1 DICTAMEN Nº 562/2012 de 20 de septiembre de 2012

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DICTAMEN Nº 562/2012 de 20 de septiembre de 2012
Responsabilidad Patrimonial. Estado de la vía pública.
Responsabilidad Patrimonial de la Administración Pública, iniciado a
instancia de D.ª Isabel por daños personales sufridos a consecuencia de
una caída en la vía pública.
Ha sido ponente la Excma. Sra. D.ª Casilda Gutiérrez Pérez con la
asistencia del Letrado D. José Manuel Rodríguez Muñoz, acordándose el
Dictamen por unanimidad, y resultando los siguientes..
I.
ANTECEDENTES
PRIMERO.- El día 19 de julio de 2012, tuvo entrada en la Secretaría del
Consejo Consultivo solicitud de dictamen remitido por el Excmo. Consejero de
Administración Pública de la Junta de Extremadura, de acuerdo con lo
establecido en los artículos 12.1 de la Ley 16/2001, del Consejo Consultivo de
Extremadura y 14.c) de la Ley 1/2002, de 28 de febrero, del Gobierno y de la
Administración de la Comunidad Autónoma de Extremadura, en virtud de los
cuales el Consejo Consultivo emitirá dictamen en cuantos asuntos someta a su
consulta el Presidente de la Comunidad Autónoma, a iniciativa propia o a
solicitud del Consejo de Gobierno o de cualquiera de sus miembros.
Se cursa solicitud de dictamen a iniciativa del Excmo. Ayuntamiento de
Hervás, en relación con el expediente de responsabilidad patrimonial de la
Administración Pública, sin requerir la evacuación de la consulta por el
procedimiento de urgencia.
SEGUNDO.- Se acompaña el expediente administrativo tramitado como
consecuencia de la indicada reclamación de responsabilidad patrimonial,
incluyendo propuesta de resolución, resultando como antecedentes los
siguientes:
1.- Mediante escrito registrado de entrada en el Excmo. Ayuntamiento de
Hervás, el 29 de julio de 2011, D.ª Isabel , presentó una reclamación de
responsabilidad patrimonial en la que exponía: “El pasado día 21 de julio de
2011, tuvo una caída en la Avda. de la Reconquista como consecuencia del estado en
que se encuentra una rejilla existente junto a la marquesina de la parada de autobuses.
Se adjunta fotografía del lugar. Consecuencia de la caída he sido intervenida en el
Hospital “Virgen del Puerto” de Plasencia”.
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Acompaña al escrito de reclamación reportaje fotográfico del lugar del
accidente e informe de médico de urgencias.
2.- Por Resolución de la Alcaldía, de 3 de febrero de 2012, se acuerda
iniciar el expediente de responsabilidad patrimonial descrito en los
antecedentes. Se nombra Instructora del expediente de responsabilidad
patrimonial a Dª. Mª Dolores
y se solicita informe de los Servicios y
Departamentos Municipales que puedan tener algún conocimiento sobre los
hechos, que deberán emitirlos en un plazo no superior a diez días.
3.- El Alcalde-Presidente del Excmo. Ayuntamiento de Hervás, el 29 de
julio de 2011, mediante providencia solicita al Técnico Municipal y a la Policía
Local informe sobre los hechos referenciados.
Informes de 1 de agosto de 2011, suscrito por el Oficial- Jefe de la
Policía Local de Hervás comunicando en el primer informe “Que consultados los
archivos obrantes en esta Jefatura a mi cargo no consta ni información de dicho hecho
a fecha indicada ni algún otro antecedente en relación a la caída sufrida por Doña
Isabel ”. Y en el segundo informe, consta “Trasladado hasta el lugar en el turno de
tarde del lunes 01 de agosto de 2011 el Agente observa como todo el paseo de la
margen izquierda en dirección a Adeanueva del Camino hasta el cruce con la Calle
Francisco Sanz López se encuentran varias rejillas de lluvia sueltas y colocadas unas
con mayor altura que otras dificultando así el paso normal de peatones de un lado de la
acera a otro, desde esta Policía Local se insta a que dicha Avenida disponga de una
buena colocación de su acerado y sus respectivos componentes pues es una de las más
concurridas de nuestra Villa pues es el principal acceso hasta la Calle Braulio Navas y
el centro del pueblo. Se adjunta reportaje fotográfico y explicación de la situación de
dicha avenida”.
