DICTAMEN Nº 562/2012 de 20 de septiembre de 2012 Responsabilidad Patrimonial. Estado de la vía pública. Responsabilidad Patrimonial de la Administración Pública, iniciado a instancia de D.ª Isabel por daños personales sufridos a consecuencia de una caída en la vía pública. Ha sido ponente la Excma. Sra. D.ª Casilda Gutiérrez Pérez con la asistencia del Letrado D. José Manuel Rodríguez Muñoz, acordándose el Dictamen por unanimidad, y resultando los siguientes.. I. ANTECEDENTES PRIMERO.- El día 19 de julio de 2012, tuvo entrada en la Secretaría del Consejo Consultivo solicitud de dictamen remitido por el Excmo. Consejero de Administración Pública de la Junta de Extremadura, de acuerdo con lo establecido en los artículos 12.1 de la Ley 16/2001, del Consejo Consultivo de Extremadura y 14.c) de la Ley 1/2002, de 28 de febrero, del Gobierno y de la Administración de la Comunidad Autónoma de Extremadura, en virtud de los cuales el Consejo Consultivo emitirá dictamen en cuantos asuntos someta a su consulta el Presidente de la Comunidad Autónoma, a iniciativa propia o a solicitud del Consejo de Gobierno o de cualquiera de sus miembros. Se cursa solicitud de dictamen a iniciativa del Excmo. Ayuntamiento de Hervás, en relación con el expediente de responsabilidad patrimonial de la Administración Pública, sin requerir la evacuación de la consulta por el procedimiento de urgencia. SEGUNDO.- Se acompaña el expediente administrativo tramitado como consecuencia de la indicada reclamación de responsabilidad patrimonial, incluyendo propuesta de resolución, resultando como antecedentes los siguientes: 1.- Mediante escrito registrado de entrada en el Excmo. Ayuntamiento de Hervás, el 29 de julio de 2011, D.ª Isabel , presentó una reclamación de responsabilidad patrimonial en la que exponía: “El pasado día 21 de julio de 2011, tuvo una caída en la Avda. de la Reconquista como consecuencia del estado en que se encuentra una rejilla existente junto a la marquesina de la parada de autobuses. Se adjunta fotografía del lugar. Consecuencia de la caída he sido intervenida en el Hospital “Virgen del Puerto” de Plasencia”. 1 Acompaña al escrito de reclamación reportaje fotográfico del lugar del accidente e informe de médico de urgencias. 2.- Por Resolución de la Alcaldía, de 3 de febrero de 2012, se acuerda iniciar el expediente de responsabilidad patrimonial descrito en los antecedentes. Se nombra Instructora del expediente de responsabilidad patrimonial a Dª. Mª Dolores y se solicita informe de los Servicios y Departamentos Municipales que puedan tener algún conocimiento sobre los hechos, que deberán emitirlos en un plazo no superior a diez días. 3.- El Alcalde-Presidente del Excmo. Ayuntamiento de Hervás, el 29 de julio de 2011, mediante providencia solicita al Técnico Municipal y a la Policía Local informe sobre los hechos referenciados. Informes de 1 de agosto de 2011, suscrito por el Oficial- Jefe de la Policía Local de Hervás comunicando en el primer informe “Que consultados los archivos obrantes en esta Jefatura a mi cargo no consta ni información de dicho hecho a fecha indicada ni algún otro antecedente en relación a la caída sufrida por Doña Isabel ”. Y en el segundo informe, consta “Trasladado hasta el lugar en el turno de tarde del lunes 01 de agosto de 2011 el Agente observa como todo el paseo de la margen izquierda en dirección a Adeanueva del Camino hasta el cruce con la Calle Francisco Sanz López se encuentran varias rejillas de lluvia sueltas y colocadas unas con mayor altura que otras dificultando así el paso normal de peatones de un lado de la acera a otro, desde esta Policía Local se insta a que dicha Avenida disponga de una buena colocación de su acerado y sus respectivos componentes pues es una de las más concurridas de nuestra Villa pues es el principal acceso hasta la Calle Braulio Navas y el centro del pueblo. Se adjunta reportaje fotográfico y explicación de la situación de dicha avenida”. Informe de 5 de agosto de 2011, emitido por la Arquitecta Técnica del Servicio de Urbanismo, relata “Que girada visita el día 4 de agosto a la zona en la que se produjo el accidente, se pudo comprobar que: la rejilla, la cual se hace alusión en la instancia presentada por la interesada, sirve de pasarela al acerado principal como continuación de un paso existente entre una jardinera y una marquesina. Dicha rejilla forma parte, como módulo, de un largo enrejillado situado sobre una canaleta que reconduce el agua de lluvia. El paso entre la marquesina y la jardinera tiene una dimensión de 110 cm. y el suelo de la marquesina y la rasante de la pasarela están a diferente nivel (16 cm), el resto de los elementos físicos y su disposición se pueden apreciar claramente en las fotografías. Aunque las rejillas son practicables, pueden ser levantadas para la limpieza de la canaleta, en el momento de la visita, no se observó ninguna inestabilidad ni rotura”. 