• aldea global • ¿Qué pasará con BP? A reciente catástrofe ecológica del Golfo de México ha vuelto a sacar a la palestra la ausencia de un verdadero compromiso internacional que garantice los protocolos de actuación ante posibles accidentes y el cumplimiento de los requisitos legales vigentes en cada lugar de actuación. Hace más de dos meses que el petróleo emerge sin control en la plataforma Deepwater Horizon, de la multinacional British Petroleum, y las soluciones para detenerlo no hacen sino sembrar dudas sobre la efectividad de las medidas de seguridad de la industria energética. L ¿QUIÉN PAGARÁ ESTA CATÁSTROFE? Desde Greenpeace denuncian que la proliferación de las plataformas de extracción de petróleo lejos de las costas no hace sino enturbiar su control . ÁNGELES ZÚÑIGA L pasado 20 de abril un problema en una de las válvulas de seguridad de una las plataformas más modernas de la compañía BP en el Golfo de México, Deepwater Horizon, falló. La explosión que acabó con la vida de once de sus trabajadores provocó una brecha en el pozo por la que salen a diario más de 19.000 barriles de crudo, según datos oficiales, y hasta más de 100.000 barriles, según las organizaciones que estudian sus consecuencias ambientales sobre el terreno. Pese al baile de cifras, lo que está claro es que estamos ante E Escritura 40 PÚBLICA una de las peores catástrofes ambientales desde el accidente de Chernobil, especialmente trágico por las consecuencias que veinte años después sigue teniendo entre la población de la región ucraniana en la que se encontraba la central nuclear. Pero, la explosión de la plataforma del Golfo de México, frente a las costas de Luisiana y Florida, deja pequeñas a las últimas tragedias ambientales como la del Exxon Valdez en Alaska (más de cuarenta millones de litros de crudo vertidos al mar), los efectos del Prestige en las costas gallegas o las consecuencias provocadas por el incendio de los pozos de petróleo durante la guerra del Golfo, cuyos efectos siguen latentes. Cantidades ridículas. Pero, ¿es posible evitar este tipo de accidentes? Desde Greenpeace dicen que sí. “Es cierto que es imposible conocer todos los intereses que rodean a las grandes petroleras pero sabemos que, en muchas ocasiones, es más rentable pagar las multas por incumplir determinados requisitos legales que desarrollar las medidas de seguridad que se necesitan para garantizar el buen funcionamiento de las instalaciones”, lamenta Julio Barea, responsable de contamina- ción de la organización. Por ejemplo, el delito ecológico en España está castigado con penas de prisión y multas económicas, aunque éstas no suelen mermar las cuentas de las grandes empresas. La compañía sueca Boliden que gestionaba las minas de Aznalcóllar todavía no ha pagado a la Junta de Andalucía los más de noventa millones de euros que le impuso la sentencia tras el accidente y Endesa e Iberdrola apenas pagaron un millón y medio de euros por el escape de hidrógeno en la central Vandellós II en Tarragona. En el caso del Exxon Valdez, en Alaska, la multa quedó reducida a algo más de 500 millones de dólares de los 5.000 que se reclamaron en un primer momento a la empresa propietaria del carguero. La Oil Pollution Act, la norma que regula los vertidos contaminantes en Estados Unidos, contempla multas de 75 millones de dólares, una cantidad ridícula teniendo en cuenta la magnitud de los daños que ocasionan. Así, aunque el problema que desató la tragedia en las instalaciones de BP ya había sido denunciado y se podría haber solucionado con una inversión de 500.000 dólares, según las recomendaciones del Servicio Estadounidense de Gestión de Minerales, no se corrigió. Sin embargo, el gobierno americano no considera obligatorios ese tipo de dispositivos y la ley permitió a la petrolera que lidera Tony Hayward no poner esa válvula que habían recomendado varios expertos”, explica Julio Barea. Así que, además del desastre ecológico se añade otro problema de asunción de responsabilidades. Dar la cara. En un primer lugar podría parecer que BP tendría que asumir todas las consecuencias del accidente, pero el gobierno de Barack Obama se ha adelantado en E momento, la factura