Informe de 5 de agosto de 2011, emitido por la Arquitecta Técnica del
Servicio de Urbanismo, relata “Que girada visita el día 4 de agosto a la zona en la
que se produjo el accidente, se pudo comprobar que: la rejilla, la cual se hace alusión en
la instancia presentada por la interesada, sirve de pasarela al acerado principal como
continuación de un paso existente entre una jardinera y una marquesina. Dicha rejilla
forma parte, como módulo, de un largo enrejillado situado sobre una canaleta que
reconduce el agua de lluvia. El paso entre la marquesina y la jardinera tiene una
dimensión de 110 cm. y el suelo de la marquesina y la rasante de la pasarela están a
diferente nivel (16 cm), el resto de los elementos físicos y su disposición se pueden
apreciar claramente en las fotografías. Aunque las rejillas son practicables, pueden ser
levantadas para la limpieza de la canaleta, en el momento de la visita, no se observó
ninguna inestabilidad ni rotura”.
4.- La reclamante, el 12 de marzo de 2012, presenta escrito de
alegaciones solicitando se le reconozca derecho a indemnización por la cuantía
de 20.988,80€ y se acuerde la práctica de los medios de prueba propuestos (se
adjunta diversa documentación).
5.- Informe, de 20 de marzo de 2012, de Secretaria del Excmo.
Ayuntamiento de Hervás.
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6.- Resolución de la Alcaldía, de 20 de marzo de 2012 se acuerda incoar
el pertinente expediente de responsabilidad patrimonial por los presuntos
daños personales ocasionados a la interesada, sustanciándose el
procedimiento de acuerdo con los trámites establecidos en el Real Decreto
429/1993, de 26 de marzo, por el que se aprueba el Reglamento de los
Procedimientos de las Administraciones Públicas en Materia de
Responsabilidad Patrimonial. Se designa instructor del mismo a D. Ángel J. ,
comunicar su nombramiento y darle traslado de cuantas actuaciones existan
al respecto y derivar la realización de la prueba propuesta por el solicitante, al
momento de la instrucción del expediente, al objeto de que el órgano instructor
resuelva sobre la misma.
7.- El 20 de marzo de 2012, el Secretario del Excmo. Ayuntamiento de
Hervás comunica a D. Crescencio a los efectos de lo establecido en el artículo
42.4 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre de Régimen Jurídico de las
Administraciones Públicas y de Procedimiento Administrativo común.
8.- Acuerdo del órgano instructor, de 12 de abril de 2012, sobre la
admisión de las pruebas propuestas por el reclamante en su escrito de
responsabilidad patrimonial y se procede a la práctica de la prueba propuesta,
como inspección ocular y prueba testifical, en las personas de D. Teodoro , D.
Antonio y D. Antonio .
9.- El 18 de marzo de 2012, el Secretario del Excmo. Ayuntamiento de
Hervás comunica a D. Crescencio , Agencia de Seguros X la apertura del
trámite de audiencia, para que formule las alegaciones y presente los
documentos y justificaciones que estimen pertinentes.
10.- El 30 de abril de 2012, la reclamante presenta escrito de alegaciones
junto con prueba documental.
11.- D. Juan Francisco , representante legal de la entidad aseguradora
X, S.A. presenta escrito de alegaciones, el 8 de mayo de 2012.
12.- El 14 de junio de 2012, el Instructor formuló Propuesta de
Resolución estimando la reclamación interpuesta por la interesada.
TERCERO.- Por resolución de la Presidencia de este Consejo de la fecha
de su registro, la consulta fue admitida, se ordenó continuar la evacuación de
la misma por el procedimiento ordinario y se turnó ponencia según orden
preestablecido, correspondiendo como queda indicado en el encabezamiento
dando cuenta al Pleno de tales determinaciones.
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CUARTO.- No habiéndose considerado necesaria la práctica de
diligencias adicionales quedó conclusa esta fase del procedimiento de la
consulta con la documentación obrante en el expediente, elevándose por la
Ponencia propuesta de Dictamen que fue incluida en el orden del día de la
sesión plenaria que figura en el encabezamiento.
QUINTO.- En la referida sesión plenaria la Ponencia informó del
contenido del proyecto de Dictamen y sometido a la deliberación del Pleno, el
Consejo estimó, por unanimidad, la suficiencia de dicho informe y su
conformidad con la propuesta, por lo que se acordó aprobar el proyecto de
Dictamen sin necesidad de debate en ulterior sesión.
