Sentencia del Tribunal Supremo, Sala de lo Penal, de 19 de

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Nº de Resolución:
Procedimiento:
Ponente:
Tipo de Resolución:
28079120012006100643
Tribunal Supremo. Sala de lo Penal
Madrid
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1378/2005
665/2006
PENAL - APELACION PROCEDIMIENTO ABREVIADO
PERFECTO AGUSTIN ANDRES IBAÑEZ
Sentencia
Resumen:
Delito de estafa y hurto.
SENTENCIA
En la Villa de Madrid, a diecinueve de Junio de dos mil seis.
Esta Sala, compuesta como se hace constar, ha visto el recurso de casación interpuesto contra la
sentencia de la Audiencia Provincial de Burgos, Sección Primera, de fecha 19 de Mayo de 2005 . Han
intervenido el Ministerio Fiscal, como recurrente Germán , representado por la Procuradora Sra. Palma
Martínez. Ha sido ponente el magistrado Perfecto Andrés Ibáñez.
I. ANTECEDENTES
1. El Juzgado de Instrucción nº 2 de Burgos instruyó procedimiento abreviado 1875/03 , por delito de
estafa y hurto a instancia del Ministerio Fiscal contra el acusado Germán y, concluso, lo remitió a la
Audiencia Provincial cuya Sección Primera dictó sentencia en fecha 19 de mayo de 2005 con los siguientes
hechos probados:
"Primero.- Apreciadas en su conjunto y conforme a las reglas de la sana crítica, la totalidad de las
pruebas practicadas en el juicio oral, se considera acreditado y expresamente se declara:
Que el acusado, Germán , mayor de edad, y ejecutoriamente condenado por sentencia del Juzgado
de lo Penal nº 1 de Burgos, de fecha 27 de mayo de 2000 , por delito de hurto, y por sentencia del mismo
Juzgado de fecha 15 de febrero de 2002 , también por delito de hurto, las cuales alcanzaron firmeza, se
puso en contacto con Juan Luis , que por su condición de esposo de Frida , actuaba en nombre de la
comunidad hereditaria de Fernando , y conociendo dicho acusado, que ésta última era propietaria de 323
chopos situados en el paraje denominado "La Injertera", en la localidad de Cabia (Burgos), propuso a
Ricardo la compra de los mismos el día ocho de julio del año 2003, cuando éste salía de la Plaza de toros
de Burgos. El referido Juan Luis se limitó a enseñárselos, sin llegar a ningún acuerdo de venta, sobre tales
árboles.
Que dicho acusado entre los días 15 y 16 de julio procedió, por medio de su hijo ( Germán ) y otros
empleados, utilizando maquinaria apropiada para cortar y transportar madera, a talar 180 chopos, de la
referida finca, sin tener intención en ningún momento de abonar precio alguno por ellos. Que el valor de
dichos chopos ha sido tasado pericialmente en 4.140 euros.
Que en fecha 16 de julio fue denunciado el referido acusado por los agentes pertenecientes al puesto
de la Guardia Civil de Buniel, (correspondiente a la demarcación de Cabia), por encontrarse realizando
tareas de tala de árboles en la referida finca, careciendo de los permisos forestales legalmente previstos.
Que el acusado, después de haber sido requerido por la Guardia Civil y por el cuñado de Juan Luis ,
para que dejase de talar chopos, y con la finalidad de aparentar un contrato de compraventa, en fecha 18 de
julio de 2003, le puso a la firma a Juan Luis , un documento, en el que se reflejaba un contrato privado de
compraventa y le entregó un pagaré, por cuantía de 2.103,50 euros nº 8.875.969 del BBVA a cargo de una
cuenta cuyo titular era Madinsa Forestal S.L. administrada por el acusado, careciendo de fondos (saldo cero
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desde el 18 de junio de 2003), en dicho momento y con posterioridad para hacer frente al cobro del mismo,
la cual se canceló el 25 de noviembre del mismo año. Que conforme al contrato firmado el importe del
pagaré representaba la mitad del precio total convenido (4.207 euros por 323 chopos).
Que intentado el cobro de dicho pagaré por los herederos de Fernando , fue devuelto por impagado,
originándose unos gastos de 14,5 euros.
