betalactamasas de algunas especies bacterianas. Debido a su amplio espectro y a su eficacia clínica, es ampliamente utilizada en el tratamiento de las infecciones más comunes de origen bacteriano. Tras conocerse los resultados de dos estudios recientes sobre hepatotoxicidad de los medicamentos evaluados por el Comité de Seguridad de Medicamentos de Uso Humano, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios difundió una hoja informativa que incluye recomendaciones para los profesionales sanitarios sobre la utilización de AC y el riesgo asociado de hepatotoxicidad. Aunque se trata de una reacción adversa –en principio– considerada infrecuente, dado que el uso de AC se ha generalizado en la práctica clínica, se ha convertido en un problema de salud pública. Tras conocerse los resultados de dos estudios recientes sobre hepatotoxicidad de los medicamentos (1,2), el Comité de Seguridad de Medicamentos de Uso Humano (CSMH) de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) evaluó el riesgo de hepatotoxicidad relacionado con el uso de la asociación amoxicilina/ácido clavulánico (AC); recomendando a la AEMPS que informara a los profesionales sanitarios de las conclusiones de su evaluación. Así, el pasado mes de marzo, la AEMPS difundió una hoja informativa sobre este tema en la que se incluyen una serie de recomendaciones (3). La amoxicilina es un antibiótico beta-lactámico del grupo de las aminopenicilinas con acción bactericida que actúa inhibiendo la síntesis y reparación de la pared bacteriana. Presenta un amplio espectro, siendo activa frente a: la mayoría de los cocos aeróbicos, Gram- positivos y Gram-negativos (excepto cepas productoras de penicilinasas); algunas especies de bacilos Gram-positivos aeróbicos y anaeróbicos, y algunas espiroquetas; así como frente a un buen número de bacilos Gram-negativos, aeróbicos y anaeróbicos. La asociación del ácido clavulánico a la amoxicilina mantiene su efecto bactericida y proporciona una mayor resistencia a la acción degradativa de las beta-lactamasas de algunas especies bacterianas, especialmente las Gram-negativas (4). El empleo de AC en el tratamiento de las infecciones de origen bacteriano está ampliamente extendido en la práctica clínica, debido a su amplio espectro bacteriano y a su conocida eficacia clínica (5). Así, en nuestro medio, en el año 2004, se dispensaron –a cargo del Sistema Nacional de Salud– más de 5,6 millones de cursos de tratamiento con AC en adultos y 1,6 millones en niños, representando el 51% del consumo extrahospitalario de todos los antibióticos beta-lactámicos y el 34% de todos los antibióticos en general. En Andalucía, el consumo anual de AC con cargo al Servicio Andaluz de Salud, en el periodo comprendido entre los años 2001 y 2004, fue de: 33.8, 42.0, 57.6 y 67.8 respectivamente, expresados en forma de Dosis Diaria Definida (DDD)/1000 habitantes/día (1). POSIBLES RIESGOS PARA LA SALUD Se dispone de un estudio de casos y controles –publicado en 2004– en el que se pone de manifiesto que en la población general es infrecuente la aparición de lesiones hepáticas agudas de etiología farmacológica de carácter idiopático, con relevancia clínica. Estimándose una incidencia de hepatotoxicidad en adultos de 1 caso por cada 10.000 Bol Ter ANDAL 2006; 22 (5) 19 cursos de tratamiento (2); si bien, en la población pediátrica (<16 años), la incidencia podría ser inferior, aunque se carece de información para este segmento de edad (3). Por su parte, en un segundo estudio –publicado en el 2005– realizado en Andalucía, analizaban –durante un periodo de 10 años– los casos de lesión hepática por medicamentos remitidos a las unidades clínicas participantes. De un total de 570 casos relacionados con 505 fármacos, 461 casos estarían relacionados con daño hepático inducido por fármacos; siendo la ictericia la manifestación más frecuente cuando se identificaba el caso por primera vez (71%), mientras que el resto presentaba aumento de los niveles plasmáticos de las enzimas hepáticas. El 53% de los pacientes que presentaron RA hepáticas fueron hospitalizados, mientras que el 5% (N=24) presentaron un desenlace final de muerte, un 10% (N=46) desarrollaron una hepatopatía crónica y en un 2% (N=8) se realizó un transplante hepático. Asimismo, el 11.7% de los pacientes que presentaron ictericia hepatocelular inducida por fármacos progresó hasta la muerte o precisó de un trasplante (1). La incidencia de reacciones adversas asociada a la utilización de AC se ha estimado en un 4-14%, siendo en el 90% de los casos de carácter leve o moderado. Las RA más frecuentes de AC corresponden a episodios de diarreas, sensación de náuseas o vómitos y reacciones cutáneas. La hepatotoxicidad se presenta de forma infrecuente (5,6); señalándose dicho riesgo en la ficha técnica de todos los productos comercializados en España que contienen esta asociación (3). El patrón funcional del daño hepático por AC puede ser variable, aunque hasta la fecha se han descrito –fundamentalmente- lesiones colestásicas y mixtas (3,7). La edad de los