4.- La reclamante, el 12 de marzo de 2012, presenta escrito de alegaciones solicitando se le reconozca derecho a indemnización por la cuantía de 20.988,80€ y se acuerde la práctica de los medios de prueba propuestos (se adjunta diversa documentación). 5.- Informe, de 20 de marzo de 2012, de Secretaria del Excmo. Ayuntamiento de Hervás. 2 6.- Resolución de la Alcaldía, de 20 de marzo de 2012 se acuerda incoar el pertinente expediente de responsabilidad patrimonial por los presuntos daños personales ocasionados a la interesada, sustanciándose el procedimiento de acuerdo con los trámites establecidos en el Real Decreto 429/1993, de 26 de marzo, por el que se aprueba el Reglamento de los Procedimientos de las Administraciones Públicas en Materia de Responsabilidad Patrimonial. Se designa instructor del mismo a D. Ángel J. , comunicar su nombramiento y darle traslado de cuantas actuaciones existan al respecto y derivar la realización de la prueba propuesta por el solicitante, al momento de la instrucción del expediente, al objeto de que el órgano instructor resuelva sobre la misma. 7.- El 20 de marzo de 2012, el Secretario del Excmo. Ayuntamiento de Hervás comunica a D. Crescencio a los efectos de lo establecido en el artículo 42.4 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y de Procedimiento Administrativo común. 8.- Acuerdo del órgano instructor, de 12 de abril de 2012, sobre la admisión de las pruebas propuestas por el reclamante en su escrito de responsabilidad patrimonial y se procede a la práctica de la prueba propuesta, como inspección ocular y prueba testifical, en las personas de D. Teodoro , D. Antonio y D. Antonio . 9.- El 18 de marzo de 2012, el Secretario del Excmo. Ayuntamiento de Hervás comunica a D. Crescencio , Agencia de Seguros X la apertura del trámite de audiencia, para que formule las alegaciones y presente los documentos y justificaciones que estimen pertinentes. 10.- El 30 de abril de 2012, la reclamante presenta escrito de alegaciones junto con prueba documental. 11.- D. Juan Francisco , representante legal de la entidad aseguradora X, S.A. presenta escrito de alegaciones, el 8 de mayo de 2012. 12.- El 14 de junio de 2012, el Instructor formuló Propuesta de Resolución estimando la reclamación interpuesta por la interesada. TERCERO.- Por resolución de la Presidencia de este Consejo de la fecha de su registro, la consulta fue admitida, se ordenó continuar la evacuación de la misma por el procedimiento ordinario y se turnó ponencia según orden preestablecido, correspondiendo como queda indicado en el encabezamiento dando cuenta al Pleno de tales determinaciones. 3 CUARTO.- No habiéndose considerado necesaria la práctica de diligencias adicionales quedó conclusa esta fase del procedimiento de la consulta con la documentación obrante en el expediente, elevándose por la Ponencia propuesta de Dictamen que fue incluida en el orden del día de la sesión plenaria que figura en el encabezamiento. QUINTO.- En la referida sesión plenaria la Ponencia informó del contenido del proyecto de Dictamen y sometido a la deliberación del Pleno, el Consejo estimó, por unanimidad, la suficiencia de dicho informe y su conformidad con la propuesta, por lo que se acordó aprobar el proyecto de Dictamen sin necesidad de debate en ulterior sesión. II. OBJETO Y ALCANCE DE LA CONSULTA Se somete a la consideración de este Consejo Consultivo una consulta en un expediente de responsabilidad patrimonial de la Administración Pública, regulada en los artículos 139 a 144 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y Procedimiento Administrativo Común, y en el Real Decreto 429/1993, de 26 de marzo, por el que se aprueba el Reglamento de los Procedimientos de las Administraciones Públicas en Materia de Responsabilidad Patrimonial. El conjunto normativo estatal sobre responsabilidad patrimonial de la