II.
OBJETO Y ALCANCE DE LA CONSULTA
Se somete a la consideración de este Consejo Consultivo una consulta en
un expediente de responsabilidad patrimonial de la Administración Pública,
regulada en los artículos 139 a 144 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de
Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y Procedimiento
Administrativo Común, y en el Real Decreto 429/1993, de 26 de marzo, por el que
se aprueba el Reglamento de los Procedimientos de las Administraciones Públicas
en Materia de Responsabilidad Patrimonial.
El conjunto normativo estatal sobre responsabilidad patrimonial de la
Administración resulta de aplicación a las Entidades que integran la
Administración Local, de conformidad con lo dispuesto en los artículos 5 y 54 de
la Ley 7/1985, de 2 de abril, Reguladora de las Bases de Régimen Local y en los
artículos 1 y 2 de la propia Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de acuerdo con lo
previsto en el artículo 149.1.18ª de la Constitución Española.
Se requiere dictamen ordinario en derecho, sin extenderse a cuestiones o
consideraciones de oportunidad, a tenor de lo previsto en el artículo 2.2 de la
Ley de Creación de esta instancia consultiva. El contenido del dictamen debe
adecuarse al contenido exigido en el artículo 12, apartado 2, del repetidamente
citado Real Decreto 429/1993, de 26 de marzo, cuando establece: “…se
pronuncie sobre la existencia o no de la relación de causalidad entre el
funcionamiento del servicio público y la lesión producida y, en su caso, sobre la
valoración del daño causado y la cuantía y modo de la indemnización,
considerando los criterios previstos en la Ley de Régimen Jurídico de las
Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común”.
III.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
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PRIMERO.- Competencia y carácter del Dictamen.
El artículo 13.1.i), de la Ley 16/2001, de 14 de diciembre, establece el
carácter preceptivo de la consulta en los expedientes tramitados por la
Administración Autonómica y, en su caso, por las Administraciones Locales de
su territorio, relativo a las reclamaciones de indemnización de daños y
perjuicios.
En relación con el anterior precepto, el artículo 12.1 del Real Decreto
429/1993, de 26 de marzo, dispone que, cuando sea preceptivo a tenor de lo
establecido en la Ley Orgánica del Consejo de Estado, se recabe el Dictamen
de este Órgano Consultivo o, en su caso, del Órgano Consultivo de la
Comunidad Autónoma, remitiéndole todo lo actuado en el procedimiento, así
como una Propuesta de Resolución.
Por todo ello, el Consejo Consultivo de Extremadura emite este Dictamen
con carácter preceptivo y no vinculante, a tenor de lo dispuesto en el artículo 3,
apartado 2, de la citada Ley 16/2001.
SEGUNDO.- La responsabilidad Patrimonial de las Administraciones
Públicas: régimen jurídico.
El artículo 9.3 de la Constitución Española garantiza la responsabilidad y la
interdicción de la arbitrariedad de los poderes públicos. Por otra parte, el artículo
106.2, enuncia los presupuestos básicos al establecer que “los particulares, en los
términos establecidos por la Ley, tendrán derecho a ser indemnizados por toda
lesión que sufran en cualquiera de sus bienes y derechos, salvo en los casos de
fuerza mayor, siempre que la lesión sea consecuencia del funcionamiento de los
servicios públicos”.
La regulación de las previsiones constitucionales se desarrollan en los
artículos 139 a 146 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre y en Real Decreto
429/1993, de 26 de marzo. Normas que se deben aplicar en el ámbito
autonómico según prevén los artículos 133, 134 y 135 de la Ley 1/2002, de 28 de
febrero, del Gobierno y Administración de la Comunidad Autónoma.