pacientes es el factor que en mayor medida determina el patrón funcional de la hepatotoxicidad por AC. Así, en personas jóvenes son más frecuentes las lesiones citolíticas, en tratamientos de corta duración; mientras que en personas de mayor edad son más frecuentes las de tipo colestásico/mixto, en tratamientos de larga duración (8). El mecanismo fisiopatológico de desarrollo de la toxicidad es desconocido, en una proporción relevante de pacientes aparecen signos concomitantes de hipersensibilidad (3). En principio todos los pacientes en tratamiento con AC podrían presentar manifestaciones de hepatotoxicidad; si bien, la edad superior a 60 años, y una duración prolongada del tratamiento, se consideran factores de riesgo para su aparición. La lesión hepática aguda puede aparecer durante el tratamiento y hasta varias semanas después de finalizado el mismo; no habiéndose demostrado que la monitorización de la función hepática pueda ser de utilidad para prevenir o detectar precozmente su desarrollo (3). De acuerdo con los datos del registro realizado en España por el Grupo Español para el Estudio de la Enfermedad Hepática inducida por Medicamentos, la hepatotoxicidad aguda inducida por AC sería la primera causa de ingreso hospitalario por hepatotoxicidad medicamentosa en la población adulta (1). Probablemente, esto sea consecuencia del frecuente uso que se realiza de este medicamento en nuestro medio, que convierte una RA que –en principio– se manifiesta con baja frecuencia en un problema de salud pública (3). INDICACIONES DE LA AMOXICILINA-ÁCIDO CLAVULÁNICO La asociación AC sólo está indicada para el tratamiento de infecciones causadas por bacterias resistentes a amoxicilina debido a la producción de beta-lactamasas. En nuestro medio, el patrón epidemiológico de las infecciones susceptibles de ser tratadas con esta asociación no justifica un uso tan elevado. Debiendo recordarse en este sentido, que (3): – La resistencia adquirida del neumococo (S. pneumoniae) no está mediada por beta-lactamasas, por lo que la asociación AC no añade eficacia al uso de amoxicilina sola. – Las infecciones del tracto respiratorio superior son frecuentemente virales y en general no requieren tratamiento antibiótico. Las infecciones causadas por S. pyogenes son susceptibles de ser tratadas con penicilina V o con amoxicilina sola, toda vez que el S. pyogenes no es productor de betalactamasas, por lo que la asociación AC no añade eficacia a los antibióticos antes citados, desaconsejándose su uso. – Dado que la asociación AC es muy eficaz para las infecciones causadas por bacterias habitualmente sensibles a amoxicilina, que pueden adquirir resistencia a la misma debido a la producción de beta lactamasas, el uso de AC debería reservarse para este fin; siendo muy favorable la relación beneficio-riesgo de este tratamiento cuando se utiliza –bajo prescripción médica– en las indicaciones apropiadas. CONCLUSIÓN La aparición de manifestaciones de hepatotoxicidad asociadas a la utilización de AC resulta una RA conocida que se presenta de forma infrecuente. Si bien, al estar ampliamente extendido el empleo de AC en la práctica clínica –debido a su amplio espectro bacteriano y a su eficacia clínica demostrada– se convierte en un problema de salud pública un efecto adverso que –en principio– se manifestaba con una baja frecuencia. En la hoja informativa elaborada por este motivo por la AEMPS se señala que esta asociación debería reservarse para el tratamiento de infecciones causadas por bacterias habitualmente sensibles a amoxicilina que han desarrollado resistencia a la misma, debido a la producción de beta-lactamasas. BIBLIOGRAFÍA 1- Andrade RJ et al. Drug-induced liver injury: an analysis of 461 incidences submitted to the Spanish registry over a 10-year period. Gastroenterology 2005; 129(2): 512-21. 2- de Abajo FJ et al. Acute and clinically relevant drug-induced liver injury: a population based case-control study. Br J Clin Pharmacol 2004; 58(1): 71-80. 3- Subdirección General de Seguridad de Medicamentos. 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CADIME Programa de la Consejería de Salud dirigido por la Escuela Andaluza de Salud Pública CONSEJO DE REDACCION REDACTOR JEFE: José Ma Recalde Manrique. S ECRET . R EDACCION : Antonio Matas Hoces. Redacción CADIME: Victoria Jiménez Espinola, María del Mar Láinez Sánchez, Estrella Martínez Sáez, Antonio Matas Hoces, María Teresa Nieto Rodríguez, José María Recalde Manrique. 20 Bol Ter ANDAL 2006; 22 (5) CONSEJO DE REDACCION: Víctor Bolívar Galiano, Juan R. Castillo Ferrando, José A. Durán Quintana, Javier Galiana Martínez, Rafael Gálvez Mateos, Fernando Gamboa Antiñolo, Pablo García López, Gonzalo García Molina, M.ª Isabel Lucena González, Miguel Marqués de Torres, M.ª Dolores Murillo Fernández, Julio Romero González, José Sánchez Morcillo, Javier Sepúlveda García de la Torre, Juan Tormo Molina, Concepción Verdú Camarasa. DISEÑO GRAFICO: Pablo Gallego. Córdoba. FOTOCOMPOSICION: Portada, S.L. Granada. IMPRESION: Copartgraf, S.Coop And. Granada.