Administración resulta de aplicación a las Entidades que integran la Administración Local, de conformidad con lo dispuesto en los artículos 5 y 54 de la Ley 7/1985, de 2 de abril, Reguladora de las Bases de Régimen Local y en los artículos 1 y 2 de la propia Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de acuerdo con lo previsto en el artículo 149.1.18ª de la Constitución Española. Se requiere dictamen ordinario en derecho, sin extenderse a cuestiones o consideraciones de oportunidad, a tenor de lo previsto en el artículo 2.2 de la Ley de Creación de esta instancia consultiva. El contenido del dictamen debe adecuarse al contenido exigido en el artículo 12, apartado 2, del repetidamente citado Real Decreto 429/1993, de 26 de marzo, cuando establece: “…se pronuncie sobre la existencia o no de la relación de causalidad entre el funcionamiento del servicio público y la lesión producida y, en su caso, sobre la valoración del daño causado y la cuantía y modo de la indemnización, considerando los criterios previstos en la Ley de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común”. III. FUNDAMENTOS DE DERECHO 4 PRIMERO.- Competencia y carácter del Dictamen. El artículo 13.1.i), de la Ley 16/2001, de 14 de diciembre, establece el carácter preceptivo de la consulta en los expedientes tramitados por la Administración Autonómica y, en su caso, por las Administraciones Locales de su territorio, relativo a las reclamaciones de indemnización de daños y perjuicios. En relación con el anterior precepto, el artículo 12.1 del Real Decreto 429/1993, de 26 de marzo, dispone que, cuando sea preceptivo a tenor de lo establecido en la Ley Orgánica del Consejo de Estado, se recabe el Dictamen de este Órgano Consultivo o, en su caso, del Órgano Consultivo de la Comunidad Autónoma, remitiéndole todo lo actuado en el procedimiento, así como una Propuesta de Resolución. Por todo ello, el Consejo Consultivo de Extremadura emite este Dictamen con carácter preceptivo y no vinculante, a tenor de lo dispuesto en el artículo 3, apartado 2, de la citada Ley 16/2001. SEGUNDO.- La responsabilidad Patrimonial de las Administraciones Públicas: régimen jurídico. El artículo 9.3 de la Constitución Española garantiza la responsabilidad y la interdicción de la arbitrariedad de los poderes públicos. Por otra parte, el artículo 106.2, enuncia los presupuestos básicos al establecer que “los particulares, en los términos establecidos por la Ley, tendrán derecho a ser indemnizados por toda lesión que sufran en cualquiera de sus bienes y derechos, salvo en los casos de fuerza mayor, siempre que la lesión sea consecuencia del funcionamiento de los servicios públicos”. La regulación de las previsiones constitucionales se desarrollan en los artículos 139 a 146 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre y en Real Decreto 429/1993, de 26 de marzo. Normas que se deben aplicar en el ámbito autonómico según prevén los artículos 133, 134 y 135 de la Ley 1/2002, de 28 de febrero, del Gobierno y Administración de la Comunidad Autónoma. Las principales características del sistema de responsabilidad patrimonial, tal y como aparece configurado en los preceptos constitucionales y legales citados, pueden sintetizarse así: “(...) es un sistema unitario en cuanto rige para todas las Administraciones; general en la medida en que se refiere a toda la actividad administrativa, sea de carácter jurídico o puramente fáctico, y tanto por acción como por omisión; de responsabilidad directa de modo que la Administración cubre directamente, y no sólo de forma subsidiaria, la actividad dañosa de sus autoridades, funcionarios y personal laboral, sin perjuicio de la posibilidad de ejercitar luego la acción de regreso cuando aquellos hubieran incurrido en dolo, culpa o negligencias graves pretende lograr una reparación integral; y, finalmente es, sobre todo, un régimen de carácter objetivo que, por tanto, prescinde de la idea 5 de culpa, por lo que el problema de la causalidad adquiere aquí la máxima relevancia (...)” (Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura, Sala de lo Contencioso-Administrativo, 275/2007, de 22 de noviembre) La responsabilidad patrimonial de la Administración, de naturaleza directa y objetiva, exige, conforme a la doctrina y reiterada jurisprudencia, los siguientes presupuestos: a) La existencia de un daño o perjuicio en la doble