Las principales características del sistema de responsabilidad patrimonial,
tal y como aparece configurado en los preceptos constitucionales y legales citados,
pueden sintetizarse así: “(...) es un sistema unitario en cuanto rige para todas las
Administraciones; general en la medida en que se refiere a toda la actividad
administrativa, sea de carácter jurídico o puramente fáctico, y tanto por acción como
por omisión; de responsabilidad directa de modo que la Administración cubre
directamente, y no sólo de forma subsidiaria, la actividad dañosa de sus
autoridades, funcionarios y personal laboral, sin perjuicio de la posibilidad de
ejercitar luego la acción de regreso cuando aquellos hubieran incurrido en dolo,
culpa o negligencias graves pretende lograr una reparación integral; y, finalmente
es, sobre todo, un régimen de carácter objetivo que, por tanto, prescinde de la idea
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de culpa, por lo que el problema de la causalidad adquiere aquí la máxima
relevancia (...)” (Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura, Sala
de lo Contencioso-Administrativo, 275/2007, de 22 de noviembre)
La responsabilidad patrimonial de la Administración, de naturaleza directa
y objetiva, exige, conforme a la doctrina y reiterada jurisprudencia, los siguientes
presupuestos:
a) La existencia de un daño o perjuicio en la doble modalidad de daño
emergente o lucro cesante. El daño ha de ser efectivo y cierto, nunca
contingente o futuro, evaluable económicamente e individualizado en
relación a una persona o grupo de personas.
b) El daño se define como antijurídico, toda vez que la persona que lo
sufre no tiene el deber jurídico de soportarlo de acuerdo con la Ley.
c) La imputación a la Administración de la actividad dañosa como
consecuencia del funcionamiento normal o anormal de los servicios
públicos, por lo que tan indemnizables son los daños que procedan de uno
como de otro, en tanto esta responsabilidad patrimonial se configura como
una responsabilidad objetiva o por el resultado.
d) La relación de causalidad entre la actuación administrativa y el
daño ocasionado o producido. Este necesario e imprescindible nexo causal
ha de ser directo, inmediato y exclusivo. Esta exclusividad del nexo causal
ha sido matizada por la doctrina jurisprudencial que sostiene la exoneración
de responsabilidad para la Administración, a pesar del carácter objetivo de
la misma, cuando es la conducta del propio perjudicado o la de un tercero la
única determinante del daño producido aunque hubiese sido incorrecto el
funcionamiento del servicio público. Dicha exoneración de responsabilidad
patrimonial puede ser también parcial, lo que se producirá en el supuesto de
que el daño ocasionado haya sido debido tanto a la conducta de la
Administración como a la del propio afectado, esto es, la concurrencia de
causas (concausas) puede dar lugar a la graduación del quantum
indemnizatorio que, en su caso, deba abonar la Administración.
e) Ausencia de fuerza mayor.
f) El derecho a reclamar prescribe al año de producido el hecho o acto
que motive la indemnización o de manifestarse su efecto lesivo.
En todo caso, se debe abordar el examen puntual y particular de cada
petición concreta de responsabilidad patrimonial de la Administración,
analizando sus circunstancias específicas y peculiares hasta llegar a
determinar si en ellas concurren o no todos los requisitos exigibles, en
particular el nexo causal, para poder declarar tal responsabilidad, pues de
concitarse todos los anteriores requisitos surge la obligación de reparación,
para dejar a la víctima indemne del daño, pues la indemnización por este
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título jurídico debe cubrir los daños y perjuicios hasta conseguir su
reparación integral.
TERCERO.- Consideraciones sobre el procedimiento administrativo
tramitado.
Corresponde analizar la adecuación de los trámites realizados por la
Administración instructora a las disposiciones aplicables a los procedimientos
para exigir responsabilidad patrimonial ante las Administraciones Públicas,
contenidas en los artículos 139 y ss de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de
Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y Procedimiento
Administrativo Común, y en el Real Decreto 429/1993, de 26 de marzo, por el
que se aprueba el Reglamento de los Procedimientos de las Administraciones
Públicas en materia de responsabilidad patrimonial.
La tramitación restante del procedimiento, ha seguido, en lo esencial, las
previsiones contenidas en sus normas reguladoras, en particular, ha de
señalarse que ha sido adoptado el acuerdo de iniciación del expediente por el
órgano competente, con el nombramiento de instructor, y se ha realizado la
actividad probatoria precisa para la comprobación de los daños objeto de
reclamación y su relación con el funcionamiento del servicio público. Concluida
la instrucción del procedimiento, y otorgado trámite de vista y audiencia al
interesado, en los términos prescritos por el artículo 11 del citado Reglamento,
se emitió propuesta de resolución, para finalmente solicitar el preceptivo
Dictamen de este Órgano consultivo.
