INDICADORES AMBIENTALES DE COMPUESTOS ORGÁNICOS VOLÁTILES EN EL AIRE AMBIENTE DE LA CIUDAD DE MÉXICO Paulina I. Serrano Trespalacios INTRODUCCIÓN De los tóxicos presentes en el aire de la Ciudad de México, los compuestos orgánicos volátiles (COVs) juegan un papel fundamental en la calidad del mismo y en la salud de la población. Por una parte estos compuestos son precursores de ozono y otros oxidantes, y por otro lado, son compuestos que pueden presentar un alto riesgo a la salud de la población debido a su alta toxicidad. La mayoría de ellos son irritantes y mal olorosos, y algunos son neurotóxicos o cancerígenos. Estimaciones preliminares basadas en mediciones de estos compuestos en la Ciudad de México realizadas el verano de 1997 sugieren un alto riesgo cancerígeno del orden de 10 -4 para 1,3-butadieno, benceno y formaldehído (Serrano, 1997). Los compuestos orgánicos volátiles se producen como resultado de la combustión en vehículos automotores, en calderas y hornos e incendios. Otra forma de emisión de dichos contaminantes es por evarporación de combustibles y solventes durante su producción, distribución, uso, manejo y disposición. En el ambiente interior los COVs también son emitidos por diversas fuentes, como el humo del cigarro, estufas, calentadores, alfombras, materiales de construcción y de terminados interiores, productos de limpieza y de aseo personal, uso de disolventes, pinturas, etc. Estudios recientes han encontrado elevadas concentraciones de hidrocarburos en la atmósfera de la zona metropolitana de la Ciudad de México (Ruiz et al. 1996, Blaker and Rowland, 1995). Debido a que estos compuestos son considerados precursores de ozono y los niveles que alcanza este contaminante también son muy altos en la Ciudad, se han dirigido importantes estrategias para la reducción de hidrocarburos, pero no se ha hecho una clara distinción entre la serie de compuestos que conforman su mezcla. Tradicionalmente estos compuestos se miden en su conjunto como hidrocarburos no metánicos, sin embargo la toxicidad o potencial fotoquímico de cada uno de ellos es muy diferente y por tanto es importante poder distinguir a cada uno en forma independiente. La información de compuestos orgánicos volátiles en la Ciudad de México es limitada en tiempo y espacio. En los últimos años El Instituto Mexicano del Petróleo ha realizado campañas de medición de estos compuestos (Ruiz et al., 1996), éstas las realiza por algunos días en noviembre y otras en febrero. Sin embargo, el propósito de las mediciones se ha enfocado en el papel que tienen dichos compuestos en la formación de ozono, por lo que la mayor parte de las mediciones que se han realizado han sido por periodos de 3 horas (entre las 6 y 9 de la mañana). La Red Automática de Monitoreo Atmosférico (RAMA) ha realizado, a nivel de prueba, mediciones continuas de benceno, formaldehído y tolueno en la estación Merced con un monitor DOAS1 que utiliza métodos ópticos para su determinación. La Escuela de Salud Pública de Harvard (Serrano, 1997) ha realizado varias mediciones promedio de 24 horas y otras promedio semanal en cinco puntos de la ciudad a nivel ambiental, microambiental y personal, lo que constituye hasta ahora la base más amplia que se haya realizado en la Ciudad. Para este estudio se hicieron mediciones sistemáticas durante seis meses a nivel ambiental, microambiental y personal de compuestos orgánicos volátiles que son por el momento la base más extensa de especiación de hidrocaburos considerando criterios de salud. Esta base incluye información de varias zonas de la Ciudad de México, diferentes microambientes, tiempos, personas y tóxicos. Este estudio que se presenta en este reporte forma parte de un proyecto mayor que contempla mediciones durante todo un año de COVs. El proyecto mayor se enfoca en una evaluación de riesgo comparado de tóxicos ambientales en la Ciudad de México. Los resultados del estudio de un año se presentarán en una tesis de doctorado en salud ambiental de la Escuela de Salud Pública de Harvard y revistas científicas. Se realizará un análisis más detallado del control de calidad y un análisis estadístico formal. Una de las metas más importantes, y probablemente la motivación principal de cualquier política ambiental, es mejorar y proteger la salud de la población. El enfoque de la presente investigación es sobre efectos en salud por lo que se presenta una evaluación de exposición y riesgo de compuestos orgánicos volátiles (COVs) utilizando el monitoreo personal, ambiental y microambiental con objeto de estimar de forma más directa el riesgo, los lugares y circunstancias que lo incrementan y las diferentes formas de reducirlo, así como servir como herramienta básica para la toma de decisiones. El tipo de indicadores que se presentan sientan la línea base para conocer los resultados de los programas y/o estrategias actuales o en proceso de instrumentación relacionadas con estos compuestos, tales como la reformulación, mejoramiento