Segundo.- Que aprovechando que en las proximidades de la referida finca se encontraba otra con
chopos plantados, propiedad de Mariana , el acusado ordenó a sus empleados que procediesen a la tala de
unos treinta y cinco chopos, apropiándose de los mismos en fecha 17 de julio de 2003, los cuales han sido
valorados en la cantidad de 805 euros."
2. La Audiencia de instancia dictó el siguiente pronunciamiento:
" Condenamos a Germán , como autor criminalmente responsable de un delito de estafa, y otro de
hurto, con la agravante de reincidencia en éste último, de las penas de:
Un año de prisión, inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la
condena y multa de seis meses, con una cuota diaria de quince euros, por el delito de estafa.
Por el delito de hurto, la pena de doce meses de prisión, e inhabilitación especial para el derecho de
sufragio pasivo durante el tiempo de la condena.
Igualmente indemnizará a la Comunidad Hereditaria de Fernando en la cantidad de 4.140 euros, más
14,5 euros por gastos en favor de Frida , y a Mariana en la cantidad de 805 euros, devengándose los
intereses legalmente previstos en el artículo 56 de la Ley de Enjuiciamiento Civil .
Se imponen al acusado las costas procesales causadas."
3. Notificada la sentencia a las partes, se preparó recurso de casación por e. condenado que se tuvo
por anunciado, remitiéndose a esta Sala Segunda del Tribunal Supremo las certificaciones necesarias para
su substanciación y resolución, formándose el correspondiente rollo y formalizándose el recurso.
4. La representación del recurrente basa su recurso de casación en los siguientes motivos: Primero.
Al amparo de lo previsto en el artículo 849.1 de la L.E.CR . por infracción de ley ya que de los hechos
probados se han infringido los artículos 248 y 250.3 respecto del delito de estafa y el artículo 234 del C.P .
en relación al delito de hurto y el artículo 24.2 de la Constitución Española . Segundo. Por haber existido
error en la valoración de la prueba al amparo del artículo 849.2 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal .
Tercero. Por quebrantamiento de forma al amparo del artículo 851.1 inciso segundo de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal "cuando, en la sentencia no se expresa clara y sucintamente cuáles son los hechos
que se consideren probados o resulte manifiesta contradicción entre ellos".
5. Instruido el Ministerio Fiscal del recurso interpuesto; la Sala lo admitió, quedando conclusos los
autos para señalamiento de fallo cuando por turno correspondiera.
6. Hecho el señalamiento del fallo prevenido, se celebraron deliberación y votación el día 12 de junio
de 2006.
II. FUNDAMENTOS DE DERECHO
Primero. Por el cauce del art. 849,1º Lecrim se ha denunciado infracción de ley, por indebida
aplicación de los arts. 248 y 253 Cpenal , respecto del delito de estafa; y del art. 234 Cpenal a propósito del
de hurto. Y, también, infracción del art. 24,2 CE . El argumento es que en el juicio no se habría practicado
prueba apta para afirmar la concurrencia del elemento subjetivo del primero, ya que lo único acreditado
sería la existencia de un contrato de compraventa sobre los chopos del apartado inicial de los hechos. En el
caso del segundo, se dice, no hay dato probatorio alguno que permita afirmar que fueron los empleados del
que recurre quienes talaron los chopos de Mariana .
A pesar de que el enunciado sugiere una impugnación por infracción de ley, lo cierto es que la
realmente formalizada tiene más bien que ver con el principio de presunción de inocencia como regla de
juicio, pues en esencia lo objetado es que no se practicó actividad probatoria de cargo bastante y que, por
eso, sería improcedente la aplicación de los preceptos en que se funda la condena por ambos delitos.
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En el supuesto del delito de estafa, objeta el Fiscal que es impropio hablar de vulneración del derecho
a la presunción de inocencia, cuando lo que se niega es la presencia de ánimo de engañar en la conducta
del acusado, elemento subjetivo, como tal -dice- ajeno al ámbito de la presunción de inocencia.