Habiéndose cumplido en el curso del expediente el trámite de audiencia,
cabría concluir que el procedimiento observado se ajusta, suficientemente, a las
previsiones contenidas en sus normas reguladoras, salvo en lo referente al plazo
máximo para resolver, que hemos de recordar es de seis meses, a tenor de lo
establecido por el artículo 13.3 del Real Decreto 429/1993, de 26 de marzo, que
aprueba el Reglamento de los procedimientos de las Administraciones Públicas
en materia de responsabilidad patrimonial, precepto en el que también se
dispone que una vez transcurrido referido plazo de seis meses desde que se
inicio el procedimiento “podrá entenderse que la resolución es contraria a la
indemnización del particular”. Sin perjuicio de lo anterior, el transcurso del
plazo de resolución y notificación no exime a la Administración de su obligación
de resolver expresamente y sin vinculación alguna con el sentido del silencio
desestimatorio producido [arts. 42.1 y 43.4.b) de la Ley 30/1992].
CUARTO.- Análisis del caso sometido a consulta.
El asunto que se examina está centrado, en el expediente de
responsabilidad patrimonial de la Administración Pública instado como
consecuencia del accidente sufrido en Hervás (Cáceres), el día 21 de junio de
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2011, por Doña Isabel , que sufrió daños personales, consistentes en varias
fracturas en brazo y contusiones en piernas como consecuencia, afirmó en su
reclamación, de la mala colocación o ausencia de diversas tapas de alcantarilla
que cubren acequia que atraviesa el acerado de la calle por la que transitaba,
solicitando a estos efectos la cantidad de 20.988, 8 euros, que está justificada
a través de informe pericial médico.
La reclamación se ha presentado dentro del plazo de un año previsto en
el artículo 142.5 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, por lo que procede
señalar que la parte interesada ha ejercido su derecho en tiempo hábil;
Respecto a la legitimación activa, en el expediente se refleja que la
lesionada acredita su personalidad como reclamante, y a través de las
declaraciones testifícales incontrovertidas obrantes en el expediente, que los
daños sufridos se produjeron en el lugar y forma que declara la reclamante.
La legitimación pasiva del Ayuntamiento de Hervás deriva deriva de la
competencia de la Administración Local en materia de pavimentación de las
vías públicas urbanas, conservándolas en buen estado para su uso en
condiciones seguras, en virtud de lo previsto en el artículo 25.2.d) de la Ley
7/1985, de 2 de abril, reguladora de las Bases de Régimen Local, en su vigente
redacción. Además, ese daño tiene lugar en una vía urbana del municipio, por
lo que se satisface así el requisito de la imputabilidad.
Dicho lo anterior, debe concretarse la existencia de relación de
causalidad entre el resultado dañoso sufrido por la damnificada y el
funcionamiento normal o anormal del servicio público que corresponde prestar
a la Administración municipal, o lo que es lo mismo, la determinación de si
realmente el daño sufrido por la reclamante es consecuencia del
funcionamiento normal o anormal del servicio público que debe prestar la
Administración municipal en una relación directa de causa a efecto, sin
intervención extraña que pudiera influir en dicha relación, en definitiva, la
existencia de nexo causal entre la actuación de la Administración Local y el
resultado dañoso o lesivo producido.
En relación con ello y aras a determinar la correcta hermenéutica de la
cuestión suscitada resultan fundamentales los Informes de la Policía Local de
Hervás así como el de la Arquitecto Técnico Municipal. Respecto a los informes
de la policía local hay que destacar que los mismos señalan: “Que consultados
los archivos obrantes en esta Jefatura a mi cargo no consta ni información de dicho
hecho a fecha indicada ni algún otro antecedente en relación a la caída sufrida por Doña
Isabel ”. Y en el segundo informe, consta “Trasladado hasta el lugar en el turno de
tarde del lunes 01 de agosto de 2011 el Agente observa como todo el paseo de la
margen izquierda en dirección a Adeanueva del Camino hasta el cruce con la Calle
Francisco Sanz López se encuentran varias rejillas de lluvia sueltas y colocadas unas
con mayor altura que otras dificultando así el paso normal de peatones de un lado de la
acera a otro, desde esta Policía Local se insta a que dicha Avenida disponga de una
buena colocación de su acerado y sus respectivos componentes pues es una de las más
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concurridas de nuestra Villa pues es el principal acceso hasta la Calle Braulio Navas y
el centro del pueblo. Se adjunta reportaje fotográfico y explicación de la situación de
dicha avenida”. Por tanto, no ha quedado acreditado que el accidente se
produjera en el momento y en el lugar que indica la reclamante ya que la
policía no se desplaza al lugar de los hechos hasta el 1 de agosto de 2011 y la
caída se produce el 21 de julio de 2011. En segundo lugar, reiteramos que la
policía acredita el mal estado de las rejillas el día 1 de agosto y no el día del
accidente que fue el 21 de julio de 2011.