que deberá pagar BP por la limpieza de la zona asciende a más de 20.000 millones de dólares, a los que habrá que sumar el dinero de las indemnizaciones. Unas cifras desorbitadas para una compañía que declara una facturación anual de catorce millones de dólares. ¿Qué ocurriría si se declara en bancarrota como recogen algunos rumores? Si alguien termina comprando la compañía, las responsabilidades quedarán diluidas en alta mar, como una gran mancha de crudo. El coste de limpieza del vertido en el Golfo de México para BP ha alcanzado ya los 2.650 millones de dólares (2.150 millones de euros), según informó la compañía hace unos días. La cifra incluye las operaciones técnicas para tapar el vertido, así como las subvenciones a los Estados del Golfo de México y otros pagos de algunas reclamaciones. Según la compañía, en estos momentos trabajan en la limpieza del vertido 39.000 personas, ayudadas de 5.000 cargueros y 110 aviones. D las tareas de recuperación de la zona y se ha erigido en el principal valedor de los derechos de la región que depende, en gran parte, del turismo y de la pesca. Así, 17.500 efectivos de la Guardia Nacional, 20.000 civiles, 1.900 navíos y más de 270 millones de euros ha destinado el gobierno de los Estados Unidos para ‘limpiar’ la zona. Además, el presidente ha anunciado que obligará a BP a pagar todas las indemnizaciones que le correspondan: hasta 800 millones de dólares, según las últimas valoraciones. Pero parece que todavía es pronto para cuantificar los daños: la marea negra amenaza con llegar pronto a las costas de otros países como México, Cuba y otras islas del Caribe. Por eso, de momento, lo más urgente es frenar la salida de crudo, algo que no se está consiguiendo debido a las complicaciones de acceso a la plataforma, situada a más de 1.500 metros de profundidad. “Hasta ahora, además, BP se ha negado a reconocer la magnitud del accidente y se ha dedicado a minimizar ‘la mancha’ con otros productos tóxicos para el medio ambiente”, explica Barea. En Greenpeace dicen que se prevén daños hasta más de veinte años después en la cadena trófica. “El problema se agrava también por las características de la costa de los países del Golfo de México, donde hay zonas pantanosas, manglares y formaciones que hacen imposibles las labores de limpieza”, añade el responsable de Greenpeace. Protocolos. Pero, ¿cómo es posible que ocurran catástrofes como ésta? ¿No existen suficientes medidas de seguridad? El principal problema es que los protocolos de prevención existentes son bastante laxos, difieren según las regiones y se centran en minimizar los daños y amortiguar el impacto, según los expertos. Las plataformas offshore (en mar abierto) cuentan con medidas de seguridad muy desarrolladas, tanto o más que la industria aeronáutica, pero mientras no se demuestre lo contrario estamos hablando de un accidente, pese a las voces que denuncian toda una estrategia económica detrás. Existe una norma internacional, Occupational Health and Safety Assesment, que reconoce las buenas prácticas de gestión de seguridad y medio ambiente, pero está claro que en la industria no sólo sirven las buenas intenciones. ¿Podría ocurrir una tragedia similar en España? Todavía tenemos frescas las imágenes del hundimiento del Prestige que, al menos, sirvieron para reforzar el marco legal europeo y delimitar el uso de los buques monocasco. “Sin embargo, la legislación se sigue sin El vertido del Golfo de México deja pequeñas a tragedias ambientales como las del ‘Exxon Valdez’ o el ‘Prestige’ Escritura PÚBLICA 41 • aldea global • Consecuencias a largo plazo L accidente del Golfo de México es el más grave de los ocurridos en lo que llevamos de siglo. Sin embargo, en la mente muchos de nosotros tenemos todavía grandes tragedias ocurridas varias décadas atrás y cuyos efectos llegan hasta nuestros días: - El 26 de abril de 1986 explotó un reactor nuclear en la central de Chernóbil, una localidad ucraniana, en la frontera con Bielorrusia. El hidrógeno acumulado que salió a la superficie era quinientas veces mayor al emitido por la bomba de Hiroshima. El número de fallecidos superó la treintena, pero lo peor fueron los efectos