modalidad de daño emergente o lucro cesante. El daño ha de ser efectivo y cierto, nunca contingente o futuro, evaluable económicamente e individualizado en relación a una persona o grupo de personas. b) El daño se define como antijurídico, toda vez que la persona que lo sufre no tiene el deber jurídico de soportarlo de acuerdo con la Ley. c) La imputación a la Administración de la actividad dañosa como consecuencia del funcionamiento normal o anormal de los servicios públicos, por lo que tan indemnizables son los daños que procedan de uno como de otro, en tanto esta responsabilidad patrimonial se configura como una responsabilidad objetiva o por el resultado. d) La relación de causalidad entre la actuación administrativa y el daño ocasionado o producido. Este necesario e imprescindible nexo causal ha de ser directo, inmediato y exclusivo. Esta exclusividad del nexo causal ha sido matizada por la doctrina jurisprudencial que sostiene la exoneración de responsabilidad para la Administración, a pesar del carácter objetivo de la misma, cuando es la conducta del propio perjudicado o la de un tercero la única determinante del daño producido aunque hubiese sido incorrecto el funcionamiento del servicio público. Dicha exoneración de responsabilidad patrimonial puede ser también parcial, lo que se producirá en el supuesto de que el daño ocasionado haya sido debido tanto a la conducta de la Administración como a la del propio afectado, esto es, la concurrencia de causas (concausas) puede dar lugar a la graduación del quantum indemnizatorio que, en su caso, deba abonar la Administración. e) Ausencia de fuerza mayor. f) El derecho a reclamar prescribe al año de producido el hecho o acto que motive la indemnización o de manifestarse su efecto lesivo. En todo caso, se debe abordar el examen puntual y particular de cada petición concreta de responsabilidad patrimonial de la Administración, analizando sus circunstancias específicas y peculiares hasta llegar a determinar si en ellas concurren o no todos los requisitos exigibles, en particular el nexo causal, para poder declarar tal responsabilidad, pues de concitarse todos los anteriores requisitos surge la obligación de reparación, para dejar a la víctima indemne del daño, pues la indemnización por este 6 título jurídico debe cubrir los daños y perjuicios hasta conseguir su reparación integral. TERCERO.- Consideraciones sobre el procedimiento administrativo tramitado. Corresponde analizar la adecuación de los trámites realizados por la Administración instructora a las disposiciones aplicables a los procedimientos para exigir responsabilidad patrimonial ante las Administraciones Públicas, contenidas en los artículos 139 y ss de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y Procedimiento Administrativo Común, y en el Real Decreto 429/1993, de 26 de marzo, por el que se aprueba el Reglamento de los Procedimientos de las Administraciones Públicas en materia de responsabilidad patrimonial. La tramitación restante del procedimiento, ha seguido, en lo esencial, las previsiones contenidas en sus normas reguladoras, en particular, ha de señalarse que ha sido adoptado el acuerdo de iniciación del expediente por el órgano competente, con el nombramiento de instructor, y se ha realizado la actividad probatoria precisa para la comprobación de los daños objeto de reclamación y su relación con el funcionamiento del servicio público. Concluida la instrucción del procedimiento, y otorgado trámite de vista y audiencia al interesado, en los términos prescritos por el artículo 11 del citado Reglamento, se emitió propuesta de resolución, para finalmente solicitar el preceptivo Dictamen de este Órgano consultivo. Habiéndose cumplido en el curso del expediente el trámite de audiencia, cabría concluir que el procedimiento observado se ajusta, suficientemente, a las previsiones contenidas en sus normas reguladoras, salvo en lo referente al plazo máximo para resolver, que hemos de recordar es de seis meses, a tenor de lo establecido por el artículo 13.3 del Real Decreto 429/1993, de 26 de marzo, que aprueba el Reglamento de los procedimientos de las Administraciones Públicas en materia de responsabilidad patrimonial, precepto en el que también se dispone que una vez transcurrido referido plazo de seis meses desde que se inicio el procedimiento “podrá entenderse que la resolución es contraria a la indemnización del particular”. Sin perjuicio de lo anterior, el transcurso del plazo de resolución y notificación no exime a la Administración de su obligación de resolver expresamente y sin vinculación alguna con el sentido del silencio desestimatorio producido [arts. 42.1 y 43.4.b) de la Ley 30/1992]. CUARTO.