En segundo lugar hay que tener en cuenta el informe de la Arquitecta
Técnica del Ayuntamiento que relata lo siguiente: “Que girada visita el día 4 de
agosto a la zona en la que se produjo el accidente, se pudo comprobar que: la rejilla, la
cual se hace alusión en la instancia presentada por la interesada, sirve de pasarela al
acerado principal como continuación de un paso existente entre una jardinera y una
marquesina. Dicha rejilla forma parte, como módulo, de un largo enrejillado situado
sobre una canaleta que reconduce el agua de lluvia. El paso entre la marquesina y la
jardinera tiene una dimensión de 110 cm. y el suelo de la marquesina y la rasante de la
pasarela están a diferente nivel (16 cm), el resto de los elementos físicos y su
disposición se pueden apreciar claramente en las fotografías. Aunque las rejillas son
practicables, pueden ser levantadas para la limpieza de la canaleta, en el momento de
la visita, no se observó ninguna inestabilidad ni rotura”.
Acudiendo a las fotografías que se adjuntan en el expediente se observa
que junto a las rejillas existe un amplio acerado que es, de otra parte, el lugar
idóneo para caminar y que el hecho de que las rejillas estuvieran levantadas
para su reparación no impide ni dificulta la libre circulación de peatones por la
avenida. Por consiguiente, si bien es cierta la existencia del obstáculo que
presuntamente propició la caída de la reclamante, no es menos cierto que la
anchura del acerado y la entidad de aquel, suficientemente relevante, no
constituye un obstáculo insalvable y peligroso con arreglo a los criterios de
diligencia mínima exigible a todo peatón en su deambulación por la localidad.
En este sentido, debe recordarse que el Reglamento General de
Circulación, aprobado por Real Decreto 1428/2003, de 21 de noviembre, en su
artículo 121, apartado 1, establece que los peatones están obligados a transitar
por la zona peatonal, salvo cuando ésta no exista o no sea practicable; en tal
caso, podrán hacerlo por el arcén o, en su defecto, por la calzada, de acuerdo
con las normas que se determinan en este capítulo (artículo 49.1 del texto
articulado). Y es que es perfectamente exigible un mínimo de diligencia al
peatón que anda por una acera, con el fin de evitar incidentes tales como
caídas, choques con el mobiliario urbano, con otros peatones, etc. Tales
precauciones mínimas, tan elementales como mirar por donde se pisa, no
parecen haber sido observadas por la víctima.
Obviamente lo deseable sería que todas las calzadas estuviesen en
perfecto estado de conservación sin que en ellas figurasen zonas bacheadas o
levantadas; pero eso supondría una tarea difícilmente asumible por los
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Ayuntamientos, por lo que, razonablemente, sólo se puede exigir a los mismos
reparen esas anomalías cuando esas irregularidades en la acera o calzada
supongan un riesgo para los usuarios del servicio municipal. En el presente
caso se acredita que precisamente el Ayuntamiento estaba acondicionando y
limpiando las rejillas.
Este es el criterio seguido por la jurisprudencia, pudiendo citarse la
Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (Sala de lo
Contencioso – Administrativo), de 18 de diciembre de 2002, que, al respecto de
un supuesto análogo al ahora examinado, se pronunciaba en los siguientes
términos:
“Teniendo en cuenta que se trata de zona urbana no podemos por menos
de entender que es o debe ser perfectamente visible para cualquier peatón que
deambule con una mínima atención... No se ha demostrado que su existencia sea
sorpresiva, ni no distinguible del resto del acerado. Es indiferente a los efectos
que nos ocupan el hecho de que se encontraba en mejor o peor estado por cuanto
es la propia existencia del desnivel la que se considera causa del accidente…Lo
único probado es que se trata del trazado del acerado más o menos peligroso
pero se supone necesario urbanísticamente hablando y que con un mínimo de
atención por parte de los viandantes, puede ser salvado sin dificultades.
No podemos entender existente una relación causal con la actividad de la
Administración, a la cual no cabe exigirle una conducta diferente, ni la
modificación del trazado del acerado en un lugar que por su propia naturaleza
exige adaptar un desnivel mediante la presencia de un escalón o de una rampa.