que el accidente tuvo entre la población de la región, dónde la tasa de enfermos de cáncer es la mayor del mundo y donde las nuevas generaciones siguen sufriendo malformaciones provocadas por el gas. - El desastre de Bhopal (India, 1984), causó la muerte a 3.000 personas inicialmente, y al menos otras 15.000 murieron de enfermedades relacionadas con el escape de un gas letal en la planta de la empresa estadounidense Union Carbide. Hasta el pasado 8 de junio no se conoció la sentencia que ha condenado con una multa de 8.870 euros a la empresa y con 100.000 rupias (1.774 euros) y dos años de prisión a ocho empleados de la compañía, todos indios y uno de ellos ya fallecido. - El 24 de marzo de 1989, el petrolero Exxon Valdez de la compañía Exxon Mobil, que cubría la ruta entre Valdez (Alaska) y Los Ángeles (California) sufrió un accidente que supuso el mayor derrame de crudo al océano de la historia (hasta el caso de BP). Más de 250.000 aves y miles de mamíferos murieron el la tragedia que aún hoy sigue presente: los restos del crudo derramado todavía no se han limpiado. - En 1991 los incendios localizados en los pozos petrolíferos en el Golfo Pérsico provocaron la denominada ‘lluvia negra’ que contaminó los suelos de la región. - El 2002, el naufragio del petrolero Prestige frente a las costas gallegas afectó directamente a la vida de unas doscientas playas. Es uno de los accidentes más graves ocurridos en España, además del protagonizado por el petrolero Mar Egeo, también en Galicia, y el desastre de las minas de Aznalcóllar en Doñana. E Muchos expertos demandan introducir nuevas energías menos contaminantes. cumplir. En la directiva europea posterior se contemplaba, además, la creación de una especie de puertos de abrigo en los que los barcos con problemas podrían acudir a refugiarse. Nada de esto se ha producido y estamos hartos de poner denuncias por los escapes de crudo que se producen constantemente en la Bahía de Algeciras, por ejemplo”, lamenta Barea. Además, la proliferación de las plataformas de extracción de petróleo lejos de las La compañía sueca ‘Boliden’ que gestionaba las minas de Aznalcóllar todavía no ha pagado los más 90 millones de euros que le impuso la sentencia tras el accidente costas no hace sino enturbiar su control y, de hecho, son las que más están creciendo en los últimos años. “Este tipo de instalaciones son mucho más difíciles de controlar, están muy profundas y en ocasiones surgen problemas añadidos Escritura 42 PÚBLICA como son los lodos bituminosos, con las consecuencias que eso tiene en el entorno”, explica Barea, quien considera absurdo seguir manteniendo la industria del petróleo que ya ha demostrado tener fecha de caducidad. “La mejor manera de acabar con estos accidentes es terminar con la industria del petróleo y poco a poco, introducir un nuevo ‘pull energético’, menos contaminante y que hay que hacer más rentable”. No obstante, Escritura Pública ha intentado localizar a varios expertos en derecho ambiental de varios despachos de abogados, nacionales e internacionales, pero nadie quiere pronunciarse ante un tema tan polémico. Quienes sí han respondido han sido, aunque de manera anónima, en Repsol. Durante el año pasado, la compañía realizó un total de 1.082 auditorías de seguridad y medio ambiente, de las cuales 411 fueron internas y 671 externas (141 asociadas a procesos de certificación y 530 reglamentarias de carácter legal). Además, Repsol es la única compañía energética española que está presente en el Proyecto Promares, dirigido a prevenir y mejorar la capacidad de respuesta ante una contaminación del medio marino por vertidos accidentales de hidrocarburos. Este proyecto que forma parte de la Estrategia Nacional de Ciencia y Tecnología, cuenta con varias líneas de investigación: un sistema integral para la detección y la vigilancia; la mejora de los procesos de tratamiento y valorización de los lodos marinos; el desarrollo de un vehículo submarino autónomo para el control de la calidad de las aguas y una aplicación para mejorar la toma de decisiones en las situaciones de derrame de hidrocarburos. Además, en 2009, un total de 13.332 empleados de Repsol recibieron 