Comunicación, lucha política y guerra de cuarta generación

Anuncio
Comunicación y lucha política - Selección de textos
1
Selección de lecturas de apoyo para la Sesión 1 de la ESCUELA DE COMUNICACIÓN PARA LOS
PROCESOS URBANOS DEL CONGRESO DE LOS PUEBLOS BOGOTÁ. “La lucha ideológica a
través de la comunicación”.
Textos sugeridos:

Guerra de Cuarta Generación. Por Oscar Rotundo (Venezuela, 2013)

La construcción mediática de una realidad falseada en Bolivia. Por Hugo Moldiz Mercado (Bolivia, 2011)

Hace falta una gran revolución cultural, informativa y comunicacional. Entrevista a Fernando Buen Abad
Domínguez (México, 2008)

Los grandes medios y los desafíos de la alternatividad. Por Pascual Calicchio (Argentina, 2002)
Guerra de Cuarta Generación
Por Oscar Rotundo. Periodista venezolano. Barómetro Internacional.
5/ 19/ 2013
"Sin el estudio de la realidad en función de los intereses de clase es complicado
tomar parte hacia uno u otro proyecto de país, es por ello que la oferta del
capitalismo y del fascismo siempre aparece de manera engañosa, en un claroscuro
sinuoso que tiende a la confusión".
(Extracto. Versión completa: http://www.rebelion.org/noticias/2013/10/174960.pdf)
Desde estas páginas hemos hablado sobre las características fascistas, antidemocráticas y terroristas de los
sectores que, hoy por hoy hegemonizan a la oposición antichavista y también nos hemos hecho eco de las
denuncias sobre los planes para acabar con la revolución, fundamentalmente después del fallecimiento del
Comandante Presidente Hugo Rafael Chávez Frías. Hemos hablado de los intentos de magnicidio, sabotajes y la
penetración de paramilitares y mercenarios, pero además de estas estrategias para derrocar al gobierno y
abrirse paso en el desmonte de la revolución, existen otras alternativas para el logro de esos fines que no
necesariamente requieren de la utilización de armas de fuego o explosivos.
Todo accionar militar cuenta con un cuerpo de ideas que lo sustenta, así como se conoce el tratado “El Arte de
la Guerra” de Sun Tzu iv o “De la guerra” de Karl von Clausewitzv la Guerra de Cuarta Generación (Fourth
Generation Warfare ‐ 4GW) es el término usado por los analistas y estrategas militares para describir la última
fase de la guerra en la era de la tecnología informática y de las comunicaciones globalizadas. En 1989 comenzó
la formulación de la teoría de la 4GW cuando William Lind y cuatro oficiales del Ejército y del Cuerpo de
Infantería de Marina de los Estados Unidos, titularon un documento: "El rostro cambiante de la guerra: hacia la
cuarta generación", publicado simultáneamente en la edición de octubre del Military Review y la Marine Corps
Gazette. La teoría de la cuarta generación segmenta la historia occidental en cuatro períodos, a cada uno de los
cuales le correspondió una generación de la guerra.
Estos períodos son:
a) clásico (entre tropas),
b) medieval (tropas, dispositivos tecnológicos e inteligencia),
c) moderno (tropas, tecnología, inteligencia, contrainteligencia y capacidad de fuego remoto), y
Comunicación y lucha política - Selección de textos
2
d) posmoderno (desinformación, comunicación borrosa, cibernética, nanotecnología y formas de control de la
población).
La estrategia de la guerra de cuarta generación privilegia el uso de los medios de comunicación y las
Tecnologías de la Información y Comunicación para conseguir sus objetivos. ¿Cuáles son estos objetivos?, el
control social, político o militar, sin llegar al uso de la armas, según sea la etapa de la confrontación social y
política en el lugar en que se desarrolla. Su definición técnica de "Guerra Psicológica", o "Guerra sin Fusiles" la
caracteriza por el empleo planificado de la propaganda y de las acciones psicológicas orientadas a direccionar
conductas mediante el accionar de expertos en comunicación y psicología de masas. El país agredido es víctima
de campañas de desinformación, descrédito y aislamiento a nivel nacional e internacional. Su propósito
confundir, desmoralizar y romper la unidad del frente interno y los aliados en el exterior. La gran difusión y
proliferación de noticias, propagandas y opiniones en desmerito de las políticas, las obras o la imagen de los
dirigentes del gobierno, así como de las instituciones, por radio (AM‐FM), Televisión, Internet y las redes
sociales, son su herramienta más idónea, pero fundamentalmente la propagación boca a boca, de
informaciones sin verificación de fuente, ni certeza sobre su veracidad, las más efectivas. La globalización del
mensaje y las capacidades para influir en la opinión pública mundial, convertirán a la Guerra Psicológica
Mediática en el arma estratégica dominante de la 4GW.
La comunicación e información manipulada mediante el desarrollo de estrategias de marketing,
desinformación y terror psicológico fundadas en el estudio sobre los comportamientos individuales y grupales
de sectores y/o estratos poblacionales considerados vulnerables, genera la posibilidad de captar elementos
que, consciente o inconscientement http://www.rebelion.org/noticia.php?id=66853e, se sumen a un discurso
o acción pre establecida dentro de la estrategia “maquiavélica” de "divide y reinarás".
La libertad como argumento
“Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia
para plagar la América de miseria a nombre de la libertad”.
Simón Bolívar (1783‐1830).
La libertad ha sido, como se plantea en el ya citado “Destino Manifiesto”, el caballito de batalla que los Estados
Unidos en su afán de imponer el capitalismo en todo el mundo han usado para invadir, derrocar gobiernos y
masacrar a los pueblos resistentes. Dentro de la concepción de la “guerra psicológica” y “la guerra de cuarta
generación”, la “libertad” cobra un papel fundamental a la hora de la lucha subversiva contra los gobiernos
populares, democráticos, o simplemente contrarios a los intereses de los Estados Unidos.
¿De qué “libertad” hablan los Estados Unidos? Fundamentalmente de la que relegue al Estado de toda
responsabilidad con respecto a la garantía de contención social (salud, educación, protección a la vejez y a la
niñez) de los sectores más pobres de la ciudadanía. En su concepción de “democracia y libertad” impera el
criterio de la sobrevivencia del más fuerte, del individuo más apto. El mundo es para “los mejores”, según sus
parámetros morales. Desde su origen como nación, el sueño de Estados Unidos ha sido encontrar la perfección
social a través de un triple compromiso: con la divinidad (cumpliendo con el destino impuesto por Dios), con la
religión (observando una moral intachable) y con la comunidad (defendiendo su libertad, su seguridad y su pro
piedad)”.6vi, y del resto que se apiade Dios. La palabra libertad figura en cada evento de agresión a los pueblos,
en Argentina la alianza que derrocó al gobierno del general Juan Perón en 1955 de la mano de la oligarquía se
llamaba “Revolución Libertadora” en Venezuela la oposición fascista ataca al gobierno Chavista en nombre de
la falta de “libertad” de prensa, de oportunidades, de los supuestos presos políticos, etc.