Es evidente que la acción de la víctima fue la única relevante para producir el
resultado dañoso, por lo que hay que concluir afirmando la ruptura del nexo
causal entre el actuar de la Administración y el resultado dañoso, y en su virtud,
la exoneración de responsabilidad de la Administración.”
Y, en la Sentencia de 27 de abril de 2004, de este mismo Tribunal, se
dice que:
“ No podemos soslayar que el accidente ocurre…en un amplísimo acerado
del que únicamente resultan ligeramente desniveladas dos baldosas, sin que
estas irregularidades del pavimento tengan entidad suficiente para imputar el
daño a la actuación administrativa, dado que no constituyen ni por su cantidad
ni por su desnivel un obstáculo que pueda considerarse suficiente para que sean
atribuibles a la Administración Municipal, en relación de causalidad, las
consecuencias de un tropiezo, pues en este caso todos los posibles accidentes
que en relación física pudieran producirse con tan poco relevantes obstáculos o
elementos del mobiliario urbano pertenecientes a los municipios les serían
imputables. Por el contrario, en casos como el presente, se requeriría para
entender existente la relación de causalidad que hubiera una anormal actuación
de los servicios municipales o un comportamiento activo por indebida instalación
de los elementos del mobiliario urbano generador de un riesgo en relación con los
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usos normales a efectuar en la vía pública. Tal comportamiento no ha resultado
acreditado en el presente caso, no bastando con un mero tropiezo, ante la
existencia de tan nimio impedimento como el existente, para que el Ayuntamiento
sea responsable de las consecuencias dañosas que se puedan producir sobre las
vías y bienes de titularidad municipal. El referido obstáculo no se considera por
tanto relevante para entender existente la requerida relación de causalidad pues
no se consideran idóneos los pequeños agujeros, desniveles y grietas del asfalto
para provocar al caída que se produjo, atendiendo a factores de adecuación para
la producción del resultado lesivo que tuvo lugar, precisamente por la falta de
diligencia y atención que es exigible para deambular por la vías pública a los
peatones y al estándar de eficacia que es exigible a los servicios municipales de
conservación puesto que, en otro caso, se llegaría a la exigencia de un estándar
de eficacia que excedería de los que comúnmente se reputan obligatorios en la
actualidad, lo que nos conduce a la desestimación del presente recurso
contencioso administrativo”.
Por consiguiente, si bien es cierta la existencia del obstáculo, no es
menos cierto que la entidad de aquel no era suficientemente relevante y no
constituía un obstáculo insalvable y peligroso con arreglo a los criterios de
diligencia mínima exigible a todo peatón en su deambulación por la ciudad, ya
que existe un amplio acerado que permite circular con seguridad por la
avenida, por lo que, habida cuenta lo expuesto, en el asunto objeto de
Dictamen, no procede declarar la responsabilidad patrimonial de la
Administración local, pues, en primer lugar, no se han acreditado los hechos
alegados por la reclamante, y en segundo lugar, el obstáculo era ampliamente
visible, existiendo además un amplio acerado para caminar. En consecuencia,
ha de concluirse afirmando la ruptura del nexo causal entre el actuar de la
Administración y el resultado dañoso, y en su virtud, igualmente, la
inexistencia de responsabilidad de la Administración.
Habida cuenta lo expuesto, en el asunto objeto de Dictamen, no procede
declarar la responsabilidad patrimonial de la Administración local, pues, aún
tomando por ciertos y acreditados los hechos alegados por la reclamante,
resulta evidente que la acción de la perjudicada fue la única causa de
producción del evento dañoso. En consecuencia, ha de concluirse afirmando la
ruptura del nexo causal entre el actuar de la Administración y el resultado
dañoso, y en su virtud, igualmente, la inexistencia de responsabilidad de la
Administración.
QUINTO.- Cuantía de la Indemnización.
No procediendo declarar la responsabilidad patrimonial administrativa,
resulta ocioso entrar en la valoración del daño causado y la cuantía y modo de
la indemnización.
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CONCLUSIÓN
En mérito a lo expuesto, el Consejo Consultivo de Extremadura dictamina,
“Que teniendo presentes las consideraciones contenidas en el cuerpo del
presente Dictamen, no resulta procedente declarar en este supuesto la
responsabilidad patrimonial del Excmo. Ayuntamiento de Hervás”.
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