Sin embargo, la objeción no puede compartirse. El elemento subjetivo, como parte de la "cara interna
de la conducta", es un rasgo integrante de la misma, que, así, contribuye decisivamente a configurarla tal y
como efectivamente acontece en la realidad. Es, pues, un dato empírico que forma parte de aquélla y,
consiguientemente, de esta última. Y como tal dimensión estructural del acto enjuiciado, su concurrencia
debe probarse. Y hay que hacerlo con recursos cognoscitivos de idéntica naturaleza que los empleados en
relación con cualquier otro elemento de relevancia fáctica.
Como es bien sabido, el principio de presunción de inocencia da derecho a no ser condenado sin
prueba de cargo válida, que es la obtenida en el juicio (salvo las excepciones constitucionalmente
admitidas), que haya sido racional y explícitamente valorada, de forma motivada, en la sentencia, y se
refiera a los elementos nucleares del delito (por todas, STC 17/2002, de 28 de enero y STS 213/2002, de 14
de febrero ). Por otra parte, cuando se trata de la prueba habitualmente conocida como indiciaria, para que
la conclusión incriminatoria pueda ser tenida por válida, según jurisprudencia asimismo muy conocida (por
todas, STC de 21 de mayo de 1994 y STS de 2 de febrero de 1998 ) es preciso que los hechos indicadores
o hechos-base sean varios y viertan sobre el hecho principal u objeto de imputación; estén bien
probatoriamente acreditados, mediante prueba de la llamada directa; y que la inferencia realizada a partir de
aquéllos sea racional, fundada en máximas de experiencia fiables, y cuente con motivación suficiente.
Para el caso del delito de estafa el tribunal de instancia ha contado con elementos de prueba bien
obtenidos, que acreditan en el acusado una clara intención de hacerse con los chopos sin contrapartida
alguna. Es algo que se pone de manifiesto en su modo de operar inicial, pues sin que existiera aún un
compromiso efectivo inició la tala de aquéllos, por lo que puede calificarse de auténtica vía de hecho. Y
cuando fue requerido por Juan Luis (que actuaba en nombre de su esposa y representante de la comunidad
hereditaria titular de la plantación) para que desistiera de esa actitud -lo que evidencia que no había todavía
acuerdo- le hizo creer que abrigaba el propósito serio de contratar, ofreciéndose a firmar un contrato,
efectivamente suscrito, y entregando un pagaré. Éste carecía en ese momento de cobertura, algo que el
inculpado, obviamente, sabía, como sabía también -por tenerlo ya decidido- que no iba a proveer la cuenta.
Ambos datos han sido correctamente inferidos por la Audiencia del hecho del impago, de que éste se
mantuvo y, lo que es significativo, de la circunstancia de que la cuenta fuera cancelada; todo, en vista del
bien ilustrativo modo de actuar sobre los árboles.
Por tanto, la afirmación en que se funda el primer aspecto del motivo no se sostiene, ya que la
decisión de la sala se ajusta al estándar jurisprudencial de que se ha dejado constancia y tiene un
consistente soporte probatorio.
Algo distinto hay que decir, en cambio, en relación con el delito de hurto. En este supuesto, el tribunal
se extiende con cierta amplitud en algunas consideraciones jurisprudenciales en materia de prueba
indiciaria, para concluir que el propio acusado admite tácitamente la posibilidad de haber talado por error los
chopos de Mariana . Pero es una afirmación cuyos antecedentes probatorios no se explicitan y menos aún
el criterio de análisis de los mismos. Y lo cierto es que el acusado sostiene que "él no cortó los chopos que
hay en la finca de al lado [y que] su hijo se quedó cortando chopos en la finca de Juan Luis y cuando volvió
de Zaragoza ya habían cortado los chopos". En otro momento de su declaración abunda en que "les enseñó
lo de Juan Luis para que trabajaran en esos árboles, es decir los árboles del contrato".
A esto debe añadirse que nadie presenció esa corta. No, desde luego, Juan Luis , que lo dice
expresamente. Y tampoco Lucio , que sólo "supone", "cree" la hizo el denunciado; ni la Guardia Civil, que
recibió posteriormente la denuncia.
Pues bien, en vista de la pobreza que el cuadro probatorio acredita en este punto, y de que los
precarios elementos de convicción a que acaba de hacerse referencia es todo lo de que dispuso la sala, que
ni siquiera los analizó con algún detalle, debe darse la razón al recurrente, estimando parcialmente el
motivo.
Segundo. Invocando el art. 849,2º Lecrim se ha alegado error en la valoración de la prueba. Esta
presentación del motivo se prolonga en la afirmación de que existió un contrato, como -se dice- ha
mantenido con coherencia el acusado en todas sus manifestaciones.
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Pues bien, aparte la deficiente técnica que evidencia este planteamiento, lo cierto es que se agota en
una simple reiteración de lo ya dicho en el desarrollo del anterior motivo; y, así, basta remitirse a lo ya
expuesto acerca de la existencia de prueba del delito de estafa.
Tercero. En fin, lo aducido es quebrantamiento de forma, de los del art. 851,1º, inciso segundo Lecrim
, porque, se afirma, la sentencia está aquejada de falta de claridad en la concreción de los hechos y la
fijación de éstos no está bien argumentada en los fundamentos de derecho. Es todo.
Pero ocurre que los hechos aparecen descritos con detalle bastante para saber qué es lo realmente
imputado en los dos casos y la objeción relativa a la falta de sustrato probatorio de las respectivas
afirmaciones ya ha sido abordada. Es por lo que este motivo debe ser igualmente desestimado.
III. FALLO
Estimamos el primero de los motivos del recurso de casación interpuesto por Germán y
desestimamos el resto de los motivos articulados contra la sentencia dictada por la Audiencia Provincial de
Burgos, Sección Primera, de fecha 19 de mayo de 2005 , en causa seguida contra aquél por delito de estafa
y de hurto; sentencia que se casa y anula parcialmente para ser sustituida por la que a continuación se
dicta; y se declaran de oficio las costas del recurso.
Comuníquese la presente resolución, junto con la que a continuación se dicta, a la Audiencia
Provincial de procedencia, con devolución de la causa que en su día remitió; interesando acuse de recibo
para su archivo en el Rollo.
Así por esta nuestra sentencia, que se publicará en la Colección Legislativa lo pronunciamos,
mandamos y firmamos . Siro Francisco García Pérez Perfecto Andrés Ibáñez Miguel Colmenero Menéndez
de Luarca
SEGUNDA SENTENCIA
En la Villa de Madrid, a diecinueve de Junio de dos mil seis.
En la causa Rollo nº 9/05, dimanante del Procedimiento Abreviado 1875/03 del Juzgado de
Instrucción nº 2 de Burgos , seguida contra Germán , con DNI número NUM000 , nacido en Barbadillo del
Mercado (Burgos), hijo de Sinforiano y de Isabel, la Audiencia Provincial de Burgos, Sección Primera, dictó
la sentencia de fecha 19/05/2005 , que ha sido casada y anulada parcialmente por la dictada en el día de la
fecha por esta Sala Segunda del Tribunal Supremo, compuesta como se hace constar. Ha sido Ponente el
Excmo. Sr. D. Perfecto Andrés Ibáñez.
I. ANTECEDENTES
Se mantienen únicamente los del apartado primero de los de la sentencia de instancia.
II. FUNDAMENTOS DE DERECHO
Los hechos probados tal como resultan después de la estimación parcial del primer motivo de los de
casación, no son constitutivos de delito de hurto, del que, en consecuencia, el acusado debe ser absuelto.
También, y consecuentemente, se deja sin efecto la indemnización acordada en favor de Mariana .
III. FALLO
Absolvemos a Germán de delito de hurto al que había sido condenado, dejándose sin efecto la
indemnización acordada en favor de Mariana .
Se mantiene en sus términos el resto de la sentencia de instancia.
Notifíquese esta resolución en los mismos términos que la anterior.
Así por esta nuestra sentencia, que se publicará en la Colección Legislativa lo pronunciamos,
mandamos y firmamos . Siro Francisco García Perez Perfecto Andrés Ibáñez Miguel Colmenero Menéndez
de Luarca
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PUBLICACIÓN.- Leidas y publicadas han sido las anteriores sentencias por el Magistrado Ponente
Excmo. Sr. D. Perfecto Andrés Ibáñez, mientras se celebraba audiencia pública en el día de su fecha la
Sala Segunda del Tribunal Supremo, de lo que como Secretario certifico.
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