La libertad desde el punto de vista revolucionario es la posibilidad que tiene los pueblos de salir de la miseria,
de la explotación, de la ignorancia, es la posibilidad de poder construir un futuro con soberanía e
independencia. Para el imperialismo es la posibilidad de relacionarse económicamente favoreciendo al dueño
del capital y al dueño de la tierra, esta “libertad” es sinónimo de desamparo para el que nada tiene, es la
“libertad” de morirse de hambre y aceptar sumisamente las reglas del juego que impone el patrón, el Capital.
Este argumento de la “libertad” tan difundido también en la campaña contra el comunismo en todas las
épocas, apuntaba a derrotar la concepción de la existencia de la lucha de clases enarbolada por el marxismo y
que coloca la relación capital‐trabajo en el marco de una confrontación entre los explotadores y los explotados,
desde la cual se configura una percepción de la sociedad totalmente distinta a como se plantea en el
capitalismo.
Comunicación y lucha política - Selección de textos
3
Esta contradicción antagónica entre estos dos proyectos de sociedad, en última instancia, configura la lucha
por la supervivencia de la humanidad y la vida en el planeta, es por ello que la guerra de cuarta generación,
como última reflexión sobre la dominación y derrota del enemigo, se plantea en el terreno psicológico y
cultural, es entre el modelo de desarrollo occidental capitalista y sus antítesis, expresadas a través de los
modelos alternativos como el modelo planteado en la alternativa bolivariana.
La Guerra de Cuarta Generación también comprende la ofensiva mediática internacional destinada a debilitar
el apoyo hacia el gobierno objeto de la desestabilización, tratando de cortarle el acceso a fuentes que
garantizan sus sistemas vitales (alimentación, suministros, transporte, energía, sistemas de salud entre otros) y
desvirtuar la situación político‐ social en los foros internacionales, con el fin de causar sanciones y presiones de
los organismos internacionales y las potencias extranjeras. Su propósito legitimar la futura confrontación
violenta y el uso de armas de fuerte impacto en la vida del país.
La articulación entre los grandes multimedios y medios masivos de comunicación, como soporte de los planes
conspirativos de dominación, tiene como objetivo destruir el pensamiento reflexivo (información,
procesamiento y síntesis) y sustituirlo por una sucesión de imágenes sin resolución de tiempo y espacio
(alienación controlada). Como en la confrontación militar, el plan de guerra psicológica está destinado
a: aniquilar, controlar o asimilar al enemigo. Estas unidades de Guerra Psicológica son complementadas por
Grupos Operativos, infiltrados en la población civil con la misión de detonar hechos de violencia y conflictos
sociales que incremente el estado de malestar y el enfrentamiento entre bandos, generando un espiral de
violencia progresivo.
El bombardeo mediático con informaciones sesgadas está destinado a afectar la psicología del receptor, no
manipula su conciencia, sino sus deseos y temores inconscientes. No se quiere que éste piense información,
sino que consuma información: noticias, títulos, imágenes, que excitan sus sentidos y su curiosidad y que luego
él difundirá entre sus relaciones sociales, mediante Twitter o Facebook o en charlas ocasionales y que sentaran
un precedente creíble para otros receptores desprevenidos, o aturdidos por la vorágine de la vida cotidiana.
Esta estrategia actúa sobre los tres pilares fundamentales para el funcionamiento del Estado; la gobernabilidad
política‐institucional, la estabilidad económica, y la paz social. Cuando se altera el funcionamiento del sistema
mediante el ataque desestabilizador a alguno de estos pilares la oligarquía y el fascismo comienzan a presionar
nacional e internacionalmente para el restablecimiento del "orden" y eso no es otra cosa que el llamado a un
golpe de Estado o una intervención extranjera.
Esto que ilustramos desde la doctrina de la Guerra de Cuarta Generación es la hoja de ruta que hemos visto en
manos de los fascistas en estos 14 años y fundamentalmente desde marzo de este año y configura su accionar
para los próximos meses. Lo vemos a diario en las propagandas del Partido Primero Justicia y en las
declaraciones de los más connotados representantes opositores, de las que solo se puede sacar una
conclusión:“estos es un caos, hay que salir del gobierno, hay que salir del chavismo”.
Vemos como delante de nuestros ojos se desata una guerra económica que induce a la desesperación y a la
confusión, como agitadores y provocadores tratan de ganar las calles para promover la violencia y como desde
los medios de información privados “lo malo lo hace el gobierno y lo bueno lo hacen las empresas privadas y
las Ongs”.
Para que esta estrategia colonialista de la Guerra de Cuarta Generación dé resultados positivos es necesario
contar con lo que ellos llaman “Alienado Programado” (AP) o “individuo‐masa”, sujeto manipulado que
responde a la realidad virtual que reflejan los medios y que actúa en consecuencia con lo que ve, sin meditar, o
cuestionar la falsedad o realidad de lo que recibe, pero aún peor, sin reflexionar si lo que recibe atenta contra
sus verdaderos intereses, sus intereses de clase.
Sin el estudio de la realidad en función de los intereses de clase es complicado tomar parte hacia uno u otro
proyecto de país, es por ello que la oferta del capitalismo y del fascismo siempre aparece de manera engañosa,
en un claroscuro sinuoso que tiende a la confusión, por ejemplo dicen que en un gobierno de ellos habría
pleno empleo, pero no dicen si mantendrían la actual ley orgánica del trabajo y de cuanto seria el salario ,
entre otras cosas, tampoco hablan de si mantendrían el subsidio a la economía, cosa que posibilita y
complementa el salario y el consumo para los sectores de menores recursos, como en el caso Mercal.
Comunicación y lucha política - Selección de textos
4
Obviamente a esto hay que sumarle el prejuicio que genera en los sectores más reaccionarios de la comunidad
el ascenso social de los indígenas, los pobres estructurales y los inmigrantes latinoamericanos y caribeños a los
que estos “nuevos mantuanos” siempre han visto con recelo y desprecio. Este cóctel explosivo y fácil de
manipular al calor de los problemas reales que existen en el proceso revolucionario, nos debe llamar a la
reflexión y a la prudencia, y a estar atentos y organizados, en un proceso de discusión permanente, ante los
sucesos que puedan desarrollarse hacia finales de año y comienzos del 2014, ya que como lo demuestra la
historia en Venezuela, esa es una fecha de alta sensibilidad social, que en el 2002 ha sido explotada por los
fascistas para provocar una situación violenta y a la que este año, se sumara la realización de un evento
electoral al que estos caracterizan como plebiscitario.
La revolución no solo ha generado una mejora incuestionable en los niveles de vida de la población, también
nos ha puesto ante una responsabilidad histórica en la lucha por la emancipación de los pueblos y es nuestro
deber asumirla.