- Análisis del caso sometido a consulta. El asunto que se examina está centrado, en el expediente de responsabilidad patrimonial de la Administración Pública instado como consecuencia del accidente sufrido en Hervás (Cáceres), el día 21 de junio de 7 2011, por Doña Isabel , que sufrió daños personales, consistentes en varias fracturas en brazo y contusiones en piernas como consecuencia, afirmó en su reclamación, de la mala colocación o ausencia de diversas tapas de alcantarilla que cubren acequia que atraviesa el acerado de la calle por la que transitaba, solicitando a estos efectos la cantidad de 20.988, 8 euros, que está justificada a través de informe pericial médico. La reclamación se ha presentado dentro del plazo de un año previsto en el artículo 142.5 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, por lo que procede señalar que la parte interesada ha ejercido su derecho en tiempo hábil; Respecto a la legitimación activa, en el expediente se refleja que la lesionada acredita su personalidad como reclamante, y a través de las declaraciones testifícales incontrovertidas obrantes en el expediente, que los daños sufridos se produjeron en el lugar y forma que declara la reclamante. La legitimación pasiva del Ayuntamiento de Hervás deriva deriva de la competencia de la Administración Local en materia de pavimentación de las vías públicas urbanas, conservándolas en buen estado para su uso en condiciones seguras, en virtud de lo previsto en el artículo 25.2.d) de la Ley 7/1985, de 2 de abril, reguladora de las Bases de Régimen Local, en su vigente redacción. Además, ese daño tiene lugar en una vía urbana del municipio, por lo que se satisface así el requisito de la imputabilidad. Dicho lo anterior, debe concretarse la existencia de relación de causalidad entre el resultado dañoso sufrido por la damnificada y el funcionamiento normal o anormal del servicio público que corresponde prestar a la Administración municipal, o lo que es lo mismo, la determinación de si realmente el daño sufrido por la reclamante es consecuencia del funcionamiento normal o anormal del servicio público que debe prestar la Administración municipal en una relación directa de causa a efecto, sin intervención extraña que pudiera influir en dicha relación, en definitiva, la existencia de nexo causal entre la actuación de la Administración Local y el resultado dañoso o lesivo producido. En relación con ello y aras a determinar la correcta hermenéutica de la cuestión suscitada resultan fundamentales los Informes de la Policía Local de Hervás así como el de la Arquitecto Técnico Municipal. Respecto a los informes de la policía local hay que destacar que los mismos señalan: “Que consultados los archivos obrantes en esta Jefatura a mi cargo no consta ni información de dicho hecho a fecha indicada ni algún otro antecedente en relación a la caída sufrida por Doña Isabel ”. Y en el segundo informe, consta “Trasladado hasta el lugar en el turno de tarde del lunes 01 de agosto de 2011 el Agente observa como todo el paseo de la margen izquierda en dirección a Adeanueva del Camino hasta el cruce con la Calle Francisco Sanz López se encuentran varias rejillas de lluvia sueltas y colocadas unas con mayor altura que otras dificultando así el paso normal de peatones de un lado de la acera a otro, desde esta Policía Local se insta a que dicha Avenida disponga de una buena colocación de su acerado y sus respectivos componentes pues es una de las más 8 concurridas de nuestra Villa pues es el principal acceso hasta la Calle Braulio Navas y el centro del pueblo. Se adjunta reportaje fotográfico y explicación de la situación de dicha avenida”. Por tanto, no ha quedado acreditado que el accidente se produjera en el momento y en el lugar que indica la reclamante ya que la policía no se desplaza al lugar de los hechos hasta el 1 de agosto de 2011 y la caída se produce el 21 de julio de 2011. En segundo lugar, reiteramos que la policía acredita el mal estado de las rejillas el día 1 de agosto y no el día del accidente que fue el 21 de julio de 2011. En segundo