o sustitución de combustibles (gasolina, diesel, gas natural o gas LP), la instrumentación de sistemas de recuperación de vapores y otras medidas dirigidas al control de las emisiones evaporativas y/o de los procesos de combustión en vehículos automotores, industrias o establecimientos. Aún más, pueden servir para los mismos propósitos en la 1 DOAS - analizador de absorción diferencial de trayectorias largas. regulación del ambiente interior (aún no planteada en México), la composición de los materiales de construcción, productos de limpieza o de aseo personal, etc. La presente investigación responde a varias interrogantes e intereses planteados en el Programa del Medio Ambiente 1995-2000 (DDF et al. 1996); en él se menciona la falta de conocimiento de los tóxicos del aire en la Ciudad en términios de concentraciones, exposición y efectos en la salud. Se menciona, por ejemplo, que para el benceno “ es necesario aumentar las estaciones de medición y realizar estudios de exposición para poder llevar a cabo un análisis de riesgo que indique el porcentaje de la población que se encuentra expuesta a niveles inaceptables de este hidrocarburo.” También se menciona que “ a pesar de las dificultades para el establecimiento de normas para COVs, algunos de estos tóxicos como el benceno, el formaldehído, el acetaldehído o el 1,3butadieno deberían analizarse periódicamente para identificar y prevenir problemas potenciales de salud ambiental.” Estos cuatro contaminantes se consideran en esta pesquisa. El Programa de Medio Ambiente 1995-2000 también resalta la importancia del monitoreo microambiental y de exposición personal que también se considera en este estudio. Por medio de relaciones funcionales simples entre las mediciones microambientales y de las estaciones de monitoreo, se podrá enriquecer la interpretación y aplicación de este último tipo de mediciones, en caso de que éstas se realicen de manera rutinaria en un futuro. OBJETIVOS El objetivo de esta investigación es desarrollar indicadores ambientales de concentraciones y riesgo ambiental, microambiental y personal de compuestos orgánicos volátiles presentes en el aire de la Ciudad de México. METODOLOGÍA Tóxicos Medidos Los químicos que se midieron para este estudio son el 1,3-butadieno, formaldehído, benceno, acetaldehído, cloroformo, 1-4 diclorobenceno, tetracloruro de carbono, acrilonitrilo, bromodiclorometano, 1,1-dicloroeteno, 1,2dicloroetano, 1,1,2,2-tetracloroetano, y el 1,1,2-tricloroetano. Otros COVs, que no representan un factor de riesgo carcinógeno pero por su asociación con reacciones fotoquímicas o su asociación con fuentes también se consideraron, son el tolueno, xilenos, MTBE, 1,1,1-tricloroetano, etilbenceno, clorobenceno, y el estireno. Muestreo Semanal Para este estudio se seleccionaron cinco estaciones de la red automática de monitoreo ambiental (RAMA) de la Ciudad de México: ENEP Acatlán en el noroeste, San Agustín (o Ciudad Azteca) en el noroeste, Merced en el centro, Plateros en el suroeste y UAM-Iztapalapa en el sureste de la Ciudad. Estas estaciones de monitoreo se seleccionaron por ubicarse cada una en una de las cinco zonas en las que la Ciudad ha sido dividida para reportar la calidad del aire (noroeste, noreste, suroeste, sureste y centro). Dentro de cada zona se seleccionaron aquellas estaciones en las que se media al menos monóxido de carbono y ozono por ser los contamiantes con mayor asociación a los COVS, que no tuvieran fuentes locales que pudieran afectar las mediciones de estos compuestos, que se se ubicaran de preferencia en zonas pobladas y cubriendo un área de 5 km a la redonda para que se sobrelaparan al mínimo las áreas. De igual forma se consideraron criterios prácticos como seguridad y que los muestreos se debían realizar en forma simultánea en las cinco estaciones. Se seleccionó como área de estudio una superficie de 5 km a la redonda de cada estación bajo la premisa que en un futuro solamente se prodría realizar este tipo de muestreos en un número limitado de estaciones ya que El muestreo y análisis de los COVs es muy caro y laborioso. Al noreste de la Ciudad se seleccionó la estación ENEP-Acatlán. La estación Tlanepantla también en el noreste no se seleccionó por ubicarse sobre un tanque de agua potable lo que podía interferir con las mediciones de cloroformo y por la posibilidad de que las industrias locales también afectaran las mediciones. En el noroeste se seleccionó la estación San Agustín por ubicarse en una zona altamente poblada. La estación Xalsotoc que era otra posible estación por seleccionarse en el noreste de la Ciudad se descartó por la presencia de fuentes locales que podían interferir con las mediciones. Esta estación se encuentra en las instalaciones de una agencia de la VW al lado de donde se realiza el lavado de chasis. En la zona centro se seleccionó a la estación La Merced. Esta estación es probablemente la estación más completa de la RAMA. Al sureste de la ciudad se