La construcción mediática de una realidad falseada en Bolivia
Por Hugo Moldiz Mercado. Abogado boliviano, comunicador, docente universitario, master en Relaciones
Internacionales y corresponsal de agencias internacionales de noticias.
6/10/2011
"Esta Guerra de Cuarta Generación es la disputa de sentidos a partir de la aprehensión
de la realidad objetiva para subjetivamente desestructurarla y luego armar otra
realidad, radicalmente diferente, pero que nuestros sentidos la observan y la sienten
como verdad".
(http://www.rebelion.org/noticia.php?id=136953)
Una estrategia que tiene en los medios de comunicación y las redes sociales sus instrumentos de ejecución, ha
buscado desde 2006 construir imaginarios colectivos y sensibilidades sociales contrarios al proceso de cambio
y para desgastar el liderazgo del presidente Evo Morales en la perspectiva de su derrocamiento violento o su
derrota político‐electoral. Aprovechando la injustificada represión a los indígenas el 24 de septiembre,
esta Guerra de Cuarta Generación volvió a mostrar la cara.
El 24 de septiembre en la tarde, una violenta intervención policial a la marcha indígena en Yucumo, abrió pasó
para que se desatara una variante y al mismo tiempo una nueva fase de La Guerra de Cuarta Generación contra
el gobierno del presidente Evo Morales, a quien la derecha nacional e internacional se ha propuesto derrotar,
como ocurre con otros procesos similares en América Latina.
Y esta Guerra de Cuarta Generación es la disputa de sentidos a partir de la aprehensión de la realidad objetiva
para subjetivamente desestructurarla y luego armar otra realidad, radicalmente diferente, pero que nuestros
sentidos la observan y la sienten como verdad.
La construcción mediática de una realidad falseada partió de un hecho real: la represión que cerca de medio
millar de policías desarrolló contra los indígenas que desde el 15 de agosto comenzaron una marcha hacia la
sede del gobierno nacional en demanda de la consulta previa por la intención de construir una carretera entre
Villa Tunari (Cochabamba) y San Ignacio de Moxos (Beni).
La violencia de los uniformados existió. De eso no hay la menor duda. Pero este grueso error político del
gobierno fue acompañado de la difusión de noticias que amplificaban el alcance de la represión y, por tanto,
provocaban reacciones emocionales bastante violentas contra el primer presidente indígena de Bolivia y
Comunicación y lucha política - Selección de textos
5
América Latina, lo cual coincidía –premeditadamente o no‐ con la construcción de una matriz de opinión que la
derecha nacional e internacional se ha encargado de activar hace varios meses: “Evo, enemigo de los
indígenas”.
Los titulares de portada y de las noticias de medios impresos y agencias nacionales e internacionales de
información, así como las imágenes de la represión reiteradas permanentemente por las redes de televisión
hablaban de la muerte de un bebé y de otros adultos, así como la desaparición de varios indígenas. Unos
decían que habían fallecido tres, otros siete y no se dejó de mencionar que la cifra llegaba a nueve. Lo evidente
es que no se registraron bajas.
La amplia difusión de estas noticias, jamás comprobadas por los medios ni expuestas bajo la naturaleza de
“presuntas” o “trascendidos”, sino más bien presentadas de tal manera que no dejaba espacio para la duda,
generó un ambiente de rechazo social a la medida adoptada por el gobierno, incluso en amplios sectores
sociales comprometidos con el proceso de cambio.
Este despliegue mediático no fue el mismo cuando un grupo de indígenas retuvo por el espacio de más de una
hora al Canciller David Choquehuanca, quien fue obligado a marchar como una suerte de escudo para romper
el cerco policial que separaba a los indígenas de las comunidades interculturales que rechazan algunos puntos
del pliego de la Central de Pueblos Indigenas del Oriente Boliviano (CIDOB). La mayor parte de los medios
tampoco se han esforzado mucho por hacer énfasis en la propuesta de Consulta Previa y la instalación de
mesas de trabajo que el gobierno propuso el 13 de septiembre a través del responsable de la Política Exterior
del Estado plurinacional.
Una mirada pausada a los orígenes y comportamiento de los medios de comunicación conduce a pensar que
unos incurrieron en esos gruesos errores informativos por negligencia, pero que otros lo hicieron en el marco
de una política comunicacional sostenida desde que Evo Morales asumió la conducción del país en enero de
2006. Sin embargo, aún los que no “desinformaron” intencionalmente, es evidente que llegaron a formar parte
de una nueva etapa de La Guerra de Cuarta Generación que se ha desatado durante casi de 6 años contra el
gobierno indígena y el proceso de cambio.
De hecho, en cerca de un año y medio de este segundo mandato del presidente Morales, hay cerca de cinco
matrices de opinión que sistemáticamente se han ido construyendo: “Evo enemigo de los indígenas”, “Evo,
enemigo de la Madre Tierra”, “Evo, permisible con las actividades del narcotráfico”, “Evo, amigo de los
gobiernos terroristas” y “Evo, totalitario y autoritario”.
A estas matrices de opinión, fácilmente rastreables e identificables en los medios de comunicación, así como
en las Redes Sociales, se ha sumado en los últimos días, a partir del domingo 24 de septiembre, la fuerte
acusación de “Evo, masacrador”, lo cual configura un escenario bastante favorable para la estrategia imperial
diseñada para este segundo mandato del líder indígena: la estrategia del desgaste para la derrota político‐
institucional del proceso de cambio y de Evo Morales, su máximo conductor.
Es más, esta estrategia subversiva materializada a través de la guerra mediática también formó parte de los
componentes de la estrategia para el derrocamiento mediante métodos no democráticos que la derecha
nacional e internacional activó en el periodo 2006‐2009, cuyo máximo pico se dio entre agosto‐octubre de
2008, cuando grupos paramilitares tomaban instalaciones estatales y reprimían a autoridades y militantes del
proceso de cambio, así como el intento de dividir el país y asesinar a Evo Morales.
Este activo papel del aparato mediático se ha ido fortaleciendo en Bolivia casi de manera similar a la registrada
en otros países de América Latina donde la derecha carece de partidos políticos y líderes con arraigo social, por
lo que no pocos estudiosos coinciden que en los medios de comunicación forman parte “no oficial” del sistema
político.
Por tanto, La Guerra de Cuarta Generación sirve para avanzar hacia varios objetivos: el desgaste sistemáticos
de gobiernos y líderes políticos, el desencadenamiento de formas parciales de violencia contra los gobiernos, el
derrocamiento de procesos revolucionarios o de cambio por medios no democráticos y la preparación de
condiciones objetivas y subjetivas internas para una intervención militar extranjera, entre los más importantes.
Uno de los ejes centrales de este tipo de guerra es “conquistar los corazones y las mentes de la gente”, como
bien lo definiera el general Summers, uno de los ideólogos de la denominada Guerra de Baja Intensidad y cuya
Comunicación y lucha política - Selección de textos
6
diferencia con la clásica Doctrina de Seguridad Nacional es que el objetivo no es principalmente la eliminación
física del adversario, sino sobre todo la desaparición de la base social que hace posible el surgimiento y el
desarrollo de proyectos y liderazgos políticos contrarios a los intereses de Estados Unidos y el capital.