lugar hay que tener en cuenta el informe de la Arquitecta Técnica del Ayuntamiento que relata lo siguiente: “Que girada visita el día 4 de agosto a la zona en la que se produjo el accidente, se pudo comprobar que: la rejilla, la cual se hace alusión en la instancia presentada por la interesada, sirve de pasarela al acerado principal como continuación de un paso existente entre una jardinera y una marquesina. Dicha rejilla forma parte, como módulo, de un largo enrejillado situado sobre una canaleta que reconduce el agua de lluvia. El paso entre la marquesina y la jardinera tiene una dimensión de 110 cm. y el suelo de la marquesina y la rasante de la pasarela están a diferente nivel (16 cm), el resto de los elementos físicos y su disposición se pueden apreciar claramente en las fotografías. Aunque las rejillas son practicables, pueden ser levantadas para la limpieza de la canaleta, en el momento de la visita, no se observó ninguna inestabilidad ni rotura”. Acudiendo a las fotografías que se adjuntan en el expediente se observa que junto a las rejillas existe un amplio acerado que es, de otra parte, el lugar idóneo para caminar y que el hecho de que las rejillas estuvieran levantadas para su reparación no impide ni dificulta la libre circulación de peatones por la avenida. Por consiguiente, si bien es cierta la existencia del obstáculo que presuntamente propició la caída de la reclamante, no es menos cierto que la anchura del acerado y la entidad de aquel, suficientemente relevante, no constituye un obstáculo insalvable y peligroso con arreglo a los criterios de diligencia mínima exigible a todo peatón en su deambulación por la localidad. En este sentido, debe recordarse que el Reglamento General de Circulación, aprobado por Real Decreto 1428/2003, de 21 de noviembre, en su artículo 121, apartado 1, establece que los peatones están obligados a transitar por la zona peatonal, salvo cuando ésta no exista o no sea practicable; en tal caso, podrán hacerlo por el arcén o, en su defecto, por la calzada, de acuerdo con las normas que se determinan en este capítulo (artículo 49.1 del texto articulado). Y es que es perfectamente exigible un mínimo de diligencia al peatón que anda por una acera, con el fin de evitar incidentes tales como caídas, choques con el mobiliario urbano, con otros peatones, etc. Tales precauciones mínimas, tan elementales como mirar por donde se pisa, no parecen haber sido observadas por la víctima. Obviamente lo deseable sería que todas las calzadas estuviesen en perfecto estado de conservación sin que en ellas figurasen zonas bacheadas o levantadas; pero eso supondría una tarea difícilmente asumible por los 9 Ayuntamientos, por lo que, razonablemente, sólo se puede exigir a los mismos reparen esas anomalías cuando esas irregularidades en la acera o calzada supongan un riesgo para los usuarios del servicio municipal. En el presente caso se acredita que precisamente el Ayuntamiento estaba acondicionando y limpiando las rejillas. Este es el criterio seguido por la jurisprudencia, pudiendo citarse la Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (Sala de lo Contencioso – Administrativo), de 18 de diciembre de 2002, que, al respecto de un supuesto análogo al ahora examinado, se pronunciaba en los siguientes términos: “Teniendo en cuenta que se trata de zona urbana no podemos por menos de entender que es o debe ser perfectamente visible para cualquier peatón que deambule con una mínima atención... No se ha demostrado que su existencia sea sorpresiva, ni no distinguible del resto del acerado. Es indiferente a los efectos que nos ocupan el hecho de que se encontraba en mejor o peor estado por cuanto es la propia existencia del desnivel la que se considera causa del accidente…Lo único probado es que se trata del trazado del acerado más o menos peligroso pero se supone necesario urbanísticamente hablando y que con un mínimo de atención por parte de los viandantes, puede ser salvado sin dificultades. No podemos entender existente una relación causal con la actividad de la Administración, a la cual no cabe exigirle una conducta diferente, ni la modificación del trazado del acerado en un lugar que por su propia naturaleza exige adaptar un desnivel mediante la presencia de un escalón o de una rampa. Es evidente que la acción de la víctima fue la única relevante para producir el resultado dañoso, por lo