234.460 horas de formación en seguridad y salud laboral, lo que supone un 58 por ciento más que el año anterior. ■ ejemplares que prescindieron de muchas cosas para dedicarse un tiempo a los demás. Hoy, la mayoría de ellos tienen como prioridad resolver sus angustias vitales, encontrar un primer trabajo, que sus padres recuperen su vida activa tras sufrir la embestida del paro, que sus amigos y ellos mismos encuentren sentido a unos días excesivamente largos, sin nada que hacer, en los A no es lo mismo, la situaque no hay lugar para la esperanza. Dedicar un ción es diametralmente tiempo a los demás, a los han sufrido una catásdistinta a la que se vivía trofe, un drama, permite sentirse útiles por un hace pocos años. tiempo, pero el espíritu con el que hace años se Que no nos vengan más con apuntaban los jóvenes a un voluntariado, la ilula historia de la aldea global, de sión que se desparramaba, se veía, se palpaba, en la altura de miras, la generosilos lugares en los que trabajaban para los demás, dad, la solidaridad con los demás. se ha quedado en la mayor parte de los casos en Que no nos vendan más las excelencias de la el camino. Hay problemas más cercanos que supuesta aldea global en la que se visualiza aqueresolver, hay asuntos que para desgracia se han llo de todos para uno y uno para todos, porque la convertido en una emergencia. crisis económica ha hecho saltar por el aire los La crisis ha mostrado también otra cara de la conceptos que no tenían fuerza suficiente, amamoneda: la selección de las iniciativas relacionarres que no se encontraban verdaderamente das con el concepto “aldea global” que se defenincrustados en nuestras vidas y en nuestras condía con orgullo, ha dibujado un escenario en el ciencias. Conceptos que valían la pena, como el que la política tiene un papel protagonista. De la de la aldea global. misma manera que en el caso español más emblemático, el del Prestige, la ola de la Se advierte que la respuesta ante las ayuda desinteresada fue aprovechada por quiecatástrofes es diferente en función nes deseaban encontrar una excusa con la que de la filiación política de sus iniciar la demolición del gobierno del PP, responsables también ahora, pasados los años, se advierte que Ha ganado mucho en aldea y menos en cambio la respuesta ante las catástrofes es diferente en en la globalidad. La penuria ha desinflado infinifunción de la filiación política de sus responsadad de globos en la sociedad, ha obligado a que la bles. Si el vertido en el Golfo de Méjico se hubierealidad aparezca con toda su crudeza. Las ra producido con Bush en la Casa Blanca, las asoangustias cercanas han provocado que se preste ciaciones ecologistas y los movimientos menos atención a las preocupaciones generales, juveniles habrían organizado una auténtica y se hace patente la idea expresada por algún revolución a través de las redes sociales para presidente con los pies en la tierra que advertía expresar su condena y su rechazo a la ineficacia con pena, pero con sinceridad, que duele más la de la Administración norteamericana para tragedia ocurrida a cien metros que ha costado paliar los efectos del desastre. Con Obama camla vida a un conocido que el terremoto en China bian mucho las cosas, al carismático presidente en el que han muerto miles de personas y han estadounidense, sin duda, también en este terrequedado maltrechas otras tantas, aparte del no se le perdona lo que bajo ningún concepto se millón que ha perdido todos sus bienes. habría perdonado a sus antecesores en el cargo. La palabra solidaridad está bien para los granLa crisis ha contaminado lo que fue muy herdes discursos y para tratar de que la asuman los moso mientras existió. Hubo ejemplos emociocríos que van a la escuela, para que crezcan en nantes, que nos llenaron de orgullo. Quizá vuelvalores. Pero habría que preguntarse si los jóvevan un día no muy lejano aquellas iniciativas nes de ahora habrían acudido en masa, como desinteresadas, generosas, valientes. voluntarios, a limpiar de chapapote las playas Pilar Cernuda es periodista. gallegas como hicieron hace ocho años; jóvenes PILAR CERNUDA Cambios, también, en la aldea global Y Escritura PÚBLICA 43