Si uno toma en cuenta lo anteriormente señalado, encontrará bastantes elementos como para identificar que
ante el presidente Morales se ha buscado concretar ya sea construcción de condiciones subjetivas para su
derrocamiento por medios no democráticos y su desgaste político para una derrota electoral. La mayor parte
de los medios de comunicación legitimaron la violencia paramilitar en el primer mandato del gobierno de
cambio y ahora deslegitiman el derecho del estado al uso del monopolio de la fuerza. Claro, esto último lo
hacen sobre la base de los gruesos errores políticos como el cometido contra la marcha indígena.
En los planes de los sectores de derecha más conservadores del país tampoco se descartó la división del país
para alentar la intervención militar extranjera a título de “pacificación” y que ahora es una amenaza para
América Latina por el entusiasmo no disimulado de algunos consejeros de Obama para utilizar el “modelo
libio” en otras partes del mundo.
Por lo demás, no hay duda que La Guerra de Cuarta Generación está encontrando en los jóvenes, a quienes es
más fácil manipular por una serie de condiciones objetivas, a la fuerza social más importante para el despliegue
de esta estrategia y que encuentra terreno fértil no tanto por su mayor identificación con las Redes Sociales
sino por el abandono político del que son objeto de parte del proceso de cambio.
Hace falta una gran revolución cultural, informativa y comunicacional
Entrevista al mexicano Fernando Buen Abad Domínguez, Doctor en Filosofía, Master en Filosofía Política,
Licenciado en Ciencias de la Comunicación y director de cine egresado de la Universidad de Nueva York, artista
plástico, miembro de la Corriente Marxista Internacional y de la Fundación Federico Engels, vicerrector de la
Universidad Abierta de México y de la Asociación Mundial de Estudios Semióticos.
2/5/2008
" Sin un programa político de Comunicación Revolucionaria para modificar radicalmente el
paisaje de barbarie y miseria actual, un programa para ganar las herramientas de producción
comunicativa en manos de los trabajadores y hacia el socialismo, cualquier discurso es
simplemente más de lo mismo."
(Extracto. Versión completa: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=66853)
Argenpress: Según una encuesta de la compañía estadounidense Gallup –nada sospechosa de socialista
precisamente– el 85% de lo que un adulto urbano término medio "sabe" y repite acerca de política, valores,
visión general de las cosas (digamos: ideología) proviene de la televisión. ¿A dónde nos lleva esta cultura de
la imagen que pareciera llegada para quedarse?
Fernando Buen Abad Domínguez: Padecemos el gran embrollo de las mafias mercantiles trasnacionales que
secuestraron las herramientas para la producción de la Comunicación y hay que expropiárselas, bajo todas las
modalidades posibles, porque entre otras cosas sirven para censurar y asesinar al espíritu rebelde de los
trabajadores y los pueblos, sus creaciones, enseñanzas y comunicaciones legítimas. Quieren eternizar la
explotación y el hurto. Para eso financian lo que sea con uñas y dientes mediáticos. Sólo que a estas horas los
pueblos han decidido tomar otro rumbo.
Argenpress: Hay una cultura mediática impuesta por los factores de poder (del Norte capitalista, de blancos
eurocéntricos, basada en el consumo como nuevo dios, verticalista y machista) que se ha extendido por todo
Comunicación y lucha política - Selección de textos
7
el mundo, estandarizando –o pretendiendo estandarizar– toda la población global. Desde una posición de
resistencia a esa invasión cultural (léase: posición de izquierda, o posición progresista en sentido amplio):
¿qué hacer?
Fernando Buen Abad Domínguez: Es imposible revitalizar el capitalismo y sus modos de imponernos su
discurso, es inútil aferrarse a sus estructuras, sea de la manera que sea. Es preciso atreverse a cambiarlo desde
sus logros mejores, es urgente impulsar un orden nuevo de abajo a arriba con la organización de trabajadores
entusiasmados con dar un estirón fuerte, sensible e inteligente. Entre el mundo burgués y nosotros,
trabajadores de la Comunicación, la ruptura está claramente establecida. No podemos engañarnos porque tal
engaño es suicida. Es necesario un golpe letal contra la alienación, la mentira, el bloqueo mediático, el
terrorismo mediático, la deformación de las conciencias, el mercadeo obsceno de las farándulas impunes, la
vorágine de los buitres sobre los cerebros de los niños, la prostitución emocional y física de las mujeres, el
desparpajo de los machismos discriminadores y racistas, la barbarie rentable de los milagreros mediáticos,
curas, candidatos, ejecutivos de empresas… Hace falta una gran revolución cultural, informativa y
comunicacional. No adelante de los pueblos, no encima, no escondida… sino al lado de sus luchas mejores. Es
necesaria una semiótica revolucionaria que no se contente con “desmontar” el discurso sino que se disponga a
ganar el territorio de la construcción de sentido, es decir: el sentido de la revolución socialista y mundial. Para
eso hace falta la formación de cuadros, la toma de las herramientas, el diseño de una agenda nuestra.
Argenpress: La cultura de la imagen (televisión, internet, videojuegos, incluso la pantalla de los teléfonos
celulares) da la sensación de haberse impuesto ya en la sociedad contemporánea de tal manera que
pareciera imposible prescindir de ella. ¿Piensas que eso nos condena a esta visión "light" del mundo que
conocemos en estos últimos tiempos, superficial e inmediatista, tal como se presenta en buena medida la
imagen? ¿De qué manera podemos aprovechar las tecnologías digitales para dar otra propuesta más allá de
lo que hoy día nos inunda? –"el mal gusto está de moda", dijo Pablo Milanés– ¿Es posible ello?
Fernando Buen Abad Domínguez: Nada de lo que el capitalismo ha impuesto es inamovible y, en particular, la
tecnología con que se ayuda a hegemonizar su discurso es expropiable toda, se la puede aprovechar mientras
tenga utilidad revolucionaria y se la pueda mejorar al servicio de las necesidades de la construcción socialista.
No veo por qué no tales herramientas pasen a operar bajo control obrero, campesino... que no se olvide de la
claridad política necesaria que depende de un programa revolucionario y permanente verdaderamente
transformador y consensuado ampliamente, especialmente en el campo de la Guerra contra la Alienación. Para
eso es preciso librar la batalla de las ideas, la revolución de la conciencia, la formación de cuadros y la
organización social movilizada en todos los campos... el campo de la educación, de las ciencias, de las artes...
Pienso en la necesidad de aprovechar todo lo que mejor ha producido el capitalismo y desde ahí continuar el
desarrollo socialista de las herramientas, no fetichizarlas, no hacerles santuarios porque una vez que cambien
las condiciones económicas, políticas e intelectuales seguramente cambiará el uso de las herramientas, su
importancia coyuntural y su papel en el nuevo tejido social.