que hay que concluir afirmando la ruptura del nexo causal entre el actuar de la Administración y el resultado dañoso, y en su virtud, la exoneración de responsabilidad de la Administración.” Y, en la Sentencia de 27 de abril de 2004, de este mismo Tribunal, se dice que: “ No podemos soslayar que el accidente ocurre…en un amplísimo acerado del que únicamente resultan ligeramente desniveladas dos baldosas, sin que estas irregularidades del pavimento tengan entidad suficiente para imputar el daño a la actuación administrativa, dado que no constituyen ni por su cantidad ni por su desnivel un obstáculo que pueda considerarse suficiente para que sean atribuibles a la Administración Municipal, en relación de causalidad, las consecuencias de un tropiezo, pues en este caso todos los posibles accidentes que en relación física pudieran producirse con tan poco relevantes obstáculos o elementos del mobiliario urbano pertenecientes a los municipios les serían imputables. Por el contrario, en casos como el presente, se requeriría para entender existente la relación de causalidad que hubiera una anormal actuación de los servicios municipales o un comportamiento activo por indebida instalación de los elementos del mobiliario urbano generador de un riesgo en relación con los 10 usos normales a efectuar en la vía pública. Tal comportamiento no ha resultado acreditado en el presente caso, no bastando con un mero tropiezo, ante la existencia de tan nimio impedimento como el existente, para que el Ayuntamiento sea responsable de las consecuencias dañosas que se puedan producir sobre las vías y bienes de titularidad municipal. El referido obstáculo no se considera por tanto relevante para entender existente la requerida relación de causalidad pues no se consideran idóneos los pequeños agujeros, desniveles y grietas del asfalto para provocar al caída que se produjo, atendiendo a factores de adecuación para la producción del resultado lesivo que tuvo lugar, precisamente por la falta de diligencia y atención que es exigible para deambular por la vías pública a los peatones y al estándar de eficacia que es exigible a los servicios municipales de conservación puesto que, en otro caso, se llegaría a la exigencia de un estándar de eficacia que excedería de los que comúnmente se reputan obligatorios en la actualidad, lo que nos conduce a la desestimación del presente recurso contencioso administrativo”. Por consiguiente, si bien es cierta la existencia del obstáculo, no es menos cierto que la entidad de aquel no era suficientemente relevante y no constituía un obstáculo insalvable y peligroso con arreglo a los criterios de diligencia mínima exigible a todo peatón en su deambulación por la ciudad, ya que existe un amplio acerado que permite circular con seguridad por la avenida, por lo que, habida cuenta lo expuesto, en el asunto objeto de Dictamen, no procede declarar la responsabilidad patrimonial de la Administración local, pues, en primer lugar, no se han acreditado los hechos alegados por la reclamante, y en segundo lugar, el obstáculo era ampliamente visible, existiendo además un amplio acerado para caminar. En consecuencia, ha de concluirse afirmando la ruptura del nexo causal entre el actuar de la Administración y el resultado dañoso, y en su virtud, igualmente, la inexistencia de responsabilidad de la Administración. Habida cuenta lo expuesto, en el asunto objeto de Dictamen, no procede declarar la responsabilidad patrimonial de la Administración local, pues, aún tomando por ciertos y acreditados los hechos alegados por la reclamante, resulta evidente que la acción de la perjudicada fue la única causa de producción del evento dañoso. En consecuencia, ha de concluirse afirmando la ruptura del nexo causal entre el actuar de la Administración y el resultado dañoso, y en su virtud, igualmente, la inexistencia de responsabilidad de la Administración. QUINTO.- Cuantía de la Indemnización. No procediendo declarar la responsabilidad patrimonial administrativa, resulta ocioso entrar en la valoración del daño causado y la cuantía y modo de la indemnización. 11 CONCLUSIÓN En mérito a lo expuesto, el Consejo Consultivo de Extremadura dictamina, “Que teniendo presentes las consideraciones contenidas en el cuerpo del presente Dictamen, no resulta procedente declarar en este supuesto la responsabilidad patrimonial del Excmo. Ayuntamiento de Hervás”. 12