seleccionó la estación UAM-Iztapalapa que se ubica en la delegación más poblada del Distrito Federal. La estación Cerro de la Estrella también localizada en el sureste se descartó del muestreo por ubicarse al lado de una planta de tratamiento de aguas negras, lo que podía interferir con las mediciones de COVs. En el suroeste se seleccionó la estación Plateros por ubicarse en una zona más poblada que las otras estaciones de la zona. En cada estación se realizó un muestreo promedio semanal de COVs por mes de manera simultánea en las cinco estaciones. La figura 1 muestra la localización de las estaciones de monitoreo seleccionadas para el estudio. Para llevar a cabo el muestreo semanal en cada una de la estaciones se adaptó una pequeña caja metálica con techo de dos aguas para proteger a las bombas y monitores de la interperie. Se utilizó una bomba universal SKC con controlador de flujo múltiple con cartuchos para aldehídos y tubos de desorción térmica para COVs. El periodo de muestreo fue de una semana en el que la bomba se prendió por 1250 min distribuidos a lo largo de la semana. El hecho de muestrear por 1250 minutos respondió a dos factores. Por una parte, el criterio de muestrear por 1250 minuntos respondió a la limitante en el sistema de pilas. Las bombas SKC funcionan con pilas que duran de 5 a 10 horas como máximo con la posibilidad de recarga si están conectadas a la corriente eléctrica y existe un periodo de carga. Inicialmente se seleccionó un periodo de muestreo de 1440 min (o 24 horas) pero el periodo de carga de la pila no fue suficiente. Por otra parte, se limitó el tiempo de muestreo para no revasar la capacidad de retención de los monitores. El flujo se midió al inicio y al final del periodo de muestreo. Figura 1. Localización de las estaciones de monitoreo seleccionadas para el estudio (!). La serie de fotos 1 ejemplifica el arreglo de bomba y monitores que se utilizaron para este muestreo. Las dos primeras fotos muestran la bomba SKC universal conectada al controlador de flujo múltiple con los monitores. Cada bomba estaba conectada a un cargador de pila y un timer que permitía reiniciar la carga de la pila cada 24 horas. La tercera foto enseña el mismo arreglo montado dentro de la caja metálica para proteger a la bomba y los monitores. Serie de fotografías 1. Arreglo de bombas y monitores usados para el muestreo semanal en las estaciones de monitoreo (tres fotos). Muestreo Familiar Para el estudio se seleccionaron familias que vivieran dentro de un radio de 5 km alrededor de las estaciones de monitoreo, y que estuvieran dispuesta a ser muestreadas por 24 horas. Tres miembros de cada familia fueron medidos buscando que fueran individuos con actividades variadas: uno que pasara la mayor parte del tiempo en su casa, otro que se transportara lejos o pasara la mayor parte del día fuera de su casa y otro que tuviera actividades intermedias. Se excluyeron individuos que estuvieran en contacto con solventes a nivel ocupacional o que fumaran más de 10 cigarros al día, con objeto de eliminar interferencias en exceso de estas fuentes. A estas familias se les midió la exposición personal y microambiental (ver figura 2). Figura 2. Muestreo personal y microambiental por familia. Tres miembros de la familia portaron un arreglo de monitores (monitor de aldehído con su respectivo removedor de ozono y tubo de desorción térmica para los otros COVs, ver primera foto en la serie de fotografías 2). Al mismo tiempo se instalaron otros arreglos de monitores en el interior y exterior de cada casa. Simultáneamente se instaló otro arreglo en la estación de monitoreo del Gobierno del D.F. más cercana a la casa. El flujo de cada monitor se midió al inicio y al final del periodo de muestreo. En la serie de fotografías 2 aparece el arreglo de monitores utilizado para el muestreo personal y de interiores y para exteriores. El “ arreglo de monitores” está formado por una bomba de bajo flujo (PAS-500) conectada con una “ Y” a un controlador de flujo y un tubo de desorción térmica (lado izquierdo) y a un monitor de aldehídos con su respectivo removedor de ozono (lado derecho). Los dos monitores se conectaron con tuercas reductoras a una línea de teflón de menor diámetro para reducir la contaminación del monitor por difusión. Para facilitar el porte de los monitores se utilizó una bolsa para contener a la bomba y sujetador. El arreglo de monitores para el muestreo en exteriores fue semejante al personal pero en vez de las PAS-500 se utilizó una bomba Pocket (marca SKC) con su adaptador de corriente ya que éstas iban conectadas a la red eléctrica. Serie de fotografías 2. Bombas y arreglo de monitores usados para el muestreo de las familias (1ra foto - arreglo personal y de interiores y 2da foto - arreglo usado en el exterior de las casas). Métodos analíticos Para el muestreo de COVs, sin incluir a los aldehídos, se utilizaron tubos de desorción térmica y se analizaron por cromatografía de gases y espectrometría