Por otra parte, y salvando muchos ejemplos excepcionales, algunos intentos intelectuales “rigurosos”, “serios”
o “revolucionarios” no han sabido aprovecharse de los mejores logros de las tácticas y estrategias
revolucionarias en comunicación por falta de recursos, experiencia o método. Y tales faltas ya constituyen un
objeto de estudio muy importante del cual debemos aprender a obtener las mejores lecciones y auto‐críticas.
No obstante, no se puede crear un escenario polarizado porque bien sabemos cómo muchas experiencias de la
prensa obrera, por ejemplo, han logrado, con sus aportes, generar avances tales que no pueden compararse
con la mediocridad de los discursos burgueses en casi todas sus expresiones. Ha habido periódicos, volantes,
muros canciones –por mencionar algunos casos– que, aún con limitaciones, han obtenido logros
comunicacionales fundamentales. Un ejemplo paradigmático es la propia publicación del "Manifiesto
Comunista" en su primera edición. En contraste, a diario podemos ver que millones de horas de televisión,
millones de páginas de diarios... no han podido producir los efectos alienantes que quisieran sobre sus
consumidores. La historia de la publicidad mercantil es antes que nada la historia de un dispendio descomunal
plagado de fracasos.
Argenpress: Desde el campo de los grandes poderes que fijan la marcha del mundo –económica, política y
culturalmente– sin ningún tapujo se habla de "guerra de cuarta generación", guerra mediático-psicológica. A
veces, en el campo de la izquierda, tratando de hacer una comunicación nueva, pretendidamente
revolucionaria, se cae en el panfleto mientras que la cultura masiva que se impone desde la más descarnada
Comunicación y lucha política - Selección de textos
8
ideología de derecha (pensemos en Hollywood por ejemplo, o en la CNN), va ganando cada vez más terreno
con un mensaje que penetra con mucha facilidad, agradable, seductor. ¿Cómo dar el combate en esta nueva
modalidad de guerra?
Fernando Buen Abad Domínguez: Hay que ganar la Guerra Simbólica y para eso no serán los "comunicólogos"
quienes hagan la revolución por sí mismos, serán los obreros y los campesinos –los trabajadores con conciencia
de clase– organizados bajo un programa socialista –en el que no estará ausente una táctica y estrategia de
Comunicación– quienes conduzcan la transformación hasta sus últimas consecuencias. Comunicación en la que
ayuden los radialistas, los videoastas, cinéfilos, los periodistas, los informadores sociales... los escritores
revolucionarios, los poetas... quienes estén llamados a sumarse en la lucha como un guerrero más, bajo crítica
y autocrítica permanente, acompañante de los protagonistas y protagonista a su vez. No adelante, no arriba de
los trabajadores, sino al lado, codo a codo, como trabajadores también. No se aceptan gurúes. Sin un programa
político de Comunicación Revolucionaria para modificar radicalmente el paisaje de barbarie y miseria actual,
un programa para ganar las herramientas de producción comunicativa en manos de los trabajadores y hacia el
socialismo, cualquier discurso es simplemente más de lo mismo. Demagogia, reformismo, burocracia o
sectarismo que ya nos ha mostrado su incapacidad para impulsar el desarrollo de las fuerzas expresivas. En
todos sus significados la producción desalienada de la Comunicación Revolucionaria, con sus lenguajes no
alienados y no alienantes, supone la lucha por el trabajo no alienado y la posibilidad de participar libremente, y
mundialmente, en la transformación de la sociedad toda. Supone un pie de igualdad en las condiciones de su
producción, un acceso irrestricto a las herramientas de producción y la construcción de espacios, medios y
modos para la exhibición libre de las propuestas y logros. Pero especialmente supone conciencia de las
necesidades puesta en programas legitimados colectivamente para una Comunicación no sectaria, no
iluminista y no burocrática de la creación y recreación de la Cultura. Sólo organizados los trabajadores
podremos avanzar en esta lucha. La lucha de clases que (también) se libra con valores, con ideas y con signos…
en la cabeza y en los corazones, es una pugna asimétrica de intereses que se confrontan históricamente por
ganar el terreno de los imaginarios simbólicos donde se yerguen los principios, las ideas, los afectos… Es uno
de los escenarios de la Batalla de las Ideas (que también debemos ganar). La guerra Simbólica es una Guerra
añeja agudizada por la burguesía para tergiversar los valores sociales, para poner el mundo patas arriba, para
hacer invisibles las cosas que realmente valen (como el trabajo) e imponernos como valiosas las mercancías y
costumbres que la burguesía ha pergeñado para enriquecerse (aunque seamos nosotros quienes las
producimos). Claro que es una Guerra apuntalada también con misiles, cañones, metralla y golpizas, claro que
es una Guerra apuntalada con terrorismo financiero, chantaje inversionista y vampirismo bancario. Es preciso
ganar la esta Guerra Simbólica, la Guerra contra la alienación, contra todo bloqueo mediático, exógeno y
endógeno y producir los lenguajes nuevos de la revolución socialista capaz de aniquilar todo sometimiento de
la conciencia, del estómago, del trabajo.
Los grandes medios y los desafíos de la alternatividad
Por Pascual Calicchio. Lic. en Comunicación Social, miembro del equipo de comunicación del Movimiento
Barrios de Pie.
15/3/2002
"El llamado periodismo alternativo no es un hecho nuevo. En América Latina lo que hoy
llamamos periodismo alternativo (y que en aquellas circunstancias no se lo llamaba
así), surge a la luz de la Revolución Cubana, cuando en el marco de esta revolución se
toma una decisión política estratégica en lo comunicacional".
(Extracto. Artículo completo en el libro "Contrainformación. Medios alternativos para la acción política",
http://www.dariovive.org/audiovisuales_libros/contrainformacion.pdf)
Comunicación y lucha política - Selección de textos
9
Samir Amín sugiere en su artículo “Capitalismo, imperialismo, mundialización” que “las tendencias de la
evolución del capitalismo contemporáneo se articulan en torno al refuerzo de lo que he llamado los ‘cinco
monopolios’ que caracterizan a la mundialización polarizante del imperialismo contemporáneo: 1) el
monopolio de las nuevas tecnologías; 2) el control de los flujos financieros a escala mundial; 3) el control del
acceso a los recursos naturales del planeta; 4) el control de los medios de comunicación; 5) el monopolio de las
armas de destrucción masiva” 2 .
Y resulta que a muchos se nos ocurrió luchar contra esta tendencia y hoy estamos pensando desde los
movimientos populares cómo hacerlo. En el caso más específico de quienes militamos en las áreas de prensa,
comunicación, audiovisuales o como se denomine en cada movimiento, nos toca la tarea de dar batalla al
monopolio de las nuevas tecnologías y el control de los medios de comunicación. Debo admitir que ante
tamaño enemigo me sentí pequeño. ¿Cómo enfrentar a monopolios cada vez más concentrados desde un
movimiento como Barrios de Pie donde la mayoría de sus integrantes provienen de los sectores más humildes
y postergados de nuestro pueblo? ¿Cómo pensar en democratizar las comunicaciones desde un movimiento
donde la mayoría de las familias vive con 150 lecops al mes, algo así como 50 dólares, o un dólar y medio por
día? Cuando en un país de 36.000.000 de habitantes, 18.500.000 están por debajo de la línea de pobreza y el
hambre se vuelve cotidiano, hablar de la comunicación y la cultura puede parecer un tema secundario, pero no
lo es.
El tema de la comunicación alternativa, popular o comunitaria, según diferentes concepciones, fue parte del
debate en los movimientos populares y también en el ámbito académico latinoamericano fundamentalmente
desde la década del ´60 en adelante. En algunos casos esos debates confluyeron con experiencias más o menos
exitosas como Radio Venceremos en El Salvador, los grupos de Cine de Base y Cine de Liberación en Argentina,
las radios mineras bolivianas, por mencionar algunas al azar: sobre ese tema hay otros artículos interesantes en
este libro; las que siguen son sólo impresiones personales que me quedan de mi relación con estos medios en
los últimos años y vienen a cuenta de ubicarnos en el marco desde el cual empezamos a trabajar el tema
medios.
Las derrotas sufridas por los movimientos populares como consecuencia de las dictaduras que asolaron
nuestro continente en los setenta y ochenta provocaron un quiebre con esas experiencias y un vacío en el
terreno teórico. Estos temas pasaron a ser marginales, se debatían en alguna cátedra de la facultad, en algún
movimiento, algunos grupos juveniles impulsaban fanzines de baja tirada, los partidos de izquierda tenían sus
prensas. Al calor del regreso de la democracia hubo experiencias comunicacionales interesantes incluso al
interior de algunos medios tradicionales, muchos de los cuales todavía estaban en manos del Estado. Pero
ninguna de estas experiencias estaba ligada a los movimientos sociales sino más bien al impulso de algunos
periodistas “progresistas”, como fue el caso de Radio Belgrano, la revista El Porteño, Crisis, El Periodista, entre
otras. Un caso distinto fue el de Entre Todos, que en su primera etapa articulaba a diferentes sectores sociales
y políticos hasta que pasó a ser el órgano de prensa del MTP y perdió su impulso inicial. Estos proyectos
declinaron cuando empezó a declinar la “primavera democrática”.
Quizá lo que más expectativas despertó fue el surgimiento y el desarrollo explosivo de las FM de baja potencia
que muchos vislumbraron como la posibilidad de una nueva forma de comunicación pero que terminaron
siendo cooptadas en su mayoría por los medios tradicionales, los punteros políticos, los pastores electrónicos,
etcétera.
19 y 20: Que se vayan todos, ¿los medios también?
Hasta el año 2001 solía darles a mis alumnos de periodismo del colegio secundario un texto de un radialista
llamado José Ignacio López Vigil, que data del año ´97. Después de hacer un recorrido por la historia de la radio
citaba una encuesta de ICP/Research que preguntaba “¿en quiénes creen los latinoamericanos?” Donde los
parlamentarios en pocos casos llegaban al 15 %, los partidos políticos al 27% y así sucesivamente con jueces,
sindicatos, policías, empresarios, presidentes, con el sistema político y económico en general. Sólo se salvaban
las iglesias con un 61% de credibilidad y los medios de comunicación: dos de cada tres ciudadanos de nuestros
países estaban convencidos de la verdad de lo que dice y muestra la prensa, la radio y la televisión. Como
conclusión planteaba que los medios cumplían tres nuevos roles: legitiman lo que transmiten, establecen la
realidad y representan a los ciudadanos4 .
Comunicación y lucha política - Selección de textos
10
En el 2002 ya no les di ese texto. Algo había cambiado en la relación entre los medios y la gente, por lo menos
con los que se habían movilizado de alguna manera el 19 y 20 de diciembre, los que habían salido con su
cacerola el 19 y se vieron en la tele y cuando volvieron a salir el 28 y ya no aparecieron. Por primera vez se
realizaron escraches a los medios que fueron sistemáticamente ocultados y empezó a crecer el interés por
debatir el rol que estos cumplían en la sociedad. El tema “medios” empezaba a ser parte de la agenda de los
movimientos sociales.
“‘Nos mean y los medios dicen que llueve’, ‘Vos lo viste, no dejes que te sigan mintiendo’. Estos graffitis y otros
más tuvieron su irrupción en los acontecimientos del 19 y 20 diciembre del 2001. La rebelión popular no sólo
se manifestó en contra del sistema político actual, sino también en contra de sus formas culturales de
expresión. Uno de los ataques frontales fue dirigido hacia los medios masivos de información como aparatos
tergiversadores del protagonismo del pueblo en las calles. Los escraches a los multimedia impulsados por el
movimiento asambleario ilustran el repudio hacia los mass media”, escribe el colectivo de ANRed5 .
En las clases ahora pasaba los videos de Argentina Arde donde Canal 13 y Radio 10 eran rodeados por cientos
de manifestantes. La complicidad de los grandes medios con el golpe que poco después se dio en Venezuela no
hizo más que profundizar esta desconfianza. Si bien ya había una importante cantidad de experiencias en
comunicación comunitaria y varios movimientos debatían sobre esto, en esa etapa fue el movimiento
asambleario el que entre sus reivindicaciones incorporó la democratización de las comunicaciones y se
movilizó contra los medios dándole visibilidad al tema.
Siguiendo con la nota de ANRed: “Después de los sucesos del 19 y 20 del año pasado, se afianzó la necesidad
de utilizar la comunicación alternativa como una herramienta que desmistifique y desnaturalice la
representación que los medios masivos hacen de la realidad. Y esta demanda se vio reflejada en la aparición y
el crecimiento de distintos proyectos alternativos en comunicación”.
De este cóctel surgen nuevos medios alternativos y otros que ya habían dado sus primeros pasos dan un salto
tanto en lo cualitativo como en la llegada a nuevos sectores. Estos nuevos medios, si bien no son orgánicos de
ninguna organización, pueden ser considerados “orgánicos” en el sentido amplio del término gramsciano ya
que conciben al periodismo como una práctica militante.
La mayoría se ha desarrollado a partir de Internet (Red Eco Alternativo, Cono Sur, Indymedia, Red Acción) y en
algunos casos acompañan ese trabajo con algunas publicaciones gráficas. La falta de conexión a internet de
grandes sectores de nuestro pueblo sumado a las dificultades que tienen los medios gráficos por el aumento
del costo de impresión y las dificultades para la distribución marcan los límites que tienen este tipo de medios.
También se desarrollaron una importante cantidad de grupos de cine y video que intentan retomar la tradición
de los grupos de la década del ´60 y ´70, resurgiendo la figurada de un director olvidado como era Raymundo
Gleyzer. Algunos se vincularon al movimiento piquetero y al de fábricas tomadas, generando una prolífica serie
de materiales que incluso fueron proyectados en festivales internacionales.
Las radios han quedado a la retaguardia en este proceso fundamentalmente por los problemas legales y las
presiones del COMFER que ha retomado la vieja práctica de decomisar equipos y perseguir a las radios
comunitarias. La reciente inauguración en Santiago del Estero de FM del Monte, una radio bilingüe (quechua‐
castellano) impulsada por el Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE), a la que piensan sumar
seis radios más, puede marcar un nuevo camino en este terreno.
Entre lo viejo y lo nuevo se van reciclando formas antagónicas de pensar las instancias de producción,
circulación y recepción de los mensajes, enmarcadas en un nivel de horizontalidad. Es así como los mensajes
informativos empiezan a desplegar significaciones y visiones de mundo desde el punto de vista de los sectores
sociales del campo popular. En este sentido, la comunicación puede convertirse en el arma de la cual las
organizaciones populares deben apropiarse para utilizar en su lucha por el cambio en los procesos sociales. Un
amplio abanico de producción simbólica se despliega en el campo cultural alternativo, que va desde boletines
locales comunitarios, prensas mensuales contrahegemónicas, programas radiales de contrainformación,
películas y documentales independientes, redes de contrainformación virtual hasta gacetillas, comunicados de
prensa y agencias de noticias alternativas. Si hay algo que une a todas estas experiencias alternativas es la
tendencia hacia una lectura crítica, casual e histórica de la realidad y, consecuentemente, su oposición al
arbitrario cultural que ayudan a construir los medios masivos7 .
Comunicación y lucha política - Selección de textos
11
¿Qué hacer con los grandes medios?
Todos coincidimos en que no se puede confiar en los grandes medios pero que a su vez necesitamos aparecer
en ellos si queremos hacer conocer nuestros reclamos en los más amplios sectores de la sociedad. En el
Congreso de la FUBA antes mencionado escuché la posición más “extrema”, por decirlo de alguna manera, y a
la vez la que me pareció más improductiva para la etapa actual. Es aquella que propone que la única solución
es la expropiación de medios como Clarín. O aquellas que plantean que no hay que hacer nada con estos
medios porque son el enemigo y entonces hay que ignorarlos.
Este tipo de posiciones generan impotencia. Si sólo nos queda expropiarlos o combatirlos desde nuestra
pobreza en recursos, el poder de los grandes medios aparece como monolítico y todo poderoso. En cambio
quienes alguna vez hicimos trabajo de prensa sabemos que se pueden encontrar brechas. Los compañeros en
el piquete se empezaron a preocupar por cómo recibir a los periodistas que venían a cubrir el piquete, cómo
presentarse, cómo orientarlos para tratar de que muestren lo que a nosotros nos interesa. Algunos
movimientos más desarrollados formaron equipos para hacer este trabajo, mandar gacetillas, hacer conocer a
sus referentes, conseguir entrevistas.
Intentar caminos propios no es contradictorio con esto: “no hay que dejar de lado la importancia de la opinión
pública construida por la agenda de los medios hegemónicos. Ignorar la influencia massmediática sobre la
población en general sería no reconocer los efectos ideológicos en la cotidianeidad de nuestras vidas. Por lo
tanto, se hace necesario influir sobre la opinión pública con diversas estrategias comunicativas para que los
movimientos sociales no queden aislados de cierta porción ‘no militante’ de la sociedad. Y construir el
‘consenso’, la legitimación de las prácticas que impulsan las organizaciones de base. Es por esta razón que los
proyectos en comunicación alternativa tienen que dar la batalla simbólica hacia adentro, y en forma paralela a
los medios masivos”.
Tratar de tener una política hacia estos medios no es sencillo y no es sencillo discutirlo con los compañeros que
son convocados principalmente por la televisión. Algunos suelen querer hablar de todo y trastabillan, como por
ejemplo le sucedió a Beto Ibarra, del Movimiento Territorial de Liberación (MTL), cuando el periodista Mariano
Grondona intentó vincular a los piqueteros con la lucha armada, o como le sucede cada tanto a Raúl Castells
del Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados (MIJD).
Otro punto a tener en cuenta es el de los periodistas de los medios. En el piquete o en las movilizaciones a
veces se hace difícil diferenciar al medio de los periodistas o camarógrafos y entonces el que recibe el repudio
es el movilero. En otros casos lo tienen merecido. Hace poco ponía como ejemplo en una charla lo que nos
había ocurrido en la fábrica recuperada Brukman el lunes de la represión, a principios de 2003. Después de que
nos habían reprimido con saña, arrojando una cantidad impresionante de gases, balas de goma e incluso de
plomo a juzgar por los cartuchos encontrados, la policía encerró a una importante cantidad de compañeros en
la YPF de Independencia y Jujuy. El hecho fue conocido porque justo estaba el periodista Miguel Bonasso, que
denunció lo que allí estaba ocurriendo.
Noam Chomsky analizaba esto en relación a la prensa norteamericana diciendo: “Cuando criticas a los medios
y dices, mirad, esto es lo que escribe Anthony Lewis o cualquier otro, se enfadan mucho. Dicen, con mucha
razón, ‘Nadie me dice que tengo que escribir. Escribo lo que quiero. Todo ese rollo sobre presiones y
limitaciones es una tontería, yo nunca tengo ninguna presión’. Lo cual es completamente cierto, pero el tema
es que no estarían ahí si no hubieran demostrado previamente que nadie tiene que decirles qué escribir
porque dirán lo correcto ellos mismos”.
Sin embargo entre los periodistas podemos encontrar otros dispuestos a colaborar con los piqueteros, a
escucharlos, a ir y ver el trabajo cotidiano, a denunciar las maniobras represivas, a escribir para sus
publicaciones. Incluso algunos movimientos tienen compañeros periodistas que militan en su organización o en
organizaciones hermanas. Enfrentarnos con ellos sería un error. Quizás uno de los caminos sea el señalado por
Bourdieu: “Revelar las determinaciones ocultas que pesan sobre los periodistas y que ellos, a su vez, hacen
pesar sobre todos los productores culturales, no es (¿hace falta decirlo?) denunciar responsables, señalar
culpables. Es tratar de ofrecer a unos y otros una posibilidad de liberarse, a través de la toma de conciencia, del
influjo de estos mecanismos y proponer, quizás, el programa de una acción concertada entre artistas,
escritores, científicos, periodistas, poseedores del (cuasi) monopolio de los medios de difusión. Sólo una
Comunicación y lucha política - Selección de textos
12
colaboración de este tipo permitirá trabajar eficazmente en la divulgación de las conquistas más universales de
la investigación y también en la universalización práctica de las condiciones de acceso a lo universal”15.
Los desafíos de la alternatividad
Los debates sobre la alternatividad están planteados en otros capítulos de este libro así que no me voy a
extender sobre ello. Sólo voy a dedicar unos párrafos al vínculo que existe con los movimientos sociales y a las
necesidades que estos movimientos tienen. Como decía anteriormente los medios alternativos dieron un salto
importante después del 19 y 20 de diciembre del 2001 pero a la vez mostraron sus limitaciones. Entre esas
limitaciones está el desafío de llegar a las bases de los movimientos sociales y fundamentalmente a los más
humildes. Hoy son una herramienta muy importante de denuncia, permiten informar en el exterior lo que pasa
en Argentina, son un vehículo de comunicación entre organizaciones y llegan a un activismo importante pero
no logran romper con un determinado “circuito” militante. Al estar la mayoría sustentado en formatos
electrónicos, que son más rápidos y económicos, se limita el universo de receptores ya que si bien el acceso a
las nuevas tecnologías se ha extendido no se ha masificado. Y en el caso de los materiales gráficos chocan con
un bajo nivel de lectura o la falta de las monedas necesarias para pagar un ejemplar. La radio y la TV, los
principales medios consumidos por los compañeros, no han podido ser abordados con éxito desde el campo
popular.
Hay algunas experiencias que intentan poner algunos parches en este aspecto pero son muy limitadas. Por
ejemplo Karina, coordinadora de Barrios de Pie de la zona de Lugano, en la Capital Federal, nos comentaba que
un día organizaron una salida a un locutorio para que las compañeras conocieran la página del Movimiento.
Otros imprimen notas interesantes y las difunden a través de fotocopias. La gran cantidad de grupos de
documentalistas que han surgido o se han desarrollado (el Equipo de Comunicación de Barrios de Pie, Cine
Insurgente, Alavío, Ojo Obrero, Kinocine, Movimiento de Documentalistas, etcétera), intentan poner su granito
de arena en el terreno audiovisual. Pero siguen siendo experiencias muy limitadas frente a la influencia de los
grandes medios.
No es utópico pensar en medios populares de otra magnitud. La Venezuela actual nos muestra que si frente a
la brutal agresión de los monopolios mediáticos que incluso organizan golpes de estado hay un crecimiento de
la conciencia popular, el mismo pueblo va optando por las televisoras comunitarias y en muchos barrios ya no
dejan entrar a los cronistas de los grandes medios, como nos contaba en la charla de Porto Alegre Gabriela
González, de la televisora comunitaria Catia Tve, que fue cerrada ilegalmente en julio de 2003 por el alcalde de
Caracas, opositor a Hugo Chávez.
Como decían los compañeros de la Agencia Cono Sur en la misma charla, no se trata de hacer un gran medio
masivo sino que la comunicación popular y alternativa en su conjunto se masifique y llegue a los sectores
populares.
De estas charlas que fuimos haciendo a lo largo del último año hay otro elemento que quiero rescatar y es el
quiebre generacional que se ha producido entre quienes se identifican con un periodismo comprometido
socialmente.
La derrota que produjo la dictadura con su secuela de periodistas desaparecidos y la ofensiva ideológica del
liberalismo y el individualismo en los ‘80 y ‘90 separó a dos generaciones que es preciso unir. Por un lado han
quedado los periodistas más “viejos” (espero que no se enojen), con experiencia en el “oficio”, que han pasado
por grandes diarios, que vivieron la época en que el periodismo estaba asociado a la bohemia, que vivieron el
exilio o la censura, que trajinaron redacciones con Rodolfo Walsh y Haroldo Conti, que trabajaron o conocieron
épocas donde muchos medios todavía eran estatales, que tuvieron militancias partidarias muy fuertes, donde
las principales organizaciones revolucionarias llegaron a tener diarios como El Mundo o Noticias, donde el
medio por excelencia era la gráfica y el público principal la clase obrera que todavía leía los diarios. Esta
generación sufrió cárcel, exilio y muerte, muchos traicionaron, otros se aggiornaron o hicieron lo que pudieron.
Por otro lado está una cantidad enorme de jóvenes que no superan los veintipico de años, muchos de los
cuales no conocieron el periodismo como oficio sino a través de las escuelas y universidades, que no
conocieron al periodismo bohemio sino al periodismo ultraflexibilizado, que no tienen expectativas de poder
trabajar como periodistas sino que lo toman como una actividad militante, que desconfían de sindicatos y
partidos muchas veces en forma infantilista, que prefieren las redes a los medios centralizados, que tienen
Comunicación y lucha política - Selección de textos
13
como soporte principal Internet y los medios electrónicos, que reivindican a Raymundo Gleyzer y a Walsh pero
tienen pocos ejemplos vivos de los que aprender.
Unir estas dos generaciones es un paso importante para generar alternativas que tengan el rigor y la calidad
del semanario de la CGT de los Argentinos y la fuerza y la frescura de los nuevos medios.
Para un discurso propio nada mejor que medios propios
El llamado periodismo alternativo, que es una categoría que también habrá que discutir, no es un hecho nuevo.
América Latina, el Tercer Mundo en general, tiene una larga tradición en construcción de periodismo
alternativo. Y en América Latina lo que hoy llamamos periodismo alternativo (y que en aquellas circunstancias
no se lo llamaba así), surge a la luz de la Revolución Cubana, cuando en el marco de esta revolución se toma
una decisión política estratégica en lo comunicacional. No se hablaba de comunicaciones en aquella época
pero se funda la primera agencia internacional de noticias latinoamericana e independiente, Prensa Latina, en
la cual se aplica en forma muy primaria, de manera todavía esbozada, lo que 30 o 40 años después ya podemos
definir como el punto de vista. El punto de vista de agentes distintos a aquellos agentes del protagonismo
social, de la construcción social que son los que ejercen el poder. En aquella época se hablaba del debate
informativo para romper el monopolio de media docena de agencias internacionales que eran los que leían,
traducían y reproducían desde el bloque del poder la realidad política y social de América Latina. Cuando
nosotros ahora hablamos de punto de vista estamos agregando un nuevo concepto que es que además de leer,
traducir la realidad desde los bloques antagónicos al bloque de poder, nos vemos obligados a que esa lectura,
esa traducción y esa reproducción se haga desde el punto de vista de los nuevos agentes sociales.
Cómo pensar un medio desde el punto de vista de los piqueteros es un gran desafío, algunos lo están
intentando. En lo que hace a nuestro movimiento, desde el 2002 venimos trabajando la idea de formar una red
nacional con corresponsales en cada barrio donde estemos, aprovechando que llegamos a una gran cantidad
de barrios en todo el país, impulsando talleres (ya empezaron en Córdoba, Capital Federal y provincia de
Buenos Aires), boletines, páginas de Internet (Tucumán), talleres de fotografía y video, grupos de
documentalistas, programas de radio (Rosario, Provincia de Buenos Aires, Chaco), etcétera.
No es fácil. Los recursos son escasos, sacar una revista sale caro, ni que hablar de filmar un video. Pero
contamos con los recursos más valiosos que tenemos a la hora de armar un proyecto comunicacional: nuestros
compañeros y sus ganas de